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lunes, 9 de diciembre de 2024

Un teólogo en la muerte, Swedenborg

 Un teólogo en la muerte

Minicuento

Manuel Swedenborg

Los ángeles me comunicaron que cuando falleció Melanchton le fue suministrada en el otro mundo una casa ilusoriamente igual a la que había tenido en la tierra. (A casi todos los recién venidos a la eternidad les ocurre lo mismo y por eso creen que no han muerto.) Los objetos domésticos eran iguales: la mesa, el escritorio con sus cajones, la biblioteca. En cuanto Melanchton se despertó en ese domicilio, reanudó sus tareas literarias como si no fuera un cadáver y escribió durante unos días sobre la justificación por la fe. Como era su costumbre, no dijo una palabra sobre la caridad. Los ángeles notaron esa omisión y mandaron personas a interrogarlo. Melanchton les dijo:

-He demostrado irrefutablemente que el alma puede prescindir de la caridad y que para ingresar en el cielo basta la fe.

Esas cosas las decía con soberbia y no sabía que ya estaba muerto y que su lugar no era el cielo. Cuando los ángeles oyeron este discurso, lo abandonaron. A las pocas semanas, los muebles empezaron a afantasmarse hasta ser invisibles, salvo el sillón, la mesa, las hojas de papel y el tintero. Además, las paredes del aposento se mancharon de cal, y el piso, de un barniz amarillo. Su misma ropa ya era mucho más ordinaria. Seguía, sin embargo, escribiendo, pero como persistía en la negación de la caridad, lo trasladaron a un taller subterráneo, donde había otros teólogos como él. Ahí estuvo unos días y empezó a dudar de su tesis y le permitieron volver. Su ropa era de cuero sin curtir, pero trató de imaginarse que lo anterior había sido una mera alucinación y prosiguió elevando la fe y denigrando la caridad. Un atardecer, sintió frío. Entonces recorrió la casa y comprobó que los demás aposentos ya no correspondían a los de su habitación en la tierra. Alguno contenía instrumentos desconocidos; otro se había achicado tanto que era imposible entrar; otro no había cambiado, pero sus ventanas y puertas daban a grandes médanos. La pieza del fondo estaba llena de personas que lo adoraban y que le repetían que ningún teólogo era tan sapiente como él. Esa adoración le agradó, pero como alguna de esas personas no tenía cara y otras parecían muertas, acabó por aborrecerlas y desconfiar. Entonces determinó escribir un elogio de la caridad, pero las páginas escritas hoy aparecían mañana borradas. Eso le aconteció porque las componía sin convicción.

Recibía muchas visitas de gente recién muerta, pero sentía vergüenza de mostrarse en un alojamiento tan sórdido. Para hacerles creer que estaba en el cielo, se arregló con un brujo de los de la pieza del fondo, y este los engañaba con simulacros de esplendor y de serenidad. Apenas las visitas se retiraban reaparecían la pobreza y la cal, y a veces un poco antes.

Las últimas noticias de Melanchton dicen que el brujo y uno de los hombres sin cara lo llevaron hacia los médanos y que ahora es como un sirviente de los demonios.

FIN

lunes, 30 de septiembre de 2024

Actividad del cerebro los últimos 7 minutos de la vida y poco antes, dos artículos

Dos artículos recientes:

I

 Paula Gonçalves, "¿Qué actividad muestra nuestro cerebro en los últimos 7 minutos de nuestra vida?" en Meteored Portugal, 30/08/2024: 

¿Qué actividad muestra nuestro cerebro en los últimos 7 minutos de nuestra vida? Esto dicen unos científicos de Canadá. Según diversas fuentes, incluso después de declarar muerta a una persona, su actividad cerebral sigue activa durante otros 7 minutos. ¿Es esto cierto? Según algunos científicos, los últimos 7 minutos de nuestro cerebro sugieren que la vida pasa realmente ante nuestros ojos.

Según un grupo de profesionales médicos de una unidad de cuidados intensivos en Canadá, la actividad cerebral de un paciente continuó durante siete minutos después de que se apagara su sistema de soporte vital.

