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miércoles, 17 de febrero de 2016

La idea más peligrosa del siglo XX: que pueden existir las utopías

Kiko Llaneras, "La idea más peligrosa del siglo XX" en JotDown, 2016:

En 2006, Edge.org preguntó a cien intelectuales por sus ideas más peligrosas. Harm Harari temía que la democracia pueda desaparecer, Steven Pinker que haya grupos con distintos talentos genéticos y John Horgan que no existan las almas. Pero ninguna de esas ideas peligrosas supera a la que denunció Isaiah Berlin en su célebre «Mensaje al siglo XXI» (Letras Libres).
Para Berlin, los horrores del siglo pasado no fueron producto de la maldad, el miedo ni el odio tribal. Fueron el resultado de una idea: creer que existe una sociedad perfecta a la vuelta de la esquina.

Si uno está verdaderamente convencido de que existe una solución para todos los problemas humanos, de que uno es capaz de concebir una sociedad ideal a la cual el hombre puede acceder si tan solo hace lo necesario para alcanzarla, entonces mis seguidores y yo debemos creer que ningún precio es demasiado alto para abrir las puertas de semejante paraíso.

Esta lógica permite que se cometan crímenes terribles en nombre del orden, el paraíso, la igualdad o la justicia.

Una vez que se expongan las verdades esenciales, solo los estúpidos y los malevolentes ofrecerán resistencia. Quienes se oponen deben ser persuadidos; si no es posible, es necesario aprobar leyes para contenerlos. Si eso tampoco funciona, se ejerce la coacción, tendrá que emplearse la violencia de forma inevitable. De ser necesario, el terror, la carnicería.

Es una idea peligrosa porque es falsa (ya dijo Mark Twain que no es lo que no sabes lo que te causa problemas, sino lo que sabes seguro pero resulta que es mentira).

Lo cierto es que no existe una sociedad ideal única y al alcance de la mano. No existe una utopía de esa clase, aunque pensarlo sea sorprendente e inquietante. No existe, primero, porque no todos queremos lo mismo. Las personas tenemos intereses y temperamentos diferentes. Hay quien necesita la seguridad para sentirse feliz, y quien necesita emociones para sentirse vivo.
Esa sociedad ideal no existiría ni aunque fuésemos todos clones. No puede existir por una razón más profunda: resulta que es imposible tener todo lo que se desea plenamente y al mismo tiempo. Hay valores universales —como la libertad, la igualdad o la justicia— que chocan los unos con los otros. La libertad absoluta no es compatible con la seguridad absoluta. La justicia choca con la piedad, y la autonomía individual con la cohesión del grupo. No podemos ser espontáneos y organizados al mismo tiempo, aunque las dos cosas nos parezcan una virtud.

Berlin resumió esta maldición con una frase: «No se puede tener todo lo que se desea, no solo en la práctica, sino también en teoría». Esa idea es muy importante.
* * *
Pero si no existen utopías únicas y evidentes, ¿cuál es la alternativa? La respuesta de Berlin no es dramática. Propone ser tolerantes, buscar compromisos y acuerdos. Te doy tanto orden a cambio de tanta libertad, tanta seguridad a cambio de tanta emoción. La democracia es un malabarismo, parece decirnos, una forma de vivir que no deja a nadie del todo satisfecho. Por eso es que funciona.

Decía Berlin que los fines que perseguimos las personas emanan de nuestra naturaleza común, pero que para alcanzarlos hay que atemperar, controlar, templar esa naturaleza. Por eso Berlin suena flojo, aburrido, burgués y blando. Lo explicó bien Pablo Suanzes hace apenas unos días, conectando a Berlin con una idea del último libro de Victor Lapuente. Si queremos construir una sociedad más igualitaria, justa y sostenible necesitamos una actitud hoy rara: la templanza.

Yo no sabría definir qué es la templanza, pero me hace pensar en un buen amigo. Una tarde de 1996, este amigo me vino a buscar para pasarnos la tarde haciendo lo de siempre: comer pipas en una parada de autobús. Hablamos media hora y agotamos los temas habituales. Estuvimos callados un rato, mascando pipas en silencio, aburridos como solo pueden aburrirse los chavales de quince años. Entonces él se giró y me dijo tranquilo: «Oye, qué fuerte lo de los marcianos, ¿no?». Tardé un rato en entenderle. Mi amigo había visto el tráiler de Independence Day, un falso noticiero que mostraba naves espaciales sobre París, Londres y Madrid. Y se lo había creído. Mi amigo creía que nos habían invadido alienígenas, pero no por eso dejó de hacer su vida y echar la tarde comiendo pipas.

Sé que Lapuente no piensa exactamente en esa forma de templanza, sino en otra cosa —en «abrazar el lenguaje humilde del consenso y el pacto»—. Pero me parece que hay algo de lo uno en lo otro. Creo que mi amigo es una de esas personas que están salvando el mundo, aunque ignoro por completo cuáles son sus grandes ideas.

miércoles, 10 de febrero de 2016

Bernie Sanders, un podemita que aspira a ser presidente de EE. UU.

