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jueves, 1 de marzo de 2018

Bibliotecas didácticas y para profesores y alumnos



https://www.educaciontrespuntocero.com/recursos/bibliotecas-on-line-docentes/17634.html

lunes, 20 de noviembre de 2017

Los niños ya no saben leer, se ha jodido todo

Luis Alemany, "Los niños ya no saben leer. Se ha jodido todo", El País, 20 NOV. 2017

El profesor Miguel Díez Rodríguez, autor de Cómo enseñar a leer en clase. Memorias de un viejo profesor clama contra el abandono de la Lengua y la Literatura en los planes de estudios
El profesor Miguel Díez Rodríguez fue casi famoso en 1985, cuando editó Antología del cuento literario, una selección de 25 relatos entre los que leía a sus alumnos. «En las clases leía cuentos de Poe, de Rulfo... Y los chicos encantados». De aquella antología se vendieron medio millón de ejemplares. 32 años después, Díez publica Cómo enseñar a leer en clase (Reino de Cordelia) que es lo mismo pero con matices: el propósito ya no es la excelencia lectora sino la supervivencia de la literatura como una forma de conocimiento relevante en la educación.

Ya no me acuerdo de cuánta Lengua y Literatura dábamos en BUP y COU.

En primero, cinco horas semanales de Lengua. En segundo, cinco de Literatura Española. En tercero estaba la opción de Literatura Universal que eran cuatro horas. Era el mejor curso que había. Y en COU, tres horas de lengua obligatorias y la opción de Literatura Española y Latinoamericana.

¿Y después?

Después vino la LOGSE que decía que lo importante era que los niños vinieran contentos a clases. Un buenismo que inventaron psicopedagogos en un laboratorio, gente que en la vida había pisado un aula con 30 chavales. Todo lo que vino después fue horrible, todo, lo de los socialistas y lo de los del PP. Ángel Gabilondo propuso reformas que estaban bien pero no le dejaron.

¿Y qué fue de Lengua y Literatura?

Literatura se ha convertido en todo lo que odiábamos: se enseñan datos y no se lee. «Lope de Vega nació nosedónde el año tal». Y la lengua está pésimamente enfocada.El chaval aprende a hacer análisis sintácticos en cuarto de la ESO y se pasa repitiendo lo mismo dos años más. En cambio, nadie le enseña a leer. No entiende qué pone la frase que ha analizado. Se ha jodido todo. Y así quedamos como quedamos en el Informe Pisa, a la altura del betún.

Bueno...

Leer exige concentración, tranquilidad, respeto. Antes, yo le daba a mis alumnos El guardián entre el centeno y lo leían como obsesos.Cómo no iban a hacerlo, si la adolescencia está ahí, perfectamente actual. Ahora, no lo entienden, así de sencillo. Eso si no ha aparecido antes un padre que vete el libro porque hay una escena en la que Caufeld llama a unas prostitutas. Y yo pienso: debe de ser que soy un hombre muy viejo porque el que no entiende nada soy yo.

Pero se venden muchos libros para críos. Aunque estén más dirigidos al entretenimiento que a desarrollar una educación literaria...

Los niños leen. Hasta los 12 años sí que leen. Después... Yo lo entiendo, hay tantas distracciones a su alcance.

El hecho de que para algunos de nosotros sea importante la literatura no significa que lo tenga que ser para todo el mundo.

Estoy de acuerdo, se puede vivir y ser un buen ciudadano sin que la literatura te importe mucho. Pero sin leer es imposible. En España estamos en un 50% de población que no lee nunca. En Suecia, es un 30%. Y en Estados Unidos es mucho más. Luego no hay que sorprenderse si votan a Donald Trump.

martes, 30 de mayo de 2017

Varios escritores y artistas narran qué libros les introdujeron al hábito lector

¿Por qué leer? La primera vez de los creadores, en El Cultural, 26/05/2017:

Hoy arranca la 76ª Feria de Libro de Madrid, compuesta este año por 367 casetas -una menos que en 2016- y 488 expositores -ocho más que el año pasado-. Coincide en los medios con el recién estrenado Plan de Fomento de la Lectura. Por esta razón nos preguntamos si sirve de algo invitar a leer desde los márgenes de una biblioteca. Los creadores -cineastas, artistas, escritores- nos cuentan cómo y cuándo empezaron ellos a leer, y por qué merece la pena hacerlo. Luis Mateo Díez, además, se remonta en un artículo a su infancia de niño curioso, o lo que es lo mismo, de niño lector.

Inculcar el placer de la lentitud

Luis Landero. Escritor

Me enganché a la lectura con las novelas del Oeste y las Mil mejores poesías de la lengua castellana. De las novelas me encantaba la posibilidad de habitar en otro mundo durante unas horas, y de la poesía, la magia de las palabras y del ritmo, o lo que es lo mismo: la belleza. 
Para fomentarla propondía que las clases de Literatura, y muchas de las de Lengua, se dediquen mayormente a leer y a comentar lo leído. Que se trate de inculcar en los niños y jóvenes el placer de la lentitud. Que se les enseñe a distinguir entre lo que es cultura y lo que es mero entretenimiento. Que la sociedad haga suyos algunos de los valores propios de la escuela, y que los lleve a la práctica. 

Leer a los clásicos en voz alta

Javier Gomá. Filósofo

Recuerdo como mi primer libro los comentarios de San Juan de la Cruz a sus propios poemas, “Noche oscura”, “Cántico espiritual” y “Llama de amor viva”. Produjeron en mi alma adolescente, tierna e inflamable, un incendio que dura hasta hoy. Es posible que el incendio se hubiera declarado de todas maneras y que aquella lectura simplemente fuera una ocasión más o menos azarosa. Pero esa lectura fue el desencadenante.

Propongo la lectura en público, por un actor sensible y experto, con voz educada y bella, de textos clásicos que resistan esta prueba de la oralidad. Cuando funciona, el amor que genera se extiende tan rápido como la electricidad. 

El peligro de la imposición

Israel Elejalde. Actor

No recuerdo muy bien si el primer libro que leí fue Momo de Michael Ende o El hobbit de Tolkien. Lo que sí recuerdo es que leí los dos de un tirón y a partir de ahí decidí leer toda la obra de ambos autores. Debía tener ocho o nueve años. Me gustaría saber cuál es la razón de que la gente se aburra leyendo. Si lo supiera sería maravilloso para poder cambiarlo. Me cuesta entender que la gente se aleje de la lectura. Estoy convencido de que es fundamental transmitir ese hábito desde pequeños, y creo que los padres tienen tanta responsabilidad como los profesores. Si los padres tiene el hábito de la lectura, normalmente los hijos también leen. Elegir bien cuales son los primeros acercamientos es central para que no arraigue esa sensación de que leer es algo pesado y arduo. Creo que obligar a un chaval de 13 o 14 años a leer un clásico puede ser contraproducente.

