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domingo, 13 de febrero de 2022

Ronald Fraser, el historiador de lo que no se publica

Lucas Marco, "Ronald Fraser, el escritor que narró la historia oral de la Guerra Civil", El Diario.es, 12 de febrero de 2022:

Se cumple una década de la muerte del autor británico de 'Recuérdalo tú y recuérdaselo a otros' y de 'Escondido', obras fundamentales sobre la Guerra Civil y el franquismo

"El historiador oral político debe crear una síntesis dinámica de las grandes líneas de transformación y de la manera en que fueron experimentadas por los entrevistados. Sólo así, creo, las historias individuales pueden finalmente constituirse en historia". El historiador británico Ronald Fraser (Hamburgo, 1930 - Valencia, 2012) fue el artífice de lo que hoy se conoce como memoria oral y escribió obras fundamentales para comprender la experiencia de la Guerra Civil española y del franquismo como Recuérdalo tú y recuérdaselo a otros, un excepcional fresco de la contienda basado en 300 fuentes orales, o Escondido, sobre la experiencia como topo del alcalde de Mijas Manuel Cortés durante tres décadas.

"La lucha contra el fascismo, en un sentido romántico, marcó el ambiente de su generación", explica la catedrática de Historia Contemporánea de la Universitat de València Aurora Bosch, viuda de Fraser.

El escritor, nacido en Alemania y de ascendencia estadounidense, había trabajado como periodista para la agencia Reuters y el San Francisco Chronicle. También fue un activo miembro del consejo editorial de la revista británica New Left Review, una de las publicaciones marxistas más influyentes de la izquierda. Traductor de autores españoles como Antonio Ferres o Luis Martín-Santos, Fraser se dedicó también entre 1965 y 1969 a publicar ininterrumpidamente 25 relatos sobre los más diversos trabajos, el empleo industrial, administrativo, profesional e informal, que daría pie a dos volúmenes bajo el título Work.

Tras abandonar Reuters se instaló en 1957 en Mijas, el municipio andaluz de la provincia de Málaga, para escribir su primera novela. Casi una década después, atraído por la noticia de que el alcalde republicano Manuel Cortés había salido de su escondite tras 30 años oculto de la represión franquista, volvió a la localidad para grabar la historia del topo. "Se le ocurre que ahí hay algo muy interesante", señala la historiadora Aurora Bosch.

El libro Escondido, que narra la impresionante experiencia de Manuel Cortés, obtuvo un amplio reconocimiento de Ronald Fraser ("En la montaña de libros sobre la Guerra Civil española, no existe otro tan breve y al mismo tiempo tan completo, tan indefenso y a la vez tan sutil, tan humanamente conmovedor como éste", escribió Arthur Miller). "No era un historiador convencional, empezó por la literatura y sólo posteriormente se dedica a la historia oral", explica Aurora Bosch.

Con el éxito de Escondido (publicado originalmente en castellano por la editorial Alfons el Magnànim y reeditado después por Crítica), Ronald Fraser emprendió la investigación de otra obra clave en su trayectoria: Recuérdalo tú y recuérdaselo a otros.

"Recorriendo el país durante dos años en 1973-1975, encontrando a los interlocutores que podía, finalmente entrevistó a más de 300 testigos, grabando por encima de los tres millones de palabras y enviando las cintas de cada etapa a [su amigo, el filósofo André] Gorz en París por miedo a que la policía franquista las descubriera y las confiscara", escribe el historiador Perry Anderson en el obituario de Fraser publicado en la New Left Review.

"Siempre me decía que a un extranjero le contaban muchas más cosas", recuerda Aurora Bosch. "Nunca se había hecho nada como esto", remacha Perry Anderson. El libro, publicado en dos tomos, se convirtió en la gran historia oral de la Guerra Civil española a través de las vivencias de combatientes y testigos anónimos. "Lo que se proponía y lograba hacer era recoger la experiencia popular no al margen, sino en lo más profundo de un gran conflicto sociopolítico y militar, a través de un sorprendente abanico de vidas individuales", explica Anderson en el obituario de su amigo.

"Su interés parte de la literatura y también de la experiencia como algo importante a tener en cuenta, de la idea de que en la historia se tenía que reflejar la parte subjetiva de cómo las personas viven su acontecimiento", sostiene Aurora Bosch, quien apostilla: "Cuando empezó a trabajar con esto, ni siquiera se llamaba historia oral, fue posteriormente cuando de alguna manera se acuña el término, pero él ya había empezado".

En 1984 publicó "el más insólito de sus libros", según Perry Anderson. En busca de un pasado, una mezcla de historia oral, psicoanálisis y autobiografía en el que Fraser indaga sobre su infancia la mansión de Amnersfield, entre 1933 y 1945 a través de los testimonios de los sirvientes que habían trabajado para la familia, localizados tres décadas después. "Era la idea de ver cómo te veían los otros y de utilizar el psicoanálisis para descubrir cómo te ves a ti mismo, con la distancia de la propia biografía", afirma Aurora Bosch.

Los últimos años de su vida, Fraser emprendió el gran reto de trazar la memoria oral de la guerra por la independencia que se plasmaría en La maldita guerra de España. Historia social de la guerra de la independencia, 1808-1814. "Consideraba que la guerra por la independencia era muy importante, ya era un escritor muy conocido pero se metió en una obra que le costó más que los libros anteriores", señala su viuda.

El "desafío mayor", a diferencia de sus obras anteriores, consistía en "hacer una historia social de la guerra por la independencia sin tener posibilidad de entrevistar a sus propias fuentes", agrega Aurora Bosch. Como una "historia desde abajo", en la línea de Recuérdalo tú y recuérdaselo a otros, su gran obra realza "los momentos colectivos y los destinos individuales de un color o intensidad particulares", señala Perry Anderson.

El pionero trabajo de Ronald Fraser se plasmó también en el documental 30 años de oscuridad, una mezcla de animación y entrevistas (en las que el escritor británico era uno de los principales testimonios) o en la más reciente película producida por Netflix La trinchera infinita, protagonizada por Antonio de la Torre y Belén Cuesta. "Creo que estaría muy contento de esta estela de otras personas que han querido indagar en ese pasado oculto, hubiera estado encantado de ver que abrió un camino de interés por la memoria de España silenciada y, en muchos casos oculta, que se refleja en obras muy notables como La trinchera infinita", dice la historiadora Aurora Bosch.

"Escribiendo, grabando e investigando solo en España estaba acostumbrado a la soledad. La única virtud que admitía era la perseverancia", concluye Perry Anderson.

sábado, 9 de enero de 2021

Carta del rey Juan Carlos I al Sha en 1977 pidiéndole siete millones de dólares para el partido de Suárez

 La carta de Juan Carlos I al Sha de Persia el 22 de junio de 1977

Cándido Marquesán Millán

En Nueva Tribuna, 6 de enero de 2021:

Soy cada vez más consciente de las inmensas lagunas que tenemos los españoles sobre determinados comportamientos del Rey Emérito desde que accedió a la Jefatura del Estado, tras la muerte de Franco. De esos desconocimientos son responsables la política, la academia y los medios de comunicación.

Como señala el periodista Fernando Ramos en su artículo Los escándalos de la Corona española en la prensa digital y el futuro de la Monarquía. De la amnesia y silencio cómplice al tratamiento exhaustivo en los medios de 2012. Durante la transición política primero, y más tarde, a lo largo de su reinado, los medios de comunicación españoles, salvo contadas excepciones, se han autoadministrado sucesivamente una dosis de amnesia y otra de tolerancia o ignorancia o tratamiento benévolo de aquellos aspectos que afectaban al Rey, su casa y su familia, de modo que ese “pacto tácito” tuvo una vigencia inesperada. No pocas veces, tras aparecer determinadas informaciones en la prensa extranjera, los medios españoles se daban por enterados de asuntos relativos a nuestro jefe de Estado de los que daban cuenta con detalle periódicos de otros países de Europa y de los Estados Unidos.

La falta de debate que la sociedad española echa de menos sobre el dilema monarquía o república, se evidencia en la medida que los menores de 40 o 50 años se manifiestan despegados de una institución sobre la que sus padres no pudieron opinar. Pero lo que resulta especialmente perverso intelectualmente, es que se pretenda argüir que existió un verdadero debate acerca de la Constitución de 1978 en su aspecto esencial: la forma de Jefatura del Estado. En este sentido, conviene recordar que el instrumento que imposibilitó en su día ese necesario debate –que sigue pendiente- fue el Decreto-Ley de 1 de abril de 1977 (BOE: 12-4-1977, nº 87), sobre libertad de expresión, como nueva normativa sobre la materia que derogaba el artículo 2 de la Ley de Prensa, suprimía parcialmente el secuestro administrativo de publicaciones y grabaciones y reforzaba los mecanismos jurídicos para la persecución de los delitos de calumnia e injuria. El art. 3º. B) del citado Decreto establecía que la Administración podía decretar el secuestro administrativo cuando un impreso gráfico o sonoro contuviese noticias, comentarios o informaciones que fuesen contrarios a la unidad de España, constituyesen demérito o menoscabo de la Monarquía o que de cualquier forma atentase al prestigio institucional de las Fuerzas Armadas. Nadie podía predecir entonces la dirección de los acontecimientos, pero ante la amenaza de secuestro, muy pocos se arriesgaron a cuestionar la monarquía, proponer una profunda reforma del Ejército o fórmulas de articulación territorial del Estado fuera del marcado terreno para debatirlo. Aquel proceso derivó –algunos afirman que cautivados por la simpatía personal del monarca- en un tratamiento exquisito de las cosas del Rey. No habría de ser en los periódicos, sino en algunos libros donde fijarían su residencia las críticas o los comentarios más comprometidos.