Sanders promete ser el azote del poder establecido. El senador de Vermont escenifica con su victoria el giro del Partido Demócrata hacia la izquierda.
Bernie Sanders ganó este martes el pulso a Hillary Clinton en las primarias de New Hampshire. Y cuando subió al escenario a celebrarlo en un instituto de secundaria de Concord, la pequeña capital del Estado, el público empezó a taconear en el suelo como si quiera provocar un terremoto. El sanderismo no ha adquirido la categoría de seísmo, la ex secretaria de Estado sigue favorita en la carrera por la Casa Blanca, pese al tropiezo, pero no le queda duda de que no resultará precisamente un paseo.
El motivo es un veterano izquierdista de 74 años que ha capitalizado el descontento social y arrasado entre los jóvenes, con el que empató en Iowa y ha perdido ahora. No hay terremoto, pero las placas tectónicas se mueven.
Tras retirarse el tercero que aún había en discordia la semana pasada, en los caucus de Iowa (el exgobernador Martin O’Malley), la carrera demócrata es ahora cosa de dos y el senador de Vermont ha ganado la batalla de esta noche con el 60% de los votos y 20 puntos de diferencia. Con el 73% escrutado, Sanders se lleva 13 delegados, frente a los 7 que se queda Clinton.
La victoria es una inyección de adrenalina para la revolución sanderista, para la izquierda pura, la derivada política del movimiento Ocupa Wall Street, esa versión estadounidense de lo que en España fue el 15-M. Es oxígeno para unas ideas que, en definitiva, hasta ahora se movían en los márgenes de la política americana. Esta noche en New Hampshire, un Estado de 1,3 millones de habitantes y un elevado voto independiente, se convirtieron en corriente central.
Sanders se ha hecho con un espacio ideológico que nadie estaba ocupando en el partido demócrata y es muy consciente de que ha cosechado votos que en otras primarias, en otras elecciones presidenciales, se quedaban en el sofá renegando de la política. Por eso esta noche, con los resultados en la mano, el senador lanzó un mensaje muy claro: “Cuando hay mucha participación, ganan los demócratas, cuando hay poca, ganan los republicanos”.
Es lo mismo que comentaba instantes antes Niklas Moran, un treintañero de Nueva York convencido de que la clave está en que Sanders mantenga el tirón entre los hasta ahora no votantes. “Los estadounidenses no somos tan conservadores como la política refleja, lo que pasa es que mucha gente no se implica en las urnas”, decía.
Derrota de Clinton
Clinton no tardó nada en salir a reconocer la derrota ante su rival. “Sé que tengo mucho trabajo por hacer, especialmente con los jóvenes”, dijo, y subrayó un mensaje muy progresista: “Ningún banco es demasiado grande para caer”; “Nadie es demasiado poderoso para evitar la cárcel”; “Subida de salarios”. Y concluyó con una coletilla: “Yo sé cómo hacerlo”. Así puso en valor su experiencia frente a Sanders, una trayectoria en la que destaca su compromiso por los derechos de las mujeres, de los niños o de los homosexuales.
Sanders abarrota los mítines, clama contra Wall Street y contra los ricos, promete una sanidad y una educación gratuita para todos y ve la revolución contra las élites, no como ideal, sino como urgencia. Nacido en el distrito de Brooklyn, Nueva York, en el 41, tiene un perfil comparable al Jeremy Corbyn en el partido laborista británico.
Se ha expandido a lomos del hartazgo ciudadano, de la crisis de la clase trabajadora en Estados Unidos y de un voto joven para el que decir socialismo ya no es alta traición. Pide una revolución y promete ser azote de un establishment con el que muchos progresistas relacionan a Clinton. En la carrera de fondo por convertirse en el candidato demócrata para las presidenciales de noviembre sigue siendo favorita la exsecretaria de Estado. Pero el nerviosismo crece: en 40 años, nadie, salvo Bill Clinton, ha logrado la nominación del partido sin ganar en alguna de las dos primeras pugnas de las primarias, las de Iowa (donde Clinton y Sanders empataron) o las de New Hampshire.

lunes, 8 de febrero de 2016

Entrevista a Noam Chomsky

Entrevista a Noam Chomsky, publicada en Rebelión org8-II-2016

Agustín Fernández Gabar y Raúl Zibechi, "Entrevista al intelectual estadounidense Noam Chomsky. "Es el momento más crítico en la historia de la humanidad" La Jornada.


Chomsky repasa las principales tendencias del escenario internacional, la escalada militarista de su país y los riesgos crecientes de guerra nuclear. Se detiene en el proceso electoral estadunidense y esboza una reflexión sobre las esperanzas de paz en Colombia


Estados Unidos fue siempre una sociedad colonizadora. Incluso antes de constituirse como Estado estaba eliminando a la población indígena, lo que significó la destrucción de muchas naciones originarias, sintetiza el lingüista y activista estadunidense Noam Chomsky cuando se le pide que describa la situación política mundial. Crítico acérrimo de la política exterior de su país, sostiene que desde 1898 se volcó hacia el escenario internacional con el control de Cuba, a la que convirtió esencialmente en colonia, para invadir luego Filipinas, asesinando a un par de cientos de miles de personas.

Continúa hilvanando una suerte de contrahistoria del imperio: Luego le robó Hawai a su población originaria, 50 años antes de incorporarla como un estado más. Inmediatamente después de la segunda Guerra Mundial Estados Unidos se convierte en potencia internacional, con un poder sin precedente en la historia, un incomparable sistema de seguridad, controlaba el hemisferio occidental y los dos océanos, y naturalmente trazó planes para tratar de organizar el mundo a su antojo.

Acepta que el poder de la superpotencia ha disminuido respecto al que tenía en 1950, la cima de su poder, cuando acumulaba 50 por ciento del producto interno bruto mundial, que ahora ha caído hasta 25 por ciento. Aun así, le parece necesario recordar que Estados Unidos sigue siendo el país más rico y poderoso del mundo, y a nivel militar es incomparable.

Un sistema de partido único

En algún momento Chomsky comparó las votaciones en su país con la elección de una marca de pasta de dientes en un supermercado. El nuestro es un país de un solo partido político, el partido de la empresa y de los negocios, con dos facciones, demócratas y republicanos, proclama. Pero cree que ya no es posible seguir hablando de esas dos viejas colectividades políticas, ya que sus tradiciones sufrieron una mutación completa durante el periodo neoliberal.
Están los republicanos modernos que se hacen llamar demócratas, mientras la antigua organización republicana quedó fuera del espectro, porque ambas partes se desplazaron a la derecha durante el periodo neoliberal, igual que sucedió en Europa. El resultado es que los nuevos demócratas de Hillary Clinton han adoptado el programa de los viejos republicanos, mientras éstos fueron completamente desplazados por los neoconservadores. Si usted mira los espectáculos televisivos donde dicen debatir, sólo se gritan unos a los otros y las pocas políticas que presentan son aterradoras.

Por ejemplo, destaca que todos los candidatos republicanos niegan el calentamiento global o son escépticos, que si bien no lo niegan dicen que los gobiernos no deben hacer algo al respecto. Sin embargo el calentamiento global es el peor problema que la especie humana ha enfrentado jamás, y estamos dirigiéndonos a un completo desastre. En su opinión, el cambio climático tiene efectos sólo comparables con la guerra nuclear. Peor aún, los republicanos quieren aumentar el uso de combustibles fósiles. No estamos ante un problema de cientos de años, sino de una o dos generaciones.

La negación de la realidad, que caracteriza a los neoconservadores, responde a una lógica similar a la que impulsa la construcción de un muro en la frontera con México. “Esas personas que tratamos de alejar son las que huyen de la destrucción causada por las políticas estadunidenses.

En Boston, donde vivo, hace un par de días el gobierno de Obama deportó a un guatemalteco que vivió aquí durante 25 años; tenía una familia, una empresa, era parte de la comunidad. Había escapado de la Guatemala destruida durante la administración Reagan. En respuesta, la idea es construir un muro para prevenirnos. En Europa es lo mismo. Cuando vemos que millones de personas huyen de Libia y de Siria a Europa, tenemos que preguntarnos qué sucedió en los últimos 300 años para llegar a esto.

