domingo, 24 de diciembre de 2017

Dice el desacreditado El País que estos son los mejores libros del año

1. BERTA ISLA (Alfaguara). Javier Marías. Hemingway, que entendió su oficio mejor que nadie, le dijo alguna vez a Marlene Dietrich: “No hay que confundir acción con movimiento”. En las novelas de Javier Marías (o, por mejor decir, en los volúmenes que han ido apareciendo desde Fiebre y lanza), la gente se mueve cada vez menos, pero cada vez pasan más cosas. Y son todas interesantes: todas nos interpelan, nos interrogan, nos sacuden y nos conmueven. Así en 'Berta Isla', esta novela maravillosa que dialoga con 'Tu rostro mañana' pero también con 'Así empieza lo malo', esta novela desengañada y a la vez generosa, rica en peripecias y también en epifanías, introspectiva y obsesiva pero capaz de mirar hacia fuera, hacia el mundo convulso, para escrutarlo, investigarlo y permitirnos una comprensión que de otra forma nos estaría vedada. Por JUAN GABRIEL VÁSQUEZ

2 CLAVÍCULA (Anagrama). Marta Sanz. La narradora escribe un diario de su mal, pero el diagnóstico se le resiste. Porque 'Clavícula' es, a la vez, una novela de terror con el cuerpo como casa encantada, una obra coral que huye del solipsismo del enfermo, un ambicioso análisis sociopolítico y una muestra de escritura soberbia, de inteligencia punzante (como un dolor intercostal). Escritura y enfermedad: el cuerpo se convierte en un complejo objeto de consumo y afectos. Si 'La montaña mágica' lo es de la tuberculosis, 'Clavícula' es la gran novela de la menopausia, un tabú sin literatura ni diagnóstico. Y, claro, mucho más: un libro liberador y terapéutico donde sí funcionan los remedios homeopáticos, las dichosas catarsis, ese dolor pequeño que cura un dolor grande. Por CARLOS PARDO

3 POESÍA COMPLETA (Linteo). Robert Frost. Andrés Catalán es un infatigable traductor de poesía. Este año se han publicado sus versiones completas de Robert Lowell y de Robert Frost. Causa emoción encontrarse con la sencilla materia lírica y cívica, bien norteamericana, de Frost. Catalán encaró una tarea ardua y necesaria. Frost escribió muchísimo y debíamos tenerlo todo en español, incluso cuando no todo lo leyéramos. Son 868 páginas para hojear, detenerse, cerrar el libro, volver a él. La poesía de Frost es un río, o un bosque, o una tierra que existe antes que nosotros (así lo escribió él). Como a los ríos, a veces se los mira de lejos y a veces se los navega. Imposible ignorarlos. Por BEATRIZ SARLO 

4 TRANSICIÓN (Galaxia Gutenberg). Santos Juliá. Una historia de qué dijeron y propusieron quienes hablaron de transición desde antes incluso de terminada la Guerra Civil, buscando una intervención internacional para salir de ella, a quienes a mediados de los cincuenta comenzaron a hablar de “reconciliación” y “transición pacífica de la dictadura a la democracia”, hasta quienes han convertido la Transición, con mayúscula como lo fue durante un tiempo, en el “régimen del 78”. Una polifonía de voces y textos, detenida y exhaustiva, que recompone la historia de España de los últimos ochenta años, dándoles la voz a los protagonistas. Por MERCEDES CABRERA

5 4 3 2 1 (Seix Barral). Paul Auster. Traducción de Benito Gómez Ibañez. Hay que haber sabido vivir para reconocer el vértigo que produce adivinar el papel del azar en nuestras vidas. No cualquier azar, desde luego, sino el que es posible en las condiciones más bien limitadas de tiempo y lugar en que nos ha tocado vivir. El azar que se cuela entre nuestras más pequeñas y banales decisiones. O en las decisiones de otros que nos afectan sin saberlo. Estas cuatro historias posibles de Archie Ferguson, en los Estados Unidos de los años sesenta, contadas con una prosa límpida, constituyen a mi juicio la mejor novela de Paul Auster. Por ISABEL BURDIEL

6 SOLENOIDE (Impedimenta). Mircea Cărtărescu. Traducción de Marian Ochoa de Eribe. 'Solenoide' es el inverso a un 'work in progress': en vez de construirse a medida que avanza la lectura, sus páginas van incendiándose mientras las dejamos atrás o, más precisamente, se elevan y se pierden en el Cosmos en la extraordinaria escena final. Es el diario de un profesor anodino en una Bucarest fantasmal y vieja, recordando su infancia mientras espera el nacimiento de su hija, pero es sobre todo la historia de una casa barco donde no existe ley de gravedad, las dimensiones se superponen y cuya existencia ('Tlon Uqbar' revisado) se introduce de a pocos en esa realidad mediocre transformándola en un mundo alterno donde, como en los mejores relatos de Cartarescu, vigilia y sueño han borrado sus fronteras. Por IVÁN THAYS 

7 EXAMEN DE INGENIOS (Seix Barral). J. M. Caballero Bonald. Los textos que José Manuel Caballero Bonald agavilla en 'Examen de ingenios' son mucho más que retratos o semblanzas de un notable número de escritores y artistas contemporáneos a quienes conoció —en algún caso de manera azarosa— o a los que trató en dilatada amistad, repleta de confidencias y camaradería. Son también encuentros que reflejan el coloquio del vivir sostenido en numerosos lugares y escenarios a lo largo de los años. Son intrahistoria, de jugosas anécdotas. Son testimonio y argumento de una mirada impar. Son expresión juiciosa y revisión crítica —nada complaciente a veces, siempre libérrima— de grandes lecturas que nos han acompañado a todos, examinadas por José Manuel Caballero Bonald con envidiable lucidez y una sensibilidad finísima. Son celebración de la afinidad poética o literaria y revelaciones estéticas. Son prosas (escritura) de impecable perfección. Por ANA RODRÍGUEZ FISCHER

8 LA VIDA NEGOCIABLE (Tusquets). Luis Landero. Tras 'El balcón en invierno', novela que descarriló apenas comenzada y acabó convertida en libro de memorias, regresa el fabulador con 'La vida negociable'. Landero da cuerda aquí a un charlatán cuyos sucesivos propósitos existenciales se van ritualmente sustituyendo; o mejor, destituyendo. Con los estigmas del pícaro hispano, este parlero incontenible no se cansa de perseguir quimeras de segunda división, que se hacinan en una escombrera en cuanto topan con la realidad. Es esta una historia triste, demorada en excursos y meandros, sobre el arte de sostener una vida en las palabras que la cuentan. De sostenerla y de asistir, al cabo, a su derrumbe. Por ÁNGEL L. PRIETO DE PAULA Ir a noticia

9 LOS DIARIOS DE EMILIO RENZI III (Anagrama). Ricardo Piglia. Un año más, y por tercero consecutivo, 'Los diarios de Emilio Renzi', de Ricardo Piglia, se cuelan entre los “libros del año” de Babelia. Culmina así una de las obras más radicalmente singulares de la literatura en español y lo hace en un doble sentido: finaliza, pero también alcanza su punto más alto. Piglia (quien siempre bromeó con la posibilidad de que su mejor obra fuera la secreta, estos Diarios) revisita en esta última entrega la dictadura argentina, se extiende hasta el presente, ofrece visiones de la excepcional inteligencia que produjo la literatura argentina más relevante de las últimas décadas. Por PATRICIO PRON Ir a noticia

10 CUENTOS COMPLETOS (Páginas de Espuma). Henry James. Traducción de Eduardo Berti. Una de las cumbres del difícil arte del cuento literario —el eterno marginado de las editoriales por su supuesta inviabilidad comercial— se debe a la exquisita pluma de Henry James. Más de 100 piezas magistrales, de gran sutileza psicológica y finura estilística, escribió el escritor de Boston afincado en Londres. Como encomiable y titánico hay que calificar el esfuerzo emprendido por la editorial Páginas de Espuma, que nos ofrece ahora el primer tomo (de tres) de los 'Cuentos completos'. Editados y traducidos ejemplarmente por el escritor argentino Eduardo Berti, introduce a la perfección en el actualísimo universo del “capitalismo sentimental” del maestro James. Por CECILIA DREYMÜLLER

11 DERECHO NATURAL (Seix Barral). Ignacio Martínez de Pisón. No es un anillo sino una espiral lo que esculpe Ignacio Martínez de Pisón en el friso sobre la familia y la Transición que es su obra. Personajes zarandeados en lo emotivo como nunca: un padre perdedor, imitador de un Demi Russos decadente, sin escrúpulos ante los hijos, armas de guerra del estrenado divorcio: las leyes como historia del alma de una sociedad. Ir a noticia

12 POESÍA REUNIDA (Tusquets). Ida Vitale. Hace 15 años la publicación de 'Reducción del infinito' supuso la presentación en España de una de las grandes voces de la lírica latinoamericana. Aquella antología se parecía a esta recopilación en que seguía un orden cronológico inverso. La diferencia reside en que esta tiene el doble de páginas y que la poeta uruguaya, dueña de una voz esencial al límite del hermetismo, es ya un nombre conocido en un país que le otorgó en 2015 el Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana. 

13 POESÍA REUNIDA (Lumen). William Carlos Williams. "La llegada a los cines de 'Paterson', la película de Jim Jarmusch, coincidió con la llegada a las librerías de este volumen que no contiene toda la poesía de WCW –de hecho no incluye el poema-libro que da título al filme– pero sí cuatro poemarios básicos de uno de los maestros del minimalismo en traducción de Juan A. Montiel y Edgardo Dobry.

14 O FUTURO (Pre-Textos). Abraham Gragera. “Ninguna soledad/se nos parece”, dicen dos versos de este libro. “Pero soy/gente sin peso, población flotante”, dicen otros dos. Entre ambos extremos –individual y colectivo– se mueven estos poemas íntimos y políticos, memoriosos y amorosos. Su autor –44 años, tres libros– se prodiga poco pero siempre acierta.

