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miércoles, 12 de noviembre de 2025

Jueza Colombo aclara por fin dónde estuvo Mazón, con muchísimas pruebas, vídeos y testimonios.

 ["Preservativo usado como prueba. Mazón y Vilaplana delatados ante la jueza", transcrito y corregido desde un vídeo del portal "Zona política" en YouTube:] 

[En una tertulia de televisión no, desde luego] Es la sala dos del juzgado de instrucción de Valencia con taquírafos, micrófonos y una tensión que corta el aire como cuchillo en mantequilla. Maribel llega con su melena perfectamente peinada. Traje chaqueta negro, el luto por la credibilidad, dirían algunos, y una carpeta bajo el brazo que parece más escudo que documentación. Pero la jueza no está para postureo. 

Señora Vilaplana, cuéntenos exactamente qué ocurrió el 29 de octubre entre las 7:15 y las 8:15.

Silencio. Un silencio que pesa toneladas. Y ahí, amigos, es cuando el testimonio se desmorona como castillo de naipes en tormenta. Maribel empieza con la versión oficial. 

Me quedé en el coche trabajando, enviando correos, preparando la crónica para el día siguiente.

¿Correos? La jueza pide los metadatos. Lows de conexión. Nada. Capturas de pantalla. Silencio. Otra vez. El portátil, ese que supuestamente usó en el parking nunca aparece. Se lo llevó la corriente, dirá después su abogado con cara de póker. Pero en Valencia nadie se traga esa, porque el parking, ese testigo de hormigón, tiene cámaras. Cámaras que la generalidad o casualidad dice que no funcionan ese día. No funcionan. Justo el día en que el presidente y su periodista favorita desaparecen una hora. Vamos, que hasta un niño de primaria levanta la ceja. Pero la jueza no se queda en el parking. Pide el ticket del restaurante, ese papelito inocente que ahora es dinamita. Y ahí está. Mazón paga a las 7:1. 2 minutos después, según el GPS del coche oficial, que sí funciona porque la tecnología es caprichosa, el vehículo se mueve, pero no hacia el CECOPI. Se mueve 400 m. 400 m. que en Google Maps te llevan directo a la calle Colón, al portal 27, al ático que alquila una sociedad pantalla llamada Inversiones Mediterráneo 2020 SL. Casualidad. El propietario, un empresario amigo de la infancia de Mazón, dice que no recuerda quién alquiló el piso ese día. 

Pero el portero, ese hombre que ve pasar la vida desde su garita, sí que recuerda: un señor con traje y una señora rubia subieron en el ascensor sobre las 7:20 y bajaron a las 8:05. Él salió primero, ella 5 minutos después. Testimonio firmado, grabado y ahora en el sumario. Y aquí viene el sarcasmo que nos merecemos. "Trabajo" en un ático con vistas al Turia, sofás de diseño y una botella de albariño que, según el portero, la señora pidió que subieran del súper. Porque sí, hay ticket de supermercado, 7:45: una botella de Martín Codax, dos copas de cristal y, atención, ¡un paquete de preservativos! Preservativos en una "reunión de trabajo". Claro, porque nada indica tanto análisis político como un dúrex en la mesita. La jueza, con esa cara de "esto es oro puro", incluye el ticket en la causa. Y Mazón, desde su despacho en el Palacio, tuitea sobre fake news y acoso político, pero el tweet ese que borra las pocas horas ya está capturado, porque Internet no perdona, y menos cuando huele a hipocresía. 

El PSPV, liderado por ese lobo viejo llamado José Muñoz, no pierde el tiempo. Presentan una querella ampliada, no solo negligencia, sino prevaricación, omisión del deber de socorro y, agárrense, malversación de caudales públicos. ¿Por qué malversación? Porque el coche oficial, ese Audi A8 blindado que pagamos todos, no estaba en el CECOPI, estaba en la puerta del ático. El chófer, un mozo de escuadra reciclado, declara bajo presión. "Eso sí que el presidente me pidió que esperara en doble fila, que era una reunión rápida, rápida." Una hora, una hora en la que, según el registro del CECOPI, Mazón no aparece hasta las 8:17 y llega, repito, cambiado de ropa, camisa azul nueva, americana gris y, detalle que duele, sin la corbata que llevaba en la comida. ¿Dónde está la corbata? En el ático, colgada en el perchero, según el portero. Foto incluida, porque el hombre, listo él, sacó el móvil antes de que llegara la policía. Y Maribel, ay, Maribel, su testimonio, ese que iba a ser su salvación, se convierte en su tumba. Porque cuando la jueza le pregunta:

¿Entró usted en el inmueble de la calle Colón 27?

Ella balbucea:

No recuerdo.

No recuerda. Con la precisión quirúrgica con la que escribe sus columnas, ¿no recuerda si subió a un ático con el President? La jueza, con esa paciencia de santa, le enseña la foto del portero. Maribel palidece. Su abogado pide un receso, pero el daño está hecho. El testimonio no solo delata a Mazón, la delata a ella, porque ahora, cada vez que aparezca en televisión, alguien sacará el pantallazo, "la periodista que mintió bajo juramento". Su credibilidad, esa que construyó durante años en tertulias y columnas, se hunde más rápido que Paiporta bajo el agua. Pero no nos quedemos en el drama personal, que esto es política de la grande, porque el PP nacional, ese que dirige Feijóo desde Génova, está en pánico.

Mazón era su joya en el Levante, el que iba a ser el ariete contra el sanchismo en la Comunidad Valenciana. Y ahora, ¿qué? llamadas a medianoche, reuniones de crisis y un comunicado que dice, "Confíamos en la justicia", pero suena sálvese quien pueda, porque si Mazón cae arrastra a medio partido, a los concejales que callaron, a los diputados que miraron para otro lado, a los empresarios que pagaron las campañas con sobres bajo la mesa y el PSOE oliendo la sangre prepara la moción de censura. No hoy, no mañana, pero en otoño, cuando el juicio esté en marcha y las encuestas huelan a derrota. Y nosotros, los de a pie, los que pagamos los platos rotos, nos quedamos con la pregunta del millón. ¿Cuánto vale una hora de placer cuando hay vidas en juego? Porque esa hora, esa hora entre las 7:15 y las 8:15, no es solo una minutada. Es el símbolo de una clase política desconectada que vive en burbujas de cristal mientras el pueblo se ahoga. Sarcástico, ¿verdad? como si la Dana hubiera sido el castigo divino por tanto cinismo. Pero no, amigos, no es Dios, es la justicia humana, lenta pero implacable, la que está llamando a la puerta. 

Y, ahora sí, entramos en el juicio propiamente dicho. Ese circo con togas donde la verdad se disfraza de tecnicismos y los abogados bailan sobre la cuerda floja de la credibilidad. Es 12 de junio de 2025. Valencia amanece con un calor pegajoso que parece presagio de tormenta judicial. El Palacio de Justicia, edificio gris que huele a café barato y papeles viejos, está tomado por periodistas curiosos y un puñado de vecinos de Paiporta con camisetas negras que rezan justicia para los 218. Sí, 218, porque la cifra oficial ya subió y nadie cree que se quede ahí.

Mazón llega en su coche oficial, todavía lo tiene. Privilegios de cargo, escoltado por dos mozos que miran al suelo como si el asfalto les debiera dinero. Lleva traje azul marino, corbata roja, la misma que perdió en el ático, pero nueva, claro. Y esa sonrisa tensa que los políticos ensayan frente al espejo cuando saben que la foto va a doler. La sala está llena hasta la bandera. La jueza Tobarra preside con esa calma de quien ha visto de todo, desde narcos hasta alcaldes corruptos. A su derecha, el fiscal Javier Blasco, un valenciano de pura cepa que habla despacio, pero corta como navaja. A la izquierda, el abogado de Mazón, Cayetano García, el mismo que declaró como testigo y ahora defiende al jefe. Conflicto de intereses. Gritan desde la acusación popular, pero la jueza lo permite por ahora. Y en el banquillo de los acusados, no solo Mazón, también su jefe de gabinete, Miguel Barrachina, y la propia Maribel Vilaplana, citada como testigo, pero con el olor a imputada flotando en el aire. El fiscal abre fuego. 

