Mostrando entradas con la etiqueta Justicia. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Justicia. Mostrar todas las entradas

domingo, 14 de enero de 2024

Los contraejemplos de Gettier a la teoría clásica del conocimiento proposicional

Desde al menos el Teeteto de Platón,​ la gnoseología contaba con una definición generalmente satisfactoria de la certeza del conocimiento proposicional: si S es un sujeto, y p una proposición, entonces S sabe que p es cierto si y solo si:

S cree que p

p es verdadera

S está justificado en creer que p

Por ejemplo, Newton sabe que, de alguna manera, tiene una manzana, si y solo si:

Newton cree que tiene una manzana

Es verdad que tiene una manzana

Newton está justificado en creer que tiene una manzana

Sin embargo, en 1963, Edmund Gettier publicó un famosísimo artículo de tres páginas titulado ¿Es el conocimiento creencia verdadera justificada? Contraargumentó que la definición clásica no es suficiente para declarar tal cosa; en resumen, su postura, simplificada o sintetizada, es que sabemos muy poco de las circunstancias reales de S y de p (o de Newton y de la manzana), y de todas las demás, y eso nos impide un conocimiento pleno y en todos los casos, solo en algunos, y, por tanto, es inseguro. Nada pudieron hacer las objeciones de William Rozeboom y Michael Clark. No es creencia verdadera justificada. Así que pusimos nuestra capa en el suelo y no nos hartamos de dormir.

jueves, 3 de agosto de 2023

La ley no soluciona

El jurista Rudolph Jherig:

La vida de la justicia es una lucha, una lucha de los pueblos, del poder estatal, de las clases y de los individuos. De hecho, la ley tiene significado sólo como expresión de conflicto y representa los esfuerzos de la humanidad por domarse a sí misma. Pero, desafortunadamente, la ley ha intentado enfrentar la violencia y la injusticia con medios que, en un mundo cuerdo, algún día serán considerados extraños y vergonzosos. Porque la ley nunca ha intentado realmente resolver los conflictos de la sociedad, solo aliviarlos estableciendo reglas por las cuales deben ser combatidos

lunes, 13 de julio de 2020

El hombre que era más rico que Bill Gates

Un día, yo estaba en el aeropuerto de Nueva York. Me acerqué a un vendedor de periódicos, pues quería comprar un diario, pero, al sostenerlo en mis manos, me di cuenta de que no tenía dinero suficiente y desistí de la idea. De pronto el vendedor me dijo que lo tomara. "No hace falta que lo pagues, yo te lo doy gratis". Yo ni le había preguntado, pero él se dio cuenta, y ante su insistencia, acepté agradecido por el regalo.

Tres meses más tarde me encontré con el vendedor en el mismo aeropuerto, y de nuevo estaba sin cambio para comprar el periódico. "Puedes tomarlo. Estoy compartiendo esto de mis ganancias. Así que no te preocupes, no estaré perdiendo nada". De nuevo lo tomé y le di las gracias.

Diecinueve años después me hice rico y famoso. Cierto día, recordé al vendedor y decidí buscarlo. Después de un mes de búsqueda, finalmente lo encontré. Y cuando pude reunirme con él, le pregunté: "¿Recuerdas que una vez me diste el periódico gratis? Quiero pagar la ayuda que me ofreciste; lo que tú quieras, yo te lo cumpliré". Pero el vendedor se negó y me dio una respuesta que me dejó extrañado. "¿Usted cree que podrá igualar mi ayuda? Yo lo ayudé cuando era un  pobre vendedor de periódicos. Usted está ayudándome ahora que es el hombre más rico del mundo. ¿Cómo podrá su ayuda igualar a la mía?" Y ese día entendí que aquel hombre era más rico que yo, ya que no esperó a tener dinero para ayudarme, sino que lo hizo por bondad cuando probablemente le faltaba para llegar a fin de mes.

Otra anécdota emparentable es la que le ocurrió a Humphrey Bogart con Harry Truman. Bogart, ya cincuentón, iba a tener su primer hijo y se apostó veinte dólares con el Presidente a que sería niña. Pero fue niño. Bogart le envió un cheque de veinte dólares a Washington; pero Truman se lo devolvió endosado al neonato con una carta donde le expresaba cuánto respetaba a un hombre que recuerda sus deudas y las paga.

lunes, 22 de junio de 2020

Breve historia de la esclavitud en España

Julio Tovar, "Breve historia de la esclavitud en España", en Público, 21-VI-2020


“¡Ay!, cuando amaso yo,
sabrosito sale el pan.
¡Ay!, panadero soy
y esclavo del catalán!”

Canto popular cubano recogido en ABELLÓ I GÜELL, T., La resposta catalana a la crisi i la pèrdua colonial de 1898, Barcelona, Generalitat de Catalunya, 1998, pp. 171

Los viejos maniseros solían cantar una copla y que todavía se recuerda en las calles viejas de la Habana: 

“¡Desde el fondo de un barranco.
Grita un negro con afán:
¡Dios mío, quién fuera blanco,
Aunque fuera catalán”.

Los versos, memoria de los años de esclavitud en Cuba y que ya se difundían en 1870 en la metrópoli, han sido interpretados de múltiples maneras: recordaban tanto el pasado esclavista de gran parte de la burguesía catalana como también, y esta era la interpretación del escritor Alejo Carpentier, cierta conmiseración de los afrocubanos por la laboriosidad de los catalanes allí.

Cuba fue, así, ya desde su primera colonización el “gran pecado esclavista” de España como potencia imperial. En ese sentido, Bartolomé de Las Casas pudo instigar las Leyes Nuevas… en 1542, que protegían a los indios y que resultan uno de los grandes hallazgos humanísticos de la tradición hispana, pero este Estado Imperial no tuvo la misma consideración con los afrocubanos que comenzaban a llenar por centenas las plantaciones del caribe conquistado. 

La esclavitud en España, antes del dominio americano, se remonta a los primeros tratantes portugueses de esclavos en ciudades comerciales como Sevilla. Portugal fue la avanzadilla, la “pionera en la esclavitud atlántica” según historiadores, que tomaría España como ejemplo. A pesar de todo, los números de esclavos en Cuba, el principal nodo de importación de mano de obra esclava, no superarían los 1.000 en 1544. El volumen en comparación con Portugal, que en aquel tiempo superaba los 50.000 esclavos, era mínimo y la gran explotación económica se centraría en el continente americano y los metales preciosos. 

Todo cambia en el siglo XVIII: el monopolio de los borbones se trastoca con la conquista de la Habana en 1762 por el Reino Unido. La dominación, que duró solo un año, “abrió la isla al comercio de esclavos africanos” y aumentó cada mes en al menos 4.000 esclavos la mano de obra no emancipada. Aunque los ingenios azucareros, clave en la revitalización económica de la colonia, se databan de antes, pronto empezarán a crecer en número y con ello la importación de mano de obra africana. Entre el año 1763 y 1792, 70.000 africanos llegaron como mano de obra de una burguesía floreciente, que vivía del azúcar, y comenzaba a tener influencia peninsular. Su felicidad debida a la trata pronto comenzaría a nublarse: con la emancipación de los esclavos franceses en Haití en 1794, la libertad comenzaría a ser un ideal de futuro para los miles de negros cubanos. 

Haití, la dictadura negra y las revueltas cubanas

En julio de 1792 la Asamblea Nacional Francesa recibe una carta de los jefes de la revuelta en su posesión de la isla La Española. Es una carta de emancipación, valiente, donde los nuevos dominadores de su colonia caribeña afirman:

“Todos somos negros, es verdad, pero decidnos, caballeros, vosotros que sois tan juiciosos, ¿cuál es la ley que dice el hombre negro debe pertenecer como propiedad al blanco?”

Dividida en dos zonas, una española y francesa, será en la última donde se establezca un sistema de plantaciones de éxito. Ésta será emancipada en plena revolución francesa el 4 de abril de 1792. La ejecución del Rey en la metrópoli, un año después, desembocó en el conflicto total allí agravado por la abolición de la esclavitud ya en 1794. Las potencias enemigas, España e Inglaterra, intentaron arrebatar la colonia aprovechando este caos.

Toussaint L’Ouverture será el dique a estas ambiciones: haitiano emancipado que traicionó a su antiguo aliado, la corona española, pasó a ser la fuerza determinante en la isla. Su victoria sobre los ingleses, en 1798, no pacificó el territorio, sino que inició una oleada de escabechinas entre negros, blancos y mulatos. Aunque L’Ouverture pudo controlar débilmente la isla ya para 1800, fusilando incluso a los suyos, la Francia de Napoleón no reconoció la independencia e invadió con éxito el territorio. El corso reinstauró la esclavitud, encarceló a L’Ouverture, pero no pudo dominar la situación. Poco después, en 1804, Jean-Jacques Dessalines, un subalterno de L’Ouverture, pudo establecer un estado independiente a costa de la masacre de casi todos los colonos blancos que quedaban en la isla (se da el número de 5.000 asesinatos). 

Estos muertos y la desastrosa evolución política posterior de Haití, donde su tejido productivo se desbarató, fueron claves para reforzar la institución de la esclavitud en la cercana isla de Cuba. La historiadora cubana Ada Ferrer recuerda cómo la colonia española creó una leyenda luctuosa a través de los testimonios orales de los supervivientes de “lo que sucedió en Haití”. En contrapartida, la caída económica de la antigua colonia francesa potenció la economía cubana, convirtiéndose en una pieza codiciada por el resto de potencias por su creciente producción azucarera. Así, la primera línea de ferrocarril en España uniría La Habana y Bejucal tan pronto como en 1837; la metrópoli tardaría más de diez años en tener vías férreas entre Barcelona y Mataró.

Las revueltas en Cuba comenzaron tan pronto como en 1795, dirigidas por esclavos liberados, aunque la más importante sería criolla y dirigida por Joaquín Infante en 1809. La metrópoli pudo controlar todas las conspiraciones, una de las pocas colonias que no se escapó al poder imperial español, aunque sufrió revueltas de esclavos dirigidas casi siempre por mulatos en la zona oriental. La represión por los gobiernos liberales fue brutal y en 1844 alcanzó su auge con el fusilamiento de 78 insurrectos luego de una “supuesta”conspiración para masacrar a los blancos e instigar mil fechorías. Los negros, a decir de la investigadora Martha Silvia Escalona Sánchez, comenzarían a ser “la representación del mal” para la conservadora burguesía habanera. Muy pronto la caída de la reina Isabel II, en septiembre de 1868, cambiaría todo.

La democracia llega a España…pero no a Cuba

Todo el hemiciclo está expectante, todos esperan el gran discurso, el que busca redimir a los negros y fijar la posición de los republicanos en el debate sobre la esclavitud. Don Emilio Castelar y Ripoll, así, sube a la tribuna, toma sus acostumbrados vasos de agua con azúcar y declama un discurso memorable: 

“¿Creéis que hay en el mundo algo más horrible, algo más espantoso, más abominable que el negrero? El monstruo marino que pasa bajo la quilla de su barco, el tiburón que le sigue husmeando la carne, tiene más conciencia que aquel hombre. Llega a la costa, coge su alijo, lo encierra, aglomerándolo, embutiéndolo en el vientre de aquel horroroso barco, ataúd flotante de gentes vivas. Cuando un crucero le persigue, aligera su carga, arrojando la mitad al océano. Bajo los chasquidos del látigo se unen los ayes de las almas con las inmundicias de los cuerpos. El negrero les muerde las carnes con la fusta, y el recuerdo de la patria ausente, la nostalgia, les muerde con el dolor de los corazones”.

Su proclama acaba, así, con una invocación a toda la cámara, apelando a sus profundos sentimientos cristianos:

“¡Hijos de este siglo, este siglo os reclama que lo hagáis más grande que el siglo XV, el primero de la Historia moderna con sus descubrimientos, y más grande que el siglo XVIII, el último de la Historia moderna, con sus revoluciones! ¡Levantaos, legisladores españoles, y haced del siglo XIX, vosotros que podéis poner su cúspide, el siglo de la redención definitiva y total de todos los esclavos!”

