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jueves, 16 de julio de 2015

Un hombre honorable que salvó la vida a miles de españoles y judíos. El cónsul Bosques.


En Marsella ha habido este miércoles 15 de julio una cita con la historia. El presidente francés François Hollande y el mexicano Enrique Peña Nieto han rendido un pequeño homenaje a un gran héroe que salvó la vida a cientos de judíos y antifascistas y, sobre todo, a miles de exiliados españoles que huyendo del franquismo se toparon con la Francia sometida al dictado de Hitler. El cónsul mexicano Gilberto Bosques se unió con las eficaces armas de la diplomacia a la Resistencia. Su hija, Laura Bosques, no ha podido acudir a un homenaje que considera sobradamente merecido y que retrotrae a una época gloriosa de México como libertador del fascismo.

Federica Montseny, Max Aub, Manuel Altolaguirre, Abraham Polanco, pero también perseguidos alemanes, polacos o austriacos figuran en las listas de las miles de personas que pudieron contar con la ayuda de México gracias a las gestiones de su cónsul Gilberto Bosques entre 1939 y 1942. El maestro francés y doctor en lengua y literatura española Gérard Malgat, autor de un documentado libro sobre Bosques, no tiene dudas sobre la valentía de sus acciones: “Se jugó el pellejo”.

Bosques vivió el final de la guerra, durante un año y tres meses, preso en Bad Godesberg (Alemania) junto a su esposa, María Luis Manjarrez, y sus tres hijos Gilberto, Laura y Teresa. “Me acuerdo perfectamente”, explica desde Ginebra Laura Bosques, 90 años. “Primero nos llevaron al refugio de Montgrand [junto a Marsella] y de allí a Alemania, donde estábamos presos de los nazis todos los latinoamericanos. Finalmente, nos canjearon en Lisboa por prisioneros alemanes”.

Gilberto Bosques (1892-1995) fue nombrado por el presidente Lázaro Cárdenas cónsul general en Francia en 1939. Desembarcó en el país en enero de ese año a bordo de un transatlántico de nombre premoritorio sobre el famoso desembarco posterior: Normandía. La misión encomendada por Cárdenas: ayudar a los republicanos españoles tras la guerra civil. La pronta ocupación alemana le obligó a dejar París y trasladar el consulado a Marsella, zona dominada por el gobierno colaboracionista del mariscal Philippe Pétain.

Allí, en Marsella, con unas oficinas estrechamente vigiladas por la Gestapo, desplegó todo su oficio diplomático para lograr lo que la cineasta mexicana Lillian Liberman llama los “visados al paraíso”. Se estima que logró rescatar a 40.000 perseguidos. Malgat prefiere no ser tan preciso. “Los alemanes destruyeron los archivos. El propio Bosques eliminó muchos documentos para que no cayeran en manos de los nazis”.

La avalancha de refugiados (muchos de ellos confinados en campos de concentración franceses) era tan enorme que Bosques llegó a habilitar dos castillos para organizar el exilio: el de Reynarde para hombres y el de Montgrand para mujeres y niños. En ellos terminaría su propia familia camino de la cárcel alemana después. Malgat, autor de Gilberto Bosques. La diplomacia al servicio de la libertad y de Max Aub y Francia o la esperanza traicionada (ediciones L’atinoir), cree que su acción desbordó la mera misión diplomática encomendada. “Hay testimonios que aseguran que incluso acompañaba a algunos refugiados hasta los barcos para evitar su detención”. Cárdenas ofreció a todos la opción de nacionalizarse en México.

Bosques instituyó en Marsella, con abogados españoles y franceses, una oficina jurídica. Franco exigía a Francia la extradición de los republicanos más notables y Bosques le plantó cara desde el derecho. “Ni siquiera la Francia de Pétain permitía tales extradiciones sin mandato judicial”, explica Malgat. “La oficina ganaba casi todos los pleitos porque los expedientes franquistas eran débiles, cargados de falsas acusaciones que la justicia francesa desenmascaraba”. El dinero para mantener toda la estructura de la labor de Bosques la aportó México, pero también en una gran parte el gobierno español en exilio.

