Dossier
I
No es un choque de agujeros negros: la extraña señal cósmica que abre la puerta a un universo paralelo, en La Razón, por Esteban García Marcos, 25.09.2025:
Una brevísima onda gravitacional detectada en el cosmos abre un debate fascinante: ¿la colisión de dos agujeros negros o la prueba de un agujero de gusano que conecta con otro universo?
Un eco fugaz llegado desde las profundidades del cosmos tiene a la comunidad científica debatiendo entre la física conocida y las fronteras de la ciencia ficción. En 2019, los observatorios LIGO y Virgo captaron una onda gravitacional bautizada como GW190521. La señal resultó anómala por su brevedad, pues duró menos de una décima de segundo, y por la ausencia del característico «chirrido», ese preludio sonoro que delata a dos agujeros negros en su danza orbital antes de fundirse en uno solo.
De hecho, este silencio previo abrió la puerta a un misterio que todavía busca una respuesta definitiva. La explicación principal, y la más conservadora, apunta a que la señal fue el resultado de un encuentro fortuito. En lugar de un largo baile cósmico, dos agujeros negros se habrían topado de forma casual para colisionar y fusionarse casi de inmediato. Un choque directo de esta naturaleza explicaría por qué la onda gravitacional carecía de la fase de acercamiento progresivo que se había observado en detecciones anteriores.
Por otro lado, ha surgido una teoría alternativa que explora posibilidades mucho más exóticas. Un grupo de investigadores propone que GW190521 podría no ser la señal directa de una colisión en nuestro universo, sino el eco de un evento similar ocurrido en un universo paralelo, tal y como informa ScienceAlert. Según este modelo, la onda habría viajado hasta nosotros a través de un agujero de gusano en el preciso instante de su colapso, lo que daría cuenta de su naturaleza abrupta y su corta duración. Esta hipótesis se suma a otras propuestas que desafían nuestra comprensión de la realidad, como la que postula que vivimos en una simulación, un debate que también divide a la comunidad física.
Dos modelos enfrentados para un mismo eco cósmico
Para evaluar ambas hipótesis, los científicos compararon los modelos matemáticos de las ondas generadas en cada uno de los dos escenarios. El análisis de los datos arrojó un resultado tan fascinante como ambiguo, ya que el modelo de la fusión estándar entre dos agujeros negros se ajusta ligeramente mejor a la señal registrada. Sin embargo, la diferencia no es lo bastante concluyente como para descartar por completo la posibilidad del agujero de gusano. Este tipo de ambigüedades en la frontera del conocimiento impulsa a la comunidad científica a buscar nuevos métodos, pues ya crearon una IA para descubrir nuevas leyes de la física con la que esperan desentrañar misterios similares.
En consecuencia, la colisión, que dio como resultado un objeto con una masa 142 veces superior a la de nuestro Sol, sigue siendo un lienzo en blanco sobre el que se proyectan dos realidades cosmológicas muy distintas. La ciencia, no obstante, podría estar cerca de encontrar una respuesta. La reciente detección de un evento posterior, llamado GW231123, presenta características muy similares de brevedad y ausencia de «chirrido». Este nuevo pulso gravitacional se ha convertido en una oportunidad de oro para poner a prueba ambas teorías y comprobar cuál de ellas describe con mayor precisión estos violentos fenómenos cósmicos. La comunidad astrofísica aguarda los resultados que podrían confirmar una teoría o abrir la puerta a una física completamente nueva.
II
¿Revelaría esta extraña señal cósmica un "agujero de gusano" que condujera a un universo paralelo? En Techo-Science.net, por Cédric Depond, 1 de octubre de 2025, fuente: arXiv:
La detección de una señal cósmica de una brevedad desconcertante deja perplejos a los astrofísicos. Su forma atípica abre la puerta a interpretaciones que superan los marcos convencionales.
Esta detección, denominada GW190521, tensiona los modelos establecidos para las fusiones de agujeros negros. Su análisis minucioso lleva a algunos investigadores a explorar pistas basadas en conceptos físicos aún hipotéticos.
Un ejemplo de agujero de gusano en una métrica de Schwarzschild tal como lo vería un observador que ha cruzado el horizonte de un agujero negro.