Si alguien al que respetas te habla de un libro...

Antoni Muntadas. Artista

Recuerdo un atlas de geografía. Me creó interés por lo desconocido, los viajes. A mi juicio, la recomendación de un lector es el inicio de una cadena de posibles lectores. Ocurre con el cine, la exposiciones...que alguien que respetas sus opiniones y que te diga vale la pena que lo leas, que lo veas, que lo escuches... es un posible inicio. En los 70 los reading groups (¿grupos de lectura?) eran formas de intercambiar o profundizar en la lecturas ...pero eso ya es otra cosa. 

Hablar de los libros que leemos

José Antonio Marina. Filósofo

Cuando era niño, librarnos del aburrimiento era lo que nos llevaba a la lectura. Recuerdo que devoraba las novelas de colecciones populares como El coyote, Marcial Lafuente Estefanía...

Para fomentar la lectura me parece imprescindible reconocer que la lectura es una actividad difícil y lenta, que compite con medios potentes y rápidos como el cine, o los videojuegos. Un gran obstáculo muy frecuente son los problemas de comprensión lectora, que hacen más costosa aun la lectura. En cada edad el fomento de la lectura debe hacerse de diferente manera. La familia juega un papel importante, pero no obvio. Ver a los padres leer puede producir gusto por la lectura (para imitarles) o rechazo (porque es una competidora). La solución es que los padres lean pero que sobre todo hablen de lo que leen. También es útil leer cuentos a los niños, pero eso no basta. El niño debe comprender que lo que le divierte tanto está en las misteriosas líneas del libro.

¿Cómo puede alguien no querer leer?

Fernando Savater. Escritor

Me es imposible responder, porque por más que retrocedo en mis recuerdos no encuentro ninguna época en mi vida en que no prefiriese la lectura a cualquier otra cosa. Cuando aún no sabía leer, me aprendìa de memoria los cuentos que me leía mi madre. Después los tebeos, las aventuras de Tarzán, los cuentos de Poe, La isla del tesoro, el padre Brown, Guillermo Brown, Sherlock Holmes, Salgari... Todo me gustaba, todo me enganchaba. Fue la lectura la que me enganchó a la vida, no al revés.

No imagino cómo alguien puede no querer leer. Sé que tener una madre como la mía ayuda mucho, pero no sé si abundan ahora. De todas formas, creo que lo importante es ayudar desde el principio al que quiere leer, no empeñarse en que lea el que no quiere.

Pasión por los robinsones

Luis Gordillo. Artista

Mi padre tenía una colección muy bella y muy clásica de Julio Verne que devoré. Pero sobre todo tuve pasión por los robinsones: hay muchos más de lo que parece. Incluso hay robinsones vascos. Yo creo que esta pasión estaba relacionada con mi carácter introvertido.

Conozco muy bien a jóvenes inteligentes, entre 18 y 30 años, que no han leído más de 4 o 5 libros en lo que llevan de vida, exceptuando los de sus estudios. Estamos asistiendo a cambios muy profundos de la sociedad en general: ¿no será éste uno de ellos? Tampoco leen periódicos. Habría que prohibir el cine, la TV, los iphones, los juegos electrónicos, internet, etc., etc. y eso no lo veo probable.

Contra la crueldad y la ignorancia

Judith Jáuregui. Pianista

Uno de mis primeros libros fue Matilda de Roald Dahl. Me enganchó la historia de esa niña que se enfrentaba a la crueldad e ignorancia de su mundo con la fuerza de sus superpoderes, mucha personalidad e ingenio, ¡era una auténtica heroína. La clave es potenciar la lectura desde la infancia, desde la adolescencia, dejando que cada uno encuentre sus gustos, sin juzgar. Tanto prejuicio no hace más que alejarla. Como todo en la vida, la virtud está en el equilibrio: es necesaria una lectura profunda e introspectiva pero también es positiva una lectura meramente lúdica. 

Soy capaz de hacer adictos con la Ilíada

Javier Cercas. Escritor

No recuerdo el primer libro que leí, porque no me recuerdo sin leer. Pero sólo he leído una vez Miguel Strogoff, de niño, y tengo la impresión de haberla leído anteayer.

Propongo simplemente que se les den a los niños buenos libros, adecuados a su edad. No quisiera pecar de vanidoso, pero me creo capaz de convertir en adictos a la lectura a chavales de 15 años con una buena versión en prosa de la Ilíada; el único peligro es que, a partir de entonces, el 95% de las novelas les parezcan exasperantemente lentas.

Curiosidad ligada a la creatividad

Concha Jerez. Artista

Mis padres me fomentaron el interés por la lectura. Cuando comencé Ciencias Políticas en 1959, el Ateneo se convirtió en mi segunda casa. En esa biblioteca se produjo mi verdadero enganche a la literatura. Leía todo tipo de libros, incluidos muchos prohibidos por el franquismo. La lectura está ligada a la curiosidad, como parte importante en la búsqueda del Conocimiento. Esa curiosidad, si no se tiene de forma innata, se puede generar mediante la creatividad, que permita el juego de acercamiento a los libros, que plantee cuestiones sobre sus contenidos, que induzca a la búsqueda de las riquezas ocultas en su interior, que ayude a descubrir los mundos imaginarios que contienen, que transmita el placer que genera la palabra bien escrita. 

Más que libros, hubo personajes

Manuel Gutiérrez Aragón. Director de cine

Leí los primeros libros, con conciencia de leer, en medio de la fiebre y la enfermedad. Nunca me he curado, ni me he querido curar de aquella fiebre. No hay un primer libro: hay unos personajes, una historia que es como un sueño… A ese periodo pertenece La isla del tesoro y las historias de Celia y Cuchifritín. Hay un libro que me hizo pensar que los libros estaban escritos por otro, por una persona que vivía en el mismo mundo que yo. Fue el Quijote. Leí o al menos revolví las páginas del Quijote a edad temprana. Y guardo un buen recuerdo de aquellos maestros que me ofrecieron la ocasión de hacerlo. 

Prohibir la lectura, a ver si así...

Antonio Orejudo. Escritor

Recuerdo la colección de Los Cinco, de Enid Blyton. Los leí, pero nunca fui consciente de que leía. Fue una experiencia preliteraria. Lo más parecido a sumergirme en un videojuego. A la lectura me enganché de adolescente, con Hermann Hesse, Cortázar y Benedetti.

Para fomentar la lectura, lo mejor sería prohibirla. Sé que suena a boutade, pero no se me ocurre otro modo de despertar la curiosidad. Hay una medida menos radical, pero no sé si tan eficaz: que los maestros lean a los niños en clase. Que elijan historias adecuadas, con una cierta intriga, e interrumpan la lectura en lo más interesante. 

