domingo, 10 de septiembre de 2017

Garicano: lo malo que es el nacionalismo para la economía

Luis Garicano, "La independència, per fer qué? Respuesta a Jordi Galí. Burlar la ley no es la alternativa para tener instituciones más modernas, un bienestar más sólido y una mejor educación", en El País, 10 SEP 2017 

Querido Jordi,

El 14 de octubre de 2012 escribiste un artículo en La Vanguardia en el que analizabas el tipo de política económica que una Cataluña independiente debería llevar a cabo. Decías (mi traducción): "La perspectiva de una Cataluña-Estado no me genera una atracción incondicional. Para que me entiendan, y llevando el argumento al extremo, si la independencia tiene que convertir a Cataluña en una nueva Cuba o una Corea del Norte en el Mediterráneo, pienso que más vale que lo dejemos estar. Mi atracción por la opción soberanista está vinculada a los conceptos de oportunidad y de posibilidades que aquella ofrece".

Defendías en particular seis objetivos clave para una futura política económica: "(1) Necesidad de un nuevo modelo de administración pública basado en los principios de austeridad, eficiencia y servicio de calidad al ciudadano.... (2) Importancia capital de procedimientos administrativos y judiciales sencillos, rápidos y eficientes, que maximicen la seguridad jurídica de los particulares y garanticen plenamente sus derechos.... (3) Necesidad de un marco laboral flexible, con un contrato único indefinido que ponga fin a la dualidad actual, y donde el papel de los tribunales no consista en "decidir por las empresas", sino que esté restringido a garantizar el respeto a los procedimientos establecidos y la no discriminación. ... (4) Una fiscalidad sobre empresas y trabajadores que favorezca la inversión extranjera y la atracción de talento. ... (5) Adopción del inglés como tercera lengua oficial, enfatizando su papel como lengua de relación con el mundo, incluyendo la relación entre empresas y profesionales extranjeros y administración. Esto requeriría una campaña intensa de alfabetización con la colaboración de medios de comunicación y escuelas.... (6) Un Estado del bienestar de calidad, que sea generoso con los desvalidos, pero con mínimas distorsiones y desincentivos, e implacable con el fraude". No te sorprenderá saber que comparto plenamente estos objetivos, como lo hace la opción política por la que trabajo, Ciudadanos. Luchamos, desde el Parlamento de Madrid, y desde los parlamentos autonómicos, por regenerar España y por modernizar su economía en la línea que planteas.

El motivo de mi carta es rogarte que reflexiones de nuevo, desde 2017, sobre si es razonable pensar que la independencia es el camino para lograr las políticas económicas modernas que planteas. En ese sentido, me gustaría hacerte varias reflexiones. Te rogaría que, frente a la emoción irracional (propia del siglo XIX) que embarga a muchos de nuestros conciudadanos, pensaras en ellas como el economista ilustre que eres, de forma racional y desapasionada.

El grado de autogobierno que tiene Cataluña es muy elevado, mayor en muchos aspectos que el propio de un Estado Federal. Hay muchos ejemplos de este autogobierno que todos los ciudadanos perciben con claridad. Por ejemplo, mientras en EE UU un atentado como el de Las Ramblas hubiera sido responsabilidad principalmente del FBI, en Barcelona, como presumió el Consejero de Interior, fue responsabilidad principal y casi única de los Mossos. También perciben los ciudadanos que los símbolos de España en Cataluña son prácticamente inexistentes. Hay muchas otras áreas en las que quizás el ciudadano medio no aprecia el enorme grado de descentralización existente. Permíteme que te cuente, entre nosotros (y los lectores de EL PAÍS) las dificultades que tenemos para llevar a cabo cambios en políticas activas, en formación, o en educación, desde Madrid. En reuniones recientes con la ministra de Trabajo hemos llegado a acuerdos para introducir un "cheque de formación" que permita a los trabajadores controlar el dinero para su propia formación y decidir cómo y dónde usarlo. Pues bien, depende de las Comunidades Autónomas sumarse o no, no es posible hacer que se implemente desde Madrid. El TC ha dictaminado que todo el dinero de las políticas de empleo debe ser controlado por los servicios de empleo autonómico. En educación, el presupuesto del Estado son 2.500 millones de euros, que se gastan casi íntegros en becas, frente a los 35.000 millones que controlan las autonomías. En sanidad el Estado controla 4.000 millones de gasto, frente a las comunidades que controlan 55.000 millones. Pues bien, a pesar de esas competencias, los sucesivos Gobiernos de Cataluña no han tratado de poner en marcha las políticas que tú sugieres. Al contrario, la misma corrupción, el mismo amiguismo que, desgraciadamente, ha imperado en muchos ámbitos en muchas regiones de España, ha imperado en Cataluña. El pensar que, por ejemplo, un pequeño aumento de competencias educativas o de empleo llevaría a un giro copernicano de las políticas educativas o de empleo que ya controla el Govern parece desafiar la lógica.
 El Brexit nos muestra cada día lo delicadas que son las instituciones responsables de la prosperidad de Europa occidental. Los destructores, los nacionalistas, los que buscan el particularismo, han vendido a un electorado británico emocional y harto de austeridad, un camino muy fácil hacia la "independencia" del Reino Unido. Desgraciadamente, este camino simplemente no existe. Como Theresa May descubre cada día, es imposible para el Reino Unido conseguir la prosperidad a la que aspira a base de crear nuevas barreras. En vez de políticas abiertas y modernas, el Reino Unido corre un riesgo cierto de encerrarse cada vez más en el particularismo etnicista. No es difícil de imaginar un camino similar hacia el aislamiento para Cataluña, precisamente el opuesto al que tú deseas. Ese camino es imposible en la situación actual.
 Lo crucial para la prosperidad, como muy bien dices en tu artículo, es el Estado de derecho, la seguridad jurídica, el que las normas se cumplan. Pues bien, este camino a la independencia trazado en confluencia con los sectores más retrógados de la sociedad catalana (la CUP, las fuerzas rurales nacionalistas más regresivas) pasa por ignorar tanto la jerarquía habitual de leyes como las mayorías reforzadas necesarias para cualquier cambio constitucional (recuerda que el propio Estatut requiere de dos tercios para su modificación). ¿Qué te puede hacer pensar que una república nacida con semejantes bases se volvería repentinamente respetuosa con la ley y el Estado de derecho?
En definitiva, Cataluña está sumida, principalmente por la absurda huida hacia delante de los nacionalistas moderados, en una situación pre-insurreccional en la que la única esperanza de muchos es una sobrerreacción de "Madrit" que lleve a unas enormes manifestaciones al estilo de la revolución naranja. Pero la situación de Cataluña no es ni la de Túnez ni la de Ucrania.

Entiendo y comparto muchas de las frustraciones sobre España que refleja tu artículo. Podemos y debemos hacerlo mucho mejor de lo que lo hemos hecho. Las universidades, que tanto te preocupan, son un caso claro. Pero España no es un Estado fallido. Es un país vibrante y libre, donde la calidad de vida es muy elevada, el Estado del bienestar, particularmente las pensiones y la sanidad, son de las mejores del mundo. Romper este Estado, burlando el necesario respeto a la ley, supone incurrir en enormes riesgos para todos en un mundo incierto. La alternativa es trabajar con los muchos que en España, en la izquierda, en el centro y en la derecha, queremos cambiar el país para que tenga unas instituciones más modernas, un Estado del bienestar más sólido, y un sistema educativo mucho mejor.

Un fuerte abrazo

Luis Garicano es profesor de Economía y Estrategia en el IE Business School y responsable de Economía y Empleo de Ciudadanos

Jordi Galí, a quien se refiere este artículo, es un economista español.

Desafectos al nacionalismo

Pablo Ordaz, ¿Por qué calla la mayoría? El temor a expresar la disidencia frente a multitudes con banderas provoca un falso efecto de unanimidad secesionista en Cataluña El País, 10 SEP 2017 - 

Si, según los sondeos, la mayoría de los catalanes –y sobre todo los más jóvenes—no está de acuerdo con el referéndum auspiciado por la Generalitat, ¿por qué la sensación es justo la contraria? El silencio de la mayoría, su ausencia durante años del espacio público, ha provocado en la minoría independentista y también en quienes contemplan los acontecimientos desde fuera de Cataluña una ilusión de unanimidad —“la mayoría de los catalanes quiere la independencia”— que una y otra vez desmienten las encuestas. A tres semanas del 1 de octubre, el arquitecto Fermín Vázquez, el editor Miguel Aguilar, el médico y activista Álex Ramos, la escritora Milena Busquets, el consultor en comunicación David Espinós y una magistrada de Barcelona responden a la pregunta: ¿por qué calla la mayoría?

“No lo sé bien”, admite el arquitecto Fermín Vázquez, “pero la verdad es que estar a la contra siempre es fastidioso. Todos queremos ser tolerantes. Pero nadie piensa que van a romper la baraja y a despreciarte de esta manera. Ir con una sonrisa y tocando la bandurria y muy ilusionado no significa tener una bandera moral. Al revés: da miedo. Y al final da miedo enfrentarse a tanta gente que se toma esto de una manera tan emocional. Las multitudes con banderas siempre dan miedo. Y, probablemente, muchos de los que hablan de ilusión y alardean de espíritu cívico, saben perfectamente el efecto amedrentador”.

Hace ya cuatro años, justo por estas fechas, el escritor Javier Cercas –blanco recurrente de los más exaltados— advirtió sobre el “unanimismo” tal como lo concebía el historiador Pierre Vilar: “La ilusión de unanimidad creada por el temor a expresar la disidencia”. Un temor que aumenta, según subraya el prestigioso arquitecto, cuando se comprueba que “la propia Administración está dispuesta a saltarse las normas de una manera partidaria sin el menor empacho; es inevitable la sensación de que el que discrepa es clasificado de desafecto”.

Para Miguel Aguilar, editor madrileño afincado en Barcelona, hay varias razones que explican el silencio de los disidentes: “Ni estamos tan cohesionados como ellos ni la lucha contra la independencia es el único objetivo de nuestra vida. Es una mayoría silenciosa contra una minoría locuaz, muy organizada y muy subvencionada. Nosotros no tenemos una única respuesta para solucionar el problema y ellos sí: la independencia”. Aguilar aporta otro aspecto al debate: “No se trata de una guerra entre Madrid y Barcelona o entre catalanes y españoles, sino entre catalanes. La mitad de Cataluña está oprimiendo a la otra mitad y, además, es una revuelta de los ricos contra los pobres, como escribió Javier Cercas”.

