Entrevista con el historiador económico y ganador del premio Balzac Joel Mokyr por Irene Hernández Velasco: "El euro puede sobrevivir, pero será muy caro" en El Mundo 15/01/2016 :
Nacido en Holanda, crecido en Israel y con la mayor parte de su carrera profesional desarrollada en Estados Unidos, Joel Mokyr es un economista que brilla con la misma voluptuosa y plateada intensidad con que lo hace el mercurio. Es absolutamente pionero en relacionar la economía y su historia con la teoría de la evolución y, sobre todo, en desentrañar los misterios que en su opinión unen el desarrollo económico con el auge del conocimiento. Aunque, más que un economista, por encima de todo se considera un historiador económico. "La historia económica se ocupa del material del que está hecho la vida: trata de cómo los humanos se relacionan con el principio bíblico de que ganarás el pan con el sudor de tu frente, de cómo la gente lucha en un ambiente recalcitrante y adverso por sacar a sus familias adelante y sobrevivir al hambre, al frío, a las enfermedades. Se ocupa de impuestos, rentas y otras formas con las que los fuertes y poderosos obtienen recursos de los pobres y débiles. Pero también de los milagros de la cooperación humana". Con todos ustedes Joel Mokyr, galardonado recientemente con el premio Balzan, uno de los más prestigiosos reconocimientos europeos.
Usted sostiene que el enorme caudal de creatividad y conocimiento que acompañó a la Ilustración fue lo que provocó la aparición de la Revolución Industrial. ¿Es así?
Sí, así es.
¿Y por qué la Ilustración tuvo lugar en Europa y sólo en Europa?
Sí, sólo Europa ha tenido una Ilustración. No existe una Ilustración china, ni una Ilustración en el islam, ni una Ilustración india... Sólo existe una Ilustración europea. Los motivos son varios pero uno de ellos, muy importante, es la fragmentación que había en Europa en aquel momento. La fragmentación significa que nadie, ni el rey de España ni ningún dirigente absolutista, podía imponer su voluntad y poner freno a las nuevas ideas que circulaban por entonces en Europa. Es cierto que a algunos, como por ejemplo a Giordano Bruno, les mataron pensando que eso disuadiría a otros y frenaría el avance de las nuevas ideas. Pero no lo lograron: la gente podía huir, moverse, trasladarse a otro sitio donde ese dirigente no tenía autoridad, reunirse con otras personas... y eso es lo que hicieron. Los gobernantes lo sabían, así que la mayoría optó por no hacer nada, que en realidad es lo mejor que podían hacer. Los gobiernos se rindieron, con la única excepción quizás de lo que hoy es el sur de Italia y España, movidos por su fundamentalismo católico, y el resultado es que esos países que antes habían liderado importantes áreas del conocimiento como la Ciencia y las Matemáticas quedaron atrás.
¿Esa fragmentación de Europa estimuló asimismo la competición científica y cultural entre los distintos estados, con lo que se fomentó el surgimiento de la Ilustración y de la Revolución Industrial?
Así es. David Hume en el siglo XVIII ya se percató de ello: la proliferación de pequeños estados genera beneficios, como ocurre con la competición entre varias compañías. La eficacia económica es un concepto que básicamente comienza en la Ilustración, y que no creo que nadie ponga en duda.
Sin embargo, la Unión Europea es lo contrario, ¿no? ¿El proyecto común europeo frena entonces el desarrollo?
Lo que ocurre ahora es que la competición es a nivel global, y en ese terreno la UE es sólo uno de los actores. Hay otro que se llama EEUU, un tercero que se llama China, un cuarto que es Rusia, Oriente Medio, África quizás algún día... El partido hoy se juega a nivel global, y Europa hoy compite con Norteamérica y China. Y aun así, dentro de la propia UE existe obviamente competición. De hecho, no creo que haya mucha gente que se considere primero europea y luego española o alemana o francesa.
Es más: a causa de la crisis, en muchos países europeos no deja de aumentar el número de quienes miran con recelo a la UE...
