martes, 1 de abril de 2025

Evolución de la amistad.

 El gran escritor catalán Josep Pla siempre decía: "Los desconocidos pasan a ser conocidos, estos pasan a ser saludados y, por último, amigos".

Y seguía diciendo: "Estos amigos pasan a ser saludados para transformase en conocidos y terminar siendo desconocidos."

Y yo añadiría aún más: y los desconocidos en fallecidos. Así es en la terrible soledad de las personas ancianas.

Apólogo del colador y la lectura

 Había una vez un gran maestro quien tenía muchos estudiantes.

Una vez uno de los estudiantes vino donde él y le preguntó "He leído montones de libros pero he olvidado la mayoría de ellos. ¿Cuál es el propósito de leer?".

El maestro no le dio una respuesta en ese momento. Pero después de unos días el maestro le dio a ese estudiante un tamiz el cual estaba sucio y en una muy mala condición. El maestro le pidió al estudiante que fuese a buscar agua de un río cercano en este tamiz.

Al estudiante no le gustó la idea, pero no pudo rehusar la petición de su maestro. Fue al río, llenó el tamiz en el río e inició su viaje de regreso. A unos cuantos pasos, todo el agua en el tamiz se derramó a través de los orificios. Entonces fue otra vez al río y llenó el tamiz. Hizo esto todo el día, pero no pudo cumplir la tarea asignada por su maestro.

Regresó a donde el maestro con una cara triste y dijo "Soy incapaz de recoger agua con este tamiz. He fallado."

Su maestro le sonrió. ¡No! No fallaste. Mira el tamiz.

Se había puesto como nuevo. Se limpió cuando estaba intentando recoger agua. El maestro entonces explicó el verdadero motivo detrás de esta tarea. Dijo "La última vez me preguntaste cuál es el propósito de leer si no recuerdas lo que leíste. Ahora toma este ejemplo del tamiz. El tamiz es la mente, el agua es el conocimiento y el río es el libro.

¡Incluso si no puedes recordarlo está bien, porque leer, definitivamente, hará que tu mente se agilice. El leer tiene un profundo impacto en tu mente, cerebro. Ayuda a ser una mejor versión de ti mismo. es un proceso inconsciente.

lunes, 31 de marzo de 2025

Carl Rogers, Robert Axelrod y Anatol Rapaport. La Paz como trabajo.

 Desde 1970, los retóricos han aplicado las ideas de Carl Rogers (probablemente el psicólogo más influyente de la historia según el Nuevo Mundo) —con contribuciones de Anatol Rapoport— a la retórica y la argumentación, dando lugar al llamado argumento rogeriano: una estrategia retórica y de resolución de conflictos basada en la empatía, la búsqueda de puntos en común, la comprensión y el aprendizaje mutuos y la evitación al mismo tiempo de los efectos negativos de la polarización extrema de actitudes.

La teoría de juegos dicta conclusiones fundamentales según Robert Axelrod en sus estudios sobre el dilema del prisionero múltiple por medio de competencias entre programas de decisión: el bien es mejor que el mal, porque coopera y eso lo hace más fuerte y unido; lo segundo es que es más beneficioso ser indulgente; lo tercero es que no hay que ser pusilánime ni envidioso: se debe ser absolutamente predecible. Así se gana más; la conducta del programa aparece como gratificante y agradable. Y los malos que atienden solo sus propios intereses y traicionan los de los demás, se aíslan, no crecen y pierden siempre.

Asimismo, el programa más sencillo es el mejor. Fue el programa de Anatol Rapoport, Tit-for-Tat, u Ojo por ojo, que consistía en solo cuatro líneas de código. El programa se inicia cooperando con su oponente. A continuación, juega exactamente como el otro bando jugó en la partida anterior. Si el otro bando desertó en la partida anterior, el programa también deserta; pero solo en una partida. Si el otro bando coopera, el programa continúa cooperando. Esto es, en palabras de Metta Spencer, autora y editora de la revista Peace, el programa "castigaba al otro jugador por su comportamiento egoísta y lo recompensaba por su comportamiento cooperativo, pero el castigo solo duraba mientras duraba el comportamiento egoísta. Esto demostró ser una sanción excepcionalmente eficaz, que rápidamente mostró a la otra parte las ventajas de cooperar. También llevó a los filósofos morales a proponer esto como un principio viable para usar en interacciones de la vida real".

Rapoport era más abolicionista que pacifista: quería abolir la guerra; para él todas las guerras tienen por único enemigo a la humanidad; eso le supuso ser expulsado de su universidad y tener que marcharse a enseñar de EE. UU. a Canadá. Allí fundó el estudio de la paz como materia académica. Fue un pionero en el análisis de redes sociales. Descubrió la importancia en ellas de factores que dan velocidad o impiden la información  (raza, género, nivel socioeconómico, proximidad espacial y parentesco), de la estructura de sus flujos dominantes, sus sesgos y su relación con la epidemiología. Prefiguró además el estudio de los grados de separación al analizar una escuela. Descubrió el "mecanismo de apego preferencial" en redes sesgadas: se trata de un proceso estocástico que involucra nodos conectados que se transforman en más conexiones. 

Las reglas de Rapoport

Se las llama así desde 2013. Los tres principios del debate ético de Rapoport son:

1. Escuchar, y hacer sentir al otro comprendido

2. Encontrar mérito en la posición del otro.

3. Aumentar la percepción de similitud: "Todos estamos en el mismo barco".

Rapoport propuso estos tres principios fundamentales del debate ético y los explicó y desarrolló:

1. Escuchar y hacer que el otro se sienta comprendido tiene dos partes: primero, escuchar con el ejemplo, que Rapoport, consiste en escuchar a los demás para que también estén dispuestos a escuchar. Segundo, la inversión de roles,  consiste en escuchar con la suficiente atención y empatía para poder expresar la postura del otro a su satisfacción, y viceversa. Rapoport denominó este principio «transmitir al oponente que ha sido escuchado y comprendido»

2. Encontrar algún mérito en la posición del otro, o lo que Rapoport llamó "delinear la región de validez de la postura del oponente", es lo opuesto a la intención usual en un debate, que es refutar o invalidar la posición del otro. Como la mayoría de las opiniones pueden ser parcialmente justificadas en algunas circunstancias desde alguna perspectiva, el propósito debe ser identificar lo que es condicionalmente justificable en la posición del otro y dar ejemplos que lo respalden. Se implica, pero no se declara, que la posición del otro no es fuerte o válida en algunas otras circunstancias fuera de la "región de validez" identificada. Este segundo principio refuerza el primero al comunicar al otro de una manera nueva que el otro ha sido escuchado y comprendido. También implica cierto acuerdo y puntos en común entre las dos posiciones, al tiempo que contribuye a una mejor comprensión del área de desacuerdo. Además, reconocer que hay algún mérito en la posición del otro puede hacer que uno esté más dispuesto a reexaminar su propia posición y tal vez encontrar alguna parte de ella que no sea fuerte o válida de alguna manera, lo que en última instancia puede llevar "del nivel primitivo de oposición verbal a niveles más profundos donde se fomenta la investigación inquisitiva", tal vez conduciendo a un campo de visión más amplio con una región de validez más grande.

3. Aumentar la similitud percibida es una profundización del sentido de humanidad común entre uno mismo y el otro, un sentido de fortalezas y defectos compartidos. Al igual que el segundo principio, este tercer principio es lo opuesto a lo que es habitual en un debate, la percepción habitual es que el otro es diferente de una manera inferior, como más "estúpido o rígido o deshonesto o despiadado". En lugar de enfatizar la singularidad de los defectos del otro, "uno busca dentro de uno mismo las deficiencias claramente percibidas del oponente", y en lugar de enfatizar la singularidad de las propias fortalezas (como la inteligencia, la honestidad y la escrupulosidad), uno se pregunta cómo el otro comparte tales cualidades hasta cierto punto. 

Rapoport consideró que esta "suposición de similitud" es "el conjunto psicológico o mentalidad propicio para la resolución de conflictos". Un obstáculo que impide asumir la similitud es la idea de que «tal suposición evidencia la incompetencia profesional de un debatiente». Pero esa idea es contraproducente, argumentó Rapoport, porque la suposición de similitud, junto con los otros dos principios, probablemente elimine obstáculos a la cooperación y al éxito del debate. Rapoport afirmó: «El resultado depende de que se dé una idea crucial: todos estamos en el mismo barco». 

La versión de Dennett

La versión de Daniel Dennett de las reglas de Rapoport, que Dennett consideraba "algo más portátil y versátil", es:

"Debes intentar volver a expresar la postura de tu objetivo de forma tan clara, vívida y justa que tu objetivo diga: 'Gracias, ojalá se me hubiera ocurrido expresarlo de esa manera'". 

"Debes enumerar todos los puntos de acuerdo (especialmente si no son asuntos de acuerdo general o generalizado)". 

"Debes mencionar cualquier cosa que hayas aprendido de tu objetivo". 

"Solo entonces se le permite decir siquiera una palabra de refutación o crítica."

Otro consejo de Dennett, en su presentación de las reglas de Rapoport, tenía una perspectiva más adversaria: decía que algunas personas "no merecen tanta atención respetuosa. Si hay contradicciones obvias en el caso del oponente, entonces, por supuesto, debes señalarlas con contundencia. Si hay contradicciones algo ocultas, debes exponerlas cuidadosamente y luego desahogarte sobre ellas". Personalmente consideraba que las reglas de Rapoport eran "algo difíciles" de practicar,  pero un potente antídoto contra la tendencia a caricaturizar la postura de otra persona en un debate. 

lunes, 24 de marzo de 2025

Frase cierta y memorable, con aplicación ahora, y pensamientos sobre vejez de Pérez-Reverte.

 Los malos tiempos forjan hombres fuertes; los hombres fuertes crean buenos tiempos; los tiempos buenos crean hombres débiles; los hombres débiles crean malos tiempos.

Michael Hoff.

Hemos olvidado enseñar las formas de enseñar a nuestros hijos a soportar y a defenderse del mal inevitable. De las enfermedades, las guerras, la traición, la corrupción, la maldad.

¿Un hombre inofensivo es un hombre bueno? 

Hay canallas inofensivos, hay canallas cobardes y apocados que están ahí agazapados entre tantos, esperando ocasión para meter la mano con la navaja en el tumulto cuando todos miran a otra parte, pero nunca lo harían siendo vistos. No, no, no: la bondad no tiene nada que ver con la ofensividad: se han visto hombres ofensivos, seres humanos ofensivos, violentos, agresivos, que son hombres buenos o mujeres buenas: naturalmente no tiene que ver. El psicólogo Jordan Peterson dice que "los hombres buenos son los que pueden ser peligrosos, pero se contienen. Y si crees que los tipos duros son peligrosos, espera a ver de lo que es capaz un hombre débil". 

Un hombre débil, un hombre inofensivo no es bueno para nadie. La debilidad te hace cobarde y el cobarde es el peor enemigo porque traiciona. Saltará cuando todo el mundo salte, se meterá en el tumulto a meter la mano, a ser posible, sin que sepan que es él. Y hace falta debilidad moral para eso; para ser más riguroso, falta de entereza moral. La falta de integridad moral causa gente mala, gente cobarde, gente ruin, gente bellaca. Mientras que otro, con sus defectos, sus errores, un Pancho Villa que no porque sea un animal deja de ser un tío que sabes dónde encontrarlo y no te va a fallar en ese sentido, por lo que así se gana una cierta admiración por la gente entera y el concreto desdén por la gente que no es capaz de afrontar la vida de cara. 

¿Y es más lamentable el criminal, o quien hace la vista gorda mirando a otro lado? Sin duda este último: muchos criminales pueden ser amigos tuyos; porque el criminal puede tener motivos poderosos para ser criminal, de muchos tipos: venganza, rencor, dinero, ambición, lujuria, sexo... mil razones, todas humanas. Pero el que mira al otro lado es por lo peor, por cobardía, por interés. Por cobardía porque no quiere mojarse o bien porque alguien le engrasó para que lo haga, y los dos casos son deleznables; no, es preferible un criminal con sus errores que queda entero, que lo asume, que sí señor me lo cargué ¿por qué? Porque me calenté y me lo llevé por delante; pues ya está: a la cárcel, con tu pan te lo comes; pero el otro qué tal, que no, que no sé; tendría que ver... Está bueno, quizás, pero luego eso no; los tibios según los evangelios y la Biblia entera serán arrojados del seno del Padre a las tinieblas (Arturo Pérez Reverte).

