Mostrando entradas con la etiqueta Universidad. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Universidad. Mostrar todas las entradas

miércoles, 16 de agosto de 2017

Comentarios de algunos porque no haya españolas entre las doscientas mejores universidades

Tomado de un periódico digital; suprimo los nombres de los autores:

El enchufismo, el amiguismo, la endogamia que hay en nuestras universidades hace que seamos la excepción dentro de la norma general. La 4.ª economía de la zona euro, y la 14.ª economía a nivel mundial, y no se tiene ninguna universidad entre las 200 mejores del mundo. Ese es nuestro resultado desde los últimos casi 40 años en democracia.

La universidad española está pensada para que los profesores vivan bien y puedan seguir accediendo a ser profesores sus hijos, novias-amantes y los compañeros de partido. Esta es la base de la desastrosa calidad, salvo excepciones. Los partidos políticos son los únicos que pueden cambiar la situación pero todos tienen un montón de diputados, altos cargos y familiares que son profesores de universidad. Esta sí que es una auténtica casta intocable.

La práctica universitaria española es la continuación de la práctica universitaria del XIX perpetuada por la Restauración, el Régimen de Primo de Rivera, el Franquismo y ahora la democracia. Resumen de la práctica: catedrático que se apoltrona en su sillón y cree que su departamento es su feudo. Margina o elimina a quien le disgusta o simplemente le puede hacer sombra. Eleva a la titularidad a quien le cae bien o le rinde pleitesía. Mientras el resto, a menor escala, repite ese patrón de comportamiento. No importa lo bueno que seas. Lo que importa principalmente es que no seas un peligro para la imagen publica, o sea, que seas mejor, de ninguno de los ya apoltronados. Suma eso a la seguridad del estatus de funcionariado. Resultado: tenemos una universidad caciquil. Y eso no produce, sino que hace huir a quien sí produce

1.º La estabilidad en el empleo es buena para todo el mundo profesores funcionarios o no y trabajadores de lo que sean (Que manía con atacar a los funcionarios). 

2.º Nuestro modelo se basa en la extensión de la enseñanza universitaria a todo el mundo, rebajando de algún modo los criterios de selección, pero favoreciendo que todo el que quiera y supere unos mínimos pueda acceder a la universidad (que sí que faltan becas y demás, pero tenemos un sistema inclusivo no elitista). 

3.º Lo de la excelencia británica y americana es en gran parte mito. Se venden muy bien y evalúan su sistema con los criterios que han creado según su modelo. 

4.º Una ingeniería o un grado de aquí es muy muy superior en calidad a uno en USA. 

5.º Alguien decía por aquí que si creáramos centros equivalentes con exigencias muy altas se mejoraría en calidad. Seguro que sí: ¿por qué no se hace? Probablemente, porque entonces alguno que también habla por aquí diría que es elitista etc.

La "seguridad" en el empleo es negativa. Impide la necesidad de superación.

Los empresarios comerciales británicos solo necesitan saber que eres suficientemente inteligente para conseguir un título universitario. El título, salvo en ciencias no importa porque "the trainning" te lo da la empresa.

Los “quinquenios” son un premio a la estupidez. En Inglaterra tiene mucha importancia haber cambiado de empresas. Mi hijo ha cambiado tres veces de empresa y es jefe de importaciones de los vinos de España para su empresa importadora. Los tontos no se superan. Hay que tener espíritu emprendedor.

Conozco muchos compañeros de universidad de mis hijos que estudiaron en Inglaterra. No recuerdo ninguno estudiando "un máster".

Un máster es una confesión de que la universidad es deficiente y además un mecanismo comercial para dar trabajo a la Casta Académica.

España es un país donde los cuadros de profesores y catedráticos, se siguen nutriendo de oscuras oposiciones, y no de un simple y eficaz currículum, donde cada universidad "fiche" a los mejores, con contratos similares al del resto de los españoles que trabajan en la empresa privada, no a opositores de oscuras procedencias. Esta es la fórmula escandinava y anglosajona, contratar a gente que vale y no para toda la vida, sino según su rendimiento. Aquí la fórmula oposición + enchufe = fijo de por vida es lo usual. Y el producto final es un funcionario. Ese ser con un status por encima del bien y del mal sobre el resto de los ciudadanos, que puede hacer lo que le dé la real gana, que sabe que nunca lo van a echar del trabajo. Lo dicho, ni está la universidad española entre las doscientas mejores, ni se la espera.