Según Chomsky y Herman en la transmisión de mensajes simbólicos para el ciudadano de la calle, los medios, aparte de las funciones tradicionales (entretener, divertir e informar) inculcan valores y pautas de comportamiento para integrarse, y, por lo tanto, aceptan, las estructuras institucionales de la sociedad. Así pues, pueden convertirse en los mejores creadores de ese “imaginario monárquico” que se quiere imponer como un elemento casi natural, como parte del ecosistema de la sociedad moderna. Ese concepto de “Imaginario monárquico” es como una especie de sentimiento generalizado de aceptación sumisa de que hay personas, situaciones e instituciones que existen “per se”, sin que a los demás nos sea dado cuestionarlas. La monarquía es una de ellas, la más evidente, sin duda. Además de ser su representante, Juan Carlos I un dechado de perfección, por lo que todos los españoles de bien deberíamos estar profundamente agradecidos. Nos ha traído la democracia bajo el brazo.

También en la misma línea es el artículo de Adolfo Carratalá El tratamiento de la Monarquía española en las viñetas de los medios digitales. La actitud de los medios de comunicación españoles hacia la Monarquía ha recibido diferentes denominaciones, pero todas coinciden en apuntar a la sumisión de las principales empresas periodísticas ante la Corona: “pacto del olvido”, “silencio crítico”, “blindaje mediático”, “cordón sanitario” o “pacto de silencio”. El discurso hegemónico, producido y difundido por los medios, ha otorgado una cobertura privilegiada a la institución. Mediante ese pacto tácito de complicidad, prensa, radio y televisión se han sometido a un tratamiento que combinaba dosis de amnesia con otras de tolerancia, ignorancia y aproximación benévola a aquellos aspectos más sensibles vinculados con la Casa Real.

La Monarquía española forma parte, por lo tanto, de los principales tabúes de los periodistas españoles. La prensa se esforzó en representar a Juan Carlos I como “actor democratizador” y “héroe de la fundación del régimen democrático”, en un claro intento por silenciar el vínculo del rey con Franco y evitar, así, erosionar la figura del monarca. Esta tarea legitimadora no fue exclusiva de los redactores o de los fotógrafos. Incluso durante la transición, los humoristas adoptaron el mismo tono que los periodistas frente a la figura de Juan Carlos I”, que acabó siendo convertido “en un personaje estereotipado y simbólico para favorecer el flujo democrático”. Aquel tipo de tratamiento se asentó y consolidó alcanzando a la práctica totalidad del ecosistema comunicativo español, a excepción de “medios de comunicación menores, con escasa influencia, o de carácter irreverente y satírico”, como la revista El Jueves. Este semanario humorístico ha sido el principal reducto de crítica mordaz contra la Corona durante años. El semanario satírico El Cocodrilo fue secuestrado el 18 de noviembre de 1985 por el artículo “Cosas reales. Con el debido respeto, 10 años de borbonez”. Los medios comenzaron a romper este pacto de silencio cuando irrumpieron los escándalos del caso Urdangarín o la cacería del rey en Boswana. En los medios escritos el primero que inició su capacidad crítica hacia la Monarquía fue Público. Luego se sumaron muchos medios digitales, que han proliferado en el panorama informativo. Y cuando los escándalos de la Monarquía eran inocultables no tuvieron otra opción que sumarse los grandes medios. Eso sí, con diferencias. No es lo mismo El País que ABC. Hoy da la impresión que la mayoría de los medios tienen barra libre para atacar al Emérito, y así proteger a Felipe VI y a la institución monárquica. Lo que no deja de ser perverso es que muchos medios acusan a Unidas Podemos del descrédito de la institución monárquica. La monarquía se desacredita por sí misma.

***

Hecha esta digresión sobre el buen trato mediático a la monarquía hasta la segunda década del siglo XXI, quiero fijarme en un hecho paradigmático de este pacto de silencio, que es la carta dirigida por Juan Carlos I al Sha de Persia el 22 de junio de 1977 y que fue enviada desde la Zarzuela. He podido conocerla en la Tesis Doctoral de Luis Fernando Ramos Fernández Las limitaciones a la Libertad de Expresión, derivadas de la reinstauración de la Monarquía en España del 2014. La reproduzco y posteriormente haré un resumen del comentario extraído de la Tesis. Apareció en 1991 en la edición del diario de Asadollah Alam, ministro del Interior y Primer Ministro del Sha Reza Pahlevi.

Mi querido hermano: Para empezar, quisiera decirte cuán inmensamente agradecido estoy por que hayas enviado a tu sobrino, el príncipe Shahram, a verme, facilitándome así una respuesta rápida a mi petición en un momento difícil para mi país. Me gustaría a continuación informarte de la situación política en España y del desarrollo de la campaña de los partidos políticos, antes, durante y después de las elecciones. Cuarenta años de un régimen totalmente personal han hecho muchas cosas que son buenas para el país, pero al mismo tiempo dejaron a España con muy deficientes estructuras políticas, tanto como para suponer un enorme riesgo para el fortalecimiento de la monarquía. Después de los seis primeros meses de gobierno de Arias, que yo estuve igualmente obligado a heredar, en julio de 1976 designé a un hombre más joven, con menos compromisos, a quien yo conocía bien y que gozaba de mi plena confianza: Adolfo Suárez. Desde aquel momento prometí solemnemente seguir el camino de la democracia, esforzándome siempre en ir un paso por delante de los acontecimientos a fin de prevenir una situación como la de Portugal que podría resultar aún más nefasta en este país mío. La legalización de diversos partidos políticos les permitió participar libremente en la campaña electoral, elaborar su estrategia y emplear todos los medios de comunicación para su propaganda y la presentación de la imagen de sus líderes, al tiempo que se aseguraron un sólido soporte financiero. La derecha, asistida por la banca de España; el socialismo, por Willy Brandt, Venezuela y otros países socialistas europeos; los comunistas, por sus medios habituales. Entretanto, el presidente Suárez, a quien yo confié firmemente la responsabilidad del gobierno, pudo participar en la campaña electoral sólo en los últimos ocho días, privado de las ventajas y oportunidades que expliqué ya anteriormente y de las que se pudieron beneficiar los otros partidos políticos. A pesar de todo, solo, y con una organización apenas formada, financiado por préstamos a corto plazo de ciertos particulares, logró asegurar una victoria total y decisiva. Al mismo tiempo, sin embargo, el partido socialista obtuvo un porcentaje de votos más alto de lo esperado, lo que supone una seria amenaza para la seguridad del país y para la estabilidad de la monarquía, ya que fuentes fidedignas me han informado que su partido es marxista. Cierta parte del electorado no es consciente de ello y los votan en la creencia de que con el socialismo España recibirá ayuda de algunos grandes países europeos, como Alemania, o en su defecto de países como Venezuela, para la reactivación de la economía española. Por esa razón es imperativo que Adolfo Suárez reestructure y consolide la coalición política centrista, creando un partido político que sirva de soporte a la monarquía y a la estabilidad de España. Para lograrlo, el presidente Suárez claramente necesita más que nunca cualquier ayuda posible, ya sea de sus compañeros o de países amigos que buscan preservar la civilización occidental y las monarquías establecidas. Por esta razón, mi querido hermano, me tomo la libertad de pedir tu apoyo en nombre del partido político del presidente Suárez, ahora en difícil coyuntura; las elecciones municipales se celebrarán dentro de seis meses y será ahí más que nada donde pondremos nuestro futuro en la balanza. Por eso me tomo la libertad, con todos mis respetos, de someter a tu generosa consideración la posibilidad de conceder diez millones de dólares como tu contribución personal al fortalecimiento de la monarquía española. En caso de que mi petición merezca tu aprobación, me tomo la libertad de recomendar la visita a Teherán de mi amigo personal Alexis Mardas, que tomará nota de tus instrucciones. Con todo mi respeto y amistad. Tu hermano, JUAN CARLOS”.

Charles Powell en su biografía de Juan Carlos I un Rey para la democracia de 1995, recuerda que, a los pocos días de las elecciones, don Juan Carlos escribió una larga carta al Sha de Irán, a quien había visto en varias ocasiones desde su primera visita a Teherán en 1969, en la que pasa a revista a la situación política española. El autor sigue el relato que de este asunto hace el periodista e investigador Jesús Cacho en un libro anterior, de gran éxito, por cuanto descubría los entresijos del poder económico y mediático en España.

Según Powell, no parece que el papel de un rey constitucional sea intervenir de modo tan directo en política. La carta famosa comienza aludiendo al régimen del que Juan Carlos era heredero, y dando la sensación de que no tenía nada que ver con él -Ya trataron los medios de desvincularlo del régimen franquista-. No obstante, reconoce que los cuarenta años de régimen absolutamente personal hicieron mucho bien al país, pero al mismo tiempo privaron a España .de estructuras políticas, lo cual suponía enorme riesgo para el fortalecimiento de la monarquía. Para fortalecerla era preciso ayudar al partido de la “Reforma”, es decir a la UCD, mediante los adecuados apoyos económicos, entre reyes, que cerraran el paso a los socialistas y otros partidos de izquierda, y que por aquel entonces todavía se declaraban republicanos-Luego en el debate constitucional socialistas y comunistas aceptaron la monarquía-. El tono de la carta es patético, y llama la atención sobre los riesgos de que ganen los socialistas. Peligraría la monarquía y la estabilidad del país, ¿quién podría crear esa inestabilidad? Obviamente, los militares. Y los socialistas podían recibir ayudas de sus partidos hermanos. Era preciso apoyar a Suárez con diez millones de dólares.