La senectud tiene una cosa buena y otra mala. Una buena es que ya no tienes pasiones que te arrebaten, ya no tienes estímulos que te violenten, ya no tienes ambiciones; lo que no has hecho, no lo vas a hacer, ni lo que vas a hacer, o casi; y lo que has hecho pues ya está hecho. Entonces, en ese sentido, la vejez (y soy viejo) la vejez tiene una especie de serenidad personal. Cuando has vivido una vida adecuada, no echas en falta ni mujeres guapas ni amigos leales ni viajes ni aventuras; esa parte está colmada, y puedo ir al ocaso como un estoico, como dirían los antiguos. La parte mala es que eso te da una cierta lucidez, no por inteligencia, sino porque lo has vivido. Y ves cosas que no querías ver: ya no ves a una pareja joven que se besa en un parque, sino también cómo van a acabar, cuánto va a durar, quién será el primero que traicione, que mienta, o a los sesenta años seguir juntos y arrancando a pedazos esa ilusión. Entonces no quisiera verlo, no quisiera pensarlo y no puedo evitarlo porque soy mayor y lo he visto. 

Después hay otro punto más que también da la vejez, que es no tener compasión ante la estupidez. Es un tema delicado. ¿Habéis visto la película No mires hacia arriba? El meteorito. Ahí está bastante bien resumido todo, me ahorro el detalle. La idea básica es que, claro, hay gente que tiene desgracias porque tiene mala suerte, o porque se equivoca o porque la vida es muy perra y te da el azar, que tiene muchas ganas de broma. Pero hay gente que tiene desgracias porque, pudiendo, no es capaz de evitarlas; porque no es capaz de dotarse de las herramientas que permiten sobrevivir a la desgracia; porque vive de una manera estúpida ajena a la realidad; porque vive en un mundo virtual de esto o de lo otro y vive ausente de lo que son las cosas que realmente en el mundo importan, hasta que esas cosas golpean. 

Entonces, claro, ¿yo debo sentir compasión porque un cretino o cretina, analfabeto voluntario, no obligado, que vive y le importa todo una mierda, que no ve un telediario y que está pendiente del último novio de Tamara, por ejemplo? No debo tener compasión, porque a ese tío le vayan mal las cosas en la vida, porque cuando llegue el serbio o el bosnio o el Putin se lo pasen por la piedra. Esa falta de compasión ante la estupidez y la ignorancia y ese valorar más lo bueno te hace menos solidario. Digamos que con los años noto que hay cosas que ya no me dan pena que ocurran. Un ejemplo, viene la riada y qué pobre gente tal, qué pena, la vida arruinada. Pero, a ver, donde vive ¿cómo se llama? La Vaguada. ¿Sabes qué es una vaguada, imbécil? Una vaguada es un lugar donde corre el agua: tu casa está construida en la vaguada, entonces ¿cómo te va a extrañar que cada equis años venga el agua y se lleve la casa? Es normal. Si hubieras pensado, mirado, estudiado, comprendido, sabrías que vaguada significa lugar donde corre el agua: no te compres ahí una casa, o no te la hagas. 

Otro ejemplo. Un tsunami, qué horror, en la playa paradisíaca. Y ¿por qué es paradisíaca? Porque hay tsunamis y porque los antiguos al saberlo no hacían casas ahí, por eso era paradisíaco; pero ahora, últimamente, hemos estado haciendo hoteles en ese lugar perdido y cuando llegue el tsunami se llevará por delante el hotel y a quien está dentro. No te quejes, cretino, entérate por qué era paradisíaco ese infierno. A eso me refiero. Intento que no me absorba, que no se apodere de mí, pero ¿puedo evitarlo? No, entonces, claro, entonces la vejez es, como te he dicho, las dos cosas primeras y al mismo tiempo tener ese desdén porque al final te das cuenta y lo he dicho muchas veces: lo peor no es el mal, lo peor es la estupidez: cuenta un malo con mil tontos y son mil malos y un tonto. Yo pensaba cuando era joven que lo malo era Hitler, pero en realidad lo eran los idiotas alemanes que lo jaleaban porque encarnaba el alma alemana: eso es lo peor; no Hitler sino la gente que aplaudía y sin la cual Hitler no era sino un idiota que dijo que nos iba a llevar a la gran Alemania. 

Y en España está pasando igual, mucho también hoy en la vida social. Lo malo no es un fulano estadounidense, ruso o hispanoamericano, no, lo malo no es Abascal o Pablo iglesias, es los que jalean sin un análisis racional intelectualmente poderoso, porque está de moda, o porque es una tendencia, y saldrán cosas que ni siquiera comprendan; no, entonces, por eso, al final la verdad es que la senectud es sobre todo un desprecio profundo por la estupidez y un respeto enorme por la integridad.

Solo es buena la cortesía y la urbanidad que acercan a la gente y no la separan. También es una defensa para evitar la grosería, o que se propasen. Marcar las pautas sociales mantiene una especie de distancia, limita o hace retroceder la humanidad. La cortesía es una herramienta social y defensiva para hacer un mundo mejor, un mundo que no es agradable. A veces hay que ser violento o duro, pero nunca grosero.

Un niño educado que da las gracias no es un niño que hace lo que quiere; no se trata de que el niño coma con la mano, sino de que el padre lo ayude el día de mañana a tener las herramientas sociales adecuadas para que la gente lo respete y él respete a la gente. La educación no es algo arcaico. Perder esas cosas hace al mundo peor. Hablar bien es absolutamente necesario, pero por hablar mal no vas a ser más demócrata ni más liberal. Ni más esto que lo otro; las normas, los códigos, las maneras de comportarte ante la vida, el mundo y los demás son fundamentales. Kill them with kindness dicen los ingleses, mátalos con amabilidad. No es que yo sea mejor persona, sino por puro egoísmo: me hace la vida más fácil. A un camarero por ejemplo, a cualquier sacrificado. Está hasta arriba de llevar la bandeja, es un trabajo durísimo, de los más duros del mundo: Oye, por favor, qué tal, cómo está, bien, tal, mal. Bueno, sí, ya está, cuando puedas por favor nos trae una cerveza y tal. Y eso y después es una propina adecuada al trabajo que hace. No cuesta ningún trabajo y el camarero y cuando vas al día siguiente ese camarero o camarera estará pendiente de ti, te atenderá mejor y dirá el Reverte es un buen chico deja propina o no deja pero es simpático y te pregunta por la familia. Yo qué sé. O sea, hasta para ser egoísta, hasta para ser tácticamente egoísta es útil la amabilidad.

Quintero me preguntó aquello de qué es lo más inteligente que se puede hacer en esta vida. 

Yo creo que leer, leer, leer, porque leer entretiene, hace vivir cosas que uno viviría y sobre todo da herramientas para sobrevivir o vivir, y es verdad. El mundo es un lugar peligroso, poblado por muchos hijos de puta, y hay que estar artillado con herramientas de supervivencia. Entonces todo lo que te ayuda ebueno. En un teléfono móvil, de estos que te dan, tenéis tres mil años de civilización; está todo: literatura, ciencia, técnica: es una enciclopedia de bolsillo, es el mundo entero ahí, y no se utiliza más que para matar marcianos, lo que sea, o para mandar WhatsApps y fotos, posturas. Para eso, diablos, utilízalo; o sea, sácale partido a esa herramienta maravillosa que tienes en el bolsillo y que nuestros abuelos no tenían. Son herramientas para vivir y ser mejor, esa es la obsesión. Todavía tengo ilusiones, aún creo que el ser humano tiene lugares donde refugiarse; es verdad que no hay salvación general, no, pero hay islas, lugares, refugios, castillos, grupos donde refugiarse cuando hace el frío de sobrevivir, donde quererse, donde procrear, donde mantener la dignidad del ser humano; o sea, ayudemos a eso en vez de hacer del ser humano individuos aislados o conectados a una pantalla de ordenador; hagamos grupos, no de Whatsapp, que está muy bien, pero bueno no para decir "oye me he tomado una pizza y aquí está la foto", no, sino para decir "oye, estoy solo, estoy cansado, necesito esto, se me ha muerto fulano, ayúdame". Eso debería de ser el mundo y no lo es, y eso me da mucha pena.

Toponimia propicia

 Toponimia divertida, para publicistas de hoy, en El País, por Álex Grijelmo, 19 mar 2025:

Los nombres de lugares dan pistas. No se deberían desperdiciar sus ideas favorables, ni desdeñar las negativas.

Qué poco se explota el valor económico de los nombres de algunos pueblos, aldeas y pedanías. Los congresos y exposiciones suponen un gran foco de visitantes, y por ello cientos de municipios se han afanado en la construcción de rumbosos recintos que puedan acoger tales actos. Sin embargo, muchos desaprovechan la divertida fuerza evocadora de sus topónimos, que serviría para atraer a importantes colectividades empresariales, gremiales, sociales o científicas. Es raro que las agencias de publicidad de hoy en día, con sus facilones juegos de palabras habituales, no le hayan sacado rendimiento a eso.

Por ejemplo, circulaba yo hace poco en coche por Calvarrasa y me preguntaba por qué no se ha celebrado allí, con gran concurrencia, un congreso de peluqueros, ahora que se rapa tanta gente. Claro que ese pueblo salmantino habría de competir con Capileira (Granada) y Barbosa (Portugal). A ver cuál de ellos se decide antes.

Los profesionales de la oftalmología o de la óptica se sentirían muy atraídos si fueran convocados a una convención nacional en Buenavista (Salamanca). Ningún lugar podría resultar más adecuado para una exposición-homenaje a Paco de Lucía que la cántabra Entrambasaguas, ahora que la familia del guitarrista ha recuperado la propiedad de su más famosa composición. Y para un gran encuentro de fabricantes de audífonos qué mejor localidad que Colmenar de Oreja, en Madrid.

A su vez, unas jornadas demoscópicas sobre los indecisos encontrarían su emplazamiento ideal en algún punto situado entre las localidades madrileñas de Pinto y Valdemoro. Y el pueblo vallisoletano llamado Wamba haría bien en promover seminarios de los fabricantes de zapatillas deportivas. Por otro lado, no puede haber espacio más idóneo para un congreso de sexología o de inseminaciones que el lugar salmantino denominado Pajuelas, muy pertinente para la siembra de lo que fuere menester.

No entiendo cómo Pelayos de la Presa (Madrid) no ha sido visto por los asesores de comunicación de Instituciones Penitenciarias como predestinado para albergar una cárcel de mujeres. Igual que el paraje abulense de El Castañar parece el espacio más a propósito donde reunirse y analizar los batacazos relacionados con la Bolsa o con otros accidentes. Y ya están perdiendo tiempo las autoridades de La Muela (Zaragoza) y los publicistas que las asesoren para organizar allí una asamblea de odontólogos. Eso es más obvio aún que la idea de instalar una fábrica de lencería en la ciudad lusa de Braga. A su vez, para una conferencia de sismología no habrá mejor sitio que el pueblo toledano llamado Tembleque.

Se hace raro que ninguna organización sindical haya celebrado todavía un congreso en el monasterio de Las Huelgas (Burgos). Y yo mismo, si tuviera que promover un centro especializado en estudiar el perfil político de Donald Trump, pensaría de inmediato en el parque segoviano de La Boca del Asno, no sé por qué.

Seguro que Elon Musk, siempre tan avispado —más que nada por lo molesto—, sí está pensando en lanzar un ingenio espacial desde el pueblo abulense de Orbita.

Publicitarios: valoren el poder comunicativo del topónimo que da pistas sobre el sitio que nombra. Políticos: no desperdicien las alusiones favorables, ¡pero tampoco desdeñen las negativas! Por esto mismo hace muchos años que me pregunto a quién se le ocurriría construir el aeropuerto de Valladolid en un lugar llamado Villanubla.

Qué son los derechos culturales y cuán mal se reparten

 La realidad desmiente a la Constitución: la cultura en España no es de todos. En El País, porTommaso Koch, Madrid - 17 mar 2025:

Nivel de estudios, poder adquisitivo, lugar de procedencia o residencia, edad o capacidad cognitiva condicionan el acceso y la participación en las artes, de las que terminan excluidos millones de ciudadanos.

No llegaban. Xochitl de León aguardó un poco más y cogió el teléfono. Desde hacía rato esperaba en el centro cultural La Nau, en Valencia, a un grupo de migrantes menores de edad tutelados. Habían quedado para el arranque de un proyecto: enseñarles fotoperiodismo para que ellos mismos terminaran ejerciéndolo. La fundadora de la organización Adonar no preveía que todo fuera fácil. Pero tampoco imaginó un plantón ya en la primera sesión. Así que llamó a la técnica social encargada. Esta contestó incrédula: “¡Pero si ya están ahí!”. De León se asomó entonces fuera del espacio. Efectivamente, los vio. Y entendió: “Se habían quedado en la puerta, como si ese sitio no fuera para ellos”.

