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lunes, 21 de noviembre de 2016

Sin Tapujos. Artículo de Marcelino Lastra

Marcelino Lastra, "Sin tapujos", en Miciudadreal, 21 noviembre, 2016:

Estoy sentado frente a una de las personas más irrelevantes de Ciudad Real. Alguien a quien la sociedad no sabe cómo quitarse de encima cuando lo ve acercarse. Me he cruzado con él infinidad de veces, y detenido unas pocas a intercambiar alguna que otra palabra. Viste limpio; nunca he sentido en su presencia un ápice de mal olor, lo cual es de mucho mérito ya que tiene por hogar la calle y por dormitorio el recinto de cualquier cajero automático.

marcelino-lastra-Tengo mucha hambre- fueron las primeras palabras de nuestro último encuentro, esta vez en la plaza Mayor. Lo invité a entrar en algún sitio a comer algo. Una vez en la mesa le pregunté si le importaría hablarme sobre su situación, su vida, de cómo había llegado a ese punto.

-No, no me importa, siempre y cuando respetes mi anonimato –respondió.

No se llama Sergio, aunque utilizaré este nombre para respetar su voluntad.

-No hay día que no piense en suicidarme. La calle te mata lentamente y lo peor es que lo ves venir.

Un cimbronazo me sacudió el cuerpo. Fui incapaz de articular palabra, de continuar con naturalidad la incipiente conversación. Le hice un gesto de que comiera con calma. En realidad, era una estratagema para sobreponerme. Sergio me lanzó la frase demoledora con toda serenidad, como un ser humano consciente de estar al límite. Fue a mí a quien se le vino el mundo encima. Era yo el que necesitaba la calma.

-Tenía un año cuando mi padre murió, no lo conocí, sufrió un accidente mientras trabajaba. Vivíamos en la barriada de Vista Alegre ¿Sabes cuál te digo? –me preguntó, dando la impresión de esperar una respuesta afirmativa.

-No soy de aquí, Sergio. No tengo ni idea –le respondí.

-Ya no existe. Estaba frente al cementerio. Hoy es un descampado para aparcar coches. Éramos tres hermanos. Mi madre no podía mantenernos y tuvo que llevarnos a la Casa-cuna. Allí me crié hasta cumplir la edad para ir al colegio, lo que significó el retorno a un lugar desconocido para mí.

A su regreso le recibió un hogar roto. Una madre arisca, probablemente sobrepasada por una situación que le venía grande y un hermano mayor –niño también, en cualquier caso- ejerciendo de padre, un oficio que sin duda le venía igualmente enorme a juzgar por las palizas que le propinaba. Por su comportamiento problemático, los hermanos fueron expulsados antes de terminar sus estudios escolares. Sergio no es analfabeto, pero lee y escribe con dificultad.

Comenzó a trabajar de camionero, se casó, tuvo hijos. Realizaba viajes largos, regresando a casa cada dos semanas. Cuando Vista Alegre fue demolido la familia recibió una vivienda social. Así transcurrieron cerca de veinte años hasta que, a la vuelta del que sería su último viaje como camionero, su esposa le contó que un hombre había querido violarla en su ausencia. Se trataba de un íntimo amigo de Sergio. Fue a su encuentro y lo apuñaló en medio de una pelea para vengar la afrenta a su mujer y la traición a una amistad profunda. Pagó con nueve años de cárcel por intento de homicidio. A su salida ya no conseguiría ningún empleo. Al cabo de cierto tiempo su esposa comenzó una nueva relación y le pidió el divorcio. El domicilio familiar fue asignado a su cónyuge. Sergio vivió de alquiler hasta agotarse las últimas ayudas sociales. Se enteró que su exmujer convivía con su pareja y el antiguo piso familiar estaba cerrado. Pidió poder habitarlo para no estar en la calle. Una abogada de oficio le dijo que no podía hacer nada ya que como titular del inmueble sólo aparecía registrada su anterior esposa. Desconoce cómo pudo suceder esto.

Lleva tres años en la calle. Mientras compartía el habitáculo de un cajero automático con otra persona, unos desconocidos entraron, le rompieron una costilla y orinaron  a su compañero.

A nadie la interesa la situación de Sergio ni de los otros “sergios” de nuestra ciudad. No hay que sentirse muy compungidos por ello, al fin y al cabo ¿conoce alguien algún lugar en el mundo donde no suceda lo mismo? Los “sergios” estorban, molestan. Da igual que no huelan. Su mera presencia es un incordio, y lo es porque estamos enfermos de inhumanidad.

Pero es lo que se lleva. Los sofistas modernos han secuestrado nuestra forma de pensar. Sí, los sofistas, aquellos con los que se enfrentaba Sócrates en la antigua Grecia. Aquellos que no buscaban la verdad sino imponer su opinión aún recurriendo a retorcer al límite la realidad de las cosas, cuando no a manipularla y falsearla. Sí, los sofistas, los que hicieron que Sócrates fuera condenado a muerte tomando de sus propias manos la cicuta asesina. Sí, los sofistas, los que al imponer el imperio de la opinión frente al de la verdad pusieron las bases del declive griego ¿No nos resulta familiar?

¿Existe alguna persona más expuesta a todo, a todo lo malo y peligroso de la vida? ¿Alguien más vulnerable -por utilizar un término muy de moda-  que quien no tenga un techo, bajo el que cobijarse, y un plato que llevarse a la boca? No, no lo hay. Entonces, ¿por qué sucede? Es más ¿por qué lo permitimos? Más, todavía ¿por qué les perdonamos la vida cada vez que se acercan a nosotros, endurecemos la mirada – cuando no miramos a otro lado- y nos resistimos a ayudarles con una mísera moneda?

Un compañero de Sergio me recordaba la conversación de un grupo de amigos en una terraza este pasado verano.

-Criticaban con vehemencia la política del gobierno con los refugiados, cuando me acerqué a pedirles una limosna. La mayoría siguió hablando sin ni siquiera mirarme aunque fuera por pura educación, no digo ya por compasión. Si no son capaces de darme ni una moneda de 10 céntimos, ni de ayudarme a tener dónde dormir o a llevarme a la boca algo de comer, ¿qué pretenden con los refugiados? Yo no tengo nada en su contra, pero no dejo de preguntarme ¿qué ven en ellos que no vean en nosotros? ¿Acaso las calamidades que nos han expulsado a la calle no son dignas de tener en cuenta? Deberían vivir en carne propia lo que es sentir que nadie te mire, que todos te esquiven, que traten de desentenderse de ti como si fueras un apestado ¿Puede haber algo peor? Quizá la muerte, y recalco lo de quizás.

¿Qué podemos hacer? ¡Por favor, ayúdanos a salir de esta situación! ¡No nos olvides! – me pidió con los labios e imploró con la mirada.

-No lo haré –respondí en primera persona del singular; quiero pensar, quiero ensoñar, que en realidad lo hice en primera persona, sí, pero del plural. Si esto no nos concierne a todos, ¿qué otra cosa podría hacerlo?

Han tratado de convencernos –y en gran parte lo han conseguido- que la caridad cristiana era hipócrita y debía ser sustituida por la solidaridad. No quiero profundizar hoy sobre los sofismas que suelen respaldar tal afirmación. Sólo diré que a nuestros “sergios” los hemos  instalado mentalmente en tierra de nadie. De tanto creernos el buen funcionamiento de esa supuesta solidaridad hemos arrancado el espíritu caritativo natural de las personas. Hoy, los “sergios” de Ciudad Real carecen de lo uno y lo otro, están absolutamente abandonados a su suerte. Y no hará falta insistir que de continuar por este camino los estaremos condenando al cadalso de la calle. Porque en su caso, la calle es su garrote vil. Y si aceptamos su destino con los brazos cruzados seremos cómplices, cuando no inductores, de una palabra que prefiero no mencionar, pues tengo esperanza de que nuestra cualidad humana nos hará reaccionar a tiempo.

Debemos acabar con la mendicidad en Ciudad Real. No es una cuestión práctica ni estética. Tenemos que hacerlo porque sí. Es una de esas cosas que no necesitan discusión, por eso se las llama imperativos categóricos. Claro que a los sofistas modernos les encantaría argumentar y contra argumentar para convertir nuestra alma en un torbellino de confusión con el fin de paralizarnos. Es su arma favorita de ingeniería social. No se lo podemos permitir.

Sigo sentado frente a él. Le noto inquieto mirando al reloj.

-No hay prisa, disfruta un poco de este momento – le dije inocentemente.

-No puedo perder tiempo, tengo que volver a trabajar a ver si saco algo para la cena -. Y nos fuimos. Sergio aceleró enseguida el paso. Se notaba que tenía prisa por evitar que la noche del invierno lo cogiera por sorpresa.

Tenemos que actuar. No podemos permitir que seres humanos como nosotros sean tratados peor que las mascotas de nuestras casas y con menos amor que los peluches de los niños.