Informan que las ondas cerebrales continuaron como si la persona estuviera durmiendo, incluso después de que los médicos la declararan clínicamente muerta. Los investigadores también han descubierto que cada paciente puede tener una experiencia muy diferente con la muerte.

El Dr. Sam Parnia, que ha estudiado la conciencia post mortem y examinado casos de paro cardíaco en Europa y Estados Unidos, dice en un artículo publicado en Science Times que el siguiente paso es descubrir formas de monitorear el cerebro cuando está "cerca de la muerte", mejorar la calidad de la reanimación y prevenir mejor el daño cerebral después de que el corazón se reinicie.

"Me sentí como si estuviera en una gran cueva oscura y vi algo de luz al final. Los profesionales de la salud dicen que es una condición médica hasta que el suministro de sangre deje de llegar a los ojos, usted experimentará este tipo de alucinaciones. Es normal para todos los seres humanos." Relato de un paciente que casi pierde la vida tras pasar un periodo en coma.

Los investigadores también observaron el cerebro durante siete minutos para determinar cuánto oxígeno entra cuando la corteza se "conecta" nuevamente y cómo la experiencia se vincula con el funcionamiento real del cerebro. Después de la muerte, observaron la misma actividad en la corteza cerebral y otras áreas del cuerpo del paciente.

La conciencia de una persona puede funcionar incluso después de que su corazón haya dejado de latir

Según Parnia, las personas que han sobrevivido a un paro cardíaco pueden volver a morir mientras están muertas y son devueltas a la vida. Esto significa que un cadáver puede mantenerse en estado de conciencia, incluso si el cerebro solo funciona durante un corto tiempo. Como resultado, es posible que incluso escuchen al personal médico declararlos muertos.

El hecho de que existan pruebas que sugieran que el fallecido pudo haber sido declarado muerto por sus propios médicos es aún más sorprendente. El estudio muestra que las personas que sobreviven a un paro cardíaco pueden volver a la vida después de morir.

Pero ¿qué pasa en los últimos 7 minutos?

Rajalakshmi Tevar desglosó los últimos siete minutos, sugiriendo lo que sucede en el cerebro en cada minuto. Según ella, el primer minuto es una fase cálida y acogedora, en la que recordamos nuestro nacimiento, el hospital, nuestra madre y nuestro padre. El cerebro registra cada evento que ve.

El segundo minuto está dedicado a algunos de los momentos más felices, recuerdos de la infancia, con amigos y familiares. El tercero está dedicado a los compañeros más cercanos y las experiencias amorosas. Del primero al último amor. Cada uno de los recuerdos, el primer beso, los primeros abrazos.

El cuarto minuto trae de vuelta los momentos solitarios y tristes, cuando la mayoría de las personas involucradas en los primeros tres minutos se van. Nos quedan todos los recuerdos de tristeza cuando nos sentimos completamente solos.

El quinto minuto es supuestamente un flashback de los momentos sorprendentes de la vida de la persona, y el sexto está asociado con el juicio, con todos los recuerdos de la vida. En este punto se cree que una persona se juzga a sí misma, si realmente ha vivido una vida buena o mala, si ha hecho buenas o malas acciones hacia los demás. El individuo juzga su carácter y la forma en que interactuó con las personas en su vida.

El último minuto sigue siendo misterioso, impredecible. Incluso aquellos que han tenido experiencias cercanas a la muerte no tienen un recuerdo claro de este minuto, nadie ha podido recordar ningún recuerdo en el último momento.

Sin embargo, cuando los científicos investigaron el cerebro, descubrieron algo fascinante. Todas las sustancias químicas del cerebro, como la dopamina, la melatonina y la serotonina, corrían y creaban energía total. Pero aun así, no podían entender por qué sucedía esto.

Según los investigadores, estos 7 minutos son como volver a vivir nuestra vida entera. Es solo una vida pequeña, y todos lo sentiremos algún día, porque la muerte es inevitable.

II

Mariela de Diego, "¿Qué sucede cuando nos morimos? Lo que la ciencia sabe hasta hoy", en Meteorred Argentina, 4 - IX- 2022:

Todos nos vamos a morir. Y a diferencia de otros seres vivos, nosotros lo sabemos. Es un saber que genera angustia y muchos interrogantes. La ciencia busca respuestas y algunos hallazgos –por suerte- no son tan aterradores cómo pensábamos.

