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sábado, 23 de enero de 2021

De Lou Reed, Sucia avenida / Dirty boulevard

Lou Reed, Sucia avenida.


"Dame tu hambre, tu cansancio o tu pobreza,

que me los pase por el culo",

es lo que dice la estatua de la Intolerancia.

"Tus pobres masas hacinadas" son apaleadas hasta morir

o terminan atontadas recorriendo la sucia avenida.


Pedro vive en las afueras del hotel Whilsire;

mira por una ventana sin cristal.

Las paredes son de cartón,

hojas de periódico el suelo.

Su padre lo golpea por estar cansado para mendigar.

Pedro tiene nueve hermanos y hermanas

que han crecido sometidos

(es difícil salir corriendo 

cuando te golpean con una percha en el culo).

Pedro sueña con crecer y matar al padre.

Pero hay una pequeña esperanza

y se marcha a recorrer la sucia avenida.


lunes, 1 de junio de 2020

Poemas del poeta de la I Guerra Mundial Siegfried Sasoon

Winston Churchill escribió que toda generación debería releer los poemas de S. Sasoon para saber de verdad qué significaba una guerra. Es traducción libre, traidora y propia:

"Marchan desde la seguridad y la alegría que cantan los pájaros, / desde el plantío verde como la hierba hacia la tierra donde todo es ruina / y nada florece sino el cielo... / A través de un Walhalla lunar pasarán / batallones y batallones destinados al Infierno: / el ejército que no volverá a ser joven; / las legiones que sufrieron y son polvo"

DESTIERRO

Me desterraron de luchadores y pacientes.
Con pena se golpeó mi corazón, se edificó mi orgullo,
y, uno con otro, hombro con hombro, doloridos
se alejaron de la viviente luz de la llanura.
Sus culpas se hicieron las mías; aunque siempre, ante mis ojos,
marcharon vestidos de honor. Pero murieron,
no uno tras otro: y lloré, amotinado
contra quienes los llevaron a la noche.

La oscuridad cuenta cuán en vano me he esforzado
por liberarlos del pozo donde deben habitar por condena.
En marginada penumbra convulsa, mordida y desgarrada
de cañones, el amor me llevó a rebelarme;
y el amor a tientas por el Infierno me  devuelve a ellos:
a sus torturados ojos, estoy absuelto.

CONTRAATAQUE

(1918)

Horas antes habíamos alcanzado el objetivo primero.
Y entonces el amanecer surgía con cara que mira preguntándose,
pálida, sin afeitar, sedienta, ciega de humo.
Parecía estar bien todo al principio. Mantuvimos la posición
situando los morteros y las armas en su sitio
y sonaban las palas cavando  una trinchera poco honda.
Podrido de muertos estaba el lugar; desparramadas 
y arrastradas a lo largo las torpes pantorrillas de altas botas verdes.
Troncos sin savia boca abajo, chupados por el lodo, revolcados como sacos terreros
llenos apenas, pisoteados, y las nalgas al aire empapadas;
en esteras de yerbajo dormían sus cabezas, abultando coágulos
sobre la baba enlucida. Y entonces comenzó a llover ¡alegre lluvia vieja!

Un enorme soldado se arrodilló contra el borde
escudriñando la mañana: se desvanecía la niebla.
Se preguntó cuánto tiempo más en lo suyo estarían los alemanes;
y luego, por supuesto, comenzaron su barrido de nueve a cinco,
seguro como el destino, y nunca fracasado.
Mudo por el clamor de los obuses, los vio estallar
escupiendo ráfagas de Infierno, alambre espinoso y tierra oscura,
mientras se posaban disueltos los gigantes montones de humo.
Se agachó encogido, mareado de miedo galopante,
enfermo por escapar, por el horror estrangulado
y los frenéticos gestos de los muertos machacados.

Un oficial bajó corriendo la trinchera:
"¡Ponte en pie y contesta al fuego!" Y se fue
jadeando y gritando "¡contrafuego, contraataque!"
Entonces se disipó la bruma: bombazos a la diestra,
ametralladoras a siniestra, y abajo el lodo eterno:
tambaleantes siluetas se asomaban por delante.
"¡Cristo, vienen por nosotros!" Escupieron sus balas,
y los rifles recordaron: fuego raudo.
Él comenzó a arder salvajemente; después, un estallido
lo arrugó noqueado, girándolo de lado;
gruñía retorcido sin que nadie lo oyera; atragantado,
sofocado, luchaba ya con vendas de sombra aleteante,
perdido en la borrosa confusión de gritos y gemidos.
Abajo y abajo y más abajo se hundió y ahogó
hasta morir desangrado. El contraataque había fallado.

domingo, 30 de abril de 2017

Un poema inédito de Henri Murger y traducción

El texto está tomado de Vialibri, donde se vende por más de tres mil euros, pero es más largo: diez estrofas de cuatro versos.  Lo he traducido algo apresuradamente al final; tendría que retocar más esa versión.

Nuit d'hiver

J'ai dans mon lit tout chaud de fièvre libertine
Une fille trouvée au coin du boulevard
Sa croupe et ses bas blancs tirés sur sa bottine
Après dîner m'avaient agacé le regard.

Flairant sans doute en moi la brute inassouvie
Que tourmente sans cesse un obscur désir
Sur un geste, je l'ai discrètement suivie
Et nous sommes allés profaner le plaisir

Son haleine est fétide et vous souffle au visage
La putréfaction de ses poumons malsains
Sa volupté cynique a l'aspect de la rage
On voit qu'elle a connu beaucoup de médecins

Elle m'a raconté sa vie et sa misère
Et comment sans amour elle avait un amant
Quand elle était petite; et qu'elle devint mère
Comme à peine elle avait cessé d'être une enfant

A tout prix je voulus la renvoyer chez elle
Mais elle résista : ce fut mon châtiment. 
Et jusqu'au rayon bleu de l'aurore nouvelle
J'ai du subir l'ennui de notre accouplement.

TRADUCCIÓN PROPIA

Tengo en mi lecho, caliente de fiebre libertina,
una muchacha encontrada en un rincón del bulevar;
su grupa y blancas calzas sacadas de botinas
tras la cena me había molestado yo en mirar.

