Cuando las personas sufren estrés en su entorno laboral, esto afecta tanto al trabajador como a la empresa.
Existen puestos laborales en los que, las personas que desempeñan las tareas propias del mismo, desarrollan una mayor propensión a padecer este tipo de estrés.
Es cierto que, aunque existen normativas adjuntas a los sectores profesionales destinadas a seguir unas pautas para que el trabajador tenga una vida laboral digna y saludable, por desgracia no siempre se cumplen.
Eso se traduce en una mala calidad de vida que afecta a un ámbito tan importante en la vida de una persona como es su profesión.
También podemos encontrarnos puestos en los que las organizaciones propias no se adaptan al trabajador, aunque las tareas a desempeñar no tengan un alto riesgo de provocar en los empleados estrés laboral.
De esta forma, hacen hincapié en el bienestar de la propia empresa, provocando que el empleado pueda tener consecuencias negativas derivadas de su desempeño laboral.
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Dentro de las mismas consecuencias, podemos distinguir 3 grupos diferentes delimitados por el tipo de afección o a quién influye.
Antes de comenzar con la lista, es importante que sepas que el estrés laboral hace que nuestro organismo se encuentre en desequilibrio. Como cualquier tipo de estrés si se alarga el malestar, la sintomatología psíquica puede acabar traduciéndose en síntomas físicos, que necesitan ser controlados y prevenidos para poder mitigarlos.
Consecuencias del estrés laboral
Las consecuencias en este artículo están clasificadas en 3 grupos: consecuencias psíquicas para el trabajador, consecuencias físicas para el trabajador y consecuencias negativas para la empresa.
Las consecuencias pueden manifestarse a diferentes plazos, e incluso estar en un estado de latencia del que no se es consciente hasta que la consecuencia ya se ha ocasionado.
Consecuencias psíquicas
1- Deterioro cognitivo: la mente del ser humano es muy compleja. Nuestro cerebro es capaz de realizar tareas y funciones mentales que nos ayudan en el día a día en infinidad de ocasiones. Tareas del tipo memoria, atención, lenguaje, percepción… etc. Todas ellas se pueden englobar en el ámbito mental de la cognición.
Cuando hablamos de deterioro cognitivo hacemos referencia a que esas tareas poco a poco van disminuyendo o que la capacidad de rendimiento va p viéndose dificultada. Es natural pensar que cuando forzamos un determinado aparato, esté irá más lento.
Piensa en tu ordenador, si abres muchos programas a la vez, su rendimiento será más lento de lo habitual, ya que para que su funcionamiento sea óptimo necesita no estar muy forzado.
Con los humanos pasa algo parecido, si forzamos a nuestra mente, ésta se satura, y deja de tener un nivel óptimo de rendimiento, el cual se da sin problemas en situaciones normales.
2- Dificultad para concentrarse: La concentración es una función cerebral que nos mantiene en un estado focalizado sobre un determinado estímulo. Cuando estamos activos y disponemos de un nivel de energía óptimo, nuestra concentración funcionará sin problemas.
Pero en el caso de las personas que padecen estrés, el cansancio es tan elevado al no poder afrontar la situación, que la mente tendrá grandes dificultades para focalizar su atención en una determinada tarea.
3- Ansiedad y/o depresión: el estrés laboral presenta ante la mente del empleado ideas y afirmaciones que pueden influir en el desarrollo de un estado ansioso y/o depresivo.
En cuanto a la ansiedad, el hecho de no poder abarcar todas aquellas tareas encomendadas e incluso así intentarlo, hace que nuestro organismo padezca ansiedad. El sistema nervioso está sobreactivado y además nuestra mente nos lanza mensajes sobre las consecuencias que puede tener el hecho de no poder realizar todo lo que nuestro puesto requiere.
Por otro lado la depresión, puede derivar de aquellos pensamientos negativos basados en el autoconcepto. Frases como “no soy capaz” , “no puedo” , “ no valgo para nada” , “me siento inútil” o incluso “no me siento valorado en mi trabajo” hacen que se desarrolle un sentimiento de ineficacia que puede desembocar en un problema psicológico.