La pregunta por la muerte, por el instante final, preocupa al hombre desde el inicio de sus días y durante miles de años la filosofía, el arte y la religión intentaron responder y representar lo que ocurre en el momento en que pasamos de la vida a la muerte.

Por supuesto, la ciencia moderna también va detrás de esas grandes incógnitas. Hoy sabemos que en general, al momento de morir, todos perdemos los sentidos en el mismo orden: primero dejamos de sentir hambre y sed, luego perdemos la capacidad de hablar y después la visión. Los últimos sentidos en apagarse son la audición y el tacto, por eso muchas personas, aunque parezcan estar inconscientes, aún pueden escuchar y sentir lo que sucede a su alrededor en los últimos momentos.

Al momento de morir, todos perdemos los sentidos en el mismo orden: primero dejamos de sentir hambre y sed, luego perdemos la capacidad de hablar y después la visión.

Pero además, con el avance de la tecnología de imágenes, la investigación científica puede conocer con mucha precisión lo que sucede en el cuerpo y en cerebro en el momento que nos vamos de la vida. Y, sorprendentemente, algunos estudios dan cuenta de que no sería una experiencia aterradora. Más bien todo lo contrario.

La enseñanza de las ratas y la psicodelia

En una investigación de la Universidad de Michigan en 2013, se descubrió que las ratas tienen un aumento de la actividad cerebral luego de experimentar la muerte “física”. Y que las ondas gamma del cerebro se presentan más sincronizadas que en el estado normal de vigilia. De aquí se dedujo que, entre la muerte clínica y la muerte cerebral, las ratas pueden experimentar “algo”. Las siguientes preguntas quedaron planteadas: ¿qué es ese algo?, ¿sucede lo mismo en los humanos?

El neurocientífico Chris Timmerman, del Imperial College de Londres, encabezó una investigación en la que se compararon dos experiencias a primera vista diferentes. La hipótesis fue que puede haber similitudes entre lo que sucede en nuestro cerebro al morir y los efectos en la conciencia inducidos por sustancias psicodélicas, o DMT (Dimetiltriptamina), que provoca efectos alucinógenos.

Para el estudio, se compararon los reportes de personas que estuvieron clínicamente muertas por algunos momentos y luego regresaron a la vida. A esto se le llama “Experiencia Cercana a la Muerte” o NDE por sus siglas en inglés.

Línea Mortal

En la película Línea Mortal un grupo de estudiantes de medicina experimenta con el pasaje de la vida a la muerte.

Por otro lado, a un grupo de voluntarios se le suministró DMT, que produce efectos en las funciones cerebrales como la percepción y la cognición. Durante el experimento se midió su actividad cerebral y cuando regresaron a la realidad, se les pidió que describieran la experiencia usando la misma herramienta de verificación que se usa para evaluar las experiencias cercanas a la muerte.

Y ahora viene lo más interesante, ambas experiencias son idénticas.

Tanto unos como otros, describen el momento como una sensación de paz, un estado de unidad con los otros y con el mundo, un estado de trascendencia en el tiempo y el espacio.

La actividad cerebral detectada en los escáneres también resultó llamativa. El líder de la investigación dijo: "Lo que sabemos ahora es que parece haber un aumento de la actividad eléctrica. Esas ondas gamma parecen ser muy pronunciadas y pueden ser responsables de las experiencias cercanas a la muerte.” Es decir que, de acuerdo a este estudio, la experiencia cercana a la muerte resultaría ser sorprendentemente similar a los efectos de un poderoso alucinógeno.

Las preguntas aún están abiertas, pero la ciencia es obstinada. "Es muy interesante lo que está sucediendo en estos días con los escáneres cerebrales y cómo podemos descifrar lo que está pasando en el cerebro. Hay escaneos que se realizan en personas en los que puedes reproducir, si están viendo una película, qué tipo de película están viendo”, explicó Timmerman.

