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miércoles, 14 de julio de 2021

Síntomas de inteligencia

Respuesta de Devta Singh a la pregunta ¿Cómo sabes que eres inteligente? en Quora:

Cuando puedes ser crítico contigo mismo.

Cuando puedes evaluar los hechos y sacar conclusiones y luego corroborarlas o refutarlas por otras vías.

Cuando puedes prever las consecuencias de algo que piensas y puedes parar a tiempo.

Cuando comprendes lo importante que para las personas es el trato y el respeto y les das lo que necesitan, sin caer en lo que desean o piden.

Cuando tu estás el primero en tu lista, para poder trabajar para los demás y brindarles apoyo y satisfacción.

Cuando piensas en algo más que en ti mismo.

Cuando sabes adaptarte y utilizar los recursos que tienes.

martes, 2 de abril de 2019

Inutilidad de discutir con los que no usan la mollera

TECETIPOS
Manual (realista) para sobrevivir a los ultras en redes
GERARDO TECÉ, en Público, 31 DE MARZO DE 2019

Fue hace un par de días. Acababa de compartir, desde mi cuenta de Twitter, una información de los amigos de Maldito Bulo en la que explicaban cómo unas supuestas imágenes –muy compartidas en redes sociales– de unos jóvenes rumanos jactándose de haber venido a España para robar con impunidad, correspondían en realidad al videoclip grabado hace diecisiete años por un grupo de música ruso.

Como nunca tiro papeles al suelo por la calle y siempre intento decir buenos días cuando me cruzo con algún vecino en el portal, pensé que también sería buena idea desmentir bulos racistas como pequeña contribución a la sociedad en la que vivo. Menudo ingenuo. Al cabo de unos segundos de la publicación de mi tuit compartiendo el desmentido al bulo llegaban las primeras respuestas. Todas en la misma dirección. Un tipo con la bandera de España en su foto de usuario pasaba olímpicamente del desmentido y me acusaba de defender la inmigración masiva porque, al parecer, alguien me paga por ello. Estuve muy tentado de responderle con datos: me llevo 15 céntimos por cada kilo de extranjero que llega a España. Después de tener escrita la respuesta, decidí no arriesgarme a publicarla por si Eduardo Inda andaba merodeando en busca de un titular para el día siguiente. Otro usuario, en este caso con la foto de un personaje de dibujos animados, me respondía con un collage de imágenes que demostraban claramente que Podemos es una tapadera para que violadores, etarras y traficantes de droga tomen el control del país. Mientras terminaba de reponerme del patatús y aún sin entender qué tenía todo aquello que ver con el vídeo de los rumanos, una pareja de usuarios se coordinaba como guardias civiles de tráfico, en mi muro de Twitter. Mientras uno de ellos me respondía al desmentido racista pidiéndome explicaciones por la tesis de Pedro Sánchez, el otro le daba la razón y subía la apuesta involucrándome en la hipoteca de “la mansión” de Pablo Iglesias. Como si no tuviera yo suficiente con pagar el alquiler de mi piso.

Fue entonces cuando me di cuenta –reconozco que me ha costado–. No merece la pena perder un segundo de vida en esto. Por muy importante que sea el asunto a tratar. Por muy de la misma especie que sea quien está al otro lado de la pantalla. No compensa. Como una plaga de cotorras verdes, los ultras han llenado de mierda y estupidez un espacio público como las redes quitándole la única utilidad que tenían: el debate, el buen ambiente. Los ultras no debaten y de buen ambiente ni hablamos. Los ultras son carteles con patas en los que en lugar de poner “Compro oro”, se lee “Vendo odio”. No hay debate posible con quien tiene como único oficio cagar en cada esquina. Ni en las redes sociales ni en otros espacios. La semana pasada, cuando por televisión le preguntaban a Ortega Smith, uno de los cabecillas del movimiento ultra, por una exclusiva de los compañeros de La Marea –en su partido había un neonazi condenado por una brutal agresión que le dejó secuelas a un profesor universitario en el pasado–, el cabecilla, que en un principio reaccionó diciendo no saber nada del asunto, se lo pensó un instante y decidió que sí sabía: eso es una fake news de un panfleto izquierdista, despachó el asunto sonriendo a cámara porque mandar a fusilar ya no se lleva. Es imposible hablar sobre la realidad con alguien a quien la realidad no le importa un carajo. Tiene el mismo sentido que hablar sobre la burbuja inmobiliaria con un ladrillo recién encementado. 

Estos meses que han pasado desde la puesta de largo institucional del fascismo hasta hoy me han dejado agotado. Tengo la conciencia tranquila. A pesar de los insultos diarios, lo he intentado. Sin ningún resultado, eso sí. Durante las semanas posteriores a la llegada de la extrema derecha al Parlamento de Andalucía, me puse en contacto con varios de los cabecillas del Sindicato Vertical Ultra-Sección Redes Sociales. Mi propósito era hacer un artículo basado en un debate entre personas de varias tendencias políticas con una pequeña trampa, había que usar para el debate fuentes que aportaran datos reales. La respuesta más habitual por parte de los ultras al ofrecimiento fue que me fuera de España, seguida muy de cerca por que me muriera. En la tercera posición del pódium, una tercera variable: “qué poco os queda para que se os acabe el cuento”. Más allá de insultos o amenazas ni uno solo aceptó participar.

Los medios de comunicación que gastan un mínimo sentido de la responsabilidad andan sumergidos en el mismo dilema. ¿Qué hacer ante la invasión real de cotorras verdes que todo lo ensucian? El consejo editorial de este medio, CTXT, decidió a principios de esta misma semana no hacerles el juego. En el debate interno que tuvimos yo tuve grandes dudas. No hablar de lo que sucede no es la solución nunca, pero el hecho es que lo que sucede es un ruido fachoso/infantil que impide el debate adulto. Esto provoca una situación de excepción que te obliga a aislar el ruido, por muy real que sea. 

Es exactamente el mismo dilema que cada día vivimos quienes estamos en redes sociales. Nos sabemos de memoria la teoría de que los ultras se alimentan del juego de la provocación y el desprecio a la realidad, pero qué difícil se hace mirar para otro lado y callar cuando tienes a un maleducado delante. Si los ignoramos, ¿estamos dejando de combatir la mala educación? Puede que sí, pero quizá no haya otra alternativa si queremos que el nivel de ruido baje. ¿Y si el no combatirlos los hace crecer? Pues que así sea. Si España decide darles poder a las cotorras verdes que todo lo cagan, será que eso es lo que España merece.

Por mi parte, no me queda otra, me agarraré al humor para sobrevivir a esto. El humor es el único refugio seguro que nos queda ante los maleducados. He tomado una decisión drástica que pienso aplicar hasta las últimas consecuencias. De ahora en adelante mi única respuesta cada vez que una cotorra venga a mi muro de Twitter a cagar sobre las mujeres maltratadas, los inmigrantes, la convivencia o la libertad, será una foto de Franco dibujando con sus manos un corazón cuqui. Si no puedes convencerlos, si no puedes ni entablar diálogo, al menos, confúndelos un poco

jueves, 28 de marzo de 2019

Internet. La ceremonia de la confusión.

Los medios de expresión que requerían el introspectivo esfuerzo de abstraer han sido sustituidos por otros más extrovertidos, caracterizados por su visibilidad y ostensibilidad. Una llamada blogosfera nos rodea y nos apresa en una red cuya extensión, como la del desierto, simula un espejismo de ficticia e inencontrable libertad.

Existe una frase anónima que hace pensar: "La informática es estupenda para solucionar problemas que no teníamos antes de la informática". Podría ser que haya generado más dificultades y complicaciones de las que soluciona, al menos en los ámbitos no tecnológicos que son los que más debían importar a las personas. Creo yo que la generación del mayo californiano-francés o del 68, al darse cuenta de que no podía cambiar el mundo, creó otro no necesariamente mejor: la Internet. Una forma viscosa, lisérgica y obscena de interconectarse por mil maneras y modos diferentes y de reciclarlo todo en una mierda común. De anecdótico origen militar, pasó a ser civil e incluso incivil: una jungla vietnamita anarcoide y terrorista de donde está proscrita toda ética, no solo en la red profunda: el anonimato bajo un mote o nick hace posible el fenómeno de los trolls o energúmenos, de los haters u hostiles, de los lurkers o pasotas de las listas de correo, de los posicionadores, de los viralizadores y de los hackers o bandoleros informáticos.

Dentro de lo llamado genéricamente posmoderno (hipstérico o alejandrino,  si queremos negarnos a reciclar vocablos) la informática lo mancha todo con su viscosa y alucinada interconexión; se trata de la orgía de todo lo diverso, que no por ello es menos divertida... y agotadora: exige un tiempo que se arranca a la vida. Es una manifestación de lo que el psicólogo y comunicólogo de Palo Alto (en el mismo meollo de Silicon valley) Paul Watzlawick llamaba El arte de amargarse la vida (1989): razonamientos que no concluyen, sino cuyo mero propósito es no concluir; como las discusiones televisivas, que nunca llegan a acuerdo, solución  o término: el único propósito es mantener la conexión, el canal, generar relaciones de dependencia, "fidelización", drogadicción u obsolescencia programada. No hay que ir muy allá si vemos que individuos como Jobs, Wozniak, Gates y Zuckerberg padecían diversas patologías del comportamiento humano y problemas de espectro autista para relacionarse con personas que no fueran de su "esfera", tan plana y unidimensional que parece puro Marcuse. Watzlawick afirmaba que "es imposible no comunicarse, ya que todo comportamiento es una forma de comunicación" y, puesto que no existe forma contraria al comportamiento (un «no comportamiento» o incluso «anticomportamiento»), tampoco existe la «no comunicación».