Powell tiene que reconocer que de haberse conocido el contenido de esta carta en el verano de 1977, el prestigio y la autoridad del rey habrían resultado gravemente dañados, no sólo porque revelaba hasta qué punto estaba dispuesto a intervenir en favor de una opción política concreta sino debido al carácter no democrático del régimen iraní. No resulta fácil determinar en qué medida reflejaba esta carta la verdadera postura de don Juan Carlos ante el reciente proceso electoral. Al ir dirigida a un autócrata poco amigo de la democracia parlamentaria, el monarca español no tenía más remedio que exagerar la gravedad de la amenaza que podía suponer el PSOE para justificar la petición de ayuda, en parte porque los malos resultados del PCE no permitían azuzar el fantasma de un supuesto “peligro comunista”. No olvidemos que en aquel contexto, el poder, todo el poder del Estado estaba en manos de la UCD, con su red de gobernadores civiles con las capacidades de las que los dotara el franquismo, intactas. Y ahora, el refuerzo del Rey. La respuesta del Sha vino a decir que estudiaría el caso y respondería, pero no sabemos si el dinero finalmente llegó. Powell afirma que el aplazamiento de las elecciones municipales a 1979 causó gran alivio en la Zarzuela, donde estaba vivo el recuerdo de las de 1931 que provocaron la caída de la monarquía de Alfonso XIII.

domingo, 14 de junio de 2020

Impresiones sobre Ciudad Real (1873) en plena I.ª República del economista Modesto Fernández y González

El economista, escritor y periodista gallego Modesto Fernández y González (1838-1897), menos conocido que sus hermanos el filólogo Francisco Fernández y González (1833-1917)  y el novelista Manuel Fernández y González (1821-1888),​ si es verdad que eran sus hermanos, era primo del abuelo del escritor Camilo José Cela y redactó un grueso y ameno libro de viajes donde habla, y no poco, de La Mancha ciudarrealeña en 1873: Portugal contemporáneo: de Madrid a Oporto pasando por Lisboa: diario de un caminante (Madrid: Imprenta y fundición de Tello, 1874). Este libro es importante porque el ojo economista del autor, bien educado para inspeccionar las virtudes y carencias del terreno, ofrece una buena descripción y análisis de la Ciudad Real del último tercio del siglo XIX; también suministra no pocos detalles sobre los monumentos históricos y artísticos. ​ 

En sus obras usó además los seudónimos de "Camilo de Cela", que inspiró a su emparentado premio Nobel, "Fernán González" y "Julio de Osera". Fue delegado de Hacienda de Madrid, académico de la Matritense de Jurisprudencia y Legislación, vicepresidente de la Asociación de Escritores y Artistas, presidente del Fomento de las Artes y caballero de la Legión de Honor; se hizo famoso este prerregeracionista con la frase "menos doctores y más industriales". En el texto que cuidadosamente he editado más abajo, (y lo habría editado mejor si dispusiera de más tiempo) es de notar su análisis de la industria del encaje en Almagro, de la minería de Almagro y de lo que supuso la Revolución de mejora para Ciudad Real, entre otros curiosos detalles (por ejemplo, la velada alusión al carácter carlista de la región). 

Alcázar de San Juan, 3 de Abril de 1873. 

Al salir de Aranjuez volví á la estación. Allí he visto en algunos coches un aviso que decia en gruesos caracteres Lisboa

— ¿Qué significa esto? pregunté. 

— Muy sencillo, me respondieron. Los viajeros de primera clase que se trasladan de Madrid á Lisboa tienen el derecho de conservar el mismo wagón hasta la capital del reino lusitano. Este derecho es una gran comodidad, pues se evitan cuatro trasbordos en otras tantas estaciones; Alcázar de San Juan, Ciudad-Real, Badajoz y Entronçamento. 

— ¿Y los viajeros de segunda y tercera clase? 

— Esos tienen que someterse á las variaciones de las empresas, pues cada trasbordo supone un nuevo dueño ó  administrador de la línea férrea. Los coches de una empresa no recorren el trayecto de otra, si se exceptúan los de primera clase, que gozan del privilegio exclusivo de los hombres de fortuna. 

Después de agradecer estas explicaciones, tanto más necesarias cuanto menos se haya viajado, y de ocupar el asiento impuesto por ni bolsillo y reconocido por mi voluntad, el tren correo, único que enlaza con todas las líneas, se puso en marcha hacia Alcázar de San Juan. 

Las horas trascurrían como minutos; la noche era apacible y serena; á un lado y otro del camino empezaban á divisarse las llanuras de la Mancha. 

¡Alcázar! anuncian los pregoneros de la estación, y el nombre del pueblo se repite en todos los coches. 

Los viajeros se confunden con otros viajeros. Andalucía, Extremadura, Valencia y Portugal, facilitan á la estación de Alcázar diariamente y por breves momentos una masa flotante de gentes, que circulan de aqui para allá, de la fonda al café, y del café al templo de Baco. 

Es un cuadro animadísimo el que presenta la antesala del hotel, que por cierto tiene por techumbre el firmamento; allí aparecen, en exposición continua y relevándose de hora en hora, tipos, caracteres y costumbres españolas de una pureza extraordinaria. El escritor y el artista encuentran en aquellos cuadros mucho que estudiar y no poco que aprender. 

Los viajeros pedian con solícito afán una jícara de chocolate ó una taza de café; algunos, aunque pocos, preferían el té ó chá portugués, y un servidor de Vds. estaba al aire libre, preocupado con una idea. 

Recordaba el que estas lineas escribe que la villa de Alcázar de San Juan, una de las más importantes de Ciudad-Real, y en la que fundó Carlos III el mayorazgo infantazgo para su hijo segundo, pretendió en algunas ocasiones la gloria, que gloria seria para todos los pueblos, de haber dado cuna y pila bautismal á un español  insigne, a quien las naciones reconocen por Miguel de Cervantes Saavedra. Pero Alcalá de Henares, ciudad predilecta del Cardenal Jiménez de Cisneros, puede enorgullecerse con el hecho, en general aceptado, de que en su recinto ha visto la luz primera el ingenio peregrino que, andando los siglos, todavía admira el mundo. 


IV 


Almagro, 4 de Abril de 1873. 

Larga extension de terreno hemos atravesado.  Ni un  momento he podido olvidar las hazañas de Sancho y los batanes que tan crueles sustos le prodigaron. Daimiel y Almagro, Miguelturra, son páginas constantemente abiertas del Quijote y al detenerse en sus relaciones, la memoria y la inteligencia se fijan en aquella obra maestra de la literatura española. 

Almagro reúne, no ya el recuerdo del Caballero de la triste figura, sino una industria importantísima, la de encajes y blondas, que compiten con iguales artículos de procedencia extranjera. 

Desde 1396 en que se inició esta industria y hasta los primeros años del reinado de Doña Isabel la fabricación fué en aumento á causa de ser considerable el consumo, así en Europa como ea América. Los operarios eran muchos, las ganancias no eran menores. Las madres acostumbraban á sus hijas, sin distinción de clases, á la confección de esta delicada labor. 

Hay una época, la de 1836 á 1845, en que la fabricacion llegó á su mayor apogeo. Una sola casa tenia á su servició 14.000 operarios, distribuidos entre el Moral de Calatrava, Miguelturra, Bolaños, Granátula, Daimiel, Carrion, Ciudad-Real y otras poblaciones. Ya en 1850, la industria declinaba. Dos casas destinadas á la venta de encajes, compraban los productos á las operarias, á cambio de dinero unas veces y de géneros catalanes otras. Estas trasformaciones y la competencia extranjera hicieron que 
en el dia solo puedan contarse 6.000 personas, que vivan del trabajo de la fabricacion. 

Aquellos riquísimos encajes y aquellas finísimas blondas que antes eran codiciadas en el comercio, no se producen hoy en tan considerable cantidad, ya por falta de pedidos, ya por exceso de precio, ya por exigencia de la moda. Ahora las encajeras ofrecen puntillas de hilo, bien hechas, excelentemente fabricadas, que las toman y las revenden los mercaderes ambulantes. 

Esta industria, en sus mejores tiempos, ofrecía pingües y saneados rendimientos. Cuando el jornal de los obreros del campo alcanzaba solo cuatro reales, sus mujeres é hijas obtenían sin fatiga y sin esfuerzo diez ó doce, según la agilidad de cada una, habiéndose dado el caso, y no único, de que muchas niñas recibiesen de salario tantos reales al dia como años tenían de edad. 

Así se comprende, que en el mayor apogeo de la industria de encajes, las mujeres fuesen tan requeridas de amores para el santo lazo del matrimonio. El haber del jornalero en el extenso término de Almagro era corto; el producto de la fabricación de las encajeras era sabido. 

De aquí que todos solicitasen á estas femeninas industrialas y virtuosas por el trabajo, honradas por la educación; pues al mismo tiempo que recibían por compañera una esposa, digna de la familia y de sus hijos, ingresaba en casa una renta segura para las necesidades del matrimonio.

El trabajo ha sido en todos tiempos fuente de virtud. 

Almagro es la capital del campo de Calatrava, donde reside el gobernador eclesiástico de la orden. Y al llegar aquí, puesto que cito á las órdenes militares, séame permitido evocar los recuerdos de la historia y las lecciones de la infancia. 

Las órdenes militares han perdido su importancia pasada; hasta el gobierno de la nación las ha declarado disueltas. Nadie intentará renovar sus hazañas, sus heroicas empresas, sus inmensos servicios al grito de Dios ley y patria; pero pecaría de ingrato y antipatriota quien negase á aquellas asociaciones espíritu aventurero, amor nacional é hidalguía castellana. 