15 LA LEVEDAD (Impedimenta). Catherine Meurisse. Traducción de Lluís Maria Todó. Cómic. Trágico. Optimista. Bello. Literario. Imprescindible. Meurisse sobrevivió al atentado contra la revista donde trabajaba, ‘Charlie Hebdo’, y perdió el deseo de seguir viva. En este álbum cuenta su descenso a los infiernos –allí no se dibuja– y su paulatina remontada de la mano de la belleza. Un inolvidable libro autobiográfico que evidencia el gran poder evocador de una novela gráfica

16 LA URUGUAYA (Libros del Asteroide). Pedro Mairal. Con 40 años ya cumplidos, un matrimonio mortecino y falto de inspiración, el escritor Lucas Pereyra confía su resurrección en la hermosa joven Magalí Guerra. Pero las cosas no son como uno desea, premisa que sustenta la divertida e incisiva novela del argentino Pedro Mairal 'La uruguaya', que ha congraciado al público y la crítica. Ir a noticia

17 EL CLUB DE LOS MENTIROSOS (Errata Naturae/Periférica). Mary Karr. Traducción de Regina López Muñoz. ¿Esto no es de cuando le disparaste a papá?”, pregunta a su madre al descubrir un agujero en la pared. La madre responde que no: “A tu padre le disparé ahí”. Este libro, traducido por Regina López Muñoz, empieza así y el resto es un 'crescendo': secretos familiares, alcohol, viajes, comedia, tragedia. La vida de una mujer escrita en estado de gracia.

18 CÁSCARA DE NUEZ (Anagrama). Ian McEwan. Traducción de Jaime Zulaika. El narrador de esta novela — traducida por Jaime Zulaika— es un feto que desde el útero de su madre oye cómo esta y su amante planean asesinar a su padre. Si alguien es capaz de poner en pie una historia semejante —los dos hombres en litigio son además hermanos—, ese es Ian McEwan, enorme creador de personajes y experto en plantear dilemas morales sin ponerse solemne y sin perder la sonrisa.

19 MAC Y SU CONTRATIEMPO (Seix Barral). Enrique Vila-Matas."Dice Enrique Vila-Matas que casi todo en la vida se lo toma como un juego. Su novela 'Mac y su contratiempo' es una prueba muy seria de ello. Mezcla literatura, metaliteratura, realidad y ficción en la historia de un vecino metido a escritor cuyo nombre homenajea a aquel personaje de John Ford que nunca se había enamorado porque siempre había sido camarero.

20 PÁGINAS ESCOGIDAS (Literatura Random House). Rafael Sánchez Ferlosio.Toda la narrativa y los ensayos completos del autor de 'El Jarama', 90 años recién cumplidos, están disponibles en estupendas ediciones, pero faltaba un Ferlosio portátil como este, que reúne fragmentos de novelas y ensayos, cuentos, artículos y pecios. El libro más manejable de un pensador incómodo.

Contra el botellón hay medidas que funcionan

http://www.elmundo.es/elmundosalud/2009/09/07/psiquiatriainfantil/1252347158.html

María Sánchez-Monge, "Niños de 10 a 14 años. La comunidad contra el botellón. 12 ciudades de EEUU prueban una estrategia para disminuir el consumo de drogas. El programa consiste en implicar a padres, profesores y adolescentes en las actividades". En El Mundo, 08/09/2009 

¿Cómo acabar con el alcoholismo juvenil: con medidas punitivas o preventivas? Un nuevo trabajo ofrece poderosas razones para no caer en la tentación de intentar acabar con el problema a base de prohibiciones y mano dura.

El 45% de los adultos que empiezan a beber en torno a los 14 años acaba siendo alcohólicos en algún momento de sus vidas, frente a tan sólo el 9% de quienes comienzan a hacerlo a la edad de 21. Éste es uno de los argumentos que justifican el proyecto de investigación que ha desarrollado un equipo de educadores y criminólogos en Estados Unidos para disminuir el consumo de drogas y los comportamientos delictivos en niños de 10 a 14 años.

La estrategia, cuyo lema podría ser "nunca es demasiado pronto para actuar", ha resultado todo un éxito, tal y como muestra el artículo publicado en la revista 'Archives of Pediatrics and Adolescent Medicine'. Al finalizar los cuatro años de seguimiento (entre 2004 y 2007), el abuso de la bebida era un 37% inferior entre los chavales de 14 años que completaron el programa educativo. Además, se iniciaron en el consumo de alcohol y tabaco algo más tarde que el resto de jóvenes de su misma generación y cometieron un número significativamente inferior de infracciones o agresiones.

Los investigadores, encabezados por David Hawkins, de la Universidad de Washington (Estados Unidos), explican la clave del buen funcionamiento de su método: "Este sistema moviliza a los diversos miembros de la sociedad para que contribuyan a reducir los factores de riesgo".

No es una receta mágica

No se trata, por lo tanto, de poner en práctica ninguna receta mágica, sino de buscar la complicidad de todos los colectivos que tienen algo que decir, fundamentalmente los padres, los profesores y los propios adolescentes. Tal y como reza el nombre de esta estrategia, son 'Comunidades que se preocupan'.

Un total de 12 ciudades pequeñas estadounidenses aceptaron participar en el estudio, que consistió en comparar sus tasas de delincuencia y abuso de sustancias con las de otras tantas localidades que no pusieron en marcha ningún plan especial.

Los responsables de cada una eligieron, teniendo en cuenta las características concretas de su población, las herramientas preventivas que consideraron más oportunas. Para ello, contaron en todo momento con el asesoramiento de los fundadores del proyecto.

Sólo había una limitación a la hora de escoger las acciones educativas: debían ser opciones cuya eficacia estuviese científicamente probada. Con el fin de facilitar la selección, estos planteamientos podían consultarse a través de internet.

Las actividades realizadas fueron muy variadas. Un ejemplo: el programa PALS (siglas en inglés de Participa y Aprende Habilidades). Destinado a menores de 15 años, proporciona a niños procedentes de hogares con bajos ingresos económicos la oportunidad de ponerse al nivel de otros chavales socialmente más afortunados con la práctica de deportes y actividades artísticas.

Otras iniciativas están dirigidas de forma más específica a prevenir conductas de riesgo fortaleciendo los vínculos familiares. Se basan, entre otras cosas, en ayudar a los progenitores a fijar límites a sus hijos, protegerlos frente al abuso de sustancias o saber a quién acudir en caso de necesitar apoyo.

Las acciones sobre los niños se centran en guiarlos para que puedan identificar cuáles son sus metas de cara al futuro, sepan apreciar a sus padres, sean capaces de calmar su estrés y puedan soportar la presión a la que a veces les someten sus compañeros de colegio o de juegos.

sábado, 23 de diciembre de 2017

Dos entrevistas con el filósofo Woody Allen

I

Álex Vicente, Woody Allen: “Que destruyan mis películas, me dará igual”. El director estrena ‘Wonder Wheel”, tragedia ambientada en un parque de atracciones del Brooklyn de su infancia, con Kate Winslet y Justin Timberlake, El País, 21 DIC 2017

Para Woody Allen (Nueva York, 1935), la vida es un parque de atracciones donde la mitad de los tiovivos no funciona y la otra mitad procura emociones mucho menos intensas de lo que uno esperaba. Su nueva película, Wonder Wheel, que se estrena hoy, reúne a cuatro personajes desesperados en el Coney Island de los cincuenta, la gran feria pegada a la playa de Brooklyn en la que transcurrió parte de su infancia. La entrevista tiene lugar en un hotel de lujo de París. Durante su trascurso estará terminantemente prohibido mencionar los escándalos sexuales que han sacudido Hollywood durante el otoño y que ha destapado su propio hijo, Ronan Farrow, con quien lleva años enemistado. “Ni Harvey Weinstein, ni Kevin Spacey, ni Oliver Stone”, insistirá su publicista antes de dejarnos entrar en su habitación, amenazando con interrumpirla en el momento en que dejemos de hablar de la película. Pero no dirá nada sobre las consecuencias que este nuevo clima puede tener en la consideración de su obra. ¿Dejará de ser Woody Allen, cargando con graves acusaciones que siempre ha desmentido, un intocable del séptimo arte?

Pregunta. ¿Por qué escogió un parque de atracciones como decorado?

Respuesta. Es un lugar lleno de sustos fáciles y falsas apariencias. Mis personajes viven al otro lado del decorado de ese gran espectáculo de magia. Ellos saben en qué consisten sus trucos baratos. Cuando los ves sobre el escenario te parecen maravillosos. Pero, bajo la superficie, descubres que son insulsos y que no tienen ningún glamur...

P. Parece utilizarlo como metáfora de la propia vida.

R. La única diferencia es que la vida suele ser tan fea por fuera como por dentro. Pocas cosas escapan a esa regla: un puñado de obras de arte, ciertos momentos vividos con los demás y algunos instantes encantadores, heroicos o románticos… Pero no son demasiados. La mayor parte es solo una carga.

P. Su película se inspira en Tennessee Williams y Eugene O’Neill. ¿Qué aprendió de ellos?

R. Que es fascinante observar a personajes en crisis. Al interesarnos por ellos, puede que aprendamos algo sobre la vida. En todo caso, siempre logramos sentir algo…

P. “Obsesionados por un cuento de hadas, nos pasamos la vida buscando una puerta mágica que nos lleve a un reino perdido de paz”, escribió O’Neill. ¿Lo comparte?

R. Sí, tenía razón. Nos pasamos la vida esperando que suceda algo que, por arte de magia, lo cambie todo a mejor. En realidad, la vida suele cambiar a peor. Creemos que nos tocará la lotería, que nos darán el trabajo de nuestros sueños o que conoceremos a la persona perfecta, que logrará terminar con nuestro espantoso matrimonio. Incluso cuando eso ocurre, te terminas dando cuenta de que te enfrentas a algo muy superior. En un momento dado, te preguntas adónde vas y entiendes que solo te harás viejo y morirás. En el sentido existencial, no se resuelve nada.

P. Entonces, ¿perseguir la felicidad es cosa de necios?

R. No me parece grave, siempre que sepas que no tiene ningún sentido. Mientras todo esto dure, siempre es mejor ser feliz que desgraciado. Es mejor ser un hombre rico, con buena salud y una relación sentimental agradable que un tipo amargado, sin techo y sin amigos. El problema es que, al final, los dos terminarán enterrados en el mismo cementerio…


Tráiler de 'Wonder Wheel'.
P. Esta película, igual que la anterior, Café Society, fantasea con la vida que pudimos tener y no tuvimos.

