Cuando despertó, Franco todavía seguía allí.
miércoles, 5 de marzo de 2025
miércoles, 2 de octubre de 2024
Anglosajonofobia
Una Karen (estereotipo universal, pero sobre todo estadounidense, al parecer):
"Cuando estuvimos en España había demasiados españoles allí. La recepcionista hablaba español, la comida era española. Nadie nos dijo que habría tantos extranjeros"
"¿Cuánto tiempo hace que España no hace algo para evitar la presencia de españoles en sus fronteras? ¿Qué han hecho en todo este tiempo? Es todo muy desalentador..."
Uno que trabajó en Londres durante años conoció a muchos visitantes estadounidenses. En un viaje en el metro, se puso a charlar con una pareja de Florida. Él dijo: "Me resulta muy raro estar aquí rodeado de extranjeros". Y le respondió: "Pero, como visitante, técnicamente tú eres el extranjero". Decir que se quedó sin palabras es quedarse corto. Solo un estadounidense se sorprende de que otros países sepan realmente lo que está pasando en Estados Unidos. Todos los europeos, todos los australianos, todos los canadienses, todos los neozelandeses, todos los habitantes de las islas del Pacífico y todos los asiáticos saben lo que está pasando en todos los demás países del planeta, porque pertenecen a él. Son solo los estadounidenses los únicos que no lo saben y, lo que es más, simplemente no les importa, puesto que solo ellos son el planeta. Por eso están sorprendidos. Por ejemplo, aunque Australia es una isla y está mucho más lejos de Europa que Estados Unidos, no están aislados del mundo.
Por eso los estadounidenses llegan tarde a todas las guerras, cuando se enteran de que las hay, y piensan que siempre han sido buenos y pacíficos en ellas. Dicen: "Los estadounidenses no invaden, no se adueñan de las tierras de otros pueblos". Pero no es de creer que sus indios, hawaianos, mexicanos, esquimales y puertorriqueños estén de acuerdo.
Un europeo vivió en Estados Unidos durante dos años e hizo buenos amigos. Uno de ellos le preguntó con toda sinceridad, desde el corazón, "por qué algunas personas odian a Estados Unidos teniendo en cuenta todas las cosas buenas que hacemos por el resto del mundo". El europeo le mencionó documentos oficiales desclasificados (no teorías conspirativas o de izquierdas, ni nada por el estilo). Mencionó el papel de Estados Unidos en la implantación de dictadores en América Latina, cómo Estados Unidos solía enseñar a la policía y al ejército de Argentina a torturar, cómo Estados Unidos mató a un presidente elegido democráticamente en Chile, cómo Estados Unidos ayudó a esos dictadores a esconder su dinero, cómo Estados Unidos ayudó a las megacorporaciones a matar a los agricultores locales que se resistieron a ellas y varias cosas más.
Entonces preguntó "no, eso no puede ser verdad", y yo le dije "lo es: mira qué coincidencia que solo te importa la democracia donde y cuando hay recursos naturales que necesitas". Eso fue en 2007, en pleno auge de las guerras de Irak y Afganistán por el petróleo. Se quedó como paralizado.
Por otra parte, no se puede llamar a Trump líder del mundo libre sin esperar que el mundo libre tenga una opinión. Una de Singapur fue a la universidad en Michigan en 2006, y una chica estadounidense le preguntó cómo era posible que los singapurenses entendieran inglés. Le dijo que el idioma nacional de Singapur es el inglés, que el plan de estudios de su escuela era en inglés y que, si bien son de muchas etnias diversas y se hablan muchos idiomas en Singapur, como el inglés, el mandarín y otros dialectos chinos (hakka, teochew, etc.), el malayo, el indonesio y el tamil, el único idioma oficial seguía siendo el inglés, además de que tenían que presentar el examen TOEFL/IELTS/SAT para ser admitidos en la universidad. Pero ella la llamó mentirosa y dijo: "Es imposible. El inglés solo se usa en Europa y Estados Unidos. Verás, los africanos hablan inglés en Estados Unidos y por eso llaman a los afroamericanos lo mismo que a los asiáticos estadounidenses".
En ese momento se dio cuenta de que ir a los Estados Unidos para recibir una educación "mejor" podía ser que no fuera lo mejor de ningún modo. Para los estadounidenses, la historia del mundo cesó con la Independencia de la colonia y solo continuó después dentro de los Estados Unidos. Por no hablar de los mormones, que creyeron y siguen creyendo que Jesucristo vino en persona a su América a enseñar su doctrina.
Un estadounidense se burló de un británico una vez diciendo: "Os salvamos en la Segunda Guerra Mundial: si no fuera por nosotros, estaríais todos hablando alemán". El británico respondió que sí, y que por eso estaba eternamente agradecido a la buena gente de Japón. Parecía confundido, no lo entendía, y le repuso: "Déjame explicarte: la Segunda Guerra Mundial comenzó en 1939. Y vuestro país aislacionista se sentó con el culo en la valla, esperando a ver quién ganaría, y, si no hubiera sido por el ataque japonés a Pearl Harbour en 1941, todavía estaríais sentados allí ahora. No nos disteis nada, sino que nos prestasteis: nos llevó décadas devolver ese préstamo; así que gracias por todo". Es típico de Estados Unidos atribuirse el mérito entero de todo, incluso si no es verdad. Una estadounidense que vivía en Alemania y que había estado hablando con una amiga en Estados Unidos se sorprendió al descubrir que la hora alemana estaba seis horas adelantada a la de su país, y luego se horrorizó de que Alemania no hubiera advertido a EE. UU. sobre la tragedia de las Torres Gemelas, ya que Alemania se enteró seis horas antes que los EE. UU. Siempre disgusta ver cómo los estadounidenses viajan a otros países y no se dan cuenta de que eso los vuelve extranjeros, al contrario que los canadienses, que son muy queridos y bien recibidos en todas partes. Para los de USA Estados Unidos es mejor en todo y básicamente todos los demás países copiaron a Estados Unidos, pero no los copiaron bien...
Un grupo de paletos, tocinos y pesados estadounidenses se quejaba porque, tras pasar una semana en Austria, todavía no habían visto ningún canguro. En China, como fruto del hartazgo de turismo yanqui, hay letreros como "Solo se permiten estadounidenses acompañados de un adulto" o, en los ferris y puentes, "Capacidad: 10 personas o 3 estadounidenses". No extraña que en los EE. UU. sean tan brutos: a los pocos que van a la escuela los matan a tiros.
La verdad, no me extraña nada que los británicos, otros sajoanglones, quieran ahora reingresar en Europa, con Gibraltar y todo. "Por eso lo llaman el sueño americano, porque hay que estar dormido para creerlo", dijo George Carlin. Para no ser un país, sino un negocio, son muy patrioteros. Eso sí, son los mejores vendedores de humo del mundo, además de los más contaminadores y polucionados. En esta plutocracia sin demos solo manda la hiperburguesía: aunque cuentan con 37 millones de pobres todavía siguen creyéndose sus cuentos y vendiendo y tragando humo, un humo muy especial, lleno de polución. La educación pública y gran parte de la privada está configurada para crear paletos integrales, y la televisión para inculcar publicidad tóxica. Y no hay garantías sanitarias de que la comida no lo sea. Porque su televisión solo consta de publicidad, deportes, telepredicaciones y violencia a granel. El gobierno lleva un registro de cuánto debes en impuestos, pero no te lo dice y tienes que pagar a alguien para que lo averigüe; si no pagas la cantidad correcta, corres el riesgo de ir a la cárcel, pero si pagas de más, no pasa nada y no recibes reembolso. ¡Y hay que seguir pagando impuestos incluso cuando hace años que no vives en Estados Unidos! Debes presentar declaraciones con regularidad en el extranjero, pero debido a la ley de exclusión de ingresos extranjeros, se deben pagar impuestos por encima de $126 000.