Es el 20 de junio de 1870 y la esclavitud solo sobrevive ya en las colonias hispanas, protegida por asociaciones como los centros hispano-ultramarinos. Estos centros, que albergan a los políticos reaccionarios y conservadores, consideran la trata institución imposible de abolir por el “temor” a la pérdida de la colonia y acusan a los republicanos federales, partidarios de la abolición total, de “mantener relaciones con los rebeldes”, según el análisis de la trabajadora del CSIC Inés Roldán de Montaud.

España es, desde 1869, una monarquía democrática por sufragio universal masculino, con una fuerte oposición republicana y varias colonias con regímenes relativos de servidumbre. Es en Cuba, como hemos visto, donde la esclavitud es un problema social, y para ello se han hecho decenas de reglamentos buscando controlar a cualquier población emancipada. Castelar da la cifra de 300.00 esclavos en Cuba y 700.000 libres, dando una cifra inferior a los 100.000 no emancipados para Puerto Rico. Segismundo Moret, Ministro de Ultramar, en su respuesta al gran orador fue paternalista y, para los ojos actuales, inmoral ya que habló del“saludo amistoso” entre el viejo esclavo y el dueño de la plantación

El gobierno progresista, con todo, aprobó una ley de “libertad de vientres” en junio de 1870 que liberaba a los hijos de los esclavos, aun dejando este tema sin resolver del todo en plena monarquía democrática. El historiador social José Antonio Piqueras especula si esa “libertad de vientres” y algunos manejos del general Prim en Cuba, en plena guerra de los diez años, pudieron instigar su asesinato en diciembre de 1870. Los debates, a pesar de todo, seguirían en los últimos años de la efímera monarquía democrática de Amadeo I de Saboya y al comienzo de la Primera República. Esta última pudo abolir el 22 de marzo de 1873 la esclavitud en Puerto Rico, aunque no consiguió hacerlo en el caso de Cuba. Una victoria para las sociedades abolicionistas, sin duda, pero quizá incompleta. La abolición total tardaría todavía más de diez años en llegar y la República no viviría para verla.

La Restauración y el fin de las cadenas

El 3 de enero de 1874 llegó el “termidor” de la república española: el golpe del artillero Manuel Pavía ante el cese de Emilio Castelar en la presidencia. Esto comenzaría esa extraña república pretoriana, dirigida por Serrano, y que finalizaría con la vuelta sin apenas resistencia de Alfonso XII y los borbones gracias al pronunciamiento del general Martínez Campos a finales de ese año. Volvía, en la tradición pendular de España, el régimen conservador, aunque con ciertos matices e inspirado por ese diputado alfonsino que defendió siempre los intereses de los tratantes en Cuba: Antonio Cánovas del Castillo.

Cánovas conocía el problema cubano, fue ministro de ultramar en 1866, y había intentado suprimir la trata y “controlar” la esclavitud. Ahora bien, nunca se hizo ilusiones por la emancipación rápida y defendía un gradualismo en su extinción. De nuevo, el temor a un “nuevo Haití” paralizaba a las elites en la isla, que financiaban muchas de ellas el todavía débil sistema de la Restauración (el militar Manuel Villacampa realizó un pronunciamiento republicano en 1886). Mientras tanto, ya desde 1868, las autoridades hispanas fomentaron la inmigración de españoles a la colonia ante el temor de una revuelta por una mayoría demográfica negra.

La paz de Zanjón, que acababa la guerra permanente en Cuba en 1878, consiguió un compromiso por parte de Martínez Campos de abolir la esclavitud, pero el debate tardó unos años más y solo pudo concretarse en febrero de 1880. Rebecca Scott da el número de 25.000 esclavos liberados en Cuba, un número menor y aceptable para la metrópoli. El régimen canovista, eso sí, hizo subsistir un “patronato” por el cual la población negra permaneció atada a sus antiguos propietarios como “pago” de una compensación, según la interpretación del investigador Luis Miguel García Mora. Lo cierto es que, desde 1886, con el fin del patronato, se ponía fin a cualquier relación esclavista sin salario, siguiendo los criterios del filósofo Antonio Escohotadoen su perspicaz análisis de la esclavitud.

Es probable que esta emancipación llegara demasiado tarde: el malestar de los negros liberados, el cuantioso capital estadounidense a favor de la independencia y la torpe política de la Restauración llevaron a una nueva guerra en Cuba, la definitiva, a finales del siglo XIX. El periodista francés Charles Benoist recogió la declaración del Cánovas anciano, ya desesperado por un conflicto que no podía resolver, en las que afirma que “los negros de África, de importación” solo entendían la fuerza. No viviría para ver lo más temido para él: la conquista y tutelaje de Cuba por parte de EE.UU. en 1898. 

En estos últimos años la burguesía catalana va a obtener sustanciosos capitales de la trata de esclavos y este patronato. El historiador económico barcelonés Jordi Maluquer de Motes recuerda cómo uno de los círculos hispano-ultramarinos más importantes era el de Barcelona:  son los viejos apellidos Goytisolo, Sampa, Xifré o Vidal-Quadras que dominaron la trata y crearon esa imagen no especialmente feliz del catalán entre los afrocubanos. En 2018, como expiación de estas culpas, la alcaldesa Ada Colau retiró la estatua al barcelonés Marqués de Comillas, Antonio López y López, que había sido tratante de esclavos en sus plantaciones. Este hombre, que había sido casi todo en la España de la Restauración, pasaba a ser una persona non-grata: los tiempos habían cambiado.

------------------------------------------------------

BIBLIOGRAFÍA

CASTELAR, E., La abolición de la esclavitud, Barcelona, Linkgua, 2013

ELORZA, A., HERNÁNDEZ SANDOICA, ELENA., La guerra de Cuba (1895 - 1898), Madrid, Alianza, 1998

FERRER, A., Freedom's Mirror: Cuba and Haiti in the Age of Revolution, Cambridge, Cambridge University Press, 2014

GOTT, R., Cuba: A New History, Londres, Yale University Press, 2004

ISRAEL, J., The Enlightenment that Failed: Ideas, Revolution, and Democratic Defeat, 1748-1830, Londres, University Press, 2019

JAMES, C.L.R., The Black Jacobins: Toussaint L'ouverture and the San Domingo Revolution, Londres, Penguin Books, 2001

ROLDÁN DE MONTAUD, I., La Restauración en Cuba: el fracaso de un proceso reformista, Madrid, CSIC, 2000

SMARTT BELL, M., Toussaint Louverture, Nueva York, Vintage Books, 2008

VV.AA., Esclavitud y derechos humanos: la lucha por la libertad del negro en el siglo XIX, Madrid, CSIC, 1990

VV.AA., La administración de Cuba en los siglos XVIII y XIX, Madrid, Centro de Estudios Políticos y Constitucionales, 2017

VV.AA., Slavery in the Development of the Americas, Cambridge, Cambridge University Press, 2004

VV.AA., The Cuban Slave Market, 1790-1880, Cambridge, Cambridge University Press, 1995

domingo, 7 de junio de 2020

Citas sobre justicia


Una cosa no es justa por el hecho de ser ley: debe ser ley por ser justa, Montesquieu

Quien toma bienes de los pobres es un asesino de la caridad. Quien a ellos ayuda, es un virtuoso de la justicia (San Agustín)

Si el hombre fracasa en conciliar la justicia y la libertad, fracasa en todo (Albert Camus)

La justicia sobre la fuerza, es impotencia; la fuerza sin la justicia, es tiranía (Blaise Pascal)

Si murmurar la verdad aún puede ser la justicia de los débiles, la calumnia no puede ser otra cosa que la venganza de los cobardes (Jacinto Benavente)

Hacer depender la justicia de las convenciones humanas es destruir la moral (Cicerón)

¡Triste época la nuestra! Es más fácil desintegrar un átomo que un prejuicio (Einstein)

El jurado está compuesto por doce personas elegidas para discernir quién tiene el mejor abogado Robert Frost)
En cualquier caso es cierto que la ignorancia aliada con el poder es el enemigo más fiero que la justicia puede tener (James A. Baldwin)

La justicia no será servida hasta que aquellos que no estén afectados estén tan indignados como los que lo están (Benjamin Franklin)

Ser justo con los que conmigo son justos es completamente natural, pero ser justo con los que son injustos conmigo es sin duda un signo de superioridad (Lin Yu Tang)

Dadme dos líneas escritas por el hombre más honrado, y encontraré en ellas motivo para hacerlo encarcelar (Cardenal Richelieu)

Sin piedad la justicia se torna crueldad, y la piedad sin justicia es debilidad (Pietro Metastasio)

Si hay algo que he aprendido, es que la piedad es más inteligente que el odio, que la misericordia es preferible aun a la justicia misma, que si uno va por el mundo con mirada amistosa, uno hace buenos amigos (Philip Gibbs)

Bajo un gobierno que encarcele a alguien injustamente, el lugar adecuado para una persona justa es también la cárcel (Henry David Thoreau)

Mi moción de la justicia es esta: los hombres no son iguales (Friedrich Nietzsche)

Es peor cometer una injusticia que padecerla, porque quien la comete se convierte en injusto, y quien la padece no (Sócrates)

Una cualidad de la justicia es hacerla pronto y sin dilaciones; hacerla esperar es injusticia (La Bruyére)

De nuevo la justicia de las clases burguesas consistió en una red que atrapa a las sardinas y permite escapar a los tiburones (Rosa Luxemburgo)

lunes, 4 de junio de 2018

Entrevista al juez de menores Emilio Calatayud

Emilio Calatayud: "Me meto con Aznar porque quitó la mili". Juez de Menores de Granada

CARMEN MORALES PUISEGUR Palma

El Mundo. 3 JUN. 2018 

"Me llamaron la atención porque dije que las niñas se hacían fotos como putas. No me dio tiempo a decir que los niños se las hacen como putos.Pero se las hacen. Ahora hay que decir que se hacen fotos erótico-místicas..."

Juega en la liga de las rock stars de la magistratura. Cuando el juez de menores Emilio Calatayud llegó el pasado viernes al claustro de Sant Bonaventura de Llucmajor pasadas las cinco de la tarde, casi cien personas lo esperaban a pleno sol en el patio del lugar para escuchar su conferencia. Fuera del recinto, Calatayud apuraba su pitillo y embelesaba con sus ademanes viscerales al alcalde y su cohorte, que le rendían pleitesía como si fuese una aparición.

Lo reciben como a una estrella de rock. ¿Está acostumbrado? Déjeme decirle que en Mallorca no se sale por cualquier motivo.

Mira, es lo que hay. He caído bien gracias a las redes sociales, Youtube... Dicen de mí que soy topic trending o algo así...

Trending topic. ¿Cuál es el éxito de su mensaje? Muchos están en redes sociales y no logran su éxito.

Sinceramente, no he inventado nada. Creo que a la gente lo que le gusta es que digo lo que pienso y muchos no se atreven a ello. Soy juez de menores, eso me da cierta autoridad. También caigo bien.
Es famoso por sus sentencias. Aveces parece muy moderno y otras, muy carca. Por un lado, destaca mucho la importancia de la educación y entre sus condenas, destaca la obligación de acabar la ESO...
Ésa es la que más dicto...

Pero, ¿a veces no es muy partidario de la mano dura?

Soy partidario del término medio, ni del padre autoritario ni el padre colega. Debemos tener autoridad sobre nuestros hijos así como el maestro debe tenerla sobre los alumnos. Y lo de que todos somos iguales, pues unos más que otros. Yo no soy igual a mi hijo porque soy su padre. Y el maestro tampoco es igual al alumno, porque es su maestro.

