lunes, 26 de junio de 2017

El móvil es patógeno para los niños pequeños


La atención es la ventana a través de la cual el cerebro se asoma al mundo que le rodea. Cuando el niño nace, apenas es capaz de dirigir su interés hacia el mundo exterior. Inicialmente sólo presta atención a sus propias sensaciones llorando cuando tiene hambre, sueño, frío o se siente solo. Poco a poco comienza a fijarla en el pezón de la madre que destaca como una forma más oscura en el horizonte. A partir de ahí comienza un largo viaje en el que el niño va aprendiendo que atender ciertos estímulos conlleva una serie de beneficios.

Quítale el móvil al niño El smartphone, un arma de distracción masiva
A las pocas semanas el niño reconoce con facilidad objetos que emiten ruido o se mueven; por eso los sonajeros captan su interés. Los padres hacen todo tipo de carantoñas con juguetes o con las manos para dirigir su atención, de ahí los cinco lobitos. Pero también comienzan, de manera instintiva a ayudarle a fijarla en estímulos inmóviles. Primero un árbol que mece sus hojas con suavidad, luego una foto en la que sale junto a su mamá y, más adelante, un cuento en el que casi no pasa nada.

Así, el niño comienza a desarrollar una habilidad tremendamente compleja, que es la de controlar la propia atención y dirigirla no sólo a aquellos estímulos que se mueven, sino también a aquellos que están más quietos o son más aburridos. De esta forma crecerá siendo capaz de atender a su profesor, aunque el compañero de al lado esté haciendo el tonto. Aprenderá a abstraerse con el libro que lee, aunque una mosca lo sobrevuele, y llegará a ser capaz de concentrarse al volante, a pesar de que la carretera sea una larga recta y su cerebro esté cansado.

Dominar la atención y ser capaz de eliminar otros estímulos que intentan distraernos es una habilidad que ofrece múltiples ventajas. Nos permite concentrarnos en lo que realmente queremos o deseamos, detectar detalles y matices que otros pasan por alto, aprender idiomas con más facilidad, persistir en nuestras metas hasta alcanzarlas o reducir los niveles de estrés.

Los padres pasan menos tiempo con los hijos y esto parece interferir en el desarrollo del autocontrol

Desde hace años vivimos un auténtico auge de un diagnóstico que provoca sufrimiento entre los más pequeños: el trastorno por déficit de atención (TDA). Desde los años setenta hasta 2010, el número de niños diagnosticados en Estados Unidos se multiplicó por siete. Desde 2000 hasta 2012, el número de recetas expedidas en Reino Unido para tratar este trastorno cognitivo se multiplicó por cuatro. Los factores que han provocado esta alza son muchos y complejos. Por una parte, la sensibilización de los pediatras ha hecho que se detecten con más eficacia. Por otra, la posibilidad de diagnosticarlo a partir de los tres años (en lugar de a los seis años) ha sido otro motivo para el aumento de la prevalencia.

Sin embargo, también hay otras razones que son más difíciles de entender. La más preocupante de todas ellas es el sobrediagnóstico: los expertos más alarmistas estiman que como mucho un 4% de la población infantil podría sufrir este trastorno y, sin embargo, la realidad es que un 10% de los niños en nuestro país tomarán medicación para el TDA en algún momento de su vida escolar.

Las razones que llevan al sobrediagnóstico parecen ser muchas. Los padres pasan menos tiempo con los hijos y esto parece interferir en el desarrollo de habilidades como el autocontrol o la capacidad para sobrellevar la frustración. Los colegios tienen menos paciencia con los alumnos difíciles o que no están tan motivados para aprender, en muchos casos presionados por los resultados académicos de la escuela en su conjunto.

Los móviles se usan para distraerles mientras se terminan la papilla, pero así no aprenden a concentrarse

También nos encontramos con la intrusión de las nuevas tecnologías en el cerebro en desarrollo de nuestros hijos. Desde los años ochenta sabemos que más tiempo frente al televisor se traduce en menos paciencia y autocontrol, peor desarrollo madurativo de la atención y mayores tasas de fracaso escolar. La razón es muy sencilla, cuando el niño juega, dibuja o interacciona con sus padres o hermanos, su cerebro debe dirigir la atención voluntariamente a aquellos estímulos o personas con los que interacciona. Cuando se sienta frente al televisor es la tele la que atrapa el interés del niño y hace todo el trabajo.

Por eso nos gusta ver la tele y engancharnos al móvil, no porque estimulen nuestro cerebro, sino porque nos entretienen, nos relajan. Hoy, los dispositivos móviles se utilizan para distraer al niño cuando se tiene que concentrar en terminar una papilla. Para entretener al niño cuando tiene que esperar en el pediatra. Para despistar al niño cuando tiene que esforzarse en ponerse el pijama al final del día. Con este tipo de estrategias parece sensato que el cerebro aprenda que cada vez que tiene que esforzarse, concentrarse o esperar quieto…, tiene permiso para distraerse.

Sin lugar a dudas estamos educando niños menos pacientes, menos atentos y con menor capacidad de esfuerzo, reflejo de una generación de padres menos pacientes y que damos menos valor a hacer las cosas despacio.

Todo ello lleva a que muchos niños sean llevados a un especialista que observa en él todos los síntomas necesarios para el diagnóstico: poco autocontrol, distracción o falta de motivación. En el caso de muchos niños el diagnóstico y el tratamiento son acertados. Para muchos otros, creemos, el trastorno por déficit de atención es un estigma de una sociedad que va demasiado deprisa para educar despacio.

Algunos niños, con ayuda de sus padres, profesores o terapeutas van desarrollando habilidades cognitivas como un mayor autocontrol o paciencia que permiten reducir y compensar las dificultades atencionales. A medida que se hacen mayores suelen preferir y encajar bien en trabajos que les permiten moverse y hacer cosas diversas a lo largo del día.

Pero pueden seguir existiendo desafíos en la vida cotidiana. Muchos los encuentran cuando tienen sus propios hijos y la paciencia, el orden o la organización vuelve a ser un elemento adaptativo fundamental. Algunos adultos con dificultades de atención no experimentan ninguna dificultad en su vida cotidiana, otros se regulan gracias a la medicación y un tercer grupo sufre muchas de estas dificultades pero no tiene ni idea de que el origen esté en una alteración de sus procesos atencionales y ejecutivos, ni conoce cómo compensarlos.

Álvaro Bilbao, neuropsicólogo, es autor de ‘El cerebro del niño explicado a los padres’.

domingo, 25 de junio de 2017

Programación neurolingüística de la mentira

La parte derecha de la cara suele ser la que indica imaginación y mentira y la segunda memoria y verdad

1. Expresiones expletivas que indican búsqueda de tiempo al principio de una respuesta a pregunta, por ejemplo, repetir una pregunta sencilla en todo o en parte antes de contestarla, o mostrarse despistado: "¿Quién, yo?" También repitiendo en la respuesta la misma pregunta.
2. Entre alumnos, niños o jóvenes: ver que los labios se sonríen de lo que uno está diciendo, desmitiéndolo.
3. Jusfificarse innecesariamente, dar explicaciones innecesarias, largas y detalladas (indica sentimiento de culpabilidad o nervios, o entrenamiento y preparación de la mentira). Un criminal soltará de inmediato su coartada, por ejemplo, sin que se lo pidan o sin que se cree el contexto de la misma. Una persona que tiene que recordar se toma su tiempo en estructurar los detalles.
4. Tocarse el cuello. También lo hacen los primates. Indica culpabilidad.
5. Uso de sobreafirmaciones: "Honestamente, yo no hice eso. Sinceramente, yo salí a las tres. La verdad es que estaba allí a las tres". Cuando se dice la verdad no se sobreafirma nada, porque no se siente la necesidad de autoconvencerse de lo que está diciendo. "¿Por qué llegaste tarde? La verdad es que había mucha congestión de tráfico". Este tipo de respuestas refleja la necesidad del mentiroso de conseguir seguridad, de autoconvencerse de estar en los cierto, de sentirse seguro.
6. Los que dicen la verdad se ofenden u ofuscan si les dicen que mienten y cuestionan esas sospechas; pero los mentirosos permanecen tranquilos y fríos, se ponen a la defensiva y lo niegan todo. Además, si se cambia de tema y sigue molesto y ofendido es que es sincero, pero si se le detecta aliviado, tranquilo y cambia el chip con una nueva actitud por pasar a otro tema, es mentiroso.
7. Los mentirosos suelen ser muy rotundos y categóricos afirmando o negando algo. Los sinceros no lo son tanto.
8. Los mentirosos suelen contradecirse en detalles de poco fuste: antes se coge al mentiroso que al cojo: "Él... digo, ella". "Lo que quiero decir es que"
9. Uso de sílabas recortadas, reducción de posesivos (mi, yo, mío) por temor a comprometerse. Se nota un deseo de desvincularse.
10. Abuso del modo subjuntivo, el modo de lo irreal
11. Abundancia de información incidental que no tiene que ver con el testimonio y los hechos y de forma extensa.

