viernes, 23 de diciembre de 2016

Entrevista al lexicógrafo Josep María Albaigès

(También le he escrito una biobibliografía en la Wikipedia)

¿Desde su visión como lector, estudioso de la lengua y prolífico escritor, ¿se está degradando el lenguaje?

Josep M. Albaigès.-  El lenguaje lleva degradado muchos años, y no me refiero tan sólo a la aparición de términos vulgares en él, sino a su empobrecimiento progresivo, fruto quizá de una falta de ideas que no impide la decisión de tomar la pluma o simplemente dirigir la palabra. Quizás este proceso tenga que ver con la aparición de los media de mayor riqueza expresiva y menor esfuerzo interpretativo que el simple lenguaje. A partir del momento de la irrupción de la radio, el cine, la TV y la informática, deja de ser necesaria la palabra certera, que definía la eficacia en la expresión. La facilidad de apoyarla, incluso sustituirla, con otros procedimientos, inmediatos o visuales, libera de trabajo a los que la practican, que centran su interés en la inmediatez comunicacional más que en la eficacia expresiva, apoyada en procedimientos visuales o gráficos.

Mentat.com.ar.- ¿Cuál es su reto intelectual preferido? ¿Qué misterio le interesaría desvelar?

Josep M. Albaigès.-  Entiendo que no se ha elaborado una nueva filosofía capaz de explicar el mundo actual. Desde hace un siglo se dan descripciones variadas de él, pero, a mi entender, adolecen de una falta de penetración global de su esencia y su funcionamiento. Sin duda esto viene motivado porque no se ha alcanzado todavía una descripción comprehensiva del hombre del siglo XXI, producto de este mundo pero incapaz de insertarse en él de manera cómoda. El hombre del siglo XXI se halla inmerso en un mundo que no entiende, y se deja llevar por fuerzas que no controla porque ha perdido el hábito de controlarlas, incluso de desearlo.

Mentat.com.ar.- Ha comentado que la religión le interesa como fenómeno antropológico. En su opinión, ¿se puede justificar una campaña antirreligiosa desde la ciencia?

Josep M. Albaigès.-  La religión explora, por definición, realidades que los que la sienten perciben como más allá de la experiencia sensorial y material humana. Desde ese punto de vista, y por definición, está en otro plano distinto al que se maneja en el mundo sensible. Los conflictos entre religión y sociedad procederán de un intento de la primera por asumir funciones que no le corresponden desde que los ha asumido la ciencia, sean de tipo descriptivo o regulador. A mi entender, la religión debe centrarse en la comunicación entre Dios y el hombre. Si asume otras funciones, su autoridad no será mayor que la de cualquier otro grupo de opinión, y si lo hace pretendiendo legitimar éstas mediante una pretendida comunicación con instancias superiores a las materiales, a la representación de algún tipo de autoridad superior o incluso a fuerzas mágicas, no hará más que provocar problemas en la humanidad en lugar de contribuir a resolverlos. En resumen: como reza el viejo aforismo precisamente religioso, al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios.

Mentat.com.ar.- Si Usted tuviera que señalar sólo dos capacidades cerebrales o habilidades mentales que más beneficios brindan a la humanidad ¿Cuáles serían?

Josep M. Albaigès.-  Bueno, ya Einstein estatuyó que es más importante la imaginación que el conocimiento. La imaginación establece nuevas verdades, es capaz de fijar nuevas metas y puede actuar de guía de la mera investigación inteligente.

La segunda cualidad en la que hago un hincapié especial es el sentimiento. Mediante el sentimiento el hombre trasciende de sí mismo, puede convertirse en un ser moral, alcanzar la comunión con otros seres y fijarse finalidades para su propia vida. También pongo el sentimiento por delante de la inteligencia: recuerdo a Balzac cuando dice: “Sin la pasión la religión, la historia, la novela, el arte serían inútiles”.

Mentat.com.ar.- Usted ha sido presidente de Mensa en España y es el vicepresidente honorario actual de esta prestigiosa asociación de personas con altas capacidades intelectuales. En su opinión, ¿existe alguna problemática específica que atender o prevenir en el caso de los superdotados?

Josep M. Albaigès.-  Sigue siendo básico que la sociedad asuma que éstos pueden desempeñar un papel importante en su mejora, siempre que pongan sus cualidades al servicio de ésta, lo que pretende Mensa. La inteligencia, como cualquier otro recurso natural, debe estar al servicio de la colectividad, y para ello ésta debe asumir su existencia y captarla para sí. Curiosamente en España se da la situación contraria; la inteligencia es rechazada, tanto a nivel popular como institucional, y no sólo no se ofrecen facilidades a los que pronto demuestran poseerla, sino que éstos son ignorados y aun combatidos. Lamentación que no debe interpretarse como el deseo de una aceptación acrítica de todo aquél que se considera inteligente sin más.

Mentat.com.ar.- ¿Qué frase o frases celebres elegiría de las que le han dejado pensando un buen rato?

Josep M. Albaigès.-  Hay algunas, todas ya emitidas por los clásicos, en las que se resume el devenir humano. Cito el primer lugar el Panta rhei (‘todo fluye’) de Heráclito, que nos revela nuestro cambio, nuestra condición histórica y a la vez nuestra fugacidad. Se me ocurre después el Carpe diem (‘aprovecha el día’) de Horacio, que nos marca un camino para que esa fugacidad tenga al menos un sentido. Complementaria de ésta es la de Séneca: “Nuestra naturaleza está en la acción. El reposo presagia la muerte”.

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