El médico Álex Ramos, militante socialista y activista de Sociedad Civil Catalana, advierte de que se trata de un silencio forjado con martillo y cincel. “Ahora vemos un golpe de Estado agudo”, explica, “pero es crónico. Llevan muchos años sembrando y sembrando y sembrando. Primero se instauró la espiral del silencio ante la hegemonía política del independentismo, en la escuela, desde la televisión y los periódicos. Nos hemos ido callando porque existe una fractura social y la gente lo pasa mal. Se discute en las familias como pasaba en el País Vasco.

Es verdad que allí te podían pegar un tiro, pero aquí existe la muerte civil. Te puedes jugar el trabajo. Yo me lo juego porque creo que debo hacerlo, pero muchos tienen miedo a significarse. El salir del armario políticamente cuesta. Hay alguien que se hace con la hegemonía del poder e impone a los demás la espiral del silencio. Es muy duro, porque ellos ya han mostrado su verdadero rostro, el de un nacionalismo identitario, supremacista. Quieren ser independientes porque se creen mejores”. El arquitecto Fermín Vázquez amplía esa idea: “Se suele decir que Rajoy es una fábrica de independentistas, pero el argumento se puede también poner del revés: los independentistas serían una fábrica de Rajoys. No sabe uno qué le parece peor en el argumentarlo secesionista, si la superioridad implícita en que el resto de España ‘no tiene remedio’ o el escaqueo de la responsabilidad compartida. Por más que se quiera vestir suena a supremacismo o egoísmo: ‘ellos siempre serán unos tarugos. Nosotros no tenemos que ver con todo lo malo. Estaremos mejor por nuestra cuenta”. Y añade: “Nadie piensa que con una minoría y con medias verdades o directamente falsedades, retorciendo conceptos universalmente compartidos como libertad y democracia de una manera burda, se fuera a llegar tan lejos. Pero pasó con Trump y su ‘America great again’ y con el Brexit y su ‘Europa nos roba”.

El consultor en comunicación David Espinós ofrece otra explicación sobre el silencio de la mayoría. “Yo creo que hay mucha tensión política y mediática, pero no social. El micromundo de la política y el periodismo se retroalimenta y lo intenta transmitir a la ciudadanía, pero hay mucha gente que no se siente interpelada todavía. No le vale la pena movilizarse ante el peligro de ser estigmatizada y etiquetada muy rápidamente. Los partidos políticos están muy pendientes de la opinión de unos y de otros para utilizarla en su favor. Por ejemplo, nadie en la vida me había preguntado qué iba a votar, pero con relación al referéndum tienes que estar posicionado forzosamente y lo tienes que exteriorizar. Yo no estoy de acuerdo con eso”.

Para Milena Busquets, la refriega entre los partidos políticos y los Gobiernos de Barcelona y Madrid está provocando una gran confusión y pueden provocar efectos contrarios a los buscados: “Hay mucha gente que, aun no estando de acuerdo necesariamente con la independencia o con el referéndum que ha planteado el Govern, puede decidir a última hora ir a votar en rebeldía por las barbaridades que dicen algunos periodistas o como reacción a la prohibición que llega de Madrid”.

A Miguel Aguilar no le cabe duda de que el presidente de la Generalitat tiene puestas sus esperanzas en una reacción fallida del Gobierno español: “Puigdemont quiere salir esposado, y es muy difícil no terminar esposando a alguien cuyo objetivo político es ese”.

"SE ESTÁ LLEVANDO LA EMOCIÓN A UN PUNTO MUY PELIGROSO"
P. O.
La magistrada tiene una pesadilla recurrente. Se desarrolla el día 1 de octubre. “En una localidad cualquiera de Cataluña”, explica desde el anonimato que le exige su cargo, “los organizadores del referéndum logran instalar las urnas, la fiscalía se querella y el juez de instrucción le pide a los Mossos que intervengan. Se niegan y tiene que recurrir a la Guardia Civil. ¿Qué puede pasar a partir de entonces en uno de esos lugares como Olot o Vic donde el nacionalismo es dominante? No lo quiero ni pensar. Se está llevando la emoción a un punto que empieza a ser muy peligroso”. La magistrada, nacida fuera de Cataluña, eligió hace casi dos décadas Barcelona como un lugar ideal para vivir y ejercer su profesión. Ahora no descarta tener que hacer las maletas. “El miércoles fue un día muy duro. Tuve una sensación parecida a la del 23-F. Si este presidente y este Gobierno existe es por la Constitución. Y si tú desobedeces a quien te ha puesto en este cargo, pierdes la legitimidad. Se arrogan la representación de todos los catalanes, interpretan lo que según ellos quiere la gente y dejan de lado al resto”. El editor Miguel Aguilar y el médico Álex Ramos coinciden en que, aunque parezca asombroso, al Govern no le importa tener a la mitad de Cataluña en contra. Dice Aguilar: “Para ellos, la mitad del país no cuenta y, como es una causa épica, todas las trampas están permitidas. Dicen que España oprime, pero presumen de lo bien que actuaron los Mossos. ¿Cómo puede ser un pueblo oprimido uno que dispone, por ejemplo, de una policía autonómica tan eficaz?”.

sábado, 9 de septiembre de 2017

De tertulia en La Poblachuela

Hace unos días paseábamos el poeta y profesor de filosofía Javier Lumbreras y yo por las afueras ("Contornos", se llama esta sección) y se me ocurrió acercarnos a hacer una visita a Joaquín González Cuenca en su dacha "La querencia". Estaba también el catedrático de Málaga Manuel Alberca, que es un manchego de Arenales de San Gregorio y obtuvo el premio Comillas de biografía (sustancioso: 20.000 euros de adelanto en derechos de autor) por una biografía de Valle-Inclán muy documentada, aunque le pasa lo que a la de Quevedo de Jauralde: que en su afán positivista termina por soslayar los textos meramente literarios del autor. En fin, le tenemos envidia otros biógrafos con peor suerte, como Joaquín y yo, entregados a personajes que merecen también alguna fama y fueron arrinconados por su ideología progresista (en el pasado: en el siglo XX o se los exiliaba o se los mataba: la izquierda nunca ha gobernado en España)

Cuando los pillamos, Joaquín estaba durmiendo la siesta en un sofá. Me leyó los agradecimientos de su biografía inédita en dos tomos del cervantista (y otras cosas) Nicolás Díaz de Benjumea, donde me llama "el incombustible e ilustrado Ángel Romera". Muy halagador. Desde luego, hay que ser incombustible para no quemarse con sus continuos cigarrillos, aunque tal vez él lo dijo aliquibus... Que me pasé el verano pasado corrigiendo las dos mil páginas de texto de su biografía. Él correspondía con sus virtudes de cocinero genial, aunque no llegué a ingerir el congrio del que tanto se ufana: prefiero otros platos. Cultiva pistachos que luego regala a unas monjas muertas de hambre. Gracias a él averigüé que la planta del pistacho tiene sexo y es polígama, no en  vano se cultiva en países musulmanes: hay que rodearla de varias plantas hembras para que pueda fructificar. 

Para él no hay izquierda ni derecha, solo arriba y abajo. No cree en revelaciones, sino en filologías. Abomina como yo del patrañuelo teológico, pero es creyente. Se quedó huérfano de madre a los cuatro años y de padre a los diez. Una vida larga y dura, la suya, pero con bastantes satisfacciones. Disfruta ahora de su bien acompañada soledad, aunque a veces se duele de los amigos que se le han muerto, y se entretiene con la edición de una obra histórica de un toledano de fines del siglo XVI.  Se tiene él por desordenado, pero yo creo que alguien que hace miles de fichas lexicográficas para su edición de las Etimologías de San Isidoro de Sevilla es imposible lo sea. Sus meticulosísimas ediciones también lo desmienten. El Cancionero de Hernando del Castillo en cinco tomos, por ejemplo, que recibió el premio de edición de la Real Academia y que yo también le ayudé a podar de erratas. Una de sus becarias que fue alumna mía en Almagro le ayudó también; ahora vive en Luxemburgo feliz y casada con escocés, trabajando en un banco. ¿Que como lo sé? Joaquín me dijo que había salido en un programa de Manchegos por el mundo. Me alegro mucho por ella: es una más de esas españolas valiosas que permitimos que se vayan a lugares donde sí los saben apreciar. Dejó la filología por la banca: es un signo de los tiempos.

Nos habíamos juntado allí tres biógrafos: Alberca, González Cuenca y yo, por mera casualidad. Alberca se puso a hablar con Lumbreras de Málaga, donde han estado viviendo los dos. Y luego Alberca y González Cuenca de Rafael Pérez Estrada, un poeta malagueño bastante bueno pero tan vanidoso que todos los años hacía un discurso de aceptación del Nobel (y es verdad que alguna academia lo había propuesto); yo lo desconocía y pensé que estaban hablando de José González Estrada, el poeta decimonónico raro autor de laberintos acrósticos y poesía ludolingüística. Tampoco ellos tenían ni idea de ese sujeto. Ya se ve que unos vivimos en el siglo XIX y otros en el XX. 

Cuando hojeé la biografía de Manuel Alberca, que saqué de la Biblioteca Municipal, descubrí que Valle-Inclán no solo era carlista "por estética", sino un facha redomado de Comunión Tradicionalista: un hijo de buena familia que nunca pasó apuros económicos como las leyendas sobre su bohemia han hecho creer. Desde luego era fundamentalmente un antiburgués. Se acercó luego a Eduardo Dato, se presentó a las elecciones con Lerroux y después se acercó a republicanos y socialistas. La anécdota del bastonazo de Manuel Bueno que le infectó el brazo que le amputaron a Valle es una filfa: Bueno le dio tal paliza por deslenguado que casi lo mata, y estuvo mucho tiempo en el hospital luchando por sobrevivir. 

