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lunes, 24 de marzo de 2025

Causas de la caída del rendimiento académico

 El declive del rendimiento de los estudiantes en España: qué frena su mejora según el creador de PISA y otros expertos, en El País, Ignacio Zafra, Valencia - 16 mar 2025

Los resultados españoles caen o permanecen estancados en las principales evaluaciones internacionales y nacionales desde hace una década. Varios especialistas educativos analizan las causas

¿Está empeorando el rendimiento educativo de los estudiantes? Andreas Schleicher, creador del Informe PISA, la mayor evaluación internacional, que en su última edición examinó a 690.000 alumnos en 81 países, cree que sí. “Observamos un declive en el rendimiento de los estudiantes en muchos países, también en España, aunque en su caso la tendencia es menos pronunciada que la media de la OCDE (la organización, formada principalmente por países ricos, que organiza las pruebas de PISA)”, responde a EL PAÍS. Otros expertos en educación, como Miquel Àngel Alegre, director de proyectos de la Fundació Bofill, y José Saturnino Martínez, director de la Agencia Canaria de Evaluación Educativa, son, para el caso de España, menos rotundos. Pero admiten que, al menos, está sucediendo algo que no estaba en el guion a principios de siglo: “Se invierte más por estudiante. Hay un mayor acceso a la cultura. Los progenitores están más formados. Hay más gente que ha ido a la educación infantil. Hace 20 años estábamos absolutamente convencidos de que habría una mejora importante para estas fechas, pero la realidad nos contradice, porque en general hay más bien estancamiento”, resume Martínez.

Sin ser dramáticas, las grandes evaluaciones educativas reflejan bajadas en el rendimiento. En PISA, que examina a estudiantes de 15 años, los resultados de España y la OCDE caen desde 2015 en matemáticas, ciencia y lectura. Lo mismo sucede con las pruebas PIRLS y TIMSS, organizadas por la Asociación Internacional para la Evaluación del Rendimiento Educativo, que mide las mismas tres competencias en alumnado de primaria. Hay un descenso en la habilidad lectora que mide la prueba PIAAC, que realiza la OCDE, para la población de edad de 16 a 24 años entre los años 2012 y 2023, aunque es pequeña y hay que tomarla con precaución por la dificultad de comparar las dos oleadas. Y los resultados de otro tipo de exámenes, como los que se realizan para acceder a las carreras de Magisterio en Baleares y Cataluña, o las evaluaciones de competencias que realizan algunas comunidades autónomas españolas también muestran, en general, caídas o estancamiento. Una tendencia que afecta a buena parte de los países occidentales.

El debate sobre si el nivel de los estudiantes está cayendo es delicado y se mezcla con frecuencia con posturas ideológicas. En España, una parte de quienes opinan que sí lo achaca a los cambios metodológicos de los últimos años, y alaba la escuela de los años ochenta, olvidando que por entonces una cuarta parte de los estudiantes no completaba la EGB, equivalente en años de escolarización al actual segundo curso de la ESO. La causa del descenso o estancamiento de los resultados parece, en todo caso, más compleja y multifactorial. Los docentes y otros especialistas educativos consultados para este artículo mencionan entre ellos el uso intensivo de los teléfonos móviles y las redes, cambios en los modelos de crianza, precarización de las clases medias, incremento de estudiantes procedentes de países menos desarrollados, y (relacionado con lo anterior) aumento de la pobreza infantil, así como la creciente distancia que muchos chavales perciben entre lo que se les enseña en la escuela y su realidad fuera del centro educativo.

Ana Franch es directora del instituto público Serrà d’Espadà en Onda, Castellón, enseña Historia desde hace 23 años, y no tiene “una visión idealizada del pasado escolar”, pero sí ha percibido un cambio en el alumnado: “Desde hace no muchos años me parece que les cuesta mucho concentrarse, mantener la atención durante una clase; es casi imposible que te estén atendiendo más de un tiempo corto”. Y otra cosa: “Yo siempre intento ligar lo que explico con la actualidad, y de un tiempo a esta parte, veo unas carencias enormes. En un contexto de sobreinformación, están más desconectados que nunca. No ven la tele, no se informan, y aunque he ido estando en las mismas redes sociales que ellos, ahora por ejemplo en TikTok, por el algoritmo a ellos y a mí no nos sale lo mismo”.

Las evaluaciones, nacionales o internacionales, están hechas para obtener resultados. Es difícil, admite Andreas Schleicher, saber qué factores influyen en los cambios que detectan. Los cuestionarios que en pruebas como PISA acompañan a los ejercicios, sí permiten, sin embargo, apuntar algunas causas. “Lo que vemos claramente en PISA es que los estudiantes que usan el móvil por ocio en la escuela tienen, en promedio, niveles significativamente más bajos de rendimiento académico. Los propios alumnos dicen que se distraen con los móviles. Y los que lo hacen más tienden también a considerarse menos felices y capaces de manejar las emociones. Así que, a pesar de que la naturaleza causal no esté clara, tenemos razones para pensar que el consumo elevado de contenidos digitales es parte del problema que observamos en el rendimiento. Y que la distracción digital no es solo un inconveniente, sino que parece tener una asociación tangible con los resultados de aprendizaje”.

El sociólogo Miquel Àngel Alegre cree que no hay motivo para dramatizar. “La idea de que España va fatal en educación no es cierta. Los datos no reflejan ninguna debacle. La cuestión es, vigilemos las posibles caídas, como la que hemos tenido en la última edición de PISA (en la que nadie discute que influyó la pandemia). Y, sobre todo, veamos por qué no vamos a mejor”. Alegre menciona tres tipos de posibles “topes” a la mejora del rendimiento. Uno tiene que ver con el contexto. Dentro de él menciona, como Schleicher, la “pantallización” de los estudiantes, el cambio que está provocando en cómo se relacionan entre sí y con el conocimiento, y la influencia que ello tiene en el grado de autoridad que conceden al profesorado y a la institución escolar. Y también incluye, como Schleicher, los cambios en los patrones de crianza; PISA ha detectado, por ejemplo, una reducción de la implicación de los padres en la educación de sus hijos.

Un reto mayor

Un segundo tope, prosigue Alegre, está relacionado con una composición de las aulas “más retadora” que en el pasado. “Que uno de cada tres menores esté en riesgo de pobreza o exclusión social (según el indicador AROPE, la tasa ha pasado del 29,9% en 2018 al 34,7% en 2024) es muy fuerte. Es difícil mover hacia arriba los resultados con esa dificultad de partida”, afirma. Julia García, directora del colegio público San Antonio Abad de Cartagena, en Murcia, ha visto en los 32 años que lleva siendo maestra cómo ha ido conformándose una escuela mucho más diversa que cuando ella empezó a trabajar. “Casi todo el alumnado era, por entonces, del mismo estrato social. Ahora tenemos estudiantes que desconocen el idioma. Niños que reciben un estímulo cultural en casa y otros cuyos padres se pasan el día trabajando para salir adelante y no les queda tiempo para dedicarse a sus hijos. Y también alumnos con necesidades específicas de apoyo educativo, que antes no estaban en la escuela ordinaria, y que necesitan una atención más personalizada”.

El tercero y último de los frenos a la mejora del rendimiento educativo reside, añade Alegre, en el propio “proceso” escolar. Y está vinculado a cómo funcionan los centros educativos, al diseño del currículo (es decir, a qué y cómo se enseña) y a su evaluación, que, pese al ruido en torno a la Lomloe, apenas ha empezado a cambiar; a la formación que recibe el profesorado, y qué conocimientos y habilidades se les exige tener a través del modelo de oposiciones.

El padre del Informe PISA afirma que los datos de la prueba que dirige también “sugieren que los sistemas escolares tienen que hacer más para que el aprendizaje sea más relevante, más atractivo e interesante para los jóvenes”. “El mayor desafío para la educación puede no ser solo su ineficiencia, sobre la que se ha escrito mucho, sino que los entornos de aprendizaje en la escuela se están volviendo obsoletos, al menos a los ojos de los estudiantes. Si un supermercado viera que 19 de cada 100 clientes se van sin comprar, haría cambios en su inventario y su propuesta de ventas. Pero parece que tenemos dificultades para hacer lo mismo en el sistema escolar, donde tendemos a educar a los jóvenes para nuestro pasado, en lugar de para su futuro”.

domingo, 23 de marzo de 2025

La prohibición de las pantallas avanza en los colegios, se acabó el optimismo tecnológico en educación

 La prohibición de las pantallas avanza en los colegios, se acabó el optimismo tecnológico en educación: “Los dispositivos distraen”. En El País, por Ignacio Zafra,Valencia, 21 mar 2025:

El anuncio de Ayuso de que prohibirá los dispositivos digitales en la escuela de Madrid se suma al veto vigente en Murcia, y a las limitaciones que prepara Cataluña en línea con un informe del Ministerio de Infancia y Juventud

Después de años de optimismo, el viento ha girado en la forma en que los responsables educativos españoles observan el papel de los dispositivos digitales en la enseñanza. El miércoles la Comunidad de Madrid anunció un veto general a partir de septiembre al uso de pantallas, tanto en el aula como para hacer deberes, en las etapas de infantil y primaria (hasta los 12 años). Pero Murcia ya lo ha restringido este curso hasta el segundo ciclo de primaria. El Ministerio de Juventud e Infancia publicó en diciembre un informe de expertos que propone excluir los dispositivos individuales en infantil y priorizar en primaria “la enseñanza de manera analógica”. Y Cataluña constituyó en febrero una comisión formada por medio centenar de especialistas de diferentes ramas para que elabore unas directrices que conducirán muy probablemente a establecer restricciones. “Al principio, solemos recibir los cambios con cierto entusiasmo. Pero cuando con el tiempo vemos que han traído algunas cosas buenas, otras no tan buenas, y otras directamente malas, se toma la decisión de regular”, resume Màrius Martínez, que fue decano de la Facultad de Ciencias de la Educación de la Universidad Autónoma de Barcelona y que coordina el comité de expertos creado por la Generalitat.

En la comisión creada por el Departamento de Educación catalán, que presentará su dictamen final en junio, participan personas de perfiles muy diversos; desde representantes de la asociación de directores de centros educativos y las federaciones de familias, a pediatras, pedagogos, psicólogos, neurocientíficos, policías y expertos en ciberseguridad. Uno de los argumentos principales de las críticas excepcionalmente unánimes que este jueves le llovieron al Ejecutivo madrileño por su anuncio fue precisamente la ausencia de un diálogo con la comunidad educativa y de un debate en profundidad antes de adoptar una decisión muy tajante.

