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lunes, 30 de septiembre de 2024

Actividad del cerebro los últimos 7 minutos de la vida y poco antes, dos artículos

Dos artículos recientes:

I

 Paula Gonçalves, "¿Qué actividad muestra nuestro cerebro en los últimos 7 minutos de nuestra vida?" en Meteored Portugal, 30/08/2024: 

¿Qué actividad muestra nuestro cerebro en los últimos 7 minutos de nuestra vida? Esto dicen unos científicos de Canadá. Según diversas fuentes, incluso después de declarar muerta a una persona, su actividad cerebral sigue activa durante otros 7 minutos. ¿Es esto cierto? Según algunos científicos, los últimos 7 minutos de nuestro cerebro sugieren que la vida pasa realmente ante nuestros ojos.

Según un grupo de profesionales médicos de una unidad de cuidados intensivos en Canadá, la actividad cerebral de un paciente continuó durante siete minutos después de que se apagara su sistema de soporte vital.

Informan que las ondas cerebrales continuaron como si la persona estuviera durmiendo, incluso después de que los médicos la declararan clínicamente muerta. Los investigadores también han descubierto que cada paciente puede tener una experiencia muy diferente con la muerte.

El Dr. Sam Parnia, que ha estudiado la conciencia post mortem y examinado casos de paro cardíaco en Europa y Estados Unidos, dice en un artículo publicado en Science Times que el siguiente paso es descubrir formas de monitorear el cerebro cuando está "cerca de la muerte", mejorar la calidad de la reanimación y prevenir mejor el daño cerebral después de que el corazón se reinicie.

"Me sentí como si estuviera en una gran cueva oscura y vi algo de luz al final. Los profesionales de la salud dicen que es una condición médica hasta que el suministro de sangre deje de llegar a los ojos, usted experimentará este tipo de alucinaciones. Es normal para todos los seres humanos." Relato de un paciente que casi pierde la vida tras pasar un periodo en coma.

Los investigadores también observaron el cerebro durante siete minutos para determinar cuánto oxígeno entra cuando la corteza se "conecta" nuevamente y cómo la experiencia se vincula con el funcionamiento real del cerebro. Después de la muerte, observaron la misma actividad en la corteza cerebral y otras áreas del cuerpo del paciente.

La conciencia de una persona puede funcionar incluso después de que su corazón haya dejado de latir

Según Parnia, las personas que han sobrevivido a un paro cardíaco pueden volver a morir mientras están muertas y son devueltas a la vida. Esto significa que un cadáver puede mantenerse en estado de conciencia, incluso si el cerebro solo funciona durante un corto tiempo. Como resultado, es posible que incluso escuchen al personal médico declararlos muertos.

El hecho de que existan pruebas que sugieran que el fallecido pudo haber sido declarado muerto por sus propios médicos es aún más sorprendente. El estudio muestra que las personas que sobreviven a un paro cardíaco pueden volver a la vida después de morir.

Pero ¿qué pasa en los últimos 7 minutos?

Rajalakshmi Tevar desglosó los últimos siete minutos, sugiriendo lo que sucede en el cerebro en cada minuto. Según ella, el primer minuto es una fase cálida y acogedora, en la que recordamos nuestro nacimiento, el hospital, nuestra madre y nuestro padre. El cerebro registra cada evento que ve.

El segundo minuto está dedicado a algunos de los momentos más felices, recuerdos de la infancia, con amigos y familiares. El tercero está dedicado a los compañeros más cercanos y las experiencias amorosas. Del primero al último amor. Cada uno de los recuerdos, el primer beso, los primeros abrazos.

El cuarto minuto trae de vuelta los momentos solitarios y tristes, cuando la mayoría de las personas involucradas en los primeros tres minutos se van. Nos quedan todos los recuerdos de tristeza cuando nos sentimos completamente solos.

El quinto minuto es supuestamente un flashback de los momentos sorprendentes de la vida de la persona, y el sexto está asociado con el juicio, con todos los recuerdos de la vida. En este punto se cree que una persona se juzga a sí misma, si realmente ha vivido una vida buena o mala, si ha hecho buenas o malas acciones hacia los demás. El individuo juzga su carácter y la forma en que interactuó con las personas en su vida.

El último minuto sigue siendo misterioso, impredecible. Incluso aquellos que han tenido experiencias cercanas a la muerte no tienen un recuerdo claro de este minuto, nadie ha podido recordar ningún recuerdo en el último momento.

Sin embargo, cuando los científicos investigaron el cerebro, descubrieron algo fascinante. Todas las sustancias químicas del cerebro, como la dopamina, la melatonina y la serotonina, corrían y creaban energía total. Pero aun así, no podían entender por qué sucedía esto.

Según los investigadores, estos 7 minutos son como volver a vivir nuestra vida entera. Es solo una vida pequeña, y todos lo sentiremos algún día, porque la muerte es inevitable.

II

Mariela de Diego, "¿Qué sucede cuando nos morimos? Lo que la ciencia sabe hasta hoy", en Meteorred Argentina, 4 - IX- 2022:

Todos nos vamos a morir. Y a diferencia de otros seres vivos, nosotros lo sabemos. Es un saber que genera angustia y muchos interrogantes. La ciencia busca respuestas y algunos hallazgos –por suerte- no son tan aterradores cómo pensábamos.

La pregunta por la muerte, por el instante final, preocupa al hombre desde el inicio de sus días y durante miles de años la filosofía, el arte y la religión intentaron responder y representar lo que ocurre en el momento en que pasamos de la vida a la muerte.

Por supuesto, la ciencia moderna también va detrás de esas grandes incógnitas. Hoy sabemos que en general, al momento de morir, todos perdemos los sentidos en el mismo orden: primero dejamos de sentir hambre y sed, luego perdemos la capacidad de hablar y después la visión. Los últimos sentidos en apagarse son la audición y el tacto, por eso muchas personas, aunque parezcan estar inconscientes, aún pueden escuchar y sentir lo que sucede a su alrededor en los últimos momentos.

Al momento de morir, todos perdemos los sentidos en el mismo orden: primero dejamos de sentir hambre y sed, luego perdemos la capacidad de hablar y después la visión.

Pero además, con el avance de la tecnología de imágenes, la investigación científica puede conocer con mucha precisión lo que sucede en el cuerpo y en cerebro en el momento que nos vamos de la vida. Y, sorprendentemente, algunos estudios dan cuenta de que no sería una experiencia aterradora. Más bien todo lo contrario.

La enseñanza de las ratas y la psicodelia

En una investigación de la Universidad de Michigan en 2013, se descubrió que las ratas tienen un aumento de la actividad cerebral luego de experimentar la muerte “física”. Y que las ondas gamma del cerebro se presentan más sincronizadas que en el estado normal de vigilia. De aquí se dedujo que, entre la muerte clínica y la muerte cerebral, las ratas pueden experimentar “algo”. Las siguientes preguntas quedaron planteadas: ¿qué es ese algo?, ¿sucede lo mismo en los humanos?

El neurocientífico Chris Timmerman, del Imperial College de Londres, encabezó una investigación en la que se compararon dos experiencias a primera vista diferentes. La hipótesis fue que puede haber similitudes entre lo que sucede en nuestro cerebro al morir y los efectos en la conciencia inducidos por sustancias psicodélicas, o DMT (Dimetiltriptamina), que provoca efectos alucinógenos.

Para el estudio, se compararon los reportes de personas que estuvieron clínicamente muertas por algunos momentos y luego regresaron a la vida. A esto se le llama “Experiencia Cercana a la Muerte” o NDE por sus siglas en inglés.

Línea Mortal

En la película Línea Mortal un grupo de estudiantes de medicina experimenta con el pasaje de la vida a la muerte.

Por otro lado, a un grupo de voluntarios se le suministró DMT, que produce efectos en las funciones cerebrales como la percepción y la cognición. Durante el experimento se midió su actividad cerebral y cuando regresaron a la realidad, se les pidió que describieran la experiencia usando la misma herramienta de verificación que se usa para evaluar las experiencias cercanas a la muerte.

Y ahora viene lo más interesante, ambas experiencias son idénticas.

Tanto unos como otros, describen el momento como una sensación de paz, un estado de unidad con los otros y con el mundo, un estado de trascendencia en el tiempo y el espacio.

La actividad cerebral detectada en los escáneres también resultó llamativa. El líder de la investigación dijo: "Lo que sabemos ahora es que parece haber un aumento de la actividad eléctrica. Esas ondas gamma parecen ser muy pronunciadas y pueden ser responsables de las experiencias cercanas a la muerte.” Es decir que, de acuerdo a este estudio, la experiencia cercana a la muerte resultaría ser sorprendentemente similar a los efectos de un poderoso alucinógeno.

Las preguntas aún están abiertas, pero la ciencia es obstinada. "Es muy interesante lo que está sucediendo en estos días con los escáneres cerebrales y cómo podemos descifrar lo que está pasando en el cerebro. Hay escaneos que se realizan en personas en los que puedes reproducir, si están viendo una película, qué tipo de película están viendo”, explicó Timmerman.

Si alguna vez la humanidad se preguntó cómo se sentiría volar, o poner un pie en la Luna, es probable que pronto el pasaje de la vida a la muerte también deje de ser un misterio. Ojalá. Así por fin, quizá ya no sea tan angustiante saber que nos iremos.

Los cinco arrepentimientos más comunes antes de morir, según Enrique Rojas

 Los cinco arrepentimientos más comunes antes de morir, según Enrique Rojas

Hablar sobre la muerte suele ser incómodo, pero el psiquiatra Enrique Rojas destaca la importancia de reflexionar sobre los arrepentimientos más comunes que las personas experimentan al final de sus vidas. A lo largo de décadas de trabajo con pacientes en cuidados paliativos, Rojas ha identificado cinco grandes arrepentimientos que, según él, son universales y ofrecen valiosas lecciones sobre el sentido de la vida.

1. Haber trabajado demasiado

Uno de los arrepentimientos más frecuentes es haber dedicado demasiado tiempo al trabajo, sacrificando momentos valiosos con seres queridos o tiempo para uno mismo. Según Rojas, muchas personas llegan a lamentar haber puesto el trabajo como prioridad, dejando de lado la vida personal, lo cual genera una sensación de pérdida irrecuperable.

Este arrepentimiento destaca la importancia de encontrar un equilibrio entre la vida profesional y personal. Vivir inmersos en una rutina de obligaciones laborales puede alejarnos de lo que realmente importa: nuestras relaciones y bienestar emocional.

2. Darle importancia a cosas triviales

El segundo gran arrepentimiento es haber otorgado demasiada importancia a asuntos que, con el tiempo, se revelaron como irrelevantes. Rojas lo llama "justicia de juicio": la habilidad de evaluar con claridad qué merece nuestra preocupación y qué no. Preocuparnos por aspectos triviales, como problemas cotidianos menores, puede apartarnos de lo esencial.

Las personas en el lecho de muerte lamentan haber permitido que esas preocupaciones nublaran su juicio, restando energía a disfrutar de momentos valiosos.