De ahí deriva el problema que padecemos actualmente y sobre todo en Internet: una sobreinformación y una actitud tan abierta que nos deja en una pelada y perniciosa pelotez; estamos demasiado comunicados y de muy diversas maneras: no hay forma de aislarse y de ser un yo, no hay forma de pensar individualmente: nos dejamos llevar por la corriente colectiva, se nos quita tiempo para no hacer nada, esto es, para ser unos mismos, que es lo más importante que podemos ser, y es precisamente porque conectados no hacemos nada; algo que, paradójicamente, nos aísla en ese mundo unidimensional que es la pantalla. Internet nos disuelve en atomización y fragmentarismo. Si para el siglo XIX y buena parte del XX la patología mental más frecuente era la histeria a causa de la represión, en nuestra época la falta de represión, el carácter demasiado abierto de toda comunicación expande tanto el rostro y la identidad que la rompe y fractura; genera un narcisismo hueco y maligno; una falsa interactividad; en cuestiones políticas, incluso un nazisismo intolerante que es en realidad el reflejo de esa pérdida de yo, de sustancia identitaria. Las verdades han dejado de ser apofánticas (en lógica, las que afirman o niegan algo) para ser simplemente retóricas; ya no existe lo verdadero o lo falso, sino lo absurdo, puesto que el carácter demasiado abierto de los razonamientos impide llegar a conclusiones. Como dijo Berlusconi,  un político nacido de la comunicación, el espectáculo y la  corrupción, "la verdad no cambia nada". Ya había señalado el comunicólogo Jean François Revel que "la más importante de las fuerzas que mueven el mundo es la mentira". Yo matizaría un poco más esa palabra: es el absurdo, lo que no es ni verdadero ni falso. Un dicho cualquiera de Berlusconi, Trump, Salvini, Putin, Duterte, Abascal o cualquiera de las plagas de políticos nazisistas que padecemos es eso. En la teoría de los infortunios de John Langshaw Austin se sostiene que existen dos tipos de enunciados: los constatativos, que son verdaderos o falsos,  porque son comprobables, y los realizativos, que son aquellos que no son ni una cosa ni otra, porque solo poseen "intención"; en cierta forma, son siempre autorreflexivos. Narcisistas. No es de extrañar que ya no se pague por la información, sino por la publicidad, y que los canales de pago de televisión que antes se anunciaban sin publicidad ahora la ofrezcan, pero cobrando lo mismo. La red es gratuita porque la costeamos dejando vender nuestros datos a compañías de publicidad y mercadotectnia / marketing. La prensa ya no se sostiene económicamente, y por eso se encuentra por entero mediatizada /mercadizada por la publicidad y las subvenciones que la mantienen; pero por eso mismo ha dejado de ser información para ser publicidad o lo que Gramsci llamaba hegemonía cultural del capitalismo. De ahí que toda la prensa se redacte con anteojeras y tapones en los oídos y siempre mire hacia el lado que le conviene al dinero. Es un sesgo cognitivo general, una censura que se confunde con lo que llamamos impropiamente "información" y solo es conformista conformación.

Quien defiende su privacidad y no se comunica ni tiene presencia en la red es mirado como la estatua de Don Tancredo: mal. Tarde o temprano recibirá cornadas. El móvil es patógeno y provoca comportamientos como la nomofobia y que los niños accedan al porno o puedan ser excomulgados de grupos de afinidad por sus rasgos de "propiedad". Los críos están demasiado socializados, demasiado abiertos como para poder ser unos mismos. Malcriados, en suma. La gente duerme con el móvil porque hasta dormir se ha vuelto un acto social; incluso ¿confían? el cuidado de los hijos a la tecnología. La misma palabra móvil sugiere algo lábil, inasentado, que no tiene esencia, estabilidad ni continuidad. Resulta curioso que los hijos de los magnates de Internet se eduquen alejados de esta nubosa lacra, pues que la odian, y que ya se oiga (cada vez más fuerte, porque estamos distraídos con estas cosas) a los hijos quejándose de la "ausencia" de sus padres cuando los encuentran encadenados a ellos (a los móviles, me refiero). Y eso cuando se trata de hijos que no nos imitan habitando su propia burbuja de información fatua y prescindible, una Nube tan alta como la de Heidi. Una información que nunca se queda, que no deja poso, que no sirve para construir. Junto a esto está la llamada infoxicación: el carácter meramente cuantitativo de la información en Internet impide jerarquizar y clasificar debidamente lo importante y lo sustancial en la misma, casi siempre relacionado con el individuo precisamente. Por no hablar de la deturpación de la ortografía y de la sustitución del elaborado mensaje escrito por el impreciso y desmadejado mensaje oral.

En semántica formal, un predicado es una expresión que define a un subconjunto de un conjunto, pero un predicado es un significado, es decir, no es un individuo. Lo individual, lo subjetivo, en tanto que sustancia es, precisamente, lo único que no puede ser predicado: y en Internet, mucho menos. En efecto, Watzlawick  afirma que toda comunicación tiene un nivel de contenido y un nivel de relación, de tal manera que el último clasifica al primero, y es por tanto, una metacomunicación. En Internet eso significa que el anonimato y la distancia son esenciales en esta nueva manera de relacionarse, al parecer, "humanamente". Esto provoca una estética alienante, cosificadora y narcisista porque es acumulativa y carece de centro. La patología de los instagramers que suman ingentes copias de imágenes propias o parecidas, como en un laberinto de espejos. Uno se define en tanto que influencer de otro: el infierno son los demás, que decía Sartre en A puerta cerrada. Esto es lo que genera una gran soledad: el fenómeno de los poseídos por un tipo de fobia social que los japoneses denominan otakus e hikikomoris: jóvenes aislados en sus habitaciones que se niegan a salir y envejecen en ellas, enganchados a la tecnología, pero distanciados de las familias que viven a su lado.

viernes, 1 de junio de 2018

Inteligencia colectiva

Varias cabezas piensan mejor que una
ELENA SANZ, El Mundo, 30 may. 2018 01:59

Existen numerosas evidencias científicas que confirman que los colectivos son más listos que la mayoría de los individuos por separado

Año 1906. Feria de ganado en una campiña al oeste de Inglaterra. Una muchedumbre se agolpa alrededor de un colosal buey. "¡Hagan sus apuestas señores! ¡Atrévanse a adivinar a ojo de buen cubero cuánto pesa el ejemplar por sólo seis peniques!", grita alguien. Un divertido concurso rural que no hubiera tenido la menor importancia si no le hubiera dado por asomarse por allí a un estadista llamado Francis Galton, al que le encantaba analizarlo todo. Aquello despertó su curiosidad. Pidió copia de las 800 apuestas que habían hecho los agricultores y ganaderos locales. Y comprobó que, si las analizaba individualmente, había respuestas de todo tipo, algunas totalmente disparatadas, otras que no andaban demasiado lejos. Pero cuando calculaba la media de las respuestas, ¡'voilà'!, ésta coincidía casi exactamente (con un margen de error de sólo un 1%) con el peso del animal. Así fue como, en una recóndita feria de ganado, Galton llegó a una interesante conclusión: los colectivos son más listos que la mayoría de los individuos por separado. La inteligencia común supera a la de la suma de las inteligencias individuales.Ideas genialesLa teoría de Galton -que publicó la revista 'Nature'- no sólo no ha sido desmentida con el tiempo. Un siglo después, existen aún más evidencias de que en grupo pensamos mejor que solos. Incluso hay iniciativas exitosas basadas en este fenómeno, como las plataformas 'crowdsourcing', que tienen su máximo exponente en Wikipedia, o las iniciativas de co-creación e innovación abierta, que pretenden que surjan ideas geniales pensando en masa. Eso sí, en estos años hemos añadido algunos matices. El más importante de ellos es que las multitudes son más inteligentes que los individuos en muchas ocasiones pero, sobre todo, "en esas situaciones en las que hay opiniones muy diversas (no solamente 'sí' o 'no') y podemos conseguir que las personas las expresen de manera independiente", tal y como le explica a ZEN Bahador Bahrami, neurocientífico y experto en comportamiento humano del University College de Londres. En otras palabras, la inteligencia colectiva funciona mejor cuando ignoramos lo que responden los demás.Si las personas comparten información antes de contestar, empiezan a notarse los efectos de la influencia social, es decir, nuestra "tendencia a cambiar opiniones y preferencias observando lo que otros piensan", aclara Bahrami. Neurocientíficamente tiene sentido: somos animales sociales, y en cierto modo actualizamos nuestras ideas escuchando a los demás. "Nosotros mismos hemos demostrado incluso que somos más fácilmente influenciables cuanta más cantidad de materia gris tenemos en la corteza orbitofrontal lateral del cerebro", explica el investigador. Sin embargo, esta flexibilidad social no nos beneficia a la hora de resolver ciertos problemas en grupo, sino todo lo contrario.ExperimentoLa última prueba de ello la puso sobre la mesa el mes pasado un equipo de investigadores estadounidenses de la Universidad de Harvard y el Instituto de Santa Fe. En su experimento no trabajaban con bueyes sino con tarros de caramelos. Les pedían a distintos sujetos que dijeran una cifra "a ojo" de cuántas golosinas había en los botes. De esta forma, comprobaron que si a los participantes se les informaba de que otros compañeros habían propuesto cifras mucho más altas que las suyas, casi siempre modificaban su respuesta. Con un desastroso resultado, porque al "rectificar", la media se alejaba de la realidad. El cálculo era mucho más atinado cuando nadie compartía información. Dice Bahador Bahrami que también hay que tener en cuenta que la fiabilidad de la inteligencia grupal depende del tipo de problema que se aborde. "Si el asunto requiere conocimientos expertos, entonces los grupos no lo hacen tan bien; pero si la pregunta es una sobre la que cualquiera tiene alguna noción, aunque sea imperfecta, como por ejemplo '¿cuál es la altura de la Torre Eiffel?', ahí los colectivos son sin duda mucho más listos que los individuos por separado", aclara.

viernes, 8 de septiembre de 2017

Robots telefónicos

Daniel Polani, “Hola, le atiende un robot sin sentimientos ni empatía”, El País, 8 de septiembre de 2017:

La sustitución de personas por máquinas en la atención al consumidor es una mala noticia para los usuarios

En los tiempos que corren es cada vez más difícil tener una conversación telefónica con una persona de carne y hueso. Casi cada vez que necesitas hablar con el banco, con el médico o con cualquier otro servicio, lo más probable es que te dé la bienvenida un ayudante automatizado aparentemente pensado para evitar que hables con alguien que realmente trabaje para la empresa. Este estado de cosas podría empeorar en breve debido a la generalización de los chatbots.

Los chatbots son programas de inteligencia artificial empleados a menudo en aplicaciones o en servicios de transmisión de mensajes. Están diseñados para contestar a las preguntas de la gente como en una conversación en vez de limitarse a darle indicaciones para que encuentre información, como hacen los buscadores. Empresas como Uber, Lufthansa y Pizza Express ya los utilizan para responder a las consultas de los clientes y anotar reservas, y muchas otras están en camino de hacerlo.

Estos agentes virtuales tienen la capacidad de mejorar algunos aspectos de la atención al cliente, y desde luego, son más fáciles de utilizar que los sistemas telefónicos automatizados a los que les cuesta entender hasta tus datos personales básicos. No obstante, también son un obstáculo más que separa a los usuarios de un ser humano capaz de dar verdaderas respuestas a preguntas difíciles, y ‒algo fundamental‒ de mostrar la compasión y la buena disposición que suelen ser la base de un servicio de atención al cliente de calidad. Es posible que los chatbots sean los responsables de que los clientes y las empresas lo descubran a base de tropiezos.

