martes, 10 de abril de 2012

No es un juego

Los americanos quieren exportar un paquete integrado de casinos, droga, mafia y corrupción, han mirado por la vieja Europa y han resuelto que los mejores nichos de podredumbre para la siembra pueden ser Barcelona o Madrid. ¿Por qué será, será? El caso es que, lejos de sentir shame, los correveidiles del cotarrillo político han empezado a frotarse las manos pensando en lo bien que se las van a untar de mermelada verde euro. Nadie piensa en otros paquetes de juegos inocentes, como los Geyper: el juego retribuido es de ética reprobable, incluso en manifestaciones tan engañosas como el bingo, la lotería o las quinielas. Dizque creará puestos de trabajo... ¿Y los que va a quitar a los ludópatas, a los arruinados, a los padres que, en vez de comprar libros o ropa a sus hijos, sean pasto de las tragaperras? A mí el juego me parece más tóxico y malsano que una central nuclear.

1 comentario:

  1. Coincido con tu rechazo. Todas las adicciones conllevan su propia ruina, pero el juego es doblemente vicioso porque le añade a la misma la derrota material. Si hay placer en ello, no lo concibo.

    Precisamente hoy una compañera me ha contado las desventuras de un vecino de Corral de Calatrava, aún vibrantes pese al transcurso de tres generaciones, que se jugó a las cartas la totalidad de sus bienes, entre los que el buen hombre no se olvidó de incluir a su mujer, para resultar perdedor del disparate. Tras remojar el siniestro trato en alcoholes varios buscando quizá la anestesia de una ebriedad monumental, se estrellaba con su camión al hacer un trayecto que conocía de memoria, aunque la versión oficial sostiene que fue un accidente...

    ResponderEliminar