jueves, 17 de febrero de 2022

Las "Reglas de Moscú" de la CIA para operaciones.

Unas "reglas no escritas" pero populares entre los miembros de la CIA y otros servicios de inteligencia occidentales durante la anterior Guerra Fría para operar en el territorio considerado más difícil del mundo: Moscú, capital de la URSS. Decían:

Nunca des nada por sentado.

Nunca obres contra tu instinto.

Todo el mundo está en potencia bajo control enemigo.

No mires atrás, nunca estás solo del todo.

Déjate llevar, mézclate con el entorno, sé parte de él.

Varía tus patrones y mantente dentro de tu cobertura.

Induce autocomplacencia al enemigo.

No acoses al enemigo.

Elige tú el momento y lugar para la acción.

Mantén siempre tus opciones abiertas.

domingo, 13 de febrero de 2022

Ronald Fraser, el historiador de lo que no se publica

Lucas Marco, "Ronald Fraser, el escritor que narró la historia oral de la Guerra Civil", El Diario.es, 12 de febrero de 2022:

Se cumple una década de la muerte del autor británico de 'Recuérdalo tú y recuérdaselo a otros' y de 'Escondido', obras fundamentales sobre la Guerra Civil y el franquismo

"El historiador oral político debe crear una síntesis dinámica de las grandes líneas de transformación y de la manera en que fueron experimentadas por los entrevistados. Sólo así, creo, las historias individuales pueden finalmente constituirse en historia". El historiador británico Ronald Fraser (Hamburgo, 1930 - Valencia, 2012) fue el artífice de lo que hoy se conoce como memoria oral y escribió obras fundamentales para comprender la experiencia de la Guerra Civil española y del franquismo como Recuérdalo tú y recuérdaselo a otros, un excepcional fresco de la contienda basado en 300 fuentes orales, o Escondido, sobre la experiencia como topo del alcalde de Mijas Manuel Cortés durante tres décadas.

"La lucha contra el fascismo, en un sentido romántico, marcó el ambiente de su generación", explica la catedrática de Historia Contemporánea de la Universitat de València Aurora Bosch, viuda de Fraser.

El escritor, nacido en Alemania y de ascendencia estadounidense, había trabajado como periodista para la agencia Reuters y el San Francisco Chronicle. También fue un activo miembro del consejo editorial de la revista británica New Left Review, una de las publicaciones marxistas más influyentes de la izquierda. Traductor de autores españoles como Antonio Ferres o Luis Martín-Santos, Fraser se dedicó también entre 1965 y 1969 a publicar ininterrumpidamente 25 relatos sobre los más diversos trabajos, el empleo industrial, administrativo, profesional e informal, que daría pie a dos volúmenes bajo el título Work.

Tras abandonar Reuters se instaló en 1957 en Mijas, el municipio andaluz de la provincia de Málaga, para escribir su primera novela. Casi una década después, atraído por la noticia de que el alcalde republicano Manuel Cortés había salido de su escondite tras 30 años oculto de la represión franquista, volvió a la localidad para grabar la historia del topo. "Se le ocurre que ahí hay algo muy interesante", señala la historiadora Aurora Bosch.

El libro Escondido, que narra la impresionante experiencia de Manuel Cortés, obtuvo un amplio reconocimiento de Ronald Fraser ("En la montaña de libros sobre la Guerra Civil española, no existe otro tan breve y al mismo tiempo tan completo, tan indefenso y a la vez tan sutil, tan humanamente conmovedor como éste", escribió Arthur Miller). "No era un historiador convencional, empezó por la literatura y sólo posteriormente se dedica a la historia oral", explica Aurora Bosch.

Con el éxito de Escondido (publicado originalmente en castellano por la editorial Alfons el Magnànim y reeditado después por Crítica), Ronald Fraser emprendió la investigación de otra obra clave en su trayectoria: Recuérdalo tú y recuérdaselo a otros.

"Recorriendo el país durante dos años en 1973-1975, encontrando a los interlocutores que podía, finalmente entrevistó a más de 300 testigos, grabando por encima de los tres millones de palabras y enviando las cintas de cada etapa a [su amigo, el filósofo André] Gorz en París por miedo a que la policía franquista las descubriera y las confiscara", escribe el historiador Perry Anderson en el obituario de Fraser publicado en la New Left Review.

"Siempre me decía que a un extranjero le contaban muchas más cosas", recuerda Aurora Bosch. "Nunca se había hecho nada como esto", remacha Perry Anderson. El libro, publicado en dos tomos, se convirtió en la gran historia oral de la Guerra Civil española a través de las vivencias de combatientes y testigos anónimos. "Lo que se proponía y lograba hacer era recoger la experiencia popular no al margen, sino en lo más profundo de un gran conflicto sociopolítico y militar, a través de un sorprendente abanico de vidas individuales", explica Anderson en el obituario de su amigo.

"Su interés parte de la literatura y también de la experiencia como algo importante a tener en cuenta, de la idea de que en la historia se tenía que reflejar la parte subjetiva de cómo las personas viven su acontecimiento", sostiene Aurora Bosch, quien apostilla: "Cuando empezó a trabajar con esto, ni siquiera se llamaba historia oral, fue posteriormente cuando de alguna manera se acuña el término, pero él ya había empezado".

En 1984 publicó "el más insólito de sus libros", según Perry Anderson. En busca de un pasado, una mezcla de historia oral, psicoanálisis y autobiografía en el que Fraser indaga sobre su infancia la mansión de Amnersfield, entre 1933 y 1945 a través de los testimonios de los sirvientes que habían trabajado para la familia, localizados tres décadas después. "Era la idea de ver cómo te veían los otros y de utilizar el psicoanálisis para descubrir cómo te ves a ti mismo, con la distancia de la propia biografía", afirma Aurora Bosch.

Los últimos años de su vida, Fraser emprendió el gran reto de trazar la memoria oral de la guerra por la independencia que se plasmaría en La maldita guerra de España. Historia social de la guerra de la independencia, 1808-1814. "Consideraba que la guerra por la independencia era muy importante, ya era un escritor muy conocido pero se metió en una obra que le costó más que los libros anteriores", señala su viuda.

El "desafío mayor", a diferencia de sus obras anteriores, consistía en "hacer una historia social de la guerra por la independencia sin tener posibilidad de entrevistar a sus propias fuentes", agrega Aurora Bosch. Como una "historia desde abajo", en la línea de Recuérdalo tú y recuérdaselo a otros, su gran obra realza "los momentos colectivos y los destinos individuales de un color o intensidad particulares", señala Perry Anderson.

El pionero trabajo de Ronald Fraser se plasmó también en el documental 30 años de oscuridad, una mezcla de animación y entrevistas (en las que el escritor británico era uno de los principales testimonios) o en la más reciente película producida por Netflix La trinchera infinita, protagonizada por Antonio de la Torre y Belén Cuesta. "Creo que estaría muy contento de esta estela de otras personas que han querido indagar en ese pasado oculto, hubiera estado encantado de ver que abrió un camino de interés por la memoria de España silenciada y, en muchos casos oculta, que se refleja en obras muy notables como La trinchera infinita", dice la historiadora Aurora Bosch.

"Escribiendo, grabando e investigando solo en España estaba acostumbrado a la soledad. La única virtud que admitía era la perseverancia", concluye Perry Anderson.

sábado, 5 de febrero de 2022

Paradojas de Suecia

De Quora:

¿Cuáles son algunas cosas malas acerca de Suecia?

Me mudé a Suecia con mis 3 hijos principalmente por razones económicas, ya que mi esposo sueco ganaba más y mi trabajo era bastante flexible. Al principio, me encantó lo que vi: educación gratuita, naturaleza hermosa y abundante, incluso en las ciudades, comunidades bien diseñadas con muchas instalaciones gratuitas, muchas actividades comunitarias gratuitas y un fuerte compromiso hacia la sostenibilidad.

Sin embargo, después de vivir aquí unos años, comencé a notar que algunas cosas están muy mal y que Suecia no es el paraíso que parece ser a primera vista. Aquí está mi lista de los problemas más grandes como los veo yo:

En primer lugar, no hay opciones para las consumidores. Productos genéricos y caros siempre de las mismas pocas tiendas grandes y mismos supermercados. Las pequeñas empresas prácticamente no existen, aparte de la horrible pizza / kebab, la comida asiática o los puestos de perritos calientes / hamburguesas llevados por inmigrantes empresariales. El servicio al cliente es también inexistente. La innovación, el conocimiento del producto y la creatividad están muy ausentes en el sector comercial.

Los inmigrantes son bienvenidos, y el racismo está mal visto pero, sin embargo, una vez que estos inmigrantes llegan, son separados de los suecos nativos, no pueden encontrar empleo y son incapaces de orientarse por los interminables sistemas de reglas con grandes riesgos de ser perseguidos por los servicios sociales. Los suecos ("los acogedores") no permiten que sus hijos pongan ni siquiera un pie en barrios o escuelas de inmigrantes, y se preguntan por qué haya muy poca integración.

Los suecos son muy hostiles, cerrados y conformes. Es casi imposible formar amistades cercanas.

El invierno es como el infierno. Los primeros meses son bonitos y la nieve es hermosa, pero al final la oscuridad, el frío y el aburrimiento comienzan a desgastarlo.

Hay un sinfín de reglas triviales que se aplican con severidad. Quería obtener mi licencia en Suecia, pero marqué una casilla en el formulario de la licencia que preguntaba sobre problemas de salud. He tenido insuficiencia renal (muy irrelevante para la conducción), así que lo anoté. No pude obtener una licencia (llevo 15 años conduciendo, pero mi licencia australiana no se reconoce aquí después del primer año) porque necesito un certificado de un especialista en riñones. No pude ser referido a un especialista en riñones porque mi función renal no está tan grave. Al intentar solucionar el problema, las reglas son reglas, y así es como es. El problema no se puede resolver: puedo conducir en países vecinos, pero no aquí. El intento de vivir aquí está lleno de muchas experiencias similares, increíblemente frustrantes. Los bancos no te permitirán abrir una cuenta, excepto en las mañanas de lunes a viernes, y no te avisan hasta que hayas esperado en la cola durante varias horas. No hay otra opción, incluso si trabajas o estudias en las mañanas de los días laborables, a nadie le importa. Todos los procesos simples son una pesadilla burocrática.

Aunque al principio creía que las escuelas gratuitas, los servicios de guardería y los servicios médicos eran una buena política para la familia, me di cuenta de que este es un sistema de control e incompetencia que no conduce resultados positivos. En primer lugar, se espera que todos lleven a sus hijos a la guardería y vayan a trabajar. No hay libertad de elección para cuidar a tus hijos, no puedes cuidar a tus hijos de acuerdo con tus creencias y valores. Los niños están informados sobre los infinitos derechos y no tienen la obligación de comportarse con respeto. Los padres son impotentes, los maestros son impotentes y obtener una educación en una escuela sueca es una debacle: los niños utilizan el teléfono y hablan durante la clase, maldicen a los maestros, se maltratan y acosan mutuamente y cualquier forma de castigo hacia los niños ingobernables esta prohibida.

La policía es inútil, excepto en relación con el procesamiento de delitos menores, como las multas de estacionamiento. Se resuelven menos del 3 % de los delitos, los informes se archivan pero nunca se investigan, incluso con asuntos que se toman muy en serio en el resto del mundo, como los delitos violentos y las violaciones.

Si bien la atención médica generalmente es gratuita o de bajo costo, los tiempos de espera son una locura. Podrían pasar 3 semanas para ver a su médico de cabecera (muy mal si el asunto es urgente) y 10 meses para ver a un especialista. Los especialistas pueden rechazar las referencias y, si padece una enfermedad crónica, es probable que se encuentre en el país equivocado.

domingo, 30 de enero de 2022

Profesiones que requieren psicopatía

9. Chef

La mayoría de los psicópatas se 'limitan' a carecer de empatía, pero no matan ni mutilan. Suelen ser personas capaces de lograr el éxito en situaciones poco propicias para ello; es por esto que son capaces de concentrarse entre cacerolas y ruido de cuchillos.