Si alguna vez la humanidad se preguntó cómo se sentiría volar, o poner un pie en la Luna, es probable que pronto el pasaje de la vida a la muerte también deje de ser un misterio. Ojalá. Así por fin, quizá ya no sea tan angustiante saber que nos iremos.

jueves, 7 de diciembre de 2023

Habitantes de Carcosa. Cartas psicografiadas

          Me presento aquí, no como un alma perdida como dicen algunos, pues consideran que quien se suicida no tiene salvación y deambula por el espacio induciendo a otras personas a hacer lo mismo.

          No soy un alma atormentada, sino un alma que suplica misericordia. Cometí ese acto irreflexivo, impulsado por circunstancias a las que creo que la mayoría de ustedes sucumbirían. Estoy plenamente convencido de que Dios ya me ha perdonado. Soy yo quien no se perdona.

          Debería haber estado más tranquilo, más comprensivo y pedir consejo a la gente. Exponer mis problemas íntimos, pero no. No hice eso y en cambio me encontré rodeado de problemas, que pensé que eran interminables. ¡Y terminé!

          ¿Liquidarme? No. Vivo, estoy vivo y lo peor de todo tengo que soportar las consecuencias de mi terrible acto.

          Me arrojaron a la naturaleza. Estaba a merced de espíritus crueles que me torturaron, empeorando mi sufrimiento. No sabía cómo salir de tanto sufrimiento. De ninguna manera, podría razonar. ¿Pero qué hacer? Estaba totalmente perdido.

          ¿Por qué? ¿Por qué? Yo me preguntaba. Y la respuesta la dieron los espíritus malignos: espera, así lo quisiste, tú lo elegiste.

          No sé cuánto duró mi sufrimiento. Hasta que un día me pareció escuchar un sonido que no era ni un gemido ni un lamento, pues solo escuchaba estos terribles sonidos. Escuché un sonido como de una fina campana, que poco a poco fue aumentando, convirtiéndose en una sinfonía formada por sutiles campanas.

         Todos los gemidos desaparecieron y he aquí un joven se me acercó y me tendió la mano y me ayudó a salir de aquel terrible lugar.

          Me llevaron a una zona de césped donde nos esperaban camillas. Siete de nosotros fuimos rescatados de ese valle donde estábamos, que hoy sé que es el “Valle de los suicidios”.

          Nos llevaron a un hospital. Nos recibieron en la puerta unos mensajeros del más allá que nos pusieron máscaras y nos llevaron a unas habitaciones que estaban en el sótano del hospital para que nos purificáramos de la situación fangosa en la que nos encontrábamos.

          Ay sufrimiento. Si no fuera por esos rescatistas, habría querido morir de nuevo.

          Pero día a día fui mejorando hasta que un día subí a ese hospital con mis heridas ya curadas.

          Fui cada vez mejor. Y hoy, después de tanto tiempo, ya estoy presentable.

          Sé que la imagen que estoy presentando es bastante fuerte. Pero eso es lo que realmente sufrí. Sé que no estará expuesta a quien pidió mi carta. Pero se hace según lo que los espíritus permitieron decir. Fue mucho peor de lo que le expliqué.

          Sólo quiero decir que si alguien tiene sentimientos suicidas, busque ayuda.

          No vale la pena el sufrimiento que sigue a este horrible acto.

          Dios nuestro Padre es quien debe dar las órdenes para el día en que debemos dejar esta prenda que es nuestro cuerpo físico.

          Es demasiado valioso para ser destruido de cualquier manera.

          No vale la pena, repito.

          Jorge.

          Psicografía recibida en 2022. Médium: Catarina.


II

LA VIDA VALE LA VIDA

          Los seres humanos mueren cuando dejan de soñar.

          Eso fue lo que me pasó a mí, había sufrido de depresión por más de dos décadas, entre una crisis y otra traté de reequilibrarme, tuve la ayuda de medicamentos que a veces había que cambiar porque se volvían ineficaces, así que seguí, Necesitaba pelear, eran muchos los que dependían de mí.

          Pasó el tiempo y ya no era yo quien ayudaba, a los niños les crecían alas, cada uno seguía su propio camino, y me encontré solo en una casa enorme que antes había sido ruidosa y feliz, ahora triste y silenciosa, me di cuenta de que yo Ya no soñaba, ya no tenía planes, era como si fuera como una estaca clavada en la tierra. El cuerpo permaneció en la misma posición durante horas, pasando horas acostado sin el más mínimo movimiento.

