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sábado, 28 de octubre de 2017

Cualidades de las personas productivas: capacidad, sociabilidad y fuerza de voluntad

M. Victoria S. Nadal, "Productividad. Los rasgos que tienen en común las personas con mucho potencial", en El País,   28 OCT 2017

Hay tres claves para identificar a los trabajadores que son diamantes en bruto: su capacidad, sus habilidades sociales y su fuerza de voluntad

En un mercado laboral con recursos limitados resulta necesario desarrollar estrategias para identificar no solo cuáles son los empleados mejor preparados para el puesto, sino aquellos que tienen mayor potencial. Investigaciones llevadas a cabo durante los últimos años han demostrado que invertir en esos profesionales maximiza los rendimientos de las organizaciones. Es algo que parece obvio pero que da resultados curiosos. El trabajo de los empleados con mucho potencial mejora también el nivel de desempeño de sus compañeros. Esto está muy bien, pero, ¿cómo podemos identificarlos? La clave está en su capacidad, sus habilidades sociales y su fuerza de voluntad, según explican Tomás Chamorro y Seymour Adler, profesores de psicología laboral.

Uno de los puntos más importantes para detectar a estos diamantes en bruto es mirar más allá de las aptitudes específicas que se solicitan para cada puesto concreto. Es necesario evaluar otros criterios que tienen más que ver con las habilidades personales e incluso con la personalidad. "La primera pregunta y la más importante es: '¿Qué posibilidades tiene?", explican los profesores en HBR. "Hasta ahora, la mayoría de las intervenciones se centran en el éxito profesional individual, en su capacidad para ascender dos puestos en cinco años. Pero la capacidad de avanzar en la propia carrera no garantiza que se haga una contribución crucial a la organización".

Desde su punto de vista, es necesario esforzarse en predecir quién se convertirá en "un impulsor clave del desempeño en la empresa". La ciencia revela que esos individuos comparten una gama de cualidades medibles que se pueden identificar fácilmente durante el proceso de selección. En el estudio Employability and career success: bridging the gap between theory and reality, Chamorro, Adler y Robert B. Kaiser, de Kaiser Leadership Solutions, identifican tres marcadores generales de potencial alto, que desgranamos a continuación.

Capacidad

Un criterio básico es que el candidato tenga los conocimientos y habilidades necesarios para desarrollar el trabajo en cuestión. Pero lo que nos interesa en este tema es ver si esa persona tiene la capacidad de amoldarse y estar a la altura si en el futuro tiene que desarrollar un trabajo más complejo del que se le exige en el momento de la contratación. Por eso también es necesario que el trabajador sea capaz de aprender y dominar las nuevas habilidades. "El mejor indicador de esto es el cociente intelectual o la capacidad cognitiva", explican Chamorro y sus colegas. "La capacidad de aprendizaje incluye la motivación para adquirir nuevos conocimientos y habilidades de forma rápida y flexible".

Habilidades sociales

El informe The future of jobs destaca la coordinación con otros y la gestión de equipos como algunas de las habilidades más solicitadas para ocupar un puesto de trabajo. Los empleados deben ser capaces de llevarse bien con sus compañeros y sus jefes y de apoyar y recibir feedback de sus colegas de profesión. Esta capacidad para relacionarse con los demás facilita tener una red de trabajo más amplia y ser influyentes y persuasivos con sus interlocutores.

Las habilidades sociales implican dos cualidades fundamentales: la capacidad de administrarse y la de gestionar a los demás. Estos son los elementos centrales de la inteligencia emocional, por eso podríamos valorar este tipo de inteligencia como un indicador temprano de alto potencial.

Fuerza de voluntad

La motivación para trabajar arduamente, lograr y hacer lo que sea necesario para conseguir hacer el trabajo es otra de las categorías a tener en cuenta. "Se identifica fácilmente como ambición: la capacidad de permanecer insatisfecho con los logros", se lee en el estudio. Esta capacidad se puede identificar al prestar atención a la diligencia con la que trabaja una persona, su disposición para asumir deberes y tareas y su deseo de más responsabilidad.

Una vez en la empresa, las personas con estas cualidades sirven de modelo y enseñan conductas a sus compañeros que facilitan instaurar una cultura de alto rendimiento en la empresa. Según el estudio Stargazing: An integrative conceptual review, theoretical reconciliation, and extension for star employee research, el simple hecho de incluir a un empleado con alto potencial aumenta la efectividad de otros miembros del equipo entre un 5% y un 15%. No es de extrañar que estudio tras estudio se demuestre un desempeño financiero más sólido en las empresas que se esfuerzan más en identificar y desarrollar los mejores talentos.

Trabajadores que parece que tienen mucho potencial... pero no

Hay algunas características que pueden despistarnos cuando queremos identificar a los candidatos con potencial. Tendemos a pensar que aquellos con mucha experiencia, responsables o que se ajustan a los principios de la organización son los trabajadores ideales. Pero no.

Experiencia técnica y profesional. Es más probable que se valore como trabajadores con alto potencial a aquellos que tienen más conocimiento y experiencia. En realidad las personas con alto potencial son aquellas que tienen unas habilidades concretas que no están necesariamente vinculadas con sus conocimientos concretos sobre el trabajo.

Cumplir con los compromisos de forma constante. Las personas que cumplen siempre con los plazos generan confianza y una imagen de responsabilidad que se puede confundir con alto potencial.

Ajustarse a la cultura de la organización. Una investigación de Jack Zenger y Joseph Folkman, al frente de la consultora que lleva sus apellidos, mostró que las personas con potencial bajo tendían a resaltar un rasgo valorado por su organización. Esto puede dar información sesgada al pensar que porque una persona presente una cualidad importante para la cultura de la compañía —como, por ejemplo, ser amable— implica que es más válido.

domingo, 3 de septiembre de 2017

Familias tóxicas

Carlos Alcelay, Sobrevivir a una familia tóxica, en El País, 03/09/2017:

Revelación de secretos inconfesables, madres que no actúan como tales, broncas entre hermanos, disputas por la herencia, decepciones con los padres, e incluso violencia psicológica y física... Hay veces que el entorno familiar se convierte en un verdadero campo de minas del que es difícil salir ileso. Repasamos algunos de los casos más sonados y hablamos con expertos para aprender a sortear esas 'bombas'. La tormenta familiar en directo sirvió a Alba Carrillo para acaparar protagonismo en el reality Supervivientes. La modelo se enteró, al tiempo que lo hacía la audiencia, de que su madre, Lucía Pariente, nunca había estado enamorada de su marido. Esa confesión pública fue el comienzo de un espectáculo grotesco en el que cada personaje aireaba las miserias de una relación tóxica que sigue representándose en los medios con la ausencia del padre, quien prefiere ignorar a ambas. Los tres podrían ser un referente oportuno para explicar hasta qué punto el hogar puede ser un entorno viciado."La familia es el primer escenario de nuestra vida. En ella aprendemos a descubrirnos, a conocer el amor o el desamor, el aprecio o el desprecio... Es el lugar donde se desarrolla nuestro yo, y si en ese ámbito nos encontramos con personas tóxicas, entonces la solución es la distancia". La psicóloga Laura Rojas-Marcos expone en su libro 'La familia: de relaciones tóxicas a relaciones sanas' el alto coste emocional de los vínculos entre padres, hijos o hermanos. Las peores afrentas y las aversiones más profundas se pueden llegar a generar entre quienes más afecto y respeto deberían mostrarse. Probablemente la solución más saludable, afirma Rojas-Marcos, sea romper lazos, aunque no siempre resulte fácil.La falta de sinceridad, la existencia de realidades paralelas solo conocidas por alguno o algunos miembros de la familia es un elemento distorsionador de la convivencia hasta el punto de crear un ambiente irrespirable. "La revelación de secretos dolorosos desestructura enormemente la dinámica familiar, generando enfrentamientos duros y una desconfianza crónica", apunta la doctora en Psicología Vanessa Fernández, máster en Inteligencia Emocional. "No hay nada peor que airear esas disputas. El daño que se hace es irreparable y se cierran las puertas a cualquier tipo de entendimiento", asegura. Sin embargo, una de las peores consecuencias de la fama es tener que compartir la intimidad con los demás. Son innumerables los casos mediáticos que sirven para describir a la familia tóxica.No le fue fácil para la actriz Leighton Meester (conocida sobre todo por la serie Gossip Girl) enterarse de adulta que había nacido en la cárcel, donde su madre cumplía condena por tráfico de drogas. Su relación fue irrecuperable y Leighton llegó a quitarle la tutela de su hermano menor. Al actor Woody Harrelson también le cambió la vida, como relató al diario británico 'The Guardian' cuando, siendo un adolescente, se enteró por casualidad de que su padre había sido condenado a cadena perpetua por la muerte de un juez, que llevó a cabo por encargo de un traficante. Leighton Meester nació y creció en la cárcel. 