Hacen con nosotros lo que quieren como si fuésemos ovejas. Es lo mismo que hacen con los niños y los jóvenes con los estudios, les llevan por el caminito y los que se salgan del camino los retuercen hasta hacerlos abandonar, no les dan otras opciones y les cierran la mente. No quieren que sepan mas que lo que ellos dicen que tienen que saber. Y no tiene nada que ver con los docentes, a los cuales también les dicen el caminito que tienen que impartir, el temario establecido. No hay más que ver que a quien se rebela con una huelga: van y los sustituyen por otras vías. Aquí, para rebelarse, ojo que vas a la cárcel por no avisar: todo muy ordenadito.

España es una exportadora neta de talento ya que no se hace ninguna política activa para cuidar a la gente válida para hacer ciencia, obligándola a emigrar o a conformarse con becas ridículas y sueldos míseros. Otros estados bastante más inteligentes en este aspecto se dedican a importar este talento y sumarlo al suyo.

Otro problema que tenemos en la investigación de este país es que es más importante generar dinero que conocimiento y buenas publicaciones. Así, en los paneles de expertos se suelen colar investigadores que consiguen más dinero que otros que lo que hacen es generar buena ciencia, pero que no tienen el reconocimiento adecuado. Pero.... dinero es dinero ¿no?

Hasta los portugueses.. Los dictadores portugueses eran catedráticos de universidad (Salazar, Caetano). El nuestro, un militar embrutecido en la guerra de África y poco aficionado a la lectura.

Antes la gente no tenía títulos, pero sabían hacer cosas; ahora, tienen títulos y unos currícula de 20 folios, pero saber, saber, lo que se dice saber, no saben hacer nada. No tienen ni práctica ni experiencia. Eso sí, antes la gente era bastante monotarea; pero, visto lo visto, casi es preferible. Y todos "de francés" (a lo Tip y Coll, jajajajaj). En definitiva, nadie entre los que manejan el cotarro da un paso pensando en el futuro. Yo insisto, gobiernan para el próximo cuarto de hora.

¿En qué sitios está el saber? El saber de nada sirve si no tienes un papeluco que lo demuestre; aquí sufrimos de titulitis, total, para hablar cuatro idiomas y ser camarer@...

Años de bonanza. Fase I. Todos los huevos, o casi, se pusieron en el cesto del ladrillo. 

Años de bonanza: fase II: todos los huevos, o casi todos, en la hostelería. 

¿Optimizar las universidades? ¿Reforzar el sistema para que sus patentes les reviertan? ¿Invertir más en investigación básica? No, hombre, si lo suyo es poner copas a turistas y después poder decir: se han dejado más dinero, nos han visitado más, y gracias a eso el paro estacional se ha reducido.

Entiendo que una universidad pública española no pueda competir con Harvard o Stanford sencillamente porque es imposible competir con los presupuestos, precios de matrículas, mecenazgo, etc. de esas universidades, que les permite contratar a los mejores profesores y mantener ratios reducidas en las aulas, entre muchas otras cosas...
Pero NO HAY NINGUNA EXCUSA para no estar al mismo nivel de las públicas de Bélgica, Dinamarca, Noruega, Finlandia, Italia, Portugal. La universidad de Lisboa aparece entre las 200 mejores. Nuestro comportamiento de nuevos ricos nos ha llevado a despreciar continuamente a Portugal, un país que, con modestia, nos vuelve a dar una lección. No aprendemos.

Hay un argentino que me impresionó con su "moderación y agudeza analítica". Me dijo: "Cuando vine a España (en la época de la prosperidad) pensaba que venía a un país del primer mundo y me encontré con un país del tercer mundo con dinero" Que los Nacionalistas Viscerales me perdonen, pero pienso que llevaba razón.

