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viernes, 8 de septiembre de 2017

Robots telefónicos

Daniel Polani, “Hola, le atiende un robot sin sentimientos ni empatía”, El País, 8 de septiembre de 2017:

La sustitución de personas por máquinas en la atención al consumidor es una mala noticia para los usuarios

En los tiempos que corren es cada vez más difícil tener una conversación telefónica con una persona de carne y hueso. Casi cada vez que necesitas hablar con el banco, con el médico o con cualquier otro servicio, lo más probable es que te dé la bienvenida un ayudante automatizado aparentemente pensado para evitar que hables con alguien que realmente trabaje para la empresa. Este estado de cosas podría empeorar en breve debido a la generalización de los chatbots.

Los chatbots son programas de inteligencia artificial empleados a menudo en aplicaciones o en servicios de transmisión de mensajes. Están diseñados para contestar a las preguntas de la gente como en una conversación en vez de limitarse a darle indicaciones para que encuentre información, como hacen los buscadores. Empresas como Uber, Lufthansa y Pizza Express ya los utilizan para responder a las consultas de los clientes y anotar reservas, y muchas otras están en camino de hacerlo.

Estos agentes virtuales tienen la capacidad de mejorar algunos aspectos de la atención al cliente, y desde luego, son más fáciles de utilizar que los sistemas telefónicos automatizados a los que les cuesta entender hasta tus datos personales básicos. No obstante, también son un obstáculo más que separa a los usuarios de un ser humano capaz de dar verdaderas respuestas a preguntas difíciles, y ‒algo fundamental‒ de mostrar la compasión y la buena disposición que suelen ser la base de un servicio de atención al cliente de calidad. Es posible que los chatbots sean los responsables de que los clientes y las empresas lo descubran a base de tropiezos.

Para muchas compañías, automatizar el servicio de atención al cliente, o al menos parte de él, es una idea tentadora. De este modo no solo se logra reducir la exposición de los empleados a muchas de las situaciones desagradables propias de este trabajo, sino que también se ayuda a cribar numerosos problemas corrientes o sin importancia antes de que sea necesaria la atención, más cara, de una persona. Esto podría facilitar que las empresas redujesen sus costes, al tiempo que serviría para calmar a los clientes que únicamente necesitan soluciones sencillas a los problemas habituales.

Sin embargo, sustituir a los empleados humanos por otros artificiales no es tan sencillo. Para empezar, a pesar de los avances verdaderamente asombrosos en el reconocimiento y la traducción automáticos, el lenguaje, con todas sus variantes y errores, sigue siendo un asunto peliagudo. Los agentes automatizados todavía son demasiado incompetentes y poco sensibles a él, y en el caso de determinados problemas, sería difícil o imposible comunicarse con ellos.

Buenos, pero no lo suficiente

El talento es la capacidad de lograr buenos resultados, y el dominio, la de resolver una situación más difícil de lo normal. Manejar las situaciones excepcionales es un arte, y a menudo la calidad de un servicio de atención al cliente tiene que ver con los casos inusuales o imprevistos en los que intervienen clientes potencialmente enfadados. Si bien los agentes virtuales pueden proporcionar respuestas a preguntas básicas de manera convincente, la inteligencia artificial aún no es lo bastante hábil para vérselas con los casos atípicos y excepcionales.

Es posible que, al principio, las empresas no lo perciban como un problema, ya que la automatización de la atención introduce una manera de separar a los clientes cuyo servicio requiere un esfuerzo adicional. Solo hay que poner en contacto con un empleado humano a aquellas personas cuyos problemas confunden al robot. Sin embargo, es probable que, al pasar por el frustrante proceso de hablar con un ordenador desconcertado, el cliente se enfade todavía más con el servicio. A la larga, la consecuencia podría ser que este se buscase otro proveedor, en particular si le resulta difícil conseguir que un asistente humano venga en su ayuda cuando el robot es incapaz de hacerlo.

Yo mismo experimenté una variante del tema al intentar pedir un taxi una vez que un tren sufrió una avería. Tenía el número de teléfono de una empresa de la zona y llamé. Me pusieron con un servicio automatizado incapaz de reconocer la dirección de recogida en cualquiera de las modalidades de denominación y expresión que se me pudieron ocurrir.

En los tiempos que corren es cada vez más difícil tener una conversación telefónica con una persona de carne y hueso

Por alguna feliz casualidad, me pusieron con un agente humano, pero, antes de que tuviese tiempo de explicar el aprieto en que me encontraba, este me dijo que me pasaba con el sistema de reservas, y el bucle infernal volvió a empezar. Esta triste historia acabó con una caminata, una afortunada recogida por un taxi negro conducido por una persona en una zona por lo demás absolutamente desierta, y el juramento de que, en adelante, evitaría la primera empresa siempre que me fuese posible.

Los servicios automatizados pueden encargarse de los casos corrientes, pero todavía son incapaces de adaptarse a las circunstancias excepcionales o, al menos, de reconocer cuándo es necesaria la flexibilidad de la intervención humana. Desde el punto de vista del cliente, el problema va aún más allá. Algunas situaciones no solo requieren la capacidad humana de entender y resolver los problemas, sino una dosis de compasión y empatía.

Es posible programar un agente virtual para que adopte determinado estilo de interacción, pero, en situaciones inesperadas o difíciles, seguirá resultando extrañamente incoherente. Hoy en día, la investigación de la inteligencia artificial no dispone de una hoja de ruta funcional que le permita aplicar algo que se parezca a la compasión humana de manera convincente.

A veces los clientes enfadados necesitan una palabra amable y la oportunidad de expresarse con alguien dispuesto a escuchar, así como ‒o a veces en vez de‒ que les resuelvan el problema. Y, a menudo, la calidad del servicio al cliente depende de los gestos de buena voluntad hechos a su criterio por un empleado concreto siguiendo sus propios sentimientos de empatía, más que de una serie de normas fijas.

Esto es algo muy difícil de reproducir mediante la inteligencia artificial, ya que depende en gran medida del contexto de la situación. En mi opinión, la comprensión del contexto sigue siendo uno de los problemas más escurridizos y pendientes de resolver de la disciplina, y es probable que lo siga siendo unos cuantos años.

A pesar de ello, por lo visto la promesa de la reducción de costes, además de otras ventajas de la automatización, son tan atractivas que, en los próximos años, los chatbots y otros servicios de inteligencia artificial dirigidos a los clientes van a seguir expandiéndose sin contemplaciones. Lo más probable es que, a medio plazo, el resultado sea un tratamiento de las quejas aún más tecnocrático y menos flexible. O peor aún. A medida que los algoritmos se refinen, el proceso de toma de decisiones puede volverse opaco y dejar muy poco margen a la intervención apaciguadora de un supervisor humano.

Si no queremos que esto ocurra, tenemos que ser conscientes de que el camino de la asistencia no está pavimentado con buenas intenciones, sino que se fundamenta en la comprensión de lo limitada que es hoy por hoy la inteligencia artificial a la hora de entender los contextos, las excepciones y la condición humana.

Daniel Polani es catedrático de Inteligencia Artificial de la Universidad de Hertfordshire.

lunes, 26 de junio de 2017

El móvil es patógeno para los niños pequeños


La atención es la ventana a través de la cual el cerebro se asoma al mundo que le rodea. Cuando el niño nace, apenas es capaz de dirigir su interés hacia el mundo exterior. Inicialmente sólo presta atención a sus propias sensaciones llorando cuando tiene hambre, sueño, frío o se siente solo. Poco a poco comienza a fijarla en el pezón de la madre que destaca como una forma más oscura en el horizonte. A partir de ahí comienza un largo viaje en el que el niño va aprendiendo que atender ciertos estímulos conlleva una serie de beneficios.

Quítale el móvil al niño El smartphone, un arma de distracción masiva
A las pocas semanas el niño reconoce con facilidad objetos que emiten ruido o se mueven; por eso los sonajeros captan su interés. Los padres hacen todo tipo de carantoñas con juguetes o con las manos para dirigir su atención, de ahí los cinco lobitos. Pero también comienzan, de manera instintiva a ayudarle a fijarla en estímulos inmóviles. Primero un árbol que mece sus hojas con suavidad, luego una foto en la que sale junto a su mamá y, más adelante, un cuento en el que casi no pasa nada.

Así, el niño comienza a desarrollar una habilidad tremendamente compleja, que es la de controlar la propia atención y dirigirla no sólo a aquellos estímulos que se mueven, sino también a aquellos que están más quietos o son más aburridos. De esta forma crecerá siendo capaz de atender a su profesor, aunque el compañero de al lado esté haciendo el tonto. Aprenderá a abstraerse con el libro que lee, aunque una mosca lo sobrevuele, y llegará a ser capaz de concentrarse al volante, a pesar de que la carretera sea una larga recta y su cerebro esté cansado.

Dominar la atención y ser capaz de eliminar otros estímulos que intentan distraernos es una habilidad que ofrece múltiples ventajas. Nos permite concentrarnos en lo que realmente queremos o deseamos, detectar detalles y matices que otros pasan por alto, aprender idiomas con más facilidad, persistir en nuestras metas hasta alcanzarlas o reducir los niveles de estrés.

Los padres pasan menos tiempo con los hijos y esto parece interferir en el desarrollo del autocontrol

Desde hace años vivimos un auténtico auge de un diagnóstico que provoca sufrimiento entre los más pequeños: el trastorno por déficit de atención (TDA). Desde los años setenta hasta 2010, el número de niños diagnosticados en Estados Unidos se multiplicó por siete. Desde 2000 hasta 2012, el número de recetas expedidas en Reino Unido para tratar este trastorno cognitivo se multiplicó por cuatro. Los factores que han provocado esta alza son muchos y complejos. Por una parte, la sensibilización de los pediatras ha hecho que se detecten con más eficacia. Por otra, la posibilidad de diagnosticarlo a partir de los tres años (en lugar de a los seis años) ha sido otro motivo para el aumento de la prevalencia.

Sin embargo, también hay otras razones que son más difíciles de entender. La más preocupante de todas ellas es el sobrediagnóstico: los expertos más alarmistas estiman que como mucho un 4% de la población infantil podría sufrir este trastorno y, sin embargo, la realidad es que un 10% de los niños en nuestro país tomarán medicación para el TDA en algún momento de su vida escolar.

Las razones que llevan al sobrediagnóstico parecen ser muchas. Los padres pasan menos tiempo con los hijos y esto parece interferir en el desarrollo de habilidades como el autocontrol o la capacidad para sobrellevar la frustración. Los colegios tienen menos paciencia con los alumnos difíciles o que no están tan motivados para aprender, en muchos casos presionados por los resultados académicos de la escuela en su conjunto.

Los móviles se usan para distraerles mientras se terminan la papilla, pero así no aprenden a concentrarse

También nos encontramos con la intrusión de las nuevas tecnologías en el cerebro en desarrollo de nuestros hijos. Desde los años ochenta sabemos que más tiempo frente al televisor se traduce en menos paciencia y autocontrol, peor desarrollo madurativo de la atención y mayores tasas de fracaso escolar. La razón es muy sencilla, cuando el niño juega, dibuja o interacciona con sus padres o hermanos, su cerebro debe dirigir la atención voluntariamente a aquellos estímulos o personas con los que interacciona. Cuando se sienta frente al televisor es la tele la que atrapa el interés del niño y hace todo el trabajo.

Por eso nos gusta ver la tele y engancharnos al móvil, no porque estimulen nuestro cerebro, sino porque nos entretienen, nos relajan. Hoy, los dispositivos móviles se utilizan para distraer al niño cuando se tiene que concentrar en terminar una papilla. Para entretener al niño cuando tiene que esperar en el pediatra. Para despistar al niño cuando tiene que esforzarse en ponerse el pijama al final del día. Con este tipo de estrategias parece sensato que el cerebro aprenda que cada vez que tiene que esforzarse, concentrarse o esperar quieto…, tiene permiso para distraerse.

Sin lugar a dudas estamos educando niños menos pacientes, menos atentos y con menor capacidad de esfuerzo, reflejo de una generación de padres menos pacientes y que damos menos valor a hacer las cosas despacio.

Todo ello lleva a que muchos niños sean llevados a un especialista que observa en él todos los síntomas necesarios para el diagnóstico: poco autocontrol, distracción o falta de motivación. En el caso de muchos niños el diagnóstico y el tratamiento son acertados. Para muchos otros, creemos, el trastorno por déficit de atención es un estigma de una sociedad que va demasiado deprisa para educar despacio.

Algunos niños, con ayuda de sus padres, profesores o terapeutas van desarrollando habilidades cognitivas como un mayor autocontrol o paciencia que permiten reducir y compensar las dificultades atencionales. A medida que se hacen mayores suelen preferir y encajar bien en trabajos que les permiten moverse y hacer cosas diversas a lo largo del día.

Pero pueden seguir existiendo desafíos en la vida cotidiana. Muchos los encuentran cuando tienen sus propios hijos y la paciencia, el orden o la organización vuelve a ser un elemento adaptativo fundamental. Algunos adultos con dificultades de atención no experimentan ninguna dificultad en su vida cotidiana, otros se regulan gracias a la medicación y un tercer grupo sufre muchas de estas dificultades pero no tiene ni idea de que el origen esté en una alteración de sus procesos atencionales y ejecutivos, ni conoce cómo compensarlos.

