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viernes, 14 de junio de 2013

Un caso más de manipulación informativa

Por cortesía de Isidro Sánchez:

Vicenç Navarro, "¿Es España una democracia? El caso de las pensiones", en Público, 12 jun. 2013
     
A  primera vista esta pregunta parece una provocación. Dudar de que España sea una democracia parece reflejar una ignorancia acerca de lo que es una dictadura. Y los que hemos vivido y sufrido una dictadura podemos atestiguar que España hoy no es una dictadura. Ahora bien, tampoco es una democracia homologable a la de la mayoría de países de la Unión Europea de los Quince (UE-15) que tienen un desarrollo económico semejante al español. Y uno de los indicadores más significativos de lo que digo es lo limitadísimo que es el espectro ideológico en los medios de mayor difusión, sean estos públicos o privados. Veamos un ejemplo.

Hace unos días se publicó un informe de una Comisión llamada de Expertos, que fue nombrada por el gobierno del PP con el objetivo de hacer recomendaciones que, en teoría, pudieran garantizar la solvencia de las pensiones públicas en España. Esta Comisión estaba integrada en su mayoría por profesionales próximos a las Compañías de Seguros Privados y a la Banca (9 miembros de un total de 12), instituciones financieras que tienen un gran interés en privatizar las pensiones a base de reducir las pensiones públicas. En cualquier país con mayor cultura democrática, habría una protesta, expresada entre otros fórums, en los medios de mayor difusión, denunciando el claro conflicto de intereses entre dichos profesionales y el objetivo asignado a la Comisión, que era hacer un estudio objetivo de la situación, para mejorarla. Este objetivo estaba claramente en conflicto con los intereses de las Compañías de Seguros y de la Banca que aquellos miembros de la Comisión representaban. Ni que decir tiene que esta representatividad no era formal. Pero su dependencia de las instituciones que habían financiado sus trabajos les hacía vulnerables y sospechosos de una falta de neutralidad e imparcialidad. En realidad, todos ellos eran conocidos por sus posturas favorables a las tesis de las Compañías de Seguros y de la Banca, lo que explica que el informe pudiera haberlo escrito la propia asociación de Compañías de Seguros (de las cuales recibían dinero) o de la Banca (de la que también recibieron fondos). Todo era muy predecible.

En un país democrático esto hubiera sido objeto de denuncia en los medios de información. No ha sido así en nuestro país. Todos estos medios continuaron refiriéndose a la Comisión como “Comisión de Expertos”, ignorando que tales medios tienen entre sus objetivos (al menos en teoría) la vigilancia del Estado y crítica de sus comportamientos antidemocráticos. Referirse a tal Comisión como de Expertos, es darles una legitimidad que no se merecen.

El sesgo abusivo de los medios de información y persuasión

Pero la cosa es incluso peor. Si miramos los artículos de los cinco rotativos de mayor difusión del país (El País, La Vanguardia, El Periódico, el Mundo y ABC), podemos ver que todos ellos publicaron este último fin de semana (tanto en las páginas de opinión como en sus páginas económicas) artículos apoyando las tesis de que hay que recortar las pensiones, tal como promovía la mal llamada Comisión de Expertos. Un total de 23 artículos. Y ni uno (repito, ni uno) de esos artículos cuestionaba la tesis de que los recortes de las pensiones -que la “Comisión de Expertos” estaba recomendando- fueran necesarios. Es más, en todos ellos se afirmaba que había un consenso nacional e internacional entre todos los expertos en el tema de las pensiones sobre la necesidad de recortar las pensiones públicas. Un ejemplo, entre otros, es el de la profesora Concepció Patxot, de la Universidad de Barcelona, en su artículo “El Estado de Bienestar, más allá de las pensiones” (La Vanguardia, 09.06.13). Otro ejemplo era el artículo del Catedrático Josep Oliver titulado “Los inevitables recortes en pensiones” (El Periódico, 08.06.13), rotativo que también se ha distinguido por promover los recortes de pensiones públicas, escribiendo un editorial durante el fin de semana en apoyo de los recortes. Editoriales semejantes han aparecido en los otros rotativos. Ni uno ha escrito en contra de dichos recortes de las pensiones.