Indefensión inducida ante la violencia

Un documental breve y modélico que explica por qué la gente no se revela ante la violencia sin sentido

Verdades de Pasolini. La edad de la basura

Antonio Muñoz Molina, "La verdad a cualquier precio. Pasolini se dio cuenta antes que nadie de la devastación espiritual que la economía de consumo masivo podría traer consigo", 23-VI-2017:

Porque Pier Paolo Pasolini no tenía miedo de nada, ni siquiera lo tenía de aquello que más puede asustar a un literato o a un artista de las últimas décadas, casi del último siglo: que lo acusaran de retrógrado, de anticuado. La ortodoxia de la modernidad, lo mismo en las artes que en la política, es la celebración incondicional de lo que se considera avanzado, lo contemporáneo, lo más nuevo, lo último. Quizás por eso las artes plásticas han adoptado tan jovialmente los papanatismos de la moda, sin más que espolvorearlos con una capa cada vez más ligera y más atolondrada de intelectualidad, y los dirigentes políticos de todos los partidos encargan directamente sus eslóganes a las mismas empresas de publicidad que incitan a comprar teléfonos o coches. Tienes que asegurarte de que te has hecho con el último modelo de algo, un smartphone o el nombre de un artista o la consigna ideológica que más va a llevarse esta temporada. Y como la velocidad de la moda hace imprescindible y hasta inevitable el olvido, no habrá el menor peligro de que nadie te acuse de veleidad o de incongruencia.

Hace unos años, por ejemplo, la ortodoxia de lo último exigía augurar con impaciente alegría la desaparición de los libros en papel y el triunfo del lector electrónico. El mismo espacio que en esa época dedicaban casi a diario los medios al triunfo inminente de esa maravilla tecnológica lo dedican ahora, sin estupor ni autocrítica, a la sorpresa halagadora de que los libros en papel han resistido a la crisis, a la piratería, incluso a la brutalidad de las autoridades culturales españolas. Durante largos decenios, arquitectos y urbanistas predicaron, y desdichadamente pusieron en práctica, el dogma lecorbusiano de la destrucción de la ciudad, en nombre de lo nuevo: los coches, las autopistas, los centros comerciales eran el porvenir. Ahora cantan las virtudes de los espacios caminables, el transporte público, la mezcla de los usos urbanos, las bicicletas. Bienvenidos sean. Pero el mundo sería ahora algo menos inhabitable si las cabezas pensantes de la modernidad urbana no hubieran actuado durante tantos años como si cobraran directamente de las compañías petrolíferas y los fabricantes de coches.

Los partidos políticos españoles no parece que acaben de enterarse, pero la más abrumadora de todas las ortodoxias, la del crecimiento económico ilimitado y el bienestar definido exclusivamente en términos de consumo, está siendo ya puesta en duda por mucha gente: gente joven, sobre todo, que ve derrumbarse sus expectativas de porvenir y está muy alerta a las consecuencias de una prosperidad cada vez más desigual y basada en la explotación de recursos que no son renovables, en el pillaje, el envenenamiento y la destrucción del mundo natural.

Leídas ahora las palabras airadas de Pasolini cobran una inquietante cualidad de profecías cumplidas. Lo que él vio venir y contra lo que clamó en solitario fue la Edad de la Basura

Ahora ya se corre algo menos de peligro de ser llamado retrógrado o antiguo o nostálgico si no se aprueba con fervor incondicional cualquier novedad que traiga el sello del progreso. En los años sesenta y los primeros setenta, cuando Pasolini alzó en solitario su voz para poner en duda lo que todo el mundo acataba, para denunciar la parte de devastación y de empobrecimiento espiritual que había en el capitalismo de consumo y en la omnipresencia de la televisión comercial, su heterodoxia enfurecía por igual a la derecha y a la izquierda. Era, para unos y otros, para sus adversarios de siempre y sus camaradas de otro tiempo, un retrógrado, una especie de profeta irritante, un defensor de causas no ya perdidas, sino obsoletas, más molesto aún porque ejercía su disidencia en los años deslumbrantes del milagro económico.

Era comunista y homosexual, pero decía añorar la sensación de lo sagrado y había hecho una película con el Evangelio de san Mateo. Se declaraba marxista, pero sus héroes de clase no eran los obreros de las fábricas, sino los campesinos forzados al abandono de la tierra y a la emigración por el desarrollo capitalista, los pequeños artesanos arruinados por la producción industrial, los marginados y los buscavidas de los cinturones de chabolas de las grandes ciudades. Había conocido la pobreza muy de cerca y era consciente de cómo el desarrollo mejoraba las vidas de la gente trabajadora: el agua corriente, la salud, la buena alimentación, la escuela. Pero se dio cuenta antes que nadie de la devastación espiritual que la economía del consumo masivo podría traer consigo, y del modo en que la televisión comercial estaba acabando con la variedad y la riqueza de las culturas populares, las hablas y las formas de vida.

En sus últimos tiempos parecía que buscaba desesperadamente explicarse: disipar los malentendidos y las tergiversaciones de lo que decía, defender su derecho a llevar la contraria, aunque estuviera él solo, aunque nadie quisiera aceptar y ni siquiera oír sus palabras urgentes. Unos días antes de que lo mataran, en octubre de 1975, Pasolini participó en un debate público con educadores. “No tengo miedo a exponerme a ser tachado de reaccionario o de conservador”, les dijo: “La verdad debe decirse a cualquier precio”. En voz alta y clara hizo el dictamen del mundo que entonces estaba naciendo, y que ha llegado a su cumplimiento máximo en esta época nuestra: “El consumismo es una forma nueva y revolucionaria de capitalismo, porque posee en su interior elementos nuevos que lo revolucionan: la producción de mercancías superfluas a una escala enorme y, por tanto, el descubrimiento de la función hedonista”. También dijo, provocadoramente, que si de él dependiera clausuraría la televisión y la escuela pública. (La televisión tal como existía, la escuela en su peor sentido, explicó luego, no se sabe si sorprendido o halagado de que no hubieran apreciado su sarcasmo).

Ese debate tan lejano, tan pertinente ahora, lo ha traducido y prologado con solvencia impecable Salvador Cobo, con el mismo título que tiene en italiano, Vulgar lengua, en una de esas editoriales combativas y algo recónditas que hay ahora, Ediciones el Salmón. Leídas ahora las palabras airadas de Pasolini cobran una inquietante cualidad de profecías cumplidas. Lo que él vio venir y contra lo que clamó en solitario fue la Edad de la Basura: la basura material de las mercancías superfluas que ahora convierte en vertederos de plástico los fondos marinos y las playas de las islas perdidas; la basura de la televisión que iba a trastornar Italia desde los tiempos de Berlusconi y luego nos contagió a nosotros, y ahí sigue, segregando su grosería como un vertido tóxico incesante, sin que nadie clame en serio contra ella, no vaya a parecer retrógrado, o anticuado, o nostálgico.

Vulgar lengua’. Pier Paolo Pasolini. Traducción de Salvador Cobo. Ediciones el Salmón, 2017. 136 páginas. 13 euros.

sábado, 24 de junio de 2017

Entrevista al benedictino Moisés Salgado

Antonio Lucas, "Los intelectuales y España  / Moisés Salgado "Es horrible la ligereza con la que se roba y se falta a la sociedad", en El Mundo, (24-VI-2017):

El monje benedictino Moisés Salgado (Gumiel de Izán, Burgos, 1953) es un hombre que abraza la duda como motor a la vez que exhibe una inamovible fe. Desde el monasterio de Silos, donde es prior, atiende a las convulsiones del presente reivindicando el legado pacifista de Gandhi y el pensamiento crítico del pensador británico (de origen polaco) Zygmunt Bauman. Un monje distinto
En un rincón del huerto del monasterio de Silos el monje prior, Moisés Salgado, busca sombra. Sobre la ropa de civil, el hábito negro de la orden benedictina. El sol se lanza desde el cielo con algo de pájaro en llamas. Lleva 51 años en este lugar que comparte con 28 monjes más. De treintañeros a nonagenarios. Desde aquí también se avista el mundo, pero con una mansedumbre que deshecha decibelios. Este hombre mantiene una atención inquieta ante las cosas que suceden fuera de estos muros. Lee, reza, intenta entender las razones del otro. No impone sus certezas, pero no cede en sus convicciones. No duda de la existencia de Dios, pero acepta la duda. Incluso la negación. Cada cual con lo suyo. No tiene estudios, sino lecturas. Muchas lecturas. De filosofía, principalmente. En Silos el canto gregoriano enmudece a los jilgueros.

¿Desde aquí dentro se ve con nitidez el mundo de fuera?

Claro que sí, aunque lo veamos desde la retaguardia. No somos ajenos a la realidad. Estamos dentro del mundo, pues el ser humano es el mismo esté donde esté. Quiero decir: existe guerra y violencia fuera, igual que existe violencia y guerra en los monasterios.

¿Guerra y violencia?

