miércoles, 2 de septiembre de 2015

Algo empieza a cambiar (de verdad)

Empieza a notarse un punto de inflexión en la historia a tamaño mundial; los signos son todavía débiles, pero están adquiriendo consistencia rápidamente. Pore ejemplo, en Estados Unidos, que se está convirtiendo en el segundo país por población hispanohablante de América y donde la derecha se está volviendo cada vez más estúpida y promueve a millonarios machistas y racistas al estilo Berlusconi que no pueden ganar. Que algo cambia allí, o empieza a cambiar allí para extenderse quizá, es que se ha hecho una reforma sanitaria global por fin de inspiración, en el fondo, más ética que política, y se han producido cambios cosmológicos en su política exterior, por ejemplo respecto a Cuba e Irán. Es más, está abandonando su eterna alianza con los sunnitas de Arabia Saudí (país que fomenta o cuando menos tolera el terrorismo internacional yihadista y el estado islámico) y se está volviendo hacia los chiítas, sus enemigos tradicionales, pero bastante más éticos y coherentes que los sunnitas; ya no conviene a Estados Unidos la antigua estrategia, sobre todo cuando el precio del petróleo está por los suelos y seguirá así largo tiempo gracias al fracking y las cada vez más baratas renovables y cuando el terrorismo islámico amenaza con convertirse en problema creciente, capaz, incluso, de hacer volar una central nuclear. Pero va a ser duro y largo: que se siga con la anticuada energía química va a calentar el clima hasta que esto se llene de calderas y gente con cuernos; en doce generaciones afirma un estudio que la deforestación global será completa, aliada a la bomba demográfica. Por otra parte, la indignación ética y económica contra la corrupción y la mera inhumanidad política comienza a rebosar en Europa por cosas como la que señala esta fotografía: un niño muerto en una playa griega gracias a la inexistente política europea de refugiados. A los europeos (quiero decir alemanes) solo les preocupa que su mercado tenga dinero para comprar:



Sumo a esto una curiosa noticia:

Virginia Martínez Crespo, "Un pensionista ofrece 5.000 euros a quien contrate a su hijo en paro", El País, 2 de septiembre de 2015:

Desde el fin de semana ha recibido propuestas de 20 empresas para emplear a su vástago. 

Entre anuncios clasificados de préstamos, servicios de reparación y citas a ciegas, un pensionista de 68 años ofrece 5.000 euros. Pero no busca compañía, sino ayudar a su hijo, en paro desde hace un año. La desesperanza llevó a Antonio —nombre ficticio— a ofrecer dinero a cambio de un puesto laboral para su descendiente, de 39, que no conseguía encontrar trabajo. Desde este viernes, cuando publicó el reclamo en el periódico El Heraldo de Aragón, el jubilado, que nació en Madrid y vivió 18 años en la región aragonesa, ha recibido propuestas de 20 empresas, pero él prefiere mantenerse con los "pies en la tierra".

"Pensionista ofrece 5.000 euros a empresa que contrate a su hijo en paro, cualificado, responsable y trabajador ...", reza el anuncio. Antonio pensó que la oferta "era la única salida". Su hijo, casado y con un pequeño de cinco años, lleva encadenando contratos temporales desde que hizo la selectividad y ha pasado por diversos sectores, desde empresas de informática, hoteleras o alimenticias. En septiembre de 2014 fue despedido de su último trabajo. Llevaba siete años en el departamento de mantenimiento de una química, pero una nueva "remesa de empleados jóvenes provocó que le echaran a la calle". Desde entonces, busca otro puesto sin descanso. Es uno de los 4.067.955 desempleados registrados en España este agosto, después de aumentar en 21.679 personas el mes pasado.

Antonio, que era abogado y trabajaba para la Administración, cobra la cuota de pensión más alta, unos 2.500 euros. Pero con esa cantidad tiene que sostener tanto su hogar como ayudar a sus cinco hijos a salir a delante. Su mujer está muy enferma, y los cuatros descendientes que sí trabajan son "mileuristas", a los que les cuesta llegar a final de mes, cuenta el jubilado. Pero el caso más sangrante es el del menor, que vive en Zaragoza con su familia. 

"Pensé en 5.000 euros como una cifra redonda, pero estoy dispuesto a dar más". A Antonio le es indiferente si su hijo consigue cualquier trabajo como empleado o si alguien les plantea un buen proyecto para emprender. Él lo que quiere es que salga del pozo en el que se encuentra. En menos de una semana ha recibido 20 llamadas, pero ninguna de las empresas ha preguntado por el dinero. Solo piden el currículum de su familiar y entrevistarle para el puesto. Las entidades pertenecen a diversos sectores: químico, hostelería, de diseño gráfico, aseguradoras y un medio de comunicación, entre otros. El 99% son de Zaragoza, donde vive su hijo y donde se publica El Heraldo de Aragón. Pero Antonio prefiere ser cauto: "Detrás de cada puerta no sabes quién está".

Lo curioso es que Antonio publicó el anuncio sin que su hijo supiera nada. Él le informó horas antes de que el periódico llegara a los quioscos. "Se enfadó mucho conmigo, no quería que le identificasen en Zaragoza. Le parecía algo indigno y hasta vergonzoso, pero después de hablar largo tiempo con él, me dijo: 'Eres el mejor padre del mundo", relata el jubilado. Su familia está "expectante" ante las 20 empresas que han llamado a su puerta. El anuncio, por el que Antonio ha pagado 90 euros en total, se publicó el pasado viernes, sábado y domingo, y volverá a repetir en los mismos días de esta semana. Por lo que los aragoneses que abran el diario este fin de semana encontrarán el reclamo nuevamente.


El diputado de Ahora Podemos en las Cortes de Aragón y secretario general de la formación, Pablo Echenique, se ha hecho eco del caso y ha publicado este miércoles en la red social Twitter una foto del anuncio, bajo el tuit: "En los clasificados del periódico, la 'recuperación' de Mariano Rajoy". Antonio bromea con la repercusión que ha tenido su iniciativa: "No me extraña, pero el día que reventemos todos voy a ser trending topic de ese". El pensionista no está de acuerdo con la gestión que los sucesivos ministros de Trabajo han hecho de la crisis y denuncia la presión a la que está sometida su colectivo. "Nosotros soportamos a los cuatro millones de parados. La situación laboral no puede seguir así. Antes los jubilados ayudábamos con los nietos, pero ahora nos toca mantener a ellos y a nuestros hijos, lamentablemente".

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