En la oposición a lo anunciado por el Gobierno que preside Isabel Díaz Ayuso se unieron organizaciones de signo muy distinto. Desde el sindicato Comisiones Obreras hasta el CSIF, pasando por Anpe. Y desde las grandes patronales de la educación concertada, Escuelas Católicas y Cece, a la federación de familias de la escuela pública, la FAPA Giner de los Ríos. Incluso la asociación de colegios privados, Cicae, a la que no afectará el decreto que prepara el Ejecutivo regional porque solo se dirige a los centros financiados con fondos públicos, pero a la que le preocupa la imagen que la norma va a proyectar sobre la tecnología aplicada a la educación, se sumó a las críticas, calificando de “injerencia en la autonomía de los centros educativos” y de “retroceso en la modernización del sistema educativo” la nueva regulación. El consejero de Educación madrileño, Emilio Viciana, se reafirmó, por su parte, en su plan, que prevé limitar el uso de dispositivos digitales en los colegios a aquellos que sean de uso compartido (como una pizarra digital) y solo durante una hora semanal entre el segundo ciclo de infantil y 2º de primaria, hora y media en 3º y 4º, y dos horas en 5º y 6º. La medida podrá retrasarse hasta el curso 2026-2027 en aquellos centros cuyo proyecto educativo incluya ahora el uso de dispositivos individuales.

Sus argumentos son parecidos a los que esgrime Víctor Marín, consejero de Educación de Murcia, donde la restricción del uso de dispositivos individuales alcanza hasta 4º de primaria en las áreas instrumentales, Lengua y Matemáticas. “Numerosos estudios neurocientíficos destacan que la escritura a mano y el trabajo con recursos analógicos en edades tempranas mejoran el rendimiento cognitivo de los alumnos reteniendo mejor la información y mejorando el entendimiento de conceptos básicos para el aprendizaje, como el reconocimiento de palabras, la comprensión lectora, la expresión escrita, las operaciones matemáticas básicas y la resolución de problemas”, afirma Marín, que añade que la medida persigue también “retrasar la edad de uso de los dispositivos digitales con el fin de disminuir la adicción y dependencia de la tecnología”.

La limitación más o menos intensa del uso de los dispositivos tecnológicos, especialmente los individuales como tabletas y ordenadores, avanza poco después de que haya culminado la prohibición del uso de teléfonos móviles por parte del alumnado en colegios e institutos. Andreas Schleicher, creador del Informe PISA, apuntaba hace unos días en un artículo publicado en este periódico al uso de los teléfonos inteligentes, y más en general al “consumo elevado de contenidos digitales”, como uno de los factores que parecen estar detrás del declive del rendimiento de los estudiantes en muchos países. “La distracción digital no es solo un inconveniente, sino que parece tener una asociación tangible con los resultados de aprendizaje”, señala Schleicher.

La conveniencia de restringir, y en ese caso cómo y en qué grado, el uso de la tecnología en educación genera posiciones discrepantes en muchos colectivos. La presidenta de la FAPA Giner de los Ríos, Mari Carmen Morillas, criticó este jueves el anuncio del Ejecutivo madrileño con el argumento de que el sistema educativo “necesita actualizarse, hay realidades que no deben obviarse como los dispositivos digitales”, al tiempo que abogaba por “trabajar en su uso responsable y adecuado”. Al mismo tiempo, muchas familias con hijos en infantil, primaria y secundaria que viven en casa la tensión de limitar el uso que estos hacen de móviles, tabletas u ordenadores denuncian desde hace tiempo que los deberes que exigen su uso hacen todavía más difícil su vigilancia.

“Contribuyen a más distracción”

“Contribuyen a más distracción. Y permiten puentes hacia otros usos, como las redes sociales, los videojuegos, la pornografía, y otros contenidos digitales cuyo consumo excesivo está asociado a sentimientos de desconexión de la realidad, más agresividad, comportamientos adictivos, y otros trastornos ligados a la salud mental”, afirma Diego Hidalgo, portavoz de Escuela Off, una de las plataformas que han surgido en España para reclamar la restricción educativa de las pantallas. Hidalgo también advierte de los problemas vinculados a la privacidad que generan las herramientas utilizadas en muchos colegios. “Sabemos que hay plataformas que ponen en riesgo los datos de los jóvenes sin ofrecer garantías suficientes, y que permiten un perfilado de los menores por parte de las empresas tecnológicas”.

María del Mar Sánchez, profesora de Didáctica y Organización Escolar de la Universidad de Murcia lamenta, por su parte, que el debate haya derivado rápidamente a las prohibiciones sin haberse detenido en cómo debería usarse la tecnología en la escuela: “No veo que se hable sobre qué se está haciendo con esas pantallas, que es la clave”. Sánchez advierte, además, de que vetos como el de Madrid o Murcia pueden ampliar la brecha en competencias digitales entre ricos y pobres. “Hay niños y niñas que no van a recibir un acompañamiento en educación digital en casa, por desconocimiento de las familias o por lo que sea. Y la escuela, en su vertiente de justicia social, es el sitio donde pueden aprender a hacer un buen uso de la tecnología”.

Aulas más complejas y profesores sobrecargados

 Aulas más complejas y profesores sobrecargados: un estudio indaga en el “alarmante” deterioro emocional en las escuelas, en El País, por Francesca Raffo, 20 mar 2025:

Los docentes señalan, según el informe de Educo y la Fundación SM, que las dos principales causas del deterioro del bienestar en los alumnos son la falta de tiempo de calidad con los padres y el uso excesivo de la tecnología

“Si me dieran cien mil trabajos volvería a ser maestra, pero sí que tenemos una carga muy grande y muchísimos frentes”, cuenta Manuela Pérez Macedo (Madrid, 54 años) desde una oficina del colegio Santa Susana, en Madrid. Trabaja como docente de historia y geografía desde que tiene 21 años, pero asegura que nunca se ha enfrentado a tantos retos: la alta cantidad de alumnos por aula, la complejidad de los estudiantes o la burocracia. Las consecuencias son varias, pero se pueden sintetizar en sobrecarga y ansiedad en el equipo docente. Su experiencia no es única, así lo afirma el último informe de Educo y la Fundación SM, Mejorando la protección y el bienestar en las escuelas, que concluye que tanto los profesores como los alumnos se enfrentan a un deterioro generalizado del bienestar emocional.

Son numerosos los datos de los últimos años que señalan el problema. Según el Barómetro de Opinión de la Infancia y la Adolescencia 2023-2024 de Unicef, cuatro de cada 10 jóvenes de entre 13 y 18 años cree haber tenido un problema de salud mental en el último año y la mitad no pide ayuda. Por el lado del profesorado, según el Educobarómetro del Instituto de Evaluación y Asesoramiento Educativo (IDEA) de la Fundación SM, el 37% de los maestros experimenta agotamiento y 39% ansiedad o depresión. Ante esta realidad, Educo y la Fundación SM han publicado, este jueves, un informe que indaga, a través de un estudio cualitativo ―con grupos de discusión con profesores y alumnos, entrevistas y talleres lúdicos en Madrid, Cataluña, Valencia y Galicia―, en las causas del deterioro del bienestar en los colegios.

La elevada cantidad de alumnos por aula es uno de los factores que más perjudica la capacidad de actuar de los profesores. El informe indica que los educadores tienen cada vez menos tiempo para dedicarse a las necesidades de cada alumno y esto afecta el desarrollo académico y personal de cada uno. A esto se suma otra dificultad: los docentes aseguran que las aulas son cada vez más complejas.

Ariana Pérez, coordinadora de investigación de la Fundación SM, explica que esta complejidad se da por las necesidades individuales de cada alumno, como las especiales de aprendizaje, las situaciones que traen de casa o los problemas de salud mental. “Esto sucede en un marco de modelo educativo donde se demanda mayor personalización de aprendizajes y desarrollo de competencias”, resalta. Y agrega: “Interviene directamente en el bienestar del profesorado que está más sobrecargado con responsabilidades que van más allá de su labor pedagógica”.

Una maestra en Galicia, entrevistada para el informe, lo ejemplifica: “Veinticinco alumnos que vienen de casas diferentes, con medios distintos, con estimulación y motivaciones diferentes en una clase no es viable porque de esos hay cinco o seis con muchísimas necesidades”.

Alumnos vulnerables

El deterioro del bienestar de los alumnos es otro factor que preocupa a los profesores. Pérez Macedo cuenta: “Cada vez tenemos más alumnos rotos y vulnerables”. A eso se suma el tema del móvil y las redes sociales: ”Tienen muy poca concentración”, dice Pérez Macedo. Los docentes señalan, según el informe, que las dos principales causas que impactan en el bienestar en los alumnos son la falta de tiempo de calidad con los padres y el uso excesivo de la tecnología.

Los alumnos Mario Lozano (Madrid, 15 años) y Miguel Moreno (Madrid, 14 años), del mismo centro, tienen una posición marcada sobre la tecnología: “Es una gran idea, pero su uso no es del todo correcto”, dice Mario. En las clases que les parecen aburridas, admiten que sí que se distraen con los ordenadores; pero si el profesor les gusta, como el de matemáticas, afirman, “prácticamente no usamos el ordenador”, dice Miguel.

En el ámbito personal, Alba González del Toro (Madrid, 14 años) complementa a sus compañeros: “En la adolescencia es como que todo el mundo debe tener móvil y, a veces, te sientes presionada porque las amigas están con el móvil y porque debes tener ciertas redes sociales”.

Los especialistas coinciden en que el bienestar de ambos, tanto alumnos como profesores, es fundamental para un entorno educativo óptimo. Por ello, desde Educo y la Fundación SM concluyen que es necesario que las escuelas tengan profesionales especializados en salud mental y bienestar ―como psicólogos, psicoterapeutas, coordinadores de bienestar, orientadores― para que complementen la labor pedagógica del profesorado. Pero, sostienen, es indispensable que estas figuras estén bien implementadas y para ello son necesarios recursos.

La investigadora de la Fundación SM comenta: “Hay una escasez de esos profesionales especializados. Los profesores intentan cubrir esta complejidad, pero no es su función”. Se refiere especialmente a la labor de psicólogos. Los centros con alta complejidad solicitan estos perfiles debido a la saturación de los centros de salud. Pérez Macedo, también en el equipo directivo, lo vive a diario: cuando los estudiantes solicitan ayuda, los coordinadores de bienestar están desbordados y el orientador solo acude dos días, lo que obliga a los alumnos a recurrir a la seguridad social.

El informe resalta la figura del coordinador de bienestar, que está ya implementado en todas las comunidades (menos en Castilla y León, según Educo), y se encarga de prevenir la violencia en institutos. “Esta figura es importante para mejorar el bienestar de toda la comunidad y crear entornos seguros”, dice Mónica Viqueira Martínez, técnica de incidencia política de Educo. Pero la implementación ha sido irregular en las comunidades y enfrentan grandes retos de recursos, formación y tiempo.

En varias escuelas, además, los coordinadores no son conocidos por los alumnos, agrega Viqueira. Así lo comenta González del Toro: “No conocemos a una persona específica. Si tenemos algún problema, recurrimos a algún profesor al que le tengamos confianza o con el tutor. Si es un problema más difícil se traslada al equipo directivo”.

