sábado, 11 de marzo de 2017

Los hermanos Koch, enemigos de la humanidad

Antonio Muñoz Molina "Los vencedores El libro que me ha quitado el sueño es 'Dark Money', sobre los Koch, empresarios que financian el activismo de la derecha más radical en EE UU", en El País, 10 de marzo de 2017 

A las cinco de la madrugada me despertó un mal sueño y para distraerlo leyendo me sumergí en una pesadilla. Pero es que hay libros infecciosos que uno no puede dejar de leer, aunque, si lo hace antes de dormir, es muy posible que después de haberle alterado la vigilia le siembren de terrores los sueños. No estaba leyendo una novela de miedo. A estas alturas el miedo de los libros o de las películas con muchas vísceras y cubos de sangre demasiado roja ya no asusta a nadie. Drácula y la criatura del Doctor Frankenstein y hasta Freddy Krueger son ya figuras recortadas de cuento infantil. Hannibal Lecter deleitándose con casquería humana y con las Variaciones Gold­berg es un personaje ridículo. En el miedo, como en casi todo lo demás, las invenciones de la imaginación son muy limitadas y tienden a la repetición y al aburrimiento de lo previsible. Para sentir terror, en esta época, en esta era de Trump y Putin y El Asad y Marine Le Pen y Geert Wilder y Kim Jong-un, no hay más que consultar el periódico o poner la radio por la mañana. El pánico de un titular o de una información dura minutos como máximo. El de un libro permanece durante días, y como la mente humana, y más aún la mente lectora, puede tender al masoquismo, el resultado es un agobio que se hace más grave según progresa la lectura y que, buscando cuanto antes llegar al final, exagera su daño.

El libro que me ha quitado el sueño y el poco sosiego que tenía es un ejemplo admirable de periodismo de investigación, de la máxima calidad informativa y narrativa. Se titula Dark Money, y lo publicó hace algo más de un año Jane Mayer, una escritora en The New Yorker. Como pasa con cierta frecuencia, el libro tuvo su origen en un largo artículo que Mayer había escrito hace ya siete años para la revista: la crónica escalofriante de cómo dos hermanos, Charles y David Koch, dueños de la segunda empresa más poderosa de Estados Unidos, llevaban más de treinta años financiando el activismo de la derecha más radical en Estados Unidos a través de una fundación que les permite grandes ventajas fiscales y un grado de anoni­mato que tiene mucho de impunidad. Cuando las leyes imponían limitaciones a las cantidades de dinero que empresas o particulares podían gastar en campañas políticas, los hermanos Koch se las saltaban encubriendo como filantropía lo que era tráfico de influencias y compra directa de candidatos, casi todos ellos republicanos. En 2010, el Tribunal Supremo suprimió esas limitaciones legales, argumentando, no sin gran cinismo, que una empresa tiene el mismo derecho a la libertad de expresión que un ciudadano individual, y que por tanto poner límites al dinero que quieran gastar apoyando a un candidato es como quitarle ese derecho.

Un periodista le pregunta si cree en la lucha de clases, y Buffett responde: “Por supuesto que sí. La hemos ganado nosotros”.

Las cantidades de ese dinero oscuro que detalla Jane Mayer son inconcebibles. Los hermanos Koch reúnen la tercera fortuna más grande de Estados Unidos, después de Warren ­Buffett y Bill Gates. Su compañía, Koch Industries, posee pozos de petróleo, refinerías, oleoductos, empresas madereras, minas de carbón, papeleras. En los años setenta, alarmados por la presión fiscal sobre los ricos y por las trabas que empezaban a poner a su dominio despótico las primeras leyes de protección del medio ambiente y los avances hacia un mínimo de equidad social —­los derechos civiles, las políticas contra la pobreza, las garantías sindicales para los trabajadores—, los hermanos Koch emprendieron una batalla primero ideológica y luego directamente política. Era una época en la que había ciertos consensos básicos entre republicanos y demócratas en torno a algunos logros heredados del new deal de Roosevelt y de la gran sociedad de Johnson. Se asocia a la derecha con el conservadurismo y la conformidad ideológica, pero los Koch aplicaron la fuerza inmensa de su dinero a un proyecto literalmente revolucionario: desguazar el Estado para que no hubiera ninguna interferencia pública en el funcionamiento del capitalismo; reducir o eliminar los impuestos a los ricos; suprimir la asistencia médica gratuita a los viejos, los niños y los pobres; desmantelar la Seguridad Social. Y, desde luego, desactivar cuanto antes las nuevas leyes aprobadas en los primeros setenta —algunas durante la presidencia de Richard Nixon— para remediar la contaminación del aire, de la tierra y de las aguas que habían llevado a cabo impunemente durante más de un siglo las empresas mineras y petroleras. Los Koch crearon una especie de club de multimillonarios dedicado a una tarea doble de adoctrinamiento y descrédito. Empezaron a financiar cátedras universitarias en las que se propagaban las ideas ultraliberales más extremas. Fundaron publicaciones y patrocinaron a autores de libros que desacreditaban todo lo que tuviera que ver con la acción del Gobierno, y que calificaban cualquier norma protectora de los trabajadores o de los débiles como una intromisión totalitaria en el albedrío de las personas, en el funcionamiento libre de la sociedad y del mercado. Cuando la alarma sobre el calentamiento global empezó a difundirse, contrataron a las mismas agencias de relaciones públicas que en los años sesenta habían trabajado a sueldo de las compañías tabaqueras para esconder el peligro mortal del tabaco. Para conseguir el máximo beneficio, prescindían en sus minas y en sus refinerías de cualquier medida sanitaria para proteger la salud de los trabajadores o de la gente que vivía en las inmediaciones.

La enumeración documentada de horrores, extorsiones y abusos que hace Jane Mayer lo deja a uno sin aliento. Pero más aún asombra el éxito de la manipulación ideológica promovida por los hermanos Koch y sus células subversivas de multimillonarios: no solo multiplican su riqueza y garantizan su impunidad, sino que además convencen a una parte considerable de las víctimas del expolio de que sus enemigos no son ellos: el enemigo es la gente liberal y elitista que quiere subir impuestos, extender la sanidad accesible, imponer leyes medioambientales, todo lo cual traerá pobreza y eliminará puestos de trabajo.

A las cinco de la madrugada, lo primero que leí al abrir Dark Money fue una cita de Warren Buffett, ese abuelete chispeante que tiene más dinero que varios países medianos juntos, pero que, según propia confesión, paga menos impuestos que su secretaria. Un periodista le pregunta si cree en la lucha de clases, y Buffett responde: “Por supuesto que sí. La hemos ganado nosotros”.

Dark Money. The Hidden History of the Billionaires Behind the Rise of the Radical Right. Jane Mayer. Doubleday. 449 páginas. 29,95 dólares.

martes, 7 de marzo de 2017

Contra los falsos positivos

A los positivos de mierda que me dicen que nada es imposible yo les diría que se tocasen la espalda con la rodilla.

domingo, 5 de marzo de 2017

Orwell y el estilo

Jaime Rubio Hancock "Los seis consejos de George Orwell para escribir mejor" en El País, 5-III-2017:

El lenguaje político está lleno de tópicos y vaguedades

A menudo se dice que no hay reglas para escribir bien. Pero no es cierto. Por ejemplo, ayuda tener a mano las seis normas que propuso George Orwell. Las recordaba su hijo, Richard Blair, en una entrevista que le hizo Bernardo Marín y que publicaba EL PAÍS hace unos días.

1. Nunca uses una metáfora, símil u otra frase hecha que estés acostumbrado a ver por escrito.

2. Nunca uses una palabra larga si puedes usar una corta que signifique lo mismo.

3. Si es posible eliminar una palabra, hazlo siempre.

4. Nunca uses la voz pasiva cuando puedas usar la activa.

5. Nunca uses una expresión extranjera, una palabra científica o un término de jerga si puedes pensar en una palabra equivalente en tu idioma que sea de uso común.

6. Incumple cualquiera de estas reglas antes de escribir nada que suene estúpido.

Orwell las incluyó en un ensayo titulado Politics and the English Language (La política y el idioma inglés), publicado en 1946 en la revista Horizon. El artículo criticaba sobre todo el lenguaje político, pero sus consejos se pueden aplicar a cualquier texto. Por ejemplo, The Guardian lo citaba hace unos años para criticar cómo escribimos en internet. Y también puede servir para cualquier idioma, a pesar de que el punto 4, el que se refiere a la voz pasiva, se puede aplicar con más frecuencia al inglés.

Para el autor británico, esta preocupación por el lenguaje no es ni "frívola" ni "exclusiva de los escritores profesionales". Cuando uno se libra de los malos hábitos al escribir, “puede pensar con más claridad y pensar con claridad es el primer paso hacia la regeneración de la política”.