Además de esta campaña propagandística a favor de los recortes de las pensiones (que de seguirse la metodología de cálculo de las pensiones propuesta por la supuesta Comisión de Expertos serían los más acentuados en el país de la UE-15 que se gasta menos en pensiones), estos rotativos han invitado a dirigentes de la Banca y de las Compañías de Seguros para que expongan sus puntos de vista sobre la viabilidad de las pensiones. Así, El País, el mismo día que publicaba todos los artículos de apoyo a los recortes (07.06.13) invitó al aristócrata Henri de Castries, Conde de Castries, presidente y consejero delegado de la compañía de seguros AXA, para que opinara sobre el futuro de las pensiones públicas y, como era de esperar, auguró un futuro catastrófico para tales pensiones, aconsejando a la gente que fuera corriendo a la Banca y a las Compañías de Seguros para hacerse un plan de jubilación privado. El título de esta presentación era “¿Quiere una pensión decente? Ahorre. El Estado no se la dará”. El aristócrata indicó que no solo las pensiones, sino todos los servicios públicos, deberían privatizarse, porque la gente se ha malacostumbrado y exige más de lo que el Estado puede y debe ofrecerle. Y, por si no quedaba claro, enfatizó que el sistema sanitario público debe servir solo para emergencias (es decir, para casos muy costosos) pero no para ofrecer confort (y calidad de vida) al ciudadano. Y para acentuar todavía más su carácter reaccionario (y no hay otra manera de decirlo) indicó que los salarios estaban demasiado altos, añadiendo: “¿Dónde está escrito que los salarios solo puedan subir? (…) Los salarios deberían poder descender”. Y también, como era de esperar, repitió el mismo argumento de que la edad de jubilación obligatoria se hizo ya hace más de cincuenta años y que, por lo tanto, debería cambiarse. Es interesante notar que los que aducen estos argumentos nunca han dicho que el horario laboral diario de 8 horas se aprobó a finales del siglo XIX, hace ya más de un siglo, y en cambio no han recomendado cambiarlo.

Este artículo es la guinda que termina la avalancha ideológica. Ni que decir tiene que esta campaña carece de la más mínima sensibilidad democrática y refleja una prepotencia que caracteriza al establishment español. La arrogancia de este establishment es única en la UE-15. España tiene uno de los Estados del Bienestar más pobres de la UE-15, unos de los salarios y de las pensiones más bajos, y todavía quieren recortarlos más y más. Las clases populares deberían movilizarse y no estaría de más que se comenzaran a hacer escraches también a los medios de desinformación que existen en España. Es obvio que son parte del problema y debería denunciárseles. El enriquecimiento de la democracia exige en nuestro país un cambio profundo de sus escasamente democráticos medios de información. Éstos, en realidad, son más de persuasión que de información.

En contra de lo que se indica, la gran mayoría de expertos a nivel internacional en temas de Seguridad Social no consideran que las pensiones públicas sean inviables (véase el libro Social Security. The Phony Crisis, de Dean Baker y Mark Weisbrott, de la University of Chicago Press, y el libro Lo que debes saber para que no te roben la pensión de Vicenç Navarro y Juan Torres, de la Editorial Espasa). Todo lo contrario. Hoy España se gasta muy poco en pensiones. Y las pensiones, incluyendo las contributivas, son bajas. La evidencia de ello es abrumadora. Pero las voces que cuestionan la sabiduría convencional en España se han mantenido fuera del circuito, marginadas, pues los establishments financieros, políticos y mediáticos saben lo frágiles que son sus argumentos, muy vulnerables a desaparecer, si pudieran mostrarse los enormes fallos de su estructura ideológico-intelectual, que promueven los medios.

sábado, 16 de febrero de 2013

Escribe Vicenç Navarro


Como el artículo citado en el post anterior es muy ilustrativo, lo transcribo aquí mismo:

Artículo publicado por Vicenç Navarro en la columna “Pensamiento crítico” en el diario PÚBLICO, 02 de noviembre de 2012

Este artículo denuncia la manipulación de un artículo del profesor Navarro publicado en la revista SISTEMA hace un año y que ha sido ampliamente distribuido recientemente tras ser manipulado su texto. El artículo también hace una llamada a la movilización para denunciar y prevenir tales hechos que dañan enormemente a las fuerzas progresistas de este país tal como el artículo documenta.