Papeleo y falta de reconocimiento

El documento menciona la dificultad que enfrentan los docentes por la desconexión entre la formación que reciben en las facultades o másteres y la realidad en las aulas. A esto se suma la carga burocrática, que les exige horas adicionales de trabajo. Pérez Macedo comparte: “Cuando tenemos que hacer un protocolo por acoso, me llevo más tiempo en documentación que en investigar y cuidar a la víctima”.

Otro gran problema que no solo los satura, sino que les afecta emocionalmente es la falta de reconocimiento hacia su labor; lo que genera desconfianza, así como pérdida de respeto y autoridad. El informe comparte lo que cuenta un docente de Madrid: “Que tú hagas algo y al final las familias te estén diciendo ‘por qué haces eso si no vale para nada’, te acaba hundiendo…”.

lunes, 3 de febrero de 2025

Carl Sagan predijo en 1996 lo que está pasando ahora

 Carl Sagan predice el futuro en 1996:

Escucha con atención: hay dos tipos de peligros. Uno es que hemos organizado una sociedad basada en ciencia y tecnología en la que nadie entiende nada sobre ciencia y tecnología, y esta mezcla combustible de ignorancia y poder tarde o temprano va a explotar en nuestras caras. Quiero decir, ¿quién maneja la ciencia y la tecnología en una democracia si la gente no sabe algo al respecto? Y la segunda razón por la que me preocupa esto es porque la ciencia es algo más que un cuerpo de conocimiento. Es una forma de pensar, es una forma de interrogar escépticamente al universo con una buena comprensión de la falibilidad humana. Si no somos capaces de hacer preguntas escépticas para interrogar a quienes nos dicen que  algo es verdad y ser escépticos de aquellos que tienen autoridad, entonces estamos expuestos al próximo charlatán político o religioso que venga a deambular por ahí. Es algo en lo que Jefferson puso mucho énfasis. "No fue suficiente", dijo, "para consagrar algunos derechos en una constitución o en una carta de derechos, el pueblo tiene que ser educado y tiene que practicar su escepticismo y su educación: de lo contrario no dirigimos el gobierno, el gobierno nos dirige a nosotros" 

 En la serie de televisión de PBS "Cosmos", dijo: "Queremos buscar la verdad sin importar a dónde nos lleve. Pero para encontrarla, necesitamos tanto imaginación como escepticismo".

Muy acertado. Solo hay que añadir una cosa: el "pensamiento escéptico" es más fácil de decir que de hacer. Y también es muy fácil de malinterpretar, si no eres un científico experimentado como Sagan. Mucha gente cree que para ser un "pensador escéptico" basta con cuestionar cualquier cosa sin  conocimientos, sin educación. En realidad, ese es solo el paso inicial; más adelante, hay que decidir si algo es cierto o no se conseguirá nada. Esa es la parte complicada: la capacidad de reconocer, tras un análisis escéptico exhaustivo, las afirmaciones realmente verdaderas. Esa es la parte difícil del escepticismo: los científicos lo saben bien, pero enseñarlo a los jóvenes es un verdadero desafío.

martes, 28 de enero de 2025

DeepSeek

 Por qué DeepSeek ha tumbado con su IA a los gigantes de Silicon Valley. La compañía china ha creado un modelo más barato y eficiente de inteligencia artificial exprimiendo los desarrollos previos, en El País, Jordi Pérez Colomé, 28 ene 2025.

La revolución de los modelos de inteligencia artificial (IA) de la china DeepSeek se basa en un motivo clave: hacen lo mismo pero más barato. Su funcionamiento en general es igual de bueno que los líderes del mercado de Silicon Valley, pero son mucho menos costosos de crear y de usar. OpenAI, Anthropic y Google, creadores de los modelos más célebres, y Nvidia, al cargo de los sofisticados chips que emplean esas compañías, han visto derrumbarse toda su aparente ventaja en apenas unos días. Hoy hay menos expertos que creen que entrenar y usar un modelo de IA requiera la potencia de un gigante tecnológico. La monumental caída en bolsa de Nvidia es la ilustración de esa creencia.

Los chatbots de la china DeepSeek funcionan igual que todos. El usuario se da de alta con un email y una contraseña en la página de la compañía y puede empezar a preguntarle lo que quiera. A veces tarda algo más de responder, no contesta siempre a preguntas políticas delicadas sobre Tiananmen o Taiwan y funciona bastante bien en español. Lo mejor, sin embargo, es que es gratis. El modelo de negocio de DeepSeek se basa en cobrar a usuarios que requieren un uso profesional.

R1 es el modelo más reciente de la compañía china, el que ha provocado el derrumbe del edificio de la IA occidental. Razona igual que la creación más avanzada de OpenAI, el o1. Pero en plenas fiestas navideñas, los chinos lanzaron su modelo V3, equivalente al más común ChatGPT-4, que ya incluía los avances técnicos que han generado el revuelo.

DeepSeek ha logrado que entrenar un modelo nuevo, que costaba más de 100 millones de dólares en el caso de ChatGPT-4, haya pasado a menos de 6 millones. Andrei Karpathy, cofundador de OpenAI, exdirector de IA en Tesla y uno de los expertos más respetados del sector, describió ese presupuesto como “de broma” y añadió: “Hay que asegurarse de que no somos derrochadores con lo que tenemos y este modelo parece una buena demostración de que hay mucho que revisar tanto en datos como en algoritmos”. El último modelo de DeepSeek es tan eficiente que requirió una décima parte del poder informático del modelo comparable de Meta.

Estos modelos de IA son extremadamente caros tanto de entrenar como luego de usar. DeepSeek ha logrado rebajar costes en ambos casos. Para entrenarlos, ha logrado que su modelo aprenda de otros anteriores. Esto es algo que los términos de servicio de estas empresas no permiten, pero es muy difícil de detectar y de evitar. Igual que los modelos originales de OpenAI tomaron todos los datos de internet sin pagar por ellos, ahora un modelo chino emplea los modelos cerrados con un coste mínimo. Esto se logra con una técnica llamada destilación, que permite hacer preguntas al modelo anterior y guardar las respuestas y así ir aprendiendo y entrenándose. Esta técnica implica que los modelos pueden aprender unos de otros, lo que nos arroja a otro escenario de evolución aún más rápido y desconocido.

La otra técnica que usa DeepSeek para rebajar costes es un sistema llamado de “expertos”. Cada vez que el usuario hace una pregunta, el modelo decide si debe activar a su experto médico, traductor, abogado o físico. Los modelos clásicos activan a todos de golpe, lo que supone un despilfarro de energía y computación. Es como necesitar una enorme planta propia de electricidad para poner en marcha una cadena de montaje elaboradísima. DeepSeek ha hecho lo mismo conectando su pequeña fábrica a un enchufe y un puñado de generadores.

De repente, los usuarios que hasta ahora pagan unos 20 euros por usar los modelos de OpenAI ven cómo pueden obtener casi los mismos resultados gratis. La expansión de la IA está llegando más rápido de lo previsto a su etapa de comoditización, cuando la nueva tecnología se convierte en un producto común y accesible a todos.

Todo esto ha ocurrido además en una empresa de Hangzhou, una ciudad china cercana a Shanghai. La Administración de Biden vetó la exportación de los chips más nuevos para limitar la competencia china. La respuesta del gigante asiático ha sido simple: no los necesitamos. Y lo han logrado con código abierto, enseñando las tripas de sus logros con documentación publicada en internet. Hacer de la necesidad virtud.

El fin de esta etapa inicial de la IA parece ser una mala noticia para los gigantes pioneros, que ven como una buena parte de su ventaja desaparece. Pero el resto de grandes compañías, como Amazon o Apple, que no estaban al frente de esta competición de la inteligencia artificial, pueden claramente beneficiarse y ofrecer los mismos beneficios que el resto a una porción del coste.

viernes, 27 de diciembre de 2024

Aarón Swartz, Manfiesto por la guerrilla del acceso abierto, 2008

 Este es el famoso manifiesto del mártir por el acceso gratuito de todos a la información científica, San Aarón Swartz sensei. Está traducido en un lugar muy interesante por sus contenidos:

Freakstop

Manifiesto por la guerrilla del acceso abierto

La información es poder. Pero como todo poder, hay quienes quieren preservarlo solo para ellos. Todo el patrimonio cultural y científico del mundo, publicado durante siglos en libros y publicaciones, está siendo digitalizado y cerrado por un puñado de empresas privadas. ¿Quieres leer publicaciones que presentan los resultados científicos más conocidos? Tendrás que enviarle un montón de dinero a editoriales como Reed Elsevier.

Hay quienes luchan por cambiar esto. El movimiento por el acceso abierto ha luchado valientemente para asegurarse de que los científicos no cedan su derecho de autor, sino que en su lugar se aseguren de que su trabajo se publique en Internet, bajo términos que permitan su acceso a cualquiera. Pero incluso en los mejores escenarios, su trabajo solo servirá para cosas que se publiquen en el futuro. Todo lo que existe hasta este momento se habrá perdido.

Ese es un precio muy alto por el que pagar. ¿Obligar a los académicos a pagar dinero para leer el trabajo de sus colegas? ¿Escanear bibliotecas enteras y solo permitir leerlas a la gente en Google? ¿Proporcionar artículos científicos a quienes están en universidades selectas en el primer mundo y no a los niños del sur global? Es indignante e inaceptable.

«Estoy de acuerdo», dicen muchos, «¿pero qué podemos hacer? Las empresas tienen los derechos de autor, ganan enormes cantidades de dinero cobrando por el acceso, y es completamente legal —no hay nada que podamos hacer para detenerlas—». Pero sí hay algo que podemos hacer, algo que ya se está haciendo: podemos contraatacar.

Vosotros con acceso a estos recursos —estudiantes, bibliotecarios, científicos—, os han dado un privilegio. Podéis alimentaros de este banquete del conocimiento mientras el resto del mundo no puede entrar. Pero no es necesario —de hecho, moralmente no podéis— que mantengáis este privilegio solo para vosotros. Tenéis el deber de compartirlo con el mundo. Y lo habéis hecho: intercambiando contraseñas con colegas, rellenando solicitudes de descarga para amigos.

Mientras tanto, quienes han sido bloqueados no están de brazos cruzados. Os habéis colado por agujeros sigilosamente y habéis trepado vallas, liberando la información encerrada por las editoriales y compartiéndola con vuestros amigos.

Pero todas estas acciones se llevan a cabo en la oscura y oculta clandestinidad. Las llaman robo o piratería, como si compartir la riqueza del conocimiento fuera el equivalente moral de saquear un barco y asesinar a su tripulación. Pero compartir no es inmoral —es un imperativo moral—. Solo quienes están cegados por la codicia se negarían a que un amigo hiciera una copia.

Las grandes empresas, por supuesto, están cegadas por la codicia. Las leyes bajo las que operan lo exigen —sus accionistas se rebelarían por menos que eso—. Y los políticos a los que han sobornado las respaldan, aprobando leyes que les dan el poder exclusivo de decidir quién puede hacer copias.

No hay justicia en el cumplimiento de leyes injustas. Es hora de salir a la luz y, siguiendo la noble tradición de la desobediencia civil, declarar nuestra oposición a este robo privado de la cultura pública.