3. No haber disfrutado más de la vida

El tercer arrepentimiento recurrente es no haber disfrutado lo suficiente de la vida. En la vorágine del día a día, es fácil olvidarse de disfrutar los pequeños placeres que hacen la vida significativa. Para muchos, esto incluye no haber viajado más, no haber aprovechado el tiempo con los amigos o no haber hecho lo que realmente les apasionaba.

Este arrepentimiento subraya la necesidad de hacer pausas y permitirnos disfrutar del presente en lugar de vivir constantemente enfocados en lo que "debemos" hacer.

4. No haber sido uno mismo

Otro arrepentimiento común es no haber sido fiel a uno mismo. Muchas personas sienten que vivieron según las expectativas de los demás: familiares, amigos o compañeros de trabajo. No haber seguido sus propios deseos o metas, por temor a ser juzgados o no encajar, es algo que atormenta a muchos en sus últimos días.

Rojas recalca la importancia de ser auténticos y seguir un camino propio, en lugar de uno impuesto por las expectativas ajenas.

5. No haber encontrado respuestas a las grandes preguntas

Finalmente, el último gran arrepentimiento es no haber dedicado tiempo a reflexionar sobre los grandes interrogantes de la vida. Preguntas como el propósito de la vida, el sentido de la existencia o la trascendencia personal, a menudo se relegan durante la juventud y adultez, pero en el ocaso de la vida adquieren una importancia crucial.

La falta de respuestas a estos cuestionamientos puede generar una sensación de vacío. Rojas invita a explorar estos temas a lo largo de la vida, para llegar al final con una mayor paz interior.

Reflexiones finales

La muerte, aunque un tema tabú, ofrece valiosas lecciones sobre cómo debemos vivir. Los arrepentimientos más comunes de las personas en el lecho de muerte nos invitan a revisar nuestras prioridades, equilibrar nuestra vida laboral, disfrutar del presente, ser auténticos y buscar respuestas profundas. Estas reflexiones nos permiten vivir de manera más consciente y plena, evitando que esos arrepentimientos nos acompañen al final del camino

lunes, 26 de febrero de 2024

Nuevo concepto sobre la muerte

Considero que la muerte es un agujero negro, pues "en el fondo" son la misma cosa: los datos de nuestra vida, como los de cualquier cosa, se estiran al llegar al fin del tiempo y quedan almacenados como una estructura holográfica en el horizonte de sucesos.

sábado, 24 de febrero de 2024

Necrosis

Así describen en Quora la muerte los ateos, pero no comparto que no haya otra vida tras la muerte. Como Cervantes, pienso que el ser humano que no tiene esperanza no es un ser humano, es... un muerto andante:

I

Después de tomar mi último aliento, mis neuronas cerebrales se dispararán en una explosión de actividad.

Los científicos no están seguros exactamente por qué, pero lo han visto suceder.

Probablemente alucinaré un poco cuando mi conciencia se desvanezca.

Mi sentido del oído, supuestamente, será el último en desaparecer.

Y luego, la nada.

Todo lo que era "yo" se ha ido y terminó para siempre.

No lo sabré, así como no sabía nada antes de que fuera concebido.

Mi cuerpo se enfriará y comenzará el proceso de descomposición, detenido, probablemente, por refrigeración.

Seré incinerado y mis cenizas esparcidas si se cumplen mis deseos.

Mi familia y amigos sobrevivientes se afligirán, pero dentro de unos 50 años, seré completamente olvidado, como es natural.

El mundo continuará sin mí.

Mis cenizas y fragmentos de huesos serán absorbidos por la tierra.

Se convertirán en flores y árboles.

Mis átomos serán absorbidos en semillas y polen, y alimentaré a las aves e insectos que alimentarán a los pequeños mamíferos.

Seré parte de la cadena interminable de reciclaje de materia que es el universo.

Un día, el sol se expandirá y quemará la vida de este planeta.

El universo mismo terminará.

Mi carbono podría formar parte del próximo Big Bang a medida que el ciclo comience de nuevo.

II

En el momento de la muerte, el cerebro tiene una oleada de actividad ya que su último oxígeno se agota, y luego se oscurece.

Las hormonas que regulan las funciones corporales dejan de ser secretadas por el cerebro, y aunque algunas funciones físicas continúan durante unos minutos, finalmente todas las funciones humanas se detienen y comienza el proceso posterior a la muerte.

En primer lugar, al morir, todos los músculos se relajan.

Se necesita quemar oxígeno para obtener energía para mantenerte tenso, sin O2, sin tensión.

Esto incluye los esfínteres del cuerpo, por lo que la muerte a menudo causa defecación e incontinencia.

Ahora, solo porque el cuerpo está médicamente MUERTO, no significa que todo lo esté.

Algunas células continúan quemando la energía restante, lo que contribuye a lo que sucede después de que morimos.

Sin mencionar los 100 billones de bacterias que viven en nuestros intestinos, en nuestra piel y en otros lugares.

Han estado con nosotros toda nuestra vida ... no hay razón para detenerse ahora.

Algor mortis, o el escalofrío de la muerte, comienza inmediatamente después de la muerte.

En promedio, un cuerpo humano pierde 1.5 grados (.83 C) por hora hasta que alcanza la temperatura ambiente.

Sin un latido cardíaco, la sangre y los fluidos comienzan el proceso de lividez, sucumbiendo a la gravedad y acumulándose en los puntos más bajos del cuerpo.

En las personas de piel clara, la sangre acumulada es visible fuera del cuerpo como un azul violáceo oscuro, ¡y después de dos horas se coagula!

Así es como los especialistas forenses pueden saber si un cuerpo ha sido movido.

Dentro de tres a seis horas, el rigor mortis se establece, tensando los músculos nuevamente.

Después de la muerte, el calcio inunda los músculos y se une con proteínas que controlan la contracción muscular.

Esta unión incontrolada hace que los músculos se tensen durante 24 a 48 horas.

Los ojos se nublarán durante este tiempo, especialmente si se dejan abiertos.

Y una vez que se establece el rigor, se quedan atrapados de esa manera por un tiempo, ¿así que todo ese asunto de cierre en las películas?

Es posible siempre y cuando llegue a ellos rápidamente.

Aunque es posible que no tenga que hacerlo, porque según un estudio publicado en el Indian Journal of Palliative Care, ¡el 63 por ciento de las personas cerró completamente los ojos al morir!

Estás muerto y comienza la descomposición.

Sus células están muertas y comienzan a descomponerse.

En este caso, la muerte celular ocurre debido a la necrosis.

Es desordenado, y sin circulación, el cuerpo no puede limpiar la célula muerta.

A medida que el dióxido de carbono se acumula y el pH de los tejidos aumenta, las células se debilitan y, finalmente, sus membranas se rompen, liberando su interior en el tejido circundante.

Las enzimas en ese fluido causan daños, ampollas y cambios de color, esto continúa por un tiempo ... Al segundo o tercer día se inicia la putrefacción.

El oxígeno ha sido agotado por los microorganismos naturales en nuestros sistemas respiratorio y gastrointestinal, y han comenzado a extenderse a otras secciones del cuerpo.

Por ejemplo: las enzimas en el páncreas hacen que se digiera, y las bacterias intestinales AMAN eso, por lo que también lo comen, lo que le da al abdomen un color verdoso.

El gas comienza a acumularse, forzando a los no digeribles como las heces; fuera del cuerpo.

Esto es cuando el olor es simplemente ... más que horrible.

Lo he olido, no quieres.

Dos productos químicos de aminas orgánicas: la putrescina y la cadaverina se crean durante esta interacción, y finalmente llega a los vasos sanguíneos.

Imagine una carretera post-apocalíptica ... usando eso, llegan al resto del cuerpo y exudan causando un orrible olor a podredumbre.

Finalmente, la necrosis y el trabajo de las bacterias cambian el verdor a púrpura y luego a NEGRO.

El olor hace que más insectos vengan a poner huevos e invadan el cuerpo.

Una mosca voladora puede poner 300 huevos que eclosionarán en un solo día.

¡Sus larvas eclosionarán y comerán tejidos cercanos durante una semana como gusanos antes de transformarse en una mosca!

Durante la próxima semana, los gusanos y las bacterias abren agujeros en el cuerpo, liberando el gas (y el olor) aún más.

¡Estos gusanos pueden consumir el 60 por ciento de un cuerpo en solo una semana!

Pero aún queda mucho por hacer, esta fue solo la primera SEMANA.

A continuación, comienza la fermentación butírica y los órganos y tejidos comienzan a secarse y encerarse, ¡como una momia!

Los tejidos están siendo digeridos lentamente por MÁS bacterias, insectos, protozoos y hongos.

Esta etapa lleva mucho tiempo, tal vez tanto como un año o más en temperaturas moderadas.

Una vez que los líquidos están casi secos, comienza la descomposición.

Los tejidos y órganos blandos se secan y se consumen, pero los huesos, el cabello, el cartílago y los subproductos pegajosos de las etapas anteriores todavía están presentes.

Esto es cuando una variedad de escarabajos y moscas se mueven en cada especie buscando comer parte de lo que queda.

En los años siguientes, las plantas y los animales se comerán el esqueleto y eventualmente ... polvo a polvo.

Se fue para siempre.

III

“Polvo eres y en polvo te convertirás”. Polvo de estrellas somos y en polvo de estrellas nos convertiremos.

No hay consciencia sin un ser vivo consciente. La consciencia es un estado fisiológico de los seres vivos. La consciencia es la capacidad de reconocerse, constatarse propiamente ante el entorno.

No tenemos consciencia de nosotros mismos hasta que nacemos, de hecho ha de pasar algún tiempo desde que nacemos para que tengamos consciencia de nosotros mismos.

Si no hemos tenido consciencia antes de nacer, ¿por qué la vamos a tener después de morir?

Tras haber estado en coma, por un trauma cerebral o cualquier otra lesión cerebral reversible, por ejemplo, durante un paro cardíaco que ha sido reanimado con éxito; nadie tiene consciencia durante ese estado. Nadie recuerda nada, salvo la famosa luz al final del túnel, pero esas visiones también las tenemos durante nuestros sueños, cuando hay actividad cerebral. Nadie que no haya sido reanimado con éxito, nos ha podido contar esa famosa visión de la luz al final del túnel. Nadie ha vuelto a la vida después de la muerte. Nadie nos ha contado nada después de estar efectivamente muerto.

Como soy atea, y a nosotros los ateos va dirigida la pregunta, no tengo por qué hablar de los dioses, ni de las religiones, ni de las ideas religiosas, ni de la vida después de la muerte. Eso queda para los que no son ateos.

Que les hagan a ellos la pregunta: No ateos, ¿qué crees que pasa cuando morimos?

Sin actividad cerebral no hay consciencia. Los donantes de órganos para el trasplante, son personas en estado de muerte cerebral, es decir, que son personas en las que se ha constatado que no tienen actividad cerebral.

