viernes, 2 de noviembre de 2012

Ha muerto Agustín García Calvo


Agustín García Calvo ha muerto, el día de Todos los Santos, para más señas; ha muerto, pero quizá ande su fantasma por ahí revolviéndolo todo; para él el saber era una cárcel cuyos muros había que derribar. Este fue su último artículo:

Agustín García Calvo, "Lo que el Poder no puede", El País, 4-IX-2012:

Cierto que, lo mismo en la Fe del antiguo Régimen del Todopoderoso (con un todo que no le quite de ser infinito, claro) que hoy día en los centros, calles y domicilios del Régimen actual, cuando se oye confesar que el Dinero lo puede todo, el Poder tiene que asegurar que sí, que lo puede todo: ¿cómo no va a creer el Poder que sí?, ¿cómo va a decir Él que no?: ¿qué Poder sería ése?

Me acuerdo ahora de que, el año pasado, después de las revueltas llamadas del 15-M, unos cuantos nos pasábamos las noches de verano, hasta ya por estas fechas, acudiendo a la Puerta del Sol con algún humilde aparato megafónico para llamar la atención de algunos de los muchos transeúntes y juntar así algo de asambleílla donde tratar cuestiones políticas vivas y del común.

Una de ellas era ésta de “A ver, imaginemos: ¿es posible, se puede vivir sin dinero?”. A lo cual, entre otras cosas, recuerdos y testimonios que surgían, uno que andaba por allí, no tan joven, se adelantaba a preguntar con un tris de sorna: -¿No sería mejor que nos preguntáramos antes si se puede vivir con dinero?

A eso, algunos salíamos enseguida: -Aquí el amigo parece que quiere usar eso de vivir de otra manera que la corriente.

-Pues no sé: yo lo decía con el mismo sentido que se dice de los bichos y las yerbas y las otras cosas, y ésas no me negaréis que no viven con dinero. -No, ésas no. Salvo el caso de que sean tuyas.

-¿Mías? ¡Ja! Pero ésas ¿no ves ya que no son cosas? -Ah, ¿no? Pues ¿Qué son? -Dinero ¿no? Está claro.

“A ver, imaginemos: ¿es posible, se puede vivir sin dinero?”
- Lo que está claro es que quieres armarnos un lío con las palabras.

-Demasiado liosas están ellas de por sí: ¿no nos llamabais a desenredarlas? -Acaso; o al menos que no nos engañen tanto.

-¿Cómo?, por ejemplo. -Por ejemplo, así: el Poder, sea quien sea, ¿no es el que puede?

-Sí: el Alcalde, el Administrador, el Banco, el Padre de Familia, o Dios o la propia voluntad de uno, eso es el Poder, el que puede, ¿no?

-Y ¿Qué es lo que puede? -¿Cómo que qué?: pues eso: lo que pueda, más o menos, 3 semanas, 5 siglos…

-Pero no todo, lo que, al llegar a este ruedo, se oía. -Hombre, eso de todo… -A lo mejor se pasa de poder. -Es que si pudiera todo, no tendría ya nada que poder.

-¿Quién es la que se atreve a decir eso? -Nadie, una desconocida; no importa, y sigue.

-¿Vuelvo a preguntaros qué es lo que el Poder puede? -Pues lo que puede, ya está: ni más ni menos. O sea, lo que está mandado. Porque ya sabéis: los que mandan son los que obedecen, y, cuanto más obedecen, más mandan.

-Por eso será que el Poder no ha podido inventar un truco con más poder de engaño que el del régimen democrático.

-O sea el pueblo dominando al pueblo. -Como si el pueblo pudiera ser otra cosa que lo que sufre el Poder.

-Y ¿no será que viene usted aquí, para librarnos del Poder, a engañarnos con ilusiones y esperanzas? -No puedo: ese oficio está ya ocupado: es de lo que los políticos, financieros o padres os informan cada día, a cada momento, para que os creáis más y más que no hay más que eso: que el Poder lo puede todo.

-Ya. Así que usted ha descubierto que no es así y nos lo viene aquí a cantar.

-A ver, ¿Qué es lo que el Poder no puede? -Por lo pronto, lo que ya ha pasado: eso no puede hacer que suceda, ¿no? -Acaso. O acaso otra vez. -O muchas. -Pero eso ya no será lo mismo. -Y, si no es lo mismo, ya eso de otra vez será otra cosa

-Así que acabemos, compadre: ¿qué es lo que el Poder no puede? -Lo que es probable. -Ah. -Lo que no es futuro, ¿verdad? Ya entiendo: porque lo que ya es futuro, ya está hecho, ya se sabe, y no puede pasar.

-¿Eh? ¿Qué es eso? Pero las probabilidades, hombre, no son hechos, no se saben. -Pero se calculan, muchacho, como tú sabes, por el cálculo de probabilidades: ¿no es eso cosa real o del Régimen. -Es en eso en lo que el Poder está fundado. Las probabilidades, que el Poder sabe, son las muertes de las posibilidades que el Poder no sabe, maestro.

-Y entonces, ¿cuántas cosas hay que el Poder no pueda? ¿Muchas? -Pues ésas, ésas: como las que el Poder puede nunca son todas, éstas son (¿cómo decírtelo?) casi todas, hermanita.

-¡Ay, verano del 2011, si volvieras a reír como tú sabías! Porque, lo que es los que nos esperen…

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