Álvaro Bilbao, neuropsicólogo, es autor de ‘El cerebro del niño explicado a los padres’.

sábado, 24 de junio de 2017

Entrevista al benedictino Moisés Salgado

Antonio Lucas, "Los intelectuales y España  / Moisés Salgado "Es horrible la ligereza con la que se roba y se falta a la sociedad", en El Mundo, (24-VI-2017):

El monje benedictino Moisés Salgado (Gumiel de Izán, Burgos, 1953) es un hombre que abraza la duda como motor a la vez que exhibe una inamovible fe. Desde el monasterio de Silos, donde es prior, atiende a las convulsiones del presente reivindicando el legado pacifista de Gandhi y el pensamiento crítico del pensador británico (de origen polaco) Zygmunt Bauman. Un monje distinto
En un rincón del huerto del monasterio de Silos el monje prior, Moisés Salgado, busca sombra. Sobre la ropa de civil, el hábito negro de la orden benedictina. El sol se lanza desde el cielo con algo de pájaro en llamas. Lleva 51 años en este lugar que comparte con 28 monjes más. De treintañeros a nonagenarios. Desde aquí también se avista el mundo, pero con una mansedumbre que deshecha decibelios. Este hombre mantiene una atención inquieta ante las cosas que suceden fuera de estos muros. Lee, reza, intenta entender las razones del otro. No impone sus certezas, pero no cede en sus convicciones. No duda de la existencia de Dios, pero acepta la duda. Incluso la negación. Cada cual con lo suyo. No tiene estudios, sino lecturas. Muchas lecturas. De filosofía, principalmente. En Silos el canto gregoriano enmudece a los jilgueros.

¿Desde aquí dentro se ve con nitidez el mundo de fuera?

Claro que sí, aunque lo veamos desde la retaguardia. No somos ajenos a la realidad. Estamos dentro del mundo, pues el ser humano es el mismo esté donde esté. Quiero decir: existe guerra y violencia fuera, igual que existe violencia y guerra en los monasterios.

¿Guerra y violencia?

Es que son condiciones que todos llevamos dentro. Hablo de guerra desde el punto de vista de la convivencia diaria, de las tensiones que se producen en la convivencia. Las situaciones de rechazo, de antipatías e, incluso, de odio momentáneo forman parte, por desgracia, del hecho de ser hombre.
Singular escucharle decir eso.

Es que donde esté el ser humano está la guerra y la violencia. Aunque nosotros, los monjes, tenemos la ventaja de que el contacto diario con Dios, la palabra del Evangelio y el maestro que es Jesús de Nazaret nos ayudan a entender que el camino es otro: amar y perdonar.

¿Qué idea tiene un monje de Silos como usted de lo que es hoy este país?

En nuestra vida de monjes también vivimos los acontecimientos dolorosos del mundo. Y lo vivimos con dolor. Hay quien cree que aquí nada nos afecta, que nos hemos retirado del mundo. Que hemos abandonado. Pero no es así. Esto no es un retiro para dejar a un lado la realidad, sino una forma de tomar distancia por la necesidad de realizar nuestra vocación. Nunca por egoísmo.

¿Y el panorama político?

Pues es ciertamente preocupante. Hay demasiada gente pasándolo mal mientras ves la deshonestidad de otros, la falta de responsabilidad con los deberes que uno ha asumido. Es horrible la ligereza con la que aquí se roba y se falta el respeto a la sociedad. Y no sólo sientes una preocupación, sino una indignación. No hay derecho a lo que algunos han hecho. Ni a lo que siguen haciendo.
Es un sentimiento muy compartido.

Aunque la diferencia de uno de nosotros ante ese sentimiento es que al estar identificados con el Evangelio tenemos especial cuidado con extremar los aspectos animalescos de la indignación, porque ésta prende de un modo muy fácil. La reacción humana de furia tigresca te sale, pero debemos controlarla. La furia es la raíz de los movimientos populistas que están tomando presencia y fuerza en nuestros días. Yo estoy indignado con ciertas cosas de lo que veo, pero cuido cómo lo expreso. Para mí, después de Jesús, Gandhi es el referente. Un gran maestro en el autodominio y la no violencia. Sus palabras parecen bajadas del cielo.

Lo de Gandhi fue una revolución.

Sí, pero de un modo distinto a las que conocemos en Occidente. Las revoluciones occidentales han conseguido muy poco, aunque parezca lo contrario. Dejan demasiada sangre por el camino para nada. Creo que es mejor la evolución que la revolución. Me gusta aquello que dijo Benedicto XVI: "Debemos tener paciencia histórica".

¿Más?

Toda la posible. Los hombres, cuando ocurre algún fenómeno social adverso, nos indignamos y quisiéramos tirarlo todo al suelo. Es muy importante transmitir este mensaje en momentos de tensión social: controlemos nuestras reacciones y busquemos alternativas. Todos estamos metidos en la misma jaula y nadie está libre de culpa. Algunos que, por ejemplo, tanto critican a los políticos corruptos evaden el IVA en cuanto pueden. Todos, de algún modo, estamos pringaos. Quién no ha cometido alguna injusticia. Como dijo Gandhi: "Sé tú el cambio que quieras ver en los demás".

¿El Papa Francisco es un revolucionario?

No lo expresaría así. Cada Papa tiene su personalidad, como cada uno de los directores de EL MUNDO tiene la suya. Estoy encantado con este Papa. Es un hombre evangélico que ha sabido bajar a la arena escuchando a la gente sencilla. Eso le ha dado una escuela que no tenemos los que no hemos andado ahí. Me gusta la manera que tiene de sacudirnos a los católicos para que espabilemos. Eso no lo han hecho igual otros Papas. Es valiente, más en un momento en el que cuando nos llaman la atención sacamos la pistola.

Denuncia los abusos del capitalismo, pide repensar el papel de la mujer en la Iglesia o promueve un acercamiento de la Iglesia a los homosexuales.

Así es. Son frentes nuevos. La homosexualidad existe desde que el hombre está aquí, pero hasta no hace mucho era algo oculto, desconocido y perseguido. Una cosa es estar de acuerdo con su comportamiento y otra muy distinta no respetarlo. El Papa Francisco no se inventa nada, todo lo que dice está ya en el Evangelio. No imagino a Jesús fustigando o condenando a los homosexuales. Les diría también las verdades, pero los acogería. Además, qué homosexual se inventa su condición de homosexual. ¡Ninguno! Eso es algo que uno se encuentra, no se construye. Así que debemos respeto, lo que no quiere decir que se aprueben determinadas actitudes. El tema es delicado y hay quien ha sufrido mucho con este asunto. Por eso también es importante tener un alto sentido de acogida y de misericordia. Incluso desde el desacuerdo.

Pues ya tiene usted algo en común con Pablo Iglesias: la admiración a Bergoglio.

Ya me gustaría a mí hablar con Pablo Iglesias.

¿Y eso?

Porque conviene que alguien le diga que reflexione sobre la línea política que ha escogido. Y eso que en algunas cosas entiendo y atiendo a lo que propone.

¿Qué línea política es esa?

Una muy exagerada desde la que no vamos a lograr lo que conviene lograr. Es muy extralimitado y percibo en él cierta violencia, animadversión y odio de clase. Preferencia por la gente sencilla y los pobres, perfecto, pero no hay que machacar porque sí a los ricos. Pablo Iglesias no va por buen camino. Me gustaría que fuese un político más sensato. Para qué repetir la historia.

¿Y con Pedro Sánchez no le interesa sentarse a hablar?

Bueno, he visto lo del congreso socialista unos 15 minutillos diarios. A mí me interesan las bases éticas y morales de los partidos. No me meto en más.

Ha hablado antes de populismo...

Es que un verdadero monje no puede prescindir de los dolores que hay fuera de su monasterio.

¿Y el populismo es un dolor?

Es inquietante.

¿Y cómo entiende este galope del mundo tecnificado, urgente, hiperconectado?

Vivimos en una época muy compleja. La inmensa mayoría de la gente no tiene conciencia clara de lo que está sucediendo. De esto ya habló mejor que yo Zygmunt Bauman, entre otros. No llegamos al fondo de la complejidad de la que formamos parte. Todo, absolutamente todo, está en crisis.

¿También la Iglesia?

Sufrimos la misma crisis que todas las instituciones. Dentro de la Iglesia tienes las mismas corrientes y tensiones que se dan fuera. Miremos lo que sucede en Europa, construida sobre tres bases: el judeocristianismo, el Derecho Romano y la filosofía griega. Al alejarse de ellas la fragilidad es alarmante. En el fondo de muchos ciudadanos hay una mezcla de ansiedad, vacío y desconcierto. No estamos serenos. El hombre necesita certezas, aunque sean falsas. Al menos creer en algo. Pero en un momento como el de ahora casi nada es seguro. La vida nos golpea constantemente y hemos perdido demasiados valores por el camino. El monasterio es una escuela para conocer en toda su intensidad al ser humano. Aquí vivimos en comunidad toda la vida. Por decirlo de un modo exagerado, esto es un Gran Hermano a lo bestia.

¿?

Con diferencias sustanciales, evidentemente.

¿Qué relación tiene con la duda?

El hombre es duda.

Pues hoy abundan las verdades absolutas.

Y el relativismo voraz. Ahora no son los curas los que hablan en términos absolutos, sino los políticos y los economistas. Es curioso. Sí creo en alguna verdad absoluta, pero entiendo que tenga una cierta dosis relativa. En este mundo, fuera de los números, no hay nada cierto.

¿Ni Dios?

Hablo desde un punto de vista de ciudadanía. Para mí es una certeza, pero toda certeza integra la duda. El que no haya experimentado a Dios lo tendrá muy difícil en muchas cosas.

¿Cómo explica que algunos creyentes recen por la paz y otros, igual de creyentes, recen por ganar la guerra?

Un verdadero creyente no puede ser partidario de la guerra. No hay guerra justa. Eso es un concepto confuso. Aunque entiendo que si te invaden algo tendrás que hacer.

¿Qué cosas le preocupan?

Muchas. Demasiadas. Pero hay dos que hoy nos interpelan a todos: el terrorismo islamista (que usa a Dios como excusa) y los nacionalismos.

Dos formas de revancha.

Los monjes no entramos en política como tal. Juzgamos desde los grandes valores. Pero me preocupa que una región española pueda equivocarse y arrastrar a la gente al sufrimiento. Quisiera que los independentistas de Cataluña se paren a pensar. Su problema es la ceguera. ¿Quién los frena ahora? No creo que sea ningún disparate apuntar que un día España pueda ser más federal, pero de ahí a querer una ruptura total hay un salto difícil. Sería lanzarse al abismo sin paracaídas.

¿Sabe que el Banco de España advierte de que la banca no devolverá 60.000 millones de dinero público del total que el Estado prestó para su rescate?

En eso me pillas con el pie cambiado. Yo de asuntos de economía...

Pero no sólo es economía.

Pues claro que no voy a bendecir algo así. ¿Qué pienso del asunto? Que estamos ante otro fiasco. Otro mal comportamiento. Otra falta de ética.

¿Se imagina fuera de este monasterio?

Llevo aquí 51 años. Para mí es impensable. Estoy muy identificado con esta vida. Es un privilegio. Sólo pensarme fuera del monasterio me provoca mareos.

¿Por qué pierde la Iglesia tantos seguidores?

No es un fenómeno sólo español, sino que afecta a toda Europa. La crisis, en todos los sentidos (sociales y espirituales), tiene mucho que ver. Pero Europa regresará un día a sus raíces, a sus grandes valores. Y volveremos a hacerlos nuestros. Yo no encuentro una fuente de sentido mayor que la que ofrece Jesús de Nazaret. Seguirlo es un camino de madurez humana. Los monjes, como dijo San Benito, somos buscadores de Dios. Porque a Dios hay que buscarlo, no es un ser evidente.

¿Existen los santos?

Los he conocido y los conozco, así que existen. Aquí, en el monasterio, tenemos un hermano de más de 90 años que es para muchos de nosotros un referente. Es decir, un santo.

¿Se permite usted dudar?

