miércoles, 9 de julio de 2014

Los avasallados

En la Villaplana de Antonio Heras Zamorano, trasunto de la Ciudad Real de 1936, año en que se publicó en Madrid, por Espasa, su novela à clef Vorágine sin fondo, todo el mundo se muere de asco y de aburrimiento, incluso entre las putas flamencas del Compás de Santo Domingo, pero quienes más padecen son las mujeres, víctimas de una inhumana represión social y mental, una represión cuya fuerza viene de la misma corrupción que forma los lazos de poder de la sociedad: secretos y mentiras. Lo que forma toda ficción, según sabemos bien los estudiosos de la narrativa. Quitadle a un culebrón esos ingredientes, veréis cuán poco queda. 

Pero hoy parece que las mujeres, a despecho de Galdós, quien veía en ellas la única esperanza para España, fueran las que nos reprimen a nosotros y nos llenan de secretos y mentiras: Merkel, Cope/Cospe, Aguírrete y no te menees, jubilata por conveniencia, y las otras mujeras del PP. Incluso la Thatcher, modelo prístino de todas ellas, de la que ahora nos enteramos "extravió" los documentos que investigaban una red de pederastia de la que eran consumidores miembros muy destacados de su partido. Esto de la corrupción de mayores y de menores es muy político y no necesariamente inglés -véase Berlusconi-; también hubo algo parecido, creo, en el gobierno portugués, y aun dicen que en la curia romana manejan algunos el hisopo equivocadamente.

Yo creo que la corrupción habita allí donde el poder no se distribuye lo suficiente, pues que el poder corrompe absolutamente. Ya era hora de que estas cosas se atajasen como se deben, ahora que no está de moda la hipocresía, y no porque hayamos mejorado de moral, sino porque Internet y los avances audiovisuales la han puesto más que difícil. Y no se sabe muy bien si eso es bueno o es malo, porque los ejemplos malos persuaden a los volubles mejor que los buenos, que, por el contrario, se ocultan y desaparecen tan rápido que parecen invisibles a la primera. Video meliora proboque, deteriora sequor. Decidme, por ejemplo, un solo político bueno y sin tacha... Hasta al más honrado, algo así como Julio Anguita, le podrían poner el marchamo infamante de gilipollas o engreído. Qué fácil es cagarse en todo.

La infamia está tan ampliamente institucionalizada que muchos se sirven de ella para medrar a su abrigo disimulando la suya; por eso a cualquier ingenuo y honrado utopista lo llaman peligroso corrupto bolivariano, defensor de ETA y qué sé yo más; pues creo yo habría que buscar corruptos, populistas y proviolentos más arriba en la escala evolutiva del poder, entre los unidos partidos del mamandazgo monárquico. Pues vamos a ver: parece que ETA ya lleva rato largo sin matar y los bolivarianos financian a sus afines, no a sus iguales, como por cierto hacen los unidos partidos prorreales. ¿Tanto miedo les da Pablito a los marimamones de siempre? ¿Quieren decorar con sus mierdas de oropimente la imagen nueva de lo que nunca han visto ni en sueños, la voluntad popular? Qué bien manipulan, los jodíos: saben cómo pringar de prejuicios ideológico-emotivos cualquier careto justijuicioso que se les venga, sabedores de que pocos piensan, y, si lo hacen, en forma vicaria o ancilar. La servidumbre, la alienación del españolito de siempre. Por eso utilizan los prejuicios como máximas y zurriagos para encaminar a las ovejas; la propaganda, en suma. Debieran fijarse en que un exceso de propaganda produce efectos adversos y retruque al billar. Que es imposible engañar todo el tiempo a todo el mundo.

Oyendo los proferimientos expelidos por los candidatos al califato psoetero, uno se queda admirado de la vacuidad ideológica y del naderío sin brazos de sus propuestas para arreglar los asuntos. La solución de todo es... "derribar a Rajoy". Estoy seguro de que tan profunda política sería la misma en Rajoy con las letras cambiadas. Ya se ve lo que les interesa; después de todo, gracias a las leyes, nunca han tenido votantes, solo clientes. Y ahora la comparsa desengañada busca una agencia de publicidad con mejores ideas y menos engaño mientras ellos enmierdan a los enanos creciditos, mirando tan lejos, como siempre, como Tales de Mileto, que se cayó en un pozo. Ya lo dijo Don Draper: "Si no te gusta lo que se dice, cambia de conversación".

No hay comentarios:

Publicar un comentario