Qué son los derechos culturales

La Constitución española garantiza desde 1978, en su artículo 44: “Los poderes públicos promoverán y tutelarán el acceso a la cultura, a la que todos tienen derecho”. Tres décadas antes, la Declaración Universal de los Derechos Humanos había establecido: “Toda persona tiene derecho a tomar parte libremente en la vida cultural de la comunidad, a gozar de las artes”. En la realidad, sin embargo, jamás se ha cumplido. Muchísimos ciudadanos se quedan en la puerta. O se la encuentran cerrada. Más allá de palabras y papeles, los excluidos de la cultura son millones.

“Está claro que el acceso y la participación no son iguales para todos”, sentencia Álvaro González Martínez, impulsor de La Zamarra, una plataforma de activismo sociocultural y desarrollo rural en La Rioja. Los datos ratifican su impresión: nivel de estudios, poder adquisitivo, procedencia geográfica, lugar de residencia, edad o desarrollo cognitivo influyen a fondo en las artes. En su creación y oferta, concentrada en el centro de las principales ciudades y, a veces, concebida por y para esos exclusivos vecinos. Y en su disfrute, que resulta raro o desconocido para una parte de la población.

La mitad de España, en concreto, no acudió al cine en el último año. Y cifras casi idénticas registra la asistencia a eventos en directo (música, artes escénicas…) o museos, galerías y exposiciones, según el Anuario de Estadísticas que publica el Ministerio de Cultura. Los ciudadanos con educación superior o equivalente van a cines, teatros o conciertos y leen el doble de quien no pasó de los estudios más básicos. La diferencia sube al triple para las visitas a museos o galerías. Y prácticamente todas las actividades culturales, salvo ópera o música clásica, encuentran la mayor participación entre los 15 y los 24 años. A partir de ahí, el consumo va bajando, hasta caer en picado desde los 55 o 65, según el ámbito. O los 45, en el caso de las películas en salas o el uso de videojuegos.

“Hay personas a las que atraviesan estas vulnerabilidades, que están en varias categorías a la vez. No tienen los recursos, pero tampoco los hábitos”, señala De León, que desde su asociación sin ánimo de lucro promueve más inclusión y diversidad en las artes. “La cultura se tiene que adaptar a las necesidades y capacidades de cada uno. En muchos aspectos es muy poco accesible”, afirma Javier Alcázar, fundador hace dos años de la editorial Lecturia. Como profesor de alumnos con discapacidad cognitiva, constató que muchos no leían. “No encontraban libros para ellos. Tenían 20 o 30 años y les seguían regalando literatura infantil”. Una vez detectado el agujero, descubrió cómo llenarlo: lectura fácil. Es decir, comprensible para cualquiera con dificultades lectoras, ya sea por discapacidad intelectual, trastornos del lenguaje, demencia, edad o por tener otro idioma natal. De momento, han traducido algún clásico, pero también obras contemporáneas de Inma Chacón o Nando López. Tras siete versiones en dos años, preparan otras ocho para los próximos meses.

De izquierda a derecha: la investigadora cultural Dagmary Olívar, el ministro de Cultura, Ernest Urtasun; la directora general de Derechos Culturales del ministerio, Jazmín Beirak, y la profesora de la Universidad Rey Juan Carlos Beatriz Barreiro, en el acto de presentación del Plan de Derechos Culturales, en septiembre de 2024.

De izquierda a derecha: la investigadora cultural Dagmary Olívar, el ministro de Cultura, Ernest Urtasun; la directora general de Derechos Culturales del ministerio, Jazmín Beirak, y la profesora de la Universidad Rey Juan Carlos Beatriz Barreiro, en el acto de presentación del Plan de Derechos Culturales, en septiembre de 2024.

Ministerio de Cultura

Sin embargo, puede que algo se mueva. Lo sugieren la Ley foral de derechos culturales que aprobó Navarra o la reivindicación de la cultura como bien esencial que hizo el Senado en 2020. La propia existencia de Adonar, La Zamarra o Lecturia da fe de algún avance. Escritores como Juan Tallón, Andrea Abreu, Irene Solá o Irene Vallejo han conquistado a crítica y lectores sin vivir en Madrid o Barcelona, igual que los últimos dos premios Nacionales de Cómic, Borja González y Bea Lema, que han triunfado sin abandonar Badajoz y A Coruña. Además, el Ministerio de Cultura ha prometido presentar este mayo el texto definitivo de su Plan de Derechos Culturales. “El primer paso es elaborar un buen diagnóstico para saber qué sectores tienen más dificultades para acceder a la cultura. Mientras, actuamos donde sabemos que ya debemos hacerlo, como en la España vaciada o en hacer entrar la cultura en las escuelas públicas”, apuntó el ministro, Ernest Urtasun, a EL PAÍS el pasado diciembre. Recientemente, su departamento celebró que Cine Sénior, un programa con precio subvencionado a dos euros los martes para mayores de 65 años, llevó a las salas a 1,6 millones de espectadores en 2024, una de cada tres entradas vendidas para ese día de la semana.

Aunque, a la vez, el gasto medio en las artes confirma los mismos sesgos. En general, ha bajado hasta 235,5 euros al año, el 1,8% del presupuesto individual. Pero alcanza sus máximos en el público más joven, con más dinero en el bolsillo, estudios y/o residente en áreas metropolitanas. El mínimo, en cambio, se detecta en la España vaciada, en las edades más avanzadas y, sobre todo, en quienes se quedaron en la educación secundaria o inferior. Incluso un regalo como los 400 euros que el Bono Cultural Joven, aprobado por el Gobierno, asigna a los que cumplan 18 años choca con barreras parecidas: entre los extranjeros, solo se benefició el 11,9% de los potenciales receptores, frente al 59,8% con nacionalidad española. Y apenas uno de cada dos jóvenes en municipios de menos de 10.000 habitantes.

Tan complejo problema exige soluciones a la altura. González ha constatado varias veces de primera mano cómo la brocha gorda no funciona: “Si se presenta un libro en un pueblo, pero la organización se limita a poner un cartel, sin preguntar si hay un club de lectura o no, o qué día es más apropiado, en la mayoría de los casos es un fracaso. Luego se concluye: ‘¿Ves? No ha ido nadie’. Normal. Lo que hagas para el pueblo sin contar con el pueblo provoca una desconexión cada vez mayor”. Y De León no se cansa de recomendar lo mismo: “Escuchar a los colectivos excluidos, tenerlos en cuenta. A veces son oportunidades de un tiro: si vienen y lo pasan mal, a la siguiente no vienen”. Lo que apunta a otra cara del asunto: la oferta.

Los dos principales motivos que aducen los excluidos para no acercarse a la cultura son falta de interés y de tiempo, seguidos por el precio. Un análisis del catedrático de Sociología de la UNED Javier Callejo Gallego estimaba en 2017 que al menos un tercio de España permanecía al margen de casi todos los ámbitos culturales. Por obligación, en algunos casos: quien quiera ver conciertos de hip hop o rap en Baleares o una función de teatro en Cantabria o La Rioja tiene que estar muy pendiente del calendario. Hay opciones, pero contadas, según el Anuario de la SGAE. La Rioja, Castilla-La Mancha, Cantabria, Baleares y Asturias ofrecen menos del 2% de sesiones dedicadas al cine que no sea estadounidense o europeo. Y Teruel tiene la menor media de España en cuanto a proyecciones de películas por pantalla al día: 0,7. De ahí que las entradas vendidas también ofrezcan la cifra más baja del país: 0,30 al año por habitante.

La falta de cartelera, sin embargo, no explica todo. Llenarla tampoco es la panacea. “Hay que reflexionar también sobre el extracto social de los creadores. Pienso en esas películas españolas con pisazos de techos altos. Es gente que puede arriesgarse con el arte porque tiene sus necesidades básicas cubiertas”, plantea De León. Y agrega: “Cada municipio tiene un concejal de cultura: ¿qué están haciendo? Muchas veces compran lo que se genera en Madrid o Cataluña y se lo traen. Quizás si empezaran a pedir otra cosa, los polos de producción trabajarían en ello. Si los referentes son siempre los mismos, quien no se identifique se va sintiendo relegado”. Los entrevistados reconocen cierta mejora en ese aspecto: ven propuestas cada vez más variadas. Sin embargo, la concentración de la oferta aumenta el riesgo de reiterar sesgos y exclusiones.

Andalucía, Cataluña y Madrid suponen el 48,57% de la población española. Sin embargo, allí se celebra el 62,5% de los conciertos de música popular; acogen bastante más de la mitad de las salas, compañías, representaciones, público y recaudación de teatro, así como de los cines. Y ni siquiera en su conjunto: el riesgo de exclusión cultural resulta casi nulo en el centro de las capitales, pero crece al alejarse hacia sus periferias. La pescadilla, pues, se muerde la cola. Y la exclusión en el acceso se entrelaza con la de creación. Cultura ideada por quien más la vive y la disfruta, contada según su visión y sus inquietudes. Una burbuja.

Romperla, según estadísticas y testimonios, resulta clave. “Una técnica social que atiende a pisos tutelados de mujeres víctimas de violencia de género o que están dejando la prostitución me contó que el domingo, cuando pueden ir al teatro, se ponen la ropa de salir y se maquillan. Es decir, se sienten como los demás. Es un momento de convivencia comunitario”, comparte De León. La satisfacción media de los asistentes a un evento cultural nunca baja del siete, en la escala de uno a 10 que planteó a los encuestados el Anuario de Cultura. Quien disfruta de algún ámbito artístico, además, tiene muchas más probabilidades de consumir otros. Mamar arte desde pequeños, en casa, también contribuye a formar adultos dispuestos a seguir. Así que también existen círculos virtuosos. “La pasión por el fútbol en España no es innata. A saber qué pasaría si hubiera un movimiento parecido a favor, por ejemplo, del teatro”, compara Alcázar.

De León ofrece un indicio: seis meses después de aquel complicado arranque del curso de fotoperiodismo, los menores migrantes expusieron sus trabajos en La Nau. Fueron protagonistas en el centro al que no se atrevían a acceder. Milagros del arte. Cuando incluye.

Una profesora francesa acosa a una alumna. Final trágico.

 Francia juzga a una profesora por acoso moral tras el suicidio de una alumna, en El País, por Raquel Villaécija, París - 10 mar 2025

Pascale B. está acusada de haber alimentado el hostigamiento por parte de otros niños a una menor de 11 años, que se quitó la vida en 2019. Francia juzga a una profesora por acoso moral tras el suicidio de una alumna

El juicio que comienza este lunes en el tribunal de Pontoise (al norte de París) contra la profesora de francés Pascale B., de 62 años, es excepcional por dos motivos. Es la primera vez que se juzga a un maestro por acoso moral a un alumno y, además, por su responsabilidad en el bullying que otros niños ejercían sobre él. La víctima se llamaba Evaëlle Dupuis y se suicidó en junio de 2019 en su casa de Herblay, cerca de la capital francesa. Tenía 11 años.

Los padres de Evaëlle y la madre de otros dos alumnos denunciaron por acoso moral a la maestra, que llevaba 25 años ejerciendo y que niega las acusaciones. La sentencia se dictará este martes. La mujer se enfrenta a dos años de prisión y una multa de 30.000 euros. Lleva cinco años bajo control judicial y no puede dar clase a menores. Hay otros dos alumnos implicados en el acoso a Evaëlle, que comparecerán ante un tribunal de menores antes de que acabe el año.

El caso conmovió al país y reveló las grietas del sistema de protección contra el acoso escolar, pues los padres de la niña habían denunciado la situación a la dirección del colegio Isabelle-Autissier, donde estudiaba su hija. Según refleja la juez de instrucción en el sumario, la profesora “la humillaba de manera regular delante de sus compañeros, aislándola al fondo de la clase”.

Se le acusa de haber alimentado así el hostigamiento que ya padecía por parte de otros niños. En concreto, se le reprocha haber organizado una reunión con los menores implicados en el acoso en la que la víctima no salió bien parada. Según el relato que hicieron algunos de los niños presentes, Evaëlle rompió en lágrimas: “La profesora gritaba mucho y le ordenó que parase de llorar”.

La educadora argumentó que su objetivo era revertir la situación y terminar con las actitudes de acoso, tratando de implicar a los agresores en el diálogo para que empatizaran con la niña. Para el juez instructor, no solo no supo protegerla, sino que “la estigmatizó como víctima”. “Es difícil imaginar, sobre todo en el caso de un profesor con experiencia, que no se diera cuenta del impacto emocional que esa situación podía tener en la menor”, explicó. A lo que añadió: “Estos actos repetidos degradaron sus condiciones de vida”.

Según sus padres, la pequeña sufría insultos, burlas y agresiones físicas por parte de algunos niños y comía sola. Denunciaron a tres de los alumnos. “Vivía un infierno”, lamentó Marie Dupuis, la madre de la víctima, en una entrevista con la cadena BFM. “Como profesora, con su comportamiento, legitimó el acoso que sufría mi hija”.