En el artículo del próximo lunes hablaré de ello. De cómo pasar a la acción y tratar de dar luz a la nube negra que hemos creado entre todos al consentir y “normalizar” la existencia de los “sergios” de nuestra ciudad.

domingo, 21 de agosto de 2016

Javier Marías, Los inicios de la corrupción en Podemos

Javier Marías, ¿Qué respuesta es más deprimente?, el País, 13 marzo 2016:

Nunca nadie es tan “idóneo” que excluya las demás opciones

Uno se pregunta cómo es tan difícil de entender, o de aceptar y obrar en consecuencia. A lo largo de decenios hemos ido sabiendo que un gran número de políticos españoles con poder y autoridad colocaba en puestos de las diferentes administraciones (estatales, autonómicas, municipales) a parientes variados, amigos de pupitre, parejas o ex-parejas, o bien favorecía a las empresas y proyectos de éstos con sustanciosos contratos que no siempre salían a concurso, o lo hacían de manera amañada. Desde los lejanos tiempos de Juan Guerra (hermano del entonces vicepresidente Alfonso) hasta los más recientes: los que no somos valencianos acabamos de enterarnos de que, hasta hace nada, la jefa de gabinete de la alcaldesa Rita Barberá era … su propia hermana. Por muy funcionaria que fuera y sea esta señora, por “idónea” que resultara para el puesto, cualquiera con dos dedos de frente y cierto sentido de las apariencias se habría hecho este razonamiento: “No, mi hermana no puede ser, por mucho que valga y se merezca el cargo. Esto lo sé yo y lo sabe ella, pero, precisamente por serme tan próxima, hay que buscar a otra persona, porque el resto de la gente lo interpretará de otro modo y pensará que hay enchufismo, o nepotismo”. Sobre todo porque así es: siempre hay otra persona; nunca nadie es tan imprescindible que no pueda ser sustituido por alguien de características similares; nunca hay un candidato único para desempeñar una función; nunca nadie es tan “idóneo” que excluya las demás opciones.

Cuando hemos de trabajar en equipo, todos tendemos a rodearnos de personas que ya conozcamos y de las que podamos fiarnos

Pero no seamos en exceso puritanos. Cuando hemos de trabajar en equipo, todos tendemos a rodearnos de personas que ya conozcamos y de las que podamos fiarnos. Si yo dirijo una editorial, busco la colaboración de individuos que me garanticen competencia y eficacia, y lealtad en segundo término. Si esa editorial es un negocio privado, creado con mi capital, estoy en mi derecho. Yo me lo invento y me lo financio, no hay dinero del contribuyente, no he de rendir cuentas a nadie, cada cual hace con su peculio lo que le parece y contrata a quien le viene en gana. La cosa, sin embargo, cambia radicalmente si lo que ocupo es un cargo a mí preexistente, y pagado con los impuestos de todos: da lo mismo si soy Presidente del Gobierno o concejal de un Ayuntamiento. El puesto no lo he creado yo, ni el organismo, a diferencia de mi editorial. En él no he desembolsado un penique, sino que, por el contrario, recibo un sueldo de mis conciudadanos y dispongo de un presupuesto para llevar a cabo mi labor y cubrir los gastos de representación. He de ser por tanto escrupuloso al máximo a la hora de beneficiar a mis allegados con prebendas, de contratarlos o nombrarlos, y también en lo relativo a “cargar” gastos. He de medir exactamente qué está justificado y qué no, qué es estrictamente necesario para el desempeño de mis funciones, a qué me obligan éstas y qué son meros adornos o agasajos superfluos. Seguramente será de recibo que invite a almorzar o a cenar a unos visitantes, pero difícilmente lo será que además los lleve a una discoteca o los convide a excesos. Y en todo caso no puedo rodearme en mi trabajo de esposas, maridos, hermanos, cuñados, sobrinos, compañeros de infancia, parejas o ex-parejas con las que me siento en deuda o me llevo de maravilla.

Con razón han acusado los representantes de Podemos durante los últimos años; sobre todo ellos, los que más han denunciado la corrupción general y la implícita en estas prácticas; los que se han cargado de razón hablando de regeneración y limpieza. Sin embargo, leo en una reciente columna de Javier Ayuso que el concejal madrileño Zapata, célebre por su vileza tuitera cuando aún era un desconocido, acaba de contratar como asesora a su ex-pareja con un sueldo de 50.000 euros al año. Y que también Ada Colau y su lugarteniente Pisarello, en Barcelona, se han hecho con los servicios de sus respectivas parejas. Y que Iglesias y Errejón tienen novias o ex-novias bien colocadas “en los centros de poder ganados”. Al parecer estos políticos no niegan los vínculos, pero aducen: “Sí, es verdad que es mi pareja o ex-pareja, pero no la hemos contratado por eso, sino por sus cualidades profesionales” (siempre según Ayuso). ¿Se puede ser tan torpe, o acaso tan jeta? ¿Cuál creen que ha sido el argumento de todos los responsables del PP, el PSOE o CiU que se han pasado décadas haciendo lo mismo? ¿Alguno ha reconocido que nombraba a su cuñado o su padre por ser eso, el cuñado o el padre? No, siempre se han amparado en los méritos de éstos (normalmente incomprobables por parte de la ciudadanía). ¿Tan difícil es entender que si alguien es un genio en algo, pero tiene la mala suerte de ser familia, ex-pareja o pareja de un representante público, no puede ocupar un cargo que dependa de este último, y cuyos emolumentos provengan del erario? ¿Ni tampoco obtener una concesión ni una contrata, por adecuada que sea su empresa? Resulta en verdad vergonzoso y desalentador que los sermoneadores se comporten con la misma desfachatez que aquellos a los que hasta ayer sermoneaban. Y de nuevo nos encontramos con la terrible pregunta de si es primero la gallina o el huevo: ¿se dedican a la política quienes buscan un medio para corromperse, o en cuanto los limpios entran en ella y manejan dinero ajeno, se corrompen en alto número? Las dos respuestas, me temo, son igual de deprimentes

jueves, 7 de julio de 2016

Antonio Aramayona ha muerto

Una pena. No apruebo, como él sí hacía, el suicidio, pero lo respeto, como sus ideas, que en gran parte comparto.

martes, 21 de junio de 2016

Resumen del acto de Carolina Bescansa en Ciudad Real

En el acto convocado el 20 de junio en los jardines del Prado de Ciudad Real por Unidos Podemos intervino la Candidata al Congreso por C. Real Ana Belén Jiménez, el candidato al Senado Luis Benítez de Lugo, el diputado autonómico por Podemos José García Molina y la diputada en el Congreso Carolina Bescansa

Se repartieron sombrillas, sombreros y limonada para evitar el calor y se colocaron 120 sillas para todos los asistentes. Unos clowns atendieron a los niños. Asistieron unas trescientas personas como mínimo y antes de empezar se recogieron las preguntas de los asistentes para los invitados y se repartieron varios ejemplares del Programa de Podemos. El acto empezó a las siete y media más o menos, tras atender Carolina a diversos medios de comunicación. Asistieron además miembros de los círculos de Puertollano, Malagón, Tomelloso etcétera y el acto fue transcrito a lengua de signos simultáneamente para que pudieran enterarse los sordomudos.

Primero intervino Luis Benítez de Lugo, arqueólogo y profesor candidato al Senado por UP. Dijo que ha fracasado el bipartidismo, no la gente; Podemos ha demostrado desde 2014 que es posible hacer una nueva política.  El conjunto que forma UP (IU, EQUO y PODEMOS) se ha mostrado más fuerte que la suma de sus partes y la labor es devolver la voz de la gente a las instituciones. El Senado, según la Constitución, posee dos atribuciones importantes: cambiar la ley electoral y organizar la estructura territorial. Y es muy poco representativo: con el 40% de los votos de la provincia el PP posee el 75% de la representación en esa cámara. Eso hay que cambiarlo: el Senado tiene que servir a la gente y no a los poderosos: sirve ahora de “retiro dorado” a ellos y a los exalcaldes. La sonrisa es el emblema de Podemos: no debe haber política inspirada en el terror sino en la paz. “Cospedal, no queremos más tus políticas; PP, fuera de Castilla-La Mancha… Un gobierno de cambio es posible”

A las ocho y cinco intervino la segunda candidata al Congreso por UP, Ana Belén Jiménez. Dijo que subía a las tablas por vez primera; es valdepeñera y de familia humilde: estudió en la enseñanza pública y ha pasado 20 años de su vida trabajando en una sanidad también pública. ¿Conoce mejor esas instituciones un registrador de la propiedad? Es madre y ama de casa ¿conoce mejor la economía doméstica que un doctor en economía y empresa? Es donante de órganos, pertenece a la ACNUR y a la Asociación contra el maltrato y cederá parte de su sueldo a programas solidarios. ¿Va a hacer eso un consejero de Bankia? Le dio las gracias a Carolina Bescansa por haber cofundado Podemos: “Si no lo hubiera, habría que inventarlo”. 

No le gustan los neumáticos de Seseña, el amianto de Toledo, la central nuclear de Villar de Cañas, el TTIP, el impuesto al Sol, el proyecto de minería de tierras raras, que los manchegos vayan a curarse a Madrid en clínicas privadas y que las enfermedades extrañas las atiendan también allí, obligando a desplazarse a las familias de los enfermos; las contratas misteriosas, la falta de personal que redunda en el estrés del existente, la pobreza energética, la pobreza pura y simple y cada vez mayor, los pederastas, las inmatriculaciones, el IBI que solo pagan algunos, las tarjetas black, los minusmileuristas, la corrupción, la esclavitud sexual, el proxenetismo, la  violencia de género y el “la maté porque era mía”, que cobre menos la mujer por el mismo trabajo y que tenga que criar sola sus hijos sin ayudas volviéndose más pobre, que la mujer se pase la vida siendo una esclava de sus hijos, luego de sus mayores y por último de sus nietos porque sus hijos no tienen conciliación laboral, y, aún peor, que esto no se valore… Hace falta también una ley de educación que asegure la coeducación. Y todo eso se puede cambiar, exclamó. “¡Sí se puede! ¡Qué no os engañen!”