Contemplando en mí sin duda el bruto desagrado
que un turbio deseo sin cesar agita y mezcla,
en un gesto la he seguido con discreto silencio
y nos hemos ido a profanar el placer.

Su aliento es fétido, y os sopla en la cara
la putrefacción de sus malsanos pulmones;
su cínico deleite tiene el aspecto de la rabia,
y se ve que ha conocido ya a demasiados médicos.

Ella me cuenta de su vida y sus miserias,
y cómo sin amor ella tenía un amante
cuando era pequeña; y llegó a ser madre
cuando apenas había dejado de ser niña.

A toda costa quería enviarla a su casa,
pero se resistía: ese fue mi castigo.
Y hasta el rayo azul de la nueva aurora
tuve que sufrir el aburrimiento de nuestro enlace.

miércoles, 23 de noviembre de 2016

La verdadera autoría de la traducción del Si de Kipling atribuida a Jacinto Miquelarena

Una famosa traducción del famoso poeta "Si" de Rudyard Kipling suele atribuirse al corresponsal falangista de la II Guerra Mundial Jacinto Miquelarena, pero este no sabía inglés, como cuenta Jesús Pardo en Autorretrato sin retoques (1999), cito por la segunda edición de 2006, pp. 252-253;  en realidad es obra de la amante que tuvo en Londres, una argentina llamada Felicitas Flores, con la cual engañaba a su mujer. La traducción es muy sintética, y logra a duras penas conservar la rima. Es esta

SI

Si guardas en tu puesto la cabeza tranquila, 
cuando todo a tu lado es cabeza perdida. 
Si tienes en ti mismo una fe que te niegan 
y no desprecias nunca las dudas que ellos tengan. 
Si esperas en tu puesto, sin fatiga en la espera; 
si engañado, no engañas, si no buscas más odio 
que el odio que te tengan… 
Si eres bueno y no finges ser mejor de lo que eres, 
si al hablar no exageras lo que sabes y quieres.
Si sueñas y los sueños no te hacen su esclavo, 
si piensas y rechazas lo que piensas en vano. 
Si tropiezas al Triunfo, si llega tu Derrota 
y a los Dos impostores les tratas de igual forma. 
Si logras que se sepa la verdad que has hablado, 
a pesar del sofisma del Orbe encanallado. 
Si vuelves al comienzo de la obra perdida,
aunque esta obra sea la de toda tu vida.
Si arriesgas en un golpe y lleno de alegría 
tus ganancias de siempre a la suerte de un día 
y pierdes y te lanzas de nuevo a la pelea, 
sin decir nada a nadie de lo que es y lo que era. 
Si logras que tus nervios y el corazón te asistan, 
aún después de su fuga de tu cuerpo en fatiga 
y se agarren contigo cuando no quede nada 
porque tú lo deseas y lo quieres y mandas.
Si hablas con el pueblo y guardas tu virtud, 
si marchas junto a Reyes con tu paso y tu luz. 
Si nadie que te hiera llega a hacerte la herida, 
si todos te reclaman y ni uno te precisa. 
Si llenas el minuto inolvidable y cierto, 
de sesenta segundos que te lleven al cielo… 
Todo lo de esta tierra será de tu dominio 
y mucho más aún: serás Hombre, ¡hijo mío!

domingo, 13 de noviembre de 2016

"Les bourgeois", que cantaba Jacques Brel, y otras

(Mi traducción, no demasiado libre, salvo el estribillo, está más abajo, dedicada a los dañosos politiquines. Creo que por Trois Faisans se refiere en realidad al cabaret Trois Baudets de Pigalle; Jojó es su mánager, amigo personal e incluso chófer Georges Pasquier)

I

Le coeur bien au chaud
Les yeux dans la bière
Chez la grosse Adrienne de Montalant
Avec l'ami Jojo
Et avec l'ami Pierre
On allait boire nos vingt ans
Jojo se prenait pour Voltaire
Et Pierre pour Casanova
Et moi, moi qui étais le plus fier
Moi, moi je me prenais pour moi
Et quand vers minuit passaient les notaires
Qui sortaient de l'hôtel des "Trois Faisans"
On leur montrait notre cul et nos bonnes manières
En leur chantant

Les bourgeois c'est comme les cochons
Plus ça devient vieux plus ça devient bête
Les bourgeois c'est comme les cochons
Plus ça devient vieux plus ça devient c...

Le coeur bien au chaud
Les yeux dans la bière
Chez la grosse Adrienne de Montalant
Avec l'ami Jojo
Et avec l'ami Pierre
On allait boire nos vingt ans
Voltaire dansait comme un vicaire
Et Casanova n'osait pas
Et moi, moi qui restait le plus fier
Moi j'étais presque aussi saoul que moi
Et quand vers minuit passaient les notaires
Qui sortaient de l'hôtel des "Trois Faisans"
On leur montrait notre cul et nos bonnes manières
En leur chantant

Les bourgeois c'est comme les cochons
Plus ça devient vieux plus ça devient bête
Les bourgeois c'est comme les cochons
Plus ça devient vieux plus ça devient c...

Le coeur au repos
Les yeux bien sur terre
Au bar de l'hôtel des "Trois Faisans"
Avec maître Jojo
Et avec maître Pierre
Entre notaires on passe le temps
Jojo parle de Voltaire
Et Pierre de Casanova
Et moi, moi qui suis resté le plus fier
Moi, moi je parle encore de moi
Et c'est en sortant vers minuit Monsieur le Commissaire
Que tous les soirs de chez la Montalant
De jeunes "peigne-culs" nous montrent leur derrière
En nous chantant

Les bourgeois c'est comme les cochons
Plus ça devient vieux plus ça devient bête
Les bourgeois c'est comme les cochons
Plus ça devient vieux plus ça devient c...

II

Con el corazón calentito, 
los ojos inundados en cerveza, 
en casa de la gorda Adriana Montalant, 
con el amigo Jojó 
y el amigo Pierre,
bebíamos nuestros veinte años. 
Jojo se creía Voltaire 
y Pierre Casanova; 
y yo, yo que era el más orgulloso, 
me tomaba por mí mismo. 
Y cuando hacia medianoche pasaban los notarios 
saliendo del hotel "Tres Faisanes" 
les mostrábamos el culo con buenas maneras 
cantándoles:

Los burgueses son como los cerdos 
cuanto más viejos se vuelven, más tontos son 
Los burgueses son como los cerdos 
y [más culo crían] cuanto más viejos son.