¿Cómo se logra el término medio?

Con una vuelta al sentido común.

¿Y cómo logramos el sentido común?

En este asunto, me meto con los cuatro presidentes de gobierno de la democracia. A todos les ha faltado el sentido común. Me meto con Zapatero, que quitó el derecho de corregir a los hijos de manera razonada y moderada. Me meto con Rajoy porque los jueces de menores le pedimos modificar el Código Civil y no lo hizo. Me meto con Felipe González, que quitó los centros de internamiento de salud mental. Y me meto con Aznar porque quitó la mili...

¿Volvería a instaurarla?

Sííííí (enfatiza hasta el infinito). Cuatro o cinco meses, no como en mi época. A todos los ciudadanos y ciudadanas. Que aprendan la disciplina, el esfuerzo. Todos iguales, pelaícos. Que sepan lo que es el Estado y la patria.
Eso es mano dura, ¿no?

Suena a disciplina, autoridad, esfuerzo, a compañerismo, a igualdad. Yo era antimilitarista... Al cabo de tiempo, he visto cosas buenas. También hubo cosas malísimas en la mili, ¿eh? Emmanuel Macron lo ha copiado pero de un modo suave, porque ha puesto un mes. Yo lo ascendería a cuatro o cinco meses.

Baleares tiene una de las mayores tasas del país de menores condenados. ¿Qué lo explica?

No conozco con exactitud la problemática de Baleares. Supongo que la inmigración influye. ¿Cuál es el índice de fracaso escolar?

Un 26,5%, una de las más altas del país. Jóvenes que abandonan los estudios y empiezan a trabajar en puestos poco cualificados de la industria turística.

Una tasa de fracaso escolar similar a Andalucía, el territorio que yo conozco. Es una vergüenza. Los niños tienen que estar en la escuela. Echo de menos un pacto por la educación, una ley que dure una generación entera, no una legislatura solo. Lo fundamental, la familia y segundo, la escuela.

¿No se trata de un discurso muy conservador?¿La familia es la panacea?

La familia es la base de la sociedad.

Pero no todas las familias funcionan bien...

Por supuesto. Por eso debemos regular las familias. Cuando las feministas decían el 8-M que si las mujeres paran, se para el mundo. ¡No! No se para, ¡se acaba el mundo! Por eso, hay que cambiar la regulación de la familias. Tenemos familias que se han creado de dos familias fallidas, de padres homosexuales, monoparentales... pero es la base de todo. No conozco a ninguna de las familias anteriores que no esté ayudando a un hijo, a un nieto, a un sobrino. Luego, está la escuela. La sentencia que más dicto es condenar a los chavales a sacarse la ESO y la que más me duele. Hay mucho chaval analfabeto de 15 años. La educación es la ventana a la libertad.

La asociación Proyecto Hombre de Baleares tiene un programa de lucha de adicción contra la tecnología. En enero de 2018, contaba con 4 hikikomori -jóvenes que se aíslan en su habitación enganchados a la tecnología- en tratamiento. A uno de ellos hubo que sacarlo del cuarto por orden del juez, porque agredía a la madre cuando le cortaba Internet o entraba a la habitación. ¿Qué ocurre con la tecnología?

Hay dos delitos en ascenso entre los menores: maltrato de hijos de clase media o media-alta a sus padres. Segundo, los móviles. Delitos de amenazas, chantajes, coacciones, contenido sexual, delitos contra el honor o la intimidad. Lo digo desde hace tiempo -señala el móvil-: eso es una droga. Soy fumador y no le daría a mi hijo de dos años un cigarro. Estoy hasta las narices de ver a padres que mientras se toman la cerveza en el bar, le dan a su bebé de un año un móvil para que no moleste. Luego, el teléfono es un instrumento muy peligroso para delinquir o para ser víctima de delitos.

¿Cuál es el caso más grave que se ha encontrado?

Una niña de 12 años que se peleó con el novio, de 14. Se empareja con otro colega, que le pide una prueba de amor. La chica se hace una foto y se la envía por whatsapp. Le pide otra prueba, y la niña le envía una foto del pecho. El niño le pide una prueba de amor todavía más fuerte y la niña le envía un video masturbándose durante 6 minutos. El nuevo novio se la envía al antiguo, y éste la difunde a todo el mundo en el ciberespacio. Me llamaron la atención porque dije que las niñas se hacían fotos como putas. No me dio tiempo a decir que los niños se hacen fotos como putos. Pero se las hacen. Ahora hay que decir que se hacen fotos erótico-místicas... Pero cuando un niño cuelga una imagen, pierde el control sobre ella. Ya tenemos grabaciones de películas porno entre chavales y se están colgando.

¿Qué condenas se imponen en estos casos?

Depende, puede que libertad vigilada. El problema son las responsabilidades civiles que tienen que pagar los padres. ¡También me llamaron la atención porque dije a los padres que había que violar la intimidad de los hijos! ¡Pues claro! ¡Cómo toda la vida! En mi época se registraba la mesilla de noche o los bolsillos.

En Palma, un menor fugado de un centro de menores, entró en una casa. Violó a la dueña y luego quemó la vivienda. ¿Sirven los centros de menores?

Se ha criticado La Ley de Menores, pero funciona. El 80% de los chavales que cometen delitos no son delincuentes. Hay que ayudarlos a madurar. Otro 10% sí es carne de cañón. El otro 10% es muy trabajable, depende del momento, la oportunidad, una buena pareja.

Una amiga pierde a su hija de 4 años en un centro comercial. Cuando la niña aparece, la madre le da un abrazo y le regaña levemente. A un niño de la generación anterior, le hubiesen dado un cachete en el culo. ¿Qué opción prefiere?

Depende del momento. Pero confundir un cachete con un maltrato es una barbaridad. Yo le he dado a mis niños cachetes en el culo o una torta, no pasa nada. Rajoy le dio un cachete a su hijo en la tele.

¿Fue correcto?

Sí. Se le criticó mucho. Ahora le das una colleja a un niño en la caja de El Corte Inglés y una señora te dice que hay maltrato e incluso te pueden quitar al niño. No tenemos sentido común. Tu padre seguro que te educó de otra forma y quizás tenía menos formación que tú, pero tenía más sentido común que la generación actual. Insisto, nos han vendido la película de que somos iguales y no. El principio de autoridad es un principio fundamental de un Estado democrático y de derecho.

Tenemos un pasado de 40 años de autoridad que tampoco fue el mejor...

Y no aprendimos nada. Mira donde estamos. ¡No hemos aprendido nada! Creo que nunca se debió transferir a las autonomías la educación, la sanidad, la justicia, la seguridad... Eso tiene que llevarlo Madrid. ¿Qué ha pasado? Pues 155. ¿Por qué? Un niño malcriado al que le han dado y dado. Con los hijos, pasa lo mismo. Para ellos tenemos el 155 del Código Civil [Los hijos deben obedecer a sus padres mientras permanezcan bajo su potestad]. Habrá que hacer otro 155 para la escuela.

miércoles, 16 de mayo de 2018

Habla el padrino de los Miami, el cojo Juan Carlos Peña, "el Inmortal".

Javier Negre, "Yo, el miami 'inmortal', confieso..." El Mundo, 16 MAY. 2018 03:13

Habla por vez primera el veterano gánster que fundó la banda de Los Miami en los 90. Es el único, de los 10 con los que empezó, que sigue 'muy vivo'. Al menos cinco de quienes se llamaban 'miamis' fueron asesinados

El otro 'capo' está preso en EEUU. Aquí extorsionaban, traficaban y ajustaban cuentas, según la Policía. Se hicieron de oro. "No soy un matón", dice hoy el 'Inmortal' Peña, pues ha sobrevivido a cuatro intentos de asesinato...

Miércoles pasado. Noche apacible en la capital. En la penumbra de una calle a oscuras, un Porsche Macan me dispara las largas. Subo a este lujoso vehículo y en su interior hay dos hombres con cuerpos de madelman. «No hables dentro del coche», me ordena uno. Tras veinte eternos minutos de sepulcral silencio, llegamos a un majestuoso hotel del barrio de Salamanca. El encargado les saluda con reverencias. Como si fuesen Cristiano Ronaldo. Puedo apreciar la figura de mis anfitriones. Un hombre musculado y otro con perilla que camina renqueante con una pierna de titanio y carbono. En la otra, luce el colorido tatuaje de un samurái. Este último me comenta de broma: «Si sacas algo que yo no he dicho, no te voy a denunciar. Ya sabes cómo lo ajustaré». Es consciente de la fama de implacable gánster que le precede. Una trayectoria delictiva que le ha convertido en una leyenda dentro del mundo del hampa que ha sobrevivido hasta a cuatro intentos de asesinato que han dejado señales en su cuerpo. Heridas de guerra que recuerda contando los milímetros de cada una de las ocho balas que atravesaron su piel...De todos estos atentados salió indemne...Y por, ello, le llaman el Inmortal. Estamos con Juan Carlos Peña Enano, el fundador y líder de la extinta organización -Los Miami- que, según la Policía, controló el tráfico de cocaína en la capital y cobró deudas para empresarios con los métodos más expeditivos que recuerdan los agentes en crimen organizado. Una banda que acabó desgajada en dos cuando su lugarteniente Álvaro López Tardón decidió conspirar contra él para liderar el negocio a escala mundial. Con cocineros a lo Breaking Bad. Con despilfarros a lo Lobo de Wall Street. Ahora Álvaro, que se encuentra cumpliendo condena en EEUU por blanqueo, y 91 personas más serán juzgadas en España por introducir 7,5 toneladas de fariña.«Álvaro nunca fue de Los Miami. Iba diciendo que era el jefe pero yo soy el único líder», señala Peña, al que la Policía ha atribuido ajustes de cuentas y movimientos de polvo blanco. Aunque su primera condena por narcotráfico le llegó hace un mes y medio. Por tener relación, según la sentencia, con una plantación de marihuana en Palencia. «He acordado una pena de dos años que, al no tener antecedentes, me deja en la calle. Lo hice para que mi hermano no entrase en prisión [ya estuvo por un homicidio]. Es él el que ha tenido vinculación con esa finca. Se han contado muchas batallitas sobre mí. No soy un matón. Estoy retirado, vivo de las rentas que me dan los pisos y soy un tranquilo padre de familia (...). Hablo para aclarar que Álvaro no era de los nuestros y porque estoy harto de que cada vez que hay un ajuste de cuentas, se atribuya a Los Miami.Ya no existimos», dice Peña refiriéndose al asesinato de Richi, el narco colombiano que recibió 10 balazos de un sicario en la puerta de un elitista colegio de Madrid y que vivía en la exclusiva urbanización de La Finca de Pozuelo de Alarcón.[Aunque el propio Inmortal dice que la mayoría nunca fueron 'miamis', al menos cinco personas relacionadas en su día con Los Miami fueron asesinados y nunca se halló autor. Se trata de Francisco Javier Manzanares, alias 'El Manza', portero de discoteca. Lo mataron en 2001; Iván Llorente Liébana, asesinado en 2002; Javier Acero, muerto en 2004 en un accidente con un Ferrari en Madrid, y el abogado de Juan Carlos Peña Rafael Gutiérrez Cobeño, asesinado a tiros en 2005 en el Retiro. A esa cuenta se sumó el 12 de marzo Ricardo Rojas Montes, 'Richi', anteriormente citado].Peña creció en una familia de clase media del barrio de Salamanca. Su padre, protésico, le mandó a un colegio privado. «Como era guerrillero me dieron el graduado con 13 años a cambio de no volver». Según cuenta, en el gimnasio Heracles de Madrid conoció a tipos de cuerpos cincelados que le ofrecieron trabajo. Eran los 80. Y así se aproximó a los bajos fondos. Tenía 17 años. «Era un grupo que se dedicaba a limpiar putis. Me dijeron si quería currar un sábado en un puti de Guadalajara. Como yo era un chavalito más delgado, me usaban para infiltrarme en los puticlubs y ver si los porteros tenían luchacos, puños americanos o bates de béisbol. Cuando se planeaba hacer la limpieza y quitar a los de seguridad porque tenían extorsionado al dueño, me mandaban de avanzadilla y ya luego entraba el equipo de asalto, y al hospital todos. Empezamos a usar pitbulls y presas canarios. Un perro de esos cuando muerde ya puedes medir dos metros que te arrastra. También íbamos contra los gitanos que pegaban a las putas y se iban sin pagar», explica Peña. A los 19 años se desvinculó de esta banda, cuenta. «Me daban 1.000 pesetas por un finde y llegaban los gitanos desde un coche, disparaban y a lo mejor daban a alguno. Eso era jugarte la vida a lo tonto», dice Peña, que tuvo que entrar en la mili. «Estuve en Valencia. Éramos cuatro madrileños y sólo nos hablaban en valenciano y nos puteaban. Y si te rebelabas y pegabas a uno y a otro, primera falta, segunda falta grave y a la tercera fui al penal. Fíjate si me puteaban que mi padre se suicidó y no me dieron permiso ni para ir a su entierro».Peña tuvo que empezar a tirar del carro familiar. Decide montar dos gimnasios. Allí se conocerían los primeros miamis. «Éramos 10 chavalitos valientes, fuertes», relata. «Ahí estaba mi hermano, Antonio el Chino, el Luiso, el Rulos, el Indio, Alfonso. Unos murieron, otros montaron un rent a car en Ibiza y empresas de jacuzzis, otro es constructor, otros están en prisión. No hemos sido 200.000 como se cree. Lo que pasa es que los maleantes, para que les respetasen, decían que eran de Los Miami. Y parece que fuimos más que el Estado Islámico (...). El nombre de Los Miami viene porque, además de que había montado dos tiendas de Corvettes americanos, en Miami compré cinco cazadoras beisboleras en las que detrás ponía Miami. Empezamos a ir a las discotecas con las beisboleras y todo el mundo empezó a conocernos como Los Miami porque como había porteros chulos que nos humillaban y no nos dejaban pasar, había que explicárselo bien». Sus métodos dejaron en ridículo a La Panda del Moco, la banda que mandaba en aquellas noches desenfrenadas de Attica o Radical.

