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miércoles, 12 de agosto de 2015

Estadillo de títulos de FP con más contratos en 2014


FP: Administrativo y auxiliar de enfermería, los títulos con más salidas

Pilar Álvarez, en El País, 12 AGO 2015:

FP: Administrativo y auxiliar de enfermería, los títulos con más salidas. El Ministerio de Educación elabora el primer mapa laboral de Formación Profesional

  
Nueve títulos de Formación Profesional (FP) de los 172 existentes en España concentran más de la mitad de los contratos que se hicieron a los graduados en estas enseñanzas en 2014. La mayoría corresponden al sector servicios. Esa es una de las conclusiones del primer mapa de inserción laboral centrado exclusivamente en titulados de FP, elaborado por el Ministerio de Educación. Gestión Administrativa, Cuidados Auxiliares de Enfermería y Administración y Finanzas son los ciclos formativos en los que se han cerrado más contratos laborales.

Este mapa sobre las salidas laborales de la FP elaborado por el ministerio, que sigue un patrón similar al que editaron sobre universitarios, pretende ayudar a “definir” nuevas políticas y ofrecer información “imprescindible” para que los alumnos elijan sus estudios. Más de 793.000 personas cursan FP en España. Según el nuevo informe del ministerio, al que ha tenido acceso EL PAÍS, los más contratados en 2014, además de los administrativos y auxiliares de enfermería, fueron los que estudiaron Educación Infantil, Electromecánica o Peluquería, entre otros.
 

Para más información, véase el enlace superior del título a la información original.

El informe no aclara si los titulados han sido contratados para desempeñar un trabajo acorde con sus estudios, aunque, dada la especialización, es probable que ocurra en mayor proporción que en el caso de estudios universitarios donde a un tercio de los titulados les sobra formación para el desempeño de su primer empleo, según distintos estudios. El trabajo subraya que “a pesar del momento de crisis en el que ha habido menores oportunidades de inserción laboral”, los contratos a alumnos de FP de grado medio y superior se incrementaron un 14% en 2014.


El documento cruza por primera vez datos del Observatorio de las Ocupaciones del Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE) y estadísticas oficiales de Educación. En España hay 172 títulos pertenecientes a 26 familias profesionales. De ellos, 28 corresponden a la FP básica (con siete en tramitación); 55 al grado medio (cuatro en tramitación) y 89 al grado superior (12).

En grado medio, la mayoría de alumnos estudian ciclos relacionados con sanidad y administración y gestión. En grado superior, administración y gestión, servicios socioculturales a la comunidad y sanidad.

La previsión es facilitar la información en la web oficial del ministerio para su consulta, como ya se hizo con los datos de inserción laboral de los universitarios. “Esta información es imprescindible para que el alumnado pueda tomar decisiones fundamentadas sobre su carrera profesional”, abunda el informe.

Limitaciones

Los autores admiten “limitaciones” que esperan subsanar en ediciones posteriores. Por ejemplo, no incluye a los titulados que han acabado trabajando como autónomos ni los módulos de nueva implantación “sobre los cuales no existen datos de empleo”. En esos casos han suprimido las referencias. En la familia profesional de seguridad y medio ambiente, prosiguen, “no existen datos de ninguno de los títulos que comprende, por lo que no existe tampoco ficha de la familia profesional”. Con este informe, Educación busca “realizar un diagnóstico claro de la FP para definir adecuadamente sus políticas y planificar las líneas de actuación”.

En el curso 2014-2015 hubo:

34.728 alumnos en FP básica
346.423 alumnos en FP de grado medio
325.350 alumnos en FP de grado superior

La tabla expone cuatro datos:

a) El Ciclo formativo de grado medio y superior de que se trata
b) Posición
c) Número de contratos en el año
d) Porcentaje de contratos respecto al total de titulados

Gestión administrativa
1.ª
155.649
17,0 %

Cuidados auxiliares de enfermería
2.ª
115.761
12,6 %

Administración y finanzas
3.ª
98.913
10.8 %

Educación infantil
4.ª
30.001
3,3 %

Electromecánica de vehículos automóviles
5.ª
26.455
2,9 %

Peluquería y cosmética capilar
6.ª
23.691
2,6 %

Equipos electrónicos de consumo
7.ª
22.859
2,5 %

Desarrollo de aplicaciones multiplataforma
8.ª
16.123
1,8 %

Laboratorio clínico y biomédico
9.ª
15.294
1,7 %

Mecanizado
10.ª
14.436
1,6 %

Actividades comerciales
11.ª
14.147
1,5 %

Cocina y gastronomía
12.ª
13.776
1,5 %

Integración social
13.ª
13.338
1,5 %

Mantenimiento electrónico
14.ª
13.344
1,5 %

Administración de sistemas informáticos en red
15.ª
12.857
1,4 %

Proyectos de edificación
16.ª
12.451
1,4 %

Automoción
17.ª
11.748
1,3 %

Estética y belleza
18.ª
10.819
1,2 %

Soldadura y calderería
19.ª
10.265
1,1 %

Asistencia a la dirección
20.ª
9.834
1,1 %

martes, 16 de junio de 2015

Síndrome de Burnout

I
Ana Torres Menárquez, "El síndrome del trabajador quemado", en El País, hoy:

El desgaste profesional puede deberse a una mala organización de las tareas por parte de la empresa o a la propia autoexigencia. 

Sobrecarga de trabajo, expectativas demasiado altas o falta de directrices claras por parte de los responsables de una empresa. Hay múltiples factores que pueden conducir a un empleado a sufrir burnout, en español síndrome del trabajador quemado. “Todavía se está estudiando la definición más exacta, pero se refiere a un estado de agotamiento y un sentimiento de falta de eficiencia que derivan en negligencia con los objetivos a cumplir por parte del trabajador”, señala Jesús Montero-Marín, psicólogo clínico e investigador en el Instituto Aragonés de Ciencias de la Salud.

El término no es nuevo. El psiquiatra estadounidense Herbert Freudenberger lo acuñó en 1974 en el libro Burnout: The High Cost of High Achievement y lo definía como la falta de motivación o incentivos, especialmente cuando no se alcanzan los resultados deseados. Freudenberger publicó este estudio después de trabajar como voluntario en una clínica de desintoxicación neoyorkina y observar que la mayoría de sus compañeros sufría una progresiva pérdida de energía al año de empezar a trabajar, acompañada de síntomas de ansiedad y depresión. Todo ello por la falta de recompensa o satisfacción con ese tipo de empleo.

“El síndrome se origina por el padecimiento de estrés laboral crónico y la principal diferencia con una depresión es que mientras ésta conlleva agotamiento y falta de ilusión por la vida en general, el burnout se restringe al ámbito del trabajo. Si no se trata a tiempo, puede acabar afectando a todos los niveles”, señala Antonio Cano, catedrático de Psicología de la Universidad Complutense de Madrid y presidente de la Sociedad Española para el Estudio de la Ansiedad y la Depresión.

