sábado, 27 de septiembre de 2025

El pensamiento de Hegel para Escohotado

 [Versión transcrita y corregida por mí desde Youtube del diálogo en la 2 entre el famoso filósofo Antonio Escohotado y otros dos pensadores]

El hecho más importante de mi evolución intelectual es el conocimiento de Hegel. Sí que fue fuerte; al principio quedé pasmado, pero me di cuenta también de que era el único que iba a fondo, que decía las cosas con una hondura parecida a la que tiene la vida al plantearnos las situaciones. O sea, que era totalmente descarnado. Y por supuesto que era el hombre más culto que yo había encontrado y escribía como un torrente, o sea, creo que no hay un prosista comparable a Hegel en sus buenos momentos; creo que podemos hacer 10 párrafos de Hegel inigualables; lo que pasa es que podemos encontrar unos 50.000 insufribles.

Hegel es el filósofo que dice que las cosas son resultado, o sea, las cosas no son a prioris. Todo el mundo matemático, que es el mundo de lo abstracto, supone que las cosas cumplen una hipótesis preestablecida; Hegel es el primero que dice: "Lo verdadero es el todo, y el todo es siempre resultado", es decir, las cosas son su propia historia: no hay nada detrás del mundo mas que lo que el mundo ha ido haciendo en cada caso. Yo no entiendo nada si me dan una definición de una cosa; pero, en cambio, si entiendo cómo nació y cómo murió, entonces ya estoy en la cosa. Toda mi vida he sido historiador de esto o de lo otro, pero es que, digamos, mi método (que es el hegeliano), por lo demás, es ese, es atención a lo concreto.

¿Y cómo fue el descubrimiento de Hegel, cómo fue su primer contacto?

Yo estaba trabajando en Husserl, dentro de aquel afanoso momento de mi vida donde las noches las empleaba en estudiar, y me iba a la oficina y luego dormía por las tardes; todo aquello. Entonces llegué (después de Hermes Trimegisto, Escoto Eriúgena, Duns Escoto, Descartes, Leibniz, Spinoza... pim, pam, pum, pum) llegué a Husserl; curiosamente había omitido a Hegel. Llegué a Husserl, la fenomenología, y estuve allí como dos meses. Me acuerdo que me iba a la Biblioteca Nacional; hacía frío, tenía que usar mitones, o sea, esos guantes cortados, y estando ahí, porque era muy difícil conseguir las Meditaciones cartesianas y las Ideas para una fenomenología pura y Una filosofía fenomenológica, que es el tocho este insoportable, de repente, un día, se equivocó el bibliotecario. Me trajo la Fenomenología de Hegel cuando yo estaba ahí en la Nacional. Entonces empecé a leer, y digo: "Pero, bueno, es lo mismo, pero este habla de la cosa y el otro habla por hablar y habla del hablar", o sea, el otro es un vano, es un gaseoso, Husserl, es un académico vacío, y aquí, en cambio, está el tomate, y ahí me metí y no lo he dejado, no he salido. 

Hegel tuvo un gran problema durante unos 20 años: que tenía tal cantidad, tal flujo interior de conciencia, de tal densidad, que no sabía explicarse. Y eso es lo que pasa con la Fenomenología, que es el libro más brillante, pero eso, que es misterioso, es tremendamente difícil de trabajar, porque es que tiene unas reiteraciones... Por ejemplo: "Sí, porque esto es inmediato, pero es solamente inmediato en su mediación, porque al mediarse en realidad su inmediatez se le presenta como primer momento de sí mismo, que no se complementa con la forma de sí que está implicada en el mediar". Y dije "me cago en tu padre". Pero, sin embargo, el inventor de la palabra mediación es él, o sea, y eso esto es tremendo, o sea, sin la palabra mediación no se entiende lo que podemos llamar devenir, tiempo, ocurrir, cambio. O sea, cuando Hegel dice "el destino de inmediato es ser abolido", caramba, dice una de esas cosas tremendas que se dicen una sola vez, y se entienden o no, pero que si se entienden te ayudan; es como si tienes un trineo para ir por la nieve o tienes que ir caminando ahí haciendo agujeros

Pero, para la inmensa mayoría, Hegel es bastante inescrutable por esa complejidad

Luego aprendió a escribir Hegel y nos han venido muy bien los apuntes de clase, que es gran parte un 40-50 % de su obra. 

Son apuntes de clase, pero de tipos inteligentes como Karl Ludwig Michelet, Bruno Bauer... tipos muy, muy inteligentes, y gracias a ello tenemos un corpus maravilloso.

De Hegel quedan, hay dos ideas fundamentales, que es la idea de la categoría, que también es bastante malinterpretada, malentendida. 

Eso me decías el otro día: me hablabas de que si Hegel tenía categorías fijas; no, todo el trabajo hegeliano es demostrar que el pensamiento y el ser son uno, y que son uno justamente en el ir superando la separación de las categorías, es decir, demostrando que ninguna existe por sí sola y que solamente en su fluir, eh, tienen sentido... 

Y este análisis hegeliano, el fluir, el devenir, que son palabras importantísimas...

Así empieza la ciencia lógica, dice: ser puro ser es igual que nada, nada pura, nada es igual que ser. ¿Qué hay? Pues el tránsito del ser a la nada, el devenir. Empecemos por la realidad.

