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lunes, 13 de abril de 2009

Los abanicos y la poesía.

Partiendo de la imagen del albatros baudelairiano, Mallarmé formula con la imagen del ventalle o éventail, abanico acurrucado en el corazón, una imagen muy bella:

Avec comme pour langage
rien qu'un batiment aux cieux,
le futur vers se dégage
du logis très précieux.

Eso es la poesía, y la vida también: una expansión y una contracción, una sístole y una diástole, una agitación o fluctuación, algo apenas entrevisto, un parpadeo, un misterio, un lenguaje de abanico.

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