Nadie lleva nunca un libro en la mano

Isaki Lacuesta. Director de cine

La primera novela que leí fue Los piratas del Halifax, en la misma edición que mi padre leyó de niño. En la portada, un pirata aferrado salta al abordaje hacia nosotros, directo a por el lector: las palabras del libro te asaltaban igual. Yo empecé a leer porque veía que mis padres disfrutaban leyendo. Todo lo demás, palabrería. Siempre habrá quien se aburra con cualquier placer extremo. Eso no es problema de los profesores. Si los padres nos pasamos el día con el móvil y no existe ni un referente social al que nuestros hijos vean leyendo en público (nadie lleva libros en las películas, ni en la tele, ni en la publicidad), no echemos la culpa a la escasísima lectura obligatoria: me obligaron a leer a Foix y aún lo agradezco.

Contra la visión academicista

Sara Mesa. Escritora

Lo primero que leí con verdadero placer fue Mortadelo y Filemón. Ahí adquirí vocabulario, el hábito de la lectura y la adicción por la relectura… y de ahí pasé a los libros.

Las lecturas escolares son un desastre. Se enseña historia de la literatura, no literatura en sí. Predomina una visión academicista y obsoleta, y los profesores tienen poco margen porque hay que cumplir los programas. Los chicos vinculan la lectura con la obligación escolar, cuando en realidad debería ser justo lo contrario. 

Para leer, primero hay que escuchar

Alicia Martín. Artista

Me viene a la memoria Rayuela de Cortázar. Tendría unos quince años. Recuerdo el vértigo que sentí al ver que la misma historia se podía contar de maneras distintas. No creo que los “almacenes de libros” fomenten la lectura. La condición humana se ha caracterizado siempre por la necesidad de contar y escuchar historias. El origen del gusto por la lectura está en hablar y escuchar, en incentivar la curiosidad. Lo urgente hoy es que aprendamos a escuchar. 

¿Cuándo leer el Quijote? Todavía no

Juan Soto Ivars. Escritor

El libro que me enganchó fue Hambre, de Knut Hamsun. Primero fue su prosa y sus hallazgos. Hamsun fue doscientos días al colegio y ganó el Nobel. En su vejez se dejó hipnotizar por los nazis. Quedó maldito, y con razón. Pero su gravísimo error político me enseñó que hay que separar la obra del autor. Que debemos defender la obra incluso de los crímenes de su autor.

La lectura está mal planteada en la escuela. Deberían enganchar a los niños a la lectura, y no hacerles comulgar con las ruedas de molino del Quijote a una edad en la que es vital que el niño se vea reflejado en la vivencia lectora. La enseñanza debería, primero, enganchar y después enseñar las joyas, cuando el alumno ya sepa que el libro puede ser más alucinante que la PlayStation. 

Tú te lo pierdes

Ernesto Caballero. Director y autor de teatro

El primer libro que me fascinó fue Viaje al centro de la tierra. Ese viaje a lo desconocido dispara las ensoñaciones del lector y recuerda la Divina Comedia. De fondo se percibe una pátina de verosimilitud del Verne visionario. No soy muy partidario de la imposición. Defiendo más bien el placer individual. Si un niño no quiere leer, hay que dejarle claro que él se lo pierde. La clave está en hacerle sentir que su renuncia a la lectura le aleja de un gran placer y de una oportunidad de ser más feliz. Si, además,esos personajes de los realitis que se pasan el día tumbados alguna vez salieran leyendo un libro... 

Que los libros te hablen

Eduardo Chapero Jackson. Director de cine

Recuerdo The History of Luminous Motion de Scott Bradfield. Lo leí con 18, había sido lector antes, pero esta novela me habló como si hubiese una gramática del alma. A la lectura hay que enganchar mediante la identificación emocional, eso que de repente te habla a ti y que expresaba las cosas que no sabías cómo decir. Es entonces cuando la semilla ya está plantada para descubrir la aventura del lenguaje. Recuerdo una profesora americana de literatura que una mañana sin decir una palabra nos puso en clase la canción Killing an Arab de The Cure para comenzar a presentarnos la lectura de La nausea de Sartre. Nos conquistó. Eso sí lo entendíamos, eso sí nos hablaba a nosotros. 

Visibilizar la lectura como algo divertido

Dolores Redondo. Escritora

Los cuentos me introdujeron a la lectura. El puntito de crueldad aleccionadora y la posibilidad de transitar entre dos mundos en los que todo podía ocurrir, sigue siendo la base de las historias que me gustan. En cuanto al fomento de la lectura, algunos educadores ya han dado un paso en la dirección adecuada dejando que sean los niños quienes propongan lecturas escolares. Debemos invertir en campañas de visibilización de la lectura como algo cotidiano, divertido, social y accesible. Eso además acotaría la piratería. 

El niño raro que lee

Guillermo Heras. Director de teatro

Me inicié con las lecturas de los grandes autores de aventuras: Verne, Salgari. Y también estoy muy orgulloso de la lectura apasionada que hacía de El capitán Trueno. Ya un poco después me impresionó La busca de Baroja. Los malos métodos educativos en mi generación hicieron mucho daño. En mi bachillerato no recuerdo un solo maestro que nos introdujera en el placer de la lectura. De hecho yo era un “niño raro” por lo mucho que me gustaba leer. Y no podemos olvidar que gran parte de la literatura atractiva estaba fuera de cualquier opción de lectura por culpa de la censura. Desconozco qué selección de obras se hace hoy, pero imagino que seguirá habiendo demasiada canonización y más para un tiempo en que la cultura audiovisual o el cómic debe ser preferente en las mentes juveniles. De cualquier manera estoy en contra de cualquier cosa obligatoria. 

Rastros de lectura, niveles de complejidad

Cristina Lucas. Artista

Recuerdo La cabeza del dragón de Valle Inclán. Lo leí a los seis o siete años, y para mí era solo un cuento de dragones y caballeros. Cuando llegué al instituto, me enteré de que mi hermano lo estaba estudiando cuando me lo regaló y de que la obra tenía muchos aspectos críticos. Es bonito descubrir esos rastros y entender que la literatura tiene niveles de complejidad que dependen del lector. 

La narrativa se consume hoy más en formato audiovisual. Las series y documentales han desplazado, al menos en parte, al libro. Eso no quiere decir que sean excluyentes, pero satisfacen la misma necesidad de historias y desde hace poco es posible consumirlas sin estar sujeto a los horarios del cine o de la televisión. Funcionan como un libro en ese sentido, lo abres cuando quieres. 

