miércoles, 19 de noviembre de 2014

Inéditos de Quevedo

"Quevedo: "Piojos cría el cabello más dorado". Un volumen rescata parte de la poesía satírica, erótica, política y moral inédita del poeta del Siglo de Oro", El País, 5-IV-2010:

Lo descubrió sin proponérselo. La filóloga María Hernández viajó a la localidad portuguesa de Évora para consultar la biblioteca pública. Allí se aloja, entre otros documentos del siglo XVII, el códice CXIV/1-3, conocido como manuscrito de Évora, con textos atribuidos a Francisco de Quevedo y Villegas (1580-1645), uno de los autores cumbre del Siglo de Oro de la literatura española. Hernández, profesora de filología hispánica en la Universidad de Barcelona, sólo quería practicar unos ejercicios de transcripción paleográfica (copiar textos de documentos antiguos). Pero cuando volvió a casa advirtió que los versos que había transcrito en 200 páginas no se encontraban entre las obras completas del poeta. Es decir, había descubierto textos inéditos.

Se trata de versos satíricos, políticos, morales y eróticos que denotan "un dominio inigualable del lenguaje", según ha indicado la filóloga a Efe. Todo ese corpus se publica ahora en el volumen Poesía inédita, editado por Libros del silencio, con un prólogo de Pablo Jauralde Pou, catedrático de Literatura española del Siglo de Oro de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM), especialista en Quevedo.

Hernández admite que con estos inéditos se ha adentrado en la delicada cuestión de asignar nuevas obras a Quevedo, "a quien se atribuyó mucha poesía política, erótica y pasquines, sobre todo, durante el tiempo que pasó en prisión". Se le utilizó para convertirle en autor de poemas de crítica política.

El debate de las atribuciones

Hernández concede que las atribuciones son "siempre discutibles" pero subraya que ha cotejado los textos en busca de "concordancias en el vocabulario, imágenes y sintaxis con el resto de la obra poética quevediana". El marco de referencia ha sido el de las Obras Completas del poeta madrileño elaboradas por el catedrático José Manuel Blecua. Este especialista, explica Hernández, no se adentró en el manuscrito porque la edición de las Obras Completas lo tenía absorbido. "Teniendo en cuenta que era un investigador solo, era un trabajo ingente".

Así, entre la criba la especialista destaca sátiras como "Piojos cría el cabello más dorado,/ legañas hace el ojo más vistoso,/ en la nariz del rostro más hermoso/ el asqueroso moco está enredado". También recuerda el soneto 'A la pobreza', cuya primera estrofa reza: "Hambrienta, rota, inquieta, disgustada,/ pálida, débil, triste y congojosa,/ cortés, humilde, inútil, ingeniosa,/ baja, ruin, civil, ocasionada".

Una mina por catalogar

La filóloga avisa de que es fácil descubrir textos inéditos de autores del siglo XVII. "En este periodo Portugal es una mina, porque perteneció a la Corona española entre 1580 y 1640". De hecho, la propia Hernández rescató hace dos años dos cartas autógrafas de Quevedo. En la literatura del Siglo de Oro "queda mucho por hacer", añade. Como "vaciar los cancioneros [recopilaciones de poesía] o catalogar los fondos de las bibliotecas". Una tarea difícil porque "falta personal" y "hay pocos investigadores que vayan a los lodos de la literatura, es decir a las fuentes, que es un trabajo muy ingrato", reconoce.

Piojos cría el cabello más dorado.
Legañas hace el ojo más vistoso.
En la nariz del rostro más precioso,
el asqueroso moco está enredado.

La boca de clavel más encarnado,
tal vez regüelda halito fatigoso.
y la mano más blanca es muy forzoso,
que al culo de su dueña haya llegado.

El mejor papo de la dama mea,
y a dos dedos del culo vive y mora, 
y cuando aquesta caga es mierda pura.

Esto tiene la hermosa y la más fea, 
veis aquí el muladar que os enamora, 

cágome en el amor y la hermosura.

Variantes:

Piojos cría el cabello más dorado, 
lagañas cuajan en los ojos más hermosos 
y, en la nariz del rostro más precioso, 
el moco verde y negro está encerrado. 

La boca que más besos haya dado 
larga el gargajo tibio y asqueroso, 
y la mano más cándida es forzozo 
que el culo de su dueño haya tocado. 

La concha de la linda y de la fea 
que a dos dedos del culo hediondo mora 
larga inmunda sangre, suda y mea... 