R. Es algo que han enseñado autores como Chejov, que siempre habla de personajes que aspiran a que todo sea diferente. Salvo que nunca lo es, porque llevan en su interior la semilla de la infelicidad…

P. ¿Fantasea usted con otras vidas? ¿Qué le hubiera gustado que fuera distinto?

R. Me hubiera gustado no estar limitado por ciertos defectos de mi carácter. Me hubiera gustado ser menos cobarde, más dispuesto a correr aventuras, menos hipocondríaco. Más libre…

P. Wonder Wheel es un estudio sobre el “error trágico”, ese defecto de carácter que, en la tragedia griega, provoca la caída del héroe. ¿Cuál sería el suyo?

R. Mis defectos no llegan a trágicos. Como mucho, son patéticos. Soy asustadizo, corto de miras, cerrado, huraño, desconfiado… Podría seguir todo el día…

P. Su protagonista, esa actriz venida a menos a la que interpreta Kate Winslet, se ve carcomida por los remordimientos. ¿De qué se arrepiente usted?

R. Tengo muchos remordimientos, aunque tal vez no sean los que los demás creen. Me hubiera gustado seguir estudiando. Me hubiera gustado tomar decisiones artísticas diferentes. Me hubiera gustado ser más decidido con ciertas mujeres, para lograr conocerlas, salir con ellas y vivir bonitas experiencias…

P. ¿Qué lamenta en lo artístico?

R. Hubiera preferido ser menos comercial cuando debuté. Entonces me incitaron a ser cómico. Mi carrera hubiera sido más difícil, pero lamento no haber tenido la valentía de llevar a cabo lo que tenía en mente.

 P. ¿Lamenta haber sido demasiado divertido?

R. No, eso tampoco, porque el humor me salvó la vida. No sé de qué hubiera trabajado si no hubiera sido divertido. Pero me hubiera gustado estudiar poesía y convertirme en poeta… Mi humor ha sido bastante escapista, con una pátina de entretenimiento. Me hubiera gustado hacer más tragedia, porque siempre es más beligerante.

P. ¿Hay películas que lamente haber rodado?

R. No puedo decir eso, pero sí hay películas que hubiera preferido hacer mejor. Lamento haber dicho que sí a Crisis in six scenes [su miniserie para Amazon]. Fue más difícil de lo que creía. No creo que vuelva a hacer televisión, a no ser que se me ocurra algo sensacional.

P. Desde hace años, casi todas sus películas están protagonizadas por mujeres. ¿Por qué motivo?

R. Me acostumbré a trabajar así desde que empecé a escribir para Diane Keaton. En cierto modo, son más complejas que los hombres. Los hombres tienen menos dimensiones. En las películas estadounidenses suelen ser solo brutos que llevan armas. Las mujeres viven, sienten y expresan más cosas. Cuando uno aspira a hablar de las emociones de la vida, las mujeres te lo ponen más fácil.

P. En ese sentido, ¿su psicología es más femenina que masculina?

R. Sí, existe un elemento femenino en ella. Estoy seguro de ello. Cuando lo tienes, empatizas más con las mujeres.

P. Por primera vez desde Roosevelt, un neoyorquino ocupa la Casa Blanca. ¿Cómo evalúa a Trump?

R. Es ridículo. No entiendo por qué quiso ser presidente. Está claro que no es algo que se le da bien. Una vez salió en una de mis películas [Celebrity]. En aquel tiempo se dedicaba a jugar a golf y acudir a concursos de belleza. No sé qué se le ha perdido en la escalada nuclear con Corea del Norte o la lucha contra el cambio climático. Como dijo P.T. Barnum, pionero del circo en el siglo XIX, nunca hay que subestimar el gusto del público estadounidense. No es un público muy sofisticado…

P. Se cumplen 10 años del rodaje de Vicky Cristina Barcelona. ¿Ha seguido la situación política en Cataluña?

R. Sí, un poco. Nunca logré entender la intensidad del sentimiento catalán respecto a la independencia. Ahora leo que es una cuestión financiera. Cuando pensamos en España, no logramos imaginar un país en el que no esté Barcelona. Seguro que tienen sus razones, pero es triste que se quieran marchar. Espero que puedan resolverlo y que España siga siendo el gran país que siempre ha sido.

 P. ¿Le preocupa la posteridad? En el contexto actual, ¿cómo cree que lo tratará la historia, a usted y a sus películas?

R. No soy una persona que se preocupe por su legado. No me puede importar menos lo que la gente piense de mí o de mis películas. Cuando esté muerto, el único valor que tendrán será como fuente de ingresos para mis hijos. Si no necesitan el dinero, que las cojan y las destruyan en una trituradora de papel, me dará igual… Cuando me haya marchado, se terminó.

P. ¿Qué respondería a los espectadores que, de un tiempo a esta parte, se niegan a ver sus películas?

R. Me parece perfectamente legítimo. Hay gente a la que le apetece y otra gente a la que no. Yo también tengo mi propio gusto. Es un sentimiento totalmente aceptable.

P. ¿Qué piensa hacer después de esta entrevista?

R. Iré a ver una exposición sobre Gauguin. Su historia es interesante: cuando llegó a Tahití, descubrió que el paraíso no era tan bello como él había imaginado, así que decidió embellecerlo en sus cuadros. Pero eso no evitó que terminara muriendo de sífilis...

II

Woody Allen: “De no ser tímido, habría tenido una vida mejor”, El País, 2 de novuiembre de 2014:

Claustrofóbico, alarmista, tímido, pesimista... Calificativos para un cineasta genial que con casi 80 años, vuelve a su cita anual con una nueva película: 'Magia a la luz de la luna'

Los chistes, la angustia existencial, el autoanálisis, la lucidez. Los pensamientos sombríos, los requiebros, la falta de esperanza, el buen humor. El cine de Woody Allen contiene todos estos ­elementos, Woody Allen se compone de todos ellos, y todos ellos aparecen a lo largo de esta entrevista que se celebra en un lujoso hotel de París. A punto de cumplir los 80 años, el viejo Allan Stewart Königsberg, mago de la palabra cinematográfica, reverenciado director y agudo ­comediante, autor de películas deslumbrantes como Manhattan, Annie Hall, Zelig o Delitos y faltas, entre muchas otras, acude fiel a su cita anual con las pantallas, un compromiso del que no se ha apeado más que dos veces desde el año 1966. Una película al año. Su compulsión en la elaboración de largometrajes no tiene parangón. Y ya van 46 películas detrás de la cámara.

Magia a la luz de la luna, su nueva entrega, la historia de un mago interpretado por Colin Firth que intenta desenmascarar a una médium (Emma Stone) en la Francia de los años veinte (se estrena el próximo 5 de diciembre), llega después de una de las más aclamadas películas de su filmografía, Blue Jasmine. Allen se muestra en buena forma durante la entrevista. Cualquiera diría que va a cumplir 80. Sólo se incomoda cuando es preguntado por la acusación de su hija adoptiva Dylan Farrow, que afirma haber sido víctima de abusos sexuales cuando tenía siete años. A pesar de que el caso fue desestimado en 1993 por falta de pruebas, Dylan Farrow escribió el pasado mes de febrero una carta en The New York Times en la que volvía a acusarle. Sólo en lo relativo a esta cuestión Allen se revuelve en el sillón, sobrepone su argumentario sobre el enunciado de la pregunta y hace todo lo posible por evitar la cuestión.

Estás condenado a muerte desde el nacimiento. ¿Y todo para qué?"

El hombre que sueña con arañas, según confiesa, y cuya película favorita es El ladrón de bicicletas, del maestro De Sica, responde ligeramente repantingado en una butaca de la habitación 205 del hotel Le Bristol en el que botones con bonete acarrean paquetes por recepción como si siguiéramos en ese París de los años veinte que a Allen tanto le fascina. Habla con cierta lentitud, lúcido y pesimista. De vez en cuando, detrás de sus palabras, emerge su sonrisa de niño pillo.

A través del mago Stanley Crawford, el protagonista de su nueva película, usted describe a un hombre que quiere escapar de la realidad para abrazar la magia. ¿Hace usted lo mismo? Sí, pero no podemos. A los dos nos gustaría que hubiera algo mágico en el universo, en la vida, pero, desafortunadamente, parece que lo que ves es lo que hay.

O sea, que es usted tan racional como el personaje. Totalmente.

¿Y qué supone esto en su vida? Significa que la mayor parte del tiempo estás deprimido, en vez de estar feliz. Es triste la condición del ser humano, tener que pasar por esto…

¿A qué se refiere? Vivimos en un mundo que no tiene sentido, ni propósito. Somos mortales, y todas las preguntas importantes… Para mí lo importante no ha sido nunca quién es el presidente de Estados Unidos, esas cuestiones van y vienen. Las preguntas importantes se quedan con nosotros y no tienen respuesta. ¿Por qué estamos aquí? ¿Qué estamos haciendo aquí? ¿De qué va esto? ¿Por qué es importante que envejezcamos, por qué morimos? ¿Qué significa la vida? Y si no significa nada, ¿de qué sirve? Esas son las grandes cuestiones que nos vuelven locos, no tienen respuesta, y uno tiene que seguir adelante y olvidarse de ellas.

 Woddy Allen durante el rodaje de su nueva película, junto a Colin Firth (a la izquierda)ampliar foto
Woddy Allen durante el rodaje de su nueva película, junto a Colin Firth (a la izquierda)
Usted ha abordado todas estas cuestiones a lo largo de su filmografía. A medida que pasa el tiempo, ¿las afronta uno de un modo distinto? Alguna gente sí; alguna gente cambia. Yo no he cambiado lo suficiente; ojalá hubiera podido cambiar más. Hay gente cuyos puntos de vista se modifican según pasan las décadas. Empiezan creyendo en Dios y cuando son más mayores ya no creen porque la vida les ha desilusionado. A otros les pasa lo contrario, se hacen mayores y empiezan a creer en Dios porque su experiencia les lleva a la conclusión de que hay un poder superior, que hay algo más…

No es su caso. No, yo no creo. Tengo una visión pesimista y realista de las cosas. Como Colin Firth en esta película, creo que lo que ves es lo que hay.