Necesitamos tomar la información, dondequiera que esté guardada, hacer nuestras copias y compartirlas con el mundo. Necesitamos tomar las cosas que están libres del derecho de autor y añadirlas a este archivo. Necesitamos comprar bases de datos secretas y ponerlas en la Red. Necesitamos descargar revistas científicas y subirlas a redes de intercambio de archivos. Necesitamos pelear por el acceso abierto de guerrilla.

Con suficientes de nosotros, alrededor del mundo, no solo enviaremos un mensaje fuerte que se oponga a la privatización del conocimiento; haremos que sea una cosa del pasado. ¿Te unes a nosotros?

Aaron Swartz, julio de 2008, Eremo, Italia

Efectos neurológicos del contenido basura en Internet

 Facundo Macchi, ‘Podredumbre cerebral’ o lo que el abuso de contenido basura en internet puede hacerle a la mente, en El País, 26 de diciembre de 2024:

La adicción a las redes sociales reduce la materia gris, acorta la capacidad de atención, debilita la memoria y distorsiona procesos cognitivos. Investigaciones recientes encontraron que el uso y abuso de internet está asociado con una disminución de la materia gris en las regiones prefrontales del cerebro.

Podredumbre cerebral: “Deterioro del estado mental o intelectual de una persona como resultado del consumo excesivo de material (particularmente contenido en línea) considerado trivial o poco desafiante”. La definición la ha dado el diccionario de Oxford que, tras los votos de más de 37.000 personas, eligió este concepto como su palabra del año. Los expertos del diccionario observaron que el término ganó relevancia en el último tiempo “para expresar las preocupaciones sobre el impacto del consumo excesivo de contenido de baja calidad en redes sociales”, dice la publicación. La frecuencia de uso del término aumentó un 230% entre 2023 y 2024.

La podredumbre cerebral no es solo un capricho lingüístico. En los últimos 10 años, la ciencia ha sido capaz de demostrar que el consumo excesivo de contenidos basura en internet —sensacionalismo, conspiración, vacío— está modificando nuestros cerebros, hasta el punto de que la palabra “podrido” tal vez no sea tan exagerada. La evidencia muestra que las redes sociales están reduciendo la materia gris, acortando la capacidad de atención, debilitando la memoria y distorsionando procesos cognitivos fundamentales, según recoge el diario británico The Guardian con citas a un gran número de investigaciones académicas de instituciones como la facultad de medicina de Harvard, la Universidad de Oxford y el King’s College de Londres.

El ‘escroleo’ infinito en redes sociales aumenta el aburrimiento

Una de esas investigaciones se publicó el año pasado y evidenció que la adicción a internet provoca cambios estructurales en el cerebro, lo que repercute de manera directa en el comportamiento y las capacidades de un individuo. Michoel Moshel, investigador de la Escuela de Ciencias Psicológicas de la Universidad de Macquarie (Australia) y coautor del estudio, explica que el consumo compulsivo de contenidos en redes sociales —el famoso doomscrolling— “aprovecha la tendencia natural de nuestro cerebro a buscar novedades, especialmente cuando se trata de información potencialmente dañina o alarmante, un rasgo que en su momento nos ayudó a sobrevivir”.

Moshel destaca que con algunas funciones, como el ‘desplazamiento infinito’, diseñadas para mantenerte enganchado al móvil, las personas, más que nada jóvenes, pueden quedar atrapadas en un ciclo de consumo de contenido durante horas. “Esto puede afectar gravemente la atención y las funciones ejecutivas al saturar nuestro enfoque y alterar la forma en que percibimos y reaccionamos ante el mundo”, sentencia el investigador.

Eduardo Fernández Jiménez, psicólogo clínico en el Hospital la Paz de Madrid, explica que el cerebro activa diferentes redes neuronales para configurar distintos tipos de atención. Y que el uso problemático de los móviles e internet está generando problemas en la llamada atención sostenida: “Te permite concentrarte en una misma tarea durante un período de tiempo más o menos largo. Es la que está vinculada a los procesos de aprendizaje académico”, dice. El problema, señala, está en que los usuarios de redes sociales suelen estar expuestos a estímulos muy cambiantes, variables (una notificación de Instagram, un mensaje de WhatsApp, una alerta de noticias) y con potencial adictivo. Eso hace que el foco de atención esté todo el tiempo saltando de un sitio al otro, afectando su propia capacidad.

La primera alerta fue el correo electrónico

Algunos expertos vienen alertando sobre este tema prácticamente desde comienzos de siglo, cuando el correo electrónico pasó a ser una herramienta de uso frecuente. En 2005, The Guardian tituló: “Los correos electrónicos ‘son una amenaza para el coeficiente intelectual’”. La historia contaba que un equipo de científicos de la Universidad de Londres se preguntó qué impacto podría tener sobre el cerebro el bombardeo incesante de información. Luego de 80 ensayos clínicos, encontraron que el coeficiente intelectual de los participantes que utilizaban el correo y el teléfono móvil a diario caía una media de 10 puntos. Los investigadores midieron que esta demanda constante de atención tenía efectos más negativos que el consumo de cannabis.

Esto fue antes de la llegada de los tuits, los reels de Instagram, los desafíos de TikTok y las notificaciones instantáneas. El panorama actual es aún menos alentador. Investigaciones recientes encontraron que el uso y abuso de internet está asociado con una disminución de la materia gris en las regiones prefrontales del cerebro. Es la zona que interviene en la resolución de problemas, la regulación emocional, la memoria y el control de los impulsos.

El trabajo de Moshel y sus colegas va en esa línea. Su último estudio revisó 27 investigaciones de neuroimagen y encontró que el consumo desmedido de internet está relacionado con una reducción en el volumen de materia gris en regiones del cerebro involucradas en el procesamiento de recompensas, el control de impulsos y la toma de decisiones. “Estos cambios reflejan patrones observados en las adicciones a sustancias”, asegura el científico, como las metanfetaminas y el alcohol.

Eso no es todo. La investigación también encontró que “estos cambios neuroanatómicos en adolescentes coinciden con la interrupción de procesos como la formación de identidad y la cognición social, aspectos críticos durante esta etapa del desarrollo”. Funciona casi como un bucle, donde los más vulnerables pueden ser los más afectados. Según los resultados de una investigación publicada en Nature en noviembre, las personas con peor salud mental son más propensas a navegar por contenidos basura, lo que agrava aún más sus síntomas.

En diciembre, el psicólogo Carlos Losada le sugirió a EL PAÍS algunas recomendaciones para evitar caer en el doomscrolling o, dicho de otra manera, evitar ser absorbido por el agujero negro del contenido chatarra que refuerzan los algoritmos: reconocer el problema, esforzarse por desconectar y hacer actividades que requieran una presencia física, como quedar con amigos o hacer deportes, son algunas de sus sugerencias.

Moshel dice: “Estas actividades son fundamentales para la salud cerebral y el bienestar general, ayudando a equilibrar los efectos potencialmente dañinos del uso prolongado de pantallas”. Enfatiza que el tipo de contenidos que se consumen es un factor clave para modular los cambios anatómicos en el cerebro. “Concéntrese tanto en la calidad como en la cantidad del tiempo frente a la pantalla. Priorice el contenido educativo que evite características adictivas. Establezca límites claros y apropiados para la edad sobre el uso diario de pantallas y fomente pausas regulares”, añade.

lunes, 30 de septiembre de 2024

¿Por qué el cerebro prefiere los libros en papel?

De Pedro Pizarro, en Quora, y, a su vez, tomado de Ivonne María Valdez en Tribuna Económica, 2024:

 ¿Por qué el cerebro prefiere los libros en papel?

Porque el cerebro humano es capaz de percibir un texto en su totalidad, como si se tratara de una especie de paisaje físico. Y es que cuando leemos, no solo estamos recreando un mundo con las palabras del relato, sino que construimos una representación mental del mismo texto.

Al pasar las páginas de un libro de papel, realizamos una actividad similar a dejar una huella tras otra por un sendero, hay un ritmo, una cadencia y un registro visible en el transcurrir de las hojas impresas.

La prestigiosa revista Scientific American publicó un artículo con el que se busca dar una explicación a esta paradoja: en la época de la hiperconectividad, cuando cada vez tenemos más equipos que nos permiten leer con mayor facilidad y contamos con acceso a bibliotecas enteras en formato electrónico, muchos siguen prefiriendo al formado de papel.

El libro tradicional, la revista, el diario, siguen siendo los favoritos del público en general. Aunque resulte difícil de creer, siendo que los formatos digitales nos abren las puertas a muchas libertades.

Papel versus píxeles Muchos trabajos hablan de que en pantalla se lee más lentamente y, además, se recuerda menos. Hay “fisicabilidad” en la lectura, dice Maryanne Wolf de la Universidad de Tufts. Las personas necesitan sentir el papel al leer, el cerebro lo pide inconscientemente.

Nosotros no hemos nacido con circuitos cerebrales dedicados a la lectura, porque la escritura se inventó hace relativamente poco tiempo en nuestra evolución: alrededor de cuatro milenios antes de Cristo.

En la niñez, el cerebro improvisa nuevos circuitos para leer y para ello usa parte de otros dedicados al habla, a cuya habilidad se suma la coordinación motora y la visión.

El cerebro comienza a reconocer las letras con base en líneas curvas y espacios y utiliza procesos táctiles que requieren los ojos y las manos. Los circuitos de lectura de los niños de 5 años muestran actividad cuando practican la escritura a mano, pero no cuando se escriben las letras en un teclado.

Más allá de tratar a las letras individuales como objetos físicos, el cerebro humano puede percibir un texto en su totalidad como una especie de paisaje físico. Cuando leemos, construimos una representación mental del texto.

La naturaleza exacta de tales representaciones permanece clara, pero algunos investigadores creen que son similares a un mapa mental que creamos de un terreno, como montañas y ciudades, y de espacios físicos de interior, tales como departamentos y oficinas.

En paralelo, en la mayoría de los casos, los libros de papel tienen una topografía más evidente que el texto en pantalla. Un libro de papel abierto presenta dos dominios claramente definidos: páginas de izquierda y derecha y un total de ocho esquinas en las que uno se orienta.

Al pasar las páginas de un libro de papel se realiza una actividad similar a dejar una huella tras otra por un sendero, hay un ritmo y un registro visible del transcurrir de las hojas. Todas estas características permiten formar un mapa mental, coherente, del texto.

En contraste, la mayoría de los dispositivos digitales interfieren con la navegación intuitiva de un texto y a pesar de que los e-readers (libros electrónicos) y tabletas replican el modelo de páginas, estas son efímeras. Una vez leídas, esas páginas se desvanecen.

“La sensación implícita de dónde usted está en un libro físico se vuelve más importante de lo que creíamos”, dice el artículo de la Scientific American.

También pone en cuestión que los fabricantes de libros electrónicos hayan pensado lo suficiente sobre cómo es posible visualizar dónde está el lector en un libro.