Y hablando de hospitales, mencioné que me había leído mientras me pasaba en él varios días tres libros de Fernando Savater, quien por cierto ha perdido las ganas de escribir tras perder de un tumor cerebral a su esposa. Joaquín, que tiene setenta años como Fernando Savater y estaba en su misma clase de comunes en la Complutense, nos contó una anécdota sobre el filósofo. Resultó que Ángel Valbuena Prat se cabreó porque nadie tenía un ejemplar de la famosa novela medieval El caballero Cifar (porque solía divagar en sus clases y nadie sabía nunca con qué iba a salir al día siguiente) y le pareció que, con esa cara tan peculiar que gasta, Savater se estaba riendo de él. Por eso lo echó de la clase. Luego lo expulsarían de la Universidad con mayor y político fundamento, aunque también impropio; incluso pasaría un mes en la cárcel, pero se puede decir que ya por entonces era una piedra en el zapato. Entones Savater era un alumno de buena familia con dinero para irse a Francia y vivir y leer allí a Cioran, a Voltaire y a Nietzsche, que tanto lo marcaron. Ahora es simplemente un liberal desilusionado y triste que escribe y piensa bien y desde que se ha muerto su mujer ha perdido las ganas de vivir, algo que creyó que nunca le pasaría.

Javier Lumbreras, poeta y profesor de filosofía que me ha hecho pasar unos maravillosos días este año, se marcha a Motril. Me ha contado muchas cosas de sus viajes y de cuando vivía en la Libia de Gadafi con su familia, de niño. Le regalé un ejemplar que deseaba de mi librería: una edición de medio siglo de las Escenas de la vida en Bohemia del tuberculoso romántico Henri Murger, él que tanto ha circulado por los lados de la vida. Y mira que me costó desahacerme de él: adoro a ese autor. Pero ya uno se da cada vez más cuenta de que un libro no leído es un libro muerto, y los regala a amigos y alumnos para que vivan ellos un poco más: habent sua fata libelli. Por cierto que retransmitieron en Las Vías La bohème de Puccini, inspirada (como otras) en esta obra, que dio al término "bohemia" su significado marginal (los gitanos que llegaban a Francia solían venir de Bohemia). Otro gran profesor de filosofía y amigo, Santiago Sánchez-Migallón, autor de una maravillosa bitácora o blog, se va también destinado a Granada. No dudo que ambos les irá mejor que aquí. Pero a mí el gigantesco paseo, del que volví a través de la Vía verde, me pasó factura: me quedé con los pies hinchados dos días.

viernes, 8 de septiembre de 2017

Robots telefónicos

Daniel Polani, “Hola, le atiende un robot sin sentimientos ni empatía”, El País, 8 de septiembre de 2017:

La sustitución de personas por máquinas en la atención al consumidor es una mala noticia para los usuarios

En los tiempos que corren es cada vez más difícil tener una conversación telefónica con una persona de carne y hueso. Casi cada vez que necesitas hablar con el banco, con el médico o con cualquier otro servicio, lo más probable es que te dé la bienvenida un ayudante automatizado aparentemente pensado para evitar que hables con alguien que realmente trabaje para la empresa. Este estado de cosas podría empeorar en breve debido a la generalización de los chatbots.

Los chatbots son programas de inteligencia artificial empleados a menudo en aplicaciones o en servicios de transmisión de mensajes. Están diseñados para contestar a las preguntas de la gente como en una conversación en vez de limitarse a darle indicaciones para que encuentre información, como hacen los buscadores. Empresas como Uber, Lufthansa y Pizza Express ya los utilizan para responder a las consultas de los clientes y anotar reservas, y muchas otras están en camino de hacerlo.

Estos agentes virtuales tienen la capacidad de mejorar algunos aspectos de la atención al cliente, y desde luego, son más fáciles de utilizar que los sistemas telefónicos automatizados a los que les cuesta entender hasta tus datos personales básicos. No obstante, también son un obstáculo más que separa a los usuarios de un ser humano capaz de dar verdaderas respuestas a preguntas difíciles, y ‒algo fundamental‒ de mostrar la compasión y la buena disposición que suelen ser la base de un servicio de atención al cliente de calidad. Es posible que los chatbots sean los responsables de que los clientes y las empresas lo descubran a base de tropiezos.

Para muchas compañías, automatizar el servicio de atención al cliente, o al menos parte de él, es una idea tentadora. De este modo no solo se logra reducir la exposición de los empleados a muchas de las situaciones desagradables propias de este trabajo, sino que también se ayuda a cribar numerosos problemas corrientes o sin importancia antes de que sea necesaria la atención, más cara, de una persona. Esto podría facilitar que las empresas redujesen sus costes, al tiempo que serviría para calmar a los clientes que únicamente necesitan soluciones sencillas a los problemas habituales.

Sin embargo, sustituir a los empleados humanos por otros artificiales no es tan sencillo. Para empezar, a pesar de los avances verdaderamente asombrosos en el reconocimiento y la traducción automáticos, el lenguaje, con todas sus variantes y errores, sigue siendo un asunto peliagudo. Los agentes automatizados todavía son demasiado incompetentes y poco sensibles a él, y en el caso de determinados problemas, sería difícil o imposible comunicarse con ellos.

Buenos, pero no lo suficiente

El talento es la capacidad de lograr buenos resultados, y el dominio, la de resolver una situación más difícil de lo normal. Manejar las situaciones excepcionales es un arte, y a menudo la calidad de un servicio de atención al cliente tiene que ver con los casos inusuales o imprevistos en los que intervienen clientes potencialmente enfadados. Si bien los agentes virtuales pueden proporcionar respuestas a preguntas básicas de manera convincente, la inteligencia artificial aún no es lo bastante hábil para vérselas con los casos atípicos y excepcionales.

Es posible que, al principio, las empresas no lo perciban como un problema, ya que la automatización de la atención introduce una manera de separar a los clientes cuyo servicio requiere un esfuerzo adicional. Solo hay que poner en contacto con un empleado humano a aquellas personas cuyos problemas confunden al robot. Sin embargo, es probable que, al pasar por el frustrante proceso de hablar con un ordenador desconcertado, el cliente se enfade todavía más con el servicio. A la larga, la consecuencia podría ser que este se buscase otro proveedor, en particular si le resulta difícil conseguir que un asistente humano venga en su ayuda cuando el robot es incapaz de hacerlo.

Yo mismo experimenté una variante del tema al intentar pedir un taxi una vez que un tren sufrió una avería. Tenía el número de teléfono de una empresa de la zona y llamé. Me pusieron con un servicio automatizado incapaz de reconocer la dirección de recogida en cualquiera de las modalidades de denominación y expresión que se me pudieron ocurrir.

En los tiempos que corren es cada vez más difícil tener una conversación telefónica con una persona de carne y hueso

Por alguna feliz casualidad, me pusieron con un agente humano, pero, antes de que tuviese tiempo de explicar el aprieto en que me encontraba, este me dijo que me pasaba con el sistema de reservas, y el bucle infernal volvió a empezar. Esta triste historia acabó con una caminata, una afortunada recogida por un taxi negro conducido por una persona en una zona por lo demás absolutamente desierta, y el juramento de que, en adelante, evitaría la primera empresa siempre que me fuese posible.

Los servicios automatizados pueden encargarse de los casos corrientes, pero todavía son incapaces de adaptarse a las circunstancias excepcionales o, al menos, de reconocer cuándo es necesaria la flexibilidad de la intervención humana. Desde el punto de vista del cliente, el problema va aún más allá. Algunas situaciones no solo requieren la capacidad humana de entender y resolver los problemas, sino una dosis de compasión y empatía.

Es posible programar un agente virtual para que adopte determinado estilo de interacción, pero, en situaciones inesperadas o difíciles, seguirá resultando extrañamente incoherente. Hoy en día, la investigación de la inteligencia artificial no dispone de una hoja de ruta funcional que le permita aplicar algo que se parezca a la compasión humana de manera convincente.

A veces los clientes enfadados necesitan una palabra amable y la oportunidad de expresarse con alguien dispuesto a escuchar, así como ‒o a veces en vez de‒ que les resuelvan el problema. Y, a menudo, la calidad del servicio al cliente depende de los gestos de buena voluntad hechos a su criterio por un empleado concreto siguiendo sus propios sentimientos de empatía, más que de una serie de normas fijas.

Esto es algo muy difícil de reproducir mediante la inteligencia artificial, ya que depende en gran medida del contexto de la situación. En mi opinión, la comprensión del contexto sigue siendo uno de los problemas más escurridizos y pendientes de resolver de la disciplina, y es probable que lo siga siendo unos cuantos años.

A pesar de ello, por lo visto la promesa de la reducción de costes, además de otras ventajas de la automatización, son tan atractivas que, en los próximos años, los chatbots y otros servicios de inteligencia artificial dirigidos a los clientes van a seguir expandiéndose sin contemplaciones. Lo más probable es que, a medio plazo, el resultado sea un tratamiento de las quejas aún más tecnocrático y menos flexible. O peor aún. A medida que los algoritmos se refinen, el proceso de toma de decisiones puede volverse opaco y dejar muy poco margen a la intervención apaciguadora de un supervisor humano.

Si no queremos que esto ocurra, tenemos que ser conscientes de que el camino de la asistencia no está pavimentado con buenas intenciones, sino que se fundamenta en la comprensión de lo limitada que es hoy por hoy la inteligencia artificial a la hora de entender los contextos, las excepciones y la condición humana.

Daniel Polani es catedrático de Inteligencia Artificial de la Universidad de Hertfordshire.

Novela autobiográfica de Sergio del Molino sobre su juventud y un profesor de filosofía suicida

Carmen Morán, "Adolescencia y culpa en la última novela de Sergio del Molino. El suicidio de un profesor y activista local permite al autor de 'La España vacía' abordar su época en un instituto en Zaragoza", en El País, 8-IX-2017:

La adolescencia le ha proporcionado a Sergio del Molino un buen caldo para el libro que ya tienen en las tiendas: La mirada de los peces (Random House). Un caldo donde se recuecen la música de vinilo y los sinsabores generacionales, el aburrimiento en un banco del parque con los pies enterrados en cáscaras de pipas, las ganas de coger un tren que lleve lejos, los primeros coqueteos con la literatura, las drogas y la violencia, el amor y los estudios, el instituto. Así estaba el tema, dando vueltas en la cabeza, cuando la llamada de un viejo profesor que anuncia que ha decidido poner fin a su vida ordenó las ideas en 200 páginas escritas “a borbotones” en unos pocos meses.