Para muchas compañías, automatizar el servicio de atención al cliente, o al menos parte de él, es una idea tentadora. De este modo no solo se logra reducir la exposición de los empleados a muchas de las situaciones desagradables propias de este trabajo, sino que también se ayuda a cribar numerosos problemas corrientes o sin importancia antes de que sea necesaria la atención, más cara, de una persona. Esto podría facilitar que las empresas redujesen sus costes, al tiempo que serviría para calmar a los clientes que únicamente necesitan soluciones sencillas a los problemas habituales.

Sin embargo, sustituir a los empleados humanos por otros artificiales no es tan sencillo. Para empezar, a pesar de los avances verdaderamente asombrosos en el reconocimiento y la traducción automáticos, el lenguaje, con todas sus variantes y errores, sigue siendo un asunto peliagudo. Los agentes automatizados todavía son demasiado incompetentes y poco sensibles a él, y en el caso de determinados problemas, sería difícil o imposible comunicarse con ellos.

Buenos, pero no lo suficiente

El talento es la capacidad de lograr buenos resultados, y el dominio, la de resolver una situación más difícil de lo normal. Manejar las situaciones excepcionales es un arte, y a menudo la calidad de un servicio de atención al cliente tiene que ver con los casos inusuales o imprevistos en los que intervienen clientes potencialmente enfadados. Si bien los agentes virtuales pueden proporcionar respuestas a preguntas básicas de manera convincente, la inteligencia artificial aún no es lo bastante hábil para vérselas con los casos atípicos y excepcionales.

Es posible que, al principio, las empresas no lo perciban como un problema, ya que la automatización de la atención introduce una manera de separar a los clientes cuyo servicio requiere un esfuerzo adicional. Solo hay que poner en contacto con un empleado humano a aquellas personas cuyos problemas confunden al robot. Sin embargo, es probable que, al pasar por el frustrante proceso de hablar con un ordenador desconcertado, el cliente se enfade todavía más con el servicio. A la larga, la consecuencia podría ser que este se buscase otro proveedor, en particular si le resulta difícil conseguir que un asistente humano venga en su ayuda cuando el robot es incapaz de hacerlo.

Yo mismo experimenté una variante del tema al intentar pedir un taxi una vez que un tren sufrió una avería. Tenía el número de teléfono de una empresa de la zona y llamé. Me pusieron con un servicio automatizado incapaz de reconocer la dirección de recogida en cualquiera de las modalidades de denominación y expresión que se me pudieron ocurrir.

En los tiempos que corren es cada vez más difícil tener una conversación telefónica con una persona de carne y hueso

Por alguna feliz casualidad, me pusieron con un agente humano, pero, antes de que tuviese tiempo de explicar el aprieto en que me encontraba, este me dijo que me pasaba con el sistema de reservas, y el bucle infernal volvió a empezar. Esta triste historia acabó con una caminata, una afortunada recogida por un taxi negro conducido por una persona en una zona por lo demás absolutamente desierta, y el juramento de que, en adelante, evitaría la primera empresa siempre que me fuese posible.

Los servicios automatizados pueden encargarse de los casos corrientes, pero todavía son incapaces de adaptarse a las circunstancias excepcionales o, al menos, de reconocer cuándo es necesaria la flexibilidad de la intervención humana. Desde el punto de vista del cliente, el problema va aún más allá. Algunas situaciones no solo requieren la capacidad humana de entender y resolver los problemas, sino una dosis de compasión y empatía.

Es posible programar un agente virtual para que adopte determinado estilo de interacción, pero, en situaciones inesperadas o difíciles, seguirá resultando extrañamente incoherente. Hoy en día, la investigación de la inteligencia artificial no dispone de una hoja de ruta funcional que le permita aplicar algo que se parezca a la compasión humana de manera convincente.

A veces los clientes enfadados necesitan una palabra amable y la oportunidad de expresarse con alguien dispuesto a escuchar, así como ‒o a veces en vez de‒ que les resuelvan el problema. Y, a menudo, la calidad del servicio al cliente depende de los gestos de buena voluntad hechos a su criterio por un empleado concreto siguiendo sus propios sentimientos de empatía, más que de una serie de normas fijas.

Esto es algo muy difícil de reproducir mediante la inteligencia artificial, ya que depende en gran medida del contexto de la situación. En mi opinión, la comprensión del contexto sigue siendo uno de los problemas más escurridizos y pendientes de resolver de la disciplina, y es probable que lo siga siendo unos cuantos años.

A pesar de ello, por lo visto la promesa de la reducción de costes, además de otras ventajas de la automatización, son tan atractivas que, en los próximos años, los chatbots y otros servicios de inteligencia artificial dirigidos a los clientes van a seguir expandiéndose sin contemplaciones. Lo más probable es que, a medio plazo, el resultado sea un tratamiento de las quejas aún más tecnocrático y menos flexible. O peor aún. A medida que los algoritmos se refinen, el proceso de toma de decisiones puede volverse opaco y dejar muy poco margen a la intervención apaciguadora de un supervisor humano.

Si no queremos que esto ocurra, tenemos que ser conscientes de que el camino de la asistencia no está pavimentado con buenas intenciones, sino que se fundamenta en la comprensión de lo limitada que es hoy por hoy la inteligencia artificial a la hora de entender los contextos, las excepciones y la condición humana.

Daniel Polani es catedrático de Inteligencia Artificial de la Universidad de Hertfordshire.

lunes, 8 de mayo de 2017

La soledad de estar conectado. Dossier

I

Yaiza Martínez, "Los jóvenes están conectados todo el día a los dispositivos electrónicos. La escuela y el sueño, es lo único que los separa de la conexión permanente a televisión, videojuegos y teléfonos móviles", en Tendencias 21, 21-I-2010:


El joven norteamericano medio pasa prácticamente cada minuto del tiempo que está despierto (menos cuando está en la escuela) usando un smart phone, viendo la televisión, utilizando un ordenador o conectado a cualquier otro dispositivo electrónico, advierte un estudio de la Kaiser Family Foundation de Estados Unidos. En total, casi once horas al día, lo que supone un incremento drástico de dedicación a estos dispositivos por parte de los jóvenes norteamericanos en los últimos cinco años.

El joven norteamericano medio pasa prácticamente cada minuto del tiempo que está despierto (menos cuando está en la escuela) usando un smart phone, viendo la televisión, utilizando un ordenador o conectado a cualquier otro dispositivo electrónico, advierte un estudio realizado por la Kaiser Family Foundation de Estados Unidos.

Según informa dicha fundación en un comunicado, con la tecnología disponible durante 24 horas al día, la cantidad de tiempo que la gente joven dedica a estos medios de ocio se ha incrementado drásticamente en los últimos cinco años (en concreto, una hora y diecisiete minutos de tiempo diario en un lustro).

Así, hoy día, los niños y jóvenes norteamericanos de entre ocho y 18 años pasan una media de siete horas y 38 minutos conectados, jugando o viendo la televisión, lo que a la semana supone 53 horas de su tiempo.

Pero, además, dado que los jóvenes son cada vez más “multitareas” (utilizan más de un medio al mismo tiempo), en realidad puede decirse que dedican a estos dispositivos de ocio 10 horas y 45 minutos diarios, si se cuentan todas las actividades que realizan.

Descontrol y malos hábitos

Los datos fueron tomados a partir de encuestas realizadas a más de 2.000 estudiantes estadounidenses, entre octubre de 2008 y mayo de 2009.

El análisis de dichos datos reveló que el uso de dispositivos móviles es el que más se ha incrementado en estos últimos cinco años: hasta un 66% en el caso de los teléfonos móviles, y un 76% en el de lo iPods y otros reproductores MP3.

La ingente cantidad de tiempo que los niños y jóvenes dedican a los dispositivos electrónicos tiene en parte su origen en el descontrol que sobre ellos ejercen los propios padres: sólo tres de cada diez jóvenes encuestados reconoció tener normas sobre el tiempo que pasaban viendo la televisión, jugando a video juegos o usando el ordenador.

Otra parte de la situación está originada por hábitos cotidianos de los hogares: dos tercios de los niños y jóvenes estudiados afirmaron que en su casa se veía la televisión a la hora de las comidas.

Más de la mitad de ellos dijo, además, que la televisión estaba puesta en casa casi todo el tiempo, incluso cuando nadie la veía; y un 71% de los jóvenes tenía televisión en su propio cuarto. El 50% tenía en su habitación una consola de videojuegos.

Más acceso

El estudio ha constatado algunos cambios importantes en la forma de ver televisión de los más jóvenes: de 2004 a 2009, los niños ven 25 minutos de tele menos cada día, pero en realidad esta reducción es porque han cambiado de medio.

Las nuevas tecnologías están permitiendo que esta parte de la población vea la televisión a través de Internet, los teléfonos móviles, los iPods, etc. Esto, en definitiva, viene a aumentar la cantidad de televisión en cuatro horas al día, con respecto a los datos de 2004.

Según los autores del estudio, estos avances en las tecnologías están consiguiendo que, para la gente joven, resulte más fácil pasar cada vez más tiempo enganchados a estos dispositivos.

Otros factores que están influyendo en el incremento del uso de estos medios es la expansión de las redes sociales (Facebook, Twitter), los videojuegos, páginas web muy visitadas como YouTube; y el hecho de que se puedan compaginar los usos de los dispositivos, como escuchar música con un MP3, mientras se chatea en un ordenador conectado a Internet o se ve la televisión.

Según la investigación, este incremento del uso de los medios electrónicos en la población joven no ha reducido el tiempo que ésta dedica a leer: 25 minutos al día como media, desde 2004. Sí, en cambio, se ha reducido el consumo de revistas y periódicos, que ahora se leen por Internet.

Otros datos

Las encuestas revelan algunas diferencias en el uso que de estos medios hacen chicos y chicas: las chicas pasan más tiempo que los chicos usando las webs de redes sociales, escuchando música y leyendo.

Los chicos, por su parte, dedican más tiempo a jugar a la consola, a juegos de ordenador y a ver vídeos en webs de vídeos como Youtube.

Por otra parte, el uso de los dispositivos electrónicos se incrementa sustancialmente cuando los niños alcanzan entre los 11 y los 14 años de edad, más de una hora diaria en lo que se refiere a televisión y reproductores de música; una hora al día en lo referente a ordenadores y casi media hora diaria en cuanto a video juegos (en total, la exposición media aumenta hasta las 11:53 horas al día, frente a las 7:51 horas dedicados a estos medios por los niños de entre ocho y 10 años).

