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lunes, 4 de septiembre de 2023

Las 5 leyes básicas de la estupidez humana. Reseña anónima del libro de Carlos Cipolla en Youtube.

El enlace es este. Otros interesantes con un tratamiento serio del tema como la teoría sobre la estupidez del gran y santo Dietrich Bonhoeffer están aquíaquí, y aquí y sobre el efecto Dunning Kruger, acá.

Las 5 leyes básicas de la estupidez humana es un ensayo corto escrito por el economista italiano Carlos Cipolla. La primera edición fue escrita en inglés y publicada en 1976. Originalmente fue distribuida intencionalmente solo entre sus amigos de manera confidencial la razón es simple es el libro fue concebido como una especie de broma donde se abordaban temas serios de una manera lúdica y no demasiado seria. Al abordar un tema tan sensible, Cipolla elaboró una teoría extravagante e interesante que le valió un éxito increíble: no solo el ensayo fue publicado oficialmente, sino que también fue traducido a muchos idiomas y distribuido en todo el mundo. Ahora representa un hito en el tema controvertido de la estupidez humana.

Cipolla veía a las personas en cuatro categorías amplias:

1. Las personas inteligentes: contribuyen a la sociedad de manera positiva y aprovechan esas contribuciones en beneficio mutuo.

2. Las personas estúpidas: los esfuerzos de las personas estúpidas, por otro lado, son contraproducentes tanto para ellos mismos como para los demás.

3. Los bandidos. Entre estos dos grupos se encuentran los bandidos que persiguen sus propios intereses a expensas de otros.

4. Los indefensos, que hacen contribuciones positivas a la sociedad, pero son fácilmente explotados debido a su propia ingenuidad.

Se puede extraer una quinta categoría: las personas ineficaces de los otros grupos y es bueno algo así como evidente por sí mismo. En el mismo sentido, Cipolla veía el impacto del comportamiento humano de dos maneras:

Uno, el comportamiento que afecta a uno mismo ya sea de manera positiva o negativa.

Dos, el comportamiento que afecta a los demás, ya sea de manera positiva o negativa.

Ley número 1.

La conciencia humana de los efectos amplios de su comportamiento puede variar ampliamente entre las categorías; dicho esto, veamos entonces las cinco leyes básicas de la estupidez humana ley número siempre e inevitablemente todo subestiman el número de individuos estúpidos en circulación. Cipolla reconoció que es parte de la naturaleza humana minimizar la gravedad de un problema. Él estaba tan convencido de que éramos ingenuos ante el desafío que enfrentamos por la estupidez, que sugirió que cualquier suposición numérica del número de estúpidos entre nosotros resultaría ser una subestimación. No es casualidad que esta sea la primera Ley. Como dice la Biblia, "es infinito el número de los necios", así que la inteligencia consiste solo en ir aprendiendo a ser menos tonto.

Ley número 2 

La probabilidad de que cierta persona sea estúpida es independiente de cualquier otra característica de esa persona. Cipolla consideró la estupidez como una característica humana como tener el pelo rubio o los ojos negros; en consecuencia, no puede sino distribuirse aproximadamente.

Igualmente en todos los ámbitos de la sociedad independientemente del nivel educativo de las personas ya sea que uno frecuente círculos elegantes o se refugie entre caníbales ya sea que se encierre en un monasterio o decida pasar el resto de su vida en compañía de una pareja hermosa el hecho sigue siendo que siempre tendrá que lidiar con el mismo porcentaje de personas estúpidas concluyó en esta vista pesimista los seres humanos están condenados a lidiar con la estupidez; además, según Cipolla, no hay lugares más seguros ni soluciones para evitarla lo único que puedes hacer es aceptar esto y vivir con ello por el resto de tu existencia

Una persona estúpida es aquella que causa pérdidas a otra persona o a un grupo de personas mientras no obtienen nada o incluso pueden sufrir pérdidas. Carlos Cipolla consideró esto la ley dorada y más importante: nunca debe ser olvidada.

Ley número 3

Las personas estúpidas inevitablemente tomarán decisiones que nos confunden: su razonamiento simplemente se nos escapa. No es que tengan malas intenciones, es solo que son incapaces de ver los efectos de sus acciones en un contexto más amplio; es inútil, una pérdida de tiempo, incluso algo estúpido intentar razonar con ellas; a este respecto, Cipolla señaló que hay personas que por sus acciones ilógicas no solo causan daño a otras personas, sino también a ellos mismos tales personas pertenecen al género de los superestúpidos.

Ley número 4

Las personas no estúpidas siempre subestiman el poder dañino de los individuos estúpidos las personas no estúpidas siempre subestiman el poder dañino de los individuos estúpidos, en particular las personas no estúpidas constantemente olvidan que en cualquier momento y lugar, el hecho de pasar tiempo con personas estúpidas siempre resulta ser un costoso error. Para hacer esta ley más clara, Carlos Cipolla le agregó que las personas estúpidas son peligrosamente mortales porque las personas razonables encuentran difícil imaginar y entender el comportamiento estúpido en esta perspectiva los ataques de personas estúpidas siempre toman por sorpresa a las personas inteligentes.

Esto hace que sea aún más difícil elaborar una defensa racional; por otro lado, esto sería de poca utilidad ya que las acciones ilógicas no pueden ser entendidas utilizando la lógica como resultado al subestimar su poder y se está vulnerable siempre estará a merced de la imprevisibilidad de las personas estúpidas también estaba convencido de que las personas inteligentes tienden a pensar que las personas estúpidas solo pueden hacerse daño a sí mismas que son inmunes a sus acciones Este es un gran error que hace que las personas razonables se sientan invulnerables bajando peligrosamente su guardia.

Ley número 5

Las personas estúpidas son el tipo de personas más peligroso. Esta ley viene como una consecuencia natural dela ley básica anterior. Además, si no tiene idea de lo que Cipolla quiso decir aquí, lo dejó aún más claro al agregar el siguiente corolario: una persona estúpida es más peligrosa que un bandido. De las cinco leyes vistas hasta ahora, esta debería ser la más comprensible y razonable; de hecho, el sentido común nos dice que las personas inteligentes no importa cuán hostiles puedan ser: son predecibles. En contraste, las personas estúpidas no lo son. Esta sutil diferencia hace que las personas estúpidas sean increíblemente más temibles que las personas inteligentes. En conclusión, esto debería considerarse como una especie de compendio de toda su teoría sobre la estupidez humana.

Oros vídeos donde discuto las diferentes teorías de la estupidez te recomiendo estos dos vídeos: La teoría de la estupidez de Dietrich Bonhoeffer, y Por qué las personas estúpidas piensan que son inteligentes, donde discuto el efecto Dunning Kruger

Edward Bernays, el genio de la manipulación que además era sobrino de Freud

Edward Bernays y el arte de manipular, El Mundo, 22 NOV. 2017:

Tal día como hoy nació el creador de esta idea: un automóvil no lo necesitas [hace más me medio siglo] pero te hará más feliz. Y EEUU fue un país sobre ruedas. Y logró que las mujeres fumaran, que el hombre llevara el reloj en la muñeca. El Reina Sofía le recupera

Como los de muchos hombres verdaderamente poderosos o inmensamente ricos, el nombre de Edward Bernays, inventor de la propaganda y las relaciones públicas, resulta desconocido pese a haber sido uno de los más influyentes del siglo XX, que vivió casi completo. Si usted se siente atraído irremediablemente por un producto que, si se para a pensarlo, en realidad no necesita o siente simpatía por un partido al que no sabe por qué vota, es porque ha sucumbido, como todos, a las artes de ese mago de la manipulación que fue Edward Bernays.Antes de él, los estadounidenses no desayunaban huevos con panceta, los varones no llevaban reloj de pulsera y las mujeres no fumaban porque estaba mal visto. Todas estas transformaciones las ideó este vienés nacido el 22 de noviembre de 1891 y doble sobrino de Sigmund Freud: la madre de Bernays era Anna Freud, hermana del creador del psicoanálisis, quien estaba casada a su vez con Martha Bernays, hermana del padre de Edward. La familia de éste emigró a Estados Unidos siendo él niño. Para 1912, Bernays se había graduado en agricultura y en periodismo, a partir de lo cual empezó a publicar una revista sobre investigación médica. Desde Europa, su tío Sigmund le enviaba sus escritos por si eran de interés para el boletín, y así fue como el joven supo de la existencia de un conjunto de pulsiones inconscientes, a las que su tío aludía como el ello, que gobernaban buena parte del proceder de cualquier individuo. Todo el trabajo de Bernays tomó como fundamento el descubrimiento de esos mecanismos que pronto entendió susceptibles de ser manipulados con fines económicos -de consumo- y políticos. No había atisbo de mala conciencia en él, convencido como estaba de que la propaganda y su versión light, las relaciones públicas, eran disciplinas necesarias para «convivir en una sociedad funcional sin sobresaltos». En su libro de 1928 titulado precisamente Propaganda, resumía su maestría en el arte de conseguir que las personas se comportaran de manera irracional si se lograba vincular los productos (o las políticas) con sus emociones y deseos más acendrados. Durante la I Guerra Mundial, se puso al servicio del Gobierno de EEUU para motivar a los jóvenes para que se alistaran en el ejército. Después lo contrató la Compañía Americana de Tabaco, que no tenía bastante con los millones de fumadores varones que había en el país. Bernays envió a un grupo de jóvenes modelos a marchar en el desfile de Pascua de Nueva York y avisó a la prensa de que aquellas mujeres iban a encender «antorchas de libertad». A su señal, las chicas encendieron cigarrillos Lucky Strike frente a los fotógrafos. La operación la remató contratando a cientos de mujeres para que fumasen en lugares públicos y pagando a directores de cine para que las actrices fumasen en sus películas, hecho que al poco tiempo se consideró moderno y sofisticado. Las tabacaleras y el propio Bernays se hicieron ricos con aquella campaña maestra en lo que hoy llamamos normalización de un hábito mal visto con anterioridad. El agrónomo y periodista vio antes que nadie el potencial mercantilista de las teorías de su tío. Él hizo surgir la asociación entre automóvil y masculinidad, y la del reloj de muñeca -que por iniciativa suya comenzaron a llevar los soldados en las trincheras- con la hombría y el coraje. La conquista por las tabacaleras del mercado femenino obedecía a un mecanismo semejante que debía mucho a Freud: fumar era para ellas una manera de apropiarse de un atributo masculino, algo que según el eminente psiquiatra desea inconscientemente toda mujer. Bernays, de confesión judía, dijo haberse distanciado del término propaganda cuando se enteró de que Goebbels consultaba su libro Cristalizando la opinión pública. Pero propaganda era convencer a cada estadounidense de que necesitaba un coche -y que, por tanto, había que desmantelar los tranvías- y, sobre todo, orientar al electorado hacia un modelo de dos partidos hegemónicos para evitar la fragmentación del voto y el «caos».