Los impuestos sirven para tener un ejército descomunal, no una sanidad pública o unos transportes públicos decentes. Si estás obeso, lo estás en libras, no en kilos, porque en EE. UU. hasta los kilómetros son más largos y se llaman millas por su peculiar y nada internacional sistema métrico. Pagas propinas enormes por pedazos de una mala, grasienta, enorme y cancerígena comida, cebada de hormonas y excipientes prohibidos. Casi nadie puede ir a la universidad sin endeudarse hasta la vejez, aunque también puede ir al médico para abocarse a la ruina. Salir a la calle es exponerse a un tiroteo, y por eso ¿¡!? = ¡¿?! muchos llevan armas. No hay subsidios de paro, ni permisos por paternidad o maternidad, como ocurre solo en otro país del mundo, Papúa (Nueva Guinea). En Estados Unidos, el único pan que se come no es en barras, sino el grasiento pan lactal o "bimbo"; tiene tanta azúcar que en la Unión Europea se lo consideraría un pastel, y en barras se vende solo en sus escasísimas panaderías: su número es inferior al de las que hay en Asturias.
¡Y el aburrimiento! EE. UU. está muerto; lo único que conciben como diversión son los deportes, de eso tienen mucho, son adictos a todos y el fin de semana se les va en actualizarse tirados en el sofá. El seguro de salud solo funciona cuando estás sano. La atención médica es una broma. El gobierno es una broma. La gente es una broma. La vivienda es una broma. Hay impuestos sobre la renta individual, sobre la renta corporativa, sobre la nómina, sobre las ganancias de capital, sobre las ventas, sobre los ingresos brutos, al valor añadido y los especiales, los sobre la propiedad y sobre la propiedad personal tangible, y sobre el patrimonio y las herencias. En EE. UU. no hay vacaciones pagadas ni algo parecido. Si bien muchos europeos pagan impuestos muy altos, ese dinero se destina a programas que los protegen y los ayudan. Se pueden costear porque la salud europea tiene un enfoque largoplacista y es preventiva; por eso sale más barata y es más eficaz. En Estados Unidos es cortoplacista y se pagan tasas y gastos aunque tengas seguro; se paga más o menos lo mismo de impuestos, pero el gobierno no ayuda en nada, ni siquiera en caso de un desastre natural importante.
viernes, 14 de agosto de 2020
El vuelo de Juan Carlos
Ha parecido extraño que Juan Carlos I sea capaz de volar, como San José de Cupertino. No hay tal. No sabemos qué santo ha hecho el milagro, pero se evidencia que, supervivido al fusilamiento de los medios que antes le besaban el ilustre y lustrado culo, ha decidido vagar por la tierra como Samuel L. Jackson o David Carradine, alias Kung Fu, quienes, por cierto, comparten tarantinadas.
Pero nuestra película, titulada Democracia española, no llega a tanto, sino a más. Parece dirigida por el genial Mariano Ozores. Por desgracia, solo somos figurantes y el rey hace el papel de Fernando Esteso, ligándose germánicas muy godas y con apellido de filósofo neopositivo. Es natural. Este director, más realista que el patatesco Almodóvar, también liado con el Fisco, ha hecho obras maestras como Hacienda somos casi todos (1988) ¡No, hija, no! (1987) -un vaticinio sobre la infanta Cristina- Todos al suelo (1982), en que Juanca hizo de prota, Pelotazo nacional (1993) u Hoy como ayer (1966), que lo dice todo sin añadir nada. Ni que fuera el gran profeta Pero Grullo, que a la mano cerrada la llamaba puño.
Nosotros creíamos que los reyes no volaban, sino que recurrían al camello; pero asociar un camello a un Borbón suena a pillar, a cannabis y a los aves por la arenosa Arabia, que también vuelan, aunque a la Meca. Antes, el Fénix, pájaro de fuego de un millón de colores, tras cumplir sus quinientos años, iba al desierto, al templo de Heliópolis en Egipto, y se prendía fuego a sí mismo para renacer otro medio milenio. Era a la vez su propio padre, madre, hijo e hija, ya que solo hay uno. Pero que un Borbón se queme es imposible, habida cuenta de su adherencia al chollo monárquico está garantizada por siglos de corrupción y servilismo. Para librarse de ellos solo ha funcionado la guillotina.
Y no somos pueblos de revolución y guillotina, sino de ovejas y estoicos. Como los tres monitos de no oír, no hablar, no decir. Por ejemplo, nunca apareció en televisión el famoso líder republicano de la Platajunta, Antonio García-Trevijano, que en paz descanse. Tengo delante su famoso libro, Del hecho nacional a la conciencia de España o El discurso de la República (1994), del que se hicieron cinco ediciones en ese mismo año. Ahí se dice ni más ni menos que mientras existan niveles de corrupción y desigualdad social tan grandes e institucionalizadas en las leyes, habrá monarquía en España. Dice, por ejemplo:
Para la liberación del estado de servidumbre voluntaria en que se encuentra la mayoría de los españoles, sería, en principio, más operativo que no existiera autoridad alguna en el Estado, ni siquiera simbólica, que no procediera de la libertad política de los gobernados. Pero, en la situación actual de España, y dados los materiales humanos y los partidos que tenemos encaramados en el Estado, el principio republicano de la democracia podría vivir en la Monarquía si, y solo si, el poder simbólico del Rey no fuera, para los partidos y el Ejército, punto común de referencia de sus propios poderes particulares. Lo cual solo es posible con un régimen presidencialista que haya sido fruto de la iniciativa popular (p. 299)
Juicio interesante y que no puede pasarse por alto, aunque al autor no se le ocultan los riesgos autoritarios en que puede derivar este tipo de gobernación. Dice tan solo que es lo único factible, es decir, el único paso político que hay que dar para salvar algo de lo que es España y algo de lo que es el republicanismo histórico en el Estado. De lo contrario, nos quedaríamos estancados en la evolución natural hacia una república democrática.
Por supuesto, no cabe recabar opiniones de los navegantes del yate Bribón, ya que les escriben los papeles con magníficas palabras vacías. Podría ser interesante la de Froilán, que de seguro más que interesante será interesada y en eso más franca y menos hipócrita que la del resto de sus más regulares que reales parientes. Ojalá que su maravilloso currículum escolar pudiera ser igualado por nuestra paupérrima garantía social, que tiene todo que envidiar de la nórdica, donde los reyes fueron siempre afrancesados de una revolución más francesa que rusa. Ciertamente, corren malos aires para las monarquías; incluso el inteligente príncipe Harry se ha dado cuenta ya de que solo es una socialité, un espejismo en el Hola, y está en el ajo solo por lo que vende en publicidad. En cuanto a su tío, el pedófilo Andrés, me recuerda al pobre Fernando VII, el disputado hijo de Godoy o de Ruiz, cuando tenía que aguantar por ayo al fraile carca y pederasta Blas de Ostolaza, encausado por haber llevado la ignominia a un hospicio entero de niñas. Los Borbones es que siempre han tenido muy malas compañías; por eso hay que comprender y compadecer que hayan salido como son.