-¿No era desproporcionado usar pitbulls?

-Si un portero chulea a tu hijo es normal que le eches un perro. 

Tijeras y perros

La banda, según la Policía, comenzó a manejar la coca en Madrid y a cobrar deudas para empresarios a cambio de un 30%. Corrían los 90. -¿Qué métodos usaban?-Los necesarios. Les pedíamos por favor que nos pagasen o les íbamos a cortar las uñas de los pies.También protegían a los empresarios de los cobradores del frac: «Les echábamos los perros cuando venían y no veas cómo corrían». Pero, según la Policía, la fortuna de Los Miami les llegó por la coca. «Yo no he movido drogas y la única condena que tengo es la de la plantación de marihuana. Nunca he estado en la cárcel por narcotráfico», afirma Peña.-Pero ¿cómo justifica el elevado nivel de vida del que ha hecho gala?-Por mis gimnasios, los coches, la veterinaria y la clínica. No he sido como otros que no tenían nada. El temor que infundía la banda era tal que pequeños narcos buscaban su protección. Fue ahí cuando un veinteañero del mismo barrio donde nacieron se acercó a ellos. Era Álvaro López Tardón, el miami que se atrevería a desafiar a su jefe, 10 años mayor. Incluso a intentar matarlo para quedarse con su reinado. «Una vecina de toda la vida me dijo que se había echado un novio y que él quería nuestra protección. Vendía pastillas en las discos pijas. La gente del barrio le pegaba, le quitaba las pastillas o se quedaban con su coche», relata Peña.Según fuentes policiales, López Tardón empezó a trabajar para Los Miami y acabó quedándose con su know how. Con su negocio de polvo blanco. Y quiso dar un golpe contra el fundador. Y lo intentó, dice el propio Peña, en dos ocasiones. Éste es su relato:2003. Peña había regresado de Ibiza y había quedado con López Tardón a cobrar un dinero que le debía. Se sentaron en un restaurante chino. «Me dijo que me pidiese unas pechuguitas de pollo que él tenía que ir a una cabina a hablar con los que le tenían que pagar para pagarme a mí. Se levantó varias veces. De repente, vuelve y me dice: "Mañana tienes tu dinero". Y que por las molestias, me regala una Yamaha, con la que me fui. A la altura del aeropuerto de Barajas, en una carretera de cuatro carriles que iban vacíos, un Seat con las luces apagadas se acerca y me embiste a una velocidad tremenda. Vuelo 15 metros. Caigo en el quitamiedos y éste me corta la pierna al momento. Cuando me levanto, veo que no tengo pierna y los trozos de carne colgando. Me quito el cinturón, me hago un torniquete... Me llevaron al hospital, me recortaron la pierna. Y un día vino un comandante de la Guardia Civil y me dijo: "Yo no sé si tú eres Miami o Mayama, pero lo que está claro es que a ti te han mandado matar. Y ha sido la última persona con la que has estado". Tuve claro que había sido Álvaro. No le dije nada a la Guardia Civil y lo peor de todo es que estuvo visitándome... Venía con una chica guapa y colombiana. Yo pensaba que era su churri... Después me enteré de que era una sicaria. Yo pensaba que las sicarias eran más feas... Ella venía a acompañarle porque pensaba que los hombres que me protegían podían matarle si yo me enteraba de que había sido él». Peña se ganó entonces un nuevo alias: El Cojo.Un año después, cuando ya caminaba con una prótesis, Álvaro quiso rematarlo y pagó 40.000 euros a unos colombianos, asegura Peña. Era 2004 y él salía de un gimnasio. «Yo iba con un Porsche y un señor se acerca andando y me empieza a disparar por la ventanilla. Enfrente había otro con una moto. Pisé el acelerador a tope, esquivé los coches que tenía enfrente. Me dieron un tiro en la mano, otro en la barbilla y cuando me dispararon por detrás, la bala me entró por la espalda, me perforó un pulmón y salió por delante. Me bajé del Porsche y me monté en un Polo. Lo conducía un chico de 30 años. Yo iba sangrando por todos lados. Le dije que me llevase al hospital, y me dice que no. Le agarré de la nuez y le dije: "O me llevas al hospital o te rompo la tráquea y te mueres ahora mismo". El tío arranca y a los 200 metros la Policía me bloquea, me bajan del coche a punta de pistola y a los tres, cuatro minutos, me desmayé y ya me desperté en la UCI».Cuando se recuperó, no tardó en hacerle llegar un mensaje a Álvaro, quien escapó a Miami. Allí se casó con una americana y comenzaría a forjar un imperio de la droga con cárteles colombianos. No regresaría a España hasta que Peña huyó a Brasil, cuando fue implicado en una operación de narcotráfico. Él se excusa: «Alguien al que contraté para que limpiase mi casa organizó un alijo de coca que entró por Murcia. No tuve nada que ver».-¿Entonces por qué huyó?-Porque me puse nervioso y decidí irme a Brasil. Estuve en una casa muy bonita. Tenía un barco con el que podía ver cocodrilos. Vino mi familia conmigo. Cuando vi que al resto de detenidos los habían absuelto, pensé en entregarme a la Justicia. Pero asesinaron a ese portero del Heaven llamado Cata y lo atribuyeron a Los Miami, cuando no tuvimos nada que ver. Mi abogado me dijo: "Ahora no te entregues porque te vas a comer todo el marrón". Meses más tarde, vuelvo a pensar en entregarme y sale la tonta de Ana Obregón diciendo que había contratado a Los Miami para darle una paliza a un presentador. Yo ni la conocía. También matan a mi abogado, así que tuve que esperar 15 meses a que se tranquilizase todo para regresar», cuenta Peña. El ex jefe de Los Miami cogió un vuelo a Lisboa y entró en Europa con documentación falsa. La Policía no tardó en localizarle. «Estuvieron esperando a que la liase y como me tenían pinchado, un día me escuchan hablando con mi abogado de que me voy a entregar. Días después entraron 30 policías a detenerme en mi casa». Estuvo arrestado 72 horas y quedó libre.Fue absuelto del alijo de Murcia. Mientras estuvo fugado en Brasil, Álvaro se quedó con su imperio y se hizo de oro en España y en Miami con las drogas. Empezó a presentarse como el nuevo jefe de Los Miami, asegura Peña. Eso le granjeaba caché y respeto. Cuando Peña quedó en libertad en Madrid, Álvaro volvió a refugiarse en Miami y desde allí organizaba la entrada de alijos a España.-¿Y su venganza?-Quise vengarme, pero se escondió como una rata en Miami. La mejor venganza es que él ha caído por su propio peso. Lleva muy mal la cárcel. Le ha dado hasta un ictus. Y creo que el otro día le dio el segundo. La peor pena es que él con lo guaperas que es ahora tiene que vivir entre rejas y no puede ser padre.Álvaro cayó cuando le puso un cuchillo en la garganta a su mujer americana. Le denunció y contó cómo su pareja introducía coca en España y lavaba dinero en EEUU. Él fue detenido en España. «Le arrestaron porque lo pidieron los americanos. En España tenía contactos policiales y le habrían dejado libre», dice Peña. Le condenaron a 150 años de prisión por blanqueo. -¿Era un chivato de la Policía?-Sí. Si no cómo te explicas que un tipo que compraba Bugattis de un millón de euros de dos en dos, que compraba casas, no tuviese ni un lío fiscal. Le encontraron en su casa 25 millones en efectivo. Ahora las autoridades españolas piden su extradición a EEUU para que cumpla condena dos años y dejarle en la calle. Si no estuviese protegido cómo te explicas que yo haya presentado una querella en la Audiencia Nacional con las pruebas que demuestran que él mandó mi asesinato y no la hayan ni admitido. -¿No colaboró con la Policía?-¿Crees que si hubiese sido un cómplice de la Policía me habrían detenido por unas hojas de maría?-¿Teme que vuelva a encargar su muerte?-¿Con la que tiene encima? Si tiene que estar pagando 1.000 euros a la semana para que no le toquen el culo en la cárcel de EEUU. Y cuando llegue a la cárcel en España no lo va a tener fácil. Le tienen muchas ganas. -¿Y cuando salga en libertad?-Será un abuelete y le meteremos en un geriátrico... Su hermano Artemio, que compartió celda con Jamal Zougam del 11 M, se está gastando todo el dinero que él ganó y ahora distribuye cocaína en Madrid. -¿Es cierto que Álvaro le hizo hasta vudú?-Parece que en su casa tenía fotos mías colgadas en la pared y muñecos a los que pinchaba para hacerme vudú. Pero parece que no le ha servido para nada.-¿Qué tiene que hacer el que quiera matarle?-Ponerse a la cola...-¿Mucha gente quiere matarle?-No. Sólo Álvaro. No tengo miedo. Me muevo solo por Madrid. No llevo escoltas. Álvaro podrá caminar mejor que yo cuando vuelva a Madrid porque tiene una pierna más, pero no lo hará más seguro. Franquicia del mal-¿Le enorgullece que Los Miami se hayan convertido en una franquicia del mal?-No, porque a mí Los Miami sólo me han traído problemas. Que si dicen que Los Miami le han dado una paliza a los Ángeles del Infierno, que si a Alicante han ido ocho miamis...Usan el nombre de Los Miami y nos perjudican. -¿Se siente gánster de leyenda?-La gente me ve como una leyenda, pero yo no me veo así. -Como conocedor del hampa... ¿por qué La Línea se ha convertido en la pequeña Colombia?-Eso se soluciona rápido. Pones dos fragatas en el Estrecho y ya no pasa ni una lancha. Pero no hay interés. Ahí gana todo el mundo. Los buenos y los malos. El Inmortal nos pide que volvamos a apagar la grabadora. Para hablarnos de esos antiguos amigos que se dedicaban a robar la droga a los gitanos en los poblados de Madrid y que ahora son cargos policiales. O de policías que ganan 4.000 euros al mes por mirar a otro lado. O cuando le apuntaron con una recortada en la cabeza, apretaron el gatillo y se encasquilló la bala. Tras seis horas de charla, me pide concluir. Me suben al coche y en una carretera ya de madrugada se cruza un coche de la Policía. Un agente se baja, nos mira y nos permite seguir. Me dejan en una calle del barrio de Salamanca. Al bajar, un joven me fotografía. Le pido revisar su móvil. Mi imagen aparece en su pantalla y se pone nervioso. Sale corriendo. Ahora me pregunto si en estos tiempos de cloacas esa foto verá algún día la luz. Si alguien la sacará con intereses espurios como hicieron con la instantánea del presidente gallego Alberto Núñez Feijoó y el narco Marcial Dorado. Por eso he querido dejar constancia.

domingo, 29 de abril de 2018

Blancanieves según la justicia española

Antonio del Moral, magistrado del Tribunal Supremo, participó en la tarde noche del martes en el teatro Liceo de Salamanca en una jornada sobre delitos económicos y responsabilidad penal de las empresas, organizada por Tormes Motor, cuya intervención concluyó con una singular interpretación del cuento de Blancanieves para ejemplificar cómo el exceso legislativo puede hacer que la vida diaria y acciones cotidianas terminen en la Justicia.