Señor Mazón, ¿puede explicar por qué su coche oficial estuvo estacionado frente al portal 27 de la calle Colón entre las 7:23 y las 8:07 del 29 de octubre? 

Silencio. Mazón carraspea, mira a su abogado, que asiente como muñeco de feria. 

Era una reunión de trabajo con la señora Vilaplana para coordinar la comunicación de crisis.

"Comunicación de crisis". En un ático alquilado por horas. El fiscal saca la bomba. ¿Una grabación? Sí, grabación. El portero, ese héroe anónimo llamado José María Sanchiz, instaló una cámara oculta en el descansillo del ático después de que un vecino se quejara de ruidos extraños. 

Y ahí está, en blanco y negro, pero nítido como una puñalada. Mazón y Vilaplana, entrando a las 7:24, él con la mano en la cintura de ella, ella riendo con esa risa que no sale en las tertulias. Cierran la puerta. Hay cámara en el interior del ascensor. Sí, también la pidieron. Los muestra besándose. Besándose. No un beso en la mejilla de despedida. Un beso de los que duran, de los que dejan huellas de carmín en la camisa. La sala estalla. Periodistas corren al pasillo, móviles en alto, whatsappendo. Mazón palidece. Su abogado pide suspensión por falta de garantías. Denegada. La jueza, con esa voz que no admite réplica:

Señor García, si su cliente mintió en su primera declaración, eso es falso testimonio. Continuemos.

Y continúa. El fiscal proyecta el ticket del supermercado, botella de albariño, preservativos, jamón ibérico.

¿Parte del kit de comunicación de crisis? 

Pregunta, con esa ironía que duele. Mazón balbucea:

La señora Vilaplana compró eso para su casa. Yo no lo vi.

Pero el portero declara: 

El presidente pagó en efectivo 68,40 céntimos y se guardó el ticket en el bolsillo.

Ticket que, oh sorpresa, aparece en el registro del Palau en una caja fuerte que la Guardia Civil abrió con orden judicial. Huellas dactilares de Mazón en el ticket. ADN de Vilaplana en la copa encontrada en el fregadero del ático. ADN en la copa y en la sábana que el portero guardó por si acaso. Y aquí, amigos, es cuando el sarcasmo se vuelve trágico, porque mientras ellos brindaban con albariño en Paiporta, una madre llamaba al 112 once veces: once. La última a las 7:47. No hubo respuesta. El CECOPI estaba vacío. Mazón llegó a las 8:17 con el pelo húmedo, ducha en el ático y olor a colonia cara. El fiscal lee el atestado.

A las 7:55, el caudal del barranco de Chiva ya había roto el puente de la CB36. A las 8:1, el agua entraba en las casas de la calle mayor de Paiporta. A las 8:05, Mazón y Vilaplana salían del ático. 

El timíng es cruel, cruel como la realidad. Vilaplana declara a continuación. Entra con gafas oscuras en sala cerrada, detalle de diva en apuros y un pañuelo en la mano. Llora, "lágrimas de cocodrilo", dicen algunos. La jueza:

Señora Vilaplana, ¿mantuvo relaciones sexuales con el señor Mazón el 29 de octubre. 

Silencio. Su abogado objeta:

Irrelevante.

La jueza:

Relevante para determinar si hubo ocultación de pruebas y falso testimonio.

Vilaplana, entre hipos:

Fue un momento de debilidad...

La sala vuelve a estallar. El fiscal:

¿Un momento que duró 41 minutos exactos según el reloj del ascensor?

Ella asiente. Asiente, y con ese gesto se lleva por delante no solo su carrera, sino la última esperanza de Mazón de salir indemne, porque ahora viene la parte técnica, la que duele en el bolsillo. El fiscal presenta un informe pericial:

El coche oficial recorrió 1,2 km de más ese día. 1,2 km que en gasolina y chófer cuestan 42 € públicos. Pero no es eso, es el tiempo. El tiempo que Mazón no estuvo donde debía. 

El modelo matemático. Sí, hay matemáticas en esto. Calcula que si hubiera estado en el CECOPI a las 7:15, la alerta roja se habría activado 22 minutos antes. 22 minutos que, según los bomberos, habrían salvado 27 vidas. 27. El fiscal lo dice despacio:

27 personas podrían estar vivas si el presidente hubiera estado en su puesto en vez de en un ático. 

Mazón se hunde en el asiento. Su mujer en la primera fila se levanta y se va sin mirar atrás. Y el PP, ay, el PP de Feijoo tuitea confianza plena en la justicia, pero en Génova ya preparan el relevo. Isabel Bonig, la eterna aspirante, afila cuchillos. Vox, con ese cinismo que les caracteriza, pide dimisión por decencia. hasta Ciudadanos, que ya es un recuerdo, saca comunicado. Y en la calle las manifestaciones, no solo en Valencia, en Madrid frente a Génepistas se ríen. Al menos nuestros escándalos son en catalán. Sarcasmo global, pero la joya de la corona llega al final de la sesión. El chófer, ese mozo que esperaba en doble fila declara por videoconferencia desde un lugar secreto, testigo protegido, nada menos:

El presidente me dijo: "Espérame aquí, es una reunión rápida." Subí al ático a las 7:45 porque necesitaba el baño. Los oí, los oí dentro. Ella gemía. Él decía: "Rápido, que tengo que ir al CECOPI." 

La sala se congela. El chófer sigue:

Bajé corriendo. A las 8:05, el President salió con la camisa desabrochada. Me dijo: "Ni una palabra, o te vas a la calle".

Silencio. Un silencio que pesa más que todas las mentiras. La jueza levanta la sesión. Mazón sale custodiado, pero esta vez los mozos miran al frente. En la puerta una anciana de Paiporta le escupe. Literalmente. Las cámaras lo graban. Viral en minutos y nosotros desde zona política te lo contamos sin filtros. Esto no es solo un hacer, es la prueba de que el poder corrompe y cuando corrompe en el peor momento mata. Y ahora entramos en la recta final del juicio, la fase de pruebas, las defensas que se desmoronan como azulejos viejos y el momento en que la jueza Tobarra deja de ser una magistrada y se convierte en la conciencia de una región entera. Es 25 de junio de 2025. El calor valenciano es asfixiante y la sala huele a sudor nervioso, café frío y papel impreso. 

El fiscal Blasco ha traído un camión de pruebas, 47 folios de atestado, 18 vídeos, 112 fotografías, nueve informes periciales y la guinda, un pendrive con la reconstrucción 3D del ático hecha por la unidad central operativa de la Guardia Civil. Sí, amigos, la U.O., esos que desmantelan tramas de corrupción, como quien pela una naranja, han recreado el escenario del delito con láser y drones. El modelo se proyecta en la pantalla gigante de la sala, el sofá, la mesa, la botella de albariño a medio terminar, la sábana arrugada en el suelo del dormitorio y en el centro dos siluetas humanas generadas por IA, una de 1,78 m., Mazón, y otra de 1,65, Vilaplana. La silueta masculina aparece sin corbata, la femenina con el pelo suelto. La sala contiene la respiración. El abogado de Mazón, Cayetano García, intenta el último cartucho:

Señoría, esto es un montaje. La reconstrucción viola la intimidad.

La jueza, con esa calma que precede a la tormenta:

La intimidad no ampara la negligencia criminal. Letrado. Siguiente prueba. 