En un momento dado de la película, el personaje interpretado por Emma Stone dice algo como: “Todos necesitamos mentiras para poder vivir”. ¿Necesitamos mentiras para vivir? Sí; Nietzsche lo dijo; Freud lo dijo; Eugene O’Neill lo dijo en una de sus obras. Necesitamos espejismos, la vida es demasiado terrible de afrontar y no podemos afrontar la verdad de lo que es la vida porque es demasiado horrible. Cada ser humano posee un mecanismo de negación para sobrevivir. La única manera de sobrevivir es negar, ¿negar el qué?: negar la realidad. La vida es una situación tan trágica que solo negando la realidad sobrevives.

¿Siempre le pareció tan trágica la vida? Sí, desde que fui capaz de pensar, desde que tenía cinco años, siempre me pareció tremendamente trágica.

Woody Allen. Nacido en Brooklyn (Nueva York) el 1 de diciembre de 1935, dio sus primeros pasos como monologuista en los años sesenta. Su primera película, como guionista y actor fue ¿Qué tal, Pussycat? Su primer largometraje, Toma el dinero y corre, en 1969. Nunca acude a la gala de los Oscar, no cree en esos premios, pero Hollywood sí cree en él: ha recibido un total de 24 nominaciones a lo largo de su carrera, 16 como guionista. Y ha logrado cuatro estatuillas.

En la película que estrena el 5 de diciembre vuelve a transitar por el terreno de la comedia ligera. Magia a la luz de la luna, ambientada en la Costa Azul de los años veinte, supone el fichaje de la magnética actriz Emma Stone. La máquina de hacer películas no se detiene.

¿Por qué? Porque pude ver lo que era desde una edad temprana. Pude ver que naces, que no sabes por qué naces, que vives un número de años, impredeciblemente, puedes morir en cualquier momento, puedes morir a los 5 años o a los 15 o a los 50, nunca vas a sentirte seguro y relajado, siempre tienes que estar alerta; e incluso con esto, finalmente, vas a morir; estás condenado a muerte desde el nacimiento; consigues una pena de muerte en el instante en que naces, así que ¡muchas gracias! ¿Y todo para qué?

Usted viene haciendo una película al año desde 1966, con dos excepciones. ¿Cómo lo hace? No se debe confundir la cantidad con la calidad. He estado sano, gracias a Dios, y sigo trabajando, es agradable. Pero esto no dice nada de la calidad de las películas. Si me dijera que he estado haciendo grandes filmes, uno tras otro, desde 1966, eso sería un logro.

Bueno, de hecho es algo por lo que se le critica: por hacer muchas películas y, tal vez, no tan buenas como las que rodaba en los años setenta. ¿Qué opina sobre esto? No pienso nada, no significa nada para mí. Hay gente que me dice que Match Point; Midnight in Paris; Vicky, Cristina, Barcelona y Blue Jasmine son las mejores películas que he hecho en mi vida. ¿Qué más da lo que piense la gente? Da igual.

Y usted ¿qué piensa? He leído que es tan perfeccionista que cada vez que ve una de sus películas, no le gusta. ¿Está ­especialmente orgulloso de alguna de ellas? Oh, sí; creo que he hecho algunas películas buenas; no, grandes películas, pero sí películas buenas.

¿Cuáles serían esas para usted? La rosa púrpura del Cairo es una buena película; Zelig, también; Balas sobre Broadway…

¿Qué hace que una cinta sea buena? Para mí una buena película es cuando estoy en casa, tengo una idea, la escribo, la filmo, la monto, le pongo la música y digo: “¡Salió como yo quería, es exactamente lo que quería!”.

Tengo entendido que cuando usted rodó Manhattan, no le gustó nada e incluso ofreció a United Artists rodar una de forma gratuita si no la exhibían. Sí, no estaba contento cuando acabé Manhattan porque no conseguí lo que quería. A la gente le gustó, fenomenal, pero no es lo que yo quería. Lo mismo me pasó con Hannah y sus hermanas, que tuvo mucho éxito, pero no para mí.

 El director junto a Colin Firth en otro momento del rodaje de 'Magia a la luz de la luna'.ampliar foto
El director junto a Colin Firth en otro momento del rodaje de 'Magia a la luz de la luna'.
Más de una vez ha dicho usted que rodar es una manera de escapar de sus ansiedades. Sí, me permite no pensar en cuestiones sombrías. Pienso en si podré contratar a Emma Stone para la película, o a Colin Firth; si deberé rodarla en el sur de Francia o en Boston. Esos problemas triviales se pueden solucionar, y si no se solucionan, nadie me mata; si todo sale mal, mal, mal, el resultado es, simplemente, que tengo una mala ­película. Los otros problemas, los que no puedo resolver, sí que me matan.

Entre esos problemas estará, supongo, lo ocurrido este año con su hija adoptiva Dylan Farrow, que le habrá afectado… No, yo compartimento muy bien las cosas.

¿No le afecta? Yo sólo trabajo, no leo lo que dicen sobre mí en la prensa, nunca leo las críticas de mis películas, ni veo mis películas. No he vuelto a ver Toma el dinero y corre desde 1967, cuando la rodé… Yo solo trabajo; es lo único importante para mí; ni los premios, ni las críticas, ni las cuestiones financieras… No leo lo que se publica de mí en la prensa; sea bueno o malo, críticas…

Sí, pero esta vez tuvo la necesidad de escribir en The New York Times su versión de los hechos… Sí, tuve que corregir algo.

Se trata de una acusación de abusos sexuales… Tuve que corregir algo y lo hice. Lo escribí rápido,no me llevó más de una hora. Y eso fue todo.

En Woody Allen: un documental, realizado en 2011, gente que trabajó con usted le describía como una persona tímida, un poco adolescente, hipocondriaco, lleno de fobias. ¿Es así? Hasta cierto punto. No estoy lleno de fobias, tengo algunas. No voy por túneles, soy claustrofóbico. No soy un hipocondriaco; más bien un alarmista: no imagino que estoy enfermo, pero si veo una cosa pequeñita aquí, una picadura de mosquito, pienso que es un tumor cerebral. Tengo ­peculiaridades, pero no son peligrosas…

Tímido… Sí, siempre luché contra esto. Ojalá no hubiera sido tan tímido, hubiera tenido una vida mejor si no llego a serlo.

Ha rodado la mayor parte de sus últimos largometrajes en Europa. ¿Lo ha hecho para poder mantener su independencia? No. Fue por cuestiones de financiación, al principio. Siempre he sido independiente, siempre he tenido el corte final, nunca, nunca, nunca han tocado mis películas, desde la primera que rodé.

¿Siempre ha sido libre? Completamente, libre al 100%.

Para mí una buena película es cuando tengo una idea, la escribo,
la filmo, la monto y digo: 'Salió exactamente como yo quería"

¿Tuvo esto algún coste para usted? Mientras mis películas no salgan muy caras, les da igual lo que haga. Tuve problemas para conseguir dinero y me propusieron que si hacía Match Point en Londres, me la financiaban, así que fui y me gustó. Luego llamaron de España para que hiciera una película en Barcelona.

¿Qué recuerda de aquellos días en Barcelona? Me encantó, tuve una gran experiencia. Me encanta España en general. Mi mujer y yo lo pasamos muy bien allí. Vivimos en Barcelona una temporada, toqué mucho jazz. Me encantó Madrid cuando fui, San Sebastián… Y Oviedo me volvió loco: si alguna vez tuviera que jubilarme, Oviedo sería el sitio.

¡Vaya! Es precioso, me encanta el tiempo, las comidas, la gente… Y en Barcelona estuve varios meses; con Scarlett Johansson, con Javier Bardem, con Penélope Cruz, lo pasé muy bien.

Suele usted decir que en Europa le consideramos un intelectual porque lleva gafas de pasta, pero que en realidad no lo es… Sí, eso es lo que la gente piensa de mí.

O sea, que usted no es un intelectual. No soy un intelectual, pero la gente piensa que lo soy porque tengo el aspecto que se atribuye a los intelectuales. Pero estos no tienen un aspecto especial; tienen el mismo que los levantadores de pesas o que los jugadores de béisbol… Hace años, si leías mucho, se te estropeaba la vista, y si llevabas gafas era porque leías mucho, porque eras una persona de libros. Pero yo no soy un intelectual.

Acostumbra usted a contar que lo que le gusta es beberse una cerveza viendo un partido de béisbol… Sí, no soy un intelectual. Me gusta tocar jazz; me gusta ver baloncesto, béisbol, fútbol americano, tenis, me gustan los deportes… No son actividades de intelectual.

 Woody Allen junto a Penélope Cruz, a quien dirigió en 'A Roma con amor'.ampliar foto
Woody Allen junto a Penélope Cruz, a quien dirigió en 'A Roma con amor'.
Después de venir tanto a Europa para sus películas, ¿no echa de menos Nueva York, como ciudad, para rodar? No, no demasiado. De vez en cuando me gustaría hacer una película en Nueva York, porque estoy loco por la ciudad de Nueva York, pero no es que me vaya a Sudán o a Libia a rodar; voy a hacer películas a Barcelona, Londres, París, Roma…

Sí, y se dice que sus películas son muy turísticas… Ah, sí, para mí las ciudades son personajes vivos, como Nueva York. El lugar en el que estoy es muy importante para mí, soy muy de ciudad y me gusta que el público sienta la ciudad como yo la siento. Con Nueva York me solían decir lo mismo, que no era tal y como yo la retrataba.

Eso le dijeron cuando hizo Manhattan… Sí, y dije que me daba igual. Soy un artista, no soy un periodista; te muestro cómo siento Nueva York, mis impresiones de la ciudad, lo mismo con Barcelona y con Roma… Yo voy a esas ciudades como turista, soy un turista en Roma, soy un turista en Barcelona, y las veo desde los ojos del turista que se enamora de ellas. Como turista, no me enamoro de todas las ciudades a las que voy, he viajado por toda Europa. Pero he tenido un sentimiento muy apasionado en las ciudades en las que he rodado.

Sigue usted sin acudir a la entrega de los Oscar. ¿Por qué? No soy una persona de premios. Se puede decir cuál es la película favorita de uno, pero no cuál es la mejor película. ¿Quién puede decir eso? Son valoraciones personales, no significan nada. Para los Oscar, la gente hace campaña y gasta millones de dólares para comprar esos premios.

En otro orden de cosas, señor Allen, ¿a usted qué le preocupa del mundo en el que vivimos, del rumbo que ha tomado nuestra civilización? Soy muy pesimista porque el problema del mundo es que depende de la gente. Si miras la historia, ves que la gente no ha hecho un buen trabajo administrándolo, cuidándolo, viviendo en él. No tengo muy claro que el mundo vaya a sobrevivir; no hay muchas razones para el optimismo en estos momentos, tal vez en unos años haya mejores perspectivas.