No me permitiría no hacerlo.

martes, 23 de mayo de 2017

Los perjuicios que causa la honradez en el periodismo si denuncia corrupción en los bancos

César G. Calero, "Santiago Pinetta, el héroe del periodismo que acabó de mendigo", en El Mundo, 22-V-2017:

En la estación Carlos Gardel del metro de Buenos Aires, con la frente marchita y la mente todavía luminosa, Santiago Pinetta, de 83 años, se acerca la mano a unos ojos afectados por cataratas para ver bien el billete que le acaba de dar un pasajero. Dos minutos después, una joven le ofrece un cafecito en un vaso de plástico. "La solidaridad de la gente es impresionante", comenta antes de relatar cómo cambió su vida tras la divulgación en 1994 de uno de los mayores escándalos de corrupción de Argentina: el caso IBM-Banco Nación. Una revelación que le costó cuatro atentados y una progresiva marginación profesional que le arrojó a la indigencia. Con una carrera periodística brillante en los principales medios de comunicación argentinos, a Pinetta le cambió la vida el descubrimiento de las irregularidades en la licitación realizada por el Banco Nación (la principal entidad financiera pública del país) para informatizar sus más de 500 sucursales. La multinacional IBM logró un jugoso contrato de 250 millones de dólares gracias, según la investigación de Pinetta, a las coimas (sobornos) millonarias que entregó a altos cargos del banco y a funcionarios del gobierno del peronista Carlos Menem. Pinetta fue avisado de los chanchullos en la concesión por una fuente interna del Banco Nación. Con todos los detalles a punto para armar su "noticia bomba", el reportero escribió un libro, La nación robada, que ninguna editorial quiso publicar. Tuvo que recaudar fondos entre sus amigos para que una imprenta modesta sacara a luz el libro. Ningún medio importante lo reseñó. Curiosamente, la mancha negra de la corrupción sólo obtuvo espacio en una revista llamada Humor. El periodista puso sus pruebas en manos de la Justicia y con el paso de los años varios funcionarios fueron procesados por fraude y condenados a penas reducidas. Ninguno de los implicados pisó nunca una cárcel. La Justicia recuperó sólo una pequeña parte de los 37 millones de dólares pagados en sobornos. Quien no levantaría cabeza nunca más fue el héroe de la historia."Los sicarios de IBM me hicieron cuatro atentados después de mis denuncias. Me dieron palizas, me atropelló un taxi y hasta me grabaron en el cuerpo las siglas IBM con un estilete", cuenta Pinetta a EL MUNDO en el pasillo de la estación Carlos Gardel, en el tanguero barrio del Abasto porteño.Hasta que se topó con el escándalo de IBM, Pinetta había vivido bien del periodismo. Viajó como enviado especial a medio mundo, publicó algunas exclusivas y escribió varios libros. Su suerte cambió en 1994 tras la publicación de La nación robada: "Los colegas no me daban trabajo; tuve que hipotecar un hermoso departamento para salir adelante. Luego sufrí un accidente cerebro vascular". Sin trabajo y a las puertas de la jubilación, Pinetta entró en un agujero negro del que todavía no ha logrado salir. Vive en un pequeño estudio en Buenos Aires que le alquila uno de sus nueve hijos vivos, y por las tardes se deja caer unas horas por el metro para extender la mano y llevarse unos pesos a casa. La exigua pensión de 6.000 pesos (unos 350 euros) no le alcanza para llegar a fin de mes. Sólo el gasto en medicamentos (padece una enfermedad coronaria, artrosis y cataratas) se lleva buena parte del presupuesto.

La Casa Rosada movió los hilos para despojarlo de los aportes a la Seguridad Social que había realizado durante años. Su futuro también estaba hipotecado.

Sus revelaciones no cayeron nada bien en los círculos de poder. La corrupción en el gobierno de Menem era moneda corriente. La Casa Rosada -denuncia Pinetta- movió los hilos para despojarlo de los aportes a la Seguridad Social que había realizado durante años. Su futuro también estaba hipotecado.

Hijo de un reconocido periodista y de una poetisa, Santiago Pinetta recibió de sus padres una educación exquisita. "La cultura que me dieron mis padres fue extraordinaria", comenta. Y se lanza a recitar extractos del Ricardo III de Shakespeare. "Hoy en día hemos perdido los valores de la educación y la cultura. Y sigue habiendo corrupción", se lamenta. A sus 83 años, Pinetta es consciente de que le queda poco tiempo para revertir su situación. Pese a los sinsabores que ha sufrido en las últimas dos décadas, asegura que no se arrepiente de haber revelado el escándalo de IBM-Banco Nación. "Gracias a mi investigación se salvó el banco más importante de Argentina. Yo sabía que cuando presentara el libro, aparecerían los sicarios de IBM. El propio fiscal encargado de la denuncia me dijo que no siguiera adelante, pero nunca me rendí. Con el tiempo, no me quedó más remedio que pedir la ayuda de la gente".

Hace unas semanas Pinetta fue "resucitado" públicamente al aparecer en un reportaje de televisión. Su caso volvió a ocupar algún espacio en los medios de comunicación. Tal vez por ello -cuenta el octogenario reportero- recibió hace unos días la llamada del actual presidente del Banco Nación, Javier González Fraga, nombrado recientemente por el gobierno conservador de Mauricio Macri: "Espero que me den alguna compensación para que pueda vivir con dignidad". A finales de marzo recibió un homenaje en el Congreso por parte de los periodistas parlamentarios. En el metro de Carlos Gardel no hay nadie que le aplauda o le entregue diplomas. Muchos transeúntes apenas se fijan en ese viejo enjuto que mendiga unos pesos. Una sombra con un pasado de novela: "Estuve en el bombardeo de la Plaza de Mayo en el 55, en Indochina, en Hiroshima y Nagasaki... Todo para llegar a este triste final. Pero todavía tengo esperanzas. Soy príncipe y mendigo".

lunes, 22 de mayo de 2017

Los ricos siguen empobreciendo a la clase media

Daniel Viaña, "Más ricos, más pobres y menos clase media", en El Mundo, 22 may. 2017:

La clase media es la que hace crecer económicamente a un país, la que permite que la población con menos recursos prospere y la que, a su vez, sirve para que las capas medias puedan acercarse a las más altas. Y es, precisamente, la que más ha sufrido la crisis económica en España, razón por la que la depresión ha sido tan marcada.La muestra más evidente de esta situación es un estudio que el año pasado publicó el Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas junto a la Fundación BBVA, y que arrojó un dato demoledor: «Cerca de tres millones de personas se han desplazado de la zona central a la parte baja de la distribución de la renta y han pasado de verse como clases medias participantes del progreso a sentirse vulnerables a las consecuencias de situaciones difíciles». Esto quiere decir que desde el inicio de la crisis hasta 2013, que es el último año que analiza la investigación, tres millones de personas fueron expulsadas de la clase media. De forma paralela, el Instituto Nacional de Estadística (INE) constató hace unos meses que la tasa de riesgo de pobreza o exclusión social en España -el llamado indicador Arope- rozaba el 28% en 2016. La cifra supone un descenso desde el pico del 29,2% que alcanzó en 2014, pero todavía está muy por encima del 23,8% de 2008, que es el primer año en el que se publicó. Además, la tasa evidencia que más de un cuarto de la población española está en una posición de vulnerabilidad. Esta grave situación también afecta de manera muy importante a la población infantil y, según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), un 23,4% de los más jovenes vive en la pobreza. El dato contrasta con la media del 13,3% del conjunto de la OCDE, y la lectura que realiza esta misma organización es que el origen se encuentra en el alto desempleo. Y, mientras tanto, el número de grandes patrimonios ha crecido de manera muy importante desde ese histórico 2008. En concreto, el último informe de riqueza elaborado por Capgemini y Royal Bank of Canada (RBC) Wealth Management evidencia que «el número de grandes patrimonios se ha incrementado más de un 50%» desde el inicio de la crisis hasta 2015. «El último dato apunta que el número de millonarios aumentó en 15.000 individuos, hasta cerrar 2015 con casi 193.000. Esta cifra representa un crecimiento del 8,4% con respecto a 2014 y es el mayor incremento registrado en Europa, seguido de Países Bajos (7,9%), Francia (5,9%) y Alemania (5,6%)», según explican ambas firmas en su informe, a lo que añaden: «Si se compara con respecto al año 2008, el número de millonarios en España aumentó más de un 50%, desde los 127.100 de hace ocho años». Pérdida de poder adquisitivoA esta fuerte polarización de la sociedad se le debe sumar otro factor de gran importancia: la pérdida de poder adquisitivo que ha sufrido la población. Esto quiere decir que, por ejemplo, una persona que antes de la crisis pertenecía a la clase media y que ahora lo sigue haciendo, hoy tiene un nivel de vida sensiblemente inferior al de 2005, 2006 o 2007. Así lo evidencian trabajos como el Monitor Anual Adecco sobre Salarios que se publicó la pasada semana, y en el que se ofrece la siguiente conclusión: «En el último lustro, se ha acumulado una caída en el poder adquisitivo de la remuneración media española de un 2,4%». Este dato, además, se ha visto suavizado por la baja inflación de los últimos años, pero el IPC ya ha comenzado a repuntar y amenaza con reducir aún más la capacidad de los salarios. Por ello, será complicado que el Gobierno siga pregonando la necesidad de mantener la moderación salarial -y, de hecho, ya lo ha comenzado a hacer en algunos foros-. Éste ha sido un aspecto fundamental para comenzar a salir de la crisis, ya que ha permitido que el país gane competitividad y que el sector exterior haya sustituido, al menos en parte, al consumo interno. Pero ahora cada vez más organismos, incluidos la citada OCDE o el Banco Central Europeo (BCE), recomiendan que los sueldos deben crecer. En caso contrario, y si el coste de la vida crece por encima de los salarios, lo que ocurrirá es que la población se empobrecerá más, que las diferencias entre los que más y los que menos tienen se agudizarán y que, en definitiva, las dificultades para mejorar los estándares de vida se verán incrementadas.

domingo, 21 de mayo de 2017

La ciencia asevera que el único secreto del éxito es tener padres ricos

Pablo Pardo, "El sueño americano ha muerto: si naces pobre, seguirás pobre", en El País, 21 de mayo de 2017:

Numerosos estudios cuestionan la idea de que sólo con esfuerzo e inteligencia una persona puede llegar a donde quiera en EEUU

El sueño americano, pero al revés

El edificio, como de 10 plantas, está en la esquina de la calle 16 -la de la Casa Blanca- y la calle K -la calle que tradicionalmente ha sido la sede de los bufetes de abogados que hacen lobby en la capital estadounidense-. Está frente a uno de los dos hoteles Hilton de Washington, a 300 metros del Museo de National Geographic y del selecto University Club, ambos en la 16. En la K, como a otros 300 metros, está el Washington Post, y más cerca, uno de los bares de striptease más reputados de la capital estadounidense, Archibald's, "el club para caballeros más selecto de Washington DC", según dice su propia web. Archibald's está incrustado en la parte de atrás del St. Regis, un hotel en el que la habitación más barata para la noche de hoy, domingo, sale por 582 dólares (547 euros), impuestos y tasas incluidos.Los lugares más destacados, sin embargo, están en la 16. En dirección norte, a 400 metros, está el Jefferson, el hotel más caro de la capital estadounidense, que se autodescribe como "el segundo sitio más exclusivo de Washington". El primero está a 200 metros del edificio, pero en la dirección contraria, hacia el sur, en la esquina de la 16 con la Avenida de Pennsylvania. Es la Casa Blanca.Este edificio es más discreto. Sólo tiene una identificación: K&L Gates, LLP (las siglas en inglés de Sociedad de Responsabilidad Limitada, que es la fórmula legal a la que se acogen los bufetes de abogados, consultoras, y demás empresas que son partnerships). ¿Gates, como Bill, el fundador de Microsoft, el mayor filántropo y millonario del mundo? No, Gates como William, el padre de Bill.Porque Bill Gates es el hijo de William Gates, el cofundador de uno de los 10 mayores bufetes de abogados de Estados Unidos, una empresa que lleva, entre otras, la cuenta de las relaciones con el Gobierno de Microsoft. Su madre, Mary, era miembro del consejo de administración del banco de Montana First Interstate, y del patronato de United Way, una ONG que combate la pobreza. En el patronato, estaba también el presidente y consejero delegado de IBM, John Opel. El joven Gates recibió dos millones de dólares en acciones de su abuelo materno. Asistió a una escuela privada, Lakewood, cuya matrícula costaba tanto como la de Harvard, y allí se hizo amigo del otro cofundador de Microsoft, Paul Allen. Cuando Microsoft creó su primer sistema operativo de éxito, el MS-DOS, la primera empresa que lo adoptó para sus ordenadores personales fue IBM. El consejero delegado de IBM entonces era John Opel.El amigo de Gates, el financiero y (también) filántropo Warren Buffett, la segunda persona más rica del mundo, empezó su carrera como empresario repartiendo periódicos en su Omaha natal. Es cierto. Pero también lo es que su padre, Howard Buffett, era en aquella época el único congresista del estado de Nebraska, en el que está Omaha, en la Cámara de Representantes de EEUU. Ser hijo del único congresista del estado no está mal para lanzar una carrera como inversor.Todas estas anécdotas ponen en cuestión una idea: el sueño americano. O sea, la idea de que, sólo con esfuerzo e inteligencia, una persona puede llegar a donde quiera en la mayor potencia del mundo. Para EEUU, es casi una religión, una seña de identidad. Y lo cierto es que no faltan casos. Steve Jobs y Steve Wozniak, los fundadores de Apple, venían de familias de ingresos altos. Igual que Jeff Bezos, la tercera -o cuarta, según el día- persona más rica del mundo, fundador y dueño del 17% del gigante de las ventas online y de la nube Amazon.O sea, que no hay que irse al otro extremo. El sueño existe. Pero, ¿hasta dónde? ¿Es una realidad o una obra maestra del márketing? A fin de cuentas, en España no hablamos del sueño español, a pesar de que somos el único país donde un señor llamado Amancio Ortega, que dejó la escuela a los 14 años, nacido en Busdongo, en las montañas de León, casi en la raya con Asturias, y criado en Galicia, que sólo se parece a Silicon Valley en las curvas de las carreteras secundarias y a Harvard en lo verde que es la vegetación, puede convertirse en la tercera persona más rica del mundo.

