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lunes, 7 de agosto de 2023

David Nebreda. Qué horror.

El horroroso autofotógrafo esquizofrénico David Nebreda. Es nuestro Zdzisław Beksiński, pero minimalista, por no decir anoréxico. Si quieren hacerse ricos, compren ahora que están a tiempo antes de que muera algunos de los escasísimos álbumes de su obra, si es que pueden hallarlos: luego será imposible. Declaró: “No leo, no veo la televisión, no escucho música, no tengo ordenador, ni conexión a Internet. Paso la mayor parte de mi tiempo en la cama”. Y "la sangre me constituye. Los excrementos me manifiestan. El dolor (la renuncia) demuestra. El silencio justifica. La comida no tranquiliza. La madre no mantiene. El orden, la luz y los tiempos delimitan". Antaño dibujaba con su sangre. También hizo un autorretrato de su ojo del culo y otro cubierto de su propia mierda. Es licenciado en Bellas Artes, y nació en 1952. Desde los diecinueve años está diagnosticado con esquizofrenia paranoide crónica irreversible y no toma mediación alguna. El arte es su única terapia. Su familia es un hermano al que no ve hace años y sus padres están ambos aquejados ambos de trastornos mentales, lo han llevado a un contexto de refugio solitario en Madrid en un cuchitril de dos habitaciones.  Se somete a una rutina diaria insoportable para los neurotípicos como nosotros que consiste en ayuno, flagelación, cortes sangrantes, pinchazos, cocido de piel, quemaduras de diverso tipo, embadurnamiento del cuerpo con sus propios excrementos y otros fluidos corporales, prácticas de agotamiento físico como caminar incansablemente por el pasillo y largos periodos de reclusión y silencio absoluto. YouTube lo tiene medio censurado, sus libros, publicados por otros, son inencontrables, por ejemplo el álbum de sus fotos que le editaron en Salamanca. Hay una tesis de psiquiatría aquí sobre él: El arte abyecto de David Negreda. También un trabajo de David González Carpio Alcaraz (2019). Aproximaciones al mártir contemporáneo.  La ascesis de David Nebreda. Revista Sonda: Investigación en Artes y Letras, nº 8, pp. 57-66. Y Una entrevista:

Aquí.

No apto para estómagos delicados. Resulta extraño que con los extremos tormentos que se inflige todavía esté vivo. Ya debe tener setenta años. Esto dice la Wikipedia de él:

David Nebreda (n. en Madrid el 1 de agosto de 1952) es un fotógrafo español.

Vida

Licenciado en Bellas Artes. A la corta edad de 19 años los médicos le diagnosticaron esquizofrenia. Vive encerrado en un piso de Madrid con apenas dos habitaciones donde ha realizado la totalidad de su obra fotográfica, sin tomar medicación, sin comunicación con el exterior, sin radio, prensa, libros ni televisión. Vegetariano desde los 20 años, practica la abstinencia sexual, y se somete a severos ayunos que le mantienen un estado de delgadez extrema.

Obra

Sus imágenes llegaron a las manos del galerista Renos Xippas quien le dedicó una exposición en su galería de París, fue allí donde Léo Scheer descubrió su obra, impresionado por su fuerza decidió hacerse editor para poder divulgar su obra. Ha publicado ya dos libros de fotos. Autodidacta dentro de la fotografía, sorprende por su sabia utilización de la técnica, el dominio de la luz y los claroscuros de sus fotografías, no manipula el positivado aunque si utiliza la doble exposición.

Su obra es casi desconocida en España, en Francia ha sido promocionada por gente de la categoría del antes citado Léo Sheer, filósofo crítico y uno de los promotores de Canal + Francia, e incluso ha sido objeto de un artículo de Jean Baudrillard.

El único referente cercano a su obra puede ser la del artista Joel-Peter Witkin, aunque este busca sus modelos en personas ajenas o en cadáveres, no como Nebreda, que basa todo su trabajo en su propia persona.

lunes, 11 de mayo de 2015

Autores manchegos raros

I

Arturo Saúco-Ardila se dedicó al periodismo; llegó a ser secretario de Jacinto Benavente; también era su amante -Jacinto Benavente, como bien sabían sus contemporáneos, que incluso lo declararon por escrito, como Felipe Sassone y Alberto Insúa en sus excelentes memorias, que merecerían ser más leídas de lo que son, era homosexual, como por otra parte lo eran Castelar y Lázaro Galdiano- hasta que se vio implicado en el robo de unas joyas que tenía el famoso autor, quien desde entonces no quiso verlo. Le dedicó por cierto una obra que tengo fotocopiada y él mismo escribió algo, por ejemplo una novela policiaca titulada A orillas del Guadiana (1905) de tan corta tirada que sólo ha quedado un ejemplar, aparte de mi copia a color; parte de su archivo ha ido a parar al CECLM. 

II

Pocos conocerán, por otra parte, la obra vanguardista del abogado y dibujante de Almadén Desiderio Marín Villaseca, más conocido por su pseudónimo anagramático Desmarvil. Fue un influyente pintor de carteles republicanos durante la Guerra Civil, muy imitado por los catalanes, como estos mismos admitieron; estuvo en contacto con Guillermo de Torre (cuyos padres, por cierto, vivieron en Puertollano) y publicó dos libros de grabados.

III

Un escritor de secano quizá interesante sea Manuel Gijón Marín, nacido más o menos en 1887 en La Solana y alcalde de ese pueblo tras la Guerra Civil; según un artículo de ABC de Madrid (del 1 de julio de 1956) tenía escrito un libro de viajes con sus recuerdos de diez excursiones que hizo por La Mancha entre 1915 y 1925: Por los senderos de Don Quijote; el libro ha quedado inédito, así como doce novelas que escribió en el corto espacio de cuatro años, mecanografiadas y que supongo debe poseer aún su familia. El hombre era también un buen fotógrafo, como se deduce del curioso reportaje fotográfico que acompaña al reportaje, elaborado por otro manchego, Miguel García de Mora. Por ejemplo, hizo una foto de las momias del convento de La Solana. Habría que preocuparse de salvar ese archivo fotográfico y literario, pero a eso tendrían que dedicarse los universitarios. Por otra parte, ahora mismo empiezan a publicar memorias emigrantes manchegos deseosos de dejar sus recuerdos a sus hijos; uno de ellos es Secundino Medrano Ortuño, que ha publicado Supervivencias de un manchego en Alcoy (Alcoy, 2008)‎