Si este es el bien que tanto me enamora,
y toda hermosa caga mierda pura,
me cago en el amor y la hermosura.

Otros:

La nave que surcando el Ponto pasa
ligera y fuerte como viento y peña,
el bravo mar con ocasión pequeña
rompe, sorbe, deshace, ahoga, arrasa.

La ciudad fuerte o respetada casa 
que de tratar las nubes se desdeña, 
con breve curso el Tiempo nos la enseña
rota, humilde, asolada, yerma y rasa.

La ignorancia mortal que se alimenta
de bárbara ambición y se presume
potente, firme, estable, altiva, osada,

baje la rueda, reconozca y sienta 
que en un punto la muerte la resume
en humo, en polvo, en viento, en sombra, en nada.


Memorial que se dio a Felipe IV por su buen gobierno


Señor, no se despacha dependiente,
el turés baja, el francés se altera,
quema tus puertas con audacia fiera
el poderoso amigo de occidente,

armada no parece, falta gente
que surque el mar y ampare su ribera,
en palacio no hay blanca y paga espera
el pobre, ciego, cojo y el doliente.

Tu majestad lo vea y dé la traza
que al prohibido remedio más importe,
que mi vejez en llanto la resuelvo.

"Denme caballos, venga el Duque a caza,
córranse toros, múdese la corte
y digan a la reina que ya vuelvo".


Cuando contemplo, de la alquimia, el oro 
de tus ojos en mares naufragados, 
mi boca, en su deseo desbocado, 
busca, sedienta, el mapa del tesoro. 

Mas me admiro, no obstante, cuando veo 
que manejas la pluma con destreza, 
que cantas con sigilo a la belleza 
fecundando las mentes, cual Orfeo. 

No es mi soñar callar con cortesía, 
el Niño Amor escoge mi ventura, 
disculpa, ¡oh, mi galán!, esta osadía: 

pues arderé por ti en la noche fría 
y hasta que el sol llore en mi sepultura 
la vida bailaré en tu compañía.


Hermosa, altiva, inexorable Armida 
que te desdeñas si te toca el viento,
templa, benigna, el libre pensamiento,
ya que no enamorada, agradecida.

¿Dó vas? ¿Intentas de quitar la vida
al que la da a tu fama? ¡Bravo intento!
¿No te ves por su heroico entendimiento
entre Ariadna y Leda entretejida? 

Mas tu basquiña sigue tus cuidados
y abraza alegre tu sabroso daño,
ufano, que pudiste merecerlo;

que su camino hallarán los hados
y, si te abrasa incendio tan extraño,
nunca en Cartago ardió fuego tan bello.

[No bastan los agravios...]

No bastan los agravios que, velando
de ti, Fortuna y Tiempo estoy sufriendo,
Amor, sin que permitas que, durmiendo,
me estéis Fortuna y Tiempo y tú burlando;

que, cuando el claro sol su luz mostrando,
voy sus mejillas de oro descubriendo,
me estaba la Fortuna a mí ofreciendo
la conquista, al mundo regalando.

Con aquesto también quisiste darme
cabellos, ojos, frente, manos, boca,
cual mil veces lo tuve deseado.

Más deshaz el agravio con mostrarme
esto despierto, porque injusto toca
pagar despierto mal con bien soñado.


A la Pobreza

Hambrienta, rota, inquieta, disgustada,
pálida, débil, triste y congojosa,
cortés, humilde, inútil, ingeniosa,
baja, ruin, civil, ocasionada;

de todo el mundo con razón odiada, 
de cuantas cosas miras, deseosa; 
en sujetos honrados, vergonzosa,
y en los que no lo son desvergonzada;

símbolo sin razón, sosa, afligida,
noche de la verdad y entendimiento,
ruïna del valor y la nobleza, 

riguroso verdugo de la vida 
y de las almas infernal tormento:
eres infame y mísera, Pobreza.

A [la] Franqueza

Subí como Dios sabe, y no podía,
hasta poner los pies de oro pensaba, 
pero como subir más deseaba,
poco lo que subí me parecía.

Mil ilícitos medios inquiría
y el deseo de arriba me ayudaba,
ambición y avaricia me guiaba
agarrando de todo cuanto vía.

Pero fue mi subir como cohete, 
que todo cuanto puede en la subida
emplea sin pensar que el bajar falta.

El Tiempo en mí cumplió lo que promete, 
y dio gran estallido mi caída

por ser pesado yo y la torre alta. 


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