Es que son condiciones que todos llevamos dentro. Hablo de guerra desde el punto de vista de la convivencia diaria, de las tensiones que se producen en la convivencia. Las situaciones de rechazo, de antipatías e, incluso, de odio momentáneo forman parte, por desgracia, del hecho de ser hombre.
Singular escucharle decir eso.

Es que donde esté el ser humano está la guerra y la violencia. Aunque nosotros, los monjes, tenemos la ventaja de que el contacto diario con Dios, la palabra del Evangelio y el maestro que es Jesús de Nazaret nos ayudan a entender que el camino es otro: amar y perdonar.

¿Qué idea tiene un monje de Silos como usted de lo que es hoy este país?

En nuestra vida de monjes también vivimos los acontecimientos dolorosos del mundo. Y lo vivimos con dolor. Hay quien cree que aquí nada nos afecta, que nos hemos retirado del mundo. Que hemos abandonado. Pero no es así. Esto no es un retiro para dejar a un lado la realidad, sino una forma de tomar distancia por la necesidad de realizar nuestra vocación. Nunca por egoísmo.

¿Y el panorama político?

Pues es ciertamente preocupante. Hay demasiada gente pasándolo mal mientras ves la deshonestidad de otros, la falta de responsabilidad con los deberes que uno ha asumido. Es horrible la ligereza con la que aquí se roba y se falta el respeto a la sociedad. Y no sólo sientes una preocupación, sino una indignación. No hay derecho a lo que algunos han hecho. Ni a lo que siguen haciendo.
Es un sentimiento muy compartido.

Aunque la diferencia de uno de nosotros ante ese sentimiento es que al estar identificados con el Evangelio tenemos especial cuidado con extremar los aspectos animalescos de la indignación, porque ésta prende de un modo muy fácil. La reacción humana de furia tigresca te sale, pero debemos controlarla. La furia es la raíz de los movimientos populistas que están tomando presencia y fuerza en nuestros días. Yo estoy indignado con ciertas cosas de lo que veo, pero cuido cómo lo expreso. Para mí, después de Jesús, Gandhi es el referente. Un gran maestro en el autodominio y la no violencia. Sus palabras parecen bajadas del cielo.

Lo de Gandhi fue una revolución.

Sí, pero de un modo distinto a las que conocemos en Occidente. Las revoluciones occidentales han conseguido muy poco, aunque parezca lo contrario. Dejan demasiada sangre por el camino para nada. Creo que es mejor la evolución que la revolución. Me gusta aquello que dijo Benedicto XVI: "Debemos tener paciencia histórica".

¿Más?

Toda la posible. Los hombres, cuando ocurre algún fenómeno social adverso, nos indignamos y quisiéramos tirarlo todo al suelo. Es muy importante transmitir este mensaje en momentos de tensión social: controlemos nuestras reacciones y busquemos alternativas. Todos estamos metidos en la misma jaula y nadie está libre de culpa. Algunos que, por ejemplo, tanto critican a los políticos corruptos evaden el IVA en cuanto pueden. Todos, de algún modo, estamos pringaos. Quién no ha cometido alguna injusticia. Como dijo Gandhi: "Sé tú el cambio que quieras ver en los demás".

¿El Papa Francisco es un revolucionario?

No lo expresaría así. Cada Papa tiene su personalidad, como cada uno de los directores de EL MUNDO tiene la suya. Estoy encantado con este Papa. Es un hombre evangélico que ha sabido bajar a la arena escuchando a la gente sencilla. Eso le ha dado una escuela que no tenemos los que no hemos andado ahí. Me gusta la manera que tiene de sacudirnos a los católicos para que espabilemos. Eso no lo han hecho igual otros Papas. Es valiente, más en un momento en el que cuando nos llaman la atención sacamos la pistola.

Denuncia los abusos del capitalismo, pide repensar el papel de la mujer en la Iglesia o promueve un acercamiento de la Iglesia a los homosexuales.

Así es. Son frentes nuevos. La homosexualidad existe desde que el hombre está aquí, pero hasta no hace mucho era algo oculto, desconocido y perseguido. Una cosa es estar de acuerdo con su comportamiento y otra muy distinta no respetarlo. El Papa Francisco no se inventa nada, todo lo que dice está ya en el Evangelio. No imagino a Jesús fustigando o condenando a los homosexuales. Les diría también las verdades, pero los acogería. Además, qué homosexual se inventa su condición de homosexual. ¡Ninguno! Eso es algo que uno se encuentra, no se construye. Así que debemos respeto, lo que no quiere decir que se aprueben determinadas actitudes. El tema es delicado y hay quien ha sufrido mucho con este asunto. Por eso también es importante tener un alto sentido de acogida y de misericordia. Incluso desde el desacuerdo.

Pues ya tiene usted algo en común con Pablo Iglesias: la admiración a Bergoglio.

Ya me gustaría a mí hablar con Pablo Iglesias.

¿Y eso?

Porque conviene que alguien le diga que reflexione sobre la línea política que ha escogido. Y eso que en algunas cosas entiendo y atiendo a lo que propone.

¿Qué línea política es esa?

Una muy exagerada desde la que no vamos a lograr lo que conviene lograr. Es muy extralimitado y percibo en él cierta violencia, animadversión y odio de clase. Preferencia por la gente sencilla y los pobres, perfecto, pero no hay que machacar porque sí a los ricos. Pablo Iglesias no va por buen camino. Me gustaría que fuese un político más sensato. Para qué repetir la historia.

¿Y con Pedro Sánchez no le interesa sentarse a hablar?

Bueno, he visto lo del congreso socialista unos 15 minutillos diarios. A mí me interesan las bases éticas y morales de los partidos. No me meto en más.

Ha hablado antes de populismo...

Es que un verdadero monje no puede prescindir de los dolores que hay fuera de su monasterio.

¿Y el populismo es un dolor?

Es inquietante.

¿Y cómo entiende este galope del mundo tecnificado, urgente, hiperconectado?

Vivimos en una época muy compleja. La inmensa mayoría de la gente no tiene conciencia clara de lo que está sucediendo. De esto ya habló mejor que yo Zygmunt Bauman, entre otros. No llegamos al fondo de la complejidad de la que formamos parte. Todo, absolutamente todo, está en crisis.

¿También la Iglesia?

Sufrimos la misma crisis que todas las instituciones. Dentro de la Iglesia tienes las mismas corrientes y tensiones que se dan fuera. Miremos lo que sucede en Europa, construida sobre tres bases: el judeocristianismo, el Derecho Romano y la filosofía griega. Al alejarse de ellas la fragilidad es alarmante. En el fondo de muchos ciudadanos hay una mezcla de ansiedad, vacío y desconcierto. No estamos serenos. El hombre necesita certezas, aunque sean falsas. Al menos creer en algo. Pero en un momento como el de ahora casi nada es seguro. La vida nos golpea constantemente y hemos perdido demasiados valores por el camino. El monasterio es una escuela para conocer en toda su intensidad al ser humano. Aquí vivimos en comunidad toda la vida. Por decirlo de un modo exagerado, esto es un Gran Hermano a lo bestia.

¿?

Con diferencias sustanciales, evidentemente.

¿Qué relación tiene con la duda?

El hombre es duda.

Pues hoy abundan las verdades absolutas.

Y el relativismo voraz. Ahora no son los curas los que hablan en términos absolutos, sino los políticos y los economistas. Es curioso. Sí creo en alguna verdad absoluta, pero entiendo que tenga una cierta dosis relativa. En este mundo, fuera de los números, no hay nada cierto.

¿Ni Dios?

Hablo desde un punto de vista de ciudadanía. Para mí es una certeza, pero toda certeza integra la duda. El que no haya experimentado a Dios lo tendrá muy difícil en muchas cosas.

¿Cómo explica que algunos creyentes recen por la paz y otros, igual de creyentes, recen por ganar la guerra?

Un verdadero creyente no puede ser partidario de la guerra. No hay guerra justa. Eso es un concepto confuso. Aunque entiendo que si te invaden algo tendrás que hacer.

¿Qué cosas le preocupan?

Muchas. Demasiadas. Pero hay dos que hoy nos interpelan a todos: el terrorismo islamista (que usa a Dios como excusa) y los nacionalismos.

Dos formas de revancha.

Los monjes no entramos en política como tal. Juzgamos desde los grandes valores. Pero me preocupa que una región española pueda equivocarse y arrastrar a la gente al sufrimiento. Quisiera que los independentistas de Cataluña se paren a pensar. Su problema es la ceguera. ¿Quién los frena ahora? No creo que sea ningún disparate apuntar que un día España pueda ser más federal, pero de ahí a querer una ruptura total hay un salto difícil. Sería lanzarse al abismo sin paracaídas.

¿Sabe que el Banco de España advierte de que la banca no devolverá 60.000 millones de dinero público del total que el Estado prestó para su rescate?

En eso me pillas con el pie cambiado. Yo de asuntos de economía...

Pero no sólo es economía.

Pues claro que no voy a bendecir algo así. ¿Qué pienso del asunto? Que estamos ante otro fiasco. Otro mal comportamiento. Otra falta de ética.

¿Se imagina fuera de este monasterio?