Uno de los hechos que más me afectó cuando, tras muchos años de haber tenido que ausentarme por razones políticas de nuestro país, volví a integrarme a la vida académica y a la vida política española (mis áreas de trabajo y conocimiento son las ciencias políticas y sociales y la economía política), fue ver en primera persona las consecuencias que cuarenta años de dictadura habían dejado en la escasamente desarrollada democracia española. La cultura política reproducía con excesiva frecuencia comportamientos antidemocráticos con una abundancia de insultos y manipulaciones (sin límites y frenos) que, aún siendo mucho más frecuentes entre las fuerzas conservadoras (herederas de los estamentos y grupos sociales beneficiarios de la dictadura y todavía muy influyentes en los aparatos del Estado) también aparecía entre sectores de las izquierdas. Estos comportamientos empobrecían y continúan empobreciendo enormemente la democracia, ya en sí tan limitada, que existe en España. Ni que decir tiene que en otros países donde he vivido (Suecia, Gran Bretaña y EEUU) también ocurren ejemplos de tales comportamientos (mucho más en EEUU que en Suecia o la Gran Bretaña, pero, en general, son menores y menos frecuentes que en España, donde alcanzan niveles extremos (y que considero asfixiantes).
Todo esto sirve como prólogo a lo que voy a contar. En octubre del año pasado escribí un artículo en la revista Digital Sistema titulado “El fraude, la Banca, y el The New York Times” en el que citaba al The New York Times en su estudio del fraude fiscal en España y la tolerancia existente en el Estado hacia tal práctica realizada, entre otros, por personalidades del sector bancario del país. El The New York Times citaba el caso de la familia Botín que defraudó a fisco español sin que ello hubiera conllevado consecuencias para tal familia. Y así lo reproduje en mi artículo, en el que centraba mi crítica en el comportamiento fraudulento de la banca. Tal artículo mío, publicado ya hace un año, pasó sin pena ni gloria, prácticamente desapercibido no solo en los medios escritos de mayor difusión sino también en los medios digitales y en la red.
Ahora bien, hace solo unas semanas un lector de mi blog me notificó que una copia de este artículo había aparecido de nuevo y estaba siendo distribuido ampliamente en la red, habiendo sido reproducido en muchas revistas digitales de la izquierda radical. El lector, en su nota, me dijo que le había alarmado recibirlo porque leyéndolo vio algo que le hizo sospechar que era una manipulación. Decía el lector que una parte del texto no encajaba ni con el estilo ni con la narrativa que suelo yo utilizar. Es más, decía él,  en el artículo mío original yo centraba mis críticas en los banqueros, mientras que en el artículo que él recibió aparecía una larga lista de supuestos defraudadores, lista que incluía políticos conocidos, la mayoría de los cuales eran de sensibilidad conservadora. Contrasté inmediatamente la copia que el lector había recibido y que me había enviado con la copia original de mi artículo del 2011 colgada en mi blog. Y pude cpmprobar que sí que se había manipulado el texto. Un canalla (y no hay otra manera de definirlo) introdujo su propia lista de supuestos defraudadores del fisco, añadiéndola a la lista de banqueros que yo y el The New York Times citábamos. Poniendo tales nombres en mi artículo, el canalla quería utilizar la credibilidad que ofrece mi firma para dar la impresión de veracidad a lo que él o ella falseaba.
Me indignó y denuncié tal manipulación en mi blog escribiendo a las revistas que habían publicado tal artículo exigiendo su retirada con una nota correctora lo cual varias hicieron. Naturalmente, solo escribí a aquellas revistas que conocía que habían sido cómplices, sin saberlo, de tal canallada. Pero el hecho es que esta falsa y manipulada versión de mi artículo se ha distribuido extensamente consiguiendo así lo que tal canalla quería –difundir falsa información- lo cual me lleva a hacer la siguiente reflexión.
