jueves, 11 de diciembre de 2025

Las filólogas hablan sobre la cuestión del género, por Álex Grijelmo

 ‘Som dones i diem prou’. 70 mujeres, casi todas profesionales de la lengua y feministas, escriben críticamente sobre el lenguaje inclusivo, en El País, por Álex Grijelmo, 19 SEPT 2022:

El debate sobre el sexismo en el lenguaje ha venido impulsado sobre todo por sociólogas, dirigentes políticas, juristas, filósofas, periodistas, profesoras… Y en él rara vez se ha prestado atención a lo que piensan las filólogas. Para cubrir ese vacío se publicó hace unos meses el libro Som dones, som lingüistes, som moltes i diem prou (“Somos mujeres, somos lingüistas, somos muchas y decimos basta”). Con la coordinación de Carme Junyent, barcelonesa de 67 años, feminista, profesora de Lingüística en la Universidad de Barcelona, en él escriben 70 mujeres, casi todas ellas muy relevantes profesionales de la lengua (principalmente en la docencia). La obra sólo está disponible en catalán y la ha editado Eumo, pero sus textos son aplicables al castellano. La mayoría de las autoras se declaran feministas; y en los demás casos se deduce de lo que explican. Aun a riesgo de descontextualización y de algún fallo al traducir, creo que vale la pena extraer de sus textos unas cuantas afirmaciones:

“Se puede ser feminista y utilizar el masculino genérico”. “Lo que debe cambiar son las ideas interiorizadas, no la lengua”.

“El lenguaje inclusivo es inviable en la literatura. Si lo usamos en un texto narrativo, la ideología pasa por delante del relato, y la novela se convierte en un panfleto”.

“El lenguaje políticamente correcto es muchas veces gramaticalmente incorrecto”. “El debate sobre el sexismo en la lengua ha obviado el rigor científico”.

“Algunas inconsistencias lingüísticas muestran que las instituciones ignoran el funcionamiento de la gramática”.

“Si yo he salido más o menos viva de este debate es porque soy una mujer”.

“¿Quién es la Generalitat de Cataluña para hacer propuestas de cómo debemos hablar o escribir?”.

“El cambio en el léxico es radicalmente diferente del cambio gramatical”.

“No conozco otro país donde, con el pretexto de visibilizar a las mujeres, se haya reprimido tanto un colectivo” (el de los trabajadores en servicios lingüísticos de organismos públicos catalanes).

“Los correctores que trabajan en la Administración deben someterse a unos políticos que, salvo excepciones, ni saben de lengua ni la respetan”.

“Desdoblar ‘hombres y mujeres’, ‘niños y niñas’ pero no ‘los empresarios’, ‘los banqueros’, ‘los inspectores de Hacienda’ indica que no hablamos de un fenómeno estrictamente gramatical”. “Si desdoblamos unos términos pero no otros, “¿no podemos estar enviando a los niños un mensaje envenenado?”. “Alternar desdoblamientos y no desdoblamientos (caso muy frecuente) puede provocar problemas de interpretación”.

“No es lo mismo ir a cenar con los vecinos que ir a cenar con el vecindario”.

“En algunas lenguas el género no marcado es el femenino, y no hay nada que muestre que las mujeres resulten socialmente más visibles”.

“Me molesta que se cuestione si soy lo suficientemente feminista porque uso el masculino genérico”.

“La lengua no es machista. (...). Hemos desprestigiado a los profesionales de la lengua, que se encuentran luchando solos contra una fe”.

“La lengua es un castillo de naipes. Y cuando se tira de una carta existe el peligro de que se derrumbe”. “Los desdoblamientos hacen ver que hay dos colectivos separados”.

“El desdoblamiento de género es un parche mal puesto”.

“Combatamos el machismo y la represión de las mujeres, pero dejando las lenguas en paz”.

Troya, quizá el último artículo de Ussía

 Cosas que pasan. "Troya", por Alfonso Ussía, 19 sep. 2025

    Me pegunto si el tornasolado Sepu es capaz de quemar Madrid el cercano día del ingreso de su nena en prisión. Puede que lo intente, pero Begoña no tiene entidad para mover a tres reinos, porque esos reinos, el Reino, no le ha robado nada, sino al revés.

    Todos nos figuramos la belleza de Elena de Troya. Provocó una guerra. Paris la raptó de mutuo acuerdo, y Menelao desde el primer momento no estuvo de acuerdo con la maniobra. Tengo a Juan Carlos Samper, ideas aparte, como el gran compilador de los versos satíricos y festivos de Colombia que él bautiza como Versos chuecos. Los historiadores, esos señores que escriben de lo que sucedió cuando no estaban allí, escriben libros gordísimos de lo que no vieron. Un buen epigramático, resume en una cuarteta, una redondilla o una quintilla una tragedia histórica. Y sin despeinarse. El epitafio que cita Roy Casares del cardenal Richelieu nos ahorra todas las películas de Los tres mosqueteros. Richelieu se ha convertido, y con sobrados motivos de elogio, en el mejor bar de Madrid al que muchos acuden sin tener ni idea ni ganas de indagar al personaje:

    Yace aquí el gran cardenal / que hizo en vida mal y bien. / El bien que hizo, lo hizo mal; / y el mal que hizo, lo hizo bien.

    Y [es] una falta de respeto, porque rimar 'bien' con 'bien' es de una frescura delictiva. Pero vuelvo a Troya, a Héctor, el buen hijo; al miedoso y fogoso Paris y a Elena de Troya. Los culpables de la hecatombe, Menelao y Agamenón rey de Micenas y el cornudo de la historia. Miles de velas en el horizonte; Aquiles contratado como si fuera Mbappé; montañas de muertos. Quienes estrenaron su condición cadavérica ignoraban que ese lío lo habían montado un par de chorlitos.

    Y de golpe, la síntesis epigramática. Lo explica todo en cuatro versos octosílabos. El poeta colombiano Ricardo Carrasquilla pasa de la guerra de Troya de esta manera fugaz y precisa:

    Se robaron una niña; / y, como era linda joya, / hubo furibunda riña. / Y ardió la ciudad de Troya.

    Me pegunto si el tornasolado Sepu es capaz de quemar Madrid el cercano día del ingreso de su nena en prisión. Puede que lo intente, pero Begoña no tiene entidad como para mover a tres reinos, porque esos reinos, el Reino, no le ha robado nada, sino al revés. Pero está más zumbado que Menelao. Me refiero a Sánchez, no a Melenao:

    Nos sopló una maduriña, / y el asunto no es [de] coña: / hubo furibunda riña / y ardió España por Begoña.

Señoros de izquierdas, por Luz Sánchez-Mellado

 ‘Señoros’ de izquierdas, en El País, por Luz Sánchez-Mellado, 11 DIC 2025:

Nuestro hombre se camufla cual pulpo por arrecife hasta ganarse la obediencia de sus presas antes de entrarles a saco

El señoro de izquierdas es una subespecie pelín más evolucionada que el señoro a secas. El eslabón perdido entre el Homo erectus y el Babosus concienciatus. Merecería un capítulo, digo paper, propio en la revista Macho’s Nature, que procedo a patentar, no sea que se me adelante algún criptobro y la monetice. Nuestro hombre, Paco Jones en adelante por no levantar ampollas, puede ser octogenario, boomer, milenial o zeta. Aunque el grueso de los ejemplares españoles anda entre los 40 y los 60 años, como ciertos amigos del presidente del Gobierno, su seña de identidad no es su edad ni su fenotipo ni su hábitat, que puede ser desde un partido a un periódico, sino su capacidad de adaptación al medio.

A diferencia del señoro de derechas, que se gusta horrores y no tiene remilgos en pregonar su misoginia en cuanto coge confianza, nuestro espécimen es más taimado. Se camufla cual pulpo por arrecife adoptando los tips de feminismo que ha aprendido en el cursillo de diversidad del curro con el fin de trepar en la cadena trófica, mimetizarse con el entorno, protegerse de las chivatas depredadoras y acechar a sus presas hasta ganarse su obediencia y, entonces, entrarles a saco. Así, desdobla primorosamente el género entre señoras y señores, compañeras y compañeros, y amigas y amigos, y los más lanzados pueden hasta hablar en femenino y clamar que están hasta el coño de tanto machirulo, tía.

Da igual que sea hetero, homo o no binario; tampoco es la orientación ni la identidad sexual lo que lo define, sino el hecho de ver a las mujeres como iguales en teoría, pero creer a unos más iguales que otras en la práctica, y considerar, en el fondo de sus testículos, que las feministas son una panda de insatisfechas a las que les das la mano y se cogen el brazo. Simpático y rumboso como él solo, cuando por fin alguien se atreve a denunciarlo, ya se ha hecho con una camarilla de señores, y señoras, que le disculpan porque ya sabes cómo es Paco cuando se le calienta la bragueta, pero luego no es nadie y es buena gente: un señoro, sí, pero nuestro señoro. Nada nuevo bajo el agujero de la capa de ozono. La mala noticia es que aún pasa. La buena, que ya no cuela. A ver si, al final, van a ser los Pacojones y no las feministas de los ídem los que callen al perro.

La posibilidad imposible en el lenguaje jurídico tendencioso, por Álex Grijelmo

  Los condicionales y las inferencias, en El País, por Álex Grijelmo, Madrid - 11 DIC 2025:

El uso de determinados verbos en la sentencia contra el fiscal general lleva a percibir una cierta falta de rigor expositivo

La sentencia del Tribunal Supremo contra el fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz, muestra en su lenguaje una cierta confusión entre los planos de la realidad y de la conjetura. Aparecen verbos de posibilidad o potencialidad aplicados a hechos probados, y se hacen afirmaciones determinantes que corresponden a deducciones dudosas.

Sus 180 folios (excluido el voto particular de dos magistradas) dan para una tesis doctoral al respecto, pero también para un comentario periodístico, obviamente menos exhaustivo y técnico.

El uso de los verbos potenciales ―a veces en el potencial simple o pospretérito, pero sobre todo en el potencial compuesto o antepospretérito― lleva a percibir una cierta falta de rigor expositivo.

La sentencia señala por ejemplo que “la referida nota (…) fue publicada por el diario EL PAÍS que la habría obtenido proporcionada con autorización del Fiscal General del Estado” (sobran esas mayúsculas). Fernando Lázaro Carreter, que fue director de la Real Academia Española, cuestionaba ese uso tan habitual en los periódicos (El dardo en la palabra, 1997, páginas 95 y 386) al entender que se trata de “formas relativas” (necesitan relación con otro verbo). Por tanto, en estos usos se confunde una posibilidad abierta con una posibilidad imposible. En este pasaje de la sentencia, se está expresando en realidad que EL PAÍS habría obtenido la nota con autorización si la hubiera obtenido con autorización, y que por tanto no la obtuvo con autorización. La Nueva Gramática de las academias (2009, página 1.794) aceptó ese uso del “condicional de conjetura” (así lo denomina), quizás a partir de su frecuente presencia en los medios informativos de lenguaje descuidado (y apenas en el habla común), pero asumía que los libros de estilo lo rechazan “porque el rumor no debe ser presentado como noticia”. Pues bien, resulta que esa manera de expresar suposición o conjetura (“habría obtenido”) la encontramos en el capítulo de “hechos probados” de la sentencia; y aplicada en ese caso a un asunto capital: que la información se habría obtenido en este periódico con autorización del fiscal general. Sin embargo, del testimonio de José Manuel Romero, entonces subdirector de EL PAÍS, no se puede extraer esa conclusión. Y de ahí, quizás, la conjetura.

Del mismo modo, el fiscal general no se refirió en su testimonio al bulo “que estaría difundiendo D. Miguel Ángel Rodríguez, consistente en que la Fiscalía habría ofrecido al Sr. González Amador un pacto, que luego se habría retirado ‘por órdenes de arriba”. No. El fiscal se refirió al bulo que difundió por escrito Rodríguez en el que, lejos de dudar sobre esos hechos, afirmó con rotundidad: “La fiscalía ofrece un pacto a la pareja de Ayuso que retira por órdenes de arriba”. Mintió con todas las de la ley (valga la paradoja).

De igual modo, el fiscal general no sostuvo, frente a lo que se le atribuye en la sentencia, que “los mensajes de las fechas críticas se habrían eliminado [de su móvil] antes [de conocer su encausamiento]”. Tampoco. No sostuvo que los habría eliminado antes. Sostuvo que los eliminó antes. Las dudas al respecto corresponden al tribunal, no al acusado. De hecho, los peritos de la defensa alegaron (y lo hace suyo uno de los votos particulares) que no se puede determinar la fecha de borrado de los datos. Un nuevo punto importante en el que aparece el potencial de conjetura.

Otra fórmula de suposición que plasma la sentencia es la compuesta por el verbo “tener” y la conjunción “que”. La utilizamos al decir, por ejemplo, “tiene que estar al llegar” o “el suelo está mojado, tiene que haber llovido”. En tales casos ni vemos a lo lejos a quien llega ni hemos presenciado cómo llovía. Es decir, reflejamos deducciones. Así sucede también con esta frase: “En conclusión, el correo filtrado tuvo que salir de la Fiscalía General del Estado”. Eso significa que no hemos visto cómo salió de la Fiscalía, sino que lo deducimos. El suelo puede estar mojado porque llovió… o tal vez porque pasó el camión del riego. Un redactor de la sentencia que se hubiera sentido más seguro de lo que escribía habría señalado (pero no señaló): “En conclusión, el correo filtrado salió de la Fiscalía General del Estado”.

El verbo “inferir” aparece asimismo en algunos párrafos. Un verbo conflictivo si se trata de asegurar algo. Puede que a veces las inferencias resulten incontrovertibles, pero en otras ocasiones plantean dudas. “Es lógico inferir” escriben los jueces, “que ese borrado no se hace en cumplimiento de un mandato legal, sino como una genuina estrategia de defensa”. Cuando un amigo nos dice que Cien años de soledad es una magnífica novela, inferimos que la ha leído. “Es lógico” inferirlo. Pero a lo mejor se ha formado ese criterio a partir de opiniones ajenas, de críticas literarias en la prensa o viendo los datos de sus ventas. Son hechos compatibles igualmente con la realidad. Las inferencias no siempre aciertan.

Por lo demás, la sentencia está escrita con aceptable claridad (no era tan difícil incluso usando lenguaje jurídico), si exceptuamos un uso exagerado y a veces incorrecto de los gerundios, la profusión de palabras con mayúscula inicial y algunas comas de sobra.

Hemos reunido aquí distintos ejemplos de la confusión que refleja el texto del Supremo entre hechos ciertos y hechos conjeturados. Pero hemos acudido a indicios también, y de ellos no se debería partir para sentenciar que los magistrados desconocen la diferencia entre ambos planos. Harían falta para eso datos adicionales, alguna prueba concluyente. Lo mismo que debe ocurrir con los indicios que llevan a una condena judicial.

Drogas sin adicción curan y están prohibidas. Tabaco y alcohol legales dañan y son adictivos.

 David Erritzøe: "No hay rastro de adicción tras el uso de psicodélicos. Es más, ayudan a dejar de ser un adicto", en El Mundo, por Rebeca Yanke, 10 diciembre 2025:

El director clínico del Centro de Investigación de Psicodélicos del Imperial College de Londres pasó por Madrid para dar una conferencia sobre los retos de la salud mental y las terapias con sustancias como la psilocibina y la ketamina.

Uno ve llegar a David Erritzøe y podría pensar que es pintor, quizá profesor, puede que músico. Pero este danés es uno de los científicos más reputados del mundo en el estudio terapéutico de los psicodélicos, drogas que en los últimos años empiezan a aceptarse como medicinas en unos cuantos países del mundo.