"Cada día parece más claro que tener un padre rico es el secreto para el éxito"

Ahora, una cantidad creciente de estudios están poniendo de manifiesto que el sueño americano, si es que alguna vez existió, se está extinguiendo. Un equipo dirigido por Raj Chetty, de la Universidad de Stanford, ha publicado en la revista Science un monumental estudio estadístico que declara que la movilidad absoluta -o sea, el porcentaje de niños que van a tener unos ingresos superiores a los de sus padres -ha caído de aproximadamente el 90% en la década de los 40 al 50% hoy."El mayor declive es en la clase media", declara el estudio. Es un dato consistente con dos estudios del nobel de Economía Angus Deaton y su esposa, Anne Case, en 2015 y hace apenas dos meses, en los que revelan cómo la clase media blanca está sufriendo una oleada masiva de muertes por enfermedades asociadas a la pobreza -diabetes- y a la desintegración social -abuso de medicamentos con receta, suicidios y alcoholismo-, que se ha convertido en la mayor crisis de salud desde la II Guerra Mundial, y muy por encima de la epidemia de sida de los 80. Así que el análisis de Science es un paso más en una creciente cantidad de análisis que revelan que, si el sueño americano existió, ahora está muerto y enterrado. La gran diferencia entre este documento y otros es dónde ha puesto el foco. Los cinco investigadores que han escrito el informe se centran en la movilidad absoluta, o sea, en los ingresos. Hasta ahora, la mayor parte de los estudios miraban a la movilidad relativa.En ese caso, se divide a la sociedad en grupos --normalmente cinco o 10, para hacer más sencillo el cálculo-- en función del nivel de ingresos, y se estudia cuántas personas pueden pasar de un grupo a otro. Por poner un ejemplo, cuánta gente que nazca en el 10% más pobre puede pasar al segundo 10% más pobre. Según Thomas Hertz, de American University, un niño nacido en el decil (es decir, el 10%) más bajo tiene un 31% de posibilidades de permanecer ahí durante toda la vida. Si se amplía la banda al segundo decil inferior (o sea, el grupo formado por las personas que son entre el 80% y el 90% de la gente más pobre), la proporción es del 43%. Pobre eres, y en pobre te convertirás.Los resultados de esos análisis ya habían dejado claro que EEUU es una sociedad con muy poca movilidad social o, como lo planteó en 2002 el profesor de Harvard y experto en esa materia Alan Krueger, "cada día parece más claro que tener un padre rico es el secreto para el éxito".

Las organizaciones internacionales también habían alcanzado la misma opinión. En 2010, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) situaba a Reino Unido, Italia, y EEUU como los tres países en los que la riqueza de los padres tiene más influencia en la riqueza de los hijos. España era el quinto, tras Francia, y casi al mismo nivel de Alemania. La misma España que los españoles tendemos a despreciar como un país de hijos de papá es más meritocrática, según la OCDE, que EEUU. Y la misma Francia que los estadounidenses critican como un ejemplo de elitismo es más igualitaria que su propio país.Según Krueger, si una familia tiene unos ingresos del doble de la media, tardará cinco o seis generaciones (entre 100 y 120 años) en bajar a la media. En la década de los 80, la Teoría de la Transmisión Intergeneracional del Estatus Económico, del nobel Gary Becker, de la Escuela de Chicago, de orientación liberal, había reducido ese periodo a sólo dos generaciones.Ahora bien, ¿por qué sucede esto? ¿Es porque la economía crece menos y, por tanto, hay menos tarta que repartir? ¿O porque hay menos redistribución? El artículo de Chetty es concluyente: "La mayor parte del declive en movilidad absoluta se debe a una distribución más desigual del crecimiento económico en las décadas más recientes, más que al frenazo de la tasa de crecimiento del PIB". Dicho de forma menos complicada: la movilidad ha crecido porque hay menos redistribución.Esa conclusión es una crítica frontal a la política de Donald Trump y, en general, de toda la Economía de la Oferta, que sostiene que hay que eliminar regulaciones e impuestos, en especial a los contribuyentes con ingresos más altos, para que así el tren corra más deprisa y todos lleguemos más lejos. Es el trickle down economics, la economía del goteo, que prevé que la sociedad se beneficiará de la bajada de impuestos al capital, porque éste generará más trabajo y, también, más recaudación fiscal. La idea fue popularizada por Ronald Reagan y Margaret Thatcher, aunque el vicepresidente con el primero, George W. H. Bush, él mismo un multimillonario, la calificó de "economía de vudú". Pero lo cierto es que hoy en día son las rentas del trabajo las que están más gravadas, mientras que el capital disfruta, tanto desde el punto de vista normativo como en el terreno de las realidades del día a día, de una menor presión fiscal. Un ejemplo: el tipo fiscal de las grandes empresas de EEUU es del 35%, pero el real del 19,4%.

En EEUU hay jubilados que siguen abonando los créditos con los que pagaron la educación.

Pero eso es lo que afirma, también, la OCDE, para la que "la movilidad intergeneracional tiende a ser menor en sociedades con más desigualdad". Entre ellas, según esa organización que está formada por los países más ricos del mundo y algunos emergentes, España... y EEUU.Claro que hay una cosa clara: es más difícil saltar de un nivel de ingresos a otro cuando las distancias son más grandes. O sea, cuando la sociedad es desigual. Un estudio de Chetty publicado en marzo por la Reserva Federal, por ejemplo, revelaba que un estadounidense nacido en el quintil más bajo de la población (es decir, en el 20% más pobre) tenía apenas un 7,5% de posibilidades de llegar al quintil más alto (al 20% más rico). En Canadá, las oportunidades eran del 13,5%. Y en Dinamarca, del 11%. Esos países, no EEUU, parecen ser los nuevos adalides del sueño americano. Pero también es cierto que su desigualdad es mucho menor.Las diferencias entre venir de una familia rica y una pobre son abismales. En otro ensayo, publicado por la Oficina Nacional de Investigación Económica en 2014, Chetty expone una correlación prácticamente de uno a uno entre el nivel de ingresos y los embarazos adolescentes. La vinculación entre renta y asistencia a universidades de élite, sin embargo, sólo se da entre los verdaderamente ricos. Algo comprensible si se tiene en cuenta que la matrícula de un año en Harvard, Princeton, o Stanford supera los 50.000 dólares. Obtener la misma educación que Mitt Romney, el candidato republicano a la Casa Blanca en 2012, costaría hoy unos más de 600.000 euros; en el caso de Barack Obama, la cifra llega al medio millón. Aunque parte de los costes de la educación del ex presidente fueron costeados con becas, Obama no pagó la deuda que había contraído cuando era estudiante hasta 2004, el año en que entró en el Senado. De hecho, en EEUU hay jubilados que siguen pagando los créditos con los que se pagaron la educación. A eso hay que sumar, además, la principal causa de las quiebras personales de los estadounidenses: la sanidad. Todos esos factores lastran el sueño americano. Normalmente, cuando se plantea esta idea y, sobre todo, se cuelga en Twitter, se reciben todo tipo de educados comentarios en los que los lectores invitan al autor a trasladarse a Corea del Norte. Esa sofisticada actitud también tiene una explicación: el sueño americano existe... en la mente de los estadounidenses. Un estudio conjunto del centro de análisis centrista Brookings Institution y de la organización sin ánimo de lucro e independiente especializada en estudios de la opinión pública Pew Research Center, y llevado a cabo en 27 países, revela que los estadounidenses son los que más creen en la meritocracia. Así, un 69% de los ciudadanos de ese país está de acuerdo en que "las personas reciben lo que les corresponde por su inteligencia y habilidades", y solo el 19% cree que para progresar en la vida es "esencial" proceder de una familia de ingresos altos. El sueño americano es una creencia demasiado arraigada como para arrancarla con la realidad.

Hijos de ricos y más creativos

"Los niños de familias ricas tienen 10 veces más posibilidades de ser inventores que los de familias de ingresos medios-bajos", declara Chetty en su estudio para la Reserva Federal. De nuevo, es algo visible, al menos a nivel anecdótico. Ahí está Elon Musk, el empresario e inventor por excelencia del siglo XXI, nacido en Sudáfrica y criado en Canadá y EEUU. Su padre, Errol, tenía, entre otras cosas, una mina de esmeraldas en Zambia, y fue el primer sudafricano en volar sin escalas de su país a Australia en un avión: el suyo.

Musk es parte de la mafia de PayPal, el grupo de emprendedores que crearon esa empresa de medios de pago en 1998 y que, desde entonces, han marcado gran parte de la evolución del mundo de la tecnología. Otro es Peter Thiel, un destacado defensor de Donald Trump. Klaus Thiel, su padre, era un ingeniero alemán que fue mánager en las minas de diamantes de Namibia en los años 70 y 80, un trabajo muy bien pagado, porque entonces ese país estaba ocupado por la Sudáfrica del apartheid -que tenía serios problemas para atraer talento-, y los trabajadores de las minas eran, virtualmente, esclavos negros. En la mafia, sin embargo, no todos eran ricos. Max Levchin, por ejemplo, procede de una familia de clase media.

Larry Page, cofundador de Google, consejero delegado de su matriz, Alphabet, y su principal accionista (lo que le convierte en el noveno empresario más rico del mundo) es hijo de Carl Page, doctor en Computación, y, según la BBC "uno de los pioneros en el desarrollo de la informática y de la Inteligencia Artificial". Su madre, Gloria, también era programadora. Otra figura destacada de la Ciencia estadounidense es Arnold Spielberg, padre del director de cine Steven Spielberg.
La correlación -y, acaso, causalidad- entre riqueza y capacidad de invención es muy importante, porque uno de los problemas que afrontan las empresas en Estados Unidos -y que se está convirtiendo en un obstáculo para los planes de Donald Trump de revitalizar la industria del país- es la escasez de mano de obra cualificada. La meritocracia no funciona si los trabajadores no saben o no pueden llevar a cabo su trabajo, y hay inversores que han preferido irse a Canadá porque allí hay personal mejor formado. La consecuencia, a su vez, es más automatización, para reemplazar a esos trabajadores poco eficientes por robots.

lunes, 8 de mayo de 2017

La soledad de estar conectado. Dossier

I

Yaiza Martínez, "Los jóvenes están conectados todo el día a los dispositivos electrónicos. La escuela y el sueño, es lo único que los separa de la conexión permanente a televisión, videojuegos y teléfonos móviles", en Tendencias 21, 21-I-2010:


El joven norteamericano medio pasa prácticamente cada minuto del tiempo que está despierto (menos cuando está en la escuela) usando un smart phone, viendo la televisión, utilizando un ordenador o conectado a cualquier otro dispositivo electrónico, advierte un estudio de la Kaiser Family Foundation de Estados Unidos. En total, casi once horas al día, lo que supone un incremento drástico de dedicación a estos dispositivos por parte de los jóvenes norteamericanos en los últimos cinco años.

El joven norteamericano medio pasa prácticamente cada minuto del tiempo que está despierto (menos cuando está en la escuela) usando un smart phone, viendo la televisión, utilizando un ordenador o conectado a cualquier otro dispositivo electrónico, advierte un estudio realizado por la Kaiser Family Foundation de Estados Unidos.

Según informa dicha fundación en un comunicado, con la tecnología disponible durante 24 horas al día, la cantidad de tiempo que la gente joven dedica a estos medios de ocio se ha incrementado drásticamente en los últimos cinco años (en concreto, una hora y diecisiete minutos de tiempo diario en un lustro).

Así, hoy día, los niños y jóvenes norteamericanos de entre ocho y 18 años pasan una media de siete horas y 38 minutos conectados, jugando o viendo la televisión, lo que a la semana supone 53 horas de su tiempo.

Pero, además, dado que los jóvenes son cada vez más “multitareas” (utilizan más de un medio al mismo tiempo), en realidad puede decirse que dedican a estos dispositivos de ocio 10 horas y 45 minutos diarios, si se cuentan todas las actividades que realizan.

Descontrol y malos hábitos

Los datos fueron tomados a partir de encuestas realizadas a más de 2.000 estudiantes estadounidenses, entre octubre de 2008 y mayo de 2009.

El análisis de dichos datos reveló que el uso de dispositivos móviles es el que más se ha incrementado en estos últimos cinco años: hasta un 66% en el caso de los teléfonos móviles, y un 76% en el de lo iPods y otros reproductores MP3.

La ingente cantidad de tiempo que los niños y jóvenes dedican a los dispositivos electrónicos tiene en parte su origen en el descontrol que sobre ellos ejercen los propios padres: sólo tres de cada diez jóvenes encuestados reconoció tener normas sobre el tiempo que pasaban viendo la televisión, jugando a video juegos o usando el ordenador.

Otra parte de la situación está originada por hábitos cotidianos de los hogares: dos tercios de los niños y jóvenes estudiados afirmaron que en su casa se veía la televisión a la hora de las comidas.

Más de la mitad de ellos dijo, además, que la televisión estaba puesta en casa casi todo el tiempo, incluso cuando nadie la veía; y un 71% de los jóvenes tenía televisión en su propio cuarto. El 50% tenía en su habitación una consola de videojuegos.

Más acceso

El estudio ha constatado algunos cambios importantes en la forma de ver televisión de los más jóvenes: de 2004 a 2009, los niños ven 25 minutos de tele menos cada día, pero en realidad esta reducción es porque han cambiado de medio.

Las nuevas tecnologías están permitiendo que esta parte de la población vea la televisión a través de Internet, los teléfonos móviles, los iPods, etc. Esto, en definitiva, viene a aumentar la cantidad de televisión en cuatro horas al día, con respecto a los datos de 2004.

Según los autores del estudio, estos avances en las tecnologías están consiguiendo que, para la gente joven, resulte más fácil pasar cada vez más tiempo enganchados a estos dispositivos.

Otros factores que están influyendo en el incremento del uso de estos medios es la expansión de las redes sociales (Facebook, Twitter), los videojuegos, páginas web muy visitadas como YouTube; y el hecho de que se puedan compaginar los usos de los dispositivos, como escuchar música con un MP3, mientras se chatea en un ordenador conectado a Internet o se ve la televisión.

