sábado, 15 de agosto de 2015

Un toboseño ilustre, Luis Quiralte o Quirante, traductor y secretario del cardenal Wilhelm Egon von Fürstenberg-Heiligenberg, obispo de Estrasburgo

Tradujo L'esprit de la France et les maximes de Louis XIX. Decouvertes à l'Europe, Cologne, Pierre Marteau, 1688. Hay una reimpresión en la misma ciudad e imprenta de 1689. 

La versión de Luis Quiralte, paralela pero no la misma que la que hizo Manuel de Lyra para María Luisa de Borbón, esposa de Carlos II, se imprimió con el título de:

Espíritu de Francia y máximas de Luis XIV. Desubiertas a la Europa.  Traducido de Francès en Español por don Luis Quiralte del Toboso, Secretario del Eminentissimo Cardenal Guillermo de Fustemberg, Obispo de Argentina en Aleman Ilamada Strasburg. En Colonia, con licensia de los Electores, Principes, y Estados del Imperio. En la oficina de Christian Vvan-Sager. Año 1689.

Un manuscrito de la obra en un volumen facticio que contiene, entre otras obras, las famosas 76 Cartas (algunas demasiado picantes) de Manuel de León a una monja prima suya en Toledo, propiedad de los Madrazo, pasó a la biblioteca del Museo del Prado con el resto de su herencia.

Hay una dedicatoria algo convencional "Al lector" del propio Luis Quiralte:
 
 Amigo lector o lo que fueres: si acaso te pareciere bien esta obra, no te pido sino que des la alabanza a su autor, pero si por su desgracia no te contentare, perdonarás al traductor en feria de que ha tomado este pequeño trabajo únicamente con el fin de darte gusto. Vale.

Esta dedicatoria está suprimida en el manuscrito y solo aparece en la edición alemana de Colonia, 1689; evidentemente, el manuscrito es copia de esa edición. El cardenal y obispo alemán católico de marras debe ser Wilhelm Egon von Fürstenberg-Heiligenberg (Heiligenberg, 1629 - París, 1704) y, antes de ser obispo de Estrasburgo, lo fue de Metz; su noble y poderosa familia, influyente y metida en los tejemanejes de los electores alemanes del Sacro Imperio, anduvo no pocas veces enfrentándose al Papa, respaldado por el rey Sol, por lo que esta obra tiene un claro contenido político proborbónico. El papa se negaba a reconocerlo obispo de Estrasburgo, así que tuvieron que llegar a las manos en la Guerra de los nueve años (1688-1697) entre Francia y la Liga de Augsburgo, esta última apoyada por España.

Así que nuestro manchego se debió encontrar en una situación bastante incómoda, cuando ya empezaba a vislumbrarse en el horizonte la Guerra de Sucesión española, cuyos bandos empezaron a pelearse ya entre nosotros con el llamado Motín de los gatos.

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