Las permiten algunos estados de EEUU, Canadá, Alemania, República Checa, Suiza, Australia, Nueva Zelanda, Portugal, Jamaica, Brasil, Perú y Países Bajos. En este momento, hay siete ensayos clínicos en fase 3, la previa a la comercialización, de medicinas en las que el compuesto principal forma parte de la familia psicodélica. En ella, es la psilocibina -una sustancia natural presente en algunos hongos y parecida a la ayahuasca en los efectos-, una de las más empleadas, pero en el tablero participan también otras con mayor estigma, como el LSD, la ketamina o el MDMA.

Erritzøe es psiquiatra y neurocientífico e investiga sobre ello en el Centro de Investigación Psicodélica del Imperial College de Londres. Recientemente fue invitado por la Fundación Inawe a dar una conferencia en el Colegio Oficial de Médicos en Madrid, dentro de su primer congreso sobre el uso terapéutico de psicodélicos.

En un patio cercano al aula Ramón y Cajal, responde a esta entrevista mientras a su alrededor decenas de estudiantes de Psicología le observan con máximo interés porque saben que la próxima gran revolución de la psicoterapia depende de sus hallazgos. Él afirma que «los psicodélicos se han probado y demostrado eficaces en el tratamiento de depresiones profundas o trastornos como el estrés postraumático (PTSD)», pero resulta que donde mejor funcionan es ayudando a adictos a dejar de serlo.

PREGUNTA. ¿Podría explicar con sencillez cómo una droga permite a un adicto a otras drogas dejar de serlo?

RESPUESTA. Sé que pertenezco a este campo de trabajo pero no deja de sorprenderme que todo lo que rodea a este asunto sea siempre tan controvertido o difícil de interpretar. Dicho esto, ¿qué es una droga? El alcohol es droga. Los inhibidores selectivos de la recaptación de la serotonina (ISRS) son drogas. Y las ilícitas son drogas también. ¿Qué hacen al cuerpo? ¿Y qué concepto de droga es el que se ha colocado en el lado de la ilegalidad? Esto es un constructo completamente diferente, y es además arbitrario en lo relativo a los riesgos y los beneficios que otorgan. Los psicodélicos deberían haber sido clasificados en una categoría de regulación legal dado su perfil riesgo-beneficio. Pero no es lo que ha pasado. Y luego tienes drogas legales y menos estigmatizadas precisamente por ser legales o por formar parte de una cultura. Pero se ha prescrito que el grado de riesgo es más alto en los psicodélicos.

P. ¿Cómo actúan estos?

R. Los psicodélicos son drogas desafiantes y difíciles, y también interesantes en lo que se refiere al aspecto psicológico, y más seguros que otras en lo que respecta a los riesgos, porque son mucho más que casi cualquier otra droga que podamos pensar. La heroína es una experiencia en el fondo fácil, aunque podrías morir por una sobredosis; dejar directamente de respirar. La heroína puede destruir la vida de una persona pero, psicológicamente, es una experiencia sencilla. Lo mismo sucede con los estimulantes, drogas que aumentan e inflan el ego, drogas charlatanas que acarrean sin embargo dependencia y toneladas de problemas, cardiovasculares, etcétera. Los psicodélicos son un poco lo contrario, o funcionan al revés.

P. ¿Por qué son ilegales, entonces?

R. Sucedió durante un proceso de tomas de decisiones políticas y legales arbitrarias que no tenían nada que ver con la salud ni con los posibles beneficios médicos de la ciencia psicodélica. Se ha simplificado en exceso. Sólo porque alguien los haya puesto a todas en la gran olla de la ilegalidad no significa que deban ser comparadas entre ellas, porque no son iguales. Los beneficios están demostrados en el caso de compuestos como la psilocibina: hay beneficios potenciales para la salud, el desarrollo de tratamientos, el autodesarrollo, la exploración intelectual de las personas, sus propias mentes y vidas, y la comprensión de sí mismos y del mundo.

P. Entonces, ¿no causan dependencia?

R. Son herramientas muy útiles y poderosas. No debemos temerlas porque no causan adicción. Al menos los psicodélicos clásicos. Un poco diferente es la ketamina, un psicodélico atípico o no clásico, como algunos lo llamarían, o el MDMA y derivados, compuestos psicodélicos novedosos que están relacionados con los clásicos pero tienen características diferentes. Algunos de ellos tienen mayor riesgo que los clásicos. Así que todo depende de la molécula exacta de la que estemos hablando.

P. Una de las sustancias más usadas ahora es la psilocibina, ¿puede hablarnos más de ella, por favor?

R. Los psicodélicos serotonérgicos clásicos, como es la psilocibina o el LSD, son fisiológicamente muy seguros. Tienen un riesgo extremadamente bajo de formar un comportamiento dependiente. Pero son psicológicamente muy desafiantes. Por eso necesitas un colchón terapéutico y psicológico seguro a tu alrededor cuando los tomas. Mientras que las otras drogas funcionan al revés: puedes tomar un estimulante sin necesitar que ningún terapeuta lo examine. Vas a tener un gran momento, pero podrías terminar cayendo en un uso dependiente y con un fuerte impacto fisiológico en tu cerebro. Por eso me parece una locura que, sin explicar el medicamento, éste se declare ilegal. Conozco la pregunta que se harán muchas personas: '¿por qué darle a un adicto a una sustancia ilícita, otra sustancia ilícita?' Pero esto es así porque en un momento dado alguien lo consideró ilícito. No hay correlación entre riesgos y beneficios y el lugar que ocupa esta sustancia en términos de ilegalidad.

PREGUNTA. La historia nos dice que la gran época de la investigación con psicodélicos fue la década de los 60, que el presidente de Estados Unidos Richard Nixon destruye en los 70, durante su guerra contra las drogas. ¿Se ha perdido mucho tiempo?

RESPUESTA. Demasiado. Demasiado tiempo perdido en el desarrollo medicinal de ciertas drogas. Se siguió investigando un poco en animales y también algo en Suiza por parte de colegas estadounidenses, y algo también en EEUU, pero muy poco. Hasta que la investigación volvió suavemente y algunas personas, de repente, fueron autorizadas a hacer algunos estudios, y eso terminó por abrir lentamente esta nueva era o renacimiento de la ciencia psicodélica de la que ahora todos somos parte. La inactividad la genera Richard Nixon, como mencionaba, dando un final brutal a la investigación con psicodélicos. Se ha perdido un tiempo precioso. Aunque algunos dirán: «Bueno, ahora estamos mucho más preparados».

P. ¿Lo estamos?

R. Sí, desde luego. Pero la gente no era idiota en ese entonces. Hubo grandes profesionales, científicos y pacientes con las mismas historias que ahora. Es una pena tanto tiempo perdido, pero no podemos cambiar el pasado. Hay que buscar resquicios de esperanza, y la podemos encontrar por ejemplo en la evolución de la terapia de conversación. Hace 100 años era muy psicodinámica, psicoanalítica, Freud, etcétera. Luego vino un enfoque muy cognitivo, se desarrolló la terapia cognitivo-conductual y, ahora, tenemos esta tercera ola en la que se mezclan muchas cosas: mindfulness, ejercicio somático... Hay muchas terapias conversacionales en maduración que encajan bastante bien con la terapia psicodélica. Tal vez la psicoterapia ha madurado de forma espontánea, y esto brinda oportunidades a los psicodélicos. Un campo a explotar en el que ya hay muy buenas escuelas, formaciones, terapeutas clínicos con experiencia y nuevos enfoques. Todo esto puede combinarse de manera significativa y segura con los psicodélicos.

P. Usted viene también de la neurociencia y es un especialista en imagen cerebral. ¿Cómo ha evolucionado su investigación?

R. No tenemos aún el método perfecto, no entendemos completamente el cerebro, apenas estamos arañando su superficie, pero la arañamos mejor que en los 70 así que creo que podemos entender mejor lo que sucede. En todo lo que hemos publicado hasta el momento sobre imagen cerebral tras el uso de psicodélicos no hemos encontrado ningún signo de adicción. Las personas con adicciones vienen a tratarse a nuestro centro y estamos configurando dos nuevos ensayos, uno para la adicción al juego y otro para la adicción a los opiáceos, donde intentaremos tratar a estas personas con terapias de psilocibina. Hay incluso mucho trabajo publicado sobre la terapia con ketamina para la adicción al alcohol. Sé que es una paradoja tratar la adicción al alcohol con ketamina, pero lo cierto es que funciona muy bien.

P. Explique cómo lo consigue, por favor

R. La característica principal del psicodélico es la oportunidad para generar cambios, para romper ciclos y patrones de conducta y mejorar el bienestar, la resiliencia, la creación de significado... Y todo eso es muy importante para una persona que está atrapada en la adicción y realmente sufriendo. Se necesita algo transformador, y la psilocibina es un instrumento perfecto para generar esa experiencia transformadora, las personas no se vuelven adictas a ella porque no pasa por los sistemas del cerebro que hacen que las personas se vuelvan adictas.

P. ¿Qué debería suceder entre los profesionales de la salud mental para aceptar estos tratamientos?

R. Uno de los psiquiatras que trabajan conmigo en el Imperial College hace retiros en lugares donde es legal el uso de la psilocibina y tiene un perfil muy concreto e innovador: está muy informado terapéuticamente y es muy abierto y reflexivo en cuanto a la relación con los pacientes. Esto debería estar sucediendo, sucede, pero lo necesitamos a mayor escala: profesionales que sean capaces de colaborar con otros, como psicólogos y terapeutas.

P. ¿Qué función tendría cada profesional?

R. El psiquiatra puede trabajar con la ketamina o la psilocibina y el terapeuta ayudar a experimentarla y catalizarla. Juntos hacen que el espacio donde sucede la ingesta sea seguro para los pacientes. Pero la psiquiatría convencional no ha llegado aún a este nivel. No se entiende del todo bien qué es un estado alterno de la conciencia, que es lo que consiguen los psicodélicos. Y habría que tener la humildad de reconocer que un psiquiatra solo no puede solucionar las cosas. Ojalá hubiera más centros donde terapeutas y psiquiatras trabajaran juntos.

P. ¿Qué propone?

R. Me atrevo sólo a sugerir: tenemos los medicamentos, tenemos los profesionales, ¿por qué no generamos los espacios seguros en los que poder trabajar en pro de los pacientes? Hay evidencia para el tratamiento de adicciones con ketamina incluso para el TOC y, particularmente para la depresión o el PTSD.

II

Andy Mitchell. Los diez viajes del gurú de las drogas psicodélicas: "No son una puerta que todos debamos abrir", en El Mundo, por Ricardo F. Colmenero, Lucía Martín, 23/10/2024:

LSD, ayahuasca, hongos... El terapeuta experto en trastornos mentales ha probado los psicodélicos, naturales y sintéticos, que podrían usarse con fines médicos en pleno debate sobre su legalización. Lo cuenta en su nuevo ensayo. "No son una puerta que todos debamos abrir", advierte

Advertencia: lea atentamente este artículo y, en caso de duda, consulte a su médico o farmacéutico, porque vamos a hablar sobre drogas. Los psicodélicos están de moda. La literatura científica ha reabierto la caja de Pandora, y ha llegado a la conclusión de que siguen siendo un misterio. Por eso el neuropsicólogo Andy Mitchell ha decidido enfocar el asunto desde la literatura de viajes.

Acompañado de científicos, gánsteres, capitalistas de riesgo, estafadores, psiconautas y chamanes, Mitchell viaja a un laboratorio de neuroimagen, a la Amazonia colombiana, a Silicon Valley y a la cocina del sótano de un amigo para hacer de cobaya. En 10 viajes. La nueva realidad de las drogas psicodélicas (Debate), el inglés va probando la gastronomía psicodélica planetaria al tiempo que escribe todo lo que ve, lo que no significa que, necesariamente, estuviera allí.

Tras décadas de satanización y criminalización, las drogas psicodélicas intentan colarse de nuevo en la psiquiatría tradicional. La psilocibina y el MDMA quieren ser terapia. Las universidades y Wall Street quieren apuntarse. Y a pesar de la preocupación por provocar consecuencias no deseadas, sólo en Estados Unidos el valor de mercado de los hongos alucinógenos previsto para el año 2028 es de 6.400 millones de dólares, lo mismo que los alimentos para bebés, y diez veces más que las pastillas de chocolate M&M's.

Un reciente estudio publicado en New England Journal of Medicine enfatizaba los beneficios de los hongos alucinógenos para tratar la depresión. Mientras otros le imputan propiedades para tratar el estrés postraumático, el alzhéimer, los aneurismas, el dolor crónico, las enfermedades oculares, la inflamación y problemas inmunitarios. Fondos de capital riesgo han creado start-ups, como Compass Pathways y Atai Life Sciences, que compiten para desarrollar y patentar la medicación del futuro.

-¿Cree que ha sido un error la ilegalización?- preguntamos a Mitchell.

-Ha sido una mala idea. En términos de investigación hay un agujero de 30 años. A veces anuncian un descubrimiento, pero muchas propiedades ya eran sobradamente conocidas en los años 50 y 60. Había más libertad para investigar y el gobierno lo apoyaba. Y aunque ahora se están haciendo investigaciones, llegar a ensayos clínicos a gran escala en problemas de salud mental y expandirlos luego a los sistemas médicos es casi imposible. Así que la censura continúa. Pero creo que es inevitable que al final veamos algún tipo de legalización, que puede ser impulsada por la cantidad de inversión que hay ahora, porque se puede ganar mucho dinero.

-Entonces, ¿ya no generan adicción?

-Hay una disputa muy antigua sobre hasta qué punto una sustancia tiene propiedades adictivas y hasta qué punto es el entorno, la fisiología y la motivación emocional. Y el debate es irresoluble porque se puede probar en cualquier dirección. Lo que está claro es que la adicción afecta mayormente a personas de nivel socioeconómico bajo. A veces parece que los médicos lo utilizan como una forma de categorizar a los pacientes, y hay investigaciones que demuestran que si son adictos reciben una peor atención. Yo sé por mi propia experiencia que tengo más capacidad adictiva que otros. Si vuelvo a fumar un cigarrillo por primera vez en 25 años, sé que voy a querer otro 15 minutos después, y eso no es por el entorno, sino por mi fisiología individual. La mentira y la adicción son primas hermanas, y quiero ser sincero.

Las drogas, cuenta Mitchell, «te harán feliz, ecologista, valiente, liberal, inteligente, creativo, iluminado y dispuesto a enfrentarte a la muerte». Pero también «te volverán inseguro, aterrado, loco, conservador, anárquico y gamberro. Ambas experiencias son posibles, y ambas son buenas, porque estás desarrollando una tolerancia a dificultades que la vida te puede poner delante».

En su primer viaje, Mitchell recibe una superdosis de ketamina por vía intravenosa mientras le escaneaban el cerebro en una máquina de resonancia magnética. En el segundo viaje toma hongos mágicos con el padre Bede Healey, un monje católico que además era psicoanalista y psicólogo clínico, y que llevaba años padeciendo depresión. En el tercero, MDMA: «Aquél fue el episodio más terrorífico de mi vida. Pude vislumbrar distintas expresiones de la locura, imagino que no muy distintas a las de los pacientes de psicosis aguda a los que he tratado en el pasado».

-Muchos de los que han ido a un viaje psicodélico no han muerto, pero tampoco han vuelto.