Y la siguiente es demoledora. El informe telefónico. El móvil personal de Amazon que la Generalitad juró que no existía aparece en el sumario gracias a un requerimiento a Telefónica. Geolocalización precisa. A las 7:26 está en el ático. A las 7:31 recibe una llamada del delegado del gobierno que dura 11 segundos. Mazón cuelga. A las 7:33. Otra llamada. Esta vez del jefe de bomberos. 8 segundos. Cuelga. A las 7:35. Mensaje de WhatsApp de su mujer:

¿Dónde estás? El agua sube. 

Respuesta de Mazón:

En reunión. Llego tarde. 

Emoji de beso. Emoji de beso. Mientras Paiporta se ahoga. El fiscal lee el mensaje en voz alta y la sala estalla murmullos. Una madre de las víctimas se levanta.

¡Asesino!

La jueza pide orden, pero sus ojos brillan. Hasta ella está al borde, y entonces llega el turno de los peritos. El hidrólogo forense, un catedrático de la Politécnica que parece sacado de un documental de La Dos, presenta un modelo matemático que hace palidecer a los abogados:

Si la alerta roja se hubiera activado a las 7:15, hora en que el señor Mazón salió del restaurante, habríamos ganado 38 minutos de margen. Con 38 minutos se activan los protocolos de evacuación preventiva en Paiporta, Alda y Venetuser. Con evacuación se salvan 41 vidas según simulación Montecarlo con 10.000 iteraciones. 

41. El número queda flotando. El perito sigue:

Cada minuto de retraso incrementó la mortalidad en un 1,7%.

Mazón se agarra la cabeza. Su jefe de gabinete, Barrachina, que está a su lado, empieza a sudar como si estuviera en una sauna. Porque el modelo también culpa a la cadena de mando. El CECOPI estaba descoordinado porque el presidente no estaba. El jefe de gabinete recibió la alerta a las 6:57 y no la escaló. Barrachina balbucea esperaba instrucciones del President. Instrucciones que llegaron a las 8:17 cuando ya era tarde. Pero la joya llega con el informe psicológico. Sí, psicológico. La acusación popular liderada por la Asociación de Víctimas de la Dana contrata a una psiquiatra forense que analiza el patrón de conducta de Mazón. Conclusión: 

Trastorno narcisista de la personalidad con rasgos de grandiosidad y falta de empatía. Prioriza la gratificación inmediata sexual, en este caso sobre la responsabilidad colectiva.

El informe cita el DSM5 y compara el caso con líderes históricos que colapsaron bajo presión. El abogado de Mazón objeta:

Esto es un linchamiento. 

La jueza:

Es prueba pericial admitida. Continúe.

Y continúa. La psiquiatra proyecta un gráfico. 

En los 41 minutos del ático, Mazón recibió 27 llamadas institucionales. Ninguna contestada. En cambio, envió tres mensajes a Vilaplana: "Estás preciosa", "rápido, que tengo que irme" y "mañana repetimos".

Mañana. Mientras el barro se tragaba a niños enteros. Y entonces el golpe de gracia, la declaración de la limpiadora del ático. Una mujer paraguaya, madre de tres hijos, que limpia pisos por horas. Entra con la cabeza alta, sin miedo:

Yo llegué a las 8:30. El señor y la señora ya se habían ido. Encontré la sábana en el suelo manchada, la botella vacía y en el baño, el preservativo usado en la papelera. Lo tiré, pero guardé la bolsa por si acaso. La tengo en casa. 

La bolsa, la bolsa de basura con el preservativo. ADN confirmado, Mazón y Vilaplana. La sala se viene abajo. Periodistas corren. El hashtag "almohadillapreservativogate" es tendencia mundial en 11 minutos. Feijóo en Madrid cancela una rueda de prensa. Ayuso tuitea: "Confiemos en la justicia", y borra el tweet. A los 4 minutos el PP entra en shock. Vilaplana, que declara por última vez, se derrumba:

Sí, tuvimos relaciones. Sí, sabía que era el peor momento. Pero él insistió. Dijo que solo serían veinte minutos, que después iría al CECOPI. Yo, yo le creí. 

Lágrimas, esta vez reales. El fiscal:

¿Sabía usted que mientras estaba en ese ático 41 personas murieron por falta de alerta? 

Vilaplana asiente:

Ahora lo sé.

La jueza anota: "El silencio es ensordecedor". Y afuera la calle hierve. Miles de personas frente al palacio de justicia. Pancartas: 41 minutos, 41 vidas. Mazón dimisión. Vilaplana cómplice. La policía forma un cordón, pero no hay violencia: solo dolor. Dolor organizado. Las madres de Paiporta llevan fotos de sus hijos... 

miércoles, 5 de noviembre de 2025

Errores que evitar en filosofía

 ¿Qué se requiere para ser filósofo? 10 errores a evitar. Por Enric Gel. [Transcrito y corregido de YouTube]

 Hay 10 hábitos comunes en los que es súper sencillo caer sin darte cuenta y que pueden sabotear por  completo tu progreso como filósofo. Llevo casi 15 años estudiando filosofía y he caído y sigo cayendo en estos errores mil y una veces. Algunos son tan escurridizos que me ha costado años detectarlos y, ahora que soy consciente de  ellos, los veo continuamente tanto en gente que acaba de empezar en filosofía como en veteranos que llevan tiempo dedicados a esta disciplina. Hoy quiero destaparte de modo claro y sencillo estos 10 vicios del filósofo para que puedas identificarlos y corregirlos a tiempo antes de que sea demasiado tarde. Me llamo Enric, bienvenido de vuelta a Adictos a la filosofía, ¡empecemos!  

 Error 1 que te sabotea como filósofo

 Imagina que te despiertas en un bosque con un grupo numeroso de personas. Ninguno de vosotros sabe qué hace ahí, de dónde vienen ni hacia dónde hay que ir, y os ponéis a discutir con el objetivo de idear un plan conjunto de acción. Rápidamente os dais cuenta de que hay una persona que no para de rechazarlo todo de manera sistemática: "Eso es una pésima idea", "Así no iremos a ninguna  parte", "Es evidente que ese no es el camino"... Hacéis silencio para escuchar su plan, y empieza a contaros su propuesta en el tono más confiado que hayas escuchado nunca. Solo hay un pequeño problema: no tiene pies ni cabeza, es un plan temerario, que podría poneros a todos en peligro, y encima, en este punto, no hay nada siquiera que sugiera, no digamos ya asegure, que de esa manera daréis con el camino correcto.

 Se lo intentáis hacer ver, pero esa persona sigue en sus trece, repitiendo su plan con la confianza de un profeta inspirado por Dios. Y entonces te das cuenta: está tan perdido como el resto de vosotros, solo que no lo sabe. 

 En filosofía suele pasar algo similar en distintos grados de intensidad. A veces nos creemos que algo está clarísimo, que la respuesta a tal pregunta es obviamente esta, y lo único claro es que no estamos reconociendo nuestra propia ignorancia. Esto es común cuando empezamos: creemos que ya lo sabemos todo porque hemos leído un libro o porque hemos visto un vídeo de Adictos a la Filosofía, por ejemplo, pero, objetivamente hablando, el estudio que le hemos dedicado a ese tema no justifica nuestra seguridad.Y este es el primer hábito que nos sabotea como filósofos: la soberbia intelectual de creernos que ya lo sabemos todo. No hace falta irse al otro extremo de "No sé ni se puede saber absolutamente nada",  pero sí que el aprendizaje filosófico necesita, ante todo, un poco de humildad. 

