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miércoles, 26 de febrero de 2025

Dossier censura franquista

 Dossier sobre censura franquista.

Los 1.786 libros condenados al ‘infierno’ por Franco, en El País, Paco Cerdà, 22 feb 2025

Una investigación descubre las novelas y ensayos del Fondo Marxista que la dictadura prohibió y encerró en el depósito de la biblioteca central militar

Bajo el nombre de Fondo de Literatura Marxista han permanecido escondidos en el infierno de la biblioteca central del Ejército español casi 2.000 libros. Allí llevaban desde el comienzo de la dictadura franquista, cuando fueron requisados por las fuerzas del bando nacional en las bibliotecas de ateneos republicanos, sindicatos, partidos políticos, bibliotecas municipales y colecciones personales. Eran libros peligrosos, inmorales. Libros opuestos al Movimiento Nacional. “Lecturas disolventes” para las almas de aquella España nueva que se soñaba grande y libre.

Muchos otros libros habían sido quemados en piras de fuego de aroma inquisitorial —un bibliocausto todavía muy desconocido— o destruidos y luego convertidos en pasta de papel ante la escasez reinante. Sin embargo, estos 1.786 ejemplares fueron puestos a buen recaudo. Primero, custodiados en el cuartel general franquista de Salamanca. Después, encerrados en armarios metálicos del Archivo de la Guerra de Liberación, en los documentos relativos a la Zona Roja. Más adelante, en la secretaría de la biblioteca central militar. Y, finalmente, ocultos en sus depósitos, con la etiqueta “Reservado” y del todo invisibles desde aquel lejano 1939. Pero ahora, al fin, gracias al ensayo Libros en el ‘infierno’ (Silex Magnum), ya se sabe qué libros componían esta colección única en España. Y había mucho más que libros de Lenin, Bakunin, Koprotkin y Marx. Mucho más que el Balance del primer Plan quinquenal de Stalin o las loas al movimiento stajanovista de la URSS.

El fondo, investigado por Inocencia Soria y Fernando Torra —que han sido directores técnicos de la biblioteca Central Militar—, constituye una elocuente radiografía de las novelas que el franquismo quiso censurar; de los diseños artísticos de una vanguardia que la dictadura quería alejar; de las ideas emancipadoras y los movimientos revolucionarios que el nuevo régimen quiso invisibilizar. Y todo empieza con la literatura de ficción: casi 300 novelas que los autores de este ensayo van recorriendo casi una a una de un modo detectivesco.

Está Manhattan Transfer de John Dos Passos y El lobo estepario de Hermann Hesse. Está el pacifismo de Los generales mueren en la cama, del canadiense Charles Yale Harrison, un alegato de cómo la guerra mata a los soldados en las sucias trincheras y deja a los generales morir en la cama. Está también la utopía socialista de El año dos mil, donde el estadounidense Edward Bellamy presenta una sociedad con igualdad salarial y jubilaciones a los 45 años. Y está El frente de guerra femenino, de Adolf Arthur Kuhnert, dedicada al sufrimiento femenino en la retaguardia y a la lucha de las mujeres alemanas contra las miserias a las que abocan las mentiras de la patria.

A veces los textos son censurados por fijarse demasiado en lo social. Es el caso del alemán Kurt Münzer, que firmó con el seudónimo de Georg Fink su exitosa novela Tengo hambre para retratar al proletariado de los barrios pobres de Berlín, o el caso de Schkid: la república de los vagabundos, de Grigori Belyj y Leonid Panteleev, que trata de los miles de niños que mendigaban en las calles rusas y delinquían para sobrevivir.

En otras ocasiones, las tramas de estos libros prohibidos suben de voltaje y se centran en el terrorismo político, como sucede con las Memorias de un terrorista, de Boris Savinkov, traducida al español por Andreu Nin, o con las negras obras del escritor ruso Roman Borisovich Gul, que narra las historias reales de Yevno Azef, un agitador, terrorista y agente doble que usó la violencia y que su autor contaría en Savinkov (los lanzadores de bombas), Azef (los lanzadores de bombas), Azef, agente provocador y El terrorista Savinkov.

Este Fondo Marxista purgado por el franquismo es un viaje por las editoriales más avanzadas y activas de los años veinte y treinta en España. Sellos como Cenit, Zeus, Tierra y Libertad, Dédalo, Fénix, Morata, Gráfica Socialista, Ediciones Europa-América o Aguilar. También muestra el elenco de intelectuales y escritores de prestigio que traducían al español las novelas más exitosas de otros idiomas, como Francisco Ayala, Cipriano Rivas Cherif, César Vallejo, Wenceslao Roces, Tatiana Enco de Valero o Márgara Villegas. Pero este infierno marxista representa, especialmente, un recorrido visual por las portadas, las maquetaciones y las tipografías de aquella época de modernidad con sus principales exponentes.

El cartelista e ilustrador Ramón Puyol Román y sus cubiertas de trazos geométricos o puramente tipográficas. Josep Renau y su discurso renovador con un fotomontaje tan deudor del constructivismo ruso. El anarquista Manuel Monleón y su estilo realista. Gabriel García Maroto, ayer modernista y hoy vanguardista. El neocubismo de Manuel Ballester. El cartelista de vanguardia Manuel Benet. John Heartfield, inventor del fotomontaje político y tan próximo al dadaísmo. Santiago Pelegrín y sus influencias surrealistas o expresionistas inspiradas en el caricaturista George Grosz. El genio comprometido del comunista polaco Mariano Rawicz y su compatriota y tipógrafo Mauricio Amster, un adelantado en el diseño gráfico. Y el ilustrador anarquista Carles Fontserè. Y Ramón Gaya, y Alberto Sánchez, y Pompeyo Audivert y muchos otros artistas.

Todos ellos aportaban su talento para alumbrar títulos condenados a este infierno como La caballería roja de Isaac Babel o España, república de trabajadores, donde el periodista soviético Iliá Ehrenburg criticaba la tibieza con que la República española estaba afrontando el cambio social en una España de siervos y curas. También aparecen en esta colección de libros requisados Los rebeldes, primera obra de Sándor Márai en español, algunas novelas sociales del escritor rumano Panait Istrati, conocido como el Gorki de los Balcanes, la literatura de combate del sindicalista italiano Giovanni Germanetto en Memorias de un barbero, o La calle sin sol: novela de una huelga en el Japón, un best seller de Sunao Tokunaga que encumbró la literatura proletaria nipona de entreguerras.

En español destacan nueve títulos de Ramón J. Sender, el autor más censurado, y otros libros como Valor y Miedo, veinte historias de Arturo Barea con la Guerra Civil de fondo, o Los de ayer, donde Rafael Vidiella narra las peripecias del anarquista Bernabéu en el barrio chino de Barcelona en 1917. También por los bajos fondos de Barcelona se mueve Un film (3000 metres), con la escritura más experimental de Caterina Albert bajo el seudónimo de Víctor Català. De calado propagandístico es el Auca del nen català, antifeixista i humà, dibujada por Josep Obiol.

El apasionante recorrido que Inocencia Soria y Fernando Torra realizan por cada volumen los conducen también a los sellos, los exlibris y las dedicatorias que llevan casi quinientos libros. Hay una valiosa primera edición de Viento del pueblo, poesía en la guerra, de Miguel Hernández, con el sello del Socorro Rojo, y otros volúmenes con marcas de pertenencia a las Juventudes Libertarias, a hogares culturales, a bibliotecas de comandancias, batallones o compañías militares, o hasta a La Dona a la Reraguarda de Girona. Resulta entreñable leer marcas y mensajes en estos volúmenes que reflejan el orgullo que el movimiento obrero sentía por sus bibliotecas. Dos ejemplos: “Cuida el libro con el mismo cariño que el SRI te lo entrega”; “Los libros son fuente de saber. El Sindicato Nacional Ferroviario espera de tu cultura, trates bien este que pone en tus manos”.

Hay muchos libros dedicados a mano para personajes como Fernando de los Ríos, Margarita Nelken, Ramón J. Sender o Julián Zugazagoitia, lo cual permite rastrear el origen concreto del volumen. Dos ejemplos más: con la frase “A Don Francisco Largo Caballero, jefe admirable y esperanza del pueblo español en estas horas de heroica angustia, su amigo Pablo Suero” le dedica su obra España levanta el puño. O Emili Granier-Barrera, traductor de la primera edición catalana del Manifest del Partit Comunista, dedica el volumen al filósofo y pedagogo “Joaquim Xirau, exegeta subtil de Marx a Catalunya, amb la millor devoció amical”.

Aparte del castellano, en este Fondo de Literatura Marxista hay libros en francés (447), catalán (106), ruso (78), alemán (47), inglés (39), italiano (15) y un ejemplar en checo, en portugués, en danés y en árabe. Lo del libro árabe tiene su gracia. Los delirios censores del primer franquismo llevaron a condenar ese volumen en árabe titulado Propaganda roja, cuando en realidad documentaba la actuación de las tropas británicas en Palestina y Jerusalén en 1938. Era un rojo inofensivo, pero fue condenado a las llamas secas de este infierno militar.

Todas aquellas páginas vetadas habían estado, poco antes, al alcance de obreros y campesinos. Sin embargo, subrayan los autores, “el franquismo asumió con fervor el discurso de la jerarquía eclesiástica ultramontana y del conservadurismo más reaccionario sobre los libros y la cultura” y los apartó de las masas por el peligro que siempre entraña leer. Ya sea a Dostoievski, a John Reed o a Victor Serge. Ya sea Un patriota 100 por 100 del americano Upton Sinclair o La bolchevique enamorada de la soviética Alexandra Kollontai. Más de ochenta y cinco años durmieron secuestrados por el polvo y las tapas cerradas. Ahora, tras una temporada en el infierno, han vuelto a renacer.

II

Manual de la represión franquista para la destrucción de una cultura, en El País, Jordi Amat, 27 ene 2024:

Nueva documentación descubre cuál fue la actuación sistemática de la represión de la dictadura contra escritores y periodistas con argumentos políticos y morales y desmiente tópicos revisionistas

Si se tenía que llamar de nuevo a las puertas de la autoridad, se enviaba otra carta más. Desde finales de la década de los cuarenta, desde que Álvaro Retana recuperó la libertad, sus intentos fracasados con la censura de la dictadura franquista se contaban por decenas. En sus peticiones para poder editar había usado toda clase de descaradas estrategias y apenas habían servido de nada. Que si el autor del original era su hijo, que si el mismo texto ya se había publicado durante la dictadura de Primo de Rivera, que si no había nada de inmoral porque en el fondo buscaba la redención del lector mostrando el vicio, que si moralina, que si Franco, que la falsa y reiterada amenaza que le publicarían en América Latina. Y no, no autorizaban, pero él persistía.

Por entonces su popularidad ya solo era un sueño de hacía medio siglo, pero los recortes de prensa que guardaba de esa época dorada y los elogios de una crítica caducada seguían siendo el motor de una triste esperanza. En su día se había sentido como la primera celebrity gay de la cultura española, como un heredero de Oscar Wilde (así lo afirmaba él mismo). Mientras trabajaba como funcionario en el Tribunal de Cuentas, antes que lo depurasen durante la Segunda República, llegó a ganar 60.000 pesetas al año gracias a los más de cien libros que publicó. Nunca fue una cuestión de calidad, sino de popularidad: la fascinación por la variante turbia del sensacionalismo galante. Escribía novelas de quiosco que, entre el folletín y el morbo, exploraban territorios de moral y sexualidad heterodoxa. Hay sociedades que lo toleran y otras que lo reprimen.

La marginación de Retana en el franquismo, la que acaba de documentar José Martínez Rubio, es un espejo grotesco donde se refleja una perversidad mucho más peligrosa que la de los libros que la censura no le dejó publicar. Es el mundo que retrató Martínez de Pisón en la excelente Castillos de fuego. La homosexualidad estaba prohibida en la calle por ley y en el papel por una censura de moralización pervertida.

Todavía a finales de 1964, con 75 años, estaba desesperado. Volvió a escribir al Director General de Información. ¿Cómo podían prohibirle por tercera vez la obra La virtud de cristal si era una adaptación de Shakespeare? Y, como en otras ocasiones, hizo un informe sobre argumentos inmorales de obras que había visto representadas y que la censura sí había autorizado: “incesto de una madre y un hijo”, “otro incesto de dos hermanos”, “protagonista invertido”, “hermana, hermano y madre, enamorados de un profesor”, “adulterio, inversión sexual, etc” (La gata sobre el tejado de zinc), “prostitutas”, “amores y extravíos sexuales de una toxicómana, un tuberculoso y otro personaje igualmente tarado” (esta última era Largo viaje hacia la noche). En este caso logró lo que pretendía y doce años después del primer intento, lo consiguió.

Pero, a pesar de la revitalización del género del cuplé, que le permitió publicar de nuevo en prensa (con pseudónimo, claro), él ya estaba hundido. En su testamento diseñó la escenografía de su funeral. “Mi cadáver con el rostro cubierto por un pañuelo y envuelto el cuerpo en una sábana pues entre ellas pasé las mejores horas de mi vida”. Pero lo mejor sería el cartel que acompañaría al féretro: “A mis pies se colocará una cinta con los colores de la bandera española y un cartelito que diga: MIERDA PARA LOS QUE QUEDAN”.