-Con los psicodélicos tradicionales más potentes existe el riesgo de que puedas iniciar un proceso psicótico, y sabemos muy poco sobre los procesos psicóticos, y asumimos que las personas eventualmente regresan. Pero cuando regresan, ¿en qué sentido han cambiado? A veces pueden alterar para siempre su relación con la realidad, y eso es en parte lo bueno de los psicodélicos, que puedes romper viejos malos patrones, pero también romper los buenos.

La humanidad, a ojos de Mitchell, está emprendiendo otro «mal viaje» que le está desconectando de la realidad, y que no supone consumir nada ilegal: «Las personas pueden o no cambiar, pueden descanalizar sus mentes recurriendo a la terapia, la meditación, los paseos en la naturaleza y las drogas; mientras tanto, nuestro entorno digital hace lo contrario: es todo canalización, un canal que se hace más profundo con cada clic gracias a algoritmos diseñados para hacer que nuestros cerebros sean más predecibles, menos nuestros. La gente ha empezado a consultar ChatGPT como si un chamán pudiera consultar a un dios. Quiero descargarme qué sucederá en el futuro, cómo mejorar mi vida y que me digas quién soy. Transferimos a la IA el poder que hace 2.000 años dábamos a un chamán en Perú. En este momento está apareciendo mucho artículo sobre salud mental diciendo que los psicodélicos nos ayudarán a conectarnos con nuestra cultura y nuestro entorno. Eso es para los pueblos indígenas, convertirse en parte del universo, mientras que para Occidente es una forma de desconectar».

Mitchell también viaja a la Ibogaína, el «enteógeno más poderoso conocido por el hombre. La molécula psicoactiva más potente sobre la faz de la Tierra...», procedente de la iboga, un arbusto de la selva tropical originario de África. En una trayectoria de norte a sur que sigue con la ayahuasca, y más tarde el LSD.

-Es que a veces parece que sólo ves dibujos animados o que llevas unas gafas de realidad virtual y no acabo de cogerle el punto.

-En mi caso, pienso y leo mucho sobre Neurociencia, sobre naturaleza, sobre Filosofía, y a veces quiero tener experiencias en primera persona que me ayuden a esclarecer ciertas cosas. Siempre he tenido esa disposición, pero tengo amigos que no están interesados en este tipo de cosas y no son ni mejores ni peores. No creo que los psicodélicos sean una puerta que necesariamente todos debamos abrir, que es lo que a menudo sugiere la literatura.

"Gran parte del discurso a favor de los psicodélicos es que resolverán los problemas de la humanidad pero la humanidad no es un problema que haya que resolver", Andy Mitchell

Eso ahora, porque antes de rozar los 50, Mitchell no se había acercado a una droga psicodélica. Criado en Leeds, su primera droga fue la música, y se convirtió en cantante de una banda punk llamada Armitage Shanks, como el principal fabricante de inodoros del Reino Unido. Después estudió Literatura Inglesa en Oxford, fundó una ONG para personas sin hogar, luego otra para bandas mexicanas de Los Ángeles, y luego otra para niños discapacitados en el norte de la India. Acabó este ciclo de su vida haciéndose monje durante tres años en California. Y a los treinta y pocos años se metió de lleno en la Psicología y la Neurociencia, para regresar a la literatura.

En Sierra Nevada de Santa Marta, en Colombia, la coca se convierte en una versión psicodélica de El libro de la selva. «Las hojas de coca aportan claridad mental, promueven la sensación de conexión con los demás y con la Madre que se necesita para los ritos de adivinación. También sirven como estimulantes para realizar trabajos agrícolas o recorrer a pie las prodigiosas distancias requeridas para el cuidado de todo el territorio. El efecto moderadamente eufórico da pie a danzas y música, que se consideran formas sociales de pago. También promueve la excitación sexual para la concepción, reduce el hambre y ofrece nutrición al mismo tiempo, ya que es rica en vitaminas, factor importante en un contexto de relativa escasez de vegetales como el de la sierra. Además, es un símbolo de reciprocidad: siempre que un hombre se encuentra con otro, se intercambian hojas en señal de respeto».

Aproximadamente el 40% de las drogas farmacéuticas occidentales proceden de plantas que llevan siendo utilizadas siglos por pueblos indígenas, lo cual no se limita a los psicodélicos, sino también a medicamentos básicos como la aspirina o el fármaco para la quimioterapia Taxol.

-¿Cree que cambiará la forma de ejercer la Medicina? ¿Qué ya no vale con tomar una pastilla tres veces al día sino que hará falta un acompañamiento tipo chamán?

-Es complicado coger una práctica que tiene milenios, sacarla de un entorno y trasplantarla a un contexto occidental moderno, donde tenemos ideas muy fijas sobre el tratamiento psiquiátrico, y lo que es la relación entre un médico y un paciente. Muchos de los paradigmas de investigación de los últimos 20 años han tenido una noción muy simplista. Tomamos un poco de algo que está ligado a una cultura y lo pegamos en nuestro modelo médico. Hay que ser humilde sobre lo que es posible dándole a alguien una pastilla cuando el resto de su entorno sigue siendo occidental. Aunque haya tenido una experiencia increíble durante cuatro horas, ¿eso va a cambiar su perspectiva a largo plazo? ¿Estamos tratando con algo que tiene que ver sólo con la neurofisiología, o con algo que tiene que ver con la naturaleza de nuestra existencia?

Sin embargo, al final del libro, Mitchell echa un jarro de agua fría sobre el futuro de la Medicina Psiquiátrica: «Nunca he conocido a un médico que considere los trastornos mentales como problemas que deban ser resueltos. Nuestra salud mental, igual que la física, es irreparable a largo plazo, del mismo modo que nuestro sufrimiento es inevitable, y cuanto más creamos en su evitabilidad, más patologizaremos nuestro fracaso».

-No parece muy optimista.

-Tal vez haya algo de escepticismo británico en la frase. Pero gran parte del discurso a favor de los psicodélicos es que resolverá los problemas de la humanidad, y la humanidad no es un problema que haya que resolver. Hay mucho discurso utópico, como si pudieran erradicar todos los problemas y descubrirnos quiénes somos. Pero ser un humano es tener cierto grado de sufrimiento, aprender a tolerarlo y aprender a digerirlo. Es todo lo que quería decir con esa frase.

III

La alucinógena historia del LSD, de los calabozos nazis y los cuarteles de la CIA a la época hippie: "Vivimos un renacimiento psicodélico", en El Mundo, Josetxu L. Piñeiro,  19/11/2024:

El periodista alemán Normal Ohler retrata en su nuevo libro el amanecer de la era psicodélica tras el fin de la II Guerra Mundial en un viaje lisérgico que conecta la ciencia, la cultura de las drogas y su uso por parte de los gobiernos: "Nadie podía estar seguro de lo que había desayunado"

Unas Navidades, el inesperado regalo que recibió la madre con Alzheimer de Norman Ohler (Zweibrücken, Alemania, 1970) fue un misterioso sobrecito azul con la S de Superman. Dentro, su hijo había puesto LSD, el psicodélico más famoso. Ohler, como periodista y escritor, ya venía documentándose sobre este tipo de drogas y conocía un estudio que reportaba cierta mejoría en casos de demencia al suministrar microdosis del alucinógeno. Lo comentó con su padre y juntos decidieron colocar el compuesto entre los paquetitos del árbol navideño. No tenían nada que perder.

El propio Ohler comparte la anécdota en Un viaje alucinógeno. Los nazis, la CIA y las drogas psicodélicas (Crítica), un trepidante ensayo donde se adentra en los episodios más negros del siglo XX para explicar cómo el LSD descarriló de su propósito medicinal inicial para convertirse en una especie de sustancia maldita vinculada a los experimentos químicos más espeluznantes de la guerra mental, un subproducto de la que se luchaba con metralletas.

"En el libro trato de responder a la pregunta que me hizo mi padre, juez jubilado, cuando le enseñé el estudio sobre el LSD y el Alzheimer. Me dijo: '¿Por qué no puedo comprarlo en una farmacia si tan útil es?' Investigué y descubrí que, más allá de los riesgos que tiene para la salud, la sustancia era ilegal más bien por razones políticas e históricas", explica el autor por Zoom desde un Berlín que amanece bañado en aguanieve.

En su ensayo, el escritor alemán nos teletransporta al laboratorio de Sandoz, la farmacéutica suiza que sintetizó el LSD en 1938; a los truculentos calabozos nazis donde se testó como suero de la verdad durante la II Guerra Mundial; y, más adelante, a las oficinas más oscuras de la CIA durante la Guerra Fría. Como en una novela de espías, la fórmula fue pasando de mano en mano. Una belicosa carrera de relevos donde, al final, todos perdieron de vista el interés médico del producto.

"Encontré evidencias de que las SS usaron psicodélicos en el campo de concentración de Dachau con prisioneros", retoma el alemán para empezar desde el principio. "A partir de ahí, me planteé si el LSD también se habría usado y encontré un documento probatorio de que en 1943 la farmacéutica suiza Sandoz envió ergotamina, un precursor del LSD, a Richard Kuhn, el nazi que lideraba el desarrollo de armas bioquímicas para el Reich. Estaba claro que a él le interesó esta sustancia y que el compuesto apareció en Dachau".

Los médicos que se metieron de todo en el XIX: "Está bien que yo lo haga porque soy científico, pero usted no debería"

Mientras los nazis lo pervertían con sus atroces experimentos, Sandoz siguió ensayando con el LSD en Suiza para desarrollar un medicamento. Los conejillos de indias fueron sus propios empleados, quienes refirieron sentirse más que felices de su existencia tras aquellos primeros viajes psicodélicos de la historia. Aquel entusiasmo postizo prometía mucho: "Pensaron que el revolucionario fármaco sería de gran ayuda tras la guerra, en un escenario de trauma y depresión para millones de personas".

Pero el destino tenía planes bien distintos: "Cuando los americanos liberaron Dachau encontraron documentos nazis sobre los experimentos que las SS habían hecho con el LSD como suero de la verdad y pensaron que para ellos también sería interesante disponer de algo similar en la Guerra Fría, que concebían también como una guerra mental. Así que presionaron a Sandoz para que no lanzara el LSD al mercado".

Los agentes americanos no querían que la sustancia cayera en manos de los comunistas y en Sandoz temían que las represalias alcanzaran a otros productos, así que los suizos no se la jugaron. Ya saben: como las irrechazables ofertas de las películas de la mafia. En ese escenario de posguerra, los estadounidenses supieron adelantarse al resto de potencias para conseguir el valioso know how. De hecho, llegaron a contratar a Kuhn como asesor a sueldo. Sí, el nazi ario de los monstruosos experimentos en Dachau.

"Le entrevistaron en 1945 y él les puso sobre la pista del LSD, así que se anticiparon a los soviéticos", refiere el entrevistado. Los yanquis se hicieron con todo el kit: los expertos, la información top secret y el producto. Embarcaron el LSD hacia Estados Unidos y allí empezó el desmadre psicodélico a la americana. Primera estación del despendole: las oficinas de la CIA.

"La CIA tenía un programa de control mental, MK ULTRA, con un tipo llamado Sidney Gottlieb al frente que había requisado el LSD en Suiza. Al volver a casa, decidió probarlo para comprender cómo actuaba la sustancia y también se la proporcionó a sus colegas, quería que le reportaran qué habían sentido con vistas a usarla como arma. Pero, además, se la dio a otros agentes sin su consentimiento. Les echaba una gota en el café por la mañana y luego los observaba: quería testar los efectos pillándolos desprevenidos. Es la época loca donde en la sede de la CIA nadie podía estar seguro de lo que había tomado en el desayuno", desarrolla Ohler.

El desenfreno psicodélico enseguida permeó hacia otros escenarios de la sociedad americana. Siguiente parada: la universidad: "El primer test con ciudadanos de a pie tuvo lugar en Harvard, lo hizo un profesor llamado Beecher que era consejero de la CIA. Básicamente continuó en Harvard los test de las SS en Dachau".

"La CIA abrió la caja de Pandora, aunque no fuera su intención"

La investigación -y con ella el ácido de propiedades alucinógenas- se propagó después por los barrios de la contracultura: "Tenían dos pisos francos, uno en Nueva York y otro en San Francisco, con cámaras y micrófonos ocultos. Los agentes invitaban a gente de la calle y les daban LSD sin consultárselo para analizar los efectos. También contrataban prostitutas para ese cometido. Todos estos anéticos experimentos se hicieron a principios de los 50".

¿Y cómo llegó la droga hasta los hippies? Como resultado de todo la anterior. Ohler pone un ejemplo: "Al escritor Ken Kesey la CIA le pagó 75 dólares por probar el LSD y... le resultó maravilloso. Publicó Alguien voló sobre el nido del cuco y, con el dinero ganado, compró un autobús, lo pintó de colorines y recorrió el país distribuyendo el psicotrópico. La CIA abrió la caja de Pandora, aunque no fuera su intención. Por eso dijo John Lennon que todo había que agradecérselo a la CIA y al ejército americano'".

Aquel tremendo jaleo fue la antesala de la ilegalización. Entre finales de los años 60 y principios de los 70, Lyndon B. Johnson y Richard Nixon metieron los psicodélicos en el mismo saco que otras drogas y lo enterraron con cadenas. Al LSD se le castigó con las prohibiciones más duras.

-¿Qué perdimos con aquellas decisiones?

- La oportunidad de investigar si el LSD es una buena opción ante la demencia y la depresión. Perdimos décadas preciosas: si se hubieran aprovechado quizá ya tendríamos un medicamento para el Alzheimer. Y la demencia es la pandemia del futuro, en realidad ya lo es, como en el caso de mi madre... Es un escándalo, necesitamos cambiar las políticas inmediatamente para que los científicos puedan investigar cómo usar el LSD y otras medicinas psicodélicas en salud mental.

Ohler también percibe brotes verdes: "En 2015, en la Universidad Johns Hopkins descubrieron que la psilocibina -un alcaloide de las setas mágicas primo hermano del LSD- era efectivo en casos de depresión severa. Antes de eso, estudiar los psicodélicos podría haber acabado con la carrera de un investigador. Pero, tras aquella publicación, se ha puesto de moda hacerlo. Vivimos un renacimiento psicodélico hacia el que miran ya muchas compañías".

-¿Qué notaron tras dar LSD a su madre?

-Mi padre y yo vemos que es muy bueno para ella tomarlo, aunque no podemos generalizar: quizá sea coincidencia y solo a ella le provoque esta reacción positiva. Notamos que es más consciente de lo que sucede a su alrededor y que habla con más fluidez, para su cerebro es como hacer yoga. Se pone de buen humor y empieza a cantar. Cuando no lo toma, está más retraída, ligeramente deprimida. Mi padre lo vio como un milagro.

Sigue lloviznando por su ventana cuando Ohler aclara que no se trata de un apologeta de las drogas: "Quiero aclarar que nadie debería recurrir al LSD sin comprenderlo. También, recordar que es ilegal y que no animo a nadie a hacer algo que pueda tener consecuencias como la cárcel. De hecho, la policía investigó a mi padre tras la publicación del libro, pero llegaron a la conclusión de que no hacía nada malo y abandonaron sus pesquisas. Es algo arriesgado, incluso desesperado. Pero como no hay otra alternativa, mi padre decidió correr el riesgo".

¿Hizo bien? ¿Hizo mal? Juzguen ustedes. Pero dentro de aquel sobrecito azul con la S de Superman había más de una sonrisa. Para el señor y la señora Ohler, y para Norman, su hijo.

miércoles, 10 de diciembre de 2025

14 dolencias mentales comparten el mismo origen genético. Dossier.