8. Religiosos

Según el agente del FBI Joe Navarro, la inmensa presencia de psicópatas en la Iglesia se debe a que es un entorno en el que pueden aprovecharse de los otros con facilidad, además de que tienen acceso a información confidencial que puede serles útil llegado el caso.

7. Policía

Los psicópatas tienen la cualidad de permanecer tranquilos en situaciones de estrés; es por ello que el puesto de policía encaja muy bien en su perfil.

6. Periodista

Si un psicópata necesita obtener información (de una fuente periodística, por ejemplo) puede ser encantador, pero es capaz de pasar al otro extremo y ser cruel sin ningún problema. Además, les gusta la acción y tienen mucha capacidad de concentración. Cualidades importantes para un periodista...

5. Cirujano

Según un informe publicado por The Bulletin of the Royal College of Surgeons of England, los psicópatas tienen en común con los cirujanos puntos como que se mantienen tranquilos ante el estrés (algo necesario en operaciones).

4. Comercial

Los psicópatas no son capaces de trabajar en equipo, y, al no tener empatía, harán lo que sea necesario con tal de lograr sus objetivos: robar contactos a compañeros, entorpecer su labor... 

3. Presentador de TV o radio

Una de las características de los psicópatas es su narcisismo; por ello, es normal encontrarlos en puestos públicos, como presentador. Su tranquilidad ante las situaciones de estrés también les ayuda en este puesto.

2. Abogado

Según Confessions of a Sociopath: A Life Spent Hiding In Plain Sight, una obra autobiográfica de M. E. Thomas, el autor afirmó que la psicopatía le sirvió para su trabajo de abogado, ya que se sentía más seguro de sí mismo, y era capaz de mantenerse calmado en todo momento.

1. CEO

viernes, 21 de enero de 2022

Fundamentos matemáticos de la nada

El matemático Eric Weinstein declaró que todas las matemáticas están basadas en fundamentos que se sostienen sobre suposiciones que no pueden ser probadas. ¿Puede alguien explicarme esto?

Supón que tienes una manzana y te doy otra. ¿Cuántas manzanas tienes? Las puedes contar, tienes dos manzanas.

Imagina que tienes un pavo y te doy otro. ¿Cuántos pavos tienes? Los puedes contar, tienes dos pavos.

Ahora supón que tienes el número uno y te doy otro número uno, ¿Qué número tienes? No hay un numero uno en el universo físico. Hay un pez dorado, hay un sauce, hay una nube, pero no hay tal cosa como un simple uno. No puedes tomar algunos números y contarlos de la misma manera en que juntarías tarjetas de beisbol. Pero sabemos que 1+1=2. ¿Cómo puedes demostrar esto?

Euclides, un matemático griego, dijo que dos puntos pueden ser conectados con una línea recta. ¿Cómo demuestras esta declaración? No existen los puntos en el universo, y tampoco segmentos lineales, solo cosas que se aproximan a lo que podría ser un punto o una línea recta. Todos los ángulos son congruentes (más de lo mismo). Si tienes un punto y una línea recta que no están sobre la línea original, entonces esa línea que pasa sobre ese punto deberá ser paralela a la primera línea en un plano bidimensional. Esas suposiciones son tan básicas que no pueden ser demostradas, sin embargo, son las bases de la geometría

jueves, 20 de enero de 2022

El arte de amargarse la vida con profecías autocumplidas

El arte de amargarse la vida según Paul Watzlawick

Existen infinitas formas de amargarse la vida: nuestra creatividad en este sentido es infinita. Además, muchas de esas formas pasan desapercibidas por actuar en un plano por debajo de la consciencia. De ahí el énfasis que pone Paul Watzlawick, quien aporta una visión diferente sobre situaciones cotidianas que amargan.

El arte de amargarse la vida, obra literaria, supuso el reconocimiento internacional de Paul Watzlawick, una de las figuras clave de la psicología por su aportación a la teoría de la comunicación y a la psicoterapia.

Se trata de un libro de autoayuda donde el autor hace una recopilación de actitudes o conductas que frecuentemente llevamos a cabo sin darnos cuenta y que nos perjudican.

La finalidad de la obra El arte de amargarse la vida es invitar al lector a detectar aspectos de su vida cotidiana en los que pueda incurrir, según señala el autor de forma inconsciente, y que nos obstaculizan, frenan nuestro crecimiento personal.

En definitiva, detectar comportamientos y actitudes con la finalidad de intentar modificarlos, pues tal y como afirma Watzlawick existen actitudes inconscientes que nos amargan la vida. En este artículo destacamos aspectos importantes de su obra.

Sobre todo esto: sé fiel a ti mismo…

En este capítulo de su obra, Watzlawick hace especial hincapié en la importancia de ser fiel a uno mismo: hacer lo que realmente quieres hacer en sintonía con lo que piensas y sientes al respecto.

Tal y como afirma el autor, ser fiel a uno se trata fundamentalmente de la convicción de que no hay más que una sola opinión correcta: la propia.

En este sentido, ser fiel a uno mismo significa asumir la responsabilidad de las decisiones que tomas escuchando tu voz interior; perseguir tus sueños y tus metas sin importarte lo que puedan pensar los demás.

Por ello, cabe plantearse, ¿qué necesitas para alcanzar tu propio bienestar? ¿Cuáles son tus sueños? ¿Realmente lo que experimentas en tu vida lo has elegido tú o lo han elegido por ti?

No hay mejor forma de amargarse la vida que no ser fiel a sí mismo.

Autocumplimiento de las profecías

Las profecías autocumplidas, según Watzlawick, crean una determinada realidad casi por arte de magia, pues la profecía (la creencia acerca de un suceso) lleva al suceso de la profecía precisamente. 

Por ejemplo, si creo que voy a fracasar en un examen, es probable que nuestro comportamiento se vaya modificando a partir de esta creencia, pues las creencias condicionan en gran medida nuestra conducta.

En otras palabras, si realmente crees que algo va a suceder probablemente sucederá, pues acabaras actuando de tal manera. Por lo que realizar autoprofecías en una forma de amargarse la vida, ¿cómo no me voy a “amargar” si me estoy anticipando y preocupando de lo que va a ocurrir antes de que pase?

“Trata a una persona como es y permanecerá como es. En cambio, trata a una persona como puede ser y podría ser y se convertirá en lo que puede y podría ser”. -Stephen R. Covey-

Sé espontáneo

Watzlawick asegura que exigir que algo se recuerde u olvide con espontaneidad; desear un regalo y sentirse frustrado de recibirlo solo por haber expresado el deseo, pretender que querer a una persona por obligación; concretamente, intentar provocar una respuesta mediante el empeño de la voluntad hace precisamente que sea imposible lo que se intenta: ¿nos amargamos la vida intentando conseguir un comportamiento que solo aparece espontáneamente?

Esto es, exigir una conducta, actitud y/o emoción que necesariamente tiene que ser espontánea provoca que acabe no siendo, perdiendo parte de su naturaleza y sus consecuencias, por el hecho de haber sido exigida.

¿No sería más fácil permitir que surja la conducta y/o emoción de forma natural sin imponernos algo distinto? Para el autor, esta imposición en la que caemos es una clara forma de amargarse la vida.

Si alguien me quiere, no está en su cabal juicio

El autor relata en su obra: “ya que hablamos de amor, empecemos por una advertencia importante. Dostoievski decía que el texto bíblico «ama a tu prójimo como a ti mismo» seguramente ha de entenderse al revés, es decir, que solo se puede amar al prójimo cuando uno se ama“.

Dicho de otro modo, nos amargamos la vida con frecuencia al vivir centrados en querer a una persona o dudando si alguien puede querernos sin darnos cuenta de que para querer es necesario partir del amor propio, pues es la base de todos los amores. ¿Cómo no voy a dudar sobre si una persona me quiere… cuando yo mismo no me quiero? ¿Cuándo voy a encontrar razones para que el otro me quiera si no encuentro motivos para apreciarme a mí mismo?

Para concluir, existen infinitas formas de amargarse la vida. Muy seguramente gran parte de esas formas pasan desapercibidas, puesto que ni siquiera somos conscientes de las mismas. De ahí el énfasis que pone Paul Watzlawick, quien aporta una visión diferente sobre situaciones cotidianas que nos amargan, frenan el crecimiento y desarrollo personal.

En definitiva, ¿y si dejamos de amargarnos la vida con ciertas actitudes y creencias negativas y nos centramos en lo realmente importante y beneficioso para nuestro bienestar?

“No me aprecio a mí mismo. No puedo apreciar a nadie que me aprecie. Solo puedo apreciar al que no me aprecia”. -Laing-

sábado, 8 de enero de 2022

López Obrador y sus paradojas

Las leyes castellanas incorporaban como ciudadanos a los indios, y eran protegidos y castigados por ellas. López Obrador puede exigir perdón a España por haberle dado más de lo que le quitó hace quinientos años, y por haber librado a México, con ayuda de los tlascaltecas y otras naciones indígenas esclavizadas por ellos, de la crueldad caníbal de los aztecas; pero no le pide a EE. UU. que lo haga por haberle quitado la mitad de su territorio en 1848, no hace tanto. ¿Por qué será? Hay 33 ciudades fundadas por España en América que han sido declaradas Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO y ninguna de las excolonias británicas, francesas u holandesas han llegado a alcanzar ese privilegio? Es importantísimo distinguir entre colonialismo e integración. España nunca quiso colonias sino agregar a su sistema político y social nuevos territorios. Replicarse en América no esquilmar América. Esa fue la intención, ampliar la hispanidad.

Por eso hablar de colonias en Sudamérica es un verdadero insulto. Esa es una palabra solo aplicable a Inglaterra, Francia, la Alemania del xix etc. El colonialismo es un sustantivo originado fuera de España y acogido en esta por influencia europea que no corresponde a la historia de España. Incluso la breve etapa colonial en Guinea y en el Sahara en el siglo XIX tiene otros matices muy distintos".

Cuando se compara con las colonias de otras naciones europeas (Alemania, Francia, Inglaterra, Bélgica, Holanda, Dinamarca, Noruega, Rusia, etc.) o asiáticas, cómo quedaron estas colonias y cuándo se liberan de ellos (las que pudieron hacerlo), no puedo evitar pensar, qué afortunada fue Hispanoamérica.

A pesar de las leyendas, hay mucho para agradecer.

miércoles, 5 de enero de 2022

Meditación purificadora

Tomado de Quora:

Nadie debe seguir sus pensamientos sino sólo a su corazón.

Cada uno —no hay que hablar del genérico ‘la gente‘ sino de cada persona— sigue a la multitud porque no se ama, no confía en sí misma, no se aprecia. Esas son las bases de la autovaloración y de la autoestima. Y lo único que te hace capaz de amar a otra persona y de poder ser amado.

Para seguir a tu corazón… Lo primero que debes hacer es limpiar todas las emociones bloqueadas y el estrés que tienes —todos tenemos— en tu corazón. Son como ‘anteojos de colores’ que tiñen todo lo que vemos y sentimos. También son la forma en que nuestra mente nos controla.

Luego, llenas tu corazón con tu propio amor, tu propia confianza y tu propio aprecio. Eres el único que puede llenar tu corazón. Nada externo servirá. Te volverás responsable de tu vida y felicidad.

Así encuentras tu lugar interior de paz y alegría. Y se desarrolla la intuición. Sabrás desde lo más profundo de ti mismo todas las respuestas —¡y las preguntas!— que necesita saber.

Para lograr eso, utilizo la meditación profunda. Utilizo el sistema Isha.

La meditación profunda significa dejar pasar tus pensamientos y darle la guía de tu vida a tu corazón. Te vuelves responsable de tu vida y tu felicidad. Encuentras tu lugar interior de paz y alegría. Y desarrolla la intuición.

Alaba, bendice, agradece todo, en todo lugar, siempre.