Nuestras tradiciones populares son las mismas tradiciones; nuestros recuerdos históricos son sus propios recuerdos; nuestras glorias españolas son sus propias glorias. ¡Ahí los guerreros de la orden de Santiago en todas partes estaban y en todas prodigaban su sangre y sus tesoros! La cruz del Redentor del mundo era la enseña que les animaba al combate, á la lucha y á la muerte. Los guerreros de Calatrava contaban el número de mártires por el de sus valientes, y sus castillos fueron testigos mudos
de proezas innumerables: los asociados de Alcántara, Montesa y San Juan, inspirados por la fé, yalerosos por la guerra, admiradores de su engrandecimiento, reconocidos á la fortuna de sus laureles, servian lealmente á la religión y á la patria. 

Llegó un momento en que tales asociaciones fueron un poder dentro de otro poder, un estado dentro de otro estado, una nación dentro de otra nación. Tenían estas órdenes autoridad civil, autoridad religiosa y autoridad militar. ¿Qué eran, si no, los grandes Maestres de las mismas? ¿Eran por ventura otra cosa que pequeños reyes, dueños de la autoridad soberana, el primero entre los primeros atributos del poder supremo? ¿No gozaban y dispensaban la jurisdicción civil y la jurisdicción criminal? ¿No resolvían las cuestiones judiciales y sentenciaban los procesos de sus asociados? 

Pero este poder casi soberano que ejercían, delegado de la Corona, como que á esta se hallaban las maestranzas incorporadas, fué necesario, absolutamente necesario en aquellos tiempos turbulentos de guerras y de conquistas, de espíritu religioso y de entusiasmo patriótico. 

Los servicios que prestaron, los mártires que inmortalizaron su nombre, el afán de guerrear que llevaban á todas partes, la pasión religiosa que presidia á todos sus actos, bien merece que se recuerde al pisar esta tierra ennoblecida con la sangre de tantos hijos y con el resuelto esfuerzo de tantos valientes. 

Abandonemos la villa de Almagro, dejando al lado de la estación un convenio magnifico, casi en ruinas, como sucede con la mayor parte de las obras artísticas de España. 

Ciudad-Real, 5 de Abril de 1873. 

En la estación de Alcázar despedimos á los viajeros de Alicante y Valencia; en la de Manzanares a los de Andalucía, y previa la detención en los puntos intermedios, el tren siguió á todo correr de la máquina, porque no hay pendientes, desniveles ni curvas en un terreno de suyo llano y espacioso, hasta llegar á Ciudad-Real. 

Era el amanecer. 

Se oia el canto de los pajarillos y se observaba á la simple vista el numero de árboles en donde estaban escondidos. La Mancha es un país rico, produce lo necesario á la vida, y hasta exporta lo sobrante con notables rendimientos. Sus hijos, que son hijos de España, reúnen todas las cualidades de los buenos ciudadanos; afables en el trato, trabajadores en el campo y en el taller, hacendosos en sus viviendas, bravos en el ejército y honrados con la fé de sus mayores. Pero se advierte en ellos cierta rivalidad con la vegetación, pues existen muy contados árboles, y los que se plantan, desaparecen en los primeros meses. Las preocupaciones pueden mucho; la conveniencia puede más todavía. La conveniencia exi- 
ge que el arbolado aumente, para que las lluvias sean periódicas y eviten la propagación de epidemias y enfermedades. Todos los pueblos siguen este sistema, y aunque la Mancha no tenga aguas abundantes para el riego, fácil es sostener y propagar con solo el cuidado y la perseverancia, la plantación de especies arbóreas, tan necesarias á la salud. 

Llegamos ya á Ciudad-Real. 

Comparado el pueblo de ahora con el de antes se observa una trasformacion beneficiosa. E1 camino de hierro avivó el deseo de reformas. 

Al penetrar en Ciudad-Real, se ofrece á la vista un espectáculo agradable. Las murallas, las almenas, las casas, simétricamente colocadas y de trecho en trecho recogidas al abrigo de los templos católicos, llaman la atención del espectador y del viajero. Sobre todo, las antiguas defensas de la plaza, que eran las murallas, en gran parte destruidas hoy, y las torres, en su mayoría echadas por el suelo, reconcentran el entendimiento en el esplendor de antes y en el abatimiento de ahora. 

Para ingresar en la ciudad, tenemos á nuestra disposición siete puertas, que se conocen con otros tantos 
nombres propios. Ciruela, Alarcos, Carmen, Granada, Santa María, Mata y Toledo, pues la de Calatrava pertenece ya á la historia. Algunas de estas entradas conservan todavía, á pesar de tantos vandalismos artísticos y de tantas profanaciones históricas, la fisonomía de tiempos pasados, y recuerdan el nombre inmortal de Carlos I; la de Toledo, notable para el.anticuario por sus esbeltos arcos, por su delicada fábrica, por las torres que le sirven de vigilantes, por su grande ojiva y sobre todo por el gusto arquitectónico que revela, permanece en pié para examen de los inteligentes; y la de Ciruela, que se halla inmediata á la estación del ferro-carril y acaba de ser restaurada á conciencia por la generación 
contemporánea, tiene el privilegio de reflejar en ella todas las miradas. 

Fijémonos en esta última puerta. Existia al Sur de la ciudad un arco de medio punto, carcomido por el tiempo é inaccesible al paso de las gentes, que la linea férrea hizo necesario su habilitación para llegar directamente,  y sin inútiles rodeos, al centro de la misma. 

Es preciso confesar que la restauración fué hecha con inteligencia y sin mengua del arte. Un arquitecto peritísimo, D. Cirilo Vara, propuso que se colocasen dos torreones, unidos por un lienzo de pared, y en el que se ostentasen gallardas almenas. En el centro debia figurar un arco de gusto gótico. En efecto, la obra se llevó á feliz término por iniciativa del entonces gobernador civil Sr. Cisneros, y el viajero puede contemplar una fortificación guerrera de agradable aspecto y de general conveniencia. 

Ahora que la reforma está hecha, ahora que las gentes transitan sin dificultad; ahora que los vehículos entran y salen según el antojo de sus conductores, parece el trabajo sencillo y la obra producto de escasos esfuerzos. Ha costado, por el contrario, no pocas vigilias y grandes sacrificios. 

El proyecto llegó á su término, y la Puerta de Ciruela, que ofrece un ancho de 10 metros por 11 de altura, que su ornamentación corresponde al género arquitectónico, que hasta el más insignificante detalle, fué previsto y realizado, es el adorno más completo que podía ofrecer la ciudad favorita de Alfonso el Sabio á los viajeros, ya por la proximidad al desembarque del ferro-carril, ya 
por el sitio en que está colocada. 

Ciudad-Real es un conjunto desordenado de obras antiguas y de obras modernas, de recuerdos históricos y de trabajos presentes. 

Como obra de otras generaciones , sobresale el. templo de Nuestra Señora del Prado. Admira ver aquella sola nave, tan alta, tan esbelta, tan espaciosa, que rivaliza en magnificencia con los demás templos de España. Es posible que no haya otro que le exceda; pues cuenta 50 metros de longitud y 47 de latitud. Las dos bóvedas interiores, que recuerdan los primeros años del siglo xvi, el retablo, las esculturas de los apóstoles, la torre elevadísima, todo está primorosamente hecho y con arte dirigido. Domina en la construcción el gusto gótico. 

Allí se encuentran dentro del templo los estandartes que sirven para las proclamaciones de los Reyes, del  mismo modo que en la Basílica de Atocha, custodiada por los inválidos del ejército, ondean para perpetuo recuerdo y para eterna enseñanza los trofeos y las banderas ganadas por los españoles en los campos de batalla ó en los combates navales. 

Otras dos parroquias á más de la de Santa María del Prado, existen en Ciudad-Real. Tiene la de San Pedro Apóstol y la de Santiago; esta última, la más antigua de todas, pero también la más maltratada por impericia de los restauradores y revocadores. Aquella techumbre, que priva al templo de su primitivo carácter, no está en armonía con el resto del templo, con las tres naves, con las anchas ojivas y con el retablo que adorna la Casa de Dios. 

La iglesia parroquial de San Pedro Apóstol, es antigua: ofrece á la vista tres naves espaciosas, un coro, obra del siglo xvi; un altar dedicado á la virgen de la Guía, modelo de estilo churrigueresco; grandes columnas; hermosísimas gradas para llegar al presbiterio, y un retablo de escayola, tanto más notable, cuanto que fué hecho por un hijo de la ciudad, por el Sr. López Donaire, nada menos que en 1863, es decir, hace pocos años. 

Tres puertas dan ingreso al templo , las tres de construcción antigua y distintas en el orden arquitectónico. Las murallas y las puertas revelan el espíritu guerrero de pasadas edades; los conventos y las iglesias, la piedad de nuestros mayores. 

Ya hemos dicho el estado de las primeras, ya hemos indicado los templos; solo falta recordar los conventos, el de Carmelitas y el de Dominicas , que cuentan por centenares los años de existencia. Y de esta suerte completamos todo lo antiguo, todo lo que legaron nuestros ascendientes en fuerza de sacrificios por la religión y por la patria. 

En contraposición á las obras antiguas , ofrece el sistema constitucional las obras modernas. Aquellas se destinaban á la oración, á la caridad y al recogimiento; estas se aplican á las artes , á la enseñanza , á la ciencia, á la industria y al dolor. Templos , hospitales y monasterios constituían las primeras ; fábricas, talleres, escuelas, institutos, hospicios , casas de socorro , constituyen las segundas. 