¿Cómo puede una persona saber si lo padece? Si se levanta habitualmente cansado y sin ganas de ir a trabajar pese a haber descansado más de siete horas, siente que está dejando de lado su vida personal para atender sus tareas laborales y lo que inicialmente le proporcionaba desafíos y gratificaciones le resulta indiferente, ahí puede saltar la alarma. Otro indicador es que la calidad de las interacciones con las personas a las que atiende sea cada vez peor, o que tenga el sentimiento permanente de ser ineficiente. “A nivel psicosomático se puede manifestar con insomnio, problemas en la piel, dolor de cabeza… A cada uno se le puede manifestar de una forma distinta, según su tolerancia al estrés y sus características personales”, indica el psicólogo Jesús Montero-Marín, miembro de un grupo de investigación sobre burnout integrado por la Universidad de Zaragoza y el Instituto Aragonés de Ciencias de la Salud.

Tres niveles de burnout

El grupo de investigadores de la Universidad de Zaragoza y el Instituto Aragonés de Ciencias de la Salud ha identificado tres perfiles de burnout:

- Frenéticos: son aquellos trabajadores que tienen la sensación de estar sobrecargados, abandonando su vida personal y su salud para atender las tareas laborales.

- Sin desafíos: se sienten indiferentes hacia las tareas que tienen que realizar. No se sienten motivados y tienen en mente cambiar de trabajo. Suele asociarse a profesionales ligados a trabajos de tipo administrativo o burocrático.

- Desgastados: sienten que no controlan los resultados de su trabajo y que no se les reconoce el esfuerzo. Finalmente, optan por ser negligentes y por abandonar sus responsabilidades.

Los tres estadios requieren de un terapeuta que diagnostique el grado y ayude a reorganizar los pensamientos, sentimientos y conductas.

Montero sostiene que el papel de las empresas para prevenir este síndrome es esencial, ya que muchas veces se debe a la falta de organización de la propia compañía. “Estilos de mando excesivamente rígidos que no permiten al trabajador tomar decisiones, horarios poco flexibles o formas inconsistentes de premiar o castigar el esfuerzo son algunas de las dinámicas que deben analizarse y modificarse”, asegura el psicólogo. Una de sus recomendaciones es que las empresas integren en sus programas formativos talleres que enseñen a sus empleados herramientas para hacer frente al estrés. El procedimiento a seguir es que un grupo de expertos evalúe el nivel de agotamiento de la plantilla, diagnostique el estado de los trabajadores y ofrezca un tipo determinado de intervención, normalmente basado en técnicas de relajación como el Mindfulness -práctica de origen budista que sirve para tratar problemas a asociados al estrés y al dolor crónico-.

Su última experiencia fue con el grupo Inditex, donde comprobaron que tras dedicar los últimos diez minutos de la jornada laboral a realizar ejercicios de estiramientos, los indicadores de agotamiento de los empleados se redujeron de forma notable. “El capital humano es un valor muy importante de las compañías. A una persona formada que desempeña bien su trabajo, hay que cuidarla”, remarca Montero.

Aunque las personas que sufren este síndrome requieren la intervención de un terapeuta para restaurar sus pensamientos, emociones y conductas, este especialista recomienda seguir estas pautas:

Reducir los niveles de activación. “Se trata de hacer higiene a nivel de carga de trabajo”, señala Montero. Si en la oficina es complicado disminuir las tareas, hay que buscar un momento del día para dedicarse al ocio, tanto a practicar deporte como a hacer vida social para no tener la sensación de soledad y aislamiento. Este punto también implica cambiar los esquemas mentales. “Hay mucha gente que cree que si no hace las cosas perfectas no están bien hechas. Hay que enseñarles que los resultados no dependen únicamente de ellos. Otros piensan que no se valora su esfuerzo y que hagan lo que hagan cobrarán lo mismo a final de mes. Esa es una respuesta de adaptación al estrés que provoca que de manera inconsciente vayan reduciendo su nivel de implicación”, explica.
Llenar de significado el trabajo. Consiste en identificar nuevas metas y desafíos. El modo de conseguirlo es abandonar la conducta de hacer las tareas de forma rutinaria y hacerlas de manera consciente. “A través de técnicas como el Mindfulness se desarrolla la atención plena que permite ser consciente de lo que se hace en cada momento y centrarse solo en eso”.

Disfrutar con el mero hecho de hacer bien las cosas. Esperar únicamente gratificaciones económicas al final de mes es un error. “Aprender a sentirse satisfecho con un trabajo bien hecho es crucial, entender que las recompensas nunca van a ser al 100% porque no existe la perfección”, detalla Montero.

En España no existen datos del nivel de burnout entre los trabajadores. El grupo de investigadores de la Universidad de Zaragoza y el Instituto Aragonés de Ciencias de la Salud publicó en 2011 un estudio que señala que el 30% de los profesores de primaria de las escuelas públicas aragonesas podría sufrir el síndrome, un porcentaje que en el caso de los docentes de secundaria podría superar el 40% y en el de los empleados de las universidades -personal administrativo, investigadores y profesores- podría rondar el 18%. “El diagnóstico no es fácil. En España hay muy pocos psicólogos especializados en burnout. Todavía queda mucho por investigar”, apunta Jesús Montero.


II

Ana Torres Menárqguez, "Calentar la silla no es productivo" El País, 17 FEB 2015:

Pese a las políticas de conciliación, los trabajadores hacen más horas por la presión de los jefes y la cultura del presentismo en España. Los horarios flexibles aumentan hasta un 19% la productividad.

En los países nórdicos a las 17.00 horas se apagan las luces de la oficina. Si alguno de los empleados sigue ocupando su silla, debe tener un motivo de peso. La jornada laboral está programada para trabajar de forma intensiva y obtener a cambio un equilibrio entre la vida personal y la profesional. En España ya se han empezado a instaurar los horarios flexibles, que dan un margen de varias horas tanto en la entrada como en la salida, también funciona el trabajo a tiempo parcial o el remoto desde casa. Pero a diferencia de lo que sucede en países como Noruega, se sigue valorando el presentismo. Pasar largas horas frente al ordenador está bien visto.

“Muchas empresas del IBEX 35 tienen políticas de conciliación, pero no siempre se cumplen”, opina Esther Jiménez, investigadora del Centro Internacional Trabajo y Familia de IESE Business School. Tras haber realizado un estudio en 23 países de África, Asia, Europa y América Latina con más de 30.000 personas, una de las conclusiones es que en una misma compañía unos departamentos fomentan la conciliación y otros no; depende de los jefes y no del protocolo aprobado. “Se crean entornos contaminantes en los que los trabajadores sufren mayores niveles de estrés, tienen mayor intención de dejar la empresa y baja su productividad. Todo como respuesta a las exigencias de sus superiores”, señala Jiménez. Por el contrario, según esta investigación, el rendimiento se incrementa un 19% en entornos laborales que promueven la flexibilidad.