          Mientras el cuerpo permanecía inerte, la mente trabajaba, como una máquina frenética, sin pausa, los pensamientos zumbaban y me sentía exhausto sin que se hiciera el menor movimiento, la actividad mental lograba cansarme más que si hubiera estado realizando un trabajo manual.

          Así seguí cada día más y más, mi cerebro agitado no daba tregua.

          Pronto empezaron a tomar forma pensamientos suicidas, pensé que ya había hecho todo lo que tenía que hacer, que ya nadie me necesitaba y que el sufrimiento interior aumentaba cada día. Comencé a trazar planes desastrosos para mí, pensando que me libraría de esa situación para siempre.

         Imaginé cómo terminar mi existencia, qué bueno sería ser libre de lo que me atormentaba... Y así todo fue creciendo hasta que un día me llené de coraje y puse fin a lo que hubiera sido mi vida sin sueños.

         ¿Cuál fue la sorpresa que tuve al encontrarme conmigo mismo, a qué te refieres? Había muerto, de eso estaba seguro, lo había arreglado todo yo mismo. ¿No será que no morí?

         Qué tristeza darme cuenta que aún estaba vivo y con tantas cuentas que saldar con Dios. ¿Cuántas deudas se habían adquirido?

          Hoy sigo intentando liberarme de la culpa, atribuyéndolo todo a la tristeza. Esto no sirve de nada, nada me quita el acto demencial que cometí, soy deudor y llegará el día en que tendré que ajustar cuentas con el universo.

          ¿Qué dejo con este informe mío?

          Un consejo: Nunca dejes de soñar, de sentirte útil, de ayudar, de producir, de vivir...

          Si esto lo sientes en el fondo, recuerda que afuera hay un mundo de personas que pueden recibir ayuda de ti, desde el cariño, el cuidado...

          Si un ser humano muere al dejar de soñar, nunca dejes que tus sueños mueran, Dios está contigo y siempre está a tu lado dispuesto a apoyarte.

          Que este Dios que vive dentro de ti te extienda su brazo, déjate llevar por su amor y avanza con Él.

          La vida siempre vale la pena vivirla.

          Mucha luz y recuerda que nada ni nadie te impide soñar.

          Carmen.

         Psicografía recibida en 2023.

         Médium: Débora C.

martes, 19 de septiembre de 2023

Entrevista al Dr. Raymond J. Moody sobre la muerte

Entrevista de Sara Vazquez a Raymond J. Moody, "Psiquiatra, filósofo, médico y especialista en experiencias cercanas a la muerte", La Opinión de A Coruña, 2- XI-2011:

Raymond Moody: "Pitágoras aseguraba recordar ocho de sus vidas pasadas". "Cuando alguien tiene una experiencia cercana a la muerte, siente que está volviendo a la realidad y esta realidad que ahora conocemos, en comparación con la otra, les parece el sueño"

 -¿Cómo cambian las personas al vivir experiencias cercanas a la muerte?

-La gente siente que el propósito original, primigenio, de la vida es aprender a amar. También se convencen de que lo que llamamos muerte es una transición hacia otra realidad.

-¿En todos los casos que ha estudiado la gente regresa de una muerte clínica con recuerdos así o no todos viven estas sensaciones?

-Algunos se acuerdan y otros no. Es curioso que no sabemos por qué hay gente que se acuerda y otra que no. No tiene nada que ver con la edad del paciente, porque gente muy joven y gente muy mayor tiene esas experiencias; tampoco con una enfermedad o herida concreta que les lleve a ese estado; tampoco si eran religiosos o no. Después de muchos años de investigación por muchos doctores en todo el mundo, todavía no hemos sido capaces de identificar por qué algunos sí tienen estas experiencias y otros no.

-¿Las sensaciones y visiones están condicionadas por factores culturales o religiosos?