Y es que, analizando el popular cuento infantil, el cazador al que la madrastra encargó matar a Blancanieves para que no fuera la más bella del reino fue objeto del delito de inducción al asesinato. Finalmente, como no tuvo valor para hacerlo, la dejó huir y mató a un ciervo para llevar a la madrastra su corazón. Delitos contra la flora y la fauna según el Código Penal español actual.

Blancanieves huyó hasta encontrar una cabaña del bosque, delito contra la ordenación del territorio, pues estaba construida en suelo no urbanizado.

Además, la mera alusión a sus dueños en el título del cuento, enanitos, es peyorativa e indica un menosprecio, “personas de verticalidad limitada”, apostilló el juez para corregir la denominación.

La protagonista del cuento entró en la casa. Por tanto, incurriendo en un delito de allanamiento de morada. Sus inquillinos regresaban a casa cantando, a buen seguro, una canción por la que no pagaban el correspondiente canon a la Sociedad General de Autores de España (SGAE). Al escuchar la historia de Blancanieves se apiadaron de ella y le permitieran quedarse, eso sí, a cambio de realizar las tareas del hogar, como planchar, lavar, coser, hacer la comida, sin remuneración alguna ni contrato ni alta en la Seguridad Social, por tanto, un delito contra los derechos de los trabajadores.

La madrastra descubre que Blancanieves seguía viva y hace que caiga en un sueño profundo tras comer una manzana, delito contra la salud pública por envenenamiento. Letargo del que la protagonista del cuento despierta porque recibe el beso de un príncipe, que, con la ley en la mano, es un delito de agresión sexual al propasarse con una mujer privada de sentido.

Por tanto, de acuerdo al Código Penal, todos los protagonistas del cuento de Blancanieves tendrían cuentas pendientes con la Justicia y a buen seguro hubieran terminado en la cárcel.

martes, 23 de enero de 2018

Qué justicia es esta

José Luis Barbería, "¿Qué justicia es esta?", en El País, 23 de mayo de 2010:

 "La perversión está en el sistema de cuotas de los partidos y en que los jueces las hayamos aceptado".- "Para hacer carrera hay que estar en las asociaciones, y mejor en unas que en otras".- P Hablan los jueces que acusan al poder político de afectar a su independencia

Si uno de los grandes partidos se propone colocar a un candidato suyo en un determinado cargo de libre designación de la judicatura, lo conseguirá aunque sea en segunda convocatoria", afirma el magistrado Fernando Andreu, de la Audiencia Nacional. "A mí me apoyó el PP sin que yo conociera personalmente a ningún dirigente de ese partido. Supongo que alguien de mi asociación, la Asociación Profesional de la Magistratura (APM), les pasó mi nombre. Otros candidatos fueron vetados, pero yo no. Salí elegido de rebote. Esas cosas no se saben, ni se cuentan, pero es la verdad", comenta el magistrado de la Sala Segunda del Tribunal Supremo, Francisco Monterde. "En la elección de los vocales del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), la última tendencia es nombrar a los fieles. Ahora ya no se disimula. Los dos grandes partidos se aplican el sistema de cuotas y buscan sin reparo a los candidatos que más sintonizan con sus ideas", subraya el magistrado de la Audiencia de Oviedo, Agustín Azparren, vocal del anterior CGPJ.

Al divorcio con la ciudadanía se añaden fracturas internas, ruindades corporativas y rencores personales

Hablan sus señorías, los jueces. Aunque el seísmo Garzón y la erupción volcánica permanente del Constitucional les invitan a echar cuerpo a tierra y ponerse a salvo de la epidemia de recusaciones desatada, un nutrido grupo de magistrados y jueces ha optado por exponer en estas páginas su diagnóstico del problema. Es un diagnóstico de parte que rasca superficialmente en las responsabilidades domésticas, pero que expresa una sensación generalizada en la judicatura y aporta una de las claves de la crisis abierta en nuestro sistema judicial. Hablan a título personal, alarmados por la gravedad de la situación, contraviniendo el viejo precepto de que el juez se expresa a través de sus sentencias y en contraste con la máxima de Montesquieu de que el poder judicial debería ser invisible y mudo. Y es que, bien a su pesar, nunca como hasta ahora, la justicia española había tenido semejante protagonismo público; nunca hasta ahora, en democracia, su descrédito había alcanzado un punto tan crítico. Sus convulsiones y fracturas internas, sus ruindades corporativas, sus rencores personales, añaden desconcierto a un divorcio con la ciudadanía agigantado escandalosamente con el caso del juez Tirado. Las gentes no comprenden que el responsable judicial de que el supuesto asesino de la niña Mari Luz disfrutara de libertad de movimientos para volver a violar y matar haya sido sancionado levemente por sus superiores. Y menos entienden que ante una sanción tan mínima, gran parte de sus señorías hayan puesto el grito en el cielo.

Se diría que la justicia española está contagiada de la polarización política ramplona y del alineamiento maniqueo, mientras mengua el espacio vital de imparcialidad e independencia que necesita para respirar libremente. "La justicia no puede seguir por más tiempo atrapada en el juego del reparto político partidista de los quesitos rojos y azules. Hay que detener la progresiva e ilimitada deslegitimación de la acción judicial que viene produciéndose desde dentro y desde fuera. El poder judicial es la última trinchera, y si se deslegitima nos habremos cargado el Estado democrático", advierte el magistrado de la Sala Segunda del Tribunal Supremo, Joaquín Giménez, ex presidente de las audiencias de Bilbao y San Sebastián, y cofundador de la asociación Jueces para la Democracia (JD).

Algo muy grave debe estar pasando para que, con lo peculiares e individualistas que son sus señorías, 1.500 jueces, la tercera parte de la plantilla, se haya alzado con un manifiesto en el que denuncian con crudeza el intrusismo de los partidos políticos y avisan del riesgo que ese comportamiento acarrea para la independencia de la actuación judicial. Dicen que en su "insaciable afán por controlar a su controlador", los partidos políticos han logrado hacer del CGPJ, el gobierno de los jueces, "un puro retrato en miniatura de las fuerzas parlamentarias". Y afirman que el nombramiento "en clave política partidista" de la totalidad de los componentes del CGPJ incumple las condiciones dirigidas a evitar la politización y a garantizar la autonomía de ese consejo que el Tribunal Constitucional estableció al validar la reforma de 1985.

Tal reforma facultó al Parlamento para nombrar a los 12 jueces profesionales, que hasta entonces eran elegidos por sus compañeros, sin alterar el derecho de las cámaras a designar a los ocho vocales "juristas de reconocido prestigio" que completan el Consejo. "La reforma supuso el derribo del principal muro constitucional de protección de la independencia judicial", aseguran los firmantes. Argumentan que, como en la práctica, el poder político hace caso omiso de las condiciones fijadas por el Tribunal Constitucional, habría que volver a la situación anterior y permitir que la elección de la mayoría de los 21 integrantes del CGPJ -el propio Consejo elige a su presidente, que es el mismo que el del Tribunal Supremo- vuelva a quedar en manos de los jueces.

¿Está en riesgo el sistema de división de poderes diseñado en la Constitución? El CGPJ, elegido por los grupos parlamentarios del PSOE y del PP a partir de los candidatos propuestos por las asociaciones judiciales, nombra a la totalidad de los miembros del Tribunal Supremo y a los presidentes de la Audiencia Nacional, de los Tribunales Superiores de Justicia de las comunidades autónomas y de las audiencias provinciales. Es un secreto a voces que las presiones se concentran en la composición de la Sala Segunda del Tribunal Supremo, la encargada de juzgar las causas contra los políticos. Aunque la suma de estos cargos de libre designación no llega al 10% de las plazas judiciales, lo que está en juego es la política de nombramientos, viciada por el reparto de cuotas partidarias -"tú decides los tuyos y yo los míos"-, y también la promoción profesional, imposible para aquellos (la gran mayoría) que carezcan de padrinos políticos o del respaldo de las asociaciones judiciales. Hay que tener en cuenta que más de la mitad de la plantilla judicial no está asociada, que la APM cuenta con algo más de 1.100 afiliados; la Francisco de Vitoria, 595; la JD, 510, y el Foro Independiente, menos de 200.

Sin negar la valía e independencia profesional de los elegidos, ¿no es abusiva esa prima encubierta de selección por afinidad ideológica? ¿Cómo evitar que el descrédito caiga en cascada sobre la estructura judicial, si la sospecha de partidismo anida en la fuente original de los nombramientos: el propio CGPJ? ¿Cómo convencernos de que los magistrados de esa clave de bóveda que es el Tribunal Supremo son, efectivamente, los mejores de entre los buenos? "Puede que algunas presidencias requieran un perfil más político o un buen gestor, pero en el Supremo necesitamos a los mejores juristas, y me da igual si es un bicho raro de esos que quieren vivir en un cuarto oscuro. Ahí no se puede admitir la práctica de la patada hacia arriba", indica Fernando Andreu.

Porque el riesgo, que nadie se atreve a formular expresamente, es que, de seguir así las cosas, puede ocurrir que las cúpulas profesionales de la judicatura sean ocupadas por jueces que han hecho carrera montados en el ascensor de su disponibilidad política. Sin necesidad de compartir la totalidad del manifiesto, una amplia mayoría de la plantilla judicial asume hoy plenamente el mensaje: "Sacad las manos de la justicia", que los 1.500 han lanzado a los políticos. Conviene detenerse en los perfiles de quienes han estampado su firma digital en el texto expuesto en la web del CGPJ. Son preferentemente jóvenes, menores de 45 años, mujeres, y no forman parte de ninguna de las asociaciones existentes. Es la base de la pirámide, la infantería que le saca las castañas del fuego a la justicia todos los días y que asiste al espectáculo no solo con estupor e indignación, sino también con inquietud. Saben muy bien que aunque la politización no les afecte directamente en sus quehaceres profesionales, el descrédito y la sospecha recaen también sobre ellos.

"Antes, el juez era una diosa Juno (deidad mayor de la mitología romana) y ahora es una figura denostada", comenta el magistrado de la Audiencia Nacional Santiago Pedraz. En el fondo de la rebelión de las bases aletea el temor a verse en un trance semejante al del estajanovista Rafael Tirado. Sostienen que si no comprobó que la orden de detención del supuesto asesino de la niña Mari Luz había sido cumplida fue por la sobrecarga de trabajo y la falta de suficiente personal administrativo en su juzgado. "Llevar el control de las 1.600 ejecutorias que manejaba ese hombre es una misión casi imposible", apuntan varios magistrados.