Y el devenir, que es evolución, que es verbo, que es acción. 

Claro

Que es una parte para entender su filosofía, la de Escohotado, y para entender la realidad, la real.

Pero si es que Hegel te ha dejado una Historia de la religión, una Historia de la filosofía, una Filosofía de la historia, una Historia y filosofía del derecho, una Historia y filosofía de la estética, o sea, en realidad ha cubierto todos los campos: es increíble el trabajo hegeliano,  aparte de que el joven Hegel fue el que más profundamente pensó la diferencia entre el Antiguo y el Nuevo Testamento. Tiene una vida de Jesús, el libro este maravilloso del Espíritu del cristianismo y su destino es una maravilla; ahí escribía muy bien; cuando empezó a escribir mal fue cuando le llegó la iluminación, tremenda, tenía demasiado contenido y no podía, no podía sacarlo fácil. La Fenomenología es un libro, la Fenomenología del espíritu, un libro de unas 800, 700, más bien 800, páginas donde es un repaso de la historia universal, pero sobre todo de la occidental, con la singularidad de que no hay un solo nombre propio, o sea, existen las figuras de la conciencia: el alma vil, el alma noble, el quijotismo, el siervo, el amo, eh, la revolución... pero ni un solo nombre propio: no se ha vuelto a producir en la historia del pensamiento nada parecido.

Porque usted ha escrito una historia del comunismo

Sí.

...llena de nombres propios... Es exactamente personificado.

Bueno, pero es que yo vengo de Internet. Si Hegel llega a tener Internet, no te cuento.

Ya lo que, lo que...

No te cuento, o si Aristóteles hubiera tenido...

Usted escribió la primera tesis doctoral sobre Hegel ¿no?

Sí, eso fue La conciencia infeliz, que fue un análisis de la diferencia entre una religión positiva, y una... y una... y una religión, o sea, es que, al positivarse, pues claro, todo se convierte: el concepto pasa a ser representación, y la verdad pasa a ser farsa o rito.

¿Por qué dicen que Hegel es de los más complicados de entender?

Porque él solo aprendió a escribir cuando ya estaba cerca de morir. No sé si sabes que Hegel murió porque le trajo la mujer el cólera: la mujer de Hegel y la mujer de Fichte iban a hospitales de la guerra austroprusiana del 30, y entonces, de ir a los hospitales. Había una plaga de cólera, y los pobres dos grandes catedráticos de Berlín, Hegel y Fichte, murieron en 24 horas. Era la mente más profunda, centelleante, y, claro, como él no sabía escribir,  el lector pues se perece doblemente; no solo es la enorme profundidad: ten en cuenta que lo que Hegel intentó fue hacer visibles las fuentes del movimiento. Es muy fácil ver una cosa movida, pero no suele ser visible el resorte que la mueve. La filosofía hegeliana es un intento de reflexionar sobre el resorte dinámico de las cosas y, claro, eso es algo así como hacer visible lo invisible. Y eso es lo que hace tan difícil, pero también lo que le hace tan esencial, porque es el único pensador que en vez de ver cosas fijas ve flujos, ve de venir en vez de ser, o nada, que es lo que ven los otros. El amo sucumbe ante el esclavo porque el esclavo le proporciona el mundo transformado, y entonces, claro, empieza a catar las cosas como en sus formas más refinadas, no simplemente un mordisco se come de un cocodrilo, sino que se prepara un solomillo de cocodrilo a las finas hierbas. Y esto es una diferencia colosal. O sea, la del bípedo implume por ejemplo sobre el cuadrúpedo peludo.

Y el amo, en principio, debía refinarse y seguir siendo tan fiero como al comienzo, tan implacable como cuando le dijo al otro: "Mira, aquí, yo no estoy por la labor de pelear con el mundo: o me mato, o, mejor, te amenazo a ti de muerte; porque, si te pones de siervo mío, me vale. Y entonces, de repente, ya no somos animales, ya somos seres espirituales que luchamos por el prestigio. El prestigio funda nuestra vida. Y, entonces, al darnos esa meta más alta, de repente, ya posiblemente descubrimos el fuego, etcétera, etcétera... Si el hombre se apega a sus formas más corpóreas y elementales, pues claro, nunca vuela y nunca llega a ser "el hombre", llega a ser el que eres, ¿te acuerdas? La invocación...

El hombre es sociedad, porque es el prestigio, la fama es algo que te dan los demás y por lo que luchas.

Aquí todavía no hay sociedad, no hay más que dos antropoides, uno está dispuesto a dejar de ser antropoide, y el otro, por el hecho de servirle, también va a dejar de serlo, y en grado mucho más eminente, porque, trabajando con lo negativo, soportando el dolor, se va capacitando, claro, y en el siervo está la semilla del sabio igual que en el amo está la semilla del consentido, del pobre miserable, que finalmente dice: "Yo no me muero. ¿Verdad que yo no me muero?".

Sí, pero por ejemplo eso parece lo que iba a decir Luis. Hegel dice que "el esclavo es esclavo porque no arriesga la vida".

No, es que tenemos una versión un poco distinta. Yo desde [Kojève] tengo una, digamos, visión enriquecida de la dialéctica siervo-esclavo de Hegel, de modo que me encanta que hables de eso.

No hay comentarios:

Publicar un comentario