En fin, Pedro Sánchez, si es el santo que ha hecho el milagro, ha tenido que hacer de negro Ra-Ra-Rásputin en la familia real y curar al zarevich Felipe, sexto del nombre, de un contagio más malo que el Covid para poder mantener la estructura jerárquica de aforamientos obispales, militares y políticos que mantiene la cáscara de corrupción caciquismo-clientelar sobre el simulacro postfranquista de justicia y democracia; pues Felipe es la clave de todo ese sistema cerril y reacio a cualquier cosa que sea referéndum y las colecciones de firmas. Para el monarca, la idea de nación es la de Cánovas: «cosa de Dios o de la naturaleza, no de invención humana». El mismo Cánovas que ya en 1882 sostuvo en un discurso al Ateneo de Madrid: «La nación no es ni será nunca... el producto de un plebiscito diario, ni obra del asentimiento, constantemente ratificado por todos sus miembros, a que continúe la vida en común. No; el vínculo de nacionalidad que sujeta y conserva las naciones es, por su naturaleza, indisoluble».
viernes, 10 de julio de 2020
Confinados sin contornos
lunes, 15 de junio de 2020
Quo evadis?
jueves, 12 de marzo de 2020
Ugh
Sin embargo, el centro peninsular anda estos días vacuo y desgentificado, que parecía imposible, allí, donde todo lo que falta a la España vacía se había ido. Uno está hasta la viruscoronilla, pero tiene que reconocer que nuestros hijos, y sobre todo nuestros nietos, parados ahora antes de estarlo definitivamente, lo van a tener chungo. Tras dos grandes recesiones, las de 2008 y 2020, el capitalismo, que ha vuelto a las crisis de preguerra al abandonar las ideas keynesianas de separar crédito especulativo del social, debería readaptarse o al menos refundarse de una forma más nórdica, sensata y desinteresada (los porcentajes de interés, se entiende). Deben ser repuestos los impuestos. Porque, si no, nuestros hijos no van ni a poder pagar el pato a la miseria por falta de fondos, de trabajo, de estado, de pensión, de educación, de salud, de seguridad social, de todo lo que les ha ido quitando el capitalismo buitre y neocón que impera salvajemente desde que la Thatcher y el Reagan empezaron a fragmentar el empleo y a roer el hígado del prometeico estado, que ya no está ni siquiera para promesas y ahora mismo tiene que padecer a neothatchers y neorreaganes paleofascistas. Decía Quevedo a Felipe IV.º, como pudiera decirlo al VI.º:
Grande sois, Filipo, a manera de hoyo; / ved esto que digo en razón de apoyo: / quien más quita al hoyo más grande lo hace; / mirad quién lo ordena y veréis a quién place. / Porque lo demás todo es cumplimiento / de gente civil que vive del viento. / Más de mil nos cuesta el daros quinientos; / lo demás nos hurtan para los asientos. / Y el pueblo doliente llega a recelar / no le echen gabela sobre el respirar.
¡Atchís! Como el deporte, que habría que hacerlo amateur, habría que sustituir a estos políticos de tan mala calidad, puros piojos del sistema, por otros elegidos meramente por sorteo, y dar a los técnicos lo que es de los técnicos. Si la vida está gobernada por el azar, el país también debería estar gobernado por tal principio, que es natural y eficiente. Un anarquista a lo Thoreau como Borges ya especulaba con ello en su cuento La lotería en Babilonia, pero se resignaba a decir en otro lado que "con el tiempo mereceremos que no haya gobiernos". Otro anarquista nacido en Galilea decía "que gobierne a todos el que sea esclavo de todos". Nuestros políticos no solo padecen la incapacidad de poder gestionar incluso nuestro fin como civilización, ya en el horizonte por el cambio climático y el aumento global e hipercomunicado de la ignorancia selectiva, sino que padecen una ingénita discapacidad moral. Por ello los que se agarran a la teta de la vaca estatal, los políticos profesionales, deberían resignarse a un nuevo mundo en que solo podrían agruparse no en partidos, sino en asociaciones como "Políticos anónimos".
En este tipo de asociaciones (no criminales) hay que seguir estrictamente el Programa de doce pasos y empezar reconociendo que existe un Poder Superior que es el que es (llamémoslo Anonymous, si os place) sin nombre ni siglas, que representa la voluntad general de la especie humana. Sería el derecho natural, que, como dice Cicerón en un pasaje muy estoico de su De república, (III, 22, 33) se identifica con la conciencia, la ética y la naturaleza:
La verdadera ley es una razón recta y congruente con la naturaleza, general para todos, constante, perdurable, que impulsa con sus preceptos a cumplir el deber y aparta del mal con sus
prohibiciones; pero que, aunque no ordena o prohibe algo inútilmente a los buenos, no conmueve a los malos con sus preceptos o prohibiciones. Tal ley no es lícito suprimirla, ni derogarla parcialmente, ni abrogarla por entero, ni podemos quedar exentos de ella por voluntad del Senado o del Pueblo, ni debe buscarse un Sexto Elio que la explique como intérprete, ni puede ser distinta en Roma y en Atenas ni hoy y mañana, sino que habrá de ser siempre una misma ley para todos los pueblos y momentos, perdurable e inmutable; y habrá un único dios como maestro y jefe común de todos, autor de la ley, juez y legislador, que no podemos desobedecer sin huir de nosotros mismos y sufrir la más cruel expiación por el hecho mismo de haber despreciado la naturaleza humana, aunque se haya evitado en otro tiempo lo que se llama suplicio.
Ese principio no reconoce naciones, sino conciencias. Se trata ya de apelar a los Deberes del hombre, no a sus Derechos. Los poderosos tienen todos los derechos que compra la ley y los débiles casi todas las obligaciones que exige la brutalidad de los primeros. Pero la Ley debe ser igual para todos, en deberes y derechos. La libertad tiene que ser una consecuencia de la responsabilidad y no al revés; no se puede poner el carro delante del burro ni la necesidad delante de la satisfacción. Con algunas cosas no se puede comerciar, por ejemplo con la vida, las medicinas, la educación, la investigación científica y la cultura. Tampoco con la política, cuando el interés supremo es la especie humana y está en juego el futuro de la misma, nuestros hijos. No es de creer que males tan globales como la crisis económica, las plagas, y el cambio climático puedan ser combatidos por naciones y principios egoístas, partidistas, nacionales o no sociales, porque eso equivale a promover nuestra extinción
sábado, 12 de octubre de 2019
De un apocalipsis apócrifo (y II)
Después de esto miré, y hete aquí que una voz me erizó los pelos y fui arrebatado a un monte de piedad de los antiguos saqueados, no de los de los Padres del yermo, desde donde vi sentados entre las nubes a los veinticuatro ancianos del Constitucional, y de allí salían relámpagos y voces y truenos (et vidi viginti quatuor senatores vagos sedentesque, et exinde procedebam fulgura et voces et tonitrua, et volabant sine alis et sine aeroportibus)
Y de repente apareció un libro cerrado con siete sellos y más rocas y pedruscos que encima del Caudillo (Princeps carcundissimus et miles providentissimus aut borbonicus, quod magis dabit, etcaetera). Y, al mismo tiempo, vi un ángel fuerte y poderoso pregonar a grandes voces: "¿Quién es el digno de abrir el libro y de levantar sus sellos?" Y ninguno podía, ni el el cielo, ni en la tierra, ni debajo de la tierra, abrir el libro (et nemo poterat neque in caelo, neque in terra neque subtus terram, neque Miguelturra, quod totus stabat liatus et bene liatus).
Y vi a siete ángeles que tocaban diversos instrumentos en una jazz band bastante dixie (aunque no tanto como Tuba Skinny). Y se abrió el cielo y apareció un monstruo con diecisiete cuernos autonómicos y cuatro o cinco nacionalidades, y vi otro mayor aún que casi no cabía, y su nombre era Frankensteuropa. Y el ángel que dirigía lo indigerible me dijo: "No te abrumes tanto, ni siquiera aparece la deuda pública: no cabe". Y seguían cuatro caballistas en un solo patinete por las restricciones de la crisis (per pecuniam inopiam et mangoneum tantum), y Rajoy y sus tijeras los seguían.