Entonces, los padres presentaron una queja formal por acoso a la dirección de la escuela y decidieron cambiarla de centro, pero las humillaciones no cesaron. El viernes 21 de junio de 2019, Evaëlle volvió de clase y se quitó la vida. Fue su padre el que la encontró en la habitación.

Tras su muerte, algunos menores denunciaron que a la profesora “le gustaba menospreciar” a los alumnos y les hacía comentarios como “no tienes cerebro”. “Esta profesora humillaba sistemática a los niños y hay una decena de testigos que lo confirman”, ha denunciado la abogada de los padres, en el inicio del juicio. “Lo que esperamos es que no vuelva a haber un caso Evaëlle; el acoso puede matar”.

El acoso es la gran lacra de la educación en Francia. El año pasado, el Gobierno aprobó un plan nacional para luchar contra el bullying tras el suicidio de dos niños. El caso de Evaëlle ya había revelado fallos en la protección a las víctimas en las aulas. Los padres denunciaron negligencias, como que Pascale B. no hubiera participado en los cursos de formación contra el acoso que impartía la escuela. También, que después de la muerte de su hija, la profesora siguió dando clase.

El director del centro admitió entonces que “el tiempo administrativo no se adaptó a la situación”. Las autoridades educativas que analizaron el caso reconocieron también que “se cometieron errores a la hora de apreciar el sufrimiento real [de la niña]”. Según sus padres, Evaëlle soñaba con ser profesora.

Frases de extranjeros célebres sobre España

 Frases Célebres Sobre España y los Españoles,  18 feb 2025, History Sapiens:

España ha sido fuente de admiración, crítica y fascinación a lo largo de la historia. En este video, exploramos algunas de las frases más impactantes sobre España y los españoles, dichas por personajes históricos como Napoleón Bonaparte, Winston Churchill, Voltaire, Otto von Bismarck, Ernest Hemingway y muchos más.

"España es el país más fuerte del mundo: los españoles llevan siglos intentando destruirlo y no lo han conseguido." Otto von Bismarck

"España es un país admirable: ha cometido todos los errores posibles, pero sigue en pie." — Winston Churchill

"Los españoles son como los gatos: pueden pelearse entre ellos, pero cuando llega un extraño, todos se unen." — Napoleón Bonaparte

"El español prefiere la gloria a la riqueza, y el honor a la vida." — Jules Michelet

España es un país donde es imposible moverse sin tropezar con un pedazo de historia Alexandre

Dumas

España. ¡Noble patria! Fuiste la envidia de Europa y el asombro del mundo. Voltaire

España ha sido siempre la tierra de las pasiones violentas, Gustave Flaubert

Mientras el mundo sea mundo, España será España Julio César

España es el país de la luz del sol, vida Ernest Hemingway

España es una gran nación con defectos y virtudes, pero sobre todo con historia Charles de Gaulle

España es un país admirable, ha cometido todos los errores posibles, pero sigue en pie. Winston Churchill

Si tuviera que elegir entre un gobierno sin prensa y una prensa sin gobierno, no dudaría en preferir lo segundo; pero en España la prensa es a menudo más peligrosa que el gobierno, Thomas Jefferson

España es la única nación de Europa que, aunque parezca morir, resucita siempre. Otto von Bismarck

España es una gran nación condenada hacer grandes cosas o a caer en la más profunda miseria Alexis de Tocqueville

España no es un país, es una pasión, Rainer Maria Rilke.

Es el país más pintoresco y contradictorio del mundo; en él se puede encontrar a un genio y a un mendigo en la misma calle, y ambos con el mismo orgullo Téophile Gautier

España es la tierra donde la locura  y la genialidad bailan de la mano, Charles Dickens.

España ha sido siempre un país que no sabe lo que tiene hasta que lo ha perdido. Napoleón Bonaparte.

España es un país admirable, donde la historia no es pasado, sino presente. André Maurois.

España es un país de contrastes donde el cielo y el infierno pueden encontrarse en la misma plaza. Alexandre Dumas.

España es como un toro bravo, noble, fuerte y orgulloso; pero difícil de domar. En España todo está en crisis menos la crisis Giovanni Sartori.

España es el único país donde la historia se repite con tanta frecuencia que parece un círculo vicioso. Karl Marx.

España es un país que ha dado más lecciones de historia de las que ha aprendido. Lord Palmerston. E

En España los cementerios están llenos de héroes y los palacios llenos de villanos. François René de Chateaubriand

España es un país donde la realidad y la leyenda se confunden y a veces la leyenda es más cierta que la realidad. Orson Welles.

España es un país demasiado grande para ser gobernado, pero demasiado pequeño para ser una potencia. Napoleón Bonaparte.

España es un país donde la gente prefiere morir de pie que vivir de rodillas. Dolores Ibarruri, la Pasionaria.

En España la monarquía es tan fuerte que ha sobrevivido a sus propios monarcas. Henry Kamen

España es la única nación de Europa que sigue soñando con su pasado. George Santayana.

En España la política es una guerra sin sangre y la guerra es una política con sangre. Joaquín Costa.

España es el único país donde la historia es más importante que el presente. Salvador de Madariaga.

España es la tierra de los sueños imposibles, de los ideales irrealizables y de las esperanzas eternas. Stefan Zweig.

Los españoles son como los hijos de Noé: algunos han nacido para vivir en tiendas y otros para conquistar imperios. Alexis de Tocqueville.

El español es un hombre que no se resigna jamás. Jules Michelet.

Los españoles están hechos de una madera especial: son capaces de lo mejor y de lo peor, pero nunca de lo vulgar. Víctor Hugo.

Los españoles tienen un valor temerario y una lealtad inquebrantable, pero también un orgullo que los lleva a pelear entre ellos más que contra sus enemigos. Napoleón Bonaparte.

Un español solo es capaz de todo; dos españoles juntos ya son una discusión; tres españoles una guerra civil. George Clemens

Los españoles son el pueblo más difícil de gobernar, pero también el que mejor responde cuando se le necesita. Charles Maurice de Talleyrand.

El español es generoso hasta la temeridad, orgulloso hasta la arrogancia; pero jamás traidor ni cobarde. Lord Byron.

En la sangre de los españoles corre la historia de siglos de lucha y conquista. Friedrich Nietzsche.

Los españoles son como el acero:  duros, brillantes y difíciles de doblar. Napoleón Bonaparte

Los españoles tienen un orgullo que puede ser su mayor virtud o su peor defecto, Voltaire.

En España la gente muere o mata por su honor; pero a veces olvida que el honor no se demuestra con sangre, sino con dignidad. Benjamin Disraeli.

Los españoles son los únicos que al recibir una orden primero la discuten y luego la cumplen si es que les parece bien. Winston Churchill.

España es un país de valientes que no teme al peligro; pero a veces teme al cambio. Giuseppe Garibaldi 

En España el ingenio y la picaresca son más valiosos que el dinero, Miguel de Unamuno

Los españoles no son buenos súbditos ni buenos gobernantes, pero son excelentes amigos y temibles enemigos.

Cuando un español dice mañana puede significar cualquier cosa, excepto hoy.

El español ama la libertad tanto como la gloria, Simón Bolívar.

Los españoles son un pueblo de guerreros, pero a menudo se pelean entre ellos antes de luchar contra el enemigo. Napoleón Bonaparte.

El español no se rinde, simplemente espera la oportunidad de contraatacar. Winston Churchill.

Los españoles tienen en el corazón una pasión inextinguible que les nace de lo sublime y de lo desastroso. 

En España la gente no se aburre porque siempre hay algo por lo que discutir, George Orwell.

Los españoles nunca han aprendido a obedecer, pero tampoco han aprendido a gobernar. Alexis de Tocqueville.

En España la pasión y el orgullo valen más que el oro

El español es capaz de morir por una idea, pero rara vez de vivir para ella. Salvador de Madariaga.

Los españoles son como los gatos: pueden pelearse entre ellos, pero cuando llega un extraño todos se unen. Napoleón Bonaparte.

El español es orgulloso y altivo, pero generoso y noble. Alexandre Dumas.

Los españoles tienen un talento especial para convertir sus desventuras en leyendas.

El español prefiere la gloria a la riqueza y el honor a la vida, Jules Michelet.

Los españoles son los únicos europeos que todavía creen en la aventura. Orson Welles. 

Si hay un pueblo capaz de desafiar lo imposible, es el español. Rudyard Kiplking.

El español es capaz de discutir durante horas por una idea... aunque no la entienda del todo. George

Orwell.

Los españoles tienen un sentido del humor tan agudo que son capaces de reírse de su propia desgracia, Ernest Hemingway.

Mirar al mundo

 «Miramos el mundo una sola vez, en la infancia. El resto es memoria». (Louise Glück)

La Psicología en España

 Y tú, ¿cómo te sientes, psicoterapeuta?, en El País, por Patricia Gosálvez, 16 mar 2025 

Un tercio de los españoles tienen algún problema de salud mental, la mayoría de baja complejidad. Para lidiar con la “patología de la vida cotidiana” en la sanidad pública faltan especialistas y en la privada la sesión ronda los 80 euros. Aun así, ir a terapia se ha puesto de moda, aseguran psicólogos y psiquiatras. ¿Cómo lo viven ellos? Siete terapeutas, expertos en psicoanálisis o ‘mindfulness’, narran su vocación, cómo consiguen no llevarse el dolor ajeno a casa y por qué ningún paciente resulta aburrido.

¿Acaso tienen todos los psicoterapeutas algo en común? Pilar Revuelta Blanco, psicóloga clínica y psicoanalista, saborea su reformulación de la pregunta: “Humm, quiénes formamos esta tribu…”. La resuelve con una anécdota. Hace años, en una cena con colegas psicoterapeutas, uno de ellos preguntó al grupo cuántos eran hermanos mayores en sus familias. “No tiene rigor científico, claro, pero siete de ocho levantamos la mano”, dice la especialista de 62 años, que desde entonces ha comprobado muchas veces el patrón. “La mayoría hemos sido cuidadores desde pequeños”.

La llamada “crisis de salud mental” de las sociedades occidentales ha disparado, especialmente desde la pandemia, el malestar psicológico de millones de personas que cada vez más buscan un profesional que los ayude con ese dolor que no se puede señalar. El año pasado, el Barómetro Sanitario del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) preguntó por primera vez sobre salud mental (aunque el sondeo se lleva haciendo desde 1993) y resultó que el 17,8% de los encuestados había tenido necesidad de consultar a un sanitario (incluido el médico de familia) por un problema de este tipo. En la última encuesta europea de salud en España (2020), un 4,77% de la población de 15 o más años dijo acudir al psicólogo, psicoterapeuta o psiquiatra. Según el Informe Anual del Sistema Nacional de Salud, el 34% de la población padece algún problema de salud mental. Los más frecuentes son los trastornos de ansiedad, los del sueño y los depresivos. Sin llegar a diagnósticos severos, dentro de lo que Revuelta Blanco llama “la patología de la vida cotidiana”, le llega a consulta, por un lado, mucha angustia “en la que el cuerpo responde porque la cabeza no está pudiendo pensar”, y por otro, una desazón “marcada por la falta de propósito, ¿dónde voy?, ¿qué quiero?”.

En la ficción, el terapeuta es una figura recurrente mucho más allá de Woody Allen. Famosos como el cocinero Dabiz Muñoz en su documental o Aitana en La revuelta han contado con orgullo que van a terapia. Hay círculos en los que lo raro, lo sospechoso casi, es no ir a terapia. Y, sin embargo, sabemos poco de esa tribu al otro lado de la crisis de salud mental. Psicólogos, psiquiatras y médicos que después de sus carreras se han formado en psicoterapia para tratar con distintos enfoques y técnicas el sufrimiento ajeno. Hacen terapia cognitivo-conductual, sistémica, humanista, psicoanálisis… Sus herramientas son la palabra, el diván, el juego o incluso las redes sociales, y también, cuando lo consideran necesario, los fármacos.

En números, según el Libro blanco de la psiquiatría, hay 6.732 psiquiatras colegiados en España (no todos hacen psicoterapia), 4.393 de ellos en la red pública, la mitad por habitantes que en Francia o Alemania. Psicólogos, dice el INE, hay 40.417 y solo el 12%, con especialidad clínica, puede trabajar en la pública. Tampoco sabemos cuántos hacen psicoterapia, pero sí que son más del triple de los que había hace 20 años y que el 82% son mujeres. Y poco más.

Sentamos en los mismos sillones en los que ellos charlan con sus pacientes a siete de estos profesionales para que nos cuenten qué pasa por las cabezas de quienes intentan desentrañar lo que ocurre en las nuestras.

Buscando el ‘ikigai’

Las curiosidades banales se resuelven rápido: no, nunca usan a sus pacientes como anécdotas. “En casa me reprochan que no hable del trabajo, pero lo que pasa en Las Vegas…”, bromea la doctora Carme García Gomila, que dirigió la revista Temas de psicoanálisis.