Tras morir, nuestros órganos comienzan a descomponerse y a pudrirse. El primer órgano que lo hace es el cerebro, sino no podrían recuperarse otros órganos para el trasplante.

Pocas horas después de la muerte comienzan a ser inviables todos los órganos de nuestro cuerpo. El cerebro sólo puede recuperarse íntegramente, tras un paro cardíaco y una reanimación eficaz, unos treinta minutos después de ocurrido el paro cardíaco, a veces puede resistir algo más, hasta una hora, en casos de hipotermia (temperatura baja).

A veces pueden recuperarse los latidos cardíacos y toda la actividad orgánica, menos la cerebral. Es decir conseguimos recuperar todo el cuerpo menos el cerebro, es lo que se conoce como estado vegetativo. Tras una reanimación cardiopulmonar exitosa puede que sólo tengamos un vegetal. Una maceta.

Si hemos aceptado que sin cerebro no hay consciencia. Que sólo somos una especie más de las que pueblan nuestro planeta Tierra. Que la Tierra es un planeta más de los muchos que hay en nuestro Sistema Solar. Que nuestro Sol es sólo una estrella más entre los millones de estrellas de la Vía Láctea. Que la Vía Láctea es sólo una galaxia más entre los millones de galaxias de nuestro Universo.

Si hemos aceptado que todas las estrellas nacen y mueren. Que cuando muere una estrella se crean todos los átomos, a partir del hidrógeno, átomo que constituye la casi totalidad de la masa de una estrella. Es decir, que cuando las estrellas mueren se crean todos los demás átomos que componen nuestros cuerpos.

Hemos de aceptar que somos polvo de estrellas. Que seguiremos el curso de nuestro Universo, pero sin ser conscientes de nada. Estaremos tan vivos como una piedra, ni siquiera llegaremos al nivel de maceta.

lunes, 12 de febrero de 2024

La muerte material

Curiosidades sobre la muerte física:

Tras la decapitación, la cabeza humana permanece consciente durante unos 20 segundos.

El aire fresco es bueno para el cuerpo muerto, ya que se descompone en el aire dos veces más rápido que en el agua y ocho veces más rápido que enterrado en el suelo.

El cuerpo se descompone sobre todo de dentro afuera. Son las enzimas digestivas las que empiezan el trabajo y descomponen nuestros cuerpos: comienzan tres días después de la muerte.

La muerte trabaja a destajo: aproximadamente 6375 personas mueren cada hora; eso es alrededor de 153.000 personas por día.

Cuando uno nace, llora; cuando muere, el último sentido que se pierde es el sentido del oído: lo último que oímos suele ser el llanto de los demás, si es que hemos merecido la pena.

No se muere de "vejez", sólo de enfermedades de la vejez. Ahora piensa en lo que sucede cuando tratamos de evitar todas las enfermedades; tal vez por eso la naturaleza inventa nuevas enfermedades.

Los hombres sufren una erección con el ahorcamiento. 

En algunos casos las reacciones químicas en los cuerpos desarrollan una cera que puede preservar los restos: por eso se preservaron muchos esqueletos de la Edad de Piedra.

Los científicos forenses pueden determinar el momento de la muerte observando la estadística y evolución cronológica de los "bichos" dentro del cadáver.

Las uñas no crecen más después de la muerte, aunque sí nos lo parece, porque la piel de las uñas se encoge.

Más de 7.000 personas al año mueren a causa de la mala letra de los médicos. Esto conduce a confusión de medicamentos o sobredosis. Es bueno que las recetas se impriman hoy.

Las personas zurdas mueren unos 3 años antes que las personas diestras. Nadie sabe por qué.

martes, 19 de septiembre de 2023

Entrevista al Dr. Raymond J. Moody sobre la muerte

Entrevista de Sara Vazquez a Raymond J. Moody, "Psiquiatra, filósofo, médico y especialista en experiencias cercanas a la muerte", La Opinión de A Coruña, 2- XI-2011:

Raymond Moody: "Pitágoras aseguraba recordar ocho de sus vidas pasadas". "Cuando alguien tiene una experiencia cercana a la muerte, siente que está volviendo a la realidad y esta realidad que ahora conocemos, en comparación con la otra, les parece el sueño"

 -¿Cómo cambian las personas al vivir experiencias cercanas a la muerte?

-La gente siente que el propósito original, primigenio, de la vida es aprender a amar. También se convencen de que lo que llamamos muerte es una transición hacia otra realidad.

-¿En todos los casos que ha estudiado la gente regresa de una muerte clínica con recuerdos así o no todos viven estas sensaciones?

-Algunos se acuerdan y otros no. Es curioso que no sabemos por qué hay gente que se acuerda y otra que no. No tiene nada que ver con la edad del paciente, porque gente muy joven y gente muy mayor tiene esas experiencias; tampoco con una enfermedad o herida concreta que les lleve a ese estado; tampoco si eran religiosos o no. Después de muchos años de investigación por muchos doctores en todo el mundo, todavía no hemos sido capaces de identificar por qué algunos sí tienen estas experiencias y otros no.

-¿Las sensaciones y visiones están condicionadas por factores culturales o religiosos?

-Eso es lo que uno piensa de forma abstracta, pero en realidad parece que no. Hay gente que experimenta estos fenómenos en China, Japón, África, en toda Europa y Norteamérica. Y allá donde voy, la narración que hacen es la misma. En todas las culturas dicen que les resulta muy difícil explicarlo con palabras, así que toman prestada terminología de su propia cultura, de su propia religión. Aun así, dicen que lo que narran no es adecuado. Incluso gente con muchos estudios dice que todo es más de lo que se puede explicar con palabras.

-Entonces, ¿no toda la gente que experimenta esto es religiosa?

-No. Tenemos muchos, muchos, muchísimos pacientes que antes de tener esta experiencia no tenían ningún tipo de creencia religiosa.

-¿Y después, sí?

-Sí. Después, la gente vuelve con la convicción de que la vida existe después de la muerte. Aquellos que antes de esta experiencia eran religiosos dicen que han aprendido que no hay ninguna religión particular que tenga ningún monopolio al respecto. Que después de esto sienten que la denominación religiosa o una ideología concreta no tiene ninguna importancia.

-¿Usted es religioso?

-No, no per se. Yo no nací en una familia religiosa, pero a pesar de eso, a lo largo de mi vida, he llegado a aceptar que existe un dios, pero no por creencias religiosas, sino llamémosle una maduración personal de mi proceso de crecimiento. Pero para mí la noción de dios no se conecta con ninguna religión en concreto.

-¿Qué similitudes hay entre estas experiencias y soñar?

-Un montón. De hecho, como todos sabemos, cuando la gente se despierta por la mañana y vuelve a la consciencia, sienten que están volviendo a la realidad. En contraste, los sueños parecen muy poco reales e incoherentes. Pero, cuando alguien tiene una experiencia cercana a la muerte, siente que está volviendo a la realidad. Desde su punto de vista, esta realidad que ahora conocemos en comparación con la otra les parece el sueño. Dicen que el estado de consciencia en el que se entra parece hiperreal en comparación con este. Más real y más coherente que la realidad diaria de nuestro estado de vigilia. En Occidente, Platón ya habló de esto. Decía que el mundo de después de la vida es más real que el mundo real; que, después de esa experiencia, esto parece irreal comparado con aquello.

-Usted creó un instituto para estudiar el contacto con muertos mediante cristalomancia.

-Plutarco o Heródoto los describen en su obra, y Sócrates y muchos de los filósofos antiguos se supone que trabajaban en estos oráculos. Los científicos pensábamos que era o leyenda o fraude. Pero en los años 70, encontraron e hicieron excavaciones en el más famoso de los oráculos y con base en los hallazgos arqueológicos y a antiguos documentos griegos, yo fui capaz de recrear la estructura de cómo funcionaba aquello. Pedí a mis alumnos de Psiquiatría que se graduaban y a mis colegas médicos que participasen en el experimento. Y descubrimos que la gente tenía experiencias vívidas tridimensionales y casi apariciones vivas de los muertos.

-¿No puede ser autosugestión o imaginación?

-¿Qué es imaginación? Para mi gran sorpresa, la gente que tiene esta experiencia lo narra como un suceso real. Esto no prueba que lo sea, pero es bastante sorprendente que así es como la gente lo siente. Aunque las preguntas de si es real o es imaginación probablemente están más allá de la determinación real de la lógica.

-Conoce a gente que afirma haber vivido otras vidas.

-Sí. De nuevo tengo que remontarme a la Filosofía antigua. Pitágoras y Platón eran reencarnacionistas. Pitágoras afirmaba recordar ocho de sus vidas pasadas. Yo creo que es un mito que la reencarnación viene importada de las culturas orientales; lleva en la cultura occidental desde los primeros tiempos. Muchos de los grandes filósofos, incluyendo al gran escéptico, David Hume, en el siglo XVIII, dicen que la única posibilidad coherente de que exista la vida después de la muerte era la posibilidad de volver a nacer en otro cuerpo. Pero por supuesto hay otras teorías.

-¿Es posible diferenciar a un médium de un impostor?

-La gente debe tener mucho cuidado. Sí, hay técnicas de mentalistas que pueden convencerte de que saben cosas de ti que no pueden saber. Pero aparte de trucos, creo que hay individuos que parecen tener un talento extraordinario. De hecho, sabemos que hay niños que nacen con este talento, que afirman hablar con espíritus y ver ángeles. Y para los padres son niños felices, totalmente normales psicológicamente.

-¿Existen los ángeles?

-No tengo ni idea.

-Pero sí hay gente a la que usted da credibilidad que dice haberlos visto. Y a fantasmas.