Los lobbies estaban encantados con Bernays. El del sector cárnico lo enroló para hacer ver a todos los norteamericanos que un desayuno en condiciones debía incluir bacon, y así quedó establecido en cada hogar del país y luego en los hoteles de todo el mundo. La United Fruit Company acostumbraba a poner y quitar gobernantes en las repúblicas centroamericanas, que Bernays bautizó como «bananeras». Cuando el Gobierno reformista de Guatemala quiso frenar su poder, el publicista se las arregló para hacerlo quedar ante el mundo como «comunista».En sus más de 103 años de vida -falleció en 1995-, Bernays trabajó para mejorar la imagen de firmas como Monsanto, Shell, Boeing, General Motors, Pfizer y Goodyear. Asesoró en cuestión de relaciones públicas a varios presidentes de EEUU, entre ellos Wilson, Hoover y Eisenhower. Calvin Coolidge fue quien más necesitó de sus servicios: para contrarrestar su imagen de persona distante y poco empática, a Bernays se le ocurrió organizar desayunos en la Casa Blanca a los que acudían estrellas de Hollywood, maniobra con la que logró que apareciera en las portadas de los periódicos.Una buena manera de profundizar en la figura de Bernays se presentará el próximo 4 de diciembre con la proyección en el Reina Sofía de la serie de Adam Curtis para la BBC El siglo del yo, que presentará el periodista de EL MUNDO Luis Martínez.

Cómo hay que manejar la mente sin que se note

El sueño de Bernays se ha materializado, dos décadas después de su muerte, en realidades hoy comunes como los expertos en mejorar reputaciones en internet y, a nivel general, en el manejo de los asuntos mundiales por parte de grandes corporaciones. Él hablaba de un «gobierno invisible» que todo lo podía: «Nuestras mentes son moldeadas, nuestros gustos son formados, nuestras ideas son sugeridas, mayormente por hombres de los que nunca hemos oído hablar...». Hombres como él mismo. En 1955 publicó el libro 'La ingeniería del consentimiento', que definió como «la manera de controlar la mente de la gente sin que ésta lo note» y que venía a ser, claro, 'la negación del consentimiento'.

martes, 15 de agosto de 2023

Las siete clases de amor helénico

La filia es el cariño o aprecio entre amigos o a una comunidad.

El eros es el deseo físico apasionado e intenso.

La pragma es el amor realista y racional que supera la prueba del tiempo y se da entre las parejas duraderas.

El ágape es el amor por la humanidad desinteresado y caritativo, el amor espiritual y maternal, compersivo.

El storge es el amor que se da desde los padres a los hijos. También es el amor como una forma evolucionada de la amistad, se da entre iguales y encuentra importante la afinidad de gustos, intereses y nivel de compromiso.

La filautía es el amor propio, el más básico de todos.


martes, 24 de agosto de 2021

Ubuntu

 Un antropólogo intentó probar un juego con unos niños de una tribu africana, colocó una canasta llena de frutas deliciosas junto al tronco de un árbol y les dijo -El primer niño que llegue al árbol y toque la canasta, se ganará toda la fruta-.

Cuando el antropólogo les dio la señal de inicio y pensó que todos iban a correr para ganarse la fruta, se sorprendió de que comenzaran a caminar todos juntos, tomados de las manos, hasta que llegaron al árbol, juntos tocaron la canasta y compartieron la fruta.

Él les preguntó porqué habían hecho eso, si cada uno de ellos podría haber conseguido la canasta de fruta solo para él o para repartirla con su familia.

Los niños respondieron todos juntos, a una sola voz: "UBUNTU".

El antropólogo intrigado comenzó a indagar entre los adultos de la tribu. Resulta que "Ubuntu", en el lenguaje de su civilización, significa: "yo soy, porque todos somos".

Según la educación que recibieron de sus padres y abuelos, ¿Cómo puede solo uno de nosotros ser feliz, mientras todos los demás no tienen nada?.

Esta tribu conoce el secreto de la cooperación, la solidaridad y la empatía que se han perdido en las sociedades que la "trascienden" y que se consideran a sí mismas, sociedades "civilizadas".

domingo, 22 de agosto de 2021

Contra las soluciones militares, David Galula

 Historia de David Galula

PIEDRA DE TOQUE. Este capitán francés privilegió durante la guerra de Argelia las iniciativas sociales, culturales y políticas sobre las militares. Sus tesis se aplicaron años más tarde en la guerra de Irak

MARIO VARGAS LLOSA

El País, 27 ENE 2008

La historia real puede, a veces, ser tan inesperada y serpentina como las mejores historias de la ficción. Para probarlo, he aquí la extraordinaria aventura de David Galula.

Durante la guerra de Argelia, en los años cincuenta, es improbable que los franceses y argelinos oyeran hablar siquiera de él y menos que imaginaran el papel que desempeñó en el desarrollo estratégico de la contienda ese capitán de origen tunecino, graduado en Saint-Cyr, que había conocido de cerca las luchas anti-coloniales en Indochina, y que, ofreciéndose como voluntario, fue destinado en febrero de 1956 al frente de una compañía del 45 Batallón de Infantería Colonial, a la región de Aissa Mimun, en la Kabilia. La insurrección del Frente de Liberación argelino (FLN) llevaba dos años y el Ejército francés, pese a su superioridad militar y numérica, no daba pie con bola. Carecía de una estrategia frente a la eficiencia de las acciones terroristas de un enemigo invisible, fundido con la población nativa, a la que la política represiva y la tortura sistemática empujaba cada vez más a solidarizarse con los insurgentes.

Las guerras revolucionarias no se ganan con las armas, sino con ideas y propaganda

El general David H. Petraeus aplicó las ideas de Galula en la región norteña iraquí de Mosul

El capitán Galula inició, por su cuenta y riesgo, un experimento que sus superiores autorizaron llenos de escepticismo. Consistía en privilegiar las iniciativas sociales, culturales y políticas sobre las militares, protegiendo a los sectores moderados de las exacciones y atentados que lanzaba contra ellos el FLN, apoyando a las mujeres nativas empeñadas en la emancipación femenina, involucrando cada vez más a las fuerzas indígenas en la lucha contra la rebelión, prohibiendo la tortura y el asesinato extrajudicial y comprometiendo a soldados y oficiales del Ejército francés en acciones sociales, desde la construcción de escuelas hasta tareas de primeros auxilios y sanidad en las zonas campesinas más deprimidas.

Según Alistair Horne, que ha escrito la mejor historia de la guerra de Argelia -A Savage War of Peace: Argelia 1954-1962- los efectos de esta nueva política fueron extraordinarios y a mediados de 1957 el FLN había sido separado de la población civil y duramente golpeado en toda la Kabilia. El Ejército francés, venciendo la resistencia de sus estrategas de la vieja escuela, comenzó a poner en práctica esta nueva metodología que, en términos estrictamente militares -no políticos, desde luego- le conseguiría una superioridad casi absoluta sobre el terreno.

Pero esa guerra estaba perdida desde el principio, porque el colonialismo repugnaba a la opinión pública francesa, que se movilizó contra ella como se movilizaría, años después, la de Estados Unidos contra la guerra de Vietnam. De Gaulle concedió la independencia a Argelia y entregó el poder a Ben Bella y el FLN. El capitán David Galula lo había previsto, en la tesis central de su filosofía: las guerras revolucionarias y contra-revolucionarias no se ganan con armas y en el campo de acción sino con ideas y propaganda en el dominio de la opinión pública.

En 1962, un think tank de Estados Unidos, la RAND Corporation, descubrió el papel (poco menos que secreto) jugado por David Galula en la guerra de Argelia y lo invitó a un simposio sobre la guerra de guerrillas. Impresionada con la solvencia intelectual del entonces teniente coronel, le encargó un libro, Pacification in Algeria, 1956-1958, que la propia RAND Corporation tradujo al inglés. En 1964 Galula publicó Counter-insurgency Warfare: Theory and Practice. Estos ensayos circularon en fundaciones y agencias especializadas, y en los estados mayores, muy lejos de los lectores comunes y corrientes e incluso de los críticos políticos y militares de los medios. En 1967 David Galula murió sin sospechar la celebridad que su nombre y sus ideas sobre la guerra contra-subversiva alcanzarían años más tarde en el marco de la guerra en Irak.

La manera como resucitó David Galula en medio del conflicto del Medio Oriente está descrita en un estudio interesante del profesor Arthur Herman, de Georgetown University, How to Win in Iraq - and How to Lose (Cómo ganar en Irak - y cómo perder). Uno de los escasos lectores de David Galula fue el general norteamericano David H. Petraeus quien, en los años 2003-2004, se propuso aplicar sus ideas en la región norteña iraquí de Mosul que estaba bajo su administración. La 101 División Aerotransportada a órdenes del general Petraeus reabrió 1.400 escuelas de niños y niñas, y aseguró su funcionamiento, instaló y operó postas sanitarias en el campo, construyó caminos, canales de riego y -estrella de la corona- reabrió la Universidad de Mosul. El terrorismo no desapareció pero cayó en picada y, por primera vez, la población civil comenzó a enfrentarse a los terroristas de Al Qaeda y otros grupos fundamentalistas.

El profesor Herman muestra cómo la sombra de David Galula impregna el manual de instrucciones que el general Petraeus, al recibir la jefatura de las operaciones militares en todo Irak, repartió a todos sus oficiales, insistiendo en la necesidad primordial de colaborar con la población civil y alistar, confiándoles responsabilidades cada vez mayores, a los propios policías y militares iraquíes en la lucha contra el terror. No sólo en acciones armadas; sobre todo, según la fórmula de Galula, en la creación de instituciones representativas de la sociedad civil.

La guerra de Irak está lejos de haber terminado, desde luego. Pero lo alcanzado en el último año, según el análisis de Herman, es notable. Son los terroristas quienes están ahora a la defensiva, cada vez menos seguros en el seno de una sociedad en la que, tanto suníes como chiíes dan cada día más muestras de fatiga y hartazgo con los atentados suicidas y colaboran con el gobierno y la contrainsurgencia. Un hecho fatal para los llamados "resistentes" es haberse empeñado en implantar la sharia en los pueblos que dominan. La regresión que significa prohibir a las mujeres estudiar y ejercer una profesión, aplicar castigos corporales como amputaciones de miembros y la lapidación de las adúlteras, para los sectores suníes, los más evolucionados y modernos de la sociedad iraquí, ha hecho que se rompiera la alianza que unía a éstos con los grupos fundamentalistas y los incitara a colaborar con las autoridades.