Invasiones y cambio climático se retroalimentan

Hace apenas 15 años no existía el tipo de conflicto que observamos hoy en Medio Oriente. Es consecuencia de la invasión estadunidense a Irak, que es el peor crimen del siglo. La invasión británica-estadunidense tuvo consecuencias horribles, destruyeron Irak, que ahora está clasificado como el país más infeliz del mundo, porque la invasión se cobró la vida de cientos de miles de personas y generó millones de refugiados, que no fueron acogidos por Estados Unidos y tuvieron que ser recibidos por los países vecinos pobres, a los que se encargó recoger las ruinas de lo que nosotros destruimos. Y lo peor de todo es que instigaron un conflicto entre sunitas y chiítas que no existía antes.
Las palabras de Chomsky recuerdan la destrucción de Yugoslavia durante la década de 1990, instigada por Occidente. Al igual que Sarajevo, destaca que Bagdad era una ciudad integrada, donde los diversos grupos culturales compartían los mismos barrios, se casaban miembros de diferentes grupos étnicos y religiones. La invasión y las atrocidades que siguieron instigaron la creación de una monstruosidad llamada Estado Islámico, que nace con financiación saudita, uno de nuestros principales aliados en el mundo.
Uno de los mayores crímenes fue, en su opinión, la destrucción de gran parte del sistema agrícola sirio, que aseguraba la alimentación, lo que condujo a miles de personas a las ciudades, creando tensiones y conflictos que explotan apenas comienza la represión.

Una de sus hipótesis más interesantes consiste en cruzar los efectos de las intervenciones armadas del Pentágono con las consecuencias del calentamiento global.

En la guerra en Darfur (Sudán), por ejemplo, convergen los intereses de las potencias con la desertificación que expulsa poblaciones enteras de las zonas agrícolas, lo que agrava y agudiza los conflictos. Estas situaciones desembocan en crisis espantosas, como sucede en Siria, donde se registra la mayor sequía de su historia que destruyó gran parte del sistema agrícola, generando desplazamientos, exacerbando tensiones y conflictos, reflexiona.
Aún no hemos pensado detenidamente, destaca, sobre lo que implica esta negación del calentamiento global y los planes a largo plazo de los republicanos que pretenden acelerarlo: Si el nivel del mar sigue subiendo y se eleva mucho más rápido, se va a tragar países como Bangladesh, afectando a cientos de millones de personas. Los glaciares del Himalaya se derriten rápidamente poniendo en riesgo el suministro de agua para el sur de Asia. ¿Qué va a pasar con esos miles de millones de personas? Las consecuencias inminentes son horrendas, este es el momento más importante en la historia de la humanidad.
Chomsky cree que estamos ante un recodo de la historia en el que los seres humanos tenemos que decidir si queremos vivir o morir: “Lo digo literalmente. No vamos a morir todos, pero sí se destruirían las posibilidades de vida digna, y tenemos una organización llamada Partido Republicano que quiere acelerar el calentamiento global. No exagero –remata– es exactamente lo que quieren hacer”.

A continuación cita el Boletín de Científicos Atómicos y su Reloj del Apocalipsis, para recordar que los especialistas sostienen que en la Conferencia de París sobre el calentamiento global era imposible conseguir un tratado vinculante, solamente acuerdos voluntarios. ¿Por qué? Debido a que los republicanos no lo aceptarían. Han bloqueado la posibilidad de un tratado vinculante que podría haber hecho algo para impedir esta tragedia masiva e inminente, una tragedia como nunca ha existido en la historia de la humanidad. Eso es lo que estamos hablando, no son cosas de importancia menor.

Guerra nuclear, posibilidad cierta

Chomsky no es de las personas que se dejan impresionar por modas académicas o intelectuales; su razonamiento radical y sereno busca evitar furores y, quizá por eso, se muestra reacio a echar las campanas al vuelo sobre la anunciada decadencia del imperio. Tiene 800 bases alrededor del mundo e invierte en su ejército tanto como todo el resto del mundo junto. Nadie tiene algo así, con soldados peleando en todas partes del mundo. China tiene una política principalmente defensiva, no posee un gran programa nuclear, aunque es posible que crezca.

El caso de Rusia es diferente. Es la principal piedra en el zapato de la dominación del Pentágono, porque tiene un sistema militar enorme. El problema es que tanto Rusia como Estados Unidos están ampliando sus sistemas militares, ambos están actuando como si la guerra fuera posible, lo cual es una locura colectiva. Cree que la guerra nuclear es irracional y que sólo podría suceder en caso de accidente o error humano. Sin embargo, coincide con William Perry, ex secretario de Defensa, quien dijo recientemente que la amenaza de una guerra nuclear es hoy mayor de lo que era durante la guerra fría. Chomsky estima que el riesgo se concentra en la proliferación de incidentes que involucran fuerzas armadas de potencias nucleares.
La guerra ha estado muy cerca innumerables veces, admite. Uno de sus ejemplos favoritos es lo sucedido bajo el gobierno de Ronald Reagan, cuando el Pentágono decidió poner a prueba las defensas rusas mediante la simulación de ataques contra la Unión Soviética. 

Resultó que los rusos se lo tomaron muy en serio. En 1983 después de que los soviéticos automatizaron sus sistemas de defensa detectaron un ataque de misil estadounidense. En estos casos el protocolo es ir directo al alto mando y lanzar un contraataque. Había una persona que tenía que transmitir esta información, Stanislav Petrov, pero decidió que era una falsa alarma. Gracias a eso estamos acá hablando.

Sostiene que los sistemas de defensa de Estados Unidos tienen errores serios y hace un par de semanas se difundió un caso de 1979, cuando se detectó un ataque masivo con misiles desde Rusia. Cuando el consejero de Seguridad Nacional, Zbigniew Brzezinski, estaba levantando el teléfono para llamar al presidente James Carter y lanzar un ataque de represalia, llegó la información de que se trataba de una falsa alarma. Hay docenas de falsas alarmas cada año, asegura.

En este momento las provocaciones de Estados Unidos son constantes. La OTAN están llevando a cabo maniobras militares a 200 metros de la frontera rusa con Estonia. Nosotros no toleraríamos algo así sucediendo en México.
El caso más reciente fue el derribo de un caza ruso que estaba bombardeando fuerzas yihadistas en Siria a fines de noviembre. Hay una parte de Turquía casi rodeada por territorio sirio y el bombardero ruso voló a través de esa zona durante 17 segundos, y lo derribaron. Una gran provocación que por suerte no fue respondida por la fuerza, pero llevaron su más avanzado sistema antiaéreo a la región, que le permite derribar aviones de la OTAN. Argumenta que hechos similares están sucediendo a diario en el mar de China.

La impresión que se desprende de sus gestos y reflexiones es que si las potencias que son agredidas por Estados Unidos actuaran con la misma irresponsabilidad que Washington, la suerte estaría echada.

Visión sobre Colombia

El lingüista estadunidense Noam Chomsky conoce de primera mano la realidad colombiana. Fiel a su estilo y sus ideas, visitó el país en puntillas, lejos de los focos académicos y mediáticos, para adentrarse en el Cauca, donde los indígenas nasa construyen su autonomía en resguardos y cabildos, con base en sus saberes ancestrales actualizados en medio del conflicto armado.

Parece haber señales positivas en las negociaciones de paz, reflexiona Chomsky. Colombia tiene una terrible historia de violencia desde el siglo pasado, la violencia en los años 50 era monstruosa, reconociendo que la peor parte ha sido la de las operaciones paramilitares. Más recientes son las fumigaciones de Estados Unidos, verdaderas operaciones de guerra química que desplazaron poblaciones campesinas para beneficio de multinacionales.