Existe demasiada laxitud en el comportamiento editorial de gran número (no todas) de revistas digitales de la izquierda radical que están dañando enormemente a las izquierdas, haciéndoles perder credibilidad. La evidencia es bastante extensa. Constantemente se publican datos, sin suficiente verificación, o se reproducen artículos sin citar el lugar de su publicación y/o sin autorización de los autores, y se citan a personas sin transcribir correctamente lo que tal persona ha dicho y así un largo etcétera. Se me dirá con razón que lo mismo ocurre en la mayoría de revistas y medios (mucho más frecuentemente en los medios de derechas que en los de izquierdas). La generalización de tales prácticas (junto con la enorme cantidad de insultos, sarcasmos, notas ofensivas, y continuo sectarismo) es precisamente un indicador de la baja calidad de la democracia limitadísima que este país tiene. Pero las izquierdas no pueden permitir en su seno que se reproduzcan las prácticas que masivamente se presentan en los medios de derechas de este país. El coste de estas prácticas es excesivamente elevado.
Un claro ejemplo de este coste es lo que ocurrió hace unos días en la Cámara de los Diputados de las Cortes Españolas, durante la presentación por parte del diputado Sabino Cuadra del partido Amaiur, de una moción sobre “la necesidad de abordar una política que impulse decididamente el reparto de las riquezas y rentas existentes en nuestra sociedad”, un tema de enorme importancia hoy en España. En la defensa de su moción, durante el debate que siguió a su presentación, el Sr. Sabino Cuadra me citaba a mí como fuente de la información sobre defraudadores del fisco por parte de figuras conocidas en el mundo político, indentificadas con nombre y apellidos, que habían aparecido en el artículo manipulado ampliamente distribuido en la red al cual me refiero en la primera parte del artículo. Ni que decir tiene que creó gran revuelo en la Cámara. Varios Congresistas sin embargo, le señalaron al Sr. Sabino Cuadra a nivel personal que tal información era falsa pues habían leído en mi blog mi denuncia de aquella manipulación canallesca de mi artículo. El Sr. Sabino Cuadra me escribió al día siguiente una carta de disculpas, reconociendo que se había equivocado utilizando la información provista en el infame artículo manipulado, en lugar de utilizar la versión auténtica original, aceptando mi crítica de que nunca tenía que haber hecho tal grave acusación sin comprobar la veracidad de la acusación conmigo o con mi blog. El daño, sin embargo, se había hecho y aun cuando me consta que el partido Amaiur ha hecho un comunicado pidiendo disculpas a mí y a los injuriados en sus declaraciones, el hecho es que tal error ha tenido y puede continuar teniendo costes políticos elevados, pues tales errores se utilizan para desacreditar a las izquierdas. La intoxicación mediática tiene este fin: dañar a las pocas voces críticas que existen tanto en el mundo académico como en el mundo político cuestionando su credibilidad, el activo más importante para cualquier voz que está en una situación minoritaria. De ahí que las izquierdas debieran ser las primeras en exigir rigor en sus revistas y comunicaciones, previniendo prácticas como las aquí denunciadas.
A lo largo de mi larga vida profesional, he intentado ser muy autoexigente en cuanto a los datos que utilizo, pues soy consciente que los muchos adversarios que analizan mis escritos con lupa, intentarán destruirme si pueden encontrar un error. De ahí que casi nunca, en su campaña de descalificación personal, se centran en los datos. Esta práctica me permite exigir que, por el bien de las fuerzas progresistas de este país, las fuerzas progresistas, partidos políticos, sindicatos y movimientos sociales denuncien con toda contundencia tales manipulaciones tomando las medidas necesarias que prevengan la difusión involuntaria de tales canalladas. Yo puedo controlar mis datos pero no aquellos que se manipulan en mis escritos o que se me atribuyen erróneamente. Contra esto no hay nada que pueda hacer, excepto denunciarlo cuando sé de su existencia. Tengo que pedir a las personas con sensibilidad democrática que lo denuncien también, y tomen medidas para que tales comportamientos se extirpen en este país.