-Sí. Y muchos estudios médicos han mostrado que un porcentaje alto de gente que ha perdido a un ser querido ha tenido apariciones de sus seres queridos. Y en Psiquiatría esto lo vemos totalmente normal, es parte de un ser humano y algo que nos conecta con la antigüedad. Y solo resulta chocante que la gente aún considera esto algo muy personal y de lo que no se habla abiertamente por si les juzgan mal.

martes, 12 de septiembre de 2023

Un viaje sin prisa

De Anahí Michel, en Quora:

Cuentan que un taxista de Nueva York llegó a la dirección desde la que habían solicitado sus servicios y tocó el claxon. Después de esperar unos minutos volvió a tocar el claxon. Como esa iba a ser la última carrera de su turno, pensó en marcharse, pero en su lugar, estacionó el automóvil y caminó hacia la puerta y llamó... "Un minuto", respondió una frágil voz de anciana. El taxista oyó algo que se arrastraba a través de la puerta. Después de una larga pausa, la puerta se abrió. Una pequeña mujer de unos 90 años estaba de pie ante el taxista. Llevaba un vestido estampado y un sombrero con un pequeño velo, como alguien sacado de las películas de los años 40. A su lado había una pequeña maleta de nailon. El apartamento parecía que no había sido habitado durante años. Los muebles estaban cubiertos con sábanas. No había relojes en las paredes, ningún trasto ni utensilio en los mostradores. En el rincón había una caja de cartón llena de fotos y cristalería."¿Sería tan amable de llevarme la maleta al coche?", dijo. El taxista llevó la maleta al taxi y regresó para ayudar a la anciana. Ella se agarró a su brazo y lentamente caminaron hacia la acera. La anciana no paraba de agradecer la amabilidad del taxista. "No es nada", le dijo, "Solo intento tratar a mis clientes del modo en que me gustaría que trataran a mi madre"."Oh, usted es un buen muchacho", dijo ella. Cuando se metieron en el taxi, ella le dio una dirección y entonces le preguntó al taxista: "¿Le importaría llevarme por el centro?""No es el camino más corto", respondió rápidamente el taxista."Oh, no me importa", dijo ella, "No tengo ninguna prisa. Voy de camino a un Asilo". El taxista miró por el retrovisor. Los ojos de la anciana brillaban. "No me queda familia ninguna", prosiguió con una suave voz. "El médico dice que no me queda mucho tiempo." El taxista extendió el brazo lentamente y paró el taxímetro."¿Qué ruta quiere que tome?", preguntó. Durante las siguientes dos horas, dieron vueltas por la ciudad. Ella le enseñó al taxista el edificio donde años atrás había trabajado de ascensorista. Pasaron por el barrio donde ella y su esposo había vivido de recién casados. La anciana le hizo parar frente a un almacén de muebles que una vez había sido un salón de baile en el que ella había bailado de joven. Algunas veces, la anciana le pedía que aminorara la marcha enfrente de algún edificio o esquina en concreto y se sentaba mirando fijamente en la oscuridad sin decir nada. Cuando el primer esbozo de los rayos de sol aparecían por el horizonte, ella dijo de repente: "Estoy cansada. Vámonos ya". El taxista condujo en silencio hacia la dirección que ella le había dado. Era un edificio bajo, como un pequeño sanatorio, con un camino de entrada que pasaba por debajo de un pórtico. Dos camilleros salieron tan pronto como pararon. Eran solícitos y resueltos, observando cada movimiento de ella. Debían de haber estado esperándola... El taxista abrió el maletero y llevó la maletita hasta la puerta. La mujer ya estaba sentada en una silla de ruedas."¿Qué le debo?", preguntó buscando en el monedero."Nada", dijo el taxista." Por favor, tiene que ganarse la vida", respondió ella."Hay más clientes", respondió el taxista. Casi sin pensar, el taxista se inclinó y le dio un abrazo. Ella se abrazó a él fuertemente."Usted ha dado a una vieja un pequeño momento de alegría", dijo ella. "Gracias". El taxista caminó hacia la tenue luz de la mañana... Detrás de él se cerró una puerta. Fue el sonido del cierre de una vida. El taxista no recogió ningún cliente más en aquel turno. Condujo sin dirección alguna, sumido en sus pensamientos. Durante el resto de aquel día, apenas pudo hablar. ¿Qué hubiera ocurrido si a aquella señora le hubiese tocado un taxista furioso o impaciente por terminar el turno? ¿Qué hubiera ocurrido si él se hubiera negado a hacer la carrera o si solo hubiese tocado el claxon una vez y se hubiera marchado? Entonces pensó que no había hecho nada más importante que aquello en su vida.

Estamos condicionados a pensar que nuestras vidas giran alrededor de grandes momentos. Pero los grandes momentos muchas veces nos pillan desprevenidos y por sorpresa, envueltos maravillosamente en lo que otras personas considerarían un momento sin importancia.

jueves, 24 de febrero de 2022

Grabada la transición neurológica a la muerte. Se descubre que recordar pasajes de la vida es real.

El Mundo, 24 febrero 2022, "Un "accidente" científico registra la primera 'grabación' de un cerebro moribundo".

 La vida pasa efectivamente ante nuestros ojos antes de morir: descubren que el cerebro desata un "recuerdo de la vida" antes de la muerte

La vida pasa ante tus ojos antes de morir. La poética frase podría cobrar sentido científico tras un descubrimiento accidental. Un grupo de neurocientíficos estonios grabó "por casualidad" una importante descarga de recuerdos en el cerebro de un hombre a punto de morir.

El equipo del doctor Raúl Vicente, de la Universidad de Tartu, en Estonia, sometían a un electroencefalograma a un paciente, de 87 años y enfermo de epilepsia, para estudiar las convulsiones y poder ajustar el tratamiento. Durante la prueba, el paciente sufrió un infarto y murió, de forma que sus últimas señales cerebrales quedaron grabadas. Es la primera vez que se registra la actividad de un cerebro humano en el momento del fallecimiento.

"Medimos 900 segundos de actividad cerebral alrededor del momento de la muerte y establecimos un enfoque específico para investigar qué sucedió en los 30 segundos antes y después de que el corazón dejara de latir", explica el Dr. Ajmal Zemmar, neurocirujano de la Universidad de Louisville, en EEUU, coautor del estudio que se publica en la revista Frontiers in Aging Neuroscience.

"Justo antes y después de que el corazón dejara de funcionar, vimos cambios en una banda específica de oscilaciones neuronales, las llamadas oscilaciones gamma, pero también en otras, como las oscilaciones delta, theta, alfa y beta", afirma. Estas ondas cerebrales son patrones de actividad cerebral, y estas oscilaciones se producen en relación con funciones cognitivas, como la concentración, el sueño, la meditación, la recuperación de la memoria, el procesamiento de la información y la percepción consciente, pero también a las asociadas con los recuerdos, explica la revista.

"A través de la generación de oscilaciones involucradas en la recuperación de la memoria, el cerebro puede estar reproduciendo un último recuerdo de eventos importantes de la vida justo antes de morir, similar a los reportados en las experiencias cercanas a la muerte", sugiere Zemmar. "Estos hallazgos desafían nuestra comprensión de cuándo termina exactamente la vida y generan importantes preguntas posteriores, como las relacionadas con la donación de órganos".

"Como neurocirujano, a veces me enfrento a pérdidas. Es indescriptiblemente difícil dar la noticia de la muerte a familiares angustiados", asegura el médico. "Algo que podemos aprender de esta investigación es que, aunque nuestros seres queridos tienen los ojos cerrados y están listos para dejarnos descansar, sus cerebros pueden estar reproduciendo algunos de los mejores momentos que vivieron en sus vidas".

sábado, 25 de septiembre de 2021

La desaparición falsamente accidental del agotado creador del manga Chin Chan, Yoshito Usui.

El misterio todavía rodea la muerte del creador del manga y anime Shinchan

3 de octubre de 2009

La muerte de Yoshito Usui, de 51 años, creador del manga y anime Shin-chan, ha dejado a mucha gente atónita. Un amigo de mucho tiempo, al comentar su trágica muerte inesperada, dijo: “La última vez que lo vi fue en primavera. No nos habíamos visto en un tiempo. Era un hombre de pocas palabras pero buen oyente, siempre observador y buscando ideas para utilizar en su trabajo. Por eso me asombró oírle decir que ya no quería trabajar, que ya no tenía nada sobre lo que escribir. Parecía emocionalmente agotado... Cuando escuché la noticia de su desaparición, honestamente tuve este mal presentimiento ".

El cuerpo del escritor fue encontrado una semana después de que se reportara su desaparición el 19 de septiembre, bajo el acantilado de una montaña que limita con Gumma y Nagano.

Un portavoz de Futabasha, el editor de la serie de manga, dijo que Usui debe haberse caído accidentalmente debido a la cámara digital encontrada en la escena, cuya última imagen fue el fondo del acantilado.

Sin embargo, sigue siendo cuestionable si la desgracia fue realmente un accidente. Varias personas habían notado un cambio en el comportamiento de Usui. Un vecino dijo: “Fue al día siguiente de su desaparición. Pasé por su casa y escuché la voz de una mujer de mediana edad que debió estar hablando con alguien por teléfono. La escuché decir: '¡Qué voy a hacer si se suicidó!' Parecía que estaba al borde de una crisis nerviosa ".

El mismo día, la esposa de Usui había acudido a la policía para manifestar que a sus familiares y parientes les preocupaba que su desaparición no fuera un accidente, sino que posiblemente indicara un suicidio.

Una fuente de la editorial dijo que el escritor, que solía ir a bucear y pescar con amigos relacionados con el trabajo, había detenido toda esa recreación en los últimos años. Otro conocido también notó cómo se había vuelto introvertido durante los últimos 2 o 3 años, lo que preocupó a muchos que conocían a Usui. El también escritor Sumishi Alan comenta que la naturaleza cómica del manga de Usui ha cambiado desde 2007, incorporando temas más serios como el terrorismo, el alcoholismo y los deseos de muerte. Refiriéndose a algunos episodios de Shin-can, Alan dice que sintió que Usui estaba bajo estrés emocional.

Que Usui era devoto de los testigos de Jehová es un hecho bien conocido. Cuando el escritor compró una parcela grande en Kasukabe en 1994, hizo construir una iglesia junto a su casa. Tanto él como su esposa dedicaron su tiempo al proselitismo mediante visitas de puerta en puerta y distribución de publicaciones de la iglesia.

Según la fuente de Futabasha, Usui era conocido en la industria por leer el Nuevo Testamento durante 20 minutos completos en cada reunión con su editor. Si bien no era necesariamente agresivo, algunas personas se sorprendieron cuando Usui les dio una copia de la Biblia como regalo. Pero su devoción a la fe parecía haber disminuido hace unos tres años, como lo notó el amigo antes mencionado. Fue aproximadamente al mismo tiempo que Usui comenzó a sufrir severos dolores de espalda, lo que limitó sus actividades.

Un psicoterapeuta clínico especula que la condición del escritor puede explicarse por la menopausia masculina, donde el desequilibrio hormonal puede desencadenar insomnio, fatiga crónica, depresión e incluso deseos suicidas. "Siempre que el escritor estuviera sufriendo de depresión, es concebible que eligiera deliberadamente ir a un lugar peligroso, tanto si tenía la intención de suicidarse como si no".

Los pensamientos que pasaron por la mente del escritor mientras estaba en la cima del acantilado nunca se sabrán

viernes, 10 de septiembre de 2021

Muerte psicogénica

De Jesús Ordosgoitty:

¿Cuál es la forma más extraña de morir? La más extraña y sobre todo la más depresiva en mi opinión, sería la muerte psicogénica. Aunque hay pocos casos, son completamente reales.

La persona que fallece a causa de una muerte psicogénica, es una persona que abandono toda esperanza de vivir una vida fructífera y feliz, esto es causado a menudo por un shock traumático tan fuerte que la persona no se recupera jamás, y junto a una sensación de desesperanza acaba muriendo, usualmente a las semanas de haber pasado por la experiencia traumática.

Para darme a entender mejor, la carga emocional es tan fuerte que la persona simplemente se rinde, no es un suicidio, por que el sujeto no toma parte activamente en quitarse la vida, simplemente deja de luchar.