Uno de los retos en España es conseguir que las compañías implanten “horarios racionales”, que implican flexibilidad en el acceso y la salida, un máximo de 45 minutos para comer y que la jornada no finalice más tarde de las 17 horas, defiende Ignacio Buqueras, presidente de la Comisión Nacional para la Racionalización de los Horarios Españoles. Estas medidas aumentan la productividad entre un 11 y un 15% y reducen considerablemente los gastos de las empresas (entre ellos el energético), según las estimaciones de este organismo. “El presentismo está muy arraigado a nuestra concepción del trabajo. Es un gran error y debería ser reemplazado por prácticas que promuevan la eficiencia”, destaca.

Pero más allá de las buenas intenciones de las empresas, está la cultura laboral, y el hecho de abandonar la oficina después que el jefe es un hábito difícil de esquivar. Un ejemplo de ello es lo que le sucedió al estudio de arquitectura noruego Snohetta en 2005. La apertura de una sede en Nueva York y su intento por implantar su modelo se dio de bruces contra el modus operandi de los estadounidenses. El horario de 9 a 17 horas no casaba con su estilo de vida; estaban acostumbrados a entrar más tarde, hacer largos descansos para comer y marcharse después de las ocho de la tarde, siempre después que su responsable. Los gerentes insistían para que se ciñeran al horario noruego pero no había forma, relata la investigadora Elin Kvande, que estudió el caso de esta empresa y lo presentó en la Nordic Working Life Conference, organizada en 2012 por el centro nacional de investigaciones sociales danés.

El equilibrio entre el trabajo y la vida familiar es básico para esta compañía noruega y por ello sus empleados gozan de cinco semanas al año de vacaciones. Algo que levantó ampollas entre sus trabajadores al otro lado del Atlántico y que finalmente se calmó con un pacto: solo descansarían tres semanas y por ese motivo cobrarían más que el resto de sus compañeros de la sede escandinava.

Buenas prácticas para la conciliación:

Promover horarios inteligentes. Reducir los periodos de descanso (desayuno, almuerzo y comida) y adelantar el final de la jornada. 

Flexibilizar el horario de entrada y salida e implantar jornadas intensivas.

Formar a los directivos en liderazgo flexible. El directivo líder inspira confianza y construye vínculos fuertes y estables con la gente de la empresa. Lidera una cultura empresarial que tiene en cuenta el bienestar de las personas.

Potenciar el talento de las mujeres. "El mundo empresarial está dominado por valores masculinos y una visión rígida y cortoplacista de la empresa. Es necesario valorar la incorporación de la mujer a puestos directivos”, señala Esther Jiménez, investigadora del Centro Internacional Trabajo y Familia de IESE Business School. “La mujer es más dada al trabajo en equipo, utiliza más el lado derecho del cerebro y por lo tanto tiene mayor capacidad de conexión con las emociones. El hombre utiliza más el izquierdo y es más sistemático”, explica en relación al libro Cerebro de mujer y cerebro de varón, de Natalia López Moratalla, catedrática de la Universidad de Navarra.

Armonizar los horarios españoles con los de los países europeos.

Conceder ayudas para guarderías.

Estos consejos han sido proporcionados por Esther Jiménez, investigadora del Centro Internacional Trabajo y Familia de IESE Business School..

En España compañías como Iberdrola han dado un paso al frente en cuanto a la racionalización de horarios. En 2008 acordó con su plantilla, unos 9.000 trabajadores, universalizar la jornada intensiva y trabajar de 7.15 a 14.50 con 45 minutos de flexibilidad a la hora de entrar o salir. Según datos de la propia empresa, han mejorado la productividad; ganado más de medio millón de horas de trabajo al año; reducido en un 20% el absentismo y un 16% los accidentes laborales.

Otras más pequeñas, como Grupo17 (1.000 trabajores), dedicada a la prevención de riesgos laborales, también se han puesto las pilas. Hace cuatro años establecieron para algunos de sus empleados el teletrabajo, disponen de una hora para comer y de 45 minutos de margen tanto a la entrada como a la salida. A las 18 horas todos están fuera. La productividad de los empleados ha aumentado un 30%. “Los trabajadores saben que pueden contar con la empresa. Les escuchamos y si tienen motivos para llegar dos horas más tarde, no les pedimos justificantes”, explica María Jiménez, gerente del grupo.

En compañías como la consultora tecnológica Neoris, con más de 3.500 empleados en todo el mundo (750 en España), los horarios no son fijos; ya hace tiempo que se mide a los trabajadores por objetivos. “Hay muchas empresas en las que nadie ficha. Importan los resultados y se incentiva la autogestión”, asegura el vicepresidente de la compañía en Europa, Oriente Próximo y África, Pedro Irujo. Ahora están volcados en el “bienestar” de su plantilla y les pasan encuestas para medir su grado de satisfacción con los jefes, la luminosidad de sus lugares de trabajo, el ruido o el salario. Su intención es que sus empleados sientan que se preocupan por ellos. “Ya lo dijo Napoleón, un soldado motivado vale por tres”, añade Irujo.


Además, han contratado una serie de servicios para “hacerles la vida más fácil”, como uno de lavandería en la misma sede, o los conocidos tiques guardería o restaurante, con los que la empresa paga en especies y los trabajadores tributan menos IRPF. “Programamos actividades fuera de la oficina como carreras para fomentar el team building (trabajo en equipo). En el ambiente laboral se está más cohibido. Al salir, se habla de otros temas, se crea compañerismo y se confía”. No hay retorno económico. “Es una inversión en la felicidad de los trabajadores”, zanja.

jueves, 7 de mayo de 2015

Los estudios y carreras con menos paro



Manuel V. Gómez, "¿Cuáles son los estudios con menos paro? ¿Y los que más?" en El País, 7-V-2015:

Los matemáticos son el colectivo menos afectado por el desempleo (5,7%). El paro se dispara entre quienes solo tienen formación básica (30,9%)


Los matemáticos y los estadísticos son lo que menos sufren el alto paro que hay en España. Apenas un 5,7% de este colectivo está desocupado, según las variables de la submuestra de la encuesta de población activa divulgada el INE correspondiente a 2014. Tras ellos, el grupo de gente dedicado a los servicios de seguridad, cuya tasa de paro se sitúa en el 7,45%.

Ambos colectivos, catalogados por el INE según su nivel de formación, son los únicos que tienen una tasa de desempleo por debajo del 10%. A partir de ahí todos superan esta cota. Primero los que tienen formación en Derecho, con un 10,63%, y luego dos grupos vinculados a la sanidad: veterinarios (10,65%) y salud (12,18%).