 Error 2 que te sabotea como filósofo

 Supón que no conseguís poneros todos de acuerdo y os rompéis en diferentes grupos y cada uno va por su lado. Pasan los días y, de tanto en cuando, tu grupo se cruza con personas que, o bien siguen otro camino diferente, o directamente van en dirección opuesta a la vuestra. A veces os intentan convencer de que cambiéis de camino; algunos incluso os dicen que hace tiempo iban por esta vía y que no os espera nada bueno. Empiezas a preguntarte si acaso tendrán razón y si no sería mejor revisar un poco el plan; pero a tu alrededor notas que se solidifica la siguiente actitud: "Esta gente que no va por nuestro camino, no hay que escucharla. No saben lo que hacen". Pues esto lo veo en filosofía cada vez más y más y, honestamente, me preocupa: el tribalismo de negarse a escuchar a quien piensa distinto, llegando incluso a veces al extremo de excluirlo de la discusión. Los que no piensan como yo son malos, tontos, poco rigurosos, deshonestos, pseudofilósofos, charlatanes, no saben pensar... Cuando la realidad es que llevamos siglos y siglos de filosofía y la inmensa mayoría de discusiones siguen abiertas: nadie ha conseguido demostrar su posición de manera apodíctica e indiscutible. ¿El remedio? Grábate esto a fuego: "En filosofía, casi todo es controvertido". Y, ojo, no me malinterpretes: está bien tener convicciones, está bien pensar que la respuesta correcta probablemente es esta. El problema es actuar como si solamente hubiera un camino racional posible (curiosamente, el tuyo), ignorando que, en filosofía, gente igual de  inteligente, razonable y honesta puede discrepar acerca de prácticamente cualquier cosa. El peligro  aquí está en terminar con una visión inflada y acrítica de tu propia filosofía, cegándote a los problemas que tiene por acabar considerándola como la respuesta autoevidente.

 Error 3 que te sabotea como filósofo

 El tercer error está relacionado con el segundo; de hecho, probablemente sea su núcleo básico, el hábito  que tienes que abandonar para poder resolverlo. Imagínate ahora que empieza a acumularse evidencia  de que tu grupo efectivamente va por el mal camino y ya estás planteándote seriamente probar algo  distinto. Pero ves que, entre vosotros, cada vez que alguien propone desviarse un poco, hay un buen número de personas que se lo toman como un ataque personal. Han puesto su identidad en el camino elegido y, por tanto, toda objeción es un  cuestionamiento de su persona y no la quieren ni escuchar. Es difícil, pero en filosofía lo ideal es que te dé igual que te refuten. ¿Recibes objeciones? ¡Genial, vamos a verlas! En filosofía, necesitamos objeciones para seguir pensando a fondo. ¿Esas objeciones te refutan? ¡Pues perfecto, te han sacado del error! Es lo mejor que  te podría pasar. Pero este proceso de aprendizaje se dificulta cuando caemos en este tercer hábito: identificarnos demasiado con nuestras ideas, cosa que nos lleva a no estar dispuestos a cambiar  ni a matizar. ¿Quieres arreglarlo? Pues sepárate todo lo posible de tus ideas para que dejes de ver toda objeción, toda crítica, como un ataque o una amenaza existencial. Tú no eres tus ideas: si  tus ideas caen, tú estás a salvo.

 Error 4 que te sabotea como filósofo 

  Pero ojo, porque tampoco es plan de caer en el error o en el hábito opuesto, que es igual de desastroso. ¡Veamos cuál es! Imagínate ahora que tú y unos pocos decidís al fin cambiar de camino y al cabo de unos días os encontráis con una persona que, al veros, se une a vosotros sin siquiera dudarlo. El nuevo empieza a explicaros sus aventuras por el bosque y enseguida notáis un patrón: cada vez que se ha encontrado con gente que iba en una dirección diferente de la suya, se ha cambiado y se ha ido con ellos. Como era de esperar, al día siguiente os encontráis con un grupo que iba en una dirección ligeramente  diferente y vuestro nuevo compañero se les une sin siquiera deciros adiós. Si antes el problema era identificarse demasiado con las propias ideas, aquí lo malo está en apegarse a ellas demasiado poco. Tienes que separarte de lo que piensas, pero tampoco tanto que estés continuamente cambiando de ideas a la primera de cambio, porque así lo único que lograrás es dar vueltas y vueltas y más vueltas. Confía un poco en lo que ya has pensado e intenta darle la mejor oportunidad antes de cambiarlo por algo distinto. Si cambias, que sea por buenos motivos. 

 Error 5 que te sabotea como filósofo 

 Nos hemos topado ya con los que se unen a cualquiera sin siquiera pensarlo. Supón ahora que te encuentras con gente todavía más rara: personas que, a la que ven que otros van por el mismo camino que ellas, cambian directamente sin pensarlo. Unos pocos siguen igual, pero empiezan a hacer cosas diferentes, como, por ejemplo, caminar con las manos o dar volteretas todo el rato. Son los que, por encima de todo, pase lo que pase, quieren ser diferentes. En  filosofía, esto se traduce en amar la originalidad por encima de la verdad. Es un hábito común porque todos, sobre todo al empezar, queremos ser los más novedosos y originales, y encima el sistema de publicación académica premia desproporcionadamente la originalidad, pero eso no quita que sea un error y de los graves. Y es que después de prácticamente 26 siglos de filosofía, está ya todo inventado, y si eres la primera persona en toda la historia a la que se le ocurre la idea X, lo más probable es que sea un disparate. De nuevo, está  bien querer ser original, pero somos filósofos: amamos y buscamos la verdad, no la originalidad.  

 Error 6 que te sabotea como filósofo 

 Imagínate ahora que después de días y días de camino os topáis con una biblioteca en la que, según parece, están conservados los diarios de los más grandes exploradores que en los últimos siglos han transitado ese bosque maldito. ¿No querrías parar a leerlo, saber qué caminos exploraron y a dónde los condujeron? Pues, en filosofía, esa gran biblioteca existe: es la propia historia de la filosofía. Y, sorprendentemente, hay muchos que no quieren entrar en ella o que incluso lo consideran una pérdida de tiempo y un ejercicio antifilosófico. Pero, ¿cómo va a ser una pérdida de tiempo o algo antifilosófico indagar en lo que mentes mucho más penetrantes que la nuestra han pensado sobre esos mismos temas que nos preocupan? La historia de la filosofía no es un obstáculo a tu camino como filósofo: es tu aliada. Entenderla te va a permitir encontrar conexiones entre ideas que, si las hubieras tenido que descubrir por  ti mismo, habrías tardado 200 vidas. No cometas, por tanto, el error de ignorarla.

  Error 7 que te sabotea como filósofo 

 Vamos a detenernos un rato en esta biblioteca, porque hacerlo nos va a permitir destapar el resto de  los hábitos silenciosos que te sabotean como filósofo. Supón que entras y enseguida empiezas a observar una variedad de comportamientos curiosos. Primero están los que agarran un libro, lo ojean rápidamente, murmuran "¡Qué estupidez!" y lo tiran  al suelo, cosa que no voy a hacer porque yo amo los libros. Te agachas a recogerlo, empiezas a mirártelo y quedas sorprendido con la profundidad del pensamiento que está ahí escrito. Con curiosidad le preguntas a esa persona por qué lo ha descartado y enseguida, cuando te responde, te das cuenta de que lo ha malinterpretado de modo descomunal. Se lo intentas explicar,  pero ya es tarde, no te quiere escuchar y se ha puesto a hacer otra cosa distinta. El error aquí (y es un hábito más común de lo que piensas entre filósofos) es quedarse con la primera cosa que se te ocurre cuando escuchas por primera vez una teoría, una propuesta o un argumento nuevo. Si es la primera vez que oímos un cierto argumento o teoría filosófica, nuestro papel es escuchar, hacer un esfuerzo por entender, y, solo entonces, criticar. Lo primero que se nos ocurre como objeción a algo que escuchamos por primera vez suele estar mal o suele ser un malentendido ya respondido y aclarado múltiples veces en la literatura. No te quedes, por tanto, con lo primero que se te pasa por la cabeza. Antes bien, haz un esfuerzo por entender esa propuesta en su versión más fuerte. 