Un ejemplo de esto sería el caso que dio a conocer Walter Cannon, la persona que investigó por primera vez estas extrañas muertes, en el que una mujer indígena sin querer comió una fruta que provenía de un lugar "tabú", una zona prohibida en su creencia, en menos de 24 horas la mujer había muerto, a pesar de que su salud estaba bien hasta el preciso momento que supo, que la fruta provenía de un lugar "prohibido".

Sin duda es un tema que con todo el respeto hacia los fallecidos, es interesante, por lo menos de discutir e investigar.

domingo, 4 de julio de 2021

Diálogo de un desesperado con su alma

Este es El diálogo de un desesperado con su ánima (Ba; el alma tras la muerte, no antes; los egipcios tenían varios componentes en el espíritu: Ib (el corazón), Ka (la fuerza vital), Ba (el ánima tras la muerte), Aj (fuerza espiritual), Ren (el nombre / la identidad) y Sheut (la sombra).

He tomado la traducción de un texto bilingüe obra de Juan de la Torre Suárez, aquí. Yo me he limitado a adaptar el texto a una forma más legible y literaria, respetando su significado.A mí me parece algo así como un auto sacramental calderoniano dentro del paganismo cruzado con los monólogos de Job.

Abrí la boca para mi ánima y respondí a lo que dijo: Hoy me es demasiado duro que no quiera mi ánima hablarme. Es, incluso, mayor que una exageración y como ignorarme. 

Que por ello no se vaya mi alma, y me atienda... No estará en su mano [1] que huya el día de las angustias. Mirad, mi ánima me extravía, [pero] no la escucho arrastrándome a la muerte antes de que yo vaya a ella, arrojándome al fuego para consumirme [...]

Que me juzgue Thot, el pacificador de los dioses. Que me defienda [2] Jonsu, el escriba de la justicia. Que Ra escuche mis palabras, el comandante de la barca sagrada.

[...] Es agradable que rechacen los dioses los secretos de mi cuerpo. Lo que me respondió mi ánima: ‘No eres un hombre de verdad, eres de verdad un viviente. ¿Qué te beneficia? ¿Que estés preocupado por la vida, como posesor de riquezas?’. Respondí: ‘No me iré mientras esa está en la tierra’.

[...] Pero tus posesiones están muertas, por más que tu identidad (nombre) esté vivo. Él es un lugar de reposo que atrae el corazón. Una morada es el Occidente [...]

Si mi alma me escucha [...] y está de acuerdo su pensamiento conmigo, entonces será afortunada. Haré [5] que alcance el Occidente, como aquel que en su pirámide atendió [6] a un superviviente a su entierro [...]

Si me empujas a la muerte de esta forma, no encontrarás lugar en que puedas posarte [7] en el Occidente. Sé paciente, mi ánima, mi hermana, [espera] hasta que exista [8] mi heredero, quien hará ofrendas y [las] colocará sobre la tumba el día del entierro y él preparará el féretro de la necrópolis’.

Me abrió mi ánima su boca y respondió a lo que dije: ‘Si piensas en el entierro, es una tristeza; es lo que atrae el llanto y vuelve miserable a un hombre; es lo que, al ser arrojado, aparta a un hombre de su casa sobre la colina [primigenia]. No ascenderás a las alturas para que puedas ver [9] a Ra.

¡Oh, quienes edifican con piedras de granito, quienes construyen las pirámides hermosas mediante trabajos hermosos, cuando se convierten los constructores en dioses, su ofrenda de piedras es destruida del mismo modo que los débiles que mueren en la orilla por carecer de sucesor. 

La inundación capturó sus restos y del mismo modo el Sol, y les hablan los peces de las dos márgenes del agua. Escúchame, mira: es bueno escuchar para la gente. Sigue el día felizmente, y olvida la preocupación’  [...] 

Abrí mi boca a mi ánima, y respondí a lo que dijo: ‘Mira, apesta mi nombre, mira, más que el olor de los buitres calvos en un día de la estación de ‘shemu’, cuando el cielo está caliente [...]

Mira: apesta mi nombre, mira, más que el de una mujer esclava calumniada [10] por un hombre.

Mira: mi nombre apesta, mira, más que el del niño robusto al que se infama achacándole que es propiedad de su enemigo [...]

¿A quién hablar hoy? Los hermanos son malvados; los amigos de hoy, no aman.

¿A quién hablar hoy? Son avaros los corazones. Cualquiera toma posesión de los bienes de su prójimo [...]

¿A quién hablar hoy? Se encuentra satisfacción [11] en el mal, y lo bueno se entierra [12] en cualquier lugar.

¿A quién hablar hoy? Quien hacía encolerizar a un hombre por sus malas acciones, hoy hace reír a todos, aun siendo perniciosa su maldad. [...]

¿A quién hablar hoy? El malhechor es un íntimo, y el hermano que con él se ayuntaba [13] se ha convertido en un enemigo.

¿A quién hablar hoy? Nadie quiere recordar el pasado, y nadie quiere ayudar a quien obra en este tiempo [...]

¿A quién hablar hoy? Los rostros se ocultaron y todos están con la cabeza más gacha [14] que su vecino.

¿A quién hablar hoy? Los corazones son avariciosos, y no hay uno de hombre en que se pueda confiar [15] .

¿A quién hablar hoy? No hay hombres justos, y la tierra se abandonó a quienes hicieron el mal  [...]

¿A quien hablar hoy? Estoy agobiado cargando penurias por carecer de un amigo íntimo. 

¿A quién hablar hoy? La maldad vaga [16] por la tierra y no tiene fin. 

La muerte está en mi cara en el día de hoy, como en el enfermo que cura [17], como salir al exterior tras una reclusión.

La muerte está en mi cara hoy como del olor la mirra, como sentarse bajo un toldo un día de viento.

La muerte está en mi cara hoy como la fragancia los lotos, como sentarse en los bancos de arena de la tierra embriagada.

La muerte está en mi cara hoy como un camino accidentado (?), como la vuelta de un hombre desde una expedición a su [18] casa.

La muerte está en mi cara hoy como la claridad el cielo, como el hombre que descubre estar en el umbral que ignoró.

La muerte está en mi cara hoy, como un hombre que ansía ver su casa tras pasar años sin número capturado en reclusión.

Será, en verdad, quién allí está como un dios vivo castigando el crimen del malhechor [19].

Será, en verdad, quien allí está colocado en la barca sagrada repartiendo sus alimentos a los templos.

Será, en verdad, quien allí está como un sabio y no es rechazado en la apelación de Ra cuando hable’.

Lo que me dijo mi alma: ‘Coloca los lamentos en un gancho, ¡oh mi camarada, mi hermano! Debes hacer ofrenda sobre el incensario y romper con la vida; del mismo modo, debes decir: “Deséame aquí”, después de haber rechazado el Occidente.

Pero, cuando se desee que alcances el Occidente, que alcancen tus miembros la tierra, me posaré después que te hayas cansado y entonces haremos juntos morada’.

Significa que acabó, desde su principio hasta su final: es como lo que fue encontrado en el libro.


NOTAS

[1]’No será capaz de’ hacer algo.

[2]Observad como el complemento directo pronominal se realiza en este verbo a través de la preposición Hr.

[3]En la transcripción de Faulkner, R.O. leemos nDm xsf nTrw StAw

[4]Tomado de Faulkner, R.O.

[5]Enfática (‘Como aquel que está en su pirámide ...’).

[6]Forma relativa perfectiva con pronombre resumptivo.

[7]Forma relativa prospectiva con pronombre resumptivo.

[8]Forma sDmt.f tras preposición.

[9]Forma verbal subjuntiva.

[10]Participio pasivo con pronombre resumptivo.

[11]Hemos considerado una forma sDm.f pasiva impersonal, pero no hay nada que nos descarte el uso de un sustantivo (‘La satisfacción está en el mal’).

[12]’Colocar a tierra’ es ‘abandonar’.

[13]Participio imperfectivo pasivo con pronombre resumptivo.

[14]’Están más abatidos que ...’.

[15]Forma relativa prospectiva con pronombre resumptivo.

[16]Observad que el complemento directo es aparente, porque el verbo es intransitivo (‘vagar por’).

[17]Parece dar mejor sentido que ‘como la curación de un enfermo’ que es la traducción literal.

[18]Observad el sufijo en plural. Es posible que aquí ‘hombre’ sea una generalización ‘hombres’.

[19]Lit.: ‘de quien lo hace’.

sábado, 26 de junio de 2021

Las cinco cosas de que se arrepiente la gente antes de morir

Dice Albert Camus  en su Calígula que "los hombres mueren y no son felices".  Pues una enfermera australiana les preguntó a sus enfermos terminales de qué se arrepentían no haber hecho antes de morir; y todos contestaban los mismo. 

La enfermera australiana Bronnie Ware trabajó durante décadas en lo que hoy se conoce como cuidados paliativos dedicándose a los pacientes con enfermedades terminales. Esto le permitió analizar de qué se arrepienten las personas antes de morir.

Ware comenzó escribiendo un artículo que finalmente se convirtió en el libro The Tope Regrets of the Dying, que en español sería algo como Los 5 principales remordimientos de los moribundos.

Así logró identificar cinco cosas que las personas más desearían cambiar si tuvieran la oportunidad de volver a vivir y decidió compartirlas para que quienes estén a tiempo lo tengan en cuenta.

Hacer lo que uno desea y no lo que los otros quieren que hagas

La autora sostiene que uno de los reproches más comunes es que al mirar hacia atrás muchas personas se dan cuenta que le quedaron sueños por cumplir por decisiones mal tomadas o por seguir los consejos de otros.

Esto les provoca una gran frustración. Es por esto que Ware aconseja que hagan lo que quieran, bajo su propia voluntad. Entonces las personas tendrán una cosa menos de qué arrepentirse.

Trabajar demasiado

Otra cosa de la que muchos se arrepienten es de haber trabajado demasiado. El exceso de trabajo provoca un desequilibrio con el disfrute de la vida.

Según la autora, este motivo era más habitual entre los varones que llegaban a lamentar profundamente haber pasado la mayor parte de su vida en la rutina laboral antes que con su familia o incluso solos, pero disfrutando.

Expresar los sentimientos

Aunque podría parecer de otra época, la enfermera destacó que “Mucha gente reprime sus sentimientos para mantenerse en paz con los demás”. Como resultado, estas personas se conforman y nunca llegan a convertirse en lo que verdaderamente son capaces de hacer.

A la vez destaca que este tipo de actitudes favorecer la aparición de enfermedades relacionadas con la amargura y el resentimiento.

Es por esto que recomienda que no se guarden sus sentimientos.

Dedicar más tiempo a los amigos

Bronnie sostiene que no pasar suficiente tiempo con las amistades también es un motivo recurrente de arrepentimiento. Es notable la cantidad de personas que extrañan a sus amigos en la etapa final de la vida.

