miércoles, 28 de diciembre de 2016

La amarga humorista Carrie Fisher


“Hola, soy Carrie Fisher y soy alcohólica”. La mujer que hace esta confesión a modo de presentación, al mismo tiempo que lanza al público el polvo de purpurina que lleva en una cesta de mimbre, es la actriz californiana que hace 40 años interpretó a la mítica princesa Leia en la primera trilogía de Star Wars. Carrie Fisher, que ha muerto este martes a los 60 años tras sufrir un infarto, se presenta así en Bendito alcoholismo, el monólogo producido por la HBO en el que habla sin tapujos de cada uno de los episodios que han marcado su vida.

“Si mi vida no fuera graciosa, sería real. Y eso es algo completamente inaceptable”, continua Fisher, vestida de negro de arriba abajo y descalza a los cinco minutos de empezar el espectáculo. El monólogo, de algo más de una hora, basado en una novela autobiográfica de Fisher con el mismo nombre (Bendito alcoholismo), surgió en 2009 como un espectáculo de Broadway con el que la actriz recorrió buena parte de Estados Unidos. No tardó en llamar la atención de la productora estadounidense, que decidió grabar para su canal una de las actuaciones que la actriz dio en Nueva Jersey a finales de 2010. Actualmente, este documental, que intercala imágenes de álbumes familiares de Fisher con el monólogo integro de la actriz, está disponible en la plataforma española de la HBO.

El desparpajo con el que Fisher se desenvuelve sobre las tablas y la naturalidad con la que habla de asuntos tan morbosos como su pasado marcado por las adicciones, su trastorno bipolar o sus fracasos amorosos, convierten este espectáculo en el mejor homenaje que se le puede rendir. Carrie Fisher fue la mujer que, además de protagonizar una de las sagas que más ha calado en el imaginario colectivo, dio una lección al mundo al mostrarnos cómo superar los reveses de la vida con valentía y humor.

Estas 20 frases extractadas del monólogo producido por la HBO lo demuestran:

- “Hace poco me busqué en Google y me topé con un escrito sobre mí donde alguien preguntaba qué coño había pasado con Carrie Fisher, porque "antes era muy sexy y ahora se parece a Elton John". Me dolió mucho, porque sé lo que quería decir”.

- “Hace cinco años, cuatro meses y nueve días un amigo mío murió en mi casa. Pero no contento con eso, va y se muere en mi cama. Os aconsejo que les pidáis a vuestros invitados que no se comporten así. Primero, me parece de mala educación. Segundo, suele dar mala imagen al anfitrión. Si tenéis alguna pregunta sobre cómo es levantarse con un cadáver que hasta hace unas horas había sido amigo tuyo, preguntad y haré lo posible por responderos”.

- “Mi padre era Eddie Fisher, un cantante famoso; y mi madre era Debbie Reynold, una estrella de cine. Cuando nací, mi madre estaba inconsciente por la anestesia y mi padre se acababa de desmayar al ver la placenta. Las enfermeras corrieron a socorrer al cantante y los médicos a admirar la belleza de la actriz de Hollywood, que dormía plácidamente. Cuando llegué al mundo estaba prácticamente desatendida. Desde entonces me he pasado la vida buscando llamar la atención”.

- “Cuando me pusieron el vestido blanco de Leia, George me dijo que no podía llevar sujetador porque en el espacio nadie lleva ropa interior. Y lo dijo con convicción, como si hubiera estado en el espacio investigando sobre el tema”.

- “Paul se casó con otra más joven, y yo también. La diferencia en nuestras elecciones es que a mi pareja, Bryan Lourd, se le olvidó decirme que era gay. A él se le olvidó contármelo, y a mí darme cuenta. Más tarde, él me explicó lo que había pasado: yo le volví gay. En el prospecto de la codeína que tomo no se especifica nada sobre volver a la gente gay. Es un superpoder que tengo”.

- “¿Habéis visto Alguien voló sobre el nido del cuco? La terapia es fantástica. La recomiendo, sobre todo si no tienes nada mejor que hacer. Te deja tranquilo: es lo mejor que hay. Solo tiene un pequeño inconveniente: te hace perder cuatro meses de memoria. Pero merece la pena”.

- “Ahora recibo premios constantemente por el hecho de ser una enferma mental. Por lo visto, soy muy buena en esto. Es un honor”.

- “Me casé con Paul Simon cuando tenía 26 años y con 28 me divorcié. A los 29 fui a rehabilitación, no porque la necesitase, sino porque estaba investigando para mi novela. Bueno, vale, fui porque era adicta. ¿No dicen que la religión es el opio del pueblo? Pues yo tomé grandes cantidades de opiáceos religiosamente”.

 - “Soy una superviviente ¿qué mayor de 40 años no lo es? Pero, para ser un buen superviviente, tienes que meterte en líos y hacer gala de tu don”.

- “En el rodaje de Star Wars me dijeron que tenía que llevar esas pintas [señalando el peinado con forma de ensaimadas característico de la princesa Leia] y que era inevitable. George Lucas arruinó mi vida de la manera más dulce”.

- “Entre las posesiones más preciadas de George Lucas está mi imagen. Cada vez que me hago una foto le mando dos euros” [Lucas tiene los derechos de imagen de todos los personajes de la saga de Star Wars].

- “Cuando se quedó viuda Elizabeth Taylor, mi padre la consoló con flores y al final terminó consolándola con sus genitales. Esto entorpeció su matrimonio con mi madre y, en una semana, mi padre se había marchado de casa”.

- “Para los que sean jóvenes: intentad pensar en Eddie (mi padre) como Brad Pitt, en Debbie (mi madre) como Jennifer Aniston y en Elizabeth Taylor como Angelina Jolie. ¿Os ayuda a entender los enredos de mi familia?”.

- “Mi hermano y yo llamábamos a nuestra casa 'La embajada', porque tenía más pinta de un lugar donde sellan el pasaporte que de una casa. La fachada parecía un aparato de aire acondicionado”.

- “Todos sabíamos el éxito que iba a tener Star Wars menos George Lucas, y lo mantuvimos en secreto porque queríamos ver la cara que se le quedaba al enterarse”.

- “George Lucas me convirtió en una muñequita a la que mi marido podía clavar chinchetas cuando se enfadaba. Luego fui un champú en el que mi cabeza se desenroscaba y salía líquido procedente de mi cuello; también fui un jabón donde se leía 'enjabonaos con Leia y os sentiréis como una princesa'. Pero, lo más importante que me ha pasado en mi vida, es ser un dispensador de caramelos Pez. Si no has estado en venta durante los últimos treinta años, es que no has vivido” [en referencia a la cantidad de productos de merchandising que se crearon con su imagen tras el estreno de Star Wars].

- “Mi madre quería que tuviera un hijo con su marido porque creía que tendría unos ojos bonitos. Ella ya no podía tener hijos, yo tenía el horno libre y me aseguraba que se podía inseminar a alguien solo con una inyección en el brazo. ¡Y a mi abuela le parecía buena idea!”.

- “Estos años he estado acudiendo a terapia de electroshock. ¿Alguien sabe lo que es eso? Todavía no me lo han explicado".

- “Me invitaron amablemente a ir a un hospital psiquiátrico, y yo no quería ser maleducada, así que fui. Es una invitación de lo más exclusiva. ¿Cuántos de vosotros habéis sido invitados a un hospital psiquiátrico?”.

- “Mi madre quiere que sepáis que mi problema viene por parte de padre. Mi madre es tan normal como la vida misma”.

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