Tópicos imprecisos

En opinión del autor británico, los problemas principales de muchos textos son dos: las imágenes trilladas y la falta de precisión. Cuando escribimos, hay que dejar que “el significado escoja a la palabra y no al revés”, afirma. Hay que hacer un esfuerzo y pensar antes de comenzar a juntar letras, para evitar así “las imágenes desgastadas o confusas, todas las frases prefabricadas, las repeticiones innecesarias, y las trampas y vaguedades”.

En los textos que critica se acumulan “metáforas moribundas”, de las que ya se ha abusado tanto que han perdido su significado. Pensemos, por ejemplo, en “arden las redes”. Otro vicio habitual, según Orwell, es el de usar términos pretenciosos con la intención “de dar un aire de imparcialidad científica a juicios sesgados”, además de “palabras que carecen casi de significado”.

Por ejemplo, términos como democracia, socialismo, libertad, que a menudo se usan con “significados diferentes que no se pueden reconciliar entre sí”. No es lo mismo leer información sobre noticias falsas en un texto del New York Times que en unas declaraciones de Donald Trump, que se ha apropiado de esta expresión, fake news, para calificar todos los titulares que no le gustan.

Paradójicamente, otra palabra que no significa lo mismo según quien la utilice es orwelliano, usada por "críticos de todos los bandos", tal y como publicaba el New York Times en un artículo que mencionaba que este texto es, junto con 1984 y Rebelión en la granja, uno de los más influyentes de Orwell.

Defender lo indefendible

Como ya hemos apuntado, a Orwell le preocupa especialmente lo mal escritos que estaban los textos políticos, algo que no podemos decir que haya cambiado mucho. Orwell pone ejemplos que suenan muy actuales, como hablar de “pacificación cuando “se bombardean poblados indefensos desde el aire” o de “traslado de población” cuando “se despoja a millones de campesinos de sus tierras”.

“Un orador que usa esa clase de fraseología ha tomado distancia de sí mismo y se ha convertido en una máquina” que intenta “defender lo indefendible”, escribía Orwell. Lo que consigue es que “las mentiras parezcan verdaderas y el asesinato respetable”. Como recordaba Steven Pinker en The Sense of Style, esta abstracción tan vaga acaba deshumanizando.

viernes, 3 de marzo de 2017

Un método nuevo, el Mighton, para enseñar matemáticas que mejora el rendimiento de los alumnos


Antes de doctorarse en matemáticas, a John Mighton no se le daban muy bien los números. De hecho, suspendió el examen de cálculo cuando entró a la universidad. No fue hasta unos cuantos años después, cuando ya rondaba los 30, que retomó su relación con las sumas y las restas. "Al principio pensaba que yo era el problema, pero me di cuenta de que el problema estaba en la metodología con la que se explicaban las matemáticas", recuerda. Y tan convencido estaba de su tesis que él mismo ideó y desarrolló un nuevo sistema de aprendizaje de las matemáticas, el Jump Math. Su metodología, ya implantada en seis países, es utilizada por más de 175.000 alumnos de Canadá y Estados Unidos. A España llegó en 2013 y ya cuenta con 11.000 estudiantes y una red de un millar de docentes.

"Las matemáticas son más fáciles de lo que la gente cree", sostiene mientras coge papel y boli. Y dibuja una división en un papel: 72:3. Pinta "tres amigos" con tres bolsas y pide que se repartan esas 72 "monedas" en grupos de 10 en 10. "En todos mis años dando clase no he conocido a ningún niño de cuarto curso que no sepa hacer esto. Aquí todos los niños sacan un 10, y como les ha salido bien y lo entienden, prestan atención: están despiertos, excitados y entusiasmados. Con lo cual, puedes ir aumentando los retos y llevarlos a niveles superiores a los que ellos mismos creen", explica.

Mighton, de origen canadiense y con una polifacética carrera más allá de las matemáticas —también es guionista, escritor y ha hecho sus pinitos como actor en El Indomable Will Hunting—, comenzó dando clases particulares a un grupo de niños en su casa. La mejoría en los resultados de los chavales sorprendió a sus propios profesores, que llamaron al matemático para que fuese al aula a explicar su forma de enseñar. Mighton asegura que todos los niños tienen capacidad para aprender y entender las matemáticas. "A todos les gusta resolver problemas y hacer conexiones. El problema con las matemáticas no es de los niños, es de la metodología con la que se enseña". agrega.

Su programa se basa, precisamente, en "la inutilidad de esa metodología". "En una clase puede haber diferencias de hasta tres cursos entre unos niños y otros. Y el problema es que damos esto por normal cuando no lo es. Esas verdades absolutas son las que nos hacen ser incapaces como especies de desarrollar nuestras habilidades innatas", sostiene el artífice del Jump Math.

La clave está, asegura Mighton, en ir paso a paso, en no saltarse escalones en el aprendizaje. "Hay que enseñar a dividir conceptos para que los profesores puedan explicarlos bien. El problema es que a veces nos saltamos conceptos y el niño se pierde", señala. Su metodología, adaptada a alumnos desde educación infantil hasta el segundo curso de la ESO, está dividida en pequeñas unidades que los chavales pueden asumir. "Nuestro método se basa en el descubrimiento guiado. En vez de explicarte todas las operaciones, es el niño quien va descubriendo las cosas al solucionar los retos que se le presentan. El profesor, por su parte, debe saber plantear las preguntas bien pautadas porque si te saltas algún paso, no lo consigues", explica.

El éxito del alumno es una línea estratégica para no perder su atención. "Los niños se comparan entre ellos y hacen un juicio de valor: deciden quién es el listo y quién no. Y si no soy listo y no estoy hecho para las mates, mi cerebro deja de funcionar y dejo de intentarlo", argumenta. Por ello, la metodología de Mighton controla que el niño comprenda perfectamente cada paso que da. La evaluación continua y ejercitar la práctica a través de juegos y actividades que escapen del papel el boli para estimularlos también son elementos capitales para que el sistema funcione. Un estudio elaborado por el Centro de Investigación para la Educación Científica y Matemática (CRECIM) de la Universidad Autónoma de Barcelona, concluyó que los alumnos que aplicaron la metodología Jump Math mejoraron hasta dos puntos sus calificaciones y se redujeron los suspensos.

Con todo, el método de Mighton no es el único que pulula por la atmósfera docente como una alternativa al sistema de enseñanza tradicional. Otros como el sistema Kumon o el Algoritmo ABN también han tenido gran aceptación entre familias y maestros. La diferencia entre su método y los demás, sostiene Mighton, es que Jump Math quiere "romper con ese problema de la percepción de la capacidad del alumno". "Muchos programas solo miran las mates y nosotros miramos las mates y la psicología. Hacemos una evaluación constante y continua de cómo va el alumno, no esperamos a un examen un día determinado", asevera.

miércoles, 1 de marzo de 2017

Lluvia Rojo

Un bellezón, y además mujer interesante.

La desconocida Gloria Fuertes

Helena Hevia, La cara B de Gloria Fuertes. El centenario del nacimiento de la poeta sirve para reinvindicar su poesía adulta, que fascinó a Gil de Biedma, en el Periódico de Cataluña, 28 - II - 2017 

"Un globo, dos globos, tres globos...". Letra y música de Gloria Fuertes. Lo destacaron en la tele cuando murió en 1998, tan solo eso, y los que no la habían leído amagaron una sonrisa recordando a Martes y Trece caricaturizar sus ripios. "Soy la araña de España que ni pica ni araña". Pero la poeta no necesitaba que se la tomaran a broma. Ya lo hacía ella misma. Construirse un personaje de abuelita juguetona y escudarse en su interior. Pero la Gloria Fuertes del interior pese a la ingenuidad, marca de la casa, era bastante compleja. Así que la sorpresa podía venir si, por ejemplo, uno de esos niños que la seguían por la tele pedía un libro de Gloria Fuertes a los Reyes y estos, despistados, le traían uno de sus poemarios adultos por donde transitaban las prostitutas o pululaban versos como "Esas mujeres traían el coño en la boca".

Así que en el año en el que se cumplen 100 del nacimiento de la poeta, el próximo mes de julio, bien puede servir para reivindicarla. Méritos no le faltan, ya lo hicieron en su momento Jaime Gil de Biedma, tan exquisito él, que supo apreciar lo primordial de su mirada y antologarla en '…Que estás en la tierra' y Josep Maria Castellet que dirigía la colección Collioure donde apareció el poemario. Al hilo de la celebración han aparecido y aparecerán varios libros más. El más curioso es 'El libro de Gloria Fuertes' (Blackie Books), una bella propuesta de poemas selectos y vida que incluye recuerdos personales de sus amigos, fotografías, memorabilia e incluso un cómic biográfico realizado por Carmen Segovia, todo ello elaborado por el escritor Jorge de Cascante que la editorial define como "la persona más Gloria Fuertes que conocemos". Pero hay más… Material suficiente para varios traumas infantiles en tiempos del posfranquismo.