Dura represión

“Debemos condenar y condenamos al procesado ÁLVARO RETANA Y RAMÍREZ DE ARELLANO, como autor de un delito de ADHESIÓN A LA REBELIÓN, con las circunstancias agravantes de perversidad y trascendencia de los hechos realizados, a la PENA DE MUERTE”. Así consta en la sentencia del procedimiento sumarísimo contra Retana dictada el 17 de agosto de 1939. El comodín de la rebelión, la obsesión enfermiza con la perversidad.

Había sido detenido cuatro meses antes por indicación del Marqués de Portago. Cárceles de Yeserías, Porlier, Conde Toreno, el Fuerte de San Cristóbal en Pamplona. El Consejo de Guerra que lo condenó, presidido por Pablo Alfaro Alfaro, no desaprovecho la oportunidad de señalar que se trataba de un “antiguo escritor pornógrafo”. La principal prueba en su contra había sido una carta que envió al jefe del SIM de Madrid durante la guerra civil. Se ofrecía para conservar en su casa material religioso incautado, por ejemplo una custodia que redecoraría con el retrato de una cupletista y tres rosas con los colores de la bandera republicana. Esa carta, en la que describía un sacrilegio entre infantil y mitómano, lo condenó. Pero dos meses después de haber sido sentenciado, la pena le fue conmutada: 30 años de reclusión. Finalmente el 18 de mayo de 1948, cuando ya estaba en libertad condicional, fue indultado. Empezó su lucha con la censura.

El franquismo contra Álvaro Retana tiene como base documental los 72 expedientes de censura que se conservan en el Archivo General de la Administración de Alcalá de Henares. La información sobre la peripecia penal la ha obtenido estudiando expedientes conservados en el Archivo General e Histórico de Defensa. Documentación de este segundo archivo es la base de Las armas contra las letras de Juan A. Ríos Carratalá, que el 20 de febrero acudirá la vista previa por la demanda interpuesta contra él y otras personas por el hijo de Antonio Luis Baena Tocón, secretario judicial del Juzgado Especial de Prensa que instruyó el procedimiento contra el poeta Miguel Hernández: una amenaza preocupante a la investigación rigurosa sobre la España contemporánea.

El historiador en el archivo. Años pidiendo expedientes que se están catalogando desde hace más de dos décadas, horas y horas leyendo diligencias, providencias, indagatorias, testimonios, autos, actas, sentencias o actuaciones judiciales. Datos, procesos, reconstruir lo ocurrido. No ganar una batalla perdida. Explicar qué ocurrió. Es un trabajo que recupera los nombres de víctimas y victimarios. No es un legajo excepcional que aparece en el Rastro. Datos y un patrón. La mecánica de la máquina. Sistematizando este material de archivo, Carratalá ha compuesto un estudio durísimo sobre derrotados que también perdieron en las historias de la cultura. Entre la burocracia represiva emergen decenas de periodistas perdidos y escritores olvidados, plumillas o dibujantes que no tuvieron la oportunidad de exiliarse o que decidieron quedarse en España porque no tenían las manos manchadas de sangre. Pero la máquina represiva, metódica, les destrozó su vida profesional. Y algunos condenados a muerte fueron rápidamente ejecutados, después de procesos judiciales sin garantías de ningún tipo.

Aspectos de la máquina de destrucción cultural del franquismo ya han sido bien estudiados. Josep Benet fue pionero en la descripción del caso catalán al mostrar la meticulosidad del desmantelamiento integral de todo un sistema cultural . El clásico de Manuel Abellán Censura y creación literaria en España es de 1980. Para la depuración académica sigue siendo referencia El atroz desmoche de Jaume Claret. Pero no existía una monografía sobre la represión pura ejercida sobre escritores y periodistas. La mina del horror era y es ese Archivo General e Histórico de Defensa. Carratalá evidencia ahora cómo el franquismo fue implacable a la hora de usar los consejos de guerra como estrategia para acabar con la libertad de expresión y así, sobre el temor y la muerte, afianzar la dictadura.

Tres casos

Los vecinos del número 30 de la calle Ríos Rosas demostraron un coraje cívico poco frecuente en la inmediata postguerra. Ellos también ser destacados porque fueron justos a pesar del terror. Avalaron al vecino del segundo izquierda en un escrito colectivo que ratificaron en el juzgado. “En varias ocasiones impidió que en esta casa hubiese que lamentar el menor desmán o abuso, ni sufriéramos los firmantes la más mínima molestia, a pesar de conocer nuestro ideario derechista y de saber que, con regularidad, se venían celebrando actos y reuniones religiosas en uno o varios cuartos del inmueble”. Pero al Juzgado Militar de Prensa le interesaron poco estos testimonios porque el secretario instructor adscrito buscaba pruebas para inculpar en hemerotecas y archivos incautados. No tardó en encontrarlas para procesar al caricaturista José Robledano Torres.

Las actas de la Asociación Profesional de Periodistas, por ejemplo. El 18 de octubre de 1936 se reunieron y, ante la amenaza del avance de las tropas insurrectas en dirección a Madrid, se nombraron comisarios de guerra: uno de ellos era Robledano. Y Chaves Nogales, que estaba allí, sería uno de los dos reunidos que se encargarían de organizar la aportación de aquel comité de guerra al Ejército Popular. Pero es que Robledano, “de antiguas y exaltadas ideas marxistas”, había publicado 21 dibujos en Claridad, “órgano de prensa de Largo Caballero”. El testimonio de un alférez durante la instrucción era contundente: “su labor no puede menos de calificarse como la más violente y soez que se ha hecho en un diario de España”. Pena de muerte conmutada gracias a la actuación de su mujer, que se encargó de sacar de la cárcel los dibujos que pintó su marido.

Nadie se preocupó por la suerte de Javier Bueno. Su acelerado periplo judicial es la “crónica de un fusilamiento anunciado”. A los cuatro días del fin de la guerra, fue extraído de la delegación diplomática donde estaba refugiado. Ojo con este detalle. Es una violación del espacio de las embajadas que, contra lo dicho por el relato revisionista, no se produjo durante el período republicano, pero sí se normalizó en 1939. Luego apaleado. Luego lo llevaron a la prisión de Porlier. Como se le consideraba en parte autor intelectual de la Revolución de Asturias, en su caso no faltaron los informes del delegado falangista en Gijón o del comisario de Oviedo. “En toda su actuación periodística ha demostrado ser uno de los mayores enemigos de España y de los más incondicionales al servicio de Moscú”. Fue condenado a muerte por adhesión a la rebelión. Fue fusilado el 27 de septiembre de 1939. Su causa fue incautada y su familia tuvo que trasladarse a un garaje. Por aquellos días su mujer seguía encarcelada por haber contraído matrimonio civil con el director de Avance.

Aunque sufrió una tragedia, el poeta Germán Bleiberg, detenido por una delación, sobrevivió. Su delito era haber recogido firmas, a los dieciséis años y durante su veraneo en Aranjuez, contra el golpista general Sanjurjo. Fue detenido en mayo de 1939, un mes después del suicido de su padre. En la cárcel colaboró en actividades de reducción de penas, como otros poetas que escribieron versos ensalzando a Franco y pueden leerse en el volumen Musa redimida. Y en su caso, más allá de cómo despotricó contra él la portera de la finca donde vivía, seguro que ayudó el aval del príncipe del fascismo lírico Dionisio Ridruejo. El documento se conserva en el expediente de Bleiberg. “Certifico que conociendo dicha persona mi ideología y filiación falangista no rehuyó mi compañía en ningún caso, ni cometió acto alguno que revelase una intención de desagrado para lo que pudiéramos llamar la posición nacional”. Salió de la cárcel de Alcalá de Henares en 1943 y no tardó en marcharse de España.

Son solo tres casos, pero la suma de Las armas contra las letras evidencia que no hubo piedad para los derrotados. La guerra continuaba. No hacía falta que hubiesen cometido delitos de sangre. La legislación de la victoria también tuvo como propósito la destrucción física de una cultura.

El último cuplé

El primer libro que Álvaro Retana intentó que le autorizasen después de haber sido indultado fue La Fornarina y su tiempo. El tema era la vida teatral de principios de siglo, centrada en géneros de revista. La protagonista era uno de los fetiches del autor, la cupletista Consuelo Vello Cano. En la inmediata postguerra ese género popular, del que él mismo había sido letrista, tampoco gozaba de prestigio alguno. En una conferencia sobre la educación de la mujer, Pilar Primo de Rivera dijo ellas debían aprender a cantar romances, canciones regionales o cantos gregorianos y así ellas “desechen de sus casas los horribles cuplés de moda”. Retana lo intentó en 1948, 1949, 1955, 1960. No eran un problema los amores de Fornarina con un famoso periodista. Era la atmosfera. “El libro arrastra barro, pero un barro de homosexualismo y de invertidos que da miedo. NO DEBE PUBLICARSE”.

Esa era la idea que la máquina de destrucción cultural del franquismo tenía sobre Retana. No importaba lo que argumentaba en las cartas que mandaba en las autoridades, cuando redactaba recursos o incluso introducía diálogos en rescrituras ensalzando a Franco o incluso a la censura. Nada. “Me parece imposible poner en circulación una novela cuyos protagonistas son hetairas, invertidos y viciosos, como esta que nos ocupa, por lo cual propongo que NO SE AUTORICE”. Más. “¿Qué hay en la producción de Retana, y concretamente en esta obra, que vaya más allá de la repetición temosa de un lamentable desfile de tristes chulos desvalidos y prostitutas jubiladas, que en sus grotescos desvaríos se tratan de marqueses y de embajadores para engañar la pobretería que les aflige?”.

Otro recurso y otra carta y otra petición. Y más indignación. A otros, a pesar de su pasado (Pérez de Ayala, Jardiel Poncela, Carrere) o a pesar de la moral de sus novelas (vaya con la última de Zunzunegui), sí les dejaban publicar. Su suerte profesional, más que la literaria, solo cambió en parte tras el estreno de El último cuplé (1957) protagonizada por Sara Montiel. Aquel género musical, cuyo ambiente era su auténtico mundo, volvió a popularizarse gracias a la película y aquel hombre desahuciado por la historia empezó a vivir de los royalties de viejas canciones con su letra. Esa era su principal fuente de ingresos cuando murió en 1970. Con el pseudónimo “Carlos Fortuny” colaboraba en ABC como erudito de la cultura del cuplé e intentó que, ahora sí, se autorizasen algunos de sus libros de historia.

El 8 de septiembre de 1958 entregó a censura la antología comentada Medio siglo de cuplés firmada por “Carlos Fortuny”. Con supresiones parecía que sí iba a autorizarse. Dos informes así lo señalaban, pero en uno de los dos otro funcionario añadió un comentario con un lápiz rojo: “Todo esto es mugre”. Pidió que se hiciese la consulta con el jefe de sección. Conclusión: denegado.

El franquismo contra Álvaro Retana. Escdritos inéditos, José Martínez Rubio Renacimiento, 2024 404 páginas. 23,66 euros

José Martínez Rubio

El franquismo contra Álvaro Retana

Álvaro Retana, escritor galante y celebridad gay de principios de siglo XX, se convirtió en el emblema de una nueva modernidad literaria, tan provocadora como popular y tan liberadora como problemática. Fue un escritor audaz, rebelde, escandaloso, con una mirada en la que la homosexualidad, o la bisexualidad aparecían en un tono hedonista y celebratorio, alejado de condenas morales o análisis psicopatológicos. Ya en el franquismo, Álvaro Retana desapareció de un sistema literario controlado manu militari por la dictadura y fue lentamente olvidado por un público que no pudo escapar a la modulación cultural producida de manera sistemática por las instituciones del régimen, con su pacatería y su crueldad, con su mediocridad y su sectarismo. Este libro recupera la figura literaria de Álvaro Retana en los años más oscuros de su vida. Retana llegó a publicar 16 obras entre 1939 y 1970, año de su muerte. Sin embargo, el escritor entregó a la censura hasta 55 títulos distintos, la mayoría de los cuales no ha visto la luz todavía. Este trabajo analiza e interpreta el afán de un escritor por sobrevivir a la dictadura, a través de los 72 expedientes de censura en los que quedaron atrapados la mayor parte de sus escritos. Este libro supone un intento por completar la visión de un escritor oscurecido e invisibilizado por el franquismo.

Las armas contra las letras. Los consejos de guerra de periodistas y escritores (1939-1945), Juan A. Ríos Carratalá, Renacimiento, 2024, 416 páginas. 26,51 euros

Juan Antonio Ríos Carratalá

Las armas contra las letras

La Guerra Civil no terminó en 1939. El victorioso Ejército franquista protagonizó una represión que se cebó en colectivos como los periodistas, los escritores y los dibujantes republicanos. El ensayo analiza un conjunto representativo de los consejos de guerra seguidos contra quienes hicieron uso de la libertad de expresión y fueron condenados por el supuesto delito de rebelión militar. Los correspondientes sumarios muestran la voluntad de aniquilar al enemigo o buscar su muerte civil, así como el espanto de una farsa jurídica caracterizada por el cinismo y la mediocridad de unos vencedores ajenos a cualquier intento de reconciliación. La Ley de Memoria Democrática, del 20 de octubre de 2022, declaró estos consejos de guerra «ilegales e ilegítimos» y sus sentencias «ilegales y radicalmente nulas» (arts. 4 y 5). El ensayo ejemplifica las razones de esta calificación legal y evidencia que la relación entre las armas y las letras de aquella España no debe circunscribirse al período 1936-1939, pues la Victoria fue una nueva y cruel etapa de la guerra donde las armas franquistas buscaron la erradicación de las letras republicanas. «Los periodistas, junto con los políticos y los policías, fueron las 3 P de la más feroz represión franquista». Cristina Martínez, Información

miércoles, 28 de junio de 2023

La demostrada ilegitimidad de los reyes de España desde fines del siglo XVIII

I

De Quora:

El 2 de Enero de 1819 fallecía la que fue Reina de España hasta 1.808, María Luisa de Parma, exiliada en Roma. Momentos antes de su muerte llamó a su confesor, Fray Juan de Almaraz, para confesarse y recibir la extrema unción. En esta última confesión, María Luisa, le hacía partícipe de algo inaudito: "Ninguno de mis hijos es de legítimo matrimonio". También le instó a que redactara un documento con esa declaración para que se hiciera público una vez que el confesor hubiera muerto.