"Todos podemos ser Rafael Tirado", ese viene a ser también el grito de guerra de la base judicial. Pese a las nuevas plazas de jueces -200 se crearán este mismo año-, "el vertiginoso aumento de los litigios y la complejidad de las causas hace necesario mantener el esfuerzo en incrementar los medios humanos y materiales", admite el secretario general de modernización de la Administración de Justicia, Ignacio Sánchez Guiu. Claro que, con similar carga de trabajo y en entornos sociológicos idénticos, hay juzgados que están al día, mientras otros acumulan un retraso de años. De la misma manera que, frente a la apertura general de miras y actitudes que se aprecia en los jueces, sigue habiendo entre ellos personas endiosadas que creen que haber ganado su plaza en oposiciones les hace acreedores ad aeternum de la admiración, reconocimiento y respeto de la sociedad.

"Estamos en 2010 y todavía vemos aquí los tomos de papel", apunta Fernando Andreu señalando al murete de legajos de su despacho. "Calculo que en mi jurisdicción de lo contencioso-administrativo, un juez veterano elaborará unas 220 sentencias al año", indica Juan Luis Ibarra, presidente del Tribunal Superior de Justicia del País Vasco. Mucho trabajo, salarios no extraordinarios para la formación y la responsabilidad exigidas -desde los 50.846 euros anuales brutos mínimos del juez de base hasta los 150.000 mínimos del presidente del CGPJ, pasando por los 135.000 de los magistrados del Supremo- y una reputación cuestionada alimentan la insatisfacción de estos nuevos jueces que reclaman también menos horas de trabajo y más vacaciones para conciliar su vida familiar. En su manifiesto dicen que los partidos "impregnan con su tinte político" la cúpula judicial y que su comportamiento ocasiona "un progresivo descrédito y una desconfianza de los ciudadanos en la justicia como último baluarte del Estado de derecho".

¿No es un despropósito, ruinoso para el crédito del tercer pilar del Estado, que sus excelencias, los altos magistrados, aparezcan sistemáticamente etiquetados por la procedencia política de los votos con que fueron nombrados y de su correspondiente adscripción a las asociaciones judiciales: la "conservadora" APM y la "progresista" JD? Y es que la totalidad de los componentes del actual CGPJ pertenecen a uno de estos dos colectivos, inevitablemente identificados con el PP y el PSOE. "La perversión está en el sistema de cuotas de los partidos y en que los jueces las hayamos aceptado. Los partidos se reparten los altos cargos a través de las asociaciones. Todos los que forman el Consejo y los que llegan al Supremo están asociados. No deberíamos perder de vista que al dictar sentencia debemos ser independientes incluso de nosotros mismos", subraya Alfredo Muñoz, presidente de la asociación de jueces sustitutos Concepción Arenal.

Por si cabía alguna duda, en la votación parlamentaria del actual Consejo, los dos grandes partidos volvieron a demostrar que no estaban dispuestos a abrir la mano, ni siquiera ante una candidatura como la de la magistrada no asociada Beatriz Grande, que contó con la extraordinaria cifra de 343 avales. "Me votaron compañeros de todas las tendencias porque conozco bien el funcionamiento del sistema judicial y del propio CGPJ, pero parece que a los no asociados no se nos reconocen los criterios de mérito y capacidad que establece la ley", indica la magistrada, hoy inactiva judicialmente. "Para hacer carrera hay que estar en las asociaciones, mejor en unas que en otras, y tener buenas relaciones con las cúpulas, ya que a los no asociados se les cierra el camino de la promoción", certifica el ex presidente del Tribunal Superior de Justicia de Madrid, Javier Casas. "Si la Constitución nos prohíbe pertenecer a un partido político o a un sindicato es para que preservemos nuestra independencia. La Carta Magna busca el mérito y la capacidad, no la coherencia y la conveniencia. La gente duda de la rectitud jurídica de un magistrado identificado con un partido", subraya, a su vez, el presidente de la Audiencia Provincial de Huelva, Jesús Fernández Entralgo.

Nadie en la judicatura ha olvidado que la designación de Carlos Dívar como presidente del CGPJ y del Tribunal Supremo fue anunciada por el presidente del Gobierno antes de que el pleno del Consejo votara, como es preceptivo, ese nombramiento. Y no pocos piensan que el CGPJ se retrató el mismo día de su bautizo, al secundar diligentemente y sin crítica el nombramiento del candidato consensuado entre Rodríguez Zapatero y Mariano Rajoy. "Puedo dar fe de que en el Consejo anterior, nadie, excepto yo, que era vocal independiente, de consenso entre el PP y el PSOE, rompía nunca la disciplina de voto. El vocal de Convergència i Unió, por ejemplo, cambió de alianzas en el momento justo en que su partido rompió con el PP y se alió con el PSOE. Al salir del Consejo dije que habíamos dejado el listón del despropósito tan alto que resultaría difícil superarlo, pero estaba equivocado", señala Agustín Azparren.

La teoría del "rendimiento decreciente" se aplica ahora con similar desparpajo al actual CGPJ junto a la sospecha de que los consejeros, supuestamente tironeados por los partidos, ocupan buena parte de su tiempo en las conspiraciones partidistas. "Los jueces de base nos sentimos abandonados por el Consejo", dice la magistrada Purificación Pujol. "No nos sentimos defendidos, ni bien representados", abunda la también magistrada de Madrid María Valvanuz Peña. La frase "Cada Consejo hace bueno al anterior" es un lugar común. "Aquellos que en la transición política tuvimos que enfrentarnos al Ejecutivo por los casos de torturas y soñamos con un poder judicial fuerte e independiente debemos reconocer ahora que fracasamos en el diseño del CGPJ. Lo digo sin dramatismo, porque conseguimos también muchas cosas, pero no tuvimos suficientemente en cuenta que ese Consejo debía funcionar y que la división de poderes y la independencia judicial son claves", indica Juan Luis Ibarra.

¿El Gobierno de los jueces es una mera correa de transmisión de los dos grandes partidos? Gabriela Bravo, la portavoz del CGPJ, lo niega en un tono tan delicado como tajante. "No somos correa de transmisión de nadie y tampoco es cierto que los partidos mangoneen el espacio judicial. Lo que sí han ocupado es el espacio mediático y social desde el que se proyecta una imagen de la justicia que no se corresponde con la realidad", asegura. "Vamos a necesitar mucho tiempo para encontrar el sosiego, y todos deberíamos hacer autocrítica: los medios de comunicación, los partidos, el Consejo...", dice.

"Cuando se habla de politización se habla de cambio de cromos en un cuartito oscuro. Hay que dar por supuesto que los cargos nombrados, sean o no los más idóneos, actúan con independencia, y tener en cuenta que las sentencias que pueden resultar previsibles por la ideología dominante en un juez o un tribunal son escasas", explica Juan Luis Ibarra. "El 95% de las sentencias que elaboro son fáciles de calificar porque solo requieren oficio y disciplina. Con el resto, el problema es que no tienes pruebas o albergas dudas sobre la norma a aplicar. En estos casos, la posibilidad de que la sentencia sea diferente según el juez es alta, porque al articular un derecho para ese asunto reflejamos nuestras propias precomprensiones culturales, sociales y políticas", admite el presidente del Tribunal Superior de Justicia del País Vasco, Juan Luis Ibarra.

Jesús Fernández Entralgo equipara la elaboración de una sentencia con la interpretación de una partitura musical. "Pongamos el Himno a la alegría de Beethoven. El director puede hacer una interpretación alegre, vibrante u opaca, pero debe cumplir la condición de que la música sea reconocible; no puede ser que suene como si fuera Aserejé. Un grado de politización en la función jurisdiccional es, quizá, inevitable", señala, "pero otra cosa es entrar en la arena política y seguir las consignas de un partido". Según eso, el problema sería el compadreo entre políticos y esos jueces que, como apunta un magistrado, "hacen pasillos a la búsqueda de un cargo".

Por acreditada que esté la práctica de los nombramientos en clave política partidista y el papel de correa de transmisión que ejercen las asociaciones más representadas, no todo el mundo en la judicatura comparte la propuesta de que los jueces vuelvan a nombrar a la mayoría del CGPJ. Recuerdan que el sistema antiguo fue reformado para salvar la resistencia corporativa judicial a los cambios que exigía una sociedad democrática, y subrayan que no hay remedio fácil en el horizonte, por muy en auge que esté la tentación de culpar de todo a los políticos. Lo que sí se comparte ampliamente es que la situación no se aguanta. Las dos huelgas de jueces, la dimisión de un ministro del ramo (Mariano Fernández Bermejo) y el manifiesto rupturista de los 1.500 son aldabonazos que convocan al cambio drástico de rumbo. "El problema es más de cultura política que de sistema. Obama nombra al Supremo y allí a nadie se le ocurre cuestionar el prestigio de esos jueces", señala el presidente de la Audiencia Nacional, Ángel Juanes, cansado, como tantos, del maniqueísmo político imperante.

Cabe dudar del interés de los grandes partidos en corregir su comportamiento, pero, seguramente, no de la necesidad de los jueces de recuperar el prestigio perdido en la política de nombramientos y en la reproducción doméstica de los bloques políticos. La receta es conocida: respeto democrático al pluralismo y a los ámbitos de actuación de los poderes, transparencia, equilibrio, aplicación de criterios objetivos para la selección de los mejores. Algunos jueces sugieren la reducción drástica del número de vocales del CGPJ liberados a tiempo completo. "Eso nos ahorraría una docena larga de altos cargos con coche, chófer y Visa Oro, además de mucho amiguismo y conspiraciones", apunta un magistrado. Otros proponen reducir el peso de las asociaciones hasta garantizar que todos los jueces puedan hacer carrera y darle mayor pluralidad al Consejo con la entrada de representantes del Colegio de Abogados, procuradores, etcétera. En la tarea de "blindar el poder judicial frente a lo que dicten en Ferraz (sede central del PSOE) o Génova (sede central del PP)", todos parecen de acuerdo en que hay que motivar más los nombramientos del Supremo.

"La elección auténticamente parlamentaria, representativa, pluralista, está por estrenar", sostiene, por su parte, Joaquín Giménez. "Los candidatos deberían representar a todas las asociaciones y a los no asociados, y el PP y PSOE podrían renunciar a ejercer la mayoría absoluta. Los candidatos tendrían que ser examinados por una comisión interparlamentaria a partir de informes exhaustivos que dejaran constancia de todo lo que han hecho y dicho a lo largo de sus carreras. Hay que asegurar la transparencia total", subraya el magistrado del Supremo. En su opinión, urge que las cúpulas de los grandes partidos pacten una salida a la crisis.

Claro que, para recuperar el aprecio de la sociedad y ganarse el respeto de los políticos, los jueces tendrían que merecérselo. Ahora que sus señorías han descendido del Olimpo y nos muestran, en exceso, sus apetitos y semejanzas con el común de los mortales, lo que se les pide es que se comporten como los mejores, los más justos y más libres de entre nosotros; tipos excepcionales a los que poder confiar la aplicación de la ley, virtuosos de la moral cívica capaces de apartarse de sus propios prejuicios. Dadas las circunstancias, quienes no puedan con eso deberían emular a la mujer del César y obligarse no solo a procurar ser independientes, objetivos y honestos, sino también a parecerlo, intensamente.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 23 de mayo de 2010

martes, 12 de diciembre de 2017

Gumersindo de Azcárate, el impulsor de la ley contra la usura

Andrea Aguilar, "El testamento vivo de Azcárate. El centenario de la muerte de una de las figuras claves de la modernización de la España del cambio de siglo impulsa la recuperación de su legado", en El País, 11 DIC 2017:

Desterrado en Cáceres, el jurista Gumersindo de Azcárate (León, 1840- Madrid, 1917) emprendió la redacción de un peculiar testamento cuatro décadas antes de su fallecimiento. No había acatado la directriz gubernamental de 1875 que exigía a los profesores universitarios que sus enseñanzas defendieran la monarquía y la religión católica y apelaba a la libertad de cátedra. No era la primera vez que se calentaba la “cuestión universitaria”, pero esta vez, en plena batalla por borrar el legado liberal del Sexenio Democrático y reinstaurar la monarquía borbónica, el Gobierno de Cánovas impuso el destierro a tres catedráticos: Nicolás Salmerón, Francisco Giner de los Ríos y el propio Azcárate, seguidores de los principios progresistas del alemán Karl Krause.