Con el corazón calentito, 
los ojos en cerveza, 
en casa de la gorda Adriana Montalant, 
con el amigo Jojó 
y el amigo Pierre,
bebíamos nuestros veinte años. 
Voltaire bailaba como un párroco 
y Casanova no se atrevía 
Y yo, yo, que estaba más orgulloso 
y casi más borracho que yo mismo,
cuando hacia medianoche pasaban los notarios
saliendo del hotel "Tres Faisanes" 
les mostrábamos el culo y nuestras buenas maneras 
cantándoles:

Los burgueses son como los cochinos 
cuanto más viejos se vuelven, más tontos son 
Los burgueses son como los cochinos 
y [más culo crían] cuanto más viejos son.

El corazón ya en paz,
los ojos en el suelo,
en el bar del hotel "Tres Faisanes" 
con el maestro Jojó
y el maestro Pierre,
entre notarios se nos pasa el tiempo. 
Jojó habla de Voltaire 
y Pierre de Casanova 
y yo, yo que aún andaba más henchido de mí mismo,
yo, todavía más aún hablo de mí,
al salir de pronto hacia medianoche, señor comisario,
como todas las noches de casa de la Montalant,
jóvenes groseros nos muestran su trasero
cantándonos:

Los burgueses son como los cochinos 
cuanto más viejos se vuelven, más tontos son 
Los burgueses son como los cochinos 
y [más culo crían] cuanto más viejos son.

La canción puede verse en Youtube. Pero mi favorita es el Tango fúnebre. A Javier Lumbreras le gusta mucho Les vieux amants, y en efecto hay mucha  verdad humana en esta obra. Parecida, y tan cruel como la anterior, es Ces gens, là. También es suya la que dicen es una de las mejores canciones de amor de todos los tiempos, dedicada a una Suzanne, como la de Leonard Cohen, Ne me quitte pas, "No me dejes":

'Ne me quitte pas'

Ne me quitte pas
Ne me quitte pas
Il faut oublier
Tout peut s'oublier
Qui s'enfuit déjà
Oublier le temps
Des malentendus
Et le temps perdu
A savoir comment
Oublier ces heures
Qui tuaient parfois
A coups de pourquoi
Le coeur du bonheur
Ne me quitte pas
Ne me quitte pas
Ne me quitte pas
Ne me quitte pas
Moi je t'offrirai
Des perles de pluie
Venues de pays
Où il ne pleut pas
Je creuserais la terre
Jusqu'après ma mort
Pour couvrir ton corps
D'or et de lumière
Je ferai un domaine
Où l'amour sera roi
Où l'amour sera loi
Où tu seras ma reine
Ne me quitte pas
Ne me quitte pas
Ne me quitte pas
Ne me quitte pas
Ne me quitte pas
Je t'inventerai
Des mots insensés
Que tu comprendras
Je te parlerai
De ces amants là
Qui ont vu deux fois
Leurs coeurs s'embraser
Je te raconterai
L'histoire de ce roi
Mort de n'avoir pas
Pu te rencontrer
Ne me quitte pas
Ne me quitte pas
Ne me quitte pas
Ne me quitte pas
On a vu souvent
Rejaillir le feu
D'un ancien volcan
Qu'on croyait trop vieux
Il est paraît-il
Des terres brûlées
Donnant plus de blé
Qu'un meilleur avril
Et quand vient le soir
Pour qu'un ciel flamboie
Le rouge et le noir
Ne s'épousent-ils pas
Ne me quitte pas
Ne me quitte pas
Ne me quitte pas
Ne me quitte pas
Ne me quitte pas
Je ne vais plus pleurer
Je ne vais plus parler
Je me cacherai là
A te regarder
Danser et sourire
Et à t'écouter
Chanter et puis rire
Laisse-moi devenir
L'ombre de ton ombre
L'ombre de ta main
L'ombre de ton chien
Ne me quitte pas
Ne me quitte pas
Ne me quitte pas
Ne me quitte pas.

IV

No me dejes

No me dejes:
hay que olvidar,
todo se puede olvidar;
lo que ya huya,
olvidar el tiempo
de los malentendidos
y el tiempo perdido
a saber cómo;
olvidar estas horas
que mataban a veces,
a golpes de porqué,
el corazón
de la felicidad;
no me dejes.

Yo te ofreceré
unas perlas de lluvia
venidas de países
donde no llueve,
cavaré la tierra
hasta después de mi muerte,
para cubrir tu cuerpo
de oro y de luz;
crearé un dominio
donde el amor será rey,
donde el amor será ley,
donde tu serás mi reina:
no me dejes.

Te inventaré
palabras insensatas
que entenderás;
te hablaré
de aquellos amantes
que han visto dos veces
abrasar sus corazones;
te contaré
la historia de este rey
muerto por no poder
encontrarte:
no me dejes.

A menudo hemos visto
renacer el fuego
de un antiguo volcán
que pensábamos muy viejo;
y puede ser que haya
tierras abrasadas
que den mejor trigo
que el mejor abril;
y cuando llega la tarde,
para que el cielo brille
el rojo y el negro
¿no se abrazan?
No me dejes.

No lloraré más,
no hablaré más:
me esconderé aquí,
viéndote bailar
y sonreír
para escucharte cantar
y después reír;
déjame volverme
la sombra de tu sombra
la sombra de tu mano
la sombra de tu perro:
no me dejes.

martes, 5 de abril de 2016

Una versión de Suzanne de Leonard Cohen

Suzanne te lleva a su escondite, al lado del río.
Puedes oír las barcas pasar de largo.
Puedes pasarte toda la noche a su lado.
Y sabes que está medio loca,
pero ése es el motivo por el cual estás allí.
Y te da té y naranjas de la China.
Y cuando tratas de decirle
que no tienes amor que ofrecerle,
te coge y te mece en sus brazos,
dejando que sea el río el que conteste
que siempre has sido su amante.
Y quieres viajar con ella.
Quieres viajar a ciegas.
Y sabes que confiará en ti
por haber tocado su cuerpo perfecto con tu mente.