Y es que hay muchas cosas que se desconocen de la poeta. No solo su poesía tan juguetonamente quevedesca ("La esperanza me desespera; / desesperada espero todavía, / de una noche yo no puedo hacer un día / disfrazar la manzana en una pera. / Lo difícil me atrae, es mi bandera, / lucho a golpes de amor por una espina – la rosa no interesa- / la divina / adivina primavera", hermoso comienzo de 'Ni tiro, ni veneno, ni navaja') sino también de su vida, de esa voz cazallera que se trabajó a fondo a base de whisky; de sus amores con hombres y mujeres, pero sobre todo, mujeres; de su irreverencia, no ya con Dios, sino contra los curas y las monjas que le amargaron la infancia.

"Se la coló por completo a la España más rancia", resume Cascante que certifica que hay muy poco material biográfico sobre ella. "Quizá porque a poco que conozcas su vida te das cuenta de que no casa con la imagen que trasmitía en la televisión". Pero hay algunas brechas. En 1980, en un especial de Nochebuena, le censuraron la lectura de un poema: 'Dios está en pelotas'. Poco antes, una denuncia por pacifista y otra lectura le llevó a jefatura donde, le gustaba contar en la intimidad, se codeó con "putas" y aborteras.

ME PILLÓ LA GUERRA

Su infancia fue triste. Casi como la que retrataba Gila, pero más en serio. De hecho, el cómico, vecino suyo, fue uno de sus primeros amores de juventud. Su madre la puso a coser y a cuidar a sus hermanos y ella siempre que podía se escapaba en bicicleta. Uno de sus hermanos murió y ella trasladó el suceso a sí misma en un poema cuidadosamente tergiversado: "A los nueve años me pilló un carro / y a los 14 me pilló la guerra". Cuarenta kilos llegó a pesar durante la contienda.

Más descubrimientos. Sus parejas más estables fueron mujeres, en especial la hispanista norteamericana Phyllis Turnbull con quien mantuvo una relación de casi veinte años. Juntas construyeron a finales de los 50 una casa en Soto del Real donde crearon una Biblioteca Infantil ambulante cuyos libros entregaba en mano la poeta en una de las vespas que tuvo a lo largo de su vida.

Que dos mujeres vivieran juntas no despertó ninguna suspicacia, aunque los amigos de la pareja conocieran esa trastienda que muy raramente y de forma sutil aparece en alguno de sus poemas como 'Me siento abierta a todo' o 'Lo que me enerva' ("...saber que estás de paso, / y aún así, / no acariciar bastante / atardeceres cuerpos, / risas, / manos, / muslos, / senos, / hombros, / brazos"). "En el prólogo de 'La historia de Gloria' dice ‘me acuerdo de mis amores’, menciona sus nombres y muchos son mujeres”, recuerda Castante. Una de ellas, la cantante Mari Trini, que no le correspondió, aunque fueron amigas de por vida.

GOING TO AMERICA

Otra imagen inédita es la Gloria Fuertes norteamericana. La que fue a Pennsylvania gracias a una beca para dar clases en la Universidad y se quedó allí tres años. Ella no tuvo estudios superiores y la primera vez que pisó una facultad fue como docente. A Cscante le gusta imaginarla yendo a manifestaciones junto a Grace Paley. Eran los años 60, con la guerra de Vietnam de fondo. Llegó a convencer a alumnos de que rompieran los papeles de reclutamiento. "Qué placer rasgar aquellas hojas", dijo. Su imagen como pacifista se completa con un recital en el que compartió escenario con Joan Baez, entonces estrella incipiente del folk, leyendo sus poemas traducidos al inglés. "Es muy hermoso ver cómo era capaz de mantener su especial mirada en un contexto tan distinto al suyo. Ella extrae de aquella experiencia las enseñanzas hippies, que tanto le atraen, y a su vez enseña el chotis a los estadounidenses”, dice el antólogo.

La cara más oscura de Gloria Fuertes tampoco es muy visible. Pero no hay más que bucear en sus poemas, marcados por el dolor, la soledad y la experiencia de la depresión para darse cuenta. "La soledad es una hija de puta. A veces me revuelco en ella, me hago su amiga y a veces me vence", confiesa en los 80 ante el público en un recital. Cuenta Cascante que a la salida del acto, una pareja mayor se acerca a ella y le proponen adoptarla. Llegan a hacerlo.

HUMOR NEGRO

La peor depresión de su vida siguió a la muerte de Phyllis. "Suele valerse del humor para enmascarar su realidad ante los demás pero su mundo poético es muy negro. La idea del suicidio aparece una y otra vez". Una confesión de Fuertes que el escritor Vicente Molina Foix contó al antólogo ilustra a la perfección esa dicotomía. Desesperada, la poeta recapacitó en el último momento: "Iba a tirarme al metro pero acabé tirándome a la taquillera".

Así era. Menos niña grande de lo que recordamos. Más descarada al menos."Ojalá este Año Gloria Fuertes –aventura Cascante- sirva para que los lectores se acerquen a su realidad directa y sin tapujos, como cuando tienes 18 años y lees a Bukowski y piensas con sorpresa cómo es posible que eso que siempre has sentido pueda estar escrito en un libro".

BIBLIOGRAFÍA URGENTE

EL LIBRO DE GLORIA FUERTES (Blackie Books)
Todo lo que usted quería saber sobre Gloria Fuertes. Escrito con una amenidad y ligereza que a buen seguro entusiasmaría a la poeta, se recomienda leer este libro, falsamente cronológico, sin orden ni concierto,. A destacar además de los 300 poemas, algunos de ellos inéditos, las 80 fotografías que retratan la cotidinidad de la autora.

GEOGRAFÍA HUMANA Y OTROS POEMAS (Nórdica)
Con un prólogo de José Antonio de Villena que trató a la autora en sus últimos años tras su éxito televisivo, esta antología  esencial quizá incluya lo mejor de Fuertes y se cierra con un poema que su amigo José Hierro le dedicó el mismo año de su muerte.  Con ilustraciones de Noemí Villamuzas, también incluye uno de sus certeros epitafios: «Ya no toso».

ME CRECE LA BARBA (Reservoir books)
«Por la tarde me crece la barba de tristeza», confesaba la poeta en uno de sus poemas más surrealistas, más melancólicos y a la vez divertidos.  Es el título elegido para esta otra antología destinada por igual a mayores y pequeños que estará en las librerías mañana jueves. La escritora que jamás quiso ser ni académica -la «academia es cosa de hombres» ni exquisita está bien reflejada en el libro.

GLORIERÍAS (PARA QUE OS ENTERÉIS) (Ediciones Torremozas)
Gloria Fuertes dejó como albacea de su obra a su amiga la editora Luzmaría Jiménez Faro, ya fallecida, que publicó sus obras en el sello Torremozas específicamente dedicado a las mujeres. Esta edición  recoge la cariñosa carta que Ramón Gómez de la Serna le envió desde Buenos Aires en 1954 animándola a que siguiera su propio camino.

PECÁBAMOS COMO ÁNGELES (Ediciones Torremozas)
El amor y su contrapartida, el desamor, es uno de los grandes temas de la poeta. Esta antología recoge esos poemas, más afectuosos que eróticos. «Como San Agustín, ama el amor y confiesa que sólo con amor se puede hacer un poema, un niño o un milagro», dijo de ella Camilo José Cela que ejerció de valedor de la autora en los últimos años.

lunes, 27 de febrero de 2017

La injusta leyenda negra

Cristina Galindo, Conversaciones con futuro. María Elvira Roca Barea: “Los españoles tenemos un problema de autoestima” Filóloga. La autora de ‘Imperiofobia y leyenda negra’ sostiene que la propaganda antiespañola sigue tan viva como siempre, y alerta sobre sus consecuencias, en El País, 27-II-2017

María Elvira Roca Barea (El Borge, Málaga, 1966) lleva años investigando la leyenda negra, término que se refiere al relato desfavorable sobre España y su pasado. Frente a algunos historiadores que niegan su existencia ­­­—consideran que fue una creación de la conciencia española—, o que afirman que existió pero niegan su vigencia, esta profesora de instituto y filóloga que ha enseñado en Harvard e investigado en el CSIC asegura que el negro mito sigue tan vivo como antaño entre los españoles y en los países de nuestro entorno, especialmente en el norte de Europa. En Imperiofobia y leyenda negra (Siruela) —libro que presenta esta semana en Madrid—, Roca aborda cómo y por qué se construyó un discurso que convirtió a los españoles en paradigma de la irracionalidad, la crueldad y el atraso.