Llevo aquí 51 años. Para mí es impensable. Estoy muy identificado con esta vida. Es un privilegio. Sólo pensarme fuera del monasterio me provoca mareos.

¿Por qué pierde la Iglesia tantos seguidores?

No es un fenómeno sólo español, sino que afecta a toda Europa. La crisis, en todos los sentidos (sociales y espirituales), tiene mucho que ver. Pero Europa regresará un día a sus raíces, a sus grandes valores. Y volveremos a hacerlos nuestros. Yo no encuentro una fuente de sentido mayor que la que ofrece Jesús de Nazaret. Seguirlo es un camino de madurez humana. Los monjes, como dijo San Benito, somos buscadores de Dios. Porque a Dios hay que buscarlo, no es un ser evidente.

¿Existen los santos?

Los he conocido y los conozco, así que existen. Aquí, en el monasterio, tenemos un hermano de más de 90 años que es para muchos de nosotros un referente. Es decir, un santo.

¿Se permite usted dudar?

No me permitiría no hacerlo.

viernes, 23 de junio de 2017

Aunque la prensa diga otra cosa, 7 de cada 10 hogares no percibe la recuperación económica

"Siete de cada diez hogares no percibe los efectos de la recuperación económica. Cáritas alerta de que no es igual crecimiento que desarrollo", Huffington Post,  22/06/2017:

El 70 % de los hogares no perciben que les hayan llegado los efectos de la recuperación económica y, en el caso de los que están por debajo del nivel de la pobreza -los que sufrieron más la crisis-, nueve de cada diez no experimenta que esta nueva coyuntura haya mejorado sus condiciones de vida.

Esta es una de las principales conclusiones del informe Análisis y perspectivas 2017. Desprotección social y estrategias familiares, de la Fundación Foessa (Fomento de Estudios Sociales y de Sociología Aplicada), que ha presentado hoy Cáritas.

"No podemos decir que estamos en una situación donde el crecimiento económico ha llegado a las familias y, especialmente, no les ha llegado a las más pobres. Hemos empobrecido la pobreza", ha recalcado el secretario general de Cáritas, Sebastián Mora.

Hemos empobrecido la pobreza (Sebastián Mora, Cáritas)

El informe demuestra, según Mora, que crecimiento económico no es sinónimo de desarrollo social, ya que por sí solo "nunca ha evitado ni nunca evitará la pobreza", y ha considerado que "cuando algunos políticos dicen que la mejor política social es el crecimiento económico no están diciendo la verdad".

RED DE SEGURIDAD DE LOS HOGARES

A través de 17 indicadores se ha medido la denominada "red de seguridad" de los hogares, es decir, su capacidad para afrontar situaciones adversas futuras.

Y la encuesta -realizada en el primer trimestre de este año a más de 1.300 hogares de las 17 comunidades autónomas- revela que ese colchón es peor ahora para la mitad de las familias (50,1 %), especialmente en lo que se refiere a la capacidad de ahorrar (el 60 % viven sin tener nada ahorrado o con un nivel tan pequeño que no podrían resistir más de uno o dos meses).

Los hogares con mayor debilidad son los que tienen menores entre sus miembros (68 %), familias monoparentales (62 %) y las familias numerosas (81 %) y también aquellos en el que el principal sustentador es joven, tiene estudios secundarios o es extranjero.

NADA VA A CAMBIAR

El director técnico de Foessa, Francisco Lorenzo, ha alertado del riesgo que tenemos como sociedad de acostumbrarnos a la precariedad y "pensar que nada va a cambiar", tal y como refleja el hecho de el 47,1 % de los encuestados cree que dentro de cinco años estará igual y un 26 % cree que su situación empeorará.

En el mismo sentido, Mora ha lamentado que la situación de los hogares en pobreza y exclusión no sean noticia y ha advertido de que "lo hemos naturalizado, nos parece normal que esto pase; somos una sociedad que hemos bajado los brazos y hemos normalizado que la gente lo pase mal y que atentar contra los derechos humanos sea algo pragmático y necesario".

Hemos normalizado que la gente lo pase mal.

La desconfianza en la participación social y política es otro de los aspectos que también refleja la encuesta y son precisamente los sectores más vulnerables los que perciben en mayor medida que no es útil para mejorar sus condiciones de vida: para el 75 % votar no sirve, para el 56,9 % asociarse y para el 61,2 % la movilización tampoco.

El informe constata que casi el 58 % de los hogares aseguran que a la hora de necesitar ayuda la reciben con más intensidad de entidades sociales como Cáritas o Cruz Roja que de los servicios sociales de ayuntamientos, comunidades o Gobierno central.

Además, los hogares con mayores recursos y capacidades cuentan con mejores apoyos institucionales. "Esta es la paradoja de la pobreza: cuánto más pobre eres, menos atención mereces", ha denunciado Mora.

Paradoja de la pobreza: cuánto más pobre eres, menos atención mereces.

La familia y los amigos siguen siendo uno de los principales apoyos cuando se están pasando dificultades. Así lo perciben siete de cada diez hogares.

En el caso de los que están por debajo del umbral de la pobreza, solo la mitad de ellos contarían con familia y amigos que respondieran ante la necesidad de ayuda. Y, a mayor nivel de estudios, es más probable prestar y que te presten apoyo.

ESTRATEGIAS

Entre las estrategias adoptadas por las familias para hacer frente a las dificultades, un 70 % ha reducido el consumo de energía y un 40 % ha aceptado empleos mal pagados o sin contrato.

En más de un millón y medio de familias se ha producido la vuelta a casa de algún hijo que no podía mantenerse independiente.

'Se ha logrado parar la extensión de la pobreza, pero la intensidad y la cronicidad de la misma se han intensificado', ha concluido el secretario general de Cáritas.

Vicente Hondarza, el misionero manchego asesinado


El misionero de Fernán Caballero Vicente Hondarza Gómez optó por los pobres y pagó un alto precio por ello al ser torturado y asesinado en Perú en 1983.

Mucho tiempo hace: me enteré de ello ayer mismo, leyendo Sur y Sal, el boletín misionero mensual que imprime la iglesia católica de Ciudad Real (ya va por los sesenta números). Soy católico, aunque asaz poco practicante y algo oveja perdida (no estoy de acuerdo con todo lo que piensa y hace una parte todavía muy sustancial de la iglesia) y había ido a la misa de difuntos de un pariente; esta publicación me sorprendió: incluso traía un elegante soneto final de Pedro Casaldáliga, uno de los líderes más conocidos de la teología de la liberación, esa que afirma que la maldad puede ser estructural y adoptar formas institucionales económico-políticas. 

Otros artículos revelaban el trabajo sin duda difícil pero meritorio y gratificante de la iglesia misionera manchega en zonas de todo el mundo, más deprimidas que las nuestras. Si uno no leyera cosas tan humildes y dispares como esta no se enteraría algunas veces, como ahora, de que existen auténticos héroes, gente buena y admirable, coterránea nuestra, que mejora la situación de quienes han padecido una suerte peor que la nuestra. Y estos héroes son precisamente aquellos que no tienen otra orientación política que impedir que la gente sufra, pierda su dignidad y muera. Por eso quiero romper el silencio para que su ejemplo cunda, hoy que tanto se silencian conductas que no son groseras, vociferantes, hipócritas o meramente económicas.

De humildes orígenes (era hijo de un cartero rural y su madre murió en el parto), Vicente nació un 15 de octubre de 1935 en una familia numerosa y muy cristiana, que cuenta con varias monjas y otro misionero hermano suyo. Lo crio su abuela y a trancas y barrancas (y con un subsidio de la Diputación, al parecer) y aprendió ebanistería. Estudió humanidades y filosofía en el impresionante seminario diocesano de Ciudad Real, uno de los edificios más bonitos de esta ciudad, antes villa, y también estuvo en Burgos preparándose para ser misionero; el 21 de Julio de 1967 es ordenado sacerdote. A finales de este mismo año viajó a Colombia, donde trabajó con el grupo de sacerdotes del IEME hasta febrero de 1973. Se adhirió a los principios emanados del documento de Puebla y de la II Conferencia de Medellín (1968), fundamentales para la teología de la liberación de ese país; allí fundó un «Colegio Cooperativo Agrario» que hoy lleva su nombre, y el 18 de Octubre de 1974 llegó a Perú, para trabajar en la diócesis de Huacho-Cosica, al norte de Lima, siendo nombrado párroco de Chancay.

Vicente consagró su vida sacerdotal misionera a servir a jóvenes, campesinos y marginados de la ciudad y pueblos del valle de Chancay y su sierra cercana, más allá de Huaral, donde quería establecer un Centro de Capacitación y Formación para toda la región, pues su principal tarea fue enseñar. Ya había elegido Acos como lugar idóneo. Y para trabajar en ese proyecto subió la víspera de su muerte (14 de junio de 1983) camino de Lampián para celebrar una festividad y reunirse con los campesinos. Y, como he dicho, fue torturado y asesinado por desconocidos, y el cónsul de España pidió una investigación.