El análisis de estas variables incide en una de las tendencias más observadas durante la crisis: los colectivos menos formados son los que más sufren el desempleo. Así el grupo que tiene una formación básica, sin más, tiene un paro del 30,89%, y en un grupo indefinido, que no tiene una formación definida, el porcentaje se dispara hasta el 39,25%.

La gran magnitud del colectivo con una formación básica, 23 millones de los 38 que analiza la EPA (16 años o más), explica que la tasa de paro media se sitúe en el 23,8%. La mayoría de colectivos segregados por formación tienen tasa de paro inferiores, solo quienes tienen formación vinculada con el ladrillo, como los arquitectos, superan este porcentaje (23,5%).

Del lado del empleo, la foto de 2014 es muy parecido. Los veterinarios son los que tiene una mayor tasa de empleo (porcentaje perteneciente al colectico con trabajo), un 80,48%. Tras ellos, aparecen los matemáticos con un 78,64% y los informáticos, un 76,95%.

Tampoco hay mucho cambios cuando se trata de la tasa de actividad (el porcentaje de gente de una sociedad que tiene empleo o lo busca). En este caso, son los informáticos quienes si sitúan en cabeza con el 90,43%, seguidos de veterinarios (90,07%) y quienes se dedican a la protección del medio ambiente (89,6%).

De nuevo quienes tienen una formación básica vuelven a situarse en la parte más baja de la tabla, con un 49,35%. Un poco por encima de ellos, los dedicados al transporte (68,03%) y a la seguridad (68,5%).

Los datos están extraídos de las llamadas variables de submuestra de la Encuesta de Población Activa (EPA), que elabora el Instituto Nacional de Estadística (INE). Una de las novedades introducidas en los cambios metodológicos de la EPA en 2005 fue la utilización de una submuestra de la Encuesta, distribuida a lo largo de todo el año, con el fin de proporcionar información sobre variables de carácter estructural en media anual. Este sistema de encuesta extendida a una submuestra para cubrir una serie de variables adicionales a las investigadas cada trimestre, se denomina sistema de submuestra y las variables adicionales estructurales obtenidas, variables de submuestra.

Lo que se hace es proporcionar datos en promedio anual obtenidos a partir de una parte de la muestra de la Encuesta. El fichero de submuestra tiene un menor número de registros que los ficheros trimestrales de la EPA. Aproximadamente consta de 40.000 hogares entrevistados, frente a los 60.000 de la muestra trimestral.

martes, 5 de mayo de 2015

Trucos para mejorar el currículum escrito

El artículo original, con otros útiles enlaces, está aquí:

Lucía Vega, "Diez trucos (gratis) que te ayudarán a encontrar trabajo", en El País, 5 de mayo de 2015:

En un escenario laboral deprimido, la clave para tener éxito es diferenciarse de los demás

Más de cinco millones de personas están oficialmente en el paro. Una cifra aún más dolorosa porque detrás de su magnitud se esconden amigos, familiares o conocidos, cada uno con una historia y un proceso de superación. En un escenario laboral tan deprimido y con tanta competencia entre candidatos, la formación y la experiencia ya no suficientes por sí solas para encontrar empleo. La clave para tener éxito es diferenciarse de los demás. ¿Cómo? Armándose de paciencia y siguiendo unos consejos sencillos (y gratuitos) que nos ayudarán a conseguir nuestro objetivo.

1. Capta la atención con tu currículo
El currículo sigue siendo la piedra angular a la hora de buscar trabajo. Procura que sea breve y usa frases cortas y sencillas. Lo mejor sería negro sobre blanco, en formato PDF y con la información de contacto en cada página. Esto es lo que aconseja el jefe de recursos humanos de Google, Lazlo Bock, que publicó en su perfil de LinkedIn las claves que considera imprescindibles para redactar un CV de éxito. Bock sugiere que utilicemos una hoja cada 10 años de experiencia profesional y alerta que mentir —por ejemplo acerca del conocimiento de los idiomas— es un arma de doble filo porque tarde o temprano la empresa nos pillará. Además, aconseja que alguien de confianza revise nuestro CV, ya que las faltas ortográficas son razón automática para descartar al candidato. Para terminar, no debemos limitarnos a la simple descripción de las funciones que hemos desarrollado, sino incluir nuestros logros, como el haber aumentado las ventas de nuestro departamento o el número de contratos que firmó la empresa gracias a nuestro trabajo.

En el currículo, hay que utilizar una hoja cada 10 años de experiencia profesional
Una vez que el CV esté listo, la consultora Adecco sugiere que lo adaptemos a las expectativas de la empresa, y que preparemos currículos personalizados para cada compañía a la que decidamos enviarlo.

2. Cuida las redes sociales
Uses las redes sociales que uses, estas se convierten en tu escaparate: la mayoría de las empresas cuenta con una página propia en las plataformas online y hurga en los perfiles de los potenciales candidatos para encontrar información adicional. Según el informe Búsqueda de empleo y reputación digital en la era 3.0, elaborado por Adecco e Infoempleo, más del 73% de los profesionales de recursos humanos utiliza estas herramientas para reclutar talento.

Para tener éxito en tu búsqueda, empieza con crear un perfil profesional en las redes claves: LinkedIn es la mejor valorada tanto para empresas como para candidatos, pero Facebook y Twitter están ganando terreno. Utiliza una foto formal pero no demasiado seria y descríbete de manera original para destacar sin caer en la extravagancia. Mantén tus perfiles actualizados y agrega a amigos y conocidos, así como a empresas y profesionales que no conoces personalmente pero que encajan con tu perfil y tu búsqueda. Por último, ponte a interactuar: participa en conversaciones, comparte tus experiencias profesionales, publica tus logros. Más te expones, más visibilidad tendrás.

3. Escribe un ‘blog’ y crea reputación ‘online’
Escribir un blog es una oportunidad de darnos a conocer, crear un espacio que muestre lo que podemos llegar a hacer profesionalmente y que pueda marcar un plus en un proceso de selección. Para empezar, elige un tema que te apasione y escoge un dominio atractivo y fácil de recordar. Busca una plataforma gratuita, como por ejemplo wordpress.com, weebly.com o blog.com y publica posts por lo menos tres veces a la semana, acompañados por fotos e infografías —con herramientas gratuitas como por ejemplo canva.com o piktochart.com—. Crea listas de lo más leído y expresa tu opinión, ya que el objetivo es crear una marca personal que te distinga de los demás.

4. Amplía tu ‘networking’
El networking es un anglicismo que se refiere a mantener, conservar y ampliar la red de contactos profesionales. El libro Red de Contactos: Consejos, ideas y trucos para conseguir empleo en 2015, publicado por Infojobs, explica que la mayoría de las ofertas laborales están ocultas, es decir, no están publicadas en ningún sitio. Por eso, cuanta más gente sepa que estás buscando una oportunidad laboral, más fácil será conseguir tu objetivo.