Muchos conflictos personales tienen su explicación en la no aceptación del otro como es. "No solemos ejercitar la empatía, aunque debería ser la más básica de nuestras virtudes. Ser tolerantes, darse cuenta de que los demás tienen opiniones y sentimientos distintos, es esencial para establecer relaciones estrechas, o al menos aceptables", afirma la doctora Fernández. Si se carece de esa sensibilidad, los efectos pueden ser devastadores. De eso sabe mucho Jennifer Aniston. "Cuando era niña, sufría dislexia y mi madre -la exmodelo Nancy Dow- no me apoyaba. Creía que era poco inteligente y me criticaba de forma cruel. Ella era preciosa, impresionante. Yo no", relataba a un periodista del The Hollywood Reporter. Por eso hoy todavía se reconoce como insegura y acomplejada, y durante años no mantuvo ningún vínculo con su madre, que murió el año pasado. Drew Barrymore no recibió mejor trato de su progenitora, Jaid, quien la explotó cuando era una estrella infantil, la hizo participar en sus fiestas cuando era solo una adolescente y, finalmente, también la empujó a sus adicciones. Tras un largo periodo de autodestrucción, Drew rehízo su vida, aceptó las debilidades de Jaid y hoy se ocupa de ella para crear junto a sus dos hijos la vida familiar que deseó durante tanto tiempo. "En las consultas vemos que las diferencias económicas con padres o hermanos son el principal motivo de los conflictos familiares", apunta Vanessa Fernández. Yañade: "La generosidad y la empatía deberían ser los pilares de una relación de cariño, pero no siempre es así". Parece que la conocida animadversión entre Rocío Carrasco, heredera universal de Rocío Jurado, y sus hermanos, Gloria Camila y José Fernando, estalló con el reparto de la herencia y la supuesta escasa protección económica que la hija mayor de la cantante prestó a ambos cuando eran menores de edad. Con cierta periodicidad, nuevas declaraciones corrosivas recuerdan que sigue muy vivo el enfrentamiento de Carrasco con el resto del clan.

En el peor de los casos, quienes se ven víctimas de esos entornos viciados terminan sufriendo serios trastornos de personalidad

Una situación similar a la que sufre Arantxa Sánchez Vicario desde que reveló en su autobiografía 'Arantxa, ¡vamos!' que había roto la comunicación con su familia y que estaba arruinada por la mala gestión que sus padres habían hecho de su patrimonio. Desde entonces, sus diferencias se han resuelto en los juzgados. La bronca con sus hermanos que estalló en el tanatorio donde reposaban los restos de su padre agudizó el odio que ahora se profesan."En cualquier disputa todos tienen parte de razón. O se reflexiona y se negocia o la relación se vuelve insoportable", explica Fernández. "En nuestra cultura, que nos enseña que la familia debe ser el eje de nuestro mundo social, verse enemistado con todos es durísimo. Esas personas se sienten solas, aisladas y suelen desarrollar sentimientos paranoides sobre el comportamiento de sus familiares", añade.En el peor de los casos, quienes se ven víctimas de esos entornos viciados terminan sufriendo serios trastornos de personalidad. Entre el adorable actor infantil Macaulay Culkin y el adulto adicto a las drogas hubo un padre manipulador, una madre sumisa y un divorcio en el que se disputó la fortuna generada por su hijo. Cuando Culkin logró recuperar el control de sus finanzas y excluir a sus progenitores, no volvió a tener contacto con ellos. Lindsay Lohan al menos mantiene con su madre una relación tortuosa que se ha roto tantas veces como se ha recuperado. De su padre alcohólico prefiere no saber nada. "Estoy cansada de mantener a mi familia y de jugar a ser el papá y la mamá de mis hermanos. Quiero tener mi propia vida", dijo en una entrevista televisiva con Oprah Winfrey donde se mostró como una damnificada del éxito, lo que ayuda a explicar sus problemas con el alcohol y sus reiterados propósitos de recuperación.

"Mi padre me maltrataba. Crecí en un ambiente violento. Presencié escenas de maltrato en mi casa y en las de mis vecinos. Cuanto mayor se hace uno, más consciente es de los efectos que esto puede tener en la vida". Así hablaba sobre su infancia Christina Aguilera en un evento promovido por la plataforma HopeLine contra la violencia de género. También reconocía que gracias a esa traumática experiencia había comprendido el valor de la auténtica familia. Charlize Theron conoce esa necesidad de ofrecer a sus hijos el entorno seguro y afectuoso del que ella no disfrutó. La actriz tenía 15 años cuando una noche su padre llegó a casa ebrio y agresivo, como era habitual en él. Cogió una escopeta y amenazó con matarla. Su madre reaccionó, se hizo con otra arma y le disparó. Él murió a sus pies. Desde entonces sufre un trastorno obsesivo-compulsivo."La violencia destruye cualquier familia. Si la sufren los niños es probable que arrastren secuelas de adultos. El único camino es alejarse de ese entorno y recibir ayuda psicológica", explica Vanessa Fernández. Nada cuesta tanto perdonar como los pecados de familia. Nada tan nocivo como no recibir de ella el amor, la protección y la estabilidad esperados. Y nada tan difícil como pasar página porque, asegura la psicóloga, "lo que dices se puede olvidar, pero nunca lo que haces sentir".

domingo, 20 de agosto de 2017

Últimos descubrimientos sobre la lectura: hace más inteligentes a los niños, por ejemplo.

Kristin Suleng, "Estas lecturas te pueden hacer más inteligente", en El País, 20-VIII-2017:

Leer es a la inteligencia lo que el entrenamiento físico a la capacidad muscular. Pero no vale cualquier soporte ni cualquier género

Mujer, entre 30 y 55 años, con formación académica y urbanita. Ese es el perfil de las personas que más leen en España, según el Informe de la Lectura en España 2017 a cargo de la Federación Española de Gremios de Editores de España (FGEE). Lo que ninguna estadística de índice de lectura le dirá es cómo funciona el cerebro de los lectores ávidos.

Si usted se encuentra en el grupo de los amantes de los libros, tiene razones para pensar que su cerebro es privilegiado. El hábito de la lectura no solo estimula la conexión entre sus neuronas, también podría potenciar su capacidad de empatía, es decir, ponerse en el lugar de los demás en las alegrías y en las penas; y alargar su esperanza de vida.

En el desarrollo de la cognición influyen muchos aspectos, desde la genética al medio donde vivimos, la alimentación y la educación. Como recuerda el neuropsicólogo Pablo Duque, nuestro desarrollo cognitivo nos ha permitido inventar cosas que se han instalado en el cerebro, como memorizar, razonar, percibir los colores. De hecho, la lectura, junto con la escritura, el cálculo y la orientación derecha-izquierda, tiene su propia posición en el cerebro.

Estudios recientes se han adentrado en la capacidad del ambiente para modificar nuestra inteligencia. En concreto, para descubrir si aprender a leer en la infancia nos hace más inteligentes. Los resultados de una investigación de la Universidad de Edimburgo de 2015 —a partir de un diseño longitudinal sobre el desarrollo cognitivo en gemelos monocigóticos evaluados en cinco momentos diferentes desde los 7 a los 16 años— indicaron que los gemelos con mejor capacidad de lectura inicial a los 7 años, comparados con su gemelo idéntico, tienden no sólo a tener una mejor capacidad de lectura en las mediciones posteriores, sino también puntuaciones más altas en las pruebas de inteligencia general.

"Cada persona tiene una capacidad innata que puede potenciarse y desarrollarse. Y la lectura es un medio de potenciar las diferentes inteligencias" (Ayoze González, presidente de la Sociedad Canaria de Neurología)

“Los vínculos entre la lectura y la inteligencia que se encuentran en el presente estudio se extienden más allá de la inteligencia verbal y nos muestran que leer también se asocia con la inteligencia no verbal”, señala Pablo Fernández-Berrocal, catedrático de Psicología de la Universidad de Málaga y especialista en inteligencia emocional.

Desde los años 90, estudios como los del reconocido psicólogo Howard Gardner, enmarcardos en la nueva neurociencia cognitiva, establecieron que la inteligencia no era una capacidad fijada e innata en cada persona, sino un conjunto de habilidades cognitivas en distintos campos de la experiencia humana, susceptibles de desarrollarse y mejorar durante todas las etapas del desarrollo humano. Y al contrario, podían estancarse si no se ejercitaban. Es lo que se llama neuroplasticidad, la capacidad de las neuronas de aumentar el número de conexiones entre ellas y establecer un mayor número de redes neuronales a partir de su interacción con el entorno.

“Dentro de esta interacción, la lectura es uno de los mayores catalizadores. Aunque la capacidad intelectual —entendida de forma amplia— es diferente en cada persona, ya que en parte la determina la genética, devorar libros es un medio de potenciarla. La lectura es a la inteligencia lo que el entrenamiento físico a la capacidad muscular”, señala Ayoze González, Responsable de la Unidad de Neurología en Hospital San Roque de Las Palmas (Gran Canaria).

La lectura, además, potencia otras habilidades personales. “Al leer, el cerebro hace representaciones visuales de los paisajes, escenas o momentos, potenciando la imaginación y capacidad visuoespacial. Diversos estudios recientes indican, además, que las personas que leen literatura con frecuencia desarrollan más la empatía. Esto es así, porque al leer, la persona se identifica con los personajes, con sus vivencias y aventuras, poniéndose en su lugar e identificándose afectivamente con ellas”, matiza este neurólogo, presidente de la Sociedad Canaria de Neurología (SOCANE).

Que la inteligencia no es un concepto estático y único, sino que engloba diferentes habilidades cognitivas, lo prueban los casos de personas que aprenden un idioma con mucha facilidad pero tienen dificultades para resolver problemas matemáticos, o las que tienen gran facilidad para la localización espacial, pero manifiestan problemas para expresar el lenguaje.