El estudio ha revelado, por último, que los niños de entre ocho y 18 años pasan más de una hora y media al día mandando mensajes con sus móviles, y media hora más hablando por sus teléfonos móviles.

Las consecuencias de todos hábitos en la salud ya han sido descritas en estudios anteriores, que han demostrado que existe una relación entre el tiempo de dedicación a estos medios y la obesidad.


II

En El Mundo, Efe, 26/11/2010 

"Los jóvenes pasan casi el triple de tiempo con la 'tele' y el ordenador que estudiando"

Cuanto más tiempo se dedica a Internet, mayor el índice de suspensos en ESO. El 60% de los niños más mayores indican que no les gusta estudiar. Casi la mitad estudia con música; y con Internet (35%) y la TV (25%)

Los jóvenes dedican una hora y media al día a estudiar, mientras que pasan una media de cuatro horas delante de una pantalla (consola, televisión o Internet), tiempos que aumentan a mayor edad y se reducen en las más tempranas. El consejero técnico de TNS Demoscopia, Jorge Clemente, subraya que el estudio refleja que cuanto más tiempo se dedica a Internet, mayor es el índice de suspensos en la ESO.

Son datos de una investigación sociológica para conocer los hábitos de estudio de los escolares, realizado con entrevistas a mil niños de entre 8 y 16 años y a sus padres, que indica que ambos padres -en el 57% de los casos- o la madre -en el 40%-, ejercen las funciones de control, pero raramente lo hace el padre en solitario -en el 3% de las familias-.

Estudiar pierde interés al pasar de primaria a secundaria: a siete de cada diez niños de primaria les gusta estudiar, mientras que sólo cuatro de secundaria tienen una actitud positiva hacia el estudio, señala el informe encargado por la Fundación Antena 3.

Por tanto, el 60% de los niños más mayores indican que no les gusta estudiar; son el 75% de los que suspenden y el 45% de los que aprueban.


Con música, el ordenador y la 'tele'

Uno de cada dos estudiantes de secundaria con suspensos tienen problemas para concentrarse cuando tratan de estudiar; sin embargo, mientras estudian, un 48% escucha música, un 45% tienen gente cerca hablando, un 35% está conectado a Internet y un 25% con la televisión puesta.

El informe, realizado por TNS-Demoscopia, señala que un tercio de los jóvenes no estudia en su habitación, sino en la cocina o el cuarto de estar y que esa misma proporción tiene problemas para entender las explicaciones de los profesores, sobre todo en matemáticas y ciencias.

La ayuda de los padres a los hijos en sus estudios se reduce casi a la mitad en secundaria. Un 45% de los estudiantes de secundaria son ayudados por sus padres cuando tienen problemas en sus estudios; pero en el 52% de los que suspenden su padre no ha pasado de los estudios primarios (lo que sólo ocurre a un 20% de los alumnos que aprueban). Esta ayuda se eleva al 81% en los alumnos de primaria.

Respecto a las técnicas de estudio, más de la mitad de los alumnos (55,6%) afirma que suelen aprender las cosas de memoria.
Castigados por 'catear'

De la relación entre padres e hijos, destaca también que la aplicación de castigos es habitual al sacar malas notas (en el 55%), mientras que sólo un 25% de los padres manifiesta premiar a sus hijos cuando obtienen buenos resultados.

La comunicación habitual entre padres e hijos sobre la marcha de los estudios es menor entre aquellos que suspenden (53%), que entre los que aprueban (71,2%).

A lo largo del curso, los escolares de primaria dedican poco más de una hora al día a estudiar y media hora más los estudiantes de secundaria; cuando los exámenes se acercan, el tiempo de estudio sobrepasa la hora y media y las dos horas y media en secundaria.
'Atrapados' en la Red y la televisión

Delante de la pantalla, los alumnos de primaria están casi 3,5 horas (1,5 ante TV, 1 hora juegan a consola u ordenador y casi otra hora conectado a Internet), mientras que los adolescentes emplean cerca de 4,5 horas (1 hora y 49 minutos viendo la 'tele'; 48 minutos a la consola o el ordenador y 1 hora y 44 minutos en Internet).

"Las nuevas tecnologías correctamente utilizadas aportan, pero cuando no hay control de los tiempos son un problema", ha opinado el defensor del Menor de Madrid, Arturo Canalda, quien ha defendido la necesidad de mejorar la comunicación entre padres e hijos, padres y escuelas, junto a recuperar valores como el esfuerzo y la continuidad del trabajo.

Otro análisis de estos datos lo ha hecho la catedrática de psicología de la educación María José Díaz-Aguado, quien ha planteado "enseñar a respetar los límites sin caer en el autoritarismo, ni en la negligencia o pasividad que desemboque en ausencia de educación".


III
  

Héctor S. Basile, "Adicción a Internet: Ciberadicción (Internet Adiction Disorder. IAD)" en Alcmeon, Revista Argentina de Clínica Neuropsiquiátrica, vol. 13, Nº 2, septiembre de 2006, págs. 74 a 90.

Palabras clave
Adicción, Trastorno de Control de los impulsos, Depresión, Ansiedad, Fobia Social, Trastorno Obsesivo Compulsivo, Cibersexo Adictivo, Ludopatía.
 
Entre los motivos básicos para usar Internet, los más importantes son:
1-Búsqueda de información:
2-Búsqueda de interacción social: relacionarse con amigos, conocer nueva gente e intercambiar información con ella.
3-Mecanismo de Escape: Incluye huir de los sentimientos de soledad, evitar sensación de tedio de la vida cotidiana y mantenerse en contacto con más gente evitando la depresión.
4-Juego compulsivo. Internet cuenta todo tipo de juegos, algunos de ellos tipo casino con apuestas en dinero, que pueden fomentar ludopatías.
5-Compras compulsivas: comercio electrónico, subastas
6-Búsqueda de Cibersexo:
Algunos investigadores barajan la idea de que las caracte-rísticas propias de Internet ejercen alguna influencia sobre la conducta de los usuarios, es el caso del modelo “ACE” (anonimato, comodidad y escape) para explicar el éxito y la gratificación obtenida mediante el cibersexo. El concepto de anonimato ha sido subrayado por numerosos autores en relación a las situaciones de abuso.

¿Quién es un ciberadicto?
Alguien que teniendo una trayectoria de vida en la que el uso de Internet representaba una actividad compatible con sus relaciones personales, con su trabajo y no le producía sentimientos de culpabilidad,
- cambia su comportamiento por un exceso de tiempo dedicado a navegar,
- jugar, comunicarse o comprar por Internet,
- el sujeto sufre la pérdida del control frente al uso racional de Internet,
- además, debe percibir que recibe una gratificación por su conducta, familiar y profesional del individuo,
- y se transforma en un problema para el sujeto y las personas de su entorno.
Una premisa importante para considerar el potencial adictivo de una conducta, es el periodo de tiempo que transcurre entre que se emite la respuesta y se recibe la recompensa.
Por ejemplo: el enorme potencial adictivo de la cocaína se debe más a la inmediatez de sus efectos en el sistema nervioso humano que a otras circunstancias, como la capacidad de proporcionar placer y el supuesto prestigio de su uso.
Algo parecido ocurre en la ciberadicción: el hecho de apretar un enlace o hipervínculo y obtener información o fotografías estimulantes casi al instante es un refuerzo que se repite cientos, miles de veces en la vida de los cibernautas.
Esta asociación conductual lleva de una manera clara a asociar pulsación del mouse con placer, por lo que el sujeto adicto se ve abocado a repetirlo hasta el bloqueo de su ordenador o hasta que la fatiga mental, ocular o manual lo hacen retirarse de los estímulos.
Si el alcohol, la marihuana y la cocaína pueden considerarse drogas de facilitación social, la ciberadicción es una patología que se desarrolla en solitario, frente a una pantalla de ordenador, o en menor medida con interlocutores desconocidos.
Los cuadros de introversión en trabajadores informáticos son parte de las características personales de muchos de ellos, algunos de los cuales se expresan dificultosamente o se alejan de las relaciones sociales más por las dosis de concentración que requieren sus trabajos que porque sean realmente adictos.
En toda adicción siempre confluyen tres elementos:
- una persona,
- unas circunstancias personales determinadas y
- una sustancia o situación que produzca placer (Internet puede proporcionar múltiples sensaciones placenteras).
Aunque la conexión compulsiva a Internet constituye un indicador significativo en los casos de IAD (Internet Adiction Disorder), no es posible establecer una correspondencia entre determinada cantidad de horas de conexión a Internet y adicción, pues el uso de Internet depende de las circunstancias personales de cada uno (algunos trabajadores y estudiantes deben estar conectados casi siempre a Internet).
Incluso considerando solamente el tiempo de ocio que se emplea en Internet, resulta difícil establecer la frontera de la adicción basada en el número de horas diarias o semanales de conexión; como mundo alternativo al “mundo físico”, Internet ofrece infinidad de ofertas de ocio: lecturas, música, películas, juegos, reuniones y cada persona puede tener sus preferencias.
Podemos considerar que una persona tiene adicción a Internet cuando de manera habitual es incapaz de controlar el tiempo que está conectado a Internet, relegando las obligaciones familiares, sociales y académicas/profesionales. Muchas veces además roban horas al sueño e incluso se reduce el tiempo de las comidas; de manera que el cansancio y la irritabilidad se irán cronificando, así como la debilidad del sistema inmunológico y muchas veces una cierta tendencia al aislamiento social
Más que una adicción genérica a Internet, debemos considerar:
Adicciones o Usos Compulsivos a determinados Contenidos o Servicios de Internet:
º Adicción a buscar información de todo tipo: noticias, Webs temáticas, Webs personales, servicios ofrecidos por empresas. Muchas veces incluye pornografía, imágenes o escenas que incluyen violencia. Se buscan sensaciones más que información.
º Adicción a frecuentar los entornos sociales: Chats, juegos on line, etcétera.
Los usuarios no dependientes tienen más tendencia a comunicarse con las personas conocidas.
Los adictos buscan más conocer gente nueva y buscar el apoyo en los grupos de la red; a veces “se crean varias personalidades virtuales”.
º Juego compulsivo. Internet está lleno de Webs con todo tipo de juegos, algunos de ellos tipo casino con apuestas en dinero; otros muy competitivos o violentos, que pueden fomentar ludopatías en determinadas personas.
º Compras compulsivas: comercio electrónico, subastas.
º Ciber sexo adictivo.

