jueves, 3 de marzo de 2016

La presunción de culpabilidad en el caso del profesorado demuestra cuánto se desprecia al profesorado

Estoy de acuerdo en que se puedan investigar los antecedentes penales del profesorado... pero yo pediría que se hiciera lo mismo con curas, pastores de ovejas y de grey protestante, políticos, militares, médicos, enfermeros, pediatras y así hasta llegar al kiosquero y al peón friegaplatos... ¿o es que existe presunción de culpabilidad? Porque los políticos han tenido y tienen bula para dar por culo a todo el pueblo por igual y en particular al alumnado y al profesorado con tanta reforma irreformable. Yo los llevaría al reformatorio o a la cárcel, con las hermanitas penitenciarias de los desamparados,. En especial a Rajoy, al que algunos llaman "la trotona de Pontevedra", que merece de sobra las amorosas atenciones de toda una serie de madres superioras.

De Jaime López Fernández, "Soy profesor, no pederasta" en Huffington Post, 3/03/2016 

A partir del 1 de marzo, para ser profesor, al menos en la Comunidad Valenciana, además de aportar los títulos que te acrediten como tal, será requisito imprescindible presentar un certificado negativo del Registro Central de Delincuentes Sexuales; es decir, demostrar que no eres ni un pederasta ni un violador. Para los que nos dedicamos a la docencia desde antes de esa fecha, se accederá a tal información desde el Ministerio de Hacienda. Es una exigencia del Ministerio de Justicia, en virtud de la aplicación de la Ley de Protección Jurídica del Menor.

No deja de ser curioso que uno siempre tenga que andar demostrando que no es culpable de algo, y pongan en entredicho su presunción de inocencia hasta que no se demuestre lo contrario, o al menos lo acredite. A nadie se le ha pasado por la cabeza exigir este requisito para emprender el sacerdocio, habida cuenta de los escándalos sexuales que, a la sombra de las sotanas, salen a la luz todos los días. O que un pediatra tenga que acreditar que no es un delincuente sexual porque el objeto de su estudio y de su trabajo sean los niños.

Por supuesto que no, porque la buena fe es un principio que prevalece sobre todos los demás, aunque no parece de aplicación en el colectivo del profesorado, que con medidas como esta, una vez más, se encuentra socialmente cuestionado. Cabría preguntarse el porqué de la medida y su efectividad, y del mismo modo, si se considera que la educación puede convertirse, o lo ha hecho ya, en un reducto de pederastas.

La verdad es que parece existir en este Gobierno un interés cicatero y singular en estigmatizar un colectivo, el docente, que, a pesar de todas las sospechas que ha vertido sobre él, ha seguido trabajando con una ilusión muy difícil de mantener en las condiciones en las que ha quedado la enseñanza tras la desastrosa política en materia educativa. Circunstancia que se debe a que la inmensa mayoría de los que lo componemos amamos lo que hacemos, y con ello hacemos que gran parte de nuestros alumnos se implique y se ilusione con el futuro que le aguarda. Todos los que formamos la comunidad educativa. Los que estamos y los que estarán. Con certificado negativo del Registro Central de Delincuentes Sexuales o sin él. Y sobre todo, a pesar de ustedes.

Harían bien en dejarse de tantas chorradas dirigidas a la galería y en dedicar todos sus esfuerzos en revertir las nefastas "soluciones pedagógicas" adoptadas con el único fin de ahorrar dinero a costa de la educación de los chavales, empezando por reducir las ratios en el aula y ampliar las plantillas que diezmaron.

Y ya puestos, me pregunto si para ser congresista o senador es necesario presentar el Certificado de Antecedentes Penales. Dada la vergonzante trayectoria de muchos de nuestros políticos y asesores, estabulados en la Administración por ellos mismos, no estaría de más contemplar su necesidad y exigirlo al Ministerio de Justicia, para acreditar fehacientemente la carencia de antecedentes o su existencia, no vaya a pasarse por alto algún chorizo del que no hubiera constancia.

A fin de cuentas, la presunción de inocencia (o de culpabilidad, según se mire) es idéntica para todos los ciudadanos. Y puestos a computar, es mucho más alarmante el número de ladrones que ha sumado la política en nuestro país los últimos años que el de pederastas en el sistema educativo. Es más, no conozco a ningún delincuente entre mis compañeros. No sé si podrán decir lo mismo quienes nos gobiernan.

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