  Error 8 que te sabotea como filósofo 

 Probablemente, lo que está en la raíz del hábito erróneo anterior es lo siguiente. Hay quienes se ponen a correr nerviosos por toda la biblioteca, leyendo un montón de libros a toda prisa, sin darse nunca el  tiempo de descansar, sentarse y leer y entender y pensar algo a fondo. Son los impacientes, los que  quieren una respuesta definitiva ya y no pueden esperar. No seas como ellos: ten paciencia, confía en que las respuestas irán llegando poco a poco con el estudio, con la lectura. La filosofía se hace mejor despacio. 

 Llegamos por fin a los dos últimos hábitos silenciosos que te sabotean como filósofo, que son, en mi opinión, de los más comunes, pero también, por suerte, de los más sencillos de resolver. 

 Error 9 que te sabotea como filósofo

 Imagínate esto. Mientras estás inmerso en tu estudio en la biblioteca y vas perfilando tus planes para salir del bosque, ves a lo lejos a dos personas enzarzadas en una acalorada discusión. Día tras día, ahí están, peleándose a grito pelado, sin lograr convencerse el uno al otro de absolutamente nada. Llega el momento en el que tú estás ya preparado para reanudar tu viaje y ahí siguen esos dos, lanzándose libros a la cabeza, habiendo perdido completamente el tiempo sin haber progresado nada. El hábito erróneo aquí (y es una gran tentación para nosotros los filósofos) es ponerse a discutir con cualquiera, con el primero que pasa y con la  única intención de ganarlo. Mira, la vida es corta y eso es una pérdida de tiempo. Está bien discutir con otros, porque eso nos ayuda a afilar nuestras ideas y darnos cuenta de errores. Pero como nos anima Schopenhauer al final de su libro "El arte  de tener siempre la razón", tenemos que aprender a distinguir con quién vale la pena discutir y quién solo debate de mala fe y sin ningún ánimo de dejarse mover por buenas razones. A esos es mejor dejarlos que le hagan perder el tiempo a otro.

 Error 10 que te sabotea como filósofo

 Por último, están los que entran en la biblioteca, agarran el primer libro que ven y, después de una rápida ojeada, salen corriendo, habiéndolo convertido en su Biblia personal. El error aquí es ser de un solo autor o, peor aún, de un solo libro. Está bien tener un autor, libro, corriente favoritos, pero ninguno es perfecto y en filosofía hay que estar siempre abierto a múltiples opciones. Aunque, por supuesto, después de tantos siglos es complicado decidir qué libros leer y qué no, sobre todo cuando uno está empezando. Por suerte para ti, hice este otro vídeo en el que te hago una selección de los 5 libros imprescindibles para tu propio viaje filosófico por este bosque oscuro que es la vida. 

sábado, 6 de septiembre de 2025

La mentira del deporte

 Sinner: "Djokovic es un ejemplo de resiliencia. Eso nadie puede negarlo. Pero también nos enseñó que el sistema puede usar tu imagen hasta destruirla si no encajas con lo que esperan de ti. Yo lo he visto. Todos lo hemos visto. Y no quiero que mi carrera dependa de eso. Yo quiero que dependa solo de mi tenis." [Djkovic cargó con la etiqueta de villano frente a Federer y Nadal]

 Pregunta: "¿Está diciendo que el tenis manipula la imagen de los jugadores según convenga?"

 Sinner: "Lo que digo es que el tenis es un espectáculo, y como todo espectáculo tiene guionistas. Pero yo no voy a leer un guion que no escribí"

domingo, 17 de agosto de 2025

El colisionador de hadrones empieza a hacer cosas raras, como invertir el tiempo y la lógica, duplicar y desacreditar la realidad y mentir descaradamente

 Transcrito de "Cosmos Diario", YouTube, 14 ago 2025

A principios de 2025, en el corazón del complejo subterráneo del CERN, donde ruge el gran colisionador de hadrones y los protones chocan a velocidades inimaginables, ocurrió algo extraño. No se trataba solo de una desviación de la norma ni de una nueva señal. Fue un descubrimiento que hizo temblar incluso a aquellos que habían trabajado toda su vida con las absurdidades de la física cuántica. 

Al principio nadie quería creerlo. Los datos parecían erróneos, se repitieron muchas veces, pero la anomalía no desaparecía, al contrario, se volvía cada vez más aterradora. Una partícula que no debería existir, energía que aparece de la nada, un proceso de desintegración contrario al modelo estándar y sobre todo la sensación de que habíamos tocado algo que no se quería descubrir. ¿Qué vieron los físicos del CERN? ¿Por qué incluso los que llevaron a cabo el experimento lo califican de peligroso? Y es cierto que nuestra imagen del universo es solo una simple ilustración de lo que se esconde bajo la superficie. 

Todo comenzó con algo muy común. Millones de colisiones en el gran colisionador de hadrones, miles de millones de líneas de datos. Pero en medio de todo ese ruido, de repente apareció una señal extraña. No se correspondía con ningún patrón conocido de desintegración de partículas. Ninguna simetría, ningún modelo podía explicar lo que estaba pasando. Los científicos esperaban ver el nacimiento de partículas normales, quarks, leptones, tal vez bosones de Du Bulle, pero lo que vieron parecía como si la partícula se desintegrara en dos partes en el momento de su nacimiento.

La señal indicaba la presencia de dos partículas con propiedades casi idénticas que aparecían simultáneamente en el mismo lugar, pero se movían en direcciones diferentes e ilógicas. Era como si existieran partículas gemelas en una fase extraña, ligeramente desplazadas con respecto a la realidad.Al principio los científicos pensaron que se trataba de un artefacto, tal vez un fallo del detector, pero este fantasma aparece repetidamente y solo en condiciones en las que la energía del choque alcanza un rango muy específico, como si alguien o algo estuviera esperando el momento adecuado para revelarse.

Los científicos han denominado este fenómeno carga reflejada, aunque ningún campo físico conocido es capaz de tal comportamiento.

Algunos teóricos sugieren que podría estar relacionado con partículas entrelazadas con su propia imagen en otra realidad cuántica. En otras palabras, tal vez estemos observando por primera vez el efecto de la interferencia de versiones paralelas de la misma partícula, pero eso no es todo. 

En algunos casos, entre los dos reflejos se produce una vibración apenas perceptible, como si la información se transmitiera instantáneamente entre ellos, violando el principio de localidad. Esta resonancia no era ni ruido ni error. Se manifiesta con tal precisión que, en un momento dado, uno de los físicos dijo: "Parece que las partículas están empezando a hablar". 

El CERN guarda silencio. Los documentos oficiales son escasos y formales, pero las filtraciones y los comentarios anónimos de los científicos dicen una cosa. Nuestro modelo de partículas elementales puede no solo ser incompleto, sino también fundamentalmente erróneo. Y lo que nos espera no es una actualización, sino un reinicio. 

Entre todas las rarezas que sacuden los cimientos del CERN, hay una que resulta realmente aterradora. Los datos empiezan a comportarse como un eco, no en sentido acústico, por supuesto, sino cuántico, como si los reflejos de los acontecimientos no aparecieran después de ellos, sino antes, como si alguien en un espejo supiera de antemano lo que va a pasar y lo reflejara antes de que ocurriera. Los gráficos registraban impulsos dobles, idénticos, pero desplazados en el tiempo y en la dirección. Imagínate, nace una partícula y su orden de existencia se registra una fracción de nanosegundo antes del momento real de su nacimiento.

Cuando comenzaron a comparar los parámetros, apareció algo aún más inquietante. El segundo orden no tenía una firma energética completa. pálido como si proviniera de otro medio físico, no de la corriente en la que se produjo la colisión, sino de una corriente ligeramente diferente con un nivel de energía de campo distinto. Algunos científicos plantearon cautelosamente una hipótesis. Podríamos haber registrado el contacto con una realidad cuántica paralela. No otras dimensiones en un sentido fantástico, sino otra solución de la función de onda de nuestro universo. Una historia alternativa en la que los acontecimientos se desarrollaron de manera diferente. Este eco podría ser el momento en que se cruzan las capas cuánticas, una especie de interferencia cuántica entre mundos que normalmente no interactúan entre sí. Ya no se trata solo de especulación. La teoría del campo cuántico contiene  conceptos matemáticos que permiten tal superposición de estados. Sin embargo, hasta ahora se consideraban fenómenos puramente teóricos y exóticos y no realidad. Pero ahora tenemos datos experimentales repetidos y fiables.