El calor del verano extremeño de 1875 —explicaba Azcárate en una carta a su colega Giner —le hacía añorar León y plantearse si debían “aguantar” o marchar al exilio extranjero. No hizo falta. El castigo gubernamental acabó pronto y al año siguiente impulsarían, junto a otros catedráticos, el nacimiento de uno de los pilares de la España moderna: la Institución Libre de Enseñanza.

En las cuatro décadas transcurridas desde la redacción del testamento ficticio hasta su muerte, de la que el viernes se cumplen 100 años, Azcárate y sus compañeros se emplearon en el avance y el progreso de un país convulso y atrasado. Calificado de san Gumersindo en un semanario satírico, o de un “Don Quijote vuelto a la cordura”, como le definió José Ortega y Gasset, el idealismo social y político, la irrenunciable fe en un cambio posible, fueron señas del infatigable Azcárate.

Este mes arrancan los homenajes a su legado en Madrid y León con la celebración de un seminario en la Fundación Sierra-Pambley (del 12 al 15 de diciembre Gumersindo de Azcárate, un leonés universal); la reedición de su obra Minuta de un testamento a cargo de Gonzalo Capellán de Miguel; y la celebración de debates en la sede de la Fundación Francisco Giner de los Ríos, de Madrid, en torno a uno de los principios básicos de Azcárate: la tolerancia. “En el legado de la Institución está hablar de tolerancia y también de intolerancia. La nueva edición del libro de Azcárate sitúa esta obra en su contexto europeo”, apuntó José García-Velasco, presidente del patronato de esta fundación, en la presentación de Minuta de un testamento. Le acompañó Gonzalo Aguilera, decano del Colegio de Registradores, quien recordó que Azcárate fue letrado de la Dirección General de Registros antes de volcarse en la docencia y explicó que el colegio se ha aliado con la Institución Libre de Enseñanza en el homenaje. “Este libro es el testimonio de un modo de pensar, de la preocupación constante por la reforma social de España”, apuntó Aguilera.

Las críticas que recibió en su momento se incluyen en esta quinta edición de Minuta de un testamento, a medio camino entre un ensayo político, una obra de ficción y un tratado de reformas sociales que Azcárate presentó disfrazado como un manuscrito encontrado en el que un médico anónimo trata de poner orden en sus ideas, bienes y pareceres, a la vez que ofrece una recapitulación de su vida y del contexto político. En él plantea una visión personal y razonada del credo que defendió. El jurista fue un firme defensor de la separación entre Iglesia y Estado; promotor de leyes para poner coto a la usura (la ley Azcárate, que aún sigue en vigor y a la que se han remitido los tribunales en los últimos años a propósito de las cláusulas suelo); agente del Instituto de Reformas Sociales, que trataba de mejorar las condiciones de las clases pobres; pieza angular en la organización y desarrollo de los programas de estudio en el extranjero coordinados desde la Junta para la Ampliación de Estudios. Como apuntaba la necrológica que le dedicó el diario El Sol en 1917 (y que la leyenda atribuye a Ortega) “seguir a Azcárate —como seguir a Giner— es seguir hacia delante”.

LA GIMNASIA DE TOLERAR

JUAN CRUZ

Tolerar es una gimnasia del espíritu extremadamente exigente, porque obliga también a no tolerar lo intolerable. Este tiempo en el que vivimos ha dejado entrar, en el concepto de tolerancia, la idea de que todo está permitido. Y lo que está surgiendo es la falta de respeto al verdadero concepto de la tolerancia. La tolerancia es “la paciencia por comprender lo que el otro dice”, lo que permite el diálogo que impida “la degeneración, el desgénero humano”.

Emilio Lledó, filósofo, 90 años, que ha hecho del estudio de la ética la gimnasia de su vida, dijo todo eso anoche, lunes, a partir de la figura de Gumersindo de Azcárate y de su realización principal en el siglo XX: la enseñanza como punto de partida para la educación y para la convivencia. Solo la educación, dijo Lledó en la sede de la Institución Libre de Enseñanza (ILE), nos puede defender de una sociedad que ha hecho del insulto y de la malversación de la libertad de expresión un elemento que convierte al ser humano en una amenaza del otro.

Partió el filósofo del libro Minuta de un testamento, de Azcárate. Lo había leído ya, en la edición que hace 50 años hizo de la misma obra el profesor Elías Díaz, allí presente, como el pintor Eduardo Arroyo, que ha hecho la cubierta de esta nueva edición publicada por la ILE y la Fundación Francisco Giner de los Ríos. Fue convocado el académico para un debate con los profesores Fernando Vallespín y Maribel Fierro. El primero subrayó, como Lledó, que la tolerancia no es una puerta que permita que entre todo el aire viciado que la sociedad ha de filtrar. Y la profesora Fierro se refirió a épocas pretéritas en que las tres culturas que convivieron también en la Península aceptaban convivencias ahora imposibles. Para Lledó, los malentendidos que hay acerca de la tolerancia han convertido en “un problema terrible” la deriva social en que ahora nada la definición de este concepto. Tanto Vallespín como él se refirieron a la libertad de expresión como uno de esos malentendidos que permite la laxitud con que se tolera lo intolerable. “No sirve de nada la libertad de expresión”, dijo Lledó, “si tan solo es útil para decir imbecilidades”.

jueves, 10 de agosto de 2017

Entrevista al juez de menores Emilio Calatayud, de Ciudad Real

Helena de la Casa Huertas, "El Juez Calatayud: «De un niño dictador, que hace lo que le da la gana, a los malos tratos hay un paso» El magistrado de menores de Granada comenta sus preocupaciones y la evolución de los delitos en los jóvenes a raíz de las nuevas tecnologías a ABC, en Abc, 9-VIII-2017:

Lo primero que hace el popular Juez de Menores de Granada, Emilio Calatayud nada más llegar a los juzgados es sentarse durante unos minutos en su despacho para reflexionar antes de empezar la jornada laboral. Una pequeña habitación llena de regalos de los niños del Centro de Menores «Tierras de Oria».

Calatayud es conocido por sus sentencias ejemplares a los menores de edad. Sus preferidas: obligar a aprobar la ESO y a aprender a leer, puesto que afirma que hay «mucho analfabeto». Sus 37 años de experencia le permiten saber los perfiles más frecuentes de los niños que comenten delitos aunque confiesa que, con la aparición de las nuevas tecnologías, están cambiando.

El ciudadrealeño, uno de los jueces más mediáticos de la justicia española, habla con ABC de su trayectoria profesional, de sus preocupaciones y de la evolución de los infracciones de los jóvenes.

¿Alguna vez le han llegado a su WhatsApp sus propios vídeos?

Sí, sí me han llegado vídeos, me hacen gracia porque son trozos de conferencias que la gente graba y luego los cuelga en la red. La verdad es que es una satisfacción que la gente los vea, pero como son charlas que vengo haciendo hace mucho tiempo, me sorprende la repercusión que tienen. Yo soy el primer sorprendido del éxito de esos WhatsApp.

¿Cómo quiere ser recordado?

Me gustaría que me recordasen como un buen padre, un buen amigo y como juez, que hizo lo que pudo para hacer su trabajo lo mejor que supo. Creo que hay ser buena persona tanto en el ámbito personal como profesional. No estaría mal: Hizo lo que pudo.

¿Le gustaría que siguieran su legado?

Yo no tengo legado, yo aplico la ley, hay muchos jueces que hacen exactamente lo mismo que yo, lo que pasa es que a veces les da miedo a hablar y yo cometí la ventaja o el inconveniente de hablar en su día y entonces han creado un personaje. Yo soy un producto de los medios. Cometí la imprudencia de hablar en un momento dado y han creado un personaje.
¿Ahora se arrepiente?

No, a lo mejor fue una equivocación pero no me arrepiento, a lo hecho pecho. En aquella época era conveniente decir en qué consistía la nueva justicia de menores, cómo funcionaba, quiénes éramos y ahora mismo se conoce gracias a esa época y me tocó a mí como podría haberle tocado a otro compañero.

¿En sus vacaciones ha recibido llamadas para seguir algún caso o aconsejar a algún joven?

El teléfono personal no lo doy pero cuando voy andando por algún lado se me suelen acercar. Ahora que he estado en Capileira (Alpujarra), algún padre o chaval que me ha visto ha venido a hablar conmigo. Por suerte o por desgracia con el Whatsapp me conoce mucha gente y se acercan si tienen alguna duda. Para mí es una satisfacción, mi trabajo es juez y lo comprendo. Procuro ir por sitios que más o menos estén tranquilos.

¿Cuáles son las consultas más frecuentes?

Qué puedo hacer con mi hijo, qué a haría con tal tema, o mi hijo está fumando porros o está abandonando la escuela, las malas compañías… Lo típico.

¿Cuál fue su primera sentencia?

El primer caso gordo que tuve fue en el año 1988, no había juicios ni nada, fueron dos hermanos, tenían 12 y 14 años, que mataron a su padre y lo emparedaron. Nos dimos cuenta que lo habían matado al cabo de los meses porque hicieron mal el tabique y en verano no veas cómo olía la vivienda, por eso nos dimos cuenta. Te impresiona cuando los autores tienen esa edad y a partir de entonces ya vi de todo. Ya he celebrado 36 o 37 juicios de asesinatos u homicidios de menores y he visto todo. Lo más desagradable es cuando las víctimas son pequeñas.

Ese fue el primer juicio gordo y de las primeras sentencias que dicté duras, claro era una privación de libertad gorda para esos dos chavales. En aquella época era internamiento y no había más, porque estaban empezando a funcionar los centros de internamiento con arreglo a la nueva ley, entonces después esa gente salió para adelante. Hace mucho que ya no sé nada de ellos.

¿Por qué pensó en esa opción en vez de las tradicionales sanciones?

La primera sentencia que puse fue en el año 1989-90 a un chaval que en un control de alcoholemia a la salida de una discoteca y lo pillaron. Este chaval no tuvo ningún accidente ni nada y cometió un delito de seguridad de tráfico, entonces yo pensé que mejor que encerrarlo, era que viese las consecuencias de conducir un ciclomotor bajo la influencia de bebidas alcohólicas. Hablé con el Hospital de Traumatología para ver si podía enviar a chavales allí y lo mandé. Aunque lo primero que hice fue llamar a la Guardia Civil para decirles que me parecía muy bien que hiciesen controles pero lo que tenían que haber hecho era denunciar a la discoteca por vender alcohol a menores, que este menor iba a pagar pero ellos también.

En otro caso, hablé con un panadero amigo mío para que un chaval hiciese servicio de la comunidad en la panadería porque antes no había convenios, era por favores personales. Y el más conocido fue el de un chaval que mandé a aprender a leer, lo tenía encerrado pero era muy listo, muy listo, así que le dije que «en cuanto aprendas a leer y a escribir te suelto». Al mes salió.
El chaval era un fenómeno en robar en el Centro Comercial Continente los aparatos de vídeos que eran muy grandes y estando allí, me dijo una cosa que siempre me marcó: «Don Emilio por qué no me condena a aprender a leer, sé que voy a terminar en prisión y si usted me condena a leer y escribir me va a abrir una ventana a la libertad». Entonces siempre que puedo y me entero que un chaval no sabe leer, escribir o no tiene la ESO, lo condeno a que aprendan porque es verdad que la educación y la cultura abren una ventana a la libertad y a la felicidad.