¿No encuentra usted ningún motivo para la esperanza? Bueno, hay una porción de la gente que es agradable. Pero o no hay suficiente, o son demasiado pasivos, o la tarea es abrumadora; o los malos tienen más ambición y energía. Pero es difícil hallar un punto luminoso en la historia de la humanidad.

¿La gente, en general, no es buena? La gente, en general, está asustada. Y cuando están asustados, actúan equivocadamente, se comportan mal. Es la condición humana, la trágica condición de la existencia, la gente está ansiosa y asustada, no tiene nada en lo que creer, ni tiene esperanza, y la vida es muy complicada, y se comportan mal. Si mañana quedara claro que la vida tiene sentido, o que hay un dios en el universo, seguro que la gente actuaría mejor, y la situación cambiaría para mejor radicalmente. No es que la gente sea inherentemente mala, es que tiene miedo y por eso se comporta mal.

¿Lo tiene usted? Yo estoy tan asustado como los demás, más que la mayoría; y soy una de las personas que se comportan decentemente a pesar de todo. Hay gente así, pero no demasiada.

Al ritmo que sigue rodando, no parece que tenga usted pensado retirarse del cine. No tengo planes de retirarme en estos momentos. Pero puedo volver a mi habitación y me puede dar un infarto y quedar mal, y entonces me retiraría. Si la salud aguanta, si estoy sano y la gente quiere poner dinero para mis películas, no me retiraré. Si enfermo o la edad me ralentiza de un modo que me avergüence, o no consigo dinero para mis películas, pues me retiraré.

Y a estas alturas de la vida, usted ¿qué quiere? No lo sé. Dos camareras de cócteles de 20 años.

¿Nada más? ¡No necesito nada más!

¿Nada más? No, ¡estoy en forma!

Fernando Savater, El hombre que fue Chesterton

Fernando Savater, El hombre que fue Chesterton. Un amplio catálogo de libros traza la veta polemista de un autor que siempre buscó que el lector pensara dos veces y se alejara de todo lugar común, 1-XII-2017:

"Creo que es una verdad abstracta que cualquier literatura que represente nuestra vida como peligrosa y sorprendente es más verdadera que cualquier literatura que la represente como vaga y lánguida. Pues la vida es una lucha, y no una conversación” (G. K. Chesterton).

Uno de los empeños más evidentes de Chesterton (Londres, 1874-Beaconsfield, 1936) en casi todas las páginas que escribió es refutar la perspectiva moderna, pero de raíces clásicas, que describe el mundo con tintes lúgubres y pesimistas, un lugar donde incluso los goces sensuales y rebeldes están tocados por el ala negra de la desesperación. Para Chesterton la verdadera herejía moderna no es haber rechazado o ignorar a Dios sino rechazar o ignorar en qué consiste la alegría. No oculta su intención apologética, más bien blasona de ella hasta el punto que a veces su particular cruzada llega a hartar un poco incluso a quienes sentimos mayor simpatía por él. No es que predique con demasiado entusiasmo sino que su enorme entusiasmo sólo alcanza su cénit en el arrebato predicador. Pero no hay que confundir su actitud con una postura conformista que conjura los abismos de la existencia irreligiosa con abluciones de agua bendita. Al contrario, apuesta por la ortodoxia descartada en la era moderna pero desde una orilla trémula e incierta que tras un velo de humor resulta tan inquietante como el peor paganismo. No promete un futuro feliz para tranquilizarnos sino que precisamente nos inquieta por medio de él. Por decirlo con las mismas palabras con que describe la función de la buena poesía, “clama contra todos los mojigatos y progresistas desde las mismísimas profundidades y abismos del corazón destrozado del hombre, que la felicidad no es sólo una esperanza, sino en cierto extraño sentido un recuerdo y que somos reyes en el exilio”.

Cada línea, el escritor plantea una controversia. Leerle es participar en un torneo interminable

Es evidente que Chesterton es un escritor lleno de humor, a veces francamente cómico, que incluso diríamos que se pierde —o pierde el hilo de lo que está contando— por un buen chiste o una carambola verbal. Hasta cuando está hablando del tomismo medieval o del militarismo alemán puede ser sumamente divertido. Pero aun reconociendo esa infrecuente virtud, aunque lo leemos con una sonrisa perpetua en los labios y a veces con una abierta carcajada, también es cierto que al cabo de un rato de leerle nos sentimos más fatigados que si hubiéramos tenido entre manos el libro de un autor más aburrido. No trato de plantear una paradoja de apariencia chestertoniana y decir que los autores divertidos cansan antes que los aburridos: esta paradoja no es propia de G. K. Chesterton por la sencilla razón de que es falsa. Luego hablaremos de ello… Lo cierto es que hay una buena razón para que esa paradoja en general falsa sea en su caso verdadera. Y es que cada página, no cada página sino cada párrafo, no cada párrafo sino cada línea o línea y media de Chesterton plantea una polémica. Leerle es participar en un torneo interminable, en una batalla de esas que comienzan al alba y aún sigue entre mandobles y lanzadas cuando llega el crepúsculo. Al levantar con un suspiro la vista de la página que estamos leyendo, tenemos la imaginación llena de tópicos muertos, de evidencias destripadas, de creencias indiscutibles que han sido discutidas hasta que hemos dejado de creer en ellas y yacen yertas. Cada observación aparentemente inocente ha dado lugar a una refriega, cada certeza se ha disuelto en un pulso, cada perspectiva histórica vulgar ha sido arrastrada por las mulillas después de varias estocadas y el correspondiente descabello. El rato que leemos a G. K. Chesterton no estamos disfrutando del sillón en nuestro gabinete sino que hemos galopado en nuestro corcel de guerra por el campo de liza, que no en vano se llamó en tiempos “campo de la verdad”. No es extraño que de vez en cuando tengamos que descansar…

Antes dije que una paradoja falsa o artificiosa no pertenece al género que cultivó Chesterton, cuya maestría en ese campo le envidian incluso quienes le detestan y sobre todo los que pretenden sin éxito imitarle. Borges señaló perspicazmente que una característica de Oscar Wilde que suelen menospreciar hasta los que más festejan sus boutades y trallazos de ingenio es que por lo común además tiene razón. Algo semejante puede decirse del estilo pugnaz de G. K. Chesterton: no busca sobre todo sorprender o desconcertar (aunque es evidente que no le disgusta conseguirlo) sino hacernos pensar dos veces y desde un ángulo menos trillado lo que suponemos obvio… porque vemos a otros aceptarlo como tal. Cuando polemiza con escritores de talento a los que sin duda admira (Chesterton tenía buen ojo literario y nunca desprecia a un autor por no compartir sus ideas) se nota especialmente este tipo de chocante esgrima. Elijo un ejemplo entre mil. Como tantos otros antes o después que él, critica en el gran Rudyard Kipling su adoración del militarismo. Pero se distancia crucialmente de los demás en su argumentación, de acuerdo con su línea paradójica: “El mal del militarismo no es que enseñe a ciertas personas a ser feroces y altaneras y excesivamente belicosas. El mal del militarismo es que enseña a la mayoría de los hombres a ser mansos y tímidos y excesivamente pacíficos. El soldado profesional gana más y más poder a medida que decae el coraje de una comunidad. (…) Los militares ganan el poder civil en la misma proporción en la que los civiles pierden las virtudes militares”. Más adelante señala que nuestra época ha logrado a la vez “el deterioro del hombre y la más increíble perfección de las armas”, lo que ya era cierto en aquellos días y lo es mucho más en los nuestros. El complemento ideal de la beata admiración de los uniformes y la fanfarronería es el repliegue pacifista. Incluso quienes más veneramos a Kipling tenemos que asumir que este sesgo inusual del reproche usual que se le suele hacer es diabólicamente certero…

Fue un convencido de que mejoramos nuestra humanidad al reflejarnos en lo divino

Podríamos aducir otros muchos casos en que Chesterton, cuando aparta la vista de los elfos y los gerifaltes de antaño, señala con penetración las grietas de la modernidad. A la fascinación del cine le opone que propicia errores irrefutables, sobre todo en materia histórica: cuando alguien escribe disparates en un libro siempre salen otros diez o doce escritores que señalan sus fallos, pero nadie hace otra película para enmendar las equivocaciones filmadas. Es más, los que ven películas no suelen leer además libros para conocer las mentiras de la pantalla, hasta tal punto —señala G. K. Chesterton— que la palabra “pantalla” cobra el extraño sentido de lo que encubre y disimu­la. ¿Qué hubiera dicho ante el actual imperio de la pantalla digital y sus embelecos? También la creciente idolatría de la naturaleza, que ya apuntaba en su tiempo en la aplicación del darwinismo a la moral y en el nuestro en la psicología evolutiva o la ecología, le mueve a reflexiones oportunas: “Basarse en la teoría evolutiva permite ser inhumano o absurdamente humano, pero no humano. Que tú y el tigre seáis lo mismo puede ser un motivo para ser amable con el tigre. O para ser tan cruel como él”. En cuanto a sus ideas políticas, la fundamental para él era la democracia y la entendía del mejor modo posible: “He ahí el primer principio de la democracia: que lo esencial en los hombres es lo que tienen en común y no lo que los separa”. Aún no se había puesto de moda lo de que la mayor riqueza humana es la diversidad y quincalla intelectual semejante…

Chesterton fue un decidido humanista pero convencido de que mejoramos nuestra humanidad al reflejarnos en lo divino. En una vida no excesivamente larga pero muy fecunda escribió narraciones, poemas, piezas teatrales, ensayos y artículos. También unas estupendas biografías, que nada tienen que ver con el puntillismo académico que levanta sesudo inventario de la frecuencia de los alivios intestinales de los personajes estudiados y miserias parecidas. En las suyas, de escritores, santos o artistas, Chesterton realiza a mano alzada un retrato del alma de su biografiado, es decir de aquello que le hizo único y que justifica nuestro interés por su vida. También su memorable autobiografía sigue el mismo criterio. En España tenemos la suerte de contar desde hace décadas con múltiples ediciones de la mayor parte de la obra de G. K. Chesterton. Acantilado ha editado varias, entre ellas últimamente un volumen de Ensayos escogidos seleccionados por W. H. Auden que recomiendo a quienes quieran conocer esta faceta del autor, distinta a su habilidad como articulista. Y Renacimiento se lleva la palma, con un amplio catálogo que incluye todos los géneros: su publicación más reciente reúne lo mejor que escribió G. K. Chesterton para celebrar la Navidad, una fiesta religiosa y popular, con abundante tradición gastronómica y llena de ilusiones mágicas, que se celebra en familia y disfrutan (¡o disfrutaban!) sobre todos los niños…En una palabra, hecha para gustar al gigante feliz.