Es un cambio en tu actitud hacia la vida. Da, no tomes.

domingo, 26 de diciembre de 2021

Realidad cuántica, por Peter Evans

Peter Evans (*) La realidad sería un juego de espejos cuánticos, 7 julio, 20218 

La realidad sería un juego de espejos cuánticos porque todos los objetos conocidos no tienen existencia propia, sino que forman una red de relaciones existenciales que les otorga una apariencia física.

Imagina que te sientas y tomas tu libro favorito. Miras la imagen de la portada, pasas los dedos por la suave funda del libro y hueles ese olor familiar a libro mientras hojeas las páginas. Para usted, el libro se compone de una variedad de aspectos sensoriales.

Pero también esperas que el libro tenga su propia existencia independiente detrás de esas apariencias. Entonces, cuando dejas el libro sobre la mesa de café y entras en la cocina, o sales de tu casa para ir a trabajar, esperas que el libro se vea, se sienta y huela igual que cuando lo sostenías.

Esperar que los objetos tengan su propia existencia independiente, aparte de nosotros y de cualquier otro objeto, es en realidad una suposición profundamente arraigada que hacemos sobre el mundo.

Esta suposición tiene su origen en la revolución científica del siglo XVII y forma parte de lo que llamamos la cosmovisión mecanicista.

Según este punto de vista, el mundo es como una gigantesca máquina de relojería cuyas partes se rigen por leyes de movimiento establecidas. Esta visión del mundo es responsable de gran parte de nuestro avance científico desde el siglo XVII.

Pero como sostiene el físico italiano Carlo Rovelli en su nuevo libro Helgoland, la teoría cuántica, la teoría física que describe el universo en las escalas más pequeñas, muestra casi con certeza que esta cosmovisión es falsa. Por ello, Rovelli sostiene que deberíamos adoptar una cosmovisión «relacional».

¿Qué significa ser relacional?

Durante la revolución científica, el pionero de la física inglés Isaac Newton y su homólogo alemán Gottfried Leibniz discreparon sobre la naturaleza del espacio y el tiempo.

Newton afirmó que el espacio y el tiempo actúan como un «contenedor» para el contenido del universo. Es decir, si pudiéramos eliminar el contenido del universo, todos los planetas, estrellas y galaxias, nos quedaríamos con el espacio y el tiempo vacíos. Esta es la visión «absoluta» del espacio y el tiempo.

Leibniz, por otro lado, afirmó que el espacio y el tiempo no eran más que la suma total de distancias y duraciones entre todos los objetos y eventos del mundo. Si elimináramos el contenido del universo, también eliminaríamos el espacio y el tiempo.

Esta es la vista “relacional” del espacio y el tiempo: no son más que las relaciones espaciales y temporales entre los objetos y eventos. Esta visión relacional del espacio y el tiempo fue una inspiración clave para Einstein cuando desarrolló la relatividad general.

Rovelli hace uso de esta idea para comprender la mecánica cuántica. Afirma que los objetos de la teoría cuántica, como un fotón, un electrón u otra partícula fundamental, no son más que las propiedades que exhiben cuando interactúan con, en relación con, otros objetos.

Estas propiedades de un objeto cuántico se determinan mediante experimentos e incluyen cosas como la posición, el momento y la energía del objeto. Juntos forman el estado de un objeto.

Según la interpretación relacional de Rovelli, estas propiedades son todo lo que hay en el objeto: no hay una sustancia individual subyacente que «tenga» propiedades.

Entonces, ¿cómo nos ayuda esto a comprender la teoría cuántica?

Considere el conocido rompecabezas cuántico del gato de Schrödinger. Ponemos un gato en una caja con algún agente letal (como un frasco de gas venenoso) desencadenado por un proceso cuántico (como la desintegración de un átomo radiactivo) y cerramos la tapa.

El proceso cuántico es un evento fortuito. No hay forma de predecirlo, pero podemos describirlo de una manera que nos indique las diferentes posibilidades de que el átomo se descomponga o no en algún período de tiempo.

Debido a que la descomposición provocará la apertura del vial de gas venenoso y, por lo tanto, la muerte del gato, la vida o la muerte del gato también es un evento puramente casual.

Según la teoría cuántica ortodoxa, el gato no está vivo ni muerto hasta que abrimos la caja y observamos el sistema. Queda un enigma sobre cómo sería para el gato, exactamente, no estar ni muerto ni vivo.

Pero según la interpretación relacional, el estado de cualquier sistema siempre está en relación con algún otro sistema. Entonces, el proceso cuántico que se desarrolla en la caja podría tener un resultado indefinido en relación con nosotros, pero tener al mismo tiempo un resultado definido para el gato.

Por lo tanto, es perfectamente razonable que el gato no esté ni vivo ni muerto para nosotros y, al mismo tiempo, esté definitivamente vivo o muerto. Un hecho es real para nosotros de una forma, y el mismo hecho es real de otra forma para el gato.

Cuando abrimos la caja, el estado del gato se vuelve definitivo para nosotros, pero el gato nunca estuvo realmene en un estado indefinido por sí mismo.


En la interpretación relacional, no hay una visión global de la realidad u “ojo de Dios”.

¿Qué nos dice esto sobre la realidad?

Rovelli sostiene que, dado que nuestro mundo es en última instancia cuántico, debemos prestar atención a estas lecciones. En particular, es posible que los objetos, como tu libro favorito, solo tengan sus propiedades en relación con otros objetos, incluido tú mismo.

Afortunadamente, eso también incluye todos los demás objetos, como tu mesa de café. Entonces, cuando vas a trabajar, tu libro favorito sigue apareciendo como cuando lo tenías en la mano. Aun así, este es un replanteamiento dramático de la naturaleza de la realidad.

Desde este punto de vista, el mundo es una intrincada red de interrelaciones, de modo que los objetos ya no tienen su propia existencia individual independiente de otros objetos, como un juego sin fin de espejos cuánticos.

Además, es muy posible que no exista una sustancia “metafísica” independiente que constituya nuestra realidad y que subyazca a esta red.

Como dice Rovelli:

No somos más que imágenes de imágenes. La realidad, incluyéndonos a nosotros mismos, no es más que un velo fino y frágil, más allá del cual … no hay nada.

(*) Peter Evans es profesor del programa Amplify de la Universidad de Queensland, especializado en la filosofía de la ciencia física. Este artículo se publicó originalmente en The Conversation. Se reproduce con autorización.

lunes, 13 de diciembre de 2021

Pompeyo Trogo y la dextrocracia

Llevo una semana que no sé. Me hace que estoy perdido por las afueras de la tela de araña del mapa, lejos de la arácnida catedral. Busco y lo único que hallo es que el vacío absoluto (∅={x:x≠x}), esa criatura ontológica, no se halla en la llamada España vacía, sino en cualquier cabeza política española, especialmente en la de un paleolítico nazisista o necionalista, que llega a ser, si se le deja, una empanadilla de Móstoles al estilo Rajoy (empanada gallega, más bien) o a lo más una pompa gargajeante por alguna tubería estreñida de indiscernibles vocales. 

Porque el nacionalismo es siempre indefinido, incomprensible y por contornos vago; carece de solución topológica, como esa flatus vocis, Abascal, un cobrador de beneficio y sin oficio. O sea, un paradón subsidiado como los que dice quiere quitarnos, paradoja que le hace subir tanto en votos como en absurdo. No así la derecha manca de un Castado, el licenciao capaz de aprobar la mitad de una carrera de fláccido Derecho, catorce asnaturas, en cuatro meses, gracias a lo que tanto se estila para llegar a ser alta cumbre, plantar favores para mañana. Eso, o el derecho español es menos que facilito.

Por eso no extraña que se arrepienta y confiese donde solo es posible: en una misa dedicada a Franco, el genocida del santoral de la Iglesia Palmariana, que todo lo perdona, incluso un millón de muertos; seguro que, con semejante habilidad, este hombre que no sabe ni donde estaba resolvía el problema palestino-israelí en menos de una semana y el de España en un quítame allá unas cajas de ahorros. Después de todo, España solo es el gas generado por una mala digestión de naciones, la flatulencia de unos Balcanes a reventar que, cuando menos te lo esperas, te babean de lava cenizoica. Merkel era física nuclear; por aquí nos conformamos con rábulas posesores de una literatura que ojalá llegara a Los tres cerditos.

Así que la vacua identidad de lo designado por avatares de la histeria como Catatonia o Miguelchurria forma una región del espacio euclídeo por entero rodeada, ay Barrymore, de los pudendos abultamientos nacionalistas que un espejito-espejito convexo-cóncavo retuerce al modo Rienmann o al Lobachevski. El quinto postulado de Euclides puede no ser cierto o incluso ser variopinto, pero ambas cosas son lo mismo para los criterios matemático-nacionalistas y el callejón del indeciso gato de Schrödinger. El Pepé y el Pesoe son paralelos y nunca se encuentran, a no ser que el cártel del primero encuentre algún agio mal escondido, como siempre ha hecho esta imparedonable asociación criminal; es la geometría de las mareantes puertas giratorias. Por las paralelas de Euclides, que nunca llegan a un acuerdo, podría circular un tren como el Trans-iberiano. Pero en un lugar como España, donde se discute hasta la dudosa madre que la parió, descarrilaría al momento.

Decía Cela que ese valleinclanesco espejo no tiene marco, ni comienza ni acaba, aunque lo dice al principio de San Camilo 1936, que ya es principio, incluso de guerra civil. Y desde luego la infección del nacionalismo español, catalán o lo que sea (da lo mismo), un viejo que se las da de guaperas, siendo carlistón, quejicoso, derrochón y corruptor de mayores, jovencitos y menores, no tiene pinta de acabar nunca y se reproduce por gemación fractal, esto es, rompiéndose en mil y quitándose espinillas tan gordas como el Vaticano o el Taj Mahal miguelturreño, en cuyo horizonte la mejilla del azul lloró una lágrima. El espejo se ha roto y da mala suerte, y nos mira completos en cada pedazote. Se ve detrás la triste pared de Tapiès. Siendo una forma de unidad, el nacionalismo convoca caros refrendos que excluyen, verbigracia, el Rosellón de la Francia, los pagos impagables de Valencia, las germánicas islas Baleares, el nido de águilas de Andorra, dividido entre un obispo y el Abraracúrcix de turno, el aislado Alguer de Italia y todo lo que se apunte: banduendos, charnegacionistas, barçaconversos mustios, balseros, tabarniosos y rufianes. Que es esperanza común apuntarse uno tras otro al espacio vital del imperio del tres per cent, o incluso más.

Cuando no había balompateo eran los toros: siempre dos bandos principales, Joselito y Belmonte. Como ya decía el historiador Pompeyo Trogo (XLIV, 2.1.2), el más y mejor informado sobre la identidad de los hispanos: "Prefieren la guerra a la inactividad y, si les falta un enemigo fuera, lo buscan en su propia tierra: Bellum quam otium malunt; si extraneus deest, domi hostem quaerunt. Y para hacerse enemigos imitan a los de fuera: en general, todos los prejuicios que esgrimimos contra los franceses y anglos podrían aplicarse a Catatonia, de râler quejendario y que enseña y enseñorea un pelusoso ombligo mental magnifique, muy superior al de otros autistas. Que seamos neurotípicos es para ellos un trastorno o cosa de un universo aparte y por demostrar: les es imposible concebir nada fuera de su abstracta esfera parmenídea, una unidad tan una que se niega a contemplar al resto de los números reales (de verdad). Y esa contabilidad que acaba en uno nos trastorna y nos deja no irreales, sino enteros, en la Zona negativa de los Cuatro fantásticos; ni siquiera cuentan con números primos. Catatonia es como la hiperesfera de Poincaré, algo que ya es asumible gracias a Perelman, pero cuya confusa cirugía nadie logra entender y es capaz de hartar al propio Perelman,  harto de las malas contestaciones de Catatonia. Por desgracia, todo esto paraliza la evolución de la dextrocracia española hacia el abismo al mismo tiempo que la incita, y olé.