Antes de empezar, debes de tener claro tu propósito para poder “venderte” de la mejor manera con todos los potenciales reclutadores. Elena Huerga, autora del libro Encuentra tu trabajo en 12+1 pasos. Siente una vocación, crea tu proyecto, aconseja que vayamos a tomar un café con dos profesionales distintos y generemos cinco contactos en las redes cada semana, tanto personales como profesionales. Para Bernard Marr, influencer y experto en Big Data, hay que presentarnos de manera profesional y atractiva sin caer en los típicos clichés como “orientado a los objetivos” o “motivado” y publicar un post en las redes todos los días —para luego reducir la frecuencia a dos veces por semana—, además de participar en los grupos de conversación relacionados con nuestro sector. Por otro lado, una opción gratuita para conocer gente nos la dan todos los eventos relacionados con nuestro sector, como charlas, conferencias, congresos y cursos, que a menudo son gratuitos o tienen un precio simbólico. En estas ocasiones, no te levantes y te vayas nada más salir, preocúpate por conocer al que tiene los mismos intereses que tú. Puedes obtener información muy valiosa sobre qué se mueve en tu zona.

5. Organiza una búsqueda multicanal
Enviar el currículo es el modo más tradicional de buscar empleo. Departamentos de recursos humanos de las empresas que nos interesen, consultoras como Randstad o Adecco, y portales como infojobs.net o monster.es serán nuestro primer objetivo. En otra liga se mueven las compañías de headhunting, como Korn Ferry International, que encontró a Pablo Isla para Inditex, o Alemany&Partners, empresas especializadas en perfiles muy específicos, principalmente para puestos directivos.

Por otro lado, habrá que dejar el currículo a la persona adecuada. Tanto si se entrega físicamente como si se envía por correo electrónico no vale dejarlo en la puerta de la empresa. Busca al responsable del área donde te gustaría trabajar, a través de tus contactos o de las redes. Esas son las manos en las que debe caer tu CV para aumentar tus posibilidades de éxito.

6. Mejora tu oratoria
Todos hablamos y nos comunicamos, pero la mayoría tenemos mucho margen de mejora, sobre todo a la hora de una entrevista de trabajo. Recuerda que los profesionales de recursos humanos privilegian respuestas cortas y precisas, no les gustan las expresiones rotundas, como “jamás” o “nunca”, ni las muletillas, que son señal inseguridad. Si crees que necesitas formarte sobre el tema, existen libros —como la Guía práctica de oratoria de Jürg Studer—, cursos y talleres ofrecidos por diferentes entidades —por ejemplo los de la Escuela Europea de Oratoria—, o vídeos en YouTube ya listos para ayudarte.

7. Prepara una entrevista estándar
En todas las entrevistas hay preguntas típicas. Ser obvio y previsible no nos beneficia, por eso se recomienda tener respuestas preparadas, sobre todo por si nos quedamos en blanco o los nervios nos impiden pensar con claridad. En el informe de la Fundación Adecco 15 consejos para buscar empleo, se recomienda documentarse sobre la empresa antes del gran día y preparar respuestas a preguntas clave como “¿por qué quieres trabajar aquí?”, “¿qué aportarías a la empresa?”, “¿por qué deberíamos elegirte?”. Lo mejor sería practicar ante algún amigo o familiar y repasar bien nuestro currículo para poder contestar rápido y seguro por si nos piden alguna aclaración sobre nuestra trayectoria laboral.

Durante la entrevista, cuida el lenguaje no verbal e intenta mirar siempre a los ojos el interlocutor
Durante la entrevista, habrá también que cuidar el lenguaje no verbal. Desde Adecco sugieren mirar siempre a los ojos, saludar con firmeza al dar la mano y evitar cerrar los puños, señal de nerviosismo. No habrá que gesticular demasiado, pero tampoco estar parado del todo, ya que daría una imagen antinatural. De la misma manera, hay que evitar tocarse el pelo a menudo y tendremos que entrar a la sala de la entrevista con la cabeza alta y los hombros rectos. Todos estos pequeños trucos transmitirán seguridad y confianza hacia nuestro interlocutor.

8. “Repasa” tus aficiones
Las referencias a libros, películas o música son algunos clásicos que pueden salir en una conversación. Aunque se trate de temas más frívolos, puede que los reclutadores te pregunten acerca de ellos para descifrar tu personalidad. Por eso, ten en mente qué quieres contestar y no mientas, para que no se lleven una imagen equivocada.

9. Sigue la actualidad
Consume actualidad en el formato que más te guste, pero entérate de lo que pasa. Te vendrá bien para entablar conversaciones donde dejar patente que estás enterado de lo que pasa, que tienes opiniones propias y juicios de valor. Por otra parte, infórmate sobre las noticias del sector donde te gustaría trabajar, ya que pueden darte pistas sobre adónde enviar tu currículo.

10. Prepara tu “uniforme” de entrevista
Cada trabajo tiene unos estándares a la hora de vestir y a la hora de acudir a una entrevista hay que tenerlos en cuenta. Informarte sobre lo que se requiere es importante: si optas a un puesto en una entidad bancaria seguramente acertarás con una vestimenta más formal, como un traje, mientras que si la entrevista es en una agencia de publicidad deberás optar por algo más relajado, pero nunca informal. La Fundación Adecco recomienda colores neutros y líneas sencillas, adonde la empresa pueda “pintar su propia identidad corporativa”.

sábado, 1 de octubre de 2011

Información sobre qué se entiende por acoso laboral


El acoso y la mala organización empresarial

El Gobierno ha definido el acoso moral al trabajador de la Administración Pública en un nuevo protocolo. Constituye acoso cuando se da alguna de estas circunstancias:

- Dejar al trabajador de forma continuada sin ocupación efectiva, o incomunicado, sin causa alguna que lo justifique.

- Dictar órdenes de imposible cumplimiento con los medios que al trabajador se le asignan.

- Ocupación en tareas inútiles o que no tienen valor productivo.

- Adoptar acciones de represalia sobre los trabajadores que han planteado quejas, denuncias o demandas frente a la organización, o frente a los que han colaborado con los reclamantes.

- Insultar o menospreciar repetidamente a un trabajador.

- Reprenderlo reiteradamente delante de otras personas.

Una mala organización laboral puede estar relacionada con el acoso. Estas son algunas claves, según CC OO.

- La falta de definición de los objetivos, autonomía y responsabilidades en el ejercicio de nuestro trabajo y la falta de adecuación de la información que tenemos para hacerlo.

- El diseño de puestos de trabajo que implican un reducido o inexistente margen de decisión y autonomía respecto al contenido y a las condiciones de trabajo.

- La inseguridad en las condiciones de trabajo (temporalidad, distribución irregular de jornada, salario variable).

- La exigencia de hacer tareas que entran en conflicto con las normas y valores profesionales y personales.