Laura Bosques no ha podido acudir a Marsella. Una mala caída le ha impedido el viaje. Está en Ginebra, en casa de su hermana Teresa. En el homenaje oficial de este miércoles, consistente en la emisión de sellos conmemorativos del diplomático mexicano, no ha habido ningún representante de la familia. Tampoco los tres países que se dan la mano en esta historia son hoy los mismos de antaño. “Bosques era maestro, como yo, y en su lucha estaba muy comprometido con la educación”, dice Malgat. “No se le puede rendir homenaje sin compartir la exigencia de justicia y de verdad de las familias de los 43 estudiantes [asesinados en Iguala en septiembre pasado] y de tantos mexicanos que sufren la vulneración de los derechos humanos”. Son los que defendió en Europa el México de Cárdenas a través de su cónsul Bosques, que dejó escrito: “A veces hay que salirse de la legalidad para entrar en el derecho… ¿Cuál derecho? El derecho que tienen los hombres a la libertad”.

miércoles, 13 de mayo de 2015

Personas que salvaron a millones de personas

"10 personajes históricos que salvaron el mundo", en El País Verne 12/05/2015:

Héroes que han salvado a millones de personas en sus submarinos, sus centrales nucleares y sus laboratorios
 
Aunque salvar el mundo puede parecer propio de películas protagonizadas por superhéroes, espías y agentes secretos, hay personas (reales) que ayudaron a que millones de personas sigamos vivos, según este hilo de la red social de preguntas y respuestas Quora, que intenta responder a la cuestión: "¿Puedes nombrar a alguien que realmente haya salvado el mundo?".

1. Stanislav Petrov (1939), el hombre que no hizo nada

Petrov era un teniente coronel que el 26 de septiembre de 1983 estaba a cargo del búnker Serjupov-15, donde se coordinaba la defensa aeroespacial rusa. A las 00:14 horas un satélite dio la alarma: Estados Unidos había lanzado un misil balístico intercontinental desde una base de Montana. Alcanzaría la Unión Soviética en 20 minutos. El protocolo obligaba a Petrov a responder a ponerse en contacto con sus superiores e informar del ataque para que la Unión Soviética pudiera responder.

Este ataque era creíble: los soviéticos habían derribado hacía poco un avión surcoreano que volaba en espacio aéreo ruso y la OTAN había respondido con ejercicios militares. La guerra fría seguía en pie.

Pero Petrov tenía sus dudas: ¿por qué un solo misil? Lo normal sería que el ataque fuera total, motivo por el que siguió sospechando que se trataba de un error después de que los ordenadores indicaran que había otros cuatro misiles volando hacia el país. Informó a sus superiores de que había habido un error, a pesar de que no las tenía todas consigo. Como recoge la BBC: "23 minutos más tarde me di cuenta de que nada había ocurrido. Si hubiera sido un ataque real, ya lo sabría. Fue un verdadero alivio".

Stanislav Petrov, premiado en Alemania en 2011. Cordon Press

2. Edward Jenner (1749-1823), 530 millones de personas salvadas

Jenner inventó la primera vacuna, la de la viruela. Llevó a cabo sus primeros experimentos en 1796, siguiendo la idea que le vino tras oír que las lecheras que habían sufrido la viruela del ganado, una enfermedad más débil, no contraían la viruela. A pesar del éxito de sus pruebas, nadie tomó en serio a Jenner y fue objeto de burlas durante años hasta que a principios del siglo XIX se confirmó que tenía razón y fue honrado como se merecía. El número de vidas salvadas que citan en Quora es un cálculo de Science Heroes, basándose en el número de muertes por millón que causaba la enfermedad.

Jenner estaría quinto en una lista liderada por Fritz Haber y Carl Bosch (desarrolladores del proceso de síntesis del amoniaco que permitió la fabricación de abonos artificiales), Karl Landsteiner (descubridor y tipificador de los grupos sanguíneos) y Richard Lewisohn (quien ideó el método para evitar que la sangre destinada a transfusiones coagulara una vez extraída).

3. Clair Cameron Patterson (1922-1995) y el aire limpio

Además de otros logros científicos, como el cálculo de la edad de la Tierra en 4.555 millones de años, Patterson llamó la atención sobre los niveles de plomo procedente de fuentes industriales en el medioambiente y en nuestra alimentación, a partir de un primer informe publicado en 1965. Sus esfuerzos llevaron a quitar el plomo de la gasolina, por ejemplo, y también a que se le criticara y le retiraran fondos de investigación. Gracias a su trabajo, en 1970 se aprobó la Ley de Aire Limpio en Estados Unidos, país que se retiró la gasolina con plomo en 1986.