‘Ensayos escogidos’. G. K. Chesterton. Seleccionados por W. H. Auden. Traducción de Miguel Temprano García. Acantilado, 2017. 318 páginas. 22 euros.

‘San Francisco de Asís’. G. K. Chesterton. Prólogo de Ángel Manuel Rodríguez Castillo. Traducción de Aurora Rice. Espuela de Plata, 2017. 187 páginas. 15,90 euros.

‘Temperamentos. Ensayos sobre escritores, artistas y místicos’. G. K. Chesterton. Traducción de Juan Antonio Montiel y Natalia Babarovic. Jus Ediciones, 2017. 164 páginas. 16 euros.

‘La taberna errante’. G. K. Chesterton. Prólogo de Santiago Alba Rico. Traducción de Tomás González Cobos y José Elías Rodríguez Cañas. Antonio Machado, 2017. 285 páginas. 16 euros.

miércoles, 20 de diciembre de 2017

Se actualiza el diccionario de la RAE

Jesús Mantilla, "La RAE admite mariposear, postureo, acoso escolar, pasada, clic, buenismo... La Academia introduce y revisa más de 3.000 términos en la edición digital de su ‘Diccionario de la Lengua Española’", El País, 20 DIC 2017

A partir de ahora, cada año, por diciembre, la Real Academia Española (RAE) hará un nuevo balance. Los términos que se vayan incorporando mes a mes a lo largo de las comisiones y las sesiones serán incluidos en la edición digital de su Diccionario de la Lengua Española. En 2017 han sido más de 3.000 las novedades y las revisiones. De enmiendas y adiciones, tal y cómo las denominan los académicos. Darío Villanueva, director de la RAE, está presentando las novedades este miércoles, acompañado de Paz Battaner, responsable de la coordinación del Diccionario.

Entre las palabras destacan algunas ya conocidas, como posverdad. El preponderante termino estrella en la era de los nuevos populismos no ha tardado en ser aceptado por los académicos. Las cuestiones políticas o religiosas han copado algunos debates este año y los debates sobre la definición de posverdad han sido intensos para cuadrarlo. Estas son algunas palabras introducidas o acepciones modificadas po orden alfabético:

acoso. … [Adición de forma compleja]. ‖ acoso escolar. m.En centros de enseñanza, acoso que uno o varios alumnos ejercen sobre otro con el fin de denigrarlo y vejarlo ante los demás.

amusia. [Adición de artículo]. f. Med. Incapacidad de reconocer o reproducir tonos o ritmos musicales.

aporofobia. [Adición de artículo]. (Del gr. ἄπορος áporos 'pobre' y -fobia). f. cult. Fobia a las personas pobres o desfavorecidas.

“Vivimos una auténtica invasión de anglicismos. Sobre todo en el mundo publicitario y comercial. Es algo indiscriminado”, afirma Darío Villanueva

asana. [Adición de artículo]. (Del sánscr. āsana, de la raíz ās- 'sentarse'). m. En ciertos tipos de yoga, postura corporal.

ataché. [Adición de artículo]. (Del fr. attaché; en acep. 2, del ingl. amer. attaché, y este acort. del ingl. attaché case; literalmente 'maletín de agregado'). m. y f. 1. agregado (‖ funcionario diplomático). ○ m. 2. Maletín para llevar documentos.

audiolibro. [Adición de artículo]. (De audio- y libro). m. Grabación sonora del texto de un libro.

bombín. … [Adición de acepción]. ‖ 2. Bomba pequeña para hinchar las ruedas de una bicicleta.

bombín. … [Adición de acepción]. ‖ 3. Esp. Pieza de una cerradura que se mueve cuando se introduce y se gira la llave.

británico, ca. … [Adición de acepción]. ‖ 4. Dicho del humor: Caracterizado por la ironía fina y el sarcasmo disimulado atribuidos a los británicos.

británico, ca. … [Adición de acepción]. ‖ 5. Dicho de la puntualidad: Rigurosa, exacta.

buenismo. [Adición de artículo]. m. Actitud de quien ante los conflictos rebaja su gravedad, cede con benevolencia o actúa con excesiva tolerancia. U. m. en sent. despect.

chakra. [Adición de artículo]. (Tb. chacra ♦ Voz sánscr., que significa 'círculo' o 'disco'). m. En el hinduismo y algunas filosofías orientales, cada uno de los centros de energía del cuerpo humano que rigen las funciones orgánicas, psíquicas y emotivas.

chicano, na. … adj. 1. [Enmienda de acepción]. Dicho de una persona: Que es de origen mexicano y vive en los Estados Unidos de América, especialmente en las áreas fronterizas con México. U. t. c. s.

chusmear. [Adición de artículo]. intr. 1. coloq. Arg., Par. y Ur. Hablar con indiscreción o malicia de alguien o de sus asuntos. ¿Otra vez están chusmeando sobre los vecinos? ‖ 2. coloq. Arg., Hond., Par. y Ur. Husmear, fisgar, curiosear. Estuve chusmeando un poco en la habitación. U. t. c. tr. Se puso a chusmear mi ropa en el armario. ○ tr. 3. coloq. Arg., Par. y Ur. Contar algo con indiscreción o malicia. Le chusmeó todo lo sucedido.

comadrear. intr. [Enmienda de 1.ª acepción]. coloq. Chismear, murmurar.

cracker. [Adición de artículo]. m. y f. Inform. pirata informático.

desalador, ra. [Adición de artículo]. adj. 1. Que desala1. ● f. 2. desalinizadora.

espadón1. … [Adición de acepción]. ‖ 2. coloq. Militar golpista.

fair play. [Adición de artículo]. (Voz ingl.). m. Juego limpio.

hacker. … [Adición de acepción]. m. y f. … ‖ 2. Inform. Persona experta en el manejo de computadoras, que se ocupa de la seguridad de los sistemas y de desarrollar técnicas de mejora.

halal. [Adición de artículo]. (Del ár. ḥalāl 'permitido, no contrario a la ley'). adj. 1. Dicho de la carne: Procedente de un animal sacrificado según los ritos prescritos por el Corán. ‖ 2. Dicho de un menú, de un producto alimenticio, etc.: Que no está elaborado con carne de cerdo ni con carne no halal y que no contiene alcohol ni conservantes. ‖ 3. Dicho de un establecimiento: Que vende o sirve productos halal.

hijo, ja. … [Adición de forma compleja]. ‖ hijo, ja de machepa. m. y f. R. Dom. Persona pobre y de familia humilde.

holter. [Adición de artículo]. (Voz ingl.). m. 1. Med. Prueba diagnóstica en la que un dispositivo registra en un monitor durante varias horas la actividad del corazón de un paciente por medio de electrodos colocados en su torso. ‖ 2. Med. monitor Holter. ‖ 3. Med. Gráfico resultante de un holter (‖ prueba).

hummus. [Adición de artículo]. (Tb. humus. ♦ Del ár. hummus 'garbanzo'). m. Pasta de garbanzos, típica de la cocina árabe, aderezada generalmente con aceite de oliva, zumo de limón, crema de sésamo y ajo.

machismo. … [Adición de acepción]. ‖ 2. Forma de sexismo caracterizada por la prevalencia del varón. En la designación de directivos de la empresa hay un claro machismo.

macho1. … ‖ 6. [Enmienda de acepción]. Hombre en que supuestamente se hacen patentes las características consideradas propias de su sexo, especialmente la fuerza y la valentía. U. t. c. adj. Se cree muy macho. U. t. en sent. despect.

mariposear. … [Adición de acepción]. ‖ 3. Andar o vagar de un lugar a otro cambiando de objeto de interés o sin propósito establecido.

pasada. … [Adición de acepción]. ‖ 10. coloq. Esp. Cosa exagerada, extraordinaria, fuera de lo normal. U. en sent. ponder. Mira ese avión, ¡qué pasada! Qué pasada DE fiesta.

pasada. … [Adición de forma compleja]. ‖ una pasada. loc. adv.coloq. Esp. Mucho o muy. Me dolía una pasada. Es una pasada DE bonito.

patético, ca. … adj. [Enmienda de acepción]. Que conmueve profundamente o causa un gran dolor o tristeza.

patético, ca. … [Adición de acepción]. ‖ 2. Penoso, lamentable o ridículo.

perro, rra. … [Adición de forma compleja]. ‖ perro faldero. m. coloq. Persona que acompaña a otra de manera asidua y servil. U. m. en dim.

pinchar. … intr. … ‖11. [Adición de acepción]. clicar. Pinchar en la ventana. U. t. c. tr. Pinche este icono.

pinqui. [Adición de artículo]. (Tb. pinky. ¨ De Pikys®, marca reg.). m. Esp. Prenda femenina que cubre la planta, el talón y los dedos del pie, y que se pone para proteger este del calzado.

porro4. [Adición de artículo]. m. 1. Música y canto originarios de la costa norte de Colombia, con influencia de los ritmos africanos. ‖ 2. Baile que se ejecuta al compás del porro.

postureo. [Adición de artículo]. m. coloq. Esp. Actitud artificiosa e impostada que se adopta por conveniencia o presunción.

posverdad. [Adición de artículo]. (De pos- y verdad, trad. del ingl. post-truth). f. Distorsión deliberada de una realidad, que manipula creencias y emociones con el fin de influir en la opinión pública y en actitudes sociales. Los demagogos son maestros de la posverdad.

saga2. … [Adición de acepción]. ‖ 3. Estirpe familiar.

saltear. … [Adición de acepción]. ‖ 8. coloq. Arg., El Salv., Méx. y Par. saltar (‖ omitir).

sexo. m. [...] ‖ sexo débil. m. [Enmienda de acepción de forma compleja]. Conjunto de las mujeres. U. con intención despect. o discriminatoria. … ‖ sexo fuerte. m. [Enmienda de acepción de forma compleja]. Conjunto de los varones. U. en sent. irón.

sharía. [Adición de artículo]. (Tb. sharia. ♦ Del ár. šarī'a 'camino'). f. Ley religiosa islámica reguladora de todos los aspectos públicos y privados de la vida, y cuyo seguimiento se considera que conduce a la salvación.

subjetivo, va. … [Adición de acepción]. ‖ 3. Cinem. Que adopta la perspectiva de un personaje. Plano subjetivo, cámara subjetiva.

táper. [Adición de artículo]. (De Tupperware®, marca reg.). m. Recipiente de plástico con cierre hermético, que se usa para guardar o llevar alimentos.

travelín. [Enmienda de lema]. trávelin.

vallenato. [Adición de artículo]. m. 1. Música y canto originarios de la región caribeña de Colombia, normalmente con acompañamiento del acordeón. ‖ 2. Baile que se ejecuta al ritmo del vallenato.