Rectificación

Hace poco publiqué un post que contenía un artículo de Vicenç Navarro; pues parece que ha sido manipulado, según me han hecho saber y cuenta él mismo en

http://www.vnavarro.org/?p=8039

Como vemos, hay que tener mucho cuidado con lo que se publica hoy en día. Cualquiera puede meter la pata con la mejor intención, por ejemplo yo mismo. Por eso, y para evitar males mayores y que se dude de mi honradez, lo he suprimido. Pues eso y que se sepa.

martes, 12 de enero de 2010

Las omisiones (interesadas) de la Iglesia

El Vaticano, que necesita milagros a toda marcha, para beatificar a doña Teresa de Calcuta, en otros aspectos tan admirable, dio como milagros médicos los necesarios que hay que atribuir sin embargo a los antibióticos y a la medicina, como pueden indicar los médicos de las pacientes respectivas, curiosamente no entrevistados por la comisión de canonización del Vaticano ni por abogado del diablo alguno (es información de un acreditado y honesto sociólogo y economista, Vicenç Navarro, en su El subdesarrollo social de España, 2009, p. 226 y de la prestigiosa revista médica The Lancet) y olvidó que negaba analgésicos a los enfermos terminales de cáncer porque "el dolor purifica", que no esterilizaba las jeringas, que tributó elogios a grandes generadores de pobreza en el mundo, como Reagan o Thatcher, que se puso a favor de la empresa Union Carbide para desmovilizar la protesta popular en la catástrofe de Bophal, que elogió a Duvalier, el asesino y dictador de Haití, y que consideraba la pobreza una bendición de Dios. Tampoco hay que olvidar que, si bien el papillo este, que militaba de jovencito en las juventudes hitlerianas, según dice, por temor a perder su beca y su bendita carrera en el seminario dirigido por el cardenal pronazi Faulhaber, lo hizo a sabiendas de que otros muchos se arriesgaron a perderlas militando en la Rosa Blanca, movimiento estudiantil católico alemán contra Hitler cuyos líderes fueron ejecutados; tampoco hay que olvidar que fue favorable a la Guerra de Vietnam, y que de ese supuesto progresismo que algunos le achacan nada hay, porque nada hubo, sino la intención por parte de algún gabinete de prensa de maquillar lo feo que era su perfil ideológico mezclando alguna mentira con la verdad.

viernes, 16 de noviembre de 2007

Tabúes televisivos españoles

Tabús televisivos españoles: Falta de análisis críticos sobre monarquía, ejército e iglesia
Mar, 29/03/2005
Indymedia Barcelona Martes,23 de noviembre de 2004

La falta de análisis críticos sobre la Monarquía, el Ejército y la Iglesia debilitan nuestra democracia.

Vicenç Navarro, Catedrático de Políticas Públicas de la Universitat Pompeu Fabra

Un síntoma de la gran debilidad de la democracia en nuestro país es que, 25 años después de ser establecida, continúan habiendo tabús en los medios de información (y persuasión) televisivos, temas sobre los cuales estos medios pasan de puntillas, sin analizarlos críticamente. Entre ellos están la Monarquía, el Ejército y la Iglesia. Permítanme que haga una lista de hechos que en una sociedad democrática habrían sido sujetos a análisis críticos y que no lo han sido.

Referente a la Monarquía, existen los siguientes hechos:

Uno, cuatro consejeros económicos de la Casa Real bien conocidos y de los cuales el Monarca ha hecho gala de amistad, Javier de la Rosa, Manuel Prado y Colón de Carvajal, José María Ruiz-Mateos y Mario Conde (del cual el Monarca dijo que era su mejor asesor económico), han terminado en la cárcel sin que nadie haya investigado la relación entre estos asesores y el Rey.

Dos, el Monarca recibe constantemente regalos (incluyen desde yates y palacios a coches lujosos para su uso personal) de grupos empresariales y de personas que intentan influenciar las intervenciones públicas del Monarca sin que estén reguladas este tipo de transacciones, habiéndose el Rey opuesto a la propuesta del anterior Gobierno socialista de regularlas.

Y tres, el Monarca ha pedido, en el pasado, fondos a dictadores que gobernaban países árabes --como el Sha de Persia-- para apoyar a partidos conservadores en España --como la UCD de Adolfo Suárez-- e impedir la victoria de las izquierdas, y podríamos continuar con un largo etcétera.