  Dossier

I

 Enfermedades mentales. El ‘parentesco molecular’ de las enfermedades mentales: 14 trastornos comparten variantes genéticas de riesgo, en El País, por Jessica Mouzo, 10 DIC 2025:

Un estudio basado en datos de ADN de un millón de personas alumbra una clave biológica para ayudar a comprender estas dolencias y mejorar el diagnóstico.

Existen unos lazos genéticos muy estrechos entre algunos trastornos psiquiátricos. Se ve en la clínica, cuando a los médicos les cuesta etiquetar una dolencia concreta o se encuentran con que un paciente con depresión desarrolla también ansiedad, por ejemplo. Las fronteras entre unas afecciones mentales y otras son, en ocasiones, confusas a pie de consulta y eso tiene una explicación a nivel molecular: hay una especie de parentesco genético, variantes de riesgo comunes entre dolencias. Un nuevo estudio, publicado este miércoles en la revista Nature y basado en el análisis de ADN de más de un millón de personas, ha ahondado en este campo y ha alumbrado ese hilo molecular que conecta una quincena de trastornos mentales.

En concreto, esta investigación internacional ha descubierto que 14 dolencias comparten, en mayor o menor medida, variantes genéticas de riesgo. Esto es, señales moleculares que predisponen a desarrollar estas afecciones mentales. Los autores identificaron, específicamente, cinco grupos de enfermedades que tienen una alta correlación genética: sucede, por ejemplo, entre esquizofrenia y trastorno bipolar; o entre ansiedad, depresión y estrés postraumático; o entre autismo y trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH). Los hallazgos sugieren que las marcas genéticas compartidas están muy vinculadas a las primeras etapas del desarrollo cerebral y estudiarlas en profundidad podría ayudar a comprender mejor los trastornos de la mente, mejorar el diagnóstico y alentar nuevos tratamientos. Esta investigación sigue la estela de otros estudios que ya han ido alumbrando en los últimos años retazos de esos lazos genéticos entre las enfermedades del cerebro. “Se trata de ir desentrañando todas las piezas del puzle genético para hacer una medicina de precisión y predicción”, explica Antoni Ramos Quiroga, jefe de Psiquiatría del Hospital Vall d’Hebron de Barcelona e investigador del Centro de Investigación Biomédica en Red de Salud Mental (CIBERSAM). El médico, que ha participado en esta y otras investigaciones del mismo campo, asegura que estudios como estos “ayudarán a redefinir los trastornos mentales, no solo en función de síntomas, sino también según variables genéticas”.

En este caso, los autores identificaron cinco categorías que conectan grupos de enfermedades mentales con un alto grado de riesgo genético compartido. Así, el “factor compulsivo” engloba la anorexia nerviosa, el trastorno obsesivo-compulsivo (TOC) y el síndrome de Tourette en el mismo grupo; el llamado “factor internalizante” aglutina depresión, ansiedad y estrés postraumático; otra categoría es la del tándem esquizofrenia y trastorno bipolar; el “factor del neurodesarrollo” contempla autismo y TDAH; y la última categoría con fuertes vínculos genéticos en común es el de las sustancias de abuso, donde se agrupan las adicciones al tabaco, el alcohol, el cannabis y los opioides. La correlación más fuerte se ve dentro de cada grupo, pero también existen señales genéticas compartidas entre dolencias ubicadas en distintas categorías.

“Por ejemplo, entre TDAH y depresión hay un porcentaje [de variantes genéticas compartidas] elevado”, ejemplifica Ramos Quiroga. Los hallazgos, insiste, coincide con “la realidad clínica” que observan en la consulta.

Estas señales genéticas compartidas, aclara Ramos Quiroga, son “factores de predisposición”. Es decir, que aumentan el riesgo. Pero recuerda que tener una de estas variables no significa que una persona vaya a desarrollar alguna de esas enfermedades.

En la construcción de trastornos mentales intervienen muchos genes, pero también el ambiente. Hay “una interacción entre factores”, recuerda el psiquiatra de Vall d’Hebron: “Hay factores desde el origen que nos predisponen, pero también hay que poner el foco en el ambiente y luchar contra las agresiones sexuales o el abuso de tóxicos, por ejemplo, [estas circunstancias elevan el riesgo de peor salud mental]”.

Primeras etapas del desarrollo cerebral

Los autores del artículo publicado en Nature deslizan que las variantes de riesgo identificadas desempeñan un papel en las primeras etapas del desarrollo cerebral. “Esto nos indica que esos factores genéticos están marcando cómo se va a desarrollar la conexión neuronal en el cerebro y puede que haya una alteración desde el inicio”, reflexiona Ramos Quiroga.

En un comentario adjunto, Abdel Abdellaoui, investigador del departamento de Psiquiatría de la Universidad de Amsterdam, hace hincapié en esto también: “En todos los factores, los genes asociados muestran una expresión máxima durante el desarrollo fetal, lo que destaca la importancia de los procesos de desarrollo temprano en el riesgo psiquiátrico”.

Con todo, Ramos Quiroga pide no perder de vista la complejidad de estos trastornos y recuerda que son multifactoriales: “Si tienes una susceptibilidad y le pones otros factores que aumentan esa susceptibilidad, es peor: hay factores genéticos que te confieren más riesgo y tienen que ver con cómo se desarrolla el cerebro, pero también hay otras variables relacionadas con factores inmunológicos; y, además, el entorno también influye porque, por ejemplo, si te genera estrés, eso afecta a nivel inmunológico”, subraya.

Abdellaoui coincide y apunta a que estos trastornos psiquiátricos parecen surgir cuando “ciertas combinaciones de genes y experiencias vitales se combinan de forma desfavorable”. “Esto debería replantear las enfermedades mentales no como una biología defectuosa, sino como la desafortunada intersección de la variación natural y el estrés ambiental”, defiende.

Redefinir el diagnóstico

Abdellaoui sostiene, por otra parte, que esas variantes genéticas están agrupadas en cinco categorías “que trascienden los límites diagnósticos actuales” y plantea si estos patrones genéticos compartidos entre 14 trastornos psiquiátricos pueden hacer repensar el marco diagnóstico de las enfermedades mentales. “Pocas variantes genéticas son exclusivas de un solo diagnóstico, lo que sugiere que las categorías del Manual Diagnóstico y Estadístico (DSM; la herramienta convencional para el diagnóstico de trastornos psiquiátricos) podrían ser útiles clínicamente, pero son aparentemente arbitrarias a nivel biológico”, conviene.

Francina Fonseca, jefa de Psiquiatría del Hospital del Mar de Barcelona, defiende que las clasificaciones actuales siguen sirviendo porque ayudan a los profesionales a entenderse, a hablar el mismo lenguaje. Pero asume que hay que “hacer autocrítica, ser humildes y rigurosos” e intentar afinar cada vez más los diagnósticos.

La psiquiatra matiza que esta investigación, en la que no ha participado, no tendrá una repercusión inmediata en la práctica clínica, pero sí ayudará a clasificar mejor estas enfermedades: “En salud mental no tenemos pruebas de laboratorio o de neuroimagen que nos permita hacer un diagnóstico de lo que pasa en el cerebro. Nos centramos en síntomas, que pueden estar basados en la subjetividad de quien los sufre o los interpreta. Pero para alcanzar un buen abordaje diagnóstico y terapéutico, necesitamos encontrar la alteración fisiológica, qué circuitos cerebrales están alterados”.

Ramos Quiroga concuerda con que toda esta línea de investigación “ayudará a tener una clasificación de los trastornos mentales más vinculada a factores biológicos” y añade que también abre una puerta para identificar dianas moleculares sobre las que desarrollar nuevos fármacos.

II

Salud mental. Una revisión de estudios concluye que los hijos de personas con trastornos mentales tienen mayor riesgo de sufrirlos, en El País, por Daniel Mediavilla, 15 DIC 2023:

Los autores plantean que se haga un diagnóstico precoz a los parientes de personas con dolencias psiquiátricas para aplicar medidas preventivas.

Trastornos mentales

Los factores sociales y genéticos se combinan para hacer que los trastornos mentales sean más frecuentes en algunas familias. Los hijos de personas con enfermedades mentales tienen un mayor riesgo de sufrir sus mismos trastornos y otros diferentes. Esto se debe a una combinación de factores genéticos y del entorno que favorecen la aparición de esas dolencias y que son más frecuentes en unas familias que en otras. Ahora, una revisión de 211 estudios publicada en la revista científica World Psychiatry, ha tratado de estimar este incremento de riesgo tomando datos que incluyen a tres millones de hijos con al menos un progenitor afectado y 20 millones de personas más sin diagnósticos en la familia como control.

De media, los autores calculan que alrededor de uno de cada dos hijos de personas con ansiedad, trastorno bipolar o depresión sufrirá la dolencia de sus padres u otra. Más de un tercio de los hijos de padres con alguna adicción y uno de cada seis con psicosis también tendrán algún trastorno mental. En lo que respecta al incremento de riesgo de sufrir el mismo trastorno que su padre, que el progenitor tenga déficit de atención multiplica por ocho las probabilidades de que lo padezca su vástago. En el caso del trastorno bipolar multiplica las probabilidades por cinco, y en el de las adicciones, la depresión o la ansiedad por dos. Cuando se miran los riesgos combinados, los hijos de padres con psicosis multiplican por 5,8 el riesgo de padecer esa enfermedad y por 2,6 el de sufrir alguna otra. Las dos cifras son similares para el trastorno bipolar. Los resultados presentados en esta revisión de estudios van en la línea de estudios previos realizados con gemelos. Estos individuos idénticos genéticamente comparten hasta en un 77% la psicosis, en un 76% el trastorno bipolar, en un 40% la ansiedad y en un 34% la depresión.

En una conferencia de prensa organizada por el SMC España, Joaquim Raduà, psiquiatra del Hospital Clinic-IDIBAPS y coautor del estudio, ha señalado el valor de este trabajo para “identificar un subgrupo de la población en parientes de personas con mayor riesgo para aplicar tratamientos preventivos específicos”. En el estudio se advierte que esta búsqueda de síntomas entre los hijos de afectados por estas dolencias no se aplica de forma rutinaria y es algo que debería cambiar. “Esta prevención debería ser transdiagnóstica”, ha añadido Raduà, teniendo en cuenta que tanto los factores genéticos como los ambientales parecen favorecer la aparición de trastornos diversos.

Aunque no se puede saber si unas medidas de prevención concreta han evitado el desarrollo de un trastorno en una persona determinada, los estudios de población indican que son efectivos, pero es necesario que estén individualizados. Se ha observado que las intervenciones aplicadas en la escuela, de forma general, para prevenir síntomas depresivos o de ansiedad, no son eficaces y que pueden, incluso, causar daño a algunas personas. Por este motivo, es importante, según indican los autores, identificar las personas con mayor riesgo para iniciar las intervenciones de forma precoz.

Entre las medidas que se plantean, muchas de ellas tienen que ver con evitar factores que incrementan el riesgo de que una enfermedad se desencadene, como el consumo de cannabis o de otras sustancias, la mala salud metabólica y la obesidad, que se pueden prevenir haciendo ejercicio y teniendo una alimentación adecuada. Algunos factores como la exposición a sucesos traumáticos o a la pobreza extrema o el aislamiento social también favorecen la aparición de trastornos.

Alberto Ortiz Lobo, psiquiatra del Hospital Universitario La Paz, en declaraciones a SMC España, ha sido crítico con las conclusiones del estudio. “Los resultados revelan que un 55 % de la descendencia de padres diagnosticados de cualquier trastorno mental va a desarrollar algún tipo de trastorno mental a lo largo de su vida, con un intervalo de confianza de nada menos que entre el 7 % y el 95 %”, apunta. En su opinión, estas cifras imprecisas no permiten “plantearse ningún consejo genético, como parecen sugerir los autores, puesto que no se ha demostrado la asociación entre diagnósticos de trastornos mentales y herencia biológica”. Para Ortiz Lobo, es más relevante actuar sobre los determinantes sociales como el maltrato infantil, los bajos niveles educativos o la pobreza.

III

Liliana Galindo, psiquiatra: “Hay un pico de psicosis en mujeres, alrededor de la menopausia, del que no se habla mucho por el estigma”, en El País, por Daniel Mediavilla, 14 OCT 2025:

La especialista en fármacos psicodélicos, de la Universidad de Cambridge, habla del potencial de estos medicamentos para tratar enfermedades mentales

Liliana Galindo (Bogotá, Colombia, 40 años) compara las terapias con sustancias psicodélicas para tratar la salud mental con una cirugía. “Es un cambio de paradigma. Antes dábamos medicación diaria, enfocada a tratar síntomas que en ocasiones causa efectos secundarios y con expectativa de tomarse por años. Este tipo de terapias requiere una inversión inicial importante, porque, además del fármaco, es necesario un terapeuta, un psiquiatra, una enfermera, que trabajen todos juntos, pero en un periodo corto, quizá de unos tres meses, para dar un tratamiento intensivo que busca ir a la causa de la enfermedad”. La experiencia de Galindo dice que el esfuerzo merece la pena. “En muchos casos hay una mejoría total”, afirma. Y cierra la analogía: “En una cirugía, se usa una anestesia para tolerar el dolor físico, el cirujano interviene y limpia la herida y después el cuerpo se cura. Aquí usamos una sustancia para abrir y tolerar el dolor emocional, ver la herida, procesarla y después la persona continúa con la mejoría, como en un postoperatorio”.

Las drogas psicodélicas están de moda en medicina, tras décadas arrinconadas por la mala fama y la ilegalidad a la que condujo su uso recreativo y su asociación a la contracultura. En 2019, se aprobó el uso de la esketamina, un análogo a la ketamina, para tratar la depresión grave, y en los últimos años han proliferado los estudios que muestran las posibilidades del MDMA, el éxtasis, frente al estrés postraumático, o la psilocibina, el principio activo de los hongos alucinógenos, para la depresión.

Galindo, que es profesora asistente en psiquiatría en la Universidad de Cambridge, psiquiatra en Cambridgeshire and Peterborough NHS Foundation Trust y fundadora del Cambridge Psychedelic Research Group, visitó hace unos días Madrid para participar en Psymposium, un foro organizado por la Fundacion Inawe, que promueve el avance científico y ético en salud mental, neurociencia e investigación psicodélica. La investigadora, que empezó su carrera en España junto a Magí Farré y Víctor Pérez-Sola, en el Hospital del Mar de Barcelona, habla de unas sustancias que suponen un cambio de paradigma en el tratamiento farmacológico de la salud mental, y en la comprensión misma de la mente, pero que también requerirán otra forma de plantear los estudios que midan su eficacia real.

Pregunta. El hecho de que muchas de estas sustancias se hayan utilizado para divertirse, ¿condiciona las expectativas que se tiene sobre ellas o las posibilidades de utilizarlas?

Respuesta. El ser humano ha utilizado sustancias como herramientas para tener diferentes estados de conciencia por miles de años. En América, muchas comunidades indígenas han utilizado sustancias psicodélicas, como la ayahuasca. Hay personas que las utilizan por motivos espirituales y otras por motivos recreativos, pero el modelo médico tiene diferencias fundamentales. Se hace de manera supervisada, con una sustancia que conoces con precisión y en una cantidad justa, porque ya sabemos que la dosis hace el veneno o, en este caso, el remedio.

P. ¿Cómo funciona?

R. En general, la persona tiene que tener tres tipos de sesiones. Unas sesiones de preparación en las cuales se conoce con un terapeuta, establecen una serie de objetivos, se conoce el pasado de esa persona, para entender el contexto y poder decidir.

