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lunes, 30 de septiembre de 2024

Consejos para mochileros y camping de alpargata

 Tomado de por ahí:

 Chavales, yo la mitad del año lo paso en una minivan. Como vuestro coche, pero con el techo alto, una vanette cargo. Llevo desde antes de la pandemia, y aprendí cosas y truquitos. Una cosa es que te quitas de agobios si lo ves como una tienda de campaña con ruedas, o carpa, como decís vosotros. Olvidar que es una extensión de la casa, sino un vehículo de aventura donde todo es más de campamento... menos duchas, trucos de higiene, de cocina, etc.

Muy contento con mi cocinilla a gas del decathlon, es plana y usa bombonas tipo spray, y es barata. Os compráis cinco bombonitas o cartuchos y os cunden para cocinar. Si preparas una superficie de madera con una pantalla anti salpicaduras, cocinas dentro del coche, bajo una ventana o en la zona de la puerta trasera. También la puedes poner fuera en el suelo o sobre algo.

Todo es inventar ideas adaptadas a vuestro coche y necesidades. Se pueden reciclar muchas cosas para hacer la carpa sobre ruedas más cómoda.

Venden en tiendas de cosas de camping bidones de muchos litros de agua con un grifito, molan. Lo puedes llevar acostado y cuando acampas lo levantas en alguna esquina cómoda para tener vuestro grifito de agua.

El tema higiene es como todo muy mental, hay que poner el cerebro en modo supervivencia y dejarse de caprichitos: casi nunca hay duchas y cuartos de baño con música incorporada. Lo más cómodo y todoterreno es un bidón de los de agua de 5 l. con un simple embudo. Yo lo metí en una bolsa de tela de saco de dormir para que no se vea lo que es y que no dé el cante al sacarlo cuando lo vacías por ahí donde no haga daño. Le pongo un microchorrito de lejía, así nunca huele y cuando está lleno se diluye tanto que no daña las plantas donde lo vacíes.

El tema sólido es muy sencillo. Hacerlo de campo no, da la nota, la gente protesta y no es ético dejar regalitos por ahí. Solución: balde de plástico bajito, donde puedas encajar una bolsa de basura y ponerte en cuclillas encima. Cuando terminas quitas la bolsa, la enrollas y haces un paquete que va a la basura. En pareja os turnáis por la privacidad. Te acostumbras en las dos primeras veces, y así no tenéis que preocuparos de buscar lugares con instalaciones, podréis pernoctar en medio de una ciudad sin problema.

Sobre todo al principio hay mil accidentes: vaso de leche derramado en cama, manchas de aceite en algo nuevecito.... etc. pero forma parte del aprendizaje de la aventura.

Las toallitas higiénicas y el champú seco en espray para el pelo te dan mucho juego también. Pero podéis comprar por Amazon una ducha portátil de bolsa negra solar, que funcionan muy bien: la subes al techo del coche, y te duchas agachado. Si hace frío y el sol no calienta puedes calentar en la cocinilla de gas un cazo de agua y se lo añades.

Todo es cogerle el truco. 

Otra idea muy buena es que os compréis dos bolsas de goma de agua caliente, para los pies fríos y meter en cama. Te dan un calorcito genial y aguanta muchísimo. Enfriamientos por lluvia o frío te los soluciona. No las vaciéis, usad siempre la misma agua, así no gastáis más.

Si hace un frío que pela enciendo tres o cuatro velas dentro de una tartera metálica alta sin la tapa y muy controlado en un lugar seguro con altura libre por encima. Te quitan la sensación de aire glacial dentro del coche, pero si duermo prefiero apagarlas y con la bolsa de agua caliente me caliento en camita sin problema ninguno.

Limpieza en seco de cacharros de cocina con rollo de papel y si hay costra, la  calentáis con una película de agua y luego le pasáis un cepillo de fregar o un estropajo de metal, que yo guardo en un bote y cuando está seco lo paso por encima de la llama de la cocinilla para desinfectar. Método que siempre uso con recipientes metálicos que uso para comer y suelo limpiar solo con papel de cocina. Todo de metal es mejor.

Otra cosa son las luces led en cadena, que dan un ambiente interior muy chulo. Las hay a pilas y quedan guay por dentro del habitáculo. Las linternas de cinta en la frente son superprácticas. 

Yo uso baterías pequeñas recargables, pues solo las necesito para el teléfono y si haces kilómetros se recargan desde el mechero con un distribuidor para muchas baterías.

Y en fin, que todo es inventarte tus propios trucos y pensar que no estás en casa, sino de acampada sobre ruedas.

Unos pequeños prismáticos a mí me dan mucho juego para controlar el entorno y ver curiosidades lejanas.

Un saludito compañeros

domingo, 22 de junio de 2008

Mochileros


Soy un mochilero frustrado. Mi mujer no soporta el turismo de alpargata y no me deja ir por ahí sin hotel. Yo he dormido a la intemperie en playas, en campings, en descampados, en el santo suelo, y he dormido mejor que en el blando e incómodo lecho de una cama que te acaba desencuadernando el esqueleto. He visto el programa Backpackers (Mochileros) en Ono con auténtica devoción y tengo a Mick, Lee y Jag casi como miembros de la familia. La cultura del mochilero es el ingenio mismo; ¿se rompe la correa del ventilador de la autocaravana? Pues se corta el elástico de los calzoncillos y ya resiste veinte kilómetros hasta el taller. ¿Comer? Bocadillos que te haces tú mismo, latas y ensaladilla universal, al menos hasta que te llegue el cólico nefrítico. ¿Ducha? Hay por ahí un aparatito muy curioso y transportable: una bolsa de plástico con un tubito terminado en un brollador de ducha que se cuelga de un árbol que bien puede hacer las veces, y si no por ahí hay albercas, ríos, lagunas, estanques, playas y chaparrones nocturnos de madrugada en que puedes salir aullando en pelotas como un hombre lobo, si no hay nadie cerca. Y los pequeños detalles que hacen la diferencia en todo entre un país y otro. Los mochileros enseñan tolerancia y amistad como nadie, son pobres com o las ratas y con tanta hambre y curiosidad como ellas, andan jugando a las cartas como clerici vagantes, son víctimas de la diarrea crónica, se enamoran en un pispás, les roban cuando están tirados por una borrachera en la fiesta de la cerveza, en la tomatina de Buñol, en el concurso de despeñarse tras quesos rodantes "en el nombre de la estupidez" o son corneados de pura ignorancia en los sanfermines, y trabajan de indocumentados en bares o sembrados para sacar unos acortantes, hermano. Deambulan en grupos de dos o tres como espectros eternos por los albergues juveniles y los rincones oscuros de los parques y la costa.

Pero soy un mochilero un poco raro. No soy un experto en mecánica. Dejé hace tiempo de ser un ligón compulsivo. No bebo hasta amanecer tirado, abrazado a una farola o en medio de un seto en un jardín abandonado, no hago concursos de gritos, ni voy buscando bebidas, hierbas o setas raras, ni fumo, aunque sí busco platos típicos; lo más probable es que al llegar a un nuevo lugar me pierda en algún archivo buscando documentos o en librerías de viejo en pos de libros raros. Como a mí los únicos viajes que me gustan son los iniciáticos, les dejo las postales a los demás y lo único que deseo conocer son gente, libros, historias y bosques ignotos, por este orden.