4. Gertrude B. Elion (1918-1999), contra la leucemia, la malaria y el sida

Gertrude B. Elion ganó el Nobel de Medicina de 1988 por sus “descubrimientos de los principios clave sobre el desarrollo y el tratamiento de medicamentos”. Frase que suena muy bien, pero que en realidad se queda corta si tenemos en cuenta que sus descubrimientos incluyen el primer tratamiento contra la leucemia, el primer agente inmunopresor usado en el trasplante de órganos, un medicamento contra la gota, otro contra la malaria, uno contra meinigitis y otro contra el herpes. Combinó este trabajo con su doctorado, cuyos cursos seguía por la noche: no tener el título suponía una desventaja, pero tampoco podía dejar su empleo. Una vez se retiró, sus métodos de investigación permitieron a su equipo el desarrollo del fármaco AZT para el tratamiento del sida.

5. Vasili Arkhipov (1926-1998) o la importancia de la sangre fría durante las crisis

El 27 de octubre de 1962, durante la crisis de los misiles de Cuba, varios destructores de la armada estadounidense comenzaron a lanzar cargas de profundidad para obligar a un submarino soviético a emerger e identificarse. Las cargas produjeron un apagón del sistema y subió la concentración de monóxido de carbono, lo que produjo que algunos marineros se desmayaran. El capitán del submarino, Valentin Grigorievitch Savitsky, dio por hecho que la guerra había comenzado y quiso lanzar un torpedo nuclear. El submarino había sido informado de que las cargas eran de prácticas, pero esa información no le llegó.

Este torpedo que apuntaba al portaaviones Randolf hubiera dado inicio a una guerra nuclear, incluyendo una respuesta prevista del Pentágono para estas situaciones que hubiera supuesto el lanzamiento de 5.500 cabezas nucleares que apuntaban a un millar de objetivos.

Los tres oficiales de a bordo tenían autorización para lanzar el torpedo si lo acordaban por unanimidad, dada la dificultad para establecer comunicaciones con Moscú. Sólo Arkhipov se opuso y finalmente persuadió al capitán a que emergiera y esperara órdenes de Moscú. La historia se hizo pública en 2002, 40 años después de la crisis. Thomas Blanton, director del Archivo Nacional de Seguridad de Estados Unidos, dijo que “la lección que podemos aprender de esto es que un tipo llamado Vasili Arkhipov salvó el mundo”. Había muerto cuatro años antes.

6. James Harrison (1936), el hombre que ha salvado a millones de bebés

La sangre de este australiano apodado “el hombre con el brazo de oro”, contiene un anticuerpo muy poco habitual que se puede usar para tratar a los bebés con la enfermedad de Rhesus, un tipo grave de anemia causado por incompatibilidad entre la sangre del feto y de su madre. Ha donado sangre un millar de veces en 56 años, salvando a dos millones de bebés. Su sangre también se ha usado para desarrollar una vacuna que salvará a bebés para siempre. Comenzó a donar cuando cumplió los 18 años, después de recibir el 13 litros tras una operación cuando tenía 13 años.

7, 8 y 9. Alexei Ananenko, Valeri Bezpalov y Boris Baranov: una misión suicida en Chernobyl

Unos días después del accidente nuclear de Chernobyl, una parte del reactor nuclear se calentó hasta llegar a los 1.200 grados, amenazando con derretir la base de la cámara en la piscina de agua, lo que podría haber provocado una explosión que hubiera agravado aún más la catástrofe. Estos tres hombres se presentaron voluntarios para una misión suicida: se metieron en la piscina y la drenaron activando una válvula manual. Murieron poco después por los efectos de la radiación, pero habiendo evitado que la radioactividad alcanzara toda Europa.