Pero hace frío, caen las hojas, y a todos los iluminados nos han subido el papel de la luz. En nuestra energética pobreza uno piensa, castañeteando, que un suministro de gas natural posible y barato podría reunirse ahorrando cuescos desperdiciados en bolsas de Mercadona. Gas más natural que ese no hay, y al paso que vamos tendremos que calentarnos e iluminarnos quemando cuescos, pues ya se encargan otros de quemar los euros, aunque a oscuras. Sánchez hace bien pretendiendo poner gabelas a la industria puteril, pero considero que las ganas andan tan pares de escasez como los bolsillos. 

viernes, 10 de diciembre de 2021

Dos salmos

La eternidad de Dios y la transitoriedad del hombre. Oración de Moisés, varón de Dios.

Salmo XC


Señor, tú nos has sido refugio

de generación en generación.

Antes que naciesen los montes

y formases la tierra y el mundo,

desde el siglo y hasta el siglo, tú eres Dios.

Vuelves al hombre hasta ser quebrantado,

y dices: Convertíos, hijos de los hombres.

 Porque mil años delante de tus ojos

son como el día de ayer, que pasó,

y como una de las vigilias de la noche.

Los arrebatas como con torrente de aguas; son como sueño,

como la hierba que crece en la mañana.

En la mañana florece y crece;

a la tarde es cortada, y se seca.

Porque con tu furor somos consumidos,

y con tu ira somos turbados.

Pusiste nuestras maldades delante de ti,

nuestros yerros a la luz de tu rostro.

Porque todos nuestros días declinan a causa de tu ira;

acabamos nuestros años como un pensamiento.

Los días de nuestra edad son setenta años;

y si en los más robustos son ochenta años,

con todo, su fortaleza es molestia y trabajo,

porque pronto pasan, y volamos.

¿Quién conoce el poder de tu ira,

y tu indignación según que debes ser temido?

Enséñanos de tal modo a contar nuestros días,

que traigamos al corazón sabiduría.

Vuélvete, oh Jehová; ¿hasta cuándo?

y aplácate para con tus siervos.

De mañana sácianos de tu misericordia,

y cantaremos y nos alegraremos todos nuestros días.

Alégranos conforme a los días que nos afligiste,

y los años en que vimos el mal.

Aparezca en tus siervos tu obra,

y tu gloria sobre sus hijos.

Sea la luz de Jehová nuestro Dios sobre nosotros,

y la obra de nuestras manos confirma sobre nosotros;

sí, la obra de nuestras manos confirma.


Salmo XCI

Morando bajo la sombra del Omnipotente


El que habita al abrigo del Altísimo

morará bajo la sombra del Omnipotente.

Diré yo a Jehová: Esperanza mía, y castillo mío;

mi Dios, en quien confiaré.

Él te librará del lazo del cazador,

de la peste destructora.

Con sus plumas te cubrirá,

y debajo de sus alas estarás seguro;

escudo y adarga es su verdad.

No temerás el terror nocturno,

ni saeta que vuele de día,

ni pestilencia que ande en oscuridad,

ni mortandad que en medio del día destruya.

Caerán a tu lado mil,

y diez mil a tu diestra;

mas a ti no llegará.

Ciertamente con tus ojos mirarás

y verás la recompensa de los impíos.

Porque has puesto a Jehová, que es mi esperanza,

al Altísimo por tu habitación,

no te sobrevendrá mal,

ni plaga tocará tu morada.

Pues a sus ángeles mandará acerca de ti,

que te guarden en todos tus caminos.

En las manos te llevarán,

para que tu pie no tropiece en piedra.

Sobre el león y el áspid pisarás;

hollarás al cachorro del león y al dragón.

Por cuanto en mí ha puesto su amor, yo también lo libraré;

le pondré en alto, por cuanto ha conocido mi nombre.

Me invocará, y yo le responderé;

con él estaré yo en la angustia;

lo libraré y le glorificaré.

Lo saciaré de larga vida,

y le mostraré mi salvación.

jueves, 9 de diciembre de 2021

Desigualdad económica rampante

INFORME Laboratorio de las Desigualdades Mundiales

Los ricos son aún más ricos en 2021: el 10% de la población acumula el 76% de la riqueza

G. P.

El Mundo, 7 diciembre 2021

En conjunto, la mitad más pobre del planeta apenas posee el 2% de toda la riqueza global

La crisis sanitaria ha aumentado la desigualdad entre la riqueza de los multimillonarios de todo el mundo y el resto de la población. Así, según datos del informe publicado por el Laboratorio de las Desigualdades Mundiales, el 10% de la población acumula el 76% de la riqueza global, mientras que la mitad más pobre de la población sólo posee el 2%.

De este estudio también se desprende que el 0,01% de la población -porcentaje que engloba a las 520.000 personas más ricas- ha aumentado aún más su riqueza durante la pandemia. Actualmente, siempre según el informe, ya representa el 11% del total mundial. En 1995 el porcentaje era únicamente del 7% y la cifra se disparó hasta el 10% antes de la anterior crisis financiera, cuando bajó hasta el 8% (2010).

En España, el 50% de la población ingresa 12.900 euros (cantidad expresada en Paridad de Poderes de Compra o PPP, por sus siglas en inglés, que sirve para medir la diferencia de coste de vida entre países), mientras que el 10% que más ingresa multiplica esta cantidad por ocho de media. Es decir, se irían hasta los 105.500 euros, lo que supone el 34,5% de la riqueza total. Los niveles de desigualdad, recoge el informe, son similares a los que se ven en el resto de Europa: al mismo nivel que Francia y algo por debajo de Alemania.

A nivel global y de media, un adulto ingresa 16.700 euros al año y tiene un patrimonio de 72.900 euros. Sin embargo, esto representa "amplias desigualdades entre y dentro de los países", advierte el documento. El 10% más rico de la población recibe el 52% de los ingresos globales, mientras que el 50% más pobre se hace con el 8,5%. En cifras, esto supone que entre el 10% el ingreso medio son 87.200 euros anuales, mientras que los ciudadanos de la mitad más pobre obtienen tan solo 2.500 euros.

"Las desigualdades de riqueza global son aún más pronunciadas que las desigualdades de ingresos", detalle el informe. Así, el 50% más desafortunado posee el 2% de la riqueza mundial (2.900 euros de media por persona) y el 10% en la parte superior de esta lista tiene un 76% del patrimonio (550.900 euros de media).

Por zonas, la más afectada por la desigualdad es Oriente Medio y el Norte de África (el 10% de la población obtiene el 58% de los ingresos), mientras que Europa puede presumir, en cierto modo, de una mayor igualdad (los más ricos obtienen el 36% del total).

Por otro lado, el informe del Laboratorio de las Desigualdades Mundiales apunta que la desigualdad entre países disminuye en los últimos años, pero aumenta dentro de estos. En este segundo caso, la diferencia entre el 10% más rico y el 50% más pobre prácticamente se ha doblado (a pasado de ser 8,5 veces superior a 15). Este "intenso aumento" en la desigualdad dentro de los países ha supuesto que, a pesar de que los países emergentes han experimentado crecimientos importantes, "el mundo permanece particularmente desigual a día de hoy".

Asimismo, el documento vincula la desigualdad a la brecha de género -las mujeres perciben menos del 35% de los ingresos, tan solo cinco puntos más que en 1990- y con las emisiones de CO2: el 0,01% más rico de la población es directamente responsable del 11% de las emisiones.

YomismoPuntocom

07/12/2021 15:07 horas

Aquí los únicos que se solucionan la vida son los políticos y sus allegados, colocados, pilla subvenciones etc.el resto a trabajar todo el día para que el estado te robe el 60% de tu esfuerzo, pero eso sí, recuerda ser resiliente, inclusivo y eco.

lunes, 29 de noviembre de 2021

Ya está aquí la sequía demográfica

Domingo Soriano, "Las cuentas reales (y completas) de la paternidad: ¿sale 'rentable' tener un hijo en 2020?", en LD, 28-XI-2021:

Los buenos economistas saben que las sociedades prósperas se basaron en el largo plazo: renuncias presentes para financiar inversiones rentables. Las familias en forma de pirámide (muchos jóvenes en la base y pocos ancianos en la cima) serán cada vez menos frecuentes. | Unsplash/Roberto Nickson

No es por el dinero. Si así fuera, nuestros padres (con peores sueldos y muchas veces sólo un asalariado por familia) habrían tenido menos hijos que nosotros. Es por la competencia. Lo que nos perdemos (o creemos que nos perdemos) teniendo niños en casa: trabajos y ascensos, posibilidades de ocio, múltiples parejas... Y por un cambio en nuestro esquema mental, del largo plazo en el que pensaban nuestros abuelos (lo importante no eran ellos, sino la continuidad) al corto plazo que lo arrasa todo en nuestra sociedad (lo único que valoramos es el aquí y ahora).

Los buenos economistas saben que las sociedades prósperas siempre se basaron en el largo plazo: renuncias presentes para financiar inversiones que dieran frutos en el futuro. El capitalismo es eso desde su nombre: capital que acaba transformándose en riqueza y rentas. Enfrente, el consumismo, impulsado por la socialdemocracia, los gobiernos intervencionistas y la impresión de dinero a mansalva, es el corto plazo que se renueva cada día, más insostenible y precario, hasta que explota la burbuja y vuelve a empezar. Vacío y sin sustancia a medio plazo, pero atractivo como solución mágica de hoy para mañana.

Luego todo aquello queda en nada y nos preguntamos si mereció la pena, algo que nunca haríamos con nuestros hijos. Otra paradoja del hombre moderno, que se esfuerza por lograr lo que no valorará (otra tele, otro viaje, otro coche) y desprecia lo que daría sentido a su vida (familia, hijos, legado).

Pero no quiero ponerme filosófico. O no del todo. La idea es ir a lo práctico, que es lo que parece que funciona y preocupa. ¿Tiene algún sentido financiero tener hijos? Porque lo que nos han dicho en las últimas décadas es que no mucho. Más o menos, el relato dominante es el siguiente: nuestros abuelos tenían muchos hijos porque (1) la mortalidad infantil era alta y (2) necesitaban manos para ayudar en la finca familiar. Una vez que el primer punto ha desaparecido y el segundo ya no es relevante en la economía moderna, lo lógico es que tengamos menos hijos o, directamente, que no tengamos ninguno. Además, un hijo es un enorme gasto: mis cuentas son que en una ciudad como Madrid, para una familia de clase media-alta, está alrededor de los 1.000 euros al mes. Al Gobierno norteamericano le sale una cifra parecida: 233.610 dólares desde que nace hasta que cumple los 17 años... e incluso ese dato está claro que es una estimación a la baja, porque para muchas familias lo gordo comienza entonces, con la universidad o los primeros años de trabajo en los que tienen que ayudar al recién licenciado.

Hasta aquí, lo único que podría decir es que es absurdo, tramposo y erróneo incluir los costes financieros de los hijos y no lo que aportan en términos de felicidad o realización personal.

Además, siempre he pensado que las cuentas de "lo que me ahorro por no tener niños" tienen trampa. Porque esa idea que consiste en hacer el saldo de pérdidas y ganancias diciendo "en el resto de mi vida, trabajo-gano-gasto lo mismo y sólo contabilizo el gasto extra que tendría si hubiera niños en casa"... esa idea es mentira. Lo de "si el resto de los factores permanecen inalterables" es una idea económica absurda en la vida real. Puede funcionar en los modelos, pero no en el día a día. Tener hijos influye en lo que trabajamos, ahorramos, gastamos y ganamos. Y tengo para mí que, en el acumulado, es una influencia para bien en la mayoría de los casos. Vamos, que somos mejores manejando nuestras finanzas si tenemos una familia que si no y que esa mejoría compensa en parte (en buena parte) el gasto extra de una boca de más que alimentar.