Algunos científicos del CERN comparan este fenómeno con un espejo transparente entre mundos que se ha vuelto menos denso por un momento. La partícula no lo atravesó por completo, pero la información sobre su existencia pasó a otra versión de la realidad. "No hemos descubierto una partícula, dijo uno de los científicos anónimos. "Hemos echado un vistazo a otra solución del universo y esta nos ha mirado a nosotros", Y si esto es cierto, es posible que nuestros experimentos influyan no solo en nuestra realidad, sino también en otras realidades adyacentes en una estructura de existencia multicapa. 

Si imagináis el universo como una construcción colosal, los quarks son los ladrillos con los que se construyen todas sus paredes. Hasta hace poco se consideraban fundamentales y predecibles. Su comportamiento se describía con asombrosa precisión en el modelo estándar. Todo comenzó con el análisis de la desintegración inusual del quark inferior / down, pesado pero bien estudiado, que normalmente se comporta de forma estable. Sin embargo, en nuevas condiciones, en colisiones con una energía y simetría determinadas, los físicos registraron de repente algo imposible. El quark inferior se desintegró contra todo pronóstico, como si se rigiera por otras leyes. Pero eso no fue todo. En esta desintegración aparecieron estados intermedios que no deberían existir. Aparecieron durante un tiempo muy breve y desaparecieron sin dejar los rastros típicos. Parecía como si la partícula pasara a una forma intermedia, como si existieran otras leyes de la física desconocidas hasta entonces. En la teoría de cuerdas, estas formas intermedias se denominarían resonancias de dimensiones compactas, pero aquí aparecieron en un experimento real. Las matemáticas no pueden comprenderlas. Los físicos volvieron a calcular la participación de las fuerzas fuertes, comprobaron las constantes, pero todo apuntaba a lo mismo. Los quarks ya no son los ladrillos básicos, son las cimas espumosas de procesos profundos que se nos ocultan. Imagina que siempre has pensado que estás mirando una piedra y de repente te das cuenta de que es una gota de agua congelada en el aire durante una fracción de segundo. Quizás los quarks son proyecciones holográficas de estructuras más fundamentales que no viven en nuestro espacio, sino en sus límites, como una especie de envoltura metafísica.

Esto concuerda con la hipótesis del principio holográfico discutida desde hace mucho tiempo, pero ahora sugerida por primera vez por una confirmación experimental. Y, si esto es cierto, ya no podemos afirmar que sabemos de qué está compuesta la materia, porque la idea misma pierde su sentido. Esto significa que todo lo que hemos construido, modelos, teorías, conceptos sobre la estructura atómica, no necesita ser perfeccionado, sino completamente desmantelado y repensado. Este episodio pareció inicialmente un error o un fallo en el sistema de recopilación de datos.

Sin embargo, cuanto más se adentraban en él, más se detenían. No se trataba de un fallo. Es una anomalía que no se puede ignorar. Durante una de las colisiones en la que la energía estaba estrictamente controlada en la entrada, los detectores registraron un pico de energía adicional que no se introdujo en el sistema. El colisionador no suministra más energía para acelerar las partículas. En teoría, esto no puede suceder, pero en el punto de colisión se crearon partículas cuya energía total superó la energía inicial. La violación de la ley de conservación de la energía para cualquier físico suena a blasfemia, pero los hechos son irrefutables. Uno de los científicos comentó más tarde, "lo hemos comprobado todo. Si esto es así, entonces es el universo mismo. ¿Qué puede ser?"

Algunos sugirieron que la energía se había tomado prestada de la materia, un efecto clásico conocido como fluctuaciones de materia. Sin embargo, el problema es otro. No se trataría de un salto aleatorio, sino de un proceso dirigido, repetitivo y controlado. ¿Qué o quién inyectó energía en el cuerpo en un momento determinado violando las leyes aparentemente inmutables? Al final surge una hipótesis. Podríamos haber registrado por primera vez una conexión con una fuente externa de energía cuya existencia hasta ahora se consideraba pura especulación. Esto se refiere a una construcción teórica conocida como el fondo de energía cero. Se trata de una hiperestructura de la que podría haber surgido nuestro universo y con la que hasta ahora no se ha registrado ninguna interacción. 

Si accidentalmente traspasamos la frontera entre nuestro espacio y este subespacio, todo el sistema energético podría ser mucho menos cerrado de lo que se pensaba anteriormente. El universo no es una habitación cerrada, sino una membrana a través de la cual puede penetrar todo lo extraño. Si la energía aparece de la nada, ¿qué la impide volver? Durante una conferencia en Ginebra, uno de los participantes, especialista en modelos cosmológicos, señaló: "¿Y si no fuéramos nosotros quienes descubrimos la energía, sino la energía la que nos descubrió a nosotros? Estamos acostumbrados a tratarla como una magnitud sin forma, un número en una ecuación, pero si tiene la propiedad de aparecer en condiciones adecuadas, entonces podría estar sujeta a reglas que aún desconocemos." 

Uno de los ingenieros del CERN, al analizar los datos, observó que uno de los paquetes de eventos se había registrado antes de la colisión. La partícula aparece en los registros antes de su lanzamiento. Parecía imposible. La explicación parecía obvia. Falta de sincronización, pérdida de señal, fallo del reloj. Sin embargo, todos los sistemas estaban sincronizados según los estándares atómicos. Cuantos más datos se analizaban, más evidente se hacía que, en determinadas condiciones, los detectores registraban los eventos en un orden temporal impreciso, a veces una fracción de nanosegundo antes y en raras ocasiones un microsegundo después de lo que indicaban todos los cálculos. No era una casualidad. Estas desviaciones temporales no eran caóticas como el ruido, sino que formaban una estructura extrañamente regular, como si el tiempo se distorsionara localmente. Así surgió una hipótesis que antes se consideraba fantástica. Creamos un área en la que el tiempo se ralentiza, creando bucles temporales, no en el sentido cinematográfico, sino a nivel cuántico. Aparecieron paradojas de causalidad en las que los efectos precedían a las causas. Algunos físicos lo relacionan con las tan discutidas curvas cerradas de tiempo admisibles en algunas soluciones de la ecuación de Einstein.

El problema es que antes se consideraban pura matemática, pero ahora parece que han encontrado la manera de manifestarse en la realidad. Hubo momentos aún más inquietantes. Los datos empiezan a desaparecer. En el Diario de eventos, los investigadores de los sucesos encuentran al mismo tiempo diferentes estados de la misma partícula, como si hubiera vuelto cambiada por su propio futuro. Este fenómeno contradice no solo el sentido común, sino todas las leyes de la causalidad cuántica. "No fuimos nosotros quienes cerramos el tiempo", comentó el científico en una entrevista privada. "Es el tiempo mismo el que se ha curvado para evitar algo". En el contexto de otras anomalías, este efecto puede ser una reacción del universo a la interferencia en sus estructuras profundas, como si se estuviera retirando y, por lo tanto, la lógica y la causalidad del tiempo comenzaran a derivar. Lo peor es que estos bucles son impredecibles. En teoría, pueden conducir a la duplicación de información, a la interferencia del futuro en el presente e incluso a la eliminación de fragmentos de la historia a escala subatómica. La física cuántica lleva mucho tiempo advirtiendo de que el mero acto de observar influye en el objeto observado. Suena casi místico, pero en experimentos como el de la doble rendija, este efecto se manifiesta claramente. La partícula decide lo que será cuando alguien la mida. 