No haber sido más feliz

También muchas personas se arrepienten de no haberse permitido ser más felices. Es un deseo común y la enfermera sostiene que muchos no se dan cuenta hasta el final de que la felicidad es una lección y se quedan trabados en viejos patrones y hábitos.

Además señala que el miedo al cambio los lleva a fingir ante otras personas y hasta se engañan a sí mismos con que son felices.

domingo, 24 de mayo de 2020

Solución final en Egipto para 15 millones de perros: uno por cada siete habitantes

Ferrán Barber, "Los egipcios buscan una "solución final" para sacar de las calles a 15 millones de perros", en Público, 23/05/2020
  
Cortados en rodajas; destrozados a machetazos o a golpes de garrote; envenenados con estricnina o asesinados con cartuchos. Así es la vida de muchos canes en la tierra de los faraones. Una parlamentaria propuso vendérselos como carne a los filipinos. Ni es final, ni es solución.

Una turba de jóvenes destrozó un perro a cuchilladas la víspera de la pasada Nochebuena en el distrito cairota de Al-Matariya. Antes de que el vídeo se retirara de Youtube se convirtió en viral, y su historia se paseó por los tabloides europeos como ejemplo de brutalidad oriental junto a algunas fotos aterradoras del animal literalmente sajado en transversal como un lomo de merluza dentro de un tuk-tuk egipcio, la versión motorizada de un ricksaw. Solo un día después, la policía detuvo y arrestó a los salvajes por torturar y asesinar al perro. Lo mataron de ese modo -argumentaron- porque había acabado con la vida de una cabra. Ojo por ojo, perro por cabra.

No era la primera vez que sucedía un incidente semejante. En 2015, tres hombres de la gobernación de Qaliubeya -Shubra Al-Jaima- fueron condenados a tres años de prisión por atar un perro llamado Alex a una farola y degollarlo. Un tribunal de El Cairo redujo algo después la pena. También la atrocidad fue grabada y difundida por las redes. Semanas antes, una perra a la que alguien arrojó ácido salvó la vida por los pelos y en mayo de ese mismo año, se supo de una hembra y sus cachorros asesinados a golpes de garrote remachado con clavos. Lo que indignó a la gente en un país donde se asesinan millares de perros cada año no fue la muerte de los animales, sino el modo completamente sádico en el que se ensañaron con las criaturas. El hecho de que exhibieran sus actos de barbarie aún los hizo más obscenos.

Con certeza, la policía y los jueces no hubieran intervenido si las muertes de Alex y el perro de la calle Al Jaima no hubieran sido registradas y posteriormente divulgadas, levantando una densa polvareda de ira internacional que apuntaba, en efecto, hacia los bárbaros que habían martirizado a los animales, pero también hacia el Gobierno y la sociedad que toleraban actos semejantes y hacia las instituciones islámicas que les venían dando amparo con indulgentes fatwas que sirven de coartadas para esos actos de crueldad. Con el Islam no se bromea en los países de la Sharia. Una poeta llamada Fatima Naoot fue condenada a tres años de cárcel en 2016 por ofensas a la religión tras criticar en Facebook el asesinato de animales durante el Eid o Festival del sacrificio.

La manera en que cada día se asesinan estos perros sin hogar egipcios es tan atroz que las protectoras de animales se niegan a menudo a divulgar algunas de las fotos con las que los turistas llenan sus buzones de correo. "No todos los egipcios somos unos brutos ignorantes ni actuamos de ese modo", nos dice un funcionario en un salón de té situado junto al Ramses Hilton. Es cierto. A menos de cien metros de nosotros, un par de muchachos dan de comer a unos cachorros acurrucados bajo la carcasa de un viejo automóvil mientras dos bandas rivales de canes se enfrentan por el territorio ante la mirada indolente del resto de los clientes del salón. A los fumadores de narguile les intriga más nuestro interés que la trifulca de los perros y sus intentos por intimidar a sus adversarios. Lo que se halla en disputa es la basura de un mercadillo popular que alguien desparramó entre los escombros.

Su aniquilación masiva ha provocado el retorno de los lobos, las hienas o plagas de víboras
Hay quince millones de perros callejeros en Egipto y resulta de algún modo fascinante ver el modo en que han hallado su nicho en la metrópolis como basureros carroñeros. Están por todas partes, a millares. Hay jaurías pajareando en los aledaños de la esfinge de Gizeh y en los barrios residenciales de las clases más acomodadas, exactamente igual que en esos asentamientos informales de chabolas a los que los egipcios llaman "ashwiyats" y donde viven dos tercios de los parias.

Se podría decir que están por debajo de los humanos en la cabeza trófica, pero por encima de las ratas, cuyas poblaciones mantienen a menudo bajo control. En algunas zonas del desierto, su aniquilación masiva ha provocado el retorno de los lobos, las hienas o verdaderas plagas de víboras cornudas (Cerastes cerastes).

Siempre han estado allí hasta donde alcanza la memoria histórica. Es muy probable que fueran ya domesticados en las eras predinásticas del Antiguo Egipto. Lo que es seguro es que, al igual que los gatos, se hallaban bien considerados en los tiempos de los faraones, mucho antes de que el Ejército de Alá extendiera sus prejuicios por el norte de África. Algunos egipcios de la Antigüedad hacían mención a sus canes en los textos mortuorios, lo que demuestra la intensidad del vínculo con los humanos que se había creado.

Tampoco es la primera vez en que la disparatada densidad de población canina de Egipto les hace colisionar con los primates. En uno de sus libros, Juan Cole explica que las tropas francesas de Napoleón llegaron a sentirse tan exasperadas por los ladridos nocturnos de las jaurías que un comandante en jefe ordenó su ejecución en masa, lo que le tomó a la soldadesca dos noches enteras. La decisión no solo fue cruel, sino absolutamente estúpida, porque la masacre privó a El Cairo de sus más diligentes basureros y llenó de cadáveres en putrefacción las calles de la gran ciudad, lo que las tornó aún más insalubres.

Los asesinatos en masa no han cesado desde entonces y aunque son muchas las ciudades y las gobernaciones que han ensayado diferentes variantes de la solución final canina, la población de perros continúa aumentando. Ni es final, ni es solución. El problema, colosal, no ha dejado de crecer. En Egipto hay un perro callejero por cada siete humanos, lo que a su vez ha provocado -nadie duda acerca de ello- una verdadera crisis que amenaza la salud pública y, eventualmente, la seguridad de las personas.

Que el grueso de los perros no muestren habitualmente conductas agresivas no significa en ningún caso que no puedan actuar de un modo violento, especialmente cuando se les hostiga o sufren alguna clase de trastorno de conducta provocado por la rabia. Al igual que en América Latina, esa variante canina de la encefalitis viral es endémica en Egipto, aunque la verdadera extensión de la enfermedad es exagerada de forma deliberada para reforzar los prejuicios religiosos que estigmatizan a los cánidos. Ni en el Islam ni en el judaísmo rabínico se les tiene en gran estima.

En Egipto hay un perro callejero por cada siete humanos

Estos animales son, de forma simultánea, las víctimas de brutales campañas de exterminio y el origen de un problema singular de superpoblación. En Egipto viven la mitad de perros callejeros que en la India, pero su población humana es de una treceava parte. Uno de cada catorce perros sin hogar del mundo habitan junto al río Nilo. No es, como acostumbra a convenirse, una bomba de relojería, porque el artefacto ya ha estallado.

Un funcionario del Ministerio de Sanidad citado por el Egypt Independent aseguraba hace dos meses que su departamento registró 482.200 casos de mordeduras de animales tan solo en 2018, y 303.000 de ellos se atribuían a los canes. Durante ese mismo año, se produjeron 32 casos de contagio de rabia, frente a los 65 del año precedente. Entre 2014 y 2017, un millón trescientas mil personas fueron mordidas en Egipto, y 231 de ellas fallecieron, como consecuencia de ello.

Son muchos los egipcios que dicen sentirse intimidados o simplemente repelidos por los perros así que las autoridades del país han respondido organizando campañas masivas de exterminio. Los abaten a disparos o, más frecuentemente, mediante el uso de venenos como la citrinina -una micotoxina- o, lo que es peor, mediante estricnina, importada de manera ilegal y sembrada a menudo sin control en el interior de cebos que se arrojan en los parques y otros espacios públicos. Niños, basureros, jardineros han terminado envenenados. Son la víctimas colaterales del canicidio egipcio.

En 2017, la Prensa local informó de que al menos 17.000 perros callejeros fueron fulminados de ese modo en el sur de El Cairo, en respuesta a las denuncias de molestias del vecindario de Beni Sueif. Los vídeos de los funcionarios del gobierno descerrajando cartuchazos de postas a sangre fría a confiados animales o de los canes agonizantes sufriendo convulsiones sobre las aceras y destrozados por el dolor en sus postreros estertores incendiaron las redes europeas. Ese mismo año, la Gobernación del Mar Rojo ofrecía cerca de seis euros por capturar cinco perros callejeros y llevarlos a la autoridad veterinaria para ser exterminados. Los propios funcionarios dieron alas de esta forma a la barbarie.

Un año después, en octubre de 2018, el Ministerio de Agricultura puso en marcha un plan sistemático de exterminio para desembarazarse de los perros con veneno. Las autoridades veterinarias argumentaban que el Estado no podía permitirse los 32 dólares por perro en los que estimaba el coste de implementar un plan basado en un protocolo "más civilizado" de actuación. Esto es, capturar, esterilizar, vacunar y volver a liberar. Envenenar a un animal apenas cuesta algunos céntimos.

Es un problema que se percibe como casi irresoluble en un país paupérrimo y ultracorrupto, regido por una dictadura que, al igual que el Gobierno precedente, es incapaz siquiera de disimular las formas más obscenas de miseria humana. El PIB per capita de un egipcio es de apenas 2.200 euros y se necesitarían al menos 435 millones para aplicar el protocolo de esterilización por el que abogan las protectoras europeas y locales. ¿De dónde va a salir ese dinero? De la manga de políticos corruptos que dirigen el país no parece muy probable y los occidentales son más proclives a indignarse en las redes y a insertar emoticonos que a donar dinero a las organizaciones que trabajan sobre el terreno.

Tras los perros, las serpientes

Así las cosas, tal solo en Albehera, cerca de Alejandría, se asesinaron 18.000 perros, lo que allanó el camino al retorno de las serpientes. Otros 14.000 murieron en los aledaños de la ciudad de Janka. La lista de caídos para "limpiar las calles" es casi tan escabrosamente extensa como indecentes son las fotos que documentaron sus asesinatos. Aquí y allá, la prensa local glosaba las cifras de los animales chapucera y brutalmente aniquilados mediante todos los procedimientos y todos los venenos –legales o no– a su alcance. Sulfatos, estricnina, disparos de cartuchos... Pero la población de canes no ha dejado de crecer.