Otra regla: no hay que hacerse amigo de los pacientes, ni ser terapeuta de los amigos.

En su vida privada, pinchan como todo el mundo. “No sé si ser psicólogo me hace mejor padre, porque ya lo era cuando tuve hijos, pero tengo menos paciencia que en la consulta”, dice Santiago Batlle, especialista en infanto-juvenil en la Seguridad Social.

Y la realidad no es como en las películas: “El cine muestra epifanías terapéuticas o casos extremos. En general la terapia es alguien contando que su jefe no le escucha… Nada trepidante”, admite Teodoro Herranz, psicólogo clínico.

Profundicemos: ¿qué les empujó a dedicarse a esto? “Ayudar pone”, dice risueña García Gomila, aunque no es lo que la mueve a seguir trabajando con 70 años tras 40 como psicoanalista. “Tengo un interés genuino por el otro y sé escuchar, siempre me han pegado unos rollos…”, bromea, “¡si no vigilo, camino a la consulta me hago cuatro visitas!”. Encontró su ikigai, dice, ese concepto japonés en el que una halla propósito al alinear “su vocación y su manera de ser con su profesión”.

“Dicen que nos metemos en esto porque todos los psicólogos cojeamos de algo…”, bromea también (¿o no del todo?) Teodoro Herranz, de 66 años, en la Escuela de Psicoterapia y Psicodrama que dirige en Madrid. Patricia Ramírez, de 54 años —@patri_psicóloga en redes—, cuenta, en su casa de Zaragoza donde graba los reels, que encontró la vocación gracias a su profesora favorita de COU: “Inspiraba y validaba a sus alumnos, una Pigmalión que alimentaba nuestro potencial”. La maestra había estudiado Psicología y no hubo forma de que la alumna fuese otra cosa. Marta Prat de la Riba, de 43 años, psicóloga y psicoanalista especializada en infancia, encontró su camino aún antes: sus padres la llevaron a análisis con siete u ocho años (luego regresó con 16 y durante más de 20). “Mi abuela fue la primera en analizarse volviendo del exilio en Uruguay, a mi madre le regalaron las Obras completas de Freud a los 18, yo he crecido en ese contexto”, dice.

Cada cual tiene su casuística, pero a todos los mueve la empatía, y más aún la curiosidad. “A mí no me interesaba ser psiquiatra para diagnosticar y recetar fármacos”, dice Beatriz Rodríguez Vega, “entendía la disciplina como una investigación de la mente humana, de la de la persona que trabaja conmigo y de la mía”. La psiquiatra, de 65 años, introdujo el mindfulness en el hospital público La Paz (donde trabajó 40 años y fue jefa de sección) y en la Facultad de Medicina de la Universidad Autónoma de Madrid. Ella medita desde los años ochenta y pensaba: “Si esto es beneficioso para mí, por qué no lo va a ser para los demás”: “Pero entonces ni se me ocurría proponerlo en un entorno científico”. Por aquellos años Jon Kabat-Zinn, biólogo molecular del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), empezó a “quitar la carga de ritual” a la meditación zen para traer sus beneficios a Occidente. Sus papers no hablaban del despertar budista, sino de neurociencia y el sistema nervioso. En 2009 Rodríguez Vega consiguió una beca para estudiar en Massachusetts el programa MBSR (Mindfulness-Based Stress Reduction) con el equipo de Kabat-Zinn. “Era la primera vez que se la daban a un psiquiatra en vez de a un cirujano para que aprendiese una técnica”, cuenta Rodríguez Vega, cuyo hospital (“imanes de sufrimiento”, los llamaba Kabat-Zinn) fue pionero en incorporar mindfulness en grupos de dolor crónico. En “el tsunami de la pandemia” sirvió para apaciguar a cientos de sanitarios: “Tocaba una campanilla y en medio de un pasillo o en una uvi parábamos unos minutos para estar presentes y practicar la autocompasión”.

Un aprendizaje constante

“En esta profesión no paras de aprender”, entona la tribu. La lectura ávida para estar al día, la formación continua, los cursos, seminarios y congresos… Para Carme García Gomila, aprender ha sido lo mejor de su carrera y lo que le quita las ganas de jubilarse. “Bueno, y que es una profesión de viejos”, dice, “cuando te haces mayor te vas volviendo invisible, pero en la consulta los pacientes te tienen en cuenta y tú tienes acumulado un montón de saber y comprensión, eres más persona, lo haces mejor”. Al mismo tiempo, admite que estudiar ha sido también lo más tedioso: “Hay autores tan arduos que se necesita un seminario de meses para entenderlos”.

La búsqueda les hace flexibles en sus técnicas, integrativos en sus enfoques, nada puristas, dicen. “La figura del psicoterapeuta sabio que se pone por encima del paciente ya no sirve”, opina Teodoro Herranz, que pasó años buscando el modelo más eficaz. “Al final opté por la escuela cuya filosofía se parece más a mi personalidad”. De nuevo el ikigai. En su caso fue el psicodrama, la terapia de grupo original desarrollada en los años veinte y treinta del siglo pasado por el psiquiatra rumano-estadounidense Jacob Levy Moreno, en la que a través de la representación de situaciones y roles se expresan sentimientos de manera creativa. El psicodrama le permite ser “muy propositivo”, dice Herranz, admitiendo que le cuesta “no ser activo a la hora de resolver”.

Patricia Ramírez tampoco ha parado de buscar. Para encontrar sus primeros pacientes se hizo “visitadora médica” de sí misma pateándose consultas de dermatólogos, ginecólogos o endocrinos que le derivasen casos psicosomáticos. Luego buscó un programa de radio para colaborar. Allí, un invitado le pidió que ayudase al marchador Paquillo Fernández, que había abandonado los mundiales de Edmonton “por algo de cabeza”. Meses después, el atleta batió un récord y le atribuyó parte de la hazaña a la psicóloga. Por aquello la llamó el Mallorca, y luego el Betis. Ha publicado una decena de libros (Educar con serenidad, Así lideras, así compites…) y con la explosión de Instagram (donde tiene 745.000 seguidores) su trabajo de divulgadora se volvió “tan intenso” que dejó la consulta. Aún gestiona una clínica online con 19 psicólogas autónomas. Lo último que se le ha ocurrido para “hacer llegar el mensaje de manera más lúdica” es hacer obras de teatro. En el luminoso despacho donde graba sus vídeos (sin filtros ni montaje, del tirón) hay un aro de luz, un trípode para el móvil y una desubicada caja de clínex que recuerda a cuando hacía psicoterapia ortodoxa.

Escudos frente al sufrimiento ajeno

En las siete consultas hay pañuelos para consolar el llanto. La más austera es la de Santiago Batlle, psicólogo clínico de 58 años en el Hospital del Mar de Barcelona. La cristalera que da al paseo marítimo es un espejo por fuera ante el que la gente se para para atusarse el pelo deprisa. Dentro, mesa y sillas de oficina, un póster de Magritte, un pequeño lavabo en una esquina que atestigua que la consulta podría servir para cualquier otra especialidad de la Seguridad Social.

Para Batlle, adjunto a la dirección de Atención Comunitaria en el Instituto de Salud Mental y responsable de Infanto-Juvenil, la decoración es el menor de sus problemas: saturación asistencial, patologías más graves, sesiones poco frecuentes o mayor dificultad para crear “el vínculo terapéutico” que en la privada. Incluso la gratuidad puede ser un handicap: “Cuando hay un coste, el compromiso es mayor”. A Batlle, que pasa consulta solo un día y medio a la semana, los problemas que no le dejan dormir son los de jefe, como una baja que sobrecarga aún más al resto de compañeros.

Prat de la Riba, que trata a menores por la privada también en Barcelona, les recibe en una consulta bien distinta. Dentro de un bonito local de doble altura ha creado, junto al arquitecto Jacobo Valentí (Casavells Estudio), una suerte de casa del árbol. Hay una escalera que trepar, libros, cojines de colores. “Mi herramienta es el juego”, dice acuclillada en una sillita. Muchos de sus pacientes autistas no hablan: “Te meten los dedos en la nariz, se chocan contigo, pueden pasar meses sin mirarte y tienes que conectar, que no hablen no significa que no tengan nada que decir”. Aun así, lo más difícil son los padres: “Hay que apelar a la responsabilidad de la familia sin entrar en la culpabilización, transitan por el duelo de no tener un hijo ideal”.

Aunque él es cognitivo-conductual y ella psicoanalista, ambos especialistas creen que la paciencia es clave para construir complicidad con el niño. Y cierto sentido del humor, añade Prat de la Riba. En previsión de esta entrevista, le ha preguntado a una paciente de 12 años por qué le gusta verla: “Contigo me puedo cagar en mis profes, mis padres, mis compis…”. La psicóloga traduce: “Hay que crear un espacio de libertad y seguridad donde la moral queda fuera”. Así se invita a explorar lo oscuro, lo vergonzoso, dice, apuntando otra virtud del psicoterapeuta: “Hay algo de lo insoportable del síntoma del otro que tú puedes soportar y el paciente registra esa escucha”.

“Tengo la capacidad de estar con el dolor, no me asusta”, coincide Rodríguez Vega, la experta en mindfulness. “Cuando una persona te cuenta una situación muy difícil, hay que resonar, pero al mismo tiempo soltar ese dolor. Es un equilibrio. No se trata de endurecerse, porque si te apartas del dolor ¿qué psicoterapeuta eres?”. García Gomila lo pone así: “Dejarse impactar, pero mantener el ancla emocional”. Si un psicoterapeuta la pierde, es mejor derivar el paciente a un compañero.

El setting también ayuda a dejar en la consulta la mochila de sufrimiento ajeno. Es la puesta en escena de la sesión, el lugar donde ocurre, la duración (45 o 50 minutos) o los honorarios (entre 50 y 120 euros). “Es un marco que separa dentro y fuera; un encuadre que protege tanto al terapeuta como al paciente”, dice Carme García Gomila.

“La terapia empieza en la puerta”, explica Pilar Revuelta, que tiene dos salas en su gabinete madrileño. En la primera, dos cómodos sillones de diseño enfrentados y un poco lejos. Los separó durante la pandemia y así quedaron; funcionaba: “Es fundamental tomar la distancia justa de las cosas para comprenderlas, como un cuadro impresionista, demasiado lejos se difumina, demasiado cerca, solo son manchas”. En la otra habitación tiene un diván de cuero. “Lo propongo a veces para profundizar”, dice. Con otros pacientes trabaja mejor online: “No tiene que ver con la patología, sino con la persona —los jóvenes lo ven supernatural— y con la geografía”. Hay lugares donde es difícil encontrar profesionales o acudir con cierto anonimato.

La chispa entre los dos

Cualquiera que haya ido a terapia sabe que hay un momento inicial raro en el que flota una pregunta: ¿funcionaremos bien juntos? A los psicoterapeutas también les pasa.

“Yo tengo ante todo curiosidad por la persona que se sienta ahí enfrente”, dice Revuelta Blanco. “El ser humano es insondable, quieres entender, y la química que se genera tiene que ver con eso, con que la persona ahí sentada tenga ese mismo interés de búsqueda, desde ahí se puede trabajar; la terapia, sobre todo la psicoanalítica, es una cocreación”. ¿Y no hay sujetos que simplemente no les interesan? ¿Pacientes aburridos? “Cuando los residentes me dicen ‘no tengo ningún caso interesante’, siempre les contesto ‘lo que no es interesante es la mirada que has puesto, mira otra vez”, cuenta Rodríguez Vega. “Puede que el síntoma del paciente sea precisamente ser aburrido; te toca bailar con la más fea y ver qué le pasa”, asiente García Gomila.

En las parejas terapéuticas, como en las otras, la química importa. “Cuando no existe hay un malestar difuso. Si no lo consigues resolver, es mejor no forzar, porque toda terapia está basada en una relación”, dice García Gomila. Hay estudios que aseguran que la eficacia de las diferentes escuelas no tiene que ver con la orientación del psicoterapeuta, sino con la relación que se establece con el paciente. “Si hay química, la escuela es lo de menos”, zanja García Gomila paradójicamente porque acaba de publicar La guía de las psicoterapias (Arpa, 2024), en la que explica las distintas corrientes.

Un pique superado

El libro pretende ser “un lazarillo”. “La gente está muy desorientada sobre cómo, cuándo y dónde pedir ayuda”, dice la autora, que recibe a la mayoría de sus pacientes derivados por colegas. En la guía explica cómo acceder a servicios públicos y privados y desgrana “las distintas formas de ver la mente” y la cronología de las escuelas psicoterapéuticas. “Cuando surge una corriente nueva quiere cargarse a las anteriores y estas se defienden, pero aunque los que se miran mal hacen ruido, son los menos; la mayoría trabajamos sin rivalidad”, afirma sobre la histórica rencilla entre psicoanalistas y terapeutas cognitivos conductuales (TCC).