Pregunta. Para un tema de estas características, su ensayo se está vendiendo bastante bien. ¿A qué se debe?

Respuesta. He sido la primera sorprendida. Es un libro amargo, pero supongo que se debe a que levanta la autoestima. Arcadi Espada, autor del prólogo, dice que en realidad esto es un libro de autoayuda para españoles.

P. ¿Falta autoestima?

R. Los españoles tenemos un problema de autoestima desde hace siglos. Comienza en el XVIII con los Borbones. Desde entonces se aceptan como verdades los tópicos de la leyenda negra, que no son más que propaganda antiespañola creada por el mundo protestante y asumida por la Ilustración francesa. Los intelectuales españoles han tenido que ser hispanófobos para tener prestigio.

P. ¿Esa leyenda negra sigue viva?

“Los intelectuales españoles han tenido que ser hispanófobos para tener prestigio”

R. Sí. Hay que acabar con la absurda idea de que la leyenda negra y sus consecuencias son cosa del pasado. Dos de las grandes corrientes culturales europeas, el humanismo y la Ilustración, siempre han sido hispanófobas. Los españoles aparecieron en el escenario europeo convertidos en gente con sangre impura. “Marranos” fue el primer epíteto. Era un pueblo atrasado, medieval, racialmente impuro y mal cristiano por mezclarse con los judíos.

P. Pero España expulsó a los judíos.

R. El tópico de los españoles de sangre impura fue muy útil en una época en la que ser antisemita era lo normal. Después, en el siglo XIX, con el imperio hundiéndose y el surgimiento de un sionismo deseoso de buscar culpables, aparece la idea de que España fue especialmente terrible con los judíos. Pero en España solo hubo una expulsión y se ofreció la conversión. En el resto de Europa las hubo por docenas. En Inglaterra, el rey Eduardo acabó con todos los judíos. Hasta la época de Crom­well no hay ningún documento que mencione la presencia de un solo judío. Pese a todo, se empezó a decir que los españoles perdieron el imperio por la expulsión de los judíos, los únicos que tenían talento y capacidad financiera. Ese es el mecanismo de la leyenda negra: un hecho se magnifica hasta convertirlo en un suceso único de proporciones gigantescas. Es muy sutil.

P. Sostiene en su ensayo que la Inquisición no fue para tanto.

R. Hay que juzgar las cosas en su contexto. No se pueden aplicar los criterios morales de 2017 a hace 5 o 10 siglos. La tolerancia religiosa, digna de tal nombre, en Europa no llegó hasta el XIX. Desde 1560 hasta 1700 hubo 1.300 condenas a muerte por la Inquisición, y no eran todas por disidencia religiosa. La mayoría castigaban delitos comunes. En 20 años, Calvino quemó a 500 personas por herejía.

P. La conquista de América ha sido descrita como un genocidio.

“La Inquisición sentenció a muerte a 1.300 personas en 140 años. En solo 20 años, Calvino quemó a 500 personas”

R. Nadie sabe en realidad cuánta gente había, por lo que nadie sabe cuánta desapareció. Hubo epidemias demoledoras y esa fue la principal razón. Pero el imperio tomó medidas, como el establecimiento de cuarentenas, y se levantaron muchos hospitales. Los españoles eran pocos y el imperio estaba lleno de gente. La imposición generalizada por la fuerza parece poco creíble y no hubiera perdurado. Se pactó con los pueblos indígenas.

P. Pero el imperio español tuvo sus miserias

R. Absolutamente. Pero hay una percepción engañosa. Los imperios perduran si son capaces de integrar a la gente. Si no, se resquebrajan rápidamente, como pasó con el imperio británico, el de Alejandro Magno o el de Napoleón. En cambio, el imperio español fue un milagro: 300 años de paz en un territorio de 20 millones de kilómetros cuadrados con gente diversa. Eso sí, aquí todos pensando en los indios que murieron en América mientras nadie se acuerda de los horrores de la época de Leopoldo II en Congo, la presencia de los ingleses en China o a la responsabilidad del imperio británico en la hambruna irlandesa… Por encima de eso hemos pasado de puntillas.

P. ¿Cómo se han protegido esas naciones de sus leyendas negras?

R. No tienen leyenda negra porque nadie la ha creado. Hay un choque entre dos cosmovisiones en Europa. Una es la del mundo católico. Tendemos a culparnos, por aquello de la responsabilidad que la moral católica exige al individuo. El resto de las mentalidades europeas son duales, el bien y el mal, la luz y las tinieblas: uno es bueno porque existe un malo, que es el católico. Lo asombroso es que la Europa católica, que se ha visto perjudicada sistemáticamente por esa versión de la historia, la acepte como verdad sin serlo.

“Todos pensando en los indios que murieron en América y nadie se acuerda de los horrores en Congo”

P. ¿Levantar la autoestima de los españoles es una forma de enfrentarse a las aspiraciones independentistas actuales?

R. En España hay un problema interno. Creo que si se dividiera en trozos, a las distintas partes les iba a ir peor. Pero que los países del sur de Europa estén divididos beneficia al norte. ¿Qué nos habría pasado en la crisis de deuda si el país hubiese estado dividido? Nos habríamos convertido en un protectorado de Alemania. Los ingleses se han ido para evitar la hegemonía alemana. Lo políticamente correcto ahora es decir que les va a ir mal. Pero eso está por demostrar. Estoy a favor de la UE, pero no de cualquier modo. Lo que debilita al sur es un mal negocio para nosotros.

P. Bueno, en España hemos ido de pelotazo en pelotazo y nos hemos endeudado más de lo aconsejable.

R. En Italia también, pero no les ha pasado tanta factura. En las mismas condiciones de endeudamiento, las primas de riesgo son mayores para España. Mientras, Alemania, que nunca ha pagado sus deudas, se convierte en el destino del dinero de todo el mundo. El pensamiento en el mundo financiero es que los países del norte son cumplidores, laboriosos y exigentes. Los del sur, en cambio, son corruptos, vagos, malos socios y malos pagadores. Son los PIGS: Portugal, Italia, Grecia y España. Fíjese qué armonía. Todos países no protestantes de Europa. Es pura y simplemente racismo.

P. Parece que los culpables de los problemas de España sean los demás.

R. No del todo, claro. Pero conviene saber que el cotarro internacional que crea y destruye opinión pública se maneja muy bien desde el mundo protestante. Los países que no lo son lo manejan fatal. Y eso influye. Todavía existe la idea de que en España no se trabaja y que nos echamos la siesta, pero luego las estadísticas muestran que es uno de los países que más horas trabaja.

“El pensamiento en el mundo financiero es que el Norte es cumplidor. En el Sur, en cambio, son vagos y corruptos”

P. La refutación de la leyenda negra fue utilizada por Primo de Rivera y Franco para defenderse de las críticas que venían desde el exterior.

R. No creo que la influencia del franquismo sea determinante en este tema. La construcción de la leyenda negra viene de mucho antes. Se ve perfectamente ya en todos los autores del XVIII.

P. Unamuno pasó de decir que España era “la nación más denostada de la historia” a asegurar que sufría “manía persecutoria”.

R. La generación del 98 está lastrada por unas circunstancias históricas que no supieron afrontar. Pero aquello fue una píldora muy amarga. Dejó una costra que hay que levantar.

domingo, 26 de febrero de 2017

El Opus Dei controla gran parte de la Justicia y de las estructuras del Estado


La orden religiosa cuenta con oficinas de información en diferentes ciudades españolas. Su objetivo: tratar de controlar la imagen que se ofrece sobre ellos. Ex integrantes aseguran que la orden fundada por Escrivá de Balaguer intenta impedir que se conozcan sus verdaderos objetivos. Sus miembros gobiernan tribunales y grandes empresas.

Cierre los ojos. Ahora piense en mujeres y hombres poderosos. Sobre todo hombres. Vuelva a abrirlos. Probablemente, entre los rostros que han desfilado por su cabeza haya al menos uno del Opus Dei. La mayoría no lo dice públicamente. No por vergüenza, sino por orden sagrada.

Casi 90 años después de su fundación, la orden religiosa más influyente de España se resiste a perder sus puestos clave en la estructura política, económica y empresarial de este país. Ya no son tan jóvenes. Quizás sean los últimos. Pero no bajan los brazos. Gracias a una férrea organización interna, siguen funcionando como uno de los lobbies más importantes del Estado.