En aquella época y lo sigo diciendo, entendía que había muchas formas de reparar el delito sin necesidad de la privación de libertad, en función del delito y circunstancias de cada uno de los chavales pues había que buscar evitar el internamiento si era lo mejor. Entonces empecé a poner medidas de esas, al principio no había nada y hablé con amigos, profesionales, poquito a poquito hasta que participó la administración y el ayuntamiento, así empezamos.

¿Cree que existe un problema de analfabetismo entre los jóvenes?

Hay mucho analfabeto y es la sentencia que más me duele poner, es obligar a un chaval a sacarse la ESO cuando estamos en un país en el que ese nivel de estudios es obligatorio. Es una vergüenza que los chavales abandonen la escuela con 14, 15 y 16 años y es una vergüenza que se aprueben los cursos por ministerio de la ley. Yo compruebo todos los días que hay mucho analfabeto y muchos que saben juntar las letras pero no saben lo que significan las letras juntas. Es una pena. Y me da pena que se aprueben los cursos por ley sin tener una formación. No comprendo cómo los políticos no se hacen un pacto por una ley educativa que dure una generación y no una legislatura, y que la misma se premie el esfuerzo y el trabajo duro.

¿Por qué existe este problema?

Los padres no tienen autoridad, se ha banalizado todo y no existe voluntad política de fomentar el esfuerzo, aquí se no están igualando por la ley del mínimo esfuerzo y no, nos hemos equivocado a nivel político.

¿Cree que sus sentencias rehabilitan de verdad a los jóvenes?

Hombre, se les da una oportunidad. El debate de la reinserción es que no puede haber ningún menor que pase por la justicia de menores y diga que no se le ha dado la posibilidad, otra cosa es que no la aproveche. Pero la verdad es que sale mucha gente para adelante porque le ley funciona y por una razón muy sencilla, el 80% de los chavales que nosotros juzgamos cometen delitos pero no son delincuentes. Todos hemos cometido tonterías, lo que pasa es que hoy en día todo son delitos.
De modo que ese 80% de los chavales nosotros lo único que hacemos es acompañarlos a madurar, la vida delictiva de un individuo comienza a los 12 años o 13, sube hasta los 18-20 y luego baja, entonces lo que hacemos es ayudarlos a madurar. Ese 80% de chavales salen para adelante. Luego tenemos un 10% que es carne de cañón, influye donde han nacido, circunstancias, genética o quiénes son tus padres. Y otro 10 por ciento que es trabajable y que depende del momento, la mitad sale para adelante.

Estamos evitando que el 85% de chavales que pasan por la justicia de menores acaben en la justicia de mayores. Son buena gente, cometen equivocaciones pero ya está. La diferencia es que muchos las cometemos pero no nos han pillado.

¿Quién comete un delito es un delincuente?

No, quien comete un delito o dos no es un delincuente. Gracias a Dios cometen equivocaciones que tienen perfil de delito pero no lo son. Ahora, eso sí, hay un 10% que tiene perfil de delincuente y son carne de cañón. Hay chavales que los ves y dices con este no hay nada que hacer. Es una pena pero así está el sistema.

¿Cuál es el caso del que se siente más orgulloso?

Muchos, normalmente son chavales que con el tiempo te saludan y te dan las gracias por haberlos condenado e incluso encerrado. Lo que más me satisface es cuando la condena es hacer la ESO y la aprueban, e incluso hacen una carrera o módulo de formación profesional y están trabajando.

Hace unos meses me encontré con un joven de unos treinta años que me paró por la calle. Lo condené a hacer una redacción de unos doscientos folios por las dos caras a mano porque llevaba varios robos y me dijo: «¿no se acuerda de mí? usted me condenó». Así que le pregunté cómo le iba y ahora es bombero. Que la gente te salude por la calle al cabo de los años es una satisfacción muy grande.

Desde sus inicios ¿ha observado una evolución en los delitos de los jóvenes?

Antes cuando yo empecé en el año 1987-1988 me llegaban muchos chavales de clase marginal y ahora gracias a Dios se han equiparado las clases sociales. En función del delito tenemos un perfil. Por ejemplo:

- Casos de maltratos de hijos a los padres: clase media-alta

- Ciberacoso: clase media-alta

- Acoso sexual: de todo tipo

- Robos: de todo tipo

Ya no hay distinción de clases sociales, aunque hay más casos de chicos 75% frente a chicas, el 25%, pero en violencia familiar y acoso escolar se equiparan. Eso sí, es verdad que la niña que sale dura, aunque es menos frecuente, es muy dura. Pata negra, eh porque son mucho más listas.

Las nuevas tecnologías están variando el perfil de los chavales, existe mucha incultura. Saben manejar los móviles pero no son conscientes de que al publicar una foto o un insulto, las consecuencias son muchísimo mayores a que cuando tú le dices a una persona que es un tal, que queda entre él y tú o un grupo de personas. Ahora queda entre 15.000 o 20.000 personas y los daños morales son tremendos.

¿Está empeorando esta situación?

La cosa va a peor porque, además, hay un tema que me preocupa mucho, la adicción a las nuevas tecnologías. Mayores y menores están muy enganchados al móvil, tablet, etc.. yo por ejemplo estoy llamando la atención a amigos míos. Yo soy fumador y nunca se me ha ocurrido darle a mi hijo un cigarro cuando tenía un año o dos años y estoy harto de ver a padres que están tomando una cerveza y para que el niño no les dé el coñazo les suelta un móvil o una tablet para que jueguen. Es lo mismo que si le das un cigarro y eso nos está creando muchos problemas de adicción al móvil y eso conlleva consigo consecuencia delictivas y de salud mental.

¿Cómo son los primeros indicios de un hijo maltratador?

Todo es cuestión de educación y respecto, cuando una criatura con 8 o 9 años empieza en la casa a hacer lo que le da la gana y si no lo consigue, empieza a dar golpes o gritar, ese niño al final si los padres no lo paran se puede convertir en un niño dictador, en el sheriff de la casa. De ahí a malos tratos hay un paso muy corto. Hay que volver al principio de autoridad de los padres y sobre todo el respecto.

¿Cómo afecta la separación de los padres a la actitud de los menores?

A veces los chavales lo pasan mal, incluso tienen comportamientos delictivos para llamar la atención sobre el matrimonio. Lo que sí se nota mucho es tanto la manipulación de los chavales como la manipulación de los cónyuges con el chaval para hacer la puñeta al otro cónyuge. Lo pasan mal y a veces tiene consecuencias, en ocasiones tenemos que quitarlos de en medio porque están con: «ahora estoy con mamá, porque me conviene ahora me voy con papá», y tenemos que meterlos en internados o pisos de convivencia. Lo triste es que no somos capaces todavía por mucha democracia de llevar separaciones amistosas.

Hemos notado que padre maltratador de su mujer que se separa, es frecuente que los chicos copien el comportamiento hacia la madre y su pareja. Estamos teniendo problemas entre parejillas de jóvenes, es problema de educación, son auténticos maltratadores por ambos lados. Han aumentado las denuncias. Las cuestiones de las parejas que hoy se quieren, luego se pegan, luego se acuestan, vuelven a odiarse, cuelgan fotos para hacerle la puñeta a la novia, hay mucho.

¿Hasta cuándo los hijos deben obedecer a sus padres?

Hasta que se mueran. No hay que obedecer, pero respetar siempre. Un padre educa hasta el mismo día que se muere. Siempre vas a querer más y respetar más a tus padres cuando eres padre, entonces se valora lo que han hecho aunque se hayan equivocado. El cariño hacia los padres va en aumento. Hay que respetarlos y seguir sus consejos, al menos pensarlos.

¿Hasta cuándo y en qué circunstancias cree que los padres deben mantener a los hijos?

Hasta que estén en condiciones de ser independientes pero siempre dentro de unos límites, es decir, no soy partidario del ni ni. Si yo tengo un chaval que se está esforzando, que está buscando trabajo, está estudiando, etc me parece muy bien que esté conmigo; pero ahora el tío que tiene su trabajo y está viviendo a mi costa no. O el tío que va a cenar y no quiere estudiar ni buscar trabajo y está viviendo a mi costa no. El sentido común.

¿Un joven de 18 años hoy día se puede considerar que realmente es adulto?

Son muy inmaduros pero la ley es la ley y dice que es mayor de edad a los 18 años. Entonces son mayores de edad para lo bueno y para lo malo, así que les digo tú mismo, tú verás. Objetivamente son más niños que hace unos años pero hay que poner unos límites. Son más inmaduros que antes porque no se han educado en responsabilidad. Ahora mismo son más guapos, más altos, pero más inmaduros, porque no se les ha dado las responsabilidades. Con 18 son niños todavía.

¿Qué opina cuando ve a un grupo de jóvenes sentados y cada uno está utilizando sus respectivos móviles?

No están disfrutando de la reunión, están con otros colegas. Son tontos cada cosa tiene su momento. Ya empieza a existir hoteles que prohíben el uso de los móviles, gracias a Dios. Hay que disfrutar del momento.

A pesar de los años, el Juez de Menores de Granada, Emilio Calatayud, sigue manteniendo su actitud de bonachón, dicharachero, campechano y cercano. Así es el uno de los magistrados más mediáticos de la justicia española.

Pasa los días en su pequeño despacho, en el que guarda como si fuera un tesoro todos los regalos que le hacen cada año los niños del Centro de Menores «Tierras de Oria», coincidiendo con el día de su cumpleaños y con la celebración de la lotería de Navidad. Un busto de él mismo hecho de cerámica, es uno de los presentes que más relucen en su particular morada. Este es el lugar al que acude cada mañana y en el que se toma unos minutos de reflexión antes de empezar su jornada laboral y condenar a los menores con sus sentencias ejemplares. La que más le gusta: obligar a los menores a sacarse la ESO. Una imagen que es recordada a todos los que recorren los pasillos del juzgado antes de encontrarse con la puerta del magistrado. Dos carocas, unas caricaturas populares que se exhiben durante la Feria de Corpus de Granada, en las que aparece el juez con unos divertidos mensajes aludiendo a sus sentencias mientras corta el pelo a uno de los menores o les enseña a aprender a leer.

Calatayud, el cuarto de siete hermanos, nació en Ciudad Real en 1955 y fue un «chico muy normal que hacía las gamberradas propias de la edad y mal estudiante». Su paso por el colegio no fue muy alentador, suspendió ocho en quinto de Bachillerato y su padre lo envío con 13 años al internado de San José de Campillos (Málaga). Dos meses «muy duros» en los que solamente vio el sol, una hora y media en todo el verano porque eran las fiestas del pueblo. Lo único que hacía allí: «estudiar y fumar a escondidas». Una táctica de su padre que le valió para aprobar en septiembre.

Una alegría que solamente duró unos meses pues al curso siguiente volvió a suspender cuatro. Momento en el que su padre le hizo la pregunta definitiva. «Estudias o trabajas, tú verás». Desde entonces, decidió que su objetivo era «hacer unas oposiciones para tener un sueldo fijo» y así lo hizo, aunque asegura que nunca ha sido «un buen estudiante», pero se ha juntado con «buena gente». Estudió ICADE, una carrera que combinaba derecho y empresariales, pero no sabía a lo que quería dedicarse, «la vocación es para los frailes». Al final tras ejercer en Canarias y Granada, se especializó como juez de menores.

Una trayectoria que gracias a sus 37 años de experiencia, sus sentencias rehabilitadoras y sus ocho publicaciones, le han llevado a convertirse en unos de los jueces más conocidos.