-Eso es lo que uno piensa de forma abstracta, pero en realidad parece que no. Hay gente que experimenta estos fenómenos en China, Japón, África, en toda Europa y Norteamérica. Y allá donde voy, la narración que hacen es la misma. En todas las culturas dicen que les resulta muy difícil explicarlo con palabras, así que toman prestada terminología de su propia cultura, de su propia religión. Aun así, dicen que lo que narran no es adecuado. Incluso gente con muchos estudios dice que todo es más de lo que se puede explicar con palabras.

-Entonces, ¿no toda la gente que experimenta esto es religiosa?

-No. Tenemos muchos, muchos, muchísimos pacientes que antes de tener esta experiencia no tenían ningún tipo de creencia religiosa.

-¿Y después, sí?

-Sí. Después, la gente vuelve con la convicción de que la vida existe después de la muerte. Aquellos que antes de esta experiencia eran religiosos dicen que han aprendido que no hay ninguna religión particular que tenga ningún monopolio al respecto. Que después de esto sienten que la denominación religiosa o una ideología concreta no tiene ninguna importancia.

-¿Usted es religioso?

-No, no per se. Yo no nací en una familia religiosa, pero a pesar de eso, a lo largo de mi vida, he llegado a aceptar que existe un dios, pero no por creencias religiosas, sino llamémosle una maduración personal de mi proceso de crecimiento. Pero para mí la noción de dios no se conecta con ninguna religión en concreto.

-¿Qué similitudes hay entre estas experiencias y soñar?

-Un montón. De hecho, como todos sabemos, cuando la gente se despierta por la mañana y vuelve a la consciencia, sienten que están volviendo a la realidad. En contraste, los sueños parecen muy poco reales e incoherentes. Pero, cuando alguien tiene una experiencia cercana a la muerte, siente que está volviendo a la realidad. Desde su punto de vista, esta realidad que ahora conocemos en comparación con la otra les parece el sueño. Dicen que el estado de consciencia en el que se entra parece hiperreal en comparación con este. Más real y más coherente que la realidad diaria de nuestro estado de vigilia. En Occidente, Platón ya habló de esto. Decía que el mundo de después de la vida es más real que el mundo real; que, después de esa experiencia, esto parece irreal comparado con aquello.

-Usted creó un instituto para estudiar el contacto con muertos mediante cristalomancia.

-Plutarco o Heródoto los describen en su obra, y Sócrates y muchos de los filósofos antiguos se supone que trabajaban en estos oráculos. Los científicos pensábamos que era o leyenda o fraude. Pero en los años 70, encontraron e hicieron excavaciones en el más famoso de los oráculos y con base en los hallazgos arqueológicos y a antiguos documentos griegos, yo fui capaz de recrear la estructura de cómo funcionaba aquello. Pedí a mis alumnos de Psiquiatría que se graduaban y a mis colegas médicos que participasen en el experimento. Y descubrimos que la gente tenía experiencias vívidas tridimensionales y casi apariciones vivas de los muertos.

-¿No puede ser autosugestión o imaginación?

-¿Qué es imaginación? Para mi gran sorpresa, la gente que tiene esta experiencia lo narra como un suceso real. Esto no prueba que lo sea, pero es bastante sorprendente que así es como la gente lo siente. Aunque las preguntas de si es real o es imaginación probablemente están más allá de la determinación real de la lógica.

-Conoce a gente que afirma haber vivido otras vidas.

-Sí. De nuevo tengo que remontarme a la Filosofía antigua. Pitágoras y Platón eran reencarnacionistas. Pitágoras afirmaba recordar ocho de sus vidas pasadas. Yo creo que es un mito que la reencarnación viene importada de las culturas orientales; lleva en la cultura occidental desde los primeros tiempos. Muchos de los grandes filósofos, incluyendo al gran escéptico, David Hume, en el siglo XVIII, dicen que la única posibilidad coherente de que exista la vida después de la muerte era la posibilidad de volver a nacer en otro cuerpo. Pero por supuesto hay otras teorías.

-¿Es posible diferenciar a un médium de un impostor?

-La gente debe tener mucho cuidado. Sí, hay técnicas de mentalistas que pueden convencerte de que saben cosas de ti que no pueden saber. Pero aparte de trucos, creo que hay individuos que parecen tener un talento extraordinario. De hecho, sabemos que hay niños que nacen con este talento, que afirman hablar con espíritus y ver ángeles. Y para los padres son niños felices, totalmente normales psicológicamente.