El profesor de filosofía es Antonio Aramayona, uno de esos maestros que los alumnos guardan siempre en la memoria porque sacan lo mejor de ellos, un personaje controvertido que pasó sus últimos meses de vida defendiendo unas pocas causas: el laicismo, la enseñanza pública, el derecho a morir dignamente, y que se apostó frente a la puerta de la consejera de Educación de Aragón durante meses acumulando multas de la policía que se negó a pagar. Aramayona se transformó en un héroe local de Zaragoza, donde se desarrolla esta historia, estaba enfermo, se movía en silla de ruedas y decidió que se quitaría la vida. Hizo de ello partícipes a varios amigos y antiguos alumnos. Sergio fue uno de ellos y de ahí nació esta obra, muy autobiográfica aunque, como avisa el autor, se trata de su mirada, distorsionada "por la miopía y el astigmatismo", sobre una época y un lugar.

Un barrio periférico de Zaragoza con nombre de santo, como tantos barrios obreros, el San José es el escenario donde un puñado de muchachos aburridos e hiperactivos orbitan alrededor del profesor que les agita las conciencias. “La adolescencia es muy atractiva literariamente porque permite abordar las contradicciones. Somos unos idiotas inconscientes a los que se suelta al mundo sin que sepamos qué hacer con él. Pero es bueno ser idiota a esa edad, porque aquel que no lo practica entonces corre el riesgo de hacerlo a los 50 y causar mucho daño. De jóvenes deberíamos tener una reserva animal, una barra libre de idioteces para llegar saludables a la edad adulta. El adolescente transita entre la infancia y la edad adulta, entra y sale, entre la irresponsabilidad de ser un niño y las consecuencias de sus acciones. Tiene la posibilidad de ser cínico y entonces habrá mordido la manzana, ahí está ya el pecado original. Es una etapa idónea para plantear dilemas morales”, dice Del Molino.

El autor moldea una crónica social de la España de los años ochenta, cuando las drogas hacían estragos

Periodista también, el autor moldea una crónica social de la España de los años ochenta, cuando las drogas hacían estragos sin que las casas de la juventud ni los maestros más esmerados pudieran hacer mucho por los muchachos que daban vueltas alrededor de los descampados que bordeaban su barrio y la ciudad entera. Y la entremezcla con la actualidad, en la que esos alumnos han crecido y se dedican a sus vidas que, en ocasiones, como es el caso de Sergio, autor y protagonista, ya les ha dado algún zarpazo sin remedio. No hay tiempo que dedicar a esos viejos maestros, sus causas ya no son las propias, a veces hay que disimular, tristemente, el desinterés. Y de ahí nace la culpa. “Eso es lo que es este libro, la asunción de la culpa por haber dejado de lado a estos maestros a lo que un día idealizábamos y con el tiempo los hemos visto solo como humanos. Pero es a la edad adulta cuando, si lo sabes mirar bien adquieren todo su interés”, dice. Cuando ya no se mira por encima del hombro se ve al amigo y quizá la distancia se ha vuelto insalvable.

Del Molino pasó el 15-M viendo morir poco a poco a su hijo en un hospital. Cuando salió de aquella cámara aislante España se había transformado un poco, el friso político era distinto, muchas causas que compartía habían salido a la calle y su viejo profesor era el protagonista de provincias de varias de ellas. “Lo habían convertido en un santo, lo habían beatificado. Se hicieron de él semblanzas donde yo casi no le reconocía. Era casi un gurú. No me irritaba lo que él hace sino lo que los demás hicieron de él y que él mismo impidiera ver al hombre real, mil veces más interesante, amable y querible que aquel de resonancia pública. Él lo alentó, en eso sí puedo tener un reproche”, explica Del Molino.

En un barrio periférico de Zaragoza un puñado de muchachos orbitan alrededor del profesor que agita sus conciencias

Pero este libro no es sobre Antonio Aramayona, es sobre Sergio del Molino. Él es el protagonista que se desnuda ante los que le conocen evitando el pudor que congela a algunos escritores. “Eso es justo lo que no hizo Antonio. En los libros que escribió él no estaba, no se oía su voz, ni se percibía su aguda ironía, ni su forma de hablar”. Ya no era aquel personaje del que se enamoraron los alumnos, por el que ciegamente podían convertirse en terroristas si él se lo pedía, que los arrastraba como una ola en bromas macabras que exprimía sin piedad para extraer el sentimiento crítico con el que un maestro enseña a sus alumnos a pasar a la edad adulta.

No era fácil en aquella época. La fauna de los institutos era cruel e impía, y entonces, dice Del Molino, “cerraban la puerta de la sala de profesores y que el patio del recreo ardiera si quería”. Cristales rotos, mesas con las patas destornilladas, maltrato adolescente que ahora tiene nombre propio: bullying. “Aquella España ya no existe, ahora somos más civilizados, las familias se ocupan de que sus hijos no sufran maltrato, las Administraciones procuran combatirlo, los periódicos lo cuentan, lo mismo que pasa con la violencia contra las mujeres. Y los chicos tienen más recursos y se aburren menos. Hasta en la España más tocada por la crisis se vive mejor que entonces, cuando no había ni sesión doble ni simple, es que no había cine, ni hablar de móviles o tabletas. Yo creo, con Steven Pinker, que le pone cifras a esto, que el mundo cada vez esta mejor”.

Para demostrarlo, en este libro vuelve a asomarse con maestría aquella España que se fue vaciando para reunirse en las periferias de las ciudades, en barrios con nombre de santo donde algunos maestros se empeñaban en que sus alumnos pudieran soñar sin que fuera en un tren que les llevara lejos.

jueves, 7 de septiembre de 2017

Buscadores de libros de texto económicos

En este enlace.

http://www.abc.es/familia/consumo/abci-direcciones-encontrar-libros-texto-mejor-precio-201709061820_noticia.html

martes, 5 de septiembre de 2017

La reforma educativa francesa no es como la española, sino sensata

Marc Bassets, "Macron lleva su espíritu reformista a la educación francesa", en El País, 4-VIII-2017:

El presidente abre su primer curso escolar con clases reducidas y una semana de cuatro días en algunos centros

El presidente francés, además de jefe de los ejércitos, ejerce oficiosamente de primer maestro del país. Un preceptor, un modelo. Emmanuel Macron, que se toma en serio esta tarea, inauguró este lunes su primer curso escolar, una jornada casi sagrada en Francia, país donde la educación —laica, republicana, centralizada— es uno de los pilares de la identidad nacional. Macron, que visitó una escuela de Forbach (Mosela), quiere llevar su espíritu reformista a los 12,4 millones de estudiantes que comenzaban el curso. Con dos medidas estrella: las clases de doce alumnos para primero de primaria en algunas escuelas, y el regreso opcional a la semana de cuatro días.

"Lo ha dicho el ministro nacional de la educación", justificaba por la mañana, en una escuela del distrito XV de París, una profesora. Se refería al hecho que hubiese recibido a los alumnos con música sonando en unos altavoces. Y efectivamente, en junio, el ministro Jean-Michel Blanquer sugirió a las escuelas que acogiesen a los alumnos con música. Algunas organizaron a toda prisa ensayos de la coral; otras, como la mencionada en París, se limitaron a poner música grabada.

Este es un país jerárquico: los deseos de un dirigente se cumplen con mayor o menor rigor en todo el país. Y, si el presidente tiene aún algo de monarca prerrevolucionario, el ministro de la Educación es una especie de cardenal laico, una autoridad fundamental en país en el que, como decía el escritor Charles Péguy, los maestros de primaria son los “húsares negros" de la República, los soldados que, con el arma de la pizarra y a tiza, llevan por todos los rincones del Hexágono, y de los territorios de ultramar, los valores de la igualdad, la libertad y la fraternidad.

Todo ministro quiere dejar huella cuanto antes, y aunque lleve menos de cuatro meses en el cargo, Blanquer ya ha marcado el rumbo con una serie de medidas —medidas limitadas pero simbólicas: el macronismo traducido a la educación— que esta semana empiezan a ponerse en práctica.

CINCO MEDIDAS

SEMANA DE CUATRO DÍAS. Reducción optativa de la semana lectiva de cuatro días y medio a cuatro días, con el miércoles como jornada libre para dedicar a actividades extraescolares.

CLASES REDUCIDAS. Clases de doce alumnos en el primer curso de la escuela primaria en zonas en dificultad, medida destinada a atenuar las desigualdades desde el inicio de la escolaridad.

AYUDA EN LOS DEBERES. Los alumnos de la escuela intermedia, de entre 11 y 15 años, puedan hacer los deberes en clase con la ayuda de profesores y voluntarios, una medida diseñada para los alumnos cuyas familias no pueden ayudarles.

MÉTODO SILÁBICO. Los debates educativos alcanzan niveles muy técnicos en Francia. La mejora del aprendizaje de la lectura es una prioridad del ministro de Educación, Jean-Michel Blanquer, que ha suscitado una pequeña polémica al propugnar el método de aprendizaje silábico.

FUMAR EN LA ESCUELA. Otra propuesta en debate en este inicio de curso: la posibilidad de permitir fumar dentro del recinto escolar, donde ahora está prohibido. El objetivo atenuar el peligro de atentado terrorista contra los estudiantes fumadores concentrados en la calle ante el centro educativo.

La primera es la posibilidad de reducir la semana escolar de cuatro días y medio a cuatro días en la primaria. Un tercio de las escuelas francesas, sobre todo en municipios rurales, se ha acogido a esta posibilidad, que en realidad representa un regreso a la reforma adoptada bajo el presidente Nicolas Sarkozy. Se trata de liberar el miércoles para actividades extraescolares, jornada que tradicionalmente había sido festiva en la educación francesa (la práctica se remonta a 1882, cuando la República dejó libre el jueves para que los alumnos pudieran seguir una instrucción religiosa fuera de los edificios de la escuela pública).

La otra medida estrella es la división por dos de las clases de primero (curso preparatorio, o CP en francés) en las zonas llamadas REP+, que el Ministerio de Educación define como aquellos “barrios o sectores aislados con mayor concentración de dificultades sociales que tienen una incidencia fuerte en el éxito escolar”. En 2.500 clases de CP habrá doce alumnos por aula. En los próximos años debe extender a más zonas en dificultades y al segundo curso.