Hubo de repente un cambio climático y aparecieron los falsos profetas de las encuestas. Desde el este surgió un bicho inmundo lleno también de cuernos y coronas; entre sus múltiples caras reconocí las de Jesús Gil, Vladimir Putin y Donald Trump; y ponía en todas las frentes su marca (et vidi bestiam ascendentem in Orientem, et nomen suum Nationalismus erat, et in frontibus omnium scripsit et cacavit insanias suas); su número era el 155. Quien tenga inteligencia para calcular, que lo haga, porque es un número que se puede cuantificar electoralmente, sin necesidad de recurrir al Centro de Investigaciones Sociológicas.
lunes, 7 de octubre de 2019
Apocalipsis apócrifo (I)
Melapelia se halla in partibus infidelium, en algún archipiélago perdido entre las islas de Melanesia y las Bisayas. El idioma melapedorro, lleno de vocales absurdas, sin consonantes y sin gramática, tiene tantos dialectos ininteligibles como hablantes; quizá por esta característica algunos filólogos afirman que desciende del babélico, pero yo creo que si se graba y se oye al revés puede tener alguna mefistofélica traducción. Es verdad que Melapelia está llena de torres, de torres ebúrneas, de torres de marfil. España cae a la velocidad de la luz y las soluciones vienen a la velocidad del gobierno. Bansky ha pintado la cámara común del simio que se toca los cojones; en nuestra pocilga de diputados habría que poner un corral de gallinas cacareantes y sin huevos. Sin huevos para abrir el melón de la reforma constitucional.
He visto una magnífica película, Mientras dure la guerra, de Amenábar, Amenábar, moro de la morería, inteligente, documentada, bien escrita, redonda; aparte de afirmar que por aquí no pasa ni el tiempo, se habla de la baraka del Caudillo, empeñado en hacer una limpia de España que ni una queli de las buenas; ahora lo quieren desenterrar con helicóptero, como al Cristo de Fellini. Pues Pedro, que presume también de baraka, se la juega de verdad con estas formidables y espantosas elecciones, que pueden ser su camino de pedrición o, por el contrario, su liberación de tanto enjuague y escupitajo.
Poco más cabe decir; el Pepé ha pasado de ser lampiño a barbado, como Porretas, pero a Pablo nadie le ha cortado la coletilla, ni siquiera Errejón, y Pedro sigue en su simismidad, absolutamente pedrificado. Meros cambios cosméticos que no justifican un cambio en el gobierno de Melapelia.
***
Entre los escritos gnósticos hay un apócrifo neotestamentario descubierto en Hag-Hamadani inédito a causa de su carácter sumamente fragmentario, de difícil recomposición. Es un Apocalipsis escrito en mentecopto vulgar. La versión que ofrezco, sumamente conjetural, es sin embargo bastante literal en lo que cabe, por Federico Tiquismiquis, profesor de la Gregoriana de Roma.
[...]
Este es el libro de la Revelación [...] para manifestar a sus siervos las cosas que deben suceder pronto; y la declaró por medio de un Ángel a su siervo Juan, cuando estaba en la isla de Pasmos, porque las elecciones están cerca.
Bienaventurado el que lee y los que oyen las palabras de esta profecía, y guardan las cosas en ella escritas; porque las elecciones están cerca.
Salutaciones a las diecisiete iglesias autonómicas que están en Hispania. Gracia y paz a vosotros, del que es y que era y que ha de venir una vez y otra a dar la lata con lo mismo de siempre y hasta la extenuación, y de los siete partidos que están tocándose las prebendas delante del Rey.
Yo estaba en el día del Señor en un gran estadio como el del Madrid, y oí detrás de mí una gran voz como de vuvucela, que decía: "Yo soy el Elegido, el primero y el último Pedro". Escribe en un libro lo que ves, y envíalo a los siete partidos que están en el Congreso: a Ciudadanos, Pepe, Pesoe, Unidas, Vox, Esquerra y Peneúve.
Y me volví para ver la voz de la SER suprema que hablaba conmigo; y vi que los siete se aprestaban a preparar nuevas elecciones y que ya lo sabían y que estaban igual que antes diciendo lo mismo y vuelta y dale así que todo.
Y en medio de los siete vi a un profeta vestido de corte inglés hasta los pies; y su nombre era Iñaki Gabilondo. Su voz era como estruendo de muchas aguas y de su boca salía una espada aguda de dos filos; y su rostro era cetrino como el sol cuando amanece velado por la niebla.
Cuando le vi, caí como muerto a sus pies. Y él puso su diestra sobre mí, diciéndome: "No temas; escribe las cosas que has visto y las que son y las que han de ser después de esta monserga".
Mensajes a los siete partidos. El mensaje al PP
Yo conozco tus robos, latrocinios y corrupciones y que no puedes soportar la justicia ni la honradez, y que no has reprobado a los que dicen ser políticos y no lo son, y los has hallado mentirosos; y no has hecho nada, sin tener siquiera paciencia para que la ley por ti creada y manipulada fallara en tu favor. Has trabajado arduamente solo por amor a tu propio beneficio, y no has desmayado en empobrecer a la clase media y al pueblo mintiéndole y saqueando sus pensiones para pagar tus propias deudas.
Recuerda, por tanto, cuánto has caído, y arrepiéntete, y devuelve todo lo que has robado; pues si no, vendré pronto a ti, y te quitaré de tu lugar, si no te hubieres arrepentido y restituido todo cuanto has saqueado sin tasa. Y el que tiene oídos para oír, que oiga, porque si no está sordo.
El mensaje a Esquerra
Yo conozco tus deseos de republicar y tu sinvivir por la pobreza de cargos, y la blasfemia de los que se dicen ser catalanes y no lo son, sino sinagoga de Satanás. No temas en nada lo que vas a padecer. He aquí que el diablo echará a algunos de los que te siguen a la cárcel, para que sean probados, y tendréis tribulación por diez días hasta que Pedro se compadezca de vosotros. Sé fiel hasta la muerte, y yo te daré algo que echar al corral de tus gallinas catalanas. Y el que tiene oídos para oír, que oiga, porque si no es que no hay traducción al catalán.
El mensaje al PSOE
Escribe: Yo conozco tus obras y cursos y cuentas ilegales y dónde te sientas, dónde está el trono de Satanás; pero retienes mi nombre de obrero y de socialista como si no hubieras negado mi fe, ni aun en los días en que tantos fueron muertos entre vosotros, donde mora Frasquito. Pero tengo unas pocas cosas contra ti: que tienes ahí a los que retienen la doctrina del pueblo, que enseñaban herejías nacionalistas a los hijos de Israel, a comer de cosas sacrificadas al pueblo hambriento, y a cometer fornicación con tarjetas andaluzas. Por tanto, arrepiéntete; pues si no, vendré a ti pronto, y pelearé contra vosotros con la espada de mi boca. Y el que tiene oído para oír, que oiga, porque si no es que es analfabeto y obrero de derechas. Al que venciere, le daré a comer del maná escondido y le daré un voto en blanco, y en el voto escrito un nombre nuevo, el cual ninguno conoce sino aquel que lo recibe.