José García Molina comenzó su intervención diciendo que “huele a flores, pero también al cambio. ¡Bienvenidos al nuevo país que vamos a construir entre todos!“ y citó a Thomas Jefferson: “Prefiero más los proyectos, ideas, sueños de futuro que las historias del pasado”, algo que, cuando es pasado es más de pesadilla que de otra cosa es preferible mil veces. Añadió que la contienda electoral era un ring donde se enfrentaban Cospedal y todos los mayores que, como sus padres andaluces analfabetos, emigraron a Cataluña a trabajar para criar una familia, de forma que su nieto pudo trabajar como profesor universitario en Talavera, algo que le hacía reflexionar cuando veía a sus alumnos salir “con título y sin trabajo” y tener que emigrar como ellos a Europa. Por eso, dijo, “a Cospedal no la echaron ni Luis ni yo, sino la gente”. Habló de lo que en el acto anterior dijo Echenique: “Hay gente que no cambia su voto, pero ha cambiado sus valores”, y se dirigió a quienes tienen aún los mismos valores, a los socialistas de corazón para que votaran a Podemos. Dijo que “ya está bien de cementerios: Seseña, el nuclear y el de Ciudad Real”, aludiendo al hecho de que se diera un pelotazo espectacular en la época de Rosa Romero cuando el ayuntamiento compró, para ampliar el cementerio, algo que después no se hizo, un terreno por cinco millones de euros, cuando su propietario lo había comprado solo tres meses antes por un millón setecientos mil. Y con esto acabó su intervención.

Habló después Carolina Bescansa. Afirmó que los representantes de Podemos sufren todo tipo de ataques continuamente. “Nos tratan mal porque tratan mal al pueblo” pero “somos mayoría y la minoría son ellos”. No se ganan votos con tertulias en televisión, sino en las tertulias familiares en la cocina. El cambio se dirime en pocos votos y según la última encuesta de Sigma 2 ya existía igualdad de votos entre PP y Podemos. Agradeció el trabajo y esfuerzos de las humildes personas que han montado el acto y especialmente de las mujeres. Indicó que su propósito era convencer sobre todo a los que todavía no son de Podemos y que había venido a este jardín como a una plaza pública, el único lugar donde nadie puede negar el derecho de reunión, como con frecuencia se hace. Que su labor era ante todo agradecer y explicar “el programa electoral más participado de la historia de la democracia”, donde se ha consultado a centenares de expertos y a toda la gente que ha sido posible para que hicieran propuestas “con la intención de escribir una ruta para sacar de la crisis a nuestro país”. Comentó que era también “el programa más leído de la historia de la democracia” y añadió que los partidos políticos del bipartidismo nunca han tenido mostrado excesivo interés en divulgar su programa. La propuesta más votada fue que “si un gobierno no cumple lo que promete, la gente tenga derecho a convocar un referéndum y echarlo”. Mencionó a los muchos expertos que se consultaron y que llegaron a la conclusión de que “la crisis y la corrupción son la misma cosa”. Los imputados se presentan a las elecciones con todo descaro. Mencionó de nuevo el pelotazo popular del cementerio de Ciudad Real, que supuso al pueblo pagar cuatro veces más de lo que valía y mencionó que los expertos aseguran que eso es incluso más de lo que es la corrupción: “El 25% de las licitaciones en España es corrupción”, un total en nuestro país de 48.000 millones de euros, justo lo que se necesita para resolver nuestro problemas. Y dijo que no se roban billetes, sino puestos de trabajo, plazas de guardería y de hospital, etcétera. Es imposible que el sector privado reinicie la economía, porque en España está formado fundamentalmente por PYMES, así que el motor para reactivar la economía debe alejarse de los cuñados y los yernos y ser el sector público. Reformar el mercado de trabajo y reactivar el consumo familiar, así como asumir una política fiscal expansiva, “echando a los chorizos de las instituciones” debe bastar para sacar al país de la crisis.  Como dijo el 15 M, “no hay pan para tanto chorizo”, y ahora están los chorizos temblando. “Que la gente tenga dinero para que las PYMES puedan funcionar” es el secreto de la reactivación económica que persigue Podemos, así como recuperar derechos y puestos de empleo en el servicio público. Es importante también reducir la factura energética para no depender tanto del petróleo. Sobran políticos en los consejos de administración de las Eléctricas que lo obstaculizan cobrando impuestos al Sol.

Mencionó el hecho de que un niño de 6 años le preguntara qué iban a hacer para crear trabajo; eso la horrorizó, y se contestó que lo necesario para que niños de seis años no tuvieran necesidad de preguntar eso. Hay que evitar que la infancia quede en riesgo de pobreza. Volvió a mencionar que “ya estamos, según encuestas, en empate técnico con el PP, Partido del no se Puede”, y mencionó la necesidad de expandir el mensaje de Podemos dejándose la piel en las “tertulias de cocina”, que son las que importan, estudiándose el programa. “Hay que estudiar”, conminó. Tiene especiales ganas de restregarle en las narices a Mariano Rajoy lo de que “debe gobernar la lista más votada”, y las encuestas internas dicen que es posible. Terminó su intervención diciendo que “¡Vamos a ganar el futuro y el presente!”

Después hubo un turno de preguntas hechas por el público. La primera fue “en qué va a afectar el TTIP a Castilla-La Mancha”; contestó Luis Benítez de Lugo: hará que las denominaciones de origen de productos por las cuales es famosa: el vino, el queso, la berenjena de Almagro, puedan ser producidas por estadounidenses sin cortapisas y no valgan para nada.

La segunda pregunta fue “cómo es el proyecto educativo de Posemos”. Contestó Molina: será una educación sin recortes, sin privilegios para la concertada y que apueste por la educación pública, cuyo propósito sea reducir el fracaso escolar y siga el modelo de Finlandia, donde el fracaso escolar se ha reducido al 0’2 %.

Por último se preguntó cuál era la política de UP para combatir el paro. Carolina Bescansa contestó que era crear inversión pública mediante la ley de dependencia, una política fiscal expansiva y un fomento y protección de las PYMES.

Y así concluyó el acto cuando eran ya las nueve de la noche.

domingo, 12 de junio de 2016

Javier Marías critica a Podemos

Javier Marías, "Veamos a quien admiras", en El País Semanal, 12-VI-2016:

POCO  antes de las elecciones del pasado diciembre escribí aquí una columna titulada “Casi cualquier prueba”, en la que repasaba la catastrófica legislatura bajo el Gobierno de Rajoy y expresaba mis dudas y reparos ante los demás partidos. Y terminaba diciendo: “… con todo y con eso, casi cualquier prueba, casi cualquier riesgo, me parecen preferibles a continuar en la ciénaga de los últimos cuatro años”. Tuve la precaución del “casi”, porque siempre es preciso tenerla. Son ya demasiadas las ocasiones en las que uno cree que no puede existir un gobernante peor del que se sufre, y la experiencia le demuestra lo contrario, que siempre es posible empeorar. Sin alejarnos mucho, ¿parecía imaginable alguien más dañino y falaz que Bush Jr y Cheney al frente de los Estados Unidos? Ahora corremos el riesgo de que esté a su mando Donald Trump.

En aquella columna escribía del PSOE: “… no es seguro que haya abandonado la idiotez generalizada que lo dominó durante la época de Zapatero”, y añadía: “Esa idiotez, pero agravada, la ha heredado IU bajo el liderazgo de Alberto Garzón; y en cuanto a Podemos, una necedad similar compite con resabios de autoritarismo temible”. Han transcurrido seis meses y algo más sabemos acerca de esta última formación. Pero no mucho, en realidad (aparte de que haya engullido a la penúltima). Si uno quiere saber qué pretenden y cómo gobernarían sus dirigentes, se encuentra con un batiburrillo oportunista. Han cambiado de postura y “lugar” tantas veces (somos “anticasta”; no, de extrema izquierda; no, socialdemócratas; no, de centro; no, de los de abajo; no, “transversales” en general) que lo único que se saca en limpio es que es gente dispuesta a lo que sea con tal de conseguir poder. Su objetivo más visible es el siguiente: sobrepasar al PSOE para después desmenuzarlo; erigirse en principal partido de la oposición y aguardar a que el PP siga hundiéndose y hundiendo al país hasta que la población, desesperada, quite mi cauteloso “casi” y prefiera cualquier prueba, cualquier riesgo, antes que seguir padeciendo las injusticias y la inoperancia de Rajoy o su sucesor.
Ante un partido como Podemos, dado al travestismo, el embarullamiento y la adulación del elector, dominado por una figura tan demagógica y taimada como Pablo Iglesias, sólo ayuda fijarse en quiénes son sus amigos y benefactores, y a quiénes admira, para intuir a qué atenerse y qué se puede esperar de él. Por supuesto, están el golpista militar Chávez y su caricatura Maduro, a quienes varios de sus líderes aconsejaron y sirvieron con apasionamiento y remuneración: es decir, un par de autócratas desastrosos para su país, que desprecian la democracia. Están Tsipras y Varufakis, de Grecia, a los que en estos momentos no conviene poner de ejemplo, aunque parecieran mucho más honestos y bienintencionados que los dirigentes de Podemos. Está a ratos Putin, y Bildu en el País Vasco, con el que han establecido alianzas. Ahora está Arnaldo Otegi, al que abrazan y juzgan “un hombre de paz”, como si nada hubiera tenido que ver con ETA en sus años más virulentos. Y desde luego está Julio Anguita –al que también abrazan–, uno de los políticos más injustificadamente presuntuosos y perdonavidas de nuestra democracia, y cuyo mayor logro (la famosa “pinza” de los noventa) fue aupar a Aznar al poder; y a Aznar, su compañero de conspiración, lo sufrimos ocho años. Iglesias se proclama “discípulo” de él (de Anguita, aunque en su megalomanía y su autoritarismo recuerde muchísimo a Aznar). No está de más recordar que, declarándose Podemos un partido feminista, sus dirigentes no tuvieron el menor reparo en trabajar para –y cobrar de– un canal de televisión financiado por Irán, donde las mujeres están sojuzgadas en todos los ámbitos. La impresión se confirma: lo que sea para conseguir poder. Por último, no olvidemos entre las admiraciones la excelente serie Juego de tronos, pobre, que el susodicho Iglesias no cesa de manosear y tergiversar: si le gusta tanto es porque, según él, ilustra el pensamiento político de Maquiavelo, Gramsci y Carl Schmitt (que inspiró mucho al nazismo), y enseña que lo que importa es el poder crudo, el de la fuerza. Es difícil saber si George R. R. Martin se moriría de risa o se pegaría un tiro en el paladar al oírle, al ver su imaginativa creación reducida a semejante ramplonería de pedantuelo profesor incapacitado para entender la ficción.

