martes, 1 de diciembre de 2015

Una cuestión vulgar

-Papá, quiero...
-Mal empezamos. ¿Qué?
-Un empleo.
-Eso es mucho querer. Sal de la casa o del país y búscalo.
-No exijo tanto ni quiero ir tan lejos: algo que me dé para comer y cubrir necesidades urgentísimas; ya sé que para tener hijos no bastará.
-También es mucho "exigir". Cierto que has hecho tus deberes e incluso tienes titulación (o lo que sea lo que se saca y haya quedado después de reformas educativas sin cuento o con demasiado cuento), pero hoy ya no basta ser válido y útil: las máquinas lo son más y las prefieren porque no sindican ni enferman. Hay que ser además malvado, servil, hijoputa, enchufado o autónomo. Si no quieres serlo, porque padeces la tara de la honradez o te has dado a la bebida o la droga, te echaremos de comer hasta que muramos; entonces, igual puedes comer del subsidio de jubilación por orfandad para adultos (si llega a haberlo, que lo dudo: "dar" no está de moda, salvo dar por retambufa). De momento, los chorizos y alérgicos a la distribución del malestar han condenado a tu generación a la esterilidad o al aborto si no hay otra, aunque repeluque, porque no repeluca tanto como tener que pagar (si pagan, que es ultima Thule de los Gilitos) orfanatos o comederos de colegio. ¡Qué horror, ocuparse de los demás! ¡Es caro y antiproductivo! ¡Y algunos, incluso... lo hacen gratis! 
-¡Me hago cruces! ¡Calla... calla! ¿Y si no puedo querer ni exigir, qué verbo debo utilizar?
-"Afiliarte" a una mafia o "suplicar"; es deporte más "popular" en España que el mismísimo balompata... deporte muy propio de país civilizado: dar patadas. Por eso gusta tanto en el tercer mundo; allí usan el Quijote para limpiarse el culo y valoran lo que se debe, la anticatalana tortilla de patatas.
-¿Y qué empleos podría suplicar?
-No sé, hijo; no soy un rico que pueda pagarte niñeras filipinas o colegios de pago como el hispanoalemán o costearte un diploma de estudios flojos en EE. UU. para que tengas currículum de más ornato y hornacina y, en último extremo, colocarte en alguna empresa "familiar" de papaíto o amiguetes similares que gestione con adecuado margen de mangue el dinero de otros sin "oposición" ni cosa semejante. No tengo dinero para hacer de ti un repelente niño Vicente, ni siquiera tengo genes de calidad adquirida para el mangoneo. Tal vez, supongo, andamos necesitados de curas...
-¡Pero si para eso hay que saber latín!
-¡Idioma con futuro, hay que reconocerlo! Aquí siempre ha funcionado al revés eso de "primero la obligación y luego la devoción". Se ha preferido la lealtad del amiguete a la responsabilidad del eficiente: mira, por ejemplo, los políticos; en España todo es cuestión de jerarquías a la medieval: iglesia, ejército, política, empresa... Medievales castas guerreras y eclesiales han dominado siempre la historia y los resortes del poder en España. Gente que se arrima y se junta, como dice el Lazarillo, para "ser fuertes", que dijo uno. O que se va al extranjero a obtener el capital que no le dejan aquí: "Tres cosas hacen al hombre prosperar / o iglesia, o mar, o casa real". Al individuo sin padrinos no se le bautiza y se le excluye y desprecia por sistema. Si fueras mujer lo tendrías más fácil: las monjas no necesitan currículum, están tan discriminadas que el desprecio se les da por igual por parte de los curas y el Dios padre macho a que sirven... aunque por lo menos no es tan macho como Alá, cuyo profeta era huérfano.
-Para algunas chicas de ahora es mucho pedir eso de ser monja, padre.
-Y para los chicos. Estudia para cura y luego te sales, como hicieron y hacen algunos. O ponte a estudiar; al menos entretiene: podrás zurrar y burlarte sin tasa de todos esos profesorcitos chiflados con dos meses de vacaciones que disfrutan la baja laboral por depresión, tienen síndrome de tumbona o padecen reformaeducativitis crónica, persistente, idiopática o idiota simplemente.
-Prefiero irme de España, aunque no sé inglés: aquí la única manera sin dinero de aprender idiomas es leyendo vídeos subtitulados en yutub, por más que solo se pueda hablar en inglés de gatos y mascotas; todos los ordenadores de mi instituto están llenos de virus, son lentísimos, el software es de pago y caducado, nadie se dedica a su mantenimiento y se cuelga por el ancho de banda que le comen los móviles. Además, los libros son caros, no se pueden fotocopiar (también hay que privatizar el saber) y todos los profesores están quemados y burning out, tú mismo lo dices, después de la burla o escamoteo generalizado de la voluntad general que obra tanto político profesional que llega al poder por esa antigüedad, momificación y falta de reflejos ante el futuro que llaman ellos "experiencia".