“Controlan mucho los tribunales y las audiencias. Hay un sistema formado por abogados, notarios, jueces y fiscales que son del Opus o tienen que ver con esta organización y que hacen piña”. Quien así habla es el catedrático de antropología filosófica de la Universidad de Sevilla, Jacinto Choza, quien permaneció durante 34 años dentro del grupo. Salió de allí en 1996.

No se alejó de la religión, pero sí de quienes seguían las enseñanzas de José María Escrivá de Balaguer, el mundialmente conocido sacerdote aragonés que fundó esta corriente eclesiástica en 1928. “Llegó un momento –recuerda Choza- en el que me pareció que lo que estaba viendo no era compatible con la doctrina cristiana”.

Esas mismas “incompatibilidades” han generado varias deserciones en los últimos años. De hecho, a día de hoy existen distintos ex miembros del Opus dispuestos a relatar -aunque sea en un café y sin grabadora delante- sus vivencias.

También es cierto que siguen no son pocos los que prefieren guardar silencio sobre su experiencia. “La mayoría de la gente que sale no se atreve a dar la cara. A Ana Azanza -una profesora de Jaén que realizó varias denuncias sobre este asunto- la han intentado dejar sin trabajo”, recuerda la ex numeraria -término utilizado para referirse a quienes adquieren compromiso de celibato- Carmen Charo.

En efecto, Opus Dei es sinónimo de poder, influencia y, al mismo tiempo, hermetismo. No es muy habitual que un numerario o supernumerario -el colectivo más numeroso, en el que se integran aquellas personas que están casadas- haga pública su condición como tal.

El mejor ejemplo está en las filas del PP, el partido político que más representantes opusinos acoge. Sin embargo, también hay miembros en formaciones ubicadas en la otra banda: es el caso de políticos de la antigua Convergencia Democrática de Catalunya o de Eusko Alkartasuna, ahora integrada en EH Bildu.

Se estima que, en total, hay 33.000 fieles del Opus Dei en España -a nivel planetario son 85.000-. Los medios de comunicación han especulado en varias ocasiones sobre quiénes son sus caras más conocidas -e influyentes-, algo que también han intentado revelar algunos ex integrantes. Sin embargo, se trata de una misión tan difícil como arriesgada. “Lo siento. Si su intención es dar nombres, no cuente conmigo. Ya me denunciaron por ello y no quiero volver a pasar por lo mismo”, afirmó a Público uno de sus ex miembros.

“Si tú dices que Fulanito es del Opus, te denuncian. ¿Acaso un cura o una monja se molestan si alguien dice que lo son?”, se pregunta desde un instituto de la provincia de Jaén la profesora Ana Azanza -responsable del blog Sin Miedo al Opus Dei-, quien recuerda otro caso muy significativo: en 2012, el ahora prelado –máximo representante- de esta orden, Monseñor Fernando Ocáriz, presentó una denuncia contra la página web Opus Libros -impulsada por otra ex integrante, Agustina L. de los Mozos Muñoz- debido a que había tenido la osadía de publicar su nombre en un listado de opusinos. La Agencia Española de Protección de Datos falló a favor del religioso.

Amparados en ese silencio, los integrantes de esta institución ultraconservadora de la Iglesia Católica se dedican a desarrollar las tareas propias de un grupo de presión. “Su influencia en la actualidad es mucho mayor de la que estamos dispuestos a reconocer”, afirma Azanza.

En efecto, hoy continúan en los consejos de dirección de grandes empresas, e incluso mantienen la presidencia de importantes bancos: si bien la familia Valls ya no continúa al frente del Banco Popular, Isidro Fainé -considerado “próximo” al Opus- sigue al frente de la Fundación Bancaria La Caixa. Hay más. La familia Botín, propietaria del Santander, también tiene importantes vínculos con la orden. “Es indudable que sus postulados extremos en materia religiosa pierden gas -señala la profesora-, pero en materia económica neoliberal siempre han estado ahí”.

También es posible encontrarlos en los principales ámbitos judiciales del país. Fiscales, abogados del Estado o magistrados del Tribunal Constitucional son algunos de los cargos que han alcanzado distintos juristas que se confiesan seguidores de Escrivá de Balaguer. “Hubo campañas para presentarse a oposiciones de jueces y fiscales, y consiguieron muchas plazas”, señala Charo.

Siguiendo las noticias

Hay rostros públicos, pero también anónimos. Estos últimos son los que se encargan de mantener activa la influyente red de colegios, universidades y fundaciones controladas de arriba abajo por los ultracatólicos.

Al mismo tiempo, en las distintas comunidades autónomas funciona un departamento en el que, seguramente, ahora mismo estarán leyendo este reportaje: el denominado Apostolado de la Opinión Pública (AOP), dedicado a seguir de cerca las informaciones que les afectan. “Entre otras cosas -explica Choza- tienen la misión de ir a hablar con el periodista que ha hecho alguna información sobre el Opus”.

Del mismo modo, los estrategas del Opus también dedican especial atención a los obispos, sean o no de su cuerda. “Tienen un fichero de todos los obispos, con datos sobre sus aficiones o comidas preferidas. De esa manera, cada tanto se les invita a comer, a una excursión o a un viaje”, relata Choza. “Cultivar la amistad de los obispos -remarca este ex numerario- es fundamental”.

Perdiendo masa

Si bien la red continúa activa, el lobby opusino enfrenta ahora un problema biológico: sus integrantes se van haciendo mayores y no se observa una clara línea de renovación. “Ya no entra gente, y la que entra no dura”, señala desde Vitoria Carmen Charo. “Tienen poder, pero han perdido masa -añade Azanza-. En todas las ciudades españolas, tanto en capitales como en otras ciudades medianas, conservan sus colegios, pero hay que tener en cuenta que España ya no es la que era: ese integrismo y fanatismo ya no es tan importante entre la gente”. Charo apunta en el mismo sentido: “A nivel espiritual -sostiene- son medievales”. Influyentes, pero medievales.

El fraude de la Constitución española de 1978

Karl Loewenstein (1891 - 1973) es uno de los padres del constitucionalismo moderno y nos enseñó a distinguir constituciones falsas o inspiradas por regímenes autoritarios de las constituciones verdaderas que sí regulan y orientan verdaderamente la vida de los pueblos. Sabía qué era el fascismo, porque lo vivió en Alemania y se exilió a los EE. UU. cuando Hítler llegó al poder. Con el deseo de evitar algo como eso analizó todas las constituciones históricas conocidas y distinguió entre:

*"Constituciones originarias" que realmente aportan soluciones para una sociedad innovando en las formas de resolver problemas sociales y "constituciones derivadas", que repiten esas soluciones sin añadir nada.

*"Constituciones ideológicas" que pretenden imponer una ideología más que resolver problemas sociales.

*"Constituciones programáticas", muy parecidas a las anteriores, que solo pretenden diseñar un modelo burocrático de estado que asegure puestos de poder a los ideólogos de las mismas.

Junto a esta, esboza una clasificación ontológica distinta que tiene en cuenta la mera eficacia real de la Constitución y el grado de asimilación de la misma que toma en el cuerpo social, para la cual diferencia tres tipos:

*"Constitución normativa": aquella que de hecho se cumple, y es sentida y vivida tanto por los titulares como los destinatarios del poder. Es normativa porque sus preceptos rigen y norman efectivamente el proceso político, de modo que son eficaces y se cumplen.

*"Constitución nominal": aquella cuyo texto, por falta de condiciones adecuadas o de preparación del cuerpo social, solo es nominal y no se aplica realmente. Con todo, puede tener un valor meramente educativo; es un instrumento más en el proceso de educación popular, que, con el tiempo, podría llegar a convertirse en Constitución normativa.

*"Constitución semántica", también llamada "pseudoconstitución": aquella que es aplicada, pero no tanto para regular el proceso político cuanto para formalizar y legalizar el monopolio de poder de determinados grupos sociales o económicos. Estaríamos ante un disfraz constitucional.

Loewenstein distingue solo dos sistemas políticos: autocracias y democracias y estudia en especial la "flexibilidad" de las constituciones, como con habilidad señala Tomás y Valiente. Desgraciadamente murió demasiado pronto como para poder decir algo sobre la constitución que nos rige, pero creo que atendiendo a lo que ya dijo hay algunos elementos para sostener con fuerza que la Constitución española de 1978 podría considerarse:

*Una '''constitución derivada''', ya que emana en parte de la republicana de 1931.