El euroescepticismo en estos momentos es algo absolutamente normal, algo inevitable. Yo sin embargo soy un gran defensor de la UE, siempre me ha parecido una idea fantástica, sobre todo porque ha conducido a la desmilitarización de Europa. Piense que Europa en 1914 destinaba entre el 10 y el 12% de su PIB a armamento y que todos los países tenían ejércitos inmensos que consumían muchísimos recursos. Lo que esencialmente ha logrado la UE es que la probabilidad de que estalle una guerra en Europa sea prácticamente insignificante. Y eso es increíble. Llevo 50 años estudiando la Historia europea y que se haya logrado eso es asombroso. Cuando ahora se dice que hay un conflicto entre Hollande y Merkel, todos sabemos que no va a desembocar en un ataque armado, pero hasta hace muy poco eso no era así. La otra cosa fantástica de la UE es que las barreras comerciales han desaparecido y el libre comercio, que siempre es muy positivo, se ha logrado. Europa lo ha conseguido, como también EEUU. Es verdad que EEUU defiende el libre comercio desde su Constitución, los estados no pueden imponer barreras al comercio con otros estados, y eso ha funcionado estupendamente en términos económicos. Pero Europa ha dado un paso de gigante para lograr ese sueño económico de hacer del continente una enorme zona de libre comercio. Y para que se logren los enormes beneficios del libre comercio no es necesario que haya una política única, no es necesario que haya un solo estado; lo importante es que los bienes, los servicios y los trabajadores puedan moverse libremente de país a país.
¿Pero considera usted que el euro funciona?
No. El euro es un absoluto desastre. De hecho, creo que hay un enorme desequilibrio entre la UE y el euro. El euro, para empezar, sólo funciona en 19 de los 28 Estados miembros de la UE, y eso ya es un problema. La verdad es que el euro ya era una mala idea cuando surgió, y eso es algo que piensan todos los economistas americanos que conozco, ya sean de derechas o de izquierdas y que disienten en todo lo demás. Martin Feldstein y Paul Krugman sólo coinciden en que el euro fue una mala idea. El euro sólo está bien si uno es turista y viaja de Holanda a España y se ahorra el tener que cambiar de moneda. Pero el número de turistas que visitan Suiza o Inglaterra, países que no tienen el euro, tampoco ha disminuido por eso. El euro ha sido una muy mala idea desde el principio y el problema ahora es cómo salir de él
El futuro del euro
¿Dentro de 10 años seguirá existiendo el euro?
No lo sé. Aunque con grandes dificultades, ha logrado sobrevivir a las últimas crisis. Había bastante gente que pensaba que moriría y no lo ha hecho. La analogía histórica que se me ocurre al respecto, aunque no sea muy buena, es con el patrón oro. Antes de 1914 cada país tenía su propia moneda, pero era plenamente convertible en otra con un cambio fijo en base a sus reservas de oro. Cada país europeo tenía sus reservas de oro, pero cuando estalló la Primera Guerra Mundial todos los países excepto EEUU abandonaron el patrón oro porque no podían mantener sus reservas de oro, y ese sistema colapsó. Volvió a instaurarse sin mucho éxito en los años 20 y murió definitivamente en los años 30. Pero fue necesario algo como la I Guerra Mundial para acabar con el patrón oro. Espero que no ocurra algo parecido que liquide al euro. Si no hay una guerra, el euro puede sobrevivir. Pero será caro, muy caro.
¿Qué precio habrá que pagar entonces por mantener vivo al euro?
Las fluctuaciones en los cambios entre monedas es el modo fundamental que tienen las economías para equilibrarse internamente, y el euro ha acabado con eso. Y al no existir eso, hay que ofrecer otra cosa a cambio que suele resultar más cara, como el paro. La razón por la que España o Grecia tienen el problema de desempleo que tienen es porque no pueden devaluar su moneda; si pudieran hacerlo, la situación mejoraría rápidamente. La cuestión por la que la economía de Irlanda ha estado en el primer semestre de 2015 al borde del colapso por culpa de la burbuja inmobiliaria es porque no podía devaluar. Incluso países que tienen acuerdos de libre comercio, como EEUU y Canadá, tienen monedas que fluctúan.
¿Y no tiene arreglo el euro?