Pero hay un elemento o guía más: la actitud de los entusiastas de Podemos, sin parangón con la de los de ningún otro partido, incluido el PP. Cuando en política aparece un fervor religioso; cuando la pertenencia a una formación se asemeja a la pertenencia a una secta, y hay un caudillo; cuando sobre sus críticos cae inmediatamente una lluvia de insultos mezclada con alguna lección adoctrinadora para que esos críticos “abran los ojos y abracen la fe”; cuando desde ese partido se habla de “regular” y “controlar” la prensa, y de pedir “adhesión” (palabra franquista donde las haya) a los jueces y a los cargos públicos; entonces, cuando todo eso se junta, sólo toca alejarse corriendo.

miércoles, 8 de junio de 2016

Juego de tronos

Se acerca el verano. Bajo el emblema de la Septa / Sexta se está juzgando a un Pepénister, cuya divisa es "un Pepénister siempre aumenta la deuda pública y baja a la mitad el fondo de pensiones". Es por el asesinato de su sobrino (esto de los parentescos corruptos y degenerados es muy de los poderosos), el rey Grajjroy, que pereció al beber un botellín envenenado. Entre los testigos figura el eunuco Varys, que declara a favor del Pepénister. Desairada, Sorayei exclama:

-Si no puedo tocarle los huevos draconianos, al menos le tocaré las narices, os lo juro.

Han dado por muerto a John Coletis, pero el hombre no hace otra cosa que resucitar e ir ganando votos y sumando fuerzas, al igual que Daenerys al otro lado del mar Angosto. Todo el mundo ve claro que, si el trono de lata no encuentra culo, los diecisiete reinos autonómicos se van a ir a la mierda. Los europeos presionan al otro lado del muro pirenaico y la Guardia de la  Noche no da abasto. Incluso se ha celebrado un debate a muerte para resolver el asunto, pero los caballeros no han hecho otra cosa que salir en pelotas en los carteles y darse besazos en pleno hemiciclo. Es más, el Pepénister se ha escapado a pesar del cuidado del manazas del rey, Fernández Díaz, quien teme las iras de Sorayei; como es enano, se ha filtrado por una rendija y se ha marchado a Essos y con Essos. Las desgracias del reino no dejan de sucederse y ya no es posible saquear como antes: Soria quedó inválido al caerse de un Guindos, Mato fue desterrada por hacer honor a su noble apellido y por último, esa tremenda boda rojo / púrpura entre Podemos e IU ha decapitado las últimas esperanzas de lograr instalar un culo Pepénister en el trono de lata, que tiene la forma de suntuoso orinal. Y, sobre todo, hay un miedo horroroso y tenaz que se esparce por todo Poniente, porque... se acerca el verano.

miércoles, 1 de junio de 2016

Acto de Unidos Podemos en Ciudad Real

Al mitin en Ciudad Real de Unidos Podemos (martes, 31 de mayo de 2016), celebrado el mismo Día de la Comunidad de Castilla-La Mancha, concurrió un mínimo de mil doscientas personas. Hubo banderas republicanas y pancartas de Podemos e Izquierda Unida y el acto se desarrolló en perfecta paz y concordia.

En primer lugar intervino la concejala de Ganemos en el Ayuntamiento de Ciudad Real, la trabajadora social Nieves Peinado, que fue recibida por el público con el “Cumpleaños feliz”, ya que en efecto era el día de su natalicio. Después, entre gritos de “Presidente“ y “El pueblo, unido, jamás será vencido”, “Sí se puede”, “Juani diputada” etcétera empezó el acto a las doce y cuarto bajo la bandera nacional que preside la Plaza de la Constitución. Peinado afirmó que había que devolver las instituciones públicas a la gente que las había creado y abogó por generalizar la igualdad de derechos entre hombres y mujeres; explicó, además, que en el 26J había que convencer a la gente de que a veces, para mantener los principios, es preciso cambiar el voto.

Intervino después la senadora por Podemos Virginia Felipe, quien expuso su experiencia como mujer discapacitada en un Senado nada adaptado para facilitar el acceso y presencia de estos ciudadanos, así como sus esfuerzos porque se acondicionara debidamente. Afirmó que los derechos son iguales para todos y que se deben exigir activamente en todos los órdenes de la vida. Intervino después el diputado por Podemos a las Cortes de Castilla-La Mancha David Llorente Sánchez, quien se congratuló de haber podido expulsar del gobierno de Castilla-La Mancha a María Dolores de Cospedal y a sus dañinas y costosas políticas, mencionando entre sus logros la paralización del proyecto de “minería de tierras raras”, entre otras notables iniciativas.

La Presidenta de la Comisión de Garantías Democráticas y candidata de Podemos en Toledo Gloria Elizo insistió en la lucha por la igualdad de derechos entre hombres y mujeres. Juana Caro candidata de Unidos Podemos por Ciudad Real, insistió en mantener la igualdad, los derechos y servicios públicos, haciendo especial hincapié en su lucha contra el maltrato.

Por su parte, José García Molina hizo un paralelo entre lo que se esperaba de ellos al entrar en el gobierno manchego y lo que han podido conseguir a pesar de las numerosas vacilaciones y dificultades que han tenido que sufrir por parte de sus socios socialistas de gobierno; señaló entre sus logros el haber podido rebajar el déficit y al mismo tiempo aumentar las políticas sociales.

Alberto Garzón, coordinador de Izquierda Unida y miembro de ATTAC, comenzó su intervención aludiendo a que la plaza pública era el germen de toda democracia y criticó las políticas de recortes sociales, sanitarios y educativos del PP, así como de la libertad civil de protestar, asesinada por la ley mordaza, y denunció la privatización de lo público invitando a reconquistarlo desde las plazas, en cuyo corazón afirmó que se encuentra toda representación democrática. “¿Quién tiene miedo a la confluencia? Los que han saqueado este país”. Por ello, declaró, “en estas elecciones no nos jugamos una legislatura, nos jugamos el futuro de varias generaciones”. Será importante además, afirmó “dialogar, tender puentes” dependiendo de cómo quede el mapa político. En todo caso, ha incidido en que el objetivo de Unidos Podemos es “ganar al PP”, afirmó que las encuestas atestiguan que existe una posibilidad real de hacerlo y, en este sentido, remachó que, "si cada uno convencemos a 10 personas cambiaremos este país […] Imaginad todo lo que vamos a poder hacer si ganamos el gobierno para la gente […] El verdadero poder de la confluencia es el de parar desahucios y defender los Derechos Humanos” Terminó su alocución con un "¡Salud y República!".

 Por su parte, Pablo Echenique resumió en “el cambio de la gente corriente” la idea fundamental de Podemos: la necesidad de que el mensaje político se vuelva didáctico y vaya calando profundamente en todo el país. “La patria es la gente”, afirmó. Es importante por ello en combatir la desigualdad en que vive la mayoría del país con dosis de pedagogía: “tres millones de españoles han dejado de ser clase media” y, aunque no somos el 99% por ciento contra el 1%, sí somos un 90% de masa empobrecida contra un 10% de enriquecidos injustamente. Y es preciso trasladar a las urnas esa mayoría social. “Muchos han dicho, que nos venía grande esto de cambiar las cosas, que teníamos que dejárselo a los que se habían encargado hasta ahora, como Rato”. Pero, gracias a esta “brillante gestión” tenemos “un billón de euros de deuda pública, la hucha de las pensiones saqueada y tenemos al alcalde que quiere que sean los vecinos el alcalde”, lo que ha despertado una suma hilaridad entre el público. Por otra parte, “del lado del cambio, estamos la gente corriente, que lo primero que hemos hecho es bajarnos el sueldo”. Y, señalando a García Molina y a David Llorente, ha dicho que “son dos héroes que se colaron en las Cortes contra la ley electoral de Cospedal”. Finalmente, ha aludido a “los ayuntamientos del cambio y su gran labor a pie de calle”.

miércoles, 10 de febrero de 2016

Bernie Sanders, un podemita que aspira a ser presidente de EE. UU.