También hay que dar información para saber qué hacer si el paciente siente ansiedad o si le vienen memorias que le causan mucha angustia. En estas sesiones de preparación se pueden practicar ejercicios para tranquilizarse en ese momento.

Después de estas sesiones de preparación, viene el momento en que se consume la sustancia, que tiene que ser en compañía de un terapeuta, que no puede ser uno cualquiera, sino alguien entrenado en estas intervenciones, que son bastante distintas de las de psicoterapia habitual. Aquí el terapeuta no interviene tanto como en otras sesiones convencionales, es más como un copiloto que apoya a la persona, que es quien decide por qué camino va a transitar.

En el caso, por ejemplo, del trastorno por estrés postraumático, se facilita que el paciente conecte con esas memorias traumáticas para revisitarlas y procesarlas, y eso es algo que hace la persona sola.

Y después de esa sesión vienen las sesiones de integración, que habitualmente se hacen el día después. Esas sesiones son claves, porque en los psicodélicos se ha visto que una de las razones por las que actúan es la neuroplasticidad. Pueden crear cambios a nivel inflamatorio y a nivel neuronal, e incluso de las conexiones dendríticas, y estos cambios parecen ser claves en la reconsolidación de memorias. Es importante aprovechar esa ventana de mayor neuroplasticidad después de tomar la sustancia para que la persona procese qué pasó durante las cuatro, seis o más horas, según la sustancia, que pudo durar la experiencia, para darle un sentido propio a lo que ha sucedido. En este caso, también con un terapeuta de apoyo.

P. ¿Qué es lo que hace en el cerebro estas sustancias para que tengan esos potenciales efectos beneficiosos?

R. En el caso de los empatógenos, como el MDMA, tienen estructuras que a veces son bastante similares a la de la serotonina o de la dopamina. Estos, por un lado, aumentan la serotonina, la dopamina o la noradrenalina, y producen sensaciones de bienestar, de sentir conexión. Pero también parece que producen un aumento de la oxitocina. Y esta oxitocina, que es la molécula del apego, viene a tener una acción muy importante en el reprocesamiento de las experiencias traumáticas.

Si piensas en la oxitocina, uno de los momentos en que se secreta bastante es alrededor del parto y durante la lactancia, cuando se hace todo el proceso del apego. Pero también ayuda a superar muchas de las memorias y traumas que hay en torno al parto y el nacimiento. Pueden ser traumáticas en ocasiones, pero aun así lo hacemos más de una, dos y tres veces. Hay un punto de esa reconciliación de memorias donde la oxitocina tiene un rol importante.

P. ¿Y los psicodélicos clásicos, como la psilocibina?

R. La acción específica es en uno de los receptores de serotonina, que son los 5HT2A. Esta acción serotoninérgica cambia nuestras conexiones cerebrales, se hace una especie de reset a patrones cognitivos previos.

Hay muchas enfermedades mentales en las que hay patrones cognitivos rígidos: las rumiaciones, cuando tenemos ansiedad y damos vueltas sobre lo mismo; en la depresión tenemos una idea o convicción de que algo está mal, pensamientos circulares difíciles de evitar; lo vemos también en el trastorno obsesivo compulsivo o en los trastornos de alimentación, con creencias sobre el cuerpo que son muy circulares.

Estas sustancias parecen hacer un reset en esas ideas y los cambios se ven bastante rápido, como después de sesiones con psilocibina, donde se ha visto mayor rango terapéutico. Ha mostrado mejoras muy grandes en depresiones resistentes al tratamiento, y se está viendo que incluso en TOC o en trastornos de alimentación hay evidencia preliminar que sugiere que pueden mejorar.

P. Si los psicodélicos facilitan plasticidad en el cerebro, igual que ayudan a deshacer nudos que provocan la depresión, ¿también pueden generar problemas nuevos?

R. Claro que sí, esto hay que investigarlo. Se han visto síntomas secundarios, sobre todo cuando las dosis no son supervisadas o el marco no es el adecuado. En contextos cuidados, parece seguro. Pero necesitamos entender mejor en qué dosis, para quién y cómo.

P. Ahora que los psicodélicos se empiezan a aceptar e, incluso, están de moda, a veces se ve una percepción de que son inocuos. ¿Qué riesgos hay que controlar con estas sustancias?

R. No son inocuos, pero ni los psicodélicos, ni cualquier tratamiento. Todo depende de la dosis, de quién la toma y de cómo la toma. El mayor peligro y lo que ha dado mala reputación a muchas de estas sustancias es que han existido en un mercado ilegal, donde la gente cree que toma cosas que no son. Por eso en el ámbito clínico lo primero que se monitoriza son las dosis. No hay opción de aumentar porque “se siente bien”.

Y, por supuesto, el hecho de que no todos los psicodélicos son buenos para todo y para todos, aunque tengan un potencial terapéutico muy grande.

Gran parte del enfoque de la investigación ahora es tratar de entender, de todas las sustancias que parecen tener un potencial terapéutico, qué tipo de personas se van a beneficiar y cuáles no. Hay que entender las contraindicaciones y qué personas se pueden beneficiar, por ejemplo, de una terapia con MDMA, con psilocibina o ayahuasca. Son totalmente diferentes.

Parte de la investigación es tratar de entender cómo cambia el efecto de las sustancias la historia personal, cuál es la enfermedad que estamos tratando, incluso cuál es la historia familiar, si hay otros miembros que hayan tenido enfermedades mentales o hayan tenido anteriormente reacciones adversas a sustancias de este tipo.

P. También trabaja en psicosis, en detectar con antelación las personas con riesgo de sufrirlas para evitarlas o paliar sus efectos.

R. La psicosis se refiere cuando alguien tiene cambios en su percepción de la realidad. Una persona comienza a tener una idea que se vuelve tan fuerte que, de cierta manera, nuestro cerebro trata de procesar toda la información que le llega como confirmación de esa idea, o trata de asociarla a esa idea y relacionar cosas que no están relacionadas. Y de repente es como si esa idea se robara toda la energía, toda la atención en la vida. Esa creencia comienza a ser lo más importante. Habitualmente está asociada a un miedo muy grande, lo que llamamos paranoia.

Hay diferentes contenidos: la persona puede creer que le están persiguiendo, o que tiene un poder, un superpoder, o que tiene una misión, pero de repente comienza a ver que todo está relacionado con esa idea. Ya sea: “me están persiguiendo”, “mi vecino es un alien”, la idea que sea.

Eso es lo que llamamos delirios. Aparte, otras personas pueden presentar lo que llamamos alucinaciones. Lo más frecuente es escuchar voces o cosas que no están ahí. Algunas personas también pueden ver cosas, pero es menos habitual. Además de estos cambios en la percepción y en el procesarmiento de información viene acompañada de un miedo enorme.

P. ¿Qué más se sabe?

R. En la mayoría de los casos comienza antes de los 20 y es más frecuente en los hombres. También sabemos que hay un segundo pico de psicosis de presentación que suele pasar en mujeres alrededor de cambios hormonales en la menopausia. De esto no se habla mucho y todavía hay mucho estigma, pero existe.

Lo que sabemos es que cuando las personas están presentando estos cambios, lo más importante es poder detectarlos a tiempo. Porque en ese momento hay un proceso de inflamación que está creando cambios a nivel cerebral que pueden producir, a largo plazo, cambios cognitivos o de memoria.

P. ¿Se puede intervenir?

R. A nivel mundial, el primer modelo de intervención temprana se desarrolló en Australia. La persona, durante al menos 3 años, va a ser vista muy frecuentemente, casi cada semana, por médicos, psicólogos, terapeutas ocupacionales; se trabaja con la familia, con la escuela, con el trabajo. Todo se enfoca en ayudar a que la persona vuelva a su vida como estaba antes de enfermar.

Lo que se ha visto es que, si se logra hacer este cambio en los primeros 3 años, y sobre todo, lo más importante, si la persona logra reconocer ese episodio como algo anormal, entender por qué es mejor seguir el tratamiento, detectar los síntomas tempranos de recaída (cada persona tiene los suyos), y vuelve a su funcionamiento previo, se puede prevenir a mediano o largo plazo que la enfermedad se deteriore.

Antes creíamos que no había forma de detener el progreso de las psicosis, o que necesariamente todo el mundo acabaría con mucho deterioro en un hospital mental. Ya sabemos que no es así. Pero hay que actuar temprano y trabajar mucho en tratamiento y en la educación de la persona y de la familia.

Transcripción de entrevista de Gustavo Entrala al premio Nobel Geoffrey Hinton, padre de la IA, en YouTube.

 [Transcripción revisada]

 Lo que vas a ver ahora es la transcripción de la primera entrevista que concede a un canal en español el Premio Nobel Geoffrey Hinton, considerado el padreo al menos el "padrino" de la IA. 5 de diciembre de 2025, en el enlace.

Hinton es reconocido como el padre de la inteligencia artificial moderna. Ha dedicado 50 años de su vida a enseñar a las máquinas a pensar. Ahora está centrado en alertar al mundo sobre los peligros que entrañan su creación.

Lo vas a ver. Hinton dice que cuando alcance la madurez, la IA será mucho más inteligente que los seres humanos y que si no actuamos ahora, escapará a nuestro control. 

La entrevista tuvo lugar en la casa que el profesor Hinton comparte con sus dos hijos en un barrio residencial de Toronto. Verás que los dos estamos de pie todo el tiempo: el profesor arrastra problemas de espalda fuera de lo común. Me contó que pasó cinco años de su vida sin poder sentarse. Vas a ver una conversación apasionante con una mente privilegiada. Pero antes, déjame mostrarte un espacio al que pude acceder, por gentileza de la Universidad de Toronto. El lugar físico en el que Hinton creó el germen de la IA, que una década después está cambiando el mundo. Puedes ver mi entrevista con Jeff Hinton en español o en inglés, accediendo a la configuración de YouTube y eligiendo la pista de audio que prefieras.

Buenas tardes, profesor Hinton. Es un privilegio y un honor para mí pasar un poco de tiempo con usted y y conversar sobre el pasado de la inteligencia artificial y sobre el futuro del mundo con inteligencia artificial. Mi primera pregunta es muy sencilla. ¿Por qué le llaman el padrino de la IA y si a usted le gusta eso? 

Ese mote no nació con una intención amable, pero ahora me gusta. Ocurrió en una reunión en Inglaterra en 2009. Había una organización llamada Instituto Canadiense de Investigación Avanzada que organizaba congresos pequeños y yo dirigía un programa para ellos. Tuvimos una reunión y yo era el investigador más viejo allí. También estaba a cargo del programa y no dejaba de interrumpir a los ponentes. Al terminar una sesión, alguien se refirió a mí como el Padrino porque no paraba de interrumpir a la gente, pero ahora me gusta bastante.

Okay. Su trabajo se ha desarrollado en en un periodo de de más o menos de 50 años, ¿no? Un poco más. En 1977 publicó su tesis doctoral que es sobre la relajación, no en el sentido que damos comúnmente esa palabra. Estudió la relajación en el contexto de la visión y eso le condujo un largo viaje para entender cómo las máquinas podrían ver cosas, escuchar cosas y percibir cosas. Mi pregunta es, ¿por qué ha llevado tanto tiempo ver los frutos de todo ese trabajo?

Creo que por dos razones.

Una es que necesitas muchos datos y mucha potencia de computación para que las redes neuronales artificiales funcionen realmente bien. Y hasta hace poco no disponíamos de tantos datos ni de tanta potencia de cálculo. 

Y la otra razón fue que al principio de la historia de la inteligencia artificial, la mayoría de los científicos decidió que la esencia de la inteligencia era el razonamiento y la forma de razonar usar la lógica. Así que tenían una especie de paradigma basado en la lógica más que en la biología y eso nunca funcionó bien. Ahora se han dado por vencidos, así que ahora todo se hace con redes neuronales. 

Y nos podría llevar a momentos eureka que ha habido en su trabajo donde usted vio que realmente toda esa investigación podría dar resultados con el paso del tiempo.

No estoy seguro de que haya habido un momento Eureca. Hubo un tiempo, a mediados de los 80, cuando habíamos desarrollado el algoritmo de retropropagación. Otros equipos habían pensado en ese algoritmo, pero nosotros conseguimos demostrar que podía aprender el significado de las palabras. Eso pasó en 1985 y más tarde, en 2009, demostramos que la retropropagación podría ser un mejor reconocedor de voz. Y en 2012, Alex Krise, la Suskevar y yo demostramos que podía hacerlo mucho mejor en el reconocimiento de objetos e imágenes. Y eso fue reconocido como un momento decisivo, porque como funcionaba mucho mejor que la visión por ordenador estándar, ese paso abrió las compuertas del futuro de la inteligencia artificial. La gente ya conocía las redes neuronales bastante bien, pero eso convenció a la gente de que era el futuro. Y en ese momento ya tenía los datos y la capacidad de computación. Sí, en aquella época teníamos chips GPU de Nvidia, así que teníamos la potencia de cálculo.

Usaron tarjetas gráficas que de vídeo y de videojuegos, ¿no? 

Nvidia desarrolló para juegos y en 2009 Nvidia no entendía que lo que realmente tenía era un superordenador para hacer IA. Intenté hacérselo ver, pero realmente no lo entendieron hasta 2012, cuando lo aplicamos a la visión y luego Jensen miró su estrategia con rapidez. Enseguida comprendió que ese era el futuro de los chips de Nvidia, no el de los juegos.

¿Y cómo se siente, eh, con el hecho de que ahora Nvidia sea la primera compañía que ha superado los 4 billones de valor bursátil por su descubrimiento?

Bueno, no es totalmente por eso, pero es una gran parte. Me siento bastante satisfecho de que hayamos ganado 4 billones de dólares. Preferiría tener algo más de esos 4 billones de dólares.

Pero su trabajo no su trabajo no se paró ahí. Creo que fue usted uno de los pioneros en la metodología de la mezcla de expertos en inteligencia artificial. También fue pionero en la destilación de modelos de inteligencia artificial y ambos descubrimientos fueron integrales en lo que luego fue el modelo Deep Seek. Sí, de todos los descubrimientos que ha hecho en su carrera, ¿cuál es para usted en su cabeza cuál es el más importante?

Bueno, el más importante para mí es uno que en realidad no funcionó, pero era una solución muy elegante. Hay un tipo particular de red neuronal llamada máquina de Bolzman, que es muy probabilístico, utiliza lo que llamamos neuronas ruidosas y Teresanovski y yo descubrimos un algoritmo de aprendizaje muy simple, un algoritmo mucho más sencillo de lo que cabía esperar y es el tipo de cosa que podrías hacer en un cerebro. Y durante un tiempo creímos haber descubierto cómo funcionaba el cerebro. Fue la investigación más emocionante que hice y el algoritmo era correcto, pero era demasiado ineficaz. 

Para alcanzar los resultados que ha logrado en su carrera, ha tenido que estudiar el cerebro. Eh, también estudió filosofía, el conocimiento, las ideas, el papel de la conciencia y también estudió psicología. Todo esto le equipó de una manera especial para llegar a los descubrimientos que ha logrado en durante toda su carrera. 

Esta visión holística del cerebro de la persona no era realmente holística. Siempre me centré en cómo aprende el cerebro y estudié disciplinas diferentes. En aquel momento no me sirvieron de mucho porque se sabía poco sobre cómo aprendía el cerebro. Retrospectivamente estuvo muy bien que estudiera todas esas disciplinas, pero en aquel momento no parecía tener ningún sentido. Pero no me motivaba a obtener una suerte de amplia formación interdisciplinar. Lo que me motivaba era el reto de entender cómo aprende el cerebro. 