Es todavía prematuro predecir cómo terminará la guerra de Irak. Sin embargo, es seguro, a juzgar cómo se trata este tema por los diversos candidatos en la campaña electoral, que, sea quien sea el futuro Presidente de Estados Unidos, aquélla no terminará como Vietnam, con una espantada estadounidense. Y ya no es imposible que, pese a todos los horrores que ha experimentado y experimenta todavía el pueblo iraquí, termine con un país pacificado y sin sátrapas, que construye poco a poco, por sí mismo y con el apoyo del Occidente democrático y liberal un futuro de coexistencia, legalidad y libertad. Si así ocurre, esperemos que a alguien se le ocurra poner a una calle o una plaza iraquí el nombre de David Galula.

martes, 17 de agosto de 2021

Un experimento social. El Universo 25 de John Calhoun. Inconvenientes de los Paraísos.

De Vaibhav Garve, en Quora en inglés:

What is something that you read recently and is worth sharing? / ¿Qué es algo que has leído recientemente y vale la pena compartir?

El experimento "Universo 25" es uno de los experimentos más terroríficos de la historia de la ciencia, que, a través del comportamiento de una colonia de ratones, es un intento de los científicos de explicar las sociedades humanas. La idea del "Universo 25" provino del científico estadounidense John Calhoun, quien creó un "mundo ideal" en el que cientos de ratones vivirían y se reproducirían. Más específicamente, Calhoun construyó el llamado "Paraíso de los ratones", un espacio especialmente diseñado donde los roedores tenían abundancia de comida y agua, así como un gran espacio habitable. Al principio, colocó cuatro parejas de ratones que en poco tiempo comenzaron a reproducirse, lo que provocó que su población creciera rápidamente. Sin embargo, después de 315 días su reproducción comenzó a disminuir significativamente. Cuando el número de roedores llegó a 600, se formó una jerarquía entre ellos y luego aparecieron los llamados "miserables". Los roedores más grandes comenzaron a atacar al grupo, con el resultado de que muchos machos comienzan a "colapsar" psicológicamente. Como resultado, las hembras no se protegieron y, a su vez, se volvieron agresivas con sus crías. A medida que pasaba el tiempo, las hembras mostraban comportamientos cada vez más agresivos, elementos de aislamiento y falta de ánimo reproductivo. Hubo una baja tasa de natalidad y, al mismo tiempo, un aumento de la mortalidad en roedores más jóvenes. Entonces, apareció una nueva clase de roedores machos, los llamados "ratones hermosos". Se negaron a aparearse con las hembras o "luchar" por su espacio. Todo lo que les importaba era comer y dormir. En un momento, los "machos hermosos" y las "hembras aisladas" constituían la mayoría de la población. Con el paso del tiempo, la mortalidad juvenil alcanzó el 100% y la reproducción llegó a cero. Entre los ratones en peligro de extinción se observó homosexualidad y, al mismo tiempo, aumentó el canibalismo, a pesar de que había abundancia de comida. Dos años después del inicio del experimento, nació el último bebé de la colonia. Para 1973, había matado al último ratón del Universo 25. John Calhoun repitió el mismo experimento 25 veces más, y cada vez el resultado fue el mismo.

Este trabajo científico se ha utilizado como modelo para interpretar el colapso social, y esta investigación sirve como punto focal para el estudio de la sociología urbana.

viernes, 4 de junio de 2021

Algo de psicología social

De Quora:

¿Cuáles son algunos hechos extraordinarios sobre la psicología social?

Cuando las mujeres le hablan de sus problemas, es probable que no busquen una respuesta y solo quieran que alguien las escuche.

Lo que una persona odia a menudo refleja más su verdadero carácter que lo que le gusta.

Las personas a las que no les gusta molestar a los demás son menos propensas a ser molestadas por los demás.

Una persona que no habla del presente pero que siempre extraña el pasado probablemente lo esté pasando mal ahora.

La ira es una defensa natural contra el dolor, así que cuando alguien dice que te odio, realmente significa "me lastimaste".

Cuando intentes convencer a alguien, asegúrate de que esté sentado y tú de pie, lo que hará que te crea más rápidamente.

La clave de la confianza es entrar en una habitación y asumir que le agradas a todos.

Impresiona a alguien mencionando su nombre. A la gente le encanta cuando alguien menciona su nombre en una conversación, inmediatamente genera un sentido de confianza y amistad.

Si alguien está enamorado de ti, sus ojos estarán más brillantes de lo habitual cuando hable contigo.

Si quieres agradarle a la gente, pídeles un favor . Si a la gente le gusta alguien, están dispuestos a ayudar a esa persona. Por el contrario, si la gente le hace un favor a alguien, el cerebro asumirá que le agrada esa persona.

Los mentirosos suelen ser mejores para detectar mentiras. Los estudios encontraron que a través del hábito, los mentirosos podrían ser mejores para detectar a otros mentirosos que las personas que no suelen mentir.

Los hombres y las mujeres tienden a parpadear más a menudo durante una conversación con alguien que les interesa.

La diferencia entre gustar, amar y enamorar, es la misma que la diferencia entre por ahora, por un tiempo y por siempre

Una persona que miente es más atrevida que mirar directamente a los ojos de la otra persona., porque necesita hacer contacto visual para confirmar si su mentira es creída o no.

Si alguien te mira de forma descortés, sigue mirando sus zapatos. Esto hará que la persona se sienta muy incómoda e incluso enojada.

martes, 2 de junio de 2020

Byung-Chul Han y el dataísmo

Entrevista de César Rendueles a Byung-Chul Han, en El País, 20 de mayo de 2020

Byung-Chul Han: “El dataísmo es una forma pornográfica de conocimiento que anula el pensamiento”

El filósofo coreano, que en su último ensayo afirma que la conversión de la producción y el rendimiento en valores absolutos está desritualizando cada vez más a la sociedad, cree que la violencia que el ser humano ejerce contra la naturaleza se está volviendo contra él con más fuerza

El filósofo alemán vivo más leído en todo el mundo es coreano. Byung-Chul Han (Seúl, 1959), profesor en la Universidad de las Artes de Berlín, se dio a conocer en todo el mundo hace 10 años con La sociedad del cansancio. Desde entonces ha publicado más de una decena de ensayos formalmente similares —muy breves y con una escritura clara y directa— en los que desarrolla una peculiar crítica comunitarista de distintos aspectos del capitalismo contemporáneo. Su último trabajo es La desaparición de los rituales (Herder, 2020). Esta entrevista se hizo por correo electrónico.

PREGUNTA. En su libro define los rituales como acciones simbólicas que generan una comunidad sin necesidad de comunicación. En cambio, según plantea, en las sociedades actuales abundaría más bien la comunicación sin comunidad. ¿Cómo imagina esa “comunidad-sin-comunicación” perdida? Los ejemplos que usted pone pertenecen al pasado o a pequeños pueblos campesinos e insiste en que el causante de esa destrucción comunitaria es el neoliberalismo. ¿Ha habido otras épocas del capitalismo más abiertas a los rituales? ¿Es incompatible la modernidad y la comunidad o la incompatibilidad se da exclusivamente entre capitalismo y comunidad?

RESPUESTA. La desaparición de los rituales señala sobre todo que, en la actualidad, la comunidad está desapareciendo. La hipercomunicación consecuencia de la digitalización, nos permite estar cada vez más interconectados, pero la interconexión no trae consigo más vincu­lación ni más cercanía. Las redes sociales también acaban con la dimensión social al poner el ego en el centro. A pesar de la hipercomunicación digital, en nuestra sociedad la soledad y el aislamiento aumentan. Hoy se nos invita continuamente a comunicar nuestras opiniones, necesidades, deseos o preferencias, incluso a que contemos nuestra vida. Cada uno se produce y se representa a sí mismo. Todo el mundo practica el culto, la adoración del yo. Por eso digo que los rituales producen una comunidad sin comunicación. En cambio, hoy prevalece la comunicación sin comunidad. Cada vez celebramos menos fiestas comunitarias. Cada uno se celebra solo a sí mismo. Deberíamos liberarnos de la idea de que el origen de todo placer es un deseo satisfecho. Solo la sociedad de consumo se orienta a la satisfacción de deseos. Las fiestas no tienen que ver con el deseo individual. En el juego colectivo uno no procura satisfacer su propio deseo. Antes bien, se entrega a la pasión por las reglas. No estoy diciendo que tengamos que volver al pasado. Al contrario. Sostengo que tenemos que inventar nuevas formas de acción y juego colectivo que se realicen más allá del ego, el deseo y el consumo, y creen comunidad. Mi libro va encaminado a la sociedad que viene. Hemos olvidado que la comunidad es fuente de felicidad. La libertad también la definimos desde un punto de vista individual. Freiheit, la palabra alemana para “libertad”, significa en origen “estar con amigos”. “Libertad” y “amigo” tienen una etimología común. La libertad es la manifestación de una relación plena. Por tanto, también deberíamos redefinir la libertad a partir de la comunidad.

P. Su descripción de nuestro mundo como crecientemente alejado de los rituales se opone a quienes ven el capitalismo como una sociedad hiperritualizada. Desde ese punto de vista, que usted critica, el consumo tendría una fuerte dimensión ritual e incluso religiosa: los supermercados o los estadios serían nuestros templos. ¿Por qué le parece incorrecto interpretar las prácticas capitalistas o burocráticas como formas secularizadas de rituales religiosos?

R. Rechazo la tesis de que el capitalismo es una religión. Los centros comerciales son todo lo contrario de un templo. En los centros comerciales, y en el capitalismo en general, domina una atención particular. Todo gira en torno al ego. Según Malebranche, la atención es la oración natural del alma. En los templos encontramos una forma totalmente diferente de atención. Se presta atención a cosas que no se pueden alcanzar con el ego. Los rituales me alejan de mi ego. El consumo refuerza la obsesión con él. No soy creyente, pero me gusta asistir a las celebraciones religiosas, católicas por supuesto. Cuando me dejo embriagar por los cánticos, la música del órgano y el aroma del incienso me olvido de mí mismo, de mi ego, y experimento una hermosa sensación de comunidad. En mi libro cito un apunte de Peter Handke: “Con ayuda de la misa, los curas aprenden a tratar bien las cosas: la manera delicada de sostener el cáliz y las hostias, la limpieza sosegada de los vasos, la manera como pasan las páginas del libro; y el resultado de ese hermoso modo de tratar las cosas: una alegría que da alas al corazón”. Hoy en día damos un uso muy diferente a las cosas. Las agotamos, las consumimos y las destruimos. En los rituales las tratamos de una manera totalmente distinta, con cuidado, como si fuesen amigas. Las cosas ritualizadas también pueden crear comunidad.