Hoy no entro en ese debate. Lo que me interesa apuntar es que en el saldo financiero familiar sólo miramos los flujos en una dirección (padre-hijos) y ese análisis es cada día más incompleto.

Es evidente que las familias de nuestros abuelos necesitaban que sus hijos aportasen al fondo común desde muy pronto. Normalmente, lo hacían en forma de trabajo, aunque también de rentas si era necesario. Cada vez eso es menos normal y la necesidad de brazos extra para la finca familiar ya no es un factor en la decisión de cuantos hijos tener.

Pero, cuidado, la ecuación está cambiando también por el otro lado. Una esperanza de vida de 80-85 años tiene muchas implicaciones, pero una de ellas, y no menor, es la necesidad de que nos ayuden cuando ya no podemos trabajar. Cada vez es más habitual que los hijos presten a sus padres servicios (apoyo, cuidado, asesoramiento) que costaría mucho contratar a terceros.

Y no sólo servicios, sino también ayuda financiera. Por una parte, está el factor seguridad: no es lo mismo ir al límite en cuanto a gastos-ingresos si uno tiene la red de seguridad de unos hijos adultos que estarán ahí si lo necesitas; y por otra parte, las transferencias directas para complementar una pensión que a veces no llega.

Pensaba en todo esto a cuenta de las pensiones y de lo que no son pensiones. De esa España vacía acerca de la que escribíamos ayer. Caminamos hacia un escenario inesperado, con más mayores que jóvenes, algo que nunca hemos visto. Normalmente, cada anciano tenía 10-12-14 o más personas rodeándole, gente que cuidaba de ellos en todos los sentidos, financiero y afectivo. Hablamos de hijos, nietos, familia política... Desde ese yerno que te cambiaba el enchufe roto hasta el hijo que te miraba las cuentas del banco.

Todavía no notamos el cambio porque sigue siendo la situación preponderante. Pero en 2040-2050 ya no será así. Con inmigrantes o sin inmigrantes, con estado del bienestar sólido o con el país en quiebra, con ganancias de productividad o estancamiento, muchos de los nacidos en 1980-1990-2000 irán llegando a la vejez sin sucesores. Habrá más viejos que jóvenes y eso será una carga financiera cuyo ejemplo más claro son esas gráficas que muestran el número de pensionistas respecto al número de trabajadores; pero los problemas no terminarán en la cuenta del banco ni en el cheque mensual de la Seguridad Social. Lo que necesita un tipo de 85 años que cada vez tiene una movilidad más reducida no es un funcionario de servicios sociales que le visite una vez a la semana, es un hijo o un sobrino al que sepa que pueda molestar a las 22:30.

Y por supuesto, está el tema de las pensiones. No hay ningún escenario, ni siquiera los más optimistas que firmaba el ministro Escrivá en su período como presidente de la AIReF, que no anticipe un desplome en las tasas de sustitución/reemplazo (relación entre primera pensión y último salario o pensión media y salario medio). Eso quiere decir que mantener nuestro nivel de vida será mucho más complicado cuando nos jubilemos y que la edad a la que dejaremos de trabajar estará muy condicionada por esa situación financiera.

Porque, además, los hijos que nazcan ahora se encontrarán un mercado laboral en el que el factor trabajo (sobre todo el cualificado) será mucho más demandado. No, los robots no se comerán sus empleos; generarán otros en los que el trato personal será más valorado. Lo normal es que ser un trabajador joven en 2050 sea un pelotazo.

Por eso, quizás deberíamos replantearnos el relato habitual, ese que dibuja a los hijos como una carga, que puede compensar en términos de (1) cariño, satisfacción o sentido de la vida, pero no en el (2) financiero. Sí, lo primero es cierto... pero cuidado con cómo hacemos las cuentas para esa segunda derivada. Intuyo que nos hacemos trampa. Y sí, claro que sin colegios, extraescolares o ropa de bebé tendríamos más dinero a nuestra disposición. Pero el suma-resta es incompleto.

La crisis demográfica que ya está aquí: cae un 30% el número de españoles de 20 a 40 años

Imaginen la vida de alguien nacido en 1980 y que muere en 2070, con 90 años; que tiene ahora 40 años y que ya habrá tomado la decisión de tener o no descendencia. Con todas las cautelas que debemos tener para anticipar un futuro que ni de broma sabemos cómo será, viajemos mentalmente medio siglo hacia adelante: ¿sin hijos le habría ido mejor, hablando exclusivamente en términos económicos, en el acumulado de su vida? Miren, no tengo ni idea de cómo será la España de mediados del siglo XXI, pero con la información que tengo ahora, me resultaría muy complicado encontrar argumentos para responder afirmativamente a esa pregunta.

El periodista ciudadrealeño Jesús Fernández Úbeda

Jesús Fernández Úbeda: "La poesía se ha convertido en un refugio de escritores perezosos", entrevista de Luis H. Goldáraz (2021-10-01) en Libertad Digital

El escritor y periodista de LD publica su segundo poemario, Estado Incivil. Concierto de alcaudones.

Quienes conocen y quieren a Jesús Fernández Úbeda perdonarán que le llame embustero. Jesús es un embustero. A comienzos de este año me contó que se encontraba algo disperso, que era la primera vez en mucho tiempo que no tenía ningún gran objetivo —un libro en construcción, una nueva aventura periodística— con el que llenar los días de ese entusiasmo que siempre aportan las promesas futuras. Yo le veía y no me lo creía porque ahí, mustio como decía estar, seguía publicando artículos y entrevistas a ese ritmo endiablado que tan difícil es de igualar. Me explicó que la sequía literaria que sufrió durante el confinamiento era una experiencia demasiado amarga como para dejarse arrastrar por ella otra vez, y que por eso ponía el ímpetu en escribir cualquier cosa, lo que fuera que le permitiese continuar en la rueda. Poco después me enteré de que publicaba su segundo poemario, el tercer libro firmado con su nombre después de Aterrizaje forzoso y No le des más whisky a la perrita. La revelación no me terminó de sorprender. Al fin y al cabo, ya he dicho que Jesús es un embustero. Estado incivil. Concierto de alcaudones (Huerga y Fierro), este que ahora publica, podría darme la razón un poco en eso. Su apuesta por la métrica, en un mundo dominado por el verso libre, debería ser entendida como una declaración de intenciones. Pero hace falta releer lo que hay ahí dentro para comprender mejor. Aunque, puestos a reseñar el libro, mejor que nos lo explique él. Comenzamos.

Pregunta: ¿Qué diferencia a un embustero de un mentiroso?

Respuesta: (Risas). Pues yo te diría que un embustero es un mentiroso de cara a la galería. Lleva la mentira como un escaparate. El mentiroso, en cambio, tiene un puntito de pedigrí más. Lleva la mentira en el código genético. Y puede llegar incluso a mentirse a sí mismo o, todavía más, a creerse sus propias mentiras. El embustero no. El embustero es un corredor de bolsa.

P: ¿Un mentiroso puede ser poeta?

R: Sí. Evidentemente. De hecho, creo que la poesía es la mentira más maravillosa del mundo. O, mejor dicho, la poesía, cuando es mentira y está bien hecha, es la mentira más maravillosa del mundo. Como dice Knausgard, la melancolía o la desesperanza, en sí, no son cosas bonitas. Pero un texto que sepa hablar de ello de la forma adecuada sí. Ahí siempre juega un factor importante la elegancia, el estilo, el ritmo, la música. Son cuestiones que pueden convertir una mentira en algo hermoso. Por eso los grandes poemas de desamor, y las grandes canciones, consuelan. Lo que sí que procesan es una verdad terrible. Una verdad desgarradora, a veces. Pero la convierten en una mentira digerible y agradable. Y eso, pues bienvenido sea.

La poesía, cuando es mentira y está bien hecha, es la mentira más maravillosa del mundo

P: Claro. Estas preguntas iniciales me han surgido de unos versos tuyos: "Son más de cien los embustes, / posverdades, desajustes, / que muestra en su cantar el alcaudón".

R: Sí, sí. Mira, el alcaudón es un pajarito. En España hay tres especies: el alcaudón real, el alcaudón común y el alcaudón dorsirrojo. Es un pajarito muy bonito, aparentemente inocente, que lo que hace es imitar el canto de otros pájaros. Cuando la presa se acerca, el alcaudón, que a lo mejor es poco más grande que un jilguero, lo ataca, lo mata y lo empala. De esa forma construye sus particulares despensas. Son muy curiosas las despensas de los alcaudones porque en ellas puedes ver de todo: jilgueros, ratones, pajaritos, insectos. Es un pájaro mentiroso. En el libro hay mucha mentira y hay mucha verdad. Dice el tópico que las peores mentiras son las verdades contadas a medias. Y aquí hay muchas de esas verdades, entremezcladas entre sí, para dar lugar a la literatura.

P: En el poema Es mejor así, de hecho, pareces rectificar o desdecirte de ciertas cosas escritas en los poemas previos centrados en el desamor.

R: Sí, vamos a ver. La primera parte del poemario, que es Estado incivil, narra cómo una relación empieza muy bien, cómo se va enfriando, cómo se envenena y cómo se va a tomar por saco. También cómo, una vez ya se ha ido a tomar por saco, el protagonista quiere recuperar esa relación. La verdad es que no sé si me ha quedado un poemario narrativo, pero lo que desde luego he intentado es que tenga inicio, nudo y desenlace. La mujer protagonista, a la que van dirigidos los poemas, parecer ser sólo una, pero en realidad no es una sola mujer la que me los ha inspirado. Es un mejunje de todas las tías con las que he estado malamente en los dos últimos años. Lo que sí que es cierto es que el botón rojo, por así decir, la chispa que me inspiró todo el desarrollo de los poemas, es una relación muy concreta que yo quería dejar pero ella no. Ahonda en eso. El momento en el que intentas alargar algo, por pena o por falta de valor, o porque de verdad esperas que el tiempo lo solucione, pero no. Al final, claro, hasta luego, Lucas. Me parece una perspectiva interesante porque, en general, las canciones y los poemas de desamor suelen hablar desde la perspectiva del dejado. Su mensaje siempre es o bien "qué puta eres" o bien "cuánto te echo de menos". Aquí no. Aquí el cabrón soy yo.

P: Hablemos de la juventud. En tu poemario aparece, por ejemplo, en Buenas tardes, juventud. Y es un tema que ahora está muy de moda, con toda la polémica que se generó con el libro de Ana Iris Simón. ¿Nuestra generación tiene más dificultades para sentar cabeza?

R: Puf. Qué pereza me dan esos temas, la verdad. No sabría decirte. Creo que mi aproximación a la juventud es otra. La trato desde otra perspectiva. En diferentes partes hablo de los trastornos de la edad, más bien. (Risas). Es un hecho que el cuerpo da para lo que da. Cuando estás en la carrera puedes enlazar tres o cuatro días saliendo hasta las siete de la mañana y al día siguiente, aún estando hecho pedazos, con una siesta resucitabas. Ahora eso es impensable, claro. Ahora salgo una noche hasta las 4 y el día siguiente es un día perdido. Con respecto a lo de sentar cabeza… Bueno, la experta es Ana Iris.

P: Pero luego también tienes poemas que vienen a renegar de eso un poco, ¿no? Como si quisieses dejar claro que todavía te queda cuerda.

R: Sí, evidentemente. Lo que pasa es que la cuerda se reajusta. Yo no me veo como cartujo. Y ahora estamos en la Plaza del Dos de Mayo. Si caminas un poquito más hacia allá, hacia San Vicente Ferrer, y giras a la izquierda, está el Ocean Rock Bar, de mis amigos Víctor y Alberto. Si no me ves ahí un día a la semana es porque a lo mejor me ha pasado algo.

P: ¿Qué es la juventud?