Concepto de Ciberadicción
La adicción a Internet o ciberadicción se define como “la pérdida del control frente al uso racional de Internet”. Para esto se deben evaluar una serie de parámetros como el nivel de interferencia y de distorsión en la vida personal, familiar y profesional del individuo. Por ejemplo, si una persona se pasa horas y horas conectada, desatendiendo obligaciones familiares, personales y profesionales de forma reiterada, podíamos estar entrando en una situación de adicción.
Existen dos modelos básicos de la adicción a Internet:
1-El primer tipo se refiere a sujetos muy aficionados e interesados por sus ordenadores que utilizan la Red para recoger información, jugar en solitario, obtener nuevos programas, etc. pero “sin establecer ningún tipo de contacto interpersonal” (más que el necesario para lograr sus propósitos).
2-El segundo tipo lo constituirían aquellos sujetos que frecuentan los Chats, juegos en línea, y listas de correo. Todos ellos tienen en común la “búsqueda de estimulación social”. Las necesidades de filiación, ser reconocido, poderoso o amado subyacen a este tipo de utilización de la Red.
Cuando el uso de Internet interfiera de un modo significativo las actividades habituales es cuando podrá ser considerado patológico. Sin embargo la interferencia sobre los hábitos de vida no es un criterio estable ya que varía ampliamente de unos sujetos a otros, variando en función de las disponibilidades de tiempo, dinero y de numerosas circunstancias tanto personales como familiares.

Aproximación diagnóstica
Son numerosos las investigadores clínicos que sugieren la inclusión de este trastorno en los Manuales de Clasificación (DSM, ICD), proponiendo borradores de criterios diagnósticos:
º Tolerancia (definida por los siguientes criterios).
Necesidad de incrementar las cantidades de tiempo conectado a Internet para lograr la satisfacción.
Disminución del efecto con el uso continuado de similares tiempos de conexión.
º Abstinencia, manifestada por las siguientes características:
Síndrome de abstinencia. Producido por cesación o reducción del tiempo de conexión (cuando se han dado períodos de tiempo prolongados de uso intenso).
Dos o más de los siguientes síntomas aparecen después de unos días y hasta un mes de haberse producido el punto anterior.
º Agitación psicomotriz.
º Ansiedad.
º Pensamientos recurrentes (de tipo obsesivo) acerca de lo que estará ocurriendo en Internet.
º Fantasías o sueños acerca de Internet.
º Movimientos voluntarios o involuntarios similares a los que se efectúan sobre un teclado.
º Los anteriores síntomas producen malestar o deterioran las áreas social, ocupacional o cualquier otra área vital.
º El uso de Internet o de otro servicio on-line es preciso para aliviar o suprimir los síntomas abstinenciales.
º Se accede a Internet mas a menudo o durante períodos de tiempo más prolongados de los que se había planeado.
º Existen propósitos persistentes e infructuosos de suprimir o controlar el acceso a la Red.
º Se invierte una cantidad de tiempo notable en actividades relacionadas con Internet (adquisición de libros, pruebas de nuevos browsers, organización del material descargado, etcétera).
º Las actividades sociales, profesionales o de recreo disminuyen o desaparecen a causa del uso abusivo de Internet.
º Se permanece conectado a pesar de saber que ello supone un problema persistente y recurrente de tipo físico, social, laboral o psicológico (privación de sueño, conflictos matrimoniales, negligencia laboral, sentimientos de abandonar a los seres queridos).
Ivan Goldberg prefiere sustituir el término de adicción a Internet por el de “uso patológico de ordenadores”, estableciendo los siguientes criterios de diagnóstico:
Cambios drásticos en los hábitos de vida a fin de tener más tiempo para conectarse.
Disminución generalizada de la actividad física.
Descuido de la salud propia a consecuencia de la actividad en Internet.
Evitación de actividades importantes a fin de disponer de mayor cantidad de tiempo para permanecer conectado.
Deprivación o cambio en los patrones de sueño a fin de disponer de más tiempo en la Red.
Disminución de la sociabilidad que tiene como consecuencia la pérdida de amistades.
Negligencia respecto a la familia y amigos.
Rechazo a dedicar tiempo extra en actividades fuera de la Red.
Deseo de mas tiempo para estar frente al ordenador.
Negligencia respecto al trabajo y las obligaciones personales.
Correlatos fisiológicos:
º Respuesta condicionada (aceleración del pulso, incremento de la TA) a la conexión del módem.
º Estado de conciencia alterado durante largos períodos de tiempo, con una total concentración en la pantalla, similar al de la meditación o del trance (hipoprosexia).
º Sueños que aparecen en forma circular (“Scroll”).
º Irritabilidad importante cuando se es interrumpido, por personas o circunstancias de la vida real mientras se está sumergido en el ciberespacio.

La adicción a Internet
Es una categoría que agrupa a una serie de desórdenes relacionados, a saber:
1.- compulsión por actividades en-línea
2.- adicción al cyber-sexo
3.- adicción a los cyber-romances
4.- adicción a la computadora
La adicción a las actividades en línea incluye:
º La compulsión por: las subastas, la navegación Web, el juego de azar en línea.
º La obsesión con la programación, con los juegos de computadora, así como la búsqueda compulsiva de sexo y relaciones disfuncionales a través de la Internet forman parte de este síndrome:
º El abandono de la vida familiar y/o social, el descuido de las funciones laborales, así como el deterioro de la higiene y salud física a raíz de la inversión de energía y el tiempo invertido en la adicción a la Internet son característicos de este desorden.

Criterios para el diagnóstico del desorden de adicción a internet (IAD) Goldberg (1995)
Un patrón desadaptativo de uso de Internet, que conlleva un deterioro o malestar clínicamente significativo, expresado por tres o más de los items siguientes en algún momento de un periodo continuado de 12 meses:
1) Tolerancia, definida por cualquiera de los siguientes:
Una necesidad de incrementar notablemente la cantidad de tiempo en Internet para lograr satisfacción.
Notable disminución de los efectos con el uso continuado de la misma cantidad de tiempo en Internet.
2) Abstinencia, manifestado por cualquiera de los siguientes:
(a) El característico síndrome de abstinencia:
Cesación o reducción de un uso de Internet que ha sido grande y prolongado
Dos o más de los siguientes, desarrollados algunos días durante un mes antes:
-Agitación psicomotora
-Ansiedad
-Pensamientos obsesivos acerca de lo que estará sucediendo en Internet
-Fantasías o sueños a cerca de Internet
-Movimientos de tecleos voluntarios o involuntarios
-Los síntomas causan malestar o deterioro en el  área social, laboral u otra área importante de funcionamiento.
(b) El uso de Internet o un servicio similar esta dirigido a aliviar o evitar los  síntomas de la abstinencia.
3) Se accede a Internet con más frecuencia o por períodos más largos de lo que inicialmente se pretendía.
4) Deseo persistente o esfuerzos infructuosos de controlar o interrumpir el uso de Internet.
5) Se emplea mucho tiempo en actividades relacionadas al uso de Internet (por ejemplo comprando libros sobre Internet, probando nuevos navegadores, indagando proveedores de Internet, organizando fichero o descargando materiales).
6) Actividades sociales, ocupacionales o recreativas se dejan o reducen a causa del uso de Internet.
7) Internet se continúa usando Internet un pesar de saber que se tiene un persistente o recurrente problema físico, social, ocupacional o psicológico que parece ser causado o exacerbado por el uso de Internet (privación de sueño.
Dificultades maritales, llegar tarde a las citas por las mañanas, abandono de los deberes profesionales, o sentimientos de abandono de personas significativas).
David Greenfield. señala un conjunto de siete criterios para la Identificación y predicción de la adicción a Internet:
º Número total de horas que pasas conectado.
º Otras personas piensan que tienes un problema con Internet.
º Experimentar serias consecuencias relacionadas con el uso de Internet.
º Experimentar una intensa intimidad en la red.
º Mantener la cantidad de tiempo que se pasa conectado como un secreto.
º Edad (más joven incrementa el riesgo de adicción).
º No poder esperar para llegar al ordenador y conectarse

Perfil del ciberadicto
David Greenfield. señala un conjunto de siete criterios para la Identificación y predicción de la adicción a Internet:
º Número total de horas que pasas conectado.
º Otras personas piensan que tienes un problema con Internet.
º Experimentar serias consecuencias relacionadas con el uso de Internet.
º Experimentar una intensa intimidad en la red.
º Mantener la cantidad de tiempo que se pasa conectado como un  secreto.
º Edad (mas joven incrementa el riesgo de adicción).
º No poder esperar para llegar al ordenador y conectarse.
º Nathan Shapira, señala que, “no es claro si el problema relacionado con Internet debería ser considerado como un desorden o como un síntoma de un problema más serio (como maníaco-depresivo, etcétera)
º “El uso excesivo de Internet puede clasificarse como un desorden de control de impulsos, en la misma categoría del cleptómano o el comprador compulsivo”.
º La mitad de los ciberadictos sufría desórdenes de ansiedad tales como: “fobia social”; trastornos de hábitos alimentarios; estallidos incontrolables de ira o compulsión de comprar; abuso del alcohol u otras sustancias en algún momento de sus vidas.
Un porcentaje importante de sujetos que se consideraba completamente atrapado por la Red, no tenía ninguna intención de disminuir o eliminar esta conducta.
º Otro grupo importante de sujetos había realizado diversos intentos por reducir sus tiempos de conexión sin resultados positivos, viéndose obligados a tomar decisiones drásticas cuando las consecuencias de esta conducta se volvían insostenibles (deshacerse de sus módems, cancelar sus cuentas de acceso, o incluso desmantelar toda la instalación informática).
º Cuando esta circunstancia se producía aparecía un intenso deseo (“Craving”) similar al de otras adicciones.
Entre los signos de alerta respecto a posibles problemas con el uso de la Red se mencionan:
º Comprobación compulsiva del correo electrónico.
º Tendencia reiterada a anticipar la próxima conexión a la Red.
º Quejas de terceros respecto a que se invierte mucho tiempo conectado.
º Quejas de terceros respecto a que se gasta demasiado dinero en conexiones a Internet.