*Una '''constitución utilitaria''', ya que su intención principal es establecer un modelo de estado

*Una '''constitución nominal''', ya que texto, por falta de condiciones adecuadas o de preparación del cuerpo social, solo es nominal y no se aplica realmente, como se ha visto constantemente con las continuas reclamaciones al respecto de los nacionalismos. Con todo, puede tener un valor educativo; es un instrumento más en el proceso de educación popular, que, con el tiempo, podría llegar a convertirse en Constitución normativa.

*Una '''constitución semántica''', también llamada pseudoconstitución, es decir, aquella que es aplicada, pero no tanto para regular el proceso político cuanto para formalizar y legalizar el monopolio de poder de determinados grupos sociales o económicos, en este caso los procedentes del franquismo, que no se pretendía liquidar, sino llanamente adaptar. Estaríamos, pues, ante un disfraz constitucional.

Bastantes elementos apoyan esto último; por ejemplo, la Constitución aseguraba que solo estuviesen protegidos por aforamiento el presidente del Gobierno, los ministros y los diputados y senadores (lo cual ya era ciertamente enorme, comparado con otras constituciones europeas y americanas), pero es que además la ''Ley Orgánica del Poder Judicial'' incluyó en esta figura jurídica a los jueces y fiscales, a los magistrados del Tribunal Constitucional y del Tribunal de Cuentas de España, a los vocales del Consejo General del Poder Judicial, a los miembros del Consejo de Estado de España, al Defensor del Pueblo y a sus dos adjuntos. Finalmente los diversos Estatutos de Autonomía declararon aforados a los miembros de los gobiernos y parlamentos autonómicos, así como a sus respectivos defensores del pueblo. Mención aparte merece la figura de ese militar a quien llaman rey, garante de todo este ordenamiento que transforma a la constitución en una "constitución utilitaria" o "ideológica" para los poderes que vienen de la situación política anterior, ya que según el el artículo 56 de la Constitución no está sujeto a responsabilidad por lo que no puede ser juzgado por ningún tribunal.

Hay una sana tradición constitucional española; Francisco Tomás y Valiente afirmaba que estaba formada por las constituciones de 1812, 1869 y 1931 frente al constitucionalismo antidemocrático de 1837, 1845 y 1876. Ambas tradiciones han luchado a lo largo de la historia en nuestro país. Y al respecto conviene recordar aquel chiste de la época de la Transición según la cual el político dice a la multitud "o nosotros o el caos" y la multitud responde "el caos, el caos"; entonces el político afirma que "da igual, también somos nosotros". Cuando se planteó el referéndum sobre la Constitución era el caso escoger entre la Constitución o el caos; era una buena Constitución, una constitución "nominal" de valor educativo que podía servir para escoger una mejor que resolviese los problemas de España; era un buen anteproyecto para una nueva constitución que evitara precisamente la corrupción, esa lacra exagerada de la que todos los españoles de buena voluntad queremos prescindir. Pero... no nos van a dejar terminar la Transición, porque para ellos, sencillamente, la Transición ya ha terminado y cualquier otra cosa es un caos. Eso exactamente es lo que defienden los partidos del inmovilismo: PP y PSOE.

Un buen consejo

La suerte es bastante predecible. Si quieres más suerte, toma más oportunidades. Sé más activo. Exponte más a menudo. Y recuerda, Dios es bueno

jueves, 23 de febrero de 2017

Decálogo para crear al nini perfecto

El carismático juez de menores de Granada Emilio Calatayud impartió este martes una conferencia en el Centro de Arte Contemporáneo de Málaga, invitado por la Asociación Mujeres en Igualdad de la ciudad andaluza. Además de llevarse de calle al público, de encandilar con su manera llana y directa de examinar la realidad de los chavales y de relatar los casos que pasan por sus manos, Calatayud aprovechó el momento para repasar su Decálogo para formar a un delincuente, incluido en su libro Reflexiones de un juez de menores.

Los padres, sostuvo, deberían pincharlo en su nevera y refrescarlo cada día, para no olvidarse de lo que deben evitar si no quieren que sus hijos acaben pasando por tribunales como el suyo.

Estas son sus recomendaciones que, insistió, están basadas en las experiencias que le trasladan la Guardia Civil y la Policía:

1. Dadle al menor todo cuanto desee, así crecerá convencido de que el mundo entero le debe todo.

2. Reídle todas sus groserías, tonterías y salidas de tono: así crecerá convencido de que es muy gracioso y no entenderá cuando en el colegio le llamen la atención por los mismos hechos.

3. No le déis ninguna formación espiritual: ¡ya la escogerá él cuando sea mayor!

4. Nunca le digáis que lo que hace está mal: podría adquirir complejos de culpabilidad y vivir frustrado. Primero creerá que le tienen manía y, más tarde, se convencerá de que la culpa es de la sociedad.

5. Recoged todo lo que vaya dejando tirado: así crecerá pensando que todo el mundo está a su servicio; su madre la primera.

6. Dejadle ver y leer todo: limpiad con detergente, que desinfecta, la vajilla en la que come, pero dejad que su espíritu se recree con cualquier porquería. Pronto dejará de tener criterio recto.

7. Padre y madre, discutid delante de él, así se irá acostumbrando. Y cuando la familia esté ya destrozada, lo encontrará de lo más normal, no se dará ni cuenta.

8. Dadle todo el dinero que quiera: así crecerá pensando que para disponer de dinero no hace falta trabajar, porque basta con pedir.

9. Que todos sus deseos estén satisfechos al instante: comer, beber, divertirse… ¡De otro modo podría acabar siendo un frustrado!

10. Dadle siempre la razón: son los profesores, la gente, las leyes… quienes la tienen tomada con él.

miércoles, 22 de febrero de 2017

Entrevista con el historiador e hispanista Stanley G. Payne

César Cervera "Stanley G. Payne: «La resistencia de España es impresionante, los españoles lo han soportado todo». El historiador norteamericano publica el libro «365 momentos claves de la Historia de España», deteniéndose en los grandes hitos de siglos de un país que lo ha soportado todo y tiene un pasado «extraordinario, exótico y lleno de altibajos»", en Abc, 22/02/2017 

Los historiadores son profetas del pasado. Relatan y analizan lo que ocurrió en otro tiempo, sabiendo que ciertas pautas de la historia se repiten de forma cíclica. Stanley G. Payne acaba de publicar «365 momentos clave de la Historia de España» (Espasa) a modo de recordatorio del riesgo de caer en los mismos errores por no conocer precisamente la letra pequeña de la historia. El libro repasa brevemente los acontecimientos más destacados de España, donde política, cultura y deporte convergen en un texto dividido en los 12 meses del año. Si bien su especialidad ha sido siempre el periodo de la Segunda República y el Franquismo, este catedrático emérito de Historia en la Universidad de Wisconsin-Madison se atreve esta vez con una obra que se remonta hasta tiempos de Hispania y no duda en revisar los puntos más controvertidos: «Para los historiadores de izquierda del siglo XXI hay verdades inamovibles. Ven el revisionismo como algo negativo. Son los nuevos católicos españoles del siglo XVII».

–¿Desde cuándo se puede hablar de España como tal?

–En todos los países occidentales el germen empieza en la Edad Media, porque había una identidad española, pero hasta la Edad Moderno no podemos hablar de entidad política. No obstante, con los Reyes Católicos llegó esta identidad hasta cierto punto, porque la suya era una monarquía casi confederada, como en la mayoría de grandes países europeos. La diferencia es que España tuvo más dificultades que otros países para superar esta situación de gran pluralismo. Inglaterra también tuvo confederación con Escocia y Gales y de dominación en Irlanda, pero los ingleses tuvieron menos dificultades para superarlo.

–«Spain is diferent» fue un lema adquirido durante el Franquismo para vender las peculiaridades españolas como algo positivo, ¿realmente es un país diferente?

–Todos los países son diferentes, pero es verdad que Inglaterra, Rusia y España son realmente excepcionales en Europa. España es diferente por dos cosas: por la presencia de Oriente Próximo durante la era del Al Andalus y la Reconquista; y por la gran potencia que fue, la mayor, en el siglo XVI y durante un largo periodo de tiempo. No estamos hablando de un Hitler o un Napoleón, que sostuvieron la hegemonía durante unos años. No. España soportó el cetro europeo durante más de un siglo, a pesar de que Francia era un país con más potencial económico, militar y demográfico. En este sentido, la pérdida de la hegemonía estuvo acompañado del fracaso de la modernización en el país.

–Dice usted que España y Rusia comparten la peculiaridad, tal vez por cuestiones geográficas, ¿hay símiles entre ambos países?