Una perra acostumbra a traer al mundo dos veces al año una camada de entre seis y diez cachorros. Una y otra vez las protectoras egipcias de animales han tratado sin éxito de persuadir a las autoridades de que asesinar los animales no reduciría la población de perros. El resultado de décadas de planes de exterminio es ninguno. Su número no ha dejado nunca de crecer. El dinero. Ese siempre es el problema. ¿Quién pagaría la factura?

Así que mientras se debatía acerca del procedimiento más viable y apropiado para acabar con la superpoblación de perros, a una diputada egipcia se le ocurrió una idea genial: capturarlos y venderlos como carne a los surcoreanos o los chinos. A la parlamentaria Margaret Azed le cuadraban las cuentas. Le parecía mucho más piadoso concentrarlos en granjas y engordarlos, para después sacrificarlos y vendérselos a los asiáticos a razón de 25 céntimos de euro por perro que dejarlos malvivir entre las basuras de los "ashwiyats" de El Cairo o Alejandría o en las márgenes de las aldeas del desierto.

Además -argumentaba-, el erario público egipcio podría obtener de esta manera una nada desdeñable nueva fuente de divisas. La propuesta hubiera parecido una simple extravagancia. Pero es obvio que la alternativa fue, cuando menos, seriamente considerada y contestada. El Middle East Eye llegó a acusar al Gobierno del país de aprobar una licencia para exportar a Asia 2.400 gatos y 1.700 perros. Un portavoz del Ministerio de Agricultura lo desmintió de manera inmediata el 28 de noviembre de 2018, claro que es complicado, por no decir que imposible, averiguar qué hay de cierto en un país sujeto a una férrea censura donde sus gobernantes acaban siempre encenagados en desmentidos y contradicciones. Azed no fue la única parlamentaria que propuso vender la carne de los perros. Un alto funcionario de la Autoridad Veterinaria, Jaled Fouda, propuso venderlos a los filipinos. Como a las tropas de Napoleón, le irritaban los ladridos nocturnos de las jaurías.

Frente a ese estado de opinión, y frente a la miseria moral de las alternativas que son capaces de parir algunos funcionarios egipcios, se han fortalecido durante los últimos años algunas asociaciones protectoras de animales que abogan por los perros, claro que su importancia y su capacidad para influir en la sociedad es insignificante cuando se las compara, por ejemplo, con la Casa de las Fatuas, un organismo presidido por el gran muftí de Egipto que, siguiendo las órdenes de Dios, se pronuncia acerca de qué es no correcto, con arreglo a la ley islámica.

En 2007, ésta llegó a emitir un pronunciamiento en el que afirmaba que era legítimo matar a los perros cuando dañan a la gente. En su definición de 'daños' se incluía la intimidación mediante ladridos, así que, definitivamente, era un cheque en blanco de Mahoma para empujar el canicidio. Acabar con ellos era, a su juicio, la opción más adecuada, en oposición a quienes alentaban las adopciones o cualquier otra manifestación de la piedad humana. La avalancha de críticas internacionales adquirió tal relevancia que, con el paso de los años, han rebajado el tono, y ahora ponen el acento en la misericordia de Alá. En septiembre del pasado año, una fatua aseguraba que la caridad hacia las criaturas es el principio básico y enviar a los perros a los refugios o adoptarlos, la solución que tendría que ser prioritariamente considerada. Su saliva sigue siendo sucia y contaminante.

Y en Egipto, entre tanto, se continúa matando perros a cañonazos. Se discute, por ejemplo, acerca de un modo de diezmarlos, cuando nadie ha sido capaz hasta la fecha ni siquiera de resolver el problema de la basura que se acumula por las calles, su principal fuente de sustento, y el caldo primordial de los vectores que provocan las enfermedades. El código penal contempla penas de prisión para los maltratadores de animales, pero no define ese maltrato, ni considera las campañas de exterminio dignas de inclusión en el listado de barbaries. Claro que, ¿por qué habría de respetar a los perros callejeros un Gobierno que no respeta ni a los niños?

miércoles, 3 de enero de 2018

No importa el sufrimiento ajeno

Logan Paul graba un vídeo polémico de un hombre ahorcado en un bosque de Japón , El País, 3 de enero de 2017:

El 'youtuber', que avisó en Twitter antes de acabar 2017 que subiría a Internet la publicación “más loca y real”, se disculpó públicamente y borró el contenido poco después de su emisión 

El estadounidense Logan Paul, con quince millones de usuarios en Youtube y cerca de los cuatro millones en Twitter, quería mostrar a su comunidad de seguidores "el vídeo más loco y más real nunca antes compartido en sus canales". El anuncio premonitorio, en forma de tuit, que publicó el pasado 31 de diciembre no dejó indiferente a nadie. Ese mismo día, el youtuber subió a Internet una grabación en la que aparecía junto a tres amigos paseando por el bosque japonés de Aokigahara, más conocido como el "bosque de los suicidios", ubicado en la base del monte Fuji. En las imágenes se aprecia cómo Paul, cámara en mano, descubre a lo lejos a un hombre ahorcado de un árbol. La grabación continúa entre mofas y burlas mientras el youtuber reitera que "es el momento más real que jamás ha grabado". El contenido fue retirado por Paul tan solo 48 horas después de su emisión tras las críticas recibidas en redes sociales por el tono irrespetuoso de las imágenes.

El estadounidense, de 22 años y natural de Ohio con residencia en Los Ángeles, se vio forzado a pedir disculpas en Twitter reconociendo que "era la primera vez que le ocurría una situación de este tipo" y haciendo hincapié en que "él también podía cometer errores". Paul recordó que su intención no fue "ganar más visitas" sino "buscar el lado positivo y no causar una ola de negatividad". Y añadió: "Mi propósito ha sido crear una conciencia en torno al suicidio y la prevención del mismo". La problemática del suicidio en Japón sigue vigente en un país en el que murieron por esta causa más de 25.000 personas en 2014. En Aokigahara, entre 50 y 100 personas se quitan la vida cada año.

El revuelo de su acción provocó airadas protestas de una gran cantidad de internautas, incluso tras sus disculpas públicas. La filmación, en la que el grupo encabezado por el joven youtuber pasa de la estupefacción inicial a las risas a escasos metros del cadáver con comentarios del tipo: "¿estás vivo? ¿nos estás jodiendo?", no ayudó tampoco a mejorar el tono frívolo y poco ético con el que muchos usuarios calificaron el vídeo. "Creo que él es demasiado estúpido para que su cerebro sea capaz de empatizar", escribió una usuaria en Twitter. Otro, con los ánimos más exacerbados, aseguraba: ¡Cómo te atreves! Me das asco. No puedo creer que tantos jóvenes te admiren. Muy triste. Espero que este último vídeo los haya despertado. Eres pura basura. El suicidio no es una broma". Algunos, ni siquiera se creyeron su perdón: "La disculpa de Paul contiene la frase "tengo visitas".

Sus propios compañeros de profesión, youtubers tan afamados como PewDiePie con 58 millones de seguidores en la red social de vídeos por excelencia, también han vertido críticas a raíz de la emisión del contenido. Según el medio británico Daily Mail, el canal de Youtube de Logan fue el primero en alcanzar el millón de suscriptores en la historia de la red social. Algunos de sus vídeos, publicados cada día, rebasan los 20 millones de visitas. Según la revista Forbes, el estadounidense Paul ha ganado 150.000 dólares por sus publicaciones en Facebook y 80.000 por sus contenidos en Instagram.


miércoles, 1 de noviembre de 2017

Literatura sobre el duelo y la superación de la muerte

Tereixa Constenla, "9 libros de la muerte que hablan de la vida. La literatura del duelo se afianza como un género propio dentro de la autoficción. Seleccionamos, con motivo del Día de los Muertos, algunos títulos publicados en la última década", El País, 1 NOV 2017 - 

Escribir para olvidar o recordar. Escribir para revivir o sepultar. Escribir para curar o sangrar. Escribir porque un escritor no sabe hacer otra cosa. El duelo, un trance universal y al mismo tiempo único, ha alimentado algunas obras excepcionales a lo largo de la historia. Pero es en estos tiempos de la literatura del yo y de la autoficción, en estos días de intimidades descarnadas y públicas, donde el género es más frecuentado. En esta lucha contra los demonios de la pérdida, algunos autores crean pequeñas obras maestras.  

A cada momento seguimos vivos. Tom Malmquist. Turner. 2017.

Tom Malmquist (Suecia, 1978) era un poeta de cierto éxito. Ahora eso ya no tiene importancia. Después de escribir A cada momento seguimos vivos, hay quien le considera el Knausgard sueco por ponerle prosa a su intimidad. Pero no se parecen. No hay rastro de la introspección intimista que a veces desliza el noruego entre sobredosis de realidad en el libro de Malmquist. No hay poesía, no hay lírica, no hay escapatoria. Karin, la pareja del autor, ingresa en el hospital con un embarazo de siete meses y una infección respiratoria. Las 100 páginas iniciales cuentan la rápida progresión de Karin hacia la muerte debido a una leucemia mieloide. Malmquist parapeta su estupefacción tras una labor notarial –anota en un pequeño cuaderno la jerga médica, los diálogos y la atmósfera con el detenimiento de un cazamariposas- mientras hace kilómetros por el pasillo subterráneo del hospital Karolinska, que conecta la unidad de neonatos con la de cuidados intensivos de cirugía torácica. Se prepara para la muerte al tiempo que recibe una nueva vida. Es un libro sobre la pérdida, claro está, pero también es un registro hipnótico sobre el microcosmos sanitario en Suecia. Los familiares de los enfermos disponen de salas que parecen pequeños apartamentos (camas, microondas, frigoríficos, sofás) y, en el caso de Malmquist, pueden acceder a espacios insospechados como el quirófano donde le practican la cesárea que culminará en el nacimiento de su hija, Livia. El poeta escribe con bisturí sobre el desmoronamiento de la vida que tenía y de la vida que esperaba tener. También de la vida que estrena como padre solitario, y que da lugar a algunas de las derivas disparatadas del sistema sueco. Malmquist tendrá que afrontar un esperpéntico periplo administrativo para que se le reconozca como padre de la criatura.

La ternura de las piedras. Marion Fayolle. Traducción de Regina López. Nórdica, 2016

Después de perder a su padre, Marion Fayolle (Ardeche, Francia, 1988) dibujó una despedida poética y surrealista –dibuja a su padre a veces como una piedra, a veces como un rey colérico - en la que participaba toda la familia. El feísmo de la realidad –las difíciles relaciones con un padre distante- se transforma en dibujos oníricos que cuentan sin herir. “Yo creía que la enfermedad y las adversidades acabarían por enternecerlo. Había visto un documental que explicaba cómo las piedras se transformaban en guijarros y luego en fina arena gracias a los embates del mar, el azote enérgico de las olas. Era el principio de la erosión. Sin embargo, yo sentía que, en lugar de pulirlo, la enfermedad se lo había ido comiendo poco a poco, pero sin alisar lo más mínimo sus contornos”. Fayolle no ajusta cuentas, pero tampoco disimula las magulladuras que sufre la familia. “La vida del Rey funcionaba como un reloj. Si alguien modificaba mínimamente sus horarios, se ponía furioso. Suele pasar. La gente que ostenta muchos poderes es temperamental y caprichosa”.