Los rituales poseen un factor de repetición, pero es una repetición animada y vivificadora. No tiene nada que ver con la repetición burocrática-automática. Hoy en día vamos constantemente a la caza de nuevos estímulos, emociones y experiencias, y olvidamos el arte de la repetición. Lo nuevo se trivializa rápidamente y se convierte en rutina. Es una mercancía que se consume y vuelve a inflamar el deseo de algo nuevo. Para escapar de la rutina, del vacío, consumimos aún más estímulos nuevos, nuevas emociones y experiencias. La sensación de vacío es precisamente la que activa la comunicación y el consumo. La “vida intensa” que actúa como reclamo del neoliberalismo no es sino consumo intenso. Existen formas de repetición que crean auténtica intensidad. Me encanta Bach. He tocado más de 10.000 veces las arias de las Variaciones Goldberg, y cada vez experimento una felicidad. Personalmente, no necesito nada nuevo. Me encantan las repeticiones, los rituales de la repetición.

P. Una tesis muy sugerente de su libro es que los rituales permiten que los valores de una comunidad se asimilen corporalmente. Me parece una idea cercana a aquello que decía Pascal: “Si no crees, arrodíllate, actúa como si creyeras y la creencia llegará por sí sola”. Usted plantea que, en cambio, vivimos en una sociedad de las pasiones marcada por el culto narcisista a la autenticidad, donde lo único que cuenta es la sinceridad de nuestras emociones.

R. Los rituales anclan la comunidad en el cuerpo. Sentimos físicamente la comunidad. Precisamente en la crisis del coronavirus, en la que todo se desarrolla por medios digitales, echamos mucho de menos la cercanía física. Todos estamos más o menos conectados digitalmente, pero falta la cercanía física, la comunidad palpable físicamente. El cuerpo que entrenamos solos en el gimnasio no tiene esa dimensión de comunidad. También en la sexualidad, en la que lo único que importa es el rendimiento, el cuerpo es, en cierto modo, algo solitario. En los rituales, el cuerpo es un escenario en el que se inscriben los secretos, las divinidades y los sueños. El neoliberalismo produce una cultura de la autenticidad que pone el ego en el centro. La cultura de la autenticidad va de la mano con la desconfianza hacia las formas de interacción ritualizadas. Solo las emociones espontáneas, es decir, los estados subjetivos, son auténticas. El comportamiento formalizado se rechaza como falto de autenticidad o como externo. Un ejemplo es la cortesía. En mi libro hago un alegato en contra de la cultura de la autenticidad, que conduce al embrutecimiento de la sociedad, y a favor de las formas bellas.

P. ¿Cree que los partidarios de la nueva derecha radical podrían sentirse identificados con su reivindicación de los rituales y la comunidad? ¿Qué diferencia su propio comunitarismo del de la ultraderecha emergente?

R. La comunidad no se define necesariamente por la exclusión del otro. También puede ser muy hospitalaria. La comunidad a la que se acoplan las derechas está vacía de contenido. Por eso encuentra su sentido en la negación del otro, del extranjero. Está dominada por el miedo y el resentimiento.

P. En el prefacio dice muy explícitamente que este no es un libro nostálgico, pero a menudo hace comparaciones con el pasado muy desfavorables para nuestro presente. En el capítulo dedicado a la guerra, por ejemplo, defiende los antiguos valores guerreros frente a la guerra automatizada moderna, que sería una matanza sin reglas. ¿No está idealizando la guerra antigua? Al fin y al cabo, a lo largo de la historia encontramos una amplia serie de genocidios. La matanza indiscriminada no es exactamente un invento capitalista.

R. Solo quería señalar que la cultura humana se está desritualizando cada vez más, que la conversión de la producción y el rendimiento en valores absolutos está acabando con los rituales. Por ejemplo, la pornografía aniquila los rituales de seducción. En las órdenes de caballería europeas el objetivo principal no era matar al adversario. El honor y el valor también eran importantes. En la guerra con drones, en cambio, lo fundamental es matar al enemigo, que es tratado como un criminal. Después de la misión, a los pilotos de los drones se les hace entrega solemne de una “tarjeta de puntuación” que certifica cuántas personas han matado. También cuando se trata de matar, lo que más cuenta es el rendimiento. En mi opinión, esto es perverso y obsceno. No pretendía decir que las guerras del pasado fuesen mejores que las actuales. Por el contrario, lo que quería señalar es que hoy en día todo se ha convertido en una cuestión de rendimiento y producción. No solo en la guerra, sino también en el amor y la sexualidad.

P. En su ensayo relaciona el auge del big data con un giro en nuestra concepción del conocimiento, que cada vez más entendemos como algo producido maquinalmente. Llega a hablar de un “giro dataísta” análogo al “giro antropológico” de la Ilustración. ¿Es el dataísmo la conclusión de un camino irreversible que ya estaba anticipado en los orígenes de la modernidad?

R. El dataísmo es una forma pornográfica de conocimiento que anula el pensamiento. No existe un pensamiento basado en los datos. Lo único que se basa en los datos es el cálculo. El pensamiento es erótico. Heidegger lo compara con el eros. El batir de alas del dios Eros lo acariciaba cada vez que daba un paso significativo en el pensamiento y se atrevía a aventurarse en un terreno inexplorado. La transparencia también es pornográfica. Peter Handke dice en una de sus anotaciones: “¿Quién dice que el mundo ya está descubierto?”. El mundo es más profundo de lo que pensamos.

P. La pandemia de la covid-19 está teniendo un impacto enorme no solo en términos sanitarios o económicos, sino también en nuestra subjetividad compartida. En apenas unos días, la noción de “biopolítica” se ha vuelto muy intuitiva. ¿En qué medida cree que la comunicación-sin-comunidad que usted diagnostica en nuestras sociedades está afectando a la manera en que estamos viviendo la epidemia?

R. La crisis del coronavirus ha acabado totalmente con los rituales. Ni siquiera está permitido darse la mano. La distancia social destruye cualquier proximidad física. La pandemia ha dado lugar a una sociedad de la cuarentena en la que se pierde toda experiencia comunitaria. Como estamos interconectados digitalmente, seguimos comunicándonos, pero sin ninguna experiencia comunitaria que nos haga felices. El virus aísla a las personas. Agrava la soledad y el aislamiento que, de todos modos, dominan nuestra sociedad. Los coreanos llaman corona blues a la depresión consecuencia de la pandemia. El virus consuma la desaparición de los rituales. No me cuesta imaginar que, después de la pandemia, los redescubramos.

P. ¿Cree que la pandemia constituye un hito histórico similar a la crisis de 2008, que se traducirá en transformaciones políticas de calado? ¿Qué tipo de cambios sociales cree que vamos a experimentar a raíz del coronavirus?

R. A consecuencia de la pandemia nos dirigimos a un régimen de vigilancia biopolítica. El virus ha dejado al descubierto un punto muy vulnerable del capitalismo. A lo mejor se impone la idea de que la biopolítica digital, que convierte al individuo y a su cuerpo en objeto de vigilancia, basta para hacer al capitalismo invulnerable al virus. Sin embargo, el régimen de vigilancia biopolítico significa el fin del liberalismo. En ese caso, el liberalismo no habrá sido más que un breve episodio. Pero yo no creo que la vigilancia biopolítica vaya a derrotar al virus. El patógeno será más fuerte. Según el paleontólogo Andrew Knoll, el ser humano es solamente la guinda de la evolución. El verdadero pastel se compone de bacterias y virus que amenazan con atravesar cualquier superficie frágil, e incluso reconquistarla, en cualquier momento. La pandemia es la consecuencia de la intervención brutal del ser humano en un delicado ecosistema. Los efectos del cambio climático serán más devastadores que la pandemia. La violencia que el ser humano ejerce contra la naturaleza se está volviendo contra él con más fuerza. En eso consiste la dialéctica del Antropoceno: en la llamada Era del Ser Humano, el ser humano está más amenazado que nunca.

viernes, 1 de junio de 2018

Inteligencia colectiva

Varias cabezas piensan mejor que una
ELENA SANZ, El Mundo, 30 may. 2018 01:59

Existen numerosas evidencias científicas que confirman que los colectivos son más listos que la mayoría de los individuos por separado

Año 1906. Feria de ganado en una campiña al oeste de Inglaterra. Una muchedumbre se agolpa alrededor de un colosal buey. "¡Hagan sus apuestas señores! ¡Atrévanse a adivinar a ojo de buen cubero cuánto pesa el ejemplar por sólo seis peniques!", grita alguien. Un divertido concurso rural que no hubiera tenido la menor importancia si no le hubiera dado por asomarse por allí a un estadista llamado Francis Galton, al que le encantaba analizarlo todo. Aquello despertó su curiosidad. Pidió copia de las 800 apuestas que habían hecho los agricultores y ganaderos locales. Y comprobó que, si las analizaba individualmente, había respuestas de todo tipo, algunas totalmente disparatadas, otras que no andaban demasiado lejos. Pero cuando calculaba la media de las respuestas, ¡'voilà'!, ésta coincidía casi exactamente (con un margen de error de sólo un 1%) con el peso del animal. Así fue como, en una recóndita feria de ganado, Galton llegó a una interesante conclusión: los colectivos son más listos que la mayoría de los individuos por separado. La inteligencia común supera a la de la suma de las inteligencias individuales.Ideas genialesLa teoría de Galton -que publicó la revista 'Nature'- no sólo no ha sido desmentida con el tiempo. Un siglo después, existen aún más evidencias de que en grupo pensamos mejor que solos. Incluso hay iniciativas exitosas basadas en este fenómeno, como las plataformas 'crowdsourcing', que tienen su máximo exponente en Wikipedia, o las iniciativas de co-creación e innovación abierta, que pretenden que surjan ideas geniales pensando en masa. Eso sí, en estos años hemos añadido algunos matices. El más importante de ellos es que las multitudes son más inteligentes que los individuos en muchas ocasiones pero, sobre todo, "en esas situaciones en las que hay opiniones muy diversas (no solamente 'sí' o 'no') y podemos conseguir que las personas las expresen de manera independiente", tal y como le explica a ZEN Bahador Bahrami, neurocientífico y experto en comportamiento humano del University College de Londres. En otras palabras, la inteligencia colectiva funciona mejor cuando ignoramos lo que responden los demás.Si las personas comparten información antes de contestar, empiezan a notarse los efectos de la influencia social, es decir, nuestra "tendencia a cambiar opiniones y preferencias observando lo que otros piensan", aclara Bahrami. Neurocientíficamente tiene sentido: somos animales sociales, y en cierto modo actualizamos nuestras ideas escuchando a los demás. "Nosotros mismos hemos demostrado incluso que somos más fácilmente influenciables cuanta más cantidad de materia gris tenemos en la corteza orbitofrontal lateral del cerebro", explica el investigador. Sin embargo, esta flexibilidad social no nos beneficia a la hora de resolver ciertos problemas en grupo, sino todo lo contrario.ExperimentoLa última prueba de ello la puso sobre la mesa el mes pasado un equipo de investigadores estadounidenses de la Universidad de Harvard y el Instituto de Santa Fe. En su experimento no trabajaban con bueyes sino con tarros de caramelos. Les pedían a distintos sujetos que dijeran una cifra "a ojo" de cuántas golosinas había en los botes. De esta forma, comprobaron que si a los participantes se les informaba de que otros compañeros habían propuesto cifras mucho más altas que las suyas, casi siempre modificaban su respuesta. Con un desastroso resultado, porque al "rectificar", la media se alejaba de la realidad. El cálculo era mucho más atinado cuando nadie compartía información. Dice Bahador Bahrami que también hay que tener en cuenta que la fiabilidad de la inteligencia grupal depende del tipo de problema que se aborde. "Si el asunto requiere conocimientos expertos, entonces los grupos no lo hacen tan bien; pero si la pregunta es una sobre la que cualquiera tiene alguna noción, aunque sea imperfecta, como por ejemplo '¿cuál es la altura de la Torre Eiffel?', ahí los colectivos son sin duda mucho más listos que los individuos por separado", aclara.