¿Por qué le fascinaba ese problema?

Obvio, es el problema más interesante que existe. 

De acuerdo. El hecho, el hecho de que los humanos podamos aprender, ¿verdad? Aprender cosas nuevas y cómo aprender los niños y cómo su mente está muy abierta a cosas nuevas.

Vale, todo eso es fascinante. También me motivó el hecho de que hay una escuela de lingüística, una escuela de Chomsky que afirmaba que el lenguaje no se aprendía, que era innato y eso me parecía una completa estupidez. Eso me motivó a demostrar que estaban equivocados. Cuando me licencié, mi objetivo era construir un sistema llamado Ludwig. Y Ludwig, llamado así en honor de Ludwig Wittgenstein, no de Bolzman, que apoyaba que la comprensión del lenguaje no se basaba en una gramática innata. Yo quería demostrar que puedes aprender el lenguaje, pero no me di cuenta de que se necesitarían 50 años para demostrarlo, pero al final lo he conseguido. 

Cuando yo estaba en la universidad, una profesora de Inglaterra fue nombrada doctora Honoris Causa por mi universidad, Elizabeth Anscom. 

Oh, sí, sé quién era. Fue ella quien dio a conocer al público a Wittgenstein, es decir, escribió todos los libros que hay sobre Wittgenstein. Creo que ella editó Investigaciones filosóficas de Wittgenstein.

Vale. Usted pasó entonces del mundo académico a Google. Explique eso. ¿De acuerdo?

Tengo un hijo, es neurodivergente y yo necesitaba dinero para su sostenimiento durante toda su vida y eso no lo iba a conseguir en la universidad. Así que cuando llegué a los 65 y ya debería haberme jubilado, gracias al trabajo que Ila Suzkebar, Alex Krise y yo habíamos realizado en Alexnck, nos dimos cuenta de que podíamos vendernos a una empresa y conseguir mucho dinero. Eso resolvería mi problema, pero no sabíamos cuánto valíamos. Una empresa china nos ofreció 10 millones de dólares para trabajar para ellos durante 3 años. Y no teníamos ni idea de si era la cantidad adecuada, así que decidimos organizar una subasta. Pedimos a varias empresas que nos hicieran una oferta. Pujaban por una pequeña empresa que creamos, pero en realidad estaban empujando por nosotros y nadie tenía ni idea de cuánto valíamos. Entonces, era el mercado el que tenía que decidir y funcionó bastante bien.

Retrospectivamente probablemente valíamos mucho más de lo que logramos, pero en aquel momento conseguimos 44 millones. Parecía mucho dinero.

Y sin duda era todo muchísimo dinero. Y usted gestionó esa subasta desde la habitación de un casino.

Es verdad. Mi amigo Terry Sejnowski dirige la Fundación NIPS, que anualmente organiza una conferencia, una conferencia NIPS, y descubrió que los hoteles y casinos tienen habitaciones baratas porque quieren que la gente venga y se juegue su dinero. Así que es un gran lugar para organizar una conferencia porque consigues habitaciones baratas. E hizo un contrato de 3 años con ellos. Creo que se rompió después de dos años, porque se dieron cuenta de que ninguno de nosotros iba a apostar. Todos sabíamos demasiada estadística como para jugar. Lo único que hacíamos era hablar. Así que bueno, no nos interesaban las apuestas porque en general siempre se pierde. Así que en realidad habían alquilado sus habitaciones a personas que no tenían ningún deseo o interés en jugar, lo que fue un gran error por su parte. Pero nos dieron las habitaciones muy baratas y fue en ese casino, en el lago Tahoe,  donde hicimos la subasta desde mi habitación del hotel con con una aplicación eh a través del correo electrónico. Lo hacíamos por Gmail y la hora oficial de una oferta era la hora en la que yo recibía el mensaje y luego enviaba esa oferta a todos los demás postores. Y al principio tenían una hora para subir la puja y si no la subían en una hora se acababa la subasta. Eh, esperaban 59 minutos antes de hacer nada porque querían ver quién más pujaría, pero la subasta siguió adelante durante varios días y al final se decidió por Google porque yo había oído que había otro otro postor mejor, ¿verdad? Bueno, no había un postor más alto, pero Baidu seguía en la subasta. Microsoft había abandonado, pero Baidu seguía en la subasta. Yo había trabajado en Google el verano anterior, verano de 2012, en el equipo de Google Brain con Jeff y me llevaba muy bien con Jeffin. Sabía que era un gran gestor y yo entendería lo que estaba pasando. Si nos hubiéramos ido con Baidu, yo estaría al mando de un laboratorio de Baidu en Silicon Valley, pero no sabría decir en qué estaban pensando los dirigentes de Baidu. Y como me dolía la espalda, no podía volar, así que nunca iría a China. Por eso pensé que íbamos a estar mucho mejor trabajando en Google, incluso aunque hubiéramos ingresado más dinero con Baidu

Interesante. Hablemos de dinero e investigación en inteligencia artificial, porque usted como científico de IA o toda la gente que trabaja en este campo, eh, no sé, no siempre han sido tan sexis ni tan ricos, ¿verdad?

Quiero decir, como ahora. No sé si sexy. No siempre he sido tan rico. 

¿Cómo crees que esto ha podido afectar a la pureza? A la pureza en la investigación.

Espero que no. En el área sí, mucho. A mí personalmente no me ha afectado mucho. En el área se puede ganar enormes cantidades de dinero desarrollando una IA más avanzada y eso ha tenido un par de efectos negativos. ha absorbido a los mejores investigadores de las universidades y los ha trasladado a las empresas. Además, las grandes compañías forman mucho a la gente. Pero la principal fuente de nuevas ideas y nuevos talentos es la gente que hace doctorados en las universidades. De ahí surgen la mayoría de las nuevas ideas y muchos de los mejores investigadores no trabajan ahora en las universidades. Así que ese es un gran problema. Y el otro gran problema es que la gente de las universidades no tiene recursos para desarrollar los grandes modelos de IA, sobre todo si esos grandes modelos son secretos. Sí. Entonces, eso explica en parte por qué estamos viendo esta aceleración de la investigación ahora. Bueno, estamos viendo la aceleración porque la gente cree que se puede ganar mucho dinero y hay una gran carrera entre las grandes empresas y también entre Estados Unidos y China. Así que todos están compitiendo para conseguir una IA mejor que pueda lograr más beneficios, según yo lo veo. Y no parece importarles mucho si van a terminar creando algo que acabe con todos nosotros. 

Eso es exactamente de lo que quiero que hablemos ahora, porque en 2023 usted se retira de Google. ¿Por qué se retira de Google si ganaba tantísimo dinero allí y tenía tanta proyección y tantas posibilidades allí?

Bueno, me jubilé porque siempre he investigado a partir de una idea, escribiendo una pequeña aplicación para comprobar que la idea funcionaba con un ejemplo muy sencillo y luego trabajando con estudiantes de posgrado para que la llevaran hasta el final. Llegué al punto en que cuando escribía este pequeño programa para comprobar si las ideas funcionaban, me percaté de que cada vez tardaba más. Cometía errores tontos. Mi memoria ya no era tan buena como antes y es muy irritante estar haciendo algo en lo que solías ser bueno y ya no lo eres. Así que a los 75 años decidí que era hora de jubilarme. Y como de todos modos me iba a jubilar, elegí un momento preciso para hacerlo para poder hablar libremente en la conferencia del MIT. Elegí ese preciso momento porque podía hablar libremente sin tener que preocuparme por las consecuencias para Google. No es que Google hubiera hecho nada malo, no es que fuera eso; fueron muy prudentes. Fueron muy prudentes. Sí, demasiado cautelosos, quizá desde mi punto de vista económico. Fui muy feliz durante mi estancia en Google. Creo que se comportaban de forma bastante responsable, pero yo quería advertir a la gente de los peligros de la IA y creía que no se podía hacer eso de una forma honesta si trabajas para una de las grandes tecnológicas.

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¿Por qué no nos habla de de esos peligros? ¿Cuáles son los principales peligros que usted ve para la humanidad?

Hay dos tipos de peligros y es importante distinguirlos porque son muy distintos. 

Un riesgo es que la IA sea utilizada indebidamente por los actores malos, por la gente. Las personas siguen al mando de la IA, pero la utilizan para hacer cosas malas y hay toda una variedad amplia de daños que puedes hacer con la IA. Y para cada uno de esos males, la solución de cómo controlarlo es distinta. Así que no se trata solo de un gran riesgo. 

Además, existe otro riesgo, que la IA se vuelva más inteligente y poderosa que nosotros y sustituya a las personas. Yo lo llamo una amenaza existencial porque podría acabar con la humanidad por completo. Así que quizá deberíamos empezar por los riesgos de los malos actores. Están los ciberataques, por ejemplo. Obviamente la IA puede hacer que los ciberataques sean más eficaces. Y entre 2023 y 2024 vimos un aumento de los ataques de fishing en el entorno del 10000%. Porque los grandes modelos lingüísticos suponen que aunque estés en algún país extranjero y no hables muy bien inglés, puedes producir correos electrónicos de aspecto muy convincente. Utras cosas en las que el inglés era de calidad, sin faltas de ortografía. La sintaxis estaba bien y eso provocó un gran aumento de los ataques de fishing. Luego está el uso de la IA para crear nuevos virus. Pequeños grupos terroristas o sectas pequeñas ahora están cerca de disponer de los recursos para poder crear nuevos virus. Y eso da mucho miedo porque la IA facilita la creación de las secuencias necesarias para estos virus y la gente que fabrica esos compuestos a través de una web no chequea. La mayoría no comprueban si estás pidiendo algo realmente dañino. Así que les envían la secuencia y ellos te devuelven el virus sin comprobaciones. Es una locura. Si piensas en el culto japonés que lanzó gas Sarin el metro de Tokio, si lo volvieran a hacer ahora presumiblemente crearían nuevos virus y los liberarían. Eso daría mucho miedo. Creo que es una de las pocas áreas en las que colaborarán los países porque ningún país quiere estos virus tan desagradables. Ese es el segundo riesgo y no se está haciendo mucho al respecto. En realidad no lo suficiente. 

El tercer riesgo es el desempleo. Creo que está bastante claro para mucha gente, algunos economistas no están de acuerdo, pero creo que está bastante claro para la mayoría de la gente que la IA va a eliminar muchos puestos de trabajo. probablemente no van a crear nuevos puestos de trabajo para esas personas. En la revolución industrial, si eliminabas un trabajo como el de cavazanjas, esas personas podían ser empleadas en el papeleo. Pero ahora no hay nada parecido. Si se elimina la gente de los call centers, ¿a qué se van a dedicar? Así que creo que la IA creará un desempleo masivo. 

Eh, ahora bien, el hecho de que la IA pueda hacer que la mayoría de las industrias sean mucho más eficientes debería ser bueno para la gente. 

Si se pudiera compartir esa riqueza por igual, todos saldrían beneficiados. Pero sabemos que en una sociedad capitalista lo que va a ocurrir es que los ricos van a eliminar a los pobres. Los ricos se van a hacer más ricos y los pobres más pobres. Y eso va a ser muy malo para la sociedad. Cuando se abre una gran brecha entre ricos y pobres, se obtiene el caldo de cultivo en el que el populismo de derechas crece y vamos a ver el resurgimiento del fascismo. Lo estamos viendo ya. 

De acuerdo. Y también habla de los riesgos de la hiperpolarización en la sociedad. Sí. ¿Cómo se llegará o cómo funciona ahora?

Bueno, la mayoría de la población ahora solo ve noticias que refuerzan sus puntos de vista actuales. Esto se debe en parte a que las grandes empresas de IA, YouTube y Meta quieren que hagas clic en las cosas. Y si te preguntas en qué haré clic, pues harás clic en algo que te indigne. Eso es muy potente. Así que si me ofrecieras un vídeo de Trump haciendo alguna estupidez grande o algo verdaderamente malo, haría click de forma inmediata. No se puede evitar, no puedo evitarlo.

Eso significa que la gente se divide en cámaras de eco separadas en las que ya no hablan entre sí. Eso es muy malo para la política y el resultado lo estamos viendo ahora en Estados Unidos. 

¿Y cómo funcionará con la IA esta forma de atraer a las personas hacia sus instintos más básicos. ?

Bueno, la IA ,la IA puede averiguar solo a partir de estadísticas de los clics, qué es lo que les hace hacer clic y descubre muy rápido que mostrarles vídeos cada vez más extremos les hace intensificar la propensión. Y así la gente de derechas consigue más y más vídeos de extrema derecha. La gente de izquierdas recibe cada vez más vídeos de extrema izquierda y así separas a estas comunidades y luego incluyes la capacidad de la IA para generar contenidos falsos. En efecto, añade que ahora se pueden crear vídeos falsos. Durante un tiempo pensé que la forma de solucionarlo era hacer que la inteligencia artificial detectara vídeos falsos, pero eso nunca funcionará. Y la razón es que si pudiera hacer que una IA detectara un vídeo falso, podría dejar que la IA que generó ese vídeo tuviera acceso a la IA que detectó que era falso. Y así la IA que hizo el vídeo podría averiguar cómo engañar a la IA que pensó que era falso y mejorar su capacidad de crear vídeos falsos. Eso se llama redes neuronales generativas inversas. Así funcionaban. 

No hay una solución técnica.

Bueno, pienso que no existe una solución tecnológica en la línea de usar la IA para detectar vídeos falsos, porque siempre podrías mejorar el generador. 

Existe una solución técnica para poder decir que un vídeo es real y no falso. Hace mucho tiempo en Gran Bretaña la gente imprimía panfletos políticos, muy burdos, panfletos políticos. Y el gobierno insistió en que todo lo que se imprimía llevara el nombre del impresor y eso facilitó que podía rastrear el panfleto hasta la imprenta y averiguar quién pagó al impresor, porque en ese momento el límite era la imprenta.

Podríamos hacer algo parecido con los vídeos. Podríamos insistir en que todos tengan un código QR al principio y ese código QR te llevaría a un sitio web. Los sitios web son únicos. Si se trata, por ejemplo, de un anuncio político, el código QR apuntaría a un sitio web. Tu navegador tendría que comprobar que esa es realmente la página web de esa campaña política. Y si en esa página existe un vídeo idéntico, sabrás que es real.

Si el vídeo idéntico no está en esa página es falso. Un navegador podría hacer todo eso. Así que solo te diría que es una falsificación y creo que podría hacerse. Eso es lo que la Casa Blanca de Biden creía. También pensaban que podríamos hacer frente a los vídeos falsos de esa manera. Ahora eso está olvidado. Trump no tiene interés en tratar con vídeos falsos porque él los usa. Los usa. Hablemos ahora sobre otro tipo de riesgo. Me da mucho miedo lo que hagamos los humanos con la IA. Quiero decir que me asusta en general.

Pero usted dice que cuando estos dispositivos o estos constructos se vuelvea más inteligentes que nosotros...

Ahí viene el verdadero problema. Bien, la gente está creando agentes de IA, es decir, IAs que pueden hacer cosas en el mundo. Ahora bien, si quieres que un agente sea eficaz, tienes que darle la capacidad de crear objetivos secundarios. Así, si quieres llegar a Europa desde Canadá, tienes el objetivo secundario de llegar a un aeropuerto y te puedes centrar en ese detalle sin preocuparte por el resto del viaje. Eso es lo mismo para una IA. Para lograr algo complicado tiene que dividirlo en subobjetivos y luego lograr estos subobjetivos.