La derecha del lugar lo catalogó como "agitador" y de estar instigando a los campesinos de Huari para que invadan terrenos de Lumbra; eso firmó su sentencia de muerte. El martirio tuvo lugar entrada la noche y secretamente, a las afueras del pueblo, sin derecho a defenderse, por un escuadrón de la muerte unas horas después de haber celebrado la eucaristía en la fiesta patronal de San Antonio en Lampián. Tras la tortura, le volaron la cabeza. Hubo obstrucción a la justicia y se impidió realizar una investigación adecuada, por lo que a día de hoy se ignoran quienes fueron los asesinos, aunque se sospecha de caciques terratenientes como instigadores del crimen. 

Una modesta investigación mía por Internet refleja que "pasó haciendo el bien"  (Hechos, X, 38), y así la gente sencilla que lo conoció se deshace en elogios y cálidos testimonios sobre su figura, de los que solo entresaco este:

No era un sacerdote que predicaba la palabra de Dios a su manera, sino que Vicente predicaba como lo hacía Jesús, siguiendo el camino de Jesús. No tenía ambiciones personales, casi descuidaba su persona por los demás. Vicente ayudó mucho a los pueblos jóvenes en cuanto a su organización, dándoles facilidades; coordinaba con otros organismos que podían ayudar. Lo que más me llamaba la atención es que se confundía con la gente del barrio, campesinos, obreros, niños, madres de familia y jóvenes para ayudar. Formó el centro de Madres del pueblo joven Juan Velasco, el grupo de Juventud Estudiantil Católica, el de Derechos Humanos y otros más. Los amigos le decíamos: Vicente no pongas el dedo en la llaga. Vicente nos contestaba: “lo seguiré poniendo hasta que salga pus, siempre que sea para defender a mis hermanos pobres”. A pesar de las calumnias seguía adelante.

El grupo del IEME (Instituto Español de Misiones Extranjeras) de la diócesis de Huacho-Chosica editó un cedé con el título Tras sus huellas donde se recuerda su trabajo y testimonio en el seguimiento de Jesucristo. Nuestras bibliotecas harían bien en conseguir algún ejemplar: se conserva el recuerdo de mucha gente que no lo merece,  y esta es un motivo de orgullo y ejemplo para todos. ¿Quién no se enorgullecería de quien decía cosas como estas: "Para que cambie la sociedad tiene que haber buenos maestros, buenos abogados y buenos sacerdotes"? Incluso creó un Comité Parroquial de Solidaridad y Derechos Humanos con el nombre, que a alguno sonará por ser el del barrio más desfavorecido de Ciudad Real, de San Martín de Porres.

Sus asesinos no se salieron con la suya: hoy al menos dos colegios llevan su nombre (por cierto que uno privado y con mejores instalaciones tecnológicas que las de mi instituto, ejem) y se le recuerda en Perú con agradecimiento y admiración (ved el vídeo inicial). 

Cómo la CÏA derrocó al régimen democrático iraní y propició el ulterior fanatismo chiíta

Jan Martínez Ahrens, "El último secreto de la CIA en el golpe de Estado de Irán", en El País, 23-VI-2017:

Cientos de cables desclasificados detallan la implicación de EEUU y los clérigos iraníes en el derrocamiento de Mosaddeq en 1953

El pasado nunca ha dejado de perseguir a Irán. Desfigurada tanto por la retórica del régimen islámico como por la miopía occidental, su historia es reflejo de las tensiones que estallaron en el golpe de Estado de 1953. Cinco días en los que el país sintió temblar el mundo bajo sus pies y vio cómo una insólita alianza de poderes y servicios secretos derribaban a Mohamed Mosaddeq, el primer ministro que había plantado cara a Occidente en 1951 al nacionalizar el petróleo. Fue una sacudida que detonó el odio hacia EE UU, deslegitimó al sah y sirvió de precursor de la revolución islámica de 1979. Un capítulo crucial en el que, como detallan cientos de nuevos cables de secretos de la CIA, el juego sucio de Washington y la connivencia de los ayatolás fueron determinantes.

La primera entrega de documentos del Departamento de Estado sobre el golpe se remonta a 1989. Aquellos informes, sin embargo, fueron censurados para ocultar el papel de la agencia de inteligencia. La presión de los historiadores logró que otra tanda, esta vez sin manipular, se hiciera pública en 2013. Pero el paquete completo y más revelador no se ha hecho público hasta ahora. Son cientos de comunicaciones secretas que muestran los turbios hilos que la Casa Blanca movió para imponer su política. “Hablan sobre todo de Estados Unidos y de su desconocimiento del poder de los ayatolás y las claves internas iraníes”, explica Malcolm Byrne, director del Proyecto EE UU-Irán en los Archivos de la Seguridad Nacional de la Universidad George Washington.

Elegido democráticamente, Mosaddeq representó durante mucho tiempo el sueño de un Irán moderno y autónomo. Pero en sus meses finales, bajo el extenuante embargo británico impuesto tras la pérdida del control petrolífero, apostó por el autoritarismo y la ruptura con el titubeante Reza Pahlevi. “Cruzó el límite y eso puso al sah en su contra”, explica Abbas Milani, director del programa de Estudios Iraníes de la Universidad de Stanford.

Fue entonces cuando la denominada Operación Ajax dio su estocada. Los cables muestran que la decisión de derribar a Mosaddeq fue tomada después de un largo debate en la Casa Blanca. El presidente Harry S. Truman ya se había opuesto y con Dwight D. Eisenhower, el primer ministro iraní aún era bien visto por parte del Gabinete. Pero la presión británica y el miedo a una alianza con el comunismo dieron el triunfo al secretario de Estado, John Foster Dulles, y su hermano Alan, director de la CIA.

El operativo recayó en el jefe de la agencia en Irán, Kermit Roosevelt. El sah se prestó y el 15 de agosto un general afín, Fazlollah Zahedi, antiguo admirador del Eje, trató de destituir a Mosaddeq.

El intento no resultó. Zahedi tuvo que ocultarse, el monarca abandonó Irán y el primer ministro contestó con una salvaje ola de arrestos. Alarmada, la CIA consideró que había fracasado. El 18 de agosto envió a Teherán el siguiente cable: “La Operación se ha intentado y ha fracasado, no debemos participar en ninguna iniciativa contra Mosaddeq que conduzca hasta EE UU. Las operaciones contra Mosaddeq deben pararse”. La orden era clara. Pero el jefe local de la CIA, nieto del presidente Theodore Roosevelt (1858-1919), no se dio por enterado y alentó una segunda y mortífera oleada. “Fue un factor importante, pero no el único”, indica Byrne. Roosevelt pagó a turbas de maleantes para tomar las calles e infiltró agentes provocadores entre las filas comunistas. En un clima de hostilidad creciente, el bazar fue asaltado y el caos se apoderó de Teherán. Zahedi aprovechó el momento para sacar sus tropas a la calle. Sorprendido por el zarpazo, Mosaddeq cayó.

Cuando el sah regresó a Irán, el país había cambiado para siempre. Muchos historiadores señalan este golpe como una de las causas del antiamericanismo iraní. Para el régimen islámico, los hechos de agosto sirvieron para elevar a los altares al ayatolá Abolcasem Kashani, impulsor de la nacionalización del petróleo y una de sus grandes referencias políticas. Pero los cables de la CIA revelan que el patriota estuvo en estrecho contacto con los agentes estadounidenses, a los que incluso pidió ayuda financiera.

“La República Islámica ha convertido a Kashani en un gigante político y juega a la idea de que intentó salvar a Mosaddeq. Pero fue muy activo en la caída del primer ministro. Los clérigos se unieron al golpe y contaban con enormes apoyos”, afirma el profesor Milani, autor de la obra referencial El Sah. “Los ayatolás estuvieron contra Mosaddeq, pero no está claro qué sabían de lo que hizo la CIA”, señala Byrne.

Tras su captura, el primer ministro fue condenado y encarcelado. Jamás volvió a pisar la calle y en 1967 murió bajo arresto domiciliario. “Desconocemos qué habría pasado si se hubiera quedado, pero lo que es evidente es que el sah nunca recuperó su legitimidad”, explica Milani. El golpe dejó una oscura herida en Irán, pero permitió a EE UU evitar la influencia soviética. Las aguas revueltas fueron también aprovechadas por el agente Roosevelt. Como intermediario de las grandes compañías, el hombre que no quiso parar el golpe se hizo con el tiempo multimillonario. Sobre las calles de Teherán quedaron cientos de muertos y la sensación, aún viva, de haber perdido una oportunidad.

martes, 20 de junio de 2017

Bandoleros y piratas del desierto manchego

La Mancha ha sido un territorio propicio a bandoleros, encartados o brigantes, empezando por los medievales Golfines cuyas correrías impusieron la creación de la Santa Hermandad en Ciudad Real. Pero extrañará saber que algunos de ellos no fueron delincuentes (aliados con frecuencia a venteros, hidalgos arruinados o funcionarios de la justicia), sino moriscos que volvían a su tierra para vengarse de su expulsión. Les llamaban monfíes y se quedaban en las montañas como salteadores de caminos, aunque otros se volvieron piratas. Manchegos conozco a dos: un albaceteño, Amurates Bayobi, y un ciudarrealeño, el zapatero morisco Amurates Quivirguadiano.