En un trabajo sobre comprensión de texto, al comparar alumnos que leyeron en papel con otros que leyeron un texto en versión PDF en la pantalla, se concluyó que los primeros tuvieron mejor rendimiento.

Otros investigadores están de acuerdo con que la lectura basada en pantallas puede empeorar la comprensión, ya que es mentalmente más exigente e incluso físicamente más cansadora que la lectura en papel.

La tinta electrónica refleja la luz ambiental al igual que la tinta de un libro de papel, pero las pantallas de ordenadores, teléfonos inteligentes y tabletas hacen brillar la luz directamente en los rostros de las personas y la lectura puede causar fatiga visual, dolores de cabeza y visión borrosa.

En un experimento realizado por Erik Wästlund, de la Universidad de Karlstad en Suecia, las personas que tomaron una prueba de lectura comprensiva en un equipo electrónico obtuvieron calificaciones más bajas e informaron mayores niveles de estrés y cansancio que las personas que completaron en papel.

Las investigaciones más recientes sugieren que la sustitución del papel por pantallas a una edad temprana tiene desventajas. En 2012, un estudio en el Joan Ganz Cooney Center en la ciudad de Nueva York reclutó 32 parejas de padres e hijos de 3 a 6 años de edad.

Los niños recordaron más detalles de las historias que leyeron en el papel, pese a que las digitales estaban complementadas con animaciones interactivas, videos y juegos, que en realidad desviaban la atención lejos de la narrativa.

Como resultado de un trabajo que involucró el seguimiento de una encuesta de 1.226 padres, se informó que, al leer juntos, la mayoría de ellos y sus niños prefirieron libros impresos sobre los libros electrónicos.

Al leer los libros de papel a sus niños de 3 a 5 años de edad, los niños podían relatar la historia de nuevo a sus padres, pero al leer un libro electrónico con efectos de sonido, los padres con frecuencia tuvieron que interrumpir su lectura para pedir al niño que dejara de jugar con los botones y recuperara la concentración en la narración. Tales distracciones finalmente impidieron comprender incluso la esencia de las historias.

Muchas personas aseguran que cuando realmente quieren centrarse en un texto, lo leen en papel. Por ejemplo, en una encuesta realizada en 2011 entre estudiantes de posgrado en la Universidad Nacional de Taiwán, la mayoría aseguró que navegaba algunos párrafos de un artículo en línea antes de imprimir todo el texto para una lectura más a fondo.

Y en una encuesta realizada en 2003 en la Universidad Nacional Autónoma de México, cerca del 80 por ciento de los 687 estudiantes dijo preferir leer el texto impreso.

Encuestas e informes sobre los consumidores sugieren que los aspectos sensoriales de la lectura en papel importan a la gente más de lo que cabría suponer: la sensación de papel y tinta; la opción de suavizar o doblar una página con los dedos, el sonido distintivo de pasar una página, la posibilidad de subrayar, de detenerse y tomar nota, hacen que se elija más el papel.

Para compensar este déficit sensorial, muchos diseñadores digitales tratan de hacer que la experiencia de los lectores electrónicos –en inglés, e-reader– esté tan cerca de la lectura en formato de papel como sea posible.

La composición de la tinta electrónica se asemeja a la química típica de la tinta, y el diseño sencillo de la pantalla del Kindle (una marca de libro electrónico) se parece mucho a una página en un libro de papel. Sin embargo, estos esfuerzos –que fueron replicados por su competidora Apple iBooks– hasta ahora tienen más efectos estéticos que prácticos.

El desplazamiento vertical puede no ser la forma ideal de navegar un texto tan largo y denso como en los libros de muchas páginas, pero medios como el New York Times, el Washington Post y ESPN crearon atractivos artículos, altamente visuales, que no pueden aparecer en la impresión, ya que combinan texto con películas y archivos de sonido.

Es probable que el organismo de los nuevos nativos digitales cree otras redes neuronales que les permitan preferir lo electrónico al papel, pero mientras tanto, hoy el resto de la población sigue prefiriendo el contacto con las históricas hojas.

sábado, 30 de diciembre de 2017

La robotización, la inteligencia artificial y la impresión 3-D son las tres patas de la nueva revolución industrial, la que causará un aumento sin igual del paro

José Ángel Plaza López, "La mayor disrupción de la IA radica en medir su poder y saber quién lo ostentará. Existen diversos ámbitos que pueden ser revolucionados por la inteligencia artificial, pero antes de lanzar propuestas es necesario evaluar adecuadamente sus capacidades".
Madrid  29 DIC 2017

En 2030, la inteligencia artificial provocará un incremento adicional de 15,7 billones de dólares (15,7 trillones americanos) del PIB mundial. Así lo predice un reciente informe de PwC, que puntualiza que este impacto obedecerá a tres factores fundamentales: el aumento de la productividad por la automatización de procesos, incluido el uso de robots y de vehículos autónomos; el crecimiento de esa misma productividad debido al apoyo de la fuerza laboral en aplicaciones de inteligencia artificial; y el incremento del consumo gracias a la existencia de productos y servicios de mayor calidad y más personalizados.

¿Qué áreas serán las protagonistas de las mayores disrupciones? Para José Hernández-Orallo, catedrático de Sistemas Informáticos y Computación de la Universitat Politècnica de València y profesor visitante de la Universidad de Cambridge, la IA no es una tecnología más, sino “la tecnología detrás de la tecnología y, por lo tanto, en el futuro impactará en todos los aspectos de la vida, igual que la inteligencia misma, en general, ha sido disruptiva en todos los ámbitos: desde cómo hemos cambiado el planeta como especie hasta cómo se transforma la cultura y la sociedad”.

Hernández-Orallo, autor del libro The Measure of All Minds, explica a EL PAÍS RETINA que a corto plazo es más fácil imaginar las disrupciones de la IA, como las provocadas por los vehículos autónomos o la traducción en tiempo real. Sin embargo, las predicciones a medio plazo ya son más complejas, aunque en su opinión podrían estar marcadas, además de por la automatización, por “una combinación e hibridación mayor entre humanos y sistemas de IA donde estos últimos se convertirán en una extensión de nuestras capacidades cognitivas, con el fin de modelar desde nuestra red de contactos a nuestras actividades diarias y ayudarnos a tomar mejores decisiones y tener experiencias diferentes en todos los ámbitos”.

Por lo que respecta al largo plazo, según Hernández-Orallo sólo podemos elucubrar, aunque este catedrático recalca dos aspectos que conviene tener siempre presentes: “En primer lugar, sería una temeridad, además de una aberración científica y tecnológica, diseñar sistemas de IA sin saber evaluar adecuadamente sus capacidades; y en segundo lugar, el impacto de la inteligencia artificial depende no sólo de lo que se pueda realizar con ella, sino de quién esté detrás. ¿Seguirá la inteligencia distribuida, como aún lo está actualmente, en millones de mentes de aproximadamente las mismas capacidades o se concentrará en un oligopolio de gigantes tecnológicos con un poder, ese que da la inteligencia, sin precedentes ni contrapesos?”.

Sea como fuere, el informe de PwC desgrana ocho sectores donde no sólo ya se está aplicando la IA, sino que además incluyen áreas con grandes posibilidades de desarrollo en torno a esta tecnología.

Sanidad

La identificación temprana de pandemias para ayudar a prevenirlas o evitar su propagación, la mejora del diagnóstico por imágenes y la detección anticipada de posibles variaciones en la salud de los pacientes a través del análisis de datos son algunos de los objetivos en este ámbito. Además, José Santos, profesor de Ciencias de la Computación e Inteligencia Artificial de la Universidad de La Coruña, afirma que en la industria farmacéutica la IA ayudará a descifrar las estructuras nativas tridimensionales de las proteínas, uno de los actuales retos de la biología computacional. “Una vez que esto sea posible, gracias a la aplicación de algoritmos de aprendizaje automático que analizan diferentes modelos de posibles composiciones de esas estructuras, se acelerará y simplificará el desarrollo del fármaco más adecuado contra un componente específico. Se trata de una aplicación que aún está en una fase incipiente, pero ya se están entrenando sistemas de IA con algoritmos de búsqueda inspirados en sistemas biológicos y en modelos de representación atómica”, comenta Santos.

Automoción

Las flotas autónomas para compartir viajes marcan el futuro de la automoción. En este sentido, durante su intervención en Retina LTD, el encuentro para los líderes de la transformación digital celebrado el pasado 28 de noviembre, Thomas Beermann, CEO de car2go Europe, vaticinó que en 2030 el carsharing será “autónomo y eléctrico”, para lo cual su compañía está trabajando en una gestión inteligente de su flota de vehículos a través de algoritmos que permiten predecir la demanda de los clientes y mejorar su experiencia de usuario.

Los vehículos con funciones semiautónomas para prestar asistencia al conductor y la monitorización del motor a través de IA para un mantenimiento predictivo son otras de las predicciones apuntadas por PwC.

Servicios financieros

Los bancos ya están recurriendo a robo advisors para asesorar a sus clientes y automatizar las carteras de inversión. Pero, además, en los próximos años, gracias a la IA veremos nuevos avances en la configuración de planes financieros personalizados, en la detección de fraudes y blanqueo de dinero y en la automatización de operaciones orientadas al cliente.

Establecimientos comerciales

Según PwC, las tres áreas con mayores posibilidades de desarrollo de la IA en el sector retail son la oferta de productos con diseños personalizados; la gestión automatizada del inventario y las entregas; y la anticipación a la demanda de los clientes. En relación a este último punto, muchos comercios ya han comenzado a aplicar algoritmos de aprendizaje automático para predecir pedidos.

Tecnología, comunicaciones y entretenimiento

En este ámbito, la computación afectiva y el aprendizaje automático están logrando la aparición de dispositivos cada vez más empáticos, de tal modo que serán capaces de ofrecer contenidos personalizados en función del estado de ánimo del usuario o del contexto. Este es el caso de los nuevos móviles Huawei Mate 10, cuyo procesador Kirin 970 simula el pensamiento humano y es capaz de analizar el entorno, lo cual hace que estos teléfonos sean más “conscientes” de las necesidades de los usuarios en cada momento. Además, gracias a la inclusión de la IA dentro del propio chipset del terminal, estos smartphones se caracterizan por unas capacidades muy avanzadas: asistentes personales mucho más veloces, traducción simultánea sin conexión a Internet, visión artificial en tiempo real en la palma de la mano o identificación de objetos y personas en las imágenes, entre otras.

Fabricación

Estíbaliz Garrote, responsable de Computer Vision en el centro de investigación y desarrollo tecnológico Tecnalia, recuerda que “cada día hay más ejemplos en los que la IA ayuda a solucionar problemas y a generar nuevos productos y negocios en el sector industrial, donde está presente en muchas líneas de producción y logística”. En este sentido, Tecnalia ha colaborado en el desarrollo de un equipo que inspecciona el 100% de la producción de tubos de acero, lo que en una economía tan competitiva ayuda a generar un producto de la máxima calidad.