Días más tarde, el clérigo redactó un documento que dejó guardado:

"Como confesor que he sido de la reina madre de España (q.e.p.d.) Doña María Luisa de Borbón. Juro imberbum sacerdotis como en su última confesión que hizo el 2 de enero de 1819 dijo que ninguno, ninguno de sus hijos e hijas, ninguno era del legítimo matrimonio; y así que la dinastía Borbón de España era concluida, lo que declaraba por cierto para descanso de su alma, y que el Señor la perdonase.

Lo que manifiesto por tanto amor que tengo a mi rey el señor don Fernando VII. Por quién tanto he padecido con su difunta madre. Si muero sin confesión, se le entregará a mi confesor cerrado como está, para descanso de mi alma.

Por todo lo dicho pongo de testigo a mi Redentor Jesús para que me perdone mi omisión".

La reina había dispuesto en su testamento una asignación de cuatro mil duros a Almaraz en compensación por todos los sacrificios realizados a lo largo de tantos años de exilio. El rey Fernando se negó a dársela. El clérigo se encontraba en una situación de pobreza extrema. Durante siete años estuvo reclamando la asignación pero nunca obtuvo respuesta. En 1826, agotada su paciencia, escribió al monarca para que cumpliese con la promesa. Tampoco recibió respuesta y fue entonces cuando pasó de las súplicas a las amenazas. Volvió a escribir al rey para advertirle lo que su madre le había revelado bajo secreto de confesión, algo que Fernando sospechaba y que a partir de ese momento confirmó. Así que pensó que debía callar para siempre al confesor. Tampoco estaba dispuesto a que el secreto pudiera trascender a la opinión pública si el confesor era entregado a los tribunales ordinarios. Por todo ello escribió al papa sin lograr nada.

Retrato de Fernando VII

Alguien aconsejó al rey traer a Almaraz a España por la fuerza. Mandó una expedición a bordo de la fragata Manzanares, que permaneció anclada en el puerto de Civitavecchia. El clérigo fue secuestrado por miembros de esa expedición acompañados por otros miembros de la santa sede en su casa de vía Condotti. Le fueron requisados todos sus bienes y todos los documentos hallados fueron entregados al rey en persona. Lo recluyeron en la bodega del buque y zarparon hacia el puerto de Barcelona, por haber tenido noticias de que el rey se encontraba allí. Fernando VII, al conocer el éxito de la operación, ordenó que lo condujeran de inmediato al castillo de Peñíscola. El jefe de la expedición, José Pérez Navarro, portaba una Real Orden para incomunicar al reo de por vida, exigiendo además que no debía figurar en ningún registro de la fortaleza.

Allí, en Peñíscola, fue encerrado Almaraz en la más oscura de las mazmorras, sin juicio, ni condena en firme, simplemente por petición del Rey y sin motivo conocido por las tropas que lo custodiaban. El fraile pasó 15 largos años en una mazmorra sin apenas luz, pisando con los pies descalzos una sustancia líquida formada por la mezcla de agua de mar, filtraciones, orines, heces y todo tipo de suciedad acumulada. Esta estancia dejó mella en la salud del monje que contrajo infinidad de enfermedades.

A la muerte del rey Fernando VII, el gobierno de la reina regente María Cristina, concedió una amnistía para toda clase de delitos políticos. María Cristina, es informada de la situación del reo y le concede el indulto real. Almaraz, murió a los pocos meses de quedar liberado, probablemente de tuberculosis, en noviembre de 1837. Tenía setenta años.

Este es el hecho más oscuro que conozco: privar a una persona de su libertad y contacto con el exterior por decisión de un poder absoluto, sin juicio. En cuanto a la genialidad se refiere a que es la descendencia de Maria Luisa la que sume a España en una serie de guerras civiles, las Guerras Carlistas, que además de enfrentar a los españoles incrementó la ruina del país.

Fuentes:

Esta historia fue desvelada por el periodista José María Zavala en su libro El secreto del Rey. En el archivo del Ministerio de Justicia se encontró con una carta escrita del confesor de María Luisa de Parma, fray Juan de Almaraz.

II

Mari Pau Domínguez, "María Luisa de Parma: la reina que pudo acabar con los Borbones", en ABC, 01/09/2018

Nieta del libertino rey Luis XV, recibió una educación moral en exceso permisiva fruto del cruce explosivo de las cortes de Italia y Francia. Antes de morir afirmó a su confesor que ninguno de sus hijos era de Carlos IV

María Luisa de Parma parecía predestinada al escándalo por cuna. Nieta del libertino rey francés Luis XV , madre de Fernando VII y abuela de Isabel II , recibió una educación moral en exceso permisiva fruto del cruce explosivo de las cortes de Parma (Italia) y Versalles (Francia).

Bastó que pusiera un pie en Madrid para que su suegro, el rey gobernante, Carlos III , desconfiara de ella al comprobar que no se cortaba en sus coqueteos con jóvenes nobles como el conde de Lancaster o el de Teba , entre otros muchos. Las veladas literarias que los entonces príncipes de Asturias organizaban en sus aposentos, más que por amor al arte, parecían convocarse para deleite, sin recato, de pasiones inconfesables de María Luisa. Hay quien dice que su esposo no se enteraba; otros, en cambio, aseguran que se limitaba a consentir, dado su carácter indolente y su falta de impulso en todo…

Años más tarde, el poeta romántico José de Espronceda la tildaría de «impura prostituta», mientras que el canónigo de Zaragoza y tutor del heredero, el futuro rey Fernando VII , la definió así: «María Luisa reunía una constitución ardiente y voluptuosa. A sus brillantes calidades exteriores juntaba un corazón naturalmente vicioso, incapaz de un verdadero cariño, un egoísmo extremado, una astucia refinada, una hipocresía y un disimulo increíbles, dominado por sus pasiones».

Su desenfreno sexual tuvo consecuencias. Llegó a sufrir casi tantos abortos como hijos tuvo. El elevado número de embarazos le pasó factura y padeció terribles problemas bucales que le hicieron perder los dientes. En una ocasión, durante su exilio en Francia invitados por Napoleón , después de que Josefina halagara su dentadura se la quitó y la puso sobre la mesa, orgullosa de que fuera postiza, lo que escandalizó a la esposa del emperador francés.

El amante Godoy

Poco antes de acceder al trono, tras más de veinte años siendo princesa, María Luisa conoció a un apuesto joven guardia de Corps de su escolta, un rubio extremeño de 21 años que cambiaría su vida. A él se le atribuye la paternidad de los últimos cuatro hijos de los reyes, porque fue en la cama donde se fraguaron sus fulgurantes éxitos profesionales. De mero capricho de la reina pasó a ser su consejero privado, después Caballero de la Orden de Santiago , Gran Cruz de Carlos III, duque con Grandeza de España, primer ministro y hasta recibió nada menos que el Toisón de Oro. Para él se creó el título de príncipe de la Paz. Acabó haciéndose con el control de la corte.

Formaban un trío que parecía indivisible. María Luisa se convirtió en reina coincidiendo prácticamente con la Revolución Francesa (1789), por lo que sorprendía su poca cabeza y que no le importara el daño que su promiscuo comportamiento estaba causando a la monarquía en España.

El embajador francés no se quedaba corto en sus consideraciones sobre la reina, de quien hablaba del «desorden de su vida desde hace treinta años. A los cincuenta años tiene unas pretensiones de coquetería que apenas serían perdonables en una mujer joven y bonita». Trazaba un perfil de pérfida y dominadora. «Ella es quien reina. Sacrificando siempre los intereses de la Monarquía a sus gustos y antojos más escandalosos, envilece y hace odioso el reinado de Carlos IV ».

A ella le daba igual. Se encaprichó con otro guardia de Corps, el criollo Manuel Mallo , con el que afirmaba acostarse a diario. En la corte se extendió la idea de que ambos disfrutaban con ciertas prácticas sadomasoquistas al encerrarse durante horas en las que se escuchaban gritos de éxtasis mezclados con ruidos de golpes y bofetadas.

¿Todos bastardos?

A punto de terminar el año 1818, enferma de pulmonía, vio cercana su muerte, que aconteció el 2 de enero del nuevo año, en Roma. Su fiel Godoy permaneció a su lado hasta el momento final. Tenía 67 años y se sentía sola, «vieja y estropeada, mis nervios me atormentan».

Pero en su lecho de muerte había ocurrido algo trascendente. María Luisa le soltó a su confesor una bomba que, de ser verdad, podría haber arrasado la monarquía borbónica venidera: «Ninguno de mis hijos lo es de Carlos IV, por lo que la dinastía Borbón se ha extinguido en España». Al parecer necesitó desahogarse para alcanzar el perdón del Señor y, así, su alma descansara en paz. El documento escrito de la confesión existe. Que sea verdad o no…, eso nunca lo sabremos.

Datos de interés

María Luisa de Borbón-Parma y Borbón (Parma, Italia, 9-XII-1751 / Roma, 2-I-1819). Esposa de Carlos IV; Princesa de Asturias, 1765-1788; Reina consorte, 1788-1808.

lunes, 1 de marzo de 2021

Cómo reformar la democracia al estilo europeo (para cagalera de los políticos españoles)

Bernardo Gutiérrez "Ciudadanos elegidos al azar para reformar constituciones", Revista Contexto, 18 de julio de 2018:

La ‘Citizens Assembly’ es la responsable del referéndum que legalizó el aborto en Irlanda y de la nueva carta magna. Ante la crisis de la democracia representativa, los mecanismos de la ‘random democracy’ se abren paso .

El referéndum que legalizó el aborto en Irlanda no fue consecuencia de la actividad parlamentaria. Los partidos políticos tampoco tuvieron nada que ver. Más bien todo lo contrario: los bloques políticos fueron incapaces durante años de afrontar la legalización del aborto, que requería de una reforma constitucional. Los artífices del histórico proceso han sido los 99 ciudadanos elegidos al azar que conforman la Citizens’ Assembly. Y fue precisamente la incapacidad para entenderse entre los bloques políticos del Parlamento lo que llevó al Gobierno, configurado por los liberales del Fine Gael y los laboristas, a poner en marcha los mecanismos de la democracia por sorteo.

Los 99 ciudadanos fueron seleccionados por una empresa especializada en demoscopia, Red C, que recibió del Gobierno el encargo de encontrar una muestra representativa de la sociedad irlandesa. Y, tras aplicar los criterios de representatividad –género, edad, localización y clase social–, Red C conformó un dream team de ciudadanos de a pie con el cometido de realizar, ni más ni menos, la octava enmienda a la Constitución de Irlanda que regula el aborto. Tras una serie de encuentros presenciales, en los que las 99 personas de la Citizens’ Assembly deliberaron pros y contras del cambio constitucional, se llegó a un consenso: agregar una nueva subsección al Artículo 40 de la Constitución de Irlanda, el Artículo 40.3.3.

99 PERSONAS CORRIENTES CON LA MISIÓN DE REFORMAR UNA CONSTITUCIÓN, UNA SITUACIÓN QUE EVOCABA, EN CIERTO MODO, EL LEMA DE “SOMOS EL 99%” 

Y el resto es historia. Un referéndum con un resultado contundente: un 66.9% votó a favor de la enmienda que legalizó el aborto. En realidad, la Citizens’ Assembly de Irlanda tiene un antecedente: la Convención Constitucional. Creada el 1 de diciembre de 2012 para proponer cambios en la Constitución de Irlanda, la Convención Constitucional estaba compuesta por 100 miembros: 29 parlamentarios, 4 representantes de partidos políticos de Irlanda del Norte y 66 ciudadanos elegidos por sorteo. A pesar de que no existía un mecanismo vinculante entre la convención y el Gobierno, el plan discurrió mejor de lo pensado. Los encuentros deliberativos entre la ciudadanía resultaban más productivos y eficaces que las sesiones en el Parlamento, en las que nunca se conseguía avanzar en los temas más polémicos. Ciudadanos y ciudadanas que apenas cobraban las dietas correspondientes a los días de los encuentros llegaban a más acuerdos que los políticos profesionales. Y entonces, se produjo la primera sorpresa: el Gobierno aceptó la propuesta de la Convención Constitucional de convocar referéndum sobre el matrimonio gay. El amplio consenso que se dio en la Convención llevó al Gobierno irlandés a pensar que la sociedad no tenía tantos tabús como el Parlamento. El resultado del referéndum sobre el matrimonio gay asombró a todo el mundo: un 62% votó a favor. Y abrió el camino para una Citizens’ Assembly sin representantes de fuerzas políticas, compuesta exclusivamente por ciudadanos elegidos al azar. 99 personas corrientes con la misión de reformar una constitución, una situación que evocaba, en cierto modo, el lema de “Somos el 99%” de Occupy Wall Street. 