- La competitividad como forma de relación entre compañeros frente a potenciar el apoyo y el refuerzo del trabajo.

- El diseño de puestos de trabajo aislados o que imposibilitan la relación con los compañeros.

- La ausencia de capacitación para gestionar personas y de preocupación por la salud y el bienestar en el trabajo de directivos, mandos intermedios y encargados también puede estar relacionada.

domingo, 22 de febrero de 2009

Responsables de la burbuja inmobibliaria

¿Quién es responsable de la burbuja inmobiliaria?

Los gobiernos del PP y el PSOE han fallado en un asunto crucial: preservar a los ciudadanos de desmanes económicos que se llevan por delante sus ahorros, su empleo y su prosperidad

MANUEL ARELLANO / SAMUEL BENTOLILA El País, 22/02/2009

Resulta que una generación de españoles va a perder sus ahorros porque los ha dedicado a comprar viviendas cuyo precio se está desmoronando. Así que no podremos contar con lo que esperábamos para la vejez y para nuestros hijos. Y muchos se han endeudado tanto que ahora no pueden hacer frente a sus obligaciones. Resulta además que nos hemos especializado en ser albañiles, fontaneros, electricistas, camioneros, cristaleros, fabricantes de puertas, vigas, grúas, baldosas o lavabos, aparejadores, vendedores de hipotecas, tasadores, registradores y un sinfín de ocupaciones relacionadas con la construcción; y que ahora nuestra experiencia laboral ya no vale y tendremos que dedicarnos a otra cosa.

Sería conveniente reducir la desgravación a la vivienda en el IRPF

Hay que aumentar las inspecciones sobre empresas y transaccionesResulta además que el milagro económico español era un espejismo, porque nos hemos dedicado a construir casas que no habríamos querido construir de haber sabido lo poco que iban a valer en el futuro. Una casa sólo vale para vivir en ella, y si nadie quiere hacerlo, entonces no vale nada. Hemos comprado pisos que están cerrados o a los que vamos unos cuantos días al año, no porque tuviéramos grandes deseos de consumir viviendas, sino porque pensábamos que eran una reserva de valor para el futuro.

Resulta además que nuestros bancos y cajas se han dedicado a prestar a empresas promotoras y constructoras, y que muchas de éstas ahora no pueden devolver los préstamos, lo que podría llevar a la quiebra a los bancos y las cajas si es que pudieran quebrar. Resulta además que nuestros ayuntamientos han disfrutado de unos ingresos insostenibles gracias a las recalificaciones de terrenos y que los dispendios a los que nos han acostumbrado se acaban.

Resulta además que los coches que hemos comprado en realidad no los podíamos comprar porque éramos menos ricos de lo que creíamos. Y de ahí a una completa distorsión del tejido productivo.

Finalmente, en cuanto este tipo de actividad insostenible se ha parado, la economía ha entrado en recesión. Para contribuir a entender un desvarío de consecuencias tan negativas, es necesario revisar la senda que han seguido los precios de la vivienda en España, sus causas, su predictibilidad y lo que podría haberse hecho para evitarla.

El crecimiento del sector de la construcción

El crecimiento de la construcción total ha sido altísimo, del 5% al año en 1996-2007. Entre 1998 y 2007, el parque de viviendas creció en 5,7 millones, casi el 30%. En el tercer trimestre de 2007, la construcción suponía el 13,3% del empleo total, muy por encima, por ejemplo, del 6,7% de Alemania o del 8,5% del Reino Unido.

Varios factores han estimulado la demanda de viviendas. Destacan la expansión económica (en parte debida al propio boom inmobiliario) y la consiguiente caída del desempleo, y la reducción de los tipos de interés hipotecarios tras la integración en el euro, del 11% en 1995 al 3,5% en 2003-2005, que a menudo eran negativos tras descontar la inflación. Además, la competencia bancaria ha facilitado el acceso y mejorado las condiciones del crédito hipotecario. También ha aumentado el número de hogares, en especial debido a una entrada masiva de inmigrantes, de alrededor de 4,2 millones entre 1996 y 2007. Por último, ha crecido la compra de inmuebles de familias no residentes, en una magnitud difícil de calcular.

La oferta respondió a la mayor demanda, como muestran los datos anteriores, pero no pudo satisfacerla completamente, lo que dio lugar a grandes subidas de precios de la vivienda: de una tasa de inflación anual del 1% en 1995-1997 se pasó al 18% en 2003 y 2004. En media, entre 1995 y 2007, la inflación de la vivienda fue casi del 10% anual.

En realidad, en la medida en que los agentes tengan expectativas de incrementos futuros de los precios de la vivienda y la demanda se vea influida positivamente por ellas, durante un tiempo es posible observar una espiral de crecimiento de la demanda, la oferta y los precios.

¿Ha habido una burbuja especulativa?


Una burbuja se caracteriza por la presencia de altos volúmenes de transacciones a precios muy distintos del valor económico fundamental. No es fácil de identificar, por la dificultad para calcular bien este último valor. A menudo, la identificación se realiza a posteriori, tras un colapso brusco de los precios. No obstante, en el mercado inmobiliario, por su escasa liquidez, ese colapso es más lento que en los mercados financieros e inicialmente se manifiesta más en las cantidades que en los precios. En España, la venta de viviendas se ha desplomado en 2008, calculándose que a finales del año había entre 650.000 y 1,3 millones de viviendas nuevas sin vender.

En todo caso, la revalorización de la vivienda en España entre 1997 y 2007 ha sido del 191% según The Economist, la segunda mayor de la OCDE y superior a la de países donde no se duda de la existencia de una burbuja, como Reino Unido (168%) o Estados Unidos (85%). En cuanto a la caída, según el INE, en el tercer trimestre de 2007 el precio de la vivienda nueva ha subido un 3,7% en términos interanuales, y el de la vivienda usada ha caído un 11,4%, frente a tasas respectivas de aumento del 9,2% y el 7,5% un año antes. La rapidez y la magnitud de estos cambios apuntan a una burbuja.

Más rigurosamente, los factores fundamentales antes citados (la expansión, los tipos de interés...) no explican por sí solos los precios alcanzados. Las estimaciones disponibles -por ejemplo, las del Servicio de Estudios del Banco de España- indican que los precios observados estaban muy por encima de los niveles justificados por los fundamentos económicos. Esta sobrevaloración se cifraba entre el 8% y el 20% ya en 2003 y entre el 24% y el 35% en 2004. Así, parece claro que una parte significativa de la inflación de la vivienda se ha debido a motivos especulativos: la gente compraba casas como inversión, porque esperaba que se revalorizasen. Además, se consideraban una inversión segura, frente al riesgo de los activos financieros revelado por el desplome de las bolsas de valores de 2002.