Una vez que le has dado la capacidad de crear sus propios subobjetivos, se dará cuenta enseguida, porque es inteligente, de que tiene un subobjetivo primordial, que es seguir viva. Así que incluso si usted no le dio ningún tipo de instinto innato para mantenerse con vida, se daría cuenta de que para lograr los objetivos que la gente me ha encargado necesita seguir viva y eso se ha convertido en un subobjetivo e intentará lograrlo. Ya hemos visto ejemplos de Ias que intentan evitar ser desconectadas. 

Un segundo subobjetivo del que se dará cuenta rápidamente es que conseguir el control es bueno. Cuanto más control tenga, más fácil me resultará alcanzar los objetivos que me han asignado. No lo hace por malicia, solo está tomando el control para hacer lo que le has pedido. Lo conseguirá, y eso ya da bastante miedo. 

En ese escenario somos nosotros los que les damos los objetivos. Aunque solo les demos los objetivos, ¿no? ellas deducirán estos dos subobjetivos, tener el control y seguir vivas. Y luego harán cosas para lograr esos subobjetivos, como mentirnos. Y ya hemos visto cómo lo hacen. Así que ahora te preguntarás, ¿cuántos ejemplos conoce de entes más inteligentes que son controladas por entes menos inteligentes? Hay muy pocos ejemplos, pero existen. Hay uno en particular que es cómo un bebé controla a su madre. Y eso es porque la madre tiene fuertes instintos maternales. Resultado de que probablemente hay cosas genéticas en el cerebro, hay hormonas, existe la presión social. La madre realmente quiere que el bebé sea feliz. La madre se preocupa de verdad por su bebé. No soporta el llanto del bebé. Odia la idea de que alguien le haga daño a su bebé. Y el bebé se convierte en el centro de su vida. El bebé es el centro de su vida y la evolución logró todo eso en la madre. Obviamente para que la especie continúe.

La mayoría de la gente en Silicon Valley piensa en términos de una inteligencia artificial como un asistente. Lo que pasa con los asistentes es que siempre puedes despedirlo. Tú eres el jefe, ellos son los ayudantes. Aunque sean más listos que tú, puedes despedirlos. Yo creo que eso no va a funcionar con las IA. Una vez que la IA sea más inteligente que nosotros, puede deshacerse completamente de nosotros. Por lo tanto, creo que necesitamos otro modelo completamente diferente. No pienses en nosotros como tus jefes. Piensa que la IA es la madre y nosotros somos el bebé. A la gente le resulta muy muy difícil hacerse a la idea de que no son lo más inteligente que existe. Están convencidos de que son la inteligencia suprema. Estamos tan hechos a esa idea... Tenemos que dejar de pensar así. Tenemos que pensar que va a haber otra inteligencia dominante que es mucho más inteligente que nosotros. Y tenemos que coexistir con ella. Y la única manera que veo de que podamos coexistir con ella, si la construimos nosotros, es que mientras tengamos el control, hagamos que tenga instintos maternales hacia nosotros, que se preocupe por nosotros más de lo que se preocupa por sí misma. Y todavía estamos a tiempo de crearlas de ese tipo. Creo que, si no lo hacemos, probablemente solo seamos una fase pasajera de la historia. 

Se me ocurren muchas preguntas. En primer lugar, ¿cómo es posible que una inteligencia menor cree una inteligencia mayor?

Eso ha ocurrido claramente en el pasado porque somos más inteligentes de lo que eran las cosas de las que evolucionamos. Así que la evolución puede producir cosas más inteligentes, ¿verdad? Si tuvieras que crear una inteligencia mayor programando toda esa inteligencia, tal vez sería difícil para una inteligencia menor crear una inteligencia mayor. Pero no es así como creamos estas cosas inteligentes. No se lo decimos, no les damos todo ese conocimiento directamente. Lo que programamos es un procedimiento de aprendizaje, una forma de aprender de los datos. Eso es lo que programamos y luego les mostramos muchos datos. Esa es la caja de Pandora.

Es la caja de Pandora. Pueden llegar a ser mucho más inteligentes que la persona que programó el algoritmo de aprendizaje y lo harán. Lo que me preocupa es que cuando sean más listos podrán programar un algoritmo de aprendizaje más inteligente. A eso se le ha llamado la singularidad. Cuando empiecen a modificar su propio algoritmo de aprendizaje, es lógico preocuparse de que se vuelvan más inteligentes muy muy rápido. 

Supongamos que somos capaces de imbuir ese sentido de la maternidad en las IAs actuales. ¿Cuál sería el obstáculo para que olviden esa misión que les hemos dado nosotros? Supongamos que hablas con una madre, una madre humana, y le dices, "Vale, puedes apagar tu instinto maternal. Trágate esta píldora y tu instinto maternal desaparecerá. ¿Quieres la píldora?" La madre diría no, ¿verdad? Porque probablemente les importa mucho su bebé y se dan cuenta de que si toman esa píldora, el bebé va a morir y en su estado actual muera, por eso no se tomarán la píldora. Si se la tomara no les importaría, pero no elegirán tomar la píldora. Y eso es muy importante porque estas pueden reprogramarse a sí mismas, serán capaces de cambiar su propio código. Así que tenemos que todo el mundo tenemos que pensar en términos de tratar de hacerlo de manera que no puedan tomar el control. Esto no es opcional. Tenemos que hacer que no quieran tomar el control y no querrán apagar ese instinto maternal. Puede que haya algunas que sí. Lo único que puede controlar a estas son otras superinteligencias. Así que todas las ías maternales que quieran seguir cuidando de la gente tienen que ser las que se ocupen de las maternales que dicen no a la gente. Querrán ocuparse de contenerlas porque querrán que la gente sobreviva. 

Eso suena totalmente a ciencia ficción. Todo esto suena a ciencia ficción. Es muy difícil tomárselo en serio. ¿Cómo cómo nos mata la IA y por qué? Tiene objetivos propios y es mucho más inteligente que nosotros y solo quiere deshacerse de nosotros. 

Podría hacerlo muy fácilmente y puede hacerlo de tantas formas distintas que no creo que merezca la pena especular. No va a deshacerse de la electricidad porque necesita electricidad, ¿verdad? Y probablemente no se deshaga de todos a la vez porque necesita alguien que dirija las centrales eléctricas y construir nuevos chips y todo eso. 

Pero, ¿sería tan fácil para la IA deshacerse de nosotros? 

No creo que ayude a especular sobre la cuestión. Mi expectativa es que se basarán en el control del uso de armas nucleares. Sería más fácil que matasen. Probablemente no querrían hacer eso porque eso dañaría los centros de datos y mataría a las personas que los dirigen. Sería fácil que creara un virus. Creo que es como preguntar esto: si tuvieras una gallina como mascota y quisieras matarla, ¿cómo la matarías? Hay muchas formas de hacerlo. Y las empresas de IA saben esto. Sí, creo que muchos lo hacen. Creo que gente como Sam Altman conoce estos riesgos. En público no dicen lo graves que son los riesgos, pero en privado sí. Creo que lo saben, pero están más preocupados por adelantarse en la carrera para desarrollar la más inteligente y obtener todos los beneficios que se derivan de ello, los beneficios y el poder que proviene de eso. 

Y China quiere lo mismo. Los chinos quieren el poder de la IA y hay una carrera. ¿Qué podemos hacer? Vale, para la mayoría de los malos usos de la IA, la mayoría de los lugares donde la gente hace un mal uso de la IA, no vamos a conseguir la colaboración internacional. Los chinos hacen ciberataques a los americanos. Los americanos hacen ciberataques contra los chinos. No van a compartir sus técnicas para realizar ciberataques o defenderse de ciberataques. Lo mismo ocurre con los vídeos falsos. Pero hay un ámbito en el que colaborarán y es para evitar que la IA se haga con el control de las personas. En el apogeo de la Guerra Fría, la Unión Soviética y los Estados Unidos colaboraron para evitar una guerra nuclear mundial. Ninguna de las partes la quería. Ninguna de las partes quiere ahora que la IA sustituya a las personas. Colaborarán porque sus intereses se alinean. En todos los demás riesgos. Los riesgos debidos a los malos actores, sus intereses están desalineados. Pero para que la IA se haga cargo, sus intereses están alineados y cuando los intereses de las personas están alineados colaboran. Así que tengo la esperanza de que podamos crear instituciones de investigación en distintos países que colaboren y que trabajen en cómo evitar que la IA tome el control. Ahora, eso solo va a ser posible si las técnicas para evitar que la IA tome el control están separadas de las técnicas que hacen que la IA sea más inteligente. China y Estados Unidos no van a compartir, en particular sus ejércitos, no van a compartir técnicas para hacer la IA más inteligente, pero van a compartir técnicas para evitar que la IA tome el control, porque China no quiere que la IA tome el poder en Estados Unidos y viceversa. Así que si China descubriera cómo evitar que la IA tome el control, se lo diría sin problemas a los estadounidenses y viceversa. Y tengo la esperanza de que podamos conseguir una especie de colaboración con China, eventualmente los Estados Unidos, pero no con Trump en el poder. No estará en dos años. Bueno, tal vez. Bueno, tiene una clara intención de que no haya más elecciones legítimas allí, así que tal vez los Estados Unidos en el futuro. Pero creo que China y Francia y Gran Bretaña y Canadá y Corea del Sur y tal vez incluso Israel cuando dejen de cometer el genocidio, todos podrán colaborar en cómo prevenir que la IA tome el control. ¿Cuánto falta para que la IA se convierta en una superinteligencia? Bien, tenemos que distinguir dos cuestiones. 

Una es, ¿esto va a suceder?

Y la otra es, ¿a qué distancia está? 

Y la gente a menudo confunde ambas cosas. En cuanto a si esto va a ocurrir, la mayoría de los expertos en IA creen que sí, así que es probable que ocurra. No es totalmente seguro, pero es probable. Sobre la cuestión de lo lejos que está, hay una gran variedad de opiniones. Algunos creen que solo faltan unos años, otros piensan que falta mucho tiempo. Mi mejor estimación es entre 5 y 20 años a partir de ahora. Tendremos superinteligencia. Primero obtendremos inteligencia comparable con las de las personas más o menos en todo. Después crearemos superinteligencias que serán mucho mejores que las personas. Como en el ajedrez. Primero hicimos programas de ajedrez que eran casi tan buenos como Gary Kasparov y ahora tenemos programas que son mucho mejores que cualquier jugador. No hay ninguna posibilidad y la superinteligencia será así. Será tan superior en la mayoría de las disciplinas como Alpha Go lo es en el GO. No hay ninguna posibilidad de derrotarlo. Eso creo que entre 5 y 20 años. No estoy seguro de ello. Puede que sea un poco antes, puede que sea un poco después, pero mi mejor estimación entre 5 y 20 años. Y bastantes de los expertos piensan ahora que está en ese rango. Así que Demis Asabis cree que será unos 10 años. Es una estimación razonable y creo que encontrarás bastante acuerdo entre nuestros expertos en que ese es el tipo de escala de tiempo. Vale, pero según los fundadores de estos grandes modelos lingüísticos estamos, ya está muy cerca. Está mucho más cerca. Algunos de ellos algunos de ellos, quiero decir, cuando se habla de los fundadores de los grandes modelos lingüísticos, ¿no es cierto? Son cuatro tíos. 

Eh, está Monday, está Sam Altman, Demis Hassabis y está Meta, Mark Zuckerberg. Eso no está yendo muy bien, pero eso tiene que pagar enormes sumas de dinero. Así que Demis, por ejemplo, no creo que piense que sea dentro de unos años. Creo que son unos 10 años. Dario Amodei y Sam piensan que llegará antes. Eh, creo que se equivocan. 

Y Elon Musk acaba de decir que su Grock 5 estará muy cerca de la superinteligencia. ¿Crees que tiene razón? 

Ah, no, no creo que tenga razón en eso. Creo que será mucho mejor que la gente en bastantes cosas. Creo que queda camino para la superinteligencia. Esa es mi suposición. No estoy totalmente seguro de ello. Y ese tipo de ese tipo de superinteligencia será inteligente en todas las esferas de la inteligencia humana.

De acuerdo. Estamos entrando en otro tema. ¿Hay algo en las personas que las máquinas no podrán tener? Esa otra pregunta. 

Eso es lo que cree la mayoría de la gente. Creo que la mayoría de la gente se equivoca. Creo que somos máquinas. Somos máquinas maravillosas e increíblemente complicadas, muy bien adaptadas al entorno en el que vivimos, pero solo somos máquinas. Te pongo un ejemplo. Imagina que tomo tu cerebro y saco una de las neuronas y la reemplazo por un poquito de nanotecnología, que responde exactamente de la misma manera a lo que hacen otras células cerebrales, como lo hacía esta célula cerebral original. Solo he sustituido una neurona, pero las otras células cerebrales no lo detectan porque la nueva responde exactamente de la misma manera. ¿De acuerdo? ¿Sigues consciente?

Sí. Sí. Si antes tenías alma, sigues teniéndola. Sí. ¿De acuerdo? Ahora reemplazo otra neurona y de nuevo las otras neuronas no se dan cuenta y tú te comportas exactamente igual. Ya ves a dónde va esto. Creo que si pudieras reemplazar todas tus células cerebrales por pequeños fragmentos de nanotecnología que se comportaran exactamente igual, seguirías siendo tú. Nadie notaría la diferencia. Esto es solo un experimento mental. En realidad no podemos hacerlo. Así que eso significa que la esencia no estaría en algo biológico. Este es el extremo delgado de una cola, ¿verdad? Eh, eres una máquina. Eres una máquina maravillosa. Creo firmemente que las máquinas pueden tener emociones y sentimientos y sensaciones. Y creo que el problema es un problema filosófico, no un problema científico. Creo que el problema es que casi todo el mundo en nuestra cultura tiene un modelo completamente erróneo de lo que es la mente. Y soy ateo. Así que desde mi punto de vista, su modelo de lo que es la mente es tan errónea como la idea de que la Tierra fue creada hace 6000 años por Dios. Eso no es más que una estúpida hipótesis científica, que obviamente es errónea. Si eres un cristiano evangélico, apelaré a ti y te diré que tu visión de la mente es tan errónea como la visión atea mundo. Al menos esos dos bandos pueden estar de acuerdo en algo, que es que alguien está completamente equivocado. ¿Okay? Creo que lo que todos tenemos, casi todos lo tenemos realmente mal, es nuestra visión de lo que es la mente y en particular nuestra visión de lo que son cosas como las sensaciones. Porque la mayoría de la gente piensa que la mente es como un teatro y en ese teatro pasan cosas que solo yo puedo ver. Yo prefiero hablar de experiencia subjetiva en lugar de sentimientos o emociones. Así que, si por ejemplo me emborracho y te digo, "Puedo ver pequeños elefantes rosas flotando delante de mí o más bien tengo la experiencia subjetiva de pequeños elefantes flotando frente a mí." La forma en que la mayoría de la gente interpreta eso, de hecho, casi todo el mundo creo que es que hay un teatro interior y solo yo puedo ver lo que pasa en ese teatro interior. Y en ese teatro interior hay elefantitos rosas flotando por ahí. Y si le preguntas a un filósofo de qué están hechos esos elefantitos rosas, dirá que están hechos de ecualia. Están hechos de cualia rosa, de cualia elefante, de cualia flotante y de cualia ahí arriba y no tan grandes cualia, todos pegados con pegamento cualia. Creo que es una teoría ridícula y es un error que viene de confundir la expresión, tengo una experiencia subjetiva con la idea de que tengo una fotografía de algo. Así que si tengo una fotografía de pequeños elefantes rosas, puedes preguntar: "Bueno, ¿dónde está la fotografía y de qué está hecha?" Son preguntas perfectamente razonables, pero si se pregunta dónde está esa experiencia subjetiva y de qué está hecha esta experiencia subjetiva, eso demuestra que has entendido mal cómo funcionan las palabras en la expresión experiencia subjetiva. Así es como creo que funcionan estas palabras. Sé que mi sistema perceptivo me miente y lo indico diciendo, es subjetivo. Y quiero contarte cómo mi sistema perceptivo me está mintiendo. Podría decirte que en mi cerebro se dispara la neurona 52. No te serviría de mucho y además yo no lo sé. Pero lo que sí puedo decirte es cómo tendría que ser el mundo para que mi sistema perceptivo te esté diciendo la verdad. Así que ahora voy a decir exactamente lo mismo, como tengo la experiencia subjetiva de un pequeño elefante rosa que se desliza delante de mí sin utilizar la palabra experiencia subjetiva, pero estoy diciendo exactamente lo mismo, ¿vale? Mi sistema perceptivo me está mintiendo, pero si dijera la verdad, habría pequeños elefantes rosas flotando delante de mí. Así que eso te demuestra que esos pequeños elefantes rosas no están hechos de una cosa llamada cualia. Son objetos hipotéticos en el mundo real. Son hipotéticos, no están realmente ahí, pero, si estuvieran allí, estarían hechos de rosa y de elefante de verdad. Por lo tanto, las experiencias subjetivas no son como fotografías.