Sanders promete ser el azote del poder establecido. El senador de Vermont escenifica con su victoria el giro del Partido Demócrata hacia la izquierda.
Bernie Sanders ganó este martes el pulso a Hillary Clinton en las primarias de New Hampshire. Y cuando subió al escenario a celebrarlo en un instituto de secundaria de Concord, la pequeña capital del Estado, el público empezó a taconear en el suelo como si quiera provocar un terremoto. El sanderismo no ha adquirido la categoría de seísmo, la ex secretaria de Estado sigue favorita en la carrera por la Casa Blanca, pese al tropiezo, pero no le queda duda de que no resultará precisamente un paseo.
El motivo es un veterano izquierdista de 74 años que ha capitalizado el descontento social y arrasado entre los jóvenes, con el que empató en Iowa y ha perdido ahora. No hay terremoto, pero las placas tectónicas se mueven.
Tras retirarse el tercero que aún había en discordia la semana pasada, en los caucus de Iowa (el exgobernador Martin O’Malley), la carrera demócrata es ahora cosa de dos y el senador de Vermont ha ganado la batalla de esta noche con el 60% de los votos y 20 puntos de diferencia. Con el 73% escrutado, Sanders se lleva 13 delegados, frente a los 7 que se queda Clinton.
La victoria es una inyección de adrenalina para la revolución sanderista, para la izquierda pura, la derivada política del movimiento Ocupa Wall Street, esa versión estadounidense de lo que en España fue el 15-M. Es oxígeno para unas ideas que, en definitiva, hasta ahora se movían en los márgenes de la política americana. Esta noche en New Hampshire, un Estado de 1,3 millones de habitantes y un elevado voto independiente, se convirtieron en corriente central.
Sanders se ha hecho con un espacio ideológico que nadie estaba ocupando en el partido demócrata y es muy consciente de que ha cosechado votos que en otras primarias, en otras elecciones presidenciales, se quedaban en el sofá renegando de la política. Por eso esta noche, con los resultados en la mano, el senador lanzó un mensaje muy claro: “Cuando hay mucha participación, ganan los demócratas, cuando hay poca, ganan los republicanos”.
Es lo mismo que comentaba instantes antes Niklas Moran, un treintañero de Nueva York convencido de que la clave está en que Sanders mantenga el tirón entre los hasta ahora no votantes. “Los estadounidenses no somos tan conservadores como la política refleja, lo que pasa es que mucha gente no se implica en las urnas”, decía.
Derrota de Clinton
Clinton no tardó nada en salir a reconocer la derrota ante su rival. “Sé que tengo mucho trabajo por hacer, especialmente con los jóvenes”, dijo, y subrayó un mensaje muy progresista: “Ningún banco es demasiado grande para caer”; “Nadie es demasiado poderoso para evitar la cárcel”; “Subida de salarios”. Y concluyó con una coletilla: “Yo sé cómo hacerlo”. Así puso en valor su experiencia frente a Sanders, una trayectoria en la que destaca su compromiso por los derechos de las mujeres, de los niños o de los homosexuales.
Sanders abarrota los mítines, clama contra Wall Street y contra los ricos, promete una sanidad y una educación gratuita para todos y ve la revolución contra las élites, no como ideal, sino como urgencia. Nacido en el distrito de Brooklyn, Nueva York, en el 41, tiene un perfil comparable al Jeremy Corbyn en el partido laborista británico.
Se ha expandido a lomos del hartazgo ciudadano, de la crisis de la clase trabajadora en Estados Unidos y de un voto joven para el que decir socialismo ya no es alta traición. Pide una revolución y promete ser azote de un establishment con el que muchos progresistas relacionan a Clinton. En la carrera de fondo por convertirse en el candidato demócrata para las presidenciales de noviembre sigue siendo favorita la exsecretaria de Estado. Pero el nerviosismo crece: en 40 años, nadie, salvo Bill Clinton, ha logrado la nominación del partido sin ganar en alguna de las dos primeras pugnas de las primarias, las de Iowa (donde Clinton y Sanders empataron) o las de New Hampshire.

martes, 5 de enero de 2016

La casta de los niños bonitos en Francia

Alex Vicente, "Un país de ‘hijos de’" en El País, 5-I-2016:

Francia está convencida de su ‘egalité’, pero la realidad es que son los poseedores de ilustre patronímico quienes ocupan desde consejos de administración hasta portadas de revistas

¿Qué tienen en común Marine Le Pen y Léa Seydoux, heroína de la ­última película Bond? ¿Qué comparte un actor como Louis Garrel con el empresario François-Henri Pinault? ¿Y en qué se parece la ex líder socialista Martine Aubry a la nueva imagen de Chanel, Lily-Rose Depp? La respuesta es sencilla: todos ellos son hijos de. Son las cabezas ­visibles de una nueva aristocracia que se ­extiende a lo largo y ancho de la sociedad francesa. No tendrán sangre azul ni alto copete, pero han logrado ocupar todas las sedes del poder, desde consejos de administración y gabinetes ministeriales hasta portadas de revistas. Su única arma es contar con un patronímico ilustre, convertido en la mejor herencia que tus progenitores te puedan dejar.

Así suena la tesis de dos periodistas de investigación, Aurore Gorius y Anne-Noémie Dorion, que acaban de publicar en su país Fils et filles de… (La Découverte), un ensayo que se adentra en los círculos de esos retoños de familias pudientes en la patria de la supuesta égalité. Las autoras descubrieron que frecuentan los mismos colegios, ya sean inmemoriales instituciones católicas o escuelas Montessori de educación bilingüe. Luego aprenden a jugar al tenis o a montar a caballo en los mismos clubes para happy few y, durante la adolescencia, frecuentan los mismos rallies, exclusivos cenáculos de socialización para los hijos de la aristocracia y la alta burguesía. No es extraño que terminen emparejándose o, por lo menos, trabajando en los mismos lugares, donde se apoyan inevitablemente en la escalera que conduce al poder.

Hace medio siglo, el sociólogo Pierre Bourdieu ya denunció los mecanismos que garantizaban la reproducción de esos privilegios y fortificaban la jerarquía social preexistente. Describió a un país que, pese a creerse plenamente igualitario desde los tiempos de la Revolución –la nobleza quedó oficialmente abolida en Francia en 1789–, se seguía dividiendo “entre herederos y desheredados”. Las autoras del ensayo afirman que la situación no ha mejorado. Más bien lo contrario. “Esa nobleza nunca dejó de existir. Cincuenta años después, esos herederos no solo figuran en la esfera económica y política, sino también en el ámbito cultural”, afirma Gorius. El libro arranca con una lista interminable de hijos de que dominan el mundo del espectáculo, como Vincent Cassel, Chiara Mastroianni o Charlotte Gainsbourg, quien acaba de protagonizar una campaña publicitaria al lado de… su propia hija. “Es como si el propio apellido se hubiera convertido en un negocio”, apunta la autora, para quien “la división entre las élites y el pueblo es un problema central en la Francia de hoy”, convertida en “una sociedad sin combustible, donde el ascensor social ha dejado de funcionar”.

Los expertos dicen lo mismo desde hace tiempo. El economista Thomas Piketty advierte que las desigualdades aumentan desde los ochenta, mientras que el joven sociólogo Camille Peugny ha alertado que el determinismo sigue plenamente vigente: cerca del 70% de los hijos de obreros siguen ocupando empleos de obrero. Sucede en muchos otros sitios, pero en una nación tan íntimamente convencida de su igualitarismo duele todavía más. “Estas dinastías cuentan con una ventaja considerable respecto al resto: la inmortalidad simbólica. Cuando uno se apellida Peugeot, vive de una manera distinta, como si diera continuidad a lo que hicieron sus ancestros”, explica el sociólogo Michel Pinçon, que lleva décadas estudiando a las clases acomodadas junto a su esposa, Monique Pinçon-Charlot. “En cambio, un hijo de obrero no sabe ni cómo se llamaban sus tatarabuelos. El efecto en la autoestima de unos y otros no es el mismo. Los hijos de no se sienten seres aislados, sino eslabones de una estructura superior que, a la vez, les confiere la convicción de ser individuos de excepción”. Así les sigue tratando un país que cortó las cabezas de sus reyes, pero sin eliminar la corte.

Vicenç Navarro, Qué hay detrás la defensa de la unidad de España

Vicenç Navarro, Catedrático de Políticas Públicas de la Universidad Pompeu Fabra "Qué hay detrás de la defensa de la “unidad de España”" en Nueva Tribuna, 4 de enero de 2016: 

Este artículo hace una crítica muy fuerte de los argumentos que se están utilizando en España para defender su unidad, argumentos que están ocultando otras realidades que son ni más ni menos que los intereses de la estructura de poder reproducidos a través del Estado bipartidista, y que se consideran amenazados (como ocurrió en el año 1936) por el surgimiento de una España popular y plurinacional.

Una vez más, se está utilizando el eslogan de defender la “unidad de España” para imponer una visión uninacional de España que ha sido causa constante de tensiones en la historia de este país. En 1936, las estructuras de poder, amenazadas por las políticas públicas propuestas por el democráticamente elegido gobierno republicano del Frente Popular, estimularon un golpe militar a fin de impedir las necesarias y urgentes reformas (que hubieran afectado negativamente a sus intereses económicos y financieros), intentando justificar tal golpe con el argumento de que estaban defendiendo la unidad de España, unidad que, por cierto, nadie estaba amenazando. En contra de lo que las derechas golpistas y sus herederas han sostenido siempre, el President Companys y el gobierno de la Generalitat que él presidia no eran separatistas y no querían desunir España, sino redefinirla, exigiendo que el Estado español reflejara su plurinacionalidad, reconociendo la identidad nacional de Catalunya dentro de una federación española. En realidad, el independentismo históricamente ha sido un movimiento minoritario en Catalunya. El hecho de que, aun siendo una minoría, haya alcanzado hoy un porcentaje tan elevado se debe primordialmente a la intransigencia del Estado central (hoy gobernado por un partido que tiene sus raíces históricas en las fuerzas políticas que dominaron la dictadura que siguió al golpe militar) a reconocer la plurinacionalidad de España y la identidad de Catalunya como nación. Y es inevitable que, de persistir esta resistencia, rigidez e intransigencia, esta minoría pueda convertirse en una mayoría, abriéndose así la posibilidad de una desunión de España. Hoy, los máximos facilitadores de la desunión de España son precisamente los que justifican su intolerancia y dogmatismo bajo el eslogan de “defender la unidad de España”.

Los resultados de la Transición inmodélica

Las enormes tensiones que vive hoy España son resultado de que la mal llamada “cuestión territorial” no fuera resuelta durante la transición inmodélica, una transición que fue resultado de un enorme desequilibrio de fuerzas que existía en aquel momento entre los herederos de los vencedores y los herederos de los vencidos de la Guerra Civil. Los primeros impusieron su modelo uninacional (centrado en la capital del Reino, que tiene poco que ver con el Madrid popular), reprimiendo la visión plurinacional de España. En este sentido, los famosos artículos 2 y 8 de la Constitución fueron impuestos por la Corona y por el Ejército (ver mi artículo “Franco ganó la guerra, la postguerra y la transición”, Público, 26.11.15).

Ahora bien, estamos viendo el fin de aquel modelo de Estado uninacional. Los crecientes movimientos contestatarios hacia el Estado uninacional español que han aparecido en Catalunya, en el País Vasco, en Asturias, en Galicia, en el País Valenciano, en Cantabria, en Navarra, en las Islas Canarias y también en Madrid, entre otros, están exigiendo otro Estado que, basado en la profundización de la democracia, acepte el derecho a decidir de los distintos pueblos y naciones de España, tal como las izquierdas habían pedido durante la clandestinidad, en su lucha contra la dictadura de los vencedores de la Guerra Civil.