A favor de ciertas lecturas obligatorias

Borja Cobeaga. Director de cine

Recuerdo El retrato de Dorian Gray de Wilde. Conocía la historia porque me la había contado mi madre. Me enganchó por lo siniestro del asunto, que para un chaval que entra en la pubertad esas cosas oscuras resultan fascinantes. Leer no es algo pasivo como ver una película. Creo que también pasa que cada lector es diferente y que tiene sus propias lecturas.

A lo mejor alguien se engancharía a un thriller de LeCarré pero jamás debería leer a Foster Wallace. Por otro lado, creo que las lecturas obligatorias deben existir. No sé si funcionan, pero eso no significa que no haya libros que deban ser lectura obligada en las escuelas. 

Curiosidad, asombro por lo desconocido

Manuel Martín Cuenca. Director de cine

Recuerdo los libros de Enid Blyton. La aventura, el misterio, la identificación con los protagonistas. Supongo que pensaba: de mayor quiero ser como ellos.

Los que se aburren con la literatura es porque no han leído nunca o porque no han leído sobre lo que les apasionan, o porque no tienen pasión, que también es posible. Creemos que el mundo lo mueve la pasión, pero en realidad lo mueve la indiferencia. Para mucha gente asomarse por la ventana y mirar da pereza. Supongo que te tienen que enseñar de pequeño. O quizás la curiosidad y el asombro por lo desconocido vengan en el ADN. 

Inculcar el amor a los libros

Juan Pérez Floristán. Pianista

Lo primero que me enganchó de verdad a la lectura fue Astérix y Obélix y Mortadelo y Filemón, que leía obsesivamente (¡aún sigo devorándolos!).

Tengo claro que no hay que impartir Lengua y Literatura desde una perspectiva historicista, es decir, partiendo del presupuesto de que para empezar a leer hay que empezar por los fundamentos de la literatura e ir “de atrás para adelante”. El Conde Lucanor y La Celestina les quitaron las ganas de leer a demasiados compañeros míos. Lo importante es inculcar el amor a la lectura y no imponer estas lecturas tan áridas a un chaval de 14 años. 

Súbditos de lo inmediato

Ramón Andrés. Escritor

No tengo el recuerdo exacto de una primera lectura, pero me ha quedado, de mis primeros años, la fuerte impresión que me causaban los mundos de Verne y la grandeza de los héroes de la Ilíada, de la que tenía una versión abreviada y con viñetas. Yo tendría unos siete años.

Creo que se ha perdido el sentido de la espera. Hoy, todo es inmediato. La lectura es un proceso, un camino a veces intrincado. Leer exige tiempo, y es algo que, en general, no se está dispuesto a emplear. Este tiempo de pensar, aburre a muchos porque no procura una satisfacción instantánea. Somos súbditos de la inmediatez, que, por naturaleza, es lo contrario de la literatura. Y una cosa más: lo que no es visual carece hoy de valor. 

En el presente

Cristina Garrido. Artista

Comenzó a interesarme leer con los libros de Roald Dahl. Supongo que porque no trataba a los niños de manera infantil como otro tipo de cuentos. Pero recuerdo que los que me engancharon verdaderamente, como buena millennial, fueron los libros de la serie Pesadillas, que leía sin parar. Recuerdo que me gustaban sus portadas, que tenían relieve y brillaban en la oscuridad.

Pienso que las escuelas no fomentan que los jóvenes descubran lo que les interesa ni les orienta. A veces las lecturas obligatorias llegan demasiado pronto como para poder entender nada de las obras. Tampoco se buscan maneras de relacionar esas obras con el presente; hacerlas contemporáneas para que el alumno sienta que puede relacionarse con ellas.

Lectura menos reflexiva, probablemente peor

Félix Sabroso. Cineasta

Seguramente lo que más me impactó de joven fueron los relatos de Carver. Esa literatura abierta que permitía despertar al imaginario. No solo me invitaban a leer más. Me invitaban a escribir. Agradezco haber leído en mi formación libros que quizá no leería ahora. Creo que se han cambiado los hábitos de acercamiento a la ficción, creo que vivimos una época donde Internet, los móviles nos hacen leer de otra manera. Más breve, menos reflexiva, probablemente peor, seguro, pero me esfuerzo en no ser negativo y me trato de adaptar a este tiempo para que también será mí tiempo. Por ejemplo valoro mucho la condensación expresiva y permito que una simple foto de Instagram, o el acercamiento a un relator un poema a través de la red me acerque a un autor o dispare igualmente mi imaginario. 

miércoles, 23 de noviembre de 2016

Se venden cientos de comics en Bethel

Varias cajas enteras de Cimoc, Metal Hurlant, Makoki, El Víbora, El Jueves, Cairo, Creepy etc. Hay cosas bastante raras; también venden revistas de rock y libros sobre música ligera moderna. En Bethel.

martes, 3 de mayo de 2016

Fahrenheit 451

Es una de las películas más inquietantes que he visto, Fahrenheit 451 de François Truffaut, sobre una novela de Ray Bradbury. Hoy tendría más sentido hacerla que antes, porque la cultura audiovisual está aplastando a la escrita. La escena en la que la mujer se quema viva entre sus libros me conmocionó.

1. Avance, o, como se suele decir, trailer.
2. El discurso del jefe de bomberos.
3. Película pirateada completa. Véase especialmente a partir de 47 minutos 12 segundos. Es una escena que me impresionó y a la que pertenece la imagen de abajo. 

En El nombre de la rosa también se quema una biblioteca. Se oponen apocalípticos e integrados:

4. La risa y el segundo libro de la Poética de Aristóteles


5. Artículo mío sobre la quema de libros en la literatura.

martes, 26 de mayo de 2015

Cada vez cierran más librerías en España



Winston Manrique Sabogal "Dos librerías se cierran cada día en España", El País, 26 V 2015:


I

La eternidad literaria no siempre protege del olvido. Lo saben en El Toboso, Zalamea y Fuente Obejuna, emblemáticos lugares cuyos lectores no disfrutan de una sola librería. La vida los ha igualado a los de otros 7.310 municipios españoles en los que tampoco pueden comprarse libros. Solo hay librería en 807 municipios españoles. Y la tendencia es a la baja: cada día se cierran dos.

Donde antes había libros ahora hay de todo… menos libros. Hay silencio. No se salva ni Barcelona, capital de la edición en español. Allí, un McDonald’s ha reemplazado a una librería emblemática como Catalònia. En otra vitrina, antes compartida por Homero o por el último best seller, hay piezas antiguas para ser subastadas en Internet. En eso, en pujas online, quedó convertida Proa Espais, del Grup Enciclopèdia Catalana, que cerró por la caída en ventas y por el alto coste del alquiler.

