miércoles, 29 de agosto de 2012

Ciudad Real, por Elpidio de Mier


CIUDAD-REAL 



Salve...!! Ciudad heroica, perla escondida, 
de castellana gloria fiel Atalaya, 
ignorada en el lecho de tu heroísmo 
envuelta en rico armiño de antigua España. 
Alfonso X, el Sabio, te dio existencia 
y grabó su grandeza, jamás borrada, 
en el honor austero de tus señores, 
en los ruinosos cubos de tus murallas, 
en redor de aquel pozo, donde la Historia 
diz que escribió el Rey Sabio nobles proclamas 
y trazó los jalones de sus Partidas 
que atraviesan los siglos entre alabanzas, 
El Dios de los cristianos bendijo el suelo 
que hollaban los bridones de tus mesnadas, 
porque la fé profunda de tus caudillos 
en honor, sin negruras, iba engarzada. 
Ciudad-Real con Toledo, fué fortaleza 
donde fincó el cristiano sus fieles armas, 
donde más mora sangre regó la tierra, 
donde fué más probada la fé cristiana, 
donde en cada pedazo del suelo augusto, 
donde por cada almena de tus murallas, 
salió un rayo de gloria, con heroísmo, 
para forjar los cetros de nuestra España. 
Salve...! Solar augusto de la hidalguía, 
capital cenicienta de extensa Mancha, 
donde círculo forman los horizontes, 
donde es fecunda y rica la tierra llana. 
He corrido del mundo los climas todos..., 
y donde el patriotismo noble se exalta, 
no recuerda el patriota las nuevas cosas... 
el corazón hispano tiende a la Mancha 
y surgen, en la mente, de sus llanuras 
memorias y contentos que van al alma 
se recuerdan ensueños de D. Quijote, 
sueños de gentileza, de bienandanza, 
que hicieron infecundos, materialistas 
de la vil descendencia de Sancho Panza, 
y tienen desmedrados altos destinos 
con los cuales Cervantes siempre soñaba..., 
y surgen los recuerdos de los molinos 
de armazón gigantesco y enormes aspas, 
que al borrar su existencia los gobernates 
han colocado en ruinas la triste Patria, 
y estudiantes hambrientos, de capa rota, 
detrás de los arrieros y sus reatas, 
y, a través de los tiempos, las maritornes 
salen con las monsergas de las posadas 
para dar, sencillotas, al peregrino 
cansado de los viajes, fuerte pitanza, 
y... sobre todas esas bellas escenas 
en que inyectó Cervantes vital pujanza, 
flotan las armonías de la nobleza, 
la sencillez manchega fina y gallarda, 
el amor al terruño del heroísmo, 
el imborrable apego que tiene el alma 
a lo que eternamente vive en el mundo 
y guarda entre sus pliegos la enseña Patria 
Ciudad-Real, centro augusto del suelo santo 
donde el pasado tiene viviente calma, 
las empedradas calles de rudos chinos, 
la quietud placentera de sus moradas, 
en lejano horizonte, grandes rebaños, 
fecundas sementeras en lontananza, 
Solo a la triste sombra de tus mesones 
pudo trazar su pluma, siempre gallarda, 
belleza de Marcelas, entre colores 
que el inmortal artista formó a Zoraida 
y forjó de Luscinda la bella idea, 
trazada entre contrastes y filigranas, 
para legar al mundo del pensamiento 
soberana leyenda, nunca igualada, 
Ciudad-Real, la que ostentas en tu atavío 
de la auténtica gloria las viejas galas, 
de inolvidables tiempos vivos recuerdos, 
de lejanas venturas costumbres raras, 
sonrisa de los patios de Andalucía, 
austeridad de casas zaragozanas, 
fraternales corrillos en las callejas, 
impecables blancuras en las fachadas, 
algarabías jocosas en los mercados, 
y enanos edificios en ricas granjas, 
y atravesando fuertes las pétreas calles 
enjaezadas parejas de la labranza: 
torcido laberinto de callejuelas 
en direcciones varias: en lontananza 

por lineales caminos, pausadamente,
las vigorosas yuntas de la labranza.
Tierra de las leyendas y los empeños,
solar de D. Alonso, severa Mancha,
solo tu has sido marco digno y augusto
para grabar Cervantes la Gran Fazaña
de Alonso de Quijano, que a todo el orbe
ha contado virtudes de nuestra Raza.
Solo a la triste sombra de tus mesones

pudo trazar su pluma, siempre gallarda,
belleza de Marcelas, entre colores
que el inmortal artista formó a Zoraida
y forjó de Luscinda la bella idea,
trazada entre contrastes y filigranas,
para legar al mundo del pensamiento
soberana leyenda, nunca igualada,
Ciudad-Real, la que ostentas en tu atavio
de la auténtica gloria las viejas galas,
de inolvidables tiempos vivos recuerdos,
de lejanas venturas costumbres raras,
sonrisa de los patios de Andalucía,
austeridad de casas zaragozanas,
fraternales corrillos en las callejas,
impecables blancuras en las fashadas,
algarabías jocosas en los mercados,
y enanos edificios en ricas granjas,
y atravesando fuertes las pétreas calles
enjaezadas parejas de la labranza:
torcido laberinto de callejuelas
en direcciones varias: en lontananza
espigas de los templos de diez centurias
y ruinosos conventos de mil ventanas,
arabescas molduras, casi ruinosas,
de la Puerta Toledo desmantelada,
y los cubos de adobes de su recinto
e innúmeros portillos en la muralla
dan al solar glorioso donde el Rey Sabio
puso el trono viviente de sus hazañas

aspecto de Mueso de los recuerdos
donde sagradas duermen glorías de España,
besadas por el aura de la grandeza
que no borran los siglos ni intriga extraña.
Ordenes Militares: el Priorato
en tu recinto tienes: y Calatrava,
con Santiago y Alcántara, con Montesa,
que fulgores irradian de glorias patrias,
entre tus viejos muros ennoblecidos,
como sacro tesoro su Sede guardan.
Salve..! ¡Ciudad de hidalgos, tranquila, heroica,
pasarán las edades con sus infamias
y adornarán tu frente las aureolas
de solar imborrable, donde la Patria
forjó de la conquista las sabías leyes
que han humillado, al tiempo con su prestancia,
y aunque olviden algunos tus gallardías
ostentarán tus sienes de Reina amada,
corona inmarcesible de honor y gloria
y, ciudad del Rey Sabio, serás llamada.

Ciudad-Real, Enero 1920.





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