Y qué, si no se puede esperar de una universidad que para "seleccionar" a su profesorado y estudiantado atiende a razones políticas, sindicales y sociales en vez de profesionalidad, competencia y preparación. Me viene a la memoria cómo se nombró profesores funcionarios a los idóneos en los años ochenta, cómo había más del 95 % de endogamia entre el profesorado cuando la universidad ponía dos miembros de cinco en los tribunales, cómo se hizo profesores universitarios a los titulares de escuelas universitarias... No hay ningún país que tenga un bachillerato de dos años únicamente, o que apruebe al 95 % de los alumnos que se presentan a selectividad. La educación en España está en manos de los partidos políticos que la tratan a patadas.

¿A quién le extraña? ¿Quién, que haya sido estudiante de una universidad pública española, no se ha sentido estafado una vez licenciado e incorporado al mercado laboral? ¿Quién no ha asistido a clases impartidas por precarios profesores, catedráticos, jefes de departamento sin ningún interés en enseñar y con nula capacidad pedagógica? ¿Quién no ha sufrido la 'libertad de cátedra' aplicada sin ningún criterio y razón, sino solamente en base a la arbitrariedad del elemento? ¿Quién no ha tenido la sensación de que los profesores universitarios eran unos grandes vividores por faltar a clase sin previo aviso, por entregar fotocopias de fotocopias, por no dignarse a cambiar la fecha de una presentación PP hecha hace tres años, por limitarse a leer un Real Decreto proyectado en la pantalla...? Y un largo etcétera... ¿Quién? ¿Quién? ¿Quién? :(

En Luces de bohemia de Valle-Inclán. El mensaje es contundente y lúcido:

Te has muerto de hambre, como yo voy a morir, como moriremos todos los españoles dignos. ¡Te han cerrado todas las puertas, y te has vengado muriéndote de hambre! ¡Bien hecho! ¡Que caiga esta venganza sobre los cabrones de la Academia! ¡En España es un delito el talento!

En este país, si intentas refinarte, te llaman "cursi". Si intentas salirte de la mediocridad en la que está sumergida esta sociedad, te crean y recrean dificultades. Te atacan porque, siendo incómodo, les demuestras sus carencias. En España es un delito el talento.

Me fui de España hace ya muchos años, desmoralizado por la endogamia de la universidad española de entonces y la consiguiente ausencia de oportunidades, dado que las cátedras eran de tipo familiar y hereditarias. Padres catedráticos que, casualidad de casualidades, concebían hijos que también salían catedráticos. El trabajo, los meritos individuales, pero no genéticos, lo máximo que conseguían era una adjunta, en el mejor de los casos. Me fui al extranjero, donde conseguí una cátedra a pesar de ser extranjero y de no estar genéticamente emparentado con nadie. ¿Lo hubiese conseguido en España? Definitivamente, no. Es fácil de entender que siendo la universidad española cotos privados de unos cuantos, sus resultados académicos y científicos fuesen de muy baja calidad. La pregunta es si la universidad española ha mejorado algo durante estos años, aunque, visto sus resultados, parece ser que no. Una lástima, ya que los españoles, en el fondo, no nos merecemos estar en la cola de los rankings internacionales.

Solamente me queda decir que el problema no es la calidad de los estudiantes. Poniendo un símil ciclista: si a Contador le das en una crono una bicicleta que pesa 20 kilos, siempre la realizará peor que si le das una bici de 10 kilos. Por muy capaz que sea el alumno (y en España los hay), si recibe una formación deficiente, nunca llegará a sacar su máximo potencial, y con esta universidad es complicado.

En el otro lado de la balanza están las escuelas de negocio que sí están entre las mejores del mundo; pero, claro, su gestión no tiene nada que ver con las de las universidades. Tal vez si nos fijásemos un poco en ellas obtendríamos las claves de una buena universidad. Y no me refiero exclusivamente al sistema de gestión privada (de hecho la mayoría de las peores universidades españolas son privadas), sino al sistema de elección del profesorado, la flexibilidad de los contenidos, la total comunión con las necesidades de la empresa privada...

Creo que la clave es "MEJOR", no ""MÁS". En opinión de un servidor, la universidad española se asemeja a un "pollo sin cabeza": no se sabe ni a dónde va, ni cómo. A día de hoy, estoy esperando a septiembre para comenzar las prácticas del segundo año del máster en abogacía. He sacado las siguientes conclusiones:

1) Sé mucho menos Derecho de lo que quisiera.

2) Los compañeros que vienen de otras universidades públicas presenciales al máster de la UNED saben todavía menos Derecho que yo.