Efectos negativos
º En la adicción a Internet también se han señalado algunas consecuencias negativas, sobre todo las derivadas de la privación de sueño La privación de sueño se produce por la inhabilidad o incapacidad del adicto a cortar la conexión, permaneciendo despierto hasta altas horas de la madrugada,, lo cual podría dar lugar a fatiga, debilitación del sistema inmunitario y un deterioro de la salud.
º Internet está produciendo un rápido cambio en las costumbres y modos de vida de las personas, ya que en cierto sentido está modificando la forma en que nos relacionamos unos con otros. Un exagerado uso de Internet esta asociado con una disminución en la comunicación con los miembros de la familia en el hogar, un achicamiento en el tamaño de su círculo social y un incremento en su depresión y soledad.
º La comorbilidad entre un exagerado uso de Internet y el incremento en los niveles de depresión ha aparecido en varios estudios. Sin embargo, existe aún controversia sobre si la depresión es la causa o el efecto de la adicción a Internet. Es posible se produzca un ciclo vicioso en el que la soledad y la depresión alimentan el uso del ordenador/ Internet, y ello lleva a una mayor soledad y depresión.
Esto se explicaría por una conducta compensatoria en la cual la actividad “on line” de los usuarios se incrementa a medida que aumentan sus sentimientos de incomunicación.
º El medio en el que se desenvuelve la adicción genera también una serie de cambios psicológicos negativos, consistentes en alteraciones del humor, ansiedad o impaciencia por la lentitud de las conexiones o por no encontrar lo que se busca o a quien se busca, estado de conciencia alterado (total focalización de la atención), irritabilidad en caso de interrupción, incapacidad para salirse de la pantalla, etcétera.
º Desde un punto de vista sistémico, los efectos negativos de la adicción se expresan en los ámbitos familiar, académico y profesional El adicto se aísla del entorno y no presta atención a otros aspectos de las obligaciones sociales.
º Internet esta produciendo grandes cambios, algunos negativos, pero también es necesario señalar que para la mayoría de las personas Internet es una herramienta que trae grandes beneficios. La pregunta que debemos hacernos es: ¿cómo es posible que una tecnología que para la mayoría es beneficiosa se convierta en adictiva para algunos?

Mecanismos psicopatogénicos:
º El proceso por el cual una persona se convierte en adicto es siempre una interacción de factores relativos al objeto de la adicción, a las características de la persona que la hacen vulnerable y al entorno social. Los intentos de determinar las causas de la adicción a Internet deben tener en cuenta que la conducta problema se desarrolla en un contexto virtual que no tiene por que seguir las leyes del mundo real.
º Las cualidades de Internet que parecen contribuir al potencial de la adicción están relacionadas con la velocidad, accesibilidad e intensidad de la información a la que se tiene acceso, de forma similar que la rapidez de absorción de una droga es directamente proporcional al potencial adictivo de la misma.
º La razón de que aparezcan adicciones a comportamientos que no son posibles fuera de la red (adicción a las líneas de Chat o a los juegos) tiene que vez con esa velocidad, accesibilidad e intensidad de la información.

Mecanismos y refuerzos que predisponen a la formación de la ciberadicción
a) Aplicaciones adictivas: las aplicaciones que más poder adictivo tienen son las “que permiten al usuario interaccionar con otros”.
Lo que diferencia a los usuarios dependientes de los que no lo son, es el tipo de aplicaciones que utilizan. Los usuarios no dependientes usan Internet para encontrar información y mantener relaciones preexistentes, mientras que los “dependientes la usan para socializarse y conocer nueva gente, para implicarse en un grupo”.
Existen tres principales áreas de reforzamiento:
a) Apoyo Social,
b) Realización Sexual, y
c) Creación de un Personaje.
a) Apoyo social: Las visitas continuadas a un determinado Chat, hacen que se establezca una intimidad con los demás miembros, alentada por la desinhibición que se muestra en la red. Esta desinhibición es consecuencia directa del anonimato que proporciona la comunicación mediada por ordenador. Estos grupos llenan la necesidad de apoyo que tenga la persona en situaciones estresantes de enfermedad, jubilación o divorcio.
b) Satisfacción sexual: Hay cantidad de Chats que han sido diseñados para la interacción erótica. Estas aplicaciones permiten al usuario elegir la fantasía sexual que le apetezca en el momento, con solo pulsar un botón (desde la homosexualidad hasta las diversas parafilias, como la paidofilia, etcétera). En estos lugares se sienten libres de ataduras por el anonimato y el sentimiento de practicar “sexo seguro”. Además personas que se sienten poco atractivas físicamente se ven liberadas de este problema.
c) Creación de personalidad ficticia: Internet permite crear un “personalidad virtual” modificando las propias características físicas que en el mundo real son inamovibles. Por ejemplo, un trabajador no calificado, casado y obeso, puede aparecer en la red como un joven millonario campeón de atletismo. Es unas forma de “reinventarse a sí mismo”, de cubrir necesidades psicológicas previamente no afrontadas, enmascarando la inseguridad interpersonal. Dos de estas necesidades psicológicas son la expresión de un rasgo de personalidad repri-mido y la necesidad de reconocimiento y poder.
Debe recordarse el axioma que afirma que en el Chat: “Nadie es quien dice ser”.
Recordamos en caso de una paciente adolescente atraída a una cita a ciegas, concertada a través del Chat, que fue abusada sexualmente y agredida físicamente con peligro de su vida)
d) Rasgos de personalidad emergentes: Internet puede ayudar a sacar a la luz aspectos de la personalidad que estaban ocultos o reprimidos, como puede ser la agresividad, el sadomasoquismo, etc. Una vez sacados a la luz, se debe aprender a incorporarlos a la propia personalidad, evitando limitar esos roles al ciberespacio y elaborarlos adecuadamente
e) Reconocimiento y poder: Este es un elemento que se deriva de los juegos en red, en los que se crea un personaje que va aumentando su poder a medida que consigue puntos, pudiendo llegar al liderato de otros jugadores subordinados.
Sentimientos que experimentan los usuarios dependientes de Internet y que pueden llevar a la adicción:
- Los adictos informan de una intensa intimidad cuando está conectados,
- Existe un sentimiento de desinhibición,
- Muchos adictos informan también de una pérdida de ataduras,
- Sentimientos de que el tiempo se detiene o que pasa muy rápido,
- Sentirse fuera de control cuando se está conectado.

¿Por qué algunas personas se hacen adictas?
Internet en la mayoría de los casos facilita cubrir o compensar un déficit en la personalidad del adicto. Ya que Internet es eminentemente un instrumento de comunicación inter-personal, es en este ámbito donde el mundo virtual puede convertirse en un sustituto de la vida real para las personas con déficits en habilidades sociales, timidez.
La red permite cubrir dos tipos de necesidades básicas:
1-la estimulación solitaria (búsqueda de información, imágenes, sonido, juegos, etcétera) y 2- la búsqueda de interacción social.
Hay ciertas características de personalidad o estados emocionales que aumentan la vulnerabilidad psicológica a las adicciones.
La vulnerabilidad psicológica hacia la adicción a Internet se expresa en los siguientes factores de riesgo:
 
Factores de riesgo que aumentan la vulnerabilidad psicológica a las adicciones
º Déficits de personalidad: introversión acusada, baja autoestima y nivel alto de búsqueda de sensaciones.
º Déficits en las relaciones interpersonales: timidez y fobia social.
º Déficits cognitivos: fantasía descontrolada, atención dispersa y tendencia la distractibilidad.
º Alteraciones psicopatológicas: Adicciones químicas o psicológicas presentes o pasadas. Depresión, ansiedad, baja autoestima

¿Quiénes están propensos a la adicción?
Las personas más susceptibles a esta adicción, son aquellos que sufren de depresión, o simplemente aquellos que “quedan atrapados” por las posibilidades que este nuevo mundo presenta.
El anonimato que la red ofrece, personificar roles opuestos a los que se viven en la vida cotidiana. Dando a la oportunidad a estos personajes virtuales “de interpretar sus fantasías más intimas o sus pesadillas más aterradoras”.
A algunos les “permite entablar relaciones que por su inhibición no pueden desarrollar en la vida real”, mientras que a otras “le permiten realizar una serie de fantasías sexuales” que por circunstancias del mundo exterior guardan escondidas en sus mentes.
Hay que tener en cuenta un punto muy importante y es que existe una distancia muy corta entre el juego y la adicción. Muchas de las personas que entran a Internet y a los canales de Chat, lo hacen para relajarse o simplemente con fines lúdicos. Pero con el tiempo esta línea puede convertirse en algo más que un juego que envuelve a sus personajes en una adicción que a veces pueden resultar nocivas para nuestro mundo personal, familiar y social
El ciber-romance
En un romance “verdadero” en Internet, la pareja luego querrá conocerse para desarrollar y satisfacer la relación. Para estas personas, Internet fue simplemente un medio de conocer-se. Esta es una poderosa manera para encontrar gente con intereses y personalidades compatibles.
º Hay personas que no quieren conocerse cara a cara. Estas personas prefieren vivir con la fantasía que han creado (consciente o inconscientemente) acerca del ciber-amante. La pareja podría estar colaborando en la creación de una satisfacción mutua que los retrata de manera diferente a como ellos son en realidad. Podrían no querer conocerse por que la fantasía podría destruirse por los hechos de la realidad.
º Muchas personas buscan la excitación en la fantasía a través de libros, TV, películas o Internet, pero confunden esta fantasía con la realidad. Un Caber-romance es sólo otro tipo de “escape de la realidad” - es más interactivo, y por eso mucho mas excitante, para esa persona, que los métodos usuales.

El cibersexo adictivo
º Un ejemplo que ilustra esta evolución en la fuerza adictiva lo encontramos en el caso de la adicción a las líneas eróticas. Las características de funcionamiento de estas líneas que facilitan la dependencia son: disponibilidad ambiental, refuerzo inmediato, percepción de control y gran excitación emocional o sexual.
º Por otra parte la Internet provee un contexto virtual que permite a los tímidos introvertidos interactuar en un contexto seguro, facilitar las infidelidades vía Internet y permitir la creación de personalidades virtuales dependientes del estado de ánimo de la persona.
º El anonimato de las transacciones electrónicas contribuye a animar la actuación de actos desviados e incluso criminales, como observación de imágenes obscenas o ilegales (por ejemplo pedofilia).
º El cibersexo se ha convertido en un subtipo específico de la adicción a Internet. Se estima que 1 de cada 5 adictos esta “enganchado” en alguna forma de actividad sexual on line (viendo ciberporno y/o enganchado en el cibersexo).
º Algunos estudios muestran que los hombres esta más predispuestos a ver ciberpornografia, mientras las mujeres usualmente se enganchan el Chat erótico.
 