Esto acarrea que muchos empleados necesiten tomarse bajas laborales para poder afrontar la depresión.
4- Dificultad para tomar decisiones: es cierto que a veces el tiempo apremia a la hora de tener que tomar una determinada decisión, pero cuando se padece estrés, la presión que se siente es tan elevada que la persona tiene la sensación de no ser capaz de tomar una decisión adecuada.
También influye sobre esto el hecho de que puede que las decisiones que ha tomado anteriormente no hayan sido valoradas, o hayan tenido consecuencias negativas. Por tanto, la sensación de incapacidad de tomar una buena decisión se torna algo natural en personas que padecen este tipo de estrés.
5- Trastornos del sueño o dificultad para conciliar el sueño (insomnio): entender el porqué de esta consecuencia es simple. Nuestro organismo está más activado de lo normal, por lo que el ritmo circadiano encargado de regular nuestras horas de sueño se verá afectado. Cabe añadir que en personas que padecen estrés, su mente está en constante movimiento con pensamientos acerca de la problemática.
No son capaces de relajarse, por lo que a la hora de descansar el organismo no obtiene unos niveles óptimos de tranquilidad para poder dormir lo que necesita.
6- Trastornos sexuales: puede que te parezca raro, pero el estrés laboral también puede afectar a la persona en el ámbito de su sexualidad.
La sexualidad debe conllevar un acto en el que el principal objetivo para el ser humano debe ser la obtención de placer. Para que el organismo se encuentre en plenas facultades para disfrutar de la sexualidad, debe tener unos niveles óptimos tanto de energía como de calma.
Algo así como un equilibrio básico para la predisposición al disfrute. Por lo que aquellas personas que padecen estrés laboral no están mental ni físicamente en óptimas condiciones para disfrutar del sexo.
Las alteraciones sexuales que podemos encontrar en este tipo de pacientes en concreto son las siguientes:
Disfunción eréctil.
Eyaculación precoz.
Disminución del apetito sexual.
7- Deterioro de las relaciones personales: esta consecuencia puede estar basada en el hecho de no poder desconectar del trabajo. Es importante señalar también que, al padecer estrés, la persona no encontrará un momento adecuado para dedicarse a la familia, los amigos o la pareja.
Al no dedicar tiempo, por el malestar que padece, las relaciones se van deteriorando poco a poco haciendo que incluso la persona pueda verse en una situación de soledad.
8- Aumento de conductas perjudiciales para la salud: las personas que sufren estrés laboral, tienen tendencia a adoptar conductas que pueden ser nocivas para ellos mismos. Existe un aumento de probabilidades de que la persona se comporte de una forma adictiva ante una determinada sustancia, como puede ser, el tabaco, el alcohol u otro tipo de drogas.
Es posible que aquellas, personas que antes de padecer dicho estrés ya tenían una adicción, aumente y se incremente el consumo del vicio.
Esto también es aplicable a desordenes en la alimentación.
9- Síndrome Burnout: el síndrome de burnout implica de forma general la presencia de una respuesta de estrés prolongada en el tiempo. La respuesta se da ante variables emocionales e interpersonales que pueden darse en el puesto laboral. El síndrome presenta consecuencias como: ineficacia, negación y fatiga crónica. Es importante seguir unas pautas para combatir estos signos psicosomáticos.
Consecuencias físicas
Como ya se ha comentado anteriormente, el estrés laboral no solo puede afectar a la persona de forma psíquica sino tambien a nivel físico.
El individuo puede mostrar síntomas o patologías que están altamente relacionadas con el estrés y para ello es importante reseñar que que no todas las personas que sufren de estrés laboral tienen porque padecer las enfermedades que se citan a continuación.
Sin embargo, aunque es importante acudir a un médico si lo crees oportuno, este artículo no tiene la finalidad de diagnosticar al lector.
Podemos encontrar las siguientes enfermedades:
1- Problemas o alteraciones cardiovasculares:
Hipertensión: En personas que padecen estrés puede existir un aumento de la presión sanguínea.