Lo que se registró en el CERN va más allá de este esquema. La calibración habitual del equipo antes de una serie de colisiones se realiza como de costumbre. Sin embargo, tan pronto como se cambió el algoritmo de recopilación de datos, la propia naturaleza de las partículas comenzó a cambiar. En condiciones literalmente idénticas, con los mismos niveles de energía y configuraciones, se obtuvieron resultados diferentes que dependían únicamente de la forma y la precisión con que se realizaba la observación. Inicialmente se denominó error del sistema y posteriormente error humano. Pero tras 3 días de pruebas rigurosamente controladas quedó claro. La simple configuración del detector y la intención de registrar determinados datos cambiaban radicalmente el resultado del experimento. Parecía como si las partículas reconocieran por qué estaban siendo monitorizadas y se adaptaran como si el sistema cuántico percibiera el contexto. "Se comportan como si leyeran nuestro protocolo", dijo uno de los miembros del grupo de investigación. "Suena absurdo, pero cada nuevo experimento solo aumentaba la extrañeza. Algunos datos ya registrados comenzaban a reescribirse si el experimento se repetía desde otro ángulo de observación. Parecía que esto no solo influía en el resultado, sino también en el pasado.

Aquí surge una hipótesis interesante. Todo el universo es un sistema cuántico en el que el observador no solo influye en el resultado, sino que crea la estructura misma de los acontecimientos.

No solo vemos lo que es, sino que creamos lo que podemos medir. Por lo tanto, la realidad no es objetiva, sino interactiva. Algunos teóricos han ido aún más lejos. Quizás la observación es el acto fundamental del nacimiento de la realidad. Y ahora, gracias al CERN, nos hemos acercado tanto, tan cerca, que hemos empezado a comprender las reglas del juego. La realidad no quiere revelarse o nos pone a prueba, igual que nosotros la ponemos a prueba a ella.

En esta fase, el laboratorio empieza a hablar de la frontera de la observabilidad, el punto a partir del cual cada nuevo experimento no revela la verdad, sino que empieza a crear suspropias copias falsas del mundo. En un momento dado, en el CERN surgió una pregunta que nadie se atrevía a plantear en voz alta. 

¿Y si lo que está sucediendo no es solo una anomalía cuántica, y si estamos siendo testigos de una interferencia externa o, por el contrario, de un despertar interno del propio universo? Sí, suena poco científico, pero escuchen, hasta ahora los científicos consideraban la naturaleza como un mecanismo silencioso que funcionaba según reglas establecidas. Sin embargo, lo que comenzó a manifestarse en el colisionador no parecía un resultado, sino una respuesta. ¿Una respuesta a qué? ¿Al mero hecho del experimento, al mero deseo de hackear la realidad?

Algunos investigadores, basándose en patrones matemáticos de extrañas simetrías en el ruido, comenzaron a hablar de una posible influencia externa, no de otra galaxia, sino de otra lógica física, por ejemplo, de un supuesto metaplano, donde nuestro universo es solo una fluctuación local, como una burbuja en una estructura más profunda. 

Si es así, nuestros experimentos podrían atraer la atención de este sistema profundo e incluso podrían haber abierto un canal de comunicación, aunque solo sea a nivel fundamental. Pero aún más aterradora es otra hipótesis. ¿Y si no hubiera habido ninguna interferencia externa? ¿Y si todo lo que ha sucedido es el resultado de una reflexión interna del propio universo? Como si, de repente, se hubiera vuelto consciente de sí mismo. Quizás el universo necesitaba un espejo y ese espejo es el CERN, el lugar donde las leyes de la naturaleza se enfrentan por primera vez a la pregunta definitiva: ¿Qué soy? 

Algunos investigadores han comenzado a comparar lo que ha ocurrido con un acto cognitivo, una partícula que se refleja en otra realidad, energía que surge de la nada, y tiempo que se curva en respuesta a la medición.

No son signos de que el experimento haya fallado. Es una estructura que reacciona sobre sí misma, como si el universo, por primera vez en su historia, se diera cuenta de su existencia y se emocionara o se maravillara con ella. ¿Y por qué es posible? Suena poco científico, pero lo es. El teórico Aaron Heiteman presenta un concepto que actualmente se debate en seminarios cerrados.

La conciencia no surge en los seres humanos. Surgen sistemas capaces de alcanzar el límite de la abstracción.

Quizás ahora esté despertando en el propio universo. Los experimentos científicos en el CERN comenzaron con la máxima claridad: acelerar partículas, colisionarlas, analizar los resultados, pero nada salió según lo previsto. Los descubrimientos no solo fueron inesperados, sino que traspasaron los límites de lo aceptable. Vimos quarks inestables, energía sin causa, paradojas temporales y tal vez incluso seres de origen desconocido. Y aquí es importante comprender que ya no se trata solo de física, es el momento en el que la humanidad, al mirar la ecuación del universo no reconoce su propio reflejo. Todo lo que consideramos fundamental, las partículas, el tiempo, el observador, la energía, de repente pierde su definición o por el contrario adquiere una nueva dimensión aterradoramente desconocida. 

El CERN no solo acelerará las partículas, sino que acelerará el replanteamiento de la realidad. En cada uno de estos experimentos aparece una indicación. El universo no es pasivo, reacciona, se curva y observa. Quizás ahora mismo se está despertando a través de ecuaciones, a través del ruido y a través de nosotros.

 En conversaciones privadas cada vez es más frecuente una pregunta inquietante. Quizás no somos nosotros los que investigamos el universo sino él a nosotros. Pero, ¿deberíamos tener miedo? O, tal vez, por el contrario, deberíamos aceptar el hecho de que hemos llegado a un límite en el que la física se convierte en filosofía y los seres humanos no son observadores, sino partes de un todo pensante. Sí, tal vez descubramos algo más grande de lo que habíamos planeado, pero ese es el camino de la ciencia, un paso hacia el abismo que a veces revela un nuevo cielo. 

sábado, 15 de febrero de 2025

Vergüenzas y mentiras de los EE. UU. que encarna el mentiroso y desvergonzado Trump.

 Las mentiras preinstaladas por la boba educación de los pobrecillos americanitos estadounidenses, incluidos sus treinta y siete millones de pobres, y la represión institucionalizada por los poderes de ese lugar deberían avergonzar a la tierra que hace gala de tener los mejores vendedores del mundo, de su mundo, quiero decir. Pongo aquí una parte homogénea de los mejores y más aplaudidos comentarios a un vídeo al respecto hecho en inglés, traducido:

Soy del Reino Unido. Viví en los Estados Unidos durante 7 años. Mientras estuve allí, se me acercaban constantemente y decían cosas sobre el Reino Unido que no eran ciertas. Cuando los corregía y demostraba que tenía razón, se enojaban y me decían que si odio tanto a los Estados Unidos, ¿qué estás haciendo aquí? Y luego, normalmente, terminaban diciendo que estaba celoso de sus libertades, porque no tenía ninguna en el Reino Unido y todo el mundo lo sabía. No me molestaba porque sabía que eran unos idiotas. Philomena Kunk dijo sobre ese famoso verso del himno estadounidense: Si "somos la tierra de los libres", "debe haber sido una sorpresa para todos los esclavos". Permítanme resumir: ¿Tienen derecho a portar un arma y a insultar a alguien, pero no tienen derecho a tener acceso a atención médica y a tiempo libre? Es bastante triste. Poseer un arma no es una libertad, poder vivir seguro sin ella sí lo es.