En consecuencia, Colombia es el segundo país del mundo en desplazados, detrás de Afganistán. Debería ser un país rico, próspero, pero se está rompiendo en pedazos, añade. Por eso, si las negociaciones de paz funcionan, eliminarán algunos de los problemas, no todos. Colombia aun sin el problema de la guerrilla sigue siendo uno de los peores países para los defensores de derechos humanos, para líderes sindicales y otros.

Uno de los peligros que observa en caso de que se firme la paz, sería la integración de los paramilitares en el gobierno, una realidad latente en el país. Así y todo, sostiene que la reducción del conflicto con las FARC sería un gran paso hacia adelante, por eso cree que se debe hacer todo lo posible para contribuir al proceso de paz.

Entrevista con el sociólogo antiglobalización Boaventura de Sousa

Lola Huete Machado, "Boaventura de Sousa, el pensador estrella de los movimientos sociales. El sociólogo portugués de la antiglobalización arrasa donde va. ¿Su secreto?", en El País, 8-II-2016:

Sucedió de nuevo en la Conferencia Latinoamericana de Ciencias Sociales (CLACSO) celebrada en otoño en Medellín (Colombia): las colas para sus conferencias fueron comentadas. ¿Un sociólogo convertido en estrella? ¿Cuál es su secreto? Se lo preguntamos a bocajarro a Boaventura de Sousa Santos (Coimbra, 1940). Y él, el gran pensador portugués de los movimientos sociales – bien elegante, vestido de camisa blanca y pantalón negro–, nos mira como a cien mil kilómetros de distancia detrás de sus gafas, mientras por el hall del hotel Intercontinental de la capital antioqueña desfila el mismísimo ex presidente de Uruguay, José Mujica.

Se encamina el ex dirigente popular a la rueda de prensa de presentación de su libro de memorias, Una oveja negra al poder. Pepe Mujica, la política de la gente, tras años de paciente seguimiento por parte de los autores, Andrés Danza y Ernesto Tulbovitz, que ahí andan, tras él, hoy también. Mujica, que ha llegado sin escolta, ni maletas, ni apenas nada que no sea su persona y la de su esposa, acaba de recibir en audiencia al nuevo alcalde electo de Medellín, el entusiasta Federico (Fico) Gutiérrez, del partido Creemos, que ha dado la campanada para disgusto de los fans de Uribe.

Todos se cruzan y/o juntan y/o saludan y/o charlan y/o rien en este espacio lujoso, coordinados cual escena teatral o plaza de pueblo paisa repleta en estos días de profesores universitarios, científicos y políticos latinoamericanos y mundiales reunidos gracias a la barita mágica de Pablo Gentili, secretario reelegido de CLACSO. Un éxito de crítica y público resultaría la conferencia de Ciencias Sociales: unos 25.000 participantes, casi un 65% menor de 26 años, agolpados durante varios días en el centro de congresos Plaza Mayor. Ahora mismo, aquí, a unos y otros no cesan de interrumpirles para los posados de fotos. Muchos son políticos, se prestan. Pero De Sousa es un científico, un analista social, un teórico del Sur y de la transformación social. Él, que gana en popularidad al más pintado, no deja de forzar la sonrisa, una pesadez tal que acaba cortándola abruptamente para dispararnos su respuesta.

— “¿Pero qué pregunta me hace usted? Siempre hubo estrellas académicas... O igual piensa que porque soy portugués no puedo serlo al estilo de otros más del Norte…?“.

Ahh. Se impone lo que los alemanes llaman desescalación. Apacigüemos. Y apacigüamos al arrellanarnos en un buen sofá y contemplar tan espectacular trasiego. A De Sousa le gusta la charla. No evita la confrontación. Se diría que la provoca adrede, buscando respuestas del otro. Un baño de masas recibió este hombre durante la semana que duró CLACSO 2015. Una buena parte del tirón de los cientos de debates (apasionados, interesantísimos) aquí mantenidos fue de este portugués que habla de continuo de una sociología de las ausencias y de las emergencias. "Aquello que no se cuenta, que no se nos cuenta, parece que no existiera", dice. Pero existe. Y mucho. Así, De Sousa ha logrado entusiasmar a sus seguidores: cuando se habla de una realidad, ésta emerge. "Solo a través de la justicia cognitiva global habrá justicia social global", afirma. Las colas para participar en sus talleres y escuchar sus charlas han sido antológicas en la capital antioqueña: apenas otros como el citado José Mujica y Lula da Silva le hicieron sombra.

— “Creo que soy famoso porque tengo un modo de comunicar mis ideas que tiene mucho que ver con mi trabajo junto a los movimientos sociales, en la calle, en el territorio. Mis investigaciones me obligan a pasar gran parte de mi tiempo con ellos y por eso mi contacto con la juventud es más fácil”.
Por escrito, asegura, puede ser distinto, "algo más complejo". De Sousa se expresa con un lenguaje melódico, una mezcla de castellano y portugués que lo hacen especialmente apto para todo oído. Él y quien esto escribe se encontraron ya hace años, en el Foro Urbano Mundial celebrado en Dakar. Allí también brillaba, junto a otros (Chico Whitaler, Naomi Klein, Susan George) como líder antiglobalización. Ha envejecido, pelo más cano, rostro más arrugado, pero su entusiasmo y jovialidad al hablar de lo que le importa no ha cambiado ni un ápice... Uno de esos hombres que con la edad se crece. “Otro elemento que influye es que todo mi trabajo está orientado por dos ideas: ser atractivo para los jóvenes, sí, pero sobre todo, darles esperanza”. Afirma que vivimos en sociedades dominadas por el miedo, por el desempleo, la violencia… y que eso no significa que en su trabajo sea inconsciente y se dedique a contar pájaros volando, sino que él es un “optimista trágico".
"Declaramos invisible lo que no queremos ver. No lo nombramos y parece que no existe. Pero existe"
—“Me resisto a resignarme, me resisto a creer que no hay alternativas. Este mundo es feo, es desigual, lo sabemos bien, lo vemos aquí, pues estamos ahora mismo en Medellín, una de las ciudades más desiguales de Colombia… pero los jóvenes buscan un pensamiento no sólo crítico sino también propositivo”.
Buscan cómo y dónde actuar. Y sienten que él, en cierto modo, los guía.

Un proyecto llamado Alice

Autor de numerosos escritos y libros de referencia sobre la búsqueda de conocimiento que otorgue visibilidad a los pueblos y a las clases o grupos históricamente oprimidos, De Sousa anda sumergido ahora en una tarea bien ambiciosa. Dirige en el European Research Council, un proyecto de investigación muy caro, quizá el más caro que ha emprendido, asegura, y que lleva nombre de mujer: Alice. Pretende estudiar los aprendizajes globales, identificar iniciativas de innovación alrededor de cuatro grandes temáticas que así nos resume:

• Modos de refundación del Estado
• Estudio de otras democracias (locales, tribales…)
• De otras economías (urbanas, campesinas…) no dominadas por capitales financieros
• De otra concepción de dignidad humana, de respeto, de diálogo con los Derechos Humanos (presente en culturas indígenas, afrodescendientes...)