Según la investigación, este incremento del uso de los medios electrónicos en la población joven no ha reducido el tiempo que ésta dedica a leer: 25 minutos al día como media, desde 2004. Sí, en cambio, se ha reducido el consumo de revistas y periódicos, que ahora se leen por Internet.

Otros datos

Las encuestas revelan algunas diferencias en el uso que de estos medios hacen chicos y chicas: las chicas pasan más tiempo que los chicos usando las webs de redes sociales, escuchando música y leyendo.

Los chicos, por su parte, dedican más tiempo a jugar a la consola, a juegos de ordenador y a ver vídeos en webs de vídeos como Youtube.

Por otra parte, el uso de los dispositivos electrónicos se incrementa sustancialmente cuando los niños alcanzan entre los 11 y los 14 años de edad, más de una hora diaria en lo que se refiere a televisión y reproductores de música; una hora al día en lo referente a ordenadores y casi media hora diaria en cuanto a video juegos (en total, la exposición media aumenta hasta las 11:53 horas al día, frente a las 7:51 horas dedicados a estos medios por los niños de entre ocho y 10 años).

El estudio ha revelado, por último, que los niños de entre ocho y 18 años pasan más de una hora y media al día mandando mensajes con sus móviles, y media hora más hablando por sus teléfonos móviles.

Las consecuencias de todos hábitos en la salud ya han sido descritas en estudios anteriores, que han demostrado que existe una relación entre el tiempo de dedicación a estos medios y la obesidad.


II

En El Mundo, Efe, 26/11/2010 

"Los jóvenes pasan casi el triple de tiempo con la 'tele' y el ordenador que estudiando"

Cuanto más tiempo se dedica a Internet, mayor el índice de suspensos en ESO. El 60% de los niños más mayores indican que no les gusta estudiar. Casi la mitad estudia con música; y con Internet (35%) y la TV (25%)

Los jóvenes dedican una hora y media al día a estudiar, mientras que pasan una media de cuatro horas delante de una pantalla (consola, televisión o Internet), tiempos que aumentan a mayor edad y se reducen en las más tempranas. El consejero técnico de TNS Demoscopia, Jorge Clemente, subraya que el estudio refleja que cuanto más tiempo se dedica a Internet, mayor es el índice de suspensos en la ESO.

Son datos de una investigación sociológica para conocer los hábitos de estudio de los escolares, realizado con entrevistas a mil niños de entre 8 y 16 años y a sus padres, que indica que ambos padres -en el 57% de los casos- o la madre -en el 40%-, ejercen las funciones de control, pero raramente lo hace el padre en solitario -en el 3% de las familias-.

Estudiar pierde interés al pasar de primaria a secundaria: a siete de cada diez niños de primaria les gusta estudiar, mientras que sólo cuatro de secundaria tienen una actitud positiva hacia el estudio, señala el informe encargado por la Fundación Antena 3.

Por tanto, el 60% de los niños más mayores indican que no les gusta estudiar; son el 75% de los que suspenden y el 45% de los que aprueban.


Con música, el ordenador y la 'tele'

Uno de cada dos estudiantes de secundaria con suspensos tienen problemas para concentrarse cuando tratan de estudiar; sin embargo, mientras estudian, un 48% escucha música, un 45% tienen gente cerca hablando, un 35% está conectado a Internet y un 25% con la televisión puesta.

El informe, realizado por TNS-Demoscopia, señala que un tercio de los jóvenes no estudia en su habitación, sino en la cocina o el cuarto de estar y que esa misma proporción tiene problemas para entender las explicaciones de los profesores, sobre todo en matemáticas y ciencias.

La ayuda de los padres a los hijos en sus estudios se reduce casi a la mitad en secundaria. Un 45% de los estudiantes de secundaria son ayudados por sus padres cuando tienen problemas en sus estudios; pero en el 52% de los que suspenden su padre no ha pasado de los estudios primarios (lo que sólo ocurre a un 20% de los alumnos que aprueban). Esta ayuda se eleva al 81% en los alumnos de primaria.

Respecto a las técnicas de estudio, más de la mitad de los alumnos (55,6%) afirma que suelen aprender las cosas de memoria.
Castigados por 'catear'

De la relación entre padres e hijos, destaca también que la aplicación de castigos es habitual al sacar malas notas (en el 55%), mientras que sólo un 25% de los padres manifiesta premiar a sus hijos cuando obtienen buenos resultados.

La comunicación habitual entre padres e hijos sobre la marcha de los estudios es menor entre aquellos que suspenden (53%), que entre los que aprueban (71,2%).

A lo largo del curso, los escolares de primaria dedican poco más de una hora al día a estudiar y media hora más los estudiantes de secundaria; cuando los exámenes se acercan, el tiempo de estudio sobrepasa la hora y media y las dos horas y media en secundaria.
'Atrapados' en la Red y la televisión

Delante de la pantalla, los alumnos de primaria están casi 3,5 horas (1,5 ante TV, 1 hora juegan a consola u ordenador y casi otra hora conectado a Internet), mientras que los adolescentes emplean cerca de 4,5 horas (1 hora y 49 minutos viendo la 'tele'; 48 minutos a la consola o el ordenador y 1 hora y 44 minutos en Internet).

"Las nuevas tecnologías correctamente utilizadas aportan, pero cuando no hay control de los tiempos son un problema", ha opinado el defensor del Menor de Madrid, Arturo Canalda, quien ha defendido la necesidad de mejorar la comunicación entre padres e hijos, padres y escuelas, junto a recuperar valores como el esfuerzo y la continuidad del trabajo.

Otro análisis de estos datos lo ha hecho la catedrática de psicología de la educación María José Díaz-Aguado, quien ha planteado "enseñar a respetar los límites sin caer en el autoritarismo, ni en la negligencia o pasividad que desemboque en ausencia de educación".


III
  

Héctor S. Basile, "Adicción a Internet: Ciberadicción (Internet Adiction Disorder. IAD)" en Alcmeon, Revista Argentina de Clínica Neuropsiquiátrica, vol. 13, Nº 2, septiembre de 2006, págs. 74 a 90.

Palabras clave
Adicción, Trastorno de Control de los impulsos, Depresión, Ansiedad, Fobia Social, Trastorno Obsesivo Compulsivo, Cibersexo Adictivo, Ludopatía.
 
Entre los motivos básicos para usar Internet, los más importantes son:
1-Búsqueda de información:
2-Búsqueda de interacción social: relacionarse con amigos, conocer nueva gente e intercambiar información con ella.
3-Mecanismo de Escape: Incluye huir de los sentimientos de soledad, evitar sensación de tedio de la vida cotidiana y mantenerse en contacto con más gente evitando la depresión.
4-Juego compulsivo. Internet cuenta todo tipo de juegos, algunos de ellos tipo casino con apuestas en dinero, que pueden fomentar ludopatías.
5-Compras compulsivas: comercio electrónico, subastas
6-Búsqueda de Cibersexo:
Algunos investigadores barajan la idea de que las caracte-rísticas propias de Internet ejercen alguna influencia sobre la conducta de los usuarios, es el caso del modelo “ACE” (anonimato, comodidad y escape) para explicar el éxito y la gratificación obtenida mediante el cibersexo. El concepto de anonimato ha sido subrayado por numerosos autores en relación a las situaciones de abuso.

¿Quién es un ciberadicto?
Alguien que teniendo una trayectoria de vida en la que el uso de Internet representaba una actividad compatible con sus relaciones personales, con su trabajo y no le producía sentimientos de culpabilidad,
- cambia su comportamiento por un exceso de tiempo dedicado a navegar,
- jugar, comunicarse o comprar por Internet,
- el sujeto sufre la pérdida del control frente al uso racional de Internet,
- además, debe percibir que recibe una gratificación por su conducta, familiar y profesional del individuo,
- y se transforma en un problema para el sujeto y las personas de su entorno.
Una premisa importante para considerar el potencial adictivo de una conducta, es el periodo de tiempo que transcurre entre que se emite la respuesta y se recibe la recompensa.
Por ejemplo: el enorme potencial adictivo de la cocaína se debe más a la inmediatez de sus efectos en el sistema nervioso humano que a otras circunstancias, como la capacidad de proporcionar placer y el supuesto prestigio de su uso.
Algo parecido ocurre en la ciberadicción: el hecho de apretar un enlace o hipervínculo y obtener información o fotografías estimulantes casi al instante es un refuerzo que se repite cientos, miles de veces en la vida de los cibernautas.
Esta asociación conductual lleva de una manera clara a asociar pulsación del mouse con placer, por lo que el sujeto adicto se ve abocado a repetirlo hasta el bloqueo de su ordenador o hasta que la fatiga mental, ocular o manual lo hacen retirarse de los estímulos.
Si el alcohol, la marihuana y la cocaína pueden considerarse drogas de facilitación social, la ciberadicción es una patología que se desarrolla en solitario, frente a una pantalla de ordenador, o en menor medida con interlocutores desconocidos.
Los cuadros de introversión en trabajadores informáticos son parte de las características personales de muchos de ellos, algunos de los cuales se expresan dificultosamente o se alejan de las relaciones sociales más por las dosis de concentración que requieren sus trabajos que porque sean realmente adictos.
En toda adicción siempre confluyen tres elementos:
- una persona,
- unas circunstancias personales determinadas y
- una sustancia o situación que produzca placer (Internet puede proporcionar múltiples sensaciones placenteras).
Aunque la conexión compulsiva a Internet constituye un indicador significativo en los casos de IAD (Internet Adiction Disorder), no es posible establecer una correspondencia entre determinada cantidad de horas de conexión a Internet y adicción, pues el uso de Internet depende de las circunstancias personales de cada uno (algunos trabajadores y estudiantes deben estar conectados casi siempre a Internet).
Incluso considerando solamente el tiempo de ocio que se emplea en Internet, resulta difícil establecer la frontera de la adicción basada en el número de horas diarias o semanales de conexión; como mundo alternativo al “mundo físico”, Internet ofrece infinidad de ofertas de ocio: lecturas, música, películas, juegos, reuniones y cada persona puede tener sus preferencias.
Podemos considerar que una persona tiene adicción a Internet cuando de manera habitual es incapaz de controlar el tiempo que está conectado a Internet, relegando las obligaciones familiares, sociales y académicas/profesionales. Muchas veces además roban horas al sueño e incluso se reduce el tiempo de las comidas; de manera que el cansancio y la irritabilidad se irán cronificando, así como la debilidad del sistema inmunológico y muchas veces una cierta tendencia al aislamiento social
Más que una adicción genérica a Internet, debemos considerar:
Adicciones o Usos Compulsivos a determinados Contenidos o Servicios de Internet:
º Adicción a buscar información de todo tipo: noticias, Webs temáticas, Webs personales, servicios ofrecidos por empresas. Muchas veces incluye pornografía, imágenes o escenas que incluyen violencia. Se buscan sensaciones más que información.
º Adicción a frecuentar los entornos sociales: Chats, juegos on line, etcétera.
Los usuarios no dependientes tienen más tendencia a comunicarse con las personas conocidas.
Los adictos buscan más conocer gente nueva y buscar el apoyo en los grupos de la red; a veces “se crean varias personalidades virtuales”.
º Juego compulsivo. Internet está lleno de Webs con todo tipo de juegos, algunos de ellos tipo casino con apuestas en dinero; otros muy competitivos o violentos, que pueden fomentar ludopatías en determinadas personas.
º Compras compulsivas: comercio electrónico, subastas.
º Ciber sexo adictivo.

Concepto de Ciberadicción
La adicción a Internet o ciberadicción se define como “la pérdida del control frente al uso racional de Internet”. Para esto se deben evaluar una serie de parámetros como el nivel de interferencia y de distorsión en la vida personal, familiar y profesional del individuo. Por ejemplo, si una persona se pasa horas y horas conectada, desatendiendo obligaciones familiares, personales y profesionales de forma reiterada, podíamos estar entrando en una situación de adicción.
Existen dos modelos básicos de la adicción a Internet:
1-El primer tipo se refiere a sujetos muy aficionados e interesados por sus ordenadores que utilizan la Red para recoger información, jugar en solitario, obtener nuevos programas, etc. pero “sin establecer ningún tipo de contacto interpersonal” (más que el necesario para lograr sus propósitos).
2-El segundo tipo lo constituirían aquellos sujetos que frecuentan los Chats, juegos en línea, y listas de correo. Todos ellos tienen en común la “búsqueda de estimulación social”. Las necesidades de filiación, ser reconocido, poderoso o amado subyacen a este tipo de utilización de la Red.
Cuando el uso de Internet interfiera de un modo significativo las actividades habituales es cuando podrá ser considerado patológico. Sin embargo la interferencia sobre los hábitos de vida no es un criterio estable ya que varía ampliamente de unos sujetos a otros, variando en función de las disponibilidades de tiempo, dinero y de numerosas circunstancias tanto personales como familiares.