"Cada persona tiene una capacidad innata que puede potenciarse y desarrollarse. Y la lectura es un medio de potenciar las diferentes inteligencias, no solo la lingüística. Puede mejorar la inteligencia espacial, la inteligencia emocional, la capacidad de anticipación y lógica. La lectura es una manera de potenciar la plasticidad neuronal, mejorando las capacidades innatas a través de nuevas redes neuronales, y aumenta el desarrollo de las personas. En los países soviéticos se seleccionaba a los niños que destacaban en las matemáticas aplicadas y se les entrenaba desde pequeño jugando al ajedrez. Esto potenciaba unas capacidades innatas y las hacía crecer. Lo mismo pasa con la lectura. Hay personas que son inteligentes y no leen, claro, pero la pregunta es ¿serían mucho más inteligentes si además potenciaran esa cualidad? Seguramente sí”, indica el neurólogo Ayoze González.

En papel y de ficción, mejor

¿Hay algunas condiciones que favorezcan los beneficios de la lectura? Algunos estudios recientes señalan que el soporte en papel tiene un impacto positivo en la comprensión, el aprendizaje y la comunicación. “Algunas pequeñas investigaciones han comparado los resultados en estas habilidades entre escolares que leen en papel o en medios electrónicos, pero con conclusiones difíciles de interpretar. Aún así parece que las personas que leen en medios electrónicos refieren mayor dificultad para transportarse al mundo que están leyendo o para identificarse con los personajes. Probablemente se relaciona con la mayor fatiga que genera la lectura en medios digitales o con una mayor dificultad para mantener la atención. En gran parte de las encuestas, un alto porcentaje de personas siguen prefiriendo subjetivamente leer en papel que en medios electrónicos. En cualquier caso, la lectura es positiva, sea cual sea el medio utilizado”, advierte el neurólogo González.

El género podría también tener algo que decir en la relación entre la lectura y el desarrollo de nuestra cognición, ya que algunos autores vinculan el hábito de leer ficción con el desarrollo de la habilidad de la mentalización, o lo que es lo mismo, comprender mejor a las personas de nuestro alrededor, debido a que la lectura de pasajes de la literatura de ficción —en comparación con los de no ficción o ficción popular (superventas)— mejora nuestra teoría de la mente, la habilidad para comprender y predecir la conducta de otras personas, sus conocimientos, sus intenciones, sus emociones y sus creencias.

“Leer ficción nos permite vivir miles de vidas en una. Nos ayuda a comprender cómo se sienten otras personas, a conocerlas mejor y predecir su comportamiento" (Pablo Fernández-Berrocal, catedrático de psicología de la Universidad de Málaga) 

Pero, atención, no confuda mentalización con empatía. “Cuando una persona entiende la mente de otra, puede interpretar o entender lo que piensa, eso es la mentalización. Empatía es sentir lo que otro siente, no solo entenderlo, y requiere una capacidad superior porque llega más allá del cerebro normal del resto”, destaca el neuropsicólogo Pablo Duque, director general de iNEURO.

Los lectores de ficción literaria (obras de mayor calidad estilística y complejidad narrativa y de caracteres) realizaron significativamente mejor los test relacionados con la teoría de la mente. “Según estas investigaciones, las novelas de cierta calidad, a diferencia de las más populares y fáciles de leer, requieren una mayor atención intelectual y un pensamiento creativo más afinado, al estar llenas de personajes complejos cuyas vidas no son fácilmente discernibles, haciendo necesarios recursos interpretativos más flexibles para inferir los sentimientos y pensamientos de los personajes. Sin embargo, la ficción popular tiende a describir el mundo y las personas de una forma mucho más coherente y predecible; de esa forma, reafirma las expectativas de los lectores y no tiene por qué mejorar la teoría de la mente”, describe Fernández-Berrocal.

“Leer ficción nos permite vivir miles de vidas en una. Nos ayuda a comprender cómo se sienten otras personas, a conocerlas mejor y predecir su comportamiento. Es una capacidad esencial para relacionarnos con éxito en nuestra vida personal y profesional. Amar los libros nos ayuda a entender a los demás, y esta mejor comprensión emocional nos puede ser muy útil para amar de forma más inteligente a las personas”, asegura este psicólogo.

Pero la cuestión clave, todavía pendiente de respuesta, es averiguar las causas de las diferencias entre la ficción y la no ficción. “Una posible explicación es que durante la lectura de ficción, la simulación de la experiencia social que se produce podría involucrar a los mismos procesos sociocognitivos empleados durante la comprensión del mundo real social (la inferencia mental, el seguimiento de los objetivos, el reconocimiento de la emoción). La exposición repetida podría dar lugar a una intensificación de estos procesos sociales y empáticos, que a su vez podrían aplicarse a otros contextos en la vida real”, recalca el catedrático de Psicología.

Sin embargo, para especialistas en Neuropsicología pediátrica como Roser Colomé, la relación entre el desarrollo cognitivo y el tipo de soporte y de género podría no estar clara. “Se ha observado que los niños disléxicos se benefician de la lectura electrónica al modificar ciertas variables como la fuente tipográfica, el tamaño de la letra, el uso de diferentes colores o de palabras más o menos largas; y también por el contenido, ya que con en soporte electrónico pueden leer un libro que les muestre los sinónimos más sencillos para comprenderlo o destaque las palabras en negrita y los números en dígitos. Es cierto que la costumbre de leer en papel hace más difícil hacerlo online, pero no hay suficiente conocimiento para determinar una cosa u otra para las vías de desarrollo de la lectura", explica.

Protección frente al Alzheimer

Si la lectura de libros podría aumentar nuestra capacidad para adaptarnos y cambiar nuestro entorno, como señala el psicólogo Berrocal, ¿leer nos podría hacer vivir más años? Que la lectura pueda contribuir a la longevidad es una relación que todavía goza de una evidencia muy preliminar, sin poder llegar a conclusiones definitivas. Sin embargo, en un estudio de Social Science & Medicine de 2016, los investigadores de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Yale observaron una reducción del 20% en la mortalidad de los que leían libros media hora al día, en comparación con los que no leían libros, y con una ventaja de supervivencia de 23 meses en personas mayores de 65 años independientemente de la educación o el nivel socioeconómico.

“Sus resultados mostraron que cualquier nivel de lectura de libros da una ventaja de supervivencia significativamente mayor que leer periódicos. Esto es un hallazgo muy novedoso porque indica que la lectura de libros en lugar de la lectura en general es la que provoca esta ventaja de supervivencia”, anota Berrocal, quien prosigue: “Esta investigación no señala los mecanismos por los que la lectura de libros puede aumentar la supervivencia, pero los autores especulan que puede ser por sus beneficios cognitivos, algo que coincide con otros estudios que han encontrado que la lectura aumenta la conectividad de las células cerebrales”.

El beneficio de la lectura en la calidad del envejecimiento está claro. Cuantas más conexiones y redes neuronales se hayan desarrollado a lo largo de la vida de la persona, menor impacto tendrá la pérdida progresiva asociada al envejecimiento. “Es decir, cuanta mayor reserva cognitiva tenga, mayor será la capacidad de mantenerse mentalmente sano durante mayor tiempo. Aunque estemos en fases iniciales de una enfermedad neurodegenerativa, si conseguimos potenciar la neuroplasticidad de las neuronas sanas, conseguiremos mantener, e incluso desarrollar, nuevas conexiones neuronales que permitan contrarrestar durante un tiempo la enfermedad”, concluye el neurólogo Ayoze González.

viernes, 11 de agosto de 2017

Entrevista al psiquiatra Rojas Marcos

Íñigo Domínguez, “La felicidad en Europa está mal vista”. En El País, 11 de agosto de 2017:

El psiquiatra defiende que el optimismo es la mejor herramienta contra el discurso del miedo

No es fácil empezar a entrevistar a Luis Rojas Marcos (Sevilla, 1943), porque sobre todo le gusta escuchar y entrevista él al periodista, preocupándose por cómo le va la vida. Es un humanista, interesado en la felicidad de los demás, y optimista convencido. Psiquiatra de fama internacional y autor de numerosos libros, puso en marcha en Nueva York en 1987 una iniciativa revolucionaria, el proyecto Help. Fue el primer servicio para atender a personas que vivían en la calle con enfermedades mentales. Este plan, importado luego a muchas ciudades, ha cumplido 30 años, y la Fundación Mapfre le ha otorgado su premio a la mejor iniciativa en promoción de la salud. Ahora dirige una organización médica sin ánimo de lucro, con 3.500 facultativos, en 6 hospitales públicos y 10 cárceles.

Usted fue un inmigrante, ¿cómo lo recuerda?

La cuestión es si ahora, con los mensajes, puedes llegar a obsesionarte y no hablar con los demás

Yo quería salir de aquí, era un niño con problemas de inquietud, me metía en líos, el colegio me iba mal. Cuando terminé la carrera vino un médico americano. Allí buscaban médicos, y era un examen muy fácil. Me fui, sin saber dónde iba. Entré en un hospital en Long Island, yo no hablaba inglés, y la medicina que sabía era historia de la medicina, no había puesto una inyección en mi vida. Pensé que me echaban. Pero recuerdo el cambio: aquí hacer una pregunta te costaba la autoestima de un mes. Te decían: “qué chorrada de pregunta”. Allí podías preguntar la chorrada que quisieras, aprendí a preguntar. Era un estilo de aceptación. Estados Unidos te exigía, pero te aceptaba.

Eso parece que está cambiando con Trump.

Hay más intolerancia, pero allí las oportunidades te persiguen, te salen cosas, y eso todavía es así. La intolerancia va más dirigida a inmigrantes de formación menor. Pero si vienes de Europa o Asia, en mi campo, el médico, no hay problema de trabajo. Yo tengo ahora casi 100 vacantes.