Entre las construcciones recientes figura la Gasa Consistorial, terminada en 1869. E1 edificio es suntuoso por fuera y admirablemente distribuido por dentro. Una esbelta y graciosa escalera, adornada con estatuas, convida el ingreso al palacio popular. 

El salón de sesiones puede enorgullecer á una capital de tercer orden , y aun de segundo y de primero: 13 metros de largo por 6 de ancho, á más de las pilastras, capiteles , balaustrada y trabajo artístico, base de la ornamentación: hé aquí lo que ofrece la sala destinada á las conferencias de los concejales de Ciudad-Real. 

La parte exterior, reúne á la sencillez la elegancia. El frente á la plaza es un trabajo digno de examen minucioso, descollando las armas de la ciudad, las de Castilla, la lápida de la Constitución, las estatuas representativas de la Justicia y la Prudencia, la Industria y la Agricultura, las ventanas centrales y la torre, y sobresaliendo entre la parte constructora de la obra , la tan conocida y apreciada piedra de Novelda. 

La Plaza Mayor, ó sea de la Constitución, es de forma irregular. Viene ya de tiempo de Fernando VI, de aquel diligente monarca que fomentó la marina, construyó el Jardín Botánico de Madrid, estableció el Observatorio astronómico, protegió á los hombres de saber, auxilió á la industria y al comercio, creó la Academia de Bellas Artes, y firmó un tratado de paz , el de Aquisgrán, en 1748. La plaza es un trapecio de 4.000 metros cuadrados, y fué objeto de reparaciones importantísimas en 1860, sin detrimento del arte y en honor de la belleza. 

El género que domina en las construcciones particulares, es el greco-romano, destacándose el piso principal por sus adornos, por sus ventanas, por sus pilastras y por sus capiteles. 

En el centro de la plaza se levanta una fuente erigida á la memoria de Hernán Pérez del Pulgar el de las Hazañas y hijo de Ciudad-Real, que debe servir de base á la estatua de tan insigne guerrero. Allí, en el propio pedestal y mirando al Ayuntamiento, aparece en letras de oro y en elegante lápida de mármol, la siguiente inscripción: 

HERNÁN PÉREZ DEL PULGAR 
EL DE LAS HAZAÑAS 
NACIÓ EN CIUDAD -REAL EN 1454 
Y MURIÓ EN GRANADA EN 1534. 
LA CIUDAD NATAL CONSAGRA 
ESTA MEMORIA AL SEÑOR DE LOS 
MOLINOS DE TREMECÉN, 
AL HÉROE DE ALHAMA, DEL SALAR, 
DE GUADIX, DE SALOBREÑA, 
DE GRANADA Y DE MONDÉJAR. 

Los pueblos que recuerdan las virtudes, la inteligencia ó el valor de sus hijos predilectos, merecen el aplauso de la historia y los plácemes de las generaciones contemporáneas. Honrar la memoria de los grandes hombres es honrarse á si mismo la patria, es honrarse á si mismo el pueblo que les vio nacer. 

Ciudad-Real se enorgullece con Alfonso de Soto, jurisconsulto [no, es de Ciudad Rodrigo]; Juan de Molina, historiador; Alonso de Céspedes, guerrero; Fernán Gómez, médico y literato, hijos todos de esta población. 

Continuando las obras y restauraciones modernas, ya públicas, ya particulares, debemos mencionar el cuartel de caballería, fundado á fines del siglo anterior para casa de misericordia por el cardenal arzobispo de Toledo, señor Lorenzana, y convertido más tarde en alojamiento de la fuerza armada. El edificio es cómodo, espacioso, bien situado, perfectamente restaurado y propio para tres ó cuatro regimientos. 

El Hospicio provincial, reformado en todas sus partes, ofrece grandes departamentos; el Instituto, tiene aulas y colegio de internos con absoluta separación, y el Hospital civil, extramuros de la ciudad, ostenta salas ventiladas é higiénicas. 

Como edificios particulares sobresalen los palacios de Barrenengoa y Almagro, y como paseos, el de la Libertad, inmediato á la puerta de Calatrava, que fué un tiempo interminable serie de lagunas, causa permanente y ocasional de enfermedades para el barrio de Santiago, y hoy es una planicie agradable y una larga extensión de terreno bien dispuesto para la gente de á pié. 

E1 tiempo era limitado, pero suficiente á recorrer todas las calles y visitar todos los edificios públicos. El aspecto que presenta esta capital revela grandes mejoras realizadas en los últimos años, y un deseo vehemente de llegar en breve término á la altura de otras ciudades, superiores en importancia política, aunque no en riqueza y recuerdos históricos. 

VI 

Argamasilla de Alba, 7 de Abril de 1873. 

En la estación de Alcázar despedimos á los viajeros de Alicante y Valencia, quedando únicamente en nuestra compañía hasta Manzanares los que se dirigían á las fértiles y hermosas provincias andaluzas. 

Pocos españoles habrá que al oir el nombre de este pueblo y al fijarse en la estación de Argamasilla de Alba, no recuerden al punto aquellas palabras que repiten los niños y pronuncian los ancianos: «En un lugar de la Mancha, de cuyo nombre no quiero acordarme» Cervantes no quiso acordarse de Argamasilla, sin duda para que todas las villas y lugares de la Mancha le ahijasen, y sin embargo, le dio alto renombre é imperecedera fama. Aquí pasó luengos dias y menguadas noches, y en este pueblo hubo de habitar por ajeno mandato una humilde casa, donde toda incomodidad tiene su asiento. 

Todos saben de memoria que en Argamasilla de Alba concibió y escribió Cervantes la más ingeniosa fábula de los tiempos pasados y presentes; todos saben que Argamasilla sirvió de prisión al escritor, al soldado y al diplomático, abrumado por tanta miseria y tantos sufrimientos, pero rico de nobleza, de bravura y de inteligencia. 

¿Quién, que no reniegue del nombre español, pasa por este pueblo y no dedica algunas horas á visitar la prisión de Cervantes? 

¡Ah! Un impulso de la propia conciencia y una resolucion espontánea de la voluntad, me obligó á detenerme aquí un día. ¡Veinte y cuatro horas que trascurrieron en veinte y cuatro segundos! Una, dos, tres, hasta diez veces, recorrí de arriba abajo y de abajo arriba la casa de Medrano. Pero ¿qué es la casa de Medrano? La tradición popular trasmitida de padres á hijos designa á esta casa como la que sirvió de cárcel á Cervantes. 

Ese edificio fué comprado por el Estado en 1862, á petición del entonces gobernador de la provincia de Ciudad-Real y conocido literato D. Enrique de Cisneros. No se limitó á la compra el esfuerzo de la nación para honrar al primer prosista español, sino que fué restaurada con esmero y se conserva con diligente cuidado, por iniciativa y aun generosidad pecuniaria de D. Sebastian Gabriel de Borbon, grande aficionado á las artes y á las letras patrias. En el interior de la casa se ve un cuadro que recuerda á las gentes el nombre del literato que allí pasó amarguras sin cuento, y el titulo del libro que constituye su propia gloría y la del país que le vio nacer. 

El impresor D. Manuel Rivadeneyra, muerto ya para desgracia de la España literaria, pero á quien sucede honradamente por títulos de honor, con nobleza adquiridos, su propio hijo, se propuso dar á la estampa el libro Don Quijote de la Mancha en el mismo sitio y lugar en que lo escribió su autor. Asi sucedió en efecto. Empresa en que el Sr. Rivadeneyra tomaba parte, podia darse por terminada en su ejecución. La Biblioteca de Autores Españoles denuncia una obra 'colosal y un amor patrio á toda prueba. La publicación del Quijote en Argamasilla de Alba, compuesto por cajistas llevados de Madrid, é impreso en máquinas de procedencia nacional, revela el propósito de coadyuvar á la obra de agradecimiento que debe la nación española al Manco de Lepanto. 

Es decir, que España adquirió la casa , el ex-infante D. Sebastian la restauró, y Rivadeneyra hizo una edición especial del Quijote y de otras obras del autor, que andan en manos literarias y se ven en las bibliotecas de los hombres de estudio. 

Más ha hecho la generación moderna por la memoria de Cervantes que sus propios contemporáneos. En nombre de todos los españoles, la Academia de la Lengua le tributa solemnes honras fúnebres en Madrid, llevando la palabra de Dios un obispo de la cristiandad ; la casa en que vivió Cervantes en la capital de España, es conocida por una lápida que la municipalidad ha hecho colocar; su calle lleva su propio apellido; aparece en estatua frente al palacio de las Cortes , y hasta el estudio de humanidades á que asistía en la calle de la Villa, llama la atención del transeúnte. 

Salgamos del pueblo inmortalizado por Cervantes, para visitar los alrededores. Ante nuestra vista se descubren inmensos campos y llanuras; á un lado está el Toboso; al otro, términos de riquísimas villas ; en todas partes aparecen las señales que fotografía D. Quijote en su inimitable cuadro de la vida y de los hombres. 

El corazón se ensancha y el patriotismo tiene legítimo desahogo corriendo por estas tierras, que traen á la mente recuerdos imperecederos. 

Rindamos un tributo de admiración al insigne escritor que ha gozado del raro privilegio de que sus obras se tradujesen á todos los idiomas, y de que por su nombre y por su fama constituya el ornamento de las letras castellanas. 

VII

Puertollano, 8 de Abril de 1873. 

En este pueblo existen unos baños, cuya nombradía llega á todas partes y cuya eficacia para ciertas dolencias es altamente provechosa. Larga caravana de enfermos se dirige á Puertollano desde el 15 de Junio á igual dia de Setiembre, que es la temporada abierta al público. Otros baños se encuentran á corta distancia de estos, los hervideros de Fuensanta y los del Villar. 