Aproximación diagnóstica
Son numerosos las investigadores clínicos que sugieren la inclusión de este trastorno en los Manuales de Clasificación (DSM, ICD), proponiendo borradores de criterios diagnósticos:
º Tolerancia (definida por los siguientes criterios).
Necesidad de incrementar las cantidades de tiempo conectado a Internet para lograr la satisfacción.
Disminución del efecto con el uso continuado de similares tiempos de conexión.
º Abstinencia, manifestada por las siguientes características:
Síndrome de abstinencia. Producido por cesación o reducción del tiempo de conexión (cuando se han dado períodos de tiempo prolongados de uso intenso).
Dos o más de los siguientes síntomas aparecen después de unos días y hasta un mes de haberse producido el punto anterior.
º Agitación psicomotriz.
º Ansiedad.
º Pensamientos recurrentes (de tipo obsesivo) acerca de lo que estará ocurriendo en Internet.
º Fantasías o sueños acerca de Internet.
º Movimientos voluntarios o involuntarios similares a los que se efectúan sobre un teclado.
º Los anteriores síntomas producen malestar o deterioran las áreas social, ocupacional o cualquier otra área vital.
º El uso de Internet o de otro servicio on-line es preciso para aliviar o suprimir los síntomas abstinenciales.
º Se accede a Internet mas a menudo o durante períodos de tiempo más prolongados de los que se había planeado.
º Existen propósitos persistentes e infructuosos de suprimir o controlar el acceso a la Red.
º Se invierte una cantidad de tiempo notable en actividades relacionadas con Internet (adquisición de libros, pruebas de nuevos browsers, organización del material descargado, etcétera).
º Las actividades sociales, profesionales o de recreo disminuyen o desaparecen a causa del uso abusivo de Internet.
º Se permanece conectado a pesar de saber que ello supone un problema persistente y recurrente de tipo físico, social, laboral o psicológico (privación de sueño, conflictos matrimoniales, negligencia laboral, sentimientos de abandonar a los seres queridos).
Ivan Goldberg prefiere sustituir el término de adicción a Internet por el de “uso patológico de ordenadores”, estableciendo los siguientes criterios de diagnóstico:
Cambios drásticos en los hábitos de vida a fin de tener más tiempo para conectarse.
Disminución generalizada de la actividad física.
Descuido de la salud propia a consecuencia de la actividad en Internet.
Evitación de actividades importantes a fin de disponer de mayor cantidad de tiempo para permanecer conectado.
Deprivación o cambio en los patrones de sueño a fin de disponer de más tiempo en la Red.
Disminución de la sociabilidad que tiene como consecuencia la pérdida de amistades.
Negligencia respecto a la familia y amigos.
Rechazo a dedicar tiempo extra en actividades fuera de la Red.
Deseo de mas tiempo para estar frente al ordenador.
Negligencia respecto al trabajo y las obligaciones personales.
Correlatos fisiológicos:
º Respuesta condicionada (aceleración del pulso, incremento de la TA) a la conexión del módem.
º Estado de conciencia alterado durante largos períodos de tiempo, con una total concentración en la pantalla, similar al de la meditación o del trance (hipoprosexia).
º Sueños que aparecen en forma circular (“Scroll”).
º Irritabilidad importante cuando se es interrumpido, por personas o circunstancias de la vida real mientras se está sumergido en el ciberespacio.

La adicción a Internet
Es una categoría que agrupa a una serie de desórdenes relacionados, a saber:
1.- compulsión por actividades en-línea
2.- adicción al cyber-sexo
3.- adicción a los cyber-romances
4.- adicción a la computadora
La adicción a las actividades en línea incluye:
º La compulsión por: las subastas, la navegación Web, el juego de azar en línea.
º La obsesión con la programación, con los juegos de computadora, así como la búsqueda compulsiva de sexo y relaciones disfuncionales a través de la Internet forman parte de este síndrome:
º El abandono de la vida familiar y/o social, el descuido de las funciones laborales, así como el deterioro de la higiene y salud física a raíz de la inversión de energía y el tiempo invertido en la adicción a la Internet son característicos de este desorden.

Criterios para el diagnóstico del desorden de adicción a internet (IAD) Goldberg (1995)
Un patrón desadaptativo de uso de Internet, que conlleva un deterioro o malestar clínicamente significativo, expresado por tres o más de los items siguientes en algún momento de un periodo continuado de 12 meses:
1) Tolerancia, definida por cualquiera de los siguientes:
Una necesidad de incrementar notablemente la cantidad de tiempo en Internet para lograr satisfacción.
Notable disminución de los efectos con el uso continuado de la misma cantidad de tiempo en Internet.
2) Abstinencia, manifestado por cualquiera de los siguientes:
(a) El característico síndrome de abstinencia:
Cesación o reducción de un uso de Internet que ha sido grande y prolongado
Dos o más de los siguientes, desarrollados algunos días durante un mes antes:
-Agitación psicomotora
-Ansiedad
-Pensamientos obsesivos acerca de lo que estará sucediendo en Internet
-Fantasías o sueños a cerca de Internet
-Movimientos de tecleos voluntarios o involuntarios
-Los síntomas causan malestar o deterioro en el  área social, laboral u otra área importante de funcionamiento.
(b) El uso de Internet o un servicio similar esta dirigido a aliviar o evitar los  síntomas de la abstinencia.
3) Se accede a Internet con más frecuencia o por períodos más largos de lo que inicialmente se pretendía.
4) Deseo persistente o esfuerzos infructuosos de controlar o interrumpir el uso de Internet.
5) Se emplea mucho tiempo en actividades relacionadas al uso de Internet (por ejemplo comprando libros sobre Internet, probando nuevos navegadores, indagando proveedores de Internet, organizando fichero o descargando materiales).
6) Actividades sociales, ocupacionales o recreativas se dejan o reducen a causa del uso de Internet.
7) Internet se continúa usando Internet un pesar de saber que se tiene un persistente o recurrente problema físico, social, ocupacional o psicológico que parece ser causado o exacerbado por el uso de Internet (privación de sueño.
Dificultades maritales, llegar tarde a las citas por las mañanas, abandono de los deberes profesionales, o sentimientos de abandono de personas significativas).
David Greenfield. señala un conjunto de siete criterios para la Identificación y predicción de la adicción a Internet:
º Número total de horas que pasas conectado.
º Otras personas piensan que tienes un problema con Internet.
º Experimentar serias consecuencias relacionadas con el uso de Internet.
º Experimentar una intensa intimidad en la red.
º Mantener la cantidad de tiempo que se pasa conectado como un secreto.
º Edad (más joven incrementa el riesgo de adicción).
º No poder esperar para llegar al ordenador y conectarse

Perfil del ciberadicto
David Greenfield. señala un conjunto de siete criterios para la Identificación y predicción de la adicción a Internet:
º Número total de horas que pasas conectado.
º Otras personas piensan que tienes un problema con Internet.
º Experimentar serias consecuencias relacionadas con el uso de Internet.
º Experimentar una intensa intimidad en la red.
º Mantener la cantidad de tiempo que se pasa conectado como un  secreto.
º Edad (mas joven incrementa el riesgo de adicción).
º No poder esperar para llegar al ordenador y conectarse.
º Nathan Shapira, señala que, “no es claro si el problema relacionado con Internet debería ser considerado como un desorden o como un síntoma de un problema más serio (como maníaco-depresivo, etcétera)
º “El uso excesivo de Internet puede clasificarse como un desorden de control de impulsos, en la misma categoría del cleptómano o el comprador compulsivo”.
º La mitad de los ciberadictos sufría desórdenes de ansiedad tales como: “fobia social”; trastornos de hábitos alimentarios; estallidos incontrolables de ira o compulsión de comprar; abuso del alcohol u otras sustancias en algún momento de sus vidas.
Un porcentaje importante de sujetos que se consideraba completamente atrapado por la Red, no tenía ninguna intención de disminuir o eliminar esta conducta.
º Otro grupo importante de sujetos había realizado diversos intentos por reducir sus tiempos de conexión sin resultados positivos, viéndose obligados a tomar decisiones drásticas cuando las consecuencias de esta conducta se volvían insostenibles (deshacerse de sus módems, cancelar sus cuentas de acceso, o incluso desmantelar toda la instalación informática).
º Cuando esta circunstancia se producía aparecía un intenso deseo (“Craving”) similar al de otras adicciones.
Entre los signos de alerta respecto a posibles problemas con el uso de la Red se mencionan:
º Comprobación compulsiva del correo electrónico.
º Tendencia reiterada a anticipar la próxima conexión a la Red.
º Quejas de terceros respecto a que se invierte mucho tiempo conectado.
º Quejas de terceros respecto a que se gasta demasiado dinero en conexiones a Internet.

Efectos negativos
º En la adicción a Internet también se han señalado algunas consecuencias negativas, sobre todo las derivadas de la privación de sueño La privación de sueño se produce por la inhabilidad o incapacidad del adicto a cortar la conexión, permaneciendo despierto hasta altas horas de la madrugada,, lo cual podría dar lugar a fatiga, debilitación del sistema inmunitario y un deterioro de la salud.
º Internet está produciendo un rápido cambio en las costumbres y modos de vida de las personas, ya que en cierto sentido está modificando la forma en que nos relacionamos unos con otros. Un exagerado uso de Internet esta asociado con una disminución en la comunicación con los miembros de la familia en el hogar, un achicamiento en el tamaño de su círculo social y un incremento en su depresión y soledad.
º La comorbilidad entre un exagerado uso de Internet y el incremento en los niveles de depresión ha aparecido en varios estudios. Sin embargo, existe aún controversia sobre si la depresión es la causa o el efecto de la adicción a Internet. Es posible se produzca un ciclo vicioso en el que la soledad y la depresión alimentan el uso del ordenador/ Internet, y ello lleva a una mayor soledad y depresión.
Esto se explicaría por una conducta compensatoria en la cual la actividad “on line” de los usuarios se incrementa a medida que aumentan sus sentimientos de incomunicación.
º El medio en el que se desenvuelve la adicción genera también una serie de cambios psicológicos negativos, consistentes en alteraciones del humor, ansiedad o impaciencia por la lentitud de las conexiones o por no encontrar lo que se busca o a quien se busca, estado de conciencia alterado (total focalización de la atención), irritabilidad en caso de interrupción, incapacidad para salirse de la pantalla, etcétera.
º Desde un punto de vista sistémico, los efectos negativos de la adicción se expresan en los ámbitos familiar, académico y profesional El adicto se aísla del entorno y no presta atención a otros aspectos de las obligaciones sociales.
º Internet esta produciendo grandes cambios, algunos negativos, pero también es necesario señalar que para la mayoría de las personas Internet es una herramienta que trae grandes beneficios. La pregunta que debemos hacernos es: ¿cómo es posible que una tecnología que para la mayoría es beneficiosa se convierta en adictiva para algunos?

Mecanismos psicopatogénicos:
º El proceso por el cual una persona se convierte en adicto es siempre una interacción de factores relativos al objeto de la adicción, a las características de la persona que la hacen vulnerable y al entorno social. Los intentos de determinar las causas de la adicción a Internet deben tener en cuenta que la conducta problema se desarrolla en un contexto virtual que no tiene por que seguir las leyes del mundo real.
º Las cualidades de Internet que parecen contribuir al potencial de la adicción están relacionadas con la velocidad, accesibilidad e intensidad de la información a la que se tiene acceso, de forma similar que la rapidez de absorción de una droga es directamente proporcional al potencial adictivo de la misma.
º La razón de que aparezcan adicciones a comportamientos que no son posibles fuera de la red (adicción a las líneas de Chat o a los juegos) tiene que vez con esa velocidad, accesibilidad e intensidad de la información.

Mecanismos y refuerzos que predisponen a la formación de la ciberadicción
a) Aplicaciones adictivas: las aplicaciones que más poder adictivo tienen son las “que permiten al usuario interaccionar con otros”.
Lo que diferencia a los usuarios dependientes de los que no lo son, es el tipo de aplicaciones que utilizan. Los usuarios no dependientes usan Internet para encontrar información y mantener relaciones preexistentes, mientras que los “dependientes la usan para socializarse y conocer nueva gente, para implicarse en un grupo”.
Existen tres principales áreas de reforzamiento:
a) Apoyo Social,
b) Realización Sexual, y
c) Creación de un Personaje.
a) Apoyo social: Las visitas continuadas a un determinado Chat, hacen que se establezca una intimidad con los demás miembros, alentada por la desinhibición que se muestra en la red. Esta desinhibición es consecuencia directa del anonimato que proporciona la comunicación mediada por ordenador. Estos grupos llenan la necesidad de apoyo que tenga la persona en situaciones estresantes de enfermedad, jubilación o divorcio.
b) Satisfacción sexual: Hay cantidad de Chats que han sido diseñados para la interacción erótica. Estas aplicaciones permiten al usuario elegir la fantasía sexual que le apetezca en el momento, con solo pulsar un botón (desde la homosexualidad hasta las diversas parafilias, como la paidofilia, etcétera). En estos lugares se sienten libres de ataduras por el anonimato y el sentimiento de practicar “sexo seguro”. Además personas que se sienten poco atractivas físicamente se ven liberadas de este problema.
c) Creación de personalidad ficticia: Internet permite crear un “personalidad virtual” modificando las propias características físicas que en el mundo real son inamovibles. Por ejemplo, un trabajador no calificado, casado y obeso, puede aparecer en la red como un joven millonario campeón de atletismo. Es unas forma de “reinventarse a sí mismo”, de cubrir necesidades psicológicas previamente no afrontadas, enmascarando la inseguridad interpersonal. Dos de estas necesidades psicológicas son la expresión de un rasgo de personalidad repri-mido y la necesidad de reconocimiento y poder.
Debe recordarse el axioma que afirma que en el Chat: “Nadie es quien dice ser”.
Recordamos en caso de una paciente adolescente atraída a una cita a ciegas, concertada a través del Chat, que fue abusada sexualmente y agredida físicamente con peligro de su vida)
d) Rasgos de personalidad emergentes: Internet puede ayudar a sacar a la luz aspectos de la personalidad que estaban ocultos o reprimidos, como puede ser la agresividad, el sadomasoquismo, etc. Una vez sacados a la luz, se debe aprender a incorporarlos a la propia personalidad, evitando limitar esos roles al ciberespacio y elaborarlos adecuadamente
e) Reconocimiento y poder: Este es un elemento que se deriva de los juegos en red, en los que se crea un personaje que va aumentando su poder a medida que consigue puntos, pudiendo llegar al liderato de otros jugadores subordinados.
Sentimientos que experimentan los usuarios dependientes de Internet y que pueden llevar a la adicción:
- Los adictos informan de una intensa intimidad cuando está conectados,
- Existe un sentimiento de desinhibición,
- Muchos adictos informan también de una pérdida de ataduras,
- Sentimientos de que el tiempo se detiene o que pasa muy rápido,
- Sentirse fuera de control cuando se está conectado.