¿Cómo ve el recorte de Trump del sistema sanitario?

El intento de Obama fue fundamental. La salud allí es una industria, no un derecho. En Nueva York es la que más empleo da, directa o indirectamente. Es uno de los problemas indiscutibles de Estados Unidos. Hay seguro para el pobre y los mayores de 65 años, y la obligación de atender a cualquier persona en urgencias. Por eso nadie se muere en la calle. Pero si tienes un problema diabético, te ingresan y luego solo tienes una semana de insulina. Luego es cara y te lo paga el seguro, si lo tienes. ¿Y por qué no cambiar a un seguro universal? Las farmacéuticas están en contra, el Estado no negocia con los laboratorios, es mercado libre. Los médicos ganan el doble o el triple que en Europa, no digamos la industria farmacéutica. Es un negocio que es difícil de cambiar. Nos preocupa Trump, claro.

Una pregunta frívola: ¿tiene una explicación psiquiátrica para Trump?

Hombre, hay que tener cuidado con esto. No tiene síntomas de enfermedad mental, depresión, no tiene nada. Ahora bien, se puede juzgar su personalidad: es impulsivo, no se apoya en el consejo de otros, no escucha, piensa que lo que él cree es lo correcto y es la verdad. Se considera a sí mismo un éxito. Sumas todo eso y ves lo que dice.

Ha trabajado mucho con inmigrantes. ¿Qué piensa de cómo se está portando Europa?

En los noventa me invitaron a visitar un hospital, asistí a una operación y recuerdo la visión de que cada uno era de una raza: la paciente era afroamericana, el cirujano era blanco, el anestesista era oriental, la enfermera era hispana… Toda una mezcla, pero estaban haciendo juntos una cosa, curar a esta señora. En Europa, que siempre ha tenido aceptación, tengo miedo de que se cree una tendencia al rechazo de otras culturas.

El miedo es una sensación cada vez más presente. A un atentado, al inmigrante, a lo que es malo para la salud… Usted es un gran defensor del optimismo. ¿Somos más asustadizos, nos falta contexto?

La felicidad en Europa está mal vista, como ingenuidad o ignorancia. En Estados Unidos, no: vas a una reunión, preguntas a alguien y dice que está feliz, tal cual. Aquí la cultura es la queja. Que no se nos note si somos optimistas o felices. Yo siempre hago un experimento en mis charlas, pregunto al público, no si son felices, sino si están satisfechos con la vida, no hoy, sino en general. De cero al diez. De media suele salir un siete, un ocho. Luego pregunto: ¿y al mundo qué le dais? Mucho menos, está muy mal. Pero es que yo voy a otros países, a ese mundo, y se dan un ocho, y a vosotros, un cuatro. El ser humano es optimista, tiene esperanza. Casi todos estamos programados para el optimismo. Las tasas de suicidio no aumentan, en Estados Unidos, en Europa, siempre es un 8 o 9 por 100.000.

También sostiene que hablar es bueno, alarga la vida, verbalizar lo que te pasa. ¿Es aplicable a las redes sociales? Hay más expresividad que nunca, aunque no es personal.

Es una revolución. Sabemos que hablar es bueno para el corazón, está estudiado, o hablar con uno mismo. Poner palabras a lo que sientes y decirlas, pero de verdad, moviendo la boca. La comunicación es siempre positiva, la cuestión es si ahora, con los mensajes, puedes llegar a obsesionarte y no hablar con los demás. Una adicción a una forma que en sí no es negativa. Es tentador demonizar las redes sociales, sobre todo quienes no las usan, pero no creo que sean negativas. Antes de darle un matiz destructivo, patológico, hay que esperar, porque no pasó así con la televisión, el teléfono, el ordenador…

Después de tanto tiempo fuera, ¿cómo ve España?

Muy bien. Me fui en 1968. Franco se muere y muchos pensaban que aquí acabábamos a tiros. Pero no. Fue un ejemplo inolvidable para mucha gente, no me imaginaba que España pudiera cambiar tanto, que se convirtiera en un país tan abierto, con una juventud tan tolerante, tan sana… No creo que en Europa haya un país mejor para vivir, pese a sus problemas. Tienes que ver a los españoles que salen fuera. Una vez me invitó el cónsul de Nueva York, que había reunido a los españoles censados en investigación. Pensé que serían 20, ¡y eran 500! Chicos y chicas geniales.

jueves, 10 de agosto de 2017

Entrevista al juez de menores Emilio Calatayud, de Ciudad Real

Helena de la Casa Huertas, "El Juez Calatayud: «De un niño dictador, que hace lo que le da la gana, a los malos tratos hay un paso» El magistrado de menores de Granada comenta sus preocupaciones y la evolución de los delitos en los jóvenes a raíz de las nuevas tecnologías a ABC, en Abc, 9-VIII-2017:

Lo primero que hace el popular Juez de Menores de Granada, Emilio Calatayud nada más llegar a los juzgados es sentarse durante unos minutos en su despacho para reflexionar antes de empezar la jornada laboral. Una pequeña habitación llena de regalos de los niños del Centro de Menores «Tierras de Oria».

Calatayud es conocido por sus sentencias ejemplares a los menores de edad. Sus preferidas: obligar a aprobar la ESO y a aprender a leer, puesto que afirma que hay «mucho analfabeto». Sus 37 años de experencia le permiten saber los perfiles más frecuentes de los niños que comenten delitos aunque confiesa que, con la aparición de las nuevas tecnologías, están cambiando.

El ciudadrealeño, uno de los jueces más mediáticos de la justicia española, habla con ABC de su trayectoria profesional, de sus preocupaciones y de la evolución de los infracciones de los jóvenes.

¿Alguna vez le han llegado a su WhatsApp sus propios vídeos?

Sí, sí me han llegado vídeos, me hacen gracia porque son trozos de conferencias que la gente graba y luego los cuelga en la red. La verdad es que es una satisfacción que la gente los vea, pero como son charlas que vengo haciendo hace mucho tiempo, me sorprende la repercusión que tienen. Yo soy el primer sorprendido del éxito de esos WhatsApp.

¿Cómo quiere ser recordado?

Me gustaría que me recordasen como un buen padre, un buen amigo y como juez, que hizo lo que pudo para hacer su trabajo lo mejor que supo. Creo que hay ser buena persona tanto en el ámbito personal como profesional. No estaría mal: Hizo lo que pudo.

¿Le gustaría que siguieran su legado?

Yo no tengo legado, yo aplico la ley, hay muchos jueces que hacen exactamente lo mismo que yo, lo que pasa es que a veces les da miedo a hablar y yo cometí la ventaja o el inconveniente de hablar en su día y entonces han creado un personaje. Yo soy un producto de los medios. Cometí la imprudencia de hablar en un momento dado y han creado un personaje.
¿Ahora se arrepiente?

No, a lo mejor fue una equivocación pero no me arrepiento, a lo hecho pecho. En aquella época era conveniente decir en qué consistía la nueva justicia de menores, cómo funcionaba, quiénes éramos y ahora mismo se conoce gracias a esa época y me tocó a mí como podría haberle tocado a otro compañero.

¿En sus vacaciones ha recibido llamadas para seguir algún caso o aconsejar a algún joven?

El teléfono personal no lo doy pero cuando voy andando por algún lado se me suelen acercar. Ahora que he estado en Capileira (Alpujarra), algún padre o chaval que me ha visto ha venido a hablar conmigo. Por suerte o por desgracia con el Whatsapp me conoce mucha gente y se acercan si tienen alguna duda. Para mí es una satisfacción, mi trabajo es juez y lo comprendo. Procuro ir por sitios que más o menos estén tranquilos.

¿Cuáles son las consultas más frecuentes?

Qué puedo hacer con mi hijo, qué a haría con tal tema, o mi hijo está fumando porros o está abandonando la escuela, las malas compañías… Lo típico.

¿Cuál fue su primera sentencia?

El primer caso gordo que tuve fue en el año 1988, no había juicios ni nada, fueron dos hermanos, tenían 12 y 14 años, que mataron a su padre y lo emparedaron. Nos dimos cuenta que lo habían matado al cabo de los meses porque hicieron mal el tabique y en verano no veas cómo olía la vivienda, por eso nos dimos cuenta. Te impresiona cuando los autores tienen esa edad y a partir de entonces ya vi de todo. Ya he celebrado 36 o 37 juicios de asesinatos u homicidios de menores y he visto todo. Lo más desagradable es cuando las víctimas son pequeñas.

Ese fue el primer juicio gordo y de las primeras sentencias que dicté duras, claro era una privación de libertad gorda para esos dos chavales. En aquella época era internamiento y no había más, porque estaban empezando a funcionar los centros de internamiento con arreglo a la nueva ley, entonces después esa gente salió para adelante. Hace mucho que ya no sé nada de ellos.

¿Por qué pensó en esa opción en vez de las tradicionales sanciones?

La primera sentencia que puse fue en el año 1989-90 a un chaval que en un control de alcoholemia a la salida de una discoteca y lo pillaron. Este chaval no tuvo ningún accidente ni nada y cometió un delito de seguridad de tráfico, entonces yo pensé que mejor que encerrarlo, era que viese las consecuencias de conducir un ciclomotor bajo la influencia de bebidas alcohólicas. Hablé con el Hospital de Traumatología para ver si podía enviar a chavales allí y lo mandé. Aunque lo primero que hice fue llamar a la Guardia Civil para decirles que me parecía muy bien que hiciesen controles pero lo que tenían que haber hecho era denunciar a la discoteca por vender alcohol a menores, que este menor iba a pagar pero ellos también.