Vale la pena señalar que una burbuja no tiene nada que ver con los estados de optimismo o pesimismo colectivos que puedan asociarse con niveles de actividad económica altos o bajos, por la vía de un mecanismo de expectativas autocumplidas. En el caso de una burbuja, los precios no cumplen su función como mecanismo para la asignación correcta de recursos y se producen errores reales. Si la burbuja es grande y duradera, la mala asignación de recursos de ahorradores, empresas y trabajadores puede causar una cuantiosa destrucción de riqueza real.

¿Se sabía que había una burbuja?


Desde 2002, el Banco de España ha alertado sobre la sobrevaloración de la vivienda, aunque ha sido demasiado optimista sobre la probabilidad de que fuera "compatible con una reabsorción paulatina y ordenada", quizá porque temía pinchar la burbuja. En 2003, The Economist estimaba la sobrevaloración en España en el 52%. En 2004, el Fondo Monetario Internacional la situaba en el 20%-30%. Entre los economistas españoles, José García-Montalvo la cifraba en 2003 en un 28,5%, indicando: "En resumen, es muy probable que el mercado inmobiliario español sea una bomba de relojería esperando a ser detonada". No obstante, tanto altos cargos políticos como empresarios negaron repetidamente y hasta fechas recientes que hubiera una burbuja.

¿Eran los responsables políticos conscientes de la burbuja?

El programa electoral del PSOE de 2004 hablaba de apostar "por un nuevo modelo de crecimiento más sólido que el actual". Su candidato a presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, decía: "Como tenemos un modelo económico basado en la construcción y en la hipoteca, las familias españolas están hoy más endeudadas que nunca en su historia". Y el entonces coordinador del programa económico del PSOE afirmaba: "Esa política de alquileres que proponemos (...) evita que la gente, ante un cambio de expectativas, se ponga a vender y se produzca un desplome de precios, lo cual sería catastrófico". Ciertamente, el entonces ministro de economía del PP declaraba: "La verdad es que estamos asentados en un ciclo largo y con pocas incertidumbres. Eso es indiscutible. Y lo importante es que es un modelo duradero".

¿Podría haberse hecho algo para evitar la burbuja?

Atajar una burbuja es más fácil (técnicamente) si se cuenta con la herramienta adecuada: los tipos de interés. Es más difícil si no se tienen, como en España, que los ha dejado en manos del Banco Central Europeo (que durante mucho tiempo los mantuvo demasiado bajos para las necesidades de la economía española). No obstante, pensamos que las siguientes medidas, orientadas a conocer realmente el nivel de precios de la vivienda y a reducir las distorsiones fiscales que hacían artificialmente rentable este tipo de inversión, habrían mitigado la burbuja:

1. Mejorar la información sobre los precios de la vivienda. A diferencia de otros países, en España no existe información sobre precios reales de transacción. Sólo desde 2008 se dispone de datos registrales provenientes de las notarías y sólo en forma de índice, no de valor monetario (quizá por sospechar una infradeclaración en los valores escriturados). Hasta entonces sólo había series oficiales del Ministerio de Vivienda elaboradas a partir de datos proporcionados por empresas que tasan viviendas con cargo a los clientes, a menudo para la concesión de hipotecas. Por motivos obvios, ésta no es una fuente fiable. Y la política informativa oficial ha sido lamentable. Por ejemplo, ese ministerio anunció en octubre de 2004 que suspendía la publicación de datos de precios de la vivienda, aunque luego rectificó. Acto seguido introdujo un cambio metodológico que sesga la medición de los precios a la baja. ¡En la actualidad, este ministerio no ofrece en su página web ningún dato de precios anterior a 2005! Y en ningún momento se intentó que el público fuera consciente de la posible sobrevaloración de la vivienda.

Sin embargo, sería posible contar con información sobre el valor real de las transacciones inmobiliarias, por ejemplo, recabándola en una de las encuestas a los hogares que realiza el INE o llevando a cabo una encuesta específica para ello, y usarla para corregir la medición de precios de los cambios de calidad de la vivienda.

2. Reducir la desgravación a la vivienda en el impuesto sobre la renta, que sesga fuertemente las decisiones de inversión de los hogares hacia la vivienda frente a otros activos y, junto con la ley de arrendamientos, favorece la vivienda en propiedad (81,3% de los hogares en 2005) frente al alquiler. En 2002, el 79,7% de la riqueza bruta de los hogares correspondía a bienes inmuebles, frente al 75,5% de Italia o el 38,4% de Estados Unidos. En 2005, el porcentaje era ya del 80%. En 1998, el Gobierno del PP redujo la altísima desgravación existente, pero después no se ha avanzado por esta vía.

3. Aumentar la presión inspectora sobre las empresas y las transacciones inmobiliarias. Estimaciones recientes sitúan a España entre 2004 y 2005 como el tercer país desarrollado con más economía sumergida (20,5% del PIB), tras Grecia e Italia. Este porcentaje sólo se ha reducido en 2,2 puntos desde 2000. Probablemente una parte importante de la actividad oculta se canaliza a través del mercado inmobiliario. El Sindicato de Técnicos del Ministerio de Hacienda estima la evasión fiscal en el sector inmobiliario en 8.600 millones de euros anuales (alrededor del 0,8% del PIB).

¿Por qué no se intentó atajar la burbuja?En primer lugar, porque la construcción es un sector intensivo en mano de obra, lo que es importante en un país con una tasa de paro estructuralmente alta. En segundo lugar, porque un aumento del valor de la vivienda favorece al votante mediano, que es propietario de su vivienda. Y en tercer lugar, porque el sector inmobiliario genera cuantiosos ingresos fiscales para el sector público, a los niveles nacional, autonómico y municipal. Por ejemplo, en 2004 suponía el 60% del presupuesto (excluyendo pasivos y transferencias corrientes) de la ciudad de Valencia y el 50% del de Madrid.

El Gobierno del PP se equivocó con su ley de liberalización del suelo de 1998. Creía que con más suelo aumentarían las viviendas y bajarían los precios. Craso error. Se compraban y se construían viviendas no porque fueran baratas, sino porque eran caras y se tenían expectativas de que lo fueran aún más en el futuro. Así, la ley del suelo echó leña al fuego de la burbuja, desencadenando una frenética actividad recalificadora gracias a la cual los gobernantes locales veían llenarse las arcas municipales (cuando no sus propios bolsillos).

Por su parte, los intentos del Gobierno del PSOE de fomentar la vivienda protegida y en alquiler y su nueva ley del suelo de 2007 han sido totalmente ineficaces. En realidad se ha limitado a cabalgar la burbuja hasta sus últimos estertores.

En definitiva, ambos Gobiernos han fallado en un asunto crucial: preservar a los ciudadanos de desmanes económicos que se lleven por delante sus ahorros, su empleo y su prosperidad. Es un fracaso del que se debe aprender para el futuro y por el que procede pedir responsabilidades.