La supervisión y autocorrección de los procesos de fabricación, la optimización de la cadena de suministro y la producción bajo demanda son los principales aspectos que se verán revolucionados de aquí a 2030.

Energía

Desde el punto de vista del consumo, la medición inteligente mostrará al usuario información en tiempo real sobre el uso de las distintas fuentes de energía, lo que ayudará a reducir las facturas. Por lo que respecta al suministro, la IA se aplicará para conseguir un funcionamiento y almacenamiento más eficientes, así como el mantenimiento predictivo de las infraestructuras.

Transporte y logística

Desde hace años, gracias a la inteligencia artificial se han construido máquinas con diferentes grados de autonomía destinadas al transporte y la logística: desde el metro de la ciudad japonesa de Sendai hasta los populares drones. Ahora, las principales revoluciones en este ámbito por mejorar el seguimiento de cada entrega, por obtener un mayor control del tráfico, incluida la reducción de atascos, y por incrementar la seguridad durante los desplazamientos.

lunes, 18 de diciembre de 2017

Entrevista a Antonio Escohotado

Entrevista de Jorge G. García a "Antonio Escohotado": “Cuanta más inteligencia desarrolle un robot, mejor para el ser humano” en El País, 15-XII-2017: 

El filósofo, autor de la obra icónica ‘Historia general de las drogas’, disecciona el mundo tecnológico que nos rodea y comparte sus pensamientos sobre androides y la inteligencia artificial. Ha publicado toda su obra online en su web La Emboscadura
Madrid  18 DIC 2017 - 09:09 CET

Desde el retiro en un pueblo a unos 35 kilómetros de Madrid, el filósofo Antonio Escohotado (Madrid, 1941) huye del mundanal ruido para seguir la escondida senda de la sabiduría, como ya escribiera Fray Luis de León en su Vida retirada. Detrás de una pantalla de ordenador y rodeado por estanterías repletas de libros agolpados, el autor de la celebérrima Historia general de las drogas discurre sus días divulgando su pensamiento hasta por las redes sociales. Fumador empedernido, cae un cigarrillo detrás de otro, como un pitillo inagotable, deja silencios reflexivos antes de responder a cualquier pregunta. Hace 50 años lo entrevistaron con su padre. Como si del eterno retorno de Nietzsche se tratara, ahora le ocurre lo mismo; pero, en esta ocasión, con él como progenitor y con su hijo llamándole Escota.

¿Cómo fue su llegada a las nuevas tecnologías?

Serendipia pura. En el caso del teléfono móvil, por pura necesidad. Comencé a darme cuenta de que no tenía que peregrinar a las bibliotecas y librerías para encontrar libros. El 99,9% ya estaban en la red. Con respecto a las redes sociales, me las montó mi hijo Jorge y gracias a él estoy ahí dentro ahora.

¿Comprende que haya miedo a la robótica?

No. Como en tantos otros campos, tener miedo y alarmar alimenta la industria amarillista que convirtió en multimillonarios a Victor Hugo y Dickens, supuestos testigos del mundo real. Bien porque parece más vendible, o porque el resentimiento se apoderó del ánimo, ver el lado malo de los asuntos crece a costa de la objetividad, como demuestra Steven Pinker en su monumental y reciente estudio sobre la violencia. Resulta que en todos los órdenes –individual, familiar, social- no alcanza un 10% de la prevaleciente hace un siglo, pero los llamados medios de información dedican una línea a noticias como esa por cada mil centradas en catástrofes. ¿Por qué lo llaman información? Puestos a buscarle causas, la primera podría ser la maldita manía de manipular la mente ajena.

¿Debería existir una ética de la inteligencia artificial?

La única es asegurarse de que piense ecuánimemente, no para confirmar sofismas –bien identificados ya por la lógica aristotélica- sino para acumular inteligencia objetiva. Cuanto más predomine lo razonable y razonado mejor nos irá, aunque el folletín venda en teoría más.

¿Considera que los robots pueden ser más racionales que los seres humanos?

El ataque que pueda protagonizar un androide a la especie homo sapiens solo puede dirigirse a sus facetas irracionales, mostrando cuánto le falta para ser sapiente en vez de demente a ratos. Y es lo que necesitamos. La voluntad se obstina en someter a la inteligencia con dogmas y otros embustes, pero mientras ella duerme el espíritu objetivo sigue tejiendo su malla de innovación e invención. Los despiertos solo supuestamente se aprovechan de esa malla sin identificar la libertad como su origen, y pagan su afán de control recelando por ejemplo de la química -¡los paraísos artificiales!- y de la genética, donde ya están prohibidas cosas hoy por hoy imposibles. El miedo sigue teniendo muy buena salud, pero sospecho que la robótica no acabará de darle motivo.

¿En qué cree que los androides pueden ayudarnos?

En la zona pasional. Seguimos en buena medida a merced de impulsos como los celos, o un fratricidio disfrazado como anhelo de limpieza social, racial e ideológica. ¿Qué hacer con los émulos de Caín? Quizá una inteligencia no lastrada por la inercia de cerebros reptilianos descubra modos de mejorar en ese orden de cosas.

¿Qué entiende por innovación?

Convertir la potencia en acto, una ley de vida. No le falta componente de violencia, porque actualizar equivale a dejar atrás, como unas células sustituyen a sus predecesoras, sin evitar con ello la finitud general de cada organismo. Pero sin innovar no habría llegado a nacer.

¿Y siempre tiene que ser violenta?

Querríamos lo contrario, pero no hay otro modo de mitigar la coerción que partiendo del realismo. Estudiando y sabiendo ampliaremos la paz, pero la pretensión de alguna vía suavecita y políticamente correcta olvida que la realidad procede a saltos, como dirían los cuánticos.

El miedo sigue teniendo muy buena salud, pero sospecho que la robótica no acabará de darle motivo.

¿Le interesa la física cuántica?

Mucho, pero quizá se quedó empantanada desde finales de los años veinte, cuando Einstein advirtió que se permitía divorciar formulación e intuición. La obra de Dirac, en particular, muestra cómo convertirse en orientación canónica descarga de apelar a los sentidos, como si lo real pudiera perseguirse desde entonces con números sobre números.

¿La computación cuántica le parece diferente?

No tengo ni idea de ese campo específico. Solo me pregunto, ¿dónde están las imágenes cuánticas? ¿Nos ayuda a entender el mundo pasar de las tres dimensiones a n dimensiones? Prigogine y Mandelbrot aportan un formidable caudal intuitivo a sus investigaciones, pero no veo nada parecido en la teoría de las supercuerdas. Solo percibo autoconfirmaciones de hipótesis.

¿Los conclusiones cuánticas son erróneas?

Dios me libre de pontificar. Me quejo solo de los resultados, porque nada me dice que el electrón no sea un punto sino una cuerda con forma de lazo. Dada la formidable cantidad de observaciones ¿cómo no se traducen en una visión más nítida? Estudiar de cerca cualquier periodo histórico, por ejemplo, galvaniza y altera todo cuanto pensaba antes de hacerlo. ¿Por qué no ocurre algo análogo en física?

¿Cómo se imagina el futuro que está por venir?

Puestos a imaginar, y considerando que la función crea al órgano, lo ocurrido con el vello, las uñas y los dientes quizá anuncie cambios morfológicos más radicales, apoyados sobre el progreso técnico. ¿Para qué dos piernas, dos brazos, incluso un aparato digestivo y respiratorio, si el medio deja de ser inclemente y podemos dedicarnos a sentir y pensar libremente?

‘La emboscadura’, el pensamiento digital de Escohotado

La expansión del pensamiento del filósofo Antonio Escohotado carecería de sentido sin la figura de su hijo, Jorge. Gracias a las redes sociales se dio cuenta de que toda la obra de su padre antes de Historia general de las drogas estaba descatalogada o a precios desorbitantes. Para corregir este rumbo, decidió abrir la página web. “En los contratos con las editoriales no aparece nada con respecto al libro electrónico y decido digitalizar toda la obra”, argumenta. Con esta iniciativa, ha conseguido que todas las trabas para llegar a un mercado como el sudamericano por la logística de los envíos queden en un segundo plano. “No se trata de oportunismo, sino de desidia de las editoriales, que no todo son bestsellers”, zanja.

Para comprender qué ha llevado a Jorge a volcarse con la red, pone un ejemplo muy gráfico de cómo un hacker pretendía apropiarse de la obra de su padre. “Un pirata argentino hackeó Historia general de las drogas y la estaba comercializando. Si hubiera sido gratuita, no habríamos hecho nada, pero ahora le hemos dado de su propia medicina utilizando su versión con algunas adaptaciones. No creo que se atreva a denunciarnos (risas)”, explica. Para el año que viene, el reto tecnológico que afrontará es el de la impresión bajo demanda. Con el fin de evitar los gastos de almacenamiento, buscará alianzas en todos los países del mundo hispanoparlante para que, en 72 horas, el lector tenga el libro que desea de Antonio Escohotado.

martes, 12 de diciembre de 2017

Las redes sociales y los móviles son intrínsecamente malos

I

R. J. C., "El primer presidente de Facebook dispara contra la red social. El polémico Sean Parker considera que explora una vulnerabilidad humana", en El País, San Francisco 10 NOV 2017 

Sean Parker ha reaparecido. El primer presidente de Facebook vuelve a la escena para criticar a la compañía, alertando del supuesto daño que hace en el cerebro. Durante un evento organizado por Axios en Filadelfia. Parker se basa en su conocimiento de la gestación de la red social para avisar del daño a gran escala que podrían hacer en varias generaciones.

Parker se considera a sí mismo un objetor de conciencia de las redes sociales: “Recuerdo a gente que me decía que se había salido de Facebook y de las redes sociales. Y yo pensaba que volverían, pero ahora valoro más la presencia, la intimidad, el vivir el momento. Realmente, no sé las consecuencias de lo que decía porque ha cambiado la forma en que se relaciona la sociedad. Solo Dios sabe lo que está haciendo con el cerebro de los niños”.

El ejecutivo sostiene que Facebook se fundó así de manera consciente: “¿Cómo podemos consumir la mayor parte de tu tiempo consciente? Esto significa que teníamos que dar un poquito de dopamina cada rato. O bien porque alguien había dado a me gusta o porque habían comentado tu foto. Y a eso contribuye la creación de contenido para, de nuevo, crear más comentarios y me gusta”.

Otro de los ingredientes de este cocktail es el factor social: “La validación en bucle de los contactos, eso es exactamente lo que se buscaba. Eso explota una vulnerabilidad de la psicología humana. Los inventores de esto, tanto yo, como Mark (Zuckerberg) como Kevin Systrom (Instagram), y toda esa gente, lo sabíamos. Y lo hicimos igualmente”.

La validación en bucle de los contactos, eso es exactamente lo que se buscaba. Eso explota una vulnerabilidad de la psicología humana
Parker es uno de los personajes más controvertidos de Silicon Valley. Sus escándalos y fiestas se cuentan como hazañas entre los asistentes a sus desmanes. En la película que recrea la gestación de Facebook, equipo al que se sumó en 2004, su papel lo ejerce Justin Timberlake. Su nombre ha estado relacionado en escándalos de drogas. En 2005 fue detenido por posesión de cocaína.