Lo cuenta José Muñoz y Gaviria, en su Historia del alzamiento de los moriscos, Madrid, 1861, p. 190:

En los momentos de su expulsión, muchos de ellos entraron al servicio de los otomanos en sus galeras y se dedicaron á ejercer la piratería recorriendo con preferencia las costas de España. Los fastos de los bárbaros corsarios nos presentan ejemplos de esta verdad. Amurates Bayobi, natural de Albacete de la Mancha, fué un pirata célebre, cogido en las costas de Sicilia el 21 de octubre de 1623; mandaba diez galeras del Gran Señor con cuatro mil hombres que sembraban el terror en las costas del Mediterraneo, en España y en Sicilia [...] En 1624 tres galeotas, mandadas por un zapatero de Ciudad-Real, Amurates Quivir-Guadiano, saquearon todas las costas del reino de Valencia y de la Italia. Estos ejemplos prueban que si á los moriscos los creyó Felipe III peligrosos en España, lo fueron más expulsados de ella. 

León Galindo y de Vera nos cuenta en su memoria histórica Posesiones hispano-africanas. Historia, vicisitudes y política tradicional de España respecto de sus posesiones en las costas de África..., publicada en 1884 por haber sido premiada en  el concurso de 1861 de la Real Academia de la Historia, p. 243, que en febrero de 1624 el capitán Salmerón, junto a la baja Calabria, tomó tres galeotas berberiscas del puerto marroquí de Salé "mandadas por el renegado de Ciudad Real Merut-Kebir-Guadiano". Libró a sesenta cautivos y apresó a ochenta piratas y ahorcó in continenti al capitán morisco ciudarealeño con todos los renegados que llevaba, pues tales eran entonces las leyes de la guerra. Si ese Merut Kebir era el mismo que Amurates y no otro distinto, su fin fue, pues, bastante trágico: le abandonó la suerte, si hemos de usar la terminología esproncediana de la Canción del pirata:

Condenado estoy a muerte. / Yo me río: / no me abandone la suerte / y, al mismo que me condena, / colgaré de alguna antena, / quizá en su propio navío.

El equivalente a la isla Tortuga en el Mediterráneo era en Berbería la isla de Yerba, en la costa de Túnez, conocida entre nosotros como de los Gelves, la mayor del norte de África, provista de un impresionante puerto natural y que a algunos les sonará porque fue donde murió el padre molinero de Lázaro González Pérez, más conocido como Lazarillo de Tormes. Sabemos de algunos cazadores de piratas de la época clásica. Unos residían en La Mancha: fueron el primer y segundo marqués de Santa Cruz de Mudela, tan cantados por los poetas, algunos de ellos manchegos, como el bachiller Jarana y Bernardo de Balbuena. Lope de Vega fue amigo también de uno que se atrevió a navegar por el mismo mar Egeo: el capitán Contreras, que nos ha dejado un importante testimonio escrito de sus aventuras en su autobiografía, donde relata sus tiras y aflojas con los berberiscos, los turcos y "Guatarral" (así llamaba al corsario inglés sir Walter Raleigh, al que persiguió por todo el Caribe).

Un ilustre ciudarrealeño amigo mío ha escrito también durante la época de la Movida una ya casi inencontrable Historia de la piratería en América española (Madrid: San Martín, 1985), Carlos Saiz Cidoncha, más conocido como uno de los grandes autores españoles de narrativa de ciencia-ficción (anglicismo detestable: es mejor llamarla ficción científica o anticipación). Cervantes conocía bien a estos corsarios moriscos.  Los había visto y servido en Argel, ciudad que, como cuenta en su Persiles, era la "gomia y tarasca de todas las riberas del mar Mediterráneo, puesto universal de cosarios y amparo y refugio de ladrones que deste pequeñuelo puerto que aquí va pintado salen con sus bajeles a inquietar el mundo, pues se atreven a pasar el plus ultra de las colunas de Hércules, y a acometer y robar".

Cervantes menciona al famosísimo Dragut y lo pinta azotando a los galeotes cristianos con el brazo muerto que había arrancado de un cristiano. También lo evoca Góngora en su célebre romance "Amarrado al duro banco". 

Estos corsarios moriscos, menos indulgentes que el PP con Valencia, no solo se dedicaban a saquear los puertos mediterráneos españoles (para lo cual se solían infiltrar como espías prevalecidos de su conocimiento del idioma y las costumbres cristianas) sino que se dedicaban a la captura de esclavos cristianos, llevándose a los mejores mozos y mozas de los lugares que expoliaban, algo parecido a lo que también hacían los jenízaros en la península balcánica. El miedo a la "bajada del Turco" era común en las costas españolas, y la expulsión de los musulmanes de España decretada por Felipe III no había hecho sino incrementar esta especie de terrorismo islámico o ISIS del siglo XVII.  

La Mancha Baja (esto es, Ciudad Real, llamada así porque se encontraba al descender de los Montes de Toledo) ha sido considerada desde la Edad Media una tierra de nadie o de paso por su escasa relevancia urbana, pese a lugares de tan antigua habitación como Alarcos, Daimiel o Almodóvar; era una tierra de cañadas cuyos lugares vírgenes y deshabitados como el valle de Alcudia y los campos de Montiel y Calatrava se inclinaban más a la ganadería que al sedentario cultivo. Por eso fue tenida por tierra salvaje y fronteriza, proclive a salteadores de caminos como los ya dichos Golfines, las serranas que tanto asustaban al Arcipreste y los monfíes apostados en los Montes de Toledo y Sierra Morena. Muchos viajeros extranjeros, e incluso Quevedo, cuya madre compró para él un señorío con tierras en Torre de Juan Abad y el castillo de Joray, llamaban "desiertos" a estos lugares. Y de hecho, solo hay en Castilla-La Mancha un lugar más deshabitado y salvaje: el desierto de Bolarque, en Guadalajara, hacia donde marchaban en el siglo XVII todos los que querían desaparecer de la memoria del mundo; todavía puede contemplar cualquiera que tenga el coraje de llegar allí los restos de no menos de treinta ermitas y un monasterio carmelita descalzo que han quedado de esos estilitas aventureros de la fe, que a falta de columnas se encaramaban a los cerros.

Quevedo narró en su romance "Itinerario de Madrid a su Torre" el viaje que hacía a lomos de su jaca Escoto:

Iba en Escoto, mi haca,
a quien tal nombre se puso
porque se parece al mismo
en lo sutil y en lo agudo.

Quevedo aludía a un teólogo llamado "Doctor sutil", Duns Scoto. Pero con "sutil" aludía no solo a su inteligencia, sino también a la delgadez de la rocina. Pero cuando bajaba por el Camino Real veía colgados de los árboles, por su parte izquierda, los cuerpos descuartizados de los delincuentes que había asaeteado la Santa Hermandad en Peralvillo, espectáculo dantesco que daba de comer a los pájaros. Los huesos de estos salteadores terminaban, una vez mondados, en un pozo que todavía existe. A ello alude Quevedo en diversos romances; le hacía gracia que colgaran de los árboles como "peras", con lo que jugaba del vocablo:

Llover cárceles puede [...] / y hacerme en su Peralvillo / aljaba de la Hermandad.

Vivo y enterrado estuve: / Lázaro fui de las fiestas, / oyente de Peralvillo / en un palo entre las tejas: / los ojos eché a rodar / desde las canales mesmas.

Incluso compuso el entremés "Peralvillo de Madrid" y llamaba "peralvillo de las bolsas" a los abogados y escribanos porque las llenaban de agujeros y las hacían cuartos. En su famoso soneto "Retirado a la paz de estos desiertos", escrito a su editor y amigo (y gran deturpador de sus versos, que rehízo sin tapujos) el erudito trilingüe José Antonio González de Salas, se muestra particularmente melancólico e introspectivo en estas soledades manchegas. Escribió que vivía en conversación con los difuntos y escuchaba con sus ojos a los muertos, sentencia que traduce en realidad el lema que preside la biblioteca de la Universidad de la véneta Padua: Hic mortui vivunt, hic muti magistri loquuntur / Aquí viven los muertos, aquí hablan mudos maestros".