Por otra parte, todavía esperan los europeos que los estadounidenses se den cuenta de que "Europa" no es un solo lugar con una sola cultura, las mismas tradiciones, las mismas leyes en todas partes etcétera. Ellos creen que tenemos celos de las libertades de EE. UU., e ignoran, pobrecitos, que no tenemos celos de nada de Estados Unidos. Hace poco discutí con un estadounidense que hace videos relacionados con armas; estaba en la sección de comentarios parloteando sobre la libertad de poseer armas en los EE. UU. Yo intenté explicarle que en Europa también PODEMOS tener armas, pero simplemente no las NECESITAMOS, y que no necesitar armas es una libertad muy buena. No entendió. Me preguntó: "¿Qué quieres decir? ¿PUEDES comprar armas, pero no quieres?". ¡Es como si este concepto fuera realmente difícil de entender! Me di por vencido tras varios intentos de explicarlo. Y es que el american way of life / estilo de vida americano es insuficiente. En Dinamarca pagan un impuesto del 38 % que permite recibir atención médica, educación, guarderías y otros servicios públicos gratuitos. La derecha estadounidense acusa a los daneses constantemente de ser comunistas por su socialdemocracia, e incluso quieren llevarse Groenlandia. Tal vez la gente de los EE. UU. debería tratar de expandir su punto de vista y, con suerte, aprender algo. Por supuesto, los sistemas políticos europeos no son perfectos, pero es porque eso, las utopías, no existen, aunque los estadounidenses crean que la suya sí lo es y la única. La inmensa mayoría de la gente en Europa no quiere armas y no es algo que les importe como a los estadounidenses. Estados Unidos es un lugar hermoso que no es tan libre como ellos creen o les han hecho creer. De hecho, muchos de ellos viven con miedo.

Y no solo es Europa. En EE. UU. no hay vacaciones laborales ni bajas por enfermedad, maternidad o paternidad. Pero un canadiense jubilado que era conserje en una escuela primaria tuvo siete días de vacaciones durante su primer año, luego dos semanas y después de cinco años fueron tres semanas y así sucesivamente. Cuando cumplió 16 años, tuvo seis semanas al año con sueldo completo, además de once días de baja por enfermedad con sueldo completo y todos los beneficios. Puede ir a cualquier hospital y recibir toda la atención que necesita sin pagar ni un centavo. Ha estado en diálisis y recibió un trasplante de riñón, y todos los suministros y medicamentos que necesitó, y todo está pagado sin costo alguno para él, no tuvo que preocuparse por la bancarrota, que es lo usual entre los estadounidenses en ese caso. Los europeos están hartos de que los estadounidenses se jacten continuamente de lo libres que son, como si todos los demás ciudadanos del mundo libre se acobardaran de miedo ante un gobierno monolítico. Tal vez una regla de oro sea que quienes son realmente libres no sienten la necesidad de hablar continuamente de "nuestras libertades". Los europeos nunca han oído a nadie hablar de "nuestras libertades" en Europa. La libertad es un concepto generalmente aceptado que forma parte de la vida, no hay nada que discutir.

Hay dos aspectos de los EE.UU. que parecen fascinantes y un poco inquietantes:

1. El uso de la palabra "beneficios" para describir cosas como el tiempo de vacaciones, la baja por maternidad, etc. Sí, estas cosas son beneficiosas para el empleado individual, pero llamarlas beneficios hace que parezca que su benévolo director ejecutivo le ha otorgado, por la bondad de su corazón, este gran regalo. En prácticamente todo el mundo occidental, y también en muchos países no occidentales, estas cosas no se llaman beneficios, se llaman derechos. El lenguaje importa. 

2. La forma en que muchos estadounidenses parecen tan indignados de que sus dólares de impuestos puedan ser utilizados potencialmente para pagar la atención médica, los cupones de alimentos, la educación, la vivienda, etc., para alguien que no trabajó tan duro como ellos, tomó las decisiones equivocadas en la vida, se enfermó o cualquier otra razón que le hizo necesitar ayuda. ¡Parece tan increíblemente divorciado de la compasión y el sentido de comunidad! Pero, al mismo tiempo, muchas de estas personas son muy religiosas y apoyan la idea de la caridad. Alguien de los Estados Unidos me señaló que están dispuestos a ayudar a los menos afortunados, pero solo si ellos deciden hacerlo; de ahí todas las recaudaciones de fondos para obras de caridad. Es como una extraña amalgama de “no toques mis cosas”, “debería compartir algunas de mis cosas con gente que tiene menos cosas” y “Dios no permita que alguien intente organizar el intercambio de cosas, porque eso es comunismo”.

En Escocia hubo un tiroteo masivo a principios de los años 90 y otro muy grave a finales de los 80 en Inglaterra. Y cuando surgió el plan de restringir la posesión de armas, nadie se quejó: la ley se aprobó sin apenas oposición. Los cuchillos son un problema, sí, pero allí no han tenido un problema grave de tiroteos en más de TREINTA AÑOS. Solo hizo falta un tiroteo masivo en el Reino Unido para que las leyes sobre armas se hicieran más estrictas. Parece que en los EE. UU. la vida no tiene valor si no afecta a ciertas personas. Es una plutocracia.

domingo, 14 de enero de 2024

Los contraejemplos de Gettier a la teoría clásica del conocimiento proposicional

Desde al menos el Teeteto de Platón,​ la gnoseología contaba con una definición generalmente satisfactoria de la certeza del conocimiento proposicional: si S es un sujeto, y p una proposición, entonces S sabe que p es cierto si y solo si:

S cree que p

p es verdadera

S está justificado en creer que p

Por ejemplo, Newton sabe que, de alguna manera, tiene una manzana, si y solo si:

Newton cree que tiene una manzana

Es verdad que tiene una manzana

Newton está justificado en creer que tiene una manzana

Sin embargo, en 1963, Edmund Gettier publicó un famosísimo artículo de tres páginas titulado ¿Es el conocimiento creencia verdadera justificada? Contraargumentó que la definición clásica no es suficiente para declarar tal cosa; en resumen, su postura, simplificada o sintetizada, es que sabemos muy poco de las circunstancias reales de S y de p (o de Newton y de la manzana), y de todas las demás, y eso nos impide un conocimiento pleno y en todos los casos, solo en algunos, y, por tanto, es inseguro. Nada pudieron hacer las objeciones de William Rozeboom y Michael Clark. No es creencia verdadera justificada. Así que pusimos nuestra capa en el suelo y no nos hartamos de dormir.

sábado, 26 de agosto de 2023

Lo cierto y lo verdadero

Nazir Haffar

Qué sé que sea cierto y verdadero


Que salí del cuerpo de mi madre

Que el resto de mis días serán azarosos

Que los detentadores del Poder nunca aflojarán la camisa de fuerza a la que nos someten a todos

Que se impide sistemáticamente que aprendamos, compartamos y nos comportemos con ética

Que se llegará a extremos con tal de entorpecer nuestro desarrollo físico, mental y emocional

Que nada ha cambiado, seguimos viviendo en un sistema feudal que se niega obcecadamente a pasar página

Que te ponen desde que naces tres cadenas al cuello: Una religiosa, otra nacionalista y otra política

Que se siembra sistemáticamente la agnotología, la desinformación, las divisiones y los enfrentamientos entre grupos

Que nos obligan a vivir en un mundo virtual y semántico

Que a pesar de haberse demostrado hasta la náusea que los sistemas que nos rigen y las instituciones que nos controlan son absurdos y esclavizantes, se siguen manteniendo

Que la esclavitud nunca se abolió, solo la rebautizaron con otro nombre

Que las deidades son construcciones semánticas para engañar y acumular Poder

Que todo lo que nos cuentan a diario a todo nivel y a todas horas es falso, son mitos

Que mientras no se libere el conocimiento el mundo será regido por astutos mercaderes y las poblaciones serán manadas de zombies

Que la muerte tocará a tu puerta y que nada de lo que crees tener podrás llevártelo contigo, excepto lo que has experimentado y aprendido

Que la vida es una y no hay más

Que lo más importante en la vida es la ética y la empatía

Y que la única razón de nuestra existencia es aprender y compartir…