El euro ha sido una mala idea, y sólo será una buena idea cuando ocurran dos cosas. La primera es que las políticas fiscales de todos los países del euro funcionen de manera unitaria, cosa que por ahora no ocurre: cada país tiene sus impuestos, su propia fiscalidad. Y segundo, es necesario que los europeos hablen la misma lengua, para que así haya un verdadero mercado libre de trabajo que permita a un griego encontrar un trabajo adaptado a sus capacidades en Alemania. Si en Alemania ahora mismo hay trabajo, ¿por qué no van los griegos que están en paro a trabajar allí? Porque no hablan alemán, y para muchos trabajos es imprescindible saber la lengua. La lengua es, en mi opinión, una de las grandes barreras que están lastrando al euro y la movilidad laboral, y que habría que arreglar con la adopción de una lengua común. EEUU sí tiene una política fiscal común y una lengua común, y eso permite que si en Illinois no hay trabajo y en Los Ángeles sí, la gente de Illinois se traslade allí.
Pero quizás Europa no quiera ser EEUU...
Quizás no quiera y eso está muy bien, pero en ese caso los países deberían volver a sus monedas anteriores al euro: al dracma, a la peseta, al marco, etc. Pero no lo harán, por motivos más políticos que económicos, y pagarán un alto precio.
¿Y tiene alguna predicción sobre cuándo logrará Europa quitarse definitivamente de encima la crisis y acabar el paro de los países del sur?
No, no tengo respuesta para eso. Lo que sé es que EEUU ha conseguido salir bastante bien de la crisis sin aplicar ninguna política de austeridad y gastando en programa de estimulación económica. El concepto de austeridad que Alemania está imponiendo a los países con una fuerte deuda es completamente erróneo. Alemania está aplicando unos principios que no funcionan en muchos países europeos, y que yo creo que están más guiados por motivos morales que económicos. Los alemanes quieren que los griegos, los italianos o los españoles sean como ellos, pero son distintos. De hecho, uno de los motivos por los que a Europa le está costando mucho salir de esta crisis es porque las políticas económicas europeas las dicta en gran medida Alemania. Todos sabemos que Alemania pasó en el siglo XX por varios eventos traumáticos, pero el que ha dejado una huella profunda en la psicología alemana no es su derrota en la I Guerra Mundial, ni en la II Guerra Mundial, sino la gran inflación de 1922-1923. Esa inflación fue para Alemania más traumática que las dos guerras mundiales. Y desde entonces, viven mórbidamente aterrados de la inflación.
Volviendo a la Ilustración... Con la crisis, los gobiernos europeos están reduciendo los gastos en educación e I+D ¿Así se sale de la crisis?
No. Algunos gobiernos piensan que cortar en educación e I+D puede ser la solución. Pero todas las evidencias muestran que invertir en estas áreas reporta beneficios multiplicados por cien. El problema con la investigación es que es muy vulnerable por su propia naturaleza, se realizan cien investigaciones y de esas sólo cinco funcionan y nadie tiene idea de cuáles van a ser. Es muy tramposo hablar de ciertas investigaciones como de un despilfarro del dinero público, porque la investigación funciona precisamente así. En EEUU teníamos un senador por Wisconsin que trataba de hacer carrera buscando las investigaciones más ridículas y denunciando el derroche de dinero público que suponían. Es muy difícil encontrar políticos que tengan altura intelectual, tanto en Europa como en EEUU. En EEUU, un político que sea intelectual tiene que ocultar que lo es. John Kerry, cuando se presentó a presidente, fingía que hablaba mal francés, a pesar de que lo habla perfectamente y de ser francófono, porque sabía que eso le restaba votos. Obama, a quien admiro enormemente y a quien he dado clase, habla increíblemente bien, de manera muy lógica, es un placer escucharle... Pues a los americanos les gusta alguien como Bush o Reagan, un idiota que no diga nada como Donald Trump, el último representante de esa categoría. Y en Europa también noto que no hay políticos inteligentes. Y luego, la gente inteligente no quiere entrar en política. En fin: es muy difícil encontrar a políticos que entiendan lo importante que es invertir en I+D.