El proyecto colonial está más articulado hoy con el capitalismo global que nunca
— “Esta idea de esperanza, de aprendizajes de otros es atractiva para los jóvenes porque ellos no se reconocen en muchos de los aspectos de la Izquierda o el pensamiento crítico de los partidos clásicos socialistas. No están muy convencidos de que los dos grandes modelos creados en el mundo occidental sean los únicos posibles. Los jóvenes están politizados sí, pero de otra manera a la nuestra. Lo están a través del rap, del hip hop, de la música, de las redes sociales. Yo trabajo con ellos y hasta escribo letras de rap…”.

Las Ciencias Sociales, concluye, deberían asumir este lenguaje, desmonumentalizarse y tornarse accesibles para dialogar así con las nuevas generaciones. Confiesa estar muy empeñado con las luchas sociales, pero con militancia "apartidista". “Sin embargo sé de qué lado estoy; en el de la gente que busca alternativas, que sufre por desigualdad, racismo, xenofobia, en el de los discriminados, el de los que se llevan la peor parte de este mundo que hemos construido”.

Pensando en tal mundo, nos vamos recostando más y más en el sofá mientras guardias, curiosos, cámaras de prensa, bedeles, taxistas, turistas, empleados trajeados de una convención de cemento, electricistas de uniforme y muchos de los expertos participantes en CLACSO siguen dando vueltas sin cesar, cual cuerpo de baile de esa sociedad colonialcapitalista que describe De Sousa. "¿Vio usted la participación que el otro día en el gran salón…?", nos pregunta. Sí, lo vimos: hubo chicos y chicas allí que le dieron al maestro su opinión rapeando y él les contestó también en formato lírico, digamos, sobre su visión de un mundo más equitativo y justo, su visión más pegada a la Tierra, al respeto a la Naturaleza, a la Pachamama, a ese Sur que suele ser metáfora de lo olvidado y despreciado… Y luego abrió micrófono y dio la palabra a todos aquellos que quisieran visibilizar sus actividades, hacer emerger sus proyectos, sus iniciativas en pos del cambio social… Los hizo protagonistas.

La no existencia


L.H.M.

Cita Boaventura de Sousa al filósofo Walter Benjamin: "Vivimos en un tiempo homogeneo y vacío. Porque reducimos todo a una sola lógica y forma de vida y olvidamos otras, las anulamos no nombrándolas siquiera. Y relata las cinco lógicas de producción de la no existencia en nuestra sociedad hoy, según él:

–"Vivimos y hemos construido una monocultura del saber y del rigor del saber; una monocultura del tiempo lineal; una lógica de clasificación social siempre según los países avanzados; siempre de escala dominante, y siempre solo según la lógica productiva".

Hay, afirma, cinco formas de "no existencia":

*Lo ignorante.
*Lo residual.
*Lo inferior.
*Lo local.
*Lo improductivo.

"Así desperdiciamos sin siquiera darnos cuenta toda la ecología de saberes ancestrales, de las distintas temporalidades, de los reconocimientos, de las productividades...". ¿Cómo contar e informar de la diversidad inagotable del mundo? A él esa le parece una tarea apasionante. Romper la dominación. "El proyecto colonial está más articulado hoy con el capitalismo global que nunca. Están profundamente entrelazados, aunque las formas de articulación hayan variado con el tiempo".

Y fue el no va más. Pura comunión. Se apuntaron tantos a vocear sus proyectos (desde iniciativas de traducción para desarrollar pensamiento crítico y "hacer caminar las palabras" a escuelas brotadas del empeño ciudadano en la periferia, pasando por ejemplos de arquitectura marginal, alfabetización desde el rap, proyectos sobre derechos indígenas o para contener males mariguaneros que consumen a barrios enteros), tantos, que daba tiempo a dar vuelta por un Medellín atestado de coches y aún regresar y contemplarle escuchando o dialogando con unos y otros.

He ahí el tercer factor, afirma, que impulsa bastante su popularidad: “Es que busco ser simpático también. La gente de la ciencia se tornó muy aburrida en las últimas décadas. Perdimos la capacidad de reír. Y ese es un rasgo de mi epistemología, de mi trabajo más teórico, de mi búsqueda de diálogo entre el conocimiento científico oficial y el popular, el urbano, el rural, el de las mujeres, los jóvenes, los indígenas…". Habla De Sousa de cómo existen diferentes tipos de conocimiento aunque vivamos en un mundo en el que se use sólo uno ("especialmente cuando es escrito"). La universidad de la vida lo llama. Él busca identificar esos otros conocimientos, creando contactos, tendiendo puentes: “Traer a mi trabajo la actividad de los movimientos sociales para incorporarlos a la Sociología. A la juventud le gusta esta idea porque no descalifica a la Ciencia sino que la complementa. Sabemos que hay una ciencia hostil a todo aquello que se salga de su centro pero hay otra que es amiga”.

"Me resisto a resignarme, me resisto a creer que no hay alternativas. Este mundo es feo, es desigual, lo sabemos … pero los jóvenes buscan un pensamiento no sólo crítico sino también propositivo"

No sólo prefiere esta última sino que De Sousa se afana "en abrir nuevos caminos en la investigación y la escritura", tal como decía de él el teólogo Juan José Tamayo. Como ejemplo, el portugués cita la alimentación, todo lo que se está moviendo en Brasil alrededor de los campesinos y de la agricultura familiar, de los agrotóxicos que reciben las cosechas a través de barridos de las avionetas. “Hay una Ciencia financiada por Monsanto bajo el argumento de que ésta es fundamental para combatir la desnutrición, pero la agroecología anda investigando y diciendo lo contrario, advirtiendo de cómo se mata la vida alrededor, pero no tienen ni tantas publicaciones ni tantos fondos para mostrarlo…”. Lo denomina "la ciencia de las ausencias".

— "No se trata de demonizar el conocimiento oficial, no, sino de considerar que no es el único válido".

¿Y qué le mueve a hacer todo esto, a visibilizar lo que otros no cuentan, a dar voz a grupos discriminados para presentar su realidad, a construir en vez de derribar?, le preguntamos para hacer honor al nombre de esta sección de Planeta Futuro. "La experiencia de campo, sin duda". Se ríe.

— “¿Que no lo entiende? Verá, yo que ya tengo una vida larga... pues hubo varios motivos para empezar a ocuparme de estos temas. Viví una dictadura, estudié en EE. UU. y luego hice un trabajo de campo en Brasil y me fui a vivir en una favela. Y conocí así tanta gente buena, con tanta sabiduría, en una situación tan indigna.... que eso le dio responsabilidad social a mi conocimiento. Ponerlo al servicio de los que menos posibilidades de acceso tienen se convirtió en uno de mis objetivos".