¿Qué se puede aprender del caso irlandés?

Tras el terremoto del Brexit, el escritor belga David Van Reybrouck publicó un texto que se hizo viral: Por qué las elecciones son malas para la democracia. En su artículo, David reivindicaba el sorteo como un mecanismo clave para la salud democrática del nuevo milenio: “La democracia florece al permitir que se escuche una diversidad de voces. Se trata de tener la misma voz, un derecho igual para determinar qué acción política se toma. Para mantener viva la democracia tendremos que aprender que la democracia no se puede reducir únicamente a votar”. Aparte de citar el caso irlandés, David hacía un repaso a experiencias basadas en el sorteo en países como Holanda, Bélgica, Australia o Estados Unidos. Y colocaba sobre la mesa el peso histórico del sorteo, un sistema tan viejo como la democracia, empleado en la antigua Atenas o en ciudades-estado como Florencia. Los jurados populares estadounidenses, sin ir más lejos, son supervivientes de la democracia por sorteo.

Ante la crisis de la democracia representativa, la random democracy vuelve a estar de moda. Cuando Bélgica estuvo bloqueada políticamente, sin gobierno, la ciudadanía acudió al rescate fundando el G1000, una cumbre ciudadana para dirigir propuestas políticas al Parlamento. Cuando los bloques ideológicos de Irlanda entraron en cortocircuito con los asuntos tabú para la moral católica, la ciudadanía se puso de acuerdo para legalizar el matrimonio gay y el aborto. En la Columbia Británica de Canadá, una Asamblea Ciudadana reformó la ley electoral. En Australia, ante la polarización de las fuerzas políticas ante los residuos nucleares, se creó el Jurado Ciudadano sobre Residuos Nucleares. Islandia realizó en 2010 una reforma constitucional profunda con una muestra compuesta de 950 personas seleccionadas de manera aleatoria empleando un sistema de cuotas.

¿Y en España? El G1000 de Madrid, la cumbre ciudadana organizada por el Ayuntamiento de Madrid en 2017, fue la primera acción con respaldo político en esta dirección. El Observatorio de la Ciudad de Madrid, cuyo funcionamiento todavía tiene que ser aprobado por el pleno del Ayuntamiento, está anclado también en el paradigma de la democracia por sorteo. El Observatorio estará formado por vecinos y vecinas elegidos por sorteo, en una muestra representativa de la población. Y tendrá cierto peso, en colaboración con expertos, en las políticas públicas de la ciudad.

LOS CASOS DE ÉXITO COMBINAN LOS MECANISMOS DEL SORTEO Y LA DEMOCRACIA DELIBERATIVA TEJIDA EN ENCUENTROS PRESENCIALES

La mayoría de los casos de éxito combinan los mecanismos del sorteo y la democracia deliberativa tejida en encuentros presenciales. Birgitta Jónsdóttir, una de las fundadoras del Partido Pirata de Islandia que empujó la reforma constitucional, destaca la importancia de los encuentros presenciales: “Cuando estás en el mismo espacio con personas, ocurre algo completamente diferente. Hay que dar voz a la gente y empoderar”. ¿Los encuentros políticos presenciales usando el sorteo ayudarán a romper las burbujas en las que se han convertido las redes sociales y las endogamias ideológicas?

En un país como España, en el que nunca se ha convocado al pueblo a un verdadero proceso constituyente, la Citizens’ Assembly de la católica Irlanda muestra un posible camino. Si los bloques políticos están enfrentados tras la crisis catalana, el sorteo y la democracia deliberativa podrían romper tabúes. Si la clase política no se pone de acuerdo para reformar la constitución de 1978, la ciudadanía podría encontrar consensos. Si un proceso constituyente es, a día de hoy, una utopía distante, una asamblea ciudadana elegida por sorteo sí podría ser efectiva para aterrizar la Carta Magna española en el nuevo milenio.

AUTOR:

Bernardo Gutiérrez es periodista, escritor e investigador. Ha cubierto América Latina como corresponsal durante más de una década. Es el autor de los libros Calle Amazonas (Altaïr), #24H (Dpr-Barcelona) y Pasado Mañana. Viaje a la España del cambio (Arpa Editores).

sábado, 9 de enero de 2021

Carta del rey Juan Carlos I al Sha en 1977 pidiéndole siete millones de dólares para el partido de Suárez

 La carta de Juan Carlos I al Sha de Persia el 22 de junio de 1977

Cándido Marquesán Millán

En Nueva Tribuna, 6 de enero de 2021:

Soy cada vez más consciente de las inmensas lagunas que tenemos los españoles sobre determinados comportamientos del Rey Emérito desde que accedió a la Jefatura del Estado, tras la muerte de Franco. De esos desconocimientos son responsables la política, la academia y los medios de comunicación.

Como señala el periodista Fernando Ramos en su artículo Los escándalos de la Corona española en la prensa digital y el futuro de la Monarquía. De la amnesia y silencio cómplice al tratamiento exhaustivo en los medios de 2012. Durante la transición política primero, y más tarde, a lo largo de su reinado, los medios de comunicación españoles, salvo contadas excepciones, se han autoadministrado sucesivamente una dosis de amnesia y otra de tolerancia o ignorancia o tratamiento benévolo de aquellos aspectos que afectaban al Rey, su casa y su familia, de modo que ese “pacto tácito” tuvo una vigencia inesperada. No pocas veces, tras aparecer determinadas informaciones en la prensa extranjera, los medios españoles se daban por enterados de asuntos relativos a nuestro jefe de Estado de los que daban cuenta con detalle periódicos de otros países de Europa y de los Estados Unidos.

La falta de debate que la sociedad española echa de menos sobre el dilema monarquía o república, se evidencia en la medida que los menores de 40 o 50 años se manifiestan despegados de una institución sobre la que sus padres no pudieron opinar. Pero lo que resulta especialmente perverso intelectualmente, es que se pretenda argüir que existió un verdadero debate acerca de la Constitución de 1978 en su aspecto esencial: la forma de Jefatura del Estado. En este sentido, conviene recordar que el instrumento que imposibilitó en su día ese necesario debate –que sigue pendiente- fue el Decreto-Ley de 1 de abril de 1977 (BOE: 12-4-1977, nº 87), sobre libertad de expresión, como nueva normativa sobre la materia que derogaba el artículo 2 de la Ley de Prensa, suprimía parcialmente el secuestro administrativo de publicaciones y grabaciones y reforzaba los mecanismos jurídicos para la persecución de los delitos de calumnia e injuria. El art. 3º. B) del citado Decreto establecía que la Administración podía decretar el secuestro administrativo cuando un impreso gráfico o sonoro contuviese noticias, comentarios o informaciones que fuesen contrarios a la unidad de España, constituyesen demérito o menoscabo de la Monarquía o que de cualquier forma atentase al prestigio institucional de las Fuerzas Armadas. Nadie podía predecir entonces la dirección de los acontecimientos, pero ante la amenaza de secuestro, muy pocos se arriesgaron a cuestionar la monarquía, proponer una profunda reforma del Ejército o fórmulas de articulación territorial del Estado fuera del marcado terreno para debatirlo. Aquel proceso derivó –algunos afirman que cautivados por la simpatía personal del monarca- en un tratamiento exquisito de las cosas del Rey. No habría de ser en los periódicos, sino en algunos libros donde fijarían su residencia las críticas o los comentarios más comprometidos.

Según Chomsky y Herman en la transmisión de mensajes simbólicos para el ciudadano de la calle, los medios, aparte de las funciones tradicionales (entretener, divertir e informar) inculcan valores y pautas de comportamiento para integrarse, y, por lo tanto, aceptan, las estructuras institucionales de la sociedad. Así pues, pueden convertirse en los mejores creadores de ese “imaginario monárquico” que se quiere imponer como un elemento casi natural, como parte del ecosistema de la sociedad moderna. Ese concepto de “Imaginario monárquico” es como una especie de sentimiento generalizado de aceptación sumisa de que hay personas, situaciones e instituciones que existen “per se”, sin que a los demás nos sea dado cuestionarlas. La monarquía es una de ellas, la más evidente, sin duda. Además de ser su representante, Juan Carlos I un dechado de perfección, por lo que todos los españoles de bien deberíamos estar profundamente agradecidos. Nos ha traído la democracia bajo el brazo.

También en la misma línea es el artículo de Adolfo Carratalá El tratamiento de la Monarquía española en las viñetas de los medios digitales. La actitud de los medios de comunicación españoles hacia la Monarquía ha recibido diferentes denominaciones, pero todas coinciden en apuntar a la sumisión de las principales empresas periodísticas ante la Corona: “pacto del olvido”, “silencio crítico”, “blindaje mediático”, “cordón sanitario” o “pacto de silencio”. El discurso hegemónico, producido y difundido por los medios, ha otorgado una cobertura privilegiada a la institución. Mediante ese pacto tácito de complicidad, prensa, radio y televisión se han sometido a un tratamiento que combinaba dosis de amnesia con otras de tolerancia, ignorancia y aproximación benévola a aquellos aspectos más sensibles vinculados con la Casa Real.

La Monarquía española forma parte, por lo tanto, de los principales tabúes de los periodistas españoles. La prensa se esforzó en representar a Juan Carlos I como “actor democratizador” y “héroe de la fundación del régimen democrático”, en un claro intento por silenciar el vínculo del rey con Franco y evitar, así, erosionar la figura del monarca. Esta tarea legitimadora no fue exclusiva de los redactores o de los fotógrafos. Incluso durante la transición, los humoristas adoptaron el mismo tono que los periodistas frente a la figura de Juan Carlos I”, que acabó siendo convertido “en un personaje estereotipado y simbólico para favorecer el flujo democrático”. Aquel tipo de tratamiento se asentó y consolidó alcanzando a la práctica totalidad del ecosistema comunicativo español, a excepción de “medios de comunicación menores, con escasa influencia, o de carácter irreverente y satírico”, como la revista El Jueves. Este semanario humorístico ha sido el principal reducto de crítica mordaz contra la Corona durante años. El semanario satírico El Cocodrilo fue secuestrado el 18 de noviembre de 1985 por el artículo “Cosas reales. Con el debido respeto, 10 años de borbonez”. Los medios comenzaron a romper este pacto de silencio cuando irrumpieron los escándalos del caso Urdangarín o la cacería del rey en Boswana. En los medios escritos el primero que inició su capacidad crítica hacia la Monarquía fue Público. Luego se sumaron muchos medios digitales, que han proliferado en el panorama informativo. Y cuando los escándalos de la Monarquía eran inocultables no tuvieron otra opción que sumarse los grandes medios. Eso sí, con diferencias. No es lo mismo El País que ABC. Hoy da la impresión que la mayoría de los medios tienen barra libre para atacar al Emérito, y así proteger a Felipe VI y a la institución monárquica. Lo que no deja de ser perverso es que muchos medios acusan a Unidas Podemos del descrédito de la institución monárquica. La monarquía se desacredita por sí misma.

***

Hecha esta digresión sobre el buen trato mediático a la monarquía hasta la segunda década del siglo XXI, quiero fijarme en un hecho paradigmático de este pacto de silencio, que es la carta dirigida por Juan Carlos I al Sha de Persia el 22 de junio de 1977 y que fue enviada desde la Zarzuela. He podido conocerla en la Tesis Doctoral de Luis Fernando Ramos Fernández Las limitaciones a la Libertad de Expresión, derivadas de la reinstauración de la Monarquía en España del 2014. La reproduzco y posteriormente haré un resumen del comentario extraído de la Tesis. Apareció en 1991 en la edición del diario de Asadollah Alam, ministro del Interior y Primer Ministro del Sha Reza Pahlevi.

Mi querido hermano: Para empezar, quisiera decirte cuán inmensamente agradecido estoy por que hayas enviado a tu sobrino, el príncipe Shahram, a verme, facilitándome así una respuesta rápida a mi petición en un momento difícil para mi país. Me gustaría a continuación informarte de la situación política en España y del desarrollo de la campaña de los partidos políticos, antes, durante y después de las elecciones. Cuarenta años de un régimen totalmente personal han hecho muchas cosas que son buenas para el país, pero al mismo tiempo dejaron a España con muy deficientes estructuras políticas, tanto como para suponer un enorme riesgo para el fortalecimiento de la monarquía. Después de los seis primeros meses de gobierno de Arias, que yo estuve igualmente obligado a heredar, en julio de 1976 designé a un hombre más joven, con menos compromisos, a quien yo conocía bien y que gozaba de mi plena confianza: Adolfo Suárez. Desde aquel momento prometí solemnemente seguir el camino de la democracia, esforzándome siempre en ir un paso por delante de los acontecimientos a fin de prevenir una situación como la de Portugal que podría resultar aún más nefasta en este país mío. La legalización de diversos partidos políticos les permitió participar libremente en la campaña electoral, elaborar su estrategia y emplear todos los medios de comunicación para su propaganda y la presentación de la imagen de sus líderes, al tiempo que se aseguraron un sólido soporte financiero. La derecha, asistida por la banca de España; el socialismo, por Willy Brandt, Venezuela y otros países socialistas europeos; los comunistas, por sus medios habituales. Entretanto, el presidente Suárez, a quien yo confié firmemente la responsabilidad del gobierno, pudo participar en la campaña electoral sólo en los últimos ocho días, privado de las ventajas y oportunidades que expliqué ya anteriormente y de las que se pudieron beneficiar los otros partidos políticos. A pesar de todo, solo, y con una organización apenas formada, financiado por préstamos a corto plazo de ciertos particulares, logró asegurar una victoria total y decisiva. Al mismo tiempo, sin embargo, el partido socialista obtuvo un porcentaje de votos más alto de lo esperado, lo que supone una seria amenaza para la seguridad del país y para la estabilidad de la monarquía, ya que fuentes fidedignas me han informado que su partido es marxista. Cierta parte del electorado no es consciente de ello y los votan en la creencia de que con el socialismo España recibirá ayuda de algunos grandes países europeos, como Alemania, o en su defecto de países como Venezuela, para la reactivación de la economía española. Por esa razón es imperativo que Adolfo Suárez reestructure y consolide la coalición política centrista, creando un partido político que sirva de soporte a la monarquía y a la estabilidad de España. Para lograrlo, el presidente Suárez claramente necesita más que nunca cualquier ayuda posible, ya sea de sus compañeros o de países amigos que buscan preservar la civilización occidental y las monarquías establecidas. Por esta razón, mi querido hermano, me tomo la libertad de pedir tu apoyo en nombre del partido político del presidente Suárez, ahora en difícil coyuntura; las elecciones municipales se celebrarán dentro de seis meses y será ahí más que nada donde pondremos nuestro futuro en la balanza. Por eso me tomo la libertad, con todos mis respetos, de someter a tu generosa consideración la posibilidad de conceder diez millones de dólares como tu contribución personal al fortalecimiento de la monarquía española. En caso de que mi petición merezca tu aprobación, me tomo la libertad de recomendar la visita a Teherán de mi amigo personal Alexis Mardas, que tomará nota de tus instrucciones. Con todo mi respeto y amistad. Tu hermano, JUAN CARLOS”.