Una sombra imparable que el año pasado cerró 912 de estos locales, a la vez comercios y espacios culturales. Una amenaza que ronda las 3.650 librerías que sobreviven, las tradicionales e independientes, medianas y pequeñas, muchas de las cuales se apoyan en venta de papelería. Lo hacen en un país donde reconoce leer con frecuencia no más del 30% de las personas. Y si alguna de ellas vive en uno de los 7.310 municipios que carecen de librerías y un día quiere comprar una obra, deberá buscarse la vida en varios kilómetros a la redonda, según el informe Observatorio de Librería 2014, de la Confederación Española de Gremios y Asociaciones de Libreros (Cegal).

Aunque del olvido y las cenizas, a veces surge la vida. Una de esas vidas la crearon Olga Federico, Mireia Perelló y Tono Cristofol y la llamaron La impossible. Está en Barcelona. En 2012, ante la delicada situación de la librería Proa Espais, donde Federico y Perelló trabajaban, se implicaron en salvarla buscando locales y explorando fórmulas para revivirla. En vano. El 31 de enero de 2013 quedaron en el paro. Al día siguiente, delante de un café y en medio de la tristeza, se dijeron: “¿Y por qué no montamos una librería?”. Así, de la calle Roselló 232 pasaron seis meses después a abrir una puerta a la lectura en el 212 de la calle Provenza.

Del olvido y las cenizas, a veces surge la vida. Una de esas vidas la crearon Olga Federico, Mireia Perelló y Tono Cristofol y la llamaron La impossible. Está en Barcelona.

Solo que su criatura iba a estar más acorde a los tiempos de reinvención: una librería especializada en literatura catalana y humanidades pero sin descuidar la oferta general, y con la vocación de empezar a crear un fondo de calidad y ensayo, y con un rincón para los niños; a la vez, convirtieron La impossible en un punto de encuentro con presentaciones, recitales de poesía y talleres infantiles. Además, cada mes una editorial protagoniza el ciclo de charlas con los lectores titulado precisamente así, Protagonista. Todo divulgado en Facebook y su blog. “Encontramos una gran solidaridad en la gente del sector y en la familia… Todos echaron una mano. Fue algo muy especial”, recuerdan Federico y Perelló.

A unas ocho horas de allí por carretera, en El Ejido (Almería), el matrimonio formado por Manuel García Iborra y Matilde Gómez Flores llevan 13 años haciendo algo parecido en la librería Sintagma. Es la única de la zona y se ha convertido en un agente cultural clave de un municipio de rápido enriquecimiento debido a la agricultura de invernadero, y con alto porcentaje de inmigrantes. El Ejido, el Mar de plástico, era también un mar de ausencias culturales. Eso animó a este filólogo y a la psicopedagoga a abrir su librería. García dice que “es una zona de trabajadores agrícolas, no universitarios y con bajo índice de lectura, pero donde los padres quieren que sus hijos lean”.

Se especializaron en literatura infantil y juvenil y artículos aledaños al libro, sin descuidar las novedades. Luego empezaron a destacar las obras de autoedición. "No hay que subestimar los libros que editan los propios autores porque es una realidad social importante y en muchos de ellos hay calidad”, recomienda García Iborra. Y allí, en El Ejido, está Círculo rojo, uno de los sellos más grandes de autoedición de España.

Sintagma es el espejo del destino vivido por el libro en este siglo: auge, descenso y supervivencia. Cuando empezó en 2002 no había nada parecido en la zona, el ascenso de de la industria del libro alcanzó techo con una facturación de 3.789 millones de euros, luego llegó el despeñadero que ha llevado las cifras a 2.700 millones de euros, igual que en 1994. La razón: la confluencia de la crisis económica, la jubilación de un modelo de negocio ante el nuevo paradigma digital, la irrupción de operadores globales y virtuales, cambios de hábitos de consumo y poco fomento y promoción de la lectura. Aunque aun así el libro es la industria cultural que más aporta a Producto Interior Bruto (PIB), 0,7% (todas las industrial culturales representan el 3,7%).

“Todos esos números son reales, pero también ha sido el momento de la reinvención, de mostrar lo recursivos que podíamos ser”, asegura García Iborra. “Aunque desde el comienzo yo no esperé a que el cliente viniera, sino que salíamos a buscarlo a través de diferentes actividades hasta convertirnos en el punto de referencia literario de la zona”. Una gestión por la cual ganaron el Premio a la Mejor Librería Cultural.

Sintagma es la única en El Ejido y se ha convertido en un agente cultural clave de un municipio de rápido enriquecimiento debido a la agricultura de invernadero, y con alto porcentaje de inmigrantes.

Es un martes de mayo. Debajo de unos affiches de Geronimo Stilton y Yoda, de La guerra de las galaxias, los autores Juan Pardo Vidal, Miguel Ángel Muñoz, Miguel Naveros y Carlos Maleno debaten ante un grupo de personas en la librería sobre la importancia de recomendar lecturas más complejas y no solo best sellers. La función del librero, afirma Miguel Naveros, “debe reafirmarse como prescriptor y ayudar a crear lectores de calidad”.

Es lo que hacen desde 1968 María Teresa Castells e Ignacio Latierro en la librería Lagun, de San Sebastián. A lo largo de casi cinco décadas les tocó afrontar no solo los vaivenes del sector, sino también la mirada de reojo del franquismo, primero, y los ataques del entorno de ETA, después, en forma de pintadas, amenazas y cócteles molotov contra su antigua sede de la Plaza de la Constitución en la Parte Vieja donostiarra (hoy se encuentra en un local del centro de San Sebastián). Desde el comienzo, recuerda Latierro, parlamentario vasco por el PSOE (1995-1998), han buscado representar “además del compromiso político, la defensa de la cultura democrática. Y esa pluralidad y carácter abierto no ha gustado a ciertos sectores”.

Si La impossible surgió de unas cenizas y Sintagma en medio del olvido, a Lagun le ha tocado luchar contra los elementos externos...

A lo largo de casi cinco décadas, Lagun, les tocó afrontar no solo los vaivenes del sector, sino también la mirada de reojo del franquismo, primero, y los ataques del entorno de ETA, después, en forma de pintadas, amenazas y cócteles molotov.

Creada en el corazón de San Sebastián, uno de los primeros ataques que Lagun recibió fue 1976 cuando le colocaron un explosivo. Otro grave fue en las Navidades de 1995 con un incendio, a la vez que arrojaron pinturas, “pero el 26 de diciembre la gente nos hizo continuar cuando empezaron a llegar y a comprar los libros manchados con pintura. Luego en el 2000 fue el atentado casi mortal al marido de María Teresa, José Ramón Recalde, exconsejero vasco de Educación y Justicia, que reduce las garantías. Pero varias personas crean una sociedad y compran el local donde estamos ahora”.