Su existencia se dibuja por etapas: ahora le vemos afanado en la favela, luego durante la Revolución de los Claveles en su país, más tarde trabajando en Mozambique y en Sudáfrica, en distintas universidades y, especialmente, en la facultad de Coímbra donde buscó siempre que el pensamiento crítico no fuera guetto: "Ciencias Sociales propositivas, de eso se trata en un centro con 130 investigadores para aprendizajes globales...". Así, su pensamiento se fue armando: "Estudiando los conflictos me di cuenta de que en nuestras sociedades el capitalismo hoy se articula con colonialismo, con racismo. Factores que están destapando ahora con las migraciones. La colonialidad me impacta. Igual que me interesa que los jóvenes mestizos e indígenas estén llegando a la universidad, por ejemplo en Brasil, gracias al sistema de cuotas y ver eso qué va a representar".

El Sur, lo ecológico y lo indígena, bien presentes. "Hemos dividido siempre a la Naturaleza entre las visiones de Descartes y Spinoza. Triunfó el primero, que la considera recurso natural a torturar para que nos dé todo lo posible... con una voracidad mayor aún en las últimas décadas, destrucción, minería, extractivismo... Recuperar la ecología de saberes. Eso despertó mi interés por los pueblos indígenas, por la madre tierra, la Pachamama, la Naturaleza que no nos pertenece sino que nosotros le pertenecemos a ella. Ese pensamiento ecológico es algo que los jóvenes también aprecian. Debemos articular los conflictos sociales con esa idea de Naturaleza porque esta es territorio, cultura, memoria, pasado, espíritu, conocimiento, incluso sentimiento paisaje". Nada de eso cuenta.

Sociología de las ausencias. "Declaramos invisible lo que no queremos ver". Y los medios de comunicación no suelen estar a la altura, asegura, en venganza quizá por nuestra pregunta inicial: "Cuando un suceso o una iniciativa ocupa un titular pasa de la ausencia a la emergencia". Aquello que está ocurriendo, se convierte en vida al ser narrado. "Hay que aceptar y contar la diversidad del mundo. Hay que descolonizar nuestro conocimiento". Tal es su mayor tarea en lo que le resta

viernes, 22 de enero de 2016

Juan José Millás, Estabilidad

Juan José Millás, "Estabilidad", en El País, 22-I-2016:

Sesenta o setenta personas son las dueñas de un mundo en el que la mayoría pasa hambre, sed, frío y un sinfín calamidades

Observado con la perspectiva que proporciona el estudio de Oxfam Intermón, el espectáculo que dimos en el Congreso hace unos días fue tremendo. ¡Una mujer amamantando a su hijo y unos jóvenes en ropa de calle exhibiéndose frente a unos señores que acudían de negro a su propio entierro! ¿Aún no hemos comprendido que el Congreso es un lugar para darse la razón y el pésame? Veamos: el mundo tiene sesenta o setenta propietarios, quince o veinte de los cuales viven en España o pasan temporadas en ella. A esta gente le sobran medios para fundar un Estado propio, pero prefieren poner sus huevos en los ya existentes. No precisan de un ejército porque tienen a su disposición los de todo el mundo, ni de una policía porque todas están a sus órdenes, ni de un aparato legislativo porque ya han asaltado los Parlamentos regionales. Cuando se les antoja hacer una reforma laboral, cursan las instrucciones oportunas y se lleva a cabo. Quien dice una reforma laboral dice una ley mordaza, etcétera. Si permiten que se publiquen las conclusiones de la ONG citada, es para que nos hagamos una idea de su poder. Les da igual: nadie va a tomar las armas con las que ellos trafican y venden aquí o allí en función de sus intereses. De hecho, ya nos hemos cuidado de no sacar la noticia, pese a su importancia, a cinco columnas en la primera página de ningún periódico. Mucho ojo, pues, con lo que hacemos, porque se pueden enfadar y enviarnos a unos matones para que nos rompan las piernas. Sesenta o setenta personas son las dueñas de un mundo en el que la mayoría pasa hambre, sed, frío y un sinfín de calamidades. Es lo que llamamos estabilidad. Menos mal que nos quedan las rastas y el amamantamiento como materia para el análisis político riguroso.

jueves, 7 de enero de 2016

Le ley de hierro de la oligarquía según Robert Mitchels


Robert Mitchels (“Los partidos políticos”, 1915) analizó y explicó por qué los partidos políticos son como son.

El argumento principal se resume en lo que denominó “Ley de hierro de la oligarquía”:

La organización es la que da origen al dominio de los elegidos sobre los electores, de los mandatarios sobre los mandantes, de los delegados sobre los delegadores. Quien dice organización, dice oligarquía”.

Esto es, “a medida que se desarrolla una organización, no sólo se hacen más difíciles y más complicadas las tareas de la administración, sino que además aumentan y se especializan las obligaciones hasta un grado tal que ya no es posible abarcarlas de una sola mirada.”

Ello genera jerarquías: “como consecuencia de la organización, todos los partidos o gremios profesionales llegan a dividirse en una minoría de directivos y una mayoría de dirigidos.”

“Cuanto más extenso y más ramificado es el aparato oficial de la organización, tanto mayor es el número de sus miembros, tanto más rico su tesoro y tanto más amplia la circulación de su prensa, tanto menos eficiente el control ejercido por la masa y tanto más reemplazado por el poder creciente de las comisiones.”

viernes, 1 de enero de 2016

Antonio Escohotado

Javier Bilbao, "Escohotado frente al miedo", en JotDown

Decía recientemente el compañero de publicación Tsevan Rabtan que España es «ese lugar en el que al que asoma la cabeza le dan con un palo». No soy yo muy partidario de teorizar sobre caracteres nacionales que se pierden en las brumas del tiempo y menos aún del tradicional menosprecio autóctono, pero a la realidad se ve que le importa poco mi parecer y se obstina en dar ejemplos que sustentan esa descripción. Así que habrá que rendirse a la evidencia. No se trata únicamente de que tal o cual persona no reciba los empleos, distinciones o reconocimientos que crea —o que los demás crean— que se merece, pues si en el lago Wobegon todo el mundo estaba por encima de la media, aquí todos estamos por debajo de donde deberíamos estar, en cuanto nos dan ocasión de quejarnos.

No es tanto un problema de indiferencia ante el mérito ajeno —que por tanto podría hacernos dudar de que tal mérito existiera— sino de abierta y desbocada hostilidad hacia él, prefiriendo uno quedarse tuerto si el otro a cambio se vuelve ciego. Así que el logro ajeno se reconoce… para combatirlo furiosamente, pues nadie en su sano juicio estallaría en cólera contra un ácaro inofensivo. El otro día una lectora clamaba exigiendo el despido del autor de cierta crítica cinematográfica que han leído muchos, ha entusiasmado a unos cuantos y a ella no le había gustado nada. No le bastaba con expresar que dicho texto no había sido de su agrado, no por Dios, o incluso con decir «esta crítica es tan mala que me ha quitado el hambre y el sueño, qué coño, ¡me ha robado el alma!». No es suficiente tampoco: hay que exigir el despido de su autor. Sí, eso es lo justo, qué importa que tenga seis bocas que alimentar de niños vietnamitas adoptados, tres de ellos con polio y uno con dengue. Que desconozco si será el caso, pero nunca se sabe.