martes, 12 de diciembre de 2017

Las redes sociales y los móviles son intrínsecamente malos

I

R. J. C., "El primer presidente de Facebook dispara contra la red social. El polémico Sean Parker considera que explora una vulnerabilidad humana", en El País, San Francisco 10 NOV 2017 

Sean Parker ha reaparecido. El primer presidente de Facebook vuelve a la escena para criticar a la compañía, alertando del supuesto daño que hace en el cerebro. Durante un evento organizado por Axios en Filadelfia. Parker se basa en su conocimiento de la gestación de la red social para avisar del daño a gran escala que podrían hacer en varias generaciones.

Parker se considera a sí mismo un objetor de conciencia de las redes sociales: “Recuerdo a gente que me decía que se había salido de Facebook y de las redes sociales. Y yo pensaba que volverían, pero ahora valoro más la presencia, la intimidad, el vivir el momento. Realmente, no sé las consecuencias de lo que decía porque ha cambiado la forma en que se relaciona la sociedad. Solo Dios sabe lo que está haciendo con el cerebro de los niños”.

El ejecutivo sostiene que Facebook se fundó así de manera consciente: “¿Cómo podemos consumir la mayor parte de tu tiempo consciente? Esto significa que teníamos que dar un poquito de dopamina cada rato. O bien porque alguien había dado a me gusta o porque habían comentado tu foto. Y a eso contribuye la creación de contenido para, de nuevo, crear más comentarios y me gusta”.

Otro de los ingredientes de este cocktail es el factor social: “La validación en bucle de los contactos, eso es exactamente lo que se buscaba. Eso explota una vulnerabilidad de la psicología humana. Los inventores de esto, tanto yo, como Mark (Zuckerberg) como Kevin Systrom (Instagram), y toda esa gente, lo sabíamos. Y lo hicimos igualmente”.

La validación en bucle de los contactos, eso es exactamente lo que se buscaba. Eso explota una vulnerabilidad de la psicología humana
Parker es uno de los personajes más controvertidos de Silicon Valley. Sus escándalos y fiestas se cuentan como hazañas entre los asistentes a sus desmanes. En la película que recrea la gestación de Facebook, equipo al que se sumó en 2004, su papel lo ejerce Justin Timberlake. Su nombre ha estado relacionado en escándalos de drogas. En 2005 fue detenido por posesión de cocaína.

Fue uno de los grandes villanos de Internet en la primera ola de Internet, cuando creó Napster, un sistema de intercambio de archivos, utilizado sobre todo para piratear archivos MP3. Su última aparición pública relevante fue durante su boda, en junio de 2013, evento en que desembolsó 7,5 millones de dólares y reunió a la sociedad techie y del espectáculo de California en Big Sur.

Multimillonario gracias a sus acciones de Facebook hoy es fundador y presidente del Parker Institute for Cancer Immunotherapy. Su riqueza se estima en más de 2.600 millones de dólares.


La nueva misión que afronta es alargar la vida humana: “Como soy multimillonario voy a tener acceso a mejor sanidad. Es posible que llegue a 160 años y siga siendo parte de esta nueva clase de señores inmorales. Yo quiero vivir más años y ser productivo más tiempo, pero también que más gente lo consiga”.

II

"“Las redes sociales están desgarrando a la sociedad”, dice un exejecutivo de Facebook. Chamath Palihapitiya lamenta haber participado en la construcción de herramientas que destruyen el tejido socia"l en El País, Madrid 12 DIC 2017

El primer presidente de Facebook dispara contra la red social
Instagram, la peor red para la salud mental de los adolescentes

Un antiguo alto ejecutivo de Facebook ha entonado el mea culpa por su contribución al desarrollo de unas herramientas que, a su juicio "están desgarrando el tejido social". Chamath Palihapitiya, que trabajó en la compañía de Mark Zuckerberg de 2007 a 2011 y que llegó a ser su vicepresidente de crecimiento de usuarios, opina que "los ciclos de retroalimentación a corto plazo impulsados por la dopamina que hemos creado están destruyendo el funcionamiento de la sociedad. Sin discursos civiles, sin cooperación, con desinformación, con falsedad".

Palihapitiya hizo estas declaraciones sobre la adicción a las redes sociales y sus efectos en un foro de la Escuela de Negocios de Stanford el pasado 10 de noviembre, pero la web de tecnología The Verge las ha recogido este lunes y, a través, de ella, diarios como The Guardian. Palihapitiya, que en su día trabajó para aumentar el número de personas que usan las redes sociales, recomendó a su audiencia que se tomara un "descanso" en su uso.

Aclaró que no hablaba solo de Estados Unidos y de las campañas de intoxicación rusas en Facebook. "Es un problema global. Está erosionando las bases fundamentales de cómo las personas se comportan ante sí y entre ellas", subrayó, para añadir que siente "una gran culpa" por haber trabajado en Facebook. Habló de cómo las interacciones humanas se están limitando a corazones y pulgares hacia arriba y de cómo las redes sociales han conducido a una grave falta falta de "discurso civil", a la desinformación y a la falsedad.

En la charla, Palihapitiya, ahora fundador y CEO de Social Capital, desde la que financia a compañías de sectores como la salud y la educación, se declaró una especie de objetor de conciencia del uso de redes sociales y anunció que quiere usar el dinero que ganó en Facebook para hacer el bien en el mundo. "No puedo controlar [a Facebook] pero sí puedo controlar mi decisión, que es que no usar esa mierda. También puedo controlar las decisiones de mis hijos, que no pueden usar esa mierda", declaró, para aclarar que no se ha borrado del todo de las redes pero que sí trata de usarlas lo menos posible.

El ex alto cargo de Facebook alertó de que los comportamientos de las personas están siendo programados sin que se den cuenta. "Ahora tienes que decidir a cuánto vas a renunciar", añadió. Palihapitiya hizo referencia a lo sucedido en el Estado indio de Jharkhand le pasado mayo, cuando unos mensajes falsos de WhatsApp sobre la presencia de supuestos secuestradores de niños acabaron con el linchamiento de siete personas inocentes. "A esto nos enfrentamos", criticó Palihapitiya, que añadió que este caso "llevado al extremo" implica que unos delincuentes "puedan manipular a grandes grupos de personas para que hagan lo que ellos quieran".


Pero Palihapitiya no solo censuró los efectos de las redes en cómo funciona la sociedad, sino todo el sistema de funcionamiento de Silicon Valley. A su juicio, los inversores inyectan dinero en "empresas estúpidas, inútiles e idiotas", en lugar de abordar problemas reales como el cambio climático y las enfermedades curables.

Las críticas de Palihapitiya a las redes se suman a las del primer presidente de Facebook, Sean Parker, que censuró la forma en que la compañía "explota una vulnerabilidad en psicología humana" al crear un "ciclo de retroalimentación de validación social". Además, un exgerente de producto de la empresa, Antonio García-Martínez, acusó a Facebook de mentir sobre su capacidad para influir en las personas en función de los datos que recaba sobre ellos, y escribió un libro, Chaos Monkeys, sobre su trabajo en la empresa. En el último año se ha producido una creciente preocupación por el poder de Facebook, su papel en las elecciones estadounidenses y su capacidad para amplificar noticias falsas.

III

Javier Salas, "Instagram, la peor red para la salud mental de los adolescentes. Un estudio británico le da la peor nota por su capacidad para generar ansiedad entre los jóvenes", en El País, 21 de mayo de 2017:


Las redes sociales más populares son fuente de innumerables beneficios y ventajas para sus usuarios, pero también generan efectos secundarios poco saludables. Un nuevo estudio, realizado entre jóvenes británicos, se centra en un problema muy particular: el bienestar y la salud mental de los usuarios de estas aplicaciones. Según este trabajo, Instagram podría terminar siendo la más nociva entre los adolescentes, por su impacto en la salud psicológica de este grupo de edad más vulnerable. Por detrás, aunque con notas también negativas, estarían Snapchat, Facebook y Twitter. La única red analizada con valoración positiva es YouTube, el portal de vídeos del gigante Alphabet.

"Instagram logra fácilmente que las niñas y mujeres se sientan  como si sus cuerpos no fueran lo suficientemente buenos", denuncia un joven en el estudio

"Los jóvenes que pasan más de dos horas al día en redes sociales como Facebook, Twitter o Instagram son más propensos a sufrir problemas de salud mental, sobre todo angustia y síntomas de ansiedad y depresión", recogen en el estudio, realizado por la Royal Society of Public Health y la Universidad de Cambridge. Para analizar el posible impacto en la juventud británica, los especialistas estudiaron las actitudes hacia estas redes en 1.500 británicos de entre 14 y 24 años. España es el país con mayor penetración de redes sociales y de telefonía móvil de la Unión Europea.

Se valoraron 14 factores, tanto positivos como negativos, en los que estas aplicaciones impactan en la vida de este grupo de edad en el que su personalidad aún está en formación. Instagram suspendió en siete de estos aspectos: notablemente, los jóvenes reconocían que esta app para compartir fotografías afecta muy negativamente en su autoestima (imagen corporal), en sus horas de sueño (asociado a múltiples problemas que se derivan de dormir poco) y en su miedo a quedarse fuera de eventos sociales (conocido por las siglas en inglés FoMO). Además, consideran que fomenta el ciberacoso, que les genera ansiedad y, en menor medida, síntomas depresivos y sensación de soledad.