La redefinición de España

Es en este contexto que hay que evaluar lo que está ocurriendo estos días después de las elecciones del 20D, cuando se está maliciosamente señalando que, tal como ocurrió en 1936, la demanda de las izquierdas (excepto el PSOE) de redefinir España es, en realidad, una llamada a romperla. Es importante señalar que, aun cuando esta respuesta es predecible en las derechas españolas, caracterizadas por su limitadísima cultura democrática y por su visión centralista del poder, es incoherente y opuesta a la sostenida por el PSOE de la clandestinidad, que durante la heroica lucha de la resistencia antifascista había exigido el derecho a decidir para Catalunya y para otras naciones y pueblos de España, tal como consta en los documentos de sus congresos. Fue durante la Transición cuando el PSOE se adaptó al Estado uninacional español, pasando a formar parte de él, estableciéndose así un bipartidismo que ha gobernado las instituciones del Estado central hasta la fecha. Esta adaptación del PSOE se hizo a costa de renunciar a los principios sostenidos por sus antecesores.

El bipartidismo en el Estado español (favorecido por una ley electoral muy poco proporcional) surgió dentro de un contexto en el que las derechas continuaron siendo enormemente poderosas. Y este poder incluyó el poder de reprimir la recuperación de la memoria histórica, es decir, de la historia de este país, continuando una tergiversación que ocultaba lo que había pasado en el país, reprimiendo la otra visión de España, a la que se continuó presentando como la “anti España”, cuando en realidad esta era la España real y popular, la España plurinacional, que está emergiendo ahora de nuevo. Es importante subrayar que esta España popular y plurinacional conjugaba un compromiso con el bienestar social de la población con un respeto y apoyo a su diversidad plurinacional. No es coincidencia que el Estado uninacional que ha persistido durante el periodo 1978-2015 haya sido también un Estado con escasísima dimensión social, siendo uno de los Estados con menor gasto público social por habitante, con menor gasto público, con políticas fiscales más regresivas y con mayores desigualdades de la Unión Europea.

Ni que decir tiene que el PSOE, cuando gobernó, redujo el enorme déficit de gasto público social que heredó de la dictadura, aunque sin eliminarlo. El enorme dominio de las derechas en el aparato del Estado llamado democrático, continuador del Estado dictatorial, imposibilitó la eliminación de tal enorme déficit del gasto público social de España. Y la respuesta del gobierno PSOE a la crisis fue el inicio de las reformas laborales regresivas y de los recortes de gasto público social que el PP expandió, reformas y recortes que contribuyeron enormemente a profundizar la crisis y al gran retraso de su insignificante recuperación. De ahí su enorme pérdida de popularidad. Su inexistente autocrítica, tanto en las áreas económicas (donde el candidato Pedro Sánchez nombró como su mayor asesor económico a Jordi Sevilla, bien conocido neoliberal que aconsejó las bajadas de impuestos en la época de Zapatero, y a Larry Summers, principal ideólogo de la desregulación financiera durante el gobierno Clinton, responsable de la enorme crisis bancaria estadounidense) (ver el documental Inside Job) como en las áreas políticas (continuando con la defensa del Estado uninacional), está llevando al PSOE a una situación enormemente problemática. La defensa de la “unidad de España” es, en este contexto, la defensa del Estado bipartidista que ha gobernado la España uninacional. Cuestionar la España uninacional es debilitar al Estado bipartidista.

La defensa por parte del PSOE del Estado uninacional es la defensa del bipartidismo

Al adoptar el argumento de defender la unidad de España, el PSOE está, junto con el PP y con Ciudadanos (el partido del IBEX-35), defendiendo el Estado uninacional responsable del retraso social de España. No es por casualidad que hoy en España las fuerzas más comprometidas con los cambios en la esfera social sean también las más comprometidas en establecer una España plurinacional. Los programas electorales están ahí para el que los quiera ver. Hoy, las izquierdas auténticamente transformadoras están pidiendo una revolución social y democrática, orientada a mejorar el bienestar de las clases populares, junto con una revolución política, exigiendo una transformación radical de las mal llamadas instituciones representativas que incluya la incorporación del derecho a decidir como medida profundizadora de la deseada democracia. Son estas fuerzas políticas favorables al cambio las que están generando una enorme resistencia liderada por el Estado uninacional gobernado por el bipartidismo, que ve en esta demanda una amenaza no a la unidad de España, sino a la perpetuación de dicho bipartidismo.

El discurso del Rey: más de lo mismo

En este aspecto, el discurso del Rey fue sumamente predecible, no variando ni un ápice el discurso característico de la visión uninacional, insistiendo en la necesidad de obedecer la Constitución y las leyes, sin hacer referencia ni a las enormes crisis económicas y financieras (consecuencia de la aplicación de las políticas públicas que los gobiernos españoles han impuesto a los distintos pueblos y naciones de España) ni al deseo de cambio del Estado, centrándose, en su lugar, en el deber de los españoles de defender a la nación española, alertando de que la desobediencia a las leyes será seriamente castigada, pues (confundiendo leyes con democracia) indicó que el deber del ciudadano es obedecer las leyes, haciendo caer sobre aquellos que desobedezcan estas leyes y la Constitución (el marco de todas las normas) todo el peso del Estado. Y para remarcar esta alerta, el monarca dio su discurso desde el Palacio Real, sede del poder borbónico, remarcando el simbolismo de que se escogiera tal espacio, un espacio central en la historia del imperio español, imperio conseguido a base de las armas. De ahí que, según la Constitución, el Jefe del Estado (y nunca mejor utilizada la expresión de “Jefe del Estado”), el monarca, sea también el Jefe del Ejército.

Por lo visto, se le escapó al monarca la paradoja que significó que en su discurso se refiriera a las consecuencias negativas que había tenido para España la falta de respeto a la ley consensuada por la totalidad de la sociedad, y que lo hiciera precisamente en el lugar -sede del Poder Real- donde simbólicamente se había consumado el mayor acto de desobediencia al poder democrático que ocurrió en España en el siglo XX, cuando una minoría, en el año 1936, se había impuesto a la mayoría, bajo la presión de las armas. Fue en este lugar donde el golpista mayor, el General Franco, se declaró Generalísimo, y también fue en este lugar que se consumó la transición a la democracia cuando se estableció la Monarquía, incorporada en la Constitución en un proceso que el Rey definió como fruto de una gran generosidad, sin aclarar que tal supuesta generosidad (es decir, los que cedieron más en la Transición, que fueron las izquierdas) fue fruto de que estas no tenían ninguna otra alternativa si deseaban la democracia.

Este discurso predecible del Rey señala la dificultad de cambiar el Estado español. Hablar de diálogo, y a la vez dar tal discurso, es de una contradicción elevada que cuestiona la sinceridad de la llamada al diálogo. Parece que está orientado más a estimular la generosidad de los herederos de los vencidos, borrando el punto de inicio del debate. El enorme dominio de las fuerzas que pilotaron la Transición explica la dificultad en admitir que hay otra España, reprimida durante todos estos años, que exige una transformación política y social del país. Oponerse a esta transformación aduciendo el argumento de defensa de la “unidad de España” es, una vez más, ocultar la resistencia de estas fuerzas a perder su poder por encima de todo. Y así estamos.

martes, 15 de diciembre de 2015

Artículo de Pablo Iglesias en Le Monde Diplomatique

Le Monde Diplomatique, julio de 2015

L’Espagne entre deux scrutins. Podemos, « notre stratégie »

Crise financière, paupérisation massive, discrédit des professionnels de la politique : tout aurait dû conduire à un regain de la gauche en Europe. Et pourtant elle piétine presque partout. Cela explique sans doute que les regards se tournent vers l’Espagne, où le parti Podemos a fait preuve d’inventivité stratégique. Un pari que présente ici son secrétaire général.

Pablo Iglesias

Notre stratégie
     
L’attitude de Berlin vis-à-vis d’Athènes lors des négociations ne m’a pas surpris. Même si la Grèce est un Etat faible, le gouvernement Tsipras remet en question le mode de fonctionnement de l’Union européenne sous hégémonie allemande. L’ampleur de la provocation est donc sans commune mesure avec la taille du pays. Par ailleurs, Podemos apparaît désormais comme un acteur politique important en tant que candidat au pouvoir dans la quatrième économie de la zone euro. Or nos camarades grecs nous l’ont dit : nos bons résultats dans les sondages ne constituent pas nécessairement une bonne nouvelle pour eux. Nos adversaires craignent en effet que toute victoire enregistrée par Syriza dope nos propres résultats, qu’elle nous alimente en oxygène. Leur objectif ne se borne donc pas à tenir en échec le gouvernement grec : il s’agit également de barrer la route à d’autres menaces, comme celle que nous représentons à leurs yeux. Mettre Syriza sous pression revient à faire de même avec Podemos, à démontrer qu’il n’y a pas d’alternative. « Vous voulez voter Podemos ? Regardez ce qui se passe en Grèce » : voilà, en substance, le refrain que l’on sert aux Espagnols à l’heure actuelle.

De notre point de vue, Alexis Tsipras s’est montré très habile. Il est parvenu à donner corps à l’image d’une Allemagne isolée, dont les intérêts ne coïncident pas nécessairement avec ceux du reste de l’Europe, y compris en termes de politique étrangère. C’est ce qu’il a tenté de faire valoir auprès de la France et de l’Italie, avec un succès mitigé, mais également auprès des pays de l’Est. Il ne faut donc pas trop s’étonner que l’Allemagne se montre aussi dure lors des négociations.

