Páginas

sábado, 3 de octubre de 2009

Sociedades


Soy miembro de pocas sociedades, tal vez, como dijo Julius Marx, más conocido como Groucho, porque jamás sería miembro de una sociedad que me admitiese obscenamente entre sus miembros; recuerdo que, hace tiempo, en lamentablemente perdidas noches de bohemia y de ilusión, un amigo, antaño hortera o vendedor de la Casa del Libro de Madrid y ajedrecista notabilísimo, me enseñó un cartoncito, de siniestra fotografía tamaño carnet, que lo acreditaba como miembro fundador de la "Sociedad para el Desarrollo y Fomento de la Maldad", esa virtud tan perseguida hoy en día por la pérfida hipocresía; él lo utilizaba para ligar y libar en flores de farola de procelosa discoteca capitalina; yo, si a alguna sociedad quisiera afiliarme, sólo sería a la prestigiosa Sociedad de Fomento "Los Zánganos", un club de devotos admiradores de Pelham Greenville Wodehouse, el escritor y humorista que, probablemente, me ha hecho pasar los mejores ratos de mi vida. Por ahí debe andar, ya desencuadernado de lo mucho que lo he llegado a sobar, su mi libro preferido, ¡Muy bien, Jeeves! Cómo escribía este tío, demontre.

No hay comentarios:

Publicar un comentario