"Instagram logra fácilmente que las niñas y mujeres se sientan como si sus cuerpos no fueran lo suficientemente buenos mientras la gente agrega filtros y edita sus imágenes para que parezcan perfectas", asegura uno de los jóvenes estudiados. "El ciberacoso anónimo a través de Twitter sobre temas personales me ha llevado a autolesionarme y a tener miedo de ir a la escuela. El acoso en Instagram me ha llevado a intentar suicidarse y también a lesionarme. Las dos me hicieron experimentar episodios depresivos y ansiedad", confiesa un menor de 16 años que participó en el estudio.

"Ser un adolescente es ya suficientemente difícil, pero las presiones a las que se enfrentan online los jóvenes son sin duda únicas para esta generación digital", aseguran los autores
Snapchat obtiene unas notas casi tan negativas como Instagram, aunque es más perjudicial para las horas de sueño y para la ansiedad social que genera perderse eventos sociales. En el ranking negativo le sigue Facebook, que es la red más propicia para el ciberacoso, según el estudio. Twitter mejora levemente las notas de las anteriores y casi compensa sus efectos negativos con sus aportaciones positivas. YouTube, finalmente, logra el aprobado gracias a que sus efectos tóxicos son más escasos, según la encuesta, salvo en el caso de las horas de sueño: este portal para ver vídeos es el que menos deja dormir a los jóvenes.

No todo es malo en estas redes: los aspectos más positivos en los que destacaron estas apps fueron la capacidad de tomar conciencia (sobre todo en YouTube), de expresarse y encontrar una identidad propia (Instagram) y de crear comunidad y de dar con apoyo emocional (Facebook).


"Ser un adolescente es ya suficientemente difícil, pero las presiones a las que se enfrentan online los jóvenes son sin duda únicas para esta generación digital. Es de vital importancia que intervengamos poniendo medidas preventivas", aseguran las autoras del estudio. El informe propone algunas de estas medidas, como que los usuarios reciban una notificación de la propia aplicación avisándoles del exceso de uso, que la red advierta cuando una foto está manipulada o que se realicen campañas de formación sobre estos riesgos en el ámbito escolar.

IV

Cariño, hemos creado un monstruo
Dos de los fundadores de Facebook reniegan del invento. Recopilamos sus frases explicando que quizá su idea se les haya ido de las manos.
BEGOÑA GÓMEZ URZAIZ | 19 DIC 2017 07:50
FacebookMark Zuckerberg. FOTO: GETTY
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Se cree que cinco meses antes de morir, en noviembre de 1954, Albert Einstein dijo que sólo había cometido un gran error en su vida: enviarle una carta al presidente Roosevelt recomendándole crear la bomba atómica utilizando sus descubrimientos en torno a la relatividad. El científico se justificó, porque existía el peligro de que los nazis la crearan antes. Algunos de los creadores de Facebook no han tardado tanto en arrepentirse de su creación. Hace apenas unos días, Chamath Palihapitiya, ex vicepresidente de crecimiento de usuarios en la empresa de Mark Zuckerberg, declaró que siente una “culpa tremenda” por haber creado las herramientas que están “destrozando el tejido social” y “erosionando la misma base del comportamiento de las personas”.

Palipahitiya, que se unió a Facebook en 2007, unos meses después de que la red social se expandiera de los campus universitarios estadounidenses a cualquiera que tuviera un correo electrónico, hizo esas declaraciones en un foro de graduados de la universidad de Stanford, el vivero intelectual de Silicon Valley, ante los que se presentó como un profeta que había visto el mal desde demasiado cerca.

“No os dais cuenta, pero estáis siendo programados –dijo a los estudiantes– Tenéis que decidir a cuánto estáis dispuestos a renunciar, a cuánta de vuestra independencia intelectual”. Él, que ahora es el presidente ejecutivo de una sociedad de inversiones, ya no usa “esta mierda” y a sus hijos tampoco se lo permite, por lo que recomendó a los presentes romper ya con todas las redes sociales. “Organizamos nuestras vidas alrededor de esta sensación de perfección, porque recibimos premios a corto plazo. Corazones, me gusta, pulgares alzados los igualamos a un valor, los igualamos a la verdad. Pero en realidad ocultan una popularidad falsa y amarga que te deja, admitidlo, más vacío de lo que estabas antes”, exhortó.

El ex vicepresidente no es el único miembro emérito de la empresa que ahora pone seriamente en duda la red social. Sean Parker, el inversor inicial y primer presidente de Facebook, al que interpretó Justin Timberlake en la película La red social, declaró en una entrevista reciente que el principal objetivo que tenían al fundarla era “consumir la mayor cantidad de tiempo y atención posible” de cada usuario, y que en consecuencia, Facebook y el resto de redes “literalmente cambian nuestra relación con la sociedad e interfieren con nuestra productividad”. “Dios sabe qué estamos haciendo con los cerebros de nuestros hijos”, lanzó al aire. Parker reconoció que Facebook cuadraba con una mentalidad de hacker como la suya “porque estás explotando la vulnerabilidad de la psicología humana”.

La pregunta es: ¿sabían lo que hacían cuando legaron al mundo este juguete irresistible? Claro que lo sabían. “Lo entendimos conscientemente y lo hicimos de todas maneras”, dijo en la misma entrevista. Palihapitiya se expresó en términos parecidos: “en el fondo, en los lugares recónditos de nuestras mentes, sabíamos que algo malo podía pasar”.

Una portavoz de Facebook, Susan Glick, le respondió de inmediato señalando que el ex vicepresidente lleva seis años fuera de la empresa, que era entonces muy distinta. “Ahora hemos crecido y nos hemos dado cuenta de nuestras responsabilidades y estamos trabajando para mejorar”, dijo. Mark Zuckerberg lleva todo el año inmerso en un tour “de crecimiento personal” por cada uno de los estados de su país, que se leyó inmediatamente como una precampaña presidencial a larguísimo plazo. Lo que sí admitió Zuckerberg en septiembre es que fue demasiado rápido cuando ridiculizó la idea de que Facebook había tenido un rol fundamental en la elección de Trump. Entonces, tildó esa noción de “loca”, pero después reconoció que el asunto es “demasiado importante” para ser tan derogatorio. Cuando pareció evidente que Rusia había gastado al menos 100.000 dólares en anuncios de Facebook para promover mensajes divisivos y anti-Trump, la empresa recolectó 3000 de esos anuncios para presentarlos ante una comisión en el Congreso estadounidense.

En las últimas semanas también se ha señalado el papel de la red social en la crisis de los Rohingya, donde habría servido para amplificar la propaganda contra esta minoría. Y desde el Brexit hasta la crisis catalana, no ha habido acontecimiento político significativo donde no haya aparecido la sombra de Twitter y Facebook. Palipahitiya también se refirió a eso en su exabrupto y puso el ejemplo de un suceso que tuvo lugar en India la pasada primavera, cuando uno de los mensajes virales de Whatsapp (propiedad de Facebook) llevó al linchamiento de siete personas. “Esto es lo que tenemos entre manos. Imaginad que lo llevamos al extremo en el que los agentes malos pueden manipular a enormes cantidades de personas para hacer lo que ellos quieren. Es un estado muy, muy malo de las cosas”.


Artículo actualizado el 20 diciembre, 2017 | 12:18

lunes, 23 de octubre de 2017

Entrevista a Steven Pinker

UNA ENTREVISTA DE CAYETANA ÁLVAREZ DE TOLEDO. Steven Pinker: "Los progresistas detestan el progreso", en El Mundo, 23 OCT. 2017 09:59

¿Me da tres minutos para arreglar mi habitación? No vaya a ser que me haya dejado un calcetín tirado por ahí". Espero en un pasillo de un hotel de Londres. Fuera diluvia, claro. De pronto: "¡Todo listo!" Habla un hombre sonriente, melena rizada blanca, entre Camarón abuelo y un angelito. Es uno de los más grandes intelectuales de nuestra época y va rumbo a Bruselas, invitado por Euromind. Cada uno de sus libros es un big bang y en febrero sale el próximo, un alegato en defensa del progreso y la razón.

¿Qué es un pinkeriano?

¿Un pinkeriano?

Sí, un pinkeriano.

Ah. Humm... Pues una persona que suscribe alguna de mis teorías.

¿Pero cuáles? Defínase. ¡Y defíname!

Pues... Acabo de recibir un paper en el que me califican como un liberal hobbesbiano. Pero aún no lo he leído, ¡así que no sé qué quiere decir exactamente! Digamos que soy un defensor de los valores de la Ilustración: la razón, la ciencia, el progreso y el humanismo.

¿Es un optimista condicional?

Soy un optirrealista, término acuñado por el psicólogo Jacques Lecomte. Y un posibilista, como lo entiende Hans Rosling. Yo no profetizo. No digo: cosas buenas van a pasar. Digo: cosas buenas pueden pasar. Y lo digo porque los hechos corroboran el progreso. Por supuesto, pueden suceder desgracias que no anticipamos. Pero los seres humanos tenemos recursos para sobreponernos a ellas. Y lo más probable es que los utilicemos. Es el tema de mi nuevo libro Enlightenment now: The case for reason, science, humanism and progress, que se publicará en febrero. Precisamente hoy me han llegado los primeros ejemplares. ¿Le envío uno?

Sí, por favor. ¿Y en qué se distingue del libro de Matt Ridley, The rational optimist?

El núcleo se solapa con el de Matt. Pero yo me centro en las ideas que han hecho posible el progreso, que identifico claramente con las ideas de la Ilustración. También analizo las fuerzas que niegan el progreso: el nacionalismo, el populismo, la religión, la hostilidad de los intelectuales hacia las ciencias... Y amenazas existenciales, como el terrorismo.

Es su libro más político.

No es un manifiesto ni de izquierdas ni de derechas. Pero sí aborda asuntos políticos.

Parece un manifiesto contra el populismo.

Lo es.

Dice que los valores de la Ilustración necesitan una defensa comprometida, militante. ¿Quiénes son sus principales enemigos?

Para empezar el populismo autoritario, del que un particular líder americano es un moderno avatar.

¿Pero entonces es un libro contra Trump?

Unos me decían: "No puedes escribir sobre el progreso y sus amenazas sin hablar de Trump". Otros: "Tu libro será leído durante décadas. Trump es un bache. No pierdas el tiempo". Creo que el libro mantiene el equilibrio.