R: ¿Qué es la juventud? (Risas). Bueno, para empezar es un estado fisiológico. (Piensa). Yo no le digo "buenos días, juventud", ni "buenas noches, juventud". Le digo "buenas tardes, juventud". A mis 32 años me considero, para empezar, una persona adulta. Es un adjetivo que está muy en desuso. Ahora nadie quiere ser adulto. No, no, yo soy un adulto joven. Pero un adulto cada vez menos joven. Un adulto al que cada vez le preocupa menos salir de noche para ligar y le preocupa más hacer cuentas para pagar su hipoteca.

P: ¿La hipoteca es el nuevo matrimonio? Me refiero como rito de paso a la edad adulta.

R: No sé si es el nuevo matrimonio, pero por lo menos es la nueva pedida de mano al padre. (Risas). O sea, la hipoteca te cambia la vida, tío. Mi piso de estudiantes era otra cosa. Rara era la semana en la que no hubiera allí una mini bacanal. Ahora en mi casa no entra ni dios. (Risas). O no. No sé. Es que ya no celebro ni mis cumpleaños en mi casa, si te digo la verdad. Porque cuando lo hacía igual estaba más pendiente de si a un capullo borracho se le caía la copa que de disfrutar de la fiesta. La hipoteca de una casa incrementa el grado de exigencia. Uno tiene menos licencia para hacer el ganso. Yo a mi anterior casero le dejé el piso fenomenal, eh, todo hay que decirlo. Pero es verdad que cuando la casa no es tuya estás menos pendiente. (Piensa). Contestando a tu pregunta, uno va dejando de ser joven cuando delimita más su jaula. Por muy dorada que sea. O sea, a mí no me apetece meter en mi casa a mucha gente. Y eso sí que creo que va con la edad. Yo ahora no podría compartir piso. Son grados que se van superando con la vida.

P: Hablemos de otro poema: Desertor. ¿Es una carta de presentación?

R: Ja. "No soy de la tribu / no tengo carné". La gente que ha leído el libro ha incidido mucho en ese poema. Muchos se han sentido identificados, cosa que me congratula. Es un poema sobre mí y sobre mi profesión. O sobre cómo afronto ciertos aspectos de mi profesión. Creo que en el periodismo hay mucha tribu y mucha mafia. Los periodistas que siguen a "A" suelen ocupar unos medios y los que siguen a "B" suelen ocupar otros. Y si un periodista del grupo "A" dice una barbaridad, automáticamente, todos sus amigos del mismo grupo salen a defenderle, aunque haya dicho la cosa más injustificable del mundo. Es normal, claro. A uno le contratan de jefe de opinión en un sitio, o de cultura en otro, y se lleva a sus amigos. Pero yo no puedo con eso, tío. No sé digerirlo. Una cosa buena que yo creo que me ha dado el hecho de llevar trabajando diez años en Libertad Digital es que, al ser un medio tan anarka, que va tanto por libre y que no ha necesitado de pactos y ese tipo de cosas, de alguna forma me ha impregnado. Así puedo tener amigos en Mongolia —tanto a Edu Galán como a Darío Adanti yo les llamo amigos— como amigos en el espectro diestro del panorama mediático patrio. Puedo llamar amigo a Carmelo Jordá o a Jorge Bustos. Pero a mí que no me encasillen. Dios me libre. Y esto no es ser de centro centrado o como lo quieras llamar. No. Esto es estar fuera. Es que no quiero pertenecer a ninguna puta tribu. No es una posición que me permita estar económicamente boyante, claro. Pero puedo pagar mis gastos, mi hipoteca y cada cierto tiempo puedo coger un avión e irme al extranjero. Con eso yo soy feliz.

P: ¿Cuál es el precio de la independencia?

R: No creo que sea tan alto. No me parece tan difícil. Para mí es una cuestión de humildad. Al final, si quieres tener 70.000 seguidores en Twitter, véndete al diablo. ¿Pero Twitter qué es? Luego vas y pegas un volantazo contra ese rebaño y el rebaño te aparta. Y entonces a lo mejor va otra tribu y te recoge. O no. Porque no olvida los servicios que prestaste.

P: ¿Y el precio de la dependencia? Pienso en otro poema tuyo: Breve manual de autoayuda.

R: Sí. Pero ese es más generalista, quizás. No está centrado en los periodistas. Creo que vivimos en una época de rebaños. Una época en la que hay mucha gente que reclama ser pastoreada. De eso va ese poema. Es una serie de consejos para ese tipo de personas que reclaman ser pastoreadas por un tercero.

Vivimos en una época en la que mucha gente reclama ser pastoreada

P: ¿Eso es algo tan característico de nuestra época, o ha pasado siempre?

R: Bueno, eso es verdad. Esto es más viejo que la prostitución. Me estoy acordando de la novela de Emilio Lara, Tiempo de esperanza. Está inspirada en la historia real de un pastorcillo de un pueblecito francés que dijo que se le había aparecido Dios y que le había pedido emprender una cruzada de niños desarmados hacia Tierra Santa. Lo curioso es que, bien porque algunos se lo creyeron, bien por desesperación o bien porque había padres que no podían alimentar a sus hijos, el niño formó un "ejército" de críos desarmados. Claro, sólo en el trayecto por Francia fueron muriendo muchos, por diversas causas. Sufrieron secuestros y ese tipo de cosas. Y cuando al fin consiguieron un barco fueron engañados y en vez de llegar a Jerusalén acabaron en Alejandría, convertidos en esclavos. La cosa es que un porcentaje alto de gente siempre ha necesitado huir de la realidad y comprar la mentira más barata que haya. Es algo que se digiere mejor y, a corto plazo, puede incluso otorgar beneficios. Pero son beneficios ficticios que terminan tornándose en bumeranes.

P: Cambiemos de tercio. El poemario también toca la covid.

R: Sí. El libro lo empecé hace dos años, pero en mitad de la redacción se cruzó No le des más whisky a la perrita, la novela sobre Raúl del Pozo que me encargaron que escribiese junto a Julio Valdeón. Ahí, plas, paré. Pero me gustaba lo que llevaba escrito y lo dejé congelado. Como la poesía no es como la prosa, en el sentido de que no depende tanto de picar piedra y a lo mejor sí que tiene un componente mayor de chispazo, de inspiración, durante la redacción de ese libro salió algún que otro poema. Pero en términos generales se quedó bastante parado el asunto. Entonces fue cuando me pilló el confinamiento. Y el confinamiento, a mí, las cosas como son, me aplacó literariamente. No era capaz de escribir, no ya un verso, sino un puñetero artículo con un poco más de enjundia literaria. Estuve un par de meses así hasta que publiqué un artículo en Zenda que iba sobre eso, precisamente. Ese fue el motor que se puso otra vez en marcha y que me devolvió a la escritura. Escribí un par de poemas sobre el confinamiento a raíz de aquello. ¿Pero cómo me influyó, realmente? No lo sé. Creo que son poemas bastante periodísticos. No hablo tanto de mí. Hablo del Palacio de Hielo y tal.

P: Esto me lleva al poema El mundo contra el poeta. Supongo que también tendrá que ver con tu faceta periodística. ¿Hasta qué punto el bombardeo constante de actualidad inspira y hasta qué punto corta las alas?

R: Pues en realidad El mundo contra el poeta es un poema hiperliteral. Es que los vecinos de arriba no paraban de dar por saco. Va de eso. No hay doble lectura ni nada por el estilo. Pero con respecto a la influencia del periodismo, intento que me influya lo mínimo posible. Por deformación profesional ya tengo el chip de escribir artículos como quien utiliza una máquina de picar carne. No necesito demasiado esfuerzo para hacerlo. Hay días en los que uno está más o menos inspirado, pero no me cuesta nada. Escribir poemas es otra cosa. Para empezar necesito ese fogonazo del que he hablado antes. Pero luego hay que tirar del hilo, y tener en cuenta la métrica. El ritmo. Todo. No quisiera que ese maquinismo que tengo a la hora de escribir textos periodísticos se me contagiara a los poemas. Aunque es inevitable que algunas cosas se trasvasen. Baudelaire creo que fue de los primeros en ir a los suburbios de París a contar lo que veía. Ya he mencionado antes muchos poemas míos con esa faceta periodística. El poema Hijos de sus días, por ejemplo, creo que puede ser el más periodístico, sin serlo del todo. Es lo que yo pienso del ecosistema en el que nos movemos. Pero más allá de los tics inevitables he intentado que no se entremezclen las cosas demasiado.

P: Hablemos de la métrica. ¿Renegar del verso libre es moderno, hoy en día?

R: Es que la poesía se ha convertido en un refugio de escritores perezosos. Como dice Silvia Grijalba, lo que ahora impera es la puñetera poesía del enter. "La planta", enter, "miraba", enter, "hacia la cámara de Carmelo". Y van tíos y tías y cuelgan eso en Instagram, con una foto como si estuvieran estreñidos, y consiguen miles de likes. Es algo que me parece estupendo, eh, no tengo nada en contra. Lo que no me parece tan estupendo es que luego llegue una editorial con solera y otorgue un premio literario en función de los seguidores que tenga el autor. Por un lado cuido mucho la métrica por eso. No soy de la tribu ni tengo carné. Pero, por otro, porque me otorga una seguridad que el verso libre no me da. Si voy y hago una décima tengo que saber que tiene que estar compuesta por diez versos de ocho sílabas con rima, consonante o asonante. Luego podrá gustar más o menos, pero en el vestido encaja. Y creo que hay mucha tropa que por pereza y vanidad tiran con lo primero que se les ocurre, lo recitan como si se les hubiera aparecido la Virgen de Fátima y arreando. Lo mío no es eso ni quiero que lo sea. Y esto no es criticar la poesía de verso libre, claro. Luis Alberto de Cuenca, Ángel González, Gil de Biedma… Hay enormes poetas que han cultivado el verso libre maravillosamente.

La poesía se ha convertido en un refugio de escritores perezosos

P: Hombre, pero hablas de tres poetas que dominan la métrica, precisamente.

R: Efectivamente.

P: ¿Es necesario dominar la métrica para hacer buen verso libre? ¿Es más importante el ritmo?

R: Y también el ingenio. Decir cosas ingeniosas de verdad. Se me viene a la cabeza la definición de Ángel González de la historia de España: "Es como la morcilla. Está hecha con sangre y se repite". En un poema de rima y verso libre se pueden decir cosas interesantísimas. Lo que me revienta es el abuso, la pereza y el vicio que hay instalado en eso. Algo que además se ha convertido en un negocio. Y lo digo con envidia, eh. Porque cada uno que compre y venda lo que quiera, faltaría más. Pero, joder, ya me gustaría a mí que la gente pidiese más Quevedo y no tanto Alfred García.

P: Hablando de Quevedo, en tus sonetos percibo la influencia de los poetas del Siglo de Oro.

R: Sí, sí, sí. Es verdad. Antes he mencionado a tres grandes referentes próximos en el tiempo. Pero Quevedo y Lope… Incluso Dante. Mis dos poemas favoritos son el arranque de la Vita Nuova y el de "Quién lo probó lo sabe", de Lope. Recurro mucho a los clásicos. Hace seis o siete años me hice una lista de libros que había que leer y desde entonces me han acompañado. He leído la Divina Comedia, El paraíso perdido, los dos primeros tomos de los Ensayos de Montaigne… Con sus paréntesis, claro, que como tú bien sabes, los periodistas culturales tenemos que leer mucho por trabajo. El año pasado lo dediqué mucho a clásicos españoles. Pude quitarme la espina de El Quijote, que nunca lo había leído. Aunque he de decir que la primera parte se me empacha un poco con todas las historias intercaladas. La segunda es impresionante. Lloré con el final. Y me reí. Refleja de alguna forma el alma de España. El Quijote se está muriendo y todos lloran, pero acto seguido, cuando se empieza a hablar de la herencia, vuelven al mundo y a sus querellas. Cervantes hizo una radiografía del español medio que todavía se mantiene.

P: También dedicas cuatro poemas a personas muy actuales. ¿Por qué a ellos?