3) Los compañeros que vienen de otras universidades privadas saben todavía menos.

4) La metodología de estudio en la UNED es demencial y decimonónica (sin videoclases o clases on-line, una plataforma digital totalmente desfasada y con nulo contenido, aprendizaje exclusivamente memorístico...)

5) La implicación de una buena parte del profesorado público es nula.

6) La autonomía universitaria es un cáncer para el control sobre la calidad de la enseñanza (las tasas de suspensos en las universidades privadas son próximas a 0).

Con estos mimbres sería un milagro que haya universidades españolas entre las mejores del mundo.

Quien conoce la universidad, no le es de extrañar. Las universidades están politizadas, para muchos son el trampolín para llegar a la política. El enchufismo, nepotismo sindical, intereses personales, guerras departamentales, privatización, poca calidad, etc. están acabando con ellas. Enhorabuena a los rectores que permiten estas situaciones... Total, para cuatro añitos que voy a estar... que lo arregle el que viene detrás o que lo hubiera arreglado es anterior. ¡De pena!

La ridícula universidad de Rajoy

I

Berta González de Vega, "Alarma social",  en El Mundo, 16 de agosto, 2017.

La noticia corrió como la pólvora entre los grupos de padres de WhatsApp: "Ninguna universidad española, de nuevo, entre las mejores 200 del mundo". Intolerable. El Gobierno no podía jugar así con el futuro de los hijos que tanto esfuerzo estaba costando educar: refuerzo de inglés, matemáticas, debate. Los programas de televisión veraniegos cambiaron las parrillas de la programación para organizar tertulias sobre el asunto. Había alarma social. No fue difícil encontrar a expertos. Algunos de los profesores e investigadores españoles en las mejores universidades del mundo estaban aquí de vacaciones. Ningún rector compareció, pero mandaron comunicados: Era imposible competir con los presupuestos de las universidades extranjeras. Pero, ¿Y Lisboa, entre las 200 primeras? ¿Qué pasó con los campus de excelencia a gogó? No había nadie del Gobierno para contestar qué fue de los proyectos fallidos de reforma. Salieron casos dramáticos. Investigadores que regresaron a España con una beca Ramón y Cajal y no consiguieron hueco en departamentos plagados de familiares. Ramón y Cajal, dijo un tertuliano, nuestro último Nobel en Ciencia, más de un siglo ya. Luego, los profesores asociados. Perdieron el miedo a hablar de sus 600 euros al mes durante años y el pago de la cuota de autónomos para hacer méritos con una figura que se ha falseado, porque se trataba de atraer a profesionales de la calle. También hubo graduados, cajeros en supermercados, camareros, profesores particulares. Se les quebraba la voz en cámara al explicar que eran la primera generación de universitarios, que pensaron que un título en ciencias ambientales en una universidad de provincias era el pasaporte a un buen futuro laboral, pero ahora veían a primos con un módulo de FP a los que les iba mejor. Aparecieron casos heroicos, profesores que se pasaron años pleiteando en un contencioso administrativo por plazas a dedo. Resistieron, gastándose su dinero, para ser recibidos en un entorno hostil. En el apartado de héroes también los jefes de departamento que conseguían fichar a los mejores candidatos, incluso siendo de otra provincia. Se habló con un profesor de la Pompeu Fabra con doctorado en Chicago. Las movilizaciones fueron un éxito. Había pancartas que decían "Rectores, harakiri". "El futuro de mis hijos da de comer a enchufados". Mariano Rajoy se comprometió a poner la universidad española a la altura de su gastronomía, de su turismo, de su deporte. De sus escuelas de negocio, entre las mejores del mundo. Qué mal se duerme a veces en verano.