La RAE ha dedicado más tiempo a las cuestiones de género. La incorporación en los últimos años de académicas al pleno ha contribuido a poner al día algunos desfases. Si no como novedades, sí como advertencias de uso. Es el caso de la expresión sexo débil. “A partir de ahora, quedará catalogado como término ofensivo. Los que vayan a utilizarlo tras consultar el Diccionario verán que se califica como discriminatorio. Debemos estar sensibilizados ante las cambios de valoración de ciertas expresiones y prevenir a los usuarios sobre las connotaciones”, asegura Inés Fernández-Ordoñez, que se sienta en el sillón P mayúscula de la RAE.

En ese sentido, también, en la descripción de cada entrada habrá novedades. Para los oficios, en vez de hombre que se dedica a, se sustituirá por persona que se dedica a… Las marcas de uso también deben resaltarse, a juicio de Manuel Gutiérrez Aragón (sillón F). “Un sistema más detallado que advierta si algunos son peyorativos u ofensivos y que no parezca que se trata de la cosa más normal, en ciertos casos, me parece importante”.

Darío Villanueva asegura que en la próxima edición impresa, el sistema de marcas quedará mucho más resaltado. Pero para eso habrá que esperar algún tiempo aún, sin que haya fecha prevista. La última publicación en papel es de 2014 y aunque pasaron 13 años desde la anterior, para la siguiente, “acortaremos el plazo”, comenta el director.

No se atreve a dar fecha. En la RAE son varios los que se plantean si realmente tiene utilidad una edición más, que haría la número 24 desde su creación. “De hecho, esta revisión anual, podríamos considerarla una nueva edición del diccionario”, cree Pedro Álvarez de Miranda (sillón Q). Lo que se vaya decidiendo, quedará volcado en internet para las consultas a nivel global. La planta del actual diccionario, así todo, es digital.

Otro de los temas que más preocupan a Villanueva es el de los barbarismos anglosajones. “Vivimos una auténtica invasión. Sobre todo en el mundo publicitario y comercial. Es algo indiscriminado”, afirma. Entre los anuncios que se hagan hoy por parte de Villanueva incluirá una lista de estos usos peligrosos para el español.

Álvarez de Miranda, por el contrario, es de los que no se escandalizan por los anglicismos. “Tenemos un número aceptable de los mismos. En el siglo XVIII existieron los mismos temores respecto al francés y no pasó nada”, comenta. Una vez que se acepta un término que se deriva directamente del inglés, queda incluido y se zanjan las discusiones. Pero para los más delicados o levantan más reservas, Álvarez de Miranda propone que se utilice el Diccionario Panhispánico de Dudas. “La primera edición es de 2005. Va siendo hora de que la actualicemos”.

lunes, 18 de diciembre de 2017

La moral de Moro

Hubo una época en que algunos políticos tenían vergüenza. Si se equivocaban, pagaban las consecuencias con su vida porque ellos mismos habían destruido vidas con su política. Iban al matadero por pura coherencia y sentido de la responsabilidad; eran una parte de un todo más importante. El honor era tan alto que no se podía pasar por alto la hidalguía, el juego limpio, la honestidad. Eran como los samuráis en Oriente. Hoy, cuando todo se compra y vende y el mundo se ha vuelto económico en vez de justo, cuando solo habita en el mundo el dinero y no los seres humanos, reducidos a seres virtuales, a ecos electrónicos atados de pies y manos por las redes en Internet, parece algo casi absurdo.

Se pudo escribir que Tomás Moro era un hombre para la eternidad o para todo tiempo, pero en este su sacrificio no tendría sentido. Era un católico coherente que llevó a la hoguera a seis protestantes, pero cuando se separó la Iglesia de Inglaterra no quiso huir a Francia, a España o a Roma. No se le ocultaba que tendría que rendir cuentas abajo y no solo arriba; él no diría, como el inquisidor de Borges, "Pude haber sido un mártir. Fui un verdugo". Después de haber sido verdugo, fue, efectivamente, un mártir: por pura coherencia.

Le exigieron firmar el acta de supremacía que reconocía el divorcio del rey Enrique VIII: con eso habría negado la autoridad del Papa sobre la Iglesia de Inglaterra. Y decidió no hacerlo a sabiendas de que acabaría ajusticiado por ello, ya que, si no lo hubiera hecho, el que quemó a seis protestantes no habría podido mirarse a sí mismo. Y así murió el fanático como los mismos fanáticos que ejecutó: con coherencia. En su época la gente no dimitía: iba al cadalso. Ingleses y franceses han enviado a ministros y a reyes al cadalso; pero nosotros somos un pueblo sin sentido del honor: pagamos a nuestros fanáticos una maravillosa jubilación. Ante el espectáculo de Tomás Moro el poeta latino Marcial (II, 80) se habría burlado con su famoso epigrama: "¿No os parece estúpido morir por huir de la muerte? /  Non furor est, ne moriare, mori?". Pero Marcial era español. Y el cinismo tiene anchas y antiguas raíces en nuestro país, mayores incluso que el senequismo, al parecer. De hecho, entre nosotros fue necesario el senequismo popular para poder aguantar el cinismo de nuestros gobernantes. Se ha llegado a decir que este pueblo era muy superior a ellos... pero lo cierto es que no sabe exigirles responsabilidades. No es tierra de justicia.

¿No era mejor no matar a nadie y ser un poco más tolerante? ¿Dejar de arruinar al país con mentiras bancarias? ¿Procurar no perjudicar a la mayoría en vez de beneficiar a tan pocos con tanta codicia marrana y política asesina con los pobres y los débiles? ¿Rebajar la desigualdad? ¿Arreglar problemas en vez de enconarlos? ¿Ir uniendo a España cada vez más en vez de resquebrajarla con cada vez más corrupción y menos democracia? ¿Abandonar la política como agencia de colocaciones y "qué hay de lo mío? ¿Dejar de burlarse de una "ley" que trata con tanta ternura a Rajoy y a los poderosos de buena y "real" familia, y con tanta crueldad a tres millones de españoles que han entrado en la clase baja? ¿Tener un poco de honradez, de honor, de vergüenza?

Preguntas retóricas para políticos retóricos. El papa Francisco ha dicho que se reconoce al demonio porque es un charlatán y nos confunde a todos. Que aparece como un pesado una y otra vez hablando de lo mismo. Como los políticos en los debates... O algún troll

Más de algún alumno con malas notas y familia menos afortunada habría merecido más la "beca" que le dieron a Froilán en Estados Unidos por tripitir segundo de ESO; y ahora que este afortunado joven ha entrado ya en una cara universidad, alguien tendría que sentir vergüenza, pues estando en la línea sucesoria de la Corona tendría que haber cursado "garantía social" con otros ninis por dar ejemplo, como Tomás Moro, el imperativo categórico de Kant o la madre que lo parió, que según dicen fue la "voluntad general" de Rousseau. Ah, ya, que Rousseau no era monárquico, ustedes perdonen.

Sí; aquí la única voluntad general es la de un gallego providente con un millón de muertos por justificar y demasiada mierda para olvidar. El día que la limpien de verdad habrá nacido, sí, una nueva España de la que podríamos sentir legítimo orgullo. 

Y no creer en ello, como ya no creo, no impedirá que la gente siga esperando que ocurra, porque Franco y sus sucesores murieron en la cama, no como Tomás Moro. Los que murieron en atentados de toda índole merecían algo más que tanta mierda y tan poca vergüenza. Casi como lo que ocurrió con otro Moro, Aldo, en un país que ya parece incluso más limpio que este.

Citas de extranjeros sobre la nación española

«Si al menos fueran extranjeros los enemigos de España, todavía. Pero no. Todos los que con la espada, con la pluma, con la palabra, agravan y perpetúan los males de la Nación son españoles» (Amadeo de Saboya mientras se largaba de aquí).

Tal vez sea el verdadero origen de otra cita, esta vez apócrifa, atribuida a Otto von Bismarck: "Estoy firmemente convencido de que España es el país más fuerte del mundo. Lleva siglos queriendo destruirse a si misma y todavía no lo ha conseguido".

Estanislao Figueras, primer presidente de la I República: "Señores, voy a serles franco: ¡estoy hasta los cojones de todos nosotros!". Luego dijo que se iba a dar un paseo y huyó a Francia.

‘España es un país que juega siempre fuera de casa’, del periodista Manuel Jabois

‘España es un país inculto que alardea de ser inculto’, por Arturo Pérez-Reverte.

‘España es una pantalla del Resident Evil que nadie se pasa’, la frase es del periodista Pedro Simón

‘España es como ese gato que nunca encuentra la postura’, del periodista y profesor Oriol Vidal-Aparicio 

‘España es un señor dando de comer a los patos, apoyado en el cartel de prohibido dar de comer a los patos, quejándose de lo gordos que están los patos’ del tuitero Mr. Pink


Desastre económico actual

Joaquín Estefanía, La sociedad del descenso, 17 DIC 2017

Todo el mundo sabe lo que está ocurriendo en España con las pensiones (pierden poder adquisitivo), la dependencia (no llegan las ayudas a miles y miles de afectados) o el seguro de desempleo (apenas lo cobra poco más de la mitad de los parados). También se conoce el continuo deterioro de la sanidad pública (listas de espera, situación de las instalaciones, personal escaso y agotado), etcétera. En este contexto, la oficina de estadísticas de la Unión Europea (UE) nos da la puntilla: en 2016 ha bajado la presión fiscal (el indicador que mide la proporción que supone la recaudación de impuestos respecto al Producto Interior Bruto) respecto a la de un año antes (34,1% del PIB frente al 34,5% de 2015), y se queda siete puntos por debajo de la media de la eurozona.

