martes, 19 de abril de 2016

El tema del Quijote

En el fondo de Cervantes late la crítica literaria; es una constante en su obra, desde el "Canto de Calíope" de la misma Galatea, siempre ha meditado sobre qué es o sea escribir. Véase también en el tema del Quijote, el hilo maestro en el que confluyen todos los subtemas, más allá de la superficial crítica del teatro de Lope, las novelas pastoriles y los libros de caballerías: si es posible encontrar el ideal en la realidad o, de otra forma, si la ficción supera a la realidad o la realidad a la ficción. Esto es, el único tema de la literatura como tal: que las cosas no son lo que parecen o no parecen lo que son, porque, si lo fueran, no existiría la imaginación ni por tanto la literatura. Es el tema de todas las novelas, porque todas las novelas, como se ha dicho, reescriben el Quijote: sin mentiras ni secretos sería imposible narrar nada, ni siquiera un chiste. Los personajes (Don Quijote, Sancho) se mienten a sí mismos y el narrador nos miente a nosotros y nosotros nos mentimos creyendo que sabremos cómo terminará la novela. Y las novelas no terminan nunca; la vida humana, sí. Como la vida de don Quijote. La ficción es interminable, ni comienza ni acaba, pero la verdad de nuestra propia muerte, de nuestra finitud, que Don Quijote jamás podrá derrotar, se impone.

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