Asi como Puertollano tiene estación y los viajeros se detienen en el pueblo, sin molestias, los de Fuensanta exigen que se salve un trayecto desde Ciudad-Real en ómnibus, y los del Villar que se ande una hora en tartana desde la estación de la Cañada. Asi y todo, la concurrencia es numerosa y los beneficios de las aguas abundantes á la salud. 

En Fuensanta predominan las mujeres, asi como en Los Baños y en Puertollano pagan su contingente en gran mayoría los hombres. Aquellas aguas minerales son acidulas y ferruginosas, mientras que estas se acercan más á las carbónicas. Las enfermedades de la piel predominan en las primeras, y las de estómago y reumáticas ofrecen asiduo entretenimiento á las segundas. La temperatura de estas aguas es la siguiente : 

Hervidero de Fuensanta. 17° y 25º Reaumur. 

Puertollano 13º idem. 

Observo que me entrometo en asuntos facultativos, como si fuera escritor médico español, y tan competente en aguas minerales como D. Marcial Taboada, D. Anastasio García López ó el respetable Sr. Rubio, por desgracia perdido ya para la patria y para la ciencia. 


VIII

Almadén, 9 de Abril de 1873. 

Al oir la palabra Almadén el amor patrio se enorgullece. Criaderos de esa clase, tan primorosamente ofrecidos por la naturaleza y con tal abundancia prodigados, no existen en otro país de la tierra. 

Aquellos criaderos, que celebran y envidiaa todas las naciones; aquellas masas de mineral incalculables é inacabables; aquellas galerías, más dignas de atención por los trabajos de la naturaleza que por los esfuerzos de los hombres, lisonjean, y pueden lisonjear, el orgullo español, Y, sin embargo, contrasta la riqueza de las minas con la administración de las mismas. 

Todos creen al llegar á la estación de Almadén que están ya en las minas. Engaño manifiesto. El viajero tiene que recorrer ocho kilómetros antes de penetrar en el establecimiento, pero ocho kilómetros de un camino fatal, inaccesible á los carruajes y solo practicable en buen tiempo á la gente de á pié. El que tenga deseos de visitar aquel prodigio de la naturaleza, quédese en la estación anterior, Almadenejos, y desde allí podrá seguir, no muy cómodo, un camino vecinal recientemente construido. Maravilla al viajero que las minas de Almadén no tengan vias de comunicación, ni una mala carretera, ni siquiera un ferro-carril servido por fuerza animal. ¡Cosas de España! 

El Sr. Rodríguez Pinilla, que fué director general de Propiedades, se lamentó en documentos oficiales de este abandono. Dios quiera que su voz no se pierda en el espacio. 

Es verdad que existe una linea férrea entre España y Portugal; pero este camino de hierro, aunque pasa por las inmediaciones de Almadén y una de sus estaciones está bautizada con su nombre, deja subsistentes las mismas dificultades para los viajeros y para los trasportes. 

Las minas de azogue de Almadén , cuya explotación data de tiempo de los romanos, que en el siglo xvi fueron arrendadas á los condes Fúcares y que volvieron al pleno dominio del Estado en 1616, se hallaban dotadas al fin del siglo pasado de los aparatos más adelantados en aquel tiempo. Se montó una máquina de extracción de minerales movida por ocho caballerías, otra de vapor de 40 caballos que salió de los talleres del inmortal Watt y se aplicó al desagüe, y una grúa para mover grandes pesos y colocarlos desde el mismo pozo de extracción en las carretas con que se hacia y se hace aun hoy el tras-
porte. 

E1 gobierno entonces quiso dotar esta preciosa finca de todos los mejores elementos mecánicos que podían mejorar la explotación, y Almadén puede vanagloriarse hoy de poseer y ver marchar todavía, después de ochenta años, una de las máquinas de Watt más antiguas que sustituyeron á las de Newcomen para hacer el desagüe de las minas. 

Pero si en aquella época se dedicaron algunas sumas á mejorar los sistemas primitivos con aparatos nuevos, desdé entonces hasta estos últimos años, nadie habia querido escuchar los ayes y reclamaciones de los ingenieros en demanda de progreso para aquellas minas. Setenta años habian trascurrido desde las innovaciones allí introducidas; el siglo xix estaba recorriendo su segunda mitad, Y el Estado, dueño de las minas, veia impasible hacer la extracción con muías, el trasporte en carretas de bueyes, subir y bajar á los obreros por escaleras de mano á 300 metros de profundidad, gastando sus fuerzas y su vida inútilmente, como si el yapor no existiera, como si la mecánica no hubiera hecho progreso alguno 
en estos setenta últimos años, como si no hubiera medios de economizar las fuerzas alargando la vida, del obrero que baja á los subterráneos. Tampoco se pensaba en que estos obreros, condenados á respirar una atmósfera envenenada, podian experimentar un grande alivio introduciéndoles aire del exterior con que vivir; se limitaban los medios de ventilación á dejar obrar el desequilibrio de la atmósfera sobre las bocas que comunican las díferentes galerías con el exterior , y cuando más se encendía alguna leña en el verano en uno de ellos para activar un poco la corriente natural. 

Pero afortunadamente todo ha cambiado en aquellas minas en estos últimos años, gracias á los recursos votados por las Cortes Constituyentes á propuesta del ministro de Hacienda, D. Laureano Figuerola. Con estos recursos han podido comprarse en los talleres de Bélgica máquinas modernas, que obedecen á un plan completo de instalación, estudiado y desarrollado por uno de los ingenieros del Cuerpo de Minas más competentes y respetables, el Sr. Monasterio, comisionado para este objeto por el gobierno. 

Algunas de estas máquinas están ya funcionando con brillante éxito, y los obreros que bajan y suben de los subterráneos en tres minutos, sin fatiga alguna, y que respiran en ellos un aire puro y fresco, que introduce un ventilador, bendicen la mano bienhechora que tanto bien les proporciona. Más de 40.000 [¿?, quizá diez mil] obreros van ya movidos por este aparato de locomoción vertical, y cada dia produce más entusiasmo este cambio, que no solo ahorra un tiempo precioso, sino que aumenta la vida de aquellos economizando sus fuerzas. Baste decir, que cada ascensión ahorra una hora y otro tanto la bajada, de modo que los, 40. 000 obreros trasportados representan una economía de 80.000 horas, que equivalen á cerca de diez años por un obrero. 

Las nuevas máquinas de Almadén no tienen por objeto principal, ni aumentar la producción, ni ahorrar,
brazos, ni buscar otras grandes economías: no conviene arrojar al mercado más mercurio que el que demandan las necesidades de las diferentes industrias que viven de él, si hemos de conservar el monopolio, y por consiguiente el precio que hoy tiene, ni puede dejarse de sostener una población que ha vivido siempre de las minas, y allí ha perdido sus hijos y ve consumir las fuerzas de los que sobreviven: se trata de una cuestión más alta y humanitaria en su esencia, por más que, realizada como se espera y ya empieza á sentirse, la economía y facilidad en todos los servicios han de ser un hecho evidente ; pero estas mejoras tienden á crear obreros más fuertes, y salvarles en cuanto es posible de los efectos nocivos de la atmósfera mercurial en que se ven envueltos de continuo.
 
Sabiéndoles y bajándoles con comodidad en breves instantes, sin hacer esfuerzo alguno, ni sus poros se abrirán al empezar el trabaja, como sucedía no há poco, ni sus fuerzas se gastarán elevando su cuerpo mil veces en cada entrada por escaleras de mano: una vez en la superficie, sin apercibirse apenas de ello, van al lado de su familia tranquilos y descansados, sin más fatiga que la que produce la faena á que cada uno se dedica. 

Seria muy largo hacer una relación detallada y minuciosa de todas las nuevas máquinas que deben cambiar ya, en poco tiempo, completamente la faz de aquel establecimiento industrial ; pero daremos brevísima reseña de las principales. 

En el pozo San Miguel, que antes era solo de ventilación, se ha montado una máquina horizontal de 20 caballos de fuerza, con la cual se hace el servicio de extracción de minerales, mientras se monta otra de 40 caballos en el pozo maestro de San Teodoro; se ha hecho el de subida y bajada de obreros, se verifica el desagüe con cubas guiadas, y actúa un ventilador aspirante, que introduce en las minas 8 metros cúbicos de aire en cada segundo. Esta máquina funciona ya, y extrae diez toneladas de mineral por hora. 

Sobre el pozo San Aquilino se ha levantado un lujoso edificio que cubre no solo una linda máquina vertical de 30 caballos de fuerza, sino el departamento de las calderas, tres en número, oficinas de los ingenieros, oficiales de minas y empleados administrativos , salón de planos y otras dependencias importantes. El techo del cuerpo principal de este edificio está formado por una bóveda de 
chapa de hierro galvanizado. La máquina está funcionando para subir y bajar los obreros, por medio de espaciosas jaulas, guiadas, provistas de para-caídas del sistema Sibotté, en las que entran de cada vez 16 obreros, aunque son susceptibles de recibir hasta 22. El castillete sobre el que están montadas las poleas, que reciben un cable plano de pita de Manila, está formado por vigas y traviesas de hierro que dan al conjunto una extraordinaria solidez, y un aire esbelto, poco común en esta clase de aparatos. 

Hay además montado y servido por otra máquina vertical de 12 caballos, un taller completo de reparaciones, contornos, cepillos, fraguas, taladros, sierra mecánica y demás mecanismos de esta clase de dependencias. 