Charles Powell en su biografía de Juan Carlos I un Rey para la democracia de 1995, recuerda que, a los pocos días de las elecciones, don Juan Carlos escribió una larga carta al Sha de Irán, a quien había visto en varias ocasiones desde su primera visita a Teherán en 1969, en la que pasa a revista a la situación política española. El autor sigue el relato que de este asunto hace el periodista e investigador Jesús Cacho en un libro anterior, de gran éxito, por cuanto descubría los entresijos del poder económico y mediático en España.

Según Powell, no parece que el papel de un rey constitucional sea intervenir de modo tan directo en política. La carta famosa comienza aludiendo al régimen del que Juan Carlos era heredero, y dando la sensación de que no tenía nada que ver con él -Ya trataron los medios de desvincularlo del régimen franquista-. No obstante, reconoce que los cuarenta años de régimen absolutamente personal hicieron mucho bien al país, pero al mismo tiempo privaron a España .de estructuras políticas, lo cual suponía enorme riesgo para el fortalecimiento de la monarquía. Para fortalecerla era preciso ayudar al partido de la “Reforma”, es decir a la UCD, mediante los adecuados apoyos económicos, entre reyes, que cerraran el paso a los socialistas y otros partidos de izquierda, y que por aquel entonces todavía se declaraban republicanos-Luego en el debate constitucional socialistas y comunistas aceptaron la monarquía-. El tono de la carta es patético, y llama la atención sobre los riesgos de que ganen los socialistas. Peligraría la monarquía y la estabilidad del país, ¿quién podría crear esa inestabilidad? Obviamente, los militares. Y los socialistas podían recibir ayudas de sus partidos hermanos. Era preciso apoyar a Suárez con diez millones de dólares.

Powell tiene que reconocer que de haberse conocido el contenido de esta carta en el verano de 1977, el prestigio y la autoridad del rey habrían resultado gravemente dañados, no sólo porque revelaba hasta qué punto estaba dispuesto a intervenir en favor de una opción política concreta sino debido al carácter no democrático del régimen iraní. No resulta fácil determinar en qué medida reflejaba esta carta la verdadera postura de don Juan Carlos ante el reciente proceso electoral. Al ir dirigida a un autócrata poco amigo de la democracia parlamentaria, el monarca español no tenía más remedio que exagerar la gravedad de la amenaza que podía suponer el PSOE para justificar la petición de ayuda, en parte porque los malos resultados del PCE no permitían azuzar el fantasma de un supuesto “peligro comunista”. No olvidemos que en aquel contexto, el poder, todo el poder del Estado estaba en manos de la UCD, con su red de gobernadores civiles con las capacidades de las que los dotara el franquismo, intactas. Y ahora, el refuerzo del Rey. La respuesta del Sha vino a decir que estudiaría el caso y respondería, pero no sabemos si el dinero finalmente llegó. Powell afirma que el aplazamiento de las elecciones municipales a 1979 causó gran alivio en la Zarzuela, donde estaba vivo el recuerdo de las de 1931 que provocaron la caída de la monarquía de Alfonso XIII.

domingo, 14 de junio de 2020

El periodista manchego republicano y federal, Francisco Córdova o Córdoba y López

Francisco Córdova o Córdoba López (Daimiel, 1838 - d. 1874) fue un periodista y político demócrata español del siglo XIX.

Biografía (ampliada de la que escribí para la Wikipedia)

Fue colegial del Seminario de Toledo, pero la lectura de Jean-Jacques Rousseau le hizo abandonar los estudios eclesiásticos y pasar a Madrid, donde se hizo abogado, aunque abandonó esta profesión por el periodismo. Fue miembro del Comité Republicano Federal de Madrid y uno de los líderes del levantamiento federalista de 1869, en el que se encargó de dirigir el Boletín Revolucionario. Estuvo en la reunión de algunos obreros madrileños con Giuseppe Fanelli que fue origen de la sección madrileña de la AIT. Este le puso en contacto con Bakunin. Fue denunciado como miembro de la Alianza de la Democracia Socialista, en la que había ingresado entre febrero y agosto de 1869.

Su trayectoria periodística se desarrolló siempre dentro de la prensa demócrata, republicana y federal: dirigió el periódico madrileño La Salud Pública. Diario Político de la Tarde (1865-1866), suspendido durante los meses de diciembre y enero, en el que defiende las ideas de Francisco Pi y Margall; fundó y dirigió La Revolución. Diario Republicano (1868-1869) y fundó La Democracia Republicana. Diario Federal (1869-1870). Después dirigió El Huracán. Diario Republicano Federal (1869-1870) y El Tribunal del Pueblo, y fue redactor de El Combate (noviembre-diciembre de 1870), periódico ultraizquierdista que se señaló por sus violentos ataques a Amadeo I y sobre todo a su valedor, el general Juan Prim, que había defraudado, o traicionado según ellos, con su monarquismo, a los republicanos radicales. Lleva el subtítulo de "¡Viva la República Democrática Federal!". De su extremismo da fe Galdós, quien en su episodio nacional de la quinta serie España trágica cuenta que sus redactores estaban armados y más violentamente enfrentados a la Partida de la porra de Prim que a los conservadores.

A menudo denunciado y una vez recogido, su último número, salido poco antes del asesinato de Prim y auspiciado posiblemente por el Duque de Montpensier  y el general Serrano, interesados en su muerte,  llamaba a las armas contra "el gobierno usurpador", lo que supuso que tuvieran que dispersarse denunciados parte sus redactores, entre los que estaban el médico José Guisasola y Goicoechea, que en 1872 practicaba su profesión en Montevideo; el viticultor jerezano José Paúl y Angulo  (1838-1892), director de la publicación, que tuvo que exiliarse a Inglaterra, donde tenía contactos comerciales su familia, y su pariente gaditano y fourierista, el rico comerciante Manuel Francisco Paúl y Picardo. Según cuenta Modesto Fernández y González, tuvo una segunda época en que la redacción primitiva perdió parte de sus miembros; todos, al parecer, integuérrimos, aunque feroces demócratas y republicanos federales, al menos entonces. Escribían en él además de los mencionados Ramón Cala, Francisco Rispa Perpiñá, Federico Carlos Beltrán y Luis Pierrad. Al poco tiempo se incorporó como secretario de redacción el malagueño Francisco Flores García, y actuó como administrador Ignacio Sastre; colaboró además en sus páginas Eduardo Navarro y Gonzalvo. 

Escribe Luis Egea: "El Combate, diario popular que tanto dio que sentir a la Partida de la porra y que tanto hizo en pro de las ideas republicanas, apareció por primera vez el 1 de noviembre de 1870. Lo fundó y dirigió en su primera época José Paúl y Angulo, y sólo se publicaron cincuenta y cuatro números, desde el 1 de noviembre hasta el 25 de diciembre. 

El 16 de noviembre de 1870 Amadeo de Saboya fue elegido rey en el Parlamento (con 191 votos a favor y 60 a favor de la República Federal). Como consecuencia del asesinato del carismático y poderoso general Juan Prim y Prats en diciembre de 1870, los redactores del diario republicano El Combate, José Paúl y Angulo y José Guisasola son investigados y perseguidos. 

En este sentido, José Guisasola se exilia a Francia, y desde Francia a Montevideo, precisamente cuando acababa de recibir su acta de diputado por el distrito de El Salvador, de Sevilla tras las Elecciones generales de 8 de marzo de 1871, acta que no presentó y cargo que no llegó a ejercer. Guisasola regresaría en septiembre de 1873. Su compañero José Paúl y Angulo, no regresaría nunca; vivió en América del Sur y luego en París, donde murió el 23 de abril de 1892.

En Montevideo, Guisasola ejerció su profesión y ganó por oposición una plaza de médico de puerto. Sirvió, como siempre, a sus amigos, y aún consiguió alguna fortuna, ofreciéndole aquel país, donde adquirió gran importancia, seguro porvenir, mas siempre, generoso y siempre dispuesto a sacrificarse por las ideas". (Luis Egea, "José Guisasola y Goicoechea [1833-1884]", Eco Republicano, 15 de enero de 2018)

Escribió también en El Amigo del Pueblo (1868-18-69), según Hartzenbusch. Compuso dos novelas: La corona real de Hungría. novela original de costumbres. Madrid, 1860, un folletín sentimental sin importancia literaria alguna, aunque con destellos de estilo y algún contenido social, y Los proletarios: novela filosófico social, Madrid, 1870, 2 vols., que no he conseguido ver. Más numerosos son sus opúsculos políticos, el más importante (y primorosamente escrito) de los cuales es Verdad, conveniencia y justicia. Cartas políticas dirigidas a los electores del distrito de Alcázar de San Juan, prohibidas por el ministerio Narváez y publicadas después en el periódico La Democracia, Madrid, 1865, editada dos veces el mismo año en imprentas distintas. También escribió La conspiración republicana: proclamas de los meses de junio, julio y agosto de 1868. Madrid, 1868. Las antinomias constitucionales, Madrid, 1871. El proceso del partido progresista y la soberanía nacional. Artículos publicados en el periódico El Combate. Madrid, 1871. Una fecha fatídica: ¡Diez y seis de noviembre de mil ochocientos setenta! Madrid, 1871. La salvación del pueblo o la república democrática federal. Madrid, 1871. La verdadera revolución. Artículos publicados en el periódico El Combate. Folleto dedicado a la juventud española, Madrid, 1871. en colaboración con Juan Vasco y Recio publicó también Cuatro páginas acerca de la pena de muerte y la de cadena perpetua dedicadas a Vicenta Sobrino, procesada por el homicidio consumado en la persona de su ama Doña Vicenta Calza en la calle del Fúcar. Madrid, 1864.

Bibliografía

Modesto Fernández y González, "D. Francisco Córdoba y López", en Retratos y semblanzas..Madrid : Imp. de la Biblioteca de Instrucción y Recreo, 1872, pp. 205 y ss.

Luis Egea, "José Guisasola y Goicoechea [1833-1884]", Eco Republicano, 15 de enero de 2018.

Joaquín Spinelli y Souza, Apuntes biográficos o juicio crítico de los escritos políticos de Francisco Córdova y López. Madrid: 1870.

Ángel Romera Valero, Ilustración y literatura en Ciudad Real. Ciudad Real: Diputación, 2006.

Impresiones sobre Ciudad Real (1873) en plena I.ª República del economista Modesto Fernández y González

El economista, escritor y periodista gallego Modesto Fernández y González (1838-1897), menos conocido que sus hermanos el filólogo Francisco Fernández y González (1833-1917)  y el novelista Manuel Fernández y González (1821-1888),​ si es verdad que eran sus hermanos, era primo del abuelo del escritor Camilo José Cela y redactó un grueso y ameno libro de viajes donde habla, y no poco, de La Mancha ciudarrealeña en 1873: Portugal contemporáneo: de Madrid a Oporto pasando por Lisboa: diario de un caminante (Madrid: Imprenta y fundición de Tello, 1874). Este libro es importante porque el ojo economista del autor, bien educado para inspeccionar las virtudes y carencias del terreno, ofrece una buena descripción y análisis de la Ciudad Real del último tercio del siglo XIX; también suministra no pocos detalles sobre los monumentos históricos y artísticos. ​ 

En sus obras usó además los seudónimos de "Camilo de Cela", que inspiró a su emparentado premio Nobel, "Fernán González" y "Julio de Osera". Fue delegado de Hacienda de Madrid, académico de la Matritense de Jurisprudencia y Legislación, vicepresidente de la Asociación de Escritores y Artistas, presidente del Fomento de las Artes y caballero de la Legión de Honor; se hizo famoso este prerregeracionista con la frase "menos doctores y más industriales". En el texto que cuidadosamente he editado más abajo, (y lo habría editado mejor si dispusiera de más tiempo) es de notar su análisis de la industria del encaje en Almagro, de la minería de Almagro y de lo que supuso la Revolución de mejora para Ciudad Real, entre otros curiosos detalles (por ejemplo, la velada alusión al carácter carlista de la región). 