R: Bueno, a José Mota porque me presentó el libro anterior sólo habiéndome conocido por una entrevista y un par de conversaciones. Desde entonces somos amigos y hasta me ha llevado a su programa de Nochevieja a hacer algún cameo. Se ha portado siempre muy bien conmigo y quería agradecérselo. A Emilio Lara porque, bueno, no me ha llevado nunca a su programa de Nochevieja porque no lo tiene, pero también es uno de esos tipos que desde que lo conocí surgió una amistad muy fácil y profunda. Con él yo tengo algo que tengo con poca gente y es que, cuando hay algo que nos chirría o que nos entusiasma, con una mirada y un movimiento de cabeza nos hemos entendido. A Extremoduro va otro. La explicación no tiene demasiado misterio. En el primer poemario introduje un apartado de poemas a músicos que me gustan mucho. Se me quedó en el tintero el de Extremoduro, así que un día que estaba escuchando a Los Chichos lo pensé y me puse. De ahí las Sevillanas extremoduras. Y el último es para Battiato. Es un ídolo. La última vez que estuve a puntito de tener síndrome de Stendhal fue en el último concierto que dio aquí. (Piensa). Battiato es un tío que te puede hacer bailar y al que puedes escuchar mientras escribes. Es capaz de hacer la música popera más bailable y divertida —pero culta, ojo, que él nunca ha vendido comida rápida—, y al mismo tiempo música que te mete en un universo paralelo. Cuando rascas un poquito me parece mucho más comprensible de lo que en apariencia es. Lo lógico es decir que a Battiato no le entiende ni Dios. Pero cuando investigas un poquito vas hilando conceptos. (Piensa). La verdad es que el poema dedicado a Battiato está escrito con mucha pena. Estando yo en Bolonia se publicó que él tenía alzheimer. Inmediatamente fue desmentido por la familia. Pero es verdad que desde entonces no volvió a dar señales de vida artística, más allá de un disco que se llama Torneremo ancora y que había sido grabado un par de años antes. Ese poema lo escribí cuando sacó ese disco. Luego él se murió como un mes después de haber yo entregado el libro. Y pensé: "Ostras". No sé. Hay mucha tripa en ese poema porque Battiato es uno de los artistas con los que más he disfrutado en mi vida. Me dio mucha pena la forma en que se fue apagando. Aunque fue súper digna, por otro lado.

P: Por acabar de la forma menos original posible. ¿Entre el primer y el segundo poemario qué ha evolucionado?

R: Hay un mundo. Para empezar, he estudiado. En el primer poemario había fallos de métrica y de acentuación interna. Lo que pasa es que te das cuenta después. Ahora cuando hablo de él, como lo escribí con 27 años, digo que es una obra de juventud y espero que el personal lo sepa contextualizar. En este no. En este he estudiado más. En los sonetos he intentado que los endecasílabos sean melódicos. Aunque también he aprendido que los hay enfáticos, sáficos, heroicos… He intentado jugar con eso. También hay décimas, coplas… Y luego hay estructuras que yo he hecho con una guitarra. Hay canciones encubiertas. Creo que lo que más he buscado en este poemario ha sido el ritmo. Quería que el lector se dejara mecer por los poemas.

Como fracasar sin intentarlo

 Aaron Smith se pregunta ¿qué clase de personas no tendrán éxito en la vida? y elaboró esta lista de algunos tipos de personas que no lo tendrán:

"No se puede tener éxito sin el riesgo de fracasar".

Las personas que siempre se esconden en su zona de confort.

Las personas que no intentan cosas nuevas por el miedo al fracaso.

Las personas que se rinden fácilmente porque las tareas son demasiado difíciles.

Las personas que se quejan mucho con la gente a su alrededor.

Las personas que no comprenden el valor del tiempo y no valoran el suyo.

Las personas que siempre se fijan en la vida de los demás y nunca trabajan en sí mismas.

Las personas que no hacen cosas que se encuentran alineadas con sus metas.

Las personas que dejan que la sociedad dicte sus objetivos y sueños.

Las personas que tienen limitaciones impuestas por sí mismas. Se autolimitan, diciendo cosas como "Simplemente no soy bueno con los números" o "Simplemente no creo que pueda manejar un negocio y que sea exitoso".

"Ni siquiera puedo…no puedo. No puedo."

Las personas que no saben cómo tratar a los demás y tienden a ser arrogantes la mayor parte del tiempo. Tienden a tener una inteligencia social muy baja y dicen cosas como "Bueno, por lo menos estoy siendo honesto" o "Así soy yo, aguántatela".

Las personas que tienen miedo de expresar sus verdaderas opiniones.

Las personas que buscan la manera más fácil de escapar.

Las personas que en seguida renuncian a sus valores o principios a cambio de algo gratificante.

Las personas que nunca tienen una opinión sobre nada, no pueden tomar decisiones y son, por demás, simplemente ignorantes.

Las personas que no luchan por lo que quieren.

Las personas que siguen a la manada.

Las personas que inventan excusas, convenciéndose a sí mismos de que no pueden lograr lo que quieren hacer.

Las personas que se meten en chismeríos inútiles.

domingo, 28 de noviembre de 2021

El kodokushi

¿Qué significa ser un "Kodokushi" en Japón?

Se llama "Kodokushi" a aquellas personas que tienen alrededor de cincuenta años, viven solas y no tienen familia ni pareja. Cuando un Kodokushi muere, suele ser quitándose la vida y ocurre sin que nadie se dé cuenta.

Normalmente, el cuerpo tarda en ser descubierto, en algunos casos pueden pasar hasta 3 meses, antes de que el olor de la descomposición revele a los vecinos que hay un cadáver cerca.

Son personas que acaban totalmente solas, viven solas y mueren solas.

Japón es un país con un ritmo de vida tan acelerado, y con una presión social tan exagerada para tener éxito, que estos casos no son una excepción, se estima que hay miles de casos similares anualmente. Lo peor de todo es que la cantidad de "Kodokushi" en el país nipón va en aumento.

Japón es una nación avanzada en muchos aspectos, pero ese avance tiene un coste, y es la mala salud mental que tienen hoy sus ciudadanos. La depresión y la ansiedad están estigmatizadas en la sociedad japonesa.

La fe que hay en la ciencia

De Jesús M. Landart, máster en Filosofía  y Filosofía de la ciencia, en Quora:

La ciencia no tiene ninguna creencia sobre nada en absoluto, con una salvedad. Esa salvedad es la creencia mínima necesaria para no tener que asumir creencias más fuertes e irracionales, y consiste en creer que la naturaleza juega limpio, es decir: que muestra sus cartas cuando se le pregunta de modo correcto. Dicho de otra manera: la creencia asumida por la ciencia es la contraria a un escepticismo radical que niega la posibilidad del conocimiento. No hay ninguna otra creencia en la ciencia.

Puede haber hipótesis de trabajo, pero las hipótesis no son creencias: son afirmaciones que se dan por buenas momentáneamente para ver qué sucede con ellas, y si sucesivos estudios acumulan evidencia a favor de ellas o por el contrario las desbancan.

miércoles, 24 de noviembre de 2021

Manipuladores

De Daniela P. Lemus, en Quora:

¿Cómo puedo identificar a una persona manipuladora?

La indiferencia es mi mejor amiga. Sin que haya una sola razón, simplemente aplicarán la ley del hielo cuando tengan ganas de causarle una sobrecarga mental a sus parejas o a cualquier persona, les gusta hacerlo justo cuando todo parece perfecto porque es significativamente más efectivo, no se, después de una cena romántica, de un día divertido en la feria, etc. Ante ese comportamiento cambiante se despertará la mente obsesiva, lo más común es que su víctima reaccionará afirmando que cometió algún error y aunque no encuentre ninguno se esmerará en hacer algo al respecto. Pueden llegar a hacer cosas totalmente irracionales o que vallan en contra de sus principios con tal de reparar el error que cometieron (según ellos) El látigo de la indiferencia es usado por todos los manipuladores, desde los novatos hasta los expertos.

“Acá yo soy la victima.” Inventémonos un ejemplo, tú pareja te pega en medio de una discusión y tú decides abandonarla e irte a dormir a un hotel, a la mañana siguiente cuando tú vuelves a la casa por tus pertenencias te encuentras a tu pareja casi ahogada en vomito y alcohol, se pone de rodillas y empieza a contarte lo dura que fue su infancia y cómo su padre le daba tremendas golpizas a la mamá cuando él/ella era infante. Ej: “No te pido que me perdones, mucho menos que me entiendas, es imposible… tú no me vas a entender porque nunca en tu vida has sufrido esto, no sabes lo que es vivir luchando contra estas conductas erráticas que a veces no puedo controlar.” Esto podrá parecerte hasta chistoso pero te sorprendería la cantidad de personas que perdonan después de actuaciones así, aunque, cabe destacar que los manipuladores ya expertos se convierten en actores dignos del Oscar. El victimismo les sirve para dejar sin argumentos a la otra persona y que esta piense algo así como: “pobrecito, no fue su intención y además ¿como podría exigirle a una persona que ha sufrido tanto?” La pareja volverá a la casa y ahora si ya empezó el juego, el perdón es precisamente la pauta que un manipulador necesita para intensificar los abusos.

“Solo estoy bromeando/siendo sarcástic@“ Descalificaciones disfrazadas de sarcasmos o chistes pero cuya finalidad es burlarse y hacer que una persona se siente insegura y/o inferior, los insultadores disfrazados de elogiadores. Ej: “Yo pensaba que ese tipo de vestidos solamente quedaban en cuerpos como el de Adriana Lima pero mira, a ti no se te ve nada mal aunque lucirías más sexy si aguantaras la respiración jajajajaja, no es cierto no me creas solo estoy jugando, te vez hermosa.” “Oye el gimnasio si está dando resultados aunque no en la cara pero bueno ¿que importa? Lo importante es que ahora tu cuerpo está mucho más sano y la salud es primero, lo demás no interesa y quien te ame lo hará con todo y tus defectos.” Si tú decides enfrentar esos comentarios con no se, tal vez un “si lo sé, pero no es necesario que me ofendas.” Probablemente te respondan con algo: “¿Ofendiéndote? Los verdaderos amigos estamos para ser sinceros, si tú quieres rodearte de gente falsa que te mienta y te diga lo que quieres escuchar entonces ve y haz amigos nuevos.”

Adoran inventar para sembrar el odio/rivalidad entre semejantes y suelen poner en bocas ajenas lo que ellos mismos quieren decir. Por ejemplo: “Amiga fíjate que Sarah estaba en el baño diciendo que además de fea también eres zorra, que no sabe cómo atrapaste a un hombre tan guapo y decente, que seguro le sacrificaste una gallina a Lucifer.” Lo mas probable es que Sarah jamás haya dicho pero que tú empieces a odiarla porque tú “amiga” te dijo que ella la escuchó con sus propios oídos.

Manipulación proveniente de el padre o la madre. A diferencia de los manipuladores que disfrutan con lo que hacen o le sacan gran beneficio, los padres de familia también pueden llegar a manipular de gran manera aunque sin fin detrás, lo más común es que se trate de una gran sobreprotección mezclada con un amor egoísta. Por ejemplo: Una madre para la que ninguna mujer es lo suficientemente buena para su hijo, que le ve defectos a todas las féminas con las que su retoño se relacionada y si las muchachas no tienen defectos, ella se los inventa. “Las chicas así son las peores, te acordarás de mi.” O un padre que vive diciéndole a su hija que cualquier hombre le romperá el corazón, que solo la van a deshonrar y luego la mandarán por un caño….etc. “Te lo digo porque soy hombre, no quiero verte sufrir por nadie.” Las opiniones de los padres que tienen vínculos muy fuertes con sus hijos siempre influyen en la toma de decisiones.