Jesús era un marinero
cuando caminó sobre el agua.
Gastó mucho tiempo mirando
desde su solitaria torre de madera.
Y cuando supo con certeza
que solo los que se ahogaran podrían verle
Dijo: "Todos los hombres serán marineros,
hasta el día que el mar los libere".
Pero él mismo estaba arruinado
antes de que el cielo se abriera:
abandonado, casi humano,
y se hundió bajo la sabiduría
como una piedra.
Y quieres viajar con él.
Quieres viajar a ciegas.
Y sabes que quizá confiarás en él
por haber tocado tu cuerpo perfecto con su mente.

Ahora, Suzanne toma tu mano
y te lleva hasta el río.
Lleva puestos unos trapos y plumas
sacados de la ventanilla del Ejército de Salvación.
Y el sol cae como la miel
sobre la chica común del puerto
y te muestra donde mirar
entre la basura y las flores.
Hay héroes en las cloacas,
y niños por la mañana,
inclinándose por amor.
Y lo seguirán haciendo siempre,
mientras Suzanne sostiene el espejo donde se mira.
Y quieres viajar con ella.
Quieres viajar a ciegas.
Y sabes que confiará en ti
por haber tocado tu cuerpo perfecto con su mente..

viernes, 29 de enero de 2016

El exciudadano de ninguna parte

De La leyenda de la ciudad sin nombre. La traducción de la canción es mía.

-¿Te marchas, Ben?
-No.
-Yo tampoco... Creo que hay dos clases de gente en el mundo. Los que se marchan y los que se quedan. ¿No es cierto?
-No, yo no lo creo.
-Pues... ¿qué crees tú?
-Pues que hay dos clases de gente. Los que van a alguna parte y los que no van a ninguna. ¡Eso sí que es cierto!
-Hum. No estoy de acuerdo, Ben.
-Porque no sabes de qué demonios estoy hablando. Soy un exciudadano de ninguna parte... A veces echo de menos mi hogar.

Nací bajo una estrella errante,
nací bajo una estrella errante.

La mula se hizo por cargar
la rueda se hizo por rodar
y nunca vi estar a nadie
mucho mejor mirando atrás.

Nací bajo una estrella errante,
nací bajo una estrella errante.

Los llanos te pueden secar
el barro te puede aprisionar,
la nieve te quema la vista
y la gente solo te hace llorar.

Para escapar en pos de sueños
se ha hecho todo hogar,
para ir en pos de sueños
que, con suerte, no se harán.

Nací bajo una estrella errante,
nací bajo una estrella errante.

¿Dónde sé que está el Infierno?
En un “hola” siempre está,
y el Cielo está en un adiós
que será siempre jamás,
que ya es hora de marchar.

Nací bajo una estrella errante,
para errar, errar, errar.

(Coro)

Los llanos te pueden secar,
el barro te puede aprisionar,
la nieve te quema la vista,
y la gente solo te hace llorar.

Para escapar en pos de sueños
se ha hecho todo hogar,
para ir en pos de sueños, 
que, con suerte, no se harán.

Nací bajo una estrella errante,
nací bajo una estrella errante.

Cuando me marche hacia el cielo
a un árbol me habréis de atar
o lucharé y sabréis
donde es cierto iré a acabar.

Yo nací bajo una estrella errante
para errar, errar, errar.

martes, 7 de julio de 2015

El caballero francés François Bertaut escribe sobre su viaje por La Mancha en el siglo XVII

Esta es mi traducción desde el francés antiguo del pasaje alusivo a La Mancha en François Bertaut, Journal du voyage d'Espagne contenant une description fort exacte de ses royaumes, et de ses principales villes... 1682, p. 167 y ss. (la editio princeps o primera es de 1664; una segunda edición que desconocieron Raymond Foulché-Delbosch y Arturo Farinelli fue Paris: chez Claude Barbin, 1669: en ella se atribuye la sección "Journal du Sieur D. E." a Des Essarts y la parte "Retour de Madrid" a una de las personas que acompañaron a Bertaut en su viaje; este se desarrolló en 1659 con el propósito de pedir la mano de María Teresa, hija de Felipe IV).

Bertaut, pariente de algunos célebres escritores y escritor él mismo, dominaba tan bien el castellano como su madre, camarera de la reina francesa y criada en España, de donde eran sus ancestros, nobles hidalgos de Saldaña:

Como Andalucía terminaba allí, comenzaba La Mancha. El viernes cinco de diciembre, tras haber gastado algún tiempo hasta llegar a cenar en una venta, porque había cada vez más espacio entre poblados en este derrotero aunque fuese una "sierra", partimos de allí. Llegamos a tiempo de dormir en Conquista, que es mal pueblo, y al día siguiente seis llegamos a Almodóvar del Campo, que está a nueve leguas. Por este camino no solo volvimos a encontrar "ventas", sino que también pasamos dos llanuras de las que una sola medía alrededor de diez leguas de largo y rentaba al rey en pastos doscientos mil ecus al año.

El día anterior habíamos visto a la izquierda, de lejos, una "vega" que nos dijeron ser muy fértil y quedaba justo en medio de esta "Sierra". En Almodóvar, que es una gran población, comienzan las tierras de labor y desde allí los pueblos son más frecuentes. El domingo siete partimos y cenamos en Ciudad Real, que dista de allí seis leguas. Es una villa situada en una gran llanura y de largo recinto que estuvo antaño muy poblada pero al presente está casi desierta. No le queda ya nada, sino que allí es donde se preparan mejor las pieles de cordobán de que se hacen los guantes de España. Por este motivo van allí muchos, en particular de Madrid, y compré unos; luego nos marchamos y dormimos en Malagón, que está a cuatro leguas. 

La mañana antes de llegar allí habíamos dejado a la izquierda Calatrava la Nueva, habiendo dejado la Vieja a mano derecha en dirección a Granada. Al pasar a media legua de Ciudad Real, en el río Guadiana, pregunté al molinero que había en un molino junto al puente si estábamos muy lejos de donde este río se escondía. Me dijo que estaba a unas veinte leguas de allí, que no permanecía oculto más de tres leguas y se sembraba encima de por donde pasaba.