II
Tras las no pocas quejas habidas por los errores de la traducción desde el mentecopto vulgar del doctor Tiquismiquis, este se ha excusado diciendo: "Hice lo que pude: el texto está más corrupto e interpolado (por Interpol, se entiende) que el Tribunal de cuentas". Por lo que, a fin de satisfacer las justas demandas de los serios lectores de Mi Ciudad Real, pedí una traducción interlineal al latín macarrónico "para mayor claridad", como dijo don Hermógenes, al sabio profesor Cáñides del Alcázar, del ya citado Apocalipsis apócrifo encontrado en una alcantarilla del desierto de Hag Hamadani, que insertaré en la traducción:
El mensaje a Ciudadanos:
Si algún pobre de espíritu escuchare su voz y le abriere las puertas al Congreso, cenará todos los días, y si venciere además, le haré sentar conmigo en mi trono y tendré mi solaz (si quis gilipolites audierit vocem suam et aperuerit Congressum poltronamque latae, cenabo ratus longus totus qui se terciet, et si vicerit, quamquam taparrabum in pompibus habet, per culum dabo)
Después de esto miré, y hete aquí que una voz me erizó los pelos y fui arrebatado a un monte de piedad de los antiguos saqueados, desde donde vi sentados entre las nubes a los veinticuatro ancianos del Constitucional, y de allí salían relámpagos y voces y truenos (et vidi viginti quatuor senatores vagos sedentesque, et exinde procedebam fulgura et voces et tonitrua, et volabant sine alis et sine aeroportibus)
Y de repente apareció un libro cerrado con siete sellos y más rocas y pedruscos que encima del Caudillo (Princeps carcundissimus et miles providentissimus aut borbonicus, quod magis dabit, etcaetera). Y, al mismo tiempo, vi un ángel fuerte y poderoso pregonar a grandes voces: "¿Quién es el digno de abrir el libro y de levantar sus sellos?" Y ninguno podía, ni el el cielo, ni en la tierra, ni debajo de la tierra, abrir el libro (et nemo poterat neque in caelo, neque in terra neque subtus terram, neque Miguelturra, quod totus stabat liatus et bene liatus).
Y se abrió el cielo y apareció un monstruo con diecisiete cuernos autonómicos y cuatro o cinco nacionalidades, y vi otro mayor aún que casi no cabía, y su nombre era Frankensteuropa. Y el ángel me dijo: "No te abrumes tanto, pues no aparece la deuda pública porque no cabe". Y seguían cuatro caballistas en un solo patinete por las restricciones de la crisis (per pecuniam inopiam et mangoneum tantum), y Rajoy y sus tijeras los seguían.
Súbitamente hubo un cambio climático y desde el este surgió un bicho inmundo; y ponía en todas las frentes su marca (et vidi bestiam ascendentem in Orientem, et nomen suum Nationalismus erat, et in frontibus omnium scripsit et cacavit insanias suas) y su número era el 155. Quien tenga inteligencia para calcularlo que lo haga, porque es un número computable electoralmente.
sábado, 7 de septiembre de 2019
Comicios
Claro está que para Horacio "la virtud está en el medio", no a la izquierda, que siempre ha sido siniestra para los fabricantes de supersticiones periódicas. Descentrarse traería cola, o más bien al coleta. Esto es que prepara su segundo advenimiento, que va a haber elecciones, como en un mercado o en un prostíbulo fino. A ver quién presenta ya los mejores rábanos, no digamos nabos, melones o almejas; de los chorizos hablaremos en otra ocasión. Hablo de rábanos porque les importa un ídem lo que van a decir; si la gente no cree ya en sus promesas (fe), ni espera nada de ellos (esperanza), ¿para qué va a tener con ellos amor o caridad? Pues la tiene. Por eso elige siempre a los más guapos, a los que les dan menos repelús. Como en el burdel o en la elección de Miss Universo o Miss España. La figuración es lo que tiene. No es que la gente necesite un protésico mental, es que, como es mejor que ellos, prefiere no ponerlos a parir, o reírse de ellos, como hago yo. Por higiene mental. Se comparan glúteos (las mujeres no tienen esa ordinariez llamada culo), ombligos y demás apariencias. No se les pide ni siquiera alma ni se atiende a lo que dicen, sino a su tono de voz, su vestimenta, el corte de pelo.
Por eso yo propongo que nos gobierne la nada, o un político incorpóreo y fantasmal, o mejor un algoritmo o ecuación que no nos torture con el ruido de sus bocas y no se nos aparezca diariamente como un santo paliza y latoso. Algo así como un Sánchez cuando andaba contingente, remoto y perdido. Cuando era, en fin, Pedro, el Hermoso.
jueves, 8 de agosto de 2019
Tecnología punta
También se puede inferir la calidad de nuestro gobierno político por la de las tertulias (el parlamento es solo eso, una tertulia). De todas se saca la misma conclusión: ninguna. Es curiosa la unanimidad de ideas: todo el mundo hace el Inda de una forma u otra. Es la llanura perfecta del encefalograma plano, un campo de sal como el del Titicaca. ¿Qué idea será esa? ¿Sentarse rápido en la silla, como en el juego infantil?
Creo en la colectivización del conocimiento y de la ética, no en esta república camarera y los ochentamileuristas que la maltratan: nunca se ocuparán de la juventud que no nace y se marcha, de la sanidad que encoge, de los bancos que crecen, de la mierda que nos entierra. Ni Francisco Kafka podría describir esta postergación indefinida de una legalidad más real que legal. Un poco ejemplar ejemplo: el PSOE (Pedro Sánchez ¡OhÉ!), tira un dinero público que podrían haber usado en subirse más lo sueldos convocando perpetuas y eternas elecciones; y no es que los demás (de más para ellos) lo dejen: el convulso y malugno Rivera se agita como un cocamán y quiere bailar siempre con la más guapa y ser califa en lugar del califa; los podencos discuten con los galgos y los pobres y desvalidos no tienen nada que esperar de este espantajo que alguna vez pareció un país y ya no lo es. España y las demás repúblicas cementeras del sur de Europa son el tamagotchi de la UE.
Más nos vale hablar de Arrimadas, una niña conveniente y debida, bien educada, hija de buenos padres, modosa, kawai, fregatriz, pacata y circunspecta pajarilla en ese campo de nabos, esa manada que es la política española, más vulgar que la sopa de fideos. En China tienen una expresión para indicar la vergüenza: "perder la cara". Y todos los políticacos españoles tienen la misma: ninguna.
viernes, 12 de abril de 2019
La procesión electoral
Hemos oído que a algunas de nuestras ancianas las maltratan en los asilos, que otras se suicidan porque no encuentran plaza en un asilo o padecen enfermedades y dolores incurables, que hay niños que torturan a otros causando también suicidios, y al visigodo Abascal le da igual, porque eso se arregla todo con arriba España, privatizarlo todo y subir los impuestos precisamente a ellos, a los que no tienen dinero sino para pagar la comida y poco más. Abascal quiere acuñar su propia moneda, con su efigie. Los otros dos terrores de la derecha, casi lo mismo. Por eso Abascal es un Caifás, un saduceo vendido a los mercaderes del templo.
Uno ve al charcutero y señorito Pablito (que nunca clavó un clavito) Casado también invulnerable al dolor y a la desgracia de los que no tienen nada y les quitan hasta lo que pueden tener, esperanza. Hace unos trabajos de máster más delgados que los que me entregan mis alumnos repetidores y ni siquiera deja que se los miren. Qué feliz es este hombre consigo mismo; yo creo que lo único que necesita es un metro extensible para comprobar que ha crecido más todavía; y ¡cómo se envuelve en la bandera! Recuerda a Jordi Pujol diciendo que Cataluña y él son la misma cosa o al Exorcista leyéndole el ritual romano a Pedro Sánchez. Pero lo que ha hecho su partido en realidad es tirar a la basura todo el fondo de las pensiones y el estado del bienestar, y adelgazar la clase media más que ningún otro en toda Europa. Tanta vileza, mentira y traición solo caben en un Judas Iscariote, pues solo un judío tan falso como él podía vivir en un entorno tan porcino y con tanto chorizo, y venderse por treinta dineros a la banca.