Signos de riesgo de adicción al cibersexo
º Rutinariamente gastan significativas cantidad de tiempo en salones de Chats y mensajes privados con el único objetivo de encontrar cibersexo.
º Sentimiento de preocupación y uso del Internet para encontrar parejas sexuales Online.
º Frecuente uso de comunicación anónima para engancharse en fantasías sexuales no realizadas típicamente en la realidad.
º Anticipación de la siguiente sesión On line con la expectativa de encontrar activación sexual o gratificación.
º Encontrar que frecuentemente se desplaza del cibersexo a las líneas telefónicas eróticas (o incluso a reuniones sexuales en la vida real)
º Esconder las interacciones Online de las personas importantes en su vida.
º Sentimiento de culpa o pena por el uso Online.
º Accidentalmente activado por el cibersexo al comienzo, y ahora se encuentra activación al momento de conectarse.
º Masturbarse mientras se esta enganchado en un Chat erótico.
º Menor compromiso con el compañero sexual real, prefiriendo solo el cibersexo como la principal forma de gratificación.
º La gente que sufre de una baja autoestima, una distorsión severa de la imagen corporal, una disfunción sexual no tratada, o una previa adicción sexual están en mayor riesgo de desarrollar una adicción al cibersexo.
º Particularmente, los adictos al sexo a menudo se dejan llevar por el Internet  como una nueva y segura salida sexual para satisfacer sus compulsiones sin el costo de las líneas calientes, el miedo de ser visto en una tienda de adultos, o enfermarse entre prostitutas.
El modelo ACE de adicción al cibersexo es usado para explicar como Internet crea un clima cultural de permisividad que normalmente sirve para estimular y validar comportamientos sexuales desviados. El modelo ACE (anonimato, comodidad y escape) examina el anonimato de las interacciones on line que sirven para incrementar la probabilidad del comportamiento, la comodidad del ciberporno y los Chat sexualmente orientados fácilmente disponibles, y finalmente, el escape de las tensiones mentales derivadas de la experiencia el cual sirve para reforzar el comportamiento dirigido a la compulsión.
º El anonimato de las transacciones electrónicas provee al usuario de un gran sentido de percepción de control sobre el contenido, tono, y naturaleza de la experiencia sexual en línea.
º A diferencia de las experiencias sexuales reales, una mujer puede rápidamente cambiar de pareja si su ciber-amante no es muy bueno, o un hombre puede desconectarse después de su orgasmo sin largas despedidas.
º Si un hombre secretamente se pregunta como seria tener sexo con otro hombre y si una mujer siempre ha buscado tratar el sadomasoquismo.
º Dentro del contexto anónimo del ciberespacio, los mensajes convencionales acerca del sexo son eliminados permitiendo a los usuarios interpretar fantasías ocultas o reprimidas en un ámbito privado, sin el miedo de ser atrapados.
º Para alguien que alguna vez ha tenido curiosidad por el sadomasoquismo, sexo en grupo, homosexualidad, vouyerismo, el cibersexo provee un modo privado, seguro, y anónimo de explorar aquellas fantasías.
º Por lo tanto, los individuos que están más predispuestos a experimentos sexuales se sienten alentados a engancharse en sus “fantasías validadas” por la cultura ciberespacial.

Evaluación de la adicción a Internet
El principal obstáculo que encontraremos para detectar la existencia del problema es la negación. El paciente tiende a negar o minimizar su dependencia de la red, amparándose muchas veces en su utilidad.
Por ello, no es fácil que el trastorno se haga evidente en una exploración inicial.
Del mismo modo que en otras adicciones como el alcohol y drogas o la comida compulsiva, se ha propuesto que existen una serie de disparadores y señales similares a las que disparan la conducta de “atracón” o “borrachera” en el adicto a Internet, y que deben ser evaluadas:
A-Aplicaciones: Lo habitual es que el adicto use una aplicación específica que es la que actúa como disparador. En evaluador debe examinar sus pautas de uso en cada aplicación particular:
¿Qué aplicaciones usa en Internet?
¿Cuántas horas por semana dedica a cada aplicación?
¿Cómo clasificaría las aplicaciones de la más a la menos importante?
¿Qué le parece mejor de cada aplicación?
Si es difícil de saberlo se podría solicitar un autorregistro para colocar al lado del ordenador para registrar su uso.
B-Emociones: Los adictos experimentan sensaciones placenteras cuando están conectados en contraste a como se sienten cuando están desconectados.
Se deben detectar los dos extremos:
• ¿Cómo se siente cuando está desconectado? Después debe determinarse si las respuestas están en un continuo de sentimientos negativos (solo, insatisfecho, inhibido, angustiado, frustrado o preocupado).
• ¿Cómo se siente cuando está usando Internet? Respuestas como excitado, feliz, desinhibido, atractivo, apoyado o deseado, indican que Internet ha modificado el estado de ánimo del paciente.
C-Pensamientos: El pensamiento catastrófico provee de un mecanismo de escape psicológico para evitar los problemas reales o percibidos.
Los adictos tienden más a menudo a anticipar los problemas.
D-Sucesos Vitales: Una persona que no esté satisfecha con algún área de su vida puede usar Internet como medio para evitar los problemas u olvidar el dolor, pero cuando se encuentre fuera de la red se dará cuenta de que nada ha cambiado.
Es necesario evaluar si el adicto está usando Internet como medio para evitar una situación infeliz como una enfermedad, insatisfacción marital o laboral, desempleo, etcétera.
Uno de los primeros síntomas que son notados se refieren a la gran cantidad de tiempo que se pasa en actividades relacionadas con Internet. En la evaluación debe determinar-se si el incremento del uso de Internet es algo normal por ser esta una herramienta nueva que causa una inicial fascinación, o por el contrario se ha convertido en una adicción.
En esto es importante el tiempo que hace que se inició el problema.

Cuatro modalidades de adicción a internet
La clasificación se expone en la siguiente tabla:

Modalidad                                         Aplicación                                          Contenidos    
Adicción cibersexual                 Páginas Web para adultos         Pornográficos o sexuales         
Adicción a las                          Grupos de discusión,                 Comunicación interactiva
ciber-relaciones                                    e-mail, Chats, etc.                     con otros usuarios.
Compulsiones de la red             Páginas Web, en la                   Juegos de azar,
Uso obsesivo del                      mayoría de los casos                 comercio electrónico,
ordenador para juegos               comerciales y                           subastas.         
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º Es fácil encontrar casos mixtos de gente que utilizan los Chat para lograr satisfacción sexual, o ludópatas que usan Internet para implicarse en juegos de azar, el límite de las modalidades entre sí y con otros trastornos no está claramente definido.
º En al mayoría de estas modalidades lo que existe es un trastorno psicológico o carencia que se expresa a través de Internet. Con el avance de la investigación se hace evidente que la mayoría de las veces la adicción a Internet no es sino un trastorno secundario a otros como la fobia social, depresión, adicción al sexo o las diversas parafilias.
º Si en la evaluación se detecta alguno de estos trastornos el terapeuta debe decidir cual es el trastorno que merece una atención prioritaria.
º Internet puede fácilmente ser el objetivo de comportamientos obsesivo/compulsivos, reforzados por la gran cantidad de recursos que se pueden encontrar en la red para alimentar otras adicciones o compulsiones.

Internet addiction test (Kimberley y Young)
Traducción y adaptación
1. ¿Con qué frecuencia se encuentra con que lleva más tiempo navegando del que  pretendía estar?
2. ¿Desatiende las labores de su hogar por pasar más tiempo frente a la computadora navegando?
3. ¿Prefiere excitarse con fotos o videos a través de Internet en lugar de intimar con su pareja?
4. ¿Con que frecuencia establece relaciones amistosas con gente que sólo conoce a través de Internet?
5. ¿Con que frecuencia personas de su entorno le recriminan que pasa demasiado tiempo conectado a Internet?
6. ¿Su actividad académica (escuela, universidad) se ve perjudicada porque dedica demasiado tiempo a navegar?
7. ¿Con que frecuencia chequea el correo electrónico antes de realizar otras tareas prioritarias?
8. ¿Su productividad en el trabajo se ve perjudicada por el uso de Internet?
9. ¿Se vuelve precavido o reservado cuando alguien le pregunta en que dedica el tiempo que pasa navegando?
10. ¿Se evade de sus problemas de la vida real pasando un rato conectado a Internet?
11. ¿Se encuentra alguna vez pensando en lo que va a hacer la próxima vez que se conecte a Internet?
12.¿Teme que su vida sin Internet sea aburrida y vacía?
13. ¿Se siente molesto cuando alguien lo/a interrumpe mientras esta navegando?
14. ¿Con que frecuencia pierde horas de sueño pasándolas conectado a Internet?
15. ¿Se encuentra a menudo pensando en cosas relacionadas a Internet cuando no está conectado?
16. ¿Le ha pasado alguna vez eso de decir “solo unos minutitos más” antes de apagar la computadora?
17. ¿Ha intentado alguna vez pasar menos tiempo conectado a Internet y no lo ha logrado?
18. ¿Trata de ocultar cuanto tiempo pasa realmente navegando?
19. ¿Prefiere pasar mas tiempo online que con sus amigos en la vida real?
20. ¿Se siente ansioso, nervioso, deprimido o aburrido cuando no está conectado a Internet?
Evaluar cada respuesta:
1 = Raramente
2 = Ocasionalmente
3 = Frecuentemente
4 = Muy a menudo
5 = Siempre
0 = No
Si la puntuación es mayor de 50 es aconsejable que consulte con un especialista en Salud Mental (Psiquiatra o Psicólogo) para que le realice una evaluación diagnóstica ya que puede estar padeciendo una Adicción a Internet.