Cada una de estas realidades han sido citadas y documentadas en distintas fuentes. Ninguna de ellas, sin embargo, ha sido comentada en los medios televisivos del país, de donde la mayoría de la ciudadanía obtiene su información fundamental sobre la vida política. Tal silencio sería impensable en otras democracias, más completas y más libres que la nuestra.

Lo mismo ocurre en cuanto al Ejército, que no ha denunciado a los generales que protagonizaron el golpe militar de 1936, tal como un Ejército de un Estado democrático hubiera hecho. En realidad, se presenta como heredero de aquel Ejército golpista, oponiéndose al homenaje a los militares del Ejército que apoyaron a la República y que fueron asesinados por los sublevados por su lealtad a un Gobierno democráticamente elegido. Es más, las Cortes españolas no establecieron una comisión para averiguar la trama (todavía desconocida) detrás del fallido golpe militar de 1981 en el que participaron elementos importantes del Ejército, que no está constitucionalmente bajo un mando civil sino que su jefe máximo es el Monarca, el cual no ha jurado la Constitución. Tal situación de falta de actitud crítica hacia estos hechos en los medios televisivos es otro indicador de nuestra democracia incompleta.

La otra institución que raramente es sometida a crítica en los medios de información televisivos es la Iglesia católica. Su participación en la brutal represión que tuvo lugar durante e inmediatamente después de la mal llamada guerra civil (que fue en realidad un golpe militar en contra de un Gobierno democráticamente constituido, llevado a cabo por intereses corporativos que representaban un sector minoritario de la población) y su papel central en la reproducción de la dictadura franquista, no han sido analizados en ninguno de los medios televisivos públicos o privados.

Las críticas que se realizan a tal institución, que aparecen sólo en medios de información progresistas, se limitan a cuestionarla por su comportamiento actual cuando intenta imponer sus valores religiosos y morales al resto de la ciudadanía. Pero muy raramente aparecen reportajes radiofónicos o televisivos o denuncias escritas documentando cómo tal institución impuso sus valores a través de una brutal y sangrienta represión, que tuvo especial intensidad contra los maestros que enseñaban los valores democráticos a la juventud española durante la República.
Excepto el excelente documental de los campos fascistas de exterminio en Extremadura por la televisión española, no ha habido ningún otro programa televisivo en España que analizara la enorme brutalidad del franquismo, tanto durante la mal llamada guerra civil, como durante la dictadura, brutalidad que contó con el apoyo activo del Ejército y de la Iglesia. Programas como Els nens perduts del franquisme o Les foses del silenci, galardonados por la televisión europea, no son todavía conocidos por los telespectadores españoles, excepto en Catalunya, en el País Vasco y en Andalucía (a la una de la madrugada).

Pero ni en Catalunya ni en el País Vasco se ha analizado televisivamente el papel de la Iglesia católica en la represión franquista. Hacerlo no sería, como erróneamente lo ha interpretado el vicepresidente de la Conferencia Episcopal, Fernando Sebastián, un revanchismo contra los vencedores de la guerra civil (revancha sería que se pidiera que se les hiciera a ellos lo que ellos hicieron a los vencidos), sino la recuperación de la historia real del país con el consiguiente reforzamiento de la democracia. Contribuiría a ello si la Iglesia pidiera perdón al pueblo español por su apoyo a la dictadura, lo cual dudo que haga, pues no detecto conciencia de error en sus proclamas.

¿Hasta cuándo continuará la existencia de estos tabús, mostrándose lo enormemente incompleta que es nuestra democracia?

Soy consciente de que hay una gran resistencia por parte de las fuerzas progresistas a recuperar la historia real de nuestro país, evitando el enfrentamiento con tales grupos de poder. Pero deberían ser conscientes de que tal resistencia implica la reproducción de una cultura conservadora que está dañando a la democracia española, obstaculizando que se recupere la memoria histórica y con ella se establezca una cultura progresista alternativa.
El mejor indicador de este coste es que, según una encuesta reciente de valores en la Unión Europea, España es uno de los países de la UE-15 donde la Monarquía, el Ejército y la Iglesia están mejor valoradas, mientras que los partidos políticos y los sindicatos están entre los peor considerados.

¿Hasta cuándo las fuerzas progresistas no descubrirán el coste de su silencio?