Nos camarades grecs ont développé une stratégie similaire à la nôtre dans un contexte très différent. D’abord, ils entendent rebâtir la légitimité institutionnelle du gouvernement, laquelle avait été méthodiquement minée, puis détruite. Cela passe par une réforme de l’impôt qui dote l’Etat d’une marge de manœuvre, notamment en termes de politiques publiques, afin de reconstruire le tissu social et les liens détruits par l’austérité. Il s’agit ensuite, au plan extérieur, de générer des contradictions au sein du bloc hégémonique de l’Eurogroupe. Cela s’est traduit, surtout au début, par de timides critiques de la manière dont l’Allemagne gérait la crise européenne. Il ne fait aucun doute que l’objectif était de fissurer le consensus dominant.

Notre stratégie serait différente, d’abord parce que l’Espagne représente 10,6 % du produit intérieur brut (PIB) de la zone euro en 2013, contre 1,9 % pour la Grèce (1). Nous engagerions donc le bras de fer avec la certitude de disposer d’une marge de manœuvre plus importante. Bien évidemment, nous aborderions également la question d’une réforme des traités budgétaires, pour accroître les dépenses publiques en investissements et développer les politiques sociales, notamment les retraites, mais aussi pour mettre un terme à la baisse des salaires qui érode la consommation. Une fois ces réformes acquises, et seulement alors, nous pourrions poser la question de la dette au niveau européen, dans le cadre d’une restructuration visant à lier les remboursements à la croissance économique, par exemple. Seule une stratégie à l’échelle européenne — qui n’existe pas à l’heure actuelle — permettrait d’imaginer un autre paradigme que celui des politiques d’austérité.

Or cette démarche ferait émerger des contradictions chez nos adversaires, notamment au sein des forces sociales-démocrates. Nous sommes conscients de l’immense résistance qu’elle rencontrerait, au sein de l’appareil d’Etat espagnol comme dans l’Eurogroupe ; mais si un pays aussi petit et faible que la Grèce a réussi à devenir un tel facteur d’instabilité dans la zone euro, notre capacité à révéler des contradictions de ce type au sein des forces sociales-démocrates serait d’autant plus grande. Il deviendrait clair que le projet européen n’est pas compatible avec les politiques d’austérité, ce qui ouvrirait un espace politique sur la question économique.

Un si long printemps

Les élections municipales du 24 mai dernier [qui ont vu la victoire de Podemos et de ses alliés à Madrid et à Barcelone] constituent un moment-clé du processus de changement, sans précédent depuis la transition démocratique [engagée en 1975 avec la mort du général Francisco Franco]. Bien que cela ait été plus lent que nous l’attendions — et espérions —, nous sommes arrivés à une situation où le bipartisme ne permet plus de comprendre la vie politique en Espagne. Les deux grands partis — Parti populaire (PP, droite) et Parti socialiste ouvrier espagnol (PSOE, gauche) — ont obtenu leurs pires résultats depuis le retour de la démocratie.

S’ouvre ainsi une situation inédite pour les élections générales (2), puisque la bataille se jouera autour d’un front principal : continuité ou changement. Il ne fait aucun doute que le PSOE tentera lui aussi de se présenter comme une force de changement, mais ce ne sera pas facile (3). Pour Podemos, ces élections représentent au contraire un rendez-vous naturel, puisqu’elles viennent clore le cycle politique ouvert par les manifestations du mouvement du 15-Mai (4). Nous sortons d’un hiver difficile, au cours duquel notre adversaire a pensé pouvoir nous faire échouer. Nous avons pris des coups, mais nous avons tenu, et nous avons abordé ces élections municipales, ainsi que les élections andalouses (5), dans de bonnes conditions. Il nous faut néanmoins tirer quelques leçons de la campagne ainsi que du résultat du scrutin.

Pendant quelques semaines, nous avons été sur la défensive. Mais nos efforts pour nous réapproprier notre discours originel — visant à représenter les classes populaires et à défendre les droits sociaux, en mettant en valeur l’action des mouvements sociaux — se sont révélés le meilleur moyen d’incarner la nouveauté, la régénération. Sur ce terrain, Ciudadanos (Citoyens (6)) n’est pas en mesure de lutter.

Autre leçon : la dénonciation de la corruption comme modèle économique et politique dont le PP serait la clé de voûte permet d’introduire un clivage efficace. Ici, c’est le PSOE qui n’est pas en mesure de lutter contre nous.

Ces deux axes — défense des classes populaires et refus de la corruption, conçus comme les deux faces d’une même médaille — nous ont permis d’être la seule force politique capable de défier le bipartisme dans bon nombre de municipalités.

L’hiver s’achève ; arrive un printemps qui nous conduira jusqu’en novembre. Le terrain ne nous est pas favorable, mais notre présence institutionnelle s’adosse maintenant à une expérience du combat. Il nous faut désormais sortir des tranchées où nous avions dû nous replier ; il ne nous reste que quelques mois.

D’ici là, la possibilité d’accords avec le PSOE est avant tout un problème stratégique, car notre principal objectif —nous avons toujours été très clairs à ce sujet —, ce sont les élections générales de cet automne. De sorte que chaque décision, chaque situation doit être analysée à la lumière de la position dans laquelle elle nous place pour ce scrutin. En même temps, on ne peut ignorer l’ampleur du désir de changement dans la population, ce qui implique de se montrer à la hauteur.

Il y a donc la question des résultats électoraux, bien sûr, mais au-delà, il y a surtout celle de notre capacité à exercer une pression sur les autres forces politiques. Quand on nous demande : « Passerez-vous des accords avec le Parti socialiste ? », nous répondons : « Les socialistes devront d’abord effectuer un virage à 180 degrés. » Nous savons qu’il existe deux tendances au sein du PSOE. La première se caractérise par une logique de système, ou de régime, qui soutient que la priorité est de nous stopper, d’arrêter ce mouvement. Pour eux, cela pourrait se traduire par une grande coalition avec le PP ou Ciudadanos. La seconde raisonne selon une logique de parti : elle sait qu’une telle option conduirait à l’implosion du PSOE et donnerait davantage d’espace à Podemos. La question des accords se réglera donc en fonction des résultats électoraux, mais également de notre analyse des différentes situations, en prenant en compte notre capacité à exploiter les dissensions de nos adversaires. Notamment si, comme les sondages le suggèrent, l’Espagne se dirige vers un système à quatre partis, avec des résultats entre 15 et 25 %.

En Andalousie, la question qui se posait n’était pas de former une coalition. Nous avions fixé trois conditions à notre soutien au PSOE pour qu’il forme le gouvernement régional. Nous demandions tout d’abord la démission de deux anciens présidents de l’Andalousie soupçonnés de corruption (l’un siège à l’Assemblée nationale, l’autre au Sénat). Nous exigions par ailleurs que le gouvernement andalou ne signe aucun contrat avec des établissements financiers qui expulsent des gens sans leur proposer de relogement. Et nous demandions enfin une réduction du nombre d’assistants politiques haut placés, de façon à permettre la réintégration de tout le personnel des écoles et des hôpitaux qui a été licencié pendant la crise. Il ne s’agissait pas d’un programme de gouvernement, mais de trois conditions pour que nous ne bloquions pas la voie au PSOE. Nos résultats ayant été moins bons que ceux du Parti socialiste, notre marge de manœuvre était limitée. Nous essayons de faire en sorte que tout soutien institutionnel de la part de Podemos — y compris lorsqu’il s’agit simplement de ne pas s’opposer à une prise de fonctions — se traduise immédiatement par des mesures sociales qui attestent qu’un changement est possible. (…) Ces demandes ne coûtaient pas un centime ; elles n’accroissaient pas la dépense publique. Le PSOE a choisi le soutien de Ciudadanos.

La création de ce parti a été un coup très malin, non pas tant parce qu’il drainerait directement des électeurs qui se tournaient auparavant vers Podemos, mais parce qu’il affaiblit notre discours visant à nous présenter comme le choix du renouveau et qu’il nous subtilise une partie de l’espace que les médias nous accordaient à ce titre. Il existe désormais un autre « parti du changement », qui présente des traits fort différents, puisque Ciudadanos émerge largement au sein même de l’establishment libéral. Cela nous a conduits à reformuler l’hypothèse Podemos.

Notre objectif-clé a toujours été d’occuper la centralité du champ politique en tirant parti de la crise. Cela n’a rien à voir avec le « centre » politique du discours bourgeois. En termes gramsciens (7), notre but dans cette guerre de positions a été de créer un nouveau « sens commun » qui nous permette d’occuper une position transversale au cœur du spectre politique récemment reconfiguré. A l’heure actuelle, l’espace disponible a été réduit par les contre-attaques de l’élite, à commencer par la promotion de Ciudadanos. Notre tâche s’avère donc désormais plus délicate ; elle requiert une nouvelle intelligence stratégique.

Ces initiatives de l’adversaire ont par ailleurs créé de nouvelles difficultés au sein même de notre camp. D’abord, l’apparition de Ciudadanos nous replace dans une logique que nous avons depuis le début considérée comme perdante : celle de l’axe gauche-droite traditionnel. Nous pensons que sur cette base, il n’y a pas de possibilité de changement en Espagne. Le danger aujourd’hui serait d’être renvoyés à cet axe et d’échouer à définir une nouvelle centralité. Dans ce paysage, le discours plébéien de Podemos, organisé autour de l’opposition entre « ceux d’en bas » et « ceux d’en haut » (l’oligarchie), pourrait être réinterprété comme le discours habituel de l’extrême gauche, ce qui l’exposerait à perdre sa transversalité et le priverait de la possibilité d’occuper la nouvelle centralité. Enfin, nous faisons aussi face au risque — qui représente également un levier potentiel— de la normalisation. Nous n’apparaissons plus comme des outsiders, l’effet de nouveauté s’estompe, mais Podemos a désormais aussi gagné en force et en expérience ; il dispose d’une capacité de représentation accrue. Nous devons impérativement redéfinir ou affiner notre discours afin de déjouer les contre-attaques et de rouvrir l’espace qui nous a été fermé. Ce ne sera pas facile.