Resumiendo mucho ambos enfoques: el psicoanálisis se centra en el pasado y en la comprensión de patrones inconscientes de pensamiento y comportamiento y es un proceso a largo plazo (de media tres años, pero pueden ser décadas). Los psicoanalistas deben analizarse. La TCC se enfoca en el presente y en problemas puntuales, busca cambiar un comportamiento a corto plazo. En España, la formación universitaria es de esta orientación. Es la terapia que se ofrece en la pública y la que respalda la OMS.

“Nuestros protocolos se basan en la evidencia científica de la TCC”, dice en el Hospital del Mar Santiago Batlle, que estudió en Filadelfia con Aaron Beck, creador de la escuela. “Pero en los últimos años se están introduciendo técnicas de mindfulness, terapias de tercera generación…”. Batlle admite que al principio aplicaba a rajatabla los protocolos: “Con la experiencia comprendes que ello te convierte en un profesional eficiente; pero lo que te hace un buen profesional es saber adaptarlos”.

Desde el otro lado, García Gomila explica: “El psico­análisis ya no es el de 1900″. Ella empezó a ejercerlo en los años ochenta, al tiempo que se montaban en España los servicios públicos de salud mental. “Éramos unos pioneros, explorábamos el vegetarianismo, el feminismo…”, pero también había más “pureza ideológica”, explica. “Todo eso ha cambiado, nos hemos ido adaptando a los avances de la neurociencia”.

Del tabú a la moda

Socialmente, la terapia ha pasado de ser tabú a convertirse “casi en una especie de moda”, dice Pilar Revuelta, que admite al mismo tiempo que en el mundo actual “no nos da tiempo de pensarnos”. Si en época de Freud afloraba la patología de la represión, hoy nos afecta la fragmentación, dice, citando la modernidad líquida de Zygmunt Bauman o la sociedad del cansancio de Byung-Chul Han. Prat de la Riba habla del “imperativo de felicidad del capitalismo”: “La promesa de que todo se puede tener hace intolerable estar tristes o preocupados a muchos sujetos sin que ello se convierta en parte de su identidad”. Ahora se diagnostica mejor, sostiene, pero también, a veces, se diagnostica de más.

Muchos especialistas hablan de la “psicopatologización de lo cotidiano”. “No todo es analizable, ni tiene por qué tratarse”, dice Prat de la Riba. “Hay una idea contemporánea de que hacer terapia es parte del ‘hay que cuidarse’, como ir al gimnasio. Pero no, tiene que haber sufrimiento, algo que se descoloca y no sabes qué hacer con ello”. Teodoro Herranz añade: “La actual cultura del narcisismo alimenta monstruos”, cuando el terapeuta es complaciente y el paciente busca protegerse y desarrollarse a toda costa, olvidando lo demás.

La demanda de herramientas psicológicas para el día a día también ha puesto de moda la autoayuda. Patricia Ramírez, que dejó la consulta por la divulgación, apunta: “El término está devaluado porque hay mucha autoayuda mala”. ¿Lo que ella hace es terapia? “No sé, pero terapéutico sí, la gente saca ideas para cambiar cosas”. Con lo que no traga es con el pensamiento positivo. “Buf”, suspira, “la idea de que si quieres puedes porque todo es actitud es una barbaridad”.

En la misma línea, Pilar Revuelta, que además de psicóloga clínica y analista es coach certificada con 15 años de experiencia, advierte sobre la disciplina que imparte en la Universidad Francisco de Vitoria: “El coaching serio no es un yes we can para nada”. Como coach trabaja con clientes, no con pacientes. Sus clientes tienen, explica, “un objetivo y necesitan encontrar un camino en procesos acotados en el tiempo”: un directivo que quiere cambiar de trabajo, un departamento de recursos humanos que debe actualizarse, una empresa familiar o una start-up de amigos que necesita clarificar sus roles profesionales. “Es bonito, pero no es terapia. Aunque salen miserias, hay menos sufrimiento”, concluye.

La encrucijada de la pública

Las miserias del trabajo son uno de los mayores estreses de la salud mental. No tener empleo multiplica por dos el riesgo de depresión, y tener un trabajo precario provoca más ansiedad que cualquier otra cosa, según las encuestas. Por lo privado, la psicoterapia está fuera del alcance de quienes estadísticamente más la necesitan. ¿La pública? La mayoría de los españoles acude al Sistema Nacional de Salud como primera opción (el 57%, según el CIS), pero solo el 14% consigue cita con un psicólogo o psiquiatra en menos de 30 días. El resto espera entre uno y tres meses (21%), más de tres meses (24%) o simplemente desiste. Al final, pública y privada se reparten los pacientes casi a partes iguales, pero un tercio de los de la pública no llega al especialista. Se quedan en los médicos de familia, quienes más psicofármacos recetan.

Es una pescadilla que se muerde la cola: con solo seis psicólogos clínicos por 100.000 habitantes (tres veces menos que la media europea), los problemas menos graves se solucionan con una pastilla en primaria, sin terapia que apoye el proceso. “Se dice que los casos leves saturan el sistema”, explica Rodríguez Vega, “pero hay tantos que si intervienes a tiempo dejan de convertirse en graves…”. Tras 40 años en la pública, ha elegido “hacer terapia con tranquilidad en la privada” antes de jubilarse. “Es más fácil”, dice, “las condiciones son ideales: un ambiente más cómodo, nadie interrumpe ni llama a la puerta… Y, sobre todo, no tienes 15 pacientes en una mañana”. En una consulta privada entran la mitad.

Desde el Hospital del Mar, Batlle explica que, a partir de la pandemia, hay psicólogos que hacen “intervenciones de baja complejidad” en los centros de primaria cada 15 días… Sin embargo, faltan manos. A pesar de las trabas, el psicólogo defiende que “es satisfactorio ejercer un servicio público en barrios desfavorecidos”, aunque admite: “En un gabinete privado de un barrio bien tu trabajo es más eficaz. No poder hacerlo bien por las circunstancias desgasta mucho”.

Para “no atender solo de Diagonal para arriba”, la psicóloga privada Marta Prat de la Riba cobra 50 euros por sesión, un precio bajo para el mercado, y acepta pagos simbólicos o en especie (por ejemplo, cajas de frutas). Interesada en “la cuestión comunitaria”, Prat de la Riba también tiene un proyecto con el colectivo okupa. “Me gusta poder hacer algo más allá del despacho”, dice.

Dossier Luigi Mangione

 Dossier Mangione

I

Luigi Mangione: fanáticos de colegio privado, por Sergio del Molino, en El País, 11 dic 2024 

También en los años del plomo fueron aplaudidos muchachos de la élite universitaria que se liaron a tiros.

Sería fácil echarles la culpa a las redes sociales de las celebraciones por el asesinato de Brian Thompson, consejero delegado de UnitedHealthcare, y la entronización de su asesino, Luigi Mangione, como héroe del pueblo. Nos hemos acostumbrado a ver las redes como la pócima que convierte al doctor Jekyll en el señor Hyde, pero la miseria humana siempre ha encontrado medios para expresarse. Ante crímenes como el de Nueva York, nunca han faltado los probos ciudadanos que saltan a la plaza diciendo que condenan la violencia, pero. Y en la cláusula que sigue al pero cabe toda la barbarie del mundo.

El guapo, millonario y muy culto Mangione me recordó de inmediato —y no solo por las resonancias italianas— a otro millonario, muy culto y no tan guapo, aunque sí bien plantado, llamado Giangiacomo Feltrinelli, fundador de la editorial y las librerías ubicuas de Italia. En 1972, su cadáver apareció al lado de una torre de alta tensión donde colocaba una bomba que le explotó en las manos. Feltrinelli era miembro del grupo terrorista Grupo de Acción Partisana y conocido compañero de viaje de las Brigadas Rojas. A su funeral asistieron diez mil personas y aún hoy sigue siendo un héroe para no pocos italianos.

También fueron aplaudidos otros muchachos de la élite universitaria que, tras el Mayo del 68, se liaron a tiros. Los terroristas de la alemana Fracción del Ejército Rojo o de la estadounidense Weather Underground eran pijos de universidades postineras, los más listos de la clase y los niños más mimados de sus casas, como Mangione, y todos recibieron la simpatía nada velada de progresistas y demócratas de toda la vida que envidiaban su vida aventurera y su farfolla romántica a lo Robin Hood. Al final del franquismo también abundaron en España fanáticos de colegio privado que acabaron llevándose por delante a funcionarios de segunda fila y señorones anodinos en unos pocos crímenes atroces ensordecidos por el ruido que hacía la dictadura al caer.

Eran años de plomo. Hoy son de silicio. Mangione no forma parte de una organización criminal ni parece la avanzadilla de una insurgencia violenta, pero aquellos grupos terroristas tampoco representaban la vanguardia de ningún movimiento social y casi nunca pasaban de una panda de amigos. Si Mangione tuviera un par de cómplices, su banda sería muy parecida a las que he señalado arriba. No hace falta mucho para desafiar las convicciones pacifistas de millones de personas que jamás empuñarían un arma, pero ven justicias poéticas en que disparen otros. Por esas grietas morales se cuelan corrientes heladas de las que una democracia casi nunca se recupera.

II

Muerte de un comerciante, en El País, por Marta Peirano, 9 dic 2024:

El asesinato del jefe de UnitedHealthcare parece un episodio de ‘Mr. Robot’ o ‘Black Mirror’: un antihéroe encapuchado cazando CEO en los últimos días del capitalismo.

Los casquillos de las balas que atravesaron a Brian Thompson, consejero delegado de UnitedHealthcare, llevaban grabadas tres palabras: Deny, Defend y Depose (negar, defender, y deponer). Riman con la famosa estrategia de las tres D de las compañías de seguros: Delay, Deny, Defend (retrasar, denegar, defender). Consiste en retrasar la gestión de las reclamaciones con deliberada ineficacia burocrática hasta que los beneficiarios se dan por vencidos; denegar la atención médica o las indemnizaciones usando tecnicismos, exclusiones en las pólizas o una interpretación tramposa de sus condiciones, y defenderse de las demandas de forma agresiva, intimidatoria y mafiosa, prolongando los conflictos de manera artificial para desgastar económicamente al cliente.

Hay más. Varios médicos han declarado que UnitedHealthcare los presionaba para atender a más pacientes y diagnosticar condiciones adicionales para aumentar la facturación. ProPublica demostró que usaban algoritmos de inteligencia artificial para justificar la expulsión de pacientes ancianos de residencias, incluyendo algunos que necesitaban atención especializada las 24 horas. Estas estrategias, en combinación con la inexistencia o la ineficacia de leyes de protección al paciente, han convertido a UnitedHealthcare en una de las mayores compañías de EE UU, con más de 49 millones de usuarios. El año pasado facturó 281.000 millones de dólares. Su CEO recibió un bonus de más de 10 millones. Su matriz, UnitedHealth Group, es una de las compañías de atención médica más grandes del mundo, con una cotización de 560.000 millones de dólares. El asesino enmascarado cambió la primera D por deponer: quitar a alguien de una posición de poder o autoridad o, en ámbito legal, declarar.

Parece un episodio de Mr. Robot o de Black Mirror. Una fan fiction de Anonymous, con un antihéroe encapuchado, cazando CEO en los últimos días del capitalismo. En el momento de escribir estas líneas, el asesino aún no ha sido localizado, pero Nueva York no le tiene miedo. De hecho, acaba de empezar el concurso de imitadores del CEO Shooter (el cazador de CEO) en Washington Square Park. Los memes celebrando el asesinato se amontonan en mi buzón. Las empresas de seguros retiran los nombres con foto de sus ejecutivos de internet.

Los influencers y personalidades que tratan de responsabilizar a la izquierda anticapitalista son amonestados por sus propios seguidores. “Tengo familiares republicanos haciendo bromas sobre la muerte de este tipo, y es porque han sido directamente perjudicados por sus compañías de seguros de salud”, corrige un usuario al presentador de The Ben Shapiro Show. “No es correcto separar izquierda y derecha —le dice otro—. Son los ricos contra la clase obrera”. Solo recuerdo un momento parecido en la historia reciente: el 28 de enero de 2021, cuando un grupo de inversores minoristas organizados a través de Reddit dieron un golpe a los fondos de riesgo coordinando compras masivas de acciones de GameStop.

El sentimiento es similar, y también la disonancia cognitiva. Mientras el pueblo celebra un asesinato, Bitcoin ha alcanzado un valor de 100.000 dólares y Elon Musk ha anunciado que quiere eliminar la Oficina de Protección Financiera al Consumidor, creada tras la crisis de 2008 para proteger a los ciudadanos de los abusos de los bancos. Los mismos americanos que acaban de elegir por segunda vez a Donald Trump como presidente salen a celebrar el asesinato de Brian Thompson como sans-culottes. Los CEO sanitarios son el antiguo régimen pero Trump es su Napoleón.