Como volvimos a Malagón por el camino que habíamos recorrido al venir, no diré nada más sino que de Malagón pasamos a Yébenes que no sé si he señalado pertenece a una encomienda de Malta, y dormimos en Orgaz, que está a diez leguas.

El lunes ocho, día de la Concepción de Nuestra Señora, y el martes nueve, estuvimos en Toledo. La "iglesia mayor" la encontré pequeña y baja al lado de las de Granada y Sevilla, y noté que no medía más de setenta pasos de largo. Desde allí fuimos a Illescas, donde hay una Virgen muy milagrera; además la iglesia está llena de exvotos y hay más de cien lámparas de plata.  

miércoles, 9 de julio de 2014

En los campos de Flandes

Como recuerdo a quienes murieron en la I Guerra Mundial, he traducido "En los campos de Flandes", un célebre poema del cirujano y soldado John McCrae tras la segunda batalla de Yprés:

En los campos de Flandes

En los campos de Flandes
las amapolas se mecen
entre cruces fila tras fila
marcando nuestro sitio; y en el cielo
las alondras, todavía cantando con valentía, vuelan
apenas oyendo los cañones.
Somos los muertos. Hace cortos días
vivimos, sentimos amanecer, vimos rojos ocasos,
amamos y nos amaron y ahora yacemos
en los campos de Flandes.
Tomad nuestra lucha contra el enemigo:
en defecto de manos, os arrojamos
la antorcha; vuestra tarea es llevarla alta.
Si nos traiciona quien muera
no descansaremos, aunque surjan amapolas
en los campos de Flandes.

  
In Flanders Fields and Other Poems (1918)

    In Flanders fields
    In Flanders fields the poppies blow
          Between the crosses, row on row,
       That mark our place; and in the sky
       The larks, still bravely singing, fly
    Scarce heard amid the guns below.
    
    We are the Dead. Short days ago
    We lived, felt dawn, saw sunset glow,
       Loved and were loved, and now we lie
             In Flanders fields.
    
    Take up our quarrel with the foe:
    To you from failing hands we throw
       The torch; be yours to hold it high.
       If ye break faith with us who die
    We shall not sleep, though poppies grow
             In Flanders fields.

lunes, 28 de mayo de 2012

El hombre que era un hombre para el hombre

He escrito una breve entrada en castellano en la Wikipedia al mas humilde de los poetas estadounidenses, Sam Walter Foss, y traducido para mi Museo literario su poema más célebre, La casa al lado del camino, ahora que todo el mundo habla del centenario de Campos de Castilla, de Machado. También es un poema sobre un hombre y un camino, y es muy conocido por los norteamericanos, como el sin duda más célebre de Robert Frost, con quien tiene no poco en común. Dejo aquí copiada mi adaptación:


La casa a la vera del camino



Hay almas ermitañas que viven retiradas 
en la paz de su propio contenido. 
Hay almas como estrellas a lo lejos, grandes si te acercas al firmamento.
Hay almas pioneras cuyo fuego sigue veredas 
hacia donde nunca llegaron los caminos; 
pero, a mí, dejadme vivir en mi casa
junto al camino,
y ser un hombre para el hombre.

Quiero vivir en una casa al lado del camino
por donde todo género de hombre pasa,
los buenos y los malos, tan buenos y tan malos
como yo.
No quiero sentarme en la silla del altivo
ni cínico impedir el paso;
quiero vivir en una casa al lado del camino
y ser amigo de la gente.

Contemplo en casa al lado del camino,
al lado del camino de la vida,
a hombres apresurados por el fuego de la esperanza
y a hombres que son débiles luchando;
pero yo no me aparto de sus sonrisas ni sus lágrimas,
partes ambas de un plan infinito:
quiero vivir en mi casa al lado del camino
y amistar con los hombres.

Sé que hay arroyos, pastos alegres adelante
y montañas de fragosas alturas;
que el camino pasa a través de una larga tarde
y más allá hasta la noche;
pero, aún así, me alegro
cuando los viajeros se regocijan
y lloro con los forasteros que gimen;
no viven en mi casa al lado del camino,
como quien vive solo.

Dejadme vivir en mi casa al lado del camino
por donde todo género de hombre pasa:
son buenos, son malos, son débiles, son fuertes,
sabios, tontos... como yo.
Así que, ¿por qué sentarme en la silla del altivo
o cínico cortar el paso?

Dejadme vivir en mi casa, al lado del camino,
y ser un amigo para todos.

domingo, 20 de mayo de 2012

La bestia del reino


El jabberwocky, o "bestia del reino", no es exactamente una jitanjáfora, porque es en parte traducible, aunque horronderosayadamente, porque mezcla neologismos, vocablos naturales ex nihilo, arcaísmos, dialectalismos, cultismos macarrónicos y étimos tan arcanos que son casi inencontrables; es diversión para filólogos/filólocos. La costumbre arranca del nonsense decimonónico inglés; el primero fue este que copio, sobre un gamusino feroz, de Lewis Carroll, en Alicia a través del espejo; algunos han intentado traducirlo en español; yo copio las versiones de la Wikipedia, y añado una más, compuesto en castellanoide del siglo XV y pésimos dodecasílabos de arte mayor por el gran medievalista y traductólogo Nicholas G. Round, quien (como todo el mundo sabe) es el gran especialista en nuestro manchego historiador Pedro Carrillo de Huete. Este es el texto de L. C.:




'Twas brillig, and the slithy toves
Did gyre and gimble in the wabe;
All mimsy were the borogoves,
And the mome raths outgrabe.
'Beware the Jabberwock, my son!
The jaws that bite, the claws that catch!
Beware the Jubjub bird, and shun
The frumious Bandersnatch!'
He took his vorpal sword in hand:
Long time the manxome foe he sought--
So rested he by the Tumtum tree,
And stood awhile in thought.
And as in uffish thought he stood,
The Jabberwock, with eyes of flame,
Came whiffling through the tulgey wood,
And burbled as it came!
One, two! One, two! And through and through
The vorpal blade went snicker-snack!
He left it dead, and with its head
He went galumphing back.
'And hast thou slain the Jabberwock?
Come to my arms, my beamish boy!
O frabjous day! Callooh! Callay!'
He chortled in his joy.
'Twas brillig, and the slithy toves
Did gyre and gimble in the wabe;
All mimsy were the borogoves,
And the mome raths outgrabe.