Sánchez no dice una palabra más alta que otra y espera pacientemente que la marea lo aúpe a lo más alto. Está hecho todo un Barrabás, todo el mundo está dispuesto a perdonarle cualquier cosa y en efecto veo que la gente prefiere el silencio y el comedimiento de Sánchez a las gilipolleces y extremismos gritones de otras izquierdas y de Casado y Abascal; pero como está dispuesto a negar más de tres veces a Iglesias, no sé si podría hacer de San Pedro Sánchez. En cuanto a Rivera, que se lava las manos de cualquier cosa que no sea su propio beneficio y va de comparsa con quien le dé más sinecuras y preseas, por más que digan que posee algo de humanidad e integridad, haría un buen Pilatos.
Empero, en esta procesión también hay un Cristo, y a mí me parece que es Iglesias, no por el apellido, sino porque Cristo era un melenudo que no se recogía las greñas. Hay que ver cómo lo ha fustigado hasta sangrar la policía patriótica de la pepeidad.
miércoles, 9 de enero de 2019
Santiago Abascal
Católico, apostólico, y romano, pero divorciado y lo financian iraníes.
Amante del ejército , pero no hizo la mili.
Liberal, pero no ha trabajado nunca en la empresa privada.
Quiere suprimir las autonomías, pero ha vivido toda su vida de las mamandurrias autonómicas.
ES EL LÍDER QUE ESPAÑA NECESITA.
miércoles, 2 de enero de 2019
Todos le dieran sus hijos
Sabíamos que los siete enanitos Pujol descendían de un famoso bandolero dieciochesco y que Arthur Mas, por tres ramas distintas, de capitanes esclavistas y negreros (de esos que echaban a los que iban a morir de hambre por la borda, porque el seguro solo cubría "accidentes"). De gente tan respetuosa con las tradiciones del robo, esto se explica, y augura un futuro glorioso a los siete niños de Pujol, como los de Écija, que quieren robar a España, porque los charnegos no tienen nada que hacer en Cataluña, digan lo que digan, si no andan hablando en lengua no internacional y con lacito amarillo. El misoneísmo es lo que nos define a todos los que compartimos península. Y como aquí todos somos misoneístas, nadie quiere mirar hacia adelante y propiciar un acuerdo del que nazca una nueva constitución. El melón no se abrirá y se pudrirá. Ya lo vemos todo el día en TV: el caso es discutir siempre y no llegar nunca a ninguna conclusión, a ningún acuerdo, porque no se busca eso, sino solamente discutir. Eso es lo que se ¿enseña? solamente en TV. Debían negarse a discutir si no se prometía llegar a una solución. Ya lo decía Pedro Calderón de La Barca, que un día luchó contra los catalanes y fue herido:
No riñas por cualquier cosa;
que cuando en los pueblos miro
muchos que a reñir se enseñan,
mil veces entre mí digo:
«Aquesta escuela no es
la que ha de ser». Pues colijo
que no ha de enseñarse a un hombre
con destreza, gala y brío
a reñir, sino a por qué
ha de reñir; que yo afirmo
que, si hubiera un maestro solo
que enseñara prevenido,
no el cómo, el por qué se riña,
todos le dieran sus hijos.
Pero los nacionalistas españoles no les van a la zaga. El sociólogo iraní-católico Santiago Abascal es un divorciado no sé por qué iglesia, pero desde luego no por la romana, y promete hacer grande y ¿libre? a España, porque una no la va a hacer, habida cuenta de que lo único que consigue es dividir aún más a los dizque españoles, que más vale llamar ibéricos, porque solo nos une el amor al jamón. Eso es porque lo que realmente quiere es el reinado absoluto y duradero de la derecha; porque aquí no es liberal como la europea y por tanto le da igual aliarse con el mismísimo Satanás con tal de proseguir sus saqueos y extorsiones de corrupta de siempre. No me extraña que Abascal sea, también en interés propio, un aficionadillo a la ornitología: es un pajarraco de cuidado y en su horda los hay muy semejos.
Los políticos españoles han conseguido tener a la mitad de los jóvenes en paro y a la otra mitad cobrando sueldos minusmileuristas y ahora, antes de enviarnos a la esclavitud de los patrones, como ya pretende el gobierno fascista de Hungría, van a por los otros débiles de la sociedad, los viejos, y les dejarán con unas magras y ridículas pensiones con las cuales no podrán siquiera mantener a esa mitad de jóvenes de las que hablábamos al principio.
Y luego quieren que nos espantemos de que gane la ultraderecha... Lleva mucho tiempo ganando. No quiero presumir de Profetón, como otros hacen, porque entonces lo vio hasta el más ciego, pero ya dije que tras la descomposición inorgánica de la mierda del PP este se iba a despiezar, y eso es lo que ha ocurrido. Ahora lo gobierna un residuo llamado Pablo Casado; su única esperanza es solo ser el primer partido de la derecha, para seguir robando, privatizando y mangoneando, que es lo único que sabe hacer.
Sin duda el gran filósofo de la modernidad, el más influyente en la política de estos tiempos, ha sido Silvio Berlusconi. Nacido del deporte, del espectáculo y de la corrupción. Su principio de que "la verdad no cambia nada" ha sido seguido fielmente por todos los políticos que ya ni siquiera se molestan en mentir, sino que fabulan agradablemente; "hechos alternativos", los llaman. Trump, Putin, Salman, Duterte, Salvini, Rajoy matan directa y desvergonzadamente o, con más elegacia, por omisión (copagos, pensiones, recortes, paro, todas esas cosas que matan viejos, bajan los índices de natalidad y aumentan un 3% en solo un año los de suicidios); y los que no se atreven a tanto se conforman con robar a mansalva y deteriorar con sus excrementos industriales el clima, el paisaje y la casa común. Y es así porque la verdad no cambia nada: han ganado los malos y el mal lo gobierna todo. La corrupción es la norma y la mentira la ética fundamental. "La mayor fuerza que mueve el mundo es la mentira", escribió Jean-François Revel.
Eso es lo que hacen, maldad y no política. No unen, dividen. Se hacen santos llamando malos a los demás. Y es la unión lo que nos hace especie humana. Los criterios éticos les parecen poco modernos, porque todo es fashion, apariencia. Sobre todo los impuestos: hacen como que los pagan, pero los evaden. El fascismo medra cuando hay mentira (esto es, el tipo de violencia intelectual que genera las otras), desgobierno, inestabilidad, crisis económica, desigualdad, poca clase media. Y, sin embargo, lo realmente antiguo son las actuales brutalidad, mentira e idiotez. De la modernidad se ha vuelto a la barbarie, que es posmodernidad solo porque va después del fin, o sea, al principio.
Nos tienen sumergidos en una realidad sin fin que adopta la corrupción como norma y la mentira como ética fundamental. Porque solo si el mal se ha instalado en el poder es posible que los poderosos puedan librarse de las consecuencias de sus maldades y la violencia mental (esa violencia que consiste fundamentalmente en mentir y que origina siempre las otras violencias: la física y la emocional) les parece la única manera de gobernar en inferioridad de ideas, pero en mayoría de fuerza bruta. Y así nos hablan de cambio los que nunca han querido cambiar otra cosa que sus propios niveles de retribución.
martes, 13 de noviembre de 2018
Qué engañifa
Para alguien tan poco Astérix e hysteric como Macron, el nacionalismo es un mal y la principal causa de muertos en Europa desde el siglo XIX. No digamos desde antes: la costumbre de matar compañeros de raza humana no estaba entonces mecanizada ni atomizada. En su discurso ante los muertos de la Gran Guerra lo ha dicho, y además ha añadido a esos males el fanatismo místico.