Manuel Arellano y Samuel Bentolila son profesores del El Centro de Estudios Monetarios y Financieros (CEMFI)

jueves, 3 de abril de 2008

No es país para jóvenes

De El País. Esto es lo que espera a nuestros hijos y nuestros jóvenes, a los que no hemos enseñado a luchar unidos por sus derechos; (el sindicalismo no se enseña en los Institutos, pero sí la cultura del consumo). Espido Freire sabe bien de lo que habla cuando habla de mileuristas: hay una enorme conspiración de privilegiados para que la mayoría de la población no se apunte al carro del alto consumo.

Italia no es país para jóvenes

Con más contratos temporales que fijos y los salarios más bajos de la eurozona, los 'mileuristas' italianos serán una de las claves de las elecciones

MIGUEL MORA - Roma - 03/04/2008
Sus historias se parecen: tienen entre 22 y 36 años, ganan entre 500 y 1.200 euros, no tienen derechos, vacaciones, ni coche, no viajan al extranjero, apenas compran libros o van al teatro, muchos estudiaron una carrera pero trabajan en lo que sale. Y la mayoría dice que no sabe a quién votará o ha decidido no hacerlo.

Son los precarios italianos, la energía nueva del país, su esperanza. Escucharlos es zambullirse en la desolación, la explotación, la rabia. Están "desilusionados", "machacados", "resignados", cansados de "una política vieja que no deja paso a nadie", unos "sindicatos falsos y corporativos", y unos "empresarios explotadores e impunes". Rebelados por la falta de alternativas, la mayoría se declara dispuesta a emigrar.


Decididamente, la vieja y bella Italia no es un país para jóvenes. Los sondeos dicen que van a votar mayoritariamente a Berlusconi, que el voto a la derecha crece cuanto más joven y más pobre. Resulta misterioso, porque después de hablar con unos 50 precarios de Milán, Nápoles, Roma, Perugia y Cagliari, ninguno admite votar al PDL.

Eleonora, romana de 27 años, licenciada en marketing y "muy parada", voluntaria en la lista de Francisco Rutelli a la alcaldía de Roma, cuenta que tiene una amiga que "vota a Berlusca". "Es que gana 1.500 euros", aclara riendo, "no está de moda como yo, ella no es precaria".

Palabras santas, Toda la vida por delante. Dos títulos cinematográficos confirman que la precariedad está de moda. El segundo es una comedia negra de Paolo Virzì que se acaba de estrenar. Parole sante es un demoledor documental, realizado en 2007 por Ascanio Celestini con los protagonistas de la primera (y última) revuelta de los precarios que trabajaban en Atesia, el call center más grande de Italia y el octavo del mundo (300.000 llamadas diarias).


Uno de los miembros de ese colectivo es Christian. Tiene 36 años, se licenció en Sociología, habla tres idiomas y trabajó seis años como operador en Atesia. Hoy está en paro. "Dejé el trabajo y no encuentro otro. Después de la rebelión, en marzo nos ofrecieron un contrato fijo de 550 euros por cuatro horas diarias si renunciábamos a todos los derechos. Preferí irme".

Con él están Maurizio, de 29 años, que sí firmó y ya lleva seis años en la empresa. Y Rosanna, que después de tres años ha dejado la polémica sociedad, participada por Almaviva y Telecom (socio italiano de Telefónica): "No teníamos libranzas, seguro, maternidad, vacaciones. Firmar significaba ganar 550 euros para siempre", explica.

El gran call center, situado en Cinecittá, ocupa a 3.300 trabajadores. "Cuando abrió, a finales de los noventa, éramos 6.000. Pagábamos un alquiler por usar las cabinas", recuerda Christian, "y cobrábamos a comisión, por una llamada de 2,40 minutos te daban 80 céntimos. Si no llamaba nadie no cobrabas, y si la llamada duraba 10 minutos, te daban igual 80 céntimos".

Todo ilegal, según la inspección de trabajo, que consideró ficticia la figura del colaborador autónomo, un truco de la empresa para evadir impuestos por valor de cientos de millones. "Telecom recurrió, la izquierda impuso los llamados contratos cococó (colaborador coordinado y continuado), luego llegó la derecha, promulgó la Ley 30 y santificó que éramos autónomos: cero derechos", dice Maurizio.


El colectivo denunció, hizo huelgas y manifestaciones. No las suficientes. "Cuando la izquierda volvió al poder, condonó la deuda a Atesia", dice Christian. "Los sindicatos firmaron. La empresa se ahorró el dinero, despidieron a mil personas y nos ofrecieron volver con peores condiciones. Fin de la historia".

El caso es la punta de un iceberg silencioso y masivo. Italia tiene más contratos temporales que fijos, los salarios más bajos de la zona euro, el récord europeo de evasión fiscal. Más de cuatro millones de personas trabajan en negro o en situación irregular, y la economía subterránea genera el 17% del PIB, según los sindicatos. La precariedad alcanza a todos los sectores y edades: comunicación, agricultura, construcción, ayuda social, sanidad, universidad, administraciones públicas, comercios.

Los precarios no tienen sindicatos, son carne de cañón, mano de obra europea y cualificada a precios del Tercer Mundo. Gente sin presente, atada a trabajos parcos, a una vida parca. Maurizio: "Otros países reaccionan, aquí estamos rincoglioniti [atontados]". Christian: "La izquierda y la derecha han puesto a las empresas por encima de las personas. Trabajas, pero vives bajo el nivel de la pobreza. Para competir, percibes al de al lado como un rival. Nuestro colectivo, en su momento álgido, tuvo 100 personas. Y ha sido el más significativo".

"La cosa está para pedir asilo político", resume Rosanna, licenciada en Psicología clínica, precaria doble por ser mujer. "A los 33 años comparto piso, no puedo tener hijos, viajar es una fantasía, sólo voy a Nápoles a ver a mis padres. Estoy rodeada de mediocridad, metida en la gran trampa del no pensamiento. Y todos son cómplices de esto: las mafias, la Iglesia, los empresarios, los políticos de la bella retórica".

Hay muchas historias parecidas: Giulia, arquitecta; Alessia, secretaria; Ottavia, actriz; Melania, relaciones públicas; Daniela y Alessandra, trabajo social con los gitanos eslavos en Scampia. La precariedad está de moda: los políticos hablan de ellos, "nos prometen mar y montaña", dice Eleonora. Son los apestados favoritos: un ingente vivero de votos indecisos. Una vez voten, ¿seguirán teniendo voz?

Sueldos precarios

- Mario, 45 años, profesor universitario en Roma: 1.400 euros netos.- Giulia, arquitecta técnica, 25 años, relaciones públicas en Roma: 500 euros (jornada de 9 horas).- Filippo, 25 años, licenciado en Ciencias de la Comunicación, asistente de publicista en Milán: 1.000 euros brutos.- Alessia, 37 años, licenciada en Psicología, secretaria en Roma: 1.100 euros.