Aunque sin duda el ejemplo más clamoroso de todo esto lo tenemos en Antonio Escohotado. Un personaje tan erudito e inteligente como afable en el trato personal (al que en su día tuve la suerte de entrevistar y de disfrutar de su hospitalidad), de su singular biografía llaman la atención dos aspectos: su manera de ir por libre siguiendo su camino y la indisimulada aversión que eso ha provocado en algunos. Nació en Madrid en 1941 aunque pasó la infancia en Río de Janeiro, donde su padre fue agregado en la embajada hasta que regresaron a España en los años cincuenta. Quizá ese choque contra un ambiente rancio y cerrado tan distinto de aquel en el que se crió marcaría su carácter rebelde e incapaz de ahormarse por la convención, o tal vez fue su afición a meter sapos en el sagrario, la cuestión es que desde entonces iría de aquí a allá desbocado como una bola de pinball. Se pasó la mili en el calabozo por desobediencia pero se vio sin embargo capaz de combatir en el Vietcong, aunque finalmente no fue admitido en su sede parisina. También sostiene que le tentaron en su momento las bandas terroristas FRAP y Baader-Meinhof, lo que suena a mera elucubración pasajera que afortunadamente se le pasó. Más empeño puso en leer su tesis doctoral a finales de los sesenta en torno a Hegel, pero al ser considerada atea el presidente del tribunal solo accedió a estar presente al tercer intento y debido al notario con el que nuestro autor acudió. Dicha obra posteriormente sería premiada y publicada, con el título La conciencia infeliz. Ensayo sobre la filosofía hegeliana de la religión.

Mientras tanto había obtenido una plaza de funcionario en el Instituto del Crédito Oficial, pero llegados los años setenta optó por dar un giro a su vida: «Dejé aquello —buen empleo, buen sueldo, importante estatus— por irme de aventura, a descubrir otros mundos, otros valores». Los restos del movimiento hippie occidental habían terminado recalando en Ibiza, así que allá se marchó, dispuesto a vivir en una choza sin luz ni agua, aunque con abundante sexo y drogas, lo que termina compensando creo yo. Mientras tanto se dedicó a traducciones de libros de filosofía (con autores que influirían notablemente en su pensamiento, como Hobbes o Thomas Jefferson) y también fundó la discoteca Amnesia, hoy en día una de las más importantes del mundo. Cuesta imaginar que en el origen de esto estuviera alguien que mientras tanto escribía sobre metafísica, los filósofos presocráticos y la religión a partir de Hegel, pero los clichés están para romperse.

Ya en los ochenta regresa a Madrid, se presenta a las pruebas para acceder a profesor titular que dieron acceso a unos seis mil adjuntos pero no a él, que pese a tener varios libros y artículos publicados recibió siete ceros del tribunal, aunque tras una reclamación sería aprobado. Por aquellos años fue además encarcelado en cuatro ocasiones por posesión y tráfico de drogas, en lo que asegura que fue una encerrona de la policía. La estancia en prisión en cualquier caso fue provechosa y le sirvió para escribir su impresionante Historia general de las drogas, que se convirtió en una obra de referencia internacional sobre el tema. En este periodo de los ochenta y noventa fue cuando comenzó a salir en televisión en los debates sobre drogas que tan de moda se pusieron, llamando la atención de servidor y de muchos con su estilo pausado y sabio, como un maestro Yoda de las drogas frente a los diminutos inquisidores de espíritu estrecho que se le oponían con la vena del cuello hinchada.

Era curioso aquello, los medios de comunicación, siempre ávidos de alarmismo con el que captar la atención, encendían a una opinión pública maleable. Cerrando el círculo por su parte las administraciones, más pendientes de aparentar que arreglan algo que de arreglarlo, saciaban esas ganas de la ciudadanía espoleada para que se tomasen medidas —las que fuera, pero rápido— con estrafalarias campañas antidroga que mostraban a sustancias químicas como ente diabólicos que te poseían, generando así una perversa y extraordinariamente eficaz promoción de las mismas basada en la tentación de lo prohibido. Pero las campañas de histeria colectiva generan graves injusticias tirando al niño con el agua sucia, leyes ad hoc que vulneran los derechos civiles que luego cuesta décadas derogar, dispendio de recursos y condicionamiento del debate público y la libertad de expresión con tabúes y consignas que se repiten machaconamente en campañas institucionales… hasta que todo ello acaba dispersándose tan pronto como apareció.

Ahora los medios apenas dedican atención a «La Droga», ya no es una prioridad de las instituciones e incluso dos de los cuatro partidos más votados en las recientes elecciones incluían en sus programas legalizar parte de ellas sin que eso generase ningún escándalo. ¿Quiere decir que hemos progresado? En ese aspecto sí, pero ahora simplemente tenemos otra clase de alarmismo con el que generar histeria cuya mera mención hará que otro lector pedirá que me despidan, pese a tener una boca que alimentar. Solo una aunque muy grande, eso sí. Así que son, como de costumbre, malos tiempos para la libertad de expresión, porque la Ventana Overton siempre estará ahí, solo cambian los temas en cada década.

rtrgLa cuestión es que en este cambio jugó un papel fundamental Escohotado. Con él veíamos cómo frente a la ignorancia y el miedo, que son los hilos con los que otros pueden manejarnos, cabía la posibilidad de un espíritu ilustrado y autónomo. Esta actitud la mantuvo en otras facetas y por ejemplo sus críticas al GAL le valieron dejar de ser publicado en un periódico cuyo nombre ahora no logro recordar. En los noventa mantuvo un debate público con Savater en el que se mostró inicialmente a favor de la negociación con ETA y tras escuchar las razones de su adversario… ¡cambió de opinión! No nos consta que tras ese insólito proceder ardiera por combustión espontánea. Mientras tanto había estado publicando libros sobre temas diversos como los roles de género en Rameras y esposas, el poder político en El espíritu de la comedia y en El retrato del libertino indagaba en cuestiones antropológicas sobre los placeres prohibidos. En Caos y orden desarrollaría esa idea de fondo sobre la libertad de seres autónomos autoorganizándose frente a un sistema jerárquico, lo que le valió premios, buena acogida del público y también alguna que otra reacción furibunda ante lo que consideraban intrusismo en sus parcelas de especialización.