III

Luigi Mangione, un informático brillante miembro de una próspera familia: así es el sospechoso de matar al ejecutivo de UnitedHealthcare, María Antonia Sánchez-Vallejo, en El País, Nueva York - 10 dic 2024:

El detenido dejó de comunicarse con familiares y amigos hace seis meses tras sufrir dolores en la espalda

Entre la legión de admiradores —y la de haters, odiadores— que han recibido la incorporación a la vida pública de Luigi Mangione, acusado del asesinato del consejero delegado de UnitedHealthcare, Brian Thompson, no son pocos los que se preguntan cómo alguien con el cociente intelectual del detenido, el alumno más brillante de su instituto de Baltimore, cometió el error de huir con todo el material con el que perpetró el crimen. Pero otro desliz peor fue el tonteo que mantuvo con la empleada del hostal de Nueva York en el que pernoctó varios días antes del matar a Thompson: entre risas seductoras, Mangione se bajó la mascarilla que cubrió su rostro ofreciendo un blanco perfecto a las cámaras de videovigilancia.

Cuando los policías locales de Altoona (Pensilvania), a 375 kilómetros al noroeste de Nueva York, llegaron este lunes al MacDonald’s donde Mangione comía absorto en la pantalla de su ordenador, no tuvieron dudas: “Era él, el de las fotos”, dijo el más joven de los agentes, un novato en el cuerpo. Pero aparte de los temblores del joven al preguntarle si había estado recientemente en Nueva York, fue el contenido de su mochila la prueba definitiva que le llevó tras las rejas. Un memorial de pistas: la pistola y un silenciador, ambos impresos en 3D; un cargador Glock, balas de nueve milímetros como las que se hallaron en el lugar del crimen, abundante dinero en efectivo y un pasaporte… y una nota manuscrita que parecía no ya incriminatoria, sino una hoja de ruta para hacer lo que hizo: vengarse de las compañías que ofrecen seguros de salud.

El especialista en informática por la Universidad de Pensilvania, donde se graduó en 2020 con un máster, y cofundó un club para desarrollar videojuegos, según el periódico de la universidad, el Daily Pennsylvanian, llegó a Nueva York el 24 de noviembre en un autobús de línea regular que procedía de Atlanta, aunque bien pudo haber subido en alguna de las paradas del camino. Su llegada a la ciudad es tan errática como el resto de su biografía vital: natural de Maryland, donde nació en el seno de una influyente familia, su último domicilio conocido está en Honolulu (Hawái) y su familia no tenía noticias suyas desde hacía seis meses, cuando empezó a sufrir dolores en la espalda. La imagen de una radiografía de su supuesta columna, atravesada de clavos, aparecía en su perfil de X (antes Twitter), que de 60 seguidores en la mañana del lunes pasó a tener 100.000 a mediodía, antes de ser cerrada, es una prueba de carga de la animadversión que Mangione sentía hacía las aseguradoras. El mensaje manuscrito que se encontró en su mochila no podía ser más claro: “Pido disculpas, pero había que hacerlo, estos parásitos se lo merecían”.

Mangione dejó de comunicarse con amigos y familiares desde hace seis meses, según ha informado The New York Times. Varios amigos indicaron que Mangione sufría una dolorosa lesión en la espalda y luego desapareció. Los investigadores intentarán averiguar ahora qué hizo el sospechoso durante ese periodo en que nadie parecía conocer su paradero.

Su familia, enriquecida gracias a los negocios del fundador de la saga, un siciliano que llegó a EE UU con una mano delante y otra detrás, es propietaria de un club de campo en Maryland, y su primo es Nino Mangione, un legislador republicano que representa a un distrito de Baltimore en la Cámara de Delegados. El diario The New York Times señala que los abuelos del detenido, Nick y Mary C. Mangione, compraron el club de campo en la década de 1970 y desarrollaron la comunidad del campo de golf. En la década de 1980, la familia compró Hayfields Country Club en Hunt Valley, Maryland. También fundó la empresa de residencias de ancianos Lorien Health Services, de la que el padre del sospechoso, Louis Mangione, pasó a ser propietario. La familia también era dueña de la emisora de radio WCBM, que emite programas conservadores, y tiene otras propiedades inmobiliarias.

Aaron Cranston, un amigo del colegio citado por el diario, describe a Mangione como el más inteligente de la escuela. Y comenta que antes de la universidad, el ahora sospechoso de asesinato ya había creado una aplicación móvil donde los usuarios podían volar un avión de papel a través de obstáculos. Lo califica como una persona sociable, amistoso y no especialmente interesada en la política. “Creía firmemente en el poder de la tecnología para cambiar el mundo”, concluye Cranston.

El sospechoso tenía múltiples identificaciones fraudulentas, entre ellas un documento de identidad falso de Nueva Jersey que coincidía con el utilizado por el enmascarado para registrarse en un hostal de Manhattan días antes del tiroteo, según las autoridades. La policía también encontró un documento escrito a mano que habla “tanto de la motivación como de la mentalidad” de Mangione, según expresó el lunes la comisaria de policía de Nueva York, Jessica Tisch. Se trata de un manifiesto contra la industria sanitaria. El jefe de detectives de la policía de Nueva York, Joseph Kenny, informó de que, aunque en el documento no se mencionan objetivos concretos, Mangione albergaba “rencor hacia las empresas estadounidenses”.

El detenido tenía vínculos con San Francisco y su última dirección conocida es Honolulu (Hawái). Ahí vivió en un espacio de convivencia destinado a trabajadores remotos llamado Surfbreak. Quienes lo trataron en 2022 aseguran que Mangione no se quejaba mucho, pero sufría dolores de espalda a causa de una columna vertebral desviada y una vértebra que le pinchaba algún nervio. Esa dolencia condicionaba su vida. Finalmente, decidió operarse; y a partir de ese momento comenzaron a escasear los mensajes con sus conocidos.

Según un perfil de la red profesional LinkedIn, Mangione trabajó como ingeniero de datos en una empresa llamada TrueCar. “Aunque generalmente no hacemos comentarios sobre asuntos de personal, podemos confirmar que Luigi Mangione no ha sido empleado de nuestra compañía desde 2023″, dijo un portavoz de TrueCar a los medios.

Hay un hiato, profesional, sentimental, casi biográfico, en la vida de Mangione. Entre sus amigos, con los que no mantenía contacto desde hace tiempo, no había palabras para expresar la estupefacción de que alguien como Mangione, cortés, amable, exitoso —en los estudios y con las chicas, como las miles de admiradoras que le han salido en Internet incluso antes de ser detenido—, haya podido cometer este crimen. Lector voraz, era un habitual de la página Good Reads, donde los lectores valoran las obras y Mangione listó los casi 300 libros que había leído o quería leer, incluida una favorable reseña del manifiesto de Unambober, La sociedad industrial y su futuro, de Theodore Kaczynski —nombre real del terrorista que en 1996 sembró un reguero de bombas que mataron a tres personas—, Mangione le dio cuatro de las cinco posibles estrellas en la valoración y señaló que el autor era “un revolucionario político extremo”. Pero durante el verano, sus comentarios cesaron de repente, lo que provocó mensajes de preocupación en Internet de algunos de sus amigos.

“Nadie sabe nada de ti desde hace meses, y parece que tu familia te está buscando”, publicó un usuario en X en octubre, etiquetando una cuenta de Mangione. “No sé si estás bien”, publicó otro. Hasta que un gesto ingenuo, retirarse la mascarilla que cubría su cara para coquetear con la empleada del hostal en Nueva York, consagrara su imagen no ya de héroe popular, capaz de cobrarse justicia por los abusos corporativos, sino para su propia ficha policial.

Sobre si la Lingüística puede considerarse neurociencia

 ¿Debería la lingüística tender a integrarse en las ciencias biológicas o, por el contrario, permanecer entre las mal llamadas ciencias sociales? ¿La lingüística es una ciencia social o formal?

David Sánchez

Formal seguro que no, porque la lingüística está sujeta a validación empírica (a diferencia de la lógica y las matemáticas, que sí son ciencias formales). Tradicionalmente se consideró la lingüística como una ciencia social porque se suponía que era un fenómeno socialmente construido. Pero tanto Noam Chomsky como su revolucionaria perspectiva convencieron a muchos de que la lingüística era más bien una rama de la psicología (que no es una ciencia puramente social, por estar ligada también a factores naturales) o la biología (que sí es una ciencia natural). En realidad, estoy de acuerdo con Chomsky, aunque tal vez yo consideraría que la lingüística depende más de la ciencia cognitiva y la teoría de la información. 

Sencillamente, la estructura y evolución de las lenguas es un fenómeno natural, no planificado, donde la conciencia de los propios hablantes no desempeña ningún papel (a diferencia de las otras ciencias sociales). De hecho, un hablante nativo sabe usar su lengua pero muchas explicaciones de por qué su lengua es como es le son desconocidas; la sabe usar, pero no tiene idea de los porqués. Las lenguas surgieron en la evolución humana, por tanto; en cierto modo, deben ser tratadas como parte del desarrollo biológico que llevó a tener la capacidad de hablar y cambiar mensajes lingüísticamente relevantes (aquí, lo que opinen los hablantes vuelve a ser intrascendente).

Bueno, no he leído todo lo que dijo Chomnsky, sino la parte donde enredó a muchos universitarios a investigar la gramática generadora universal. Eso solo ya lo califico yo de disparate, debido a que el lenguaje se adquiere por un proceso de aprendizaje. Y, aunque no soy lingüista, entiendo que dos lenguas a grandes distancias del planeta no deben tener casi nada en común entre sí.

Por otra parte, Chomsky escribió un artículo poniendo a parir al conductista Skinner en relación con un libro que postulaba el origen del lenguaje desde un punto de vista psicológico.

Yo no creo que un idioma indoeuropeo tenga analogías remotas con el los idiomas siníticos. Y estoy hablando sin saber una palabra sobre los idiomas siníticos. Solo me fundo en una intuición elemental. Considero que las lenguas se aprenden, de una parte; y, de otra, que las lenguas derivan por sí solas.

Y, si crees que estoy equivocado, lo podemos debatir. Tienes a tu favor los estudios que has hecho de lingüística; yo solo me inspiro en el condicionamiento operativo.

Bueno, Chomsky dice que el input que reciben los niños pequeños es demasiado enrevesado y caótico para que pudieran aprenderlo porque sí; por otra parte, un chimpancé bebé al que se le hable muy clarito NO aprende a hablar nunca, ni siquiera a entender la mayor parte de lo que escucha, así que debe ser que el bebé humano trae algo precableado que le permite aprender una lengua [a mí me parece un buen argumento]. No se excluye el aprendizaje, pero, igual que un ordenador sacado de fábrica, el cableado está preparado para que le cargues los datos.

Chomsky no anuló a Skinner; simplemente ridiculizó las afirmaciones más exageradas del conductismo skinneriano. Eso no supone decir que las lenguas no se aprendan: efectivamente se aprenden, pero el cerebro tiene que venir bien (algunos niños, desgraciadamente, por su condición, no llegan a hablar nunca, señal de que hay algo más).

Históricamente (y léxicamente) el indoeuropeo no parece tener conexión demostrable con el sinítico, pero estructuralmente vamos a que sí. Cualquier lingüista acaba dándose cuenta de que todas las lenguas, a pesar de la diversidad de sonidos y léxico, parecen tener mucho en común en su arquitectura sintáctica.

Si te refieres a que cualquier lengua tenga verbos, sujetos nombres y partículas conectivas, no tiene nada de raro. Una vez que una lengua surge, se va desarrollando y evolucionando para hacerse más útil.

Pero, tal como presentó el argumento Chomsky, él hablaba de una gramática universal o genética. Y eso me pareció una chifladura.

Pero la comparación del chimpancé con el hombre solo es una comparación de grado. Los primates, en concreto los chimpancés, tienen un lenguaje y se ha estudiado. Y ocurre que cuando los chimpancés están distantes como unos cientos de kilómetros sus lenguas han derivado y no son compatibles.

Existe una pregunta que se contestó referido a los macacos japoneses. Un americano de Texas se llevó cierto número de macacos a su rancho. Los macacos aprendieron por sí solos a refrescarse del tórrido calor de Texas en unos charcos que les proporcionó el dueño del rancho. Cuando se observó más de cerca se dieron cuenta que los macacos tenían señales fonéticas para dar la alarma ante la presencia de las serpientes de cascabel. Y, como en Japón no hay serpientes de cascabel, se planearon la pregunta ¿esa señal de alarma es genética?

Se grabaron las señales de alarma por serpiente con un aparato de alta fidelidad y se fueron a Japón para ver si los macacos respondían genéticamente a esa señal concreta. Pues no respondían al sonido como si fuera una alarma genéticamente determinada en su mente.