Fue uno de los grandes villanos de Internet en la primera ola de Internet, cuando creó Napster, un sistema de intercambio de archivos, utilizado sobre todo para piratear archivos MP3. Su última aparición pública relevante fue durante su boda, en junio de 2013, evento en que desembolsó 7,5 millones de dólares y reunió a la sociedad techie y del espectáculo de California en Big Sur.

Multimillonario gracias a sus acciones de Facebook hoy es fundador y presidente del Parker Institute for Cancer Immunotherapy. Su riqueza se estima en más de 2.600 millones de dólares.


La nueva misión que afronta es alargar la vida humana: “Como soy multimillonario voy a tener acceso a mejor sanidad. Es posible que llegue a 160 años y siga siendo parte de esta nueva clase de señores inmorales. Yo quiero vivir más años y ser productivo más tiempo, pero también que más gente lo consiga”.

II

"“Las redes sociales están desgarrando a la sociedad”, dice un exejecutivo de Facebook. Chamath Palihapitiya lamenta haber participado en la construcción de herramientas que destruyen el tejido socia"l en El País, Madrid 12 DIC 2017

El primer presidente de Facebook dispara contra la red social
Instagram, la peor red para la salud mental de los adolescentes

Un antiguo alto ejecutivo de Facebook ha entonado el mea culpa por su contribución al desarrollo de unas herramientas que, a su juicio "están desgarrando el tejido social". Chamath Palihapitiya, que trabajó en la compañía de Mark Zuckerberg de 2007 a 2011 y que llegó a ser su vicepresidente de crecimiento de usuarios, opina que "los ciclos de retroalimentación a corto plazo impulsados por la dopamina que hemos creado están destruyendo el funcionamiento de la sociedad. Sin discursos civiles, sin cooperación, con desinformación, con falsedad".

Palihapitiya hizo estas declaraciones sobre la adicción a las redes sociales y sus efectos en un foro de la Escuela de Negocios de Stanford el pasado 10 de noviembre, pero la web de tecnología The Verge las ha recogido este lunes y, a través, de ella, diarios como The Guardian. Palihapitiya, que en su día trabajó para aumentar el número de personas que usan las redes sociales, recomendó a su audiencia que se tomara un "descanso" en su uso.

Aclaró que no hablaba solo de Estados Unidos y de las campañas de intoxicación rusas en Facebook. "Es un problema global. Está erosionando las bases fundamentales de cómo las personas se comportan ante sí y entre ellas", subrayó, para añadir que siente "una gran culpa" por haber trabajado en Facebook. Habló de cómo las interacciones humanas se están limitando a corazones y pulgares hacia arriba y de cómo las redes sociales han conducido a una grave falta falta de "discurso civil", a la desinformación y a la falsedad.

En la charla, Palihapitiya, ahora fundador y CEO de Social Capital, desde la que financia a compañías de sectores como la salud y la educación, se declaró una especie de objetor de conciencia del uso de redes sociales y anunció que quiere usar el dinero que ganó en Facebook para hacer el bien en el mundo. "No puedo controlar [a Facebook] pero sí puedo controlar mi decisión, que es que no usar esa mierda. También puedo controlar las decisiones de mis hijos, que no pueden usar esa mierda", declaró, para aclarar que no se ha borrado del todo de las redes pero que sí trata de usarlas lo menos posible.

El ex alto cargo de Facebook alertó de que los comportamientos de las personas están siendo programados sin que se den cuenta. "Ahora tienes que decidir a cuánto vas a renunciar", añadió. Palihapitiya hizo referencia a lo sucedido en el Estado indio de Jharkhand le pasado mayo, cuando unos mensajes falsos de WhatsApp sobre la presencia de supuestos secuestradores de niños acabaron con el linchamiento de siete personas inocentes. "A esto nos enfrentamos", criticó Palihapitiya, que añadió que este caso "llevado al extremo" implica que unos delincuentes "puedan manipular a grandes grupos de personas para que hagan lo que ellos quieran".


Pero Palihapitiya no solo censuró los efectos de las redes en cómo funciona la sociedad, sino todo el sistema de funcionamiento de Silicon Valley. A su juicio, los inversores inyectan dinero en "empresas estúpidas, inútiles e idiotas", en lugar de abordar problemas reales como el cambio climático y las enfermedades curables.

Las críticas de Palihapitiya a las redes se suman a las del primer presidente de Facebook, Sean Parker, que censuró la forma en que la compañía "explota una vulnerabilidad en psicología humana" al crear un "ciclo de retroalimentación de validación social". Además, un exgerente de producto de la empresa, Antonio García-Martínez, acusó a Facebook de mentir sobre su capacidad para influir en las personas en función de los datos que recaba sobre ellos, y escribió un libro, Chaos Monkeys, sobre su trabajo en la empresa. En el último año se ha producido una creciente preocupación por el poder de Facebook, su papel en las elecciones estadounidenses y su capacidad para amplificar noticias falsas.

III

Javier Salas, "Instagram, la peor red para la salud mental de los adolescentes. Un estudio británico le da la peor nota por su capacidad para generar ansiedad entre los jóvenes", en El País, 21 de mayo de 2017:


Las redes sociales más populares son fuente de innumerables beneficios y ventajas para sus usuarios, pero también generan efectos secundarios poco saludables. Un nuevo estudio, realizado entre jóvenes británicos, se centra en un problema muy particular: el bienestar y la salud mental de los usuarios de estas aplicaciones. Según este trabajo, Instagram podría terminar siendo la más nociva entre los adolescentes, por su impacto en la salud psicológica de este grupo de edad más vulnerable. Por detrás, aunque con notas también negativas, estarían Snapchat, Facebook y Twitter. La única red analizada con valoración positiva es YouTube, el portal de vídeos del gigante Alphabet.

"Instagram logra fácilmente que las niñas y mujeres se sientan  como si sus cuerpos no fueran lo suficientemente buenos", denuncia un joven en el estudio

"Los jóvenes que pasan más de dos horas al día en redes sociales como Facebook, Twitter o Instagram son más propensos a sufrir problemas de salud mental, sobre todo angustia y síntomas de ansiedad y depresión", recogen en el estudio, realizado por la Royal Society of Public Health y la Universidad de Cambridge. Para analizar el posible impacto en la juventud británica, los especialistas estudiaron las actitudes hacia estas redes en 1.500 británicos de entre 14 y 24 años. España es el país con mayor penetración de redes sociales y de telefonía móvil de la Unión Europea.

Se valoraron 14 factores, tanto positivos como negativos, en los que estas aplicaciones impactan en la vida de este grupo de edad en el que su personalidad aún está en formación. Instagram suspendió en siete de estos aspectos: notablemente, los jóvenes reconocían que esta app para compartir fotografías afecta muy negativamente en su autoestima (imagen corporal), en sus horas de sueño (asociado a múltiples problemas que se derivan de dormir poco) y en su miedo a quedarse fuera de eventos sociales (conocido por las siglas en inglés FoMO). Además, consideran que fomenta el ciberacoso, que les genera ansiedad y, en menor medida, síntomas depresivos y sensación de soledad.

"Instagram logra fácilmente que las niñas y mujeres se sientan como si sus cuerpos no fueran lo suficientemente buenos mientras la gente agrega filtros y edita sus imágenes para que parezcan perfectas", asegura uno de los jóvenes estudiados. "El ciberacoso anónimo a través de Twitter sobre temas personales me ha llevado a autolesionarme y a tener miedo de ir a la escuela. El acoso en Instagram me ha llevado a intentar suicidarse y también a lesionarme. Las dos me hicieron experimentar episodios depresivos y ansiedad", confiesa un menor de 16 años que participó en el estudio.

"Ser un adolescente es ya suficientemente difícil, pero las presiones a las que se enfrentan online los jóvenes son sin duda únicas para esta generación digital", aseguran los autores
Snapchat obtiene unas notas casi tan negativas como Instagram, aunque es más perjudicial para las horas de sueño y para la ansiedad social que genera perderse eventos sociales. En el ranking negativo le sigue Facebook, que es la red más propicia para el ciberacoso, según el estudio. Twitter mejora levemente las notas de las anteriores y casi compensa sus efectos negativos con sus aportaciones positivas. YouTube, finalmente, logra el aprobado gracias a que sus efectos tóxicos son más escasos, según la encuesta, salvo en el caso de las horas de sueño: este portal para ver vídeos es el que menos deja dormir a los jóvenes.

No todo es malo en estas redes: los aspectos más positivos en los que destacaron estas apps fueron la capacidad de tomar conciencia (sobre todo en YouTube), de expresarse y encontrar una identidad propia (Instagram) y de crear comunidad y de dar con apoyo emocional (Facebook).


"Ser un adolescente es ya suficientemente difícil, pero las presiones a las que se enfrentan online los jóvenes son sin duda únicas para esta generación digital. Es de vital importancia que intervengamos poniendo medidas preventivas", aseguran las autoras del estudio. El informe propone algunas de estas medidas, como que los usuarios reciban una notificación de la propia aplicación avisándoles del exceso de uso, que la red advierta cuando una foto está manipulada o que se realicen campañas de formación sobre estos riesgos en el ámbito escolar.

IV

Cariño, hemos creado un monstruo
Dos de los fundadores de Facebook reniegan del invento. Recopilamos sus frases explicando que quizá su idea se les haya ido de las manos.
BEGOÑA GÓMEZ URZAIZ | 19 DIC 2017 07:50
FacebookMark Zuckerberg. FOTO: GETTY
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Se cree que cinco meses antes de morir, en noviembre de 1954, Albert Einstein dijo que sólo había cometido un gran error en su vida: enviarle una carta al presidente Roosevelt recomendándole crear la bomba atómica utilizando sus descubrimientos en torno a la relatividad. El científico se justificó, porque existía el peligro de que los nazis la crearan antes. Algunos de los creadores de Facebook no han tardado tanto en arrepentirse de su creación. Hace apenas unos días, Chamath Palihapitiya, ex vicepresidente de crecimiento de usuarios en la empresa de Mark Zuckerberg, declaró que siente una “culpa tremenda” por haber creado las herramientas que están “destrozando el tejido social” y “erosionando la misma base del comportamiento de las personas”.

Palipahitiya, que se unió a Facebook en 2007, unos meses después de que la red social se expandiera de los campus universitarios estadounidenses a cualquiera que tuviera un correo electrónico, hizo esas declaraciones en un foro de graduados de la universidad de Stanford, el vivero intelectual de Silicon Valley, ante los que se presentó como un profeta que había visto el mal desde demasiado cerca.