–Muy pocos. España sí logró la democracia con la Segunda República, a pesar de sus limitaciones y deficiencias; mientras que Rusia nunca la obtuvo. Es un país más primitivo en términos políticos, menos desarrollado y más infraeuropeo. A ciertos círculos de izquierda les ha gustado esta comparación para decir que «somos países de pueblo», de gente baja, común, y que por eso iban a tener más éxito las revoluciones. Es una comparación incompleta. Aquí hubo revoluciones pero no solo protagonizadas por bolcheviques, sino que hubo otros grupos revolucionarios con mayor protagonismo. También Inglaterra es peculiar, pero allí las diferencias casi siempre son positivas; en España positivas y negativas.

–Define en su libro la historia de España como extraordinaria, exótica y llena de altibajos. ¿Cuáles son estos altibajos?

–El principal de ellos es que casi fue conquistada y borrada del mapa por otra civilización, que fueron los árabes. Los mismos españoles de la época no entendieron esa situación y tardaron mucho en iniciar la Reconquista.

–En este sentido, hay autores que cuestionan el término Reconquista como un único hecho histórico o parte de un mismo conflicto.

–Ortega y Gasset ya dijo que algo que había durado ocho siglos no se le puede llamar Reconquista, pero ¿por qué no? No depende del tiempo sino de otros factores. No cabe duda de que al final se expulsó a los extranjeros y se cambió completamente la forma de vivir de los peninsulares. Si no quieren llamarlo Reconquista me parece muy bien, ¡inventemos otro término! Pero el hecho histórico existe.

–¿Cuáles son las oportunidades perdidas en la historia de España?

–Con mayor unidad, los visigodos habrían podido rechazar a los musulmanes y la historia hubiera cambiado radicalmente. Al final del siglo XV hubo oportunidades utilizadas muy bien en cuanto a la expansión del imperio, pero aparecieron luego errores a nivel exterior y de política económica. Había mucha debilidad en las instituciones del Antiguo Régimen. Lo sorprendente es que a pesar de los grandes desastres España supo mantener la hegemonía militar durante más de un siglo.

Más tarde, con la introducción del liberalismo en Españas hubo otra oportunidad perdida, porque aquí hubo un liberalismo muy temprano, tal vez demasiado temprano, que no se supo aprovechar. Habría sido necesario mayor unidad y moderación en el liberalismo.

Otra oportunidad perdida es la Segunda República. Se logró la democracia y se perdió rápido. La sublevación del 18 de julio no fue contra la democracia sino contra la pérdida de la democracia. Lo que no quita que Franco demostrara más tarde que él no era nada democrático.

–Comenta usted que a pesar de todo el Imperio español siguió como gran potencia durante siglos, ¿cómo lo logró?

–España tenía una gran determinación, había mucha unidad entre españoles a través de una visión muy pluralista del Antiguo Régimen y había calidad militar. Por eso fue una potencia con capacidad de resistir incluso después del debilitamiento sufrido en el siglo XVII. Se mantuvo varias generaciones más y la Guerra de Sucesión sirvió para desprenderse de territorios europeos imposibles de defender. No se podía mantener un imperio tan disperso y de entidades jurídicas tan distintas.

–¿Qué es lo más celebrable que ha hecho España por la humanidad?

–El mundo le debe haber logrado la recuperación de España para la Europa cristiana durante la Reconquista. Así como la extensión de la cultura occidental en su versión española al resto del mundo a partir del Descubrimiento de América. También los primeros brotes del Derecho internacional y la derrota del imperialismo napoleónico.

–Hablando de expansión, ahora los conquistadores son calificados más bien de genocidas y el episodio de la conquista criticada duramente.

–No es solo un problema exclusivo de España. La fiebre de lo políticamente correcto está en todas partes. Hay que entender que la Conquista de América tuvo muchos beneficios para estos pueblos. En el caso de los aztecas y los incas no hay que olvidar que eran imperios opresores; lo que estaba siendo reemplazado no era nada idílico. Es un asunto muy complicado, la verdad.

–Aquí la corrección política se suma a la leyenda negra que arrastra nuestra historia.

–El origen de la leyenda negra es el relato que contaron los enemigos, los protestantes, sobre España. No es una leyenda negra totalmente falsa, porque también hubo cosas muy negativas del Imperio español. Lo peculiar es que la leyenda negra ha sido asumida ampliamente por los propios españoles. No en vano, ahora la tendencia cultural es la de que todos los países critiquen su propia historia. España es especialmente extremista en este aspecto.

–Define en la introducción del libro el siglo XIX como un tiempo de excesivos experimentos políticos.

–Ocurre que la élite española siempre ha estado más o menos al mismo nivel que la cultura occidental contemporánea, pero no tenían una sociedad civil detrás para sostener los cambios políticos. No al menos con un nivel de educación y de desarrollo social suficiente. Esta contradicción no cambió hasta 1975. Durante el franquismo se volteó la situación: entró en una situación en la que el país tenía una estructura política más postergada que su sociedad civil.

–En la historiografía española está muy mal visto el concepto de revisionismo. Tiene una connotación negativa, ¿por qué?

–La historia es un constante análisis y una sucesión de nuevas investigaciones. Para los historiadores de izquierda del siglo XXI hay una verdad inamovible, que no se puede cambiar y nadie puede cuestionar. Han adquirido la misma postura que la antigua Iglesia católica. Son los nuevos católicos españoles del siglo XVII.

–¿Qué episodios históricos corre prisa revisar por desvirtuados?

–Todo lo que ocurrió en la década de los años 30, una época muy mitificada. De hecho, está siendo revisada últimamente, como demuestra el libro de las elecciones del Frente Popular que van a publicar en unas semanas Manuel Álvarez Tardío y Roberto Villa García. Va a ser muy revolucionario.

Además de los héroes culturales, me parece admirable Francisco de Vitoria, como precursor del Derecho internacional

–¿Cuáles son los personajes históricos que más admiración le han provocado realizando el libro?

–Hay un personaje que no ha tenido el tributo merecido: Alfonso VIII, el último gran Rey de León. Es una figura bastante desconocida. Además de los héroes culturales, me parece admirable Francisco de Vitoria, como precursor del Derecho internacional, y políticos como Cánovas del Castillo. Él fue un estadista verdaderamente grande, al que admiro mucho.

–¿Y las figuras más fatídicas, los malos?

–Algunos reyes visigodos son muy malos; así como los reyes españoles de la Edad Moderna son muy criticables. De entre los políticos más reciente el más negativo es Zapatero, que ha hecho todo lo posible para dividir a los españoles y hacer cambios destructivos e innecesarios. Fue el primer presidente socialista después de González, pero resultó ser un anti-gonzález. Felipe González fue el mejor líder socialista en la larga historia del partido.

–El libro se queda en hechos muy recientes, incluso anecdóticos, ¿qué es lo siguiente que cabe escribir de esta historia?

–Somos profetas del pasado. Es difícil saber lo que está por venir. España seguirá viviendo dentro del molde y de las instituciones de Europa. Seguirá unificada a pesar de todo lo que está ocurriendo en Cataluña, pero quién sabe... No hay una resolución fácil en este asunto. Lo explico muy bien Ortega hace casi un siglo: es un problema que hay que conllevar y soportar en los mejores términos, pero que no se puede resolver definitivamente. En cualquier caso, la resistencia de este país es impresionante. Diría Franco que el español es muy paciente y sabe perseverar, en tanto, es fácil gobernarlos como lo prueba el que hayan soportado toda clase de regímenes.

sábado, 18 de febrero de 2017

La escuela de los vicios, un montaje teatral de textos de Quevedo que parece escrito ahora mismo

A principios del siglo XVII, Francisco de Quevedo criticó en sus sátiras y discursos políticos las corruptelas de ministros, magistrados y banqueros, y modernamente se ha hecho un montaje de varias de sus obras, La escuela de los vicios, que se reestrenó en 2014 en Madrid, Toledo y otros lugares de España y el extranjero con un éxito atronador. La avaricia, codicia y corrupción están representados en sus tres personajes: un extravagante diablo cojuelo, instructor de La escuela de los vicios, que intenta cautivar a dos estudiantes que esperan obtener las titulaciones de "bachiller en mentir, licenciatura en engañar, doctor en robar y catedrático en medrar". Es la única escuela donde los alumnos cobran por aprender. El demonio se reserva al final el puesto de banquero.

El hurto es la piedra angular del gobierno: 

«Este mundo es un juego de bazas,
solo el que roba triunfa y manda»

Maltratadores

Cuando uno contempla los hechos sucedidos en Daimiel se pregunta qué habría pasado si la víctima de violencia doméstica estuviera aforada; si hubiera podido escoger un juez que realmente la defendiera y se preocupara de ella y de su hija. Pero, claro, exigir de la ley que se preocupe del débil en vez de el fuerte es pedir demasiado; incluso Guindos, a quien de seguro ya le han guardado poltrona en el consejo de un banco, está preparando otra nueva ley hipotecaria para blindar de riesgos a los pobres bancos, algo que otros llamarían abuso y ellos "garantizar el crédito".