En otro caso, hablé con un panadero amigo mío para que un chaval hiciese servicio de la comunidad en la panadería porque antes no había convenios, era por favores personales. Y el más conocido fue el de un chaval que mandé a aprender a leer, lo tenía encerrado pero era muy listo, muy listo, así que le dije que «en cuanto aprendas a leer y a escribir te suelto». Al mes salió.
El chaval era un fenómeno en robar en el Centro Comercial Continente los aparatos de vídeos que eran muy grandes y estando allí, me dijo una cosa que siempre me marcó: «Don Emilio por qué no me condena a aprender a leer, sé que voy a terminar en prisión y si usted me condena a leer y escribir me va a abrir una ventana a la libertad». Entonces siempre que puedo y me entero que un chaval no sabe leer, escribir o no tiene la ESO, lo condeno a que aprendan porque es verdad que la educación y la cultura abren una ventana a la libertad y a la felicidad.

En aquella época y lo sigo diciendo, entendía que había muchas formas de reparar el delito sin necesidad de la privación de libertad, en función del delito y circunstancias de cada uno de los chavales pues había que buscar evitar el internamiento si era lo mejor. Entonces empecé a poner medidas de esas, al principio no había nada y hablé con amigos, profesionales, poquito a poquito hasta que participó la administración y el ayuntamiento, así empezamos.

¿Cree que existe un problema de analfabetismo entre los jóvenes?

Hay mucho analfabeto y es la sentencia que más me duele poner, es obligar a un chaval a sacarse la ESO cuando estamos en un país en el que ese nivel de estudios es obligatorio. Es una vergüenza que los chavales abandonen la escuela con 14, 15 y 16 años y es una vergüenza que se aprueben los cursos por ministerio de la ley. Yo compruebo todos los días que hay mucho analfabeto y muchos que saben juntar las letras pero no saben lo que significan las letras juntas. Es una pena. Y me da pena que se aprueben los cursos por ley sin tener una formación. No comprendo cómo los políticos no se hacen un pacto por una ley educativa que dure una generación y no una legislatura, y que la misma se premie el esfuerzo y el trabajo duro.

¿Por qué existe este problema?

Los padres no tienen autoridad, se ha banalizado todo y no existe voluntad política de fomentar el esfuerzo, aquí se no están igualando por la ley del mínimo esfuerzo y no, nos hemos equivocado a nivel político.

¿Cree que sus sentencias rehabilitan de verdad a los jóvenes?

Hombre, se les da una oportunidad. El debate de la reinserción es que no puede haber ningún menor que pase por la justicia de menores y diga que no se le ha dado la posibilidad, otra cosa es que no la aproveche. Pero la verdad es que sale mucha gente para adelante porque le ley funciona y por una razón muy sencilla, el 80% de los chavales que nosotros juzgamos cometen delitos pero no son delincuentes. Todos hemos cometido tonterías, lo que pasa es que hoy en día todo son delitos.
De modo que ese 80% de los chavales nosotros lo único que hacemos es acompañarlos a madurar, la vida delictiva de un individuo comienza a los 12 años o 13, sube hasta los 18-20 y luego baja, entonces lo que hacemos es ayudarlos a madurar. Ese 80% de chavales salen para adelante. Luego tenemos un 10% que es carne de cañón, influye donde han nacido, circunstancias, genética o quiénes son tus padres. Y otro 10 por ciento que es trabajable y que depende del momento, la mitad sale para adelante.

Estamos evitando que el 85% de chavales que pasan por la justicia de menores acaben en la justicia de mayores. Son buena gente, cometen equivocaciones pero ya está. La diferencia es que muchos las cometemos pero no nos han pillado.

¿Quién comete un delito es un delincuente?

No, quien comete un delito o dos no es un delincuente. Gracias a Dios cometen equivocaciones que tienen perfil de delito pero no lo son. Ahora, eso sí, hay un 10% que tiene perfil de delincuente y son carne de cañón. Hay chavales que los ves y dices con este no hay nada que hacer. Es una pena pero así está el sistema.

¿Cuál es el caso del que se siente más orgulloso?

Muchos, normalmente son chavales que con el tiempo te saludan y te dan las gracias por haberlos condenado e incluso encerrado. Lo que más me satisface es cuando la condena es hacer la ESO y la aprueban, e incluso hacen una carrera o módulo de formación profesional y están trabajando.

Hace unos meses me encontré con un joven de unos treinta años que me paró por la calle. Lo condené a hacer una redacción de unos doscientos folios por las dos caras a mano porque llevaba varios robos y me dijo: «¿no se acuerda de mí? usted me condenó». Así que le pregunté cómo le iba y ahora es bombero. Que la gente te salude por la calle al cabo de los años es una satisfacción muy grande.

Desde sus inicios ¿ha observado una evolución en los delitos de los jóvenes?

Antes cuando yo empecé en el año 1987-1988 me llegaban muchos chavales de clase marginal y ahora gracias a Dios se han equiparado las clases sociales. En función del delito tenemos un perfil. Por ejemplo:

- Casos de maltratos de hijos a los padres: clase media-alta

- Ciberacoso: clase media-alta

- Acoso sexual: de todo tipo

- Robos: de todo tipo

Ya no hay distinción de clases sociales, aunque hay más casos de chicos 75% frente a chicas, el 25%, pero en violencia familiar y acoso escolar se equiparan. Eso sí, es verdad que la niña que sale dura, aunque es menos frecuente, es muy dura. Pata negra, eh porque son mucho más listas.

Las nuevas tecnologías están variando el perfil de los chavales, existe mucha incultura. Saben manejar los móviles pero no son conscientes de que al publicar una foto o un insulto, las consecuencias son muchísimo mayores a que cuando tú le dices a una persona que es un tal, que queda entre él y tú o un grupo de personas. Ahora queda entre 15.000 o 20.000 personas y los daños morales son tremendos.

¿Está empeorando esta situación?

La cosa va a peor porque, además, hay un tema que me preocupa mucho, la adicción a las nuevas tecnologías. Mayores y menores están muy enganchados al móvil, tablet, etc.. yo por ejemplo estoy llamando la atención a amigos míos. Yo soy fumador y nunca se me ha ocurrido darle a mi hijo un cigarro cuando tenía un año o dos años y estoy harto de ver a padres que están tomando una cerveza y para que el niño no les dé el coñazo les suelta un móvil o una tablet para que jueguen. Es lo mismo que si le das un cigarro y eso nos está creando muchos problemas de adicción al móvil y eso conlleva consigo consecuencia delictivas y de salud mental.

¿Cómo son los primeros indicios de un hijo maltratador?

Todo es cuestión de educación y respecto, cuando una criatura con 8 o 9 años empieza en la casa a hacer lo que le da la gana y si no lo consigue, empieza a dar golpes o gritar, ese niño al final si los padres no lo paran se puede convertir en un niño dictador, en el sheriff de la casa. De ahí a malos tratos hay un paso muy corto. Hay que volver al principio de autoridad de los padres y sobre todo el respecto.

¿Cómo afecta la separación de los padres a la actitud de los menores?

A veces los chavales lo pasan mal, incluso tienen comportamientos delictivos para llamar la atención sobre el matrimonio. Lo que sí se nota mucho es tanto la manipulación de los chavales como la manipulación de los cónyuges con el chaval para hacer la puñeta al otro cónyuge. Lo pasan mal y a veces tiene consecuencias, en ocasiones tenemos que quitarlos de en medio porque están con: «ahora estoy con mamá, porque me conviene ahora me voy con papá», y tenemos que meterlos en internados o pisos de convivencia. Lo triste es que no somos capaces todavía por mucha democracia de llevar separaciones amistosas.

Hemos notado que padre maltratador de su mujer que se separa, es frecuente que los chicos copien el comportamiento hacia la madre y su pareja. Estamos teniendo problemas entre parejillas de jóvenes, es problema de educación, son auténticos maltratadores por ambos lados. Han aumentado las denuncias. Las cuestiones de las parejas que hoy se quieren, luego se pegan, luego se acuestan, vuelven a odiarse, cuelgan fotos para hacerle la puñeta a la novia, hay mucho.

¿Hasta cuándo los hijos deben obedecer a sus padres?

Hasta que se mueran. No hay que obedecer, pero respetar siempre. Un padre educa hasta el mismo día que se muere. Siempre vas a querer más y respetar más a tus padres cuando eres padre, entonces se valora lo que han hecho aunque se hayan equivocado. El cariño hacia los padres va en aumento. Hay que respetarlos y seguir sus consejos, al menos pensarlos.

¿Hasta cuándo y en qué circunstancias cree que los padres deben mantener a los hijos?

Hasta que estén en condiciones de ser independientes pero siempre dentro de unos límites, es decir, no soy partidario del ni ni. Si yo tengo un chaval que se está esforzando, que está buscando trabajo, está estudiando, etc me parece muy bien que esté conmigo; pero ahora el tío que tiene su trabajo y está viviendo a mi costa no. O el tío que va a cenar y no quiere estudiar ni buscar trabajo y está viviendo a mi costa no. El sentido común.

¿Un joven de 18 años hoy día se puede considerar que realmente es adulto?