Quevedo pudo conocer esa biblioteca, ya que anduvo por Italia e incluso anduvo implicado en una conspiración para derribar a la república de Venecia, que entonces andaba dominada entonces por un genio intrigante todavía muy mal conocido, Paolo Sarpi, que mantenía contactos con los cantones protestantes de Suiza y con la República de Ragusa y había puesto a Venecia a pique de ingresar en la comunidad de estados protestantes contra el imperio español. Yo creo sin embargo que esa feliz expresión, "escuchar con los ojos a los muertos", que llamó la atención de Borges, se explica mejor de otra manera. Su fuente es estoica, pues esta filosofía era la que lo consolaba en su destierro manchego. Más en concreto, la biografía que Diógenes Laercio hace del fundador de esta escuela helenística, Zenón de Citio. Allí se dice que el futuro filósofo fue a pedir consejo a un oráculo (el del adagio citado) para ser sabio; y la respuesta fue que "escuchar a los muertos". Él lo interpretó en el sentido de que tenía que leer libros. Hoy, sin embargo, nadie hace caso a los muertos. De ahí la extensión de lo que suelen llamar aburrimiento y nosotros llamaremos ignorancia. La ignorancia impide disfrutar plena e intensamente de la vida. Según los teólogos Dios compuso dos libros de caracteres muy diferentes: la Biblia y la Naturaleza; el primero se disfruta con la mente y el segundo con la experiencia. Cervantes, aficionado a libros, leyó ampliamente ambos y encontró en la manchega La Celestina,  quinto acto, este pensamiento: "La experiencia y el escarmiento hace los hombres arteros" cuando escribió en su Licenciado Vidriera que "las luengas peregrinaciones hacen a los hombres discretos", concepto que desarrolló algo más en su Persiles, que es en el fondo solo eso: una peregrinación aventurera que culmina en Roma. Los dos libros: la Biblia y la Creación, los imbricó también Cervantes en otra novela más conocida, el Quijote, pero de forma profana. El Quijote es un "libro" en que un gran lector de literatura no precisamente devota (demasiado cercano tenía el ejemplo de Ignacio de Loyola) termina como ya sabemos al intentar cambiar el libro de la vida a la manera de los que tiene en la cabeza...

Ya he escrito en este mismo lugar sobre uno de los pícaros manchegos con los que se topó Quevedo aquí, y que describe en su epistolario. Lo suplantaba usurpando su nombre para poder gastar sin tasa, prevaleciéndose de su hermoso vestido, como un arcaico Ripley de  Patricia Highsmith.

El método más eficaz para aprender Matemáticas es el Singapur

Pilar Álvarez , "El método más eficaz para enseñar matemáticas ya está en España", en El País, 19-VI-2017:

El profesor Yeap descubre a docentes españoles los secretos del modelo que ha convertido a Singapur en el 'número uno' en esta asignatura

Sujeta un triángulo de papel en la mano. Uno amarillo, similar a las decenas de triangulitos de distintos tamaños repartidos por las mesas. Yeap Ban Har, extremadamente amable y sonriente, se mueve por el aula con la figura geométrica en alto y pronunciando despacio en inglés. La premisa que deberán discutir la próxima media hora es cómo demostrar manipulando a su antojo este pedacito de papel que la suma de los ángulos de un triángulo suma 180 grados.

En cada mesa, papelitos, figuras, reglas de colores y grupos de alumnos que discuten en voz baja y ojean el ejercicio. Los 27 participantes que revisan geometría que se aprende a los 10 años son todos adultos. El señor Yeap (Ban Har es nombre y Yeap es apellido) ha viajado de Singapur a la Facultad de Económicas de la madrileña Universidad de Alcalá de Henares, ubicada en un edificio histórico en la cuna de Cervantes, para que maestros, futuros profesores y editores desaprendan las matemáticas y las aprendan de nuevo.

Su mentor durante cinco días es este hombre menudo de 49 años, que parece mucho más joven, y que recorre el mundo desde hace más de una década gracias a las matemáticas: “He estado en todos los continentes menos en la Antártida”.

Enseña el llamado método Singapur. Su país se puso las pilas con las matemáticas hace más de 30 años. En 1992 generalizaron en las escuelas —allí son todas públicas— este método para que sus alumnos afronten las mates sin miedo y ahora encabezan todos los rankings internacionales.

“Todo aprendizaje empieza de una manera concreta, luego pictórica y por último abstracta”, explica. También aplica la teoría de la espiral, que supone intentar llegar al mismo sitio por distintos caminos, sin repetir ni memorizar una única vía como hacen en las aulas de medio mundo. Hay alumnos que han cortado los ángulos y los han unido, otros los calculan con un medidor, otros los doblan… “¿Qué método es mejor? ¿Cuál peor?”, pregunta el profesor en voz alta. “Saber esto no es muy importante. Lo fundamental es que los chicos cojan el hábito de llegar a conclusiones a través de evidencias”.

¿Por qué, en general, cuestan tanto las matemáticas? “Implican razonar y pensar, y eso es algo que se salta en España. Aquí insistimos mucho en hacer cuentas aburridas y aprender las cosas sin entenderlas y de memoria. Es una inercia del sistema educativo”, razona Pedro Ramos, profesor titular de la Facultad de Educación de la Universidad e impulsor de estas jornadas, que esperan repetir anualmente en el Aula de Matemáticas Aplicadas que han creado con la editorial SM, responsable de los manuales de texto, y que el curso que viene llevarán a 20 colegios españoles.

Yeap Ban Har es una celebridad modesta: “Me llaman experto, pero cualquier profesor de Singapur puede considerarse así porque nos entrenan y lo usamos cada día”. La apuesta de Singapur fue agrupar las teorías de grandes educadores y pedagogos occidentales (Jerome Bruner, Richard Skemps, Zoltan Dienes) y convertirlo en un asunto de Estado.

Los resultados se ven en el informe TIMSS (Estudio de las Tendencias en Matemáticas y Ciencias, en sus siglas en inglés), una conocida prueba internacional de matemáticas para alumnos de 10 años. Los de Singapur, en primer puesto, obtuvieron en la última edición 618 puntos de un máximo de 625. La convención es que cada curso equivale a 59 puntos. Así que los españoles, con 505, irían dos cursos por detrás.

Ese informe también deja al descubierto la brecha de género, al menos en España, donde los alumnos varones obtienen mejores resultados. El profesor niega que sean mejores en matemáticas. “Es un mito”, dice en mitad de la clase. En su país, asegura, no hay diferencia entre alumnos y alumnas. “No hay ninguna razón para que lo hagan mejor, nada que tenga que ver con el cerebro o la biología. Es solo una cuestión de oportunidades y mentalidad”.

La educación que piden los empresarios

I (Los comentarios críticos de los lectores, más abajo)

Olga R. San Martín, "EDUCACIÓN. Las reformas que nos quedan por hacer. Así es la educación que piden los empresarios", El Mundo, 20 - VI- 2017:

La CEOE denuncia que el actual sistema educativo español "no está preparado" para responder a los retos de la globalización.

«El sistema educativo español, en sus niveles tanto universitarios como no universitarios, no está suficientemente preparado en el momento presente para asumir con posibilidades de éxito los desafíos del futuro». Lo advierten con contundencia los empresarios, que no ven que en las aulas se esté respondiendo adecuadamente al proceso acelerado de cambios sobre el que se asienta la llamada cuarta revolución industrial. La CEOE suele ser muy discreta al hacer valoraciones educativas, pero esta vez ha roto su silencio para desgranar en un libro los males que, en su opinión, acechan a la escuela y a la universidad. Cinco son los grandes déficits que señalan: la «mediocridad» de los resultados; la «ineficiencia» del gasto educativo; la «brecha» entre la formación y empleo; la «lentitud» de la respuesta política, y las «deficiencias» de las leyes. La educación importa. El libro blanco de los empresarios españoles se hizo público hace unos días con la intención no tanto de criticar, como de aportar soluciones. La patronal plantea 10 cambios que, asegura, corregirán los citados déficits: 

1. FORTALECER AL DOCENTE

En España, un profesor bueno, por mucho que le ponga empeño, gana lo mismo que uno malo. El salario inicial no está mal en relación al de otros países de la OCDE, pero al final de su carrera gana prácticamente lo mismo que al empezar. No hay recompensas a quien se esfuerza y por eso están desmotivados. Los mejores abandonan ante otras ofertas más atractivas. La patronal propone establecer un sistema de incentivos tanto retributivos como de promoción vinculado a la rendición de cuentas. También plantea instaurar un MIR similar al de los médicos, una idea que aprueban todos los partidos. Lo explica Francisco López Rupérez, ex presidente del Consejo Escolar del Estado y director de la Cátedra de Políticas Educativas de la Universidad Camilo José Cela: «Con este tipo de reforma se lograría añadir eficiencia a los procesos, al hacer que la selección fuera previa a la formación de posgrado y no al contrario, como sucede; incrementaría la calidad de los profesionales, tanto del sector público como del privado; y contribuiría a fortalecer la profesión».

 2. «MODERNIZAR» EL CURRÍCULO El plan de estudios diseñado por el PP en su Lomce es «exagerado» en su «grado de detalle» y está anticuado, dice la CEOE. Se necesita una «modernización» y «reducir» sus contenidos, de modo que tengan más presencia las enseñanzas STEM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas), el emprendimiento o la robótica, recuperando el peso que han perdido las Humanidades en los últimos años y potenciando la enseñanza del inglés. 

3. MÁS AUTONOMÍA A LOS CENTROS

España es el quinto país con menos autonomía escolar, dice la OCDE, que ha comprobado que los resultados de los alumnos mejoran si se deja que las escuelas tengan margen para tomar sus propias decisiones. La Lomce, en teoría, iba a dar más autonomía, pero no ha sido así. Los empresarios plantean repararlo y, de paso, profesionalizar el liderazgo de los directores.