Hoy su panorama es hoy parecido al del resto de librerías. “El problema no es el supuesto duelo libro de papel y el digital”, analiza Latierro. El cambio más importante, agrega, "es el de prácticas de consumo cultural y cambio de la función del libro en el marco de la cultura. Se ha perdido su valor, la capacidad de crear lectores por parte del sector, se ha resquebrajado la red de confianza de los lectores por la calidad de las editoriales, así como la capacidad de prescripción por parte de los medios de comunicación especializados y en la jerarquización de la información cultural. Todo eso se resume en una crisis del ecosistema cultural del libro”.

Es una renovación y revolución silenciosas donde las librerías se adaptan a una nueva era en la que no basta con tener asegurado un lugar en la eternidad literaria o en la tradición comercial. Ahí están sin librería en El Toboso, el lugar donde don Quijote vio a la emperatriz de sus sueños, tras leer los libros de caballería que lo convirtieron en ingenioso hidalgo. Tampoco hay en Zalamea, donde Calderón de la Barca situó su drama de honor. Ni en Fuente Obejuna, donde Lope de Vega sublevó al pueblo contra el alcalde.

En tierras de El cid la historia es otra. En Burgos está la librería más antigua de España. Más de 150 años después, lucha cada día como si fuera el primero. Su secreto es parecido al de una de las más nuevas y singulares en Málaga donde el futuro empieza a echar raíces.

En España existen librerías en 807 municipios. No cuentan con ninguna 7.310 localidades, de las que 7.282 tienen menos de 25.000 habitantes, según los datos del Observatorio de Librería 2014,elaborado por Cegal.

En total, existen 3.650 librerías independientes, tradicionales. No se incluyen las grandes superficies ni en cadena.En 2014, cerraron 912 y nacieron otras 226, es decir que se cerraron por término medio 2,5 librerías cada día. Las ventas han caído un 18,7% desde 2011, pasando de 870 millones de euros ese año a 707 millones en 2014.

Hay 7,8 librerías por cada 100.000 españoles. La primera comunidad es Galicia, con 14,4, seguida por La Rioja (11,9) y Canarias (11). En términos absolutos, el mayor número de librerías abre sus puertas en la Comunidad de Madrid (el 17,1% del total nacional). Le siguen Andalucía (12,1%) y Cataluña (11,8%).

En cuanto a tipología, la mayoría es general de proximidad (35,4%). Le siguen general de fondo (27,9%), especializadas (27,6%) y general con especialización (9,25%).

Sólo el 1% factura más de un millón y medio de euros al año. Entre 600.000 y un millón y medio, se sitúan el 4,7%; entre 300.000 y 600.000, el 9,8%; entre 150.00 y 300.000, el 17,7%; entre 90.000 y 150.000, el 14,8%; entre 30.000 y 90.000, el 28,6%, y menos de 30.000, el 23,4%.

II

W. M. S., Librerías en la encrucijada, 2: El futuro y las siete vidas del gato, El País, 27-V-2015:

Segunda etapa del viaje por las librerías: ¿qué tienen en común la 
librería más antigua de España y algunas de las recién llegadas?


Un rincón de cuentacuentos y otro de Cuentogatos es el secreto que une los 164 años que separan la librería más antigua de España de una de las más nuevas y singulares. La primera abrió en Burgos en 1850 bajo el nombre de Hijos de Santiago Rodríguez, hoy llevada por la quinta y sexta generación de la familia; la segunda se inauguró en Málaga, hace diez meses, como Librería de Los Gatos.

Es el arco de la vida de las librerías españolas, bajo el cual han desaparecido en los últimos cinco años 2.237 de las 5.887 que existían en 2009. Las de Burgos y Málaga representan el pasado y el presente, que se hace porvenir con una estrategia parecida: diversificar las técnicas para seducir al lector, tener vendedores y propietarios que sepan de libros y mimen a sus clientes, fomentar y promover la lectura de los más pequeños, abrirse camino como espacios culturales que los diferencie de los demás y moverse en el ciberespacio como gatos por su casa.


Solo quedan 103 librerías fundadas antes de 1940, del total de 3.650 que sobreviven. La más antigua es la citada de Burgos: Hijos de Santiago Rodríguez. Desde 1960, se ubica bajo los soportales de la plaza Mayor. Su emplazamiento original estaba detrás, en un local de la calle Laín Calvo. “Aún recuerdo cuando iba de pequeña y la librería olía a madera, y el uniforme de las vendedoras era con una chaquetilla”, dice Mercedes Rodríguez Plaza, responsable del local, donde trabaja con sus dos hijas: Lucía, encargada de Internet, y Sol, coordinadora de las actividades culturales.

La llegada de los años malos, desde 2008, le ha enseñado a buscar nuevas rutas y tratar de reconvertirse, cuenta esta profesora, dedicada a la librería desde comienzo de este siglo. Esa escuela le permite decir que “hay que estar atentos a los gustos de los lectores, como cierta poesía romántica y narraciones fantásticas por las que los jóvenes preguntan ahora”. Y empezar por los niños.

En la buena literatura infantil, sobre todo en gallego, y los álbumes ilustrados se ha especializado Marxe, en A Estrada (Pontevedra). Galicia, con 305 locales, es la comunidad con mayor número de librerías por cien mil habitantes (14,4), muy por encima de la media nacional (7,8).


Xan Astorga abrió Marxe hace tres años, en mitad de la crisis económica y del sector. Parecía una locura, pero confió en su experiencia, pues a principios de los noventa trabajó en una librería, luego en una editorial, después montó una librería con otros amigos, hasta que en 2010 salió de allí: “¿Y, ahora, qué camino cojo?”. Astorga volvió entonces a la casilla de salida, pero ya por su cuenta. Desde 2012, pasa la mitad de sus días en unos cuarenta metros cuadrados llenos de libros, en especial para los niños, que completa con la venta de papelería. “El problema es que se están acabando los lectores”, advierte. Y apostilla: “¿Qué podemos esperar de un país donde el periódico más leído es el Marca?”.

Para contrarrestar ese sino, Carmen María Vela García ha creado la Librería de Los Gatos, en Málaga. Esa especialización se le ocurrió en el penúltimo minuto. Toda la vida había querido abrir una librería infantil, pero intuía que algo faltaba. La singularización que busca todo librero, sobre todo en estos tiempos.

A ella, que le gustan los gatos desde los cuatro años, cuando su padre le enseñó a acariciar uno, de repente supo que su animal preferido y su presencia temática en los libros para su crianza y cuidado y su protagonismo en la literatura, más de lo que nadie se imagina, era la clave. De esta forma, desde el 11 de julio de 2014, la malagueña calle Fajardo, 4 tiene una librería dedicada a una mascota. La segunda parte del local se dedica a la literatura infantil, con énfasis en volúmenes ilustrados y de gran formato, y la tercera, a los artículos alrededor del mundo del gato y los libros.