Son muy inmaduros pero la ley es la ley y dice que es mayor de edad a los 18 años. Entonces son mayores de edad para lo bueno y para lo malo, así que les digo tú mismo, tú verás. Objetivamente son más niños que hace unos años pero hay que poner unos límites. Son más inmaduros que antes porque no se han educado en responsabilidad. Ahora mismo son más guapos, más altos, pero más inmaduros, porque no se les ha dado las responsabilidades. Con 18 son niños todavía.

¿Qué opina cuando ve a un grupo de jóvenes sentados y cada uno está utilizando sus respectivos móviles?

No están disfrutando de la reunión, están con otros colegas. Son tontos cada cosa tiene su momento. Ya empieza a existir hoteles que prohíben el uso de los móviles, gracias a Dios. Hay que disfrutar del momento.

A pesar de los años, el Juez de Menores de Granada, Emilio Calatayud, sigue manteniendo su actitud de bonachón, dicharachero, campechano y cercano. Así es el uno de los magistrados más mediáticos de la justicia española.

Pasa los días en su pequeño despacho, en el que guarda como si fuera un tesoro todos los regalos que le hacen cada año los niños del Centro de Menores «Tierras de Oria», coincidiendo con el día de su cumpleaños y con la celebración de la lotería de Navidad. Un busto de él mismo hecho de cerámica, es uno de los presentes que más relucen en su particular morada. Este es el lugar al que acude cada mañana y en el que se toma unos minutos de reflexión antes de empezar su jornada laboral y condenar a los menores con sus sentencias ejemplares. La que más le gusta: obligar a los menores a sacarse la ESO. Una imagen que es recordada a todos los que recorren los pasillos del juzgado antes de encontrarse con la puerta del magistrado. Dos carocas, unas caricaturas populares que se exhiben durante la Feria de Corpus de Granada, en las que aparece el juez con unos divertidos mensajes aludiendo a sus sentencias mientras corta el pelo a uno de los menores o les enseña a aprender a leer.

Calatayud, el cuarto de siete hermanos, nació en Ciudad Real en 1955 y fue un «chico muy normal que hacía las gamberradas propias de la edad y mal estudiante». Su paso por el colegio no fue muy alentador, suspendió ocho en quinto de Bachillerato y su padre lo envío con 13 años al internado de San José de Campillos (Málaga). Dos meses «muy duros» en los que solamente vio el sol, una hora y media en todo el verano porque eran las fiestas del pueblo. Lo único que hacía allí: «estudiar y fumar a escondidas». Una táctica de su padre que le valió para aprobar en septiembre.

Una alegría que solamente duró unos meses pues al curso siguiente volvió a suspender cuatro. Momento en el que su padre le hizo la pregunta definitiva. «Estudias o trabajas, tú verás». Desde entonces, decidió que su objetivo era «hacer unas oposiciones para tener un sueldo fijo» y así lo hizo, aunque asegura que nunca ha sido «un buen estudiante», pero se ha juntado con «buena gente». Estudió ICADE, una carrera que combinaba derecho y empresariales, pero no sabía a lo que quería dedicarse, «la vocación es para los frailes». Al final tras ejercer en Canarias y Granada, se especializó como juez de menores.

Una trayectoria que gracias a sus 37 años de experiencia, sus sentencias rehabilitadoras y sus ocho publicaciones, le han llevado a convertirse en unos de los jueces más conocidos.

viernes, 14 de julio de 2017

Entrevista a Inger Enkvist

Ana Torres Menárquez entrevista a Inger Enkvist  “Hay que recuperar la disciplina y la autoridad en la escuela”, en El País, 13-VII-2017:

La exasesora en educación del Gobierno sueco Inger Enkvist se posiciona en contra de las nuevas metodologías educativas

No es fácil encontrar una opinión como la de Inger Enkvist (Värmland, 1947). Mientras la mayoría de los gurús educativos abogan por terminar con las filas de pupitres, con los formatos de clase encorsetados y por dar más libertad a los alumnos dentro del aula, Enkvist, exasesora del Ministerio de Educación sueco, cree que hay que recuperar la disciplina y la autoridad de los docentes en las clases. “Los niños tienen que desarrollar hábitos sistemáticos de trabajo y para eso necesitan que un adulto les guíe. Aprender requiere esfuerzo y si se deja a los alumnos elegir, simplemente no sucede”.

Catedrática de Español en la Universidad de Lund (Suecia), Enkvist comenzó su carrera educativa como profesora de Secundaria y durante más de treinta años se ha dedicado a estudiar y comparar los sistemas educativos de diferentes países del mundo. Además de la publicación de libros como La buena y la mala educación (Encuentro, 2011), ha publicado más de 250 artículos sobre educación.

Enkvist compareció el pasado marzo en la comisión de Educación del Congreso de los Diputados para aportar su visión sobre el modelo educativo en España, del que echa en falta motivación por parte del profesorado y una reformulación de los grados en Maestro en Educación Infantil y Primaria -nombre de la carrera de Magisterio tras el Plan Bolonia- para intentar captar a los mejores estudiantes. 

Pregunta. Las nuevas corrientes de innovación educativa reclaman un papel más activo por parte de los alumnos. Acabar con las clases magistrales y crear metodologías que impliquen acción por parte del estudiante. ¿Por qué se opone a ese modelo?

Respuesta. La nueva pedagogía promueve la antiescuela. Los colegios se crearon con el objetivo de que los alumnos aprendieran lo que la sociedad había decidido que era útil. ¿Cuál es el propósito de la escuela si el estudiante decide lo que quiere hacer? Estas corrientes quieren enfatizar al máximo la libertad del alumno, cuando éste lo que necesita es una enseñanza sistemática y muy estructurada, sobre todo si tenemos en cuenta los problemas de distracción de los niños. Si no se aprende en Primaria a ser ordenado y a aceptar la autoridad del maestro, es difícil que se haga más tarde. El alumno no siempre va a estar motivado para aprender. Hace falta esfuerzo.

P. En su libro cuestiona la creencia de que todos los niños quieren aprender y, por lo tanto, es una buena opción dejar que tomen la iniciativa y aprendan solos. ¿Cuáles son sus argumentos en contra?

R. Esto nunca ha sido así. Es una idea romántica que viene de Rousseau; dar por hecho que el ser humano es inocente, bien intencionado y bueno. Un niño puede concentrarse en una tarea por iniciativa propia, pero normalmente será en el juego. Aprender a leer y escribir o matemáticas básicas requiere trabajo y nadie se siente llamado a dedicar un esfuerzo tan grande a asimilar una materia tan complicada. Se necesita apoyo, estímulos y algún tipo de recompensa, como la sonrisa de un profesor o la felicitación de los padres.  

P. ¿Qué se debería recuperar del antiguo modelo de educación?

R. Tener claro que el profesor organiza el trabajo del aula. Si los alumnos planifican su propio trabajo se hace muy complicado que obtengan buenos resultados y eso desmotiva al profesor, que no quiere responsabilizarse de algo que no funciona. Estas metodologías están alejando de las aulas a los profesores más competentes. Ya no se considera beneficioso que el adulto transmita sus conocimientos a los alumnos y se fomenta que los jóvenes se interesen por las materias siguiendo su propio ritmo. En un ambiente así no es posible enseñar porque no existe la confianza necesaria en la figura del profesor. Vivir en lo inmediato sin exigencias es todo lo contrario a la buena educación. 

P. Usted ha calificado el autoaprendizaje como contraproducente. Pero una vez que finaliza la formación obligatoria y los estudiantes consiguen un trabajo, el mercado laboral cambia rápido y se pueden ver obligados a reciclarse y cambiar de profesión. ¿No cree que es buena idea enseñarles desde pequeños a tomar la iniciativa en el aprendizaje?

R. Esa es la gran falacia de la nueva pedagogía. Los niños tienen que aprender contenidos, y no el llamado aprender a aprender. Solo con decir a los alumnos que tomen decisiones no van a saber hacerlo. Pongo un ejemplo. El Gobierno sueco ofrece cursos de formación para adultos y su desesperación llega cuando solo se apuntan ciudadanos con un perfil educativo alto. Les interesa y lo encuentran útil y por eso tienen ánimos para empezar. Si uno aprende un contenido, piensa que es capaz y que en el futuro podrá volver a hacerlo. ¿Quién es más adaptable y más flexible al perder un trabajo? El que ya tiene una base de conocimientos, el que cuenta con más recursos interiores y eso lo proporciona la educación. Cuanta más autodisciplina, más posibilidades tienes por delante y menos desesperado te sentirás ante una situación límite.

P. Hay un gran debate en cuanto a la utilidad de los exámenes. Algunos expertos defienden que en la vida adulta no se dan ese tipo de pruebas y que lo importante es haber desarrollado habilidades para adaptarse a diferentes entornos.

R. Esa es la visión de alguien que no sabe cómo funciona el mundo de los niños. En la vida adulta, todos tenemos fechas tope, momentos de entregar un texto y esto se aprende en la escuela. Con los exámenes el niño aprende a responsabilizarse y entiende que no presentarse a una prueba tiene consecuencias; no lo repetirán para él. Si no cumplimos con nuestras obligaciones en la vida adulta, pronto nos veremos descartados de los ambientes profesionales. Los exámenes ayudan a desarrollar hábitos sistemáticos de trabajo. 