No ha sido un inicio de curso caliente, pero tampoco sin tropiezos. Seis mil alumnos recién graduados del bachillerato no han encontrado plaza en la universidad. Y los recortes en las subvenciones públicas a empleos de bajos ingresos, como el personal de los comedores, afectan a la escuela. Como institución central en Francia, los traumas de la República, todos sus problemas se proyectan en ella, desde las desigualdades sociales hasta el temor a los guetos y la islamización.

El debate de fondo ahora, y las críticas a Blanquer, va más allá de las iniciativas citadas. Se cuestiona su afinidad política con la derecha liberal —ocupó cargos de responsabilidad durante los años de Sarkozy—, su apego a los hallazgos más recientes de las ciencias cognitivas para diseñar políticas educativas y una retórica y un estilo tradicional.

Blanquer, que hasta que Macron lo nombró ministro dirigía la escuela de negocios ESSEC, regaló a 150.000 alumnos del quinto curso las Fábulas de La Fontaine y desea reforzar la enseñanza del latín, "un vector de la lucha contra las desigualdades", ha dicho a Le Figaro. En la misma entrevista, proclama: "Nuestro objetivo primordial es que cada alumno en la escuela primaria sepa leer, escribir, contar bien, y respetar a los demás". Y añade: "El ministerio de Educación es ante todo el ministerio de la lengua".

Parece un eco de la definición de lengua materna que puede leerse en el recién reeditado Diccionario de pedagogía de Ferdinand Buisson, publicado entre 1882 y 1887, y considerada la Biblia de la educación laica, el manual de los maestros de escuela republicanos de finales del XIX y principios del XX. "La enseñanza de la lengua nacional es evidentemente la obra capital de la escuela primaria", se lee en la definición.

En la introducción de la nueva edición, el historiador Pierre Nora retraza el hilo entre la revolución, la república, la razón, la democracia, la educación y finalmente "la instrucción primaria" en la que, escribe, reposa "la identidad misma del ser nacional". Todos los ministros quieren dejar su huella, y sus reformas, pero hay una continuidad en la escuela republicana que todavía no se ha quebrado.

lunes, 4 de septiembre de 2017

Consérvese frío

En El año que vivimos peligrosamente (1982), Linda Hunt, que hace de enano camarógrafo, le señala al periodista Mel Gibson el hotel donde, en medio de la revolución indonesia, se albergan los corresponsales de prensa occidentales, el único que posee aire acondicionado. Y añade: "Ahí pagan para que los mantengan fríos". 

Mucha gente es así: está dispuesta a ganar y pagar dinero para garantizarse una cómoda y gélida ignorancia. Fernando Savater lo describe así: "Hay bastantes que para estar contentos necesitan no enterarse de los padecimientos que abundan a su alrededor y de algunos de los cuales son cómplices. Pero la ignorancia, aunque esté satisfecha de sí misma, también es una forma de desgracia..." (Ética para Amador). Esos bastantes prefieren las desdichas lejanas, de cualquier tipo, estadounidenses, venezolanas, etc. a las propias, con las cuales siempre podrían tener alguna incómoda conexión. 

Pero en este cálido verano de sequía física, ideológica y moral, muchas familias pobres han tenido que maldormir en el salón del ventilador por falta de aire. Así me lo han contado algunas. No tienen dinero para poder soportar el calor que causan los que pagan por mantenerse fríos. También me han contado otro tipo de conductas: una dueña que alquila siete pisos de su propiedad se enfada y cabrea porque el ruido del aire acondicionado de la familia que vive bajo su piso no le deja dormir... aunque al parecer deja dormir a todos los demás vecinos. Y se cabrea y echa cubos de agua a los aparatos.

Pero en el Congreso de diputados (y en otras partes, como en el Ayuntamiento de Puertollano) lo único en que piensan es en una posible moción de censura... A la gente eso le da igual: les suena a "micción de censura" o algo peor. Sufren, pero los congresistas permanecen fríos en su gélido hotel, que se llama Congreso de los Diputados. Tienen mucho miedo a que el calor los corrompa, al parecer.

Eugenio Merino, un artista de vanguardia que hace montajes para concienciar a los que no tienen conciencia, o la tienen en Suiza, metió a Franco en una moderna nevera de coca-colas para ser visto y consumido en la actualidad:




El pasado puede mantenerse no digamos que vivo, pero sí que maravillosamente congelado cuando no se sabe qué hacer con él, cuando no se asume. Y en España hay mucha gente que no termina de asumir que la transición no ha acabado porque nunca llegó a llegar y ni siquiera a empezar. Lo mismo cabe decir de ciertas ideas absolutistas de izquierda y de derecha. Pero otra Constitución es posible. Si bastantes nos descongeláramos...

domingo, 3 de septiembre de 2017

Familias tóxicas

Carlos Alcelay, Sobrevivir a una familia tóxica, en El País, 03/09/2017:

Revelación de secretos inconfesables, madres que no actúan como tales, broncas entre hermanos, disputas por la herencia, decepciones con los padres, e incluso violencia psicológica y física... Hay veces que el entorno familiar se convierte en un verdadero campo de minas del que es difícil salir ileso. Repasamos algunos de los casos más sonados y hablamos con expertos para aprender a sortear esas 'bombas'. La tormenta familiar en directo sirvió a Alba Carrillo para acaparar protagonismo en el reality Supervivientes. La modelo se enteró, al tiempo que lo hacía la audiencia, de que su madre, Lucía Pariente, nunca había estado enamorada de su marido. Esa confesión pública fue el comienzo de un espectáculo grotesco en el que cada personaje aireaba las miserias de una relación tóxica que sigue representándose en los medios con la ausencia del padre, quien prefiere ignorar a ambas. Los tres podrían ser un referente oportuno para explicar hasta qué punto el hogar puede ser un entorno viciado."La familia es el primer escenario de nuestra vida. En ella aprendemos a descubrirnos, a conocer el amor o el desamor, el aprecio o el desprecio... Es el lugar donde se desarrolla nuestro yo, y si en ese ámbito nos encontramos con personas tóxicas, entonces la solución es la distancia". La psicóloga Laura Rojas-Marcos expone en su libro 'La familia: de relaciones tóxicas a relaciones sanas' el alto coste emocional de los vínculos entre padres, hijos o hermanos. Las peores afrentas y las aversiones más profundas se pueden llegar a generar entre quienes más afecto y respeto deberían mostrarse. Probablemente la solución más saludable, afirma Rojas-Marcos, sea romper lazos, aunque no siempre resulte fácil.La falta de sinceridad, la existencia de realidades paralelas solo conocidas por alguno o algunos miembros de la familia es un elemento distorsionador de la convivencia hasta el punto de crear un ambiente irrespirable. "La revelación de secretos dolorosos desestructura enormemente la dinámica familiar, generando enfrentamientos duros y una desconfianza crónica", apunta la doctora en Psicología Vanessa Fernández, máster en Inteligencia Emocional. "No hay nada peor que airear esas disputas. El daño que se hace es irreparable y se cierran las puertas a cualquier tipo de entendimiento", asegura. Sin embargo, una de las peores consecuencias de la fama es tener que compartir la intimidad con los demás. Son innumerables los casos mediáticos que sirven para describir a la familia tóxica.No le fue fácil para la actriz Leighton Meester (conocida sobre todo por la serie Gossip Girl) enterarse de adulta que había nacido en la cárcel, donde su madre cumplía condena por tráfico de drogas. Su relación fue irrecuperable y Leighton llegó a quitarle la tutela de su hermano menor. Al actor Woody Harrelson también le cambió la vida, como relató al diario británico 'The Guardian' cuando, siendo un adolescente, se enteró por casualidad de que su padre había sido condenado a cadena perpetua por la muerte de un juez, que llevó a cabo por encargo de un traficante. Leighton Meester nació y creció en la cárcel. 

Muchos conflictos personales tienen su explicación en la no aceptación del otro como es. "No solemos ejercitar la empatía, aunque debería ser la más básica de nuestras virtudes. Ser tolerantes, darse cuenta de que los demás tienen opiniones y sentimientos distintos, es esencial para establecer relaciones estrechas, o al menos aceptables", afirma la doctora Fernández. Si se carece de esa sensibilidad, los efectos pueden ser devastadores. De eso sabe mucho Jennifer Aniston. "Cuando era niña, sufría dislexia y mi madre -la exmodelo Nancy Dow- no me apoyaba. Creía que era poco inteligente y me criticaba de forma cruel. Ella era preciosa, impresionante. Yo no", relataba a un periodista del The Hollywood Reporter. Por eso hoy todavía se reconoce como insegura y acomplejada, y durante años no mantuvo ningún vínculo con su madre, que murió el año pasado. Drew Barrymore no recibió mejor trato de su progenitora, Jaid, quien la explotó cuando era una estrella infantil, la hizo participar en sus fiestas cuando era solo una adolescente y, finalmente, también la empujó a sus adicciones. Tras un largo periodo de autodestrucción, Drew rehízo su vida, aceptó las debilidades de Jaid y hoy se ocupa de ella para crear junto a sus dos hijos la vida familiar que deseó durante tanto tiempo. "En las consultas vemos que las diferencias económicas con padres o hermanos son el principal motivo de los conflictos familiares", apunta Vanessa Fernández. Yañade: "La generosidad y la empatía deberían ser los pilares de una relación de cariño, pero no siempre es así". Parece que la conocida animadversión entre Rocío Carrasco, heredera universal de Rocío Jurado, y sus hermanos, Gloria Camila y José Fernando, estalló con el reparto de la herencia y la supuesta escasa protección económica que la hija mayor de la cantante prestó a ambos cuando eran menores de edad. Con cierta periodicidad, nuevas declaraciones corrosivas recuerdan que sigue muy vivo el enfrentamiento de Carrasco con el resto del clan.