Al fondo, a la izquierda, está el secreto que la une con aquel local de Burgos abierto en 1850, un espacio aquí llamado El rincón del Cuentogatos, a veces con música y canciones en vivo. Hay una pizarra, libros, juguetes y una pequeña mesa redonda con sillas en forma de gato que los niños, cuando ven todo eso desde la calle, entran hasta allí como felinos. Y detrás de ellos sus padres a rescatarlos… pero, al final, se quedan un rato más porque se topan con la coartada perfecta para reencontrarse con una parte de sus gustos y debilidades.

Esas especializaciones son parte de la metamorfosis que viven las librerías. Todas buscan las siete vidas del gato al saltar al mundo digital y reinventar las estrategias del pasado. El éxito del futuro está en el pasado, a veces.

Mañana, tercera y última entrega: De la diversidad analógica al mundo digital.


martes, 15 de enero de 2013

La Biblioteca Virtual de la Universidad de Pennsylvania

Es una delicia ver los textos digitalizados hace poquísimo de la Biblioteca de la Universidad de Pennsylvania aquí... y una pena no poder trabajar con ellos; hay manuscritos poéticos desconocidos de romances y del famoso y desvergonzado franciscano Cornejo, sobre el que tengo alguna curiosidad derivada de su madre manchega y de que anduvo por el Convento de San Francisco de Ciudad Real estudiando filosofía, en la que destacaría hasta el punto de ser catedrático de prima en Alcalá; también hay otros muchos materiales de valor inencontrables, algunos relacionados con Quevedo y Hurtado de Mendoza. Merece la pena echarles un vistazo, pero no he tenido tiempo de concluir mi inspección. 

jueves, 7 de abril de 2011

Bibliotecas filibusteras

Ahora que se están poniendo de moda los libros digitales, iré acumulando en esta entrada o post todas las bibliotecas que, sin interés económico alguno, procuran distribuir libros electrónicos gratis para promocionar la lectura entre quienes no se los pueden costear, de forma que difunden generosamente la cultura y el conocimiento entre los que no tienen dinero para proporcionárselos. He ido conociendo estas bibliotecas gratuitas desde los antiguos tiempos en que la Entrerred o Internet empezaba a tejerse. Yo mismo ayudé a Wikisource y a su ahora administradora, la argentina Lady in grey, para que la enriqueciera con algunos textos tomados de estas direcciones, y escaneé, traduje o revisé unos pocos para la misma, aunque me cansé pronto, porque entonces era colaborador activísimo de la Wikipedia, en la que he escrito muchísimo, sobre todo artículos relacionados con la gramática, la filología, el hispanismo etcétera. Atacadas sin piedad por los tenderos del pensamiento y el saber, muchas de estas bibliotecas para parias de las ideas, las artes y las ciencias han tenido que trasladar sus fondos electrónicos cuando los echaban de algún portal tantos recaudadores como hay de derechos de autor al modo anglosajón, quienes quieren privatizar hasta el pensamiento (¿las ideas tienen autor? ¿Tiene otro autor el cerebro que la evolución? ¿Qué es una idea sino tiene conexión con las otras? ¿Cómo puede originarse una idea si no se combina libremente con las demás? ¿Tienen que pagar impuestos y derechos de autor nuestras ideas por viajar de un lado a otro de nuestra cabeza? ¿No están ciertos derechos de autor reñidos con el progreso común de la Humanidad? ¿No renunció Fleming a sus derechos de autor sobre la penicilina solo para que llegara máx rápido y más barata a los menos pudientes? ¿Conocen la ley de Jante esos privatizadores del bien común?) y dejar a los necesitados en la ignorancia, siempre por lo que les interesa, no el progreso de la humanidad en conjunto, sino el material y dinerario de unos pocos que usurpan el trabajo de la mayoría acumulando una riqueza que ellos mismos por sí, con sus propios medios de seres humanos aislados, no hubieran podido producir. Así que es frecuente que los enlaces varíen de un año para otro, cambien de nombre o desaparezcan, como la llorada Biblioteca de Michel Castillo, la Recargada, la Inacayal, la de Sadrac o la del Caballero Ilustrado. Estos enlaces están, de momento, actualizados, pero, para quien no quiera complicarse la vida, puede ir a la más grande y mejor directamente aquíY quien quiera buscar en el contenido de estos libros, que use los sistemas expertos de Librobot o el de la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes, algo más exacto y de selección más específica (textos de autor español o hispanoamericano).

1. Biblioteca Ignoria. Sus contenidos son selectos, pero algunos archivos tienen software malicioso, aunque tan antiguo que lo detecta bien un antivirus como el Avast. Es obra de argentinos.

2. Libros Tauro. Posee unos 12.000, con buen mecanismo de búsqueda. De argentinos también.

3. Biblioteca del Itata. una de las más antiguas y quizá la más grande: 58.000 libros. por razones de seguridad tiene repartidos sus catálogos en cuatro países distintos, y escanea, corrige y recopila libros de cincuenta países distintos. Hay que inscribirse primero.

4. Biblioteca Astalaweb. Especializada en idiomas. Unos dos mil libros principalmente en inglés, francés y alemán, también tiene unos setecientos en español.

5. Librosgratis web. Es bastante antigua, pero ha sido tan perseguida que ha tenido que encoger bastante su catálogo De todas maneras en esta dirección podéis encontrar los catálogos, los grupos de escaneadores y correctores, buscadores de libros, enlaces etcétera.

6. Quedelibros. Esta es más moderna, pero sólo te da los enlaces apropiados para bajártelos, así que a veces te las tienes que componer solito.

7. Ares. Con este programa, que te puedes bajar de Softonic, se puede encontrar casi de todo en el enlace de búsqueda de documentos. También se pueden bajar música y películas.

8. Documenta Catholica Omnia. Es una biblioteca principalmente en latín y griego. Posee las Patrologías de Migne y todo tipo de textos relacionados con la religión, la moral, el catolicismo etcétera; también clásicos religiosos en otros idiomas, entre ellos las obras completas de algunos escritores manchegos como Juan de Ávila o san Juan Bautista de la Concepción (a través de otra biblioteca, Intratext). Muchos textos humanísticos y de clásicos grecolatinos también.

9. Libroos.es es muy útil porque contiene sobre todo libros técnicos, científicos y de humanidades, no obras literarias ni de creación, y está organizado por materias.