Alcázar de San Juan, 3 de Abril de 1873. 

Al salir de Aranjuez volví á la estación. Allí he visto en algunos coches un aviso que decia en gruesos caracteres Lisboa

— ¿Qué significa esto? pregunté. 

— Muy sencillo, me respondieron. Los viajeros de primera clase que se trasladan de Madrid á Lisboa tienen el derecho de conservar el mismo wagón hasta la capital del reino lusitano. Este derecho es una gran comodidad, pues se evitan cuatro trasbordos en otras tantas estaciones; Alcázar de San Juan, Ciudad-Real, Badajoz y Entronçamento. 

— ¿Y los viajeros de segunda y tercera clase? 

— Esos tienen que someterse á las variaciones de las empresas, pues cada trasbordo supone un nuevo dueño ó  administrador de la línea férrea. Los coches de una empresa no recorren el trayecto de otra, si se exceptúan los de primera clase, que gozan del privilegio exclusivo de los hombres de fortuna. 

Después de agradecer estas explicaciones, tanto más necesarias cuanto menos se haya viajado, y de ocupar el asiento impuesto por ni bolsillo y reconocido por mi voluntad, el tren correo, único que enlaza con todas las líneas, se puso en marcha hacia Alcázar de San Juan. 

Las horas trascurrían como minutos; la noche era apacible y serena; á un lado y otro del camino empezaban á divisarse las llanuras de la Mancha. 

¡Alcázar! anuncian los pregoneros de la estación, y el nombre del pueblo se repite en todos los coches. 

Los viajeros se confunden con otros viajeros. Andalucía, Extremadura, Valencia y Portugal, facilitan á la estación de Alcázar diariamente y por breves momentos una masa flotante de gentes, que circulan de aqui para allá, de la fonda al café, y del café al templo de Baco. 

Es un cuadro animadísimo el que presenta la antesala del hotel, que por cierto tiene por techumbre el firmamento; allí aparecen, en exposición continua y relevándose de hora en hora, tipos, caracteres y costumbres españolas de una pureza extraordinaria. El escritor y el artista encuentran en aquellos cuadros mucho que estudiar y no poco que aprender. 

Los viajeros pedian con solícito afán una jícara de chocolate ó una taza de café; algunos, aunque pocos, preferían el té ó chá portugués, y un servidor de Vds. estaba al aire libre, preocupado con una idea. 

Recordaba el que estas lineas escribe que la villa de Alcázar de San Juan, una de las más importantes de Ciudad-Real, y en la que fundó Carlos III el mayorazgo infantazgo para su hijo segundo, pretendió en algunas ocasiones la gloria, que gloria seria para todos los pueblos, de haber dado cuna y pila bautismal á un español  insigne, a quien las naciones reconocen por Miguel de Cervantes Saavedra. Pero Alcalá de Henares, ciudad predilecta del Cardenal Jiménez de Cisneros, puede enorgullecerse con el hecho, en general aceptado, de que en su recinto ha visto la luz primera el ingenio peregrino que, andando los siglos, todavía admira el mundo. 


IV 


Almagro, 4 de Abril de 1873. 

Larga extension de terreno hemos atravesado.  Ni un  momento he podido olvidar las hazañas de Sancho y los batanes que tan crueles sustos le prodigaron. Daimiel y Almagro, Miguelturra, son páginas constantemente abiertas del Quijote y al detenerse en sus relaciones, la memoria y la inteligencia se fijan en aquella obra maestra de la literatura española. 

Almagro reúne, no ya el recuerdo del Caballero de la triste figura, sino una industria importantísima, la de encajes y blondas, que compiten con iguales artículos de procedencia extranjera. 

Desde 1396 en que se inició esta industria y hasta los primeros años del reinado de Doña Isabel la fabricación fué en aumento á causa de ser considerable el consumo, así en Europa como ea América. Los operarios eran muchos, las ganancias no eran menores. Las madres acostumbraban á sus hijas, sin distinción de clases, á la confección de esta delicada labor. 

Hay una época, la de 1836 á 1845, en que la fabricacion llegó á su mayor apogeo. Una sola casa tenia á su servició 14.000 operarios, distribuidos entre el Moral de Calatrava, Miguelturra, Bolaños, Granátula, Daimiel, Carrion, Ciudad-Real y otras poblaciones. Ya en 1850, la industria declinaba. Dos casas destinadas á la venta de encajes, compraban los productos á las operarias, á cambio de dinero unas veces y de géneros catalanes otras. Estas trasformaciones y la competencia extranjera hicieron que 
en el dia solo puedan contarse 6.000 personas, que vivan del trabajo de la fabricacion. 

Aquellos riquísimos encajes y aquellas finísimas blondas que antes eran codiciadas en el comercio, no se producen hoy en tan considerable cantidad, ya por falta de pedidos, ya por exceso de precio, ya por exigencia de la moda. Ahora las encajeras ofrecen puntillas de hilo, bien hechas, excelentemente fabricadas, que las toman y las revenden los mercaderes ambulantes. 

Esta industria, en sus mejores tiempos, ofrecía pingües y saneados rendimientos. Cuando el jornal de los obreros del campo alcanzaba solo cuatro reales, sus mujeres é hijas obtenían sin fatiga y sin esfuerzo diez ó doce, según la agilidad de cada una, habiéndose dado el caso, y no único, de que muchas niñas recibiesen de salario tantos reales al dia como años tenían de edad. 

Así se comprende, que en el mayor apogeo de la industria de encajes, las mujeres fuesen tan requeridas de amores para el santo lazo del matrimonio. El haber del jornalero en el extenso término de Almagro era corto; el producto de la fabricación de las encajeras era sabido. 

De aquí que todos solicitasen á estas femeninas industrialas y virtuosas por el trabajo, honradas por la educación; pues al mismo tiempo que recibían por compañera una esposa, digna de la familia y de sus hijos, ingresaba en casa una renta segura para las necesidades del matrimonio.

El trabajo ha sido en todos tiempos fuente de virtud. 

Almagro es la capital del campo de Calatrava, donde reside el gobernador eclesiástico de la orden. Y al llegar aquí, puesto que cito á las órdenes militares, séame permitido evocar los recuerdos de la historia y las lecciones de la infancia. 

Las órdenes militares han perdido su importancia pasada; hasta el gobierno de la nación las ha declarado disueltas. Nadie intentará renovar sus hazañas, sus heroicas empresas, sus inmensos servicios al grito de Dios ley y patria; pero pecaría de ingrato y antipatriota quien negase á aquellas asociaciones espíritu aventurero, amor nacional é hidalguía castellana. 

Nuestras tradiciones populares son las mismas tradiciones; nuestros recuerdos históricos son sus propios recuerdos; nuestras glorias españolas son sus propias glorias. ¡Ahí los guerreros de la orden de Santiago en todas partes estaban y en todas prodigaban su sangre y sus tesoros! La cruz del Redentor del mundo era la enseña que les animaba al combate, á la lucha y á la muerte. Los guerreros de Calatrava contaban el número de mártires por el de sus valientes, y sus castillos fueron testigos mudos
de proezas innumerables: los asociados de Alcántara, Montesa y San Juan, inspirados por la fé, yalerosos por la guerra, admiradores de su engrandecimiento, reconocidos á la fortuna de sus laureles, servian lealmente á la religión y á la patria. 

Llegó un momento en que tales asociaciones fueron un poder dentro de otro poder, un estado dentro de otro estado, una nación dentro de otra nación. Tenían estas órdenes autoridad civil, autoridad religiosa y autoridad militar. ¿Qué eran, si no, los grandes Maestres de las mismas? ¿Eran por ventura otra cosa que pequeños reyes, dueños de la autoridad soberana, el primero entre los primeros atributos del poder supremo? ¿No gozaban y dispensaban la jurisdicción civil y la jurisdicción criminal? ¿No resolvían las cuestiones judiciales y sentenciaban los procesos de sus asociados? 

Pero este poder casi soberano que ejercían, delegado de la Corona, como que á esta se hallaban las maestranzas incorporadas, fué necesario, absolutamente necesario en aquellos tiempos turbulentos de guerras y de conquistas, de espíritu religioso y de entusiasmo patriótico. 

Los servicios que prestaron, los mártires que inmortalizaron su nombre, el afán de guerrear que llevaban á todas partes, la pasión religiosa que presidia á todos sus actos, bien merece que se recuerde al pisar esta tierra ennoblecida con la sangre de tantos hijos y con el resuelto esfuerzo de tantos valientes. 

Abandonemos la villa de Almagro, dejando al lado de la estación un convenio magnifico, casi en ruinas, como sucede con la mayor parte de las obras artísticas de España. 

Ciudad-Real, 5 de Abril de 1873. 

En la estación de Alcázar despedimos á los viajeros de Alicante y Valencia; en la de Manzanares a los de Andalucía, y previa la detención en los puntos intermedios, el tren siguió á todo correr de la máquina, porque no hay pendientes, desniveles ni curvas en un terreno de suyo llano y espacioso, hasta llegar á Ciudad-Real. 

Era el amanecer. 

Se oia el canto de los pajarillos y se observaba á la simple vista el numero de árboles en donde estaban escondidos. La Mancha es un país rico, produce lo necesario á la vida, y hasta exporta lo sobrante con notables rendimientos. Sus hijos, que son hijos de España, reúnen todas las cualidades de los buenos ciudadanos; afables en el trato, trabajadores en el campo y en el taller, hacendosos en sus viviendas, bravos en el ejército y honrados con la fé de sus mayores. Pero se advierte en ellos cierta rivalidad con la vegetación, pues existen muy contados árboles, y los que se plantan, desaparecen en los primeros meses. Las preocupaciones pueden mucho; la conveniencia puede más todavía. La conveniencia exi- 
ge que el arbolado aumente, para que las lluvias sean periódicas y eviten la propagación de epidemias y enfermedades. Todos los pueblos siguen este sistema, y aunque la Mancha no tenga aguas abundantes para el riego, fácil es sostener y propagar con solo el cuidado y la perseverancia, la plantación de especies arbóreas, tan necesarias á la salud. 

Llegamos ya á Ciudad-Real. 

Comparado el pueblo de ahora con el de antes se observa una trasformacion beneficiosa. E1 camino de hierro avivó el deseo de reformas. 

Al penetrar en Ciudad-Real, se ofrece á la vista un espectáculo agradable. Las murallas, las almenas, las casas, simétricamente colocadas y de trecho en trecho recogidas al abrigo de los templos católicos, llaman la atención del espectador y del viajero. Sobre todo, las antiguas defensas de la plaza, que eran las murallas, en gran parte destruidas hoy, y las torres, en su mayoría echadas por el suelo, reconcentran el entendimiento en el esplendor de antes y en el abatimiento de ahora. 

Para ingresar en la ciudad, tenemos á nuestra disposición siete puertas, que se conocen con otros tantos 
nombres propios. Ciruela, Alarcos, Carmen, Granada, Santa María, Mata y Toledo, pues la de Calatrava pertenece ya á la historia. Algunas de estas entradas conservan todavía, á pesar de tantos vandalismos artísticos y de tantas profanaciones históricas, la fisonomía de tiempos pasados, y recuerdan el nombre inmortal de Carlos I; la de Toledo, notable para el.anticuario por sus esbeltos arcos, por su delicada fábrica, por las torres que le sirven de vigilantes, por su grande ojiva y sobre todo por el gusto arquitectónico que revela, permanece en pié para examen de los inteligentes; y la de Ciruela, que se halla inmediata á la estación del ferro-carril y acaba de ser restaurada á conciencia por la generación 
contemporánea, tiene el privilegio de reflejar en ella todas las miradas. 

Fijémonos en esta última puerta. Existia al Sur de la ciudad un arco de medio punto, carcomido por el tiempo é inaccesible al paso de las gentes, que la linea férrea hizo necesario su habilitación para llegar directamente,  y sin inútiles rodeos, al centro de la misma. 

Es preciso confesar que la restauración fué hecha con inteligencia y sin mengua del arte. Un arquitecto peritísimo, D. Cirilo Vara, propuso que se colocasen dos torreones, unidos por un lienzo de pared, y en el que se ostentasen gallardas almenas. En el centro debia figurar un arco de gusto gótico. En efecto, la obra se llevó á feliz término por iniciativa del entonces gobernador civil Sr. Cisneros, y el viajero puede contemplar una fortificación guerrera de agradable aspecto y de general conveniencia. 

Ahora que la reforma está hecha, ahora que las gentes transitan sin dificultad; ahora que los vehículos entran y salen según el antojo de sus conductores, parece el trabajo sencillo y la obra producto de escasos esfuerzos. Ha costado, por el contrario, no pocas vigilias y grandes sacrificios. 

El proyecto llegó á su término, y la Puerta de Ciruela, que ofrece un ancho de 10 metros por 11 de altura, que su ornamentación corresponde al género arquitectónico, que hasta el más insignificante detalle, fué previsto y realizado, es el adorno más completo que podía ofrecer la ciudad favorita de Alfonso el Sabio á los viajeros, ya por la proximidad al desembarque del ferro-carril, ya 
por el sitio en que está colocada. 

Ciudad-Real es un conjunto desordenado de obras antiguas y de obras modernas, de recuerdos históricos y de trabajos presentes. 