También esto pasará. Milena Busquets. Anagrama, 2015.

Una rareza. Lectores y críticos se pusieron de acuerdo en celebrar la novela sin ficción que la escritora Milena Busquets (Barcelona, 1972) había dedicado a la editora Esther Tusquets. Una hija escritora tal vez no sea el mayor deseo de una madre editora. Ya no se sabrá. Tusquets no podrá leer un libro donde la ligereza no oculta la pena ni el dolor relega el vitalismo. Pero la protagonista, Blanca, despliega una fórmula para seguir adelante, que nada tiene que ver con el enclaustramiento emocional. La vida, con sus frivolidades y sus pasiones, está afuera, bajo la luz de Cadaqués. A esa vida que sigue, aunque ya nunca volverá a ser igual, se aferra Blanca con el instinto tanto como con la inteligencia. Levedad a raudales, frivolidad burguesa, nostalgia contenida, lealtades justitas. Un libro, el segundo de Busquets, que arrasó dentro y fuera de España. Una carta de amor, según la autora, de una hija a una madre que ni fue una catarsis ni un ajuste de cuentas. 

¿Podemos hablar de algo más agradable? Roz Chast. Traducción Rocío de la Maya. Reservoir books, 2015.

Roz Chast (Nueva York, 1954) quería lidiar con la muerte de sus padres y el resultado fue una novela gráfica dolorosa, divertida, inteligente y honesta, que estuvo a punto de recibir el National Book Award en 2014 saltándose las convenciones de la literatura. Cuando publicó el cómic, Chast guardaba las cenizas de sus padres, fallecidos con dos años de diferencia, en dos bolsas en el suelo de su ropero, junto a sus zapatos, camisetas, una plancha y manualidades infantiles. “El director de la funeraria me preguntó si quería que mezclaran sus cenizas. Le dije que mi madre había sido tan dominante cuando estaban vivos que sería mejor que él tuviera un poco de espacio propio. Cerca, pero independiente”. Hasta llegar a este epílogo, Chast reconstruye los últimos años de sus padres, un hombre sumiso y una mujer autoritaria, con su imparable deterioro. La vejez sin paños calientes. También el repaso a su odiosa infancia de hija única en Brooklyn y el higiénico distanciamiento que crea cuando se casa y tiene a sus hijos. Apoyándose sobre fotografías, viñetas, distintas tipografías y una voz narrativa, el cómic traslada una veracidad conmovedora, y a veces tétrica, sobre el desmoronamiento de la vida, el sentido de la responsabilidad o la guadaña de la culpa.

La ridícula idea de no volver a verte. Rosa Montero. Seix Barral, 2013.

En pleno duelo por su pareja, el periodista Pablo Lezcano, fallecido en 2009, la escritora Rosa Montero (Madrid, 1951) descubrió el duelo de la científica Marie Curie por su marido Pierre, atropellado por un coche de caballos en abril de 1906. Ni siquiera un cerebro genial puede mantener a raya el dolor de la pérdida. Marie Curie enloqueció. Guardó sus ropas ensangrentadas. Vagabundeó atrapada en la culpa. Dejó de hablar a sus hijas del padre para hablar con el padre a través de un diario: “Yo me estaba ocupando de las niñas, y te marchabas preguntándome en voz baja si iría al laboratorio. Te contesté que no lo sabía y te pedí que no me presionaras. Y justo entonces te fuiste; la última frase que te dirigí no fue de amor y de ternura. Luego, ya solo te vi muerto”. Al tiempo que avanza en la biografía de la única mujer con dos Premios Nobel (Física y Química), Montero comparte en esta rareza literaria –en la línea deLa loca de la casa- reflexiones, sentimientos y sinrazones. “La pérdida de un ser querido es una vivencia tan dislocada e insensata que resulta increíble cuánto te puede llegar a turbar y emocionar una tarjeta VISA con el nombre de tu muerto escrito en relieve”. La novelista guardó en un cajón el móvil que Pablo odiaba, la agenda, la billetera, el DNI, el permiso de conducir. Los duelos son universales pero únicos. Cada uno lo afronta a su manera. “La muerte”, escribe Rosa Montero, “mancha también nuestros recuerdos: no soportamos rememorar nuestra ignorancia, nuestra inocencia. Esos días que pasé con Pablo en Nueva York, apenas un mes antes de que le diagnosticaran el cáncer, son ahora una memoria incandescente: él estaba malo y yo no lo sabía, estaba tan enfermo y yo no lo sabía, le quedaba un año de vida y yo no lo sabía; ese desconocimiento abrasa, ese pensamiento es persecutorio, esa inocencia de ambos antes del dolor resulta insoportable. Ahora veo la preciosa foto que hice desde la ventana de nuestro hotel en Manhattan y siento cómo se me hiela el corazón”.

Noches azules. Joan Didion. Traducción de Javier Calvo. Mondadori, 2012.

Hay un libro mítico de Joan Didion (Sacramento, 1935): El año del pensamiento mágico. Se publicó en 2006. Se escribió poco después de la muerte de su marido, el escritor John G. Dunne. Estupor, tristeza, cólera, pensamiento mágico: no tirar la ropa de John porque le hará falta cuando regrese. John sufrió un infarto cuando estaban a punto de sentarse a cenar una noche de diciembre de 2003. Regresaban del hospital donde habían visitado a su hija, Quintana Roo, en coma, que fallecería pocos meses después de su padre. Didion tardó mucho más tiempo –cinco años– en llevar el duelo por su hija a la literatura. En Noches azules rehace la vida de su hija, adoptada, al tiempo que desnuda su propia fragilidad. Didion no oculta su conmoción al observar la pérdida de su vigor físico y la desaparición de la vida plena que se esfumó sin avisar. Un libro donde comparte el miedo a la propia muerte.  

Tiempo de vida. Marcos Giralt Torrente. Anagrama, 2010.

En otoño de 2007 Marcos Giralt Torrente (Madrid, 1968) anotó en un cuaderno: “El mismo año en que mi padre enfermó publiqué una novela en la que lo mataba”. Lo consideró un buen comienzo. Llenó páginas. Leyó libros sobre padres e hijos, familias y muertes. Pero el buen comienzo no conducía a ninguna parte. “Me faltaba la idea motriz; no la tenía porque lo único que sentía era un gran vacío. Un duelo es una cosa extraña. Un duelo se siente una vez que ha quedado atrás. Un duelo te aísla incluso de ti mismo”. Finalmente contó cosas y calló otras: “Hay lugares que desconozco y lugares a los que no quiero llegar”. Suficientes para reconstruir la vida del padre, el pintor Juan Giralt, fallecido en febrero de 2007 debido a un cáncer. Ocho meses después el novelista escribió: “En todo este tiempo no he escrito apenas. No tenía tiempo ni cabeza. Tampoco he leído. He vivido hacia afuera, multiplicado en tantas facetas y cometidos como exigían sus muchas necesidades. He sido su principal compañía, su interlocutor ante los médicos, su psicólogo, su ayudante, su brazo ejecutor, su camarero y enfermero. He dejado a un lado mi vida, me he anulado y me he fusionado con él (…) He visitado casi a diario farmacias y ambulatorios, le he curado heridas imprevistas, lo he ayudado a levantarse y a acostarse, lo he llevado y traído del baño, he temido su muerte, la he deseado por momentos y, cuando sólo quedaba sufrimiento y ninguna alegría que el dolor no neutralizara, he hecho la llamada que él me había pedido. He recibido a los médicos que ya no venían a curarlo, me he dejado adiestrar por ellos, he esperado su muerte, lo he visto muerto y lo he amortajado. He cumplido, en fin, su voluntad en todos sus términos y el esfuerzo de todo ello me ha dejado exhausto. Exhausto y vacío”. Por esta obra recibió el Premio Nacional de Narrativa en 2011 y el Strega Europeo.

De vidas ajenas. Emmanuel Carrère. Traducción de Jaime Zulaika. Anagrama, 2009.

En la Navidad de 2004 Emmanuel Carrère (París, 1957) mascullaba sobre sí mismo y su incapacidad para amar en un bungalow de Sri Lanka cuando la Gran Ola destrozó el Sudeste asiático. Tanto él como su pareja, Hélène d’Encausse, y los dos hijos (no comunes) que les habían acompañado, salieron indemnes. A última hora habían suspendido la clase de submarinismo a la que se habían apuntado. La muerte puede ser así de esquiva. Emmanuel y Hélène pensaban en separarse. Y eso, que era lo más importante de aquel momento, dejó de tener trascendencia alguna ante las dimensiones de la tragedia, que costó la vida de 35.000 personas en Sri Lanka. Entre ellas la hija de otros turistas franceses, Jérôme y Delphine, a los que acompañaran permanentente desde ese momento y hasta su regreso a Francia. Carrére que, a sus 47 años, nunca había visto un muerto, recorrió escenarios donde lo imposible era no verlos.  A su regreso a París había más urgencias: la recaída en el cáncer de la hermana de Hélène, Juliette. “En cuestión de pocos meses, fui testigo de dos de los acontecimientos que más temo en la vida: la muerte de un hijo para sus padres y la muerte de una mujer joven para sus hijos y su marido. Alguien me dijo entonces: eres escritor, ¿por qué no escribes nuestra historia?”. Y de este encargo, salió uno de los libros más bellos y generosos de Carrère, que aparca el ensimismamiento de otras obras, para contar historias cotidianas de seres extraordinarios, o tal vez historias extraordinarias de seres cotidianos. Un libro que mantiene viva a Juliette, capaz de sentar las bases de un novedoso derecho del consumo desde su pequeño juzgado de provincias, junto a otro colega, tan enfermo y tan cojo como ella. En Francia lo eligieron en 2009 mejor novela del año.

El olvido que seremos. Héctor Abad Faciolince. Seix Barral, 2007

Héctor Abad Faciolince (Medellín, 1958) descubrió el cadáver de su padre, el médico Héctor Abad Gómez, en un charco de sangre en agosto de 1987. Especialista en salud pública –creía en su poder para transformar realidades–, activista contra la corrupción política y profesor universitario mal visto por los acomodados en la élite, fue asesinado por dos jóvenes que iban en moto mientras asistía al duelo de otra víctima de paramilitares. En uno de los bolsillos de su chaqueta, el médico colombiano llevaba un soneto de Borges: "Ya somos el olvido que seremos". Su hijo rastreó en sus propias vivencias de niño privilegiado, distinguido por el padre entre tantas hermanas, y reconstruyó la biografía del hombre público volcado en una causa. "Fue injusto con nosotros", reflexionaba el escritor poco después de publicar la obra, "los héroes siempre son injustos, porque era consciente de que lo iban a matar, y lo mataron y todo ha sido inútil. La violencia siguió adelante. Pero sólo puedes combatirla con palabras. Contar lo que es".