Ya en este tercer milenio, con siete hijos tras de sí, un fracaso amoroso le llevó a trasladarse durante un año sabático a Tailandia. De este periodo surgió Sesenta semanas en el trópico, un libro-diario bastante simpático en el que además de expresar la manía que les cogió a los asiáticos ya se perfila lo que él define como la obra de su vida: Los enemigos del comercio. Aquella idea que planteaba en Caos y orden ahora la aplicaría a la economía, anteponiendo a Adam Smith sobre Marx, el libre comercio sobre el control estatal. Naturalmente esto escandalizó a algunos de sus seguidores, pero prefirió traicionarlos a ellos que a sí mismo. En vez de dormirse en los laureles y sestear repitiendo lo mismo una y otra vez, década tras década, se embarcó en un nuevo campo de estudio que en el fondo era coherente con la idea de libertad que llevaba décadas defendiendo, al menos desde que se le quitara la tontería de entrar en el Vietcong de cuarenta años atrás. La idea del comunismo como una herejía del cristianismo que desarrolla aquí Escohotado no es desde luego invención suya y ya hace setenta años André Guide lo veía así:

Lo que me lleva al comunismo no es Marx, sino el Evangelio. Es el Evangelio lo que me ha formado. Son los preceptos evangélicos, la forma que han hecho adoptar a mi pensamiento, al comportamiento de todo mi ser, lo que me ha inculcado la duda de mi valor propio, el respeto del prójimo, de su pensamiento, de su valor, y que en mí han fortalecido este desdén, esta repugnancia a toda posesión particular y a todo acaparamiento.

George Steiner posteriormente también se extendería sobre ello en Nostalgia del absoluto, pero sí es mérito de nuestro autor remontarse a los orígenes mismos del cristianismo y a la secta de los ebionitas, con su ideal pobrista sobre que toda propiedad es un robo y el comercio su instrumento, y trazar desde ahí un minucioso recorrido histórico en el que enfrenta las comunidades igualitarias religiosas y militares con la naciente burguesía medieval. Pero si quieren conocer más detalle sobre esta obra puede oírle explicándola con sus propias palabras en esta conferencia (en la que además, mostrando su buen gusto, reivindica una película tan buena e incomprendida como 300). Hace un par de años publicó el segundo volumen y ahora prepara el tercero. Solo nos cabe desearle más energía para que continúe indagando en este u otros temas y ampliando así esta trayectoria tan singular.

¿Y a santo de qué este imperfecto repaso de su vida y obra de las líneas anteriores? Pues a que hace unos días se ha publicado un libro que aspira a abarcar toda ella titulado Frente al miedo. En torno a algo más de seiscientas páginas se ha resumido con más acierto que en este artículo los grandes asuntos que han captado su atención, mediante artículos en prensa, conferencias, entrevistas y fragmentos de aquí y de allá. Su interés es desigual, pues en algunos casos alcanza una densidad espeluznante cuando se pone a hablar de ontología y otras resulta mucho más claro y didáctico, aunque al tratarse de una recopilación de textos no es necesario leerlo todo ni leerlo en orden. Al gusto del lector. Lo que encontrará casi siempre, eso sí, es a un escritor de excepcional erudición, que aporta infinidad de ideas, datos e hilos de los que tirar, ya nos hable de los primeros ascetas cristianos, de los colonos americanos o de la Ley Seca y sus justificaciones ideológicas. Y, también, algunos apuntes autobiográficos con los que explicarse a sí mismo, pues según apunta en sintonía con lo que decíamos al comienzo: «En este país la pasión por el estudio es casi tan peligrosa como no pertenecer a alguna capilla»

domingo, 8 de noviembre de 2015

Rescato y publico el texto y partitura del antiguo Himno nacional republicano de 1868


El himno titulado “¡Abajo los Borbones!” fue estrenado en el Teatro de la Zarzuela, el 7 de dIciembre de 1868, formando parte de un espectáculo compuesto por El alcalde de Zalamea, unos poemas políticos alusivos a la obra de Calderón y, a propósito, uno de Luis de Eguilaz titulado “la convalecencia”. El himno del famoso poeta y autor dramático Antonio García Gutiérrez, con música del maestro Emilio Arrieta, “agradó mucho a la nutrida concurrencia y fue muv aplaudido” según Los Sucesos, núm. 669, 9 de diciembre de 1868, y se publicó íntegramente en este mismo número, en su página 536, y con la partitura en Madrid: Casimiro Martín, 1868. En el enlace azul está la partitura.


 

RECITATIVO


Después de siete siglos de luchas y de hazañas
del español ya exenta la indómita cerviz
al trono de Pelayo, nacido entre montañas
subió la casa de Austria en época infeliz.

Subió Carlos primero, verdugo de Castilla,
que su altivez heroica queriendo castigar
en la caliente sangre de Bravo y de Padilla
ahogó la independencia de España en Villalar.

Y, en pos de aquel soldado de trágica memoria,
avanza el parricida que a España despobló,
y aquellos dos Felipes de triste y pobre historia,
hasta el segundo Carlos que a Francia nos legó.

Mas resistiolo el pueblo, de su viril constancia
haciendo airada muestra y alarde singular,
y horrores de Sagunto y estragos de Numancia
en Barcelona y Játiva se vieron renovar.

Subió el Borbón al trono, pero subió dejando
la garra del leopardo clavada en Gibraltar;
predecesor fue digno del séptimo Fernando
y de esa desdichada, fanática y vulgar.

Triunfó el Borbón y ahora por despedida deja
cadalsos, sangre, luto y la miseria en pos,
y aun hoy en el destierro de ingratitud se queja
la que sucumbe herida por el rigor de Dios.

Perdiose con su raza, perdiose aquel imperio
que levantó Pelayo y engrandeció Cortés,
que ya era nuestra España sangriento cementerio
en que se alzaba un trono como fatal ciprés.

PARTE CANTADA

¡Abajo los Borbones!, exclama el pueblo entero
hirviéndole en el pecho la afrenta y el rencor, (bis)
repítelo el soldado y el duro marinero,
y todos cuantos sienten las iras del rubor.

Aquel que entre nosotros tuviere madre honrada,
esposa, hermano o hija, y estimen su virtud,
que diga si no siente la indignación sagrada
con que la España toda rompió su esclavitud

¡Abajo, abajo los Borbones,
de nuestra patria mengua y horror!
Muestre la España a las naciones
alta la frente, limpio el honor.

España, que ocultaba con silencioso lloro
su afrenta y su ignominia temiendo al mismo sol, (bis)
que ayer su sangre toda miró trocarse en oro
del crimen y del vicio fundido en el crisol.

¡Abajo los Borbones, abajo! ¡Y que les sea
la tierra ya enemiga del uno a otro confín!
¡Sin propio suelo vaguen como la raza hebrea,
y aun no es a sus delitos el merecido fin!

¡Abajo, abajo los Borbones,
de nuestra patria mengua y horror!
Muestre la España a las naciones
alta la frente, limpio el honor.

En tanto, respiremos la brisa bienhechora
y el apacible ambiente de amor y libertad,
que pronto a nuestros ojos se mostrará la aurora,
presagio venturoso de más risueña edad.
La paz con el trabajo, y el arte con la ciencia
serán desde hoy las armas que enciendan nuestra lid;
mas, si de España atacan la santa independencia,
veréis cómo retoñan los vástagos del Cid
.

¡Abajo, abajo los Borbones
de nuestra patria mengua y horror!
Muestre la España a las naciones
alta la frente, limpio el honor.