¿Por qué algunas personas se hacen adictas?
Internet en la mayoría de los casos facilita cubrir o compensar un déficit en la personalidad del adicto. Ya que Internet es eminentemente un instrumento de comunicación inter-personal, es en este ámbito donde el mundo virtual puede convertirse en un sustituto de la vida real para las personas con déficits en habilidades sociales, timidez.
La red permite cubrir dos tipos de necesidades básicas:
1-la estimulación solitaria (búsqueda de información, imágenes, sonido, juegos, etcétera) y 2- la búsqueda de interacción social.
Hay ciertas características de personalidad o estados emocionales que aumentan la vulnerabilidad psicológica a las adicciones.
La vulnerabilidad psicológica hacia la adicción a Internet se expresa en los siguientes factores de riesgo:
 
Factores de riesgo que aumentan la vulnerabilidad psicológica a las adicciones
º Déficits de personalidad: introversión acusada, baja autoestima y nivel alto de búsqueda de sensaciones.
º Déficits en las relaciones interpersonales: timidez y fobia social.
º Déficits cognitivos: fantasía descontrolada, atención dispersa y tendencia la distractibilidad.
º Alteraciones psicopatológicas: Adicciones químicas o psicológicas presentes o pasadas. Depresión, ansiedad, baja autoestima

¿Quiénes están propensos a la adicción?
Las personas más susceptibles a esta adicción, son aquellos que sufren de depresión, o simplemente aquellos que “quedan atrapados” por las posibilidades que este nuevo mundo presenta.
El anonimato que la red ofrece, personificar roles opuestos a los que se viven en la vida cotidiana. Dando a la oportunidad a estos personajes virtuales “de interpretar sus fantasías más intimas o sus pesadillas más aterradoras”.
A algunos les “permite entablar relaciones que por su inhibición no pueden desarrollar en la vida real”, mientras que a otras “le permiten realizar una serie de fantasías sexuales” que por circunstancias del mundo exterior guardan escondidas en sus mentes.
Hay que tener en cuenta un punto muy importante y es que existe una distancia muy corta entre el juego y la adicción. Muchas de las personas que entran a Internet y a los canales de Chat, lo hacen para relajarse o simplemente con fines lúdicos. Pero con el tiempo esta línea puede convertirse en algo más que un juego que envuelve a sus personajes en una adicción que a veces pueden resultar nocivas para nuestro mundo personal, familiar y social
El ciber-romance
En un romance “verdadero” en Internet, la pareja luego querrá conocerse para desarrollar y satisfacer la relación. Para estas personas, Internet fue simplemente un medio de conocer-se. Esta es una poderosa manera para encontrar gente con intereses y personalidades compatibles.
º Hay personas que no quieren conocerse cara a cara. Estas personas prefieren vivir con la fantasía que han creado (consciente o inconscientemente) acerca del ciber-amante. La pareja podría estar colaborando en la creación de una satisfacción mutua que los retrata de manera diferente a como ellos son en realidad. Podrían no querer conocerse por que la fantasía podría destruirse por los hechos de la realidad.
º Muchas personas buscan la excitación en la fantasía a través de libros, TV, películas o Internet, pero confunden esta fantasía con la realidad. Un Caber-romance es sólo otro tipo de “escape de la realidad” - es más interactivo, y por eso mucho mas excitante, para esa persona, que los métodos usuales.

El cibersexo adictivo
º Un ejemplo que ilustra esta evolución en la fuerza adictiva lo encontramos en el caso de la adicción a las líneas eróticas. Las características de funcionamiento de estas líneas que facilitan la dependencia son: disponibilidad ambiental, refuerzo inmediato, percepción de control y gran excitación emocional o sexual.
º Por otra parte la Internet provee un contexto virtual que permite a los tímidos introvertidos interactuar en un contexto seguro, facilitar las infidelidades vía Internet y permitir la creación de personalidades virtuales dependientes del estado de ánimo de la persona.
º El anonimato de las transacciones electrónicas contribuye a animar la actuación de actos desviados e incluso criminales, como observación de imágenes obscenas o ilegales (por ejemplo pedofilia).
º El cibersexo se ha convertido en un subtipo específico de la adicción a Internet. Se estima que 1 de cada 5 adictos esta “enganchado” en alguna forma de actividad sexual on line (viendo ciberporno y/o enganchado en el cibersexo).
º Algunos estudios muestran que los hombres esta más predispuestos a ver ciberpornografia, mientras las mujeres usualmente se enganchan el Chat erótico.
 
Signos de riesgo de adicción al cibersexo
º Rutinariamente gastan significativas cantidad de tiempo en salones de Chats y mensajes privados con el único objetivo de encontrar cibersexo.
º Sentimiento de preocupación y uso del Internet para encontrar parejas sexuales Online.
º Frecuente uso de comunicación anónima para engancharse en fantasías sexuales no realizadas típicamente en la realidad.
º Anticipación de la siguiente sesión On line con la expectativa de encontrar activación sexual o gratificación.
º Encontrar que frecuentemente se desplaza del cibersexo a las líneas telefónicas eróticas (o incluso a reuniones sexuales en la vida real)
º Esconder las interacciones Online de las personas importantes en su vida.
º Sentimiento de culpa o pena por el uso Online.
º Accidentalmente activado por el cibersexo al comienzo, y ahora se encuentra activación al momento de conectarse.
º Masturbarse mientras se esta enganchado en un Chat erótico.
º Menor compromiso con el compañero sexual real, prefiriendo solo el cibersexo como la principal forma de gratificación.
º La gente que sufre de una baja autoestima, una distorsión severa de la imagen corporal, una disfunción sexual no tratada, o una previa adicción sexual están en mayor riesgo de desarrollar una adicción al cibersexo.
º Particularmente, los adictos al sexo a menudo se dejan llevar por el Internet  como una nueva y segura salida sexual para satisfacer sus compulsiones sin el costo de las líneas calientes, el miedo de ser visto en una tienda de adultos, o enfermarse entre prostitutas.
El modelo ACE de adicción al cibersexo es usado para explicar como Internet crea un clima cultural de permisividad que normalmente sirve para estimular y validar comportamientos sexuales desviados. El modelo ACE (anonimato, comodidad y escape) examina el anonimato de las interacciones on line que sirven para incrementar la probabilidad del comportamiento, la comodidad del ciberporno y los Chat sexualmente orientados fácilmente disponibles, y finalmente, el escape de las tensiones mentales derivadas de la experiencia el cual sirve para reforzar el comportamiento dirigido a la compulsión.
º El anonimato de las transacciones electrónicas provee al usuario de un gran sentido de percepción de control sobre el contenido, tono, y naturaleza de la experiencia sexual en línea.
º A diferencia de las experiencias sexuales reales, una mujer puede rápidamente cambiar de pareja si su ciber-amante no es muy bueno, o un hombre puede desconectarse después de su orgasmo sin largas despedidas.
º Si un hombre secretamente se pregunta como seria tener sexo con otro hombre y si una mujer siempre ha buscado tratar el sadomasoquismo.
º Dentro del contexto anónimo del ciberespacio, los mensajes convencionales acerca del sexo son eliminados permitiendo a los usuarios interpretar fantasías ocultas o reprimidas en un ámbito privado, sin el miedo de ser atrapados.
º Para alguien que alguna vez ha tenido curiosidad por el sadomasoquismo, sexo en grupo, homosexualidad, vouyerismo, el cibersexo provee un modo privado, seguro, y anónimo de explorar aquellas fantasías.
º Por lo tanto, los individuos que están más predispuestos a experimentos sexuales se sienten alentados a engancharse en sus “fantasías validadas” por la cultura ciberespacial.

Evaluación de la adicción a Internet
El principal obstáculo que encontraremos para detectar la existencia del problema es la negación. El paciente tiende a negar o minimizar su dependencia de la red, amparándose muchas veces en su utilidad.
Por ello, no es fácil que el trastorno se haga evidente en una exploración inicial.
Del mismo modo que en otras adicciones como el alcohol y drogas o la comida compulsiva, se ha propuesto que existen una serie de disparadores y señales similares a las que disparan la conducta de “atracón” o “borrachera” en el adicto a Internet, y que deben ser evaluadas:
A-Aplicaciones: Lo habitual es que el adicto use una aplicación específica que es la que actúa como disparador. En evaluador debe examinar sus pautas de uso en cada aplicación particular:
¿Qué aplicaciones usa en Internet?
¿Cuántas horas por semana dedica a cada aplicación?
¿Cómo clasificaría las aplicaciones de la más a la menos importante?
¿Qué le parece mejor de cada aplicación?
Si es difícil de saberlo se podría solicitar un autorregistro para colocar al lado del ordenador para registrar su uso.
B-Emociones: Los adictos experimentan sensaciones placenteras cuando están conectados en contraste a como se sienten cuando están desconectados.
Se deben detectar los dos extremos:
• ¿Cómo se siente cuando está desconectado? Después debe determinarse si las respuestas están en un continuo de sentimientos negativos (solo, insatisfecho, inhibido, angustiado, frustrado o preocupado).
• ¿Cómo se siente cuando está usando Internet? Respuestas como excitado, feliz, desinhibido, atractivo, apoyado o deseado, indican que Internet ha modificado el estado de ánimo del paciente.
C-Pensamientos: El pensamiento catastrófico provee de un mecanismo de escape psicológico para evitar los problemas reales o percibidos.
Los adictos tienden más a menudo a anticipar los problemas.
D-Sucesos Vitales: Una persona que no esté satisfecha con algún área de su vida puede usar Internet como medio para evitar los problemas u olvidar el dolor, pero cuando se encuentre fuera de la red se dará cuenta de que nada ha cambiado.
Es necesario evaluar si el adicto está usando Internet como medio para evitar una situación infeliz como una enfermedad, insatisfacción marital o laboral, desempleo, etcétera.
Uno de los primeros síntomas que son notados se refieren a la gran cantidad de tiempo que se pasa en actividades relacionadas con Internet. En la evaluación debe determinar-se si el incremento del uso de Internet es algo normal por ser esta una herramienta nueva que causa una inicial fascinación, o por el contrario se ha convertido en una adicción.
En esto es importante el tiempo que hace que se inició el problema.

Cuatro modalidades de adicción a internet
La clasificación se expone en la siguiente tabla:

Modalidad                                         Aplicación                                          Contenidos    
Adicción cibersexual                 Páginas Web para adultos         Pornográficos o sexuales         
Adicción a las                          Grupos de discusión,                 Comunicación interactiva
ciber-relaciones                                    e-mail, Chats, etc.                     con otros usuarios.
Compulsiones de la red             Páginas Web, en la                   Juegos de azar,
Uso obsesivo del                      mayoría de los casos                 comercio electrónico,
ordenador para juegos               comerciales y                           subastas.         
Buscadores de información       Robots de búsqueda,                 Simplemente navegar por
 y “vagabundos electrónicos”    FTP, TELNET.                                   la red sin una meta específica y buscar información                                                                        sobre un tema de interés.         
 
º Es fácil encontrar casos mixtos de gente que utilizan los Chat para lograr satisfacción sexual, o ludópatas que usan Internet para implicarse en juegos de azar, el límite de las modalidades entre sí y con otros trastornos no está claramente definido.
º En al mayoría de estas modalidades lo que existe es un trastorno psicológico o carencia que se expresa a través de Internet. Con el avance de la investigación se hace evidente que la mayoría de las veces la adicción a Internet no es sino un trastorno secundario a otros como la fobia social, depresión, adicción al sexo o las diversas parafilias.
º Si en la evaluación se detecta alguno de estos trastornos el terapeuta debe decidir cual es el trastorno que merece una atención prioritaria.
º Internet puede fácilmente ser el objetivo de comportamientos obsesivo/compulsivos, reforzados por la gran cantidad de recursos que se pueden encontrar en la red para alimentar otras adicciones o compulsiones.