Como obra de otras generaciones , sobresale el. templo de Nuestra Señora del Prado. Admira ver aquella sola nave, tan alta, tan esbelta, tan espaciosa, que rivaliza en magnificencia con los demás templos de España. Es posible que no haya otro que le exceda; pues cuenta 50 metros de longitud y 47 de latitud. Las dos bóvedas interiores, que recuerdan los primeros años del siglo xvi, el retablo, las esculturas de los apóstoles, la torre elevadísima, todo está primorosamente hecho y con arte dirigido. Domina en la construcción el gusto gótico. 

Allí se encuentran dentro del templo los estandartes que sirven para las proclamaciones de los Reyes, del  mismo modo que en la Basílica de Atocha, custodiada por los inválidos del ejército, ondean para perpetuo recuerdo y para eterna enseñanza los trofeos y las banderas ganadas por los españoles en los campos de batalla ó en los combates navales. 

Otras dos parroquias á más de la de Santa María del Prado, existen en Ciudad-Real. Tiene la de San Pedro Apóstol y la de Santiago; esta última, la más antigua de todas, pero también la más maltratada por impericia de los restauradores y revocadores. Aquella techumbre, que priva al templo de su primitivo carácter, no está en armonía con el resto del templo, con las tres naves, con las anchas ojivas y con el retablo que adorna la Casa de Dios. 

La iglesia parroquial de San Pedro Apóstol, es antigua: ofrece á la vista tres naves espaciosas, un coro, obra del siglo xvi; un altar dedicado á la virgen de la Guía, modelo de estilo churrigueresco; grandes columnas; hermosísimas gradas para llegar al presbiterio, y un retablo de escayola, tanto más notable, cuanto que fué hecho por un hijo de la ciudad, por el Sr. López Donaire, nada menos que en 1863, es decir, hace pocos años. 

Tres puertas dan ingreso al templo , las tres de construcción antigua y distintas en el orden arquitectónico. Las murallas y las puertas revelan el espíritu guerrero de pasadas edades; los conventos y las iglesias, la piedad de nuestros mayores. 

Ya hemos dicho el estado de las primeras, ya hemos indicado los templos; solo falta recordar los conventos, el de Carmelitas y el de Dominicas , que cuentan por centenares los años de existencia. Y de esta suerte completamos todo lo antiguo, todo lo que legaron nuestros ascendientes en fuerza de sacrificios por la religión y por la patria. 

En contraposición á las obras antiguas , ofrece el sistema constitucional las obras modernas. Aquellas se destinaban á la oración, á la caridad y al recogimiento; estas se aplican á las artes , á la enseñanza , á la ciencia, á la industria y al dolor. Templos , hospitales y monasterios constituían las primeras ; fábricas, talleres, escuelas, institutos, hospicios , casas de socorro , constituyen las segundas. 

Entre las construcciones recientes figura la Gasa Consistorial, terminada en 1869. E1 edificio es suntuoso por fuera y admirablemente distribuido por dentro. Una esbelta y graciosa escalera, adornada con estatuas, convida el ingreso al palacio popular. 

El salón de sesiones puede enorgullecer á una capital de tercer orden , y aun de segundo y de primero: 13 metros de largo por 6 de ancho, á más de las pilastras, capiteles , balaustrada y trabajo artístico, base de la ornamentación: hé aquí lo que ofrece la sala destinada á las conferencias de los concejales de Ciudad-Real. 

La parte exterior, reúne á la sencillez la elegancia. El frente á la plaza es un trabajo digno de examen minucioso, descollando las armas de la ciudad, las de Castilla, la lápida de la Constitución, las estatuas representativas de la Justicia y la Prudencia, la Industria y la Agricultura, las ventanas centrales y la torre, y sobresaliendo entre la parte constructora de la obra , la tan conocida y apreciada piedra de Novelda. 

La Plaza Mayor, ó sea de la Constitución, es de forma irregular. Viene ya de tiempo de Fernando VI, de aquel diligente monarca que fomentó la marina, construyó el Jardín Botánico de Madrid, estableció el Observatorio astronómico, protegió á los hombres de saber, auxilió á la industria y al comercio, creó la Academia de Bellas Artes, y firmó un tratado de paz , el de Aquisgrán, en 1748. La plaza es un trapecio de 4.000 metros cuadrados, y fué objeto de reparaciones importantísimas en 1860, sin detrimento del arte y en honor de la belleza. 

El género que domina en las construcciones particulares, es el greco-romano, destacándose el piso principal por sus adornos, por sus ventanas, por sus pilastras y por sus capiteles. 

En el centro de la plaza se levanta una fuente erigida á la memoria de Hernán Pérez del Pulgar el de las Hazañas y hijo de Ciudad-Real, que debe servir de base á la estatua de tan insigne guerrero. Allí, en el propio pedestal y mirando al Ayuntamiento, aparece en letras de oro y en elegante lápida de mármol, la siguiente inscripción: 

HERNÁN PÉREZ DEL PULGAR 
EL DE LAS HAZAÑAS 
NACIÓ EN CIUDAD -REAL EN 1454 
Y MURIÓ EN GRANADA EN 1534. 
LA CIUDAD NATAL CONSAGRA 
ESTA MEMORIA AL SEÑOR DE LOS 
MOLINOS DE TREMECÉN, 
AL HÉROE DE ALHAMA, DEL SALAR, 
DE GUADIX, DE SALOBREÑA, 
DE GRANADA Y DE MONDÉJAR. 

Los pueblos que recuerdan las virtudes, la inteligencia ó el valor de sus hijos predilectos, merecen el aplauso de la historia y los plácemes de las generaciones contemporáneas. Honrar la memoria de los grandes hombres es honrarse á si mismo la patria, es honrarse á si mismo el pueblo que les vio nacer. 

Ciudad-Real se enorgullece con Alfonso de Soto, jurisconsulto [no, es de Ciudad Rodrigo]; Juan de Molina, historiador; Alonso de Céspedes, guerrero; Fernán Gómez, médico y literato, hijos todos de esta población. 

Continuando las obras y restauraciones modernas, ya públicas, ya particulares, debemos mencionar el cuartel de caballería, fundado á fines del siglo anterior para casa de misericordia por el cardenal arzobispo de Toledo, señor Lorenzana, y convertido más tarde en alojamiento de la fuerza armada. El edificio es cómodo, espacioso, bien situado, perfectamente restaurado y propio para tres ó cuatro regimientos. 

El Hospicio provincial, reformado en todas sus partes, ofrece grandes departamentos; el Instituto, tiene aulas y colegio de internos con absoluta separación, y el Hospital civil, extramuros de la ciudad, ostenta salas ventiladas é higiénicas. 

Como edificios particulares sobresalen los palacios de Barrenengoa y Almagro, y como paseos, el de la Libertad, inmediato á la puerta de Calatrava, que fué un tiempo interminable serie de lagunas, causa permanente y ocasional de enfermedades para el barrio de Santiago, y hoy es una planicie agradable y una larga extensión de terreno bien dispuesto para la gente de á pié. 

E1 tiempo era limitado, pero suficiente á recorrer todas las calles y visitar todos los edificios públicos. El aspecto que presenta esta capital revela grandes mejoras realizadas en los últimos años, y un deseo vehemente de llegar en breve término á la altura de otras ciudades, superiores en importancia política, aunque no en riqueza y recuerdos históricos. 

VI 

Argamasilla de Alba, 7 de Abril de 1873. 

En la estación de Alcázar despedimos á los viajeros de Alicante y Valencia, quedando únicamente en nuestra compañía hasta Manzanares los que se dirigían á las fértiles y hermosas provincias andaluzas. 

Pocos españoles habrá que al oir el nombre de este pueblo y al fijarse en la estación de Argamasilla de Alba, no recuerden al punto aquellas palabras que repiten los niños y pronuncian los ancianos: «En un lugar de la Mancha, de cuyo nombre no quiero acordarme» Cervantes no quiso acordarse de Argamasilla, sin duda para que todas las villas y lugares de la Mancha le ahijasen, y sin embargo, le dio alto renombre é imperecedera fama. Aquí pasó luengos dias y menguadas noches, y en este pueblo hubo de habitar por ajeno mandato una humilde casa, donde toda incomodidad tiene su asiento. 

Todos saben de memoria que en Argamasilla de Alba concibió y escribió Cervantes la más ingeniosa fábula de los tiempos pasados y presentes; todos saben que Argamasilla sirvió de prisión al escritor, al soldado y al diplomático, abrumado por tanta miseria y tantos sufrimientos, pero rico de nobleza, de bravura y de inteligencia. 

¿Quién, que no reniegue del nombre español, pasa por este pueblo y no dedica algunas horas á visitar la prisión de Cervantes? 

¡Ah! Un impulso de la propia conciencia y una resolucion espontánea de la voluntad, me obligó á detenerme aquí un día. ¡Veinte y cuatro horas que trascurrieron en veinte y cuatro segundos! Una, dos, tres, hasta diez veces, recorrí de arriba abajo y de abajo arriba la casa de Medrano. Pero ¿qué es la casa de Medrano? La tradición popular trasmitida de padres á hijos designa á esta casa como la que sirvió de cárcel á Cervantes. 

Ese edificio fué comprado por el Estado en 1862, á petición del entonces gobernador de la provincia de Ciudad-Real y conocido literato D. Enrique de Cisneros. No se limitó á la compra el esfuerzo de la nación para honrar al primer prosista español, sino que fué restaurada con esmero y se conserva con diligente cuidado, por iniciativa y aun generosidad pecuniaria de D. Sebastian Gabriel de Borbon, grande aficionado á las artes y á las letras patrias. En el interior de la casa se ve un cuadro que recuerda á las gentes el nombre del literato que allí pasó amarguras sin cuento, y el titulo del libro que constituye su propia gloría y la del país que le vio nacer. 

El impresor D. Manuel Rivadeneyra, muerto ya para desgracia de la España literaria, pero á quien sucede honradamente por títulos de honor, con nobleza adquiridos, su propio hijo, se propuso dar á la estampa el libro Don Quijote de la Mancha en el mismo sitio y lugar en que lo escribió su autor. Asi sucedió en efecto. Empresa en que el Sr. Rivadeneyra tomaba parte, podia darse por terminada en su ejecución. La Biblioteca de Autores Españoles denuncia una obra 'colosal y un amor patrio á toda prueba. La publicación del Quijote en Argamasilla de Alba, compuesto por cajistas llevados de Madrid, é impreso en máquinas de procedencia nacional, revela el propósito de coadyuvar á la obra de agradecimiento que debe la nación española al Manco de Lepanto. 

Es decir, que España adquirió la casa , el ex-infante D. Sebastian la restauró, y Rivadeneyra hizo una edición especial del Quijote y de otras obras del autor, que andan en manos literarias y se ven en las bibliotecas de los hombres de estudio. 

Más ha hecho la generación moderna por la memoria de Cervantes que sus propios contemporáneos. En nombre de todos los españoles, la Academia de la Lengua le tributa solemnes honras fúnebres en Madrid, llevando la palabra de Dios un obispo de la cristiandad ; la casa en que vivió Cervantes en la capital de España, es conocida por una lápida que la municipalidad ha hecho colocar; su calle lleva su propio apellido; aparece en estatua frente al palacio de las Cortes , y hasta el estudio de humanidades á que asistía en la calle de la Villa, llama la atención del transeúnte. 

Salgamos del pueblo inmortalizado por Cervantes, para visitar los alrededores. Ante nuestra vista se descubren inmensos campos y llanuras; á un lado está el Toboso; al otro, términos de riquísimas villas ; en todas partes aparecen las señales que fotografía D. Quijote en su inimitable cuadro de la vida y de los hombres. 

El corazón se ensancha y el patriotismo tiene legítimo desahogo corriendo por estas tierras, que traen á la mente recuerdos imperecederos. 

Rindamos un tributo de admiración al insigne escritor que ha gozado del raro privilegio de que sus obras se tradujesen á todos los idiomas, y de que por su nombre y por su fama constituya el ornamento de las letras castellanas. 

VII

Puertollano, 8 de Abril de 1873. 

En este pueblo existen unos baños, cuya nombradía llega á todas partes y cuya eficacia para ciertas dolencias es altamente provechosa. Larga caravana de enfermos se dirige á Puertollano desde el 15 de Junio á igual dia de Setiembre, que es la temporada abierta al público. Otros baños se encuentran á corta distancia de estos, los hervideros de Fuensanta y los del Villar. 

Asi como Puertollano tiene estación y los viajeros se detienen en el pueblo, sin molestias, los de Fuensanta exigen que se salve un trayecto desde Ciudad-Real en ómnibus, y los del Villar que se ande una hora en tartana desde la estación de la Cañada. Asi y todo, la concurrencia es numerosa y los beneficios de las aguas abundantes á la salud. 

En Fuensanta predominan las mujeres, asi como en Los Baños y en Puertollano pagan su contingente en gran mayoría los hombres. Aquellas aguas minerales son acidulas y ferruginosas, mientras que estas se acercan más á las carbónicas. Las enfermedades de la piel predominan en las primeras, y las de estómago y reumáticas ofrecen asiduo entretenimiento á las segundas. La temperatura de estas aguas es la siguiente : 

Hervidero de Fuensanta. 17° y 25º Reaumur. 

Puertollano 13º idem. 

Observo que me entrometo en asuntos facultativos, como si fuera escritor médico español, y tan competente en aguas minerales como D. Marcial Taboada, D. Anastasio García López ó el respetable Sr. Rubio, por desgracia perdido ya para la patria y para la ciencia. 


VIII

Almadén, 9 de Abril de 1873. 