Pero la cuestión no es tanto Trump como que Trump tiene votantes. Estamos en Londres. La mayoría de los británicos decidió abandonar la UE, que con todos sus defectos es un espacio de progreso, convivencia y razón.

Sí, la irracionalidad tiene votantes y a veces son mayoría. Pero fíjese en la edad de los votantes de Trump, Brexit y los partidos populistas europeos de los últimos 15 años. La curva es clara: los jóvenes son mucho menos pro-populistas que los viejos. Y, frente a lo comunmente aceptado, la mayoría de la gente conserva las mismas opiniones políticas a lo largo de la vida. De forma que el futuro no será populista. El populismo decaerá a medida que los jóvenes de hoy se hagan mayores y los mayores abandonan este mundo.

¿Pero qué hacemos hoy? ¿Cómo logramos que los jóvenes voten y voten opciones racionales y no populistas?

Yo no soy un estratega político. Lo que hago es ofrecer los datos objetivos y, por tanto, los argumentos para defender un orden de democracia, ley y libertad. Las instituciones democráticas liberales han sido determinantes en el impresionante progreso de la condición humana. Y esto no se dice lo suficiente. La cultura política e intelectual lo oculta.

¿Por qué?

Porque los progresistas detestan el progreso. Hoy lo que define la percepción del mundo son los titulares y las anécdotas en lugar de los datos y las tendencias. Y además hay una equiparación absurda entre el pesimismo y la sofisticación. Los pesimistas son considerados más serios y moralmente superiores. Tienen prestigio intelectual.

¿Por qué?

Lo explicó un escritor económico americano: un pesimista parece que quiere ayudarte; un optimista, venderte algo. A los optimistas nos llaman ingenuos, panglosianos o directamente portavoces de la Cámara de Comercio o de Silicon Valley.

¿Y el pesimismo tiene una base biológica?

En parte, sí. La naturaleza humana tiene un sesgo negativo. Somos especialmente sensibles a la pérdida. Nos interesan más las noticias malas que las buenas. Nos afectan más las críticas de lo que nos animan los elogios. Existen más palabras negativas que positivas. Estamos pendientes de lo que pueda ir mal.

Pero el pesimismo también tiene fundamentos empíricos.

La Segunda Ley de la Termodinámica: una cosa puede ir mal de muchas maneras y bien de pocas. Esto da una oportunidad a los demagogos. Dicen: "Todo va mal, el sistema no tiene remedio, y como no tiene remedio vamos a destruirlo o a drenarlo, y como da igual a quién votes, vótame a mí". Pero yo insisto en la responsabilidad de las élites intelectuales. Éstas compiten por influencia y autoridad moral. Y nada otorga más prestigio que señalar desde fuera del poder todo lo que el poder hace mal. El intelectual siempre se siente superior al político, el economista o el funcionario.

Es una explicación un poco cínica.

Lo parece. Hay otro factor que contribuye al pesimismo colectivo: la ilusión cognitiva. Las cosas malas suelen ocurrir de golpe: un atentado, por ejemplo. En cambio, las cosas buenas, como el aumento de la esperanza de vida o el descenso en la criminalidad, se producen lentamente, porcentaje a porcentaje.

Se lo he oído decir: "Nunca hay un jueves de marzo que merezca un gran titular".

Así es. Esto se vincula con un rasgo de la naturaleza humana descubierto por Daniel Kahneman y Amos Tversky: la disponibilidad heurística. Los humanos valoramos el riesgo en función de recuerdos que nos vienen fácilmente a la mente. Recordamos las imágenes de los años 70, de niños africanos con sus barrigas hinchadas. Pero no tenemos imágenes de un niño africano desayunando, yendo al colegio, regresando a casa, un día tras otro. Lo mismo ocurre con el terrorismo. Las imágenes distorsionan nuestra percepción de la amenaza.

Su libro aborda la desigualdad, asunto especialmente querido por los populistas. Entiendo que discrepa de las tesis de Piketty.

Sí, yo creo que la desigualdad no es un elemento determinante del bienestar. Lo que es determinante es la pobreza. La cuestión no es si todos tenemos lo mismo, sino si todos tenemos lo suficiente. Siempre puedes lograr que una sociedad sea más igualitaria quemando la riqueza de la mitad más rica de la población. Pero eso no convierte a la otra mitad en más próspera. Históricamente, las fuerzas más eficaces en la generación de igualdad económica han sido las guerras, las epidemias, el colapso del Estado y las revoluciones violentas.

Pero la Historia es materia de olvido.

Siempre he puesto el énfasis en las ciencias. Pero ahora también lo hago en la Historia. La gente olvida los horribles hechos del pasado. Hay que recordar de dónde venimos. Y no me refiero a siglos atrás. Los índices de terrorismo en Europa occidental eran mucho mayores en los años 70 y 80 que ahora. E incluyo los ataques del ISIS. Hay que recordar los pubs de Cardiff arrasados por el IRA. Los cien asesinatos anuales de ETA. Ahora hay atentados del ISIS, pero matan a menos personas que entonces. Lo mismo ocurre con las guerras.

¿Y cuál es la explicación del estado de malestar de la juventud? ¿Es la cara b del estado del bienestar?

En parte. En mi libro reproduzco un monólogo del comediante americano Louis C.K., en el que dice: "¿Te quejas de que tu avión se ha retrasado 40 minutos? ¿Lo calificas como el peor día de tu vida? ¿Y luego qué ocurrió? ¿Te pusiste a volar por el aire como un pájaro? ¿Estabas sentado en medio del cielo, como un dios griego? ¿Y luego qué? ¿Tu avión aterrizó suavemente gracias a unas ruedas que ni siquiera sabes cómo se inflaron?" Damos por hecho las comodidades de presente como si fueran inevitables. No lo son.

Todo parte, entonces, de una incomprensión básica del estado natural de las cosas

Por eso empiezo el libro con un capítulo que se titula: Entro, Evo, Info. Entropía, Evolución, Información. El estado natural del universo es que la cosas se caigan a pedazos. No podemos esperar facilidades, suficiente comida, casas cómodas. Al contrario: miseria y caos. Tampoco la misión de la evolución es convertirnos en hombres y mujeres felices. Lo natural es una lucha entre organismos: unos queremos comernos a otros; otros quieren evitar ser comidos, y los terceros -las enfermedades- quieren matarnos a todos. Lo increíble es que hayamos logrado prosperar mediante la aplicación acumulada del ingenio humano. Pero la gente quiere creer que la riqueza y la felicidad son el estado natural de las cosas. Y cuando no las obtienen buscan culpables.

Como los niños.

Exactamente. Es un impulso infantil.

Usted describe un mundo adulto, del que se deriva una política adulta. Si no hay culpables, el responsable soy yo: mis genes, mis dones, mis decisiones. Este concepto de responsabilidad no está de moda.

No lo había formulado así. Pero el concepto de política adulta me gusta y coincide con el texto fundacional de la Ilustración -¿Qué es la Ilustración?- en el que Kant escribió: "La Ilustración es la emergencia del hombre de su autoimpuesta inmadurez".

Ha dicho que el progreso no es inevitable. ¿Por qué? El conocimiento es acumulativo.

Puede haber horribles retrocesos: guerras, epidemias como el Sida... El progreso no es una ley del universo. Pero cuanto mejor entendamos el universo mejor equipados estaremos para procurar el bien de la humanidad. Esa gran frase de Chéjov: «El hombre será mejor cuando le enseñes cómo es». La ciencia, la razón y el humanismo no nos vienen dados de fábrica. Pero están sus semillas. Tenemos la capacidad para la simpatía y la compasión. Por defecto, sólo las extendemos al círculo de familiares y amigos. Una de las innovaciones de la Ilustración fue precisamente coger esa nuez de simpatía y extenderla a toda la humanidad.

Esta simpatía restringida se exhibe ante un atentado o accidente. Inmediatamente pensamos: ¿ha muerto uno de los míos? Y luego: ¿ha muerto un español? En su caso, un canadiense, supongo. Es el llamado "kilómetro sentimental"..

Kilómetro sentimental! Formidable. Sucede con el debate sobre una posible guerra en la península coreana. Incluso sin un ataque nuclear, podrían morir millones de personas. "¡Incluyendo a 40.000 americanos!", dicen.

Describe usted una sociedad con dos capas. Unos expertos que toman decisiones racionales en aras del bien común, frente a una sociedad parcialmente arrastrada por sus pasiones. ¿No es una visión maniquea, injusta?

Tiene que haber una hipocresía benigna. El Gobierno tiene que estar dirigido por expertos y al mismo tiempo ser capaz de responder a los intereses de los ciudadanos. Los votantes deben sentir que ellos guían la política, aunque lo hagan otros por delegación. En todo caso, antes de abandonar toda esperanza y decir que las masas son irracionales y punto, hay que fijarse en una circunstancia. Existe un proceso, que aún no entendemos bien, en el que los argumentos racionales de las élites devienen mainstream. Son asumidas por todos. Un ejemplo es la criminalización de la homosexualidad o el propio matrimonio gay. Ha dejado de ser un asunto polémico. Lo mismo ocurrió con la segregación racial. O con el derecho de las mujeres a trabajar fuera de casa. Es un proceso viral, que afecta a toda la población. Y una gran esperanza para el progreso.

¿La xenofobia es una tara natural?

Sí, el hombre es por naturaleza xenófobo. En Estados Unidos, sin embargo, el auge xenófobo contra el que tantos alertaban como consecuencia de los ataques islamistas no se ha producido. No sé en Europa.

En España lo que hay es xenofobia contra los étnica, jurídica y culturalmente iguales.

¿Catalanes contra castellanos?

Nacionalistas catalanes contra el resto de españoles, incluidos los catalanes no nacionalistas. En su libro usted señala al nacionalismo como uno de los enemigos de la democracia liberal y del progreso. Sin embargo, el 1 de octubre escribió un tuit elogiando un artículo publicado en The Atlantic. Decía: «España debe aprender de Canadá: los referéndums reducen la tensión. El separatismo está muerto sin violencia». Compara el referéndum legal de Quebec con el ilegal de Cataluña. Y sobre todo ignora que el referéndum catalán ataca los derechos de los 48 millones de españoles a decidir sus fronteras, su ciudadanía, su futuro.

¡Esto debería enseñarme a no disparar tuits sin educarme a fondo sobre la materia! Estaba respondiendo desde la inquietud ante la detención de personas por actividades no violentas. Esto choca con el principio de libertad de expresión. Y tiende a generar más oposición, por comparación con las políticas más blandas y pacientes. Pero yo me opuse a la independencia de Quebec y desde luego me opongo al tipo de nacionalismo que cree que el Estado es un avatar de un alma étnica, religiosa, lingüística o racial, y que un grupo étnico sólo puede prosperar si tiene su propio Estado-nación. El mundo tiene más de 5.000 grupos étnicos o culturales, y no todos pueden tener estados. Además, la gente se mueve y se mezcla, así que no hay nada como un estado étnicamente homogéneo salvo que haya una limpieza étnica violenta. Un estado debe basarse en un contrato social entre personas que ocupan un territorio, no en una identidad étnica. Esa idea es el gran regalo de los Estados Unidos al mundo. Estados multiétnicos son la regla, no la excepción.