P. ¿Por qué cree que el modelo actual de escuela no permite que nadie destaque?

R. El colegio no es neutro, no todos van a aprender igual. En las aulas se dan unos desequilibrios enormes en un mismo grupo, puede haber hasta seis años de diferencia intelectual entre los alumnos. La escuela debería mantener a los niños con diferentes capacidades juntos hasta los once años y a partir de ahí ofrecer diferentes niveles para las asignaturas más complejas. En algunas escuelas públicas de Alemania se hace. Para los que no lo entiendan pongo un ejemplo. Imagina meter en una misma clase a 30 adultos con niveles socioculturales e intereses totalmente dispares y pretender que aprendan juntos. Eso es lo que estamos pidiendo a nuestros hijos. En menos de una semana habría una rebelión. 

P. La escuela mata la creatividad, según el pedagogo británico Ken Robinson.

R. Lo más sencillo es pensar en un músico de jazz. Parece que está improvisando, jugando. ¿Cómo puede hacerlo? Sabe 500 melodías de memoria y usa trozos de esas piezas de forma elegante. Lo ha repetido tantas veces que parece que lo hace sin esfuerzo. La teoría es necesaria para que surja la creatividad. 

P. Si hablamos de los contenidos que se aprenden en la escuela. ¿Cree que habría que modernizarlos?

R. Una profesora española me contó que uno de sus alumnos le dijo en clase que para qué le serviría estudiar a Unamuno, que qué aplicación práctica podía tener. Necesitamos conocer la situación de nuestro país, saber de dónde venimos. Con Unamuno se aprende un modelo de reacción, que no tiene porqué adoptarse, pero conocerla te ayuda a elaborar tu propia forma de ver el mundo.

COMENTARIOS (algunos; para verlos todos -casi mil-, pinchar en el enlace inicial)

Estoy de acuerdo con esta señora: no hay aprendizaje que no necesite esfuerzo, creer que todo se aprende por motivación y porque te apetece, es magnificar una observación de la pedagogía y es que cuanto más te guste lo que aprendes, más fácil te resulta y la motivación es que te guste. No se puede motivar a todos para que hagan siempre lo que les guste. Habrá cosas que no les gusten y tengan escasa motivación, por ejemplo las matemáticas, la historia...Se fuerzan algunos aprendizajes. siempre se ha hecho así. si aprendes a escribir, la posición correcta es la que te indica el maestro, no la que más te guste. Parece que está de moda mucha tontuna el fácil, fácil, a un click. y no hay aprendizaje sin esfuerzo y en algunos casos hasta con sufrimiento. La autodisciplina será tu mejor aliada en situaciones difíciles. Estoy convencida de que hay que aprender a hacer frente a las dificultades y que la autodisciplina y el estudio son buenas escuelas que te van a ayudar mucho luego en la vida

Tranquiliza, que, de vez en cuando, haya alguien con la cabeza sobre los hombros y nos diga las verdades sobre nuestra condición. A contracorriente de las mil y una versiones (cada vez más babosas), de la fantasía rousseauniana, hay una mujer con la lucidez, la convicción y el valor necesarios para decirnos que estamos en Babia. Gracias, señora Enkvist.

"Todos los expertos". Vaya, ¿Y quiénes son esos "expertos"? ¿Los que pontifican desde las cátedras sin haber pisado un aula de Primaria o de Secundaria en su vida? ¿Y cómo se mide la "motivación" de una persona? Hablemos en serio: si no fuera precisamente por la motivación de muchos (no todos, claro) de los profesores, la enseñanza aún estaría peor de lo que está, no le digo más.

Niños consentidos, niños sobreprotegidos. En parte el problema viene por ahí (desde luego no todo, ni mucho menos). Un número muy significativo de los chicos tiene una falta de autocontrol preocupante. Desconoce donde están los límites en un contexto como una clase. No es que sean más vagos que lo fuimos anteriores generaciones, es que muchos no toleran la disciplina más esencial y además están convencidos de que pueden reclamarlo todo y exigir casi cualquier cosa. Lo que no se puede hacer es plegar la pedagogía y la dinámica del aula a este tipo de comportamientos. Hace falta una reflexión seria sobre la educación EN CASA, sobre las obligaciones de los chicos y la necesidad de que desarrollen un sentido de la responsabilidad.

Es algo que se maneja de forma interna normalmente en las universidades, y no suele trascender mucho. Bueno voy al grano, cuando se confunde instrucción con educación puedes tener consecuencias bastante graves. Finlandia es un país excelente en instrucción pero muy malo en educación http://cort.as/rsHN (las élites manejan mucho esos datos, y prefieren que sus hijos sean educados y no instruidos).

Pero este es otro tema, cuando preguntas a los jóvenes de este país una gran mayoría quiere ser funcionario. Los no funcionarios critican a los funcionarios pero les gustaría ser funcionario. Pero dónde está el secreto?: Aprobar una oposición. No hace falta vocación, solo aprobar una oposición de las más duras en relación con su contraprestación. Memorizar y memorizar temarios que te van a servir de bien poco para que puedas dar clase, pues en el aula te vas a encontrar con otra realidad. Además gran parte del tiempo se va en rellenar formularios, programaciones, memorias, tutorizar a los alumnos, reuniones de departamento, de coordinación pedagógica, de tutores, claustros, entrevistas con padres, resolver problemas de disciplina, preparar y corregir exámenes, calificar, evaluar, atender revisiones y reclamaciones de exámenes, hacer de orientador, facilitador, psicólogo, cursos de formación, investigación e innovación educativa...Ah, se me olvidaba... y preparar tus clases día a día, para estar en buenas condiciones y que te salga una buena clase, que es la mayor de las satisfacciones.

Sí, sí, eso enriquece muchísimo. Tener en clase a unos cuantos alumnos que no quieren hacer nada y, de hecho, no lo hacen sino que interrumpen a los demás, cortan el ritmo de la clase y del trabajo de los otros, perjudican a los demás... Todo eso enriquece una barbaridad, vamos. Y en cuanto a lo de las etiquetas, también... Si un alumno no realiza ningún tipo de tarea y se lo haces ver, ¿le estás etiquetando?

Sin ir más lejos, creo que un tal Froilán no estaría nada de acuerdo con lo que dice esta señora.

Lo suscribo completa e incondicionalmente. La actual escuela es catastrófica. El punto que señala sobre la recompensa por el esfuerzo me parece tan lógica. Bueno, es que todo lo que dice. Los niños BUSCAN la estructura y la seguridad que esta les da para en el futuro no sentirse desorientados cuando cambien de entorno académico, al ir a la universidad, y después de entorno laboral. La vida es simple y llanamente así. Escuelas como Waldorf o Montessori se basan en unos preceptos que no cuadran con las exigencias del mundo actual, nos guste o no. Dejarles a la buena de Dios es una reminiscencia de aquel horrible y pernicioso método educativo antiautoritario de los 70. Me alegro que esta mujer no se corte.


Es curioso que todos los expertos destacan la falta de motivación de los maestros y profesores funcionarios españoles como uno de los males de la educación y sin embargo estos se yerguen como adalides de la calidad de la enseñanza siempre y cuando tengan más derechos laborales y no se les toque el sueldo, porque si no se desmotivan (claro entraron en el cuerpo de maestros/profesores por sus condiciones laborales no porque les guste la profesión. Ahora cuando conoces a uno de los nuevos profesores y les preguntas a qué se dedican que dicen directamente que son funcionarios, la profesión en sí ya da igual) La carrera de magisterio y el máster de secundaria son un cachondeo. Compañeros de la carrera que estudiaban para maestro se quejaban de que tenían que estudiar temarios de 20 páginas, casi la misma carga de trabajo que tiene un alumno de bachillerato. Los procedimientos administrativos en los centros matan las ganas de los pocos docentes que sí tienen vocación y los sindicatos terminan de crear un ambiente de eterna queja e insatisfacción. Como verán en todo esto los niños cuentan muy poco.

Hoy en día la enseñanza está secuestrada por burócratas y expertos que no han pisado un aula en su vida y no saben lo que es dar clase y estar al pie del cañón día a día. Estos son los que legislan sin tener en cuenta la opinión de los profesores que son los que conocen la realidad en las aulas. La administración educativa tiene una auténtica obsesión por las estadísticas del llamado "fracaso escolar". Todo está dirigido a maquillar dicho indicador, que hay que bajar nivel se baja y se iguala por abajo, que hay que dar todo tipo de facilidades y oportunidades al alumno indolente, que no se esfuerza y trabaja en detrimento del alumno que quiere aprender, pues no pasa nada. Piensan que al final a las familias lo único que les interesa es que su hijo apruebe, no que aprenda, Es una auténtica estafa social, un engaño, pero son votos cautivos en las próximas elecciones. El aprendizaje se produce cuando uno quiere aprender no cuando alguien quiere enseñar. Y para ello hay que crear las condiciones óptimas para el aprendizaje y lanzar un mensaje honesto a las familias: Sin esfuerzo no hay recompensa.

Llevamos demasiados años de anarcopedagogos y sabemos por los resultados que esas ocurrencias pedagógicas ,didácticas y de objetivos son un nada vacío ,ya lo han pagado de por vida ,varias generaciones de alumnos de la pública. En defensa de esta ,hay que cambiar el paradigma ,es necesaria una revolución hacia pedagogías más clásicas.

que haya que decir estas obviedades !! la escuela a día de hoy es un absoluto desastre gracias a la nueva pedagogía y a unas familias a las que se les debería haber esterilizado!!!!!!!!!!!!!!

si, por ahí iba, por la JA, que ha adoptado la medida de pasar de un ciclo a otro con dos asignaturas pendientes ¿Pendientes de qué?.
La indolencia, la holgazanería, el mínimo esfuerzo se ha dado en todas las generaciones, pero ésta de la que hablábamos es la más significativa, y mi teoría va por culpar a los papás que son los que tienen, al final, la responsabilidad sobre sus retoños.