II

Un suspenso a la Universidad que abochorna, en El Mundo, 16 agosto, 2017:

El suspenso que han vuelto a recibir las universidades españolas en el prestigioso Ranking de Shangai, que valora cuáles son los mejores campus del mundo, debiera hacer reflexionar muy seriamente a las autoridades académicas. Ninguna de nuestras universidades se sitúa entre las primeras 200 del planeta. Y, lo que es peor, se ha apreciado en los últimos años un cierto retroceso en las posiciones del índice, lo que demuestra que ni siquiera se progresa adecuadamente. Son muchos los males que aquejan al sistema. Y exigen medidas de choque urgentes y que los responsables políticos asuman que la duodécima potencia económica del mundo no puede seguir sin centros de investigación académica de referencia. El índice elaborado desde 2003 por la Universidad Jiao Tong de Shangai tiene en cuenta cuestiones como el número de premios que han logrado los alumnos y profesores de cada campus -incluidos los Nobel o las medallas Fields- o el número de citaciones en revistas científicas de prestigio como Nature o Science. En el caso español, la primera Universidad que aparece en el ránking es la Pompeu Fabra de Barcelona, pero ya en el intervalo de entre los 200 y los 250 primeros centros. Muy lejos, por tanto, de la excelencia. Los rectores, que ante este tipo de informes que les dejan en muy mal lugar se suelen envolver en un absurdo corporativismo, achacan los malos resultados a cuestiones como los recortes que ha sufrido la investigación en nuestro país estos últimos años, como consecuencia de la peor crisis económica en muchas décadas. Pero el estudio comparado de los últimos rankings de Shangai demuestra que, en las mismas circunstancias, algunas universidades como la citada Pompeu Fabra o la de Granada sí conseguían escalar algunos puestos por el empeño en mejorar sobre todo la calidad investigadora. Resulta, además, incomprensible que ningún campus español esté entre los 200 mejores cuando sí lo ha logrado, por ejemplo, la Universidad de Lisboa, teniendo en cuenta que Portugal ha tenido su economía prácticamente intervenida por Bruselas hasta fechas bien recientes y su PIB es seis veces inferior al de España. No valen paños calientes. Los sucesivos gobiernos se han llenado la boca diciendo que iban a acometer profundas transformaciones del sistema universitario que, a la hora de la verdad, nunca llegan por falta de voluntad política e incapacidad de los distintos partidos para abordar la cuestión como un asunto de Estado. En España, está visto, todo lo que tiene que ver con la educación se acaba politizando y, por lo general, nadie se atreve a poner en marcha las reformas necesarias para evitarse problemas en medio de una gran maraña de intereses creados. Para empezar, el sistema universitario español padece una irracional atomización, ya que, desde los años 80, con el desarrollo del régimen autonómico, se han creado infinitos campus en todos los territorios para dar respuesta a las reivindicaciones de poblaciones y partidos políticos locales que querían disponer a la puerta de casa del más alto nivel de enseñanza para sus vecinos. Ello ha provocado disparates como que en algunas facultades haya cursos que no llegan ni a los 15 alumnos por aula, algo que resulta ruinoso. La Universidad española es, además, muy endogámica. Debería funcionar con mucha mayor flexibilidad en la contratación del profesorado, facilitando la incorporación de docentes temporales o profesionales de reconocido prestigio. Asimismo, resulta necesaria una mayor vinculación de las facultades con el mundo empresarial, como sucede en otros países. También hay que acabar con la falta de control en el gasto, sobre todo el destinado a la investigación, así como mejorar los instrumentos para evaluar el rendimiento del personal docente. En el reverso de la situación universitaria están las escuelas de negocios españolas. Dos de ellas, IESE y ESADE, se encuentran entre las 10 mejores del mundo en formación para directivos. Una demostración de que no falta talento ni capacidad; el mal estado de la enseñanza superior se debe a causas profundas como las señaladas.

lunes, 18 de enero de 2016

Prueba del algodón de la mediocridad de la Universidad española: los últimos en captación de alumnado extranjero

Pilar Álvarez, "España triunfa con los Erasmus pero no con todos los titulados extranjeros", en El País, 18 ENE 2016 (la tabla comparativa solo se ve en el enlace):

Los campus españoles están a la cola de Europa en captación de alumnos internacionales.

Suiza, 16,5 %
Austria, 15,4 %
Francia, 11, 8 %
Dinamarca, 8, 1% 
Holanda, 7,2 %
Alemania, 7 %
Suecia, 6,3 %
Grecia, 5 %
Portugal, 4,7 %
Italia, 4 %
España, 2,8 %

Vienen a pasar un año o unos meses, pero no se animan a estudiar una carrera entera. España, el gran receptor de estudiantes Erasmus, está a la cola si se trata de alumnos extranjeros dispuestos a venir para graduarse. Solo el 2,9% de los alumnos son de fuera, lejos de Reino Unido (17,1%) o Suiza (16,5), a la cabeza de la tabla y por detrás también de la vecina Portugal (4%) o de Italia (4,7%). La falta de titulaciones en inglés, la escasez de becas para extranjeros y la amplia burocracia a cumplimentar son algunas de las causas que están detrás de estas cifras.