En el peor de los casos, quienes se ven víctimas de esos entornos viciados terminan sufriendo serios trastornos de personalidad

Una situación similar a la que sufre Arantxa Sánchez Vicario desde que reveló en su autobiografía 'Arantxa, ¡vamos!' que había roto la comunicación con su familia y que estaba arruinada por la mala gestión que sus padres habían hecho de su patrimonio. Desde entonces, sus diferencias se han resuelto en los juzgados. La bronca con sus hermanos que estalló en el tanatorio donde reposaban los restos de su padre agudizó el odio que ahora se profesan."En cualquier disputa todos tienen parte de razón. O se reflexiona y se negocia o la relación se vuelve insoportable", explica Fernández. "En nuestra cultura, que nos enseña que la familia debe ser el eje de nuestro mundo social, verse enemistado con todos es durísimo. Esas personas se sienten solas, aisladas y suelen desarrollar sentimientos paranoides sobre el comportamiento de sus familiares", añade.En el peor de los casos, quienes se ven víctimas de esos entornos viciados terminan sufriendo serios trastornos de personalidad. Entre el adorable actor infantil Macaulay Culkin y el adulto adicto a las drogas hubo un padre manipulador, una madre sumisa y un divorcio en el que se disputó la fortuna generada por su hijo. Cuando Culkin logró recuperar el control de sus finanzas y excluir a sus progenitores, no volvió a tener contacto con ellos. Lindsay Lohan al menos mantiene con su madre una relación tortuosa que se ha roto tantas veces como se ha recuperado. De su padre alcohólico prefiere no saber nada. "Estoy cansada de mantener a mi familia y de jugar a ser el papá y la mamá de mis hermanos. Quiero tener mi propia vida", dijo en una entrevista televisiva con Oprah Winfrey donde se mostró como una damnificada del éxito, lo que ayuda a explicar sus problemas con el alcohol y sus reiterados propósitos de recuperación.

"Mi padre me maltrataba. Crecí en un ambiente violento. Presencié escenas de maltrato en mi casa y en las de mis vecinos. Cuanto mayor se hace uno, más consciente es de los efectos que esto puede tener en la vida". Así hablaba sobre su infancia Christina Aguilera en un evento promovido por la plataforma HopeLine contra la violencia de género. También reconocía que gracias a esa traumática experiencia había comprendido el valor de la auténtica familia. Charlize Theron conoce esa necesidad de ofrecer a sus hijos el entorno seguro y afectuoso del que ella no disfrutó. La actriz tenía 15 años cuando una noche su padre llegó a casa ebrio y agresivo, como era habitual en él. Cogió una escopeta y amenazó con matarla. Su madre reaccionó, se hizo con otra arma y le disparó. Él murió a sus pies. Desde entonces sufre un trastorno obsesivo-compulsivo."La violencia destruye cualquier familia. Si la sufren los niños es probable que arrastren secuelas de adultos. El único camino es alejarse de ese entorno y recibir ayuda psicológica", explica Vanessa Fernández. Nada cuesta tanto perdonar como los pecados de familia. Nada tan nocivo como no recibir de ella el amor, la protección y la estabilidad esperados. Y nada tan difícil como pasar página porque, asegura la psicóloga, "lo que dices se puede olvidar, pero nunca lo que haces sentir".

sábado, 2 de septiembre de 2017

It, película de terror

Gregorio Belinchón, "‘It’: el terror en dos letras. La versión en cine de la novela de Stephen King incide en el miedo social", en El País, 30-VIII-2017:

Habría que cotejarlo, pero hasta en eso Stephen King fue un visionario: cada 27 años aproximadamente una ola de ultraconservadurismo asuela Estados Unidos”. La argentina Bárbara Muschietti sabe de lo que habla, porque ha producido la nueva versión de It, obra maestra del terror y a su vez otro incisivo retrato social de King, escritor que ha sabido trascender el género que le ha dado fama y millones de seguidores. Porque It fue escrita en la época de Reagan —se publicó en 1986— y narraba un drama que acontecía durante la Guerra fría. It, la película, se estrena —el próximo 8 de septiembre— durante los días en que un furioso tuitero reside en la Casa Blanca y se desarrolla durante el gobierno de Reagan. Más o menos, cada 27 años. Andy Muschietti (Buenos Aires, 1973), director del filme y hermano de la productora, con la que forma dúo creativo, achaca todo al escritor: “Tiene que ver con la lucidez de ciertos artistas que adquieren un compromiso constante con las situaciones sociopolíticas, como King, que hoy es un activista a través de Twitter y un hombre dotado de gran humor”.

Los juegos temporales señalan claramente la base política de la obra de un escritor de profundas raíces estadounidenses. “Hay tantos paralelismos que se pueden realizar de It con la actualidad, incluyendo el misil lanzado por Corea del Norte que ha sobrevolado Japón...”, cuenta Bárbara. El Derry en que se sitúa It, un pueblo ejemplo de la América de la costa Este, sirve como radiografía: “Los personajes de It son definitorios de lo que piensa King. ¿Quién se enfrenta al terror?”. Los niños que conforman el club de perdedores: un niño absorbido por una madre hipocondríaca, otro judío, un afroamericano que no va al colegio, el gafotas charlatán, una niña de la que abusa sexualmente su padre... “Cuando uno de esos críos, Bill, le insiste a sus amigos que lo que están viendo no es real, que el payaso asesino no existe, King está dividiendo en dos a los estadounidenses: los que ven y los que no ven... o no quieren ver. King siempre ha optado por la ficción , pero no duda en dejar mensajes”, asegura el cineasta, y a su lado su hermana apostilla: “En realidad, los que ven el terror [el ello del título] son miembros de minorías, están forzados a verlo, no les queda otra. Buen por raza, género o religión. Los losers,los perdedores en un pueblo aparentemente perfecto”. En la historia se subraya: cada 27 años desaparecen multitud de niños en Derry, y los adultos miran para otro lado. Solo los críos parecen verlo y sufrirlo.

Y lo que ven es a Pennywise, el payaso rey y rostro del terror. King también fue pionero en dar voz a miles de personas a quienes los payasos provocan escalofríos. Hace unos días, Pam Moody, presidenta de la Asociación Mundial de Payasos, se quejó en la revista The Hollywood Reporter de la imagen que da el cine —y en concreto este filme— de su profesión. A los Muschietti les provoca una sonrisa la diatriba. Que llega tarde, porque desde que en 1990 Tim Curry encarnara a Pennywise en la miniserie de televisión que adaptó a las pantallas por primera vez It, el audiovisual (y más aún desde que existe YouTube) se ha llenado de payasos criminales. El Pennywise de 2017 llegó de un proceso de selección absolutamente abierto. Tanto que incluso en un momento dado Tilda Swinton entró en la lista. Finalmente, el elegido fue Bill Skarsgård, hijo de Stellan y hermano pequeño de Alexander. “Estábamos abierto a todo”, recuerda Bárbara. “Llegaron actores veteranos y jóvenes, hombres y mujeres”. El intérprete sueco acabó elegido por su rostro algo aniñado. “Y porque se alejó por completo de la sucinta imitación a Tim Curry, error en el que cayeron muchos de sus compañeros, y nos ofreció algo nuevo”. A una semana del rodaje, el director le explicó que retocarían sus ojos en posproducción porque querían que se movieran de forma independiente. “Y me soltó: ‘No hace falta’. De repente, movió uno de los dos. Solo puede hacerlo una persona entre un millón, y justo nosotros habíamos contratado a una de ellas”.

El cineasta y su voz

Los Muschietti han encarado It con más presión interna que del estudio que les contrató. “Quería recuperar las impresiones que sentí cuando leí por primera vez la novela. Y eso era más importante que lo que pensara un ejecutivo o 18 millones de fans. Porque cada uno tiene sus opiniones, y más en un libro con tantos eventos y personajes. Como cineasta tienes que encontrar una visión, y cuanto más cercana esté a tu experiencia emocional, mejor. Si no, es un proceso artificial. Y de hecho ves muchas películas basadas en trabajos de King hechas sin amor”. El director empieza con la lista de filmes que sí nacieron de esa pasión: “Cuenta conmigo, Cadena perpetua... Y más. Dirigidos por creadores influidos por la manera de narrar del autor. También es cierto que King puede que sea el escritor más adaptado al cine de la historia”. Sobre los fans, un apunte: el primer tráiler de It tuvo en Internet 197 millones de visionados solo en sus primeras 24 horas, rompiendo el récord de 139 millones de Fast & Furious 8.

La pareja Muschietti, que residió en Barcelona durante unos años, debutó en el largo con Mamá (2013), otro filme de terror que trasciende el género con Jessica Chastain y Nikolaj Coster-Waldau como protagonistas. Desde entonces han estado en varios proyectos de los que han salido bien por desavenencias creativas, bien porque se hundían. El mismo It lo heredaron de Cary Fukunaga (True Detective), y Andy pidió retocar el guion para volver a incluir escenas de la novela, aunque en la pantalla solo aparecen las desventuras de los protagonistas en su época infantil. “Todo está relacionado en It. Porque el final de la infancia significa que dejas de sentir. Al menos, sientes de forma más intelectual a partir de ese momento. De crío la magia manda. Ese mundo desaparece con la adolescencia. Me interesaba mucho incidir en ese aspecto”, confirma Andy.

Así que al cortar en dos la novela y dejar de lado los acontecimientos de los protagonistas adultos, It —película— podría tener una segunda parte: “La intención está ahí, aunque todavía no hay un empujón”, clarifica Bárbara. Y si se rueda, se avanzará en la trama 27 años, hasta llegar a nuestros días. A la época Trump. “Sí, hay margen ahí para referencias menos sutiles a los acontecimientos actuales, del Gobierno de Trump. Porque es tan obsceno lo que está pasando...”, asegura el director. “A mí me gustaría seguir mezclando las dos líneas temporales, algo fundamental en el libro. En la primera no lo hemos hecho para no interferir en una historia tan bella como es la de la infancia”. Y Bárbara le apunta, verbalizando un deseo bastante generalizado: “Mira que si cuando filmamos ya no está Trump...”.

viernes, 1 de septiembre de 2017

El ruido, el furor y la vida

Shakespeare, Macbeth, V,  5:

Life’s but a walking shadow, a poor player
That struts and frets his hour upon the stage
And then is heard no more: it is a tale
Told by an idiot, full of sound and fury,
        Signifying nothing.