Internet addiction test (Kimberley y Young)
Traducción y adaptación
1. ¿Con qué frecuencia se encuentra con que lleva más tiempo navegando del que  pretendía estar?
2. ¿Desatiende las labores de su hogar por pasar más tiempo frente a la computadora navegando?
3. ¿Prefiere excitarse con fotos o videos a través de Internet en lugar de intimar con su pareja?
4. ¿Con que frecuencia establece relaciones amistosas con gente que sólo conoce a través de Internet?
5. ¿Con que frecuencia personas de su entorno le recriminan que pasa demasiado tiempo conectado a Internet?
6. ¿Su actividad académica (escuela, universidad) se ve perjudicada porque dedica demasiado tiempo a navegar?
7. ¿Con que frecuencia chequea el correo electrónico antes de realizar otras tareas prioritarias?
8. ¿Su productividad en el trabajo se ve perjudicada por el uso de Internet?
9. ¿Se vuelve precavido o reservado cuando alguien le pregunta en que dedica el tiempo que pasa navegando?
10. ¿Se evade de sus problemas de la vida real pasando un rato conectado a Internet?
11. ¿Se encuentra alguna vez pensando en lo que va a hacer la próxima vez que se conecte a Internet?
12.¿Teme que su vida sin Internet sea aburrida y vacía?
13. ¿Se siente molesto cuando alguien lo/a interrumpe mientras esta navegando?
14. ¿Con que frecuencia pierde horas de sueño pasándolas conectado a Internet?
15. ¿Se encuentra a menudo pensando en cosas relacionadas a Internet cuando no está conectado?
16. ¿Le ha pasado alguna vez eso de decir “solo unos minutitos más” antes de apagar la computadora?
17. ¿Ha intentado alguna vez pasar menos tiempo conectado a Internet y no lo ha logrado?
18. ¿Trata de ocultar cuanto tiempo pasa realmente navegando?
19. ¿Prefiere pasar mas tiempo online que con sus amigos en la vida real?
20. ¿Se siente ansioso, nervioso, deprimido o aburrido cuando no está conectado a Internet?
Evaluar cada respuesta:
1 = Raramente
2 = Ocasionalmente
3 = Frecuentemente
4 = Muy a menudo
5 = Siempre
0 = No
Si la puntuación es mayor de 50 es aconsejable que consulte con un especialista en Salud Mental (Psiquiatra o Psicólogo) para que le realice una evaluación diagnóstica ya que puede estar padeciendo una Adicción a Internet.

Test de adicción a Internet
1-¿Dedica más tiempo del que cree que debería a estar conectado a la red con objetivos distintos a los de su trabajo?
2-¿Piensa que se sentiría mal si redujera el tiempo que pasa en Internet?
3-¿Se han quejado sus familiares de las horas que dedica a Internet?
4-¿Le resulta duro permanecer alejado de la red varios días seguidos?
5-¿Se resienten sus relaciones por estar conectado a la red?
6-¿Existen contenidos o servicios de la red a los que encuentra difícil resistirse?
7-¿Tiene problemas para controlar el impulso de conectarse a la red?
8-¿Ha intentado, sin éxito, reducir su uso?
9-¿Obtiene gran parte de su bienestar del hecho de estar conectado a la red?
Responder por Si o por No.
0 y 3, es un usuario sin problemas
4 y 6, es un usuario de riesgo
7 y 9, es un usuario con problemas de adicción

Tratamiento
º Habría cerca de un 6 % de los usuarios que son adictos a Internet.
º Se han desarrollado programas de tratamiento, que tratan de recuperar al adictos en forma muy parecida a como ya lo hacen otros programas como Alcohólicos Anónimos o los Jugadores en Rehabilitación.
º Estos grupos permiten que los adictos se apoyen entre sí, se conozcan y empiecen a reconocer su problema.
Estos programas constan de los siguientes elementos:
1) Control de los estímulos vinculados a la adicción: En una primera fase de la terapia se ha de evitar la conexión, pero tras un período de abstinencia tota, se ha de tratar de limitar el tiempo de conexión (al margen de las obligaciones laborales) a no más de 120 minutos/día, atender el correo 1 vez al día y a una hora concreta, de conectarse en compañía, sin quitar horas al sueño y de ayudar a eliminar los pensamientos referidos a la red cuando no se está conectado.
2) Exposición prolongada a los elementos suscitadores del ansia por la conducta adictiva: La evitación de los estímulos en la mayoría de los casos es insuficiente, pues esta no se puede mantener indefinidamente, ya que aumenta el riesgo de recaídas. La recuperación total se consigue cuando se expone a los indicios de riesgo de forma regular y progresiva y es capaz de resistirse a ellos sin escape.
3) Solución de problemas específicos: Deben controlarse varios aspectos relacionados con la abstinencia:
- Control del ansia por implicarse de nuevo en la conducta.
- Control de la ansiedad
- Control de la depresión
- Control de los conflictos interpersonales
4) Creación de un nuevo estilo de vida: Lo esencial es promover un equilibrio adecuado entre deberes y deseos.
5) Prevención de recaídas: El mantenimiento de los logros terapéuticos es más sencillo cuando hay abstinencia total, pero si esto no es posible el objetivo será enseñar a la persona a usar Internet de forma controlada. Algunas de las estrategias que podrían usarse son:
• Identificación de situaciones de alto riesgo,
• Respuestas de enfrentamiento a situaciones problema,
• Cambio de expectativas sobre las consecuencias de la implicación en la conducta Adictiva,
• Revisión del estilo de vida del paciente.
Puesto que en la mayoría de los casos la abstinencia en este tipo de adicción no es posible, se utilizan los modelos de “bebida controlada” y “entrenamiento en moderación” para trastornos alimenticios, ya que Internet parece tener la misma habilidad para proveer alivio emocional, escape mental y maneras de eludir los problemas que tiene el alcohol, las drogas, la comida o el juego, y propone el siguiente:

Estrategias cognitivo - conductuales:
a) Practicar lo contrario en el tiempo de uso de Internet:
Es necesario previamente evaluar los hábitos de uso de Internet: cuándo, cuántas veces, dónde y durante cuanto tiempo se produce la conexión. La técnica consiste en romper la rutina para adaptarse a un nuevo horario. Por ejemplo, si lo primero que hace el paciente al levantarse es chequear el correo, se debe sugerir que lo haga después de desayunar, si se conecta al llegar a casa hacerle conectarse sólo después de cenar. El objetivo es romper con los hábitos de conexión.
b) Interruptores externos: Se trata de usar cosas que el paciente tenga que hacer o sitios donde ir, como señales que le indiquen que debe desconectar. Como ayuda a estas alarmas naturales se pueden usar relojes o alarmas de tiempo.
c) Fijar metas: Para evitar las recaídas se puede programar un horario realista que permita al paciente manejar su tiempo. Se puede elaborar un esquema de conexiones breves pero frecuentes. El tener un horario tangible puede permitir tener sensación de control.
d) Abstinencia de una aplicación particular: Una vez se ha identificado la aplicación que resulta más problemática para el paciente, este debe dejar de utilizarla. Esto no significa que no pueda usar otras aplicaciones relacionadas con la red. Si el paciente encuentra problemas con el las Chat, entonces no lo debe usar más, pero si puede usar el correo electrónico o los navegadores Web.
e) Usar tarjetas recordatorias: Para mantener al paciente centrado en la meta de la abstinencia o la reducción de uso podemos pedirle al paciente que haga una lista de los cinco principales problemas causados por la adicción a Internet y otra con los cinco principales beneficios de estar desconectado de Internet o abstenerse de usar una aplicación. La lista puede ser transcrita en una tarjeta que pueda llevar consigo. Le podemos sugerir que saque la tarjeta cada vez que piense en usar Internet, y que apunte todos los beneficios que le ocasionen la abstinencia o reducción de uso así como los efectos negativos que le cause su uso.
f) Desarrollar un inventario personal: Al mismo tiempo que el paciente intenta cortar el uso de Internet, podemos sugerir que cultive una actividad alternativa. El paciente debe elaborar un inventario personal de las cosas que ha dejado de hacer a causa de su adicción, para luego clasificarlas en “muy importante”, “importante” o “no muy importante”. Debemos hacer que el adicto examine especialmente las actividades “muy importantes” para que se haga consciente de lo que ha perdido y le gustaría recuperar.
Psicoterapia
1) Psicoterapia Individual:
La adicción a Internet puede tratarse solamente de un síntoma o de un trastorno secundario.
La depresión la fobia social o la adicción al sexo son alguno de los trastornos que pueden ser los responsables de una sobre implicación en la red. En estos casos el tratamiento específico para estas disfunciones debe ser adaptado al medio en el que se produce.
2) Psicoterapia grupal:
El apoyo social de la red contribuye a la adicción de aquellos con estilos de vida solitarios, hace conveniente ayudarles a encontrar un grupo de apoyo que se refiera a su situación.
3) Terapia familiar:
Es necesaria en aquellos casos en los que las relaciones familiares se han interrumpido o han sido negativamente afectadas.
La intervención debe estar centrada en:
- Educar a la familia en lo adictivo que puede llegar a ser Internet.
- Reducir la culpa en el adicto por su comportamiento.
- Promover la comunicación abierta sobre los problemas premórbidos que llevaron al adicto a implicarse en el abuso de Internet
- Animar a la familia a colaborar en la recuperación del adicto ayudándole a encontrar nuevas ocupaciones, tomándose unas vacaciones o escuchando sus sentimientos.

Prevención en los adolescentes
Los adolescentes entre las actividades más comunes en la computación prefieren las siguientes:
Juegos en red: son versiones avanzadas de los videojuegos tradicionales que brindan a los players – jugadores - la posibilidad de armar equipos y jugar unos contra otros desde distintas computadoras conectadas entre sí.
Juegos on line: Son similares a los juegos en red, pero en éstos no sólo compiten las personas de un mismo cíber, sino también aquellas que se encuentran conectadas en las distintas partes del mundo a través de Internet.
Chat: los usuarios se pueden comunicar con cualquier persona del mundo teniendo sólo una cuenta de correo electrónico. A la vez pueden verse con cámara Web y hablar por micrófonos.
El abuso de tiempo frente a la computadora se produce por problemas afectivos, como la ausencia de los padres, debido a que “la mayoría trabaja”.
Los padres prefieren que sus hijos en lugar de estar en la calle, pasen largas horas en un lugar que les agrade y les brinde seguridad, ya sea un cíber o su propia habitación, frente a una máquina.
Uno de los datos preocupantes es el tiempo que una persona puede llegar a estar frente a la computadora. En los menores de 8 años, se estima que debe ser de 30 a 40 minutos; más de una hora es totalmente nocivo para el niño. Pero éstos no siempre cumplen este horario, suelen estar frente a la computadora unas tres horas seguidas.
Adolescentes de 13 y 14 años admiten que si no existieran el Chat ni los juegos en red, invertirían el tiempo en hacer actividades al aire libre, deportes, estar más tiempo con los amigos y salir con ellos, aprender otro idioma. Muchos confesaron: “Podría dormir más; porque ahora, por culpa de la computadora, cada vez me acuesto más tarde”.
Se aconseja tener la computadora en un ambiente familiar, como el comedor diario, para tener más noción del uso, tiempo y material elegido por los niños y adolescentes. No es aconsejable en la habitación, ya que se pierde el contacto con ellos.
En el caso de los cíber, se recomienda dar a los chicos la plata justa para que jueguen sólo un par de horas (los mayores).
Para los más chicos, el juego debe restringirse a media hora.
También se propicia participar de los juegos con los chicos, para saber de qué se tratan y medir mejor su contenido y efectos.
En 2003 se sancionó en la Ciudad de Buenos Aires la ley 1244, que entre otros aspectos prohíbe las máquinas recreativas con programas que contengan elementos racistas, sexistas, pornográficos, que hicieran apología de la violencia o fueran discriminatorios. Establece, además, que los salones que ofrecieran juegos en red deberían estar ubicados a más de 200 metros de establecimientos primarios, secundarios, iglesias y salas velatorias.

9. Psicológicas, “soy un esclavo”: Si me dedico monotemáticamente a una actividad y además, lo que hago no me es agradable, se generará un factor de estrés que podría llevar a la persona a sentirse esclavo de una silla por tener que permanecer en ella todos los días. Con el tiempo, se podrá desarrollar cuadros depresivos. Ahora, atención que lo mismo ocurre cuando se ve excesiva TV, porque ocasiona desordenes del ánimo donde sólo se le da sentido a la vida al estar frente a la televisión. También este trastorno psicológico disminuiría los niveles de inmunidad. 10. Pensamiento más lento: Cuando los músculos están en movimiento, bombean sangre fresca y oxígeno a todos los órganos. En este intercambio en el cerebro se liberan todo tipo de productos químicos para mejorar el estado de ánimo y del cerebro, pero en modo sedentario, se ralentizará la función cerebral.

Fuente: Emol.com - http://www.emol.com/noticias/Tendencias/2014/02/10/739938/Conoce-las-enfermedades-que-se-derivan-de-estar-sentado-8-horas-diarias.html
9. Psicológicas, “soy un esclavo”: Si me dedico monotemáticamente a una actividad y además, lo que hago no me es agradable, se generará un factor de estrés que podría llevar a la persona a sentirse esclavo de una silla por tener que permanecer en ella todos los días. Con el tiempo, se podrá desarrollar cuadros depresivos. Ahora, atención que lo mismo ocurre cuando se ve excesiva TV, porque ocasiona desordenes del ánimo donde sólo se le da sentido a la vida al estar frente a la televisión. También este trastorno psicológico disminuiría los niveles de inmunidad. 10. Pensamiento más lento: Cuando los músculos están en movimiento, bombean sangre fresca y oxígeno a todos los órganos. En este intercambio en el cerebro se liberan todo tipo de productos químicos para mejorar el estado de ánimo y del cerebro, pero en modo sedentario, se ralentizará la función cerebral.

Fuente: Emol.com - http://www.emol.com/noticias/Tendencias/2014/02/10/739938/Conoce-las-enfermedades-que-se-derivan-de-estar-sentado-8-horas-diarias.html