Texto en español


Galimatazo


Versión de Jaime de Ojeda, incluida en A través del espejo y lo que Alicia encontró al otro lado, Alianza Editorial, Madrid, 1973.


Brillaba, brumeando negro, el sol;
agiliscosos giroscaban los limazones
banerrando por las váparas lejanas;
mimosos se fruncían los borogobios
mientras el momio rantas murgiflaba.
¡Cuidate del Galimatazo, hijo mío!
¡Guárdate de los dientes que trituran
Y de las zarpas que desgarran!
¡Cuidate del pájaro Jubo-Jubo y
que no te agarre el frumioso Zamarrajo!
Valiente empuñó la espada Vorpalina;
a la hueste manzona acometió sin descanso;
luego, reposóse bajo el árbol del Tántamo
y quedóse sesudo contemplando...
Y así, mientras cavilaba firsuto.
¡¡Hete al Galimatazo, fuego en los ojos,
que surge hedoroso del bosque turgal
y se acerca raudo y borguejeando!!
¡Zis, zas y zas! Una y otra vez
zarandeó tijereteando la espada Vorpalina!
Bien muerto dejó al monstruo, y con su testa
¡volvióse triunfante galompando!
¡¿Y hazlo muerto?! ¡¿Al Galimatazo?!
¡Ven a mis brazos, mancebo sonrisor!
¡Qué fragarante día! ¡Jujurujúu! ¡Jay, jay!
Carcajeó, anegado de alegría.
Pero brumeaba ya negro el sol
agiliscosos giroscaban los limazones
banerrando por las váparas lejanas,
mimosos se fruncian los borogobios
mientras el momio rantas necrofaba...


Guirigayero


Era la asadura y los flexicosos telatirzones
girosquijaban y agujemechitaban en el praban;
Muy endeblerables estaban los zarrapastrojones
y los perdirrutados chanvertes bufisilbondaban.
-¡Ten mucho cuidado con el cruel Guirigay, hijo mío!
¡Las mandíbulas que muerden y las garras que aprisionan!
-¡Ten cuidado con el pájaro Yuyú, que de él no fío;
huye del rifuegraznizante Protestinfernómal!
Tomó su espada flumirante en la mano,
Por mucho tiempo al enemigo buscó...
Y descansó junto al árbol Tumtumgano
y pensando y pensando permaneció.
Mientras pensaba fulente,
aquel Guirigay llameante
vino por el bosque enverte,
¡rugitando hacia adelante!
¡Uno, dos! ¡Uno, dos! ¡De plano, de revesa
la flumirante hoja golpeó y cortó!
Dejando al cuerpo muerto, asió la cabeza
y con tal botín guerrero regresó.
-Y, pues, ¿es verdad que has terminado con el Guirigay?
¡Ven a mis brazos entonces, mi bendito hijo de día!
Oh, promifortunoso día, sí... ¡Aleluya! ¡Alelay!
Armonivibró en medio de su trompetizul alegría.
Era la asadura y los flexicosos telatirzones
girosquijaban y agujemechitaban en el praban;
Muy endeblerables estaban los zarrapastrojones
y los perdirrutados chanvertes bufisilbondaban.


Jabberwocky


Versión de Mirta Rosenberg y Daniel Samoilovich. Publicada en Diario de Poesia nº 43, Buenos Aires, Argentina, Septiembre 1997.


Asardecía y las pegájiles tovas
giraban y scopaban en las humeturas;
misébiles estaban las lorogolobas,
superrugían las memes cerduras.
¡Con el Jabberwock, hijo mío, ten cuidado!
¡Sus fauces que destrozan, sus garras que apresan!
¡Cuidado con el ave Jubjub, hazte a un lado
si vienen las frumiantes Roburlezas!
Empuñó decidido su espada vorpal,
buscó largo tiempo al monxio enemigo -
Bajo el árbol Tamtam paró a descansar
y allí permanecía pensativo
Y estaba hundido en sus ufosos pensamientos
cuando el Jabberwock con los ojos en llamas
resofló a través del bosque tulguiento:
¡burbrujereando mientras se acercaba!
¡Uno, dos! ¡Uno, dos! ¡A diestra y siniestra
la hoja vorpalina silbicortipartió!
El monxio fue muerto, con su cabeza en ristre
el joven galofante regresó.
"¡Muchacho bradiante, mataste al Jabberwock!
¡Ven que te abrace! ¡Que día más fragoso
me regalas, hijo! ¡Kalay, kalay, kaló!"
reiqueaba el viejo en su alborozo.
Asardecía y las pegájiles tovas
giraban y scopaban en las humeturas;
misébiles estaban las lorogolobas,
superrugían las memes cerduras.


Jerigóndor


Versión de Francisco Torres Oliver, incluida en Alicia anotada, edición de Martin Gardner. Akal Editor, Madrid, 1984.


Cocillaba el día y las tovas agilimosas
giroscopaban y barrenaban en el larde.
Todos debirables estaban los burgovos,
y silbramaban las alecas rastas.
"¡Cuídate, hijo mío, del Jerigóndor,
que sus dientes muerden y sus garras agarran!
¡Cuídate del pájaro Jubjub, y huye
del frumioso zumbabadanas!"
Echó mano a su espada vorpal;
buscó largo tiempo al manxomo enemigo,
descansó junto al árbol Tumtum,
y permaneció tiempo y tiempo meditando.
Y, estando sumido en irribumdos pensamientos,
surgió, con ojos de fuego,
bafeando, el Jerigóndor del túlgido bosque,
y burbulló al llegar.
¡Zis, zas! ¡Zis, zas! ¡Una y otra vez
tajó y hendió la hoja vorpal!
Cayó sin vida, y con su cabeza,
emprendió galofante su regreso.
"¿Has matado al Jerigóndor?
Ven a mis brazos, sonrillante chiquillo,
¡Ah, frazoso día! ¡Calós! ¡Calay!"
mientras él resorreía de gozo.
Cocillaba el día y las tovas agilimosas
giroscopaban y barrenaban en el larde.
Todos debirables estaban los burgovos,
y silbramaban las alecas rastas.