¿Cómo es posible tal desequilibrio en la política de nuestro país, contradictoria además con las campanudas declaraciones que todos los días hacen los principales dirigentes y ministros del partido gobernante? La tercera pata de esta situación, que se podría calificar por una vez con el tópico de kafkiana, también la proporciona Eurostat: el gasto social en España está por debajo de la media europea (24,7% del PIB frente al 29%) y por debajo, por ejemplo, del porcentaje de gasto social de dos países intervenidos por la troika en los años de la Gran Recesión, como son Grecia y Portugal. En este caso los datos son de 2015, último año del que se disponen estadísticas europeas. En ese porcentaje se incluye el dinero invertido en pensiones, desempleo, prestaciones familiares y para la infancia, exclusión social y dependencia.

Hace tiempo que la retórica del PP (ya que no la realidad) trata de convencer a la ciudadanía de que se trata de un partido compasivo con los débiles, que no está entre sus objetivos debilitar el welfare y que los recortes en los servicios sociales desde el año 2008 correspondían a una situación de emergencia y no a motivos ideológicos. No siempre fue así. Hace unos años, en un libro titulado Libertad y solidaridad, José María Aznar hacia la siguiente reflexión textual: “Sólo aspiran a un resurgimiento del Estado de Bienestar quienes siguen deseando ese modelo dirigista. ¿Merece entonces la pena hablar del Estado de Bienestar? Es necesario hacerlo porque hay algo incuestionable: el Estado de Bienestar es incompatible con la sociedad actual. Tenemos que tenerlo muy claro: el Estado de Bienestar se ha hundido sólo por su propia ineficiencia y anacronismo. Al llegar a este punto es difícil evitar una sugerencia electoralista: ¿qué encubre el debate apropiado y mantenido por los socialistas sobre el Estado de Bienestar? Un complejo de inferioridad”.

A la vista de los datos y de la coyuntura en la que se encuentran los capítulos citados de la protección social se podría concluir que el aznarismo es más profundo en el PP de lo que se dice. Está encubierto. Y en cualquier caso, por hache o por b, España se encuentra comprendido en esa "sociedad del descenso" de la que habla el analista alemán Oliver Nachtwey (Paidós Editorial). Un país deforme.

Entrevista a Antonio Escohotado

Entrevista de Jorge G. García a "Antonio Escohotado": “Cuanta más inteligencia desarrolle un robot, mejor para el ser humano” en El País, 15-XII-2017: 

El filósofo, autor de la obra icónica ‘Historia general de las drogas’, disecciona el mundo tecnológico que nos rodea y comparte sus pensamientos sobre androides y la inteligencia artificial. Ha publicado toda su obra online en su web La Emboscadura
Madrid  18 DIC 2017 - 09:09 CET

Desde el retiro en un pueblo a unos 35 kilómetros de Madrid, el filósofo Antonio Escohotado (Madrid, 1941) huye del mundanal ruido para seguir la escondida senda de la sabiduría, como ya escribiera Fray Luis de León en su Vida retirada. Detrás de una pantalla de ordenador y rodeado por estanterías repletas de libros agolpados, el autor de la celebérrima Historia general de las drogas discurre sus días divulgando su pensamiento hasta por las redes sociales. Fumador empedernido, cae un cigarrillo detrás de otro, como un pitillo inagotable, deja silencios reflexivos antes de responder a cualquier pregunta. Hace 50 años lo entrevistaron con su padre. Como si del eterno retorno de Nietzsche se tratara, ahora le ocurre lo mismo; pero, en esta ocasión, con él como progenitor y con su hijo llamándole Escota.

¿Cómo fue su llegada a las nuevas tecnologías?

Serendipia pura. En el caso del teléfono móvil, por pura necesidad. Comencé a darme cuenta de que no tenía que peregrinar a las bibliotecas y librerías para encontrar libros. El 99,9% ya estaban en la red. Con respecto a las redes sociales, me las montó mi hijo Jorge y gracias a él estoy ahí dentro ahora.

¿Comprende que haya miedo a la robótica?

No. Como en tantos otros campos, tener miedo y alarmar alimenta la industria amarillista que convirtió en multimillonarios a Victor Hugo y Dickens, supuestos testigos del mundo real. Bien porque parece más vendible, o porque el resentimiento se apoderó del ánimo, ver el lado malo de los asuntos crece a costa de la objetividad, como demuestra Steven Pinker en su monumental y reciente estudio sobre la violencia. Resulta que en todos los órdenes –individual, familiar, social- no alcanza un 10% de la prevaleciente hace un siglo, pero los llamados medios de información dedican una línea a noticias como esa por cada mil centradas en catástrofes. ¿Por qué lo llaman información? Puestos a buscarle causas, la primera podría ser la maldita manía de manipular la mente ajena.

¿Debería existir una ética de la inteligencia artificial?

La única es asegurarse de que piense ecuánimemente, no para confirmar sofismas –bien identificados ya por la lógica aristotélica- sino para acumular inteligencia objetiva. Cuanto más predomine lo razonable y razonado mejor nos irá, aunque el folletín venda en teoría más.

¿Considera que los robots pueden ser más racionales que los seres humanos?

El ataque que pueda protagonizar un androide a la especie homo sapiens solo puede dirigirse a sus facetas irracionales, mostrando cuánto le falta para ser sapiente en vez de demente a ratos. Y es lo que necesitamos. La voluntad se obstina en someter a la inteligencia con dogmas y otros embustes, pero mientras ella duerme el espíritu objetivo sigue tejiendo su malla de innovación e invención. Los despiertos solo supuestamente se aprovechan de esa malla sin identificar la libertad como su origen, y pagan su afán de control recelando por ejemplo de la química -¡los paraísos artificiales!- y de la genética, donde ya están prohibidas cosas hoy por hoy imposibles. El miedo sigue teniendo muy buena salud, pero sospecho que la robótica no acabará de darle motivo.

¿En qué cree que los androides pueden ayudarnos?

En la zona pasional. Seguimos en buena medida a merced de impulsos como los celos, o un fratricidio disfrazado como anhelo de limpieza social, racial e ideológica. ¿Qué hacer con los émulos de Caín? Quizá una inteligencia no lastrada por la inercia de cerebros reptilianos descubra modos de mejorar en ese orden de cosas.

¿Qué entiende por innovación?

Convertir la potencia en acto, una ley de vida. No le falta componente de violencia, porque actualizar equivale a dejar atrás, como unas células sustituyen a sus predecesoras, sin evitar con ello la finitud general de cada organismo. Pero sin innovar no habría llegado a nacer.

¿Y siempre tiene que ser violenta?

Querríamos lo contrario, pero no hay otro modo de mitigar la coerción que partiendo del realismo. Estudiando y sabiendo ampliaremos la paz, pero la pretensión de alguna vía suavecita y políticamente correcta olvida que la realidad procede a saltos, como dirían los cuánticos.

El miedo sigue teniendo muy buena salud, pero sospecho que la robótica no acabará de darle motivo.

¿Le interesa la física cuántica?

Mucho, pero quizá se quedó empantanada desde finales de los años veinte, cuando Einstein advirtió que se permitía divorciar formulación e intuición. La obra de Dirac, en particular, muestra cómo convertirse en orientación canónica descarga de apelar a los sentidos, como si lo real pudiera perseguirse desde entonces con números sobre números.

¿La computación cuántica le parece diferente?

No tengo ni idea de ese campo específico. Solo me pregunto, ¿dónde están las imágenes cuánticas? ¿Nos ayuda a entender el mundo pasar de las tres dimensiones a n dimensiones? Prigogine y Mandelbrot aportan un formidable caudal intuitivo a sus investigaciones, pero no veo nada parecido en la teoría de las supercuerdas. Solo percibo autoconfirmaciones de hipótesis.

¿Los conclusiones cuánticas son erróneas?

Dios me libre de pontificar. Me quejo solo de los resultados, porque nada me dice que el electrón no sea un punto sino una cuerda con forma de lazo. Dada la formidable cantidad de observaciones ¿cómo no se traducen en una visión más nítida? Estudiar de cerca cualquier periodo histórico, por ejemplo, galvaniza y altera todo cuanto pensaba antes de hacerlo. ¿Por qué no ocurre algo análogo en física?

¿Cómo se imagina el futuro que está por venir?

Puestos a imaginar, y considerando que la función crea al órgano, lo ocurrido con el vello, las uñas y los dientes quizá anuncie cambios morfológicos más radicales, apoyados sobre el progreso técnico. ¿Para qué dos piernas, dos brazos, incluso un aparato digestivo y respiratorio, si el medio deja de ser inclemente y podemos dedicarnos a sentir y pensar libremente?

‘La emboscadura’, el pensamiento digital de Escohotado

La expansión del pensamiento del filósofo Antonio Escohotado carecería de sentido sin la figura de su hijo, Jorge. Gracias a las redes sociales se dio cuenta de que toda la obra de su padre antes de Historia general de las drogas estaba descatalogada o a precios desorbitantes. Para corregir este rumbo, decidió abrir la página web. “En los contratos con las editoriales no aparece nada con respecto al libro electrónico y decido digitalizar toda la obra”, argumenta. Con esta iniciativa, ha conseguido que todas las trabas para llegar a un mercado como el sudamericano por la logística de los envíos queden en un segundo plano. “No se trata de oportunismo, sino de desidia de las editoriales, que no todo son bestsellers”, zanja.

Para comprender qué ha llevado a Jorge a volcarse con la red, pone un ejemplo muy gráfico de cómo un hacker pretendía apropiarse de la obra de su padre. “Un pirata argentino hackeó Historia general de las drogas y la estaba comercializando. Si hubiera sido gratuita, no habríamos hecho nada, pero ahora le hemos dado de su propia medicina utilizando su versión con algunas adaptaciones. No creo que se atreva a denunciarnos (risas)”, explica. Para el año que viene, el reto tecnológico que afrontará es el de la impresión bajo demanda. Con el fin de evitar los gastos de almacenamiento, buscará alianzas en todos los países del mundo hispanoparlante para que, en 72 horas, el lector tenga el libro que desea de Antonio Escohotado.