¿Qué es la vida sino una sombra, un histrión que pasa por el teatro, y a quien se olvida después, o la vana y ruidosa fábula de un necio? (en prosa).

(Marcelino Menéndez Pelayo, Madrid, 1881.)

¡La vida no es más que una sombra que pasa, un pobre cómico que se pavonea y agita una hora sobre la escena y después no se le oye más…; un cuento narrado por un idiota con gran aparato, y que nada significa…! (en prosa).

(Luis Astrana Marín, Madrid, 1920.)

Sombra ambulante es esta vida, mísero actor que en el escenario se afana y pavonea un momento y al cabo, para siempre, calla su voz. Relato de un idiota, lleno de ruido y furia, que nada significa (en prosa).

(Guillermo Whitelow, Buenos Aires, 1970.)

La vida es una sombra tan sólo, que transcurre; un pobre actor
que, orgulloso, consume su turno sobre el escenario
para jamás volver a ser oído. Es una historia
contada por un necio, llena de ruido y furia,
que nada significa (en verso).

(Manuel Ángel Conejero, Madrid, 1980.)

Es la vida
sombra fugaz, pobre histrión que en escena 
se pavonea un rato, y nada más
vuelve a saberse de él: es el relato
de un idiota, lleno de furia y ruido,
que nada significa (en verso).

(José María Coco Ferraris, Buenos Aires, 1985.)

jueves, 31 de agosto de 2017

Supervivientes

Los cocodrilos han logrado sobrevivir 200 millones de años y tienen el cerebro del tamaño de una nuez.

Para pensar... aunque no demasiado.

Porque tal vez sea mejor tener la mejor dentadura para morder.

Esperanza para los que se enfrentan a la muerte. El salmo CXXVI, 2

Me he levantado con una cifra en la mente, no sé por qué: 126 con 2. Lo primero que he hecho ha sido buscarlo en Internet, y ha salido lo siguiente del Psalterio, el salmo 126, versículo 2:

Entonces nuestra boca se llenará de risa,
Y nuestra lengua de alabanza;
Entonces dirán entre las naciones:
Grandes cosas ha hecho Jehová con éstos.

Es un consuelo que agradezco a Dios. Y sigue:

Grandes cosas ha hecho Jehová con nosotros;

Estaremos alegres.

El salmo entero es este:

CXXVI  

Cuando Jehová hiciere volver la cautividad de Sion,
Seremos como los que sueñan.

Entonces nuestra boca se llenará de risa,
Y nuestra lengua de alabanza;
Entonces dirán entre las naciones:
Grandes cosas ha hecho Jehová con éstos.

Grandes cosas ha hecho Jehová con nosotros;
Estaremos alegres.

Haz volver nuestra cautividad, oh Jehová,
Como los arroyos del Neguev.

Los que sembraron con lágrimas, con regocijo segarán.

Irá andando y llorando el que lleva la preciosa semilla;

Mas volverá a venir con regocijo, trayendo sus gavillas.

Son estas cosas, que raramente me pasan, las que me hacen confiar en la existencia de Dios. Precisamente cuando el anterior post exponía una duda sobre la verdad revelada. 

Porque además resulta que este salmo, meses después, tras la muerte de mi mujer el día dieciocho de octubre, y más en concreto el día diecinueve, observé que aparecía citado en el poema  "Die Auferstehung" (La Resurrección) del romántico alemán Friedrich Gottlieb Klopstock que sirve de texto a la sinfonía 2.º por ello llamada "Resurrección" de Mahler. Las primeras ocho líneas fueron tomadas del poem y Mahler omitió las últimas cuatro líneas de este poema y las reescribió él mismo (Desde "Oh, créelo...").

Resurrección

Coro, Soprano

¡Resucitarás, sí resucitarás,
polvo mío, tras breve descanso!
¡Vida inmortal
te dará quien te llamó!
¡Para volver a florecer has sido sembrado!
El dueño de la cosecha va
y recoge las gavillas
¡a nosotros, que morimos!

Contralto

Oh, créelo, corazón mío, créelo:
¡Nada se pierde de ti!
¡Tuyo es, sí, tuyo, lo que anhelabas!
¡Lo que ha perecido resucitará!

Soprano

Oh, créelo: ¡no has nacido en vano!
¡No has sufrido en vano!

Coro

¡Lo nacido debe perecer!
¡Lo que ha perecido, resucitará!

Coro, Contralto

¡Deja de temblar!
¡Prepárate para vivir!

Soprano, Contralto

¡Oh, dolor! ¡Tú, que todo lo colmas!
¡He escapado de ti!
¡Oh, muerte! ¡Tú que todo lo doblegas!
¡Ahora has sido doblegada!

Coro

Con alas que he conquistado
En ardiente afán de amor,
¡levantaré el vuelo
hacia la luz que no ha alcanzado ningún ojo!
¡Moriré para vivir!

Coro, Soprano, Contralto

¡Resucitarás, sí, resucitarás,
corazón mío, en un instante!
Lo que ha latido,

¡habrá de llevarte a Dios!

Mahler compuso esta sinfonía al morir un músico amigo suyo, lo que le afectó mucho. Los versos

¡Para volver a florecer has sido sembrado!
El dueño de la cosecha va
y recoge las gavillas
¡a nosotros, que morimos!

Me sugieren directamente estos del salmo

Los que sembraron con lágrimas, con regocijo segarán.
Irá andando y llorando el que lleva la preciosa semilla;
Mas volverá a venir con regocijo, trayendo sus gavillas.

Ya antes me pasó cuando por pura casualidad coincidieron con mi circunstancia vital tres hechos fortuitos. Cierta cita de una biografía de Stevenson por Marías en Vidas escritas, el poema "Pero sí tengo..." (1980) de Vicente Cano encontrado por casualidad poco después (y ya sabemos cómo murió Vicente Cano, de cáncer), una traducción mía de cierto poema estadounidense muy parecido al mismo (The House By the Side of the Road, de Sam Walter Foss, que fue repetido por un fallecido que se apareció a su hijo según contaba en un documental sobre estos hechos) y una canción famosa concreta, la de Ghost, oída cuando salía de la escalera, las tres sobre el mismo tema que me afectaba profundamente y que coincidieron sin buscarlas en unos mismos momentos.

Amazing Grace!

miércoles, 30 de agosto de 2017

Una tertulia improvisada

Ayer, cuando estábamos paseando el poeta Javier Lumbreras y yo por las afueras de Ciudad Real, se me ocurrió acercarnos a hacer una visita a Joaquín González Cuenca en su dacha "La querencia". Estaba también el catedrático de Málaga Manuel Alberca, que es un manchego de Arenales de San Gregorio y obtuvo el premio Comillas de biografía (sustancioso: 20.000 euros de adelanto en derechos de autor) por una biografía de Valle-Inclán muy documentada, aunque le pasa lo que a la de Quevedo de Jauralde: que en su afán positivista termina por soslayar los textos meramente literarios del autor. En fin, le tenemos envidia otros biógrafos con peor suerte, como Joaquín y yo, entregados a personajes que merecerían también alguna fama y fueron marginados por su ideología progresista.

Cuando los pillamos, Joaquín estaba durmiendo la siesta en un sofá. Se interesó por el estado de mi mujer, que ahora anda en el hospital y a la que atendemos en turnos de ocho horas. Me leyó los agradecimientos de su biografía inédita en dos tomos del cervantista (y otras cosas) Nicolás Díaz de Benjumea, donde me llama "incombustible e ilustrado". Muy halagador. Desde luego, hay que ser incombustible para no quemarse con sus continuos cigarrillos, aunque tal vez él lo dijo aliquibus... Me pasé el verano pasado corrigiéndole el texto. Él correspondía con sus virtudes de cocinero genial, aunque no llegué a ingerir el congrio del que tanto presume, porque prefiero otros platos.

Para él no hay izquierda ni derecha, solo arriba y abajo. No cree en revelaciones, sino en filologías. Abomina como yo de las patrañas teológicas, aunque es creyente. Se quedó huérfano de madre a los cuatro años y de padre a los diez. Una vida larga y dura, la suya, pero con bastantes satisfacciones. Disfruta ahora de su bien acompañada soledad y se entretiene con la edición de una obra histórica de un toledano de fines del siglo XVI. Se tiene por desordenado, pero alguien que hace miles de fichas lexicográficas sobre el vocabulario de san Isidoro de Sevilla es imposible que sea desordenado. Sus meticulosísimas ediciones así lo atestiguan. El Cancionero de Hernando del Castillo en cinco tomos, por ejemplo, que recibió el premio de edición de la Real Academia y que yo le ayudé también a corregir.

Alberca, González Cuenca y yo, tres biógrafos manchegos juntos por mera casualidad. Alberca se puso a hablar con Lumbreras de Málaga, donde han estado viviendo. Alberca y González empezaron a hablar de Rafael Pérez Estrada, un poeta malagueño bastante bueno pero tan vanidoso que todos los años hacía un discurso de aceptación del Nobel (y es verdad que alguna academia lo había propuesto); yo lo desconocía y pensé que estaban hablando de José González Estrada, el poeta decimonónico raro autor de laberintos acrósticos y poesía ludolingüística. Tampoco tenían ni idea. Y es que unos vivimos en el siglo XIX y otros en el XX, ya se ve. 

La biografía de Manuel Alberca descubre que Valle-Inclán no solo era carlista "por estética", sino un facha redomado de Comunión Tradicionalista, y un hijo de buena familia que nunca pasó apuros económicos, como las leyendas sobre su bohemia han hecho creer. Era fundamentalmente un antiburgués que se acercó luego a Eduardo Dato, se presentó a las elecciones con Lerroux y después se acercó a republicanos y socialistas. Y la anécdota del bastonazo de Manuel Bueno que le infectó el brazo a Valle que le acabaron amputando es una filfa: Bueno le dio tal paliza que casi lo mata, por deslenguado, y estuvo en el hospital luchando por sobrevivir. 