Si uno sabe lo suficiente de condicionamiento operativo u operante, puede comprender cómo es que los primates tienen cierto grado de lenguaje. Y no solo los primates, incluso algunos perros llegan a conocer ciertas palabras que usamos. Son pocas, claro, porque no nos hemos propuesto incrementar ese lenguaje. La gente que ha estudiado a los delfines afirma (yo no estoy seguro) que estos manejan un lenguaje de pitidos que usan en sus estrategias de caza, la cual suele hacerse en grupos.

Si lees un artículo de Skinner o el libro donde se comenta el origen del lenguaje y cómo se aprende, no tienes ningún problema para entender que un perro conozca varias palabras. Las ovejas tal vez no aprendan palabras humanas, pero aprenden signos y sonidos que les indican que es la hora de comer maíz o recogerse. Se trata de reforzadores condicionados. Y esto es lo bastante corriente en el mundo animal como para que todos los animales con cierto desarrollo cerebral aprendan algunas de estas asociaciones. Puedes llamar a las ovejas con un silbido, o con una campana. Si han aprendido para que sirve la señal, acudirán a tu llamada. Si en lugar de silbar, dieras gritos, aprenderían igualmente el significado. Solo tienes que estudiar cómo se condiciona la conducta de una rata o de una paloma. Es muy sencillo.

Y, claro, es evidente o lo parece que el ser humano es el animal que tiene más desarrollada una memoria para el lenguaje. Lo que no tenemos es una gramática generacional o innata que decía Chomsky, sino una facilidad extraordinaria para memorizar un lenguaje, un lenguaje típico humano. Los sordos aprenden un lenguaje de signos con brazos, manos, dedos y gestos, por ejemplo.

La Gramática Universal (GU) es algo más complejo que el que todas las lenguas tengan cosas tipo verbos, nombres, adposiciones, adverbios… Se refiere en gran medida a la arquitectura básica de los sintagmas y ciertas relaciones sintácticas que parecen universales y no son nada triviales.

Lo que dice Chomsky es que los niños nacen equipados con una manera desarrollar una gramática, fijando parámetros de lo que el llama GU (que no es una gramática tan concreta como la gramática del inglés o el italiano); esto ha ocasionado muchas confusiones. De hecho a mí también me pareció una chifladura hasta que entendí bien de qué se trataba.

Los chimpancés son capaces de cierto pensamiento; de hecho, cuando se les enseña lengua de señas son capaces de aprender varios centenares y hacerse entender, pero… “hablan” por asociación de ideas; sutilezas como el orden sintáctico se les suelen escapar: en inglés es totalmente diferente stone wall que wall stone; ningún chimpancé parece haber pillado bien esa diferencia.

Efectivamente, algunas especies animales tienen un proto-lenguaje (usualmente un conjunto de señales, que es institintivo). Las abejas tienen un lenguaje complejo para expresar la orientación respecto al Sol y la distancia a la que hay comida; ese lenguaje por ejemplo ES innato, no necesitan aprenderlo. Y por eso la idea de que los seres humanos tienen una capacidad innata para prestar atención a ciertos detalles de la lengua que hablan sus padres y aprender como funcionan, no es tan absurda. En último término, es la razón por la cual los niños usualmente aprenden a hablar y los chimpancés no aprenden a hablar como humanos aunque sean criados como un bebé humano [en los autistas profundos algo está mal en su interés por socializar y por eso tampoco prestan atención al lenguaje humano de sus progenitores].

Comparto tu asombro. La primera vez que leí esas ideas me causaron la misma impresión que a ti, sencillamente porque se explican de forma torticera, simplificada y hasta mentirosa. Pero si lees lo que el propio Chomsky quiere decir y reflexionas 2 o 3 años sobre ello, al final acaba pareciendo bastante razonable (al menos, así me pasó a mí).

Leopoldo Perdomo

Bueno, ¿qué parte de aprender el lenguaje por simple imitación no puedes comprender? Si lo aprendes por imitación da igual la gramática que tenga. Memorizas los modelos y para qué se usan y en qué circunstancias. Y eso lleva mucho tiempo realmente, pues la memoria no se establece de modo tan simple. Se requieren miles de repeticiones para iniciar la construcción de un lenguaje. Yo no veo qué es lo que se gana postulando que la mente tiene un mecanismo especial innato, aparte de memorizar lo que oye aplicado a ciertas circunstancias. Y el ejemplo del autista, aparte de lo complejo que resulta dilucidar las causas intrínsecas de sus problemas para aprender, se podría explicar como un problema para memorizar. Hasta los niños corrientes y molientes tienen problemas para memorizar la lengua, según se deduce por la variedad de resultados que vemos en los test clásicos de inteligencia. Si el test de inteligencia mide el lenguaje, las diferencias en el test se podrían explicar tan lindamente por las diferencias en la experiencia que han tenido. Si dejas de lado por un momento el lenguaje, y piensas en los niños que tocan el piano, podrás ver para niños de cinco a diez años, unas grandes diferencias en el modo en que tocan. Y los que lo tocan mejor son aquellos que tienen más experiencia con el piano, y que empezaron antes. Pero, sobre todo, cuenta mucho que al niño le hayan inyectado o no cierta negatividad a las peticiones. Debido a un error muy corriente, la mayoría de los niños presentan un grado variable de negatividad que se manifiesta incluso hasta para llamarlos a comer. Luego, un niño que haya adquirido un grado de más alto que “muy leve” de negatividad, no podrás siquiera iniciarlo en la idea de tocar el piano. Te va a decir que no automáticamente. La negatividad se suele ir incrementando con los años, hasta llegar a cierto nivel. Y esto puede explicar las diferencias más notables entre los niños. Por ejemplo, mi nieta siempre se ha negado a la idea de aprender a tocar el piano. No quiere ni acercarse a él. Le compraron uno de juguete y tampoco lo usa para nada. Me he dado cuenta con mi nieta de que ha quedado totalmente bajo el control de su madre, que además tiene una paciencia muy limitada, y, sin darse cuenta, va reforzando la negatividad de la niña cada vez más. 

Bueno, si no entiendes como funcionan los reforzadores no entenderás lo que te estoy contando, cómo es que se condiciona la negatividad. Antes de ayer, por ejemplo, traté de iniciar a la niña en un juego de contar. Solo se trataba de que repitiera lo que yo decía: cien, dos cientos, tres cientos, etc. Le habían comprado una caja registradora con monedas y billetes de cartón. Simplemente, se negó a jugar a eso. Lo que creo que ocurre es que la madre se puso muy celosa hace como un año o más, por la influencia que yo tenía con la niña. Al verme llegaba corriendo desesperada, porque yo era muy reforzador. La reacción de su madre fue llevarla mucho con su familia que tiene un rancho de hermanas. De modo que la influencia potencial que yo podría haber tenido se ha evaporado. Se ha quedado como una niña con un grado medio de negatividad. De otra parte, le han comprado una gran cantidad de juguetes y no consigue enfocar su atención en algo concreto. Se pasa demasiado tiempo en la guardería, desde las nueve de la mañana a las cinco de la tarde. Y cuando no está en la guardería está jugando con los primos. Será una niña de inteligencia promedio, aunque ahora parece adelantada en el lenguaje. 

Ayer vi un video del niño pianista Evan Le, que ya tiene algo más de 7 años. Ya toca cosas muy adelantadas para su edad, y hasta lo han entrenado un poco para que pueda responder a las preguntas de una entrevista. Bueno, al ver a ese niño respondiendo, ¿adivinas el trabajo que le costó aprender a responder a las preguntas típicas de una entrevista para la tele? Es decir, las cosas se aprenden, pero eso requiere su tiempo. No existe ningún mecanismo automático por el que se aprenda nada a gran velocidad. Si aprendes un asunto de tipo A que sea complejo, tendrás problemas para aprender otras cosas de tipo B o C. Quiero decir que no se memoriza a la primera y con facilidad cualquier cosa. Pero una vez que se construyen los muebles dentro del cerebro para el desempeño de cierta conducta, como tocar el piano, jugar al ajedrez, al golf, hablar idiomas extranjeros, resolver puzles de matemáticas etc, todo eso parece que se aprendió de modo muy fácil. Y parece muy sencillo seguir aprendiendo. Todo esto se debe a que se ha construido un mobiliario para ello en el cerebro. Si no te gusta la palabra mobiliario, igual te parece mejor decir que el niño ha adquirido un conjunto de respuestas condicionadas para ciertos asuntos de la clase A, B, o C. Ahora, si crees que eres capaz de explicarme qué maravilla descubrió Chomsky sobre la Gramática Universal te agradecería que me la expongas. Qué cosa cuenta Chomsky que no se puede explicar por el condicionamiento operante. Digamos que esto viene a cuento si es que Chomsky pudo explicar algo que es puramente genético y tiene relación con la gramática o el lenguaje. Bueno, supongo que la memoria parece innata, tanto para los humanos como para muchos animales. 

Que podamos explicar como se instala la memoria en el cerebro sería una gran cosa. Pero creo que eso queda fuera de la inteligencia de Chomsky, y en general fuera de la inteligencia de los seres humanos. No digo que no exista una conducta genética. Chupar del pezón es una conducta genética. Copular también es genético, y si no has visto nunca cómo se hace lo descubres automáticamente sin enseñanza alguna. Tragar cuando comemos algo es genético, y tragar agua cuando bebemos también. Negarse a tragar algo que no está molido también es genético. Cerrar los ojos ante una repentina luz intensa, o cerrar los ojos cuando sientes que llega un viento con polvo a los ojos. Todo esto es conducta innata o respondente. Pero la mayor parte de la conducta humana resulta de un proceso imitativo y un condicionamiento. A esto se le llama conducta operante. La imitación es un proceso inicial pero son las consecuencias de la imitación lo que permite anclar el asunto a la memoria. Y se requiere una gran número de repeticiones para que los elementos de una conducta queden anclados en la memoria. 

Hay un famoso experimento: el del gato de Thorndike. Este hombre trató de averiguar cuánto tardaba un gato en activar cierto mecanismo para salir de una jaula. Y sucedió que cuantas más veces quedaba el gato atrapado en la jaula menos tiempo tardaba en recordar el modo de conseguir salir de la jaula.

Carlos García Wegener

Espero también el Programa Minimalista. Es el último desarrollo y el que se emplea actualmente en los estudios lingüísticos de corte chomskyano.

Rafael Andrés Hoyos Stefanell

Jamas me había hecho tal pregunta. Creo que la gramática es un indicativo de esto, pues es la estructura en donde todo lo demás descansa. Y es parte de todos los lenguajes que existen. ¿Me equivoco, David?

David Sánchez

Pues sí hasta donde sabemos todas las lenguas tienen una gramática, todas las lenguas tienen pronombres, todas las lenguas tienen la función referencial (nombres), todas las lenguas tienen la función predicativa (verbos), etc, etc, etc.

Carlos García Wegener

La lingüística moderna tiene una muy sólida base empírica. Es curioso, pero quien, precisamente, se inventó esa tontería de que es una rama de la tontolog… o sea, de la psicología, fue Chomsky; pero, al mismo tiempo, quizás no de forma totalmente voluntaria al principio, impulsó una investigación empírica de tal calibre como jamás antes se había conocido dentro de la lingüística.

Me refiero, sobre todo, como sabe cualquier lingüista, a los extensísimos estudios empíricos sobre la adquisición de lenguaje. Una simple búsqueda con los términos "language acquisition" en el Academic Google da una idea de la envergadura de la investigación que se ha realizado en unas pocas décadas.

El hecho de centrarse en la adquisición no es casual, puesto que la lingüística chomskiana generativo -transformacional parte del supuesto de que existen en todas las lenguas naturales unos principios innatos, comunes a todas ellas y que no admiten más variación que la de la fijación, durante la ontogenia (adquisición) de ciertos valores parametrizados (Principles and Parameters Approach).

Yo diría que no puede negarse de ningún modo que el estudio de la adquisición del lenguaje por parte de los niños es absolutamente empírico. Para salir de dudas, existen muy numerosas monografías publicadas.

El siguiente paso es, y se ha avanzado bastante en ese sentido, el de comprobar las similitudes y diferencias entre las distintas lenguas naturales, tanto en su estructura final como en su adquisición.

Evidentemente, si se toman la gramática tradicional o la lingüística funcional como referencia, el panorama es muy distinto. Sólo que el estructuralismo nació en el siglo XIX y estamos en el XXI.

Y, yendo a la objeción, ¿podría conocer una sola contribución útil de la psicología a la lingüística? Porque, después de pasarme años leyendo, no encontré ni una. La mayor majadería que leí en ese sentido fue la resurrección del cadáver del conductismo de la mano de Puaget y otros genios similares y posteriores (Churchland, por ejemplo). No existe nada parecido a "facultades encapsuladas" en el neocórtex, como sabe cualquiera que sepa algo de neurobiología.