Al oir la palabra Almadén el amor patrio se enorgullece. Criaderos de esa clase, tan primorosamente ofrecidos por la naturaleza y con tal abundancia prodigados, no existen en otro país de la tierra. 

Aquellos criaderos, que celebran y envidiaa todas las naciones; aquellas masas de mineral incalculables é inacabables; aquellas galerías, más dignas de atención por los trabajos de la naturaleza que por los esfuerzos de los hombres, lisonjean, y pueden lisonjear, el orgullo español, Y, sin embargo, contrasta la riqueza de las minas con la administración de las mismas. 

Todos creen al llegar á la estación de Almadén que están ya en las minas. Engaño manifiesto. El viajero tiene que recorrer ocho kilómetros antes de penetrar en el establecimiento, pero ocho kilómetros de un camino fatal, inaccesible á los carruajes y solo practicable en buen tiempo á la gente de á pié. El que tenga deseos de visitar aquel prodigio de la naturaleza, quédese en la estación anterior, Almadenejos, y desde allí podrá seguir, no muy cómodo, un camino vecinal recientemente construido. Maravilla al viajero que las minas de Almadén no tengan vias de comunicación, ni una mala carretera, ni siquiera un ferro-carril servido por fuerza animal. ¡Cosas de España! 

El Sr. Rodríguez Pinilla, que fué director general de Propiedades, se lamentó en documentos oficiales de este abandono. Dios quiera que su voz no se pierda en el espacio. 

Es verdad que existe una linea férrea entre España y Portugal; pero este camino de hierro, aunque pasa por las inmediaciones de Almadén y una de sus estaciones está bautizada con su nombre, deja subsistentes las mismas dificultades para los viajeros y para los trasportes. 

Las minas de azogue de Almadén , cuya explotación data de tiempo de los romanos, que en el siglo xvi fueron arrendadas á los condes Fúcares y que volvieron al pleno dominio del Estado en 1616, se hallaban dotadas al fin del siglo pasado de los aparatos más adelantados en aquel tiempo. Se montó una máquina de extracción de minerales movida por ocho caballerías, otra de vapor de 40 caballos que salió de los talleres del inmortal Watt y se aplicó al desagüe, y una grúa para mover grandes pesos y colocarlos desde el mismo pozo de extracción en las carretas con que se hacia y se hace aun hoy el tras-
porte. 

E1 gobierno entonces quiso dotar esta preciosa finca de todos los mejores elementos mecánicos que podían mejorar la explotación, y Almadén puede vanagloriarse hoy de poseer y ver marchar todavía, después de ochenta años, una de las máquinas de Watt más antiguas que sustituyeron á las de Newcomen para hacer el desagüe de las minas. 

Pero si en aquella época se dedicaron algunas sumas á mejorar los sistemas primitivos con aparatos nuevos, desdé entonces hasta estos últimos años, nadie habia querido escuchar los ayes y reclamaciones de los ingenieros en demanda de progreso para aquellas minas. Setenta años habian trascurrido desde las innovaciones allí introducidas; el siglo xix estaba recorriendo su segunda mitad, Y el Estado, dueño de las minas, veia impasible hacer la extracción con muías, el trasporte en carretas de bueyes, subir y bajar á los obreros por escaleras de mano á 300 metros de profundidad, gastando sus fuerzas y su vida inútilmente, como si el yapor no existiera, como si la mecánica no hubiera hecho progreso alguno 
en estos setenta últimos años, como si no hubiera medios de economizar las fuerzas alargando la vida, del obrero que baja á los subterráneos. Tampoco se pensaba en que estos obreros, condenados á respirar una atmósfera envenenada, podian experimentar un grande alivio introduciéndoles aire del exterior con que vivir; se limitaban los medios de ventilación á dejar obrar el desequilibrio de la atmósfera sobre las bocas que comunican las díferentes galerías con el exterior , y cuando más se encendía alguna leña en el verano en uno de ellos para activar un poco la corriente natural. 

Pero afortunadamente todo ha cambiado en aquellas minas en estos últimos años, gracias á los recursos votados por las Cortes Constituyentes á propuesta del ministro de Hacienda, D. Laureano Figuerola. Con estos recursos han podido comprarse en los talleres de Bélgica máquinas modernas, que obedecen á un plan completo de instalación, estudiado y desarrollado por uno de los ingenieros del Cuerpo de Minas más competentes y respetables, el Sr. Monasterio, comisionado para este objeto por el gobierno. 

Algunas de estas máquinas están ya funcionando con brillante éxito, y los obreros que bajan y suben de los subterráneos en tres minutos, sin fatiga alguna, y que respiran en ellos un aire puro y fresco, que introduce un ventilador, bendicen la mano bienhechora que tanto bien les proporciona. Más de 40.000 [¿?, quizá diez mil] obreros van ya movidos por este aparato de locomoción vertical, y cada dia produce más entusiasmo este cambio, que no solo ahorra un tiempo precioso, sino que aumenta la vida de aquellos economizando sus fuerzas. Baste decir, que cada ascensión ahorra una hora y otro tanto la bajada, de modo que los, 40. 000 obreros trasportados representan una economía de 80.000 horas, que equivalen á cerca de diez años por un obrero. 

Las nuevas máquinas de Almadén no tienen por objeto principal, ni aumentar la producción, ni ahorrar,
brazos, ni buscar otras grandes economías: no conviene arrojar al mercado más mercurio que el que demandan las necesidades de las diferentes industrias que viven de él, si hemos de conservar el monopolio, y por consiguiente el precio que hoy tiene, ni puede dejarse de sostener una población que ha vivido siempre de las minas, y allí ha perdido sus hijos y ve consumir las fuerzas de los que sobreviven: se trata de una cuestión más alta y humanitaria en su esencia, por más que, realizada como se espera y ya empieza á sentirse, la economía y facilidad en todos los servicios han de ser un hecho evidente ; pero estas mejoras tienden á crear obreros más fuertes, y salvarles en cuanto es posible de los efectos nocivos de la atmósfera mercurial en que se ven envueltos de continuo.
 
Sabiéndoles y bajándoles con comodidad en breves instantes, sin hacer esfuerzo alguno, ni sus poros se abrirán al empezar el trabaja, como sucedía no há poco, ni sus fuerzas se gastarán elevando su cuerpo mil veces en cada entrada por escaleras de mano: una vez en la superficie, sin apercibirse apenas de ello, van al lado de su familia tranquilos y descansados, sin más fatiga que la que produce la faena á que cada uno se dedica. 

Seria muy largo hacer una relación detallada y minuciosa de todas las nuevas máquinas que deben cambiar ya, en poco tiempo, completamente la faz de aquel establecimiento industrial ; pero daremos brevísima reseña de las principales. 

En el pozo San Miguel, que antes era solo de ventilación, se ha montado una máquina horizontal de 20 caballos de fuerza, con la cual se hace el servicio de extracción de minerales, mientras se monta otra de 40 caballos en el pozo maestro de San Teodoro; se ha hecho el de subida y bajada de obreros, se verifica el desagüe con cubas guiadas, y actúa un ventilador aspirante, que introduce en las minas 8 metros cúbicos de aire en cada segundo. Esta máquina funciona ya, y extrae diez toneladas de mineral por hora. 

Sobre el pozo San Aquilino se ha levantado un lujoso edificio que cubre no solo una linda máquina vertical de 30 caballos de fuerza, sino el departamento de las calderas, tres en número, oficinas de los ingenieros, oficiales de minas y empleados administrativos , salón de planos y otras dependencias importantes. El techo del cuerpo principal de este edificio está formado por una bóveda de 
chapa de hierro galvanizado. La máquina está funcionando para subir y bajar los obreros, por medio de espaciosas jaulas, guiadas, provistas de para-caídas del sistema Sibotté, en las que entran de cada vez 16 obreros, aunque son susceptibles de recibir hasta 22. El castillete sobre el que están montadas las poleas, que reciben un cable plano de pita de Manila, está formado por vigas y traviesas de hierro que dan al conjunto una extraordinaria solidez, y un aire esbelto, poco común en esta clase de aparatos. 

Hay además montado y servido por otra máquina vertical de 12 caballos, un taller completo de reparaciones, contornos, cepillos, fraguas, taladros, sierra mecánica y demás mecanismos de esta clase de dependencias. 

Se está recortando el pozo maestro llamado de San Teodoro y cuyas dimensiones de los tres primeros pisos son escasas para los nuevos aparatos, y á él está destinada otra maquinado 40 caballos, de tracción directa, auxiliada para la expansión por otra de seis y un freno de vapor. De este pozo partirá un plano automotor de medio kilómetro de longitud, por el que serán conducidos los minerales en wagones directamente de la mina á los hornos. Este plano empieza por un puente montado sobre columnas de hierro, media por un  ferro-carril en firme y termina por un viaducto de 100 metros, en dos tramos, 
montado sobre pilas metálicas del sistema de celosías. A continuación de él se halla el taller de preparaciones mecánicas de los minerales, donde han de ser clasificados por riquezas y tamaños, siendo movidos los aparatos por una máquina de 20 caballos horizontal, del sistema Gorliss, construida en la fábrica de Mr. Bede de Verviers (Bélgica). 

Prepáranse asimismo, entre otras mejoras, un sistema de señales telegráficas y una serie de tubos metálicos, por los que ha de correr el mercurio desde los hornos al almacén, cayendo en unas pilas de fundición cerradas, de invención del Sr. Monasterio, mediante las que el obrero, ni estará expuesto á los vapores mercuriales, ni tiene que ocuparse en llevar el azogue á la balanza sino cuando va á envasarse. Un indicador marca el azogue que contienen estas pilas por medio de una escala, y puede de ellas sacarse á voluntad en la cantidad que se desea, como se saca de un tonel otro liquido cualquiera. 

Terminamos estos apuntes manifestando que el estatablecimiento de Almadén, antes tan atrasado, será dentro de poco, no solo un establecimiento industrial á la altura del primero de este género, sino una escuela de mecánica para todo el que quiera estudiar los diferentes sistemas modernos, de distribución del vapor, expansión, calderas, cambios de movimiento y construcción sencilla y de gran gasto. Hoy puede ya mostrarse á los extranjeros con orgullo, sin avergonzarse ni bajar los ojos, como sucedía no há mucho, cuando atraídos de la fama de estas minas, venian las personas curiosas á visitarlas. El descender á aquellas obras grandiosas del interior, antes tan molesto, es hoy un paseo agradable; y en los snbterráneos, ya no se oye, sino rara vez, el chirrido de las carretillas de mano que arrastraban el mineral al pozo de extracción, regado por el sudor del carrero; están las galerías principales cruzadas de vías férreas, por las que se deslizan con facilidad y sin grande esfuerzo, pequeños wagones de hierro de la cabida de 400 kilogramos. 

Muchos ingenieros trataron de realizar los progresos de la ciencia; las Memorias son luminosas, sus indicaciones acertadas, sus economías dignas de estudio, y sin embargo, trascurrió el tiempo hasta que la necesidad hizo obligatorio lo que demandaban de consuno la humanidad y el impuesto.. 

Por eso dice el Sr. Pinilla en su Memoria que la explotación y beneficio de las minas de azogue de Almadén cuestan al Estado el 66 por 400 de su producto. A buen seguro que no llegan, ni con mucho, á esa cifra, los gastos de las minas de igual clase en Austria y en California. 

¿Qué remedio urge poner en práctica para evitar el mal? 

Ante todo, y sobre todo, enlazar la via férrea de Badajoz con el establecimiento-minero por medio de un ferro-carril, ya movido por el vapor, ya por fuerza animal, llámase camino de hierro ó califíquesele de tranvia. La cuestión está en construir la legua y media que separa á la mina de Almadén de la estación de su propio titulo. En ello ganarían el Tesoro y la industria nacional. 

Los demás medios que indica el Sr. Pinilla, recomiendan los ingenieros y exige la ciencia, se relacionan con los procedimientos de beneficio, empleo de máquiñas, conducción de minerales y establecimiento de laboratorios. En estos últimos años van gastados en mejoras positivas, que se traducirán en mayores productos y más saneados ingresos en el presupuesto, cinco millones de reales. ¡Gracias á Dios que algo empezamos á realizar por nuestro propio bien!  Que la parte facultativa intervenga más, dijo un alto funcionario; que la administracion dirija menos, hé aquí una gran verdad. Que los gastos sean muchos, importa poco; lo que importa es que los rendimientos correspondan á los sacrificios del país. 

Por lo demás, es digno de visitarse el establecimiento. 

La curiosidad y la inteligencia tienen ancho campo en donde espaciarse. Los hospitales, las escuelas, los criaderos de cinabrio y de mercurio, las galerías, la dehesa, cuanto ha producido la naturaleza y el hombre, pero sobre todo la primera, llaman la atención del viajero y le obligan á nuevas visitas y á más detenidos estudios. 

IX

Almorchón, 11 de Abril de 1873 

Ínterin almuerzan los viajeros en barraca, provisionalmente colocada á la derecha de la vía, continuemos nuestros apuntes, por si de algo sirven á los lectores de ambas naciones peninsulares. 

Al abandonar con tristeza el establecimiento minero de Almadén, volvimos al camino de hierro para seguir la linea de Lisboa. La provincia de Ciudad-Real iba quedando atrás, presentándose ante la vista una de las más ricas de Extremadura. En el tránsito se veía el valle de la Alcudia, posesión real un tiempo, hoy de la nación, de inmenso valor y de valiosos productos.