Es verdad que el eurotismo no debería haberse extendido a la moneda, controlada por mafiosos de toda la vida. Pero debería haberse extendido a las monarquías, que son también una forma de nacionalismo. La rana Leticia (perdón, me confundí de cuento: quise decir reina, aunque a esta también la haya besado un príncipe), que no es una Rania como la de Jordania, sino una Rania de Espania, aunque bautice a sus hijas con moras aguas del Jordán, ha conseguido vulgarizar la ya de por sí vulgar monarcaca, pero no sé si la habrá popularizado, por guapas y rubias que resulten sus ricas ninias (el alcance que tienen los programas de Tele5 me hace ser pesimista al respecto). En fin, sobre estética y política hay demasiado escrito y no pretendo añadir nada más. Ya lo dice Voltaire, a quien cita hoy el manchego Raúl del Pozo: "Preguntad a un sapo qué es la belleza, y contestará que es la hembra de su especie".
lunes, 3 de septiembre de 2018
Así es si así os parece
Un carcajo como el señorito Casado no merece ni media carcajada. Incluso un flojo y descompuesto posibilista como Sánchez parece modernísimo a su vera (la izquierda, se entiende, si es que existe algo así en algo tan ambidextro como el bipartidismo). El agujero negro es dextrógiro, aunque para los zurdos sea levógiro. Enfrentado al horror del vacío, del no hay, Pedrín se limita a remozar lo que puede del estropicio derechista y a hacer precampaña. Su alter-nada alternativa, el tituladísimo Casado, es solo el mineral que se creó cuando se le juntó la morralla de corruptos cospedalianos al ganar la persa y perversa gataza Soraya. Ante esta Barbie Opus Dei Casado no pasa de madelman vetusto, ni siquiera airgamboy, cuanto más a moderno playmobil. Es solo un niñato de invernadero creado a imagen y semejanza de Rivera; podría ser uno de los concejales Roñeras de José Mota y ni se notaría.
Los mosquitos han montado un botellón conmigo este verano, pero hete aquí que soy el primero en estas páginas en denunciar las primeras hojas por el suelo, las primeras moscas atontadas por las bocanadas del fresco otoñal. Uno mira las noticias y, como tiene la retórica costumbre de hacer símiles y comparaciones, descubre dos cosas.
Por ejemplo, Amenábar Amenábar, moro de de la morería, está provocando ya escandalera por su película sobre el incidente entre Millán Astray y Miguel de Unamuno en la Salamanca de comienzos de la Guerra Incivil. La verdad, si tengo que comparar a tuertimancos fascistas, prefiero a Claus von Stauffenberg que a Millán Astray. Ambos se dejaron parte de sí mismos en África, pero uno ganó Humanidad y conspiró para evitar que se matara a su propio pueblo, el otro se volvió loco (se conserva su historial médico) y se dedicó a matar a aquellos que había jurado defender, en una Cruzada a la inversa en la que eran los moros los que restituían el presuntamente decaído absolutismo nacionalcatolicista.
El otro símil es el del payaso Trump. Dice que la culpa de la epidemia de opiómanos y heroinómanos que aqueja a los EE. UU. es de los mexicanos. Difícil es creerlo si conoces algo la materia (dicen que Trump es paleto y no lee) y, en especial, qué es lo que importa a la gente pobre y no a Trump (quien ya ha intentado cargarse la seguridad social de los pobres, el Obamacare): cómo se puede acabar con esa epidemia.
Gracias a Dios, la dependencia de la heroína se puede curar definitivamente con un solo día de tratamiento en México; el nombre de esta maravillosa medicina es el clorhidrato de ibogaína. No provoca síndrome de abstinencia y si se controla médicamente evita por completo el mono y las recaídas. ¡Pero está prohibida en los Estados Unidos! ¿Por qué? Porque allí es mejor negocio tener caras clínicas de desintoxicación con Metadona, un "remedio" que es igual de adictivo y bastante más perjudicial, tratamiento largo, caro y de dudosa eficacia. Lo mismo cabe decir, para los problemas del espíritu, de alguna que otra droga sin contraindicaciones ni efectos secundarios dañinos especiales, como la Ayahuasca, que no te hace huir de los problemas, sino que te los desembrolla y pone delante de las narices para que los entiendas y los soluciones para siempre, hasta el punto de que algunas religiones la han adoptado ya como una forma de comunión. Se producen paradojas como que drogas legales, el alcohol por caso, provoquen adicciones que pueden ser curadas mejor que de ninguna otra manera por drogas ilegales, como ha sido demostrado para el caso del LSD, siempre bajo supervisión médica. El prestigiado cannabis, sin embargo, provoca esterilidad y en algunas personas con predisposición genética (el gen CSMD1), dependencia, amnesia y una cierta labilidad mental. Eso es porque solo uno de sus componentes, el CBD, es beneficioso como potente analgésico e incluso reductor de ciertos tipos de cáncer., mientras que el THC es el responsable de los efectos nocivos y tóxicos, especialmente entre los que tienden a la esquizofrenia, que ven agravada su enfermedad si fuman esta planta.
En fin, semejantes paradojas son bastante frecuentes en Estados Unidos, que posee una magnífica sanidad solo para ricos y una de las peores para los pobres. Una película como Dallas Buyers Club (2013) descubre también como las farmacéuticas se aprovecharon en los Estados Unidos para hacer negocio con el SIDA, mientras que México ofrecía tratamientos económicos para esa enfermedad. El llamado "hombre más odiado de los Estados Unidos", Martin Shkreli, un joven de 34 años director ejecutivo de la farmacéutica Turing, subió más de un 5.000% el precio de un medicamento para personas con el sistema inmune debilitado, el Daraprim, solo para hacerse más asquerosamente rico a costa de la muerte de enfermos pobres y sin seguro médico. Muchos médicos estadounidenses, además, recetaron opiáceos como analgésicos contra el dolor al estilo House que creaban dependencia y que, al acabar su prescripción, fueron sustituidos por opiáceos, creando la famosa epidemia americana. No creamos que estamos lejos de esos efectos: un español afectado por dolores de espalda que tome Tramadol, por ejemplo, podría ser detenido si viajara a Egipto con esa medicina, que allí está prohibida, como en otros países. En Estados Unidos muchos utilizan todo tipo de trucos para consumir narcóticos, ya que les basta variar algo la fórmula para que la ley admita que no es una droga lo que se está tomando, al no estar recogida en la ley. Los efectos varían poco. En Estados Unidos las razones económicas priman sobre las morales. Por ejemplo, el lobby católico estadounidense ha impedido una y otra vez que se alargue la fecha de prescripción de las causas por estupro, para evitarse idemnizaciónes. Y es solo un ejemplo entre muchos. Dixi.
jueves, 5 de abril de 2018
El método Froilán
Tal vez se trate en el fondo de El Método Grönholm de Jordi Galceran (2003), donde se demuestra que la competencia por los puestos cría no precisamente a gente eficaz para resolver los problemas, sino a psicópatas maestros en el arte de aislarse de un sufrimiento que necesitan para perpetuarse en el poder.