"En la vida adulta, todos tenemos fechas tope, momentos de entregar un texto y esto se aprende en la escuela. Con los exámenes el niño aprende a responsabilizarse y entiende que no presentarse a una prueba tiene consecuencias; no lo repetirán para él". Totalmente de acuerdo. Entiendo que quien tenga una vida fácil y regalada pueda discrepar con lo dicho por la entrevistada.

lunes, 26 de junio de 2017

El móvil es patógeno para los niños pequeños


La atención es la ventana a través de la cual el cerebro se asoma al mundo que le rodea. Cuando el niño nace, apenas es capaz de dirigir su interés hacia el mundo exterior. Inicialmente sólo presta atención a sus propias sensaciones llorando cuando tiene hambre, sueño, frío o se siente solo. Poco a poco comienza a fijarla en el pezón de la madre que destaca como una forma más oscura en el horizonte. A partir de ahí comienza un largo viaje en el que el niño va aprendiendo que atender ciertos estímulos conlleva una serie de beneficios.

Quítale el móvil al niño El smartphone, un arma de distracción masiva
A las pocas semanas el niño reconoce con facilidad objetos que emiten ruido o se mueven; por eso los sonajeros captan su interés. Los padres hacen todo tipo de carantoñas con juguetes o con las manos para dirigir su atención, de ahí los cinco lobitos. Pero también comienzan, de manera instintiva a ayudarle a fijarla en estímulos inmóviles. Primero un árbol que mece sus hojas con suavidad, luego una foto en la que sale junto a su mamá y, más adelante, un cuento en el que casi no pasa nada.

Así, el niño comienza a desarrollar una habilidad tremendamente compleja, que es la de controlar la propia atención y dirigirla no sólo a aquellos estímulos que se mueven, sino también a aquellos que están más quietos o son más aburridos. De esta forma crecerá siendo capaz de atender a su profesor, aunque el compañero de al lado esté haciendo el tonto. Aprenderá a abstraerse con el libro que lee, aunque una mosca lo sobrevuele, y llegará a ser capaz de concentrarse al volante, a pesar de que la carretera sea una larga recta y su cerebro esté cansado.

Dominar la atención y ser capaz de eliminar otros estímulos que intentan distraernos es una habilidad que ofrece múltiples ventajas. Nos permite concentrarnos en lo que realmente queremos o deseamos, detectar detalles y matices que otros pasan por alto, aprender idiomas con más facilidad, persistir en nuestras metas hasta alcanzarlas o reducir los niveles de estrés.

Los padres pasan menos tiempo con los hijos y esto parece interferir en el desarrollo del autocontrol

Desde hace años vivimos un auténtico auge de un diagnóstico que provoca sufrimiento entre los más pequeños: el trastorno por déficit de atención (TDA). Desde los años setenta hasta 2010, el número de niños diagnosticados en Estados Unidos se multiplicó por siete. Desde 2000 hasta 2012, el número de recetas expedidas en Reino Unido para tratar este trastorno cognitivo se multiplicó por cuatro. Los factores que han provocado esta alza son muchos y complejos. Por una parte, la sensibilización de los pediatras ha hecho que se detecten con más eficacia. Por otra, la posibilidad de diagnosticarlo a partir de los tres años (en lugar de a los seis años) ha sido otro motivo para el aumento de la prevalencia.

Sin embargo, también hay otras razones que son más difíciles de entender. La más preocupante de todas ellas es el sobrediagnóstico: los expertos más alarmistas estiman que como mucho un 4% de la población infantil podría sufrir este trastorno y, sin embargo, la realidad es que un 10% de los niños en nuestro país tomarán medicación para el TDA en algún momento de su vida escolar.

Las razones que llevan al sobrediagnóstico parecen ser muchas. Los padres pasan menos tiempo con los hijos y esto parece interferir en el desarrollo de habilidades como el autocontrol o la capacidad para sobrellevar la frustración. Los colegios tienen menos paciencia con los alumnos difíciles o que no están tan motivados para aprender, en muchos casos presionados por los resultados académicos de la escuela en su conjunto.

Los móviles se usan para distraerles mientras se terminan la papilla, pero así no aprenden a concentrarse

También nos encontramos con la intrusión de las nuevas tecnologías en el cerebro en desarrollo de nuestros hijos. Desde los años ochenta sabemos que más tiempo frente al televisor se traduce en menos paciencia y autocontrol, peor desarrollo madurativo de la atención y mayores tasas de fracaso escolar. La razón es muy sencilla, cuando el niño juega, dibuja o interacciona con sus padres o hermanos, su cerebro debe dirigir la atención voluntariamente a aquellos estímulos o personas con los que interacciona. Cuando se sienta frente al televisor es la tele la que atrapa el interés del niño y hace todo el trabajo.

Por eso nos gusta ver la tele y engancharnos al móvil, no porque estimulen nuestro cerebro, sino porque nos entretienen, nos relajan. Hoy, los dispositivos móviles se utilizan para distraer al niño cuando se tiene que concentrar en terminar una papilla. Para entretener al niño cuando tiene que esperar en el pediatra. Para despistar al niño cuando tiene que esforzarse en ponerse el pijama al final del día. Con este tipo de estrategias parece sensato que el cerebro aprenda que cada vez que tiene que esforzarse, concentrarse o esperar quieto…, tiene permiso para distraerse.

Sin lugar a dudas estamos educando niños menos pacientes, menos atentos y con menor capacidad de esfuerzo, reflejo de una generación de padres menos pacientes y que damos menos valor a hacer las cosas despacio.

Todo ello lleva a que muchos niños sean llevados a un especialista que observa en él todos los síntomas necesarios para el diagnóstico: poco autocontrol, distracción o falta de motivación. En el caso de muchos niños el diagnóstico y el tratamiento son acertados. Para muchos otros, creemos, el trastorno por déficit de atención es un estigma de una sociedad que va demasiado deprisa para educar despacio.

Algunos niños, con ayuda de sus padres, profesores o terapeutas van desarrollando habilidades cognitivas como un mayor autocontrol o paciencia que permiten reducir y compensar las dificultades atencionales. A medida que se hacen mayores suelen preferir y encajar bien en trabajos que les permiten moverse y hacer cosas diversas a lo largo del día.

Pero pueden seguir existiendo desafíos en la vida cotidiana. Muchos los encuentran cuando tienen sus propios hijos y la paciencia, el orden o la organización vuelve a ser un elemento adaptativo fundamental. Algunos adultos con dificultades de atención no experimentan ninguna dificultad en su vida cotidiana, otros se regulan gracias a la medicación y un tercer grupo sufre muchas de estas dificultades pero no tiene ni idea de que el origen esté en una alteración de sus procesos atencionales y ejecutivos, ni conoce cómo compensarlos.

Álvaro Bilbao, neuropsicólogo, es autor de ‘El cerebro del niño explicado a los padres’.

domingo, 25 de junio de 2017

Programación neurolingüística de la mentira

La parte derecha de la cara suele ser la que indica imaginación y mentira y la segunda memoria y verdad

1. Expresiones expletivas que indican búsqueda de tiempo al principio de una respuesta a pregunta, por ejemplo, repetir una pregunta sencilla en todo o en parte antes de contestarla, o mostrarse despistado: "¿Quién, yo?" También repitiendo en la respuesta la misma pregunta.
2. Entre alumnos, niños o jóvenes: ver que los labios se sonríen de lo que uno está diciendo, desmitiéndolo.
3. Jusfificarse innecesariamente, dar explicaciones innecesarias, largas y detalladas (indica sentimiento de culpabilidad o nervios, o entrenamiento y preparación de la mentira). Un criminal soltará de inmediato su coartada, por ejemplo, sin que se lo pidan o sin que se cree el contexto de la misma. Una persona que tiene que recordar se toma su tiempo en estructurar los detalles.
4. Tocarse el cuello. También lo hacen los primates. Indica culpabilidad.
5. Uso de sobreafirmaciones: "Honestamente, yo no hice eso. Sinceramente, yo salí a las tres. La verdad es que estaba allí a las tres". Cuando se dice la verdad no se sobreafirma nada, porque no se siente la necesidad de autoconvencerse de lo que está diciendo. "¿Por qué llegaste tarde? La verdad es que había mucha congestión de tráfico". Este tipo de respuestas refleja la necesidad del mentiroso de conseguir seguridad, de autoconvencerse de estar en los cierto, de sentirse seguro.
6. Los que dicen la verdad se ofenden u ofuscan si les dicen que mienten y cuestionan esas sospechas; pero los mentirosos permanecen tranquilos y fríos, se ponen a la defensiva y lo niegan todo. Además, si se cambia de tema y sigue molesto y ofendido es que es sincero, pero si se le detecta aliviado, tranquilo y cambia el chip con una nueva actitud por pasar a otro tema, es mentiroso.
7. Los mentirosos suelen ser muy rotundos y categóricos afirmando o negando algo. Los sinceros no lo son tanto.
8. Los mentirosos suelen contradecirse en detalles de poco fuste: antes se coge al mentiroso que al cojo: "Él... digo, ella". "Lo que quiero decir es que"
9. Uso de sílabas recortadas, reducción de posesivos (mi, yo, mío) por temor a comprometerse. Se nota un deseo de desvincularse.
10. Abuso del modo subjuntivo, el modo de lo irreal
11. Abundancia de información incidental que no tiene que ver con el testimonio y los hechos y de forma extensa.