Y hablando de hospitales, mencioné que me había leído en él tres libros de Fernando Savater, quien por cierto ha perdido las ganas de escribir tras perder de un tumor cerebral a su esposa. Joaquín, que tiene setenta años como Fernando Savater y estaba en su misma clase de comunes en la Complutense, nos contó una anécdota sobre el filósofo. Resultó que Ángel Valbuena Prat se cabreó porque nadie tenía un ejemplar de la famosa novela medieval El caballero Cifar (era porque solía divagar sin programa en sus clases y, como es lógico, nadie sabía con qué iba a salir entonces) y le pareció que, con esa cara tan peculiar, Savater se estaba riendo de él. Y lo echó de la clase. Luego lo expulsarían de la Universidad con mayor motivo, aunque también impropio, y aún pasaría un mes en la cárcel, pero se puede decir que ya por entonces incomodaba. Entones Savater era un alumno de buena familia con dinero para irse a Francia y vivir y leer allí. Ahora es simplemente un liberal desilusionado y triste que escribe y piensa bien.

Javier Lumbreras, poeta y profesor de filosofía, se marcha a Motril. Le regalé un ejemplar que deseaba de mi librería: una edición de medio siglo de las Escenas de la vida en Bohemia del tuberculoso romántico Henri Murger. Y mira que me costó deshacerme de él: adoro a ese autor. Y por cierto que van a retransmitir en Las Vías La bohème de Puccini, inspirada en esta obra. Otro gran profesor de filosofía y amigo, Santiago Sánchez-Migallón, autor de una maravillosa bitácora o blog, se va también destinado a Granada. No dudo que ambos les irá mejor que aquí.

martes, 29 de agosto de 2017

La boda de Garzón y otras manipulaciones informativas

"Ya sabéis que en este país, pero en otros también, hay una derecha cavernícola que solo piensa en disparar al rojo. Hace unas semanas me criticaron por bañarme en una piscina, hace unos años por tener una bici y ahora por casarme. No pasa nada. Lo que les molesta es que la gente de izquierda pueda ser feliz y hacer vida normal. Eso con Franco no pasaba", critica. El líder de IU denuncia lo que ocurrió días antes de la ceremonia. "Durante varias semanas la prensa de derechas se hizo pasar por invitados de la boda para obtener información; otra se la inventaron -como el precio del menú, tres veces por encima del real-; e incluso el día de la boda se intentaron colar en el recinto en varias ocasiones. También nos amenazaron con boicotear la boda, y ya está convenientemente denunciado", advierte. "Por supuesto seguiré bañándome en piscinas y mares, yendo de viajes y organizando cuantas fiestas permita mi tiempo y economía personal. También me vestiré como me de la gana. En suma, haré lo que haría cualquiera. Pero lo más importante es que seguiré peleando contra los gürtel, sus jefes y su sistema. Por más que cavernícolas y voceros del régimen ladren", finaliza.

Por último, un tuitero consigue poner en ridículo a los que critican a boda:

La boda de Alberto Garzón la paga él.
La boda del rey la pagaste tú.
Pero critica a Garzón, no vaya a parecer que no eres gilipollas.

Otro caso: TVE se ha convertido este miércoles en objeto de duras críticas por su retransmisión de la comparecencia de Mariano Rajoy en el Congreso de los Diputados para hablar de la corrupción y la financiación ilegal del PP, porque cortó la intervención de Pablo Iglesias, de Unidos Podemos, para conectar con la Tomatina de Buñol. Otros canales no lo hicieron. Un internauta irónico dijo: "Muy decepcionado de que hayan conectado con la Tomatina mientras hablaba Pablo Iglesias. Siendo TVE, esperaba conectaran con Venezuela o Irán".

domingo, 27 de agosto de 2017

El madrino

Rajoy comparecerá en el lager del Charlamento con cinco de sus capos para justificar los últimos negocios del cártel del PP, pero yo digo: ¿pa qué? No quebrará su omertá, menos aún con las leyes preposfranquistas, transicionantes y transinfinitas que tenemos: que la helada ley injusta que han  hecho los suyos diga lo que quiera, que él hará lo que le dé más (gana) a su derecho, que es también su derecha; lo único que se quebrará, en todo caso, es su ya mítica vagancia; porque España sigue en quiebra gracias a su monstruosa deuda, aún más acrecida, dicen, y a nuestros monstruosos bancos, que nos comen como Saturno a sus hijos. ¿Quién la pagará? ¿Los Lannister? No se fía ni a ellos. Mariano no llega ni a padrino protector: es un hado madrino y funesto al que le hacen citar a Lorca sin haberlo desenterrado. Pero da igual: también llaman anticatalán a Machado sin haberlo leído. Es lógico que los jóvenes no escuchen las afrentas y las promesas de un viejo vendido como Mariano Rajoy.

Ya nos han dicho (no la prensa, que lo suyo no es discutir) que no nos devolverán los bancos los 27.344 millones de euros que nos han sustraído por sus desarreglos o desreglas o desregulaciones de dama neocón con problemas de sangrante periodo o ciclo bursátil: esas periódicas crisis capitalistas que había conseguido evitar la economía keynesiana y que los neocón volvieron a revivir cargándose la división entre banca especulativa y de inversión, solo porque así engordan más. No hay oídos que soporten tan gran y desagradable ruido: hay que oír música, aunque sea tan mala como la de Operación Triunfo, que es la que cantan los pepoides. No podremos devaluar la moneda: el santísimo euro nos lo impide. Por eso los polacos, que no lo tienen, crecen más que nosotros (y no como el cáncer, que es la ideología de Rajoy: crecer por crecer, aunque mate al resto del cuerpo social), que solo pensamos en los bancos (especialmente los políticos que van a parar a sus consejos, que es el morir) y no en el bien de la gente. Y eso es así porque en España no es que exista corrupción, como en Italia, sino porque está en ella institucionalizada: la misma España, su concepto, su constitución, sus estructuras legales incambiables, es corrupción.

Siempre ha sido así desde que triunfó en ella el rígido fascismo (cuya rigidez calca nuestra carta otorgada o "Constitución") y se hizo modelo seguido por toda Hispanoamérica y su milicienta con la anuente astucia mercante de los aprovechados yanquis corruptores de democracias menores. Pero sigo. La gente (que padece, no la couché en que se miran) ya no compra su casa; tampoco la alquila; con los microsueldos de Rajoy solo da para habitaciones. Porque la gente (que no vota a Rajoy, la gente al por menor, digo, no la forrada) debe sobrevivir, y recurre por ello para moverse a Blablacar y a crearse sus propias compañías eléctricas y a apagar la tele y dejarse de cables para no gastar ni perder el tiempo con enervaciones y gilipolleces. O a huir a países honrados. Qué coño, si hasta los terroristas se han vuelto low cost porque no les llega el presupuesto para cordita y tienen que hacerse explosivos de lavabo y con acetona. Los etarras al menos los importaban de Francia y no iban por ahí acuchillando a la gente, que pringa y es más sucio. 

Mis alumnos, con jornadas de doce horas (cuando trabajan, que lo hacen con interrupciones, como las lagartijas) y sueldos fraccionarios, no pueden siquiera estudiar: están demasiado cansados y sin fe alguna. Son los temporeros del XIX (el adjetivo no está de moda, aunque corresponda: por eso no aparece en los diccionarios de sinónimos; y si digo "paria del contrato" me darían con algo en la cabeza). Cuanto más una madre de familia, que ni siquiera puede pagar los libros de texto del bachillerato de su hija, en la que sí tiene fe. Pero la educación que le dé no le garantiza futuro alguno; en EE. UU., por ejemplo, han dado su premio máximo de medicina a un científico español, Francis Mojica, que ha descubierto el presunto remedio de mil enfermedades genéticas. Uno de esos investigadores a los que Rajoy no financia de una de esas universidades españolas que no están entre las mejores del mundo. Es un milagro que aún quede en España: todos los demás talentosos han emigrado. Porque en España, el 12,5 % de los contratos que se firman en España es para camareros. Esa es nuestra industria, nuestra educación y nuestra investigación. Con razón ni el de Inditex ni el de Mercadona acabaron nunca la ESO. Es lo más sabio. Mientras relevaba a mi hija en el hospital han robado el móvil a mi mujer. Se lo dejé en la mano. Mi buena fe me dice que si ese ladrón tuviera un puesto de trabajo, no lo habría hecho... un puesto de trabajo de los que da Rajoy, que los da de lo que sabe: de robar. Aunque hasta para robar hay hoy que tener estudios, por ejemplo de robador de la propiedad, como Rajoy.

Han pitado al militar que han impuesto para guardar el patio y sus propiedades, ese que llaman Rey, los catalanes, pero yo creo que lo que han pitado es a la Corrupción que representa, con sus diez mil aforados y sus cien mil políticos autonómicos. Los catalanes son los más corruptos de la Península, y cuando ven que los vascos viven en la gloria sin apenas corrupción, gracias quizá a la vigilancia terrorista como dice Leyre Iglesias, piensan que algo falla y se los llevan los demonios (los suyos), aunque, como siempre, creen que son demonios de fuera. Adolfo, Benito y Paco hacían lo mismo, pero es que el nacionamismo es así de incestuoso y pare enanos como Pujol o Tirion Lannister (los Lannister es que son muy incestuosos). Y dejan que otros paguen siempre sus deudas.

Almudena Grandes publica una nueva novela de su ciclo de episodios nacionales del siglo XX, Los pacientes del doctor García. Advierto aquí a mis numerosos lectores de derechas y que se dicen de izquierdas sin serlo (hasta que Rajoy los echó de ellas con otros tres millones de españoles, lo que ya se empieza a notar en el barómetro del CIS) que no la lean: les provocaría acidosis o una contractura de jeta; desde luego, no les recalificará las ideas congeladas que guardan como si valieran algo en eso redondo entre los hombros que no es una pelota de fútbol. Menciona, por ejemplo, cómo Franco, a través de la red de Clara Stauffer entre otras, protegió a 800 genocidas nazis (él, el salvador de judíos cuando le convino) como Ante Pavelic, Léon Degrelle eiusdem palotis. Franco paralizó su propio genocidio en 1943, cuando ya estaba claro que Hitler iba a perder la guerra; se limitó entonces a hibernar hasta que encontró la coyuntura favorable de que los EE. UU. necesitaran bases en un estado títere, negociando así su entrada en la comunidad internacional de la que estaba proscrito por criminal de guerra. Al menos hasta que al general Carrero Blanco le entraron delirios de grandeza y se atrevió a negarle a Kissinger prescindir de la bomba atómica. Ya se vio lo que explotó dos días después.