jueves, 24 de abril de 2014

Soneto al guasap

(Un soneto hecho a medias en dos horas entre Jerónimo Anaya y yo, luditas confesos):

Darle a la tecla para hablar a locas
y a tontas sin ninguna compañía,
es monótona y pura tontería,
pues ¿para qué nos sirven ya las bocas

si en ellas las palabras son bicocas
que se lleva el guasap con felonía?
Con mi mujer no me hablo en todo el día
que se plancha la oreja como pocas.

Cuando quiero pedirle que me bese,
tengo que teclearle la demanda
y ponerme a la cola aunque me pese. 

Y, la muy tecnológica y nefanda,
como si consolarme eso pudiese,
emoticono de ósculo :-* me manda.

Todo en el guasap anda;
mas este que aquí ves yo considero
que es el primer soneto guasapero.

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