10. Alan Turing (1912-1954), descifrando a los nazis

Este matemático, criptógrafo y científico de la computación dirigió la sección Naval Enigma durante la Segunda Guerra Mundial, cuyo objetivo era descifrar los códigos nazis, sobre todo los de la máquina Enigma, cosa que logró gracias a su máquina Bombe. En 1942 ya descifraban decenas de miles de mensajes cada minuto. Se calcula que sin este logro, la guerra habría durado dos años más, causando otras dos millones de muertes. Este trabajo fue secreto hasta los años 70. Turing fue recompensado con una condena por homosexualidad y un tratamiento de castración química. Se suicidó comiendo una manzana impregnada en cianuro potásico

miércoles, 17 de septiembre de 2008

Enric Durán, el antisistema ingenioso

Lo bueno de ser español es que tenemos pícaros anarquistas antisistema de calidad, como Enric Durán, uno de los discípulos del americano Henry David Thoreau, véase, véase si no su última travesura, que, si hubiera sido tan violenta como las de Teo Kaczynski, uno de los miembros del chalado anarcoprimitivismo, algunos la llamarían terrorista:

Un antisistema logra 492.000 € en créditos y dice cómo hacerlo antes de huir del país
Destina parte del dinero a una revista (Crisi) que se publica hoy y dice que no lo devolverá
Publica en la revista una por una las entidades financieras a las que ha defraudado

El Mundo, Actualizado miércoles 17/09/2008 06:49


NANDO GARCÍA

BARCELONA.- Un joven activista y antisistema se ha apropiado durante algo más de dos años de un total de 492.000 euros de 39 entidades bancarias gracias 68 operaciones de crédito.


Lejos, pero que muy lejos, de devolver esta suma, ha invertido parte de este dinero en crear una revista cuyo único número se repartirá durante esta mañana en 150 puntos en toda Cataluña a través de la colaboración de decenas de personas, que distribuirán de forma gratuita 200.000 ejemplares.


En ellos se explica con pelos y señales cómo ha conseguido "robar", según sus propias palabras, semejante cantidad de dinero a las entidades bancarias y anuncia que no lo devolverá.


La revista, que lleva como título el nombre de 'Crisis'. Publicación gratuita para sobrevivir a las turbulencias económicas, contiene, según ha podido saber EL MUNDO, dos páginas en las que el propio joven, de 32 años y que responde al nombre de Enric Duran, relata cómo ideó la estafa y a qué ha destinado el dinero, además de invertirlo en la revista.


Fuentes cercanas al activista explicaron que ya ha huido del país sabedor de que, en sus propias palabras, "el sistema judicial del Estado español" y "a partir de esta confesión se le debería acusar de estafa mayor e insolvencia punible", delitos que conllevan penas de hasta seis años de cárcel.


El activista, muy conocido en los ámbitos antisistema, explica que se trata de "una acción individual de insumisión a la banca que ha realizado premeditadamente para denunciar el sistema bancario y para destinar el dinero a iniciativas que alerten de la crisis sistemática" que la sociedad está "comenzando a vivir" y que "traten de construir una alternativa de la sociedad". El joven, que define la estafa como "una acción ajena a cualquier tipo de violencia", reivindica el sistema empleado como "una nueva forma de desobediencia civil".


En primavera de 2006, tras estudiar el funcionamiento de las entidades financieras, el activista empezó a pedir créditos a bancos, cajas y financieras haciendo creer que iba a reformar el piso o a comprar un coche. Para otros casos creó una empresa para poder justificar determinadas inversiones como la compra de material audiovisual para una productora.


El joven cuenta que la ventaja de pedir préstamos a través de una sociedad en que la deuda no aparece ni en el historial personal ni en el CIRBE, el sistema de información de impagados del Banco de España. Para obtener otros créditos, el propio activista admite que se inventó una profesión y "una buena nómina falsa que hacía creer que ganaba de sobra para acceder a la financiación". Además, aporta alguna de las claves para obtener este dinero de forma ilícita: "Con una impresora, fotocopiadora, unas tijeras y celo se hacen maravillas".
Por lo que respecta al destino del dinero, el antisistema afirma que tras pagar comisiones, intereses, notarios, impuestos y gastos le quedaron 360.000 euros que se han destinado a la publicación y a otras acciones, "a concienciar sobre la crisis sistemática" y a tirar adelante "un amplio movimiento social que ponga en marcha otras formas de vivir en sociedad" que disten del capitalismo actual.
Por si fuera poco, este activista publica una por una las entidades financieras a las que ha defraudado y el importe que no les devolverá.
Para resumir el proyecto de este joven lo más sencillo es leer el titular de su artículo: "He robado 492.000 euros a los que más nos roban para denunciarlos y construir alternativas de sociedad".