El flonstluo


Una cremosa mañana de printampera cuando la brisa boplaba y el mar estaba dirazo de volas, la madre calió al hardin, ajustando a los prájaros que micoteavan las gasmi de nap en el buelo, y exclamó:
-¡Ten cuidado, hijo mío, del flonstluo! Su espico desgarra, y sus nuñas se clavan en todo. ¡Ten cuidado de ese prájaro, y evita su frumiosa merretida y su cambre insastiaple!
El muchacho emñupó su razafilado sable y anastuvo sin parar chumo siempo en busca del enemigo inbenziple de los hombres. Hinastalmente se puso a retoscar junto al roble Tumtum, mientras se hundía en sus mensahomientos.
Al baco de un taro, cuando reflexionaba, el flonstluo, cuyos ojos despedían llamas, llegó polanto a través de la densa celsbla, como un aterrospantoso vienuracán, rufierto de escamas duras como el hierro, rola de lagarto y zalas de murciélago.
¡Uno, dos! ¡Uno, dos! ¡Uno, dos! Así el sable razafilado, una y otra vez, tasajó las escamas duras como el hierro, entrando como un relrayo en la carne apestosoliente. El muchacho preroico estaba agotado, cuando, hinastlmente, la cabeza de su enemigo se rescayó a sus pies. La cogió, la metió en uns sacolsa y corrió cuanto pudo hasta la masaca de su madre querida.
Ésta al verle exclamó:
-¡Hijo, hijo mío! ¿No te ha ocusado nada? ¿Estás bien? ¿Y has matado al asusterrible flonstluo?
El muchacho le enseñó la cabeza de su enemigo.
-¡Deja que te besabrace, osaliente y preroico hijo!- gritó con sobrorchullo su madre.
¡Qué día de alobogría fue aquél! ¡Briva! ¡Braviva! ¡Brova! Todo el mundo aplaudió contenzo, y el muchacho narrescló su hazaña.
Fue en una cremosa mañana de printampera, cuando la prisa boplaba, el mar estaba dirazo de volas y los prájaros micoteavan las gasmi de nap en el buelo.


Champolaglow


Sin autor reconocido.


asuraba. los viscovivos toves
tadralando en las vaparas ruetaban,
misebiles estaban los borgoves,
mientras los verdos momios bratchilbaban.
CUIDADO hijo con el Fablistanon!
con sus dientes y garras muerde, apresa!
cuidado con el pajaro Sonson
y rehuye al frumioso Magnapresa!
blandiendo su montante vorpalino
al monstruo largo tiempo persiguio...
bajo el arbol Tumtum luego se vino
y un rato cavilando se quedo.
y estando en su aviesal cavilacion,
llego el Fablistanon, ojo flagrante,
tufando por el bosque fosfuscon
y se acerco veloz y burbujante
Un. dos! De parte a parte le atraviesa
varias veces el vorpalino acero
y muerto el mostruo izando la cabeza
regreso galofando muy ligero
De verdad al Fablistanon has muerto
ven que te abrace ninho radioroso!
Hurra Hurra! que dia ristolerto
risoto carcajante y jubiloso
asuraba. los viscovivos toves
tadralando en las vaparas ruetaban,
misebiles estaban los borgoves,
mientras los verdos momios bratchilbaban.




Dízese que aquestas coplas fueron falladas por vn matemático detrás de vn espejo e comiénzase la primera


Ya eran bulluendas; los torbos llïosos
giraban, gemblaban, las aublas adentro;
los borogovinos quedaban planctuosos
e pérdicos castros grifaban del centro.
«¡Teme la Jipijaragua – los dientes
que muerden, los garfios también agarrosos –
mi fijo, e al ave Xuxó para mientes,
ni menos a Bandarapines frumiosos!»


Echada la mano a la espada vorpal,
buscó largamente al virasco enemigo;
por fin, bajo el árbol que dizen Dindal,
quedóse en descanso, pensando consigo.
Úficamente así que pensaba,
la Jipijaragua con ojos de flamas
el bosque tulgués silipando cruzaba
¡e mientras llegaba, lançaba borbiamas!


Con trases de trises e trises de trases
el ense vorpal le iba esniquiznando;
dexóla por muerta con muy pocos pases
e con la cabeça volvió galonfando.
«¿Al fin a la Jipijaguara mataste?
¡Ven a mis braços, o fijo reilecto!
¡Día franjástico! ¡Tántarataste!
carcajuñía, del goço al efecto.

miércoles, 18 de enero de 2012

Oceano nox, de Víctor Hugo

Leyendo uno de los poemas escritos por Hugo en 1836, en Saint-Valéry-sur-Somme, ante el canal de la Mancha, Oceano nox, constato que El cementerio marino de Paul Valéry le debe no poco, aunque también me evoca un poema de pareja inspiración por parte de Vicente Aleixandre, en el que el océano crece hasta confundirse con la noche, y un pasaje contenido en otro también suyo, de la tercera época, en que  "toma sus muertos y los explica" contra los arrecifes, reproduciendo la expresividad del verso francés, en que los hace entrechocar: Heurtant de vos fronts morts des écueils inconnus. También anda por ahí la mano fría y recurrente de Keats. Dejo anotado esto para que alguien lo estudie cual merece, pues no puedo perder el tiempo analizando todo aquello con que me topo. Existe una buena traducción en verso, pero el poema es tan bello que merece retraducirlo a ratos libres en versión más ajustada, para encontrarle su sentido más íntimo. Lo recogió luego Hugo en su colección de 1840 Les rayons et les ombres:


Oceano nox

Oh ! combien de marins, combien de capitaines
Qui sont partis joyeux pour des courses lointaines,
Dans ce morne horizon se sont évanouis !
Combien ont disparu, dure et triste fortune !
Dans une mer sans fond, par une nuit sans lune,
Sous l'aveugle océan à jamais enfouis !
Combien de patrons morts avec leurs équipages !
L'ouragan de leur vie a pris toutes les pages
Et d'un souffle il a tout dispersé sur les flots !
Nul ne saura leur fin dans l'abîme plongée.
Chaque vague en passant d'un butin s'est chargée ;
L'une a saisi l'esquif, l'autre les matelots !
Nul ne sait votre sort, pauvres têtes perdues !
Vous roulez à travers les sombres étendues,
Heurtant de vos fronts morts des écueils inconnus. 
Oh ! que de vieux parents, qui n'avaient plus qu'un rêve,
Sont morts en attendant tous les jours sur la grève
Ceux qui ne sont pas revenus !
On s'entretient de vous parfois dans les veillées.
Maint joyeux cercle, assis sur des ancres rouillées,
Mêle encor quelque temps vos noms d'ombre couverts
Aux rires, aux refrains, aux récits d'aventures,
Aux baisers qu'on dérobe à vos belles futures,
Tandis que vous dormez dans les goémons verts !
On demande : - Où sont-ils ? sont-ils rois dans quelque île ?
Nous ont-ils délaissés pour un bord plus fertile ? -
Puis votre souvenir même est enseveli.
Le corps se perd dans l'eau, le nom dans la mémoire.
Le temps, qui sur toute ombre en verse une plus noire,
Sur le sombre océan jette le sombre oubli.
Bientôt des yeux de tous votre ombre est disparue.
L'un n'a-t-il pas sa barque et l'autre sa charrue ?
Seules, durant ces nuits où l'orage est vainqueur,
Vos veuves aux fronts blancs, lasses de vous attendre,
Parlent encor de vous en remuant la cendre
De leur foyer et de leur coeur !
Et quand la tombe enfin a fermé leur paupière,
Rien ne sait plus vos noms, pas même une humble pierre
Dans l'étroit cimetière où l'écho nous répond,
Pas même un saule vert qui s'effeuille à l'automne,
Pas même la chanson naïve et monotone
Que chante un mendiant à l'angle d'un vieux pont !
Où sont-ils, les marins sombrés dans les nuits noires ?
O flots, que vous savez de lugubres histoires !
Flots profonds redoutés des mères à genoux !
Vous vous les racontez en montant les marées,
Et c'est ce qui vous fait ces voix désespérées
Que vous avez le soir quand vous venez vers nous!



Oceano nox

¡Cuántos marinos, cuántos capitanes
que felices partieron por derrotas lejanas
en esta yerma línea se han diluido!
¡Cuántos se desvanecieron, duro y triste destino,
bajo un mar sin fondo, por noche sin luna
en océano ciego por siempre enterrados!

¡Cuántos patrones muertos con sus pertenencias!
El huracán de la vida arrancó toda página
y con un soplo dispersó todo en las ondas.
Nadie conocerá el hondo fin de su abismo;
cada ola al pasar de un botín fue cargada:
una se llevó el esquife, otra los marineros.

Nadie conoce vuestra fortuna, pobres cabezas idas
que marcháis a lo largo de extensiones oscuras:
arrecifes ignotos romperán muertas frentes.
¡Oh! ¡Padres ancianos sin ya sino un sueño
morirán esperando todo el día en la playa
a quienes no han vuelto!

A veces se habla de vosotros en las noches,
en algún círculo alegre, cuando hay  tiempo,
sentados sobre anclas rugosas de herrumbre. 
Risas, lances, canciones, historias,
besos robados a vuestras novias futuras,
mientras dormís acostados sobre verdes algas.

Se preguntan: "¿Dónde están? ¿Son reyes de una ínsula?
¿Nos han dejado por orilla más fecunda?
Entonces su recuerdo aún seguirá enterrado."
El cuerpo se echa a perder en agua, el nombre en la memoria,
el tiempo torna tenebroso al tiempo
y sobre sombrío océano va al olvido otra sombra.  

Pronto, ante los ojos de todos su sombra no se ha visto
marchar. ¿No tiene uno su barca y aquel otro su arado?
Sólo a la noche, cuando vence la tormenta,
vuestras viudas de esperar exhaustas, con la frente cana,
de vosotros aún hablan, removiendo cenizas
en su corazón, en su hogar.

Y cuando al fin la tumba cierra su párpado
nadie sabe ya vuestro nombre, ni siquiera la piedra humilde
del estrecho cementerio donde el eco nos responde,
ni siquiera un verde sauce escamondado en otoño,
ni siquiera la canción primitiva y monótona
que canta un pordiosero al abrigo de un viejo puente.

¡Olas que sabéis tan lúgubres historias!
¿Dónde están los marineros sumergidos en noches tan negras?
¡Temido y profundo oleaje de madres arrodilladas!
Tú los sumas cuando ascienden las mareas
y ellos hacen a estas voces desesperadas
contenerse a la noche cuando viene por nosotros.

Aquí el poema de mi querido y sobadísimo Vicente Aleixandre, evidentemente paralelo e inspirado en parte por el de Víctor Hugo:


Si alguien me hubiera dicho


   Si alguna vez pudieras
haberme dicho lo que no dijiste.
En esta noche casi perfecta, junto a la bóveda,
en esta noche fresca de verano.
Cuando la luna ha ardido;
quemóse la cuadriga; se hundió el astro.
Y en el cielo nocturno, cuajado de livideces huecas,
no hay sino dolor,
pues hay memoria, y soledad, y olvido.
Y hasta las hojas reflejadas caen. Se caen, y duran. Viven.

Si alguien me hubiera dicho.
No soy joven, y existo. Y esta mano se mueve.
Repta por esta sombra, explica sus venenos,
sus misteriosas dudas ante su cuerpo vivo.
Hace mucho que el frío
cumplió años. La luna cayó en aguas.
El mar cerrose, y verdeció en sus brillos.
Hace mucho, muchísimo 
que duerme. Las olas van callando.
Suena la espuma igual, solo a silencio.
Es como un puño triste
y él agarra a los muertos y los explica,
y los sacude, y los golpea contra las rocas fieras.

Y los salpica. Porque los muertos, cuando golpeados,
cuando asestados contra el artero granito,
salpican. Son materia.
Y no hieden. Están aún más muertos,
y se esparcen y cubren, y no hacen ruido.
Son muertos acabados.
Quizás aún no empezados.
Algunos han amado. Otros hablaron mucho.
Y se explican. Inútil. Nadie escucha a los vivos.
Pero los muertos callan con más justos silencios.

Si tú me hubieras dicho
Te conocí y he muerto.
Solo falta que un puño,
un miserable puño me golpee,
me enarbole y me aseste,
y que mi voz se esparza.