10. Internet Archive. Es una de las iniciativas más interesantes, porque lo que no se lee en Google puede a veces encontrarse aquí, y además en mayor variedad de formatos y con un servicio más cómodo de búsqueda en el texto, cuando se lee en línea. Para el bibliófilo e investigador digital es, junto con Googlebooks, Intratext,  Documenta y las hemerotecas y archivos digitales, lo más interesante, porque la mayoría de sus libros son obras antiguas, descatalogadas, raras o difíciles de encontrar. El lugar permite también buscar otro tipo de materiales.

11. Librodot. Empezó escaneando libros para ciegos, y luego se convirtió en un clásico fondo de donde todo el mundo sacó ediciones pirateadas.

12.  E-librería. Es mexicana.

13. Biblioteca Iztama. En realidad se nutre de la Itata, son clónicas. Como ella, tiene unos cuatro mil miembros.


14. Bibliotecas digitales. Unos 100.000 libros bien ordenados; es la más grande, la mejor ordenada y la que más y mejor se renueva; utiliza muchos enlaces distintos, pero hay que tener cierta experiencia para saber cómo usarla bien y esquivar el software publicitario que de vez en cuando te asalta.


15. Colección digital de la Universidad de Nuevo León. En México. Hay cosas muy raras allí. La pena es que los archivos están descompuestos en capítulos.

16. Ftp para ciegos. Una biblioteca enorme, en la que destaca su espléndida selección de relatos y antologías diversas: ftp://ciegos:libros@ftplibros.myftp.org/pub/ 


17. Libros sin tinta. Biblioteca virtual con un extravagante motor de búsqueda que, o te sorprende, o no te encuentra nada.

18. Logos es una fundación dedicada al lenguaje y a la traducción intercultural que ha acumulado una importante biblioteca digital  de textos predominantemente literarios, de intención social o dirigidos al público juvenil en casi todas las lenguas, aun las más raras y poco habladas. En Español hay más de diez mil.


18. Sin ser exactamente pirata, la Biblioteca Virtual Cervantes contiene muchos textos accesibles de literatura española e hispanoamericana clásica, a veces inclusos en portales consagrados a los autores más importantes, pero muy desgraciadamente fragmentados y sin que puedan bajarse las obras enteras ni leerse entero el conjunto de las notas, pues los enlaces están muy mal hechos.


19. La Biblioteca Ayacucho Digital contiene clásicos de la literatura hispanoamericana en ediciones bien cuidadas de su fondo. Está instalada en Venezuela y es una de las mejores de Hispanoamérica.


20. Esta biblioteca, llamada Iuxtalinéaires, contiene versiones interlineales en francés de clásicos grecolatinos, alemanes e ingleses, y ediciones escolares de textos grecolatinos. Es muy interesante como apoyo escolar para quienes estudian clásicas o idiomas.


21. Esta biblioteca contiene mucho material didáctico para todos los niveles, incluido el universitario.


22. La Biblioteca Digital de la Universidad Mexicana de Nuevo León tiene nada más y nada menos que unos veinte mil volúmenes raros de los siglos XVI a XX. Hay muchas rarezas allí que no se encuentran en ninguna otra parte.


23. La Biblioteca Virtual Banco de la República o Luis Ángel Arango es la mejor de Colombia, y contiene cosas interesantes sobre materias muy diversas.


24. La biblioteca virtual Ciudad Seva se consagra a Cuentos, poemas y clásicos, pero también contiene una interesante sección de enlaces a bibliotecas virtuales y una colección de textos sobre técnicas narrativas.


25. En este enlace de la Ciudad Seva se encuentran numerosos otros enlaces a bibliotecas virtuales recónditas.


36. El libro total, fundación gratuita. Sus libros se pueden leer en línea.


37. Biblioteca Digital Hispánica. No es pirata, pero es útil para los investigadores de todas las materias y contiene una Hemeroteca Digital.


38. Reading Europe es una biblioteca digital oficial de manuscritos raros en todos los idiomas europeos.


39. Pares es el portal de búsqueda de los archivos españoles. A veces incluye textos digitalizados y para los investigadores es muy útil a la hora de encontrar nombres desconocidos y referencias raras en documentos oficiales.


40. Esta es la Biblioteca Digital del Jardín Botánico de Madrid, tan primorosa como ese mismo jardín.


50. Biblioteca digital vasca Liburuclik, con muchos textos en español también.


51. Biblioteca digital virtual consagrada sobre todo a historia de España e Hispanoamérica, (por ejemplo, cientos de cuadernillos monográficos de Hist. 16), aunque también posee otras cosas curiosas de historia de la literatura y demás.


52. Buscador de textos en PDF, pero también en otros formatos.


53. Biblioteca Digital Moratín. Posee muchos textos bien presentados, sobre todo relacionados con la historia.


54. Museo Filológico. Contiene textos en latín y a veces versiones bilingües de textos humanísticos de todos los tiempos, además de una bibliografía. Está en la Universidad de Birmingham.


55. The Free Library, una biblioteca gratuita de textos periodísticos, revistas y libros desde 1975 más o menos principalmente en inglés.


56. Biblioteca Landivariana. Es de una universidad de Guatemala, pero contiene textos electrónicos interesantes de las más diversas disciplinas, tomados de muchas otras bibliotecas filibusteras, y otros escaneados por ella misma.


57. Biblioteca EUMED, especializada en Economía.


58. Christie Books. Es una biblioteca virtual de temática anarquista donde abundan los libros españoles, por ejemplo una caudalosa Enciclopedia del Anarquismo Español en cinco volúmenes. 


59. Ante la ley recoge varios enlaces con la últimas bibliotecas electrónicas piratas.


60. Biblioteca Digital de Textos en Español Antiguo. Obras medievales de difícil consecución en castellano y navarro-aragonés.


61. The Philological Museum Una extensísima biblioteca de textos completos, algunos inencontrables, de literatura humanística neolatina con enlaces recopilados de toda la Entrerred.


62. Digitalia Hispánica. Es una base de datos de libros y revistas electrónicas de todo tipo que permite préstamos por 20 días de algunas obras a cambio de matricularse. 

63. Repositorio Gredos de la Universidad de Salamanca.

64. Sefardiweb. Con textos sobre cultura sefardí.


65. Web islam. Con textos sobre cultura musulmana, morisca, aljamiada...

67. Lecturas solidarias. Una biblioteca de Uruguay.

68. Biblioteca digital de textos del español antiguo

69. SCI-HUB. La más importante biblioteca de artículos científicos pirateados del mundo, que ha hecho mucho bien a investigadores pobres y a la ciencia en general. Incluye J-HSTOR, ELZEVIER, etc...

70. Biblioteca Digital del Patrimonio Iberoamericano. Posee un fondo realmente oceánico.

Bueno, basta por hoy. Mañana se actualizará más, queridos colectores.