“No os dais cuenta, pero estáis siendo programados –dijo a los estudiantes– Tenéis que decidir a cuánto estáis dispuestos a renunciar, a cuánta de vuestra independencia intelectual”. Él, que ahora es el presidente ejecutivo de una sociedad de inversiones, ya no usa “esta mierda” y a sus hijos tampoco se lo permite, por lo que recomendó a los presentes romper ya con todas las redes sociales. “Organizamos nuestras vidas alrededor de esta sensación de perfección, porque recibimos premios a corto plazo. Corazones, me gusta, pulgares alzados los igualamos a un valor, los igualamos a la verdad. Pero en realidad ocultan una popularidad falsa y amarga que te deja, admitidlo, más vacío de lo que estabas antes”, exhortó.

El ex vicepresidente no es el único miembro emérito de la empresa que ahora pone seriamente en duda la red social. Sean Parker, el inversor inicial y primer presidente de Facebook, al que interpretó Justin Timberlake en la película La red social, declaró en una entrevista reciente que el principal objetivo que tenían al fundarla era “consumir la mayor cantidad de tiempo y atención posible” de cada usuario, y que en consecuencia, Facebook y el resto de redes “literalmente cambian nuestra relación con la sociedad e interfieren con nuestra productividad”. “Dios sabe qué estamos haciendo con los cerebros de nuestros hijos”, lanzó al aire. Parker reconoció que Facebook cuadraba con una mentalidad de hacker como la suya “porque estás explotando la vulnerabilidad de la psicología humana”.

La pregunta es: ¿sabían lo que hacían cuando legaron al mundo este juguete irresistible? Claro que lo sabían. “Lo entendimos conscientemente y lo hicimos de todas maneras”, dijo en la misma entrevista. Palihapitiya se expresó en términos parecidos: “en el fondo, en los lugares recónditos de nuestras mentes, sabíamos que algo malo podía pasar”.

Una portavoz de Facebook, Susan Glick, le respondió de inmediato señalando que el ex vicepresidente lleva seis años fuera de la empresa, que era entonces muy distinta. “Ahora hemos crecido y nos hemos dado cuenta de nuestras responsabilidades y estamos trabajando para mejorar”, dijo. Mark Zuckerberg lleva todo el año inmerso en un tour “de crecimiento personal” por cada uno de los estados de su país, que se leyó inmediatamente como una precampaña presidencial a larguísimo plazo. Lo que sí admitió Zuckerberg en septiembre es que fue demasiado rápido cuando ridiculizó la idea de que Facebook había tenido un rol fundamental en la elección de Trump. Entonces, tildó esa noción de “loca”, pero después reconoció que el asunto es “demasiado importante” para ser tan derogatorio. Cuando pareció evidente que Rusia había gastado al menos 100.000 dólares en anuncios de Facebook para promover mensajes divisivos y anti-Trump, la empresa recolectó 3000 de esos anuncios para presentarlos ante una comisión en el Congreso estadounidense.

En las últimas semanas también se ha señalado el papel de la red social en la crisis de los Rohingya, donde habría servido para amplificar la propaganda contra esta minoría. Y desde el Brexit hasta la crisis catalana, no ha habido acontecimiento político significativo donde no haya aparecido la sombra de Twitter y Facebook. Palipahitiya también se refirió a eso en su exabrupto y puso el ejemplo de un suceso que tuvo lugar en India la pasada primavera, cuando uno de los mensajes virales de Whatsapp (propiedad de Facebook) llevó al linchamiento de siete personas. “Esto es lo que tenemos entre manos. Imaginad que lo llevamos al extremo en el que los agentes malos pueden manipular a enormes cantidades de personas para hacer lo que ellos quieren. Es un estado muy, muy malo de las cosas”.


Artículo actualizado el 20 diciembre, 2017 | 12:18

jueves, 19 de octubre de 2017

La inteligencia artificial supera al fin y desfasa a la humana.

Javier Salas "La inteligencia artificial ya aprende sola a ser invencible", en El País, 18-X-2017:

El último algoritmo de Google prescinde del conocimiento humano y señala que puede ser un lastre.

Es solo un juego de mesa. Pero el tablero del go, este complejo ajedrez oriental, es el terreno elegido para explorar las fronteras de la inteligencia artificial que en el futuro ayuden a "resolver todo tipo de problemas apremiantes del mundo real", en palabras de Demis Hassabis, líder de Google DeepMind. Esta división de la multimillonaria tecnológica ya logró crear un programa ganador de go, AlphaGo, capaz de derrotar a los campeones mundiales desnudando muchos secretos de la mente humana. Ahora han ido un paso más allá al desarrollar un programa capaz de aplastar a todas las versiones previas del todopoderoso AlphaGo aprendiendo de cero y sin ayuda. Una máquina que se enseña a sí misma, sin ejemplos de partidas reales ni intervención humana, hasta convertirse en invencible. Y además lo logró con una fuerza incomparable, en un tiempo récord y consumiendo una cantidad mínima de recursos informáticos.

Esta nueva versión desarrollada por DeepMind cuenta con un algoritmo que le permite aprender a ganar de la nada, practicando consigo misma

El programa original se había entrenado estudiando millones de movimientos reales de miles de partidas jugadas entre humanos, un monumental paso previo antes de comenzar a entrenarse jugando contra sí mismo hasta convertirse en imbatible. Pero esta nueva versión desarrollada por DeepMind, denominada AlphaGo Zero, cuenta con un nuevo algoritmo que le permite aprender a ganar de la nada, a solas con el tablero y las fichas. El nuevo algoritmo se apoya en una red neuronal basada en el aprendizaje por refuerzo: la máquina sabe enseñarse sola practicando consigo misma hasta alcanzar una capacidad muy superior a la de sus versiones previas.

El equipo de DeepMind quería ilustrar cómo la inteligencia artificial puede ser eficiente frente a aquellos retos en los que no se cuente con datos suficientes o conocimientos previos para guiar a la máquina hacia una solución óptima, como explican en el estudio que les publica la revista Nature. "Nuestros resultados demuestran", escriben, "que un enfoque de aprendizaje por refuerzo puro es completamente factible, incluso en los dominios más exigentes: es posible entrenar a un nivel sobrehumano, sin ejemplos humanos ni orientación, sin más conocimiento del campo que las reglas básicas". La idea ya no es superar a los humanos subiendo sobre sus hombros, sino llegar donde ellos no están ni pueden ayudar.

La máquina autodidacta derrotó a una máquina igual de potente pero enseñada con información de partidas humanas en solo 24 horas

Partiendo de cero, con movimientos aleatorios, AlphaGo Zero comenzó a entender las nociones de este complejísimo juego de piedras blancas y negras que deben ir ganando territorio en un tablero de 19 por 19 cuadrantes. En solo tres días, tras jugar contra sí misma casi cinco millones de veces, esta máquina venció a la exitosa versión previa que derrotó por primera vez a un campeón de talla mundial. Aquella máquina original necesitó meses de entrenamiento y 30 millones de jugadas. El algoritmo actual es tan eficiente que se hizo invencible con tan solo cuatro chips especializados frente a los 48 que necesitaba su predecesora de 2015. AlphaGo Zero derrotó a AlphaGo por 100 a cero.

Lo más interesante es lo que esta nueva máquina nos enseña sobre el aprendizaje, sobre (lo prescindible de) nuestros conocimientos y nuestra inteligencia. "A las 3 horas, el juego se centra en comer piedras con avaricia, como un principiante humano", detalla el estudio. "A las 19 horas, el juego exhibe los fundamentos de vida y muerte, la influencia y el territorio", continúa. A las 70 horas, la máquina es extraordinariamente capaz, a niveles sobrehumanos, capaz de visualizar estrategias sofisticadas impensables para los jugadores de carne y hueso. Y en 40 días es invencible. 

La idea ya no es superar a los humanos subiendo sobre sus hombros, sino llegar donde ellos no están ni pueden ayudar

De forma intuitiva, la máquina fue descubriendo tácticas, posiciones y movimientos que el talento humano había ido perfeccionando durante miles de años. Pero descubrió por sí misma otras estrategias innovadoras desconocidas que le resultaban más eficientes y optó por abandonar los movimientos clásicos humanos. Esa creatividad del algoritmo, uno de los hallazgos más notables de DeepMind, ya pudo verse en su famosa batalla contra el campeón Lee Sedol, de quien siempre se recordará su gesto, ojiplático y boquiabierto, al observar un brillante movimiento ganador de AlphaGo.

Es más, AlphaGo Zero ha demostrado que el conocimiento humano puede incluso ser un lastre a la hora de alcanzar mayores niveles de efectividad. Los especialistas de DeepMind alimentaron a una copia de este algoritmo con información de partidas reales entre humanos, para comparar su rendimiento con la versión autodidacta. El resultado: la máquina autodidacta derrotó a la máquina enseñada por humanos en las primeras 24 horas de entrenamiento. "Esto sugiere que AlphaGo Zero puede estar aprendiendo una estrategia que es cualitativamente diferente del juego humano", concluyen los investigadores de Google.

La verdadera capacidad de las máquinas

DeepMind ya había logrado que las máquinas aprendieran solas a ganar, como hizo con videojuegos clásicos. Pero el nivel de sofisticación del go, con más posibilidades en el tablero que átomos en el universo, lo convierte en mejor prueba que los marcianitos. Sobre todo si, como asegura Hassabis, pretenden usar estos desarrollos para solucionar cuestiones tan difíciles como el plegamiento de proteínas o el desarrollo de nuevos materiales: "Si podemos lograr con estos problemas el mismo progreso que con AlphaGo, tiene el potencial de impulsar el conocimiento humano e impactar positivamente en todas nuestras vidas"

"AlphaGo Zero puede estar aprendiendo una estrategia que es cualitativamente diferente al juego humano", concluyen los investigadores de Google

Conocidos los resultados de DeepMind, conviene recordar la Ley de Amara, propuesta por el científico Roy Amara: "Tendemos a sobrestimar el efecto de una tecnología a corto plazo y subestimar su efecto en el largo plazo". Este algoritmo de Google no tiene rival a la hora de enseñarse a sí mismo a ganar al go, pero hoy por hoy está muy limitado por la tarea encomendada. Así lo reconocieron sus desarrolladores hace unos meses, preguntados por qué pasaría si de pronto le cambiaran a AlphaGo las dimensiones del tablero de 19x19 a 29x29: "Estaríamos muertos". Un jugador humano sabría adaptarse sin mayores problemas al cambio.

Como contexto, un estudio del mes pasado publicado por investigadores de la Academia de Ciencias de China sobre el riesgo real de la inteligencia artificial analizando sus actuales capacidades. Así, estudiaron cuál sería el coeficiente intelectual de los distintos sistemas de inteligencia artificial, llegando a la conclusión de que son como niños pequeños: el de Google es de 47, el doble que el de Siri (24). Tomando en consideración las habilidades de los sistemas en torno a su "dominio del conocimiento, aprendizaje, uso y creación", llegaron a la conclusión de que la inteligencia general de AlphaGo (la versión de 2016) está por debajo de la humana. Eso sí, señalaban que para subir un peldaño en sus capacidades intelectuales AlphaGo necesitaba demostrar la creatividad necesaria para enseñarse a sí mismo a ganar. Y ese reto ya lo ha superado.