Es una "paradoja que requiere soluciones", reflexiona Francisco Michavila, director de la Cátedra Unesco de Gestión y Política Universitaria y autor de la monografía Comparación internacional del sistema universitario español, presentada este lunes y en la que se comparan estos datos. Michavila recomienda como una de las soluciones que España aumente su oferta de programas y grados en inglés "igual que está haciendo Francia".

"El Gobierno actual ha tenido muy desatendida la formación del profesorado y es una profesión que requiere mejorar las lenguas de comunicación", señala este experto, que ha empleado en su trabajo los últimos datos comparativos disponibles de la OCDE, Eurostat y la Unesco, entre otros organismos. En el caso de la estadística sobre alumnos extranjeros, esos datos corresponden a 2012.

Las becas universitarias retroceden a la cuantía de hace una década

El trabajo está hecho en colaboración con la conferencia de rectores españoles, la Crue. Su presidente, Segundo Píriz, coincide con Michavila en un segundo freno: la burocracia. Y reclama al Gobierno que flexibilice los trámites burocráticos para que las universidades españolas se conviertan en el gran campus de América Latina. "Tenemos un país al que quiere venir todo el mundo y una lengua que hablan 400 millones de personas, así que hagamos una política de país con este asunto como hace Francia", señala Píriz.

La burocracia en contra

El secretario general de Universidades del Ministerio de Educación, Jorge Sainz, asegura que hay en marcha una estrategia de internacionalización "en la que estamos trabajando todos de forma continuada para facilitar los trámites burocráticos a los estudiantes que vienen a España". Sainz añade que se ha firmado un acuerdo con Inmigración "para que las universidades participen directamente en el proceso y sea más fácil" y que América Latina "es un mercado prioritario" para España.

Los rectores piden también que se aumente el esfuerzo estatal en becas y ayudas a estudiantes, también extranjeros. España está muy por detrás de la media de la OCDE. En concreto, destina el 0,11 % del PIB, casi un tercio de la media (0,31%). "Francia invierte dinero para dar becas a alumnos que vienen de todo el mundo y cree en la importancia que tiene formar a líderes mundiales desde sus campus", cita el presidente de la Crue.

El lugar en los 'rankings'

El estudio analiza la presencia de las universidades españolas en los cada vez más influyentes rankings internacionales por los que también se guían los estudiantes que buscan una carrera fuera de su país. Señala que la posición del sistema universitario español en producción científica "es mejor que la que le correspondería por el tamaño de la economía, más aún si se considera el bajo nivel de gasto en I+D que se realiza en comparación con otros sistemas de educación superior", señala el informe. En uno de los más reconocidos, el ranking de Shanghái, solo una universidad española (la Universidad de Barcelona) aparece entre las 200 primeras en su edición de 2015 y hay otras 13 entre los primeros 500 lugares.

Un trabajo publicado por el Ministerio de Educación hace un año, la Guía de buenas prácticas para la participación de las universidades españolas en los rankings internacionales, hacía una foto más amplia en la que los campus patrios quedaban mejor. España, según ese informe, es de los países con mayor número de universidades en los rankings (en referencia al año 2012-2013) con 283 presencias por áreas, materias o disciplinas y 496 titulaciones universitarias españolas con algún tipo de reconocimiento.

En ese documento se daban instrucciones muy básicas a los campus para mejorar su posicionamiento en las clasificaciones, empezando por la sistematización de los datos que se envían a los organismos que realizan estos rankings o cuestiones tan simples como que un investigador firme siempre del mismo modo —sin usar iniciales o incluyendo el guion de un apellido en todas las rúbricas— para que contabilice siempre en los catálogos de publicaciones y citaciones científicas y mejore su nota. Según el responsable de universidades del Ministerio de Educación, las universidades están poniendo en práctica estos consejos "y su efecto se está notando significativamente".