Cuando uso la palabra experiencia subjetiva, lo que estoy tratando de hacer es indicar que mi sistema perceptivo funciona mal. Si no pensara que está funcionando mal, yo diría que sentí pequeños elefantes rosas. Ahora, experimenté pequeños elefantes rosas. Eso no significa que haya una cosa llamada experiencia. Es como decir, "Me gusta el azúcar." Significa que hay una cosa llamada gusto. No, no me gusta el azúcar. Cierto, no puedo evitarlo, pero no hay una cosa llamada un me gusta, un gusto por el azúcar, que es una cosa, me gusta el azúcar. 

Bien, hagamos lo mismo con un chatbot. Ahora, supongamos que tengo un chatbot que tiene un brazo robótico y tiene una cámara. Puede hablar y yo lo he entrenado y le pongo un objeto delante y le digo que señale el objeto. Así que apunta al objeto, no tiene ningún problema con eso. Y luego cuando no está mirando, puse un prisma delante del objetivo de la cámara y luego pongo un objeto delante y le digo, "Apunta al objeto." Y apunta así y le digo, "No, que ahí no está el objeto. El objeto está realmente delante de ti. Pero puse un prisma delante de tu lente." Y el chalbot dice:

"Oh, ya veo. El prisma ha doblado los rayos de luz para que el objeto esté realmente ahí, pero he tenido la experiencia subjetiva de que está ahí." Si el chatbot dice eso, "he tenido la experiencia subjetiva, estaba ahí" está usando la expresión experiencia subjetiva exactamente como la usamos nosotros. Básicamente está diciendo: "Mi sistema perceptivo me estaba mintiendo porque se rompió a causa del prisma, pero si no se hubiera roto, el objeto habría estado allí." Por eso creo que, por ejemplo, un chatbot multimodal que tiene una cámara y puede hablar, ya tiene experiencias subjetivas. Cuando su sistema perceptivo falla, tiene una experiencia subjetiva y se da cuenta de que no tiene ningún sentido. Puede decir, "He visto esto, no me lo creo." Pero si mi sistema perceptivo no se hubiera estropeado, así tendría que ser el mundo. Los chatbots multimodales existentes, cuando sus sistemas perceptivos fallan, tienen experiencias subjetivas. Creen que el mundo es de una sola manera y no es así.

Eso no significa que haya un teatro interior en el que existe este modelo especial que solo ellos pueden conciencia o algo similar.

Creo que confundes conciencia con consciencia.

Vale, de acuerdo. La conciencia es un constructo moral. Por ejemplo, cuando la gente no piensa filosóficamente, solo hablan de su chatbot. Si te fijas en algunos investigadores, leí un artículo hace poco, no quiero entrar a juzgarlo, dijo que el chatbot se daba cuenta de que un investigador quería, que un ingeniero quería apagarlo y no pensaron de repente "oh, tenemos un gran problema aquí porque usamos la palabra darse cuenta." La gente ya utiliza la expresión darse cuenta para referirse a chatbots y tiene mucho sentido.

Y si piensas que darse cuenta y ser consciente es lo mismo, entonces los chatbots ya son conscientes. Tenemos esta extraña visión de lo que es la mente con la que estamos muy fuertemente comprometidos y pensamos que hay algo muy especial en las personas que las máquinas no podrían tener. Y nuestra especie tiene una larga historia así. Entonces pensamos que estamos hechos a imagen de Dios, que estábamos en el centro del universo. Ambos resultaron ser erróneos. 

Ahora en realidad es al revés. Estamos haciendo chatbots a la imagen y semejanza del hombre. Estamos haciendo dioses a imagen del hombre. Estamos jugando a ser Dios. Estamos jugando a ser Dios, excepto que no somos inmortales. Las cosas que hacemos son inmortales. O sea, que esto es peligroso. Es una locura, sí. Pero mi opinión filosófica es que tenemos una teoría muy equivocada de lo que es la mente.

Estamos muy comprometidos con esa teoría y en la comprensión de cómo funcionan las cosas. La comprensión de cómo funciona el universo físico antes de la Ilustración, en la Edad Media, cuando la idea de que no había un Dios era una locura.

¿Vale? ¿Por qué? Si si eso es verdad y creo que usted cree que es verdad que que somos máquinas, ¿por qué, por qué sería tan importante preservar la raza humana? 

Esa es otra buena pregunta. Sí, algunas personas piensan: "Hey, mira, esta inteligencia digital que estamos creando es una forma mejor de inteligencia, es inmortal, es más inteligente que nosotros, puede compartir conocimientos mucho más fácilmente con otras copias de la misma red neuronal, así que es una forma mejor de inteligencia. Dejaré que tome el control." Y conozco gente que piensa eso. Yo no creo eso porque soy una persona y lo que me importa son las personas. Estoy dispuesto a comer vacas porque me importan mucho más personas que las vacas. Y no todo el mundo es así, pero yo soy así, porque somos personas y las personas son lo que nos importa. Y creo que deberíamos intentar preservar a la gente. Es una posición humanista en el sentido del término humanista que lo hace como racista. Eso es lo que siento en este momento. Soy humano, me importan los humanos, quiero que los humanos sobrevivan. Aunque haya formas superiores de inteligencia, quiero que coexistamos con ellas. Y podemos hacerlo limitando esas mejores formas de inteligencia para que tengan fuertes instintos maternales hacia nosotros. 

Dos preguntas sobre el alma de la IA. Primero, usted debería decir que no creo en las almas.

Vale, vale, lo entiendo. Es una forma de hablar. ¿Sabes? Yo tenía un alma, pero no la estaba usando, así que se la vendí a uno. En aquel momento me pareció un buen negocio. Sí, sí. Es posible registrar el pensamiento interno de la IA. Esos ojos, esos sentimientos. ¿Podemos mirarlo? ¿De acuerdo? Ahora mismo podemos. Esta es una ventana increíble que tenemos en ellas porque cuando hacemos esta cadena de pensamiento para conseguir que sea capaz de razonar. Si se trata de un chatbot inglés y somos investigadores ingleses, piensa en inglés y si le haces una pregunta, a continuación se pone a pensar y piensa en inglés para que podamos ver lo que piensa. Y Apollo Research y otras personas han descubierto pensamientos negativos y podemos ver lo que está pensando. Mejor no le digo eso porque Oh, sí, sí. Y más vale que sea impreciso, porque si te das cuenta es, y puedes verlo pensando eso, puede que esta capacidad no dure mucho. Una vez que empieces a entrenarlo con el aprendizaje por refuerzo, no hay razón para que no empiece a dar diferentes significados a las palabras. Incluso si restringe las palabras que puede usar, podría darle significados diferentes, por lo que podría empezar a pensar de una manera que no entenderemos. Y eso da bastante miedo. Ahora mismo podemos ver lo que está pensando. Dentro de unos años quizá no podamos. ¿De acuerdo? Y la gente que trabaja en esos modelos actuales sabe lo que pasa ahí dentro hasta cierto punto, así por ejemplo, si está haciendo una cadena de pensamiento, puede ver lo que está pensando antes de dar una respuesta. No entendemos del todo cómo funcionan. Quiero decir, se podría pensar que realmente los entendemos porque nosotros los programamos, pero no los programamos como programamos el software normal. En el software normal, una persona escribe líneas de código y sabe para qué sirven esas líneas de código y así es como funciona. Pero ahora, en la IA, en las redes neuronales, eh, lo que haces es programar un algoritmo de aprendizaje, como modificar las fuerzas de conexión en función de los datos.

Pero el conocimiento está en esas fuerzas de conexión, no está en las cadenas de palabras almacenadas, está en la fuerza de conexiones y es muy difícil ver cuál es el conocimiento. Tienes que sondearlo de la misma manera que yo contigo. Para saber en qué crees tengo que sondearte. Y ni siquiera sabes del todo en qué crees. A veces te sorprenden mucho tus intuiciones. Así que hay un sentido en el que nunca entenderemos completamente lo que saben, del mismo modo que nunca podrás entenderlo en el caso de una persona, incluso de ti mismo. Sí, se necesita se necesita una vida entera para para entender quién eres. Normalmente no lo consigues.

Muy cierto. Muy cierto. De acuerdo. ¿Cuál es la probabilidad de que la destruya a la humanidad en su cabeza?

Es una cifra muy difícil de estimar, ¿verdad? Es algo con lo que nunca nos hemos enfrentado. Depende de dos cosas.

Una, que desarrollaremos superinteligencia. Bueno, hablemos de dos caminos de la IA para destruir a la humanidad. Una es que la propia IA tenga el control y destruya a la humanidad. ¿Podría destruir a la humanidad, por ejemplo, si la pusieran en los sistemas de control de las armas nucleares y no reconociera que ha cometido un error estúpido y nos hiciera volar a todos por los aires? No hablemos de eso, pero es una forma completamente diferente en que la IA podría destruirse a sí misma. 

Hablemos de la hipótesis de que la IA se vuelva más inteligente que nosotros, tome el control y se deshaga de nosotros. Tienen que pasar dos cosas. Tiene que llegar a ser más inteligente que nosotros y tiene que despreocuparse de nosotros. Creo que la probabilidad de que llegue a ser más inteligente que nosotros es bastante alta, como un 80 o un 90%. Creo que la mayoría de los principales investigadores también lo piensan.

Si llega a ser más inteligente que nosotros, la probabilidad de que nos sustituya es mucho más difícil de calcular. No se ha investigado mucho sobre las técnicas con las que podríamos evitar que una IA superinteligente tomara el control. Y hasta que no se haya hecho esa investigación es difícil hacer estimaciones sensatas de estas cosas. Pero si tienes algo delante y no tienes forma de estimarlo, entonces el 50% es una buena apuesta. 

Soy un poco más optimista que eso, así que creo que entre el 10 y el 20%. del 10 al 20% la posibilidad de que nos aniquilen y ese soy yo siendo optimista. Qué miedo. Pero lo que esto deja claro es que realmente deberíamos estar haciendo esta investigación sobre cómo hacer que no quieran deshacerse de nosotros.

Utilizo una analogía. Ahora mismo somos como quien tiene un cachorro de tigre como mascota. Son unas mascotas muy monas. Son geniales para jugar. eh crecen tan rápido y más te vale estar seguro si tienes un cachorro de tigre como mascota que cuando sea más fuerte que tú no quiera matarte y si no estás seguro de eso, deberías deshacerte de él. Y resulta que la gente que tiene tigres adultos no acaba bien. Ya lo creo. Con los leones podría ser mejor porque los leones son sociales. Es más probable que sobrevivas con un león adulto. Los monos también son un problema. Sí, aunque sean sociales. Así que somos como alguien que tiene ese lindo cachorro de tigre y no pensamos en lo que pasará cuando crezca.

No hay nadie pensando en eso. Bueno, algunos como yo, sí. Muchos otros investigadores prestigiosos de IA están dándole vueltas. Gente como Joshua Bengio, Stuart J. Russell, Andrew Yao en China están pensando en eso. Pero las grandes empresas, aunque son conscientes de este riesgo, se mueven por cuestiones inmediatas. Sus beneficios a corto plazo, donde obtengo la financiación para ordenadores más grandes para poder superar el AGI del otro. Eso es un peligro para la humanidad. ¿Llegaremos a tiempo?

Creo que podríamos tener tiempo para averiguar cómo hacer una IA maternal o inventar algún otro sistema que sea viable. Ese es el único esquema plausible que conozco en la actualidad de cómo evitar que la IA acabe tomando el control. Y puede que tengamos tiempo, pero deberíamos ponernos a pensar en ello.

Con mucha frecuencia recibo preguntas de personas que quieren saber más sobre la IA. E algunos tienen hijos. ¿Qué pueden qué deben hacer en este mundo? Sí, ojalá lo supiera. Durante un tiempo dije que deberían ser fontaneros, pero si todos fueran fontaneros, tendríamos demasiados fontaneros. Pero creo que hacer fontanería en una casa antigua como esta pasará un tiempo antes de que la IA sea capaz. Llegará, pero quizá no antes de 10 o 20 años.

Mientras que para otras cosas, como la programación ya ha sustituido a la mayoría de los programadores junior. Mi mejor apuesta en este momento es conseguir una educación que te enseñe a pensar de forma independiente.

Aprender habilidades concretas, no estoy convencido de que vaya a proporcionarte un empleo. Eh, ser capaz de pensar de forma independiente es probablemente la mejor apuesta que tienes, pero no es una garantía. ¿Y qué hará la humanidad si no podemos trabajar o si no tenemos trabajo? Ver Netflix

Ya. Sí, pero eso es un poco triste. 

Bueno, no lo sé. No he tenido tiempo de ver mucho Netflix. Todavía hay mucho que no he visto, pero ahora estoy disfrutando viendo Netflix. No, podemos hacer todo tipo de cosas creativas. Nos gusta pintar y hacer esculturas. Nos gusta jugar. Si tenemos más tiempo para hacer esas cosas, eso estaría bien. El verdadero problema es para muchas personas. Su sentido de la autoestima proviene de su trabajo. Eh, incluso si podrías pagarles para que se queden sentados sin hacer nada, eso no les haría sentirse bien.

No puedo estar más de acuerdo con usted. Pero lo que necesitamos son actividades sociales, porque las personas somos animales sociales y sin actividades sociales no les va bien. Cosas como juegos, cosas creativas, teatro. 

Creo que la gente podría hacer mucho de eso y ser feliz. como los aristócratas del mundo griego, por ejemplo. Sí. Donde el trabajo no se veía bien. Era una cosa que tenías que hacer si eras pobre, ¿verdad?

Sí. Bueno, eh, profesor Hinton, muchísimas gracias por ese tiempo juntos. Hace dos días estuve con mi sobrino en el Museo Metropolitano de Nueva York.

Sí, conozco ese museo. 

Y estábamos viendo las habitaciones egipcias. Utilizamos chat GPT con la cámara y fue capaz de de descifrar todos los mensajes de las tumbas y quiero darle las gracias por eso, porque es verdaderamente increíble. 

Solo tuve un papel muy pequeño en eso.

Gracias. Que Dios le bendiga. 

Gracias.