La región de donde proviene el observador se sitúa a la derecha de la imagen. Aparte de la región cercana a la sombra del agujero negro, los efectos de corrimiento al rojo hacen que el fondo del cielo sea muy oscuro. Este, en cambio, es muy luminoso en la segunda región visible una vez pasado el horizonte.
El enigma de la señal GW190521
El 21 de mayo de 2019, los interferómetros LIGO y Virgo registraron una vibración del espacio-tiempo que duró apenas una décima de segundo. Su estructura no presentaba la fase espiral característica de los agujeros negros en órbita. Los modelos estándar atribuyen este evento a un encuentro directo y fortuito.
La onda gravitacional típica generada por un sistema binario se extiende a lo largo de varios segundos. Incluye un aumento progresivo de la amplitud y la frecuencia. La señal GW190521, en cambio, aparece como un pulso único y aislado. Esta ausencia de precursor hace que su origen sea difícil de determinar con certeza.
Si se trata efectivamente de una colisión de agujeros negros, el evento habría producido un agujero negro final de aproximadamente 142 veces la masa de nuestro Sol. Un objeto de este tamaño debería generar normalmente una señal más larga y estructurada. La brevedad de GW190521 constituye su principal misterio. Motiva la búsqueda de explicaciones alternativas al escenario estándar.
La audaz hipótesis de un puente cósmico
Un equipo de la Universidad de la Academia China de las Ciencias propone un escenario relacionado con los agujeros de gusano. Estas entidades teóricas, también llamadas puentes de Einstein-Rosen, conectarían dos puntos distintos del espacio-tiempo. Incluso podrían unir dos universos diferentes.
Los investigadores sugieren que la fusión de dos agujeros negros en un universo paralelo crearía un agujero de gusano efímero. El eco gravitacional de esta colisión atravesaría este puente para llegar a nuestros detectores. El cierre rápido del agujero de gusano explicaría la brevedad de la señal observada. Nuestro universo captaría así solo una ínfima parte del evento.
El estudio, depositado en el servidor de prepublicaciones arXiv, compara los datos con un modelo matemático específico: el escenario del agujero de gusano se ajusta bastante bien a las observaciones. La detección futura de eventos similares podría permitir dirimir la cuestión.
Para saber más: ¿Qué es un agujero de gusano?
Un agujero de gusano es una solución teórica a las ecuaciones de la relatividad general de Einstein. A menudo se visualiza como un túnel a través del tejido del espacio-tiempo. Esta estructura hipotética crearía un atajo entre dos regiones distantes del Universo. También podría conectar dos universos distintos.
La formación de un agujero de gusano estable requeriría una forma de materia exótica. Esta materia debería poseer una energía negativa o una masa negativa para mantener el túnel abierto. Ninguna observación directa ha confirmado aún la existencia de esta materia o de los propios agujeros de gusano. Su estudio pertenece, por tanto, principalmente a la física teórica.
Los agujeros de gusano son distintos de los agujeros negros, que son objetos astrofísicos. Un agujero negro es una región del espacio de la que nada puede escapar. Un agujero de gusano, en teoría, poseería dos "bocas" conectadas por una "garganta". El viaje a través de una garganta de agujero de gusano sigue siendo un concepto especulativo.
III
¿Se ha detectado el eco de un universo paralelo?, en El País, por Daniel Mediavilla, 13 DIC 2025:
Investigadores chinos plantean que una señal de ondas gravitacionales llegó hasta nosotros por un agujero de gusano.
En 2019, los observatorios LIGO y Virgo detectaron una onda gravitacional muy breve y extraña, llamada GW190521. Al principio se atribuyó a la fusión de dos agujeros negros, pero su forma inusual hizo pensar en otras posibilidades. Un grupo de científicos chinos propone que la señal no se originó en nuestro universo, sino en otro paralelo. Según su modelo, la colisión de agujeros negros en ese cosmos creó un agujero de gusano, y la onda viajó por él hasta nuestros detectores. Para mantener el túnel abierto el tiempo suficiente, habría intervenido una forma de materia con energía negativa. Aunque suene fantasioso, recordemos que las propias ondas gravitacionales también fueron una predicción teórica antes de ser descubiertas.
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