Test de adicción a Internet
1-¿Dedica más tiempo del que cree que debería a estar conectado a la red con objetivos distintos a los de su trabajo?
2-¿Piensa que se sentiría mal si redujera el tiempo que pasa en Internet?
3-¿Se han quejado sus familiares de las horas que dedica a Internet?
4-¿Le resulta duro permanecer alejado de la red varios días seguidos?
5-¿Se resienten sus relaciones por estar conectado a la red?
6-¿Existen contenidos o servicios de la red a los que encuentra difícil resistirse?
7-¿Tiene problemas para controlar el impulso de conectarse a la red?
8-¿Ha intentado, sin éxito, reducir su uso?
9-¿Obtiene gran parte de su bienestar del hecho de estar conectado a la red?
Responder por Si o por No.
0 y 3, es un usuario sin problemas
4 y 6, es un usuario de riesgo
7 y 9, es un usuario con problemas de adicción

Tratamiento
º Habría cerca de un 6 % de los usuarios que son adictos a Internet.
º Se han desarrollado programas de tratamiento, que tratan de recuperar al adictos en forma muy parecida a como ya lo hacen otros programas como Alcohólicos Anónimos o los Jugadores en Rehabilitación.
º Estos grupos permiten que los adictos se apoyen entre sí, se conozcan y empiecen a reconocer su problema.
Estos programas constan de los siguientes elementos:
1) Control de los estímulos vinculados a la adicción: En una primera fase de la terapia se ha de evitar la conexión, pero tras un período de abstinencia tota, se ha de tratar de limitar el tiempo de conexión (al margen de las obligaciones laborales) a no más de 120 minutos/día, atender el correo 1 vez al día y a una hora concreta, de conectarse en compañía, sin quitar horas al sueño y de ayudar a eliminar los pensamientos referidos a la red cuando no se está conectado.
2) Exposición prolongada a los elementos suscitadores del ansia por la conducta adictiva: La evitación de los estímulos en la mayoría de los casos es insuficiente, pues esta no se puede mantener indefinidamente, ya que aumenta el riesgo de recaídas. La recuperación total se consigue cuando se expone a los indicios de riesgo de forma regular y progresiva y es capaz de resistirse a ellos sin escape.
3) Solución de problemas específicos: Deben controlarse varios aspectos relacionados con la abstinencia:
- Control del ansia por implicarse de nuevo en la conducta.
- Control de la ansiedad
- Control de la depresión
- Control de los conflictos interpersonales
4) Creación de un nuevo estilo de vida: Lo esencial es promover un equilibrio adecuado entre deberes y deseos.
5) Prevención de recaídas: El mantenimiento de los logros terapéuticos es más sencillo cuando hay abstinencia total, pero si esto no es posible el objetivo será enseñar a la persona a usar Internet de forma controlada. Algunas de las estrategias que podrían usarse son:
• Identificación de situaciones de alto riesgo,
• Respuestas de enfrentamiento a situaciones problema,
• Cambio de expectativas sobre las consecuencias de la implicación en la conducta Adictiva,
• Revisión del estilo de vida del paciente.
Puesto que en la mayoría de los casos la abstinencia en este tipo de adicción no es posible, se utilizan los modelos de “bebida controlada” y “entrenamiento en moderación” para trastornos alimenticios, ya que Internet parece tener la misma habilidad para proveer alivio emocional, escape mental y maneras de eludir los problemas que tiene el alcohol, las drogas, la comida o el juego, y propone el siguiente:

Estrategias cognitivo - conductuales:
a) Practicar lo contrario en el tiempo de uso de Internet:
Es necesario previamente evaluar los hábitos de uso de Internet: cuándo, cuántas veces, dónde y durante cuanto tiempo se produce la conexión. La técnica consiste en romper la rutina para adaptarse a un nuevo horario. Por ejemplo, si lo primero que hace el paciente al levantarse es chequear el correo, se debe sugerir que lo haga después de desayunar, si se conecta al llegar a casa hacerle conectarse sólo después de cenar. El objetivo es romper con los hábitos de conexión.
b) Interruptores externos: Se trata de usar cosas que el paciente tenga que hacer o sitios donde ir, como señales que le indiquen que debe desconectar. Como ayuda a estas alarmas naturales se pueden usar relojes o alarmas de tiempo.
c) Fijar metas: Para evitar las recaídas se puede programar un horario realista que permita al paciente manejar su tiempo. Se puede elaborar un esquema de conexiones breves pero frecuentes. El tener un horario tangible puede permitir tener sensación de control.
d) Abstinencia de una aplicación particular: Una vez se ha identificado la aplicación que resulta más problemática para el paciente, este debe dejar de utilizarla. Esto no significa que no pueda usar otras aplicaciones relacionadas con la red. Si el paciente encuentra problemas con el las Chat, entonces no lo debe usar más, pero si puede usar el correo electrónico o los navegadores Web.
e) Usar tarjetas recordatorias: Para mantener al paciente centrado en la meta de la abstinencia o la reducción de uso podemos pedirle al paciente que haga una lista de los cinco principales problemas causados por la adicción a Internet y otra con los cinco principales beneficios de estar desconectado de Internet o abstenerse de usar una aplicación. La lista puede ser transcrita en una tarjeta que pueda llevar consigo. Le podemos sugerir que saque la tarjeta cada vez que piense en usar Internet, y que apunte todos los beneficios que le ocasionen la abstinencia o reducción de uso así como los efectos negativos que le cause su uso.
f) Desarrollar un inventario personal: Al mismo tiempo que el paciente intenta cortar el uso de Internet, podemos sugerir que cultive una actividad alternativa. El paciente debe elaborar un inventario personal de las cosas que ha dejado de hacer a causa de su adicción, para luego clasificarlas en “muy importante”, “importante” o “no muy importante”. Debemos hacer que el adicto examine especialmente las actividades “muy importantes” para que se haga consciente de lo que ha perdido y le gustaría recuperar.
Psicoterapia
1) Psicoterapia Individual:
La adicción a Internet puede tratarse solamente de un síntoma o de un trastorno secundario.
La depresión la fobia social o la adicción al sexo son alguno de los trastornos que pueden ser los responsables de una sobre implicación en la red. En estos casos el tratamiento específico para estas disfunciones debe ser adaptado al medio en el que se produce.
2) Psicoterapia grupal:
El apoyo social de la red contribuye a la adicción de aquellos con estilos de vida solitarios, hace conveniente ayudarles a encontrar un grupo de apoyo que se refiera a su situación.
3) Terapia familiar:
Es necesaria en aquellos casos en los que las relaciones familiares se han interrumpido o han sido negativamente afectadas.
La intervención debe estar centrada en:
- Educar a la familia en lo adictivo que puede llegar a ser Internet.
- Reducir la culpa en el adicto por su comportamiento.
- Promover la comunicación abierta sobre los problemas premórbidos que llevaron al adicto a implicarse en el abuso de Internet
- Animar a la familia a colaborar en la recuperación del adicto ayudándole a encontrar nuevas ocupaciones, tomándose unas vacaciones o escuchando sus sentimientos.

Prevención en los adolescentes
Los adolescentes entre las actividades más comunes en la computación prefieren las siguientes:
Juegos en red: son versiones avanzadas de los videojuegos tradicionales que brindan a los players – jugadores - la posibilidad de armar equipos y jugar unos contra otros desde distintas computadoras conectadas entre sí.
Juegos on line: Son similares a los juegos en red, pero en éstos no sólo compiten las personas de un mismo cíber, sino también aquellas que se encuentran conectadas en las distintas partes del mundo a través de Internet.
Chat: los usuarios se pueden comunicar con cualquier persona del mundo teniendo sólo una cuenta de correo electrónico. A la vez pueden verse con cámara Web y hablar por micrófonos.
El abuso de tiempo frente a la computadora se produce por problemas afectivos, como la ausencia de los padres, debido a que “la mayoría trabaja”.
Los padres prefieren que sus hijos en lugar de estar en la calle, pasen largas horas en un lugar que les agrade y les brinde seguridad, ya sea un cíber o su propia habitación, frente a una máquina.
Uno de los datos preocupantes es el tiempo que una persona puede llegar a estar frente a la computadora. En los menores de 8 años, se estima que debe ser de 30 a 40 minutos; más de una hora es totalmente nocivo para el niño. Pero éstos no siempre cumplen este horario, suelen estar frente a la computadora unas tres horas seguidas.
Adolescentes de 13 y 14 años admiten que si no existieran el Chat ni los juegos en red, invertirían el tiempo en hacer actividades al aire libre, deportes, estar más tiempo con los amigos y salir con ellos, aprender otro idioma. Muchos confesaron: “Podría dormir más; porque ahora, por culpa de la computadora, cada vez me acuesto más tarde”.
Se aconseja tener la computadora en un ambiente familiar, como el comedor diario, para tener más noción del uso, tiempo y material elegido por los niños y adolescentes. No es aconsejable en la habitación, ya que se pierde el contacto con ellos.
En el caso de los cíber, se recomienda dar a los chicos la plata justa para que jueguen sólo un par de horas (los mayores).
Para los más chicos, el juego debe restringirse a media hora.
También se propicia participar de los juegos con los chicos, para saber de qué se tratan y medir mejor su contenido y efectos.
En 2003 se sancionó en la Ciudad de Buenos Aires la ley 1244, que entre otros aspectos prohíbe las máquinas recreativas con programas que contengan elementos racistas, sexistas, pornográficos, que hicieran apología de la violencia o fueran discriminatorios. Establece, además, que los salones que ofrecieran juegos en red deberían estar ubicados a más de 200 metros de establecimientos primarios, secundarios, iglesias y salas velatorias.

9. Psicológicas, “soy un esclavo”: Si me dedico monotemáticamente a una actividad y además, lo que hago no me es agradable, se generará un factor de estrés que podría llevar a la persona a sentirse esclavo de una silla por tener que permanecer en ella todos los días. Con el tiempo, se podrá desarrollar cuadros depresivos. Ahora, atención que lo mismo ocurre cuando se ve excesiva TV, porque ocasiona desordenes del ánimo donde sólo se le da sentido a la vida al estar frente a la televisión. También este trastorno psicológico disminuiría los niveles de inmunidad. 10. Pensamiento más lento: Cuando los músculos están en movimiento, bombean sangre fresca y oxígeno a todos los órganos. En este intercambio en el cerebro se liberan todo tipo de productos químicos para mejorar el estado de ánimo y del cerebro, pero en modo sedentario, se ralentizará la función cerebral.

Fuente: Emol.com - http://www.emol.com/noticias/Tendencias/2014/02/10/739938/Conoce-las-enfermedades-que-se-derivan-de-estar-sentado-8-horas-diarias.html
9. Psicológicas, “soy un esclavo”: Si me dedico monotemáticamente a una actividad y además, lo que hago no me es agradable, se generará un factor de estrés que podría llevar a la persona a sentirse esclavo de una silla por tener que permanecer en ella todos los días. Con el tiempo, se podrá desarrollar cuadros depresivos. Ahora, atención que lo mismo ocurre cuando se ve excesiva TV, porque ocasiona desordenes del ánimo donde sólo se le da sentido a la vida al estar frente a la televisión. También este trastorno psicológico disminuiría los niveles de inmunidad. 10. Pensamiento más lento: Cuando los músculos están en movimiento, bombean sangre fresca y oxígeno a todos los órganos. En este intercambio en el cerebro se liberan todo tipo de productos químicos para mejorar el estado de ánimo y del cerebro, pero en modo sedentario, se ralentizará la función cerebral.

Fuente: Emol.com - http://www.emol.com/noticias/Tendencias/2014/02/10/739938/Conoce-las-enfermedades-que-se-derivan-de-estar-sentado-8-horas-diarias.html