4. AYUDA A LA PRIVADA 

La patronal defiende el derecho de los padres a llevar a sus hijos a colegios de su elección, recogido en el artículo 27 de la Constitución. Para ello propone actualizar el sistema de conciertos, aplicar el bono escolar en el primer ciclo de Infantil (de cero a tres años) e introducir la desgravación fiscal para aquellas familias que quieran ir a centros privados en las etapas obligatorias (de seis a 16 años). «Estas familias están siendo discriminadas en el ejercicio de un derecho fundamental -el de la libre elección de centro-, pues para hacerlo posible han de pagar por duplicado ese servicio esencial: a través del recibo del colegio y mediante sus impuestos», argumenta. 

5. EVALUAR

El Gobierno ha paralizado las reválidas tal y como las concibió inicialmente, pero los empresarios insisten en que hay que evaluar porque «lo que no se evalúa se devalúa». Para ello plantean una prueba en Primaria y otra en la ESO, sin valor académico, pero que sirvan de diagnóstico. Debe tener un carácter censal y homogéneo en todas las autonomías, porque si no, no se puede comparar, advierten tirando de las orejas al ministro Íñigo Méndez de Vigo, que ha puesto unas reválidas light que en cada región se hacen de una forma. «España es uno de los pocos países de nuestro entorno que no cuenta con un sistema organizado de evaluaciones», explica Xavier Gisbert, presidente de la asociación Enseñanza Bilingüe. «Las evaluaciones nacionales externas tienen la gran ventaja de fijar unos estándares comunes, homogeneizar el sistema educativo y disminuir las diferencias territoriales». Gisbert, que fue director general de Evaluación y Cooperación Territorial del Ministerio de Educación durante el Gobierno del PP, lamenta que «la Lomce haya desperdiciado una ocasión de oro» para establecer estas pruebas. 

6. MÁS RELACIÓN CON LA EMPRESA

La CEOE reclama que el empresariado tenga más protagonismo en la gobernanza ejecutiva de la formación, hasta el punto de que pueda participar en la definición de los currículos de grado y posgrado.

7. MÁS INNOVACIÓN

El libro recuerda que España tiene un «retraso comparativo» en los indicadores relevantes para la economía del conocimiento. Quiere que tanto los alumnos como los profesores reciban la debida instrucción de las tecnologías digitales y se familiarice a los centros de los procesos de innovación que hayan sido efectivos.

8. MEJOR TRANSICIÓN AL EMPLEO

La OCDE denuncia «un retraso notable» en la implementación de la FP dual y advierte del «mayúsculo desajuste» que se observa entre oferta (por ejemplo, en Artes y Humanidades) y la demanda (en las ingenierías). Propone garantizar alternativas formativas para evitar el abandono escolar temprano(el segundo más alto de la UE), promover la «excelencia», crear un programa nacional de orientación profesional e impulsar la FP. 

9. MARCO COMÚN EN TODA ESPAÑA

No discuten el Estado de las Autonomías, donde la educación está transferida a las comunidades, pero sí plantean establecer un nuevo sistema de financiación autonómica vinculado a la calidad de los resultados que implique que aquellas comunidades con mejores notas puedan tener recursos adicionales.

10. UN ACUERDO SOCIAL Y POLÍTICO

Para que el pacto de Estado que se está negociando en las Cortes llegue a buen término, la patronal recomienda esquivar los enfoques ideológicos, asumir los consensos básicos ya establecidos y tomar en consideración las evidencias más sólidas disponibles.

II

El criterio de la CEOE sobre la educación se resume así: queremos unos asalariados con muchas habilidades y pocos conocimientos, a los que seguiremos pagando unos sueldos indignos. El modelo que le interesa a la CEOE es el asalariado-robot:Grandes habilidades para el trabajo, nulo pensamiento crítico.

Los empresarios quieren que el sistema educativo se transforme exclusivamente en una máquina de crear esclavillos para ellos, desde el trabajador de más bajo nivel hasta el ingeniero-esclavo fino. No les interesa la cultura general ni un ciudadano con criterio y que piense por sí mismos, solo consumidores compulsivos y trabajadores que dediquen toda su vida a "la empresa".

La educación en la escuela española es un despropósito, enseñar batallitas generales con sus suegras incluidas es de juzgado de guardia, es increíble la cantidad de información de cuestiones que jamas van a necesitar los chicos y es increíble que en el siglo 21 estemos igual, a los chicos no les enseña absolutamente nada sobre las herramientas que van a necesitar para defenderse en la vida, salen de la escuela sin saber nada de nada de lo que se le presenta cuando están fuera, no saben lo que es una factura, ni lo que son los intereses bancarios, ni como esta estructurado el estado, ni las mas minimas leyes importantes, ni de derechos ni obligaciones, ni que es una empresa donde tendrán que ganarse la vida, NADA DE NADA, YO PONDRIA UNA ASIGNATURA DE CULTURA GENERAL, OTRA DE MATEMATICAS Y LENGUA Y LO DEMAS SOLO CONOCIMIENTOS QUE VAYAN A NECESITAR

La inversión privada, que en España es inexistente o casi....Porque las empresas que invierten en I+D en España suelen ser delegaciones de empresas de otros países.

La izquierda española sigue atacascada en la Guerra de Clases y obsesionada con la Guerra Civilla. La LOGSE destruyó las generaciones de jóvenes españoles. No hay nada que hacer ya.

Estamos ante una nueva revolución industrial, pero hoy es tecnológica. En la primera con las máquinas de vapor y motores y en esta con los robots y tecnología, se consigue fabricar más con menos horas de trabajo. En la primera el Gran Capital, por temor a revoluciones, tuvo que permitir que se avanzase en conquistas sociales (8 horas, vacaciones pagadas, no trabajar los niños, etc.) repartiendo en parte los beneficios entre la masa obrera, en esta que vivimos ahora, el temor a las revoluciones no existe, se ha comprobado que dominando los medios de comunicación se puede adormecer al pueblo, con lo cual el Gran Capital (hoy *mercados*) va a degüello y lo beneficios del progreso no solo es para él, sino que se siente con fuerzas (por falta dela unidad de los trabajadores) para que se vuelvan a perder los beneficios logrados con tanta sangre, sudor y lágrimas. Lo único que me consuela es que si somos todos pobres, a ver a quien le venden sus productos? Continua

Claro que hay demasiados titulados, pero habría menos en paro si las empresas contrataran más para la I+D, cosa que en España, excepto las grandes empresas, no es práctica habitual. Por otra parte ¿como se decide quien va a FP y quién a la universidad? Esa es la cuestión.


No me gusta la CEOE. Sin embargo como el problema es, básicamente político, aplaudo que se quejen. Otros se han quejado antes. Pero va a ser muy difícil que se arregle en un país con las competencias educativas transferidas a la comunidades autónomas. Conviene pues que todo los estamentos manifiesten que este es un problema de primera magnitud.

Al igual que sucede en el resto de la sociedad, en la escuela el conocimiento se consume pero no se construye. Unas de las principales críticas que pueden hacerse a la educación actual es que es excesivamente académica y poco significativa para los que aprenden. Se teoriza mucho y se hace muy poco. No se da respuesta a preguntas del estilo ¿qué puedo hacer con lo que sé? o ¿qué necesito aprender para hacer tal cosa? http://www.otraspoliticas.com​/educacion​/el-movimiento-maker

Pues claro que la situación está fatal y hay un paro tremendo. No discuto eso. Estudiar FP no es garantía de nada pero siendo universitario creo hay más competencia todavía para conseguir algún trabajo acorde a lo que ha estudiado uno. Tú mismo me estás diciendo que esa persona que estudió biológicas no conseguía trabajo de lo suyo y que si consiguió trabajo, fue de prácticas en FP no? Si en vez de estudiar esa carrera hubiese estudiado directamente FP pues a lo mejor habría conseguido antes ese trabajo en prácticas en FP y le habría ido mejor. En todo caso le habrá servido para encantar trabajo en el extranjero. Cual es sino la alternativa, ser un nini?

Suena muy bonito eso que Vd. dice. Pero si algo observo en las nuevas generaciones es que no tienen capacidad crítica. Asumen un partido político, un medio de comunicación... y las ideas que allí lanzan, sin crítica. Sin crítica los jóvenes catalanes, por ejemplo, asumen esa historia inventada en los despachos, sin crítica los 15M asumen las ideas atrasadas de Podemos, sin crítica se asume a los liberales donde el mercado lo regula todo (menos su zona de confort, claro), sin crítica a las políticas pijiprogres que interfieren en la vida particular del individuo. Los peligros vienen de la CEOE, pero tb de sindicatos, partidos, grandes empresas supranacionales.... en fin. Si empleasen menos tiempo en series TV, en facebook, y en videojuegos quizás tuviesen la atención centrada en la reflexión y por tanto aumentaría la capacidad crítica. El pan y circo de toda la vida con formato digital.