Perciben a la perfección todo tu ser y te harán creer que tus debilidades son en realidad virtudes. Por ejemplo, tú siempre has sido criticado por tus semejantes gracias a que eres una persona que no mide consecuencias, de esas personas que actúan y luego piensan. El manipulador lo percibirá y te hará creer que eso es perfecto, que eres una persona valiente y directa, sin pelos en la lengua, etc. Lo hacen no solamente porque el hecho de que seas así es altamente beneficioso, si no también porque sabe que tod@ el mundo critica a la gente así, y si él/ella te dice lo que quieres escuchar tú le pondras en un pedestal y lo verás como la única persona que no te juzga y que sabe ‘apreciar’ lo que nadie aprecia.

Señalan a los demás como responsables de sus responsabilidades personales. Si una persona decide negarse a hacerles algo (que normalmente suele ir en contra de los deseos, principios, obligaciones o valores de esa persona) se va a incrementar el grado de sufrimiento en la vida del manipulador, y tú serás el único culpable (esto puede ser fingido o no). Ej: “Si no le pides dinero a tus papás no podré emprender y no podré trabajar por tu culpa.” “Si tú no te hubieras puesto a estresarme ese día yo no hubiera chocado el auto así que tú tendrás que pagar todos los daños.”

Tus debilidades contienen la fórmula para crear los lazos. El manipulador que ya dejó de ser novato encontrará tu talón de Aquiles y cuando lo haga te torturará con ello pero de manera inteligente, es decir, dándole mil vueltas hasta convertirlo en un proyectil en tu dirección. Ej: Supongamos que tú te emborrachas con esa persona, la sugestión hace lo suyo a ti se te suelta la lengua y cometes el error de contarle vivencias de tú niñez, le cuentas cómo la mañana del 13 de octubre de 1999 tú vecino de 60 años te tocó de pies a cabeza atrás de unos basureros mientras en tus manos tenías un algodón de azúcar que acababas de comprar, desde ese entonces cada que vez un algodón no puedes evitarte romperte en 100 pedazos. Esa persona hará lo posible por recordarte esa vivencia de una manera casual, podría llevarte a un parque que ya había elegido previamente y donde anda un señor vendiendo algodones de azúcar así que cuando tú lo veas los recuerdos se harán presente y la persona manipuladora te mimará, consolará… etc. Todo para empezar a crear vínculos emocionales que le servirán para lo que sea que tenga en mente.

No cuentes tus problemas a otros sin estar seguros de que quieran oírlos, aún en el caso de querer, no cuentes tus miedos, debilidades ni cosas extremadamente personales a alguien que todavía no conoces, lo más probable es que te escuchen por curiosidad o para utilizar todo en tu contra. Y si las quieres contar, asegúrate de ya haberlas superado.

Cualquiera puede reconocer a un manipulador, lo que no cualquiera puede hacer es reaccionar.

Es lo que se me ocurre por el momento, lo más básico en la gente manipuladora, estaré actualizando

domingo, 21 de noviembre de 2021

Entrevista con Ángel Martín, con motivo de la publicación de su libro Por si las voces vuelven

Entrevista con Ángel Martín hecha por Luz Sánchez-Mellado, 21 de noviembre de 2021:

Ángel Martín lleva, mínimo, 20 entrevistas seguidas hablando de su brote psicótico, su internamiento de 10 días en un psiquiátrico y su difícil proceso de reconstrucción “desde cero”. La mía es la última del día. Son las seis de la tarde, hay un tráfico infernal en la Puerta de Alcalá de Madrid, donde está el hotel donde espera. Llego atacadísima, lidiando con el abrigo, el bolso, la mascarilla de quita y pon, los papeles y el móvil. Tanto, que se me cae aparatosamente toda la impedimenta al dudar ambos entre si darnos la mano, dos besos o chocar los puños al saludarnos. Es entonces cuando me oigo soltarle: “Perdón, es que vengo histérica”. A un “exloco”, como se autodenomina en su libro. Me quiero morir de la vergüenza.

Perdón, se me ha escapado.

Tranquila, pasa mucho. Me resulta divertido y enternecedor ver ese apuro, porque no me molesta. No te preocupes, estoy bien.

¿Por qué cree que me apura?

Porque a pesar de que, si has leído el libro, es evidente que se me puede hablar como si estuviésemos en un bar tú y yo solos, incluso borrachos, piensas: ¿cómo digo esto sin que le moleste? Noto vuestro tartamudeo. Por ejemplo, cuando llegamos al tema de las drogas, tus colegas empiezan a balbucear: ‘mencionas en el libro tu abuso de…’ Drogas, tío, drogas, hablemos de drogas.

¿Por qué le tememos a la locura?

Porque no la conocemos y, sobre todo, porque no sabemos cómo gestionarla si aparece ni cómo tratar a quien la ha tenido.

¿Cuántos amigos huyeron?

Digamos que mi círculo era pequeño y quedó aún más pequeño.

¿Les guarda rencor?

Cero. Creo que desaparecen porque el tipo que eras ya no está. Si eres de verdad amigo te quedas y tratas de reconfigurar esa amistad y ver dónde os lleva la movida que has vivido. Si no, desapareces. Como te cuesta creértelo, los defiendes. Hasta que un día dices: vete a tomar por el culo.

Su pareja, Eva, sigue a su lado pese a todo. Se ve que le adora.

La adoro yo más. Oro, es oro.

¿A qué tiene miedo alguien que dice haber estado muerto?

A nada ni a nadie. No te lo digo por chulear. Temo perder a los míos. De otros miedos, cero.

Y eso que conoce el infierno.

Bueno, a medida que hablas con gente que ha pasado por cosas más duras, relativizas. Pero el proceso de salir del hospital absolutamente roto, perdido e inseguro y tener que reconstruirme es lo peor que he vivido en mi vida, con muchísima diferencia.

¿Le sirvió su humor como terapia? En el libro lo derrocha.

Ese tiempo el humor no existe. Estás tan mal que no recuerdas la risa. Tu muestrario de emociones: pasión, tristeza, felicidad, está vacío, solo hay oscuridad.

¿Cuánto tardó en ver la luz?

No es un día concreto. Hay un proceso de unos tres años, hasta que vas remontando, haciendo cosas que te hacen sentir bien, pero sigues terriblemente inseguro. El proceso es muy, muy lento.

Dice haberse vuelto más egoísta y más empático. ¿Eso cómo es?

Egoísta en el sentido de que, si tú no estás bien, no estás bien con nadie. Digo “que os follen” a la gente que trata de meterte prisa, de decirte lo que tienes que hacer, de juzgarte desde el lugar donde están ellos y, sobre todo, a quien te recuerda que te ha echado una mano y le debes cosas, a esos que les follen. La empatía es que, con todo esto, he aprendido a que, en cuanto uno de los míos se tambalea un poco o hace algo raro, corro a ver si está todo ok inmediatamente. No pierdes nada preguntándole a alguien si está bien.

A eso todos decimos que sí.

Pero tú sabes que te mienten. Lo sabemos todos, pero fingimos. Lo que pasa es que no quieres descubrir nada más, pero los dos sabemos que estás mal. Nos cuesta. A mí, ahora, no me cuesta.

¿Se ha vuelto altruista?

No sé si es la palabra. Pero me he convertido en alguien extremadamente impaciente por compartir cosas que me sirven si creo que puedo ayudar a otros. La locura me ha hecho mejor persona.

¿Es un camino de perfección?

He hecho un ejercicio de reconstrucción consciente de mi personalidad. Ahora decido qué cosas quiero incluir y cuáles no. Se lo recomiendo a todo el mundo. Es un ejercicio duro, pero eficaz.

¿Se está haciendo a su gusto?

Me estoy haciendo de puta madre, no te engaño. Es como un puto videojuego. Me estoy haciendo una nueva skin, que dicen los chavales.

¿Y qué hace con las cosas que no le gustaban de usted?

Empiezas a cambiarlas, cada vez más. Esto no es de la noche a la mañana. Hay días que son una puta mierda. Pero ahora soy lo suficientemente consciente para irme a dormir enfadado, pero sabiendo que nada es para tanto.

¿Ha mutado de Ángel en ángel, con minúsculas?

Hostia, no pongas ese titular. Si digo que me estoy haciendo un ángel, me internan otra vez. Nunca he sido un mal tipo, pero muy probablemente ahora soy mejor.

¿Se gusta más ahora?

Muchísimo, dónde va a parar. Me gustaría ir a ver al de antes, abofetearle y decirle: mira en lo que me estoy convirtiendo, imbécil.

¿Cómo era antes?

Antes de estar loco era imbécil.

¿Y ahora?

Maravilloso, un puto ser de luz. Habéis puesto focos para el vídeo, pero no hacía falta.

¿Qué ve ahora en los ojos de los otros? ¿Lástima, curiosidad, ‘yuyu’?

Hostia, me vuelvo a arriesgar a que me internen otra vez, pero lo voy a decir: veo si me están diciendo la verdad o no, lo noto, es algo físico.

Podría trabajar como polígrafo.

Podría, pero saldría carísimo, también te digo.

En su noticiero digital clava la actualidad diaria en dos minutos hablando a todo trapo. ¿Tiene un metrónomo dentro?

Absolutamente. Mira, eso sí que me lo ha dado mi movida: el valor del tiempo. Antes no entendía la frase ‘el tiempo es oro’. Ahora, de repente, sí.

Muchos de quienes lo ven podrían ser sus hijos. ¿Vértigo?

Qué va, estoy fascinado con los chavales: nos llevan una ventaja que, como no entendemos, nos da rabia.

¿Rencor generacional?

Mi rencor generacional es con mi propia generación, por tontos, porque no son capaces de bajar el diferencial de los prejuicios y ver que los chicos y chicas tienen unas herramientas que nosotros no tenemos.

Al final no hemos hablado de sus abusos... digo de drogas.

¿Tienes?

Igual algún Lexatin o Lorazepam en el bolso.

No me interesa. Con eso te relajas, o duermes, pero te levantas muy cansado. Si puedes evitarlas, mejor.

¿Cuáles le interesan?

El éxtasis te lleva a un sitio muy extraño, mucho. Pero eso no quiere decir que lo recomiende, por lo menos delante de la cámara.

¿Legalizaría la marihuana?

Por supuesto. Yo ahora no tomaré drogas, porque a mí se me han torcido. Probablemente, fueron la gota que colmó mi vaso, sí. Pero si llego a saber que esto pasa, y que, usadas con moderación, no, igual no me hubiera pasado.

Clarividencia, control, omnisciencia, hablar con muertos, descifrar el universo… Leyendo su libro, casi dan ganas de estar loco.

Sí, me lo han dicho. Echo de menos algunas cosas de estarlo. Algunas sensaciones que, si no has tenido antes, no sabes a qué me refiero, porque para mí, entonces, eran reales, absolutamente reales. Pero sí puedes disfrutar de algunas cosas de forma mucho más intensa. Tiene que ver con abrir la mente. Jugar a sentir más. Imagínate ponerte unos cascos, vaciar la cabeza y prestar atención milimétrica a esa canción. La emoción es totalmente distinta. Te doy mi palabra. Pero para eso hay que apagar muchos diferenciales que tenemos encendidos.

¿Se puede ser un ‘exloco’?

Más que exloco soy un nuevo cuerdo. Sí, eso es lo que soy: un neocuerdo.

VOCES DE ALARMA

Hace cuatro años, Ángel Martín (Barcelona, 44 años) no solo oía voces, sino que veía señales en todo lo que le rodeaba y vivía en varios mundos y tiempos a la vez. No se lo inventaba, asegura. Eran sensaciones tan reales como las delirantes frases y fotos que publicó aquellos días en redes sociales. Su novia, la actriz Eva Fernández, fue quien dio la voz de alarma y logró llevarlo a un hospital psiquiátrico, donde pasó 10 días ingresado por un brote psicótico desencadenado, según los médicos, por el abuso de drogas y la depresión previa. Hoy, el comunicador publica Por si las voces vuelven, un libro donde narra, sin victimismo ni sensiblería ni morbo, qué se le pasaba por la cabeza en aquella época, y el posterior y difícil proceso que le ha llevado a ser "más que un exloco, un neocuerdo".