Se está recortando el pozo maestro llamado de San Teodoro y cuyas dimensiones de los tres primeros pisos son escasas para los nuevos aparatos, y á él está destinada otra maquinado 40 caballos, de tracción directa, auxiliada para la expansión por otra de seis y un freno de vapor. De este pozo partirá un plano automotor de medio kilómetro de longitud, por el que serán conducidos los minerales en wagones directamente de la mina á los hornos. Este plano empieza por un puente montado sobre columnas de hierro, media por un  ferro-carril en firme y termina por un viaducto de 100 metros, en dos tramos, 
montado sobre pilas metálicas del sistema de celosías. A continuación de él se halla el taller de preparaciones mecánicas de los minerales, donde han de ser clasificados por riquezas y tamaños, siendo movidos los aparatos por una máquina de 20 caballos horizontal, del sistema Gorliss, construida en la fábrica de Mr. Bede de Verviers (Bélgica). 

Prepáranse asimismo, entre otras mejoras, un sistema de señales telegráficas y una serie de tubos metálicos, por los que ha de correr el mercurio desde los hornos al almacén, cayendo en unas pilas de fundición cerradas, de invención del Sr. Monasterio, mediante las que el obrero, ni estará expuesto á los vapores mercuriales, ni tiene que ocuparse en llevar el azogue á la balanza sino cuando va á envasarse. Un indicador marca el azogue que contienen estas pilas por medio de una escala, y puede de ellas sacarse á voluntad en la cantidad que se desea, como se saca de un tonel otro liquido cualquiera. 

Terminamos estos apuntes manifestando que el estatablecimiento de Almadén, antes tan atrasado, será dentro de poco, no solo un establecimiento industrial á la altura del primero de este género, sino una escuela de mecánica para todo el que quiera estudiar los diferentes sistemas modernos, de distribución del vapor, expansión, calderas, cambios de movimiento y construcción sencilla y de gran gasto. Hoy puede ya mostrarse á los extranjeros con orgullo, sin avergonzarse ni bajar los ojos, como sucedía no há mucho, cuando atraídos de la fama de estas minas, venian las personas curiosas á visitarlas. El descender á aquellas obras grandiosas del interior, antes tan molesto, es hoy un paseo agradable; y en los snbterráneos, ya no se oye, sino rara vez, el chirrido de las carretillas de mano que arrastraban el mineral al pozo de extracción, regado por el sudor del carrero; están las galerías principales cruzadas de vías férreas, por las que se deslizan con facilidad y sin grande esfuerzo, pequeños wagones de hierro de la cabida de 400 kilogramos. 

Muchos ingenieros trataron de realizar los progresos de la ciencia; las Memorias son luminosas, sus indicaciones acertadas, sus economías dignas de estudio, y sin embargo, trascurrió el tiempo hasta que la necesidad hizo obligatorio lo que demandaban de consuno la humanidad y el impuesto.. 

Por eso dice el Sr. Pinilla en su Memoria que la explotación y beneficio de las minas de azogue de Almadén cuestan al Estado el 66 por 400 de su producto. A buen seguro que no llegan, ni con mucho, á esa cifra, los gastos de las minas de igual clase en Austria y en California. 

¿Qué remedio urge poner en práctica para evitar el mal? 

Ante todo, y sobre todo, enlazar la via férrea de Badajoz con el establecimiento-minero por medio de un ferro-carril, ya movido por el vapor, ya por fuerza animal, llámase camino de hierro ó califíquesele de tranvia. La cuestión está en construir la legua y media que separa á la mina de Almadén de la estación de su propio titulo. En ello ganarían el Tesoro y la industria nacional. 

Los demás medios que indica el Sr. Pinilla, recomiendan los ingenieros y exige la ciencia, se relacionan con los procedimientos de beneficio, empleo de máquiñas, conducción de minerales y establecimiento de laboratorios. En estos últimos años van gastados en mejoras positivas, que se traducirán en mayores productos y más saneados ingresos en el presupuesto, cinco millones de reales. ¡Gracias á Dios que algo empezamos á realizar por nuestro propio bien!  Que la parte facultativa intervenga más, dijo un alto funcionario; que la administracion dirija menos, hé aquí una gran verdad. Que los gastos sean muchos, importa poco; lo que importa es que los rendimientos correspondan á los sacrificios del país. 

Por lo demás, es digno de visitarse el establecimiento. 

La curiosidad y la inteligencia tienen ancho campo en donde espaciarse. Los hospitales, las escuelas, los criaderos de cinabrio y de mercurio, las galerías, la dehesa, cuanto ha producido la naturaleza y el hombre, pero sobre todo la primera, llaman la atención del viajero y le obligan á nuevas visitas y á más detenidos estudios. 

IX

Almorchón, 11 de Abril de 1873 

Ínterin almuerzan los viajeros en barraca, provisionalmente colocada á la derecha de la vía, continuemos nuestros apuntes, por si de algo sirven á los lectores de ambas naciones peninsulares. 

Al abandonar con tristeza el establecimiento minero de Almadén, volvimos al camino de hierro para seguir la linea de Lisboa. La provincia de Ciudad-Real iba quedando atrás, presentándose ante la vista una de las más ricas de Extremadura. En el tránsito se veía el valle de la Alcudia, posesión real un tiempo, hoy de la nación, de inmenso valor y de valiosos productos. 

miércoles, 4 de mayo de 2016

Los parientes ingleses de Cervantes


El hallazgo de un acta notarial firmada por Miguel de Cervantes Saavedra con su puño y letra en Utrera el 30 de marzo de 1593 levantó la liebre. El historiador Julio Mayo encontró el documento en los Protocolos Notariales del Archivo Histórico Provincial de Sevilla. El manco de Lepanto, entonces comisario real de Felipe II y encargado de aprovisionar a los barcos de la Armada que escoltaban a los mercantes españoles en la Carrera de Indias, apoderaba en este escrito al arriero Juan de Balbuena para recoger y acarrear cebada y trigo de la zona hasta los puertos gaditanos.

El 28 de noviembre de aquel mismo año, ante el retraso de 296 de las 500 fanegas de trigo comprometidas, de nuevo un comisario real se presentó en Utrera a reclamarlas, pero no fue don Miguel, sino «un tal Juan Titón de Cervantes», según comprobó con sorpresa Mayo.

«En un principio llegamos a pensar que, dada las habilidades picarescas del escritor, podría haber mandado en su nombre a otra persona con el fin de que pudiese hacer sus veces, por la dificultad de tener que acudir a reclutar cereales a tantos pueblos» y que el cambio de nombre «hubiese sido un error del secretario del ayuntamiento», pero este archivero municipal de Los Palacios averiguó que el susodicho Juan no sólo existió sino que compartió oficio con Cervantes en las mismas fechas, así como jefe (don Cristóbal de Barros), zona de actuación... y hasta apellido. ¿Casualidad?

«Es familia seguro», afirma con contundencia Mayo al constatar tantos puntos en común. El historiador sevillano indica además que el apellido Cervantes «era bastante peculiar y singular» en Sevilla y recuerda que el cronista del siglo XVII Rodrigo «Méndez Silva ya refiere que tenía familiares aquí».

Si como sostiene Mayo ambos eran parientes, Miguel de Cervantes «tenía familia de origen inglés» ya que Juan Titón era hijo de Hugo Titón de Cervantes, «un espía católico al servicio de la corona española, asentado aquí en la península, que viajaba con frecuencia a Inglaterra en aquellos años de conflictos entre españoles e ingleses». Así lo señala A. J. Loomie en su estudio sobre el cónsul inglés de Andalucía Thomas James.

Hugo Titón formaba parte de la colonia de mercaderes de la ciudad de Bristol que se habían establecido en Sanlúcar de Barrameda por iniciativa de la Brotherhood of St. George (la hermandad de San Jorge) fundada en 1517 con autorización del duque de Medina Sidonia. Su antepasado sería John Tintam, quien capitaneó una de las expediciones ordenadas por don Enrique de Guzmán en 1482 en la costa de Guinea contra los intereses portugueses en el comercio de esclavos y piedras preciosas. «El apellido inglés Tintam acabó castellanizándose como Titón», sospecha Mayo, que ha encontrado en el Archivo General de Simancas y en el Archivo de Indias más datos sobre Juan Titón de Cervantes y más coincidencias, como que «también estuvo cautivo en Argel como Cervantes».

El propio Juan Titón declaró en una petición administrativa datada el 6 de julio de 1589 que tenía 33 años, era hijo de Hugo, que murió a los 80 años en Sanlúcar tras haber vivido 60 años en España. Juan ofrece en ese documento multitud de detalles sobre las costas inglesas y señala que como su padre, pertenece a la Inquisición (Archivo General de Simancas, E 2851).

El apellido Titón aparece relacionado con una obra cervantina, «La española inglesa», sembrada de recuerdos autobiográficos como señaló en 1900 Norberto González Aurioles. En el convento de Santa Paula de Sevilla, donde se desarrolla esta historia, fue abadesa en 1590 doña Juana de Cervantes Saavedra, familiar carnal del literato, y frente al mismo vivía el matrimonio formado por María Titón y Francisco de Cifuentes. «Difícil es averiguar qué género de relaciones pudo tener Cervantes con Francisco de Cifuentes, pero tengo por indudable que tales relaciones existieron», señaló en su día González Aurioles al comprobar que llevaba el mismo apellido que uno de los personajes de «La española inglesa». La clave, revela Mayo, está en su esposa María Titón, de quien sería pariente.

Herver de Cervantes

Una hija de este matrimonio, Ana de Santo Domingo, ingresó en este convento, al igual que la hija de Juan de Herver de Cervantes e Isabel de Salamanca en 1577. González Aurioles sospechó a finales del XIX del posible parentesco de este Juan de Herver con el célebre escritor. «Hoy sabemos que Herver, de Hervert, es un apellido de origen inglés», explica Julio Mayo.

