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domingo, 4 de octubre de 2009

Enxiemplo de la reclamaçión

Un poema del vate fray Josepho de la Tarima, que en realidad es un profesor de Alicante amigo de Javier Lumbreras:

ENXIEMPLO DE LA RECLAMAÇIÓN

¡Grado a Santo Tomás, patrón de bachilleres
(otrosí bachilleras, ca muchas son mugieres)
e de los que usan tiça e parejos enseres
e proffessan doçençia por cobrar los haberes!

¡Del buen Santo Tomás quisiera yo ser dino!
Que quien leya mis coplas non se muestre mohíno:
si vos gustan, pagatme un vaso de bon vino,
ca fuoron inspiradas por el Santo d’Aquino.

Cobrar a fin de mes es assumpto asaz serio
mas non sé si meresçe el duro captiverio
que nos façe passar, con infamia e laçerio,
bien la Consexería o bien el Ministerio.

Mas non es eternal el ingrato infortunio,
ca, egual que entre pilares siempre hay intercolunio,
el nuesso captiverio dexa reposo en junio,
maguer passa ligero, cual passa el plenilunio.

Quien quiere la folgança debe pagar su costo
et antes que la vid derrame el primer mosto,
acábase el verano, ¡siempre pareçe angosto!;
mas empieça setiembre cuanto se cumple agosto.

El enxiemplo qu’escribo d’este setiembre trata,
ca en el bachillerato hay la costumbre ingrata
de ver si a algún niñato, o en su caso niñata,
con un examençiello del cate se rescata.

Después de dicho examen en el bachillerato,
fáçense correcçiones, tal commo está mandato,
e pónense las notas ya quasi d’inmediato
por tornar a folgar, siquiera sea un rato.

Mas, después de aver fechas essas evaluaçiones,
non pueden engrossarse mucho las vacaçiones
ca quedan unos días pora reclamaçiones,
e siempre hay quien nos tienta, si puede, los coxones.

Un proffessor noviçio, moreno y muy enjuto,
el uno de setiembre arribó al instituto;
los folios del examen portaba en el macuto;
a la hora convenida: non passaba un minuto.

Tras façer el examen començó el escrutinio:
mostraban los alumnos escasso raçioçinio;
d’aquella assignatura non tenían dominio
et hobo al poner notas un cruento exterminio.

Aprobó a unos poquiellos, mas fue por indulgençia;
ca ninguén demostraba trabajo ni sapiençia:
¡sabet que en el estío tota la adolesçençia
anda plena de hormonas e de concupisçençia!

Después de asegurarse de las notas exactas,
puso acquel proffessor su rúbrica en las actas
e tornose a la plaia con las ansias intactas
de bronçear aun más sus carnes torrefactas.

Non avié quasi, el pobre, arribado a la plaia,
e quasi non tumbara su cuerpo en la toballa,
quando el timbre del móvil, artilugio canalla,
sonó en las sus orexas et fizol deçir: “¡Vaya!”

Era el Xeffe d’Estudios qu’estaba al aparato
e pide al proffessor regresar d’inmediato:
qu’un alumno suspenso su nota ha reclamato
e segund la ordenança non ir es desacato.

Vístese el proffessor con mucha rapidez,
rezongando en voz baja que se cachis en diez
e quales otros taccos que yo, si vos parez,
non quiero repetillos, ca son ordinariez.

Con priessa e diligençia al instituto va;
et al llegar pregunta: -¿El Xeffe dónde está?
-Te spera en el despacho; conversa tiempo ha
no con el proprio alumno, sino con su papá.

Acude el proffessor presuroso al despacho
portando el exerçiçio del mentado mochacho.
El examen del moço semeja mamarracho:
un uno e medio tiene: ¡no aprueba ni borracho!

El proffessor (ya dixe qu’inexperto e pipiolo)
quédase con el padre en el despacho solo;
el Xeffe se retira, segund el protocolo,
tras presentalle al padre, que se llama Manolo.

-Triste mientre- comiença el proffesor la plática
-su fijo non se cosca muy bien de la gramática.-
E sonriyendo añade, a guisa diplomática:
-Que repita este curso non es cosa traumática.

E le enseña el examen que fizo la criatura:
las faltas ortográphicas que muestra su escriptura;
la prosa indesçiphrable, nebulosa et obscura;
las muestras d’ignorançia, rudeça et incultura...

-Mira: -le corta el padre, tratándolo de tú
-ya con el inspector he tenido ‘interviú’;
te stuve aquí scuchando sin deçirte ni mu;
mas da ya el horologio la hora del vermú.

Non quiero veer examen; ya te lo estás guardando;
aprobar has mi fijo a la chita callando;
non te fagas el duro, que yo sé que eres blando:
¿non sabes, por ventura, con quién estás fablando?

Pues non, non lo sabía el cuitado maestro,
que en la su assignatura mostrábase bien diestro,
pero en mundología era un pobre cabestro
e non sabié del mundo su lado más siniestro.

-Non sabes, ¿non?; pues, mira, por rara coinçidençia,
otrosí soy magistro, maguer que en exçedencia,
laboro en un despacho d’Educaçión y Sciençia
(non soporto la tiça, te digo en confidençia).

Mas cognosco la LOGSE -prosigue el desertor-
e sé las triquiñuelas, ca so gran sabidor;
en leies e decretos muévome a mi sabor,
assí que ten cuidado, menguado proffessor.

Repassé bien a fondo, con grand enfrascamiento,
essa programaçión de tu departamento;
non sigue los preçeptos ni guarda el mandamiento:
puedo façer denunçia, dígote, de momento.

Non vide allí actitudes, ni vide allí obxetivos
ni los aprehendizaxes son significativos;
non vide allí previstos refuerços positivos,
ni los proçedimientos los vide comprehensivos.

E non vide criterios pora la evaluaçión
por más que revissé dicha programaçión;
ca donde va la fecha vide un grande tachón:
fusilaste otra antigua, me da la sensaçión.

Otrossí cuando vine sedías en la plaia:
¿sabes que el reglamento clara mientre detalla
penas al funçionario quando absente se halla?
¿O quieres ¾dixo en mofa ¾ganar una medalla?

Heme informado bien (perdonarme has mi táctica)
de cómmo en la enseñança exerçes tú la práctica:
non has pedagoxía, ni entiendes la didáctica
e ensennas, ¡anatema!, la teoría sintáctica.

Assí que a mi moçuelo me lo apruebas sin más;
mijor non non te resistes, si no, pues tú verás...:
el inspector, mi amigo, te dará por detrás
(metafórica mientre, como comprehenderás).

Tragóse el proffessor, azorado, el orgullo;
mudáronse las actas e fízose el chanchullo;
de su boca doliente sólo salió un murmullo:
-¡Estas cosas me passan porque soy un capullo!

El papá del alumno despidiose: -Colega,
non te sientas cuitado; reláxate e sosiega.
Si neçesitas algo, por mi despacho llega:
¡que Manolo a un amigo nunqua nada le niega!

Et accaba este enxiemplo, que ya fue muy extenso:
sacat vuestra enseñança et, si dades suspenso,
mirat a quién lo dades, e que sea indefenso:
¡yo, cuando pongo un cate, primero me lo pienso!

Fray Josepho de la Tarima

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