Me da miedo esta gente, que ayuda invariablemente a los abusones. En España, como en Italia, al ver una paliza, la gente corre inmediatamente a socorrer al fuerte por si se le cae alguna dádiva; somos unos búlgaros de la hipocresía. Tenemos diez mil poderosos ladrones protegidos por las leyes de aforamiento, y sin embargo no hay dinero para que la justicia proteja a diez mil maltratadas por sus maridos. Ya lo dijo Quevedo:

Mal oficio es mentir, pero abrigado,
eso tiene de sastre la mentira,
que viste al que la dice; y aun si aspira
a puesto el mentiroso, es bien premiado

Don Quijote liberó a un muchacho del amo que lo azotaba por el simple pecado de exigirle su salario; cuando se marchó el amo lo azotó todavía más cruelmente, y al volvérselo a encontrar  en el capítulo trigésimo primero, el gañancillo andaba ya tan escaldado que le pidió que no se interesase más por él y se ocupase de sus propios asuntos. Algo así nos pasa con la justicia y aun diría que con los políticos. Lo  cuenta el hidalgo:

Estaba atado a la encina, desnudo del medio cuerpo arriba, y estábale abriendo a azotes con las riendas de una yegua un villano, que después supe que era amo suyo; y así como yo le vi le pregunté la causa de tan atroz vapulamiento; respondió el zafio que le azotaba porque era su criado, y que ciertos descuidos que tenía nacían más de ladrón que de simple; a lo cual este niño dijo: «Señor, no me azota sino porque le pido mi salario». El amo replicó no sé qué arengas y disculpas, las cuales, aunque de mí fueron oídas, no fueron admitidas. En resolución, yo le hice desatar, y tomé juramento al villano de que le llevaría consigo y le pagaría un real sobre otro, y aun sahumados. 

Andrés, que así se llamaba el jovencito sindicalista cervantino, tenía sin embargo otro antecedente literario tan manchego como él en la putilla de quince años Areúsa, que no quería servir en casa de una señora porque también aprovechaban acusaciones falsas e infundadas para no pagar, por lo cual declara en el acto noveno de La Celestina que se hizo cortesana:

Estas que sirven a señoras ni gozan deleite ni conocen los dulces premios de amor. Nunca tratan con parientes, con iguales a quien puedan hablar tú por tú, con quien digan: «¿qué cenaste?», «¿estás preñada?», «¿cuántas gallinas crías?», «llévame a merendar  a tu casa»; «muéstrame tu enamorado»; «¿cuánto ha que no te vio?», «¿cómo te va con él?», «¿quién son tus vecinas?» y otras cosas de igualdad semejantes. ¡Oh tía, y qué duro nombre y qué grave y soberbio es «señora» continuo en la boca! Por esto me vivo sobre mí desde que me sé conocer, que jamás me precié de llamarme de otra sino mía, mayormente de estas señoras que ahora se usan. Gástaste con ellas lo mejor del tiempo y con una saya rota de las que ellas desechan pagan servicio de diez años. Denostadas, maltratadas las traen, contino sojuzgadas, que hablar delante ellas no osan. Y cuando ven cerca el tiempo de la obligación de casarlas, levántanles un infundio: que se echan con el mozo o con el hijo, o pídenles celos del marido, o que meten hombres en casa, o que hurtó la taza o perdió el anillo; danles un ciento de azotes y échanlas la puerta fuera, las faldas en la cabeza, diciendo: «¡allá irás, ladrona, puta, no destruirás mi casa y honra!». Así que esperan galardón, sacan baldón; esperan salir casadas, salen amenguadas; esperan vestidos y joyas de boda, salen desnudas y denostadas. Éstos son sus premios, éstos son sus beneficios y pagos. Oblíganse a darles marido, quítanles el vestido. La mejor honra que en sus casas tienen es andar hechas callejeras, de dueña en dueña, con sus mensajes a cuestas. Nunca oyen su nombre propio de la boca de ellas, sino «puta acá», «puta acullá», «¿a dó vas, tiñosa?», «¿qué hiciste, bellaca?», «¿por qué comiste esto, golosa?», «¿cómo fregaste la sartén, puerca?», «¿por qué no limpiaste el manto, sucia?», «¿cómo dijiste esto, necia?», «¿quién perdió el plato, desaliñada?», «¿cómo faltó el paño de manos, ladrona? A tu rufián le habrás dado», «ven acá, mala mujer, ¿la gallina rellena no parece?, pues búscala presto, si no, en la primera blanca de tu paga la contaré». Y tras esto mil chapinazos y pellizcos, palos y azotes. No hay quien las sepa contentar, no quien pueda sufrirlas. Su placer es dar voces, su gloria es reñir. De lo mejor hecho menos contentamiento muestran. Por esto, madre, he querido más vivir en mi pequeña casa, exenta y señora, que no en sus ricos palacios, sojuzgada y cautiva.

El texto, en tres pasajes algo modernizado por mí para hacerlo más inteligible, está bien claro: los pobres, incluso los honrados, siempre son denigrados por los ricos para así evitar esa elemental distribución de la riqueza que consiste en pagar un salario, no en vano por eso se han hecho ricos. A las sirvientas que sirven gratis incluso por obtener un buen casamiento las terminan echando de casa con el pretexto de que seducen al hijo, que han sisado algo o sencillamente sin causa alguna. Y las cosas no cambiaron nada incluso en el siglo XIX: el tango que canta la Menegilda en la Gran vía es el heredero del discurso de Areúsa: "Pobre chica la que tiene que servir / más valiera que se llegase a morir..."

Pero un amigo que vive en Daimiel me ha contado con más detalle cuál es la versión de los hechos de Daimiel que circula en las redes sociales del pueblo: los que dicen haber conocido al presunto asesino y a la mujer que se le estaba divorciando excusan al agresor, que se había enriquecido muy honorablemente como pintor de brocha gorda y al que la mujer, dicen, le había dilapidado todo lo que había ganado con su múltiple derroche; es más, que incluso le iba a quitar la casa en que vivía y era lo único que le había quedado con el recurso de que debía pagar a ella y a su hija la parte correspondiente por el divorcio. Que el presunto asesino era un chaval tímido y educado sin antecedentes que jamás la maltrató, que ni siquiera ella lo denunció porque no podía demostrar maltrato alguno  y que la única explicación era que la situación lo desbordó, tuvo un arrebato terrible, lo que jurídica y psíquicamente llamaríamos un brote psicótico, agarró un cuchillo y mató a las dos mujeres.

Por supuesto, esta explicación no exculpa al presunto asesino, pero ¿a que ahora ustedes ya no simplifican tanto el asunto del maltrato y ahora resulta que no hay buenos puros ni malos puros, algo que es habitual en la reducción fenomenológica que hace la prensa de estos casos? La información es así de maniquea, y habría que indagar si Andrés o la meretriz Areúsa eran realmente tan inocentes como ellos se pintan. El caso es que Andrés quedó sencillamente escarmentado, y así se lo hace constar a don Alonso Quijano el Bueno:  

El fin del negocio sucedió muy al revés de lo que vuestra merced se imagina.

—¿Cómo al revés? —replicó don Quijote—. Luego ¿no te pagó el villano?

—No solo no me pagó —respondió el muchacho—, pero así como vuestra merced traspuso del bosque y quedamos solos, me volvió a atar a la mesma encina y me dio de nuevo tantos azotes, que quedé hecho un San Bartolomé desollado; y a cada azote que me daba, me decía un donaire y chufleta acerca de hacer burla de vuestra merced, que, a no sentir yo tanto dolor, me riera de lo que decía. En efecto, él me dejó tal, que hasta ahora he estado curándome en un hospital del mal que el mal villano entonces me hizo. De todo lo cual tiene vuestra merced la culpa, porque si se fuera su camino adelante y no viniera donde no le llamaban, ni se entremetiera en negocios ajenos, mi amo se contentara con darme una o dos docenas de azotes, y luego me soltara y pagara cuanto me debía

 Así que eso tendríamos que hacer y dejar al búlgaro gobierno pepepsoil que siga pagando mal a los pobres y quedándose con las plusvalías. Tendremos maltratadores y seremos maltratados un poco menos que si pidiéramos justicia inalcanzable. Y tendremos maltratadores como los padres borrachuzos y pegones de tan honorables ciudadanos como Hitler, Stalin y Franco, sagrados defensores de un orden, cualquiera que este sea.