Maintenir le jeu politique ouvert

Nous avons été confrontés à un cas d’école lors de la visite officielle du roi d’Espagne au Parlement européen, le 15 avril 2015. Un tel événement nous place devant une question difficile : celle de la monarchie. Pourquoi difficile ? Parce qu’elle nous interdit d’emblée la centralité du terrain. Il existe, grosso modo, deux options. La première, généralement adoptée par la gauche — dont Izquierda Unida (Gauche unie) —, consiste à dire : « Nous sommes républicains. Nous ne reconnaissons pas la monarchie, nous n’irons donc pas à la réception en l’honneur du roi d’Espagne. Nous ne reconnaissons pas cet espace de légitimité pour le chef de l’Etat. » Même si c’est une position parfaitement tenable sur le plan éthique et moral, elle nous place immédiatement dans l’espace de la gauche radicale, dans un cadre très traditionnel. Cela nous aliène instantanément de larges couches de la population qui éprouvent de la sympathie pour le nouveau roi (8), et ce quoi qu’elles puissent penser d’autres questions et indépendamment du fait qu’elles associent l’ancien roi à la corruption de l’ancien régime. La monarchie figure toujours parmi les institutions les plus appréciées en Espagne. (…) Deux options, donc : soit nous n’allons pas à la réception et nous restons coincés dans la grille d’analyse traditionnelle de l’extrême gauche, qui offre très peu de possibilités d’action ; soit nous y allons, et Podemos se mêle à la classe politique, ce qui revient à valider le cadre institutionnel. Bref, à passer pour des traîtres, des monarchistes ou que sais-je…

Comment avons-nous résolu ce dilemme ? Nous y sommes allés, mais sans rien changer à notre façon de nous présenter, avec nos vêtements de tous les jours, en ignorant le protocole. C’est une toute petite chose, mais c’est symboliquement représentatif de Podemos. En outre, j’ai offert au roi les DVD de la série Le Trône de fer (Game of Thrones), en les lui présentant comme un outil d’interprétation de ce qui se passe en Espagne. (...) Bien sûr, c’est une posture délicate à tenir, mais c’est la seule qui nous permette de maintenir le jeu politique ouvert, de manœuvrer au cœur de ces contradictions, bref, de remettre en cause le statu quo, au lieu d’être relégués dans une position pure mais impuissante.

Pablo Iglesias
Député européen et secrétaire général de Podemos. Ce texte est tiré d’un entretien paru dans la New Left Review (mai-juin 2015). L’analyse du résultat des élections municipales et régionales espagnoles du 24 mai 2015 a été rédigée pour Le Monde diplomatique.
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(1) Source Eurostat.

(2) Qui doivent se tenir avant décembre 2015.

(3) Le PSOE a dirigé le pays de 1982 à 1996 puis entre 2004 et 2011.

(4) 15 mai 2011, début de l’occupation de la Puerta del Sol à Madrid.

(5) Lors du scrutin anticipé pour le renouvellement du Parlement régional andalou, le 22 mars, le PSOE a obtenu 35,5 % des voix, contre 27 % pour le PP et 15 % pour Podemos. La candidate du PSOE Susana Díaz a conclu un accord d’investiture avec Ciudadanos le 9 juin 2015.

(6) Parti conservateur anticorruption issu de la formation catalane Ciutadans, fondée en 2006.

(7) Antonio Gramsci (1891-1937), dirigeant du Parti communiste italien, a insisté sur le rôle du combat idéologique dans la prise du pouvoir et la légitimité à le conserver.

(8) Le roi Juan Carlos, soupçonné de corruption, a abdiqué le 18 juin 2014 au profit de son fils Felipe.

martes, 22 de septiembre de 2015

Los chistes de Pablo Iglesias

Pablo Iglesias, líder de Podemos, ha respondido al president de la Generalitat, Artur Mas, hablando en indio como hizo el presidente catalán en su mitin del domingo, donde aseguró que "grandes jefes venir reserva catalana para decir indígenas lo que conviene votar" remachando "indígenas decir a grandes jefes Madrid PP, PSOE y Podemos que un gran corte de mangas".

Iglesias tomó anoche el testigo y, también en indio, dijo lo siguiente: "Parece que esto va de indios. Coleta Morada mandar señales de humo a Pequeño Pujol. Coleta Morada no entender Pequeño Pujol votar reforma laboral con Gran Jefe Plasma. Coleta Morada no entender Pequeño Pujol votar amnistía fiscal con Gran Jefe Plasma. Pequeño Pujol y Gran Jefe Plasma fumarse un gran puro. Pequeño Pujol hablar con lengua de serpiente [...] Coleta no entender Pequeño Pujol sólo hablar de bandera y no hablar de barracones. Coleta Morada no entender Gran Bandera Sánchez traicionar a su tribu. Coleta Morada tampoco entender Pájaro Naranja Rivera vender humo. Pájaro Rivera: humo ser para mandar señales, no ser para vender. Coleta Morada creer Pájaro Naranja ser Gaviota Azul. Pequeño Pujol, Gran Jefe Plasma, Gran Bandera Sánchez, Pájaro Naranja Rivera hablar con lengua de serpiente".

"Mas, usted no es un indígena. Es un hombre blanco haciendo el indio", añadió después Iglesias.

lunes, 14 de septiembre de 2015

Pablo Iglesias, "¿Por qué todos hablan del Pablo Iglesias británico?"

Pablo Iglesias, "¿Por qué todos hablan del Pablo Iglesias británico?", en El País, 14 de septiembre de 2015:

Resulta sorprendente, paradójico, incluso irónico, que muchos medios comparen a un veterano laborista como Jeremy Corbyn con nosotros. Y, sin embargo, tienen toda la razón en hacerlo. ¿Qué puede tener en común el nuevo jefe del viejo partido fundado por los sindicatos británicos con una formación nacida hace año y medio en España? Básicamente una cosa: el fracaso del social-liberalismo de la Tercera Vía.

Se dice de Podemos que somos el partido de los indignados. No es incorrecto del todo, pero esa explicación se queda a medias. El 15-M y el movimiento de los indignados en España fueron la expresión social del fracaso de eso que se llamó neoliberalismo. Aquel modo de organización política que arrasó con las instituciones de protección social, que destruyó la industria y los sindicatos, que produjo burbujas especulativas y que basó el consumo en el crédito, y se reveló incapaz de presentar soluciones aceptables cuando la crisis financiera aceleró la destrucción de los servicios públicos y los derechos sociales empobreciendo a los sectores medios y a la clase trabajadora. En el momento en el que la crisis llegó a España, el PSOE, tradicionalmente identificado con el Estado del bienestar, estaba en el Gobierno y no supo dar ninguna alternativa. No es que no se atreviera ya a ser socialista, es que ni tan siquiera se atrevió a rechazar las políticas de recortes y la austeridad planteando un mínimo programa neokeynesiano de rescate ciudadano. José Luis Rodríguez Zapatero sencillamente se rindió ante la crisis tomando las mismas medidas que hubiera tomado un Gobierno conservador. Él mismo reconoció en un libro de memorias que sabía que las medidas que iba a tomar le iban a costar las elecciones a su partido.

Aquello contribuyó a la identificación de los dos grandes partidos españoles como casi lo mismo, como élites políticas que encarnaban privilegios de casta, al tiempo que decidían recortes sociales que empobrecían a la población. La mayor expresión social de esa desafección fue el 15-M, un movimiento cuyo principal mensaje fue su rechazo a las élites políticas y económicas. Podemos ha sido quizá la expresión político-electoral de ese movimiento que, sin embargo, no se explica sin el hecho de que nuestro Partido Socialista se había convertido ya para muchos ciudadanos en algo muy parecido al Partido Popular.

La historia en Reino Unido no es tan distinta. Allí el éxito del neoliberalismo significó la derrota del laborismo y de la clase trabajadora británica, que tuvo muchas expresiones simbólicas. La que más me conmueve es la derrota que Thatcher infligió a los mineros, que protagonizaron una resistencia heroica. La que más me ofende es la puesta en marcha de la Tercera Vía de Tony Blair (convertido en el mejor heredero de Thatcher), que hacía de la socialdemocracia una suerte de nuevo social-liberalismo y habría de convertirse es una referencia para todos los partidos socialistas europeos, en particular para el español.

Si Podemos ha sido la mejor expresión de la crisis de identidad del PSOE (no por casualidad llevan un año tratando de disfrazarse de nosotros), en Reino Unido, Corbyn es la mejor expresión de la crisis de identidad del Labour Party. Podría haber ocurrido desde fuera (como en Escocia, donde los votantes tradicionales del LP han entendido que el SNP defiende mejor los derechos sociales), pero ha ocurrido desde dentro.

Por fin vamos a contar con un aliado en Reino Unido con el que compartimos diagnóstico y un proyecto de defensa de los derechos sociales mediante políticas que combatan la desigualdad. Nuestro papel no es otro que el de ser las fuerzas que representan a la mayoría social, a las clases populares golpeadas por un modelo de gobernanza financiero diseñado para favorecer a las élites financieras y a su clientela.

Cada vez son más los socialistas que vienen con nosotros para defender la democracia, luchar contra la austeridad y la desigualdad. Solo podemos decirles: bienvenidos compañeros, caminemos juntos.

La campaña contra Corbyn ha empezado ya. Oímos los mismos insultos que ha recibido el Gobierno griego y que hemos recibido nosotros, o la misma condescendencia de quien dice que su papel será solo el de ser una llamada de atención pero que nunca podrá gobernar. Y, sin embargo, cada vez somos más y más fuertes en Europa. Bienvenido, Jeremy.

Este artículo fue escrito por el secretario general de Podemos para The Guardian.