Según cuenta el erudito José Gestoso y Pérez en su diccionario, los Herver eran plateros y habían llegado procedentes de Córdoba, la ciudad donde el licenciado Juan de Cervantes, abuelo de don Miguel, tuvo cargos oficiales durante varios años. «Todos estos datos demuestran que los Cervantes estaban emparentados con extranjeros y que el autor del Quijote tenía parientes en Sevilla», afirma el historiador.

Así se explica, a su juicio, el conocimiento de Cervantes de la corte inglesa o cómo pudo describir la capacidad portuaria de Londres. «Si no estuvo en Inglaterra, que no está probado, sí fue conocedor de multitud de detalles que podrían haberle proporcionado sus familiares» y que el propio Cervantes podría haber completado consultando las obras de literatura inglesa de la biblioteca de los jesuitas.

Sus lazos familiares también explicarían cómo Cervantes, «un hombre católico del Imperio de Felipe II, nunca rezuma animadversión hacia los ingleses».

«Hay una clara conexión familiar, un claro vínculo con Inglaterra», resalta Mayo, para quien estos aspectos hasta ahora desconocidos de su biografía «son aportaciones que repercuten en su obra completa».

«Hay que tener en cuenta este nuevo aspecto biográfico documentado de su vida», dice convencido de que «estamos más cerca de entender, a través de Sevilla, las conexiones de Cervantes con su familia de origen inglés y la Inglaterra de Shakespeare».

Julio Mayo desconoce si alguna obra de William Shakespeare llegó a manos del príncipe de los ingenios españoles, pero se muestra convencido de que el inglés «sí tuvo que leer a Cervantes» habida cuenta de las similitudes que encuentra en «Cimbelino», una de sus últimas obras de teatro, con la historia de «El curioso impertinente», o los pasajes de «Cardenio» que recuerdan al Quijote. La conexión que existía entre los puertos de Londres y Sevilla habría llevado la obra cervantina hasta Inglaterra y la acogida debió de ser notable, a juicio del historiador, porque «en 1616 ya se traduce "El Quijote"al inglés».

viernes, 15 de abril de 2016

La más avanzada Declaración de los Derechos del hombre... fue la de 1793

Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano, 24 junio 1793

El pueblo francés, convencido de que el olvido y el desprecio de los derechos naturales del hombre, son las únicas causas de las desgracias del mundo, ha resuelto exponer en una declaración solemne, estos derechos sagrados e inalienables, a fin de que todos los ciudadanos, pudiendo comparar en todo momento los actos del gobierno con la finalidad de toda institución social, no se dejen jamás oprimir ni envilecer por la tiranía; a fin de que el pueblo tenga siempre ante sus ojos las bases de su libertad y de su felicidad, el magistrado la regla de sus deberes, el legislador el objeto de su misión. – En consecuencia, proclama en presencia del Ser supremo, la siguiente declaración de los derechos del hombre y del ciudadano. 

Artículo 1º. El fin de la sociedad es la felicidad común. – El gobierno ha sido instituido para garantizar al hombre el goce de sus derechos naturales e imprescriptibles. 
Artículo 2. Estos derechos son la igualdad, la libertad, la seguridad, la propiedad. 
Artículo 3. Todos los hombres son iguales por naturaleza y ante la ley. 
Artículo 4. La ley es la expresión libre y solemne de la voluntad general; es la misma para todos, tanto cuando protege, como cuando castiga; sólo puede ordenar lo que es justo y útil para la sociedad; sólo puede prohibir lo que es perjudicial para la misma. 
Artículo 5. Todos los ciudadanos son igualmente admisibles para los empleos públicos. Los pueblos libres no conocen otros motivos de preferencia en sus elecciones que las virtudes y los talentos. 
Artículo 6. La libertad es el poder que pertenece al hombre de hacer todo aquello que no perjudique a los derechos de los demás; tiene por principio la naturaleza, por regla la justicia, por garantía la ley; su límite moral se expresa en esta máxima: No hagas a otro lo que no quieras que te hagan a ti. 
Artículo 7. El derecho a manifestar el propio pensamiento y las propias opiniones, ya sea por medio de la prensa, ya sea de otra manera; el derecho de reunirse pacíficamente; el libre ejercicio de los cultos; no pueden ser prohibidos. – La necesidad de enunciar estos derechos supone o la presencia o el recuerdo reciente del despotismo. 
Artículo 8. La seguridad consiste en la protección concedida por la sociedad a cada uno de sus miembros para la conservación de su persona, de sus derechos y de sus propiedades. 
Artículo 9. La ley debe proteger la libertad pública e individual contra la opresión de los que gobiernan. 
Artículo 10. Nadie debe ser acusado, arrestado o detenido, salvo en los casos determinados por la ley y según las formas por ella prescritas. Todo ciudadano llamado o prendido por la autoridad de la ley debe obedecer al instante; la resistencia le convierte en culpable. 
Artículo 11. Cualquier acto ejercido contra un hombre fuera de los casos y de las formas determinados por la ley, es arbitrario y tiránico; aquel contra quien se quiera ejercer dicho acto por la violencia, tiene derecho a rechazarlo por la fuerza. 
Artículo 12. Los que soliciten, expidan, firmen, ejecuten o hagan ejecutar actos arbitrarios, serán culpables y deberán ser castigados. 
Artículo 13. Presumiéndose que todo hombre es inocente hasta que haya sido declarado culpable, si se juzgase indispensable arrestarlo, cualquier rigor que no fuera necesario para asegurar su persona deberá ser severamente reprimido por la ley. 
Artículo 14. Nadie debe ser juzgado y castigado sin haber sido oído o llamado legalmente, y sólo en virtud de una ley promulgada con anterioridad al delito. La ley que castigue delitos cometidos antes de su existencia es una ley tiránica; el efecto retroactivo dado a la ley sería un crimen. 
Artículo 15. La ley sólo puede prever las penas que sean estricta y evidentemente necesarias: las penas deben ser proporcionadas al delito y útiles para la sociedad. 
Artículo 16. El derecho de propiedad es aquel que tiene todo ciudadano de gozar y de disponer como lo desee de sus bienes, de sus rentas, del fruto de su trabajo y de su industria. 
Artículo 17. Ninguna clase de trabajo, de cultivo, de comercio, puede estar prohibida a la industria de los ciudadanos. 
Artículo 18. Todo hombre puede contratar sus servicios, su tiempo; pero no puede venderse ni ser vendido; su persona no es una propiedad enajenable. La ley no reconoce en modo alguno la servidumbre; sólo puede existir un compromiso de atenciones y gratitud entre el hombre que trabaja y el que lo emplea. 
Artículo 19. Nadie puede ser privado de la mínima porción de su propiedad sin su consentimiento, sino cuando lo exija la necesidad pública legalmente constatada, y a condición de una justa y previa indemnización. 
Artículo 20. No puede establecerse ninguna contribución si no es para la utilidad general. Todos los ciudadanos tienen derecho a concurrir al establecimiento de las contribuciones, de vigilar su empleo, y de hacer que se les rindan cuentas. 
Artículo 21. Las ayudas públicas son una deuda sagrada. La sociedad debe la subsistencia a los ciudadanos desgraciados, ya sea procurándoles trabajo, ya sea proporcionando los medios de existencia a lo que no estén en condiciones de trabajar. 
Artículo 22. La instrucción es una necesidad para todos. La sociedad debe favorecer con todas sus fuerzas los progresos de la razón pública, y poner la instrucción al alcance de todos los ciudadanos. 
Artículo 23. La garantía social consiste en la acción de todos para asegurar a cada uno el goce y la conservación de sus derechos; esta garantía reposa sobre la soberanía nacional. 
Artículo 24. No puede existir si los límites de las funciones públicas no están claramente determinados por la ley, y si la responsabilidad de todos los funcionarios no está asegurada. 
Artículo 25. La soberanía reside en el pueblo; es una, indivisible, imprescriptible e inalienable. 
Artículo 26. Ninguna porción del pueblo puede ejercer el poder que corresponde a todo él; pero cada sección del soberano, reunida en asamblea, debe tener el derecho a expresar su voluntad con entera libertad. 
Artículo 27. Que todo individuo que usurpe la soberanía sea al instante ejecutado por los hombres libres. 
Artículo 28. Un pueblo tiene siempre el derecho a revisar, reformar y cambiar su constitución. Una generación no puede imponer sus leyes a las generaciones futuras. 
Artículo 29. Cada ciudadano tiene un derecho igual a concurrir a la formación de la ley y a la designación de sus mandatarios y de sus agentes. 
Artículo 30. Las funciones públicas son esencialmente temporales; no pueden ser consideradas como distinciones ni como recompensas, sino como deberes. 
Artículo 31. Los delitos de los mandatarios del pueblo y de sus agentes nunca deben quedar impunes. Nadie tiene derecho considerarse más inviolable que los demás ciudadanos. 
Artículo 32. El derecho a presentar peticiones a los depositarios de la autoridad pública no puede ser prohibido, suspendido ni limitado en ningún caso. 
Artículo 33. La resistencia a la opresión es la consecuencia de los demás derechos del hombre. 
Artículo 34. Hay opresión contra el cuerpo social cuando uno sólo de sus miembros es oprimido. Hay opresión contra cada miembro cuando el cuerpo social es oprimido. 
Artículo 35. Cuando el gobierno viola los derechos del pueblo, la insurrección es, para el pueblo y para cada una de sus porciones, el más sagrado de los derechos y el más indispensable de los deberes.