La crisis de Cataluña ejemplifica la tesis de su libro sobre el vínculo entre los valores de la Ilustración y el progreso. En los últimos días más de 800 empresas se han marchado, empujadas por la tensión social y la inseguridad jurídica generadas por el separatismo.

Algo similar ocurrió en Quebec en los años 70. Empresas se fueron en masa. Yo también me marché. Mi generación se marchó. Yo fui al colegio en Montreal y nuestra reunión de ex alumnos fue en Toronto. Por otra parte, no sé cuál será el futuro de Cataluña, pero en Quebec sufrimos algo de terrorismo a principios de los 70, un muerto, pero luego nada. La gente se irrita. Hay tensión. Malos sentimientos. Pero por oposición a las guerras secesionistas o el terrorismo, al final Quebec fue bastante civilizado. De momento no hay terrorismo en Cataluña...

Lo hubo, brevemente, a finales de los 70. En todo caso, el separatismo es violento por definición. Violenta la convivencia, la razón y, en el caso catalán, también la ley. Sin embargo, a ojos del resto del mundo, a veces logra parecer racional. Esto también tiene que ver con su libro. Le daré un ejemplo: el Estado español tuvo que usar su fuerza legítima para evitar el referéndum ilegal catalán. The Guardian y otros medios han reconocido que muchas de las imágenes publicadas de la presunta represión policial eran falsas. Pero ya era tarde. Líderes e intelectuales de medio mundo criticaron a España por su presunto autoritarismo. ¿Cómo se defiende la democracia en tiempos posmodernos, tan hipersensibles a la imagen y tan vulnerables a la mentira?

Esto es un asunto agónico en el corazón del propio concepto del Estado, y no hay una respuesta definitiva ni algorítmica. Desde luego la verdad está por encima de todo lo demás. Y tanto la prensa como los gobiernos deben estar sometidos a los más altos estándares de objetividad y exactitud. Por otra parte, el Estado debe utilizar la menor violencia posible, salvo para prevenir una violencia o un daño mayor. En mi opinión, esto es casi una definición de la democracia. Dónde trazar la línea, cuando la propia democracia está amenazada, es un problema extraordinariamente difícil. La violencia del Estado debe ser el último recurso. Aunque a veces uno tiene que usar el último recurso.

¿Y cómo se combate el nacionalismo? ¿Cómo se convence a millones de ciudadanos de que vuelvan a la razón? ¿Cómo se les explica que vivimos en la época más próspera y libre de cuantas se hayan conocido?

Para hacer que las masas asuman criterios racionales hacen falta políticos inteligentes con mensajes eficaces. Hay que dirigirse a la gente que sí escucha argumentos. Demostrarles con datos objetivos que las cosas van bien, sobre todo comparado con el trasfondo de caos y miseria que es nuestro estado natural. No vayamos a arruinarlo todo. Intentemos mejorarlo. Como hicimos en el pasado. Sabemos que el nacionalismo en general es atávico, arcaico y condujo a dos guerras mundiales. El orgullo nacional no es incompatible con la cooperación internacional. Tenemos sentimientos tribales, pero somos de muchas tribus.

Tony Judt definió bien el carácter múltiple de la identidad. Somos "edge people" , dijo.

No conozco el artículo de Judt. Envíemelo, por favor. Los demagogos y muchos intelectuales insisten en que las personas sólo tenemos una identidad. No es cierto. La psicología humana admite muchas identidades solapadas... Lo cierto es que el papel de los intelectuales ante el nacionalismo es deprimente.

¿Por simplificadores?

No tanto. El problema es que reúnen todos sus recursos intelectuales para empujar una idea hasta el extremo. En el libro analizo la triste historia de los intelectuales que han servido a déspotas totalitarios. Mark Lilla también ha escrito sobre el tema en The Reckless Mind. Pero el primero en señalar este fenómeno fue Julien Benda en La traición de los intelectuales. No hay un solo dictador del siglo XX que no haya contado con una corte de intelectuales.

En una conferencia, le oí citar la frase que Isaiah Berlín tomó prestada de Kant: el fuste torcido de la humanidad. ¿Es posible emocionar desde la razón? Inténtelo.

No tengo talento oratorio, pero lo intentaré: Creo que debemos comprender que hemos nacido en un universo sin piedad. Somos fuste torcido. Tenemos cantidad de defectos. El proceso que nos engendró no tenía un interés benévolo en nuestra felicidad. Pero fuimos dotados de algunos dones que nos han dado la oportunidad de redención. Tenemos la capacidad de empatía y compasión. Nuestras mentes nos permiten tener pensamientos sobre nuestros pensamientos. Tenemos la capacidad del lenguaje: podemos acumular nuestras ideas y compartirlas. Y al expandirse nuestra simpatía y al acumularse los frutos de nuestro ingenio colectivo podemos lograr pequeñas victorias frente a las fuerzas que nos oprimen. Si prestamos atención al estado del mundo, veremos que hemos logrado estas pequeñas victorias. Y como no hay límite al ingenio humano, no hay límite a las mejoras que podemos prever. Esto no significa que tendremos un mundo perfecto. No puede haberlo porque no somos idénticos. Ese es el gran hallazgo de Berlín: el mejor mundo al que podemos aspirar acepta un compromiso entre intereses y valores. Podrá inquietarnos que el mundo nunca vaya a ser perfecto, pero lo cierto es que existe un inmenso margen para el progreso. Hay fuerzas que naturalmente empujan en esa dirección. Cuando tenemos más conocimiento, nos conectamos más. Al expandirse el círculo de conexión, gentes de diversas culturas se juntan en defensa de intereses comunes. Llaman a priorizar el progreso humano porque tienen en común su humanidad. Y porque a pesar de todas las discrepancias culturales o nacionales, hay un fundamento básico de intereses comunes. Todos coincidimos en que la vida es mejor que la muerte. En que la salud es mejor que la enfermedad. En que la prosperidad es mejor que la pobreza. En que la seguridad es mejor que el peligro. En que la paz es mejor que guerra. Y en que el conocimiento es mejor que la superstición o la ignorancia.

Su alegato dibuja una nueva política. Una política que puede ser compartida por todos los que creen en los valores de la Ilustración y el progreso frente a quienes los atacan: los nacionalistas, los populistas, los identitaristas...

Los gendarmes de la corrección política...

Lo que quiero decir es que, al escucharle, pienso que no sólo hay margen para el progreso, sino también para un nuevo consenso. ¿Eso no debería llevarnos a rediseñar las fronteras ideológicas tradicionales? En vez de izquierda y derecha, ilustrados y reaccionarios.

Sí, o como leí precisamente ayer: upwing y downwing.

Hablemos de los medios. Tenemos un ecosistema mediático fragmentado y polarizado, en el que proliferan las noticias falsas. ¿Cómo afecta esto a la capacidad de los votantes para tomar decisiones racionales y sensatas?

Ya había mucha desinformación en los viejos días de los periódicos de papel. Los hechos que desembocaron en la Primera Guerra Mundial, en Vietnam, en la Guerra de Irak... Muchos intelectuales creían que la Unión Soviética de Stalin o la China de Mao eran éxitos. Teorías conspirativas, rumores virales, fake news y libelos como los Protocolos de los sabios de Sion son propios de todas las épocas.

Pero entonces en la lucha contra la mentira no progresamos.

Hoy tenemos nuevos desafíos, pero también nuevos instrumentos para abordarlos: webs dedicadas al fact-checking, como Snopes o Politifact, o el milagroso Wikipedia. Dicho esto, es crucial que los periodistas dejen de utilizar el corrosivo posverdad, que sugiere que la precisión es imposible y que el único arma contra la demagogia es más demagogia.

¿Cuánto nos importa que nos mientan?

No nos gusta que nos mientan. Pero la gente relaja sus estándares de exigencia, a veces a cero, cuando se trata de afirmaciones que refuerzan la virtud de su grupo y demonizan a sus enemigos. Estas afirmaciones han sido calificadas como "mentiras azules", un juego sobre la expresión "mentiras blancas". El objetivo de las mentiras blancas es adular al individuo. El de las mentiras azules, al grupo. Y las mentiras azules gustan.

¿Y esa vieja falacia periodística: "la verdad objetiva no existe, sólo hay versiones"?

Existe un acuerdo paradójico y perverso entre los ideólogos trumpianos de los hechos alternativos y los posmodernistas de la extrema izquierda. Afortunadamente, la izquierda posmoderna no tiene ningún prestigio entre la gente. Sin embargo, su influencia en el mundo intelectual sigue siendo notable.

De nuevo, los reaccionarios se tocan.

Kellyanne Conway parece una intello francesa de los 70. Trump, ¡la encarnación de Derrida! Pero hay movimientos en la buena dirección. Los periódicos todavía conservan un cierto prestigio. Y empieza a haber profesionales dispuestos a desafiar la vieja idea de que sólo las malas noticias son periodismo serio.

Tiene usted un gráfico que muestra que las noticias son cada vez más negativas a pesar de que el mundo va cada vez mejor.

Como dijo Max Roser, los periódicos podrían titular: "37.000 personas salieron de la pobreza ayer, y cada día de los últimos 30 años". Pero jamás lo hacen. El resultado es que la gente cree que la pobreza mundial ha crecido cuando ha caído de forma drástica.

¿Promueve usted un periodismo positivo?

Llamémoslo periodismo constructivo o periodismo de soluciones. Dos de sus promotores son David Bornstein y Tina Rosenberg, y su columna Fixes en The New York Times tiene cada vez más seguidores.

Vender periódicos con noticias positivas: un verdadero desafío comercial.

Hay una demanda real para un periodismo constructivo y de calidad. Evidentemente, no puedes decir: "Oye, te voy a contar buenas noticias". Pero hay otro criterio que sí funciona y que es propio del periodismo: la rendición de cuentas. Si quieres que los poderosos rindan cuentas no puedes señalar sólo lo malo, porque eso les permite decir: como nada tiene remedio, da igual lo que hagamos. En cambio, si señalas las políticas que sí funcionan, entonces puedes denunciar con credibilidad todo aquello que va mal. Es tácticamente inteligente y además refleja mejor la realidad. Y la realidad es que el mundo no deja de progresar.