domingo, 18 de marzo de 2012

Apólogo de los chicos oscuros

El miedo de la sociedad global a lo culturalmente diferente es especialmente peligroso entre los paletos, por ejemplo entre los estadounidenses y, cada vez más, entre los españoles cada vez más ignorantes, gracias a la extensión subvencionada de la incultura por parte de las fuerzas productivas seguidoras de aquellos. Por ejemplo, en la pasada edición de los Oscar fue nominado, pero no ganó, un documental, Purgatorio, tercera parte de una trilogía que narra cómo tres chavales inocentes de West Memphis (Arkansas) fueron condenados (también inocentemente) en 1993 por el salvaje asesinato de tres niños. Para incriminarlos esgrimieron la inclinación de los tres adolescentes por el rock duro, (especialmente por Metallica); su interés por el ocultismo, las ropas oscuras, las novelas de Stephen King y las películas de terror. Esas fueron las "pruebas concluyentes" para que una Corte de Arkansas los declarara culpables. Uno de ellos fue condenado a muerte por inyección letal y los otros dos a cadena perpetua y 40 años respectivamente. Finalmente tuvieron que ser puestos en libertad al constatarse por las pruebas de ADN —inexistentes 20 años atrás— que no habían cometido más ‘delito’ que profesar un gusto diferente en ropa, música y lectura.

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