Quizá el extraño trastorno de la señorita Cristina Cifuentes se curara con una dimisión. Pero este procedimiento sanador es propio de épocas oscuras y de moralidad primitiva y bárbara. Además de muy embarazoso: en tiempos más democráticos, incluso se recurría a motoristas para producirlo o a jubilaciones emeritadoras. Pero como una reina de la colmena debe estar rodeada de pieles y mieles y no de hieles, de obreros obedientes y de soldados cumplidores, no se le puede imponer algo que no se impone siquiera don Marrano Rayado. Lo suyo es poner huevos para que los fecunden los zánganos de su monárquica colmena, donde ya solo cabe esperar que le den, ahora que ha demostrado sin género de dudas que también es corrupta, fuera de la cera necesaria para los cirios que proclaman su santidad, una patada hacia arriba por el estilo de la que dieron a la aromática, o según algunos, pestífera Rosa Romero, repelenta niña Vicenta.
Pero tardaremos en ver algo así, ya que aquí nunca pasa nada para que todo siga igual... o peor, como dice ese antepasado del señor Murphy, Sancho Panza.
martes, 11 de julio de 2017
España, fértil en venenos
El peor veneno es la envidia, defecto que nos caracteriza según Unamuno, como la intolerancia lo era para Galdós, estrechamente asociado a ella: España es un hervidero de venenos.
miércoles, 5 de julio de 2017
El Evangelio según los cínicos
En España, Enric Marto, al que le gustaba pasearse por los medios, se hizo pasar por prisionero en el campo de concentración de Mathausen. Se tardó 30 años en descubrir la falsedad. Enric Marco acabó reconociendo con toda frialdad y sin ningún arrepentimiento que fingió ser preso de los nazis para difundir mejor el sufrimiento de las víctimas.
Tania Head se hizo pasar por una víctima del 11 de septiembre, contando en todos los medios de comunicación cómo, arrastrándose entre el caos y los destrozos de la planta 78 de una de las torres, se salvó. "No he hecho nada ilegal", dijo cuando fue descubierta.
Hasta aquí lo que dijo el padre Fortea; claro que no es ilegal; solo es moderno. Los políticos modernos suelen ser así: se benefician del dolor de los demás, pero realmente no lo comparten. Son como Gadafis o Sadames en tono menor. Viven del dolor de los demás o lo representan, pero no lo solucionan, ya que nunca lo han compartido realmente. Son los piojos simbióticos del dolor.
Es la forma moderna del cinismo greco-judaico que estatuyó Maquiavelo y que tanto daño ha hecho no solo en la moral europea, sino en su idea de la política, como ha explicado Peter Sloterdijk en su Crítica de la razón cínica. Tal como lo interpreta Isabel Gamero, la que Sloterdijk llama "falsa conciencia ilustrada" europea adopta una forma de actuación tal que, aun sabiendo que los ideales que extendía (razón, progreso, verdad, diálogo) no son (ni han sido nunca) posibles, "los intenta mantener en el orden establecido, produciendo un tipo de personas que, aunque públicamente no cuestionen dichos ideales, viven al margen de ellos y con completa libertad y superioridad en lo que Sloterdijk denomina cinismo".
Hay una frase moderna que lo describe: "Usted diga lo que quiera, que yo haré lo que me dé la gana". Las palabras, las leyes, el sufrimiento no importan: solo el poder y sus sucedáneos (dinero, cargos, fama). Véase España.
Y luego está la intolerancia de Galdós, la envidia de Unamuno, este tremendo y anárquico individualismo español incapaz de trabajar en común. Iberia... venenorum ferax, "España, fértil en venenos" dice Horacio en su quinta oda. ¿A que tiene razón? Horacio pinta a una espantosa bruja, Canidia, antecedente de la Celestina en cuanto que prepara filtros de amor; pero Ericto, la famosa nigromante que describe alguien que sí es hispano, Lucano, es aún más terrible. España: hervidero de venenos.
jueves, 15 de junio de 2017
La vergüenza y el peponismo populista
Cree el pepón que todos son de su condición, que quien gana tiene todos los votos (de los potos no dice nada), e infatuado con esa parca autoridad, que cree total y aun papal, por arrastrar también dos pes, se lleva con la vergüenza como el agua con el aceite: sin maridar. Para describir a alguien como Rajoy, con una conciencia tan limpia de esa oleaginosa sin hilillos como su disco duro, que es un disco black, hay que crear un nuevo lenguaje y hablar de refachatez o jetadura.
Este vendedor de morro fresco, el licenciado Rajoy, registrador de cartones (ni siquiera del bingo de la Merkel, no-da-pa-más) es incluso más ficticio que los perródicos que lo cantan; y aunque por cultura este vago entre vagos tiene un libro de cabecera tan autorizado como Los tres cerditos, para construir la casa de España asume la energía (no renovable, claro) de los vejetes que esperan que les roben la pensión y se espantan más de una coleta que de 65 casos de malversación de fondos públicos, el hombre.
En Francia preparan un Projet de loi de moralisation de la vie publique ("Proyecto de ley de moralización de la vida pública"), aquí de Rajoy solo podemos esperar... nada... o menos que nada, una ley de enmerdamiento supletorio que proteja aún más a sus ratos y rateros, por ejemplo, su última ocurrencia antidemocrática: limitar o suprimir la acusaciòn popular. En Francia tienen a un Enmanuel Macron del que se podrá decir lo que se quiera, pero con ideas en la cabeza y energía para emprenderlas. ¿Qué, en España? Al anciano Marianito Rajoy. ¡Paga más corruptela, y vámonos! Un tipo así ni siquiera es habitual en los países de nuestro entorno, gobernados todos por presidentes en vez de por militares con mérito de bragueta, salvo en países avanzados como Marruecos. Más nos hubiera valido ingresar en el Magreb: ahí al menos pintaríamos algo con su populismo más de moro que moral: Rajoy ha girado tanto la cabeza para mirar a otro lado que ya parece la niña del exorcista.
En fin, uno se reiría de Marianostijeras si fuera Rahoy, pero es Rayer, está más pasado y liado que los calcetines de Poncio Pilatos y no tiene gracia: es un disco rayado, ni siquiera cedé; ojalá hubiera venido de la Ucedé, como lo menos reprensible de su facción. Que la fuerza le acompañe, como a Alibabárcenas. Que este perdonador fiscal, este caballero mangante esquilador de tres millones de la clase media que ya son clase baja, este socorrista de estresados bancos que se ahogan, este urdidor de mentiras sobre rescates de capitalistas mentirosos, este encogedor de la educación, de la justicia, de la democracia, de la cultura y de la ciencia, este padrino (hasta el momento: el futuro es muy largo) de cuatro asociaciones criminales (Madrid, Valencia, Baleares, Murcia), cuyo "partido político" ha dejado al GIL en ejemplo señero de honradez (¡y ni siquiera lo intervienen!), este vejete modelo y espejo de todos los vejetes pensionistas que no han querido saber cuánto va a quedarles del saqueo, se jubile bien en algún banco, presumiblemente no del parque del Retiro, y nos deje en paz.
Pues, la verdad, es preferible un demócrata puro y honesto como Trump.
viernes, 26 de mayo de 2017
La corrupción y la prueba del escandinavo
¿Qué harían nuestros McLuhans de una democracia de calidad? Ya saben la respuesta. El ciudadano danés exigirá responsabilidades políticas inmediatas, y el político sueco cortará por lo sano ofreciendo alguna cabeza y convocará al instante una comisión de investigación. Lo que no ocurrirá en España y, si ocurre, ya se sabe qué juez juzgará la cosa antes de que ocurra y cuál será su sentencia, o se hará una ley ad hoc, o se recurrirá a una puerta giratoria, o se le dará una patada hacia arriba, o se dejarán las cosas para mañana, sine die y ad calendas graecas hasta que prescriban, o no se hablará de ello, o se ocultará, o se formatearán hasta setenta veces siete los discos duros, que todo eso es democracia en España.