viernes, 17 de abril de 2015

De casta le viene a Rato

Francisco Núñez, "La familia Rato: un clan familiar con intereses en el extranjero", en El Mundo, 16-IV-2015:
 
Ramón Rato fue uno de los pocos empresarios que condenó Franco por evasión. Los 3 hermanos fueron clientes especiales del HSBC, banco de cabecera de Gescartera.

A mediados de los años 60, la Policía se personó en los salones del antiguo Hotel Castellana Hilton para detener al patriarca de la familia Rato. Interrumpió el banquete de bodas de Emilio García Botín, sobrino del banquero, y de María de los Ángeles Rato, hermana de Rodrigo, el menor de los tres hijos del jefe del clan y el hombre que 30 años después llegaría a ser vicepresidente de Economía y también de Hacienda con Aznar. Incluso fue uno de los candidatos en la terna de su sucesión.

Los agentes procedieron a esposar y a detener a Ramón Rato Rodríguez, padre del futuro vicepresidente, y a su hermano Ramón Rato Figaredo. Ambos fueron acusados de un delito de evasión de capitales tras la intervención del Banco de Siero ordenada por el entonces ministro de Hacienda, y también gobernador del Banco de España, Mariano Navarro Rubio. El régimen de entonces, en uno de los pocos procedimientos de esta índole en aquella época, acusó a los Rato de utilizar el banco de tapadera para evadir divisas a Suiza a través de la sucursal que la entidad había abierto en Ginebra con el nombre de Banque de Siero.

Como consecuencia de esta causa, el Juzgado Especial de Delitos Monetarios condenó a tres años de cárcel y 176 millones de pesetas de multa al patriarca Rato, y a dos años y 44 millones a Ramón, el hijo mayor. La Policía descubrió que a través de este banco se extrajeron un total de 70 millones de pesetas que fueron depositados en otras entidades suizas.

En la cárcel de Carabanchel, Rato conoció la resolución del Consejo de Ministros que autorizaba al Ministerio de Hacienda a través del Banco de España para gestionar la suspensión de pagos del Banco de Siero y del Banco de Murcia, ambos de la familia, salvaguardando los intereses de los depositantes.

El imperio de los Rato se labró sobre todo en el mundo radiofónico a partir de la compra de una emisora de radio, Radio Toledo, a partir de los años 40. De aquí surgió una cadena de más de 60 emisoras.

Ramón Rato Figaredo continuó con la actividad empresarial, y el 2 de abril de 1990 vendió 63 de las 72 emisoras de radio que poseía la Once por casi 5.000 millones de pesetas (unos 30 millones de euros), dando lugar así a la red de emisoras Onda Cero. Nunca se supo a qué se destinaron estas plusvalías ni dónde fueron o si, en parte, pudieron emplearse cuando a principios de los años 2000 se conoció la existencia de problemas financieros de diversos negocios inmobiliarios, de agua o de viajes.

Lo más llamativo en aquella época fue la concesión de un préstamo de 525 millones de pesetas a Muinmo S. L., sociedad en la que figuraban los tres hermanos Rato como accionistas al 33%, por parte del Honk Kong & Shanghai Banking Corporation (HSBC). El HSBC era entonces el banco de cabecera de la gestora Gescartera, en la que estaban registradas 193 cuentas opacas. El escándalo de Gescartera salpicó al Gobierno del PP, ya que aparecieron implicados distintos altos cargos públicos, entre ellos el secretario de Estado de Hacienda, Enrique Jiménez Reyna, y su hermana, así como de la CNMV.

Este crédito a los Rato fue concedido pese a que Muinmo afrontaba deudas por la misma cantidad del préstamo con un balance de pérdidas de 129 millones. También se supo que esta sociedad aparecía en la lista del HSBC con la categoría de cliente especial, que, según el protocolo del banco, se daba a las personalidades que merecían vigilancia especial por su cargo público o por la naturaleza de sus actividades.

Muinmo y otras empresas participadas de los Rato recibieron también sustanciosos créditos de la entidad semipública Argentaria (fusionada más tarde con el Banco Bilbao Vizcaya). Pero fue Banesto quien se encargó de comprar varias de estas sociedades.

A finales de 2002, Rodrigo Rato marcó distancias con el HSBC y el escándalo de Gescartera. En su calidad de vicepresidente económico, y de responsable de la Comisión para la Prevención del Blanqueo de Capital, informó del establecimiento de tres infracciones graves al banco mediante una multa de 2,1 millones de euros por no notificar la identidad de los clientes de Gescartera, no examinar las operaciones sospechosas de blanqueo y no instaurar los controles internos apropiados.

La Comisión es el órgano antecesor del actual Sepblac, que será quien se encargue de la investigación por blanqueo de capitales de Rodrigo Rato y su familia tras acogerse a la amnistía fiscal

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