Enfermedades coronarias: el estrés laboral conlleva un aumento en la probabilidad de padecer enfermedades de corazón.
Arritmias: el ritmo natural del corazón puede verse afectado por el estado del organismo que provoca el estrés.
2- Alteraciones dermatológicas: nuestra piel refleja nuestros estados de ánimo y de salud a la perfección, por lo que no es raro encontrarnos que aquellas personas que padecen estrés laboral puedan tener problemas cutáneos. En este sentido podemos encontrar los siguientes síntomas:
Pérdida y caída del cabello (alopecia).
Manchas.
Picazón.
3- Alteraciones corporales a nivel muscular y óseo: recordemos que nuestro organismo debe estar en equilibrio para tener salud y el estrés no ayuda a que los niveles estén como deben; por lo que en referencia a este tipo de alteraciones, las que pueden padecerse son las siguientes:
Contracturas a nivel muscular.
Aumento de la posibilidad de padecer lesiones.
Aparición o empeoramiento de dolores crónicos o patologías como la artritis.
Entumecimiento, hormigueo y/o calambres.
Aparición de tics nerviosos.
Cefalea tensional (dolor de cabeza).
4- Alteraciones de tipo digestivo: nuestro sistema digestivo es muy sensible a cambios en nuestra salud mental, por lo que no es raro que al padecer este tipo de estrés puedan aparecer síntomas como los que se citan a continuación:
Diarrea y/o gastroenteritis.
Alteración del ritmo intestinal con tendencia al estreñimiento.
Úlceras pépticas (úlceras de estómago).
5- Alteraciones del sistema inmune: otro de nuestros sistemas que puede verse afectado con el estrés es el sistema inmunológico. Las alteraciones pueden ser consecuencia por disminución ante la resistencia que tiene de forma natural nuestro organismo ante los ataques que producen los agentes patógenos. Esto se traduce en un aumento en la probabilidad y el riesgo de sufrir enfermedades infecciosas.
6- Alteraciones del sistema endocrino: Este sistema es el encargado de regular los niveles hormonales de nuestro cuerpo. Puede verse afectado a nivel tiroideo, sufriendo la persona tanto hipertiroidismo como hipotiroidismo.
Consecuencias del estrés laboral para la empresa
Como ya se comentó al inicio de la publicación, el estrés laboral no solo afecta al individuo, sino que las consecuencias negativas que provoca pueden tener incidencia también en el entorno que lo rodea.
Las empresas deben tomar consciencia de ello, no solo porque el trabajador debe gozar de una buena salud para mantener su calidad de vida, sino para que la propia organización funcione correctamente.
Las empresas en las que existe una propensión a que sus empleados padezcan estrés laboral, tienen un mayor riesgo de obtener un menor nivel de rendimiento y productividad.
Las consecuencias negativas derivadas del estrés laboral que pueden afectar a la empresa son las siguientes:
Aumento del número de trabajadores que adquieren la baja médica por enfermedad o mayor número de veces que el empleado adquiere la baja durante el año.
Absentismo laboral.
Disminución del rendimiento y de la productividad dependiente de los trabajadores.
Aumento del riesgo de padecer accidentes de tipo laboral.
Pueden existir en la plantilla sinérgias de tipo negativo como puede ser un deterioro en las relaciones humanas entre los trabajadores, falta de iniciativa, desmotivación ante la colaboración de los proyectos…etc.
Como has podido leer en el presente artículo, el estrés laboral puede traer consecuencias negativas a muchos niveles, ya que ni siquiera la empresa está exenta de sufrir las consecuencias del mismo.
Quizá las empresas que demandan mucho nivel de rendimiento a sus trabajadores, no son conscientes de que esa acción es contraproducente incluso para la propia organización.
Si crees que presentas algunos de los síntomas que aparecen durante la publicación (ya sean físicos o psicológicos) antes de alarmarte acude a un especialista que pueda diagnosticar tu caso correctamente, ellos están formados para ese fin.
Además los síntomas que se describen no solo pueden tener como origen el estrés, por lo que todo aquel estado de salud que salga de la normalidad debe plantearte la idea de una revisión médica.