-¿Existen los ángeles?

-No tengo ni idea.

-Pero sí hay gente a la que usted da credibilidad que dice haberlos visto. Y a fantasmas.

-Sí. Y muchos estudios médicos han mostrado que un porcentaje alto de gente que ha perdido a un ser querido ha tenido apariciones de sus seres queridos. Y en Psiquiatría esto lo vemos totalmente normal, es parte de un ser humano y algo que nos conecta con la antigüedad. Y solo resulta chocante que la gente aún considera esto algo muy personal y de lo que no se habla abiertamente por si les juzgan mal.

miércoles, 9 de agosto de 2023

Hay vida después de Ingmar Bergman

En 2012, el fallecido gran actor Max von Sydow le dijo a Charlie Rose en una entrevista que Ingmar Bergman le había dicho que lo contactaría después de su muerte para mostrarle que había una vida después. Cuando Rose le preguntó a Sydow si había tenido noticias de Bergman, él respondió que sí, pero optó por no dar más detalles sobre el significado exacto de esta declaración. En la misma entrevista, se describió a sí mismo como un escéptico en su juventud, pero afirmó que esta duda se había ido, e indicó que llegó a estar de acuerdo con la creencia de Bergman en el más allá. 

jueves, 24 de febrero de 2022

Grabada la transición neurológica a la muerte. Se descubre que recordar pasajes de la vida es real.

El Mundo, 24 febrero 2022, "Un "accidente" científico registra la primera 'grabación' de un cerebro moribundo".

 La vida pasa efectivamente ante nuestros ojos antes de morir: descubren que el cerebro desata un "recuerdo de la vida" antes de la muerte

La vida pasa ante tus ojos antes de morir. La poética frase podría cobrar sentido científico tras un descubrimiento accidental. Un grupo de neurocientíficos estonios grabó "por casualidad" una importante descarga de recuerdos en el cerebro de un hombre a punto de morir.

El equipo del doctor Raúl Vicente, de la Universidad de Tartu, en Estonia, sometían a un electroencefalograma a un paciente, de 87 años y enfermo de epilepsia, para estudiar las convulsiones y poder ajustar el tratamiento. Durante la prueba, el paciente sufrió un infarto y murió, de forma que sus últimas señales cerebrales quedaron grabadas. Es la primera vez que se registra la actividad de un cerebro humano en el momento del fallecimiento.

"Medimos 900 segundos de actividad cerebral alrededor del momento de la muerte y establecimos un enfoque específico para investigar qué sucedió en los 30 segundos antes y después de que el corazón dejara de latir", explica el Dr. Ajmal Zemmar, neurocirujano de la Universidad de Louisville, en EEUU, coautor del estudio que se publica en la revista Frontiers in Aging Neuroscience.

"Justo antes y después de que el corazón dejara de funcionar, vimos cambios en una banda específica de oscilaciones neuronales, las llamadas oscilaciones gamma, pero también en otras, como las oscilaciones delta, theta, alfa y beta", afirma. Estas ondas cerebrales son patrones de actividad cerebral, y estas oscilaciones se producen en relación con funciones cognitivas, como la concentración, el sueño, la meditación, la recuperación de la memoria, el procesamiento de la información y la percepción consciente, pero también a las asociadas con los recuerdos, explica la revista.

"A través de la generación de oscilaciones involucradas en la recuperación de la memoria, el cerebro puede estar reproduciendo un último recuerdo de eventos importantes de la vida justo antes de morir, similar a los reportados en las experiencias cercanas a la muerte", sugiere Zemmar. "Estos hallazgos desafían nuestra comprensión de cuándo termina exactamente la vida y generan importantes preguntas posteriores, como las relacionadas con la donación de órganos".

"Como neurocirujano, a veces me enfrento a pérdidas. Es indescriptiblemente difícil dar la noticia de la muerte a familiares angustiados", asegura el médico. "Algo que podemos aprender de esta investigación es que, aunque nuestros seres queridos tienen los ojos cerrados y están listos para dejarnos descansar, sus cerebros pueden estar reproduciendo algunos de los mejores momentos que vivieron en sus vidas".