-Pues vete y apréndelo fuera lavando platos; no se necesita experiencia para ello. No te puedo pagar el viaje, pero puedes ir clandestino, en balsa o a pie. No te pedirán recomendaciones como aquí, donde todo es por enchufe y ocurre al revés eso de "no preguntes qué puede hacer tu país por ti, sino qué puedes hacer tú por tu país". Más vale irse a un lugar con una nación que te deje preocuparte por ella y con una banca nacional que se ocupe de crear riqueza en vez de esquilmarla, o donde las leyes no sean aquello de que "usted diga lo que quiera, que yo haré lo que me dé la gana" y donde, por tener una placa solar, no te multen con (mínimo) seis millones de euros (igualdad ante la ley, según las elećtricas, que seguro que han hecho la ley, como en general hacen todas las leyes los grupos de presión, no los individuos) porque no hay verdadera representación política del individuo. En esta dizque nación, el individuo y sus derechos están tan reprimidos como el semen de Loyola, Franco y herederos: la represión está institucionalizada desde la Guerra Civil y ni siquiera es posible reformar una carta otorgada como la que nos dieron los franquistas; solo aquí ha triunfado el fascismo, aunque ahora puedas protestar inerminablemente durante decenios para obtener una sentencia que solo se te pueda aplicar a ti, pues lo primero que se aseguró es que la justicia no funcione, que esté intervenida y que no sea general. La carta otorgada que nos dieron carece de fallos, es impecable, lo ha dejado todo bien atado: libertad nominal y papel mojado para el individuo y absoluta para los poderes económicos. La francesa está hecha una piltrafa de tantos cambios como ha padecido, pero la nuestra, quia... Es una mentira perfecta. Más vale suprimirla, no hacer otra y copiar la noruega o la suiza; al menos en esos países el individuo es respetado. Y todo esto no es nada original: lo dice todo el mundo; yo solo lo condenso.
-¿Y otros trabajos...?
-Pues actor porno, por ejemplo. Se disfruta trabajando.
-Creo que no doy la talla.
-Métete a político. No se requieren tallas especiales.
-Pero... ¡Si yo no valgo para nada ni sé hacer nada!
-¡Qué gran senador serías! Solo te dedicarías a lamer culos infatigablemente y a decir "y tú más" (lo de cobrar ya se sobreentiende). La política es eso: lamer culos y decir "y tú más"; en compensación tendrás un puesto para siempre (mira a esos políticos eternos, profesionales, incorregibles, incapaces de admitir un fallo, con una sola cara, como la Luna, y de segunda mano, como Barreda, Rajoy etcétera) y jubilación asegurada en un banco de oro, cobrando comisiones a mansalva y a salvo gracias a los aforamientos sin límite que dan las leyes hechas por ellos para gente como ellos, en medio de una prensa de papel mojado, que no se vende porque está vendida. Solo tienes que pagar la cuota del cartón que exige militar en esos gremios medievales.
-Pero si yo no tengo padrinos. ¡Solo te tengo a ti!
-Qué pena me doy: tendré que mantenerte. Hijo, me sales muy caro y no me pagan lo suficiente por haberte engendrado. No eres un hijo, tal como están las cosas eres solo un error.
-Hablemos del paro.
-Qué feo es hablar de eso en España; presupone que uno no tiene arrime ni perro que le ladre, que uno es en el fondo un subversivo, un tío de mal pelo, un pobrecito, alguien de mala familia. Se habla solo de "empleo", que es lo que hay, aunque ahora esté tan triturado que parezca fosfatina, tan duro le han pegado; los parados tienen la condición de los muertos de la guerra civil: están anticuados y nadie se ocupa de ellos y mencionarlos es de antiguos. En realidad, solo se tendría que hablar de eso y no de lo que hablan los vertederos informativos. Para no pararse ni ser detenidos los españoles capacitados se van, los torpes nos quedamos; suben los precios y bajan los sueldos, sobre todo los sueldos de los que, por milagro, y a fuerza de suplicar, empiezan a trabajar reducidos a condiciones de semiesclavitud minuseurista. Los sueldos bajarán hasta que no puedan bajar más y entonces te despedirán. Y si los suben te despedirán igual porque no pueden "mantener" trabajadores caros. Pero con esos sueldos ya no se pueden formar familias y hay que recurrir a mano de obra esclava; también está anticuado, menos para anticuados como Rajoy que siempre andan hablando de "familias"; la explicación es que para él "familia" es una "mafilia", la forma mínima de "empresa", que dicen los sociólogos; un arrime. Pero, sin capital a bajo interés de banca pública, ¿hay manera de fundar una? Prefiero deshacer familias, es lo más económico.
-Rajoy huye y no dice nada. Rajoy no es nada, ni siquiera Rajoy.
-Ni siquiera Curro Romero o, para ser autóctonos, Cagancho. Es solo un pretexto para que los demás roben y usurpen derechos. En realidad solo es un Pinocho, que también acaba en -cho, un autoritario como Pinochet que solo amenaza cuando el individuo se sale de madre. No voy a decir qué más es que termine en -ocho; se deduce. Ese no deja hablar sino a quienes dicen lo mismo que él o son tan mentirosos como él y solo lucha si hay contrato de tongo por medio: entre amiguetes se soluciona todo. Es un partido de amiguetes, de arrime; por eso ha triunfado. Y su mayor triunfo ha sido hacer un PSOE que es como él. Así que, hijo mío, si quieres tener alguna ocupación, vende tu cuerpo o tu alma, que tanto da, Igual te los compran.
-¡Soy tu hijo! ¿De verdad quieres que me venda?
-Quiero que te adopten; no es nada personal: solo por motivos económicos. Todos hemos sido aquí siempre hijos de algo: hidalgos o hijoputas, aunque lo moderno es lo segundo  (y los primeros tampoco es que sean gran cosa: hijos de papá e hijos de su madre y de mala madre, por no hablar de ahijados o "afiliados", que son "amiguetes" en lengua vulgar o política, aunque el afiliamiento en política más parece parafilia que otra cosa). En España, donde va mucho antes la